El Nuevo Miliario Boletín sobre Vías romanas, historia de los caminos y otros temas de geografía histórica Número 11. Diciembre de 2010 — 12 €
LA VÍA DE LA PLATA EN EL SUR Nueva hipótesis sobre la A-34 PANNONIA: UNA DINÁMica provincia IMPERIAL
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El Nuevo Miliario Número 11, DICIEMBRE de 2010
SUMARIO — Editorial: El paisaje cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 — Instrucciones para volar una cometa, por Carlos Caballero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 — Sobre el topónimo “Camino de la Plata” y el eje S-N / N-S del Occidente hispano. Nuevas consideraciones, aportaciones y reflexiones, Diego M. Muñoz Hidalgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 — La Asturica – Burdicalam no pasaba por Pancorbo, por Jesús Ángel García Gamarra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 — Apostillas breves a la hipótesis de García Gamarra, por Carlos Caballero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 — Calzadas de Roma en Pannoniae: Estructura e importancia de la red viaria panonia como núcleo vertebrador del comercio transdanubiano, por Miquel Vázquez Santiago . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 — Ceuta y Melilla: vías, presidios, plazas y ciudades del Mediterráneo, Enrique Gozalbes Cravioto. . . . . . . . . . . . 84 — Castro ibero – romano de Mianos, por Mariano Zarzuelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 — El Puerto de Navacerrada: el paso asaeteado, por Marco Miliário . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 — El Puerto de Navacerrada, por Pedro Ferco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98 — Novedades bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99 — IX Encuentro de Caminantes, Pereira (Risaralda, Colombia), por Rosa Mª. Ruiz Cana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105 — X Congreso de Caminería Hispánica: el banquete de los griegos y los nichos ecológicos de la epistemología caminera, por Jesús Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 — V Congreso de Obras Públicas Romanas: un ejemplo de planificación ingenieril, por Jesús Sánchez . . . . . . . 108 — Lo que se dice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 — Boletín de suscripción y normas para la publicación de originales
El Nuevo Miliario Consejo de redacción: Santiago Palomero, Guillermo Sven Reher, Giacomo Gillani, Carlos Caballero Colaboradores de este número: Asociación Caminera del Eje Cafetero de Colombia, Pedro Ferco, Jesús Á. García Gamarra, Enrique Gozalbes Cravioto, María Hernández Martínez, Marco Miliário, Diego M. Muñoz Hidalgo, Rosa María Ruiz Cana, Jesús Sánchez Sánchez, Miquel Vázquez Santiago, Mariano Zarzuelo Fotos de portada: Portada: Detalle del mapa «Hispalensis Conventvs Delineatio», de Jerónimo de Chaves. Año 1579. Contraportada: Mojón por la paz en el mundo, Parque Zoológico de Madrid (foto: C. Caballero). Contacto: Carlos Caballero; c/. María de Guzmán, 49 – 5º C; 28003 MADRID. Guillermo Sven Reher Díez; c/. Jordán, 23 5º Dcha; 28010 MADRID; tel. 658159256 Correo-e: elnuevomiliario@gmail.com Web: www.elnuevomiliario.eu Diseño: Dimas García Moreno, Piamonte 16-3º 2 B, Madrid. dimasdi@telefonica.net Imprime: Cyan, proyectos y producciones editoriales. c/. Fuencarral, 70. Madrid Patrocina: Fundación Juanelo Turriano, www.juaneloturriano.com Depósito Legal: M-51.322-2005 ISSN: 1885-9534 El Nuevo Miliario no comparte necesariamente las opiniones vertidas por sus colaboradores, que son únicamente responsabilidad de los firmantes de los trabajos.
EDITORIAL El Paisaje Cultural
A nosotros, los miliarios, estas costumbres de los humanos, de cambiar, de vez en cuando los nombres de las cosas, nos divierte. Por ejemplo al Patrimonio le han llamado de todo desde Artístico, hasta Histórico, pasando por Etnográfico, Inmaterial y últimamente Cultural, que es lo que está mas de moda. Lo mismo ha pasado con los múltiples nombres por los que hemos conocido las diversas etapas de la Arqueología, que pasó de ser «Vieja» a «Nueva» y en un pis pas, se volvió «vieja» por muy «nueva» que pareciese y le pusieron un mote «procesual», que tuvo tanto éxito que enseguida a la siguiente arqueología, como no podía ser de otra forma la llamaron «post-procesual» y ahora como lo «post» ya no mola pues creo que hablan de «las arqueologías» la llamada de «contexto», de «género», del «territorio» o del «paisaje». Esta última es la que mas nos interesa a los miliarios porque siempre hemos pensado que, de una forma u otra, en nuestros sitios originales, arrancados y trasladados, en los museos, en las paredes de un corral... somos parte de un paisaje cultural, de una gente que nos leyó, de un camino que nos dio sentido y de un territorio integral del que formábamos parte. Por este motivo y por orden de la Comunidad Miliaria, más concretamente de su Academia, este Miliario que les habla tuvo que trasladarse telepáticamente a Toledo para asistir al VI Congreso Internacional de Musealización de Yacimientos y Patrimonio en los últimos días de Noviembre del año en curso. Y si no se lo creen le pueden preguntar a uno de los afiliados al Nuevo Miliario, Javier, de profesión arquitecto que estuvo comiendo con un servidor en Alfileritos 24 y casi no se lo cree al principio, que estaba frente a un miliario sonriente, hacedor de editoriales.
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El caso es que allí se debatió sobre Paisaje Cultural, sobre El Paisaje como Patrimonio, sobre la Protección del Paisaje o el Paisaje Urbano Europeo y sobre un micro-paisaje, el de Los Cigarrales de Toledo. Muchos buenos especialistas desde el jurista Fernando Ledesma acompañado del arqueólogo Jesús Carrobles, a Joan Roca del Museo de Historia de la Ciutat de Barcelona, o a Francesc Muñoz, de la Universidad de Barcelona, e incluso la misma Ángeles Albert, Directora General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, además de un extraño sujeto que se definió con los «mismos adjetivos» que el marqués de Bradomín: «arqueólogo, romántico y sentimental». El caso es que los allí reunidos en el Auditorio que Caja Castilla – La Mancha puso a nuestra disposición, pudimos recordar que habían pasado diez años desde que otra ciudad luminosa como Florencia diese luz al Convenio Europeo del Paisaje, punto de partida de muchas de las políticas que ahora se aplican al Patrimonio Cultural ligadas a la musealización de yacimientos. Un largo camino que hubo que recorrer de la mano del Consejo de Europa para conseguir un Convenio cuya misión es animar a las autoridades públicas a adoptar políticas y medidas, a escala local, regional, nacional e internacional para proteger, planificar y gestionar los paisajes europeos con vistas a conservar y mejorar su calidad y llevar al público la importancia del paisaje y tomar parte en políticas ciudadanas relativas al mismo. El Convenio reconoce todas las formas de paisajes europeos, naturales, rurales, urbanos y periurbanos. Concierne a los componentes naturales, culturales y humanizados y a sus interconexiones y considera que los valores naturales ligados a la diversidad y calidad de los paisajes europeos debe ser objeto de una cui-
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dadosa planificación, gestión y protección. También compromete a tomar medidas generales de reconocimiento de los paisajes; de su definición y caracterización; de aplicación de políticas para su protección y gestión; de participación pública y de su integración en las políticas de ordenación del territorio, así como en las políticas económicas, sociales, culturales y ambientales., así como sobre la sensibilización ciudadana, la educación y la formación de expertos. El Convenio Europeo del Paisaje entró en vigor el 1 de marzo del 2004 y España lo ratificó el 26 de Noviembre del 2007, entrando en vigor el 1 de marzo del 2008. No está demás que la Comunidad Miliaria les recuerde la definición emanada de su articulado: «Por paisaje se entiende cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción e interacción de factores naturales y humanos». Eso es lo que les pedimos a los que nos estudian, a los que nos quieren y confían en el valor de nuestra huella inmaterial e histórica, una protección integral; no ya que no nos destruyan ni nos cambien de sitio, que también; sino que alguien tenga el sentido común de mirar a nuestro alrededor con tranquilidad y sentarse un rato y pensar que el territorio que nos rodea es parte de la historia, con la acción antrópica humana incluida y además de un antiguo camino, seguro que no muy lejos habrá un puente, una humilde mansio o venta, un molino o una vieja ciudad o incluso un pueblo hoy populoso y por supuesto, que si se hacen las cosas bien en absoluto somos incompatibles con una nueva carretera o un hotel rural. Esperamos que el recién iniciado Plan Nacional del Paisaje del Instituto del Patrimonio Cultural de España y sus hermanos en las CCAA se lo tomen en serio y propongan esa protección integral que ya se está llevando a cabo con mucho éxito e inteligencia en lugares como Los Dólmenes de Antequera. En este número discutiremos sobre si la ruta Asturica - Burdicalam, tal como predijo el viejo Maestro Arias, no pasaba por Pancorbo; conste que los miliarios ya sabemos el recorrido, pero nos gusta que los humanos sueñen y le dejamos a Jesús Angel García que lo explique. Si nosotros los miliarios hablásemos y contásemos todos los caminos que nos sabemos de memoria, no habría revista, ni Nuevo Miliario ni nada, ni nuestros lectores se divertirían especulando e incluso, ya cada vez menos, peleándose por la ubicación de una mansio... que a veces no está donde dicen ninguno de los contendientes. Por eso los invitamos con tranquilidad a recorrer la exótica red viaria de la Pannonia, Aquincum incluida, a la que suponemos como Buda y Pest dos ciudades, de la mano de Miquel Vázquez. También en el terreno de la polémica miliaria nos lleva Diego Muñoz Hidalgo a recorrer la Vía de la Plata por sus tramos meridionales; les aconsejamos leer con calma este texto trufado de cartografía añeja. Y si alguien quiere saber de presidios, de fenicios, de romanos y de
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pasos por el Estrecho y sus puertos, que recorra con Enrique Gozalbes, siempre dispuesto a colaborar con el Miliario, la ida y vuelta de África a Hispania en ferry, en la historia o en el futuro entre Russadir (Melilla) y Abila (Ceuta). O si quiere dar un paseo por un paisaje cultural está invitado por Mariano Zarzuelo a llegar hasta el castro iberorromano de Mianos. Y si alguien cree que el Puerto de Navacerrada es «inocente» no sabe que entre unos y otros, Vuelta Ciclista incluida, lo tienen asaeteado y nos lo cuentan nuestros corresponsales en directo, desde la misma falda de la historia hasta la cima del mundo del pico de Guarramillas. Me cuesta comentar el artículo de Carlos Caballero, ya sé, soy un miliario romántico y sentimental, como él y sólo puedo hablar como amigo, no como articulista, que me perdone. El Nuevo Miliario, no duerme, como los poetas y un poema que se leyó en el Congreso de Toledo vale también para nosotros, era de Andrés Vicent Estellés y se llama «Assumirás la veu d’un poble» y es el mismo que sirvió a Jaume Plensa para levantar una escultura en Dallas. El poeta, el escultor, el Miliario no tienen ni hambre, ni sed, por eso mientras duermen el resto de las gentes, ellos velan y están despiertos: «No t´han parit per a dormir te pariren per a vetlar en la llarga nit del teu poble». Valete viatores, para eso estamos.
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INSTRUCCIONES PARA VOLAR UNA COMETA1 Carlos Caballero
«La estandarizada altanería con respecto a la masa es un comportamiento típicamente masificado. Quien habla de la estupidez general tiene que saber que no es inmune a ella, porque hasta Homero desciende del Olimpo de vez en cuando; debe asumirla en sí mísmo como riesgo y destino común de los hombres, consciente de ser algunas veces más inteligente y otras más tonto que su vecino de casa o del tranvía, porque el viento sopla hacia donde quiere y nadie puede estar nunca seguro de que, en ese momento o un instante después, no le abandone el viento del espíritu» (Claudio Magris, Danubio) «Toma el camino de casa / que allí te espera tu hermano» (José Antonio Labordeta) Tengo para mí que detenerse en el caminar cotidiano y echar la vista atrás, pararse y reflexionar sobre lo hecho y sobre lo que queda por hacer es una actitud saludable y muy recomendable. Ocurre, sin embargo, que a veces esa reflexión puede tener consecuencias no deseadas en principio o, al menos, no previstas inicialmente, pues uno puede caer en la cuenta inopinadamente de que las cosas que se consideraban importantes han pasado a pertenecer a terrenos donde no tenemos ya mucha intención de volver, y quizás han sido sustituidas por otras que, antaño, nos parecían nimias como, verbigracia, hacer volar una cometa de colores en el cielo brillante de una tarde de otoño. De un tiempo a esta parte, el estudio de los caminos antiguos (quizás también otros campos del saber que uno frecuenta poco o nada) se ha convertido en un campo de batalla inexplicable, en un lugar donde morir acuchillado por alguien que tenía una opinión
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discrepante de la nuestra. Y ya no es un sitio en el que sentirse a gusto. Me invade ahora, otra vez, la misma desazón que sentí quince años atrás, cuando alguien decidió sacar sus pinchos de puercoespín para acabar con un proyecto que no iba a dirigir personalmente, sensación que me hizo preguntarme por muchas cosas y buscar el sentido de otras cuantas… que, ciertamente, con los años he comprobado que no lo tienen. Pero en contra de lo que yo pensaba, aquel episodio aislado ha acabado por convertirse en norma de conducta, al punto que, de entonces acá, ha surgido, a cada poco, gente capaz de desmontar proyectos ajenos si no congeniaban con los propios, francotiradores dispuestos a disparar contra todo lo que se mueve en territorios que consideran su coto particular, expertos e investigadores que sienten amenazado su prurito profesional si cualquiera intenta buscar una explicación alternativa a la defendida por ellos y, para preservar intacto su irredento territorio, recurren a métodos poco o nada científicos, a la amenaza, al insulto, a la descalificación del adversario, al menosprecio, a responder a argumentos científicos con ataques ad hominem…. Y por ahí seguido. Y contra todo eso, puede oponerse una actitud beligerante, y entrar en una espiral interminable capaz de dinamitar cualquier equipo compuesto por más de un profesional, o se puede intentar tomar distancia y apreciar las cosas en su contexto: elegir batirse en justas y torneos, o valorar las cosas en su medida justa. Con prudencia, sin ánimo de ofender, comprendiendo que, por encima de dónde esté tal o cuál ciudad, de por dónde discurra tal o cuál camino antiguo –asuntos estos que, según algunos, capaces son de levantar ampollas y crear polémicas suprarregionales, enfrentar a unos pueblos con otros, desencadenar conflictos-, hay cosas mucho más importantes en la vida. Sé que es una obviedad, pero sé también que las cosas más obvias son, a menudo, las que más fácilmente se olvidan. Siempre he sostenido que el empeño que algunos ponen en estas cuestiones, empeño que dedican particularmente a desacreditar al contrario y sus planteamientos, bien orientado sería capaz de cambiar el
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mundo y servir del punto de apoyo que reclamaba Arquímedes. Pero ese empeño, dedicado a una cuestión tan insignificante como ésta de las vías romanas, sólo sirve para desanimar a otros investigadores que no están en esto para defender su prurito profesional ni para batirse en fiera y desigual batalla cada mañana, sólo sirve para expulsar a tierras exteriores a quienes no se muestren dispuestos a batallar por defender el trazado de un camino, a desacreditar al adversario en plaza pública y, directamente, a insultarle con palabras gruesas en foros más o menos privados. Recuerdo ahora que el ciclista Pedro Delgado, con su inigualable estilo, dijo en una ocasión, durante una memorable transmisión televisiva del Tour de Francia, que «la explosividad (sic) de la juventud se pierde con los años». Nada, creo, define mejor lo que viven los jóvenes investigadores, ansiosos por abrirse camino, y su trayectoria salpicada de errores de juventud: todos (el primero, quien esto firma), de jóvenes, hemos dicho o escrito cosas que luego nos ha sonrojado recordar y de las que hemos tenido que arrepentirnos, pero una de las numerosas ventajas de la juventud es que se cura con los años, por lo que sorprende comprobar cómo, en algunos campos del saber, algunas personas bastante talluditas se esfuerzan en seguir comportándose como si fueran recién licenciados y, en lugar de discutir en un foro científico, estuvieran formando parte de una manifestación que fuera a ser disuelta en poco tiempo por tropas antidisturbios. Pero no quiero seguir por ese camino y hacer que este texto quede amargo o rencoroso; en la hora de pasar a la retaguardia no puedo dejar de abrir un espacio para los agradecimientos. Han sido cinco años largos de pintoresca aventura que no hubieran sido posibles sin la ayuda de dos excelentes compañeros de viaje, el joven coeditor Guillermo Reher y su colega antecessor, Santy Palomero, maestro de la tolerancia y del buen rollo. Por supuesto, esta revista tampoco habría existido sin la colaboración, tan fiel como desinteresada, de la Fundación Juanelo Turriano, cuyo desaparecido gerente, Ignacio González Tascón, hizo posible esta revista, y de cuya continuidad en el tiempo somos deudores de su actual gestor, Bernardo Revuelta. Y, en fin, siempre creo de justicia incluir entre los agradecimientos a quien da forma a esta revista, el diseñador gráfico Dimas García Moreno, y a quien la imprime, la empresa Cyan, Proyectos y Producciones Editoriales y, en particular, a Sofía Fuertes. Debo dedicar también palabras de agradecimiento a la familia Arias, al admirado paterfamilias, Gonzalo, y a los que le sucedieron, en particular a Hilde, Ana y Mario. Y bueno, a mi propia familia, por su paciencia, y a los lectores que nos han echado una mano con mensajes de ánimo en los momentos malos, y con críticas fundadas y constructivas cuando las cosas se hicieron mal: a quienes, en fin, nos ayudaron (nos ayudan) a mejorar. Todos los citados, y algunos que no lo han sido porque la memoria ya se sabe que es efímera y un arqueólogo
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nunca debe confiarse a ella, todos los citados, digo, Dios y ellos sabrán por qué, se han creído que esta milonga absurda que trataba de venderles era posible, y todos ellos contribuyen, en fin, a que se produzca el milagro de cada semestre. Y es así que anuncio hoy mi decisión de dar un paso atrás en la gestión de esta revista, para dejar que otros con más entusiasmo y claridad de ideas se encarguen de llevar adelante esta empresa absurda. Nuestra revista incorpora desde este número un nuevo nombre en su consejo de redacción, el de Giacomo Gillani, persona versada y moderada que no necesita presentación en el mundo de las vías romanas hispanas, y que ha colaborado desde los comienzos con El Nuevo Miliario, como antaño lo hiciera con El Miliario Extravagante del maestro Arias (quien, como ha demostrado el tiempo transcurrido, nos dejó fuera del estudio de las vías romanas un legado aún más valioso: el de la noviolencia). Otro día, en fin, con más tiempo, les contaré cómo creo que se vuela una cometa; creo que en ese campo del saber no se discute tanto, pero quiero prepararme bien para afrontar eventuales polémicas; nunca se sabe. Pero quiero que sepan que, en lo sucesivo, sin abandonar en absoluto mi profesión de arqueólogo, y sin apartarme un ápice del mundo de los caminos antiguos (al que pienso dedicarme más bien en monástico silencio), dedicaré mis esfuerzos a intentar contribuir, modestamente, a hacer realidad algo en lo que creo firmemente: que es posible un mundo más justo en el que nadie enarbole contra otro una bandera, que otro mundo, en fin, es posible.
1.- Tomo prestado el título del poemario de José Verón Gormaz Instrucciones para cruzar un puente, Zaragoza, 1983, Institución Fernando el Católico.
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SOBRE EL TOPÓNIMO «CAMINO DE LA PLATA» Y EL EJE S.-N./N.-S. DEL OCCIDENTE HISPANO. NUEVAS CONSIDERACIONES, APORTACIONES Y REFLEXIONES
Diego M. Muñoz Hidalgo*
INTRODUCCIÓN, O DE LO QUE PUEDE SERVIR AL CURIOSO LECTOR En las últimas décadas asistimos al resurgir de un histórico itinerario conocido hoy, de forma circunstancial, como: Vía de la Plata. Con este nombre se viene identificando a un trazado ancestral por donde se gestaron importantes acontecimientos para la Historia; tambián columna vertebral de la ordenación del territorio del occidente de la Península Ibérica y base del actual Eje viario S.-N./N.-S. Pero, ¿qué entorno y extremos geográficos abarcan este Eje y el uso de este nombre? Déjenme servir unos aperitivos para ir abriendo boca… Desde el Renacimiento sus restos arqueológicos, en su faceta de calzada romana (advertir otros trazados no considerados debidamente: Camino Real y Cañada), llamaron la atención a eruditos, viajeros y artistas, admiradores de lo clásico; asociándolo a un nombre de origen popular: Camino de la Plata. Centurias después, en la década de los sesenta del siglo pasado, el que fuera Ministro de Turismo, Manuel Fraga, incluye su corredor geográfico entre una serie de itinerarios turísticos para el desarrollo del país. Así, fruto de la memoria colectiva, sus herederas: el Ferrocarril y la Carretera Nacional-630 Gijón-Sevilla, y luego la Autovía; tomaron con el tiempo el nombre: Ruta de la Plata [se oyen pitos: «¡falsificando la historia!»...]. Paralelamente, en 1971, la gran obra del Profesor Roldán Hervás: Iter ab Emerita Asturicam. El Camino de la Plata (ROLDÁN, 1971); lanza al estrellato académico un tramo de su traza romana, afirmando la exclusividad de este nombre: Mérida-Astorga [se oyen voces: «¡claro que sí!», «¡en Mérida está el miliario 0!»... paciencia señores]. Es así como se sienta cátedra
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sobre sus extremos; mas, obviando nombre y restos en su traza meridional. Por aquellas fechas de mi juventud solía veranear en un cortijito próximo a Zafra (Badajoz), al Sur de Mérida, en un bello paraje dominado por una encumbrada Ermita de Belén. A sus pies, en su costado oriental, un caminito se dirigía a Monesterio para adentrarse en Sierra Morena hasta Sevilla. Por mi afición a los mapas descubrí que se llamaba: de la Plata (me he criado con este nombre). Con el tiempo mi afición a la Historia me llevó a publicar un avance de una carta arqueológica de la comarca de Zafra, descubrimiento que aquel lugar de romerías era un castro de la II Edad del Hierro junto a este camino (RODRIGUEZ, 1991; MUÑOZ, 1996). También documenté otro posible castro prerromano junto a este itinerario, en Sierra Cabrera, en Calzadilla de los Barros (sugerente nombre); proponiendo que era la primitiva ubicación de la antigua Ugultunia (MUÑOZ, 1994: pag. 42 y 43), antes de que se le hiciera bajar al llano en donde hoy localizamos Contributa Iulia Ugultunia, a unos 4´5 kms. al Norte de Cabrera, en su cuenca visual. Fue citada por el Itinerario Antonino (s. III)1 en el Iter n.º 23 como mansio de nuestro Eje de comunicación, tramo Itálica (Santiponce)-Emérita (Mérida), (RODRÍGUEZ & RÍOS, 1976; MUÑOZ, 1996), adquiriendo categoría municipal con Julio César o con el propio Augusto; y citada también por Plinio (s. I)2 y por el Anónimo de Ravenna (s. VII)3. Aficionado a la caminería, esperaba impaciente la entrañable revista de calzadas y geografía antigua El Miliario Extravagante, de Gonzalo Arias Bonet, del que fui corresponsal y amigo en correrías por tierras beturienses. Tras su triste fallecimiento (los dioses viales lo tengan en su gloria), continúa su estela El Nuevo
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Miliario, para alegría de locos por los viejos caminos (desde aquí mi agradecimiento). Así, en la década de los ochenta comencé a rastrear el trazado de nuestra calzada al norte y al sur de Mérida, pues entendía que era un mismo cuerpo, y que el Río Guadiana sólo era un obstáculo más. Fue el tiempo en que conocí a mi buen amigo Juan Gil Montes, otro apasionado por huellas plateras. Descubrimos tramos y miliarios inéditos, salvando algunos y dando la voz de alarma ante diversos atentados4. Paralelamente, en 1991, la Fundación Ramos de Castro para el Estudio y Promoción del Hombre comenzó a recuperar su antiguo uso jacobeo, organizando en Zamora el I Congreso Internacional del Camino de Santiago-Vía de la Plata en donde fuimos ponentes. De este modo surgió un nuevo apelativo: Camino Mozárabe de Santiago; de aquellas comunidades cristianas del Sur. Fue aquí en donde creamos las asociaciones de Amigos del camino que, seguidas después por otras entidades, fueron las primeras en resucitar sus piedras para su uso cultural, natural, deportivo, espiritual y turístico. Así fui coautor de una Guía (VV.AA., 2001) y en la señalización, siguiendo en lo posible su antigua traza. Hoy, gracias en gran parte a aquella labor, la Vía de la Plata es uno de los itinerarios más demandados del mundo. Aún con algunos tramos invadidos por fincas (por resolver), el hecho de que pudiéramos hacerla transitable en su mayor parte para una gran masa social venida de distintos rincones del planeta, supuso una catapulta mediática. También es un recurso para actividades pedagógicas de las que somos impulsores5; y a nivel personal fuente de inspiración literaria y artística, siendo autor de un poemario ilustrado (MUÑOZ, 2004). Del mismo modo desde estas asociaciones nos centramos: en la defensa del camino, reposición de miliarios, salvando decenas de km. de calzada ante las obras de la Autovía-66, y artífices del proyecto extremeño Alba Plata, aunque luego no se centró como debiera en el trazado físico. Por otro lado, la gran obra de Roldán Hervás fue el pistoletazo de salida de nuevos estudios con importantes aportaciones, destacando las de Juan Gil Montes sobre los materiales empleados en la calzada (GIL, 2004); el estudio de sus numerosos miliarios de Carmen Puerta Torres (PUERTA, 1995); los magníficos descubrimientos de tramos inéditos por Isaac Moreno Gallo, que darán mucho que hablar (MORENO, 2004, 2006; www.traianvus.net); etc. Hoy la proliferación de nombres (Camino, Calzada, Vía, Cañada, Ruta, Autovía... de la Plata) es motivo de debate; agriándose cuando se pretende dilucidar su extensión geográfica, con serias disputas sociales, políticas y académicas (ROLDÁN, 2005). Así, después de crearse las asociaciones de Amigos, se fundó, en 1997, la Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Plata, vinculada a todo el corredor geográfico, cuyo objetivo era rentabilizar su gran Patrimonio en beneficio de las poblaciones que jalonan su entorno,
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una visión globalizadora del territorio. Mas, como no iba con lo académicamente establecido: Mérida-Astorga (ROLDÁN, 1971); al ampliarla hasta Sevilla y Gijón en base a la Carretera N.-630, surgió al poco, ese mismo año, como reacción contraria a la Red (en vez de integrarse en ella), la Asociación de Pueblos en Defensa de la Vía de la Plata, estrictamente focalizada en aquel tramo romano, con el objetivo de reivindicar lo que llaman trazado histórico, con cuño de exclusividad, sin reparar que este nombre y dicho camino va más allá de lo romano y de los extremos referidos. Y aquí hemos llegado, mareando al personal. Es por ello que, con el fin de dar un poco de luz, presentamos estos humildes apuntes (breve avance de otro estudio) pretendiendo conciliar ópticas, pues cada uno puede tener su parte de razón; aún así hay que advertir que, con el nombre: Camino… y más recientemente Vía o Ruta… de la Plata, es la memoria colectiva la que ha pretendido dar título a una realidad viaria secular, más amplia con esta denominación en la antigüedad de la que algunos parcialmente atribuyen; y de un fenómeno viario que abarca geográficamente incluso más allá de su propio nombre (esta es la causa de tanto tirarse de los pelos). Para ello, frente a los que afirman con rotundidad que sólo es Mérida-Astorga [otra vez interrupción: «¡esa es la verdad histórica!», «¡quieren estirar el camino como un chicle!»...], os ofrecemos un menú de documentos históricos centrados en la mención del Camino de la Plata al Sur de Mérida (como expresión de este mismo Eje), para luego brindaros unas reflexiones como postre. En definitiva, puesto que nos movemos por terrenos de lo subjetivo (un nombre surgido del sentir popular que intentó dar título a una tradición viaria milenaria pero que no alcanzó a nombrar su totalidad; y un camino de difícil acotación en su inicio y final, pues no era exclusivamente romano, y con diversos cauces a lo largo de la Historia), pretendemos tener una óptica en perspectiva y global. Nuestro objetivo es calmar ánimos ante una maraña de interpretaciones bienintencionadas causantes de una estéril disputa. Todos estamos condenados a entendernos por el bien del camino. El problema surge cuando la discusión es múltiple, con diversos y mezclados enfoques de complicada separación: 1º)- Sobre los extremos de este Eje de comunicación; 2º)- Sobre el origen y territorialidad en donde se implantó en la antigüedad el topónimo Camino de la Plata; 3º)- Sobre la evolución que ha tenido recientemente en la aplicación, legítima o no, de este nombre en nuevos trazados, fruto de una tradición ancestral; y, 4º)- Lo apropiado del uso de Plata como marca de identidad de un recurso patrimonial para el desarrollo socioeconómico de su entorno viario. Esta calidoscópica maraña de visiones particulares nos adentra en terrenos pantanosos de lo subjetivo. Lo cierto es que: 1º)- este Eje no es solamente romano (cuya focalización es parte causante del problema), hubo un
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antes y un después, y todo ha de sumar; y 2º)- que el topónimo Camino de la Plata surgió en la Edad Media (como ya veremos), después de Roma, en un tramo de este Eje que además no coincide con aquellos que defienden con exclusividad Mérida-Astorga. Tomen asiento para el primer plato…
I.- CONSIDERACIONES VIARIAS Antes de degustar las nuevas viandas que aquí presentamos, y para hacerlas más digeribles entendiendo el por qué se produjeron y en donde se produjeron, creemos oportuno hacer un par de consideraciones: 1ª)- la extensión de este fenómeno viario; y 2ª)- el origen y el uso en la antigüedad de este topónimo, fruto de la intención popular de dar nombre a este Eje. Ello nos aproximará al territorio y al concepto que manejamos.
I.1.- SOBRE LA INTEGRIDAD HISTÓRICA DEL EJE OCCIDENTAL S.-N./N.-S. Brevemente hacer hincapié sobre una realidad histórica (que otros parcialmente aluden): la existencia de un corredor geográfico-viario en el occidente peninsular, fruto de la evolución de múltiples necesidades que dieron lugar a trazados fosilizados en cada época. Ello forjó un camino más amplio de lo que algunos ven, aunque de difícil acotación en sus extremos puesto que ha sido un trazado vivo en permanente evolución, y según las diversas aspiraciones. Si hiciéramos un repaso a un cúmulo de acontecimientos históricos, repertorios de caminos, itinerarios de viajeros… concluiríamos en un corredor casi rectilíneo, incluso ya cimentado en época romana en su mayor parte, desde las tierras andaluzas y extremeñas del Sur, hasta las leonesas y asturianas del Norte; un cuerpo íntegro que los siglos consolidaron con nuevas infraestructuras, ofreciéndonos hoy un histórico Eje de comunicación. Es por ello que no es justo que sólo cuente lo romano rechazando una suma evolutiva, y que se privatice un coto concreto de su traza. Aunque suene recurrente, pudiéramos ver algún rastro en el Paleolítico, en aquellos grupos de cazadores que seguían los viajes estacionales de la fauna salvaje cuando los rigores del invierno y del verano obligaban a buscar nuevos pastos; tradición que continuaría en una incipiente trashumancia con la domesticación de los animales en el Neolítico. Con el tiempo otros usos se fueron consolidando en este corredor. Así en el I Milenio a. c., en el Bronce Orientalizante y en la Edad del Hierro, vemos aquí una serie de elementos artísticos venidos desde el otro lado del Mediterráneo (Próximo Oriente, Egipto y Grecia), introducidos por el comercio fenicio y del mítico reino de Tartessos. Si situamos en un mapa los testimonios arqueológicos aparecidos veríamos una dispersión que penetra como una cuña en el interior peninsular, desde las costas
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andaluzas hasta la Meseta (GARCÍA Y BELLIDO, 1960, ALMAGRO-GORBEA, 1977), justamente en el entorno de este Eje (Figura 1); destacando el papel que jugó la colonia fenicia de Gades (Cádiz) como foco difusor por este corredor. A las necesidades anteriores sumar la intención de controlar militarmente ciertas materias primas y su territorio, por lo que este Eje adquiere importancia estratégica. Así pudiera ser la incursión de Aníbal para conquistar Salmantice (Salamanca), en 220 a. c., tal vez por este camino para el control del estaño. Pero esas sendas para saciar necesidades cinegéticas, trashumantes, comerciales y militares, se adaptaron aquí a unos condicionantes físicos de grandes barreras naturales perpendicularmente a este Eje: importantes ríos (Guadalquivir, Guadiana, Tajo, Tormes, Duero, Esla…) y sistemas montañosos (Sierra Morena, Sistema Central, Cordillera Cantábrica…). Así, vados y puertos de montaña se configuraron como lugares estratégicos, con la suerte de una alineación aquí que posibilitó su rectitud. Vados como los de Mérida en el Guadiana o Alconétar en el Tajo, fueron lugares en donde la densidad de restos arqueológicos nos demuestran el continuo trasiego de culturas de una orilla a otra. Pero he ahí que Roma irrumpe con fuerza en este territorio, en un proceso paulatino de siglos en donde lo militar, los recursos y su administración, hacen
Figura 1: Dispersión de elementos del Bronce Orientalizante. (Fuente: García y Bellido, 1960). (Composición: Muñoz H.).
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necesario una infraestructura eficaz para posibilitar el rápido acceso, control y explotación del espacio; y a su vez la salida y comercialización de ciertas producciones. Así vemos el papel de Gades (Cádiz) en las Guerras Púnicas, y su posterior comunicación directa con Roma; o la fundación de Itálica (Santiponce) tras la victoria en la Batalla de Ilipa (Alcalá del Río) en 206 a.c. contra Cartago, primera colonia romana en Hispania en un lugar estratégico pues controlaba los pasos del Guadalquivir y los de Sierra Morena, y luego mansio de nuestro camino. En torno a estos vados surgen también importantes poblaciones como Hispalis (Sevilla), que junto con Corduba (Córdoba), fueron bases en la conquista romana Sur-Norte de este territorio occidental en las Guerras Lusitanas, por donde anduvo el propio Julio César. Un entorno también receptor de incursiones indígenas, como las de Viriato, bajando al fértil valle del Guadalquivir y tierras gaditanas. Pasos y vías militares que fueron perfilando nuestro camino. Una vez conquistado el territorio era necesaria una reordenación geográfica con un sistema viario como esqueleto sustentador de la trama militar, económica y administrativa; una herramienta fundamental en la
romanización del occidente peninsular. De aquel sistema viario nos ha llegado un importante documento: el Itinerario Antonino (s. III) (ROLDAN, 1975: pags. 19-101). En él se recogen un cúmulo de rutas (varias sin lógica al ir zig-zag). En realidad no era una guía para viajeros, sino más bien una recopilación de trayectos posiblemente para el cobro de impuestos o Annona (BERCHEM, 2002). Más (¡ojo al dato!) si llevamos a un mapa cada uno de estos iter veríamos cómo queda plasmado, en el occidente peninsular, en un solo cuerpo, aquel corredor pre- y protohistórico desde las costas gaditanas hasta las tierras leonesas (Figura 2). Es decir, Roma fue consolidando por primera vez, y por épocas, aquel camino primitivo, traduciéndose en el It. Ant. en un trazado casi rectilíneo, formado por tramos de cinco Iter distintos: n.º 7 (Gades-Hispalis) 6, n.º 9 (Hispalis-Itálica)7, n.º 23 (Itálica-Emerita) 8, n.º 24 (Emérita-Ocelo Duri)9 y n.º 26 (Ocelo Duri-Astúrica)10; coincidente con éste último parte del n.º 2711. Y no era casualidad pues a su vez todo ello unía cuatro capitales administrativas (Gades, Hispalis, Emérita y Astúrica) en un mismo trazado y verticalidad. Como paralelismo tendríamos la Vía Augusta, formada más o menos por varios tramos del Itinerario Antonino, y uniendo las
Figura 2: El Itinerario Antonino y el Eje S.N.-N.S. del occidente peninsular.
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cuatro capitales de la Bética. Esa consolación incluiría una serie de mansiones o paradas, muchas relacionadas con pasos obligados, que se convirtieron en posteriores centros urbanos estratégicos: Hispalis (Sevilla), Emérita Augusta (Mérida), Salmantice (Salamanca), etc. A lo largo de varios siglos de dominación romana este itinerario fue paulatinamente trasformado por una obra de ingeniería, aunque no de forma uniforme pues atendió a diversos factores y en donde cada emperador tenía su propia política. Así vemos entre Gades e Hispalis, coincidente con el primer tramo de la Vía Augusta, un trazado mejor conservado (Figura 3). Luego se pierde su substrato pétreo por Sierra Morena, aún conservando: tres miliarios de Adriano entre Itálica y Guillena (HERNÁNDEZ, 1961: pag. 113, Lam. 1-2; SILLIÈRES, 1990: pags. 137-140, 477, Planche X, 4; CORZO&TOSCANO, 1992: pag. 172, 174) (Figura 4); hasta no hace mucho restos de calzada al sur de Castilblanco (Figura 5); y restos de un posible puente romano o medieval al sur de El Ronquillo (HERNÁNDEZ, 1961: pag. 113-117, Lam. 3-4; SILLIÈRES, 1990: pag. 247; CORZO&TOSCANO, 1992: pag. 174, 176). De su paso por esta zona serrana tenemos en el Itinerario la mención de dos mansios: Mons Mariorum12, tal vez en el entorno de Almadén de la Plata, con restos de canteras romanas de mármol (CANTO, 1978), que pudieran ser origen de un pagus marmorarius y que a través de esta vía se suministraba su producción a Emérita, Itálica y Baelo Claudia (Bolonia, Sur de Cádiz) como se ha confirmado (CISNEROS, 1988: pags. 7677, 81-88, 99, 105-108, 118, 136), que habla del uso comercial de esta vía; o en Real de la Jara (GONZÁLEZ J., 1996); y Curiga13, junto a Monesterio, asociado al paso natural del Puerto del Viso, o por otro, próximo a Montemolín. De aquí, y tras cruzar por el término de Calzadilla de los Barros, cuyo topónimo nos habla de su traza, se dirigiría a Los Cercos, al Este de Medina de las Torres, la mansio Contributra (Iulia Ugualtunia)1 del It. Ant., en donde recientemente ha aparecido una Figura 4: Miliario de Itálica (Santiponce) del Iter n.º 23 del It. Ant. Museo Arq. Prov. de Sevilla. (© D. Muñoz Hidalgo). Figura 3: Calzada romana (n.º 7 It. Ant.) Gades-Hispalis. (Fuente: Corzo&Toscano, 1992). (Composición: M. H.).
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Figura 5: Restos de calzada en el «Camino de la Plata» entre Alcalá y Castilblanco (Norte de Sevilla). (Fuente: Blázquez & Blázquez, 1921).
gran basílica romana (Figura 6). Vuelve a aparecer al Norte de Los Santos de Maimona en cuyas estribaciones montañosas pudiera encontrarse el limes o frontera entre las provincias de Bética y de Lusitania (ARIAS, 1967). Desde aquí se sigue perfectamente su trazado rectilíneo durante kilómetros por la comarca agrícola de Tierra de Barros, hasta hace poco visible (MONSALUD-FITA, 1896), sobre el que han construido una pista agrícola entre Villafranca de los Barros y Torremegía. Kilómetros antes de llegar a Emerita Augusta podemos ver su loma pétrea a pocos metros a la derecha de la Carretera Nacional-630, lugar en donde se han realizado algunas catas arqueológicas (SILLIÈRES, 1982: pags. 437-448; 1990: pag. Fig. 2, 3, 9, 11); hasta enfilar su magnífico puente romano sobre el Guadiana (Figuras 7-9). Desde Mérida hasta las tierras salmantinas impresionan su diversos puentes (Albarregas, Alconétar y Tormes) y numerosos miliarios (PUERTA, 1995) junto con los restos de su loma que se sigue
hasta el Duero en busca de la mansio Ocelo Duri, seguramente en Villalazán al Este de Zamora (MORENO, 2006: 57-63), zona en donde se encontraría el limes con la provincia Tarraconense. El hecho de que su paso por la provincia de Lusitania esté mejor conservada su traza y con miliarios, nos lleva a pensar que fuera esta administración la que más se volcara en su atención, de ahí que el tramo Mérida-Salamanca fuera objeto de más atención por viajeros y eruditos. Continuaba sin estar del todo preciso hasta Astúrica (Astorga), nudo de comunicaciones (MORENO, 2006) y lugar estratégico para el control minero; pero también de la poblaciones indígenas norteñas. Ya en las Guerras Cántabras con Augusto se perfilaron itinerarios militares hacia el Norte, aprovechando pasos como los de La Mesa, Pajares o el de La Carisa, ramales secundarios hacia el puerto de Gigia (Gijón) (RABANAL, 1984: ROLLÁN, 2002; FERNÁNDEZ, 2008). Si bien este trazado no tendría tanta importancia en época romana, fue un camino que comenzó a tener cuerpo poco tiempo después. Una vez que Roma pusiera los cimientos de este Eje de comunicación, la primera planificación racional del territorio, siguió evolucionando sirviendo para un cúmulo de acontecimientos que marcaron la Historia hispana. Así vemos cómo Mérida, ciudad-puente, se convierte aún más en un lugar estratégico tras la caída del Imperio. El uso de este camino es aprovechado por diversas oleadas de suevos, vándalos y alanos, de Norte a Sur. Tenemos por ejemplo al Rey vándalo Gunderico cómo entabla batalla en Mérida (419 d.c.) contra el rey suevo Hermigario, continuando su camino hasta Sevilla; semejante son las campañas del Rey suevo Requila (441 d.c.), o de los visigodos Teodorico II (458-459 d.c.) y Ágila (554 d.c.). También mencionar la noticia de la reparación del puente romano de Mérida sobre el Guadiana (686 d.c.) (ÁLVAREZ, 1983) reinando el rey visigodo Eurico, lo que demuestra la importancia que seguía teniendo este Eje viario de una orilla a otra. Por tanto, vemos un itinerario ininterrum-
Figura 6: Basílica romana de Contributa I. U. (Medina de las T., Badajoz). (Fuente: Diario HOY, 18/09/2010).
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Figura 7: «Camino de la Plata» sobre la loma de la calzada romana (It. Ant. n.º 23) al Sur de Mérida, junto a la C. N.-630. (© D. Muñoz H.).
pido hasta tierras gaditanas para saltar al continente africano. De esta época tenemos un importante documento: el Anónimo de Ravenna (s. VII) (ROLDAN, 1975: pags. 111-142). Aquí se recogen diversas listas de poblaciones que, si las situamos en un mapa, veríamos (otra vez ¡ojo!) su traducción y continuidad en este itinerario casi rectilíneo, desde Assidone (Medina Sidonia, Cádiz) hasta Lucus Asturum (Lugo de Llanera), al Norte de Oviedo, a excepción de un corto vacío entre la zona de Benavente y Astorga (Figura 10)14. Igualmente su traza fue herramienta eficaz de conquista del territorio por el caudillo Muza en el año 712-714 en la fugaz invasión musulmana desde el Estrecho de Gibraltar hasta Mérida. En los siglos convulsos de los Reinos Taifas o contra los reinos cristianos, este eje jugó un importante papel estratégico, como la expedición de Sayyd Abu Hafs (1174) contra Fernando II, desde Sevilla hasta Cáceres para luego por Alcántara alcanzar Ciudad Rodrigo. De este periodo tenemos también la obra del geógrafo Al-Idrisi, recogiendo varios tramos de este itinerario, Cádiz-Cáceres y Salamanca-León (ABID, 1989; URIOL, 1990: pag. 64). Podríamos citar también su faceta como Camino de Santiago (VV.AA., 2001) por los cristianos de las importantes comunidades mozárabes de Sevilla, Mérida y Córdoba, en donde descubrimos la noticia de hospitales de peregrinos como el de la Bañeza (932), uno de los más antiguos; o la fundación en Cáceres de la Orden de Santiago (1071); o el ramal jacobeo del Camino del Salvador León-Oviedo... En esta época mencionar el traslado de las reliquias de San Isidoro (1063) que nos refiere Gonzalo de Illescas en su «Monarchía Eclesiástica» (1622), informándonos del viaje del Rey Fernando I de León a Sevilla en busca de las reliquias de San Isidoro: «(…) y llevándole a León, por el muy antiguo camino romano, hoy de peregrinos.»
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También este Eje fue clave desde todo el Norte hasta todo el Sur en la expansión de los reinos cristianos, como instrumento militar en un primer momento, y como vía de emigración hacia las tierras recién conquistadas; o el papel que jugó el Reino de Asturias y luego de León como germen en la conquista; o el paso por esta vía, como los reyes Alfonsos IX, X y XI, o Sancho IV en su viaje a Sevilla (1285), por Mérida y Real de la Jara, en la Sierra Norte sevillana (HERNÁNDEZ, 1961: pag. 99). También de Alfonso X tenemos una carta de 1280 en donde menciona este camino (HERNÁNDEZ, 1961: pag. 96-97); o su fundación del «Real Consejo de la Mesta» en 1273, donde varias Cañadas Reales coinciden con tramos del trazado romano hacia sus cuarteles de invierno al Sur del Guadiana... Del mismo modo, siguiendo esa estela de Camino Real en la Edad Media, hay constancia documental de los viajes de varios reyes por este trazado ya en el Renacimiento: Fernando el Católico (1508) desde Sevilla a Salamanca y Valladolid (SANDOVAL, 1634: Libro I, págs. 20-21); o el de Carlos V (1526) desde Mérida hasta Sevilla (HERNÁNDEZ, 1961: pag. 99, 100), etc. Viajes de personajes ilustres como Cristóbal Colón (1505) desde Sevilla seguramente por Plasencia hasta Segovia (DÍAZ-TRECHUELO, 2006: pag. 163). El hecho de que la ciudad vallisoletana fuera sede de la Corte, hizo que este Eje viario desde Cádiz, pero sobre todo desde la portuaria Sevilla (abierta a las riquezas de Las Indias), y pasando por Salamanca, fuera un continuo trasiego oficial, comercial e intelectual. Este itinerario también se refleja en gran parte de su recorrido en varios repertorios de caminos de Villuga (1546) y Meneses (1575); en donde se recogen los trayectos: Sevilla-Salamanca y a León por Toro (HERNÁNDEZ, 1961: pags. 100-102; SALCEDO, 1990: pag. 114, 124; ARIAS, 2002). Así este Eje fue trasformándose en modernas infraestructuras dando lugar a un ancho y extenso corredor geográfico, abrazándose el camino romano, medieval, pecuario, de hierro y de asfalto; cada uno con su valor histórico: el protagonismo que jugó en la Guerra de Independencia napoleónica, o incluso en la campaña de las tropas franquistas en el inicio de la Guerra Civil desde Sevilla hasta Mérida y Salamanca; o la Línea Férrea en el desarrollo de este territorio en su momento (hoy por desgracia semidesmantelada y que habría que reivindicar)… En resumen, vemos un itinerario casi rectilíneo, como resultado de condicionantes naturales e históricos, donde Mérida solía ser ciudad-puente del camino (que no arranque), que le daba sentido. Su continuo y secular tránsito hizo que el sentir popular le buscase un nombre, concretándose lo subjetivo en un título circunstancial, el de «Camino de la Plata», que abarcó gran parte de su recorrido global.
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Figura 8: Sección de la calzada romana al Sur de Mérida (It. Ant. 23). (Fuente: Sillières, 1990).
I.2.- SOBRE EL TOPÓNIMO «PLATA» 1.2.1. Su origen etimológico.
Figura 9: Calzada al Sur de Mérida. Cata arqueológica (*) y giro hacia el puente sobre el Guadiana (Fuente: Sillières, 1990).
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De su origen etimológico hay una extensa literatura resumida por Roldán Hervás. Sólo un breve repaso: 1ª)- La raíz última vendría del griego πλατεία (plateia) y πλατγς (platus): ancho, llano; dando al latín platea: calle ancha, plaza pública; y platus: plano; 2ª)- Del latín lata: ancho, extenso, dilatado; 3ª)- Del árabe al-balath o balata: pavimento, calzada o camino, con primera «a» cerrada sin sonoridad, pasando de b(a)lata a plata; 4ª)- Del substrato pétreo de la calzada que solía ser de piedras blancas de cuarzo, que en kilómetros daría un aspecto más claro que el resto del terreno; 5ª)- De la expresión latina tardía delapidata: empedrada (GIL, 2004); y 6ª)- Recientemente Roldán, como «cauce de trasporte de riquezas, en relación con el comercio de las Indias» (ROLDÁN, 2007: pags. 330-331.); En fin, elijan ustedes mismos… Por nuestra parte (o como decía Groucho Marx: Estos son mis principios. Si no les gustan tengo otros.) presentamos cuatro ópticas posibles (¡uf!, ¿más?...) y complementarias entre sí: 1ª)- Según nuestros estudios hay una relación entre al-balath / balata con plata; así lo vemos en la Vía Augusta; 2ª)- Como balata cabría la acepción: camino importante, no exclusivamente empedrado, o camino a secas; sería: camino de la plata=camino del camino; 3ª)- Pudiera haber un paralelismo en los anglicismos y galicismos en castellano, por lo que proponemos una posibilidad globalizadora: un latinismo al árabe, y de aquí al castellano viejo: (p)latea-(b)lata-(ba)lata-(b)lata-(p)lata; resultado de la convivencia de estas lenguas tantos siglos. La visión de plata/lata: ancho, llano (de ahí: plano, plato, plataforma…), era la de este camino, como un espacio abierto, despejado, transitable, más o menos liso; de ahí que en latín como en árabe concluyan en: -lata. Ambos términos los constatamos en la zona peninsular más arabizada y en relación a caminos de cierta relevancia, no obligatoriamente empedrados; y 4ª)- No iba muy descaminado el Profesor Roldán (trasporte de riquezas), e aquí mi aportación: sea por origen latino o árabe, y una vez instaurado este topónimo en este camino, se fue perdiendo su primitiva raíz (calzada o camino), asociándose como lugar de transito de riquezas; adquiriendo otro significado y uso, fruto de la casualidad, no era más que una de las acepciones
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1.2.2. Su dispersión geográfica
Su realidad geográfica no es exclusiva de este secular corredor viario del occidente peninsular. Fuera lo encontramos aquí y allá en enclaves en donde no tenemos constancia de este metal: arroyo, cerro, cortijo, etc. de la Plata. También como camino, no obligatoriamente empedrado: en algunos tramos de la calzada romana de la Vía Augusta, o del camino entre Córdoba y Toledo, entre otros. Igualmente: en Las Islas Canarias; en algunos puntos de Hispanoamérica relacionados posiblemente con caminos precolombinos (que trataremos en su día); y en Méjico esta vez sí relacionado con su tránsito. Pero, como ya veremos, en donde mejor se ha conservado el topónimo plata es vinculado a este ancestral Eje de comunicación del occidente peninsular, casi rectilínea e ininterrumpidamente desde tierras gaditanas (camino, arroyo, cortijo… de la Plata: Figura 3); entrada a Sevilla desde el Sur (barriada…) y junto a la Puerta de Jerez (torre, arquillo…); continúa por Sierra Morena hasta Mérida (como camino… y Almadén de la Plata); y hasta Salamanca (como camino…). Evoluciona posteriormente en época moderna hasta tierras leonesas (cañada…, carretera…), incluso asturianas (fuentes de la Plata jalonando caminos pastoriles (CONCEPCIÓN, 2007) y autovía…). Esta es la realidad geográfica del topónimo plata, relacionado en la antigüedad con la calzada/camino real, tramo Cádiz-Salamanca de este histórico Eje (Figura 2). 1.2.3. Un nombre para un camino: un título circunstancial surgido en el ámbito «subjetivo»
Figura 10: Anónimo de Ravenna (s. VII).Reutilización del Eje S.-N./N.-S. (Fuente: Roldán, 1975). (Composición D. M.).
de plata (según la RAE: dinero en general, riqueza). Al respecto, y como más tarde veremos, el topónimo Camino de la Plata se originó en la Edad Media en este Eje, entre Sevilla y Mérida, antes del descubrimiento de América, cosa que desconocía el querido Profesor cuando habla de esta acepción (ROLDÁN, 2007: pags. 330-331). Después, en el Renacimiento, se extendió desde Cádiz hasta Salamanca. Mientras, cierta sociedad o nuevas generaciones (¡ay!, ¡juventud olvidadiza!…) fue olvidando su antiguo origen asociándolo al tránsito de riquezas venidas de Las Indias, desde los puertos de Cádiz pero sobre todo del de Sevilla, por Salamanca, hasta Valladolid, en donde solía estar la Corte. Un paralelismo serían ciertos agiotopónimos: San Otero (cerro aislado, montículo); de este modo, perdiendo su significado inicial se canonizaban promontorios (alguien debiera revisar el santoral…).
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Advertir una consideración, que este camino no tuvo en época romana un nombre homogéneo que abarcara su globalidad. Sólo se le menciona por tramos en diversos Iter recaudatorios del Itinerario Antonino. Por tanto, todo intento en la actualidad de: 1º)- darle oficialidad con este nombre a una acotación exacta: Mérida-Astorga; 2º)- focalizándolo todo a un tramo romano cuando el nombre es medieval; y además 3º)invocando a una supuesta verdad histórica…; no deja de ser un artificio y una incoherencia, más aún cuando este camino es el resultado de un proceso evolutivo con difícil delimitación matemática en sus extremos; y puestos así sería una invención Salamanca-Astorga cuando plata aquí no se documenta. Acaso, como hacemos aquí, sólo podemos aproximarnos: 1º)- a una realidad viaria milenaria en evolución, cuyo tronco central sería Cádiz-Astorga, mas reconociendo cierta raíz (hacia el Estrecho de Gibraltar: cabo, torre, sierra… de la Plata) y rama (hacia la costa asturiana: fuentes de la Plata); y 2º)- a una realidad toponímica surgida en un entorno más arabizado (Sevilla-Mérida) en donde se repetiría el mismo sonido y significado: camino de la plata-(balata)=camino del camino; que luego se extendió en el Renacimiento (Cádiz-Salamanca).
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Por tanto, el topónimo plata, sea por un motivo u otro, no es más que una expresión popular en relación con caminos de cierta entidad, sean calzadas romanas, caminos reales o para el tránsito de riquezas; teniendo más vigencia como Camino de la Plata en el corredor geográfico que aquí tratamos. No dejamos de advertir que es un nombre medieval (¡ojo!) que pretende, desde una percepción popular, dar título a un fenómeno viario en evolución, no expresamente a una calzada, que también. Es más, en castellano, y observando el cómputo de las fuentes más antiguas, se le ha denominado más como camino y menos como calzada, fruto ésta de una visión renacentista-academicista posterior amante de lo clásico. En conclusión, entramos en el terreno de lo subjetivo, en donde la memoria colectiva, tras siglos de idas y venidas, intentó dar nombre a este Eje viario; mas esa denominación se quedó corta en el espacio pues este Eje trasciende en lo territorial más allá de su propio nombre. Aún así esa memoria colectiva ha seguido evolucionando, adaptándose y rebautizando con este nombre las nuevas infraestructuras de comunicación que han ido surgiendo en este mismo corredor geográfico, herederas de trazados primitivos, y no menos históricas pues responden y son reflejos de momentos y necesidades históricas surgidas en cada época; un proceso natural en el que, queramos o no, estamos encaminados. Sirvamos ahora el segundo plato, que aproveche…
II.- APORTACIONES DOCUMENTALES Como ya hemos adelantado, donde más se hace presente el topónimo plata es en este Eje de comunicación. Sin embargo la literatura científica se ha centrando en documentos que hacen referencia a este nombre sólo al Norte del Guadiana, surgida de la verdad establecida Mérida-Astorga, y focalizada en el mundo romano; obviando un nutrido grupo de referencias cartográficas, administrativas, históricas, epistolares, etc. que, como Camino de la Plata, lo hacen iniciarse más al Sur, y relacionado tanto como calzada como Camino Real… más allá del corsé que se le quiere imponer. Incluso como Vía de la Plata lo vemos aquí en el S. XIX y a lo largo del XX en diversas publicaciones. Dicho esto creo que debemos estar abiertos a una revisión de la Historia; a nuevos documentos que como llaves nos abren puertas a estancias que desconocíamos. Esta actitud, liberada de dogmas, nos ayudará a tener una mayor perspectiva sobre la extensión real de este nombre.
II.1.- «CAMINO DE LA PLATA» EN EL TRAMO CÁDIZ-SEVILLA-MÉRIDA Los documentos que aquí presentamos, 27 en total, hacen referencia al camino o calzada de la Plata, entre Cádiz y Salamanca, una parte de este gran Eje occiden-
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tal. Su mención geográfica coincide con la suma de diversos trazados del Itinerario Antonino, los Iter: n.º: 7, 9, 23 hasta Mérida; incluyéndose un tramo del n.º 24 hasta Salamanca al mencionarse como un mismo trazado (Figura 2). La importancia de estos documentos es doble: 1º)- que aparecen en una amplia tipología de fuentes: administrativa, cartográfica, erudita, etc.; y, 2º)- que muchos son los más antiguos en la Historia en su género, e inéditos en la caminería hispánica. Nos centraremos en documentos escritos o cartográficos antiguos que hacen referencia al Camino de la Plata; dejando para otro momento la cartografía moderna y la prospección arqueológica y aérea (cuando llegue mi sueldo). Los presentamos ordenados cronológicamente: 1.- Año 1340-1350: Libro de la Montería, de Alfonso XI.
Es la primera fuente geográfica que conocemos como Camino de la Plata, no sólo en este Eje de comunicación, sino en toda la Historia. Es inédito en los foros dedicados a la caminería15. Gracias a los gustos cinegéticos de Alfonso XI (Salamanca 1312 - Gibraltar 1350), rey de Castilla y León que tomó Algeciras en 1344, se redactó entre 1340 a 1350 el Libro de la Montería (VALVERDE, 2009). En esta obra se da a conocer los lugares para la caza en un amplio territorio peninsular, continuando la tradición de su bisabuelo Alfonso X el Sabio. En gran parte fue escrito durante los viajes del Rey, pues era costumbre aprovechar esta circunstancia para la práctica cinegética, lo que nos informa de su paso por este camino hacia el Sur, y de su faceta como Camino Real. Por otro lado este libro puede estar inspirado en otro anterior de Alfonso X (VALVERDE, 2009: pag. 19), en el siglo XIII, por lo que este topónimo aquí pudiera haber sido utilizado ya un siglo antes. En el Libro III, Capítulo XXIV: «De los montes de [la] tierra de Sevilla, et de Niebla et de Gibraleon», menciona este camino al Norte de la actual población de Castilblanco de los Arroyos (VALVERDE, 2009, pag. 1.152, 1.197 y mapa 1.192). El texto dice así: «La Dehesa de Castriel Blanco es buen monte de puerco en ivierno. Et son las vocerias la una desde (…): et la otra en el camino de la Plata.» Es un siglo y medio anterior al texto del sabio Nebrija (NEBRIJA, 1510/COSTAS, 1981), que junto con Colón fuera considerado el primero en mencionar este nombre (aunque en latín: argentea); y muy anterior también al resto de fuentes que maneja el Profesor Roldán (ROLDÁN, 1971) a la hora de hacer partir este camino en Mérida. Esto nos da pie a pensar que fuera al Sur del Guadiana, en el alfoz sevillano, más arabizado, en donde se pudiera haber dado el salto balata-plata.
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2.- Año 1370/1408: Papeles del Mayordomazgo (Archivo Municipal de Sevilla). Repoblación de Almadén.
Es la primera fuente administrativa y segunda geográfica de la Historia en donde aparece Camino de la Plata (y ya van dos) antes de Nebrija. Sorprende que esta información facilitada por el ilustre arabista Félix Hernández Jiménez y por Francisco Collantes de Terán, hace ya unas décadas (HERNÁNDEZ, 1961: pág. 96; COLLANTES, 1972: pag. 234), no haya trascendido lo suficiente. Este documento lo encontramos en el Archivo Municipal de Sevilla, en los Papeles de Mayordomazgo. Es una carta de franqueza firmada en Sevilla el 5 de Diciembre de 1370 y confirmada en 5 de Mayo de 1408 por el Consejo de Sevilla a favor de Almadén (hoy de la Plata), para frenar su despoblación y que sirviera en la protección de los viajeros que iban y venían por este camino a la ciudad sevillana, en un terreno abrupto lleno de acechanzas. El texto de 1408, suponemos copia del de 1370, dice así según trascripción de Hernández: «E por quanto el dicho cumple mucho a nuestro seruiçio ser bien poblado por que estan en guarda de los que van y vienen a esta çibdad por el camino de la plata (…) aqui fasemos les merced para siempre jamas que sean francos todos los que y en el dicho lugar del almaden agora moran o moraren (…)» Hemos ido al Archivo Municipal de Sevilla para traeros aquí (entusiasmados) el documento original. Creo que es el primer manuscrito que se conserva en la Historia en donde viene: Camino de la Plata; y con bella caligrafía (Figura 11). Precisamente en el término de la actual Almadén de la Plata, población que toma este apelativo al menos en el siglo XVII como más tarde veremos, es en donde se viene situando la «mansio»: «Mons Mariorum»; entre Itálica y Emérita Augusta, citada por el Itinerario Antonino. Aquí existen a su vez canteras de mármol romanas (CANTO, 1978).
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Por otro lado advertir que existe otra carta anterior, firmada el 5 de enero de 1280, dada por el Consejo de Sevilla en donde Alfonso X confirma a los habitantes de Real (actual de la Jara, al Norte de Almadén de la Plata) para que se les eximiera de toda clase de servicios e impuestos por la ayuda que prestaban a los que viajaban por aquí a Sevilla (HERNÁNDEZ, 1961: pag. 96-97; COLLANTES, 1972: pag. 234; y GONZÁLEZ, 2001: pag. 26, 106-107). No hemos podido confirmar aquí este nombre (aunque González lo menciona como título de la misma); aún así demuestra la importancia de este trazado como el principal desde Sevilla en el s. XIII. 3.- Año 1504: Carta de Cristóbal Colón a su hijo Diego.
Este documento es la primera fuente epistolar privada en donde aparece referido este camino con el nombre: Plata. Resulta que tras el cuarto y último viaje de Cristóbal Colón a las Indias, regresa desde las Antillas Mayores hasta el puerto de Sevilla. Muy enfermo, quiere viajar a la Corte, en Segovia, en donde estaba el Rey Fernando (DÍAZ-TRECHUELO, L., 2006: 163, 167), solicitando al Cabildo catedralicio sevillano la litera de un muerto (ROSELLY, 1863: pag. 329), a modo de andas o silla llevada a hombros, que sirvió para traer los restos del último arzobispo sevillano (había que verlo, todo un Almirante de la Mar Océana dentro de un nicho andante; no somos nadie…). De su viaje informa a su hijo Diego en una carta firmada en Sevilla el 28 de de noviembre de 1504, bajo el título: «A muy caro fijo D. Diego Colón.-En la Corte» (VV.AA., 1892: pag. 392). El texto dice así: «Si me escribes vayan las cartas á Luis de Soria, porque me las envíe al camino donde yo fuere: porque si voy en andas será creo por la Plata.» Figura. 11: Primer manuscrito que conocemos y segundo documento en la Historia en donde aparece «Camino de la Plata». Texto de 1408, copia otro de 1370 sobre la repoblación de la actual Almadén de la Plata. Papeles de Mayordomazgo. Archivo Municipal de Sevilla. Lectura: «(…) E / por quanto el dicho lugar cumple mucho a nuestro seruiçio ser bien / poblado por que estan en guarda de los que van y vienen a esta / çibdad por el camino de la plata (…)».
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Se desprende que Colón dudaba por qué camino subir, pues tenía otras alternativas: por Guadalcanal y Guadalupe, que utilizara en otra ocasión, más abrupto; o por Córdoba y Toledo, frecuentado en aquella época. Al final, no es hasta el mes de mayo del siguiente año cuando parte en dirección a la Corte desde Sevilla. Nuestro camino ya era conocido en el territorio hispalense con esta denominación, al menos un siglo y medio antes; siendo además el oficial desde Sevilla en esta época (HERNÁNDEZ, 1961: pag. 95-102). Por aquí llegaría seguramente a Plasencia, donde se desviaría hasta Ávila y Segovia. Si bien esta carta se ha querido ver en algunos foros como desde Mérida (siguiendo la estela de Nebrija), lo damos como inédito pues interpretamos que Colón se refiere a todo su recorrido desde Sevilla, como sería lógico, ya que es de donde parte; distando Mérida 200 kilómetros, y que los documentos anteriores nos avalan el uso de este nombre para este principal camino desde Sevilla. Hay en esta fuente un dato importante: la visión de un trazado continuo, de Sur a Norte de Mérida; siendo el primer documento donde se menciona un trazado unitario con el topónimo Plata. 4.- Año 1518: Noticia del viaje del Factor de la Casa de Contratación de Sevilla en los preparativos de la expedición de Magallanes.
El navegante portugués Fernando de Magallanes, agraviado por el rey de Portugal en sus empeños expedicionarios, y acompañado por el astrónomo Rui Falero, llega a Sevilla el 20 de Octubre de 1517 para ofrecer un negocio al Rey Carlos I: el descubrir una ruta comercial hacia las Islas de las Malucas por el Este, gracias a los descubrimientos de Colón. Convence al factor de la Casa de Contratación, Juan de Aranda, encargado de las recaudaciones y tributos relacionados con la Corona en las Indias, a que intervenga ante el Rey para la financiación. Como la Corte se encontraba en Valladolid parten de Sevilla el 20 de enero de 1518. Él y Falero marchan por otros motivos hacia Toledo por Escalona. Mientras el Factor, Juan de Aranda, lo hace más directo por el Camino de la Plata desde Sevilla. Los tres quedan en unirse en Medina del Campo para entrar juntos en Valladolid. Después el Factor recibe una carta de la Corte que le hizo unirse con el resto. Este episodio nos lo narra Martín Fernández de Navarrete (1765-1844), Alférez de Fragata de la Armada española. Su mala salud le hizo dedicarse a la historia marítima, siendo comisionado por el Ministerio de Marina para tal fin, abriéndole las puertas a los archivos, cartas, diarios, etc. de múltiples expedicionarios, plasmándolo en su obra: Colección de los Viajes y Descubrimientos (FERNANDEZ, 1825: pag. XXXV). La mención en sus páginas de nuestro camino en boca de los protagonistas, cuyas cartas y diarios manejaba, nos ofrece bastante confianza. Esto es lo que nos narra:
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«(…) Propúsoles después [el «factor»] hacer el viage en su compañía, pero Falero dijo que no, porque ellos [Magallanes y Falero] habian de ir por Toledo y él iba por el camino de la Plata; y solo convinieron en esperarse en Medina del Campo para pasar unidos á Valladolid.» El 16 de Agosto de ese mismo año ya estaban en Sevilla con los permisos y apoyos financieros; partiendo el 10 de Agosto del año siguiente de 1519 de la ciudad hispalense para dar la vuelta al mundo. Tenemos, tras Colón, el segundo documento en donde, desde Sevilla, se nos presenta un camino unitario, de Sur a Norte de Mérida, bajo un mismo nombre; y como camino a la Corte en Valladolid. 5.- Año 1577: Carta privada desde Méjico a un vecino de Calzadilla de los Barros (Badajoz).
El siglo XVI supuso, tras el descubrimiento de América, una diáspora hacia el Nuevo Mundo. Algunos que encontraron acomodo escribían a sus familiares animándoles a que cruzaran el charco. En este contexto fue escrita la carta que aquí presentamos, firmada el 6 de Octubre de 1577 por un tal Bartolomé Pérez Guillermo desde «Çinapequaro» (Zinapécuaro, Sur de Méjico capital), «teniente de su majestad de este pueblo», a su sobrino Grigorio Sánchez Moscoso residente en «cal Cadilla» o «Calçadilla» (Calzadilla de los Barros, Sur de Mérida, Badajoz) animándole a instalarse en aquella tierra próspera (en contestación a otra de su sobrino que le mostró cierto interés en verlo). Esta carta fue rescatada por el sabio del s. XVI Enrique Otte Sander (OTTE, 1985: pag. 33). Una epístola emotiva en donde las haya, teniendo en cuenta aquellos años en donde un océano por medio tanto separaba de seres queridos y patria chica. Así se despide de su sobrino el emigrante extremeño: «(…) A los señores mis hermanos y a los señores primos y parientes beso las manos, y les suplico me escrivan con vuestra merced. (…) Besa las manos a vuestra merced su tío, Bartolomé Pérez Guillermo. (Al muy magnífico señor Grigorio Sánchez de Moscoso, en España, en Extremadura, en cal Cadilla, que es en el camino que va de Sevilla a la corte, que se dize el camino de la plata).» Esta carta es interesante al confirmar la vigencia de este camino como el oficial para viajar desde Sevilla a la Corte, que solía estar en Valladolid, y que ya en esta fecha se encontraba en Madrid tras su traslado en 1560; siguiéndose por Mérida y Trujillo.
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Figura 12: Mapa «Hispalensis Conventvs Delineatio», de Jerónimo de Chaves. Año 1579. Pertenece al atlas: «Theatrum Orbis Terrarum», de A. Ortelius.
Figura 13: Detalle del Mapa: «Hispalensis Conventvs Delineatio», de Jerónimo de Chaves. Año 1579. Primer documento cartográfico de la Historia en donde se representa al «Camino de la Plata».
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6.- Año 1579: Mapa Hispalensis Conventvs Delineatio, de Jerónimo de Chaves; incluido en Theatrum Orbis Terrarum, de A. Ortelius.
Presentamos aquí la primera representación cartográfica que conocemos en la Historia donde figura plasmado el topónimo Camino de la Plata; y, por tanto, de gran importancia pues es la primera en este Eje de comunicación. Este documento es inédito en relación a los estudios dedicados a este camino. Es un mapa de la zona occidental de la actual Andalucía, en donde se representa el antiguo Reino de Sevilla, bajo el cariz renacentista: Hispalensis Conventvs Delineatio (Figuras. 12 y 13). Está firmado por Hieronymo de Chiaves (Jerónimo de Chaves, Sevilla, 15231574). En la órbita de la escuela flamenca, con una gran tradición cartográfica, está editado en Amberes en 1579. Sus medidas son: 354 x 464 mm. Su escala aproximada es de 1 : 600.000. Teniendo en cuenta la fecha de defunción de su autor, tuvo que estar finalizado antes de 1574 (PLEGUEZUELO&OLIVIER, 2002). Este mapa pertenecía a la obra magna de Abraham Oertel (1527-1598; Ortelius en latín, Ortelio en castellano) Theatrum Orbis Terrarum (Teatro de la Tierra Universal), por orden de Felipe II, con múltiples reediciones y adiciones entre 1570 (53 mapas) y 1603 (119), y hasta 1609. Se editó en latín, alemán, francés, neerlandés, italiano, español e inglés. Recopilaba las mejores cartografías de la época, con un orden homogéneo, considerado el primer Atlas de la Historia. En la primera edición de Oertel en la que se incluyó este mapa (1580), fue a su vez éste de Chaves el primer mapa regional, ya que la escuela andaluza de cartografía fue durante la mayor parte del siglo XVI el centro cartográfico de Europa (CORTÉS&PEÑÁLVER, 2010: Pág. 213), dado las expediciones desde los puertos: hispalense, onubense y gaditano; hacia el orbe terráqueo. El sevillano Jerónimo de Chaves fue cosmógrafo, cartógrafo y matemático, entre otras doctas aficiones, un lumbreras de la época. En 1522 la Casa de Contratación de Sevilla, también centro de enseñanza de la náutica fundada por los Reyes Católicos en 1503, creó la Cátedra de Cosmografía de la que Jerónimo fue su primer catedrático. Intelectual y científico de la época, realizó varios mapas de América, y su Chronographia o repertorio de los tiempos, sobre astrología, cosmografía y geografía (TORRES, 2005: Pág. 213-214). El mapa Hispalensis Conventvs Delineatio16 posee un gran valor al ser uno de los pioneros en representar los relieves de las montañas de forma abatida frente al espectador, dando sensación de perspectiva. La estampación del topónimo Camino de la Plata se representa de forma semivertical, buscando cierta horizontalidad para su fácil lectura. Lo vemos junto a la actual población de Castilblanco de los Arroyos (como ya lo hizo Alfonso XI), y entre ésta y Almadén, hoy de la Plata como ya veremos.
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Chaves, como hispalense, tuvo que conocer de primera mano este camino, y como buen cartógrafo no dudó en plasmarlo en uno de los mapas más hermosos en la historia cartográfica de Europa, y a la vez innovadora en su sensación de relieve. El hecho de mencionar este camino, el único representado con su nombre en todo el mapa, nos lleva a pensar la importancia que en el siglo XVI tenía como: vía principal hacia tierras norteñas; camino a la Corte; y a Salamanca y a su Universidad, con una gran relación con los nuevos descubrimientos a través del puerto sevillano. Ello nos induce a pensar que el representar este camino, por iniciativa de una persona tan culta y a la vez relacionada con la Casa de la Contratación, fuera una respuesta psicológica de su autor al representar una vía que comunicaba con centros culturales y de poder, por lo que se podría hablar aquí de cierta visión como un trazado íntegro, de Sur a Norte, con un mismo nombre: Camino de la Plata; truncado por los límites geográficos-administrativos de este bello mapa. Una interesante observación, en este mapa vemos la representación de otro camino, aunque sin nombre, desde Cádiz, por el puente romano de Alcantarilla, de Augusto (CORZO&TOSCANO, 1992: pag. 97-99), hasta Sevilla, en este mismo Eje viario, mencionado en otros documentos como Camino de la Plata en este tramo. Coincidía más o menos con parte de la Vía Augusta, junto con hitos geográficos con este nombre (Figura 3). De algún modo se refleja en este mapa, con exclusividad, con trazado y nombre, este Eje de forma ininterrumpida desde Cádiz, por Sevilla y Sierra Morena hasta tierras meridionales de la Orden de Santiago, con la que limitaba el antiguo Reino de Sevilla; hoy frontera entre Andalucía y Extremadura al Norte de Real de la Jara, por donde sigue pasando el aún conocido Camino de la Plata, con dos castillos aquí controlando su recorrido. 7.- Año 1587: Mapa de Andalusía, del Atlas de bolsillo de Abraham Ortelius.
Es el segundo mapa que aquí presentamos en donde aparece nuestro camino. La fama que adquirió aquel Theatrum Orbis Terrarum de A. Ortelius, con diversas reediciones, se tradujo en copias diversas como este atlas de bolsillo en edición latina del propio Ortelius, publicada en Amberes en 1587. Semejante a la edición de 1579 del hispalense Chaves, se presenta la zona occidental de Andalvzia, figurando semiverticalmente el Camino de la Plata al Norte de Sevilla. Sus medidas son: 7´3 x 10´1 cm. (Figura 14). Mantiene cierta coloración, con bella presencia. Creemos que de la Andalucía de Orterius se publicó una serie en Amberes en 1601 (que no hemos podido localizar) por Ambrosio y Fernández Arsenio (hermanos y asistentes de Frans Hogenbug). El mapa que aquí representamos es de coleccionista.
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8.- Año 1591/1598: Historia de la Ciudad de Cádiz, de Agustín de Horozco.
Primera fuente erudita, también en mencionar el Camino de la Plata como un cuerpo íntegro, de Sur a Norte de Mérida, y como «principal via» entre tierras gaditanas y leonesas. A partir de los siglos XVI y XVII era empresa común resaltar los triunfos locales con una (supuesta) historia de la urbe, para orgullo de sus vecinos. Así surgió la obra de Agustín de Horozco, criado del Rey Felipe II, obra manuscrita cuya primera edición titulada Historia de Cádiz la escribió en 1591, redactándola de nuevo en 1598 bajo el título Historia de la ciudad de Cádiz que es la que aquí reproducimos. Siglos después esta última llegó a manos del gran bibliófilo extremeño Bartolomé José Gallardo, publicándose por primera vez por el Ayuntamiento gaditano en 1845. Describe las vías romanas que partían de Cádiz, mencionando dos itinerarios coincidentes, el principal que es nuestro Eje de comunicación desde Cádiz hasta tierras leonesas, para luego torcer en dirección a Roma por Francia, cuyo rastro lo podemos encontrar en el Itinerario Antonino; y la otra hacia Córdoba (HOROZCO, 1845: pag. 62). Lo describe así: «El uno de los dos era el camino que comúnmente llaman arracife, que dende esta ciudad iba a Roma, para facilitar la comunicación de la una a la otra. Dende esta ciudad guiaba el arracife a la de Sevilla, de allí á la grande Mérida, a ciudad Rodrigo i Salamanca, por el camino que llamamos de la Plata, hasta Leon, de adonde, atravesando la Francia, llegaba a Roma. Esta era su principal via, pero salian otros diversos arracifes que guiaban dende esta ciudad a la de Córdova, a Ecija i otras fortalezas i ciudades (…)» Aunque no queda muy claro, entendemos que bajo el nombre Camino de la Plata se refiere básicamente al tramo Sevilla-Salamanca (si no acaso de Cádiz mismo, como un siglo después se verá) al decir: «de allí» refiriéndose a Sevilla y terminando «i Salamanca», para a continuación dar el nombre (y sin precisar si a Ciudad Rodrigo es alternativa). Sea como fuere, es de los primeros documentos (aparte de la visión del Itinerario Antonino y el Anónimo de Rávena) en donde se describe de una forma unitaria a este Eje entre tierras gaditanas hasta las salmantinas y leonesas; destacando la frase: «Esta era su principal via». El otro camino en dirección a Córdoba y Écija, que lo presenta en un segundo plano, no es más que la Vía Augusta, que la hace de algún modo arrancar de nuestro Eje viario. 9.- Año 1602: Mapa de Andaluzia, en Tabularum Geografhiarum Contractarum, de Petrus Bertius.
Mostramos aquí un tercer mapa repitiendo el mismo espacio geográfico que los anteriores. Sus dimensiones incluido los márgenes son: 18´5 x 12´5 cm. Es
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de otro autor, con una bella factura y vivos colores pintados a mano. Introduce algunos cambios, como la representación del nombre Camino de la Plata en horizontal, sobre Castilblanco (Figura 15). Fue grabada por Pieter Van den Keere (1571-1646; en latín Petrus Kaerius) grabador y cartógrafo. La plancha proviene del artista, cartógrafo y grabador Jodocus Hondius (1563-1612), cuñado y maestro de Keere, autor de los primeros mapas del Nuevo Mundo y uno de los impulsores de Amsterdan como capital de la cartografía europea. Este mapa pertenece a la obra escrita de Petrus Bertius (1565-1629): Tabularum Geographicarum Contractarum, publicada en Amsterdam en 1602, con reediciones hasta 1618. Bertius fue historiador y cartógrafo, y sus escritos solían introducir a los mapas; en este caso un texto en latín bajo el título Descriptio Andalvsiae en donde resume la historia del territorio y zonas próximas. El mapa que aquí representamos es de coleccionista. 10.- Año 1604: Mapa de Andalusía, de A. Ortelius. Edición alemana de J. Keerburgen.
Cuarto mapa en donde aparece el Camino de la Plata, en posición semivertical al Norte de Sevilla. Siguiendo la estela de ediciones anteriores, nos encontramos con este mapa en miniatura de Abrahan Ortelius perteneciente a una edición alemana de bolsillo, y publicado en Frankfurt por el editor Johann Keerburgen. Mide 9 x 12 cm. (Figura 16). Es prácticamente una copia de la edición de bolsillo de 1587, aunque enriquecido en información en grados de longitud y latitud que lo enmarcan. A diferencia del suyo de bolsillo anterior es en blanco y negro, perdiendo la alegría del color. El mapa que aquí representamos es de coleccionista. 11.- Año 1606: Historia de la vida y hechos del Emperador Carlos V, de Prudencio de Sandoval.
Interesante documento que narra los viajes del infatigable Rey Fernando, que en este momento ejercía como regente de Castilla puesto que Isabel había muerto y su hija Doña Juana digamos que estaba indispuesta. Esta noticia de su viaje desde Sevilla hasta Salamanca y Valladolid, entre 1508 y 1509, la recoge Prudencio de Sandoval (Valladolid 1553-Pamplona 1620), obispo de Tuy y Pamplona, e historiador; referente para historiadores de aquella época. Reproducimos aquí un fragmento de su Historia (SANDOVAL, 1634: Libro I, págs. 20-21): «Contento vivía el Rey Don Fernando porque la reina Germana su muger, estava preñada, y tenia grandes esperanças de un hijo, con quien las Coronas de Aragón se pudiessen apartar de Castilla. Bolviò el Rey del Andaluzia, por el camino de la plata, Alva, Salamanca, Medina del Campo, y entrò en Valladolid por el mes de Hebrero. Passò a Arcos,
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y traxó a la Reyna su hija a Tordesillas, donde quedó de alli adelante, hasta la muerte.» Vemos una vez más al «camino de la plata» como el principal entre Sevilla y Salamanca, con trazado y nombre íntegro, a excepción del desvío a Alba de Tormes antes de entrar en Salamanca, para luego torcer a Valladolid donde solía estar la Corte. En segundo lugar advertir su carácter de Camino Real antes, durante y después del viaje del Rey Fernando (HERNÁNDEZ, 1961; págs. 95-104). 12.- Año 1608: Descripcion é Historia general de la provincia de Extremadura, de Fco. de Coria
Gracias a la gran labor del bibliófilo y liberal extremeño, Bartolomé José Gallardo (1776-1852), que fuera Bibliotecario de la Universidad de Salamanca y de la del Consejo de Diputados, nos ha llegado noticias de este libro: Descripción é Historia general de la provincia de Extremadura, de Francisco de Coria, editado en Sevilla el 20 de Enero de 1608, y citado en su obra: Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos (GALLARDO, 1866: 574-578). También lo recoge el gran estudioso extremeño Vicente Barrantes (1829-1898) (BARRANTES, 1877), y Arcadio Guerra de una copia fotográfica de un manuscrito de finales del s. XIX o principios del XX (GUERRA, 1978). Poco sabemos del autor: «es de Coria de la provincia de San Gabriel de Descalzos de San Francisco», como reza la portada. La referencia de Gallardo es la que mejor reproduce su texto, cuyo original lo tuvo que tener en sus manos, dice así: Cap. XV. Trata de la Calzada Real que atraviesa por Extremadura, que por otro nombre es dicho camino de la Plata. (…). Calzada de la plata. Atraviesa visiblemente desde Salamanca por Mérida á Sevilla.» Entrado el siglo XVII continúa la visión de un mismo camino-calzada, entre Salamanca y Sevilla, de un lado a otro de Mérida. Destacar los diversos nombres que se utilizan aquí: Calzada Real, camino de la Plata y Calzada de la plata. Apuntemos dos cosas: 1ª)- Cómo, en un mismo texto, encontramos el paso de lo que es un camino real a calzada por ese gusto de lo clásico, siguiendo a Nebrija. Esto tiene su importancia: es un claro ejemplo de la evolución psicológica en la percepción subjetiva de este itinerario, asociando dos visiones o realidades (Camino Real/Calzada Romana) con un mismo topónimo: Plata; visión que se fue decantando por lo puramente romano de esta vía de comunicación, hasta anular el uso de su nombre referente a su amplio trazado como camino real; y 2ª)- «Atraviesa visiblemente (…) por Mérida»: efectivamente, la loma de esta calzada (y camino real) es visible al Norte y al Sur de Mérida (Figuras 7-9); a la vez que nos muestra un trazado único (calzada/camino) con el nombre: de
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la Plata; ente Salamanca y Sevilla, siendo Mérida lugar de paso de la vía, no arranque. 13.- Año 1616/1621: Mapa de Andaluzia, de Petrus Bertius-J. Hondius II /Paulus Merula.
Traemos aquí un quinto mapa en donde reluce nuestro Camino de la Plata (Figura 17). Está en dos ediciones diferentes: la de Petrus Bertius y Jodocus Hondius II (1594-1629; hijo), publicada en Amsterdan en 1616 (copia modificada, y en blanco y negro del mapa suyo de 1602), posiblemente grabada por Salomon Rogiers, perteneciente a la obra Tabularum Geografhiarum Contractarum (reedición modificada: 1616 hasta 1618); y, por otro lado, en una edición de Paulus Merula (1588-1607), en su obra: Cosmographiae Generalis libri tres : Geographiae particulares libri quatuor : quibus Europa in genere, speciatim Hispania, Gallia, Italia describuntur, publicada también en Amsterdan en 1621. Sigue el patrón de los anteriores mapas. Copia dos fórmulas: la posición del nombre de Andaluzia en la esquina superior derecha, más la horizontalidad de Camino de la Plata del mapa de 1602, de Bertius/ Hondius (Figura 15); y el añadido enmarcarlo con los grados de longitud y latitud del mapa de 1604, de Ortelius, aunque no coincidentes en sus grados (Figura 16). Mide sin márgenes 13´6 x 9´6 cm. (edición francesa de 1616). Era común todo este tipo de copias cartográficas en aquella época (como los plagios modernos; en fin, nada nuevo bajo el sol…). El mapa que aquí representamos es de coleccionista. 14.- Año 1631: Restauración de la antigua abundãcia de España…, de M. Caxa de Leruela.
Este libro tiene como subtítulo: o Prestantissimo unico y facil reparo de su carestia presente. Su autor, Miguel Caxa (Caja) de Leruela (1570-1631), fue magistrado y economista, preocupado por analizar las carestías y soluciones para un reino en crisis. No era historiador pero sí culto en sus conocimientos, adquiridos en la Universidad de Alcalá de Henares. Como Alcalde Mayor de la Mesta pudo tener información directa de nuestro camino. Reproducimos el texto de la edición de 1713, ya que tuvo varias reimpresiones al ser obra adelantada a su tiempo por adentrarse en los motivos de la maltrecha economía hispana (mala planificación que hoy perdura…). En el Capítulo V (CAXA, 1713; pag. 276) nos dice: «Y particularmente quando estos Reynos fueron Indias de la Monarchia Romana, los Montes eran tan bravos, que para penetrarlos fue necesario abrir caminos, y calçadas, como se vè por aquella famosa de Argamasa sempiterna, que llaman el camino de la Plata, que passa por Salamanca, y dizen sale desde Francia, y và recto á Merida, y à Sevilla, fabrica ilustre de la Romana sobervia, e ejemplar ilustrisimo del zelo publico de aquella gente, (…)»
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Figura 14: Mapa de «Andalusía», del Atlas de bolsillo de Abraham Ortelius. Año 1587.
Hemos dicho que no es una obra histórica, por lo que ha oído campanas cuando relaciona nuestro camino como originaria de Francia (algo adelanta Horozco en su Historia de Cádiz, 1591/1598). Tres cuestiones que quisiéramos resaltar: 1ª)- La visión unitaria de este fenómeno viario a un lado y a otro de Mérida en su tramo Salamanca-Sevilla (más aún cuando él está relacionado con la Mesta, coincidiendo en su traza varias vías pecuarias hasta el Sur del Guadiana); 2ª)- El nombrar a todo el recorrido Salamanca-Sevilla como: «camino de la Plata»; y 3ª)- El asociarlo todo, traza y nombre, a la calzada romana, visión que se origina en el gusto a lo clásico, y sobre todo por celos, comparando un sistema público efectivo y una España desorganizada (pura envidia…). Advertir su visión espacial-direccional: «y va recto»; de Salamanca a Sevilla. 15.- Año 1633: Historia de la Ciudad de Mérida, de Bernabé Moreno de Vargas.
Bernabé Moreno de Vargas (Mérida, 1576-1648) se licenció en leyes en Salamanca. Tras la muerte de su padre, toma posesión de Mayorazgo y de Regidor perpetuo del Ayuntamiento por sucesión hereditaria (un caso más de nepotismo…). Desde su atala-
Figura 15: Mapa de «Andaluzia», en «Tabularum Geografhiarum Contractarum», de P. Bertius. Año 1602.
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ya, y como amantísimo de su patria chica, recopiló todo lo acontecido en Mérida hasta sus días, dando a luz su: Historia de la Ciudad de Mérida; reeditada recientemente. Conocido libro en ámbitos científicos lo presentamos, sorprendentemente, como inédito en relación a la mención que hace al tramo Sur de este Eje de comunicación con el nombre de «Camino de la Plata». Fue además de los primeros en describir las cazadas romanas que confluían en Emérita Augusta, tomando el Itinerario Antonino. Fruto de su tiempo se deja seducir por historias fantasiosas (ciudad fundada por Túbal nada menos...); deslices perdonables si vemos la cantidad de información que aporta, y con interesantes cuestiones hoy a debate: una Mérida anterior a Augusto con una vía militar de origen consular; y una extensa calzada y Camino de la Plata, en donde Mérida era sólo ciudad-puente. Sobre ambas cuestiones, en el Capítulo II: De la antigüedad y fundación de la ciudad de Mérida y naciones que en ella poblaron antes de los romanos (MORENO, 1992: pag. 40); nos dice: «Favorecen mucho esta verdad dos consideraciones tan fuertes como ciertas, y es, que algunos años antes que Mérida fuese colonia de romanos, ya estaba hecha la calzada, y vía militar, que ahora llaman Camino de la Plata, según se dirá más adelante. Y pues ésta pasaba por Mérida, como hoy se ve, necesariamente había emprendido hacer obra tan maravillosa como es la calzada que sale desde Cádiz y va a dar a Salamanca y a Zaragoza, no había de faltar en hacer puentes en los ríos que se atravesasen.» Volvemos con la visión, subjetiva y física, de un mismo Eje viario a lo largo del occidente peninsular que «pasaba por Mérida», al menos desde Cádiz hasta Salamanca, aunque luego él se desvía a la altura del Duero a Caesar Augusta (Zaragoza) al hacer una lectura íntegra del iter n.º 24 del Itinerario Antonino. Es decir, Emérita no como «arranque» del Camino de la Plata, sino como «consecuencia» de un estratégico vado. Destacar un revelador comentario sobre sus restos: «pasaba por Mérida, como hoy se ve»; en referencia a los de su traza Norte y Sur que hoy se pueden seguir (Figuras 7-9). Incide sobre lo mismo en el Capítulo VII. En el siguiente: Sobre las Calzadas y Vías Militares de Mérida; se centra en el Itinerario Antonino cometiendo algunos errores como el hacer partir el Iter n.º 23 en los Ojos del Guadiana, en su nacimiento, cuando es desde la desembocadura. Esto le lleva de algún modo a restar importancia a nuestro tramo centrándose en el el Iter n.º 10 Item ab Hispali Emerita, que aparentando ser más directo por el título, da un rodeo en zig-zag por la ciudad de Astigi (Écija, Córdoba). Eso le hace bautizar con este topónimo a todo este Iter (aunque en pocas fuentes así rece en algún tramo extremeño). Éste empalma con nuestro nº. 23 (que es más directo) seguramente en el entorno de Los Santos de Maimona, a
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unos 50 km. al Sur de Mérida (ARIAS, 1967; MUÑOZ, 1991). En resumen, cuando habla del Iter n.º 10 en realidad describe los restos de nuestro Iter n.º 23 a la salida de Mérida. En la pag. 71 dice así: «(…) viene a Sevilla desde Cádiz y entra en Mérida por la puente de Guadiana y es la que Antonio de Librija dice haber hecho el cónsul Publio Licinio Craso, que ahora llaman Camino de la Plata, juntándola con la que viene de Salamanca a Mérida, que sale de Zaragoza (…).» Vemos cómo cita a Nebrija que suele aparecer en múltiples obras, aún así Bernabé recoge el topónimo más al Sur. Con respecto a la Mérida preaugustal y vía consular que se refiere, hoy en día cada vez van existiendo más evidencias prerromanas en el entorno de este vado. Sobre este tema considerar el trabajo de la Profesora Alicia Canto (CANTO, 1990 y 2005) y el papel que jugó Julio César, y no Augusto, en la fundación de esta ciudad junto a este estratégico vado. Después Bernabé continúa diciendo lo mismo al tratar de la n.º 24, aventurando dar una explicación del origen del nombre en la pag. 73: «(…) y es el que comúnmente se llama Camino de la Plata, juntándose en Mérida con el que viene de Sevilla, y quizá tomó este nombre por la mucha plata que en su fábrica se gastaría». Vemos aquí el olvido de su significado original por el de tránsito de riquezas. Por tanto, ya desde la antigüedad, junto con otros autores, los ojos de una persona que estaba a pié de obra tenía una visión íntegra de su recorrido, a un lado y a otro de Mérida, en donde se acompañan restos y nombre al unísono. 16.- Año 1634: Soneto Laméntase Manzanares de tener un gran puente, de Lope de Vega.
Es la primera mención literaria en donde aparece el nombre de este camino, concretamente en un soneto humorístico (cosa que me emociona, pues el que suscribe es aficionado a la pluma y tiene dedicado un librito de sonetos a este bello camino: MUÑOZ, 2004). Sabemos de la intensa vida de Lope de Vega (1562-1635) y de su estancia en la bulliciosa ciudad de Sevilla. En sus últimos años fue autor de una obra recopilatoria que firma bajo pseudónimo: Rimas divinas y humanas del Maestro Tomé de Burguillos. En ella se recogen una serie de poemas sueltos que no llegó a publicar con anterioridad. Estaban muchos de ellos relacionados con una justa poética llamada Gatomaquia, de tono humorístico (LOPE, MANUEL&CAÑAS, 2004: 329). Es un soneto en donde hace hablar al Río Manzanares que, aún de humilde caudal, le impusieron la coraza de un gran puente. Reproducimos la grafía de la primera edición (LOPE, 1634: pag. 78). Dice así:
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Lamentase Mançanares de tener tan gran Puente. Habla el rio. Qvitenme aquesta Puente, que me mata, Señores Regidores de la Villa, Miren que me ha quebrado vna costilla, Que aunque me viene grãde me maltrata: De bola, en bola, tanto se dilata, Que no la alcança a ver mi verde orilla; mejor es, que la lleuen a Seuilla Si cabe en el camino de la Plata. Pereciendo de sed en el Estio, Es falsa la causal, y el argumento, De que en las tempestades tengo brio. Pues yo con la mitad estoy contento, Traiganle sus mercedes otro Rio Que le sirua de huésped de aposento. Es significativo que en un poema al Río Manzanares, en Madrid, se haga mención al tan distante camino de la Plata. Pero lo que es más importante, que lo haga partir de Sevilla. Todo ello nos hace pensar de la importancia que tenía este camino en esa época y sobre todo desde esta ciudad cosmopolita e internacional, y no desde Mérida, cuya grandeza romana ya estaba llena de pastos hace siglos. Además, como se desprende de documentos anteriores, era el camino a la Corte. Este soneto lo cita nuestro admirado Profesor Roldán Hervás rechazando que tenga algo que ver con el camino que él propone, Mérida-Astorga, basándose en el «trasporte de riquezas, en relación con el comercio de las Indias» desde Sevilla (ROLDÁN, 2.007: pags. 330-331). Mas, desconocía que antes del descubrimiento era común aquí este nombre (¡tres siglos antes de este poema!), como ya hemos dicho. De todos modos le doy parte de razón al Profesor, no fue una causa sino una evolución, como ya propuse en el capítulo de Consideraciones (ver Cap. 1.2.1.). En resumidas cuentas, pocos caminos habrán en el mundo que hayan sido inmortalizados en un soneto por alguien de la categoría de Lope de Vega (y no como los míos, que vagamente intentan llegar a su altura…). 17.- Año 1635: Comedia, Amar, servir y esperar, de Lope de Vega.
Otra vez la pluma de nuestro admirado Lope se encarga de elevar al Parnaso de las Letras el reluciente nombre de nuestro camino, convirtiéndolo en el escenario de una de sus comedias: Amar, servir y esperar, publicada cuando ya sembraba malvas. Cuenta el protagonista, en su viaje a Sevilla, la reiterada salvación que hace a una bella dama, y del amor por ella (LOPE, 1635: pag. 63). Dice así: El camino de la plata tomè viniendo a Sevilla siendo un amigo la causa, que pensaba hallar en el, y passando una mañana 715
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la procesión de los montes, que Sierramorena llaman, salió reboçado el Sol y de su dorada cara parò el ceño, en que a la tarde anegò la tierra en agua, retirado a unas encinas, que me sirvieron de capa, haciendo fieltro a mis hombros la defensa de las ramas, hallè a Dorotea en una las tiernas manos atadas.(…) Saquela de otro peligro, que como el cielo la guarda para mi, la guardò a ella en tan justa confiança. En mis braços la saquè entre la tierra y el agua del Betis, en cuya orilla me buscava su desgracia. Apenas a la ciudad nos truxo una misma barca,(…)
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Nos hemos extendido un poco porque, además de relacionar a nuestro escenario viario con tan amoroso episodio, se nos dan una serie de pistas geográficas para confirmar de que se trata de nuestro Camino de la Plata (pues pudiera ser por Córdoba que como camino a la Corte ya despuntaba), y así vemos el paso de Sierra Morena en las inmediaciones de Sevilla y el hecho de tener que cruzar el Betis (Río Guadalquivir) en barcas, como antiguamente se solía hacer por los que venían por este camino a la altura del Vado de las Estacas, en el entorno de Alcalá del Río (JIMÉNEZ, 1961: pag.71-82), la antigua Ilipa, lugar estratégico en donde triunfaron las legiones de Roma (206 a.c.) comandadas por Publio Cornelio Escipión contra las de Cartago de Asdrúbal Giscón; o la Hilipa del Anónimo de Rávena (s. VII d.c.)17 como población en este itinerario procedente de Emerita (Mérida) a Hispalis (Sevilla); gran ciudad esta Hispalis en donde anduvo Julio César en las guerras lusitanas hacia el Norte, aprovechando los pasos naturales de Sierra Morena; o tal vez aguas más abajo, por la zona de Santiponce, la Itálica de Trajano y Adriano, mansio del Itinerario Antonino hasta Emérita… Ya veis, me embala la emoción ante este gran escenario viario y estratégico entre los vados del Betis y los pasos serranos, para escarceos de espadas, amoríos y plumas… como las del eterno Lope que hizo del Camino de la Plata su mejor decorado. 18.- Año 1637: Comedia, Aventuras del Bachiller Trapaza, de Alonso del Castillo Solórzano.
Vivimos en el Siglo de Oro español, y al que no le dio por pintar le dio por escribir, para regocijo de las Letras Hispanas. Así fue como el Camino de la Plata se convirtió otra vez en escenario literario de una novela
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Figura 16: Mapa de «Andaluzia», de A. Ortelius. Edición alemana de J. Keerburgen. Año 1604.
Figura 17: Mapa de «Andaluzia», de P. BertiusJ. Hondius II. Y en Paulus Merula. Años 1616/1621.
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picaresca titulada: Aventuras del Bachiller Trapaza, de Alonso del Castillo Solórzano (1584-1648). Pertenecía a la pequeña nobleza, al servicio del Duque de Alba, por lo que pudiera conocer el mundillo universitario salmantino, como se respira en su obra. Trata, como dice el autor en el Prólogo: «(…) un discurso sobre la rota vida de un embustero, escrita con el fin de que se guarden de los tales.» Pertenecía al subgénero de la comedia del figurón, donde quedaba burlado alguien de supuesta fama por algún galán o listillo. En el Capítulo VI. «En que se cuenta la jornada de Trapaza a la Andalucía (CASTILLO, 1637), dice así: «El médico, que acababa de sacar licencia de la Corte para comenzar a esgrimir recetas, y quiso pasar por Salamanca y ver aquella insigne y célebre universidad, habiendo estudiado en la de Alcalá. Los dos hombres, que eran hermanos, venían de acabar un pleito en Valladolid, y pasaban a Sevilla a aguardar a otro hermano suyo que había de venir del Perú en la flota que se esperaba. Pues, acomodada esta gente con otra mucha ropa que cada uno acomodaba en el carro y la que el carretero llevaba por su cuenta, comenzaron sus jornadas camino de Sevilla, por el que dicen de la Plata». Una vez más Valladolid, pero sobre todo Salamanca, para tomar rumbo a Sevilla por este camino tan hollado por doctos y pícaros. 19.- Año 1672: Mapa Andalvzia continens Sevillam et Cordvbam, del Theatrum Orbis Terrarum, de Joan Blaeu.
Presentamos aquí un sexto mapa, pero esta vez relacionado con el nombre de Almadén, al norte de Sevilla, por donde pasaba el itinerario romano y el camino Real. Este es el primer documento que poseemos en donde se menciona seguido: de la Plata. Se titula: Andalvzia continens Sevillam et Cordvbam; y su primera edición, en donde sólo aparecía como Almaden, fue de Willem Janszoom Blaeu (1571-1638), en 1634 ó 1635. Con posterioridad a 1640, que aún aparecía sin el topónimo Plata, su hijo Joan Blaeu (1596-1673) editó en Ámsterdam el ejemplar que aquí traemos; viéndose ya actualizado con el nombre completo, al menos en la última edición, creemos que de 1672. Es un bello grabado coloreado de 38,5 x 50 cm., con Escala aproximada de 1:1.330.000 (Figura 18). La familia Blaeu era una prolífica saga de cartógrafos holandeses, convirtiéndose Joan en cartógrafo oficial de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. En 1662 reeditó el atlas mundial de su padre, conocido como Atlas Novus (1635-1658), quien a su vez había comprado las planchas de Abrahan Ortelius, autor del reconocido como primer atlas del mundo: Theatrum Orbis Terrarum (1570-1609). La edición de Joan Blaeu, bajo el nombre Atlas Mayor (1662-1667), cuyo título
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Figura 18: Mapa «Andalvzia continens Sevillam et Cordvbam», del «Theatrum Orbis Terrarum», de Joan Blaeu. Año 1672. Primer documento en donde aparece el nombre Almadén «de la Plata».
original es: Theatrum Orbis Terrarum, sive Atlas Novus in quo Tabulæ et Descriptiones Omnium Regionum (Teatro de la Tierra Universal, o un Nuevo Atlas de Mapas y Todas las Regiones); es en donde se incluye este mapa de Andalvzia18. Así, siguiendo la técnica del relieve de aquel mapa de Ortelius (Figuras 12 y 13), donde aparecía por primera vez en la Historia nuestro Camino de la Plata; los Blaeu nos presentan por primera vez en un bello mapa, en ese mismo decorado entre escarpados y coloridos horizontes de Sierra Morena, la entrañable población de Almadén de la Plata. A partir de aquí aparecieron múltiples mapas con este nombre, y también en el interrogatorio para el Catastro del Marqués de Ensenada (1750-1754). 20.- Año 1690: Emporio de el Orbe, Cadiz Ilustrada, de Jeronimo de la Concepcion.
Un siglo ha pasado de aquella historia gaditana de Horozco (1591/1598), y vemos cómo de nuevo
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aparece el nombre de nuestro camino identificando este Eje entre Cádiz y Sevilla. En Emporio de el Orbe, Cadiz Ilustrada, es una obra de lujo financiada por el Ayuntamiento gaditano para su hijo Jerónimo de la Concepción (1642-1697). Carmelita Descalzo, estudió en Salamanca, viajó a Francia y Ámsterdam, y como él reconoce tuvo la oportunidad de conocer otras calzadas. En su Capítulo V, «Noticias de el Arrecife, Camino Real al Templo Gaditano» (CONCEPCIÓN, J., 1690: Lib. II. Cap. V, pag. 91), nos informa de los restos de la calzada romana a su salida de Cádiz, por la Isla de León, al Templo de Hércules, y en busca del Puente de Zuazo en donde cruzaba el Caño de Sancti-Petri, un brazo de mar que lo separa de tierra firme (GARCÍA, 1963; CORZO, 1992: 71-74, 76, 91-92; VALLESPÍN, 2004). Relaciona esta calzada con la Vía Heraclea, la antecesora de la romana Vía Augusta, que alcanzaba Hispalis en su recorrido, y también con la vía que iba por la costa hacia el Estrecho de Gibraltar. Dice así: «(…) cuyo autor sienten casi todos los Historiadores aver sido Hercules, que para conducir mejor a Italia los tesoros, y riquezas de Cadiz, mandó hacer esta Calçada, y la llamó de su nombre: Via Heraclea. Y sin duda, que por la mucha plata, que por ella se conduzia, la llamaron tambien: Camino de la Plata. Por la cual era tan santo el caminar, que solo ella era el Salvo conducto de los pasajeros.» Vemos otra vez relacionar el nombre plata con el tránsito de riquezas, perdiendo su primer significado. Hablando del Camino de la Plata nos informa de unas reparaciones de la calzada del tramo extremeño, reproduciendo inscripciones y citando a Ambrosio de Morales (1513-1591); lo que de algún modo da a entender una percepción de continuidad. Al respecto cita una curiosa inscripción que localiza en Mérida en donde se dice que Augusto reparó y alargó este arrecife desde Roma hasta Cádiz. 21.- Año 1752-1754: Viaje desde Mérida, a Llerena, y desde esta ciudad…, de José Alsinet.
Estamos en plena Ilustración, en donde el saber, las expediciones científicas, la curiosidad viajera… empiezan a imperar; así también el estudio de la Arqueología, joven ciencia que comienza con sus primeros pinitos. En este ambiente surgió el manuscrito titulado: «Viaje desde Mérida, a Llerena, y desde esta ciudad hasta Burguillos, y Mérida, con las distancias, y cosas (d)-(r)eparables que hallé en el camino» (ABASCAL & CEBRIÁN, 2006: pag. 59 -ficha-; 2009: pag. 869-870 -texto-): de José Alsinet de Cortada. Su autor, médico valenciano, escribió varios tratados de medicina con algunos avances y fama. Ejerció en Extremadura entre 1735 y 1754. En 1755 fue nombrado médico de la familia real de Fernando VI en Aranjuez. Antes, siendo médico titular de Mérida, fue un estudioso de sus ruinas. Alma culta y sensible, mantuvo correspondencia sobre
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la conservación de sus restos arqueológicos. Previamente a la creación de la Comisión de Antigüedades de la Real Academia de la Historia (1792) todo estaba mangas por hombro. Pero, una carta que él enviara al entonces Director de la Real Academia, Agustín de Montiano, quejándose de lo abandonadas que estaban las antigüedades de Emerita, fue el pistoletazo de salida para que el entramado burocrático se espabilara (MAIRE, 2002: pag. 12-15). Esa carta llegó al Marqués de Ensenada (16-VI-1752), y hasta las manos del propio Rey. Así la humilde epístola de un médico de pueblo, amante de rotas piedras, fue la precursora de una de las empresas más importantes para el estudio y catalogación de las antigüedades, pero ya no sólo de Mérida, sino de toda España, siendo Luís de Velázquez, Marqués de Valdeflores, académico y especialista en el desciframiento de lenguas ibéricas, al que se le encargara ese mismo año tal aventura que dio lugar a un famoso y fértil viaje, siendo Mérida la primera etapa. Este fue un proyecto ambicioso en donde se emprendió por primera vez un inventario sistemático in situ sobre el Patrimonio Cultural hispano, pero truncado en 1755 por recelos políticos (pena de país…). Precisamente de este viaje de Velázquez salió la descripción de los restos y miliarios de la calzada romana de la Plata en el tramo Mérida-Salamanca; uno de los principales documentos en el que se basa nuestro querido Profesor Roldán a la hora de hacerla arrancar en Mérida, como el exclusivo Camino de la Plata (ROLDÁN, 1971: pag. 185-191), pero (¡tachán!)… En 1753 Alsinet, como precursor de la idea, acompañó al Marqués de Valdeflores, en sus recorridos por la ciudad. Pero si Velázquez se fue andando hacia el Norte siguiendo esta calzada, Alsinet lo hizo hacia el Sur siguiendo la misma por esas fechas, creemos que entre 1752, cuando se inició el proyecto, y principios de 1755 cuando finiquitó y cambió su residencia a Aranjuez. Hace una descripción de los tramos visibles de la «Calzada de la Plata» en su trazado meridional, dando a su vez un rodeo por la provincia de Badajoz con salida y llegada en Mérida. Describe también tramos de lo que posiblemente sería la n.º 10 del It.. Ant. en dirección a Llerena. Da noticias de «otra calzada que llaman Camino de la Plata» en el entorno de Medina de las Torres pero sin precisar lo suficiente, pudiéndose interpretar un eje coincidente a la Cañada Real Leonesa Occidental N.E-S.O. que por aquí pasa al mencionar Oliva (de Mérida), semejante a mi propuesta de un eje prerromano y romano que uniría principales opidum citados en las fuentes: Turgalium, Metellinum, Fornacis, Ugultunia, Nertóbriga, Arucci,… (MUÑOZ, 1993); o tal vez haga mención al camino de mi juventud entre Medina y Zafra. Sobre la localización de la mansio de nuestra calzada n.º 23, Contributa Iulia Ugultunia, propone veladamente su localización en el entorno de Medina por el gran número de sillares romanos en su entorno, y acertadamente pues hoy se excavan sus restos a 1´5 km. al Este (Figura 6)...
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Pero lo más jugoso es lo que dice del tramo meridional, el Iter n.º 23 (ABASCAL&CEBRIÁN, 2009: pag. 869-870). Después de salir por el puente romano del Guadiana hacia el Sur nos informa: «(…) Yo seguí por la calzada que suelen llamar de la Plata, que siempre se demuestra: ya seguida, ya rota, ya algo interrumpida, hasta Torre Mexia, que dista dos leguas de Mérida, cuyo lugar se queda a la derecha de la calzada. Desde este lugar prosigue la calzada muy clara con muy pocos rodeos hasta cerca de Villafranca, que se pierde como media legua; pero antes de tomar el camino para esta villa se vuelve a descubrir la calzada, que pasa como un cuarto de legua de Villafranca sobre la derecha. Dejé la calzada por hacer mi camino derecho a Llerena por Usagre (…). Por Fuente de Cantos es cierto pasa el Camino Real que va a Sevilla desde Mérida, viniendo por la calzada hasta cerca de Villafranca, donde me aparté. Y a cosa de una legua cruza esta calzada el camino que va a Los Santos y va a salir media legua sobre la villa al oriente y de aquí va derecha a Calzadilla, que dista tres leguas, casi confusa por muchas partes. Desde Calzadilla a Fuente de Cantos hay una legua y no se ve indicio de calzada; pero a cosa de dos leguas antes de llegar a Monasterio ya se descubren vestigios. De Fuente de Cantos a Monasterio hay tres leguas y desde ésta continua [el] Camino Real y rastro de calzada hasta Sevilla, según vi en otra ocasión.» ¡Todo un documento el de Alsinet para despejar dudas!, y en donde restos (Figuras 7-9) y de la Plata van de la mano; y equiparable ¿por qué no?, aún sin miliarios (ya hablaremos de ello), al texto de Velázquez. Aunque habría que mencionar que el Marqués realizó otro viaje desde Mérida a Andalucía que aún no hemos podido consultar (será sin duda motivo de otro trabajo) en donde menciona restos y nombre. En resumen, el documento de Alsinet habría que considerarlo del mismo modo que el de Velázquez a la hora de replantearnos una visión más acertada de la integridad y amplitud toponímica-viaria de este Eje de comunicación de un lado a otro de Mérida como: Camino de la Plata; esa gran línea meridiana (sintáctica-semántica y con restos físicos) sin interrupción del occidente de la Península Ibérica. 22.- Año 1831/1857: Historia de las Antigüedades de Mérida, de Gregorio Fernández y Pérez.
Interesante trabajo que fue en parte fruto del ambiente generado por la joven comisión de antigüedades de la Real Academia de la Historia, en el que fue presentado en 1831. Titulado Historia de las Antigüedades de Mérida, de Gregorio Fernández y Pérez, no
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fue editado hasta 1857 por la «Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de esta Provincia». El autor fue Doctor en Teología, Canónigo Penitenciario de la Catedral de Badajoz y miembro de la Academia de la Historia. Sobre los caminos romanos o calzadas de Mérida (FERNÁNDEZ, 1857: pags. 98 y 114) nos dice: «Una salía por el puente de Guadiana y tomando después su dirección por la izquierda, marchaba por las alturas del lugar de Calamonte, donde se distingue claramente el camino romano que iba a Sevilla y Cádiz, y en este camino entraba el ramal que venía desde los Ojos del Guadiana. (…) Estaban acampados los moros una legua de la ciudad sobre el camino ó calzada militar que iba para Sevilla y Cádiz, y se llamaba el camino de la Plata.» Describe bien el quiebro de nuestra calzada hacia la izquierda y sus restos (Figuras 7-9), para pasar por una cota superior a Calamonte. Fernández continúa la óptica global que ya antaño se tenía de este Eje viario desde Cádiz con el nombre Camino de la Plata, asociándolo a su vez como calzada. Mas, sigue a Moreno de Vargas (1633) basándose en el título del Iter n.º 10 del Itinerario Antonino: Item ab Hispali Emeritam; que aunque parece ser más directo da un rodeo por Astigi (Écija-Córdoba). Un dato curioso, creo que es la primera vez que se utiliza «ruta» cuando dice, en la página 97, «rutas o calzadas militares», pionero en la mención que desembocaría en el actual uso: «Ruta de la Plata». 23.- Año 1845: España Geográfica, Histórica y Pintoresca, de Francisco de Paula Mellado.
El siglo XIX supuso una puesta en escena de múltiples trabajos recopilatorios de todo lo relacionado en lo geográfico, histórico, económico, etc. de los pueblos de España, como fue la obra de Madoz o como ésta de Francisco de Paula Mellado (¿?-1870). Geógrafo, escritor y periodista, fue editor de la primera Enciclopedia Moderna en español (1851-1855), director de semanarios nacionales y escritor de libros de viajes. Su gusto enciclopédico le llevó a editar la España Geográfica, Histórica y Pintoresca (PAULA, 1845: Pág. 179). Dice así: «Medina de las Torres: villa situada á catorce leguas de Badajoz (…) Su fundacion es del tiempo de los romanos; en sus inmediaciones hay vestigios de un camino que aquellos llaman de la Plata. (…)» La referencia a su fundación viene de los innumerables sillares e inscripciones en su término municipal, pertenecientes a la mansio del Iter n.º 23 del Itinerario Antonino: Contributa Iulia Ugultunia; al Este de esta población. Esta cita puede relacionarse a lo ya dicho en Alsinet (1752-1754).
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24.- Año 1850: Monografía de las Aguas y Baños de Alange, de Julián de Villaescusa.
El siglo XIX supuso un avance en la medicina termal, siendo este libro uno de los primeros en España sobre las propiedades de las Aguas y los atractivos histórico-turísticos de este establecimiento (accesos, precios, etc.) y de su entorno. La Monografía de las Aguas y Baños de Alange, es obra de Julián de Villaescusa, Doctor en Medicina y en Cirugía, y su Director desde 1838. En relación a los caminos militares o calzadas romanas de Mérida (VILLAESCUSA, 1850: pags. 474-475) nos dice: «De todos ellos se conservan restos, y en particular del de Sevilla, llamado actualmente Camino de la Plata, continuación de la Via Lata de donde tomó el nombre; este camino pasa por un puerto dicho de Sevilla en la Sierra de Grajera; (…) La parte septentrional de la Via Lata, ó sea camino de Salamanca, principiaba al N. de Mérida y cruzaba el arroyo Albarregas por un puente (…) La parte meridional de la Via Lata principia en el puente sobre el Guadiana.» Aún no siendo una obra histórica, aporta múltiples datos sobre la realidad arqueológica del entorno, describiendo el puente romano sobre el Guadiana. Comete el error de iniciar el Iter n.º 23 del Itinerario Antonino en el nacimiento del Guadiana en vez de en la desembocadura, igual que Moreno de Vargas (1633). A su paso por Mérida presenta esta calzada íntegra, con el mismo nombre, sólo distingue la parte septentrional de la meridional. Vemos cómo aparece aquí la raíz latina lata (ancho, extenso, dilatado) como origen de este topónimo que fue seguida por muchos autores. Al respecto se entiende que da el origen del nombre Lata al tramo Norte, que derivaría hacia el tramo Sur; pero, a renglón seguido, observa que una de las calzadas que mejor se conservan es la del Sur. El Puerto de Sevilla a que se refiere es el que se encuentra en la actual Sierra de San Serván, entre Mérida y Torremejía, por donde hoy cruzan la Carretera Nacional-630 y la Autovía-66, ambas bajo el título Ruta de la Plata, coincidentes con el trazado de la calzada, o Camino de la Plata. Hoy, aunque destrozada aquí por las modernas infraestructuras, algo se puede ver de su traza antes y después del cruce de este leve Puerto. 25.- Año 1863: Catálogo razonado y crítico de los libros, memorias…, de Vicente Paredes.
Muy interesante es este documento en relación a la faceta económica de este Eje de comunicación y a su conversión en línea férrea. Pero, sobre todo, por encontrar aquí el cambio del nombre o categoría: de Camino a Vía de la Plata; y, además, dando nombre a todo su trazado. Su autor fue Vicente Paredes Guillén (1840-1916), prolífico arquitecto, historiador, bibliógra-
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fo, fundador de la Revista de Extremadura… Se dedicó también al estudio de los restos de nuestra calzada romana. Su afán de recoger todo tipo de documento relacionado con su tierra dio lugar a este Catálogo razonado y crítico de los libros, memorias y papeles, impresos y manuscritos, que tratan de las provincias de Extremadura. En esta obra, en el apartado: Apéndice Segundo. Biografía de los Ferro-Carriles Extremeños (PAREDES, 1863: pags. 265-268, p.-13); hace mención y comenta un extenso artículo publicado en la revista política El Eco del País entre Febrero y Abril de 1862, de D. V. Maestre, erudito y literato natural de Coria. Éste, en base a la antigua historia comercial de este Eje en Extremadura, lo compara con lo que se podría hacer con la proyección de una línea férrea que uniera el Norte con el Sur, hasta Tarifa; para así, como en la antigüedad, dar salida a las producciones de tierra adentro (¡magistral reflexión tan presente!). Paredes comenta: «(…) y deduce, al fin, como todos los extremeños á quien no ciega un interes contrario, que la via de la Plata, ó sea la línea de norte a sur, es el trazado y derrotero que desde el tiempo de los romanos sigue la civilización en Extremadura.» No sabemos si como vía, tal como aquí se enuncia, es de Maestre o de Paredes; mas tiene su importancia: 1º)- La visión íntegra histórica-territorial de este Eje de comunicación, como en siglos anteriores; 2º)- El hecho de titularlo como Plata a todo su trazado extremeño; 3º)- La primera fuente que hemos documento, en este corredor geográfico, en donde aparece la palabra vía seguida de la Plata dándole nombre a todo su trazado; y 4º)- La primera fuente que hemos documento en donde se plasma, en base a su pasado, su gran potencial de futuro. En fin, un documento que habría que regalar enmarcado a más de uno que ven en Mérida su origen y fin… (además, tanto AVE, tanto AVE… ¿y ese Ferrocarril Ruta de la Plata para cuándo?...). 26.- Año 1870: Crónica General de España, Volumen 9, de Aquiles Rochi.
El gusto de hacer grandes obras enciclopédicas en el XIX (con los adelantos de la imprenta y como beneficio empresarial) en donde abarcar todo el saber, dio lugar a esta gran obra titulada: Cronica General de España; compuesta por 12 volúmenes editados desde 1865 a 1871, coordinado por Aquiles Rochi (ROCHI, 1865). En su volumen 9 dice: Se hallaban los moros acampados á una legua de la ciudad, en el camino de la Plata en la direccion de Sevilla y Cádiz. Sin duda se basó en la Historia de las Antigüedades de Mérida (FERNÁNDEZ, 1857).
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27.- Año 1921: Vías romanas de (…) y de Ayamonte a Mérida, de Antonio y Ángel Blázquez.
Prácticamente 6 siglos después volvemos al mismo lugar en donde descubrimos, por primera vez en la Historia y por tanto en este Eje de comunicación, en 1340-1350, la referencia documental del nombre Camino de la Plata, en aquel Libro de la Montería de Alfonso XI. Y qué mejor para terminar que hacer un homenaje a todos aquellos locos pioneros apasionados por el estudio de nuestros caminos y calzadas, como fuera nuestro querido amigo Gonzalo Arias Bonet (los dioses viales lo tengan en su gloria), que a tantos nos unió en su entrañable revista El Miliario Extravagante, y cuya estela prosigue estas páginas de El Nuevo Miliario (¡salud!...). Y qué mejor manera también de hacer un homenaje que reviviendo las palabras de uno de ellos, Antonio Blázquez y Delgado Aguilera (1859-1950), historiador, geógrafo y bibliógrafo que, junto con Eduardo Saavedra y tantos otros, fueron recuperando nuestros caminos del olvido. Así, sobre las vías romanas hispanas Blázquez publicó, con sus errores y aciertos, varios estudios; uno en particular, conjuntamente con Ángel Blázquez y Jiménez, que aquí presentamos: «(…) de Ayamonte a Mérida»; que se insertó en uno más general. Incluye el Iter n.º 23 del Itinerario Antonino que desde la desembocadura del Guadiana, y en zig-zag, se dirige hasta Itálica (Santiponce) para girar hacia el Norte hasta Emérita (Mérida) (BLÁZQUEZ & BLÁZQUEZ, 1921: pags. 12-22). De nuestro histórico trazado extraemos lo siguiente: «Desde Alcalá del Río a Mérida, el camino romano no presenta dificultad seria, pues es el antiguo camino de la Plata que conserva su nombre en largos trayectos.» Insertan dos fotografías de la calzada entre AlcaláCastilblanco, seguramente las primeras que se hicieron del tamo Sevilla-Mérida (Figura 5). Continúa hacia Almadén de la Plata, Real de la Jara, Monesterio, Oeste de Fuente de Cantos, mencionan restos al oeste de Calzadilla de los Barros, pasa al Este de Los Santos de Maimona, navega recta por un mar de olivos y vides de Tierra de Barros, pasa al Norte de Villafranca de los Barros: «(…) con una calzada visible en dirección a Mérida con toda claridad, y reconocida.» Toca luego Torremejía (por la actual «Calle de la Calzada Romana») y entra en Mérida por su puente romano sobre el Anas famoso. Mas, volvamos al origen, nos han dejado una duda en el camino entre Castilblanco y Almadén: «Sólo entre Castil Blanco, por donde pasa, y Almadén de la Plata podía dudarse si era el que llaman camino viejo o el denominado del Calvario, y esta duda ha quedado solucionada por conservarse la calzada.»
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¡«Solucionada» para ellos!... pues a nosotros nos han quedado en ascuas sin especificar dónde. Aún no hemos sido capaces de identificarla o bien porque va debajo de la actual carretera local o por fincas de toros bravos (como la del torero Ortega Cano) que se han apropiado de uno de los antiguos caminos… (queda emplazada la cosa para una próxima entrega; que el que suscribe, con capote y mapa en enristre… partirá en taurina empresa).
II.2.- CONCLUSIONES GENERALES SOBRE LAS FUENTES DOCUMENTALES La importancia de todas estas fuentes radica tanto en su particularidad como en su globalidad: 1º)- Tipológicamente: El tramo Cádiz-Mérida, sobre todo desde Sevilla, en comparación con el de Mérida-Salamanca (hasta donde llegaba en la antigüedad: de la Plata), abarca ligeramente una mayor modalidad documental (administrativa, erudita, epistolar, cartográfica, literaria…) en los primeros siglos; reflejo de lo asentado que aquí estaba este topónimo en la memoria colectiva dando nombre a este itinerario; realidad a tener en cuenta. 2º)- Cronológicamente: Son en gran parte los más antiguos testimonios. El tramo Sevilla-Mérida fue hasta ahora el primero en recibir este nombre (años: 1340-1350 y 1370-1408). Del mimo modo el tramo meridional, más que al Norte de Mérida, fue de los primeros en la mayoría de las diversas tipologías documentales (Geográficas: 1340-1350; Oficiales: 13701408; Cartográficas: 1579, 1587, 1602, 1604, 1616 y 1672; Biográficas: 1518; Literarias: 1634, 1635 y 1637; Epistolares: 1504 y 1577;...). Es además significativo ver desde el S. XIV hasta hoy la continuidad temporal de estas fuentes. 3º)- Geográficamente: Observamos de forma reiterada este topónimo abarcando geográficamente gran parte de este Eje del occidente peninsular, desde Cádiz hasta Salamanca. Así lo vemos aquí en la mención de varios trayectos en una misma geografía y denominación: una íntegra continuidad física y subjetiva. Un trazado integral que lo vemos también en repertorios de caminos, viajeros, movimiento de tropas, etc., puesto que era una obligada vía que salvaba múltiples barreras naturales (Guadalquivir, Sierra Morena, Guadiana, Tajo, etc.), siendo Mérida sólo una ciudad-puente, no arranque. 4º)- Modalmente: Vemos, en su tramo meridional, nombrar este topónimo a un amplio abanico de usos: como calzada romana, y también camino real y a la Corte; si cabe algo más que en el septentrional, pero sobre todo representando ambos tramos como
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un mismo cuerpo. De ello se podría concluir que el uso de este nombre estaba más generalizado popularmente dando título a otros fines y en un espacio geográfico mayor, y no sólo centrado en lo romano ni desde Mérida. 5º)- Cuantitativamente: En número y en diversidad tipológica en los primeros siglos, y considerando la antigüedad de todas estas fuentes, nos ha llegado una relativa buena cantidad de documentos con este topónimo referido al tramo Cádiz-Sevilla-Mérida; semejante o algo mayor en comparación con los del tramo Mérida-Salamanca. 6º)- Cualitativamente: Dentro de este gran Eje de comunicación y en los primeros siglos (XIV-XVIII), los testimonios documentales que mencionan Camino de la Plata, referidos al tramo Sur de Mérida y los que representan hasta Salamanca como un sólo cuerpo, superan en su globalidad (tipológica + cronológica + geográfica + modal + cuantitativa) a los que mencionan de forma exclusiva al tramo Norte y documentados en la gran obra de Roldán (ROLDÁN, 1971), donde prácticamente se prima lo puramente romano con repetidas referencias. Conclusión: no hay razón para anular al tramo meridional, sino ver a este itinerario, y con este nombre, como un cuerpo íntegro y no sólo parcialmente (Mérida-Astorga). Además de estos documentos habría que sumar también el gran número de referencias de hitos geográficos próximos a su trazado con este topónimo (cerro, arroyo, cortijo… de la Plata) en su zona meridional, muchísimo mayor que la septentrional MéridaSalamanca (lomo de la Plata y poco más), y que será otra excusa para volvernos a ver. Bueno, ahora toca los postres (¿alguien quiere tila?, ¿bicarbonato?)…
III.- REFLEXIONES Y CONCLUSIONES DE UN AFICIONADO A ESTOS MENESTERES Por tanto, para ir terminando: 1º)- Ni el camino se ha estirado como un chicle (ROLDÁN, 2005, pag. 12; 2007: pag. 324) en este caso, ni es una falsificación histórica (como se nos acusa) el hecho de plantear un eje más al Sur de Mérida y con el uso de este mismo topónimo; pues aquí existe una continuidad y una interrelación real: restos de la vía, mención en itinerarios y cartografía, extensión histórico-geográfica, existencia de toponimia de forma unitaria, represtación en repertorios… (puestos así podríamos acusar de invención a los que llaman Vía de la Plata al tramo Salamanca-Astorga donde nunca se conoció con tal nombre en la antigüedad); y 2º)- Ni es una novedad plantearlo por supuestos fines mercantilistas (con tono despectivo), pues una de las bases históricas de este camino es precisamente como Eje que ha servido para
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el progreso social y económico de las comunidades de su entorno, en este caso un Patrimonio Cultural y Natural como recurso para un desarrollo sostenible de las comunidades que jalonan su trazado. Permítanme por tanto unas reflexiones y conclusiones finales y no os canso más: 1º)- Sobre su integridad viaria. Hay que considerar globalmente y reconocer individualmente cada uno de trazados que conforman este Meridiano de comunicación S.-N./N.-S. en el occidente peninsular. El cuerpo de este corredor geográfico, casi rectilíneo, es la suma y el resultado de una serie de condicionantes físicos y de diversas aspiraciones humanas; todo ello ha ido diseñando su evolución espacial y temporal. Ello ha posibilitado, de forma continuada, importantes acontecimientos históricos desde los extremos Norte y Sur peninsular, y viceversa; dejando en cada momento determinados trazados fosilizados. Esa inercia, sigue estando en continua evolución hasta hoy, con nuevas infraestructuras viarias. Por tanto, queramos o no, se ha ido creando un Eje (atlántico andaluz-cantábrico asturiano) fruto de la Historia, que ha vertebrado nuestra actual ordenación territorial peninsular. 2º)- Sobre el origen del topónimo «plata». Es un debate abierto con gustos para todos, pero el hecho de surgir al sur de Mérida y tener más profusión en la zona meridional de este Eje, que era la zona más arabizada, nos lleva a pensar su evolución del topónimo árabe balata (empedrado, camino; posiblemente a su vez un latinismo por su semejanza fónica y significado, de: platus: plano; lata: ancho, extenso; al árabe b-lata). Posteriormente perdió su primitivo significado para una parte de la sociedad, considerándolo sinónimo de riqueza, como itinerario de mercancías de valor, sobre todo a partir del descubrimiento de América, siendo éste el camino a la Corte desde la portuaria Sevilla a Valladolid y luego a Madrid durante un tiempo. 3º)- Sobre la dispersión geográfica de «plata». El topónimo de la Plata es más común verlo en la zona meridional de la geografía española, y relacionado con itinerarios históricos, dando nombre a lugares y a trazados no empedrados obligatoriamente. Pero, es en el Eje occidental peninsular en donde se ha conservado con más profusión en continuidad, cantidad, temporalidad y documental; tanto en el espacio como en el tiempo, y en todos los aspectos; nombrando a un íntegro itinerario romano y camino real. Camino de la Plata nace documentalmente en Sevilla-Mérida en la Edad Media, extendiéndose en el Renacimiento a Cádiz-Salamanca, coincidente con hechos históricos, repertorios, viajeros, etc. de todas las épocas; aún sin abarcar la totalidad de este Eje. 4º)- Sobre la subjetividad del nombre «plata». Advertir que este itinerario no tuvo un nombre en la
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antigüedad, y lo que hoy se le denomina Iter ab Emerita Asturicam es un título moderno pero en latín de la tesis doctoral de nuestro estimado Profesor Roldán Hervás (ROLDÁN, 1971). Por tanto, el topónimo de la Plata no deja de ser una expresión popular-circunstancial del medievo, surgido en el ámbito subjetivo de una realidad viaria física: un sentir popular dentro de la memoria colectiva que a lo largo de los siglos ha intentado expresar un transitado y secular fenómeno viario. Mas, no llegó a nombrar en la antigüedad a todo este Eje, con sus raíces y ramas, de difícil acotación (Estrecho de Gibraltar / Cádiz-Sevilla-Mérida-Astorga / León-Oviedo-Gijón), cosa que la inercia humana y la evolución histórica lo está supliendo. 5º)- Sobre el origen de una tuerta visión. Todo empezó cuando el famoso sabio y humanista Elio Antonio de Nebrija, profesor en la Universidad de Salamanca, queriendo homologar las medidas del joven reino de España, quiso hallar la del pie romano midiendo la distancia entre los miliarios (una milla romana = millia passum = mil pasos) (NEBRIJA, 1510/COSTAS, 1981; CLOSA, 1987: pag. 81). Así se encaminó a este tramo
Figura 19: Recto Eje viario S.-N./N.-S. «de la Plata» entre los pasos naturales de Sierra Morena y Río Tajo que determinó la ubicación de Emérita (Mérida), trasladando el anterior centro de Metellinum (Medellín).
de calzada que, por sus numerosos miliarios, era el escenario ideal para su estudio. Seguramente por el cómputo de las millas que parte desde Mérida y por la abundancia de sus restos (al dedicarle mayor atención la administración de Lusitania), hizo arrancarla arbitrariamente en esta ciudad hasta Salamanca, en donde el rastro según él se perdía. Así asoció el nombre vulgar de la Plata al exclusivo tramo entre Mérida y Salamanca (argentea vulgo dicitur = llamada vulgarmente de la plata)19, obviando que al Sur de Mérida un siglo y medio antes ya era conocida con este topónimo, además de restos de calzada. Este trabajo fue leído en 1510 y publicado en 1527. Como docto y sabio en vida, todo lo que salía de su pluma fue de oficial referencia (es decir: Meaba agua bendita); así ya en la primera edición de la Crónica General de España (1544), de Florián Docampo, continuada por Ambrosio de Morales y Jerónimo Zurita, se cita a Nebrija y su visión parcial. Del mismo modo en El Tesoro de la Lengua Castellana o Española (1611), de Sebastián de Covarrubias, cita a Nebrija al definir la palabra Camino20 y Arrecife. Siglo a siglo la bola de nieve fue creciendo hasta que en el XIX comenzara a llamarse Vía de la Plata por ser palabra latina que significa camino, un cultismo en referencia a la calzada romana, pero bajo el prisma de Nebrija. Pero el culmen llegó con la tesis doctoral Iter ab Emerita Asturicam. El Camino de la Plata (ROLDÁN, 1971) (de la que nunca le estaremos lo suficientemente agradecidos) que sentó cátedra, extendiendo en el subtítulo este camino con tal nombre hasta Astorga. La cosa trascendió a la esfera política con la creación de la Asociación de Pueblos en Defensa de la Vía de la Plata en 1997, abanderada por el luchador y apasionado Alcalde de Astorga, Juan José Alonso Perandones, buen amante de nuestro camino, que junto con otros doctos catedráticos y periodistas, y tomando la visión parcial y puramente romana de Nebrija y Roldán como base, pretenden con buena fe podar oficialmente los extremos de un ser vivo cuya realidad geográfica, histórica y toponímica va más allá de la pequeña y prieta armadura romana de plata que le quieren imponer. 6º)- Sobre Mérida ¿arranque o consecuencia? El Guadiana fue otro obstáculo más en este camino milenario S.-N./N.-S., aprovechando aquí un vado, de ahí la concentración arqueológica en su entorno de todas las épocas. La gran visión espacial de los romanos a la hora de planificar y ordenar el territorio recién conquistado con una trama viaria eficaz, hizo que este vado se consolidara con un puente, y que para su estratégico control se decidiera crear una ciudad: Emérita Augusta. Ello trajo consigo el desplazamiento hasta aquí de la antigua zona de gravedad que ejercía el anterior enclave de Metellinum (Medellín), al Este aguas arriba, en otro vado estratégico, en el eje proveniente de Corduba (Córdoba), fruto de las Guerras Lusitanas y contra Sertorio. Fue nuestro camino el que
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decidió el desplazamiento a este lugar de Emérita, al encontrarse su emplazamiento justamente en la misma verticalidad entre los romanizados núcleos de Gades (Cádiz), Hispalis (Sevilla), Itálica (Santiponce) del Sur, buscando los rápidos pasos naturales del Norte hasta la Meseta y Cornisa Cantábrica aún por romanizar. Es más (¡ojo!), si trazáramos una línea recta entre el paso natural de Sierra Morena en el Puerto del Viso, en Monesterio (Badajoz), al Sur de Mérida (ubicación de la mansio Curiga del Itinerario Antonino), o tal vez de otro paso próximo en Montemolín, y los dos importantes pasos naturales al Norte: el Vado de Alconétar en el Río Tajo (en donde se encontraba la mansio Turmulo del It. Ant.), y el próximo Puerto de los Castaños en Cañaveral (Cáceres); nos sorprendería la rotunda coincidencia del emplazamiento de Emérita Augusta justo en la línea recta (Figura 19). Así lo vemos en el diseño del Itinerario Antonino que, aunque fuera una recopilación de diversos iter en zig-zag, si lo pasáramos a un mapa veríamos la rectitud y continuidad de este trazado entre Cádiz y Astorga (¿casualidad?...) (Figura 2). Pero, además, hay algo que se ha pasado inadvertido (otro ¡ojo!), vemos esa continuidad en la misma redacción del It. Ant. cuando enumera las mansios de una forma ininterrumpida y unidireccionalmente (de una atacada) desde Itálica, en la línea del Guadiana, hasta Odelo Duri, en la línea del Duero; perteneciente a tramos de dos Iter, 23 y 24 (¿coincidencia también?...)21. Considerar también dos cosas (dos ¡ojos! más; al final va a ser cierto eso de Cuatro ojos ven más que dos): que el puente romano sobre el Guadiana es obra de Augusto; y que se haya hacia el Sur y con restos de calzada. Es decir, lo que daba sentido a Emérita desde su propia (re)fundación (CANTO, 1990, 2005) era ser ciudad-puente, dando continuidad a este Eje en todas las épocas. En conclusión, los romanos no eran tontos ni caprichosos, aquí buscaban la línea recta que les caracterizaba, tanto con fines estratégico-militares como comerciales para el rápido acceso o salida del territorio entre la costa gaditana y el valle del Guadalquivir hasta la Meseta y más allá si viniera al caso (hablamos del tan discutido ramal a Gigia o Gijón); siendo, además (quinto ¡ojo!), la vía más corta que uniría a la vez cuatro capitales administrativas del occidente de Hispania: Gades, Hispalis, Emérita y Astúrica. Planificar así este camino supuso todo un logro en el planeamiento territorial de Augusto, de ahí la unidad ya de esta vía en la organización espacial en esta primera época (…y si el camino, sus restos, los documentos con su nombre al Sur de Mérida, etc. están ahí, ¿qué impedimento hay en llamar Vía de la Plata desde tierras andaluzas?... lo subjetivo es el problema). 7º)- Sobre el «miliario cero» administrativo. Otro argumento recurrente de una Emérita arranque de este camino es por situarse aquí la milla cero en el cómputo de los miliarios. Pero reflexionemos: Emérita Augusta, como capital de Lusitania, era el centro administrativo
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de su territorio, por lo que era lógico que se contara desde aquí. Considerando su posición excéntrica con respecto a la superficie de esta provincia, teniendo al Sur la frontera con la Bética a escasa distancia; era natural que los miliarios, sobre este ancestral eje de comunicación, se pusieran hacia el Norte de esta ciudad ante un vasto y distante territorio, coincidiendo su profusión con el lusitano hasta Salmantice (Salamanca), prosiguiendo en la Tarraconense con un miliario encontrado por ser el de Astúrica un territorio menos romanizado. Por tanto, Emérita era arranque del miliario cero administrativo, pero no del itinerario romano bajo el nombre medieval de la Plata. Un paralelismo (¡ojo!) sería el cómputo de los miliarios de la Vía Augústa (Roma-Cádiz), con proliferación en la Bética, cuyo numeral cero es a partir del Río Guadalquivir en donde estaba el Arco de Jano Augusto, en el limes con la Tarraconense; ¿quiere esto decir que la Vía Augusta arrancaba en el Guadalquivir?... 8º)-Sobre el laberinto actual del nombre «plata». Por múltiples necesidades de cada época este camino fue evolucionando, fosilizándose diversos trazados, todos con su relevancia cultural e histórica, que han de ser considerados en su justa medida. Del mismo modo que de la Plata surgió en el Medievo y evolucionó en el Renacimiento, como expresión popular para identificar una realidad viaria múltiple (como camino y calzada); en la Edad Moderna han surgido nuevos epítetos: vía, cañada, ruta…; intentando adaptarse a los nuevos tiempos y realidad viaria que iba surgiendo, dando respuesta a un sentir o siendo el resultado de una óptica o uso determinado. Por tanto, para ir desenredando la madeja, habría que entender (es mi propuesta): 1º)- como Camino o más recientemente llamada Vía de la Plata, a las trazas romana-medieval, ya que es en ambas en donde se consolida su trazado y se origina este topónimo (acaso: llamar camino al medieval-Real; y vía al romano); y 2º)- como Ruta de la Plata, a diferencia de Vía, al corredor geográfico global o al paisaje viario en donde la Historia ha ido pariendo diversas y hermanadas infraestructuras de comunicación (calzada, cañada, camino real, carretera, ferrocarril y autovía), que dieron sentido o fueron el resultado de una serie de acontecimientos históricos y ambientales; nuevos trazados honrando un nombre (¿los hijos no tienen el derecho a heredar los apellidos de los padres?...). Metafóricamente yo lo comparo con un ser vivo: 1º)- como un río alimentado por diversos caudales que a lo largo de los siglos ha ido cambiando de cauce esculpiendo una cuenca más o menos ancha y extensa, alargando incluso su desembocadura por los sedimentos seculares; aún así sigue siendo el mismo río lleno de vida; y 2º)- como un gran árbol con raíces y ramas nutridas por diversas savias (¿dónde su inicio y final?... he ahí lo subjetivo). Todo ello en un ámbito territorial, que dentro de esa categoría de Ruta, comprendería desde el Estrecho de Gibraltar (Cabo,
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Sierra, Torre… de la Plata al Sur de Cádiz) hasta el mar Cantábrico (varias Fuentes de la Plata en vías tradicionales asturianas ovetenses…) (Figura 10). Aquí surge otro debate, ¿Plata más allá de Astorga? (¿si llamamos a Salamanca-Astorga así sin base documental toponímica, por qué no prolongarlo más allá si forma parte de este mismo histórico Eje viario, si no como Vía, al menos como Ruta?)... 9º)- Sobre discusiones bizantinas y el futuro. Mientras nos damos de mamporros académicos por un nombre, montamos circos mediático-políticos, invertimos fondos públicos para su promoción… nuestra calzada y camino están siendo ocupados, arados, dinamitados, expoliados sus miliarios…y ahora ¡un proyecto de refinería de petróleo sobre su traza!22. Los documentos que he expuesto hablan por sí mismos, los restos ahí están... dejémonos de tanta discusión bizantina y seamos conscientes que este camino nos ha legado un Patrimonio Cultural y Natural único en el mundo, y que ha de ser protegido y rentabilizado en lo social (conocimiento de nuestra historia y medioambiente, proyectos educativos, itinerario deportivo saludable, camino espiritual…) y en lo económico (¿por qué no un negotium siempre y cuando se reconozca cada trama histórica, y con un planeamiento basado en un modelo de desarrollo sostenible de su entorno, que redunde a su vez en beneficios para la protección de este abandonado Patrimonio Viario?). El disfrute respetuoso del recurso socieconómico que este camino nos ofrece, es la mejor manera para mantenerlo vivo23.
zadora (parcial-espacial / romana-temporal) en los ojos de ciertos círculos académicos, sociales y políticos (de vez en cuando siempre viene bien un reconocimiento...) a la hora de hablar de la Vía o Ruta de la Plata. Esta revisión, frente a lo poco claro de lo subjetivo, nos ayudará a comprender y aver mejor: 1º)- La verdadera amplitud de esta línea meridiana que conforma este histórico Eje de comunicación; 2º)- La realidad histórica y territorial de este topónimo en la antigüedad en este Eje viario, romano y medieval, y su evolución en el presente; y 3º)- La envidiable riqueza patrimonial que contiene, su gran potencial como recurso socioeconómico y la urgente necesidad de su protección, material y paisajística. Como ya dije, estamos condenados a entendernos, y creo que estos apuntes nos deben servir para echarnos a andar juntos por este itinerario común hacia un futuro mejor. Aprendamos de la gran sabiduría y belleza que nos ofrece esta Universidad Abierta; de las piedras y de los paisajes que palpitan en las libres aulas del Camino, Vía, Cañada, Ruta… de la Plata. Como siempre digo: un camino de caminos de mar a mar...
10º)- Sobre su protección y reconocimiento. Pero esa rentabilización socioeconómica de la Vía de la Plata (más lo que he propuesto en llamar Ruta de la Plata con ánimo globalizador y conciliador), se ha de empezar por la identificación, catalogación y protección del Patrimonio Viario de los antiguos trazados hermanados en este mismo corredor geográfico de la Plata (calzada, camino Real y cañada), teniendo en cuenta también su Paisaje; bajo el paraguas jurídico de Bien de Interés Cultural (B.I.C.). Ello sería un primer escalón para su posterior reconocimiento internacional como: Patrimonio Europeo, Itinerario Cultural Europeo y Patrimonio de la Humanidad24. Además la suma global de todos sus trazados (calzada, camino, cañada, carretera, ferrocarril y autovía), nos ha de servir para nuestro limpio desarrollo, calidad de vida y fijación de la población rural esquilmada por la emigración de este Oeste olvidado; pero, sobre todo, en beneficio del propio camino aún hoy abandonado. Conclusión final (ahora sí), creo que todas estas consideraciones, fuentes documentales y reflexiones que humildemente aquí se exponen, la mayor parte inéditas, han de ser tenidas en cuenta a la hora de hacerse un chequeo de dioptrías de esa visión focali-
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de 1598, y copia de otra anterior titulada Historia de Cádiz, de 1591. LOPE DE VEGA (1634): Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos. Madrid. LOPE DE VEGA (2005): Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos. Edición comentada. MANUEL ROZAS, J. y CAÑAS MURILO, J. Ed. Castalia. Madrid. LOPE DE VEGA (1635): Ventidos parte perfeta de las Comedias del Fenix de España Frey Lope Felix de Vega Carpio. Madrid. MAIRE ALLENDE, J. (2002): Comisión de Antigüedades de la Real Academia de la Historia. Documentación General. Catálogos e Índices. Real Academia de la Historia. Madrid. MONSALUD / (FITA, F.) (1896): «Vía romana de Mérida a Villafranca de los Barros». Boletín de la Real Academia de la Historia. T. XXVIII, Págs. 533-536. Madrid. MORENO DE VARGAS, B. (1992 Reedición): Historia de la ciudad de Merida. Dedicada a la misma Ciudad. Por Bernabé Moreno de Vargas. Regidor perpetuo della. Madrid, 1633. MORENO GALLO, I. (2004): Vías Romanas. Ingeniería y Técnica Constructiva. Ministerio de Fomento. Madrid. MORENO GALLO, I. (2006): «Vías romanas de Astorga». Nuevos elementos de Ingeniería romana. III Congreso de Las Obras Públicas Romanas. Astorga. MUÑOZ HIDALGO, D. M. (1991): «Apuntes para el estudio de las Vías romanas en la Beturia extremeña». El Miliario Extravagante, N.º 30. La Línea. MUÑOZ HIDALGO, D. M. (1993): «Notas sobre la vía romana Turgalium-Metellinum-Nertóbrica». El Miliario Extravagante, N.º 42. La Línea. MUÑOZ HIDALGO, D. M. (1996): «Aportaciones al conocimiento de la Prehistoria, Historia Antigua y Medieval de la Comarca de Zafra», Actas del Congreso Conmemorativo del VI Centenario del Señorío de Feria (1394-1994). Zafra. MUÑOZ HIDALGO, D. M. (2004): Del Nombre y sus Ruinas. Un viaje poético, de mar a mar, por la Vía de la Plata. Dibujos y canto en sonetos a los restos, que inundó la bruma, de: Baelo Claudia, Italica, Augusta Emerita, Caparra… y de otras piedras que corrieron igual fortuna -o de las sabias enseñanzas que guarda este ancestral camino para el curioso vagabundo y peregrino-. Autoedición. Zafra. NEBRIJA, E. A. (1510): Repetición sexta sobre las medidas. (De mensuris repetitio sexta). NEBRIJA, E. A. (1981): Repetición sexta sobre las medidas. Reedición: COSTAS RODRÍGUEZ, J. Facsímil con traducción del latín y notas. Ediciones Universidad de Salamanca. OTTE SANDER, E. (1985): «Los pobladores europeos y los problemas del nuevo mundo.» Estudios de Historia Novohispana, 8: 11-50. México. PAREDES GUILLÉN, V. (1863): Catálogo razonado y crítico de los libros, memorias y papeles, impresos y manuscritos, que tratan de las provincias de Extremadura. Madrid. («P13.- Observaciones acerca de los ferro-carriles proyectados en la provincia de Cáceres, y en particular de la línea de norte á su, por D. V. M. (Plasencia.- ¿1863?).»).
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NOTAS *.- diegobeturiense@hotmail.com 1.- Itinerario Antonino, 432,6. 2.- Naturalis Historia, III, 14. 3.- Anónimo de Ravenna, IV, 44 (314,14). 4.- En estos momentos el Ministerio de Medio Ambiente está evaluando un proyecto de refinería de petróleo que la Junta de Extremadura quiere imponer sobre su traza, obviando que hay un expediente para Bien de Interés Cultural y es candidata a Patrimonio de la Humanidad. 5.- Con el título Escuela en Ruta, y por iniciativa de los Amigos de la Vía de la Plata-Camino de Santiago, el Instituto de Enseñanza Secundaria Dr. Fernández Santana, de Los Santos de Maimona (Badajoz), lleva a cabo desde 2000 una actividad pedagógica integrando todas las materias a través de una excursión de varios días en bicicleta siguiendo su trazado. 6.- Itinerario Antonino: Item a Gadis Corduba, 409, 1-4 / 410, 1-3. 7.- Itinerario Antonino: Ab Hispali Italicam, 413, 6. 8.- Itinerario Antonino: Item ab ostio fluminis Anae Emeritam usque, 432, 3-8. 9.- Itinerario Antonino: Item ab Emerita Caesaraugusta, 433, 1-7 / 434, 1-6. 10.- Itinerario Antonino: Item ab Asturica Caesaraugustam, 439, 5-10. 11.- Itinerario Antonino: Item ab Asturica per Cantabria Caesaraugusta, 439, 15-16 / 440, 1. 12.- Itinerario Antonino, 432.4. 13.- Itinerario Antonino, 432,5. 14.- Anónimo de Ravenna (exponemos de Sur a Norte los diversos tramos que menciona, pero con la dirección geográfica que hace en cada uno de ellos): Sevilla-Medina Sidonia (Cádiz): 317, 1-9 (300-308) + Mérida-Santiponce (Sevilla): 314, 10-18 (250-258) + Entorno de Benavente-Mérida: 319, 1-16 (339-354) + (Ø)Astorga-Benavente (Ø) + Astorga-Lugo de Llanera (Oviedo): 320, 12-16 (369-373). 15.- La noticia se la debo a mi querido amigo Juan Gil Montes, compañero de aventuras plateras. Utilizo una edición antigua y comentada, reeditada recientemente. 16.- Originales pueden verse en la Fundación Focus-Abengoa, en Sevilla; en la Biblioteca Virtual de la Junta de Andalucía; en el Museo Cartográfico Juan de la Cosa, en Potes (Cantabria); en el Instituto Geográfico de Cataluña; y en la colección Regiones de España de la Fundación Luis Giménez Lorente de Valencia. 17.- Anónimo de Ravenna, 314, 17. 18.- Este mapa a su vez está inserto en el «Atlas Blaeu de Van der Hem» (1621-1678), coleccionista de Amsterdan que re-
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unió varios volúmenes de mapas, dibujos, etc.; un referente de los conocimientos universales del s. XVII. Se encuentra en la Biblioteca Nacional de Austria, La Haya. Este Atlas está inscrito en la UNESCO en las Colecciones Documentales en el Registro «Memoria del Mundo». 19.- «Est praeterea eiusdem Lusitanie via nobilissima: argentea vulgo dicitur. (…) Ea perducta est ab Emerita Augusta per Castra Caecilia Salmanticam usque, ubi primum in extima pontis parte incipit evanescere: neque ulterius ullum viae illius vestigium cernit». Traducción: «También pertenece a la misma Lusitania una vía famosísima, llamada vulgarmente de la plata. (…) Fue trazada desde Mérida, pasando por Cáceres, hasta Salamanca, donde comienza a desaparecer en la parte externa del puente y ya no se ve rastro alguno de aquella vía». 20.- Covarrubias define una de sus acepciones: «Camino de la Plata. Los romanos hicieron algunas calzadas famosas en España, y una que va desde Salamanca hasta Mérida tiene nombre de camino de la plata (…)». 21.- Itinerario Antonino: 432, 3 – 434, 6. 22.- Para más información sobre su abandono y amenazas ved Alegaciones, Modelo de Firmas y Atentados: http://www.viaplata.org http://personales.ya.com/juangilmontes/galeria.html 23.- Fue en 1992, en la Exposición Internacional de Sevilla, donde planteamos ante un grupo de responsables institucionales un plan de protección y dinamización de la calzada romana-camino real de la Plata, y para el desarrollo de su entorno. Desde entones han cuajado varias iniciativas, pero la calzada sigue desprotegida. 24.- Desde 1991 las asociaciones hemos trabajado para su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), con expedientes abiertos en Extremadura (1997) y Castilla y León (2001); y como Patrimonio de la Humanidad, figurando en la Lista Indicativa Española del Ministerio de Cultura para su declaración por la UNESCO.
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LA ASTVRICA-BVRDICALAM NO PASABA POR PANCORBO Jesús Ángel García Gamarra1
In Memoriam Gonzalo Arias quien nunca creyó que la Asturica-Burdicalam pasara por el Desfiladero de Pancorbo. Decía Gonzalo Arias2 que las dificultades que suscita este trazado están lejos de haberse resuelto satisfactoriamente; y en especial de Briviesca a la capital alavesa; y su disconformidad por pasar esta ruta por el desfiladero de Pancorbo, e insiste en el nº 74 de El Miliario Extravagante, de Septiembre de 2000, p.30, en tal propósito; también nos comenta las polémicas suscitadas entre diversos autores que dieron su versión de la Asturica-Burdicalam en este tramo. Llevamos más de 200 años dándole vueltas a este enigma sin que se haya cuadrado la ruta en las distan-
cias que marca el Itinerario de Antonino de esta vía numerada como la 34, que yo llamaré A-34 (Antonina 34); basta leer el trabajo de Ángel Ramón de Miguel de Hermosa3, para conocer los investigadores que la han estudiado sin poder concretar el recorrido completo de este tramo, conforme a las distancias que marca el Itinerario de Antonino. A los que habéis leído mi trabajo «Las rutas A-01 y A-32 en sus tramos: Verovesca - Calagorra - Graccuris. Su medición. Nueva hipótesis de la A-32» publicado en la revista El Nuevo Miliario, en su número 94, conocéis mi manera de actuar; me gusta medir la ruta de forma objetiva, con la herramienta del SIGPAC que pone a vuestra disposición el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino a todos los internautas que quieran utilizarlo5; me gusta incluir fotografías,
Puente de Briñas, sobre el río Ebro
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gráficos escaneados, bibliografías que nos remitan al tema; siempre intentado que la comprensión sea lo más sencilla posible y al alcance de todos. Y a los que no lo habéis leído, leedlo, comprenderéis que algunos principios e ideas que allí demostré para una vía cuyo recorrido es ampliamente conocido y se da por seguro; también aquí las aplicaré; y en especial los metros que tiene una milla que se aplicaban en esta parte del mundo que es el Valle del Ebro, que no era otra que la «milla griega» que mide 1.538 m y que cuadraba las distancias en el recorrido de Calagorra-Verovesca de la A-01 y Graccuris-Virovenna de la A-32, siendo la primera de ellas muy estudiada y como digo dado por seguro su recorrido. Las imágenes de este estudio de la AsturicaBurdicalam (A-34) en su tramo Virovesca-Pompelone, a las que haré referencia entre paréntesis, las podéis encontrar: http://www.enorioja.com/A-34 En aquel trabajo dejé el comienzo del recorrido de la A-34 (Asturica-Burdicalam) en la salida de Briviesca, justamente a la izquierda de la A-32 (Asturica-Terracone) (imagen 001), toda una idea «extravagante» que tanto le gustaban a Gonzalo frente a las teorías oficiales, pero no opondré la seguridad de la ruta si la pasase por el desfiladero de Pancorbo, teniendo en cuenta las amenazas cántabras que en los primeros siglos de la conquista romana allí tuvieron, pero sí expondré la seguridad del territorio y de todos es conocido que los romanos en los siglos I al IV dominaban los Montes Obarenes y la Sierra del Toloño, a través de los únicos pasos conocidos desde la antigüedad: El Desfiladero de Pancorbo, la Hoz de la Morcuera y el paso de las Conchas de Haro.
CRÍTICA A LAS ACTUALES TEORIAS SOBRE LA A-34 EN SU TRAMO VIROVESCA-POMPELONE La verdad es que no existe una teoría común a todo el trazado, sólo conocemos dos puntos seguros que son Briviesca y Pamplona; se han esbozado varias teorías casi siempre pasando la ruta por Pancorbo y dando como seguro que el Oppidum de Iruña es Veleia, pero ya avisó Francisco Coello que el yacimiento de Iruña no cuadra las distancias a Pamplona6, y aunque aplicó mal las distancias del Itinerario, ya que le dio 13 millas de Beleia a Suessatio, cuando en realidad son 7, son justamente de 6 a 7 millas el desfase de pasar esta ruta por Pancorbo, aunque en la versión oficial, al rodear el Castillo de Jundiz le quitan millas, acertó en las siguientes al colocar a Tullonio (Ascarza), Alba (Salvatierra), Aracaeli (Arbizu). Inteligentemente contó las distancias a la inversa, que es la prueba que demuestra que conforme al Itinerario de Antonino el tramo Virovesca-Pompelone es imposible que pase por Pancorbo ya que le faltan de 6 a 7 millas hasta Lacorzanilla; al añadirle Coello 6 millas más igualó el recorrido real en distancias, y ésa fue la manera que la fue ajustando en Ascarza, ya que una diferencia de una milla o menos, ante variaciones mínimas del recorrido a lo largo de todo el tramo se pueden corregir, además teniendo en cuenta que Coello también pensaba que la milla en este trazado media más de 1.500 m, como ya dijimos en el anterior estudio del nº 9 de esta publicación. Coello entró por Pancorbo llego a Puentelarra y allí
Donde se separan la ruta Asturica-Terracone y AsturicaBurdicalam.
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colocó Deobriga, bajó hasta Berantevilla siguió hasta Estavillo y ésa fue su Beleia, siguió el camino tradicional de la ruta, evitando rodear el Castillo de Jundiz y fue a parar a Zuazo, donde estableció Suessatio, por Armentia, al norte de Aretxabaleta, Arcaia y en Ascarza situó Tullonio (ignoro cómo le salió Ascarza ya que por su trazado de Zuazo a Ascarza hay menos de 10 km, se justifica diciendo que le salen las distancias al Este de ésta, pero la mansio estaría ya pasada); en Salvatierra, Alba, en Arbizu, Aracaelí, estas últimas tres guardan correctamente las equidistancias del Itinerario tanto desde Briviesca, como de Pamplona, como en este estudio veremos (imagen 002). Lorenzo Prestamero, llama la atención, estableció Vindeleia entre Moriana y Bozo (Burgos), aduciendo que un comentario del geógrafo Ptolomeo corrige al Itinerario de Antonino en 20 millas7, supuesto totalmente imposible, como nos cuenta Andoni Sáenz de Buruaga8; en su recorrido, pasó el Ebro por Puentelarra, pero estableció la mansio de Deobriga en Arce Miraperez, para luego situar la mansio de Beleia en el Yacimiento de Iruña, Suessatio en Armentia, Tullonio en Gaceta. Siete años más tarde la fijó en las cercanías de Alegria-Dulantzi9 (p.309 «Alaveses Ilustres»), existe una diferencia de no menos de 3 km entre Gaceta y Alegria.; Alba en Albéniz y ahí paró, porque se le acabó la provincia de Álava antes de llegar a Ziordia. A Lorenzo Prestamero en este estudio le pondremos algunas cosas en el debe, pero sin duda hay que agradecerle la identificación de varios tramos de la Ruta, sobre todo el de Lacorzanilla a Estavillo, en Ascarza, en Gaceta, Salvatierra, San Román de San Millán etc.; más adelante hablaremos de todo ello. Ahora analicemos, algunas de las mansiones que se tienen como oficiales de la Ruta:
De Briviesca a Puentelarra: 38.543 m. (imágenes 003, 004, 006, 007, 008, 009, 010 y 011): 39.988 – 38.543 = 1.508 m de menos 38.480 – 38.543 = -63 de más (posible en romanas). De Briviesca a Arce Miraperez: 41.116 m. (imágenes 003, 004, 006, 007, 008, 012, 013 y 014): 39.988 – 41.116 = -1.128 m. de más (posible en griegas) 38.480 – 41.116 = -2.636 m. de más Beleia -Veleia
41 (12+14+15) millas griegas x 1.538 = 63.058 m. 41 (12+14+15) millas romanas x 1.480 = 60.680 m. De Briviesca a Yacimiento Iruña: 41.116 m (hasta Arce) + De Arce a Y. Iruña: 22.955 m. (imágenes 015, 016, 017, 018, 019 y 020). 41.116 + 22.955 = 64.071 m. 63.058 – 64.071 = 1.013 m. de más (posible en griegas) 60.680 – 64.071 = 3.391 m. de más (imposible en romanas) No mediremos más en romanas porque es imposible cuadrar las mansiones supuestas. Suessatio
48(12+14+15+7) millas griegas x 1538 = 73.824 m. De Briviesca a Salvatierrabide (Vitoria-Gasteiz): 64.071 m. (hasta el yacimiento de Iruña) + Yacimiento de Iruña a Salvatierrabide: (imágenes 021 y 022). 64.071 + 8.604 = 72.675 m. 73.824 – 72.675 = 1.149 m de menos.
Vindeleia
En millas griegas 12 millas x 1.538 = 18.456 m. En millas romanas 12 millas x 1480 = 17.760 m. De Briviesca a Cubo de Bureba: 15.468 m. (imágenes 003, 004 y 005): 18.456 – 15.468 = 2.988 m. de menos. 17.760 – 15.468 = 2.292 m. de menos. De Briviesca a Santa Maria de Ribarredonda: 17.036 m. (imágenes 003, 004 y 006): 18.456 – 17.036 = 1.420 m. de menos 17.760 – 17.036 = 724 m. de menos Deobriga
26 (12+14) millas griegas x 1.538 = 39.988 m. 26(12+14) millas romanas x 1480 = 38.480 m.
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De Briviesca a Arcaia: 64.071 m (hasta Y. de Iruña) + Y. de Iruña a Arcaia: (imágenes 021, 022 y 023). 64.071 + 12.496 = 76.567 m. 73.824 – 76.567 = 2.743 m. de más. Por lo que pienso que no existe ninguna alternativa buena a partir del Yacimiento de Iruña para situar Suessatio, porque según las medidas debería de estar entre Salvatierrabide y Arcaia; y 2.743 m. de diferencia hasta esta última parece excesivo; pero es que además como veremos le sobrarán unos 7.000 m. aproximadamente, dando lugar a pasar de largo Pamplona para cumplir con Itinerario de Antonino, ya que en el rodeo al Castillo de Jundiz ha reducido cerca de 3.000 m. No buscaban el camino más corto de Virovesca a Pompelone si no una ruta que uniese las mansiones de la vía para comunicarse entre ellas, saliendo de Virovesca y llegando a Pompelone; las circunstancias de cada mansio y por qué fueron elegidas, entraran más en los parámetros geoestratégicos, que el propio ahorro del recorrido.
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Idoia Filloy Nieva y Eliseo Gil Zubillaga aparte de situar esta Ruta en la segunda mitad del siglo III, también fechan la que se registra en la Ruta del Anónimo de Ravena de Oiasson a Virovesca, la sitúan en el siglo VII10, discurriendo por territorio alavés pero en sentido contrario a la Asturica-Burdicalam, pero en este caso a partir de Velegia (Beleia); en mi opinión, Sobobrica y Anticua, ya no son las mansiones de la ruta A-34, la propia Geografía de Ptolomeo describe como dos puntos diferentes Anticua y Vindeleia, por lo que es lógico pensar que el paso del Ebro también ha cambiado, yo situaría Sobobrica cerca de Sobrón y la mejor candidata es Puentelarra, con historia de puente y protegido por colina que le da carácter de posición romana (imágenes 024, 025 y 026); sobre Anticua, creo que el Anónimo marca puntos geográficos como el paso del Ebro y el paso de los Obarenes, y en este caso sí que parece la mejor opción es Pancorbo, en una ruta como la del Anónimo, como reconocen estos autores más dirigida al viajero11, donde la economía de la ruta es lo que más importa. Pero también señalar las localidades, relacionadas con los puntos geográficos parece ser lo más evidente en la ruta del Ravenate, ya que Sobobrica esta en el Ebro y Anticua, si esta en Pancorbo, también está en el paso de los Obarenes, no parece lógico que no señalen en la Ruta Antonina estos dos puntos geograficos, ya que Vindeleia con 12 millas (18.456 m) desde Briviesca no alcanza los Obarenes, pues Briviesca dista más de 20 km de estos montes, pero sí parece que sitúa Deobriga en el Ebro. ¿O acaso estaría situando la mansio de Deobriga en un paso que salvase el Ebro y la cordillera de los Obarenes-Sierra del Toloño, a la vez o en la misma mansio? porque en ese caso sólo existe un punto geográfico capaz de tal prodigio, el paso de las Conchas de Haro, con yacimiento arqueológico como veremos, sería el mejor candidato para el transcurrir de la Ruta A-34. Éste es uno de los argumentos que me llevan a exponer mi teoría, también basada en cuadrar las distancias del Itinerario de Antonino y conforme a un modelo estratégico; el de que quien domina el camino, sus pasos y sus accidentes, domina el territorio. A-34 DE HISPANIA IN AEQUITANIA Ab Asturica Burdicalam (Tramo Virovesca-Pompelone): Virovesca Vindeleia Deobriga Beleia Suessatio Tullonio Alba Aracaeli Alantone Pompelone
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XII XIII XV VII VII XII XXI XVI VIII
millas griegas « « « « « « « « « « « « « « « «
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(18.456 m.) (21.532 m.) (23.070 m.) (10.766 m.) (10.766 m.) ( 18.456 m.) (32.298 m.) (24.608 m.) (12.304 m.)
Consideraciones En la primera parte de la Ruta de Virovesca a Beleia, que es la parte que se añade a la tradicional hasta Lacorzanilla, donde ya hay autores como Prestamero que reconocen esa vía como la Asturica Burdicalam, demostraré con cartularios, noticias, mapas, etc; por el camino que describo desde Briviesca a Lacorzanilla, que existía en el Alto Medievo, así como las localidades que menciono, prácticamente los caminos del Alto Medievo son los mismos que dejaron los romanos, aunque en algunos lugares cambiaron las denominaciones, pero tenemos la suerte que en la ruta añadida, los nombres de sus localidades son términos típicamente romanos: Treppiana (Treviana), Juncaria (Junquera), Gorecha (Goreca) Angunciana (Angostina) Dondon, Brigas (Briñas), Cembrana (Zambrana), con la medida de las distancias y el perfil del camino expondrán lo cierto de la ruta. En mi último estudio antes referido publicado en el número 9 de El Nuevo Miliario, dejamos la ruta A34 en sus comienzos, justamente donde se separaba de la A-32 que iba a Terracone, por lo que es lógico pensar en un punto de separación de las dos rutas ya que hasta Briviesca o Virovesca vienen juntas, el punto de salida es el mismo para ambas, y aprovecho para corregir una errata de mi último trabajo, las coordenadas de salida de ambas son (42º 32’30.94’’ – 3º 18’ 58.51’’). Teniendo en cuenta que estamos en el siglo III y las mansiones de Segesamunclo y Lydia ya no lo son de la A-32, y de Virovesca a Atiliana hay 30 millas, hay que pensar que se ha desocupado una zona de mansiones para poner otra intermedia con las responsabilidades que tenían las anteriores, entre otras, proteger los pasos de Pancorbo y la Morcuera, por lo que no sólo la dirección del camino que sale del punto antes descrito de Briviesca me hace pensar que la mansio de Vindeleia está situada al este, sino la necesidad estratégica de cubrir el territorio, mi pregunta es ¿qué hace una mansio al Norte de Briviesca entre ésta y Pancorbo?, ¿cuánto territorio guarda?, ¿cómo defiende el paso de la Morcuera si está tan alejada?, ¿cómo auxilian las posiciones de Pancorbo y Arce Foncea (donde se situaría el Arx que defiende el paso de la Morcuera en la pequeña colina del Cenicero)?; pensado así parece lógico situar a Vindeleia al este de Briviesca, resguardando los pasos y ocupando el territorio entre Briviesca y Atiliana que ya no ocupan las mansiones de la antigua ruta de la A-01, en la nueva A-32.
DE VIROVESCA A VINDELEIA Descripción del camino Salimos de Briviesca a la izquierda de la A-32, camino del Caserón, para luego torcer a la izquierda en dirección a Quintanilla García, cogiendo la BU-720
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(probablemente este que describimos es el antiguo camino a Quintanilla desde Briviesca), para abandonarla y coger el camino viejo que iba de Briviesca a Quintanilla en el punto de la Grija, cruzamos todo el pueblo de Quintanilla y salimos de él volviendo a la BU-720, la seguimos toda recta abandonándola cuando ésta gira 90º tomando la dirección del Río Bañuelos o también llamado de Quintanilla, nosotros seguimos la misma dirección de como veníamos y nos adentramos en el Camino de Quintanilla García a San Millán de Yécora (LR-405 sin asfaltar a partir de La Rioja) que viene recto ya desde la BU-720 desde la Torca del Requino y el antiguo Camino a Quintanilla, con un claro perfil recto, netamente romano. El camino tuerce a la derecha en Tragapalos, sigue recto durante dos km y medio y tuerce a la izquierda en Mojón Torcido, en dirección a San Millán de Yécora, a la altura de San Juan, antes de entrar en San Millán de Yécora a unos 200 metros de esta, se cumplen las distancias a Vindeleia que marca el Itinerario de Antonino 12 millas (18.456 m) desde Briviesca. (imágenes: 027, 028, 029, 030, 031, 032, 033, 034, 035, 036, 37, 38, 39, 40, 41, 42 y 43).
En la cuerda alta, camino de Quintanilla San Garcia a San Millán de Yecora.
Medición de la Ruta Lugares geográficos tomadas las distancias
Millas
Metros
Coordenadas
0
0
42º 32’30.94’’ - 3º 18’ 58.51’’
Los Llanos
5.139
42º 32’ 48.46’’ - 3º 15’ 16,65’’
Quintanilla San García
5.141
42º 32’ 56.43’’ - 3º 11’ 33.56’’
Mojón Torcido
6.274
42º 32’ 19.91’’ - 3º 7’ 23.71’’
San Juan
1.903
42º 32’ 48.82’’ - 3º 06’ 07.69’’
18.456
a 200 m
Briviesca
San Millán de Yécora
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Noticias que mencionan los lugares por los que transcurre esta Ruta QUINTANILLA SAN GARCIA
• En el Cartulario de San Millán de la Cogolla nº 108 (L. Serrano. 1930) de 6 de Agosto de 1035, (pp.120-121). • En el Cartulario de San Millán de la Cogolla nº 157 (L. Serrano. 1930) de 1 de Marzo de 1058 (pp.168). • En el Cartulario de San Millán de la Cogolla nº 223 (L. Serrano. 1930) del año 1075, (pp.229). • En el año 1100, donación Gustios Rodríguez al Obispo de Burgos y su catedral: «...in primis illam partem quam habemus in villa que vocitatur Quintanella de Sancio Garcez totam ad integrum, sicut nos possidemus...» (Úzquiza Ruiz, José Antonio; «Remembranzas de la villa burebana de Quintanilla San García» 2006). • En el Cartulario de San Millán de la Cogolla nº 411 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) del año 1169. (pp. 299). • En el Cartulario de Santa María la Real de Nájera del año 1209 de Julián Cantera Orive, el documento XV dado en Villanueva de Arlanzón (Burgos) el 19 de Abril de 1179 Alfonso VIII dona al prior de Sta Maria la Real de Najera don Guidoni propiedades en Vallurcanes y para su descripción nos dice: «villam meam que vocatur Valorcanos, que est in burova, inter Trapianam et quintanellam de sancio garsie, et inter sanctum Emilianum de equola de artable, totam ex integro» dibujándonos el camino que acabamos de describir.
Cenicero al Sur de Foncea), donde estaba el Arx que cubría la Morcuera con un yacimiento arqueológico en el Cuquero12; apoyada por otros dos campamentos auxiliares en Valluercanes, a 3.515 m de San Millán, y donde antiguamente se apoyaba la mansio de Segesamuclo para cubrir el paso de Pancorbo; y Treviana (situada en el actual cementerio con iglesia románica), a igual distancia que Valluercanes 3.515 m de San Millán (imágenes 047, 048, 049, 050, 051, 052), que en el pasado ayudaba a la mansio de Lybia para cubrir el paso de la Morcuera; en mi anterior trabajo de El Nuevo Miliario nº 9 ya había hablado de las equidistancias que guardaban los puntos cardinales de las mansiones de la A-01 Virovesca, Segesamunclo y Libya (imágenes 053, 054 y 055), por lo que podemos considerar las comunicaciones propuestas son caminos romanos. Los de Valluercanes con Pancorbo, con San Millán de Yécora, y con Segesamunclo (el primero y el último los referencia I. Moreno13, Treviana con Arce Foncea, San Millán de Yécora y Lydia, y los de Vallurcanes a Treviana. El camino de Arce Foncea a Cerezo, que cruza de norte a sur San Millán de Yecora, y que abre las comunicaciones con el Ebro traspasando los Obarenes a través del paso de la Morcuera (en la obra Catálogo de Puentes anteriores a 1800 Begoña Arrúe y José Gabriel Moya y Valgañon, definen al camino de Cerezo a Foncea como romano y citan a los Cartularios de San Millán I 303 y 35414, también hablan de él en la p.159 de la misma obra (imagen 056). Sus comunicaciones quedarían al norte con Pancorbo y Foncea, al este con Treviana, sureste con Leiva y Herramelluri, al sur con Tormantos y Cerezo de Río Tirón, al sureste con Quintaloranco, oeste con Quintanilla San García y Noroeste con Valluercanes.
SAN MILLAN DE YÉCORA
• Se citan los Monasterios de San Miguel de Yécora y San Millán de Yécora, el 26 de Noviembre de 1057 (Llorente J.A. «Noticias Históricas de las tres provincias Vascongadas»). • En el Cartulario de San Millán de la Cogolla nº 159 (L. Serrano. 1930) del año 1058.(pp. 170). • En el Cartulario de San Millán de la Cogolla nº 354 (A. Ubieto Arteta. 1976) del año 1063-1065. (pp. 274). • En el Cartulario de San Millán de la Cogolla nº 271 bis (L. Serrano. 1930) del año 1087.(pp. 274). • En el Cartulario de San Millán de la Cogolla nº 362 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) del año 1131. (pp. 247-248).
Situación Geoestratégica La situación de Vindeleia (San Millán de Yécora) cubre los dos pasos de los Obarenes: Pancorbo (posible Anticua a 7 millas exactas de Vindeleia) (imágenes 044, 045, 046) y de Arce Foncea (en la loma del
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Yacimientos arqueológicos u otros datos de interés No existen datos de yacimientos dignos de mencionar, se ha pedido la carta arqueológica al Gobierno de la Rioja de San Millán de Yécora, contestando que dichos datos no estarán disponibles hasta Enero de 2011. Pero sí existe una extraña historia de la «Pila Bautismal de San Millán de Yécora»: En los años 60 se construyo una nueva iglesia porque la antigua tenía el tejado deteriorado, el caso es que contenía una pila románica (imágenes 057, 058, 059) esta pila se trasladó a Calahorra y allí se construyó en 1968 la Iglesia de los Mártires con un baptisterio independiente al recinto de la Iglesia (como los antiguos cristianos, que no entraban a los niños a las iglesias hasta ser bautizados, al principio en fuentes romanas, luego en baptisterios independientes a la Iglesia), el caso es que este baptisterio albergaría esta pila; pero el Concilio Vaticano II prohibió los baptisterios independientes a las iglesias, la pila tuvo que ser ingresada
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en la Iglesia, y el baptisterio quedó como la oficina de la parroquia. Catalogada por el Inventario Riojano como Gótica del siglo XIII, Minerva Sanz Rodríguez en su obra Pilas bautismales del arte románico en la Rioja, califica a ésta y a todas las pilas octogonales, que evocan a las piscinas octogonales de los antiguos baptisterios de planta central situados fuera del templo en la época paleocristiana y visigótica (pp. 290), ella misma subraya que la pieza es única en su género en La Rioja15, y yo me pregunto cómo la pudieron catalogar como medieval si no hay precedentes, he visto la pila es blanca y está muy deteriorada, no presenta signos cristianos. José Luis Ramírez Sábada16 nos describe la raíz celta «Vind» con el significado de «Blanco», color de las rocas que se dan en esta zona (Quintanilla San García, Vallurcanes, San Millán de Yécora, Treviana) y así lo podemos ver en algunos de sus caminos que se acercan a Vindeleia (imagen 060).
DE VINDELEIA A DEOBRIGA Descripción del camino Salimos de San Millán de Yécora cogiendo el camino que va a Foncea y encontramos otro a la derecha hoy inutilizado, «Camino de la Pila», el termino por donde va se denomina «Rostricaballo» parece que se utilizaba con el transporte de caballos, este y el que hoy es utilizado como camino rural, enlazaban con el camino de San Jorge que va a Treviana, como se puede ver en el mapa 1:50.000 de la Edición de 1937 de Casalarreina, que lo denomina «Camino de San Millán de Yécora a Treviana» por lo que es el antiguo camino entre estos dos pueblos, atraviesa Treviana para coger la LR- 303, hoy algo modificada con respecto a la carretera que aparece en el Mapa de la provincia de Logroño de 1851; este camino pasa cerca del termino de San Andrés y más adelante de la Ermita de Junquera, antigua localidad de Juncaria, hoy despoblada, existe otro camino paralelo a este Carrajunquera, las distancias en recorrido serian similares, unos metros más adelante de la colina de Ribacova, el cruce de la N-232. Un Cartulario de San Millán de 1134 nos dice «Pontem de Sancti Iacobi et inde usque ad sumum daguanar, et exinde ad Rivacova et a Rivacova ad pennas
Camino de la Pila entre San Millán de Yecora y Treviana.
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de Haro et inde ad Calzatam de Valle de Olleros, et de inde ad portellum de Hochola, et de inde ad sumun Santci Christofori, insuper etiam usque ad paludem de Iunqueruela» (imágenes 061, 062, 063, 064, 065, 066, 067, 068, 069, 070, 071, 072, 073, 074, 075 y 076). Al cruzar la carretera llegamos a la altura del Río Aguanal donde se coge el camino paralelo al río, con elevación hoy impracticable, hasta llegar a la carretera de Haro con dirección Anguciana a los pies la colina San Quilez; en su km 7, paralelo a esta carretera, ya que la anterior iba más cercana al río, sigue por las Vistas y Oreca, existe un cartulario de San Millán de la Cogolla del año 1088 que nos habla de un camino en paralelo al río, al oriente la iglesia de Oreca, por donde transcurre la vía, «et tres terras inter Goreca et Hozturi, duas desorsum via que usque rivo et de oriente ecclesia latus terra, terciade surmun via» esta ermita es nuestra referencia por donde transcurre la vía, hoy en día está a la izquierda, antiguamente estaba a la derecha, este camino cruza una actual urbanización de Anguciana (Angostina) por la calle «Vía romana» y coge dirección al camino que viene de Cihuri por el camino de Lampara, y paralelo al Río Tiron llega hasta el camino de Atamauri, siguiendo la linea actual de división entre los Ayuntamientos de Angunciana y Haro. (imágenes 077, 078, 079, 081, 082, 083, 084 y 085).
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Por el camino de Atamauri (con yacimiento medieval) va la vía por San Pelayo, orillada al canal de Arrauri, que los moriscos construyeron en la antigüedad17; cruza la AP-68 por un puente y siguiendo este canal lo abandona al llegar a la LR-401, recorre unos 300 m de esta carretera y sale a la LR-306 para dirigirse por un camino que va dar a la actual presa hidroeléctrica, una vez atravesada dicha presa, va peraltado sobre 3 m con una anchura de 4 m y lleva al barrio Centenario de las Bodega de Haro, en la Estación del Ferrocarril de Haro se cumplen las distancias a Deobriga según el Itinerario de Antonino, 14 millas (21.532 m) desde Vindeleia (imágenes 086, 087, 088, 089, 090, 091, 092, 093, 094, 095 ,096, 097 y 098).
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Entrada de la Vía Aquitanía al Barrio de las Bodegas de Haro.
Medición de la Ruta San Andrés
5.519
42º 33’ 48.20’’ - 3º 02’ 22.87’’
Cruce con la LR-301
6.740
42º 34’ 11.07’’ - 2 º 57’ 29.71’’
Atamauri
6.182
42º 34’ 58.40’’ -2º 53’ 08.54’’
Estación de Ferrocarril de Haro
3.091
42º 35’ 02.38’’ - 2º 50’ 58.14’’
21.532
a 850 m. del Puente de Briñas
Dondon-Todon Briñas
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Noticias que mencionan los lugares que transcurre esta Ruta TREVIANA.-
• En el Cartulario de San Millán nº 261 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1049 (pp.256). • En el Cartulario de San Millán nº 304 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1058 (pp.295). • En el Cartulario de San Millán nº 462 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) del año 1190 (pp. 257-258).
BRIÑAS
• En el Cartulario de Leire nº 41 (Ángel J Martín Duque 1983) año de 1047 (pp.73-74). • En el Cartulario de Leire nº 95 (Ángel J Martín Duque 1983) año de 1072 (pp.144-145). • En el Cartulario de San Millán nº 224 (L. Serrano. 1930) año 1075 (pp.230-231). • En el Cartulario de San Millán nº 425 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1075 (pp.400-401). • En el Cartulario de Leire nº 118 (Ángel J Martín Duque 1983) año de 1085 (pp.174-175).
SAN ANDRÉS DE TREVIANA
• En el Cartulario de San Millán nº 16 (A. Ubieto Arteta. 1976) 29 de mayo del año 874 (pp.29). • En el Cartulario de San Millán nº 76 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) 11 de noviembre del año 1084 (pp.62-63). JUNQUERA O JUNCARIA
• En el Cartulario de San Millán nº 8 (L. Serrano. 1930) 15 de mayo del año 863 (pp.10). • En el Cartulario de San Millán nº 82 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 959 (pp.97). • En el Cartulario de San Millán nº 59 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) 23 de enero del año 1083 (pp.5152). • En el Cartulario de San Millán nº 76 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) 11 de noviembre del año 1084 (pp.62-63). • En el Cartulario de San Millán nº 163 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) año 1087 (pp.114-115). • En el Cartulario de San Millán nº 389 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) año 1150 (pp.273-274). ORECA
• En el Cartulario de San Millán nº 421 (A. Ubieto Arteta. 1976) 6 de enero del año 1075 (pp.395-396). • En el Cartulario de San Millán nº 171 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) año 1088 (pp.121-122). ATAMAURI
• En el Cartulario de San Millán nº 421 (A. Ubieto Arteta. 1976) 6 de enero del año 1075 (pp.395-396). DONDON
• En el Cartulario de Leire nº 41 (Ángel J Martín Duque 1983) año de 1047 (pp.73-74). • En el Cartulario de Leire nº 118 (Ángel J Martín Duque 1983) año de 1085 (pp.174-175).
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TONDON
• En el Cartulario de Leire nº 95 (Ángel J Martín Duque 1983) año de 1072 (pp.144-145). TORRONTEJO
• En el Cartulario de San Millán nº 224 (L. Serrano. 1930) año 1075 (pp.230-231). • En el Cartulario de San Millán nº 425 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1075 (pp.400-401). • En el Cartulario de Leire nº 161 (Ángel J. Martín Duque 1983) año de 1087 (pp.112-113). BURADÓN
• En el Cartulario de San Millán nº 144 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1012 (pp.147). • En el Cartulario de San Millán nº 237 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1045 (pp.231). • En el Cartulario de San Millan nº 146 (L. Serrano. 1930) año 1050 (pp.156-157). • En el Cartulario de San Millán nº 66 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) año 1083 (pp.56). • En el Cartulario de San Millán nº 175 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) año 1088 (pp.124).
Situación Geoestratégica La situación de Deobriga es fundamental en la dominación del territorio, como de las comunicaciones que vienen del Ebro por un lado, la actual Rioja Alavesa por el este, por otro las que vienen por el Sur desde Atiliana y Tritium Magallum (con una industria alfarera que aparece en muchos de los yacimientos arqueológicos de la llanada alavesa18, al oeste la Asturica -Burdicalam desde Briviesca y al Norte la continuación de esta hasta Pamplona. Existen además dos vados, uno el de Torrontejo (situado entre la actual presa hidroeléctrica de Labastida y Tondonia), y el otro, el del Fraile (que se encuentra debajo del cruce de la N-124 y la N-232a que viene de la Rioja Alavesa y comunica con Bilibio), los dos principalmente serían utilizados por jinetes (imagen 99). Existen dos alineaciones de Briñas, una al norte, con Zambrana de 7.591 m y al
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Sur, con Briones a igual distancia; y otra al Este Peñacerrada de 10.771 m con Sajazarra al Oeste de igual distancia. (imágenes 100, 101, 102, 103, 104, 105, 106, 107 y 108). La mansio de Deobriga tiene como fines salvaguardar el paso del Ebro con un puente, el actual es medieval19, y a Domingo Hergueta le hace suponer que estaría construido en último tercio del siglo XIII y Govantes lo data en el siglo XII20; de ser ciertas estas aseveraciones, deberíamos interpretar que existía otro puente allí en el siglo XI, ya que un Cartulario de San Millán de la Cogolla concretamente el nº 224 de L. Serrano, 1930 y el nº 425 de A. Ubieto Arteta, 1976, del año de 1075, nos habla de una colina entre Briñas y el camino que busca Haro, esa colina no es otra que la que guarece al actual Puente de Briñas, y que nos dice que directamente va a Haro, «Et in propinquo flumine Ibero defensam piscandi, ib ab illa Pinna que est inter illam villam usque ad directum de Faro»; luego es evidente que allí en ese tiempo existe un paso a Haro y otro puente construido. Su esquema de colina puente, nos hace pensar en un origen romano del puente (imágenes 110 y 111), aunque el actual sea medieval, tenemos muchos ejemplos, tal vez el más significativo es el del Puente de Alcántara en Cáceres (imágenes 112 y 113). Además del paso del Ebro, esta mansio se encuentra a 2 km del paso de las Conchas que permite atravesar toda la cordillera, y es la encargada de vigilarlo y mantenerlo, no se comprende que un paso natural como el de las Conchas de Haro, pueda ser anegado y no exista una organización próxima para rehabilitarlo. Íñigo J. Equibela en su trabajo «El cinturón de piedra de los Obarenes» publicado en la revista Piedra de Rayo, julio-2004; nos habla de cuatro fortificaciones que rodeaban a Briñas, según Govantes y describe la defensa que se daba en lo alto de por donde hoy pasa el túnel de la N-124, arriba hay un aljibe de 2,5 x 2 m, poseedor de cal y canto, realizado en excavación artificial, y otros elementos constructivos que corroboran su función militar21. Es un lugar donde se divisaba, se contenía y se daba señales sobre los peligros que amenazaban la mansio, en colaboración con los Riscos de Bilibio que están al otro lado del Ebro, donde se encontraba el Castillo de Bilibio22. En mi opinión las cuatro fortificaciones que defendían la mansio de Deobriga son estas dos ya citadas: Buradón, Castillo de Bilibio, el Castillo de Labastida y el Ato de Santo Domingo en la Vega con la Atalaya de Haro. Buradón y el Castillo de Bilibio defienden el Norte y Noroeste de la Mansio ya que todo indica que por el lado de Bilibio existía también una zona acceso, el Castillo de Labastida defendía la vía de penetración de la actual Rioja Alavesa el Alto Santo Domingo de Haro la Asturica Burdicalam que venia de Briviesca y la vía que venía por el Sur desde Atiliana y Tritio Magallum (Nájera). (imagen 114). Existe una alineación de igual distancia de 3.524 m desde el punto geográfico citado antes de Briñas (don-
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de estaría el Foro de la mansio) con el Alto de Santo Domingo en Haro (antiguo poblado de la Vega) y el Castillo de Labastida, porque me da que pensar que los campamentos auxiliares que escoltan a la mansio se hallan en estos dos lugares. Además de ser lugares de vigía tanto del camino que viene por Atamuri (Asturica -Burdicalam) como el que viene de la Rioja Alavesa a la entrada de Labastida a la vista de su Castillo (imágenes 115, 116 y 117). Discrepando del investigador Salvador Velilla Córdoba23, al localizar «El Castrillo» en el término «Castrijo de Labastida», del que nos habla el Cartulario de San Millán nº 224 (L. Serrano 1930) año 1075 (pp.230-231). (imagen 118), pensamos que se refiere a un Castillo del Monte Toloño (Tines) ya que dice «arriba en Monte de Tines y de arriba de una casa que busca el Castrillo», o sea su camino, por lo que entendemos que es el Castillo de Labastida, ya que desde Torrentejo seria al lado si sería el termino de Labastida «Castrijo» que esta mucho más cerca; y ésta nos parece la primera referencia a ese Castillo que tenemos. En cuanto a la Vega, es mencionada en el Cartulario de San Millán nº 328 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1063 (pp.315) y en el Cartulario de San Millán nº 297 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) año 1104 (pp.198).
Yacimientos arqueológicos u otros datos de interés Treviana: No existen datos de yacimientos dignos de mencionar, se ha pedido la carta arqueológica al Gobierno de la Rioja de Treviana, contestando que dichos datos no estarán disponibles hasta Enero de 2011.
San Juan de Espino (Cihuri cerca de Oreca): Necrópolis Alto Medieval (nº 5 Revista Estratos pp. 59-60-61) Atamauri: Yacimiento eneolítico y Medieval (nº 8 Revista Estrato pp.89). Cores: Fragmentos de cerámica de época Eneolítico24 . La Vega - Alto de Santo Domingo (Haro) Yacimiento Eneolítico y Medieval (nº 5 Revista Estratos pp. 71 a 74) y (en la pp.202 del mismo trabajo de C. Fdez. Ibáñez) Necrópolis Medieval (nº 8 Revista Estrato pp.91-92). II Edad del Hierro, también en el Cerro del Castillo de Haro25. En el Mapa Haro y sus contornos de 1797, en la edición de 200 x 120 cm se especifican una serie de cuevas en el Alto de Santo Domingo donde se pudieran guardar provisiones, por lo que el monte estaba minado de cuevas. Cerro del Castillo de Haro II Edad del Hierro (en la pp.201 del mismo trabajo de C. Fdez. Ibáñez)
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Puente de Briñas Necrópolis Alto Medieval s. X26 (imágenes 119, 120, y 121). Dondon-Tondon Necrópolis de San Román enfrente del vado de Torrontejo (Labastida) en el Ebro. (imágenes 122, 123 y 124) Excavación de López de Heredia 1910. Briñas Advocación de su Iglesia a los santos romanos del siglo III San Cornelio y San Cipriano, al igual que Pangua (Condado de Treviño) al lado de San Esteban de Treviño, denota el recuerdo romano en estos territorios27. Vado del Fraile (Briñas) Necrópolis Altomedieval en la Bodega la Encina (imágenes 125, 126 y 127) vado del Ebro de Briñas a Paceta en Bilibio (Haro). Buradón (paso de las Conchas de Haro): Yacimiento del Hierro, Tardorromano, Alto Medieval; compuesto por Necrópolis tardorromana, alto medieval, Ermita tardorromana, paleocristiana, única en Álava (imágenes 128, 129)28. Deo-Briga Según J.B. Carrasco29, el término «briga» quiere decir población, pueblo, tierra, país, ciudad. Sin embargo, Bernat Mira Tormo30 nos dice que «briga» significaría puente. Juan Carlos Olivares31 se refiere al sufijo «briga» como topónimos de enclaves urbanos predominantemente indígenas y fortificados. Ángel Casimiro Govantes32 explica que de Deobriga se formó Dondon-Tondon Deo-Theos y Briñas de la palabra Briga, ya que para él Briñas y el meandro del Ebro formaban la mansio de Deobriga. Es innegable que coinciden las distancias, el topónimo más parecido en la zona del Ebro se da en estos lugares, y además tiene historia de puente y de paso en llano de la cordillera que forman la Sierra del Toloño y los Obarenes.
DE DEOBRIGA A BELEIA Descripción del camino Cruzamos el Puente Briñas y salimos a la carretera que hoy se denomina N-124 dirección Vitoria, que ha sido modificada a la derecha, para mejorar su trazado, antiguamente el camino iba por el rollo que separa Alava de la Rioja y nos dirigimos a las Conchas de Haro, donde se encuentra el yacimiento de Buradón, no sólo ese yacimiento, si no también un documento mapa-esquema de 149333 (imagen 130), así como los cartularios consignados referentes a Buradón de los
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años 1012, 1045, 1050 que describen terminos y caminos de Lantaron a Buradón desmontan las teorías de Lorenzo Prestamero, que dice que el camino que viene de La Rioja hacia Bilbao es nuevo34; por lo que el Paso de las Conchas de Haro es un camino antiguo, perfectamente documentado en el Medievo y con testimonio romano en su yacimiento, que salvaba la Cordillera de la Sierra del Toloño por camino llano (imágenes 131, 132, 133, 134, 135, 136, 137, 138, 139, 140, 141). Tras cruzar la Concha, el camino transcurre paralelo al río Ebro, deja el cruce a Salinillas de Buradon, a la derecha para coger la siguiente Concha que salva como muestra el mapa-esquema de 1493 cerca de la Cabrera, enfrente de un vado que sirve hoy de base al puente de la Autopista AP-68 y por donde se adentraba al camino de Herrera; el camino de la Asturica-Burdicalam en este punto se encontraba a la izquierda de la actual Autopista, para luego trazar una recta que pasaba por Zambrana y giraba ligeramente a la derecha en el yacimiento de Betrusa (cerca del peaje AP-68), al otro lado del río Zadorra se encuentra Arce Mirapérez, desde Betrusa seguía hasta Lacorzanilla; y es en este punto donde nuestra ruta coincidirá con la de Lorenzo Prestamero35, que nos dice que «cerca de la casa nueva que acaba de edificarse el Eclesiástico de Berantevilla en donde hay un trozo de calzada bien conservado», vuelve a torcer ligeramente a la derecha (imágenes 142, 143, 144, 145, 146, 147). A partir de aquí es donde describe una de las rectas más imponentes del trazado que llega hasta las puertas de Estavillo, que se puede observar desde su Iglesia Torre, desde la N-124, pasando por el peaje AP-1 por el Camino de Santiago hasta Estavillo, este es el trazado de la ruta Aquitana por «Las Roturas», a la vista de la torre del Alto de Armiñon y la Iglesia Torre de Estavillo, en esta localidad toma dos caminos, uno muy probable para jinetes por su pronunciada cuesta, este camino es denominado como romano por M.J. Portilla36 y otro a la derecha de más suave trazado, pero de mayor recorrido para carros, ambos se juntan en San Miguel, siguiendo el «Camino de Santiago», 600 m más adelante la Asturica Burdicalam se separa por San Juan del «Camino de Santiago» que va por San Andrés a Burgueta, el nuestro nunca entrará en Burgueta a la que dejará a la derecha a unos 400 m (imagen 148). Este camino de San Juan bajaba hasta la Venta de Burgueta, cruzaba la actual línea del tren y en el termino «La Calzada» continuaba por el actual «Camino de Santiago» en dirección a la Puebla de Arganzón, muy probablemente cogiendo el camino a la derecha que señalan los mapas de 50.000 de la Puebla de Arganzón ediciones 1936 y 1954, por las afueras de la Puebla, cerca del Km 472 de la línea férrea Madrid -Irún y paralelo al término «Recodo» se cumplen las distancias del Itinerario de Antonino en la mansio de Beleia. (imágenes 149, 150, 151, 152, 153, 154, 155, 156, 157, 158, 159, 160).
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La Asturica-Burdicalam en las cercanías de Burgueta por el Caminos de los Romanos.
Medición de la Ruta Las Conchas de Haro
4.380
42º 37’ 00.53’’ - 2 º 50’ 51.14’’
Cabrera
3.319
42º 38’ 21.39’’ - 2 º 51’ 30.41’’
Lacorzanilla
5.173
42º 40’ 43.53’’ -2º 53’ 03.72’’
Las Roturas
3.031
42º 42’ 17.63’’ - 2º 52’ 21.98’’
San Juan
4.372
42º 44’ 20. 43’’ - 2º.51’ 01.33’’
El Recodo
2.795
42º 45’ 33.50’’ - 2º 49’ 57.68’’
23.070
a 400 m
La Puebla de Arganzón
XV
Noticias que mencionan los lugares que transcurre esta Ruta ZAMBRANA
•En el Cartulario de San Millán nº 161 (L. Serrano. 1930) año 1058 (pp.173). • En el Cartulario de San Millán nº 46 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) año 1081 (pp.42). • En el Cartulario de San Millán nº 222 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) año 1093 (pp.141). ESTAVILLO
• En el Cartulario de San Millán nº 10 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 871 (pp.20). • En el Cartulario de San Millán nº 146 (M.L. Ledesma Rubio. 1989) año 1086 (pp.103). PUEBLA DE ARGANZON
• Fuero de Arganzón año de 1191.
Situación Geoestratégica Veamos el esquema del Campamento romano de Beleia-Veleia en la Puebla de Arganzón, recordemos
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que este nombre de Arganzón fue importado por pobladores leoneses que procedían de Arganza (León) en el cartulario nº 10 mencionado en Estavillo del año 871, se cita a Arroncio y su hijo, cuyos abuelos procedían de León. La Puebla de Arganzón tiene un esquema de campamento romano (imagen 161) a su entrada el Alto de Armiñon con Torre (imagen 162) a su izquierda y a su derecha la Torre Iglesia de Estavillo (evidentemente la Iglesia Gótica no estaba construida pero sí su posición) que era el otro punto de vigía y señales a la entrada del territorio del campamento. A su salida a la izquerda Torre de Tuyo y Arganzón que dominaban el paso del desfiladero de la Concha37 (imágenes 163, 164). El campamento de Beleia-Veleia, como casi todos los campamentos romanos, se encontraba en un paso natural del río o vado que defendía (imagen 165), este vado del Zadorra formaba parte del decumanus Oeste, siendo el Este el camino a Treviño, el cardo Norte-Sur la actual calle de Santiago; en su intersección proponemos el km 0 de toma de medidas (imágenes 166, 167); medimos al Oeste justamente al Castillo Sopeña, «Yacimiento de Carasta» con niveles desde el bronce, II Edad del hierro a época Alto Imperial («Reconstrucción del pasado alavés a través de la Arqueología» Revista Inter. de Estudios Vascos pp.413-426 año 43. Tomo XL nº 2. Edt. 1995), nos da una medida de 7.610 m (imágenes 168, 169) igual medida que nos da si medimos
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Esquema del Campamento de Beleia-Veleia nombrado en «La Notitia Dignitatum».
desde ese mismo punto de la Puebla de Arganzón al Castillo de Treviño, 7.610 m (imágenes 170, 171), este Castillo tuvo una ocupación Alto Medieval, con cerámica islámica38. La defensa Norte, aparte de las Torres de Tuyo y Arganzón (Moruno), creemos que la referencia es el Castillo de Jundiz, que tiene su relación con la mansio de Suessatio, en este Castillo hubo dos batallas una del «Combate del Inglesmendi», 1367, entre ingleses partidarios de Don Pedro y franceses partidarios de Don Enrique, y la Batalla de Vitoria en 1813, no he encontrado ningún trabajo arqueológico en este lugar, y me sorprende por la cercanía del yacimiento de Iruña, porque desde las alturas puede vigilar cualquier acceso del rio (puentes o vados)39. La defensa Sur, aparte de las Torres del Alto de Armiñón y Estavillo, estaria en mano del ARX de Arce Miraperez, a la vez guardando el vado de Revenga en el Ebro, este yacimiento tiene épocas del Hierro, romana y Altomedieval. También podemos considerar como posiciones romanas los campamentos auxiliares que escoltaban la mansio de Beleia, y la similitud en su formación, el uno situado en Esteban de Treviño, medimos las distancias de la Puebla de Arganzón, 3.525 m (imágenes 172, 173), San Esteban de Treviño se encontró una lápida romana40 (imagen 174) y coinciden con las distancias de la Puebla a Villaluenga 3.525 m (imágenes 175, 176),
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tanto Tuyo respecto a Villaluenga, posible Tullica, como Pangua respecto a Esteban de Treviño se encuentra a semejantes distancia de apenas 1.000 m.
Yacimientos arqueológicos u otros datos de interés Miliario Publicitario de Postumo en Ircio (Burgos) enfrente de Zambrana (Alava)
Aparte del ya mencionado yacimiento de Buradón a su paso por las Conchas de Haro, tenemos enfrente de Zambrana en la población de Ircio, al otro lado del Ebro un miliario que tiene que ver con esta Ruta de la Asturica-Burdicalam, que Prestamero encontró en la casa de José de Urbina en 1781 y que dice Prestamero que saco de un vado del Ebro cerca de Arce, se trataría de un miliario publicitario del emperador Cassio Postumo (259-268) sobre el año 26241. Lo extraño es que los de Ircio siempre cruzaron el Ebro por dos vados que hay enfrente de Zambrana (imágenes 177, 178), donde sale un camino que va a esta localidad, en el denominado termino de «la Barca» la misma barca con remeros que viene dibujada en mapa-esquema de 1493 enfrente de Zambrana (imagen 130) por lo que tenemos serias dudas que se sacase del vado de Revenga, ya que los miliarios publicitarios romanos
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son el precedente de los «cruceros cristianos» que se colocaban en la intersección de caminos, justamente es Zambrana quien tiene esa intersección de caminos (el que viene de Vitoria a Logroño N-124, el que viene de Portilla A-4126, el que viene de Santa Cruz de Fierro, justamente en la actualidad en la salida del camino de Zambrana a la orilla del Ebro en el termino de «la Barca» en el camino donde se halla el actual crucero del siglo XIX (imagen 179) con historia de cruceros en esta villa desde el siglo XVI42 (obra de M.J. Portilla sobre el camino de Santiago por Alava pp.306-307). En Zambrana se citan varios yacimientos romanos: La Torre, San Martín, La Rosquilla; en Vetrusa al lado de la Lacorzanilla (Berantevilla), la Puebla de Arganzón43. Puebla de Arganzón
En la Notitia Dignitatum, que es una serie de documentos que contienen la organización administrativa del Bajo Imperio Romano, sobre los años 395 d.C. y 427 d.C., que pudiera haber tenido sucesivas actualizaciones44, se menciona al Tribuno del Primer Batallón de Infanteria Gallicae Veleia, por lo que a todas luces parece demostrar que Beleia-Veleia era un campamento romano. En el «Fuero de Arganzón» de 1191 se cita la Iglesia juradera de «San Juan Bautista» ya construida en las afueras de la muralla y que demostraría la ocupación fuera de la muralla medieval y que al referirse a Arganzón el fuero, es Arganzón el nombre de la población que describe, que ya viene referenciado en el Cartulario de San Millán nº 10 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 871 (pp.20), sobre una donación de Arroncio descendiente de leones»...quia istas erencias de nostros avus habemus de Legione venerunt ibi» (justamente Arganza es una localidad leonesa, donde parece que se tomo el nombre de Arganzón). Dicha Iglesia estaría ubicada en el actual Hospital de San Juan de la Puebla construido en el siglo XVI (pp.260-261 «Camino de Santiago por Alava» M.J. Portilla) (imágenes 180, 181, 182, 183, 184). En una heredad en la colina de San Esteban, a unos mil metros al Sur de la Puebla de Arganzón en la margen derecha del Zadorra, se descubrió una Lápida Funeraría, un sillar de caliza de 0,55 por 0,17, en el cual ocupa la inscripción un espacio ligeramente rehundido de 0,27 por 0,14. La parte derecha del sillar, cortada a lo largo, y ligeros restos de cemento tenazmente adherido, permiten suponer que la piedra fue aprovechada en alguna construcción posterior a su primer destino. (Boletín de la Real Academia de Historia, Julio de 1914, pp.176-179) (imagen 185).
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DE BELEIA A SUESSATIO Descripción del camino El camino sigue por las afueras de la parte oriental de la Villa de la Puebla dice Prestamero45, pero somos contrarios a lo que dice a continuación «sube por una cañada hasta la cima del monte» y continua diciendo «esta ruta desde Arce hasta la venta Melchora ha servido de camino real hasta principios de este siglo (se refiere al s. XVIII)», afirmación totalmente falsa, ya que el propio Carlos I en una carta fechada el 5 de septiembre de 1551, sobre la construcción de un molino en la Puebla, avisa del peligro de dañar el paso de las Conchas, vital en sus comunicaciones con Francia y sus reinos más al norte. Ana de Austria pasó por ese paso en 1615 y Jouvin, en 167246. Pero lo más determinante es que en ese paso por el desfiladero de las Conchas de Arganzón, fueron emboscados desde el Castillo de Tuyo y Castillo Moruno la razia árabe que viendo de Pamplona, intento cruzarlo en el año 801 del mes de Octubre, siendo abatidos47, por lo que creemos bastante probado que el paso de las Conchas de Arganzón existía desde tiempos antiguos, y que la Ruta de la Asturica Burdicalam transitaba por allí, por su mejor defensa, por ser un camino más fácil y más llano de paso; que circunstancialmente seria inundado por alguna crecida, nos parece lógico; pero también nos parece más lógico, una población próxima con una organización que lo pudiera adecentar cuando ocurrieran contingencias, ¿quien mejor que un campamento principal para controlarlo y mantenerlo? por lo que afirmó que la Veleia que aparece en la Notitia Dignitatum no es otra que la Puebla de Arganzón o la desaparecida Velegia del itinerario del Anónimo de Ravena, a la que se le cambio de nombre por Arganzón. Una vez traspasada la Concha el camino sale a las Paulejas, Casa Zaballa (antigua Venta Melchora pp. 239 M.J. Portilla «El Camino de Santiago Alavés»), Santa Engracia, todo el recorrido de la A-1, hasta Mendizorro que gira levemente a la derecha en el km 343 a los pies del antiguo Castillo de Jundiz, N-102; a unos 50 m del cruce de la A-4102 que lleva a Zumelzu se cumplen las distancias a Suessatio a 50 m de Ariñez. Pensamos que este trayecto es llano, por lo que no vemos necesario rodear el Castillo de Jundiz por Margarita y Lermana, existe un cartulario que mencionaremos más adelante en Gomecha que describe una vía que pasa por allí. La mansio está en Ariñez (imagen 186, no consigno fotos de este tramo porque la N-1 esta suficientemente vista y se puede ver fotograma a fotograma en la dirección web de Google48.
El Nuevo Miliario
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Medición de la Ruta Paulejas
5.385
42º 48’ 12.41’’ - 2º 48’ 40.97’’
a 50 m antes del cruce de la A-4102
5.581
42º 49’ 34.13’’ - 2º 45’ 16.11’’
10.766
a 50 m
Ariñez
VII
Noticias que mencionan los lugares por los que transcurre esta Ruta ARIÑEZ
• En el Cartulario de San Millán nº 180 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1025 (pp.176-177-178). • En el Cartulario de San Millán de la Cogolla nº 150 ( L. Serrano. 1930) de 6 de Enero de 1051 (pp.160-161). • "Combate del Inglesmendi" 1367 entre ingleses partidarios de Don Pedro y franceses partidarios de Don Enrique. • Iglesia dedicada a los santos del siglo III San Julián y Santa Basilisa.
atravesaría el Zadorra y por Estarrona llegaría a Legarda, Apodaca, Ondategi, Murua, Etxaguen, Ubidea,, ya en la N-240, Zeanuri, Areatza Igorre, se difurcaría en Arraibi (Lemoa), por Usansolo la margen derecha del Nervión y Amorebieta, Gernika y Bermeo, por la ría de Mundaka. También por Ubidea podría enganchar con Otxandio y por Urkiola, Durango, Markina, bifurcándose a Lekeito y Ondarroa. Serían las salidas al mar de la mansio de Suessatio (Ariñez). Según este autor, Ubidea tomó el nombre de Videa, para Henao, este nombre viene del romano via, que el vascuence (euskera) convirtió en videa.
Yacimientos arqueológicos u otros datos de interés:
Situación Geoestratégica El Castillo de Jundiz es el que domina el trayecto de la Asturica Burdicalam hacia la Concha y hacia Salbatierrabide, además de varios vados, puentes del Zadorra y las alturas de la llanada, su acceso esta en Ariñez, además de esta población salen caminos a Villodas, Trespuentes, Margarita, Lermanda, Zuazo, Nanclares, Zumelzu, Subijana, Torre de Eskibel, sin olvidar su tránsito de la Asturica Burdigalam hacia Gometxa y Armentia como se ve en los mapas de la edición de 1936 y 1929 de La Puebla de Arganzón y Vitoria respectivamente. Por lo que trazamos desde el km 0 de Ariñez (imágenes 187, 188) tiramos una línea a Lermanda con una longitud de 2.156 m y a igual distancia desde Ariñez encontramos Zumelzu (imágenes 189, 190, 191, 192), lo mismo ocurre con Zuazo y Subijana que guardan la misma equidistancia con Ariñez de 2.911 m (imágenes 193, 194, 195, 196), aunque sus campamentos auxiliares se situaban en el actual Yacimiento de Iruña y Eskibel equidistantes cada uno de Ariñez a la misma distancia de 3.042 m (imágenes 197, 198, 199, 200) que defendían el flanco oeste (orilla del Zadorra) y este (desde las alturas dominando la ruta aquitana y el camino antiguo de la actual A-3102). También hemos intentado establecer una equidistancia desde Ariñez a Nanclares y Armentía, pero no podemos asegurar que se de exactamente, ya que no sale muy centradas en las dos poblaciones, pero rondaría los 4.640 m (imágenes 201, 202, 203). El camino que describe F. Coello («Noticias sobre las vías, poblaciones y ruinas antiguas especialmente de la época romana en la provincia de Alava» edt. 1875 pp.17-18) de Iruña- Vedia (Ubidea)49, tiene similitud con el que arrancaría de Ariñez por Lermanda,
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Yacimiento de Zaballa Yacimiento del despoblado de Zaballa, cerca de la antigua Venta Zaballa, hoy Casa Zaballa, próxima a Nanclares, cuya cronología arrancaría de época tardoromana siglos V-VII, con poca intensidad, a una época de mayor desarrollo en el Alto Medievo VIII-X, para una continuación en los siglos X-XIV50. Oppidum de Iruña Es el yacimiento más importante cercano a la ruta de la Asturica Burdicalam, abarca desde 1000 a.C. (Edades del Bronce, Hierro) hasta la época tardorromana (siglo V), no existiendo mucha constancia entre el final del Imperio a la Alta Edad Media, en el siglo XIV se instalo allí la orden del priorato de San Juan51. Se encuentra entre las localidades de Villodas y Trespuentes. Yacimiento de Cascajuetas En este yacimiento se han encontrado evidencias de que pudiera contener alguna instalación termal, su cronología abarcaría desde el siglo I al V. Se encuentra en una loma junto al arroyo de Zumeltzu, próximo a Ariñez52.
DE SUESSATIO A TULLONIO Descripción del camino Traspasamos el cruce que nos lleva Zumelzu A4102, y continuamos por la N-102 hasta Gometxa, el Cartulario de San Millán nº 271 (L. Serrano. 1930) año 1087 (pp.273-274), sitúa a esta localidad al lado de la vía; luego cogeremos «El camino Viejo» en dirección
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Armentia que dejaba a mano izquierda viniendo de Armentia y a la derecha yendo desde Gometxa a la Ermita de San Pelayo53 para continuar hasta Armentia delante de su iglesia, por la actual Avenida San Prudencio para cruzar el complejo deportivo de Mendizorroza y llegar a la calle Salbatierrabide, difiriendo de L. Prestamero, que la pasaba por Arechavaleta54 («Ilustres Alaveses» pp.307), seguimos por la calle Álava, para dirigirnos a la antigua carretera de Vitoria a Arcaia, que la cruzaba el camino antiguo de San Lucia, cerca de aquí en Errekaleor apareció un miliario publicitario de Póstumo, del que hablaremos más adelante, continuando por esta carretera de Vitoria a Arcaia, llegando a esta localidad, pasando por la parte sur de las afueras55, contrariamente a L. Prestamero que la pasaba por su centro56, nosotros la llevamos en línea recta hasta la Venta de Ascarza, 350 m antes se cumplen las distancias (imágenes 204, 205, 206, 207, 208, 209, 210, 211, 212, 213, 214, 215).
Medición de la Ruta Salbatierrabide (Vitoria-Gasteiz)
5.848
42º 50’ 16.39’’ - 2º 41’ 02.62’’
A 350 m de la Venta de Ascarza
4.919
42º 50’ 25.68’’ - 2º 37’ 27.25’’
10.766
a 850 m
Ascarza
VII
Noticias que mencionan los lugares por los que transcurre esta Ruta GOMETXA
• En el Cartulario de San Millán nº 180 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1025 (pp.176-177-178). • El Fuero de 1181 con el que Sancho el Sabio de Navarra fundo «La Nueva Victoria».
• En el Cartulario de San Millán nº 180 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1025 (pp.176-177-178). • En el Cartulario de San Millán nº 271 (L. Serrano. 1930) año 1087 (pp.273-274).
ARKAIA, ASKARZA
ARMENTIA
Situación Geoestratégica
• En el Cartulario de San Millán nº 180 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1025 (pp.176-177-178). • Fue sede episcopal en los momentos de dominio musulmán sobre Calahorra y las riberas del Ebro. (pp.218 M.J. Portilla «El Camino de Santiago Alavés»).
Ascarza se halla a los pies de la loma de Mendiluz, lugar con amplias vistas para la defensa de la mansio. Tomamos un punto del centro de Ascarza y sacamos una línea hasta Argandoña de 2.485 m y con la misma distancia trazamos una línea de Ascarza a Elorriaga (imágenes 216, 217, 218, 219, 220, 221). Estas localidades escoltarían a la mansio, siendo sus campamentos auxiliares. De Norte a Sur tenemos una equidistancia desde Ascarza, trazamos una línea desde esta localidad a Ullibarri-Arrazua distando 5.225 m y desde Ascarza a Uribarri-Nagusi (Ullibarri de los Olleros) la misma distancia (imágenes 222, 223, 224, 225). No hemos podido concretar otras equidistancias, posiblemente porque algunas poblaciones ya han desaparecido, sobre todo, las del radio de Vitoria-Gasteiz.
VITORIA-GASTEIZ
• En el año 581 Leovigildo funda Vitoria: «Año V de Tiberio que es el XIII de Leovigildo. (213. (3).) El rey Leovigildo ocupa parte de Vasconia (partem Vasconiam occupat) y funda la ciudad que se llama Victoriaco (et civitatem, quae Victoriaco nuncupatur, condidit). [año 581]»57.
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• En el Cartulario de San Millán nº 180 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1025 (pp.176-177-178).
El Nuevo Miliario
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Según M.J. Portilla58 (pp.128 «El Camino de Santiago Alavés», 1991) que por Ascarza entraban dos caminos el de Zurbano, Ilárraza y Cerio desde el Norte y el del «Camino de Mendiluz» desde Argandoña, nos sigue diciendo: «Aún se conserva el rótulo antiguo con el nombre del pueblo en la entrada de éste desde Zurbano e Ilárraza por las cercanas a la Iglesia (la Iglesia esta al norte del pueblo), prueba de la vigencia de este camino hasta tiempos recientes, puede verse aun hoy, pintado en el exterior del cementerio». Como se ha podido ver, las equidistancias coinciden con estos dos caminos. Pero tenemos que añadir que el camino que iba a Ilárraza, salía para Jungitu, Ullibarri-Arrazua, Azua, Zuazo de Gamboa, Salinas de Leniz, Escoriaza, Mondragón. Bergara, aquí cogía dos bifurcaciones por la orilla del río Deva, por Elgoibar hasta la desembocadura del Cantábrico en Deva; y la Azkoitia, Azpeitia, Zestoa, y allí otra bifurcación hacia Zumaia, y otra a Zestoa y Zarautz, que explican su romanización. Y al Sur, sin pasar por Otazu, directamente a Gamiz, atravesando el actual cementerio, otro camino que se dirigía a Bolivar, Uribarri-Nagusi, Okina, Saseta, Pariza, Albaina, Faido, Baroja, Peñacerrada, a la vista del Monte Toloño y su sierra. Este trazado, aunque antiguo, fue equivocado por A.C. Govantes, despúes de pasar por Briñas la mansio de Deobriga, subió el puerto de Peñacerrada y llevo Beleia hasta Baroja y Suessatio a Saseta59. Luego queda claro el nudo de comunicaciones que configuraba Ascarza de Oeste a Este la Asturica Burdicalam y de Norte a Sur, el Mar Cantábrico con la Sierra del Toloño (imágenes 226, 227, 228, 229)
Yacimientos arqueológicos u otros datos de interés Yacimiento de Salbatierrabide (Vitoria-Gasteiz)
Se encuentra situado en el término de la ciudad de Vitoria-Gasteiz, en el camino de Lasarte, en un arenal, al pie de la colina de Mendizabala; descubierto por J.M. de Barandiaran en 1916, fue excavado por los padres Maristas, encontrándose materiales líticos, óseos, cerámicos, metálicos y antropológicos, pertenecientes al Eneolítico-Bronce, Edad del Hierro y Romanización. Hoy descansa bajo la rotonda y los chalés de Mendizorroza. Miliario publicitario de Póstumo en Errekaleor (Vitoria-Gasteiz)
Se descubrió en 1976 por Vicente Valero Gálvez, en el topónimo «Carrovía» al Este de Vitoria y a unos 2,5 km en linea recta del centro de la capital y a un kilómetro al oeste de Arcaia, actualmente se encuentra en el Museo de Arqueología de Alava. De forma cilíndrica de dimensiones 94 x 35 cm La inscripción consta de 5 líneas, careciendo de información viaría se data sobre el año 262 d.C60 (imagen 230).
54
El Nuevo Miliario
Yacimiento de Arcaia
Lorenzo Prestamero lo descubrió en el siglo XVII, Ramón Loza lo investigó entre los años 1976 a 1982, continuándose por Paquita Sanz de Urtubi en los años noventa. El hallazgo más espectacular son las termas romanas que pueden verse en la localidad (imagen 231). El yacimiento ocupa no menos de 18 héctareas y comprende desde la II Edad del Hierro, materiales cerámicos y vivienda del tipo celtibérico, época romana y alto medieval61. («Arcaya-Suestatium. Historia, estado actual de las investigaciones» Javier Niso Lorenzo y Miguel Loza Uriarte. Arkeodoc 2007).
DE TVLLONIO A ALBA Descripción del camino Llegamos a la Venta de Ascarza y en línea recta entramos por el Sur de Ascarza, tomando el camino que sube a la loma de Mendiluz, hoy muy deteriorado y rebajado, tiene dos accesos uno por el que venimos y otro desde de Ascarza, L.Prestamero62 nos señala que la ruta A-34 se dirige a la loma que hay en Ascarza donde había vestigios; este «camino de Mendiluz» también nos lo señala M.J. Portilla63; después va Argandoña, atraviesa esta localidad y saliendo de ella a la derecha de la carretera A-3106, coge un camino bastante peraltado, se pierde entre la maleza por Zikenea, Elorri, Irabana, y vuelve a salir por Garaona hasta llegar a Gazeta64, en esta localidad pasa por al lado de su Iglesia (imágenes 232, 233, 234, 235, 236, 237, 238, 239, 240, 241, 242, 243, 244, 245). Sale después a la A-3110 y pasar en paralelo a la fábrica de prefabricados de hormigón que hay enfrente, cruzando la vía del ferrocarril y el arroyo, hay vestigios de camino peraltado, que enlazará con el Camino de Santiago, al que los lugareños en estos términos llaman «Camino de los Romanos» y que M.J. Portilla65, así lo denomina, pero creemos que este camino no llegaba hasta Arrarain, como señala M.J. Portilla, ya que en el punto que hemos señalado de conexión con Gazeta, el Camino de Santiago cambia de perfil con escaso peralte y otra naturaleza; este «Camino de los Romanos» transcurre por el sur de la Ermita de Ayala, pasa por Angostina a los pies del Castillo de Henayo, cerca de Alegria-Dulantzi. En Arganzubi el camino se cruza con otros dos, uno que viene del Castillo de Henayo y otro de Azilu, el nuestro tomará dirección Mendierre y aquí en el túnel del ferrocarril se descompone, ya que sus obras debieron afectar al camino antiguo, F. Coello señala que va por la población de Txintxetru66, a mí personalmente me parece bastante desnivel y exceso de recorrido y me inclinaría por rodear el Alto de Txintxetru por su lado izquierdo en la misma dirección al actual túnel para luego torcer a la derecha por la Magdalena y encontrarnos con un camino, con bastante perfil romano en el término «Estradas», tam-
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bién Prestamero dice: «sube luego un repecho donde hay vestigios de calzada en la derechura a Gaceo»67 sin duda se esta refiriendo a esta zona de «Estradas»; para ligeramente torcer a la derecha y seguir entre el Mostrejón y Gaceogoyena, donde M.J. Portilla68 nos señala el camino que venía de Salvatierra, cruzando el arroyo de los Apóstoles y donde estuvo el poblado del Mostrejón; por lo que no entramos en Gaceo, por
ese camino llegamos al polígono industrial de Salvatierra, en el Mostracón se cumplen las distancias del Itinerario de Antonino, a pocos metros de la A-3100, y a unos 900 m. de Salvatierra-Agurain (imágenes 246, 247, 248, 249, 250, 251, 252, 253, 254, 255, 256, 257, 258, 259, 260, 261, 262).
El Camino que viene de Gaceta y empalma con el Camino de Santiago.
Medición de la Ruta Gaceta
7.036
42º 50’ 38.48’’ - 2º 32’ 20.74’’
Mendierre
7.105
42º 50’ 23.70’’ - 2º 27’ 43.74’’
Mostracón
4.315
42º 50’ 52.25’’ - 2º 24’ 39.58’’
18.456
a 900 m
Salvatierra-Agurain
XII
El Camino de Santiago (Camino de los Romanos) a su paso por el Castillo Henayo.
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Noticias que mencionan los lugares por los que transcurre esta Ruta ARGANDOÑA, GARAONA, AYALA
• En el Cartulario de San Millán nº 180 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1025 (pp.176-177-178). GAZETA, MOSTREJON, GACEOGOYEN
• Aparecen mencionados en la carta del obispo Aznar en el año 1257. SALVATIERRA - AGURAIN
• En el Cartulario de San Millán nº 180 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1025 (pp.176-177-178). • Aparecen mencionados en la carta del obispo Aznar en el año 1257. • El 23 de enero de 1256 Alfonso X concedió a la aldea de Agurain el fuero de Vitoria, y la rebautizó con un nuevo nombre, Salvatierra.
Situación Geoestratégica Salvatierra es otro nudo de comunicaciones fundamental en el trazado de la ruta aquitana, auxiliada por
dos puntos equidistantes de esta localidad, Mezkia a 3.146 m y a igual distancia el despoblado de Mostrejón, serían sus campamentos auxiliares; (imágenes 263, 264, 265, 266, 267, 268) de Este a Oeste encontramos otra equidistancia entre la villa de Salvatierra y Ibarguren, (bien comunicado con Ilarduia) de 9.221 m y a la misma distancia con Etxabarri-Urtupiña en el camino paralelo a la N-1, (imágenes 269, 270, 271, 272). De Norte a Sur otra alineación entre Luzuriaga, (bien comunicada con San Adrian por Galarreta) y Salvatierra de 3.663 m y esta Egileor a igual distancia (imágenes 273, 274, 275, 276); también la entre Araia y Salvatierra de 7.265 m, a igual distancia de Ullibarri-Jauregi (imágenes 277, 278, 279, 280). Todos ellos, componen un trazado de comunicaciones que nos presenta Tomás López en el siglo XVIII (imagen 281). Por su parte F. Coello69 nos relata un camino que iría de Salvatierra a Beasain, lo que la pondría en comunicación con el Valle del Oría y el Cantábrico, y cree que el túnel de San Adrián sería de época romana, aunque M.J. Portilla «El Camino de Santiago Alavés» pp.31-32, nos comenta que según las investigaciones de E.García Retes, el paso dataría del siglo XI, y su máximo esplendor estaría situado en el siglo XIII. Sea como fuere, también hay que destacar las importantes comunicaciones al Sur de Salvatierra por Egileor (este iría por Erroeta-Onraita) y Opakua, que comunican
En el termino «Estrada» la A-34 pasa cerca de Gaceo y se dirige a Salvatierra.
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con Estella, Santa Cruz de Campezo, Bernedo y Peñacerrada (imágenes 282, 283, 284, 285).
Yacimientos arqueológicos u otros datos de interés Yacimiento de Angostina (Alegria-Dulantzi)
Establecimiento termal, su presencia no pasaría del final del siglo II d.C70., en su entorno en San Pelayo, se encontró una necrópolis tardo-antigua. Castro del Castillo de Henayo (Alegria-Dulantzi)
Aquí nos dice que Prestamero71 «Ilustres Alaveses» que apareció una lápida de un tal Severo Tullonio; y señala que al parecer Tullonio (Ascarza) sería su patria, en el trabajo de Pilar Utrilla Miranda72 deja medianamente claro el tema en su parte de gentilicios que se añadián al nombre aportando su lugar de origen, pp.96-116, por lo que tenemos que dar la razón a Prestamero. Edad del Hierro y época Romana.
DE ALBA A ARACAELI Descripción del camino Lorenzo Prestamero73 nos dice que sin tocar Salvatierra se notan rastros (se le supone de calzada) hacia
la Ermita de la Magdalena; F.Coello nos señala también el transito por esta Ermita al Norte de Salvatierra, dice que en Salvatierra se cumplen las distancias del Itinerario y las millas que restan a Pamplona (afirmaciones que este estudio confirma), después añade que va por el Sur de Mezkia, Amezaga, Albeniz, Ilarduya, Egino, Ciórdia y por el norte de Egilaz, San Román de San Millán74. Por su parte M.J. Portilla nos comenta que iba por el «Camino de Biáriz» al norte de Salvatierra, llegaba a Mezkia y por el camino de «La Estrada»75 (que se cargó la concentración parcelaría sin el mayor escrúpulo histórico de respeto al patrimonio de Álava) llegaba al paso a nivel del ferrocarril en Egilaz. Lo que hoy nos queda, es parte de ese «Camino de Biáriz» que arrancaba a la derecha a los pies del Hospital de San Lázaro y la Magdalena, que también fue interrumpido por la «desastrosa concentración parcelaría» a lo lejos se ve un campo de placas solares por donde continuaba, entraba a Mezkia por su ancha calle pueblo y salía por al lado derecho de la Iglesia, cruzando campos de cultivo y llegando al paso a nivel de Egilaz (imágenes 286, 287, 288, 289, 290, 291, 292). En Egilaz cruzaba la vía del tren, atravesaba el pueblo y cogía dirección a San Román de San Millán, por la antigua carretera de la N-I, pasaba por el norte de esta localidad y los pueblos de Urabain, Ibarguren, por el sur de Egino, y a la altura de la Venta de Egino coger la actual N-1 (imágenes 293, 294, 295, 296, 297, 298, 299).
Pasando por el Norte de San Román de San Millán con dirección a Aracaeli.
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Ya en la actual N-1, pasa a la Comunidad Foral de Navarra, por el sur de Ziordia, por el norte de Olazagutía, por el sur de Alsasua, ya por la N-240-A, por el norte de Urdiain, por las localidades de Iturmendi, Bakaiku, (esta parte del recorrido se puede ver fotograma a fotograma en la dirección web Google76); para seguir Etxarri-Aranatz, y a unos 100 m del centro de Arbizu se cumplen las distancias del Itinerario de Antonino en la mansio de Aracaeli (imágenes 300, 301, 302, 303) .
Medición de la Ruta Eguilaz
7.210
42º 51’ 48.80’’ - 2 º 19’ 51.42’’
Biosaro
5.909
42º 51’ 59.37’’ - 2 º 15’ 31.79’’
Mugeta
6.635
42º 53’ 02.77’’ -2º 10’ 59.57’’
Algorri
6.377
42º 53’ 28.81’’ - 2º 06’ 31.05’’
Entrada de Arbizu
6.167
42º 54’ 51. 28’’ - 2º.02’ 28.40’’
32.398
a 100 m del centro actual
Arbizu
XXI
Noticias que mencionan los lugares por los que transcurre esta Ruta MEZKIA, EGILAZ, SAN ROMAN, URABAIN, IBARGUREN, EGINO
ZIORDIA, OLAZAGUTÍA, ALSASUA, URDIAIN, ITURMENDI, BAKAIKU
• En el Cartulario de San Millán nº 180 (A. Ubieto Arteta. 1976) año 1025 (pp.176-177-178).
• Fuero de Burunda concedido por Sancho VII el Fuerte en 1208.
Cerca de la Fábrica de Cerámica entre Etxerri-Aranatz y Arbizu.
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ETXARRI-ARANATZ, ARBIZU
• Fuero de Aranaz concedido por Sancho VII el Fuerte en 1204.
Situación Geoestratégica En Arbizu estamos ante otro centro de comunicaciones, con caminos al norte a Beasain y al sur a Estella, en la carretera NA-120. Aunque no tienen estrictamente una alineación a la misma distancia de Arbizu, las localidades de Etxarri-Aranatz y Lacunzta, aunque en sus orígenes pudieran haber estado alineadas ya que hemos encontrado una, entre la parroquia de la Asunción de Etxarri y la ermita de San Antón en Lakunza, desde el centro de Arbizu de 2.105 m (imágenes 304, 305, 306, 307, 308, 309); serían los campamentos auxiliares que escoltarían a la mansio. No encontramos muchas más alineaciones, porque muchas poblaciones que se encontraban en el Arnatz desaparecieron, al irse despoblando. La localidad de Arbizu, donde coinciden las distancias, tiene forma de campamento romano con un cardo y decumanus, cuyas afueras estarían donde hoy forma su plaza a la vista de su torre del S. XIV-XV (imágenes 310, 311, 312, 313, 314)
Yacimientos arqueológicos u otros datos de interés Mezkia En las proximidades del cementerio y antigua ermita de San Juan se encontró una estela discoidea con estrella y cruz flordelisada, hoy ubicada en el
de cerámica, conservados en el Museo Provincial de Arqueología. Posteriormente, en 1989, se ha llevado a cabo una Campaña de sondeos estratigráficos dirigida por el E. Gil Zubilaga, en la que se ha puesto al descubierto los restos de unas termas públicas de gran porte y cronología altoimperial78. Olazagutia En el término de Olazagutía se han encontrado vestigios arqueológicos prehistóricos y también algunas estelas funerarias de época romana. Los restos romanos fueron encontrados en las ruinas de la Ermita de Nuestra Señora de Belén. Etxarri-Aranatz Diversos yacimientos del neolítico y enolítico (Bentazar, Maitzur, Mintegitxuta, Miruatza, Olano Este y Oeste, Pagamendi II)79. Aracaeli Julio Caro Baroja aventuró una sugerente hipótesis, según la cual el topónimo Aracaeli provendría de ara coeli (altar del cielo). Ubicado en la Sierra de Andiaga, a la vista de todo el valle de Arakil, se alza majestuoso la altura de Beriain de 1.493 m, que desde Etxarri-Aranatz, se ve como una pirámide enorme, cerca la ermita de Donato, nos recuerda la costumbre pagana de los altares y ritos religiosos en las alturas de los montes, que el cristianismo sustituyó por ermitas (imagen 317).
DE ARACAELI A ALANTONE Descripción del camino
Museo de Arqueología de Vitoria-Gasteiz.
Egilaz El dolmen de Aitzkomendi (Monte de la piedra) en sucesivas investigaciones se hallaron huesos, armas de cobre, pedernales, fragmentos raspadores, trozos de cerámica. Cuando se construyó la carretera al lado del dolmen en 1831, en la colina de Camposanto se encontró este dolmen, cuyas piedras parece ser fueron traídas de Zalduendo y de Entzia77. Su antigüedad sería de 3.000 años, y fue descubierto en su parte meridional por J.M. Barandiaran por encargo de la Diputación de Álava para que pudiera verse desde la antigua N-1. en 1965 (imágenes 315, 316). Se encontraron también en esta localidad dos lápidas romanas. Yacimiento de Albeiurmendi (San Román de San Millán-Durruma)
Fue primeramente excavado en 1949 por Basilio Osaba, Domingo Fdez. Medrano y Pedro Galdos, sin que se haya conservado la memoria de los trabajos realizados. Se ha encontrado zona calefactada por hypocaustum, debido a los elementos encontrados
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Pasamos por el actual centro de Arbizu, a la vista de su torre del s. XIV, tomamos dirección Lakunza que atravesamos, para cruzar el río Arakil y entrar en Arruazu, transitando por su calle Mayor, la Sierra de Andiaga y el río Arakil, se juntan aquí por lo que el único camino es transitar por medio del pueblo y cruzar dos veces dicho río, lo cual hacemos a unos 500 m después de haber salido de esta localidad, por la N240-A cruzamos Uharte-Arakil, y por el sur de Irañeta cogemos la NA-7518 pasa proseguir por Ihabar, por el sur de Villanueva-Hiriberri, para dirigirnos a Satrustegi por la calzada, localidad que atravesamos continuando camino por NA-2410, pasando por el sur de Zuahtzu, por el norte de Ekai, cruzando la NA-7013, y cogiendo el camino de Urritzola, a los pies esta localidad que esta elevada, tenemos tres alternativas, subir el camino de Urritzola, cruzar el Arakil y dirigirnos a Izurdiaga, o por el camino que va al cementerio transitar por el norte de Urritzola, sin subir su cuesta, a la vista de esta localidad; esta es la alternativa que más nos seduce, por ser más llano, así que en paralelo al río Arakil por Izoa, llegamos al puente Errotz (imágenes 318, 319, 320, 321, 322, 323, 324, 325, 326, 327, 328).
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Cruzamos el río Arakil y por la NA-7010 transitamos por la Basílica de Nuestra Señora de Oskia, y por el camino de la Fuente Vieja accedemos a Atondo, cruzándolo, para seguir por la carretera que lleva su nombre hasta Ochovi, localidad que atravesamos; y por la NA-7012 seguimos en dirección a Erice; a 400 m. antes de llegar a esta localidad se cumplen las distancias que marca el Itinerario de Antonino en la mansio de Alantone (imágenes 329, 330, 331, 332, 333, 334, 335, 336, 337, 338, 339, 340, 341).
Medición de la Ruta Uharte-Arakil
6.171
42º 55’ 10.21’’ - 1 º 58’ 07.40’’
Satrústegi
6.752
42º 54’ 44.41’’ - 1 º 53’13.86’’
Errotz por Urritzola
*
5.796
42º 53’ 41.63’’ - 1º 49’ 38.60’’
Errotz por Izurdiaga
*
5.795
42º 53’ 41.86’’ -1º 49’ 38.60’’
Errotