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SUMARIO Conclusiones del Encuentro de amigos de El Miliario Extravagante
El 9 de octubre tuvo lugar en la Escuela de
Caminos de Madrid, tal como se había anunciado, el "Encuentro de Amigos de El Miliario Extravagante". El número de asistentes (26) correspondió a las previsiones, pues aunque no todos cuantos se proponían venir pudieron hacerlo, sus ausencias se compensaron con otras personas no anunciadas'
La toma de contacto entre personas unidas por unas mismas aficiones pero 9u€, con pocas
excepciones, no se conocían hasta ahora entre sí fue el primer objetivo de la reunión, que quedó
satisfactoriamente cubierto. A partir de aquí puede ' haber contactos más frecuentes, y es de esperar que El Miliario Extravagante amplíe su elenco de colaboradores.
En cuanto a las posibilidades de continuar los mapas del Atlas Histórico unavez pasados a limpio los borradores actualmente disponibles, se confirmó 1o que podía ya deducirse de los contactos
preliminares a la reunión : que será muy difícil encontrar continuadores para esta empresa, pero que ello de ningún modo debe significar la suspensión de El Miliario. El sentir unánime de los asistentes era que nuestro boletín debe continuar, sin Atlas si no hay más remedio, pues la publicación desempeña un papel que, con toda su modestia, no tiene parangón entre las más sesudas revistas académicas.
El editor, director, redactor-jefe etc. tranquilizó a los asistentes: queda descartada la opción de suspensión o eclipse temporal del Miliario. I'a
tercera época de éste puede estirarse a todo el año 1999, dedicando uno o dos números finales a
índices. E incluso puede pensarse (aunque esto no se dijo en la reunión) en publicar en el año 2000, en cuatro hojas en color de tamaño A3 (es decir, lo que ahora son los mapas del Atlas) un Mapa-Indice de las vías romanas de Hispania más claro y completo que el actual. Queda esperanza de que pues tiempo para alimentar la el Atlas encuentre un día continuadores.
Se habló también de la difusión y de las posibilidades de emprender una campaña de promoción, especialmente en universidades, bibliotecas y otras instituciones. Varios asistentes pro¡netieron su ayuda al respecto. El director anunció su propósito de hacer accesible en Internet el Ma¡taIndice y el Catálogo de vías lomanas. Otra forma de difusión sugerida por el director, con efectos quizá a más largo plazo, consistiría en que se le clé la oportunidad de explicar personalmente a estudiantes de la Escuela de Caminos o de cátedras de arqueología o de historia antigua o medieval lo que es El Miliarlo, los títulos de que se enorgullece, sus polémicas, sus manías o caprichos, etc.
Se explicó a los asistentes la situación financiera de la empresa, que no es mala este año : pese a la existencia de suscriptores morosos (3 1 en la fecha de la reunión), había un saldo positivo de 221'520 pesetas, lo que se explica sobre todo por el abaratamiento de las fotocopias en color. [-a conveniencia u oportunidad de mejorar la presentación del boletín dio lugar a un debate animado, en el que se perfilaron dos opiniones contrapuestas. Por un lado, los que creían que una hoja de portada en cartulina o papel más fuefte y con una cabecera en uno o dos colores supondría poco esfuerzoy ayudaría al prestigio y por lo tanto a la mayor difusión de El Miliario Extravagante. Pot otro lado, quienes pensaban que el prestigio y el atractivo del ME no estaban en la presentación sino precisamente en el contraste entre la solidez de su contenido y la austeridad o modestia de su aspecto, y que sería un error tratar de rivalizar con
publicaciones académicas en aspectos puramente formales. En vista del ajustado equilibrio de ambas opiniones fue necesario recurrir a la votación, ganando por tan sólo dos votos de diferencia los partidarios de mantener la actual austera
presentación.
Otra cuestión debatida fue la propuesta de reproducción de algunas obras o textos históricos de difícil acceso. Había una propuesta concreta respecto al Reportorio de caminos de Villuga. Del cambio de impresiones resultó la conclusión de que esta iniciativa ocuparía demasiadas páginas del boletín, y que dadas las actuales facilidades para la fotocopia sería suficiente que el ME se ofreciese a facititar copia a quien la solicite de aquellas obras o textos que estén a su alcance. En el caso de Villuga, no obstante, no está enteramente excluido que el consejo editorial decida ofrecer en un número prórinio un mapa que facilite la consulta de unos caminos que, en la versión original, aparecen un
tanto revueltos.
Finalmente, varios asistentes expresaron el deseo cle que se repitiera el encuentro, recalcando qtizá más su carácter de seminario de investigadores que el de consejo de gestores. Veremos, veremos...
G.A.
I,,luestros lectores conocen ya la competencia de Guillermo García Pérez como cidianas y otros temas conexos (cf. ME 27,10s 44,21s y 45,13). El artículo investigador de rufas que sigue, publicado primeramente enRevista de Soria (n'21, 1gg8), ofrecer en primicia, ya que tanto por el análisis es de los que El Miliario Extravagante habría deseado lingüístico como por el seguimiento topográfico y por ias ,otas polémicas encZ¡a perfeitamente en nuestra temática y en el espíritu de nuestro boletín. Como por otra parte el Wp, i¡eie mucho sentido practico y no se avergüenza de aprovechar materiales 'ajenos qi" ,up de interés para sus lectores, ofrecemos aquí el artículo, en versión revisada por el autor. Conste nuestro agraáecimiento a éstey aRevista de Soriapor darnos su autorización'
LaCalzada de Quinea del'Cantar de Mio Ql,d'
Por Guilleñno García P érez Catedrático de la Universidad'Politécnica de Madrid
En el'Cantar de Mlo Qd' (s.XII), en la "ruta del destierro", en el tramo comprendido entre S.an Esteban de Gormaz (Soria) y Navas de Palos §avapalos), exclama el poeta:
La Calgaza de Quinea yvala tras passar(v. 400): Atravesó (cruzó) por allí (y) la calzada de Quinea.
Los términos de una vieja Polémica
Ramón MENÉNDEZ PIDAL (1908) ilustró este pasaje geográfico-literario con los siguientes
comentarios:
"Consérvanse bien visibles restos de ella [la calzada de Quinea] en una faja liega de unos 3 metros de ancho, que atraviesa las aradas de las inmediaciones del Duero y parece prolongarse como una línea recta, que une el Burgo de Osma- al Norte del río, con Ines, al Sur. ...Y Jamás se rehunde', ni se forman en ella 'bazacadas' con el paso de los carros; añaden que alguien, queriendo cultivar los trozos abandonados, la ha logrado arar, pero sin que haya producido nada el terreno, por ser duro y lleno de guijo. Bien se
comprende que se trata de una calzada romana. Iría de Osma a la antigua Termancia. Hoy se la llama
simplemente 'la Calzada' (nombre que se extiende a todo el paraje de su entorno), pero la denominación d¿ Quinea, que se le daba en tiempos del Cid, es común a otras vías romanas españolas"t (subrayado aquí).
Y, para avalar este último aserto, recuerda el maestro en una extensa nota a pie de página que la denominación "Calzada de Quinea (variante Guinea)" figura en el Fuero de Plasencia (l 189), en la Historia de España ryIf.7) de R. XtvÉNEZ DE
RADA (c. 1243), en relación con la división del reino de Alfonso VII (1157), y en la Crónica de 1314; y
I M. P., R.: Cantar de Mio Cid. LG. I'1, sucesivas ediciones; en la 5^, 1976, Í. I, pp. 4245. [ncluye dos fotos de la calzada. En una de ellas aparece doña Maria. su enloncesjoren esposa. que hay, además, un "Puente de Guinea" en Galisteo (Plasencia), una "Senda de Quinea" entre,Astorga y Carrión y una aldea llamada "Guinea" en Alava.
Pero, en 1973, Antonio UBIETO ARTETA
cuestionó estos hallazgos con las siguientes palabras:
"La anti-historicidad del Cantar es terminante frente a la documentación del siglo XII y XIII, que denomina 'calzada de Guinea' a la que une Mérida con Astorga, mientras que esta fuente literaria fel 'Cantar'f la hace pasar por San Esteban de Gormaz, con un
despropósito geográfico que haría enrojecer a un peón de camineros actual... " (P' 6). "La aflmación [de Menéndez Pidal], señalando que
'la denominación de Quinea que se daba en tiempos del Cid. es común a otras vías romanas españolas'... es una pura .fantasía ...La documentación recogida para los siglos XII y XIll denominan 'calzada de Quinea' o con variantes seme.iantes solamente a la que unia Mérida con Astorga" como vamos a ver
seguidamente..." (P. 76). "Está en contra de la historia real del siglo XII la afirmación de que la calzada de Guinea pasase el Duero por Navapalos. cerca de San Esteban de Gormaz" (p.188):.
El profesor zaragozano concluye diciendo que el poeta del Cid desconoce, y en consecuencia se inventa, toda la geografía del entorno de San Esteban de Gormaz.
Las posiciones de Ubieto han sido muy aireadas después por cierlos autores cidianos próximos al historiador valenciano-aragonés, y por algunos hispanistas británicos. Sin embargo, la geografía, la toponimia, la arqueologiay la historia implicadas en esta disputa, así como una observación más atenta de la cuestión, permiten afirmar que, en esta polémica, larazón estaba de parte de MenéndezPidal.
2 UBIETO ARTETA, Antonio (1972): El 'Cantar de Mio Cid algunos problemas históricos Valencia. 1973.pp.6,76 y ss., 187-188
[67] 3
exhibe ahora enhiesto a la entrada del Museo de Tiermes. El fragmento intermedio, el que contiene la inscripción qué hu permitido fecharle, había sido ,""ogido dos o tres años antes por alguno de los urqréólogot que trabajan en el yacimiento de Te^rmes, quien, al parecer, despreció y abandonó como inútil el resto del guijo3 o "cipo", como lo llamó de oídas Pedro de PALOL en cierta
Foto I - Termes'. Tiermes. Enlosado, bajo la ermita'
Itinerario de la calgada de Quinea
La calzada de Termes a (Jxama se conserva aún visible en varios tramos de su recorrido' Parte de (pasa por) la ermita románica de Tiermes (Termes, Soria), donde, tras las correspondientes excavaciones, puede verse ahora un trozo enlosado' Se dirige desde allí hacia "Los Castillejos" (Hostal), y, manteniendo siempre la misma orientación, hacia la Fuente de la VenÍa (Venta-Malo), que estaba a la
derecha de la carretera de Retortillo a Ayllón'
Este último tramo, en el paraje llamado
Cornicabra (higuera u olivo silvestre), está borrado' Es terreno de labrantío, muy degradable en las torrenteras. La calzada reaparece de nuevo como senda junto a la próxima torrentera, a la derecha de la mencionada calretera: la "Fuente de la Venta" (fuente y venta desaparecidas). En 1985, en circunstancias sintetizadas en mis Rutas del Cid, encontré allí abandonado, sobre el cirato de la finca a la derecha de la torrentera, dos de los fragmentos, el primero y el terminal, ambos anepígrafes, de un miliario de la época de Decio (c. 250 d.l.e.c'), que se
Foto 2 - Fuente de [a Venta' Fragmentos del miliario. en el lugar en que los encontré
Siguiendo la senda que discurre torentera donde encontré el a la vera de la miliario, ullos
doscientos metros más arriba de la carretera aparece enseguida un camino ancho y bien marcado: es la calzida, que remonta uniformea. En los el laderón con pendiente días claros, esta línea,
perfectamente definida en la ladera, se puede ver, contemplar y fotografiar desde la propia carretera'
Arriba, a la derecha, el alto de San Ginés (1'262 m); a la izquierda, el pueblecito de Torresuso'
l-oto 3 - Acceso al Alto de San Ginés
3 BOROVIO, Maria -v otros: "Diez años (y dos siglos) de epigrafia soriana", C e It i be r iq'7 4 (1987 ). pp. 246-247'
+ ceRcÍe PÉREZ. Guillermo (1993): Elpha. Qd' pp l28-129 "Caminos antiguos del eutorno deTermes" (mapa)'
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CALZADA DE QUINEA
Mapas topográficos facilitados por el autor Tratamiento digital : Antonio Zanón Ballesteros
Mapa del conjunto por el servicio cartográfico de El Miliqrio Extravagante
(La Calzada de Quinea es la vía Gc5l del Mapa-índice del M.E.)
En dicho alto, la calzada gira un poco a la derecha' Se cruza por allí con el "Camino de Camascosa Torresusoi (puentecillo romano sobre el río a a la salida de Carrascosa). Atraviesa luego como senda un vallecillo, y reaparece de nuevo en la llanura (El Raido), a la vera del "Camino Real", donde, en Hoz de Aliba, llaman "la carretera romana")' Entre el Raido y el Mojón Blanco -un hito con tres letras grabadás en sendas Íi"..us de Caracen caras (C, A, Q) que dividía las a, Ayllón y puintanas Rubias
(villa incorporada a San Esteban de Gormaz)-, se "onr"*u el agger casi intacto por espacio de más una legua. Y, salvo en el tramo del citado paraje de de Cornicabra, al parecer borrado ya en la Edad Media, entre la ermita de Termes y el Mojón Blanco esta calzada sigue sirviendo, a su vez, de mojonera o marca de límites entre la Tierra de Ayllón (Segovia)
y la de Caracena (Soria).
Orientación natural para quienes deseen recorrerla: a nuestra espalda, el cerro Bordega (Termes); al frente' el Otero de Quintanas Rubias, que marca la dirección de Urama. La calzada cruza después, casi en vertical, la carretera de Montejo de Tiermes a Las Hoces'
Quienes viajen en automóvil pueden aprovechar esta vía para observar el agger mencionado' Lo encontrarán a ambos lados de la dicha carretera,
alejándose un poco en ambos casos, al toparse con las primeras matas de enebro (sabino) de ese monte'
A partir de dicho cruce, la calzada discurre casi paralela a la línea que marca el monte, siempre a la izquierda del Camino Real (transitable con coches de campo), hasta dicho Mojón Blanco (en la carretera de tiera de Monte-io a Quintanas Rubias)' Deja un vallecillo un poco más a la izquierda, y la espesura
de la mata del monte a la derecha.
En el Mojón Blanco -un guijo de más de un metro de alto que yace desmontado y abandonado a la vera de dicha carretera agraria- nuestra ruta vuelve a gkar un poquito a la derecha, para continuar por espacio de una media legua, hasta La Asomadilla, por la mencionada vía parcelaria de Montejo a Quintanas
Rubias. Allí, cuando esta pista gita ala derecha para dirigirse a Quintanas Rubias de Arriba, la calzada confinuaba con su orientación predominante, es decir, sin girar, hacia Quintanas Rubias de Abajo (Véase la senda correspondiente en el mapa topográfico del caminar campo IGN, Hoia 105). Ahora a través por espacio de hay que I km, y procurando no perder la orientación, para volver a encontrarla. Pero los viejos labradores recuerdan aún
5 RABAL, Nicolas (1888): "Una visita a las ruinas de Termancia"; BR4H, p.452, registró ya una expresión semejante: "lo que los naturales llaman antigua carretera". Foto 4 - El Raído. Uno de los chozos -construidos, Ialvez' con piedras de la calzada- quejalonan el itinerario'
en ese tramo, junto a la senda, y antes de que apareciesen los tractores, la marca que dejaba en los sembrados la mies cofta y escuálida que lograba crecer sobre la vía roturada.
La calzada crüza el "Camino de Ayllón a Berlanga" en la vaguada de "La Puntilla", donde aparece como zanja. Desaparecido en ese tramo cualquier rastro de agger o de calzo, continúa como senda por esas lastras (Los Losares), y al asomar a Quintanas Rubias de Abajo, reaparece de nuevo como zanja.
Desde este pueblo se dirigía hacia Ines' Se
recuerda un enlosado en la parte más fangosa de la Dehesa, en el Camino de "La Villa" a Ines' Se
recuerda asimismo un agger, muy marcado, antes de que se hiciese la carretera actual, entre el cruce del Arroyo Madre y el pueblo de Ines; a la vera del camino ordinario, a su derechau.
Desde Ines, dirigíase hacia la Ermita del Santo (San Hipólito), siguiendo la dirección de la carretera actual. Y, tras salvar el paso del Duero, reaparece de nuevo en la vega de Pedraja: paraje conocido como "La Calzada". En torno a los límites actuales del témino de este pueblo (barrio de San Esteban de Gormaz) con el de La Rasa (barrio de Osma)'
Del examen de los datos sobre nombres y distancias de parajes contenido en el Catastro del Marqués de la Ensenada (San Esteban de Gormaz, ano tZS:¡ se deduce que en el bamio o arrabal de Pedraja se llamaba "La Calzada", en esos años, al espacio comprendido entre el 114 y el 112 de legua, en sentido de la marcha del Cid (hacia Navapalos), el
6 Puede observarse una situación similar. etr otro camlno' entre Pedraja y el Molino de los O.ios.
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río Duero y el "Cno. de Pedraja a La Olmedar.
En el mapa topográfico del Instituto Geográfico Nacional (Hoja 377, datos de 1954), el "Camino de Ines a El Burgo de Osma" es casi una línea recta, salvo en el entorno del Duero. Y figura todo é1, desde Termes a Osma, como camino carretero. Además, en Pedraja se le llamaba también "Camino de los Moros" y "Camino de los Guiiarros", denomi-
naciones que suelen corresponderse con calzadas romanas. Estamos, por tanto, sin duda alguna razonable, ante la calzada conocida por el poeta del Cid como calzada de Quinea.
Foto 5 - El Raído. Aspecto acfual del agger.
Hoy día, en la vega de Pedraja, en el tramo
comprendido entre La Barca, sobre el río Duero, y la vía muerta del ferrocarril, ese camino, la calzada, aparece transformado en pista agraria (transitable con turismos). Pero vuelve a verse en su traza vieja, por espacio de unos 500 m, entre dicha vía férrea y el cruce con el "Camino de Alcubilla del Marqués a La Olmeda". A partir de este punto desaparece en unos 500 m, borrada en el descenso a esa vaguada por las labores de los modernos tractores y, en la falda de ascenso, por profundos arroyamientos.
El camino ahora borrado continuaba casi recto, en dirección al collado que aparece a la vista al coronar la lomilla. Desde el collado se dirigía, también en línea recta, hacia Portuguí (río Ucero, parte baja de la ciudad de Uxama). Aún se pueden ver algunas huellas del mismo (agger entre atroyamientos en la subida, pared en el descenso, etc.) en el entorno de dicho collado (El Portillo)8, donde la sustituye ahora una pista agraria.
7 AYUNT. DE SAN ESTEBAN DE GORMAZ: Catasfto del lr4arqués... Respuestas Cenerales. Eclesiásticos, I y ll. fols. 501 v. 545" 637, "Vadocarros", fbls. 544 r., 544 v., 545 r., y los que figuran aquí en una reférencia posterior. No tuve tiempo para consultar los libros de Seculores \3 tomos). La muestra me parece. no obstante. suficiente.
8 ORTEGO. Teógenes: Tiermes... (1982), p. 17. "El S.O. de la prov. de Soria en época romana", mapa, ofrece un trazado aproximado.
En Portuguí, nuestra calzada se unía con la que venía de Ocilis (Medina), Barahona, Valerianica (Berlanga), y Gonnaz hasta (Jxamct, accediendo
juntas a la acrópolis ("Casa de los Plintos", etc.) de la ciudad rorlana. Las huellas de este acceso están excavadas en la roca en las inmediaciones del puente actual, junto a la alcantarilla de la carretera, en la palte izquierda de la torentera. Y, además, unos 50 m más arriba: al tomar una nueva torrentera, la que sale por la derecha. Desde ese punto hasta la puerta de la muralla (ruinas), se deja aún seguir cotr
facilidad bordeando el precipicio de la cantera actual.
El paso del Duero, un problema por aclarar
No se sabe a ciencia cierla por dónde ni cómo
cruzaba el Duero esta calzada de Quinea'
La ermita de El Santon'. Sa, Hipólito, seguramente Hipólito (protector griego de los cameteros, en particular án los pasós ae las aguas con carros)ro, sugiere que este paso estaba en su entorno. Tal vez hubiese un puente romano a la vera de la ermita, donde más se estrecha el cauce del río. En tal caso, podrían proceder de aquí los miliarios (285-293 y 305 d.l.e.c., Museo Numantino) del Molino de los Ojos (San Esteban de Gormaz), que se encontraron unos 4 km río abajo.
9 PALOMERO PLAZA. Santiago (1985): "Sobre algunas ermitas
y romerías y su relación con la arqueología y las vías romanas de la actual provincia de Cuenca", en ll Jornadas de Etnolopiía de Cas¡illa-La Mancha (Ciudad Reol. 1981),Toledo" 1985, pp. 273-287
I0GRAVES. Robert (1985): Los mitos griegos, t. I. pp. 445 y ss.: Víctima de las calumttias de Fedra. su tía y madrastra, que no consiguió de él los favores amorosos que tanto anhelaba, Hipólito tuvo que salir de Atenas con su carro a toda velocidad. "Cuando pasaba por la parte estrecha del Istmo. una hola gigantesca... se lanzó rugiendo hacia la costa, .v de su cresta surgió un gran lobo marino (o, según dicen algunos, un toro blanco) que bramaba y arrojaba agua. Los cuatro caballos del carro de Hipólito se desviaron hacia el risco, enloquecidos de terror, pero como Hipólito era un aurigo experto. impidió que se precipitaran por el borde. Entonces el animal corrió alilenazadoramellte tras el carro e Hipólito no pudo conseguir que sus caballos avanzaran en línea recta... Hipóltto. enredado en las riendas..., murió arrastrado por sus caballos, mientras su perseguidor desaparecia... Ártelnis ordenó a los trecenios que rindieran a Hipólito honores divinos, y que desde entonces todas las novias trecenias se cortaran las coletas y se las dedicaran. Fue Diómedes quien dedicó a la intagen de Hipólito el antiguo templo de Trecén -v el primero que le olreció r¡n sacrillcio anLral...
El ánima de Hipólito descendió al Táfaro, y Arternis, ntuy
indignada. pidió a Asclepio que resucitara su cuerpo. Asclepio... tocó tres veces el pecho de Ilipólito con la hierba que había resucitado al cretense Glauco, reprtiendo ciertos encantamientos, y al tercer toque el difunto levantó la cabeza cle la tierra... Ártemis (Diana) después de vacilar entre Creta y f)elos como lugares mas adecuados para ocultarlo, lo llevó a su bosquecillo sagrado en la italiana Aricea. Alli, con el consentimiento de la diosa, Hipólito se casó con la ninfa Egerirt, y todavía vive junto al lago entre espesos encinares. rodeado de precipicios escarpados... En el templo de Asclepio en Epidauro una tablilla constata que Hipólito le dedicó
veinte caballos en agradecimiento por haberlo resucitado... Sin embargo, los trecenios dicen que Hipólito no murió, y que los dioses se lo llevaro¡r para ponerlo, como ejemplo de auriga excepcional, entre las estrellas" (Constelaoión del Carro). Hipólito significa en griego Caballo de Piedra.
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Foto 6 - Presa de Olmillos
Otra posibilidad es que se pasase el Duero por un badén empedrado. En este supuesto, el badén (forma usada con cierta frecuencia por los romanos), estaría bajo la Presa de Olmillos, unos 300 m aguas abajo de la ermita, donde se advierten aún un islote y las huellas de un vado, al que se accede desde la calzada por la vega de Pedraja. En el pueblo de Olmillos se dice que, cuando cortan el agua del Duero para desviarla al Canal, se puede ver aún por unos instantes, entre hierbas y malezas, el enlosado de sillares del vado: Bodomoros (Vadomoros), Yadocatros. Pero, lamentablemente, no he podido presenciar este fenómeno. Explorando deprisa el entorno, yo mismo vi en una ocasión, a la izquierda del río, y un poco más abajo, un sillar calizo
descabalado. Y supuse que procedería de ese badén. (En San Esteban de Gormaz se dice lo mismo sobre el celebrado Vado de el Cascajar, situado a 114 de legua, aguas abajo, del pueblo)r'. En el mismo pueblo de Olmillos, un poco más abajo, se han
encontradop ondus de telar y otros restos romanos.
LaBarca, a unos 500 m, aguas arriba de la ermita, ha sido el medio habitual de pasar el río por ese entorno, camino de los mercados y demás servicios de El Burgo de Osma, hasta los años sesentar2. Y dicen que, en los duros inviernos, cuando se helaban las aguas del Duero, algunos mozos pasaban sobre la capa de hielo con sus bicicletas.
ll Catastro del Marqués-.. Respuestas Generales Eclesiásticos' t. I y ll, año 17 53, op. cit. : "La Calzada", fols. 2 l v., 22 r., 84 v., 241 v.. 636 v., 696 v., 671 v., 684 v., 779 v., 826 r. 827 r., 83I r. y v ; "Vadocarros", fols. 67l v., 695 v., 790 v., "Ribera del Vado"" fols. 106 r., 107 r.; "Santinaria", fol. 780 v. La toponimia complementaria a poner en juego en el estudio de esta calzada es la siguiente: "El Cubitlo". fols. 85 v., 86 r.,102 v.,778; "Cubillejo", tbl.828; "LaTorrecilla", fols. l13, l13 v.
"El Guiio", fol 449 v.; "EI Guijoso", fol. 450; "La Media Legua", lol. 473: "La Crucera", fol. 820 v., 824 v.; "El Portillo de Pedraja", fols. 381 v., 475, 477. 735. 737, 849;'Portillalbo", tbl 369 v ; "Portillo de
Carrazamala", fol. 272 v.
l2 Aún se pueden ver allí unas escalerillas de tierra
cleterioradas en el lugar donde atracaba la barca de remos que sutituyó a la ba¡caza movida con filaroma que transportaba carros. animales y
personas.
Los tres pasos mencionados obligan a hacer un pequeño quiebro en la línea recta que marca la áirección de la calzada. Tal vez quepa, pues, seguir buscando un cuarto paso (es tarea para arqueólogos subacuáticos) en el tramo comprendido entre El Santo y la Barca. En el mapa del S.G. del Ejército (1959, Hoja 377) figura una islita en este lugar. No pude verla, sin embargo, cuando lo exploré. Pero ádui",to que fue un día en que, a causa de lluvias recientes, bajaba el río muy crecido. El cerro de la derecha de La Barca se llama La Campana (983 m)' Visto desde el Nofte, no tienen forma de campana' ¿Hubo alguna Yez en sus inmediaciones alguna torrecampanario o debemos pensar en alguna suerte de campana para avisar a los barqueros?.
Calzada de Quinea, una denominacbn generalizada
Se me ocurre, además, que, así como Fuente Dé (Cantabria) -por poner un ejemplo- es un apócope de Fuente Deva (del río Deva), así el mencionado PortuGuí podría ser ulta contracción de Puerta de Guinea, de Guijosa (Agriza), del Guijo o de Guijarro
(miliario). De hecho, en el mismo lugar tenemos un "Fábrica de la Güera", aÍérisis de Agüera.
Ramón MsNÉNopz PIDAL y Antonio UBIETo convienen, según se ha visto, en que la conocida Calzada de la Plata se llamó antes, al parecer por bastante tiempo, calzada de Quinea. En efecto, en relación con las divisiones de reinos de Fernando I (1065), y de Alfonso VII (1157), la calzada de
Quinea o de Guinea (Q y G se intercambian aún hoy día con bastante frecuencia, en especial en las trasliteraciones del árabe) figura como límite entre los reinos de León y Castilla en decenas de
manuscritos de la Biblioteca Nacional. No es preciso detallar aquí las referencias. Cabe añadir, no
obstante, que figura también en un tratado acordado entre Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla
en 119413.
R. M. PIDAL afirmó que "la denominación de Quinea... es común a otras vías romanas españolas". Pero no aportó pruebas concretas. Y Antonio Uelero replicó, por su parte, según se ha visto, que tal aseveración era "pura fantasía". En efecto, en principio, salvo el Guinea alavés, todos los casos
citados por M. Pl»el están, como ya señaló UelETo, sobre la Calzada de la Plata. Sin embargo..., no llevaba raz6n UglEto: la llevaba don Ramón'
l3 GONZÁLEZ, Jnlio. Alfonso 1{ t. II, Madrid, 1944. p. l17: "Ef tenninus que concluditur inter flumen Xerit et riuum Verneliam et calciatam de Quinea qui est in regno legioni populari non debet sed remaneat in regno legionis".
Veamos:
En Perazancas (Palencia), entre Aguilar de
Campoo (Villegia) y Cervera de Pisuerga (Pisoraca), se conselva aún un "Tras Quinea"l4 en torno al camino que conducía hacia el conocido Puerto de Piedrasluengas, acceso por esta parte al valle de la Liébana (Potes: portes, puentes) y al Oriente de Asturias (desfiladero de la Hermida:ermita).
Foto 7 - La Rasa. Salida de la Vega de Pedraja
En 1874, C. Men'rÍNEZ GoNZÁLp.z dice que "el tramo de la calzada de Astorga a Carrión, que corre de una y otra banda del Bernesga por las inmediaciones de éste, era denominado Senda de Quinea"ls. Y, en efecto, se consetva aún el topónirno Quinea,junto a un paraje denominado Valle [de la] Calzada, entre Calzada del Coto y Calzadilla de los Hermanillos (unto a Las Quintanas, Valdequinta y otros topónimos ro-anos) u.
En Villangórnez, a unos 30 km. al Sur de Burgos,
14 CORDALIZA APAzuCIO, F. Roberto y J M CANAL
SÁNCUpz-peCiN. Toponimia palentinq Palencia, 1993, p. 369.
15. HERNÁNDEz Gtl,tÉNEz, Félix: "El convencional espinazo
montañoso, de orientación Este-Oeste. que los geógrafos á'rabes atribuyen a la Península lbérica", en Al-Andalus. XXX (1965), pp. 201-277" recogido en lDEtt¡. Estudios de geografia histórica española' vol.llMadrid, 1994, pp.295-371, p. 356. El lector y yo debemos este dato a la diligencia de Ángel ALMAZÁN, que me proporcionó la pista olvidada por mí, que me ha permitido concretarlo. Al parecer. MARTÍNEz aludió al tramo más cercano a la ciudad de León. No he podido encontrar su texto. En realidad, el Bemesga viene a ser el eje de simetría del trayecto completo Astorga-Carrión. Esta calzada se deja seguir aún con cierta facilidad en los correspondientes mapas topográficos: Astorga (h. 193): Estébanez-La Calzada, Hospital de Orbigo (Puente romano) . Santa María del Páramo (h. 191). "Calzada de los Peregrinos"; León (h. l6l). en paralelo al Camino de Santiago, por debajo en el mapa. encontramos Las Calzadinas y La Calzada. Esta última entre Fresno del Camino. Quintana" El Jano (853 m) y La Plata. Mansilla de las Mttlas (h I 95): La Calzadu al N. de Burgo Ranero; SaiagtÍn (h. 196). Hermanillos de la Calzadilla. Quinea. Yalle Calzada y Calzada del Coto. Carrión (h. 197) . Calzadilla de la Cueza y Calzada de los Molinos.
16. I.G.N.: Mapa Topogr. Nacional de España' l:50.000, hoja
196, Sohagun, Madrid, 1974. Obsérvese que R. M. PIDAL, que no supo de este Quinea, coltocía bien, sin embargo, la existencia del topónimo "Senda de Quinea" citada porMARTÍNEZ. y a unos 6 km. al O. del Km.220 de la N-ll, hay un Alto de Carra-guineal1. Está, precisamente, en el Cno. de Villangómez a"LaCalzada" (Lerma).
En Bañuelos de la Calzada, coto redondo, y casa que fue de Alfonso X, situado entre Spinaz de Can (Espinosa de Cervera), Caleruega y los Arauzo/s (Burgos), llamaban asimismo (1272) "Calzada de Quinega"ts. La monja archivera del convento dominico de Caleruega me comunicó hace unos años por carta que ella había visto las expresiones
"calzada de Quinea" o "de Quinega" en bastantes documentos. Y, según Emilia Cámara (B.N.)' en los años cincuenta se oía aún hablar en Caleruega de una calzada de Quinea.
Claudio SÁNcHpz-ALBoRNoz menciona otro Quinea en los Picos de Europa, entre Posada de Valdeón y Poncebosl", aunque me inclino a creer que es una mala lectura de Cares.
Parece, incluso, que el nombre de la calzada de Quinea del'Cantar del Myo Qd'ha llegado también hasta nosotros, autlque sea el1 formas y variantes más o menos deformadas. Veamos: E,n el citado Catastro... Respuestas... San Esteban de Gormaz, Eclesiásficos, t. I y II, año 1753, figuran, en el entorno de "La Calzada" acotado anteriormente, las siguientes denominaciones: "Senda Sanchinaria" (léase Senda Quinaria, fols. 547 t., 547 v', 640 r., 640 v.), "Senda San C/zinaria" (léase Quinaria, fol., 639 r.), "Sanlittaria" (fol. 603 r.), "San/inario" (fol. 580 r.), "San/ina./ia" (fol. 244f0 .
l7IGN: MIN, l:50.000, Hoia 238, L'illargonzalo
l8 MARTÍNEZ. Eduardo: Colección diplomática de Caletuega. Vergara, l93l " p.22. "Otro [mojón] en la calzada deQuinegd' .
19 SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Claudio: Origen de la nación.. Oviedo, 1974, t. II. p. 165. "Curso del Quinea".
20 AYUNT DE SAN ESTEBAN D. G. Y ARCH. HIST. PROV. SORIA: Calas¡ro del lvlarqués..., op.cit. Enfiendo que San- es yerro de
Senda (send.. sda.)^ de donde sale el absurdo Senda San- (send ): sendasenda. Y, a su vez, que c/ri equivale a canaria Cálnea. Supongo que en los Qui-' Cui-. como en la libros correspondientes forma a las propiedades de los seglares. Seculares (3 tomos), apareceran topónirnos similares. No tuve tiempo para consultarlos. El seguimiento de las degeneraciones de la fornta itrcial (Quinea, s. XII), podrá haoerse, en base a las donaciones en las que figuran. en los correspondientes archivos , en particular en las eclesiasticas (Alcubilla, Hospital de San Agustín. "lglesia de Osma"). El Catastro utiliza también "Calzada de las Virias" (1h./en. fol. 581), que corresponde a la parte mejor conservada (no acondicionada por la Soc. Azucarera). es deoir. el tramo comprendido entre el "Cno. de Alcubilla a La Rasa" y el colladillo inmediato La parte principal de "La Calzada" fue repasada.v acondicionada para sus fines por la Sociedad Colonia Agraria e Industrial del Duero en los primeros años del siglo XX. según puede verse en las Actas de las Sesiones del Atltnlamiento de la l,'ilta de San Esteban de Gormaz. año 1900, fol. 37 v, y en la carta del gerente de la Colonia. cosida al final del libro. Documentación y noticia que aporto gracias a la diligencia al respecto de Félix GencÍ¡. PALoI\IAR' Muchas gracias
t67] g
Kineo es un pico (1.788 pies) en Maine, Estado norteamericano colonizado en 1602 por exploradores y emigrantes procedentes de la región francesa del mismo nombre. Guinea es, como se sabe, adernás de un territorio africano y un caserío canario, el nombre de un pueblo de Álava, en el que, según UBIEto, no se conocen huellas de calzada. Arguineguin es un pueblo con playa en el sur de Gran Canaria. Y, por otro lado, tengo la impresión de que si, ahora que se dispone de ordenadores, se le ocurriera a alguien hacer un índice sistemático de toda la toponirnia registrada en los mapas topográficos peninsulares
aparecerian varios casos más.
Guinea es, por otro lado, y a título complementario, bastante conocido como apellido. Se suele dar en Cantabria, Euskadi2r, Extremadura, Las Islas
Canarias, San Esteban de Gormaz (Soria), etc. No he encontrado, sin embargo, Quinea. Dí con un caso en Madrid, pero al comprobar se demostró que era una mala transcripción de Guinea. En Canarias toma, sin embargo, las fomas Chinea (Quinea) y Xinea
(Quinea): Chi-, Xi-, Gi-, Ki-, Gui-. traído de) y las gallinas de Guinea, así como el maíz y los tejidos llamados guinea son, en realidad, otras tantas denominaciones de origen. En Guinea existen, asimismo, ut-t río y un territorio denominados
Guinalá.
E,l hijo de Herakés (constructor mítico de las
calzadas) y de Alcmena se llama precisamente Girreo (Gzineo, Kineo).
En 1 139, aparece un Queneo, hijo del conde británico Coil, en la Historia de los reyes Brifania23 . Y hacia I 140 un Guinebald y de un
Guinebold, guerreros imaginarios franceses, en el Canfar de Guillernto2a. Recuérdese, además, que guineu, elt cafalán, es zorrola, raposa, vulpe (astuto/a).
Én relación con el origen, difusión y significado de la palabra, otras formas a estudiar, aunque más alejadas, son Gunia, Ginia, Ginaea, Guina, Gina, Quina, Guiena (Aquitania), Guiana (Guayana), Quinicio, Quines, Quinaux, Quinena (árabe), Quinet, Quinault, Quinoy, Guynedd, Guiddno, Guinoda, Cu inoy. qu inario. etc:'s.
La denominación Guinea, en los territorios medio occidentales de África productores de oro al otro lado del Desierto del Sahara, podría ser prerromana. Los egipcios, que circun-navegaron Africa en el año 605 a.d.l.e.c., debieron encontrarse allí con algún
Foto 8 - Entre Pedraja y la Rasa.
En Las Palmas llaman guinea a una hierba y a un calabacín. El guineo es una suerte de plátano, lsí en Las Palmas como en Macondo (Colombia)22. La moneda inglesa llamada guinea (fabricada con oro
z-t tÓpez ir¿fNozÁgeL, baac. Etimologíaía de los apellidos vascos. B. Aires, 1958. Guinea (Ginea), en Lakarnonte, Ála',al en Orozco, Vizcaya. en 1476; en Amubio, Álava, en Zeanaurri, Vizcaya; y en la villa de su nombre en Álava, s. XV. Signifrcaría pastizal Es
variante de A-guinoa; lugar de te-1os; variante de Aguinag4 Lo que le lleva hasta Aguilar, Eguilar y Eguilaz. Especúlese, en tal caso, sobre su posible relación con guijos, grijos, miliarios.
22 GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel: Cl¿¡r años de soledad. segunda mitad: numerosas ediciones. A finales de la Edad Media, en Andalucía y en Portugal, llamaban asimismo guineo "a los habitantes del Átiica subsahariana (Sudán) que llegaban a sus puertos, generalmente como esclavos", Cfr.: LADERO QUESADA, Miguel Ángel: El Mundc¡ de los viajeros medievales,Madrid, 1992, p. 92
[67] 10
23 MONMOU lH, Ceofliey: Hist. de los reyes de Britania (1138'
I 139). Madrid. 1981. P. 234.
24 Cantar de (]uillerno, CLXXXIII. trad. de Joaquin Rubio' Madrid. 1997. p. 26 y' 188. Añádase el Cuinena¡ de la Chanson de
Roland.
25 Guiena, Guienia (Aquitania). se usa. al menos, desde 725 (cfr': SANDOVAL, P.. ttist. tdctcio. p. 86). La Qurna (Burdeos. Fr.)' lugar con restos humanos del Paleolítico Superior (cfr.. Atlas Hist- El País-Aguilar" Madrid. 1995 " p. I I ). Quinoy. Cuinoy. yacimiento de época romana en la Calatorao (Zaragoza). calzada romana Guines, villa boloñesa (s lX)' Paso de Cafais (Fr.). Gulnia, Anlaldo de Guinia (cfr. Codex Calix¡ ed' MORALEJO, pp.5l7 y 646). Guina" esposa de Adga Peláez. en 1033 (cfi. FERNÁNDEZ CONDE. F.J.: Libro de los Test. Oúedo' 1971, pp. 1g0.224.245). Valle de Arán. Guineia de Artials, nombre de varón, en 1313, en Casau, Huesca. (cfr. ACA. Perg. 3. 157, Jaime II REGLÁ J, Francia y la Cor. cle Aragón. Í. ll. Madrid, 195 l, p. 4l 6). Ginaea, Dienin (M. BESNIER). Quinicia Talmes, alqueria repartida al Concejo de Sevrlla "Quinicia. voz árabe que remite a lgleja": Iglesia (cfi. Dicc Goegr. Arábigo Etinológico. Desde P has¡a Z, ¡¡¡s., B.R.A. Hist. 9/6031) Kynon, personaje literario de los tiempos del rel'Arturo (cfr': Mabinogion, Madrid. 1989. pp. 162 y ss lbidem: Mael-Gwyn. rey de
Gu¡,rrecld. y embalse tle Guyddno en Gales (s.XIII). Guine-vera: Ginebra, esposa del rey Arturo. Quina. nombre de mujer, en época Esteban de Gomaz (cti.: ALBERTOS, L.. La Onont romana- en San , pp 202-206: JIMENO. A.: "Nuevas aportac.", Celtiberia' 84, 1992, p. 94) Guinoda, nombre castellano de mu.jer en el Cartulario de Arlanza. Quinet. Kinneir ¡, Quinault son apellidos fianceses, y en el area catalana aparecen fonnas idénticas o sin.rila¡es. Qurnas del escudo de Portugal. Parece que alude a cinco castillos. Qlrinario. quinal. clrco. Quina. corteza, perf-ume sirioiudio. suerte de vino. eto. Quinena, topónimo y cunya árabe Quineni' Kinnesrin (cfr.. Ajbar ivlachnuá. pp. 59. 69, 70, 80. 82. 81, 85' 102. I I l' 205.227: etc.). Kinneret, lago de Palestina. Aguineese. Aginesse. gtnio de la fuente (cfr.: QUINTANA PRIETO, A.: "La relig. pagana ", p 28)'
nombre. Hacia el año 365 a.d.n.e', los fenicios llegaron, según unos hasta el Golfo de Guinea26 y, según otros, hasta, por lo menos, lo que es ahora Guinea Occidental. En Alejandría, en las procesiones isíacas del siglo IV a.d.l.e.c., precedentes seguros de otras católicas actuales, desfilaban, entre otras especies, las gallinas de Guinea27. En De Chorographia del "gaditano" Pomponio Mela,
escrita hacia el año 44 d.n.e., figuran la "colonia y río Gna", de donde han derivado, por una pafte, Gana, y, por otra, Gena, Gina, Guina, Guinea. Y este Gna
viene a comesponderse con el "no Ger" §í-ger) que menciona Plinio el Viejo en la misma época. En los mapas más antiguos, Guinea, las tierras productoras del oro al otro lado del desiefto, desde Mauritania
hasta el Golfo, aparecen con las formas Ginya, Ginia, Ghenei, Ginyia y Gineua28. Los frisos de la ermita de Quintanilla de las Viñas (s. VII) contienen, entre otras figuras, gallinas de Guinea, especie que sigue pululando en los corrales de nuestras aldeas, aunque no sé si por tradición o por reciente importación.
Calzada cle Quinea, un topónimo a descifrar.
Ahora bien, 1o que me parece en principio mucho más dificil es poder decir algo indudable sobre el significado de la expresión "calzada de Quinea". Las variantes, y las aproximaciones a la Yoz que acabamos de mencionar dan pie para fonnular distintas sueftes de acertiios y conjeturas. Por mi
26 GONZALVES GRAVIOTO, Enrique: "Algunas observacrones acerca del periplo de Hannon",Hisl. Antiqua, XVII (1937), pp.7-20.
27 BLANCO FREIJEIRO, Antonio: "Mitología de las procesiones. Antecedentes paganos de las procesiones cristianas", BRAH, CLXXKI (1985), pp. 4-53. GULICK, Charles Burton (fransl) Athenaetts The
Deipnosophists,London, MCMLXXI, vol. VII, pp. l2-13 y 55.
28 SCHULTEN, A. y J. MALUQTJER: Fo¡rf¿s Hispanise Antiqtta. Vll, Barcelona, 1987, pp. 12,112.32 y 131 Según la Encyclopaedia Britannica, s.v. GuineA esta voz "deriva de la palabra beréber aguinat o gnar¡o. qüe significa hombre negro (y de aquí aka n-iguinctmet?. o t¡era de los negros). el término fue primeramente adoptado por los portugueses, y, en las formas Guinui4 Giny4 Gheneoa, ¡r Guine4 aparece en los mapas desde el siglo XIV en adelante". Ahora bien. la documentación aquí citada evidencia que Quinea o Guinea está bien introducida en el castellano desde, al tnenos, el siglo XI. Según Juatr VERNET: "Navegaciones medievales a lo largo de la costa atlantica marroquí", en el manuscrito ns. 1636-ll de la Biblioteca de "El Esoorial, anónimo, existe un mapa. hecho en 1 192. en el que figura la costa norte tlef Golfo de Guinea (Actas del I Congreso Arqueológico del l¡4arruecos EspañoL. Tetuá1, 1953). Véanse, ademas, VERNE'1, Juan (1953):
"lnfluencias musulmanas en el origen de la cartografia náufica", Bol. de la R. Soc. Geográfica. LXXXIX (1953), pp. 35-62. Bt-ÁZQUEZ. Antonio: "Estudio acerca de la cartogralia española en la Edad Media". Bol. de ta R. S. Ceográ., XLUII (1986), pp. 190-237 REY PASTOR. Julio: "Problemas cartográficos de la Edad Antigua", Rev. de la Univ de Madrid, | (1952), pp. 7-23. LIROLA DELCADO, Jorge: "El poderio naval en el Occidente Musulmán (siglos Vlll-X): Fuentes para su estudio". Actas del It Col. Hispano'Marroquí de Ciencias Hislóricas (G ranada, I 989). Madrid, 1992. pp. 25 I -260. parte, me inclino a pensar que Guinea (Quinea) podría ser de origen beréber-ibero-vasco. Y, con menor confianza, que tal vez esté relacionado con construida (fabricada.¡. coll casa. mansión, posta, torre o algo sirnilar.
Foto 9 - Calz.ada de Quinea. excavada en roca, en Portugui'
En vascuence, Kenea, Quenea, remite, al parecer, a construcción ' Dome-Kenea (¿Casa de Kenea?), Dorni-Quenea, Done-Quenea, Donu-Quenea. Y un refrán recogido en el siglo XVI por Esteban de
Garibay dicá: "l'{ore vere gozog echa-guineau2e: cada uno según su pensamiento hace f¿construye?] su
casa.
Pero cabe pensar también en un origen griego: Kinaros está en el Mar Egeo; kinados, zorro (guineu en catalán); kinadom, espuerta; kinathisma, agitación, movimiento kinema, cinema, movimiento, que podría estar relacionado con Celeri: "ruta más rapida" (RAVENATE30); kinós, perro, cínico3r, Gineo, hijo de Hércules; Grineian, apelativo de Apolo.
Y hay, además, algún fundamento para postular un origen árabe: calzada de adoquines o adoquinada, es decir, empedrada con quinas (s-quinas) o piedras labradas, y señalada con piedras labradas. Según el Diccionario de la RAE, adoquín viene del árabe addukkan, piedras labradas, escuadradas. ¿De quillas. de quinae, de Quinea?.
29 ESPARZA. Emilio: "Toponimia navara", Prmcipe de l'iona' 94-95 (1964-1965) pp. 67-126. Domekene4 casa I.te 13 en lrrañeta, 1' casa t'P... en Larrapil" p. 107: casa llarnada Domukenea. Dominchenea casa: Domin chenea. casa, p. 108. Elxe: casa. Kene- razi, derribar. destruir (cy'. MÚCICA BERRONDO. Plácido: Dlcc. I/asco-Castellano Bilbao. 198 I )
30 ARIAS, Gonzalo (1988): Índice de ntansiones y ciudades de la Hispania rotnana. s.t,. (leleret / Celeri.
3l BAILLY.
Dicctionnar¡re Grec-Francais.Paris, 1959'
1671 11
¿Calzada construida?32 ¿Calzada de los miliarios, de la mansión, de la casa, de la iglesia, de los perros, de los zoros? ¿Calzada hacia Aquitania? ¿Hacia Cádiz y Guinea?. ¿Calzada de quinas (castillos, torres o adoquines)?.
En Francia las calzadas aparecen con frecuencia con los nombres "de Brunehaut"33, "de la reina
Blanche"34, etc. Gastón PARIS "sospecha -dice R' M. PIDAL- se trate de una personificación de Roma, de una diosa gala o, acaso, de Semiramis, la gran ingeniera" (loc.cit.). España, además de "de la pláta"3t, "de los Moros", "de las Brujas", "de los
galiana/s (¿blancas, hacia las Galias?)'
32 Dicc. R.A.E. 1956. l8a ed.): "Calzada (Del latín calciata via' de calx, calcis. piedra para hacer cal). f. Camino empedrado y cómodo por su anchura ll romana: cualquiera de las grandes vías construídas por io,.o,llunor, de que ha1' aún muchos restos en España" Algunos piensan que Quinea (véase antes), rjistinto. la conexión entre remite a negro. Pero, al-lnque es problema caliza (blanca) y calzada deja casi luera de juego tal posibilidad. SÁENZ GARCÍA, Clemente: beografia histórica soriana". Celtiberia' 28 (1964). "Cuatro notas de p 157' propone' siguiendo a F. ZAMORA LUCAS, "equinea' de caballos" Pero como dije en otra ocasión, los caballos tro precisan calzadas para transitar' He leldo otro artículo en esta misma revista donde ya se relacionaba Quinea con el Guinea de Álava, pero no 1o tengo a mano. Me parece qu-e el ., p.rnundo sÁENz nionuEJo. Finalmente, Timoteo RtAÑo autor y M Carmen CUTIÉRREZ, evocaron de nuevo quiñon en 1994: "El autor del Cantar de Mio Cid tiene que ser de la Extremadura Oriental Caslellana"' C e ltibe rica, 87-88. PP. 265-21 1 .
33 Brunehaut. Brunegilda o Brunequilda, hija de Atanagl/do, rey visigodo de España, nació en 534; casó primero con Ligeberto' re.v de los Frañcos de Auitrasia, y en segundas nupcias con Meroveo Victima de las guerras fraticrdas que instigó y declaró, murió en Renéve (Borgoña" Francia), en 613, atada por los cabellos a la cola de un caballo, que la destrozó. Su reinado se distinguió por las especialmente carreleras, que llevo a importantes obras públicas' cabo (Enci Espasa' s.t''
Brunequilda).
34 La reina Blanche designa sin duda a la coudesa Blanca de Navarra que, en 1273, impulsó ya la construcción de calzadas a cambio de derechos de peaje. El documento conespondiente relata las
disposiciones que toma en esta ocasión Blanche de Navarre para construir "la cal:ada de Baudemont. al sur de Sézanne, que comprendia a la vez el establecimiento de la ruta y el de dos puentes. La reina Blanca de Navarra. condesa de Champagne, concede por siete años al preboste de Sézanne y a tres empresarios los peajes a percibir sobre la nueva ruta, baio la cóndición de que ellos ejecutaran cada año la séptima parte de la cilracto. l,a condesa se encargará únicamente de proveerlos de la madera bruta necesaria para la construcción de los puentes. Al final del acta se estipula que toda la calzada deberá estar pat'irnentada al término del séptimo año del contrato" (Cfr.: HubeÍ, Jean,1959, "I'es routes du Moyen Age", en Les routes de Ftance despuis les origines jttsquitá nos jours, p.38).
35 El primer registro conocido de este nombre, según mis noticias. está en una carta enviada por el almirante Cristobal Colón a su hijo Flernando, hacia 1500, en la que le dice: llevaréisla por la calzada de la Plata rel'rriéndose a la que sigue conociéndose hoy día como Ruta de la Plata. En versión latina (via nobilissima : argentea vulgo diciur), figura enseguida después en la Repetición sexta sobre las tnedidas de Helio Antonio de NEBRTJA "leída en 1510. publicada en 1527 y reeditada en facsírnil Jenaro por la Unrversidad salmantina COSTAS RODRÍGUEZ" en l98l con traducción y notas de lCfr.: ARIAS, Conzalo : "De antflteatros y unidades de medida", M8.66' 1998. p. 24) Pero. el origen y significado de esta denominación sigue siendo muy discutido Deriva'' ,.gún unot, del a¡abe al-áalat; el camino, que habría dado 'al-palat' y' finalmente, "la plata"; y, según otros. de vía lata: ancha (Cfr.: SAI-INAS DE FRÍAS. Manuel l otros: ¿¿r Ruta de la Plata. De Sevilla a Gijón' León. 1993, p. 5). Se conoce una Vía Lata en Rol.na, otra en Gerona' etc' Foto 10 - Acceso a Llxama de la calzada' marcada en la roca'
Otra posibilidad es que, como ocurre tantas veces en toponimia, sea ulla tautología: camino del camino' Según A. CARNOY (1953), en Boulonge se dan las
formas Quemm -b er ghe s (9 66), Kene -b er, Quemb ert, Quenne-val, Kendale, etc., topónimos que derivan todos de camm(i)nus, y que se corresponden con las Chin-mon:, Chin-vaux del país de Lieja'
M. SALINAS y otros. op. cil., toman como eje de su argumentactÓn "albalata", topdnimo inexistente se conocen lres Albalat (Valencia)' varios Albalaie (Huesca. Teruel. Cuenca Guadalajara) y un Albalatillo (Huesca), pero ningún Albalata'. lgnoro, pues, qué razones científicas ha tenido esia rnedia docena de profesores de las universidades de Salamanca- Extremadura, Oviedo y Castilla-La Mancha' para acuñar este nombre. Otra posibilidad es que tal nombre aluda al agger: plateau en tiancés. plató, platea. plano, etc. En esta misma linea (el misrno campo semántico). tenemos. además, la forma griega plateia (derrvada de platus): plana. ancha. que se aplicaba 'sagrac)as' (I-IAIJSSOUI-L[ER. Bernard: en la Antigüedad a "La voie sacrée de las vias Milet a Didymes", Bibliothéqtre tte t'kote des Hautes Etudes' n' 230' 1921. pp' 85-i0l). Sobre la aplicación del término plateia a las vías sagradas, véase, según este misrlo autor CURTIUS. E. (1854 y 1894): "Zur Gesclrichti des Wegebaus bei den Criechen", en Gesamnelte
Abhancllugen, I. p. 27, nota 1.lr'.a calzada de Mileto a Dídimo se puede aún obseivar elt torno a las ruinas de esta antigua gran ciudad
(SINANOCLU, AhnteL. Diclynra. M¡letus Priene, Estarr,bÜl, 1997, p' 9)' ia solución podría ser, siu etnbargo, mucho más sencilla calciata detapitlata: calzada enpedrada. Y eso es, sobre cualquier otro atributo o coniideración. "En la'l'itlo de Satt Ansbert', obispo de Rouen (Francia), muerto hacia (lttfon. Germ. 692. se hace referencia a una vía publica ac delapidata llist. Suipt. rer. merov.' f v.' llita Ansberl¡ ¿pri. p 639). lo que debe traducirse ciertamente conto ruta ptiblica y enpedrada. una vez que delapidata había perdido en el bajo latín su sentido originario" thUBen, J., 1959, "[.es routes de rlelapitlata es muy fácil pasar a Mo.ven Age",loc. cir, p' 30) Desde "deJa-plata": y de al-balat bufanfe difi;il. Detop¡dala: deJa-piata. <ie la plata. Olvidado el sentido de delapírlata, calciatld delapiclata cobraría de nuevo sentido lógico-
linguistico en oastellano col¡o calzada de-la-plata. No pongo en duda que el a|-balat rentita a cctnülo, sea normal, real, arreci;fe o pavimentado Qtrnimentum: piso o suelo ás que al-briat. catnino. altitlcial calzada, construido). haya dado Lo que cuestiono ahora plata Ademas de las diflci¡lta¿es fonéticas. es1á la falta de se,tido lógico. La transfbnnación sc podría haber producido. en toclo caso, por medio de "camino de al-balal" ila yuxtaposioión o redundancia es iopári,"¡al o calzada de al-balat: un fenómeno muy común en nuestra calzada'de plala' Por otro lado' alb)hd, una voz muy prórima. es "el pais" Pero, insisto' la solución más lógica y' sencilla me parece calciata delapidata :'"calzada de-la-plata"
Gemechenne lez Dinant viene de geminas cantntinus, y se encuentra en las bifurcaciones de calzadas. lYez' la-Chine se traduce por sobre la Chinelle, y chinequine-, remite con frecuen cia a calzadáí .
Talvez estos Cñi-. Ki- estén relacionados coll Kar: piedra, pela, pere, pele... En todo caso, los dafos y argumentos manejados aquí sugieren que Calzada de Quinea (adoquinada) es lo mistno que Calzada de la Plata (delapidata): calzada pública empedrada. Una denominación propicia a generalizarse en el área hispanoárabe.
I CARNOY. A.: " Dcs Clraussées romaines en Belgique et dans les regions avoisinaríes". L' Antic¡ttité.'Toponymie C lass iq tre. XXll ( 1 953)' pp. ZOI-llt. pp. 304 i 308. y Xxlll (1954). pp 5-28, p 7'
Áspero territorio, de ricos celtíberos poblado
Por Luciano Pére z Y tlatela
1. Caracterización de la riqueza Cuando Estrabón (III 4,12) nos dice que la Celtiberia es "amplia y desigual (anomalos)", perg que en su mayor parte es oorocosa y con esteros" l, apreciación que repite poco después (III 4,13) con "áspera/rocosa" trachy, no está caracterizando un país rico, pues para los antiguos el criterio
fundamental acerca de la riqueza de un territorio era la fertilidad de la tierra. 2 Así, nos ha catactetizado la Turdetania como oofértil" audaimonike -y en consecuencia, bien dotada de ciudades (III 2,5)- o del mismo modo, otro autor griego, Apiano de Alejandría, podrá caracterizar la Carpetania como "fértil" (Iber. 64). No debe ser ajeno a esta consideración el hecho de que tuviese olivos. En todos los autores grecolatinos peffnanece la misma constante. La consideración de fertilidad, de riqueza agraria llevaba aparejada además algunas
connotaciones, la primera, casi hubiese abundancia de obvia para ellos, que grano entre sus
producciones. Pero el lujo agrícola lo representaban los dos cultivos arborícolas mediterráneos
' O acaso "pantanosa" como propone Capalvo A., Celtiberia, Zaragoza, 1996 p 49, lo cual beneficiaría
teóricamente la continuidad del pensamiento de Polibio XXXIV 9,12, sobre la inclusión de las fuentes del Anas en Celtiberia, pero también cuanto menos, la parte meridional de Palencia en Celtiberia, ya que entonces
estaba la laguna hoy desecada de La Nava' ' Finley M., La economía de la antigúedad,México, 1986
p 150 s ; Ruiz Galve Mu L., "Sobre la pobreza de los celtiberos", en Burillo F.,PérezCasas J'A., de Sus M" L., eds..Celtíberos,Zaragoza 1986, p 187 s. principales, la vid y el olivo. Es curioso que Estrabón incluya el olivo y la higuera -así como las raíces tintóreas y los castores- entre las producciones citadas después de la etnografía celtibérica (III 4,15), lo cual no coresponde a la imagen de la barbarie típica (aunque la coexistencia de recolecciones y caza con la arboricultura señalada es de una promiscuidad ciertamente poco civilizada), pero en estas líneas más bien parece referirse al conjunto de lberia o a la parte más oriental de Celtiberia. De este modo, cuando Estrabón dice (supra) que es panphokos kai polyphoros añade un elogio a otro, queriendo significar que Turdetania era productora "de todo" y además "en abundancia" (lll 2,4). Pero antes de cualquier otra cosa, debemos sobreentender que era productora de grano. Sin embargo, la Celtiberia (entendida en sentido amplio) anterior a la conquista romana no era considerada como gran productora de grano, antes al contrario. Sin embargo en este punto hemos de considerar que celtíberos y vácceos organizaban con efectividad una rápida cosecha del grano aúr-t verde, antes de dejarlo a merced de los romanos en varias de las campañas documentadas. Así Apiano (Iber. 54 y 80-83) dedica unas líneas a los
padecimientos de la tropa romana en 151 y 136 a'C' ante Intercatiay Palantla, debido alafalta de grano -no de comida- y por tanto, al verse obligados a consumir carne de ciervo y caza en general, los estómagos itálicos, habituados a la dieta de la civilización, padecían graves trastornos. Desgraciadamente, la documentación de la conquista sólo
l0zl t s
incide en los aspectos políticos de las decisiones económicas, no en la misma economía, como la aludida cosecha de mieses aún verdes por los
vácceos en 134 a.C. (Iber. 76) 3 En otros pasajes de la Geografía, Fstrabín ha acudido a un criterio accesorio para la evaluación de las posibilidades económicas de un paisaje, de un chorioln. Acude para ello a una observación de Posidonio de Apamea, según se ha revelado por el análisis filológico, procedimiento algo vidrioso por cierto -el uso de aliteración con pi entre otrosa- : tal criterio de da en la descripción de cieftos pasajes 'odesolados" como los dominios de Hades/Plutón y así nos presenta las contornadas (norteñas) del río Betis junto a Cástulo (ll12,l l y en parte, 10) cuya aridez se compensa por la existencia de filones de plata : "siendo que el país de los iberos está lleno de ellos 1de y menos metales), no todo é1 es pues tan aún la región rica en metales" fértil y rico (lll 2,8)' Y prosigue : "...sucede raras veces que una región sea ii"u ambas producciones y también es raro que la ",-r misma región sea en poco trecho rica en diferentes metales" (Str. id.). También es probablemente de origen posidoniano según Schulten la aludida expresión'trachys que utiiiza frecuentemente Estrabón' t Sin embargo, el juego de palabras enfre plouÍos "rico" y Plouton de Str. lll 2,9 ha sido comparado con justicia con un uso similar de Agatárquides6 en Diodoro de Sicilia (lII 15) a propósito de una polémica entre aquél y Posidonio. Por lo tanto, debemos ser muy cautos a la hora de atribuir la paternidad de un pasaje acudiendo sólo a criterios estilísticos y probablemente hayamos exagerado todos la mano oculta de Posidonio en Estrabón'7 El elemento geográfico está considerado
como causa de barbarie, arrancando el argumento de los celtíberos para aplicarlo a toda Iberia'8 Con
r Wattenberg F., La región vaccea, Madrid 1959 p 35 s'; Solana J.Mn, "La expedición de L. Licinio Luculo contra los vacceos", Estudios en homenaie a C' Siinchez
Albornoz. Anexos de Cuad. de H' de Esp., Buenos Aires
1983 p 37 s. ' Mun, R., Poseidonios suchungen, Gotinga 1929 p und Strabo I : Vorunter' l, 40-46. Le sigue Schulten A., Fontes Hispaniae Antiquae VI. Estrabón. GeograJía de lberia, Barcelona 1959 P 252. ' Schulten, FHA VI, op.cit. P 247 . u tbid. p tl9. ' Así Lafftanque M., Poseidonios d'Apamée. Essai de mise ai point, París l9'/7, se muestra más escéptica
respecto a estas presuntas t Lomas F.J., "Bárbaros transmisiones a Estrabón' y barbarie en Esfabón", Actas rlel I Congr. Andaluz de Est- Clas., Jaén 1981 p 16; ciefta contradicción, Estrabón (lII 4,10) manifiesta a propósito de Celtiberia que los geógrafos griegos no dan informaciones acerca de regiones "pequeñas, bárbaras y subdivididas". ¿No era Celtiberia
"amplia" ? Pero en el párrafo que nos ocupa parece que el póntico está constatando el balance negativo d" .ui indagaciones documentales divisiones internas de los celtíberos y sobre las aprovecha'
una vez más, para ampliarlo a buena parte de Iberia'"
2. F,nvarias ocasiones, una derrota o retirada de los combatientes celtíberos -no necesariamente en "Celtiberia"- es la causa y condición necesaria de una posterior presa de botín. Así, ya en 207 (Liv' XXVIII 2,13) cuando Silano elude a los celtíberos de Magón y de Hannón, puede concluir su campaña con laioma de Orongis (XXVil 213 a XXVIII3,1) o en 195 cuando M. Helvio, quien tras vencer a los celtíberos junto a lliturgis regresó a Roma con 14J730 libras de plata en lingote, 17 '023 bigati y
1 19.000 en argentum Oscense (Liv. XXXIV 1 0,1 s) ; en l95 los celtíberos pidieron a Catón 200 talentos por su apoyo (Pluf. Cafo maior Lo, 3 s)' En 184 L' Quinctio Crispino y Cn. Calpurnio Pisón triunfaron uno y otro sobre "lusitanos y celtíberos", apoftando a su triunfo cada uno 83 coronas de oro y 12'000 libras de plata (Liv. XXXIV 42, 5 s)' En 182 Q' Fulvio Flaco, tras muchas bajas habidas en varias batallas junto a (Jrbicua saqueó la ciudad .Y
abandonó el botín a los soldadot 1f-iu. XL 16,7 s)'10 En fin, que en las fuentes de la conquista romana se nos ofrece un curioso rudimento del costo del "sector servicios" militares, dado en metal precioso y sangre, pero más raramente en esclavos' Que en ias fuentes es relativamente frecuente la asociación entre celtíberos vencidos o retirados y botín -o en el peor de los casos para Roma, entre celtíberos independientes y soldada-. Pero a ningún autor latino se le ocurrió explicar a sus lectores eran las fuentes de riqueza, el paisaje cuáles o las relaciones socioeconómicas de Celtiberia misma,
Thollard P., Barbarie et civilisation chez Strabon' Etude critique cles livres III et IV de la Géographie,BisenzonaParís1987p8sy19s.
'Pérez Vilatela L., "Etnias y divisiones hispano-romanas en Estrabón" . Kalathos 9110, 1989-90 p 205 s ; id', "Estrabón y la división provincial de Hispania en 27 a.C.", Polis 2, l99O p 99 s ; Capalvo, Celtiberia, op'cit, p
55 s. 'o Fatás G., "Un aspecto de la explotación de los indígenas por Roma : los botines de guera de la Citerior", Estudios de la Llniv. de Zaragoza, 1913 p 257 s; Knapp R',
Aspects oJ'the Roman experience in lberia 206-100 B'C', Vitoria 1975 p 165 s.
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factores que posibilitaban la acumulación de metales preciosos entre los celtíberos.
3. El criterio geográfico para la caracterización de la riq;ieza a juicio de Estrabón perjudica al Oeste frente al Este, a la humedad frente a la sequedad, al Océano frente al Mediterráneo. El paradigma lo constituye el húmedo Cantábrico, concreción geográfica de la pobreza y batbarie (Str. III 4,16), ionu qr" limita con los celtíberos, por lo que no hay que hacerse demasiadas al hecho de que algunos ilusiones ya visten sobre ellos, pese la toga (lll 4,20)' Sin embargo, desde la perspectiva de los años de la conquista romana, una cosa es que el país fuese frugífera y metalíferamente pobre -acaso el criterio tomado de Posidonio-" y otra que los habitantes de tal o cual región (aquí, de Celtiberia) fuesen pobres también. Se trataba de una mecánica de tesaurizaciln progresiva (celtíberos) y desamortización en beneficio de extraños (romanos), quienes además hicieron acuñar a los celtíberos la plata que aún quedaba en sus manos y que a través del comercio y los impuestos iba también a parar a las arcas itálicas' Dado que Marco (Claudio) Marcelo pudo obtener de Celtiberia un tributo de 600 talentos (de plata obviamente), los celtíberos no podían ser "pobres" (Str. III 4,13). La mentalidad antigua era abiertamente favorable a la riqueza. Algo muy distinto es que hubiese una mentalidad capitalista en la sociedad romana, que es un asunto debatido desde
Rostovzeff. pese a las La riqteza era deseable por sí tnisma, matizaciones de estoicos y cristianos' Pero la riqteza por sí misma era despreciable si no proyectaba una imagen social del propio rico y de su entorno (V particularmente de sus clientes y allegados). El rico debía ser generoso, vestir con decoro, sopoftar y mantener parásitos y clientes' La racanería del rico era entonces mucho más censurable socialmente que hoy día -baste leer los Caracteres de Teofrasto o las chanzas de Plauto en Aulularia y otras comedias, basadas en similares piezas de la "comedia nueva" ática-. Y los bárbaros tenían el inconveniente de hacer un uso inadecuado de la riqueza : llevaban demasiada sobre el cuerpo, pero se resistían a amonedar o incluso prohibían la circulación de metales preciosos ; no explotaban al máximo sus filones (así, los astures)... ; en conjunto su barbarie económica venía motivada por sus
tendencias amortizadoras.
rr Thollard, Barbarie et civilisation..., op.cit., p 59 s' La economía de la Antigüedad, como la de algunos regímenes contemporáneos, estaba subordinudu a la política. La polis frataba de ser autosuficiente para poder ser autónoma, poder
gobernarse a sí misma. Los romanos aprovecharon ál creciente sentimiento poliada de los celtíberos §umancia, Segeda) desarbolando a sus enemigos y favoreciendo las acuñaciones de diminutas polismata (micro-ciudades) de modo que el sentimiento "poliada" no condujese a economías
cerradas, puesto que los romanos introdujeron redes comerciales en todas las tierras que dominaron : no les irnporló tanto que las ciudades sometidas
mantuviesen sus leyes mientras continuasen p4gando sus tributos, y pagándolos claro está en moneda, todos o parte. La autarquía acababa por ser más reprimible que una considerable dosis de
autonomía. Tenemos pruebas de que algunas naciones bárbaras occidentales se preciaban de ser tan autárquicas que asolaban los límites de su territorio en detrimento del desarrollo del comercio' Así procedían las eürias germanas que conoció Julio César (BG VI 23,1 s). E,sta actitud era
completamente deliberada : estas razas occidentales opinaban, como César, que el comercio desbrava y afemina a las naciones (-BG lY 2,1 s; Yl 24,4-5)' Dado que además casi nunca podemos operar con magnitudes macroeconómicas en la Antigüedad, se nos hace todavía más patente la imposibilidad de hablar de la economía de un pueblo antiguo sin acudir a todo conocimiento posible sobre su
organización La social Y Política. sociedad celtibérica, como otras precapitalistas, no se preocupaba por el aumento de la productividad de sus fuentes de riqueza' Esto no empecía para que grupos sociales y ciudades atesorasen metales preciosos. qué punto los dirigentes No conocemos hasta políticos o de las gentilidades podían disponer de los bienes del óonjunto. Ni siquiera sabemos si la propiedad de la tierra estaba en manos individuales o de las gentilidades. No nos extrañará sin embargo que las facultades de distribución del botín estuviesen atribuidas a los cabecillas militares, como Viriato entre los lusitanos. Sospechamos que en el período de conquista romana e incluso después las "gentilidades" en genitivo plural y las cognationes vácceas debieron tener facultades jurídicas de propiedad.
4. ¿Cómo podían ser "ricos" los celtíberos en ul1 país pobre ? Básicamente gracias a tres factores, de
1671 15
importancia económica muy desigual. De hecho, el fundamental y frecuentemente el único debió ser el primero : a) El sistemático mercenariado entre otros pueblos de Hispania y del Mediterráneo, hasta el punto de haber contraído algunos de ellos la responsabilidad suprema de la defensa de otras etnias hispanas ante enemigos extrapeninsulares' b) Las expoftaciones pecuarias, de las cuales la mejor pagada era la de equinos' Esta exportación se deduce del párrafo estraboniano ""'el pelo de los caballos (celtíberos), que es atabanado, cambia de color al llegar a las costas de [beria"'" (Str. III 4,15). Antes de la intervención romana debió ser excepcional, tanto por el valor de las monturas como tal vez -aunque mantengo serias
dudas- por la precaución de no abastecer a posibles enemigos. Sus mercados de destino además de la costa oriental pudieron ser, como en la E'dad Media, las Galias y Sicilia, además por supuesto de Italia, desde la intervención de los romanos. En cualquier caso, la exportación no perjudicó las remontas en la propia Celtiberia, dado que perduraba en el Bajo Imperio hispano como la más importante de
Occidente. Plinio alaba la excelencia de las burras celtibéricas (¡i11 VIll 1 70). Entre las otras producciones pecuarias destaca la lana de ovicápridos con la que se elaboraba el vestido tradicional de celtibéricos, el sagutn. Materia y los varones prenda son
aludidas varias veces en las fuentes de la conquista romana.
El sector cerealista, aunque existente, sólo sirvió para la exportación por la fuerza de las requisas romanas, cuando éstos lograron sotprender a los celtíberos antes de la cosecha. Pero no puede hablarse propiamente de exportación sistemática de
excedentes en estas condiciones' Mayor mercado por su mayor especializacióny rarezay dentro de unos estrechos lírnites de "productividad" alcanzaban algunas recolecciones con valor económico, singularmente la de la cochinilla del roble y las raíces tintóreas (Plin. 1V11 XVI 32 y Str. III 4,16). No creemos que estas producciones diesen origen a grandes fortunas, pero según Plinio las gentes pobres de Hispania podían pagar la mitad de los tributos con la cochinilla, hecho económico nada despreciable y más beneficioso para los indígenas que la mayoría de regímenes tributarios. Es difícit saber si algunas otras producciones, como la pera numantina (Plin. ¡/11 XV 55) eran objeto de un comercio que no fuese local, puesto que el prestigio de este producto puede ilaberse referido a una modalidad originaria de Celtiberia, pero adaptada a otros lugares' En este caso, optamos por la exportación de un cierto excedente, pero en época imperial ; no sabemos si también en la de indePendencia. c) Respecto a los metales, sabemos que asociación entre el armamento celtibérico y la la montura equina promovieron la aparición de la potencia celtibérica.lt Este punto está generalmente aceptado, pero nos resulta difícil saber hasta qué punio los celtíberos independientes comerciaban ton manufacturas metálicas. La aparición de ajuares celtibéricos fuera de su territorio estricto parece obedecer más bien a las otras instituciones de dinámica exterior de los celtíberos (mercenariado, jefaturas, enclaves poblacionales e intercambio de presentes). Pero en una sociedad como la teltibé.ica, ¿,cómo apear de 'olo económico" toda esta clase de servicios ? En cualquier caso este tipo de relaciones predominan sobre el mero comercio, según opinamos. Sin embargo, a la llegada de los romanos esta situación se modificó, pero según las fuentes conservadas, más bien en función de la imposición tributaria ("monedas mineras", entrega de armas ; fabricación intensiva en el período sertoriatto, etc.). En algunos casos pudo producirse un enriquecimiento de determinados talleres, pero subordinado al allterior proceso. Antes de los romanos, las armas celtibéricas, reputadas como las mejores del mundo antiguo (Maft. I 49, 4-12; I 14,33 ; IV 14,35) debieron estar estrechamente unidas a sus propietarios. Sertorio fue el promocionador de su fabricación en grarl escala (Liv. fr. XCI) ; pero después de esta guerra, las forjas debieron volver a un volumen de producción tradicional. La forja no sólo se empleaba para las armas, sino para el "acero" antiguo en general, como testimonia
Marcial (vid. tb. Liv. XXXI 34,4 pata e[ impacto del acero hispano contra los griegos en manos de soldados romanos). En época del bilbilitano eran famosas por su foria Bilbilis y Plafea(s).
12 Pericot L., "Los celtíberos y sus problemas", Celtiberia l, 195 1, p 5l s. En realidad Marcial parece haberlo advertido ya en el siglo I d'C., Mart. I 49 videbis altem, Liciane, Bilbilint ec¡uis et armis nobile¡z si se acepta la con jetura del humanista Femández de Córdova que enmienda aquis por eqtris, vid. F. Moya, "La Dídascalia
multiplex de F. Femández de Córdova : sus aportaciones a la Filología clásica', Homenaie a P. Sainz Rodríguez,
Madrid 1986. tor-no ll.
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No todos los celtíberos emigraban de la misma manera : los establecidos en Beturia y Serranía de Ronda (Plin. ,n/f/ III 13-14) llevaban generaciones asentados alli a la llegada de los púnicos y romanos. También había otro núcleo en la zona de Cástulo, al NE de Jaén (Str. III 2,11) cuyo aflujo continuaba en época de las fuentes de
Estrabón -acaso Posidonio y datables en la primera mitad con mayor seguridad, del s. I a.C.-. Otros celtíberos regresaban a su patria con su soldada' Y volvían a enrolarse paru campañas posteriores' Opinamos que durante sus desplazamientos
pudieron valerse de ovicápridos transhumantes, siguiendo cañadas similares a las medievales, cuyo
origen sería pues antiguo. No podemos establecer hasta qué punto las poleis celtibéricas intervenían en los beneficios de estos desplazamientos como agentes económicos y ni siquiera su se molestaban en hacerlo, pues no cabe duda de que tales instituciones socioeconómicas y militares estaban acaudilladas por
'oestrategos" , duces, príncipes y en alguna ocasión reges. Frente a púnicos y romanos, las fuerzas de los celtíberos debían tener frecuentemente una composición abigarrada, suprapoliada. De esta manera es imposible comprender la sociedad y economía celtibéricas sin instituciones como el hospitium atestiguado por Diodoro de Sicilia (V 34) que había permitido a los celtíberos establecer una retícula de relaciones por toda la península e incluso regiones e islas cercanas. El hospitiufi es una
consecuencia insoslayable en una sociedad que producía tantos viajeros. Pero aunque incluía sin duda un intercambio de regalos (pues así se documenta en abundantes pueblos indoeuropeos y del Próximo Oriente) y tenía pues un componente económico, los mecanismos de esta institución quedaron truncados antes de que se pudiese desarrollar eventualmente un sistema de relaciones comerciales estrictas, tal como había sucedido con los colonos focenses de Occidente. El hecho de que las téseras de hospitalidad conservadas daten de época romana'' no empece para el hecho de que la institución existiese previamente, incluso con elementos ergológicos de reconocimiento que
pudieron haberse labrado en materiales fungibles, en tatuajes corporales o de cualquier otra manera. De hecho se hallaron téseras anepigráficas en Alcácer do Sal en la Lusitania, en contextos claramente prerromanos. Este yacimiento está muy influenciado por la ergología celtibérica.
13 Dopico Mu D., "El hospitium celtibérico. desaparece", Latomus 48, 1989 P 28 s. Un mito que Los mecanismos de obtención de sus honorarios por parte de los celtíberos eran tal'l complejos como su sociedad. El enrolamiento de mercenarios debió estar relacionado con otras instituciones sooioeconómicas reseñadas, pero la militancia específica y la contrata de los servicios de la tropa así constituida se llevaba a cabo tratando con los jefe s (así Moericus y Belligenus en Siracusa, l-lv. XiVl 21,13 ; Alluquius en Carthago Nova)'ra No son estos ejemplos los que muestran la llamada "tremenda desigualdad económica" entre los celtíberos, alltes al contrario : las clientelas y el mercenariado eran mecanismos de integración social y de creación de lazos duraderos entre los contratantes con obligaciones mutuas. parte, utr celtíbero muerto de hambre Por otra ni podía resultar un buen soldado ni podía pagarse su
panoplia, que en Celtiberia era además de excelente calidad.
5. El principal producto de importación por parte de los celtíberos independientes y durante el período de incorporación a Roma fue el vino que compraban a los mercaderes que "costeaban" epipleo hasta allí (Diod. V 34) que consumían en el symposiunt. Es más probable que esta costa fuese la del
Mediterráneo que la del Cantábrico. En este caso, la costa de los ilercavones es la más indicada por su cercanía. Se ha pensado en instituciones como el onos arcaico griego en estas costas a tenor del topónimo Onus(s)u." Se ha conjeturado que la élite gala del siglo I a.C. para poder acceder al precio del vino que importaban de Italia (Diod. Y 23,6) procedía a un intercambio de presentes, entregando esclavos a los romanos a cambio del vino.16 Sin embargo, l'lo tenemos constancia literaria o arqueológica de que entre los celtíberos se hubiese producido un
fenómeno semejante. Otro aspecto poco notado de la conquista romana, en relación con el anterior, es el de las restricciones impuestas por los romanos a los
H García y Bellido A., "Moericus, Belligenus y los mercenarios españoles en Siracusa", en Veinticinco estampas cle la España anÍigua, Madrid 1968 p 6l' Sobre el episodio de Alluc¡trius,las fuentes enBlázquez J.M , La romanización I, Madrid 1974 P 195 s. " PérezVilatela L.,"Onus(s)a: toponimia y comercio antiguos en el litoral del Maestrazgo", Polis 6, 1994 p 269 s' 16 Daubigney A., "Relations marechandes méditer-ranéennes et procés des rapports de dépendence (maqu- ef ambactes) en Gaule protohistoriqte", MEFR' Modes de contact et processus de anciennes, Roma ,l983. transformations dans les sociétés 167117
pueblos occidentales respecto a la plantación de olivos y viñedos fuera de ltalia y concretamente en las provincias occidentales. Dice así el texto de Cicerón (Rep.3,16): "... somos los rnás justos de los hombres quienes no permitimos a los pueblos situados más allá de los Alpes plantar olivos y viñas, de modo que nuestros propios olivos y viñas valgan más". Sabemos con seguridad que otras regiones de Hispania prerromana conocían sobradamente ambas plantas y se valían de ellas. ¿Qué ocurrió cuando se produjo la conquista romana ? Realmente sabemos muy poco, salvo que Cicerón se refería fundamentalmente a la Galia Transalpina. pero también que 1o hace en plural, genéricamente. En definitiva : Estrabón a propósito de la Celtiberia está describiendo un proceso de
"desamortización". Da la impresión de que en el pensamiento de Estrabón (o de Posidonio, su primera fuente) la mecánica de obtención de los seiscientos talentos por pafte de Marcelo proyecta un reflejo mecánico retrotraído a los celtíberos. De la misma manera que se habría originado el excedente, era ahora librado por los romanos al mundo civilizado. Además, el elogio de Claudio Marcelo no lo es realmente. Es una alabanza envenenada y probablemente sea cierto, etl este dato concreto, que proceda remotamente de Polibio a través de Posidonio -aunque en las líneas de este último perdiese una bueua parte de su veneno, sospecho-. E,l dato está extraído de una caracterización "negativa" de Marcelo (cónsul en 152 a.C., el cual buscó la paz y conciliación con los nutnantinos, previo el pago especificado (App. Iber. 49 ; Pol. XXXV 2, 1-3) frente a un sector del Senado, encabezado por Escipión Emiliano -el futuro destructor de Numancia- que buscaba la guerra abierta y la completa sumisión y destrucción de Numancia. Polibio, con la mala sobre todo cuando se frafa fe que le es propia de evaluar a los adversarios de los Escipiones, en un fragmento de su libro XXXV acusa a Marcelo de haber abandonado el "androceo por el gineceo" (andronifis por el
gineconitis) (fr. 102) o sea la sala de los varones por ia de las mujeres : el insulto de Polibio se dirige concretamente a sus acciones tras haberse visto librado de la guerra contra los lusitanos, lo cual me extraña un tanto, puesto que según se ha estimado hasta la fecha primero se ocupó Marcelo de la guerra numantina (Pol. XXXV 2,2, toma de
Nerkobriga, sic). Le acusa Polibio de haber llevado la guerra a "otra parte" tras haberse librado de los lusitanos. Pero sabelnos que no luchó.-contra los cehíberos. sino que pactó. ¿A qué parle ?'' La forma salornónica y por tanto arbitraria de resolver esta aporía sería la muy cómoda de entender que los "lusitanos" ,l,ouortavoí de quienes se había librado Marcelo eran realmente los "lusones" de Celtiberia con los que ciertamente Marcelo trató pues la Nerlóbriga celtibérica fue ocupada por 5.000 arévacos (App lber. 50) tras el fracaso de la negociación de éstos en Roma (Pol' XXXV 2). Pero no pasa esto de ser una conjetura' Además, el rTreollo de la guerra eraya Numancia y contra ella (contra los arévacos) fue contra quienes el Senado romano acució a Marcelo para llevar la guerra (Pol. XXXV 2,3). Los 600 talentos de Marcelo sott cara a la mentalidad belicista romalla, apologética, el precio de la cobardía -lo cual no era urí, "Á,ro se apercibió incluso Schultenl8-, en tanto que el ridículo premio a la valentía está cifrado en los siete denarios que recibió cada soldado en su triunfo de matros cle Escipión tras haber destruido la ciudad (Plin. 1/11XXXIII, 141). La mentalidad que traslucen las fuentes está tan mediatizada por el pensamiento senatorial belicista republicano que no es capaz de entrar en la valoración de la "paz" sino de la "cobardía". Las fuentes sobre la conquista de Hispania contienen muchas trampas saduceas de
esta paz.
17 Capalvo, Celtiberia, o.c., P 154 s. 18 A. Schulten, Fonfes Hispaniae Antiquae IV. Las guerras de I 51-72 a. de J.C. Barcelona 1937 p 20'
Arqueología del paisaje
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Se trata de un "Grupo de lnvestigación Arqueológica del Paisaje", unidad autofinanciada de la Universidad de Santiago que ofrece servicios en tecnologías para la gestión integral y la evaluación del patrimonio arqueológico.
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(Apd".
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Arqueología albacetense
Comentario
Rubí SANZ GAMO. Cultura transición. Albacete: Instituto ibérica y romanización en tierras de Albacete : los siglos de de Estudios Albacetenses,199'7.398 págs. Numerosos mapas y dibujos. I .600 pesetas.
Esta tesis doctoral (resumida) de la directora del Museo de Albacete es, mucho más que un trabajo encaminado a la obtención de un título, un hito en una carrera profesional yajalonada con buen número de publicaciones.
La obra tiene el carácter de recapitulación, compendio ajenos de y sistematización de trabajos investigación y excavación. propios y El marco espacial es la provincia de Albacete, y el desde fines del s. III a.C. hasta el I temporal d.C. La
bibliografía manejada es muy extensa, prácticamente exhaustiva. Se consideran en sendos capítulos los yacimientos, la cerámica, las fuentes (epigráfrcas, numismáticas, literarias), las vías de comunicación y los asentamientos y necrópolis, con un capítulo final sobre el proceso de romanización y un anexo de inventarios numismáticos. Inevitablemente, las
muchas páginas dedicadas a descripción e inventario de yacimientos, piezas cerámicas y numismáticas, etc., pueden aburrir al no especialista; pero no falta la visión de conjunto sobre la evolución histórica de los pueblos y las tierras de esta comarca que constituyó una encrucijada decisiva en los primeros tiempos de la penetración romana. La utilidad del volumen como obra de referencia es pues innegable, y ojalá dispusiéramos de un trabajo análogo para
cada una de las provincias españolas.
*{<*
Sin embargo... Sí, no hay más remedio que apuntar ciertos peros, más que nada en aspectos fonnales.
condicionada por el reconocimiento de que los yacimientos seleccionados para el análisis detenido "constituyen un muestreo entre el más del centenar citados a lo largo de la investigación", y que "del total, urr 260A han sido excavados y ofrecen datos fiables." Queda pues ull amplísimo campo de investigación todav ía inexplorado. > Los mapas, aunque trazados con precisión, son insatisfactorios desde varios puntos de vista. Nunca se indica la escala (que no es siempre la misma)' A menudo es difícil distinguir entre ríos y curvas de nivel. Los rótulos son muy insuficientes, y los signos convencionales no siempre están bien explicados.
> Tampoco muchos (quizá la mayoría) de los fragmentos de cerámica y otros objetos dibujados llevan escala, y lo mismo ocurre con las plantas dc construcciones. A veces hay una regleta gráfica cuyas divisiones podrían indicar centímetros, pero no se dice.
> Un índice alfabético de yacimientos y topónimos citados habría sido muy útil.
Tres núcleos de población (núms' 3,4 y 5 en el mapa de RSG aquí reproducido) habrían jugado en tierras albaceteñas un papel importante en l¿r
organización del territorio : § Libisosa (Lezuza), cu1'a categoría de colonia está bien documentada. * El Tolmo de Minateda, donde una inscripcióu que menciona a los duuntviri revela que hubo un municipio. Éste podría ser la llunutn de Ptolomeo, nombre del que sería eco la vecina Hellín'
Habiéndose constatado también niveles visigodos en este lugar, se ha evocado asimismo una posible relación fonética entre lllunum, Ello y la lyi@)
musulmana (mencionada por Al-Udri entre Cieza y Tobarra). # La Piedra de Peña Rubia (Etche de la Siema). Los numerosos hallazgos y una inscripción relativa a una curia hacen presumir también la existencia de un municipio, cuyo nombre se ignora. Las indicaciones de Sanz Gamo no facilitan mucho la ubicación de este oppidum en la hoja 867 del Instituto
Geográfico: no parece que sea el vértice geodésico Peñas Rubias (950 m), a sólo 6 km a poniente de
1671 1e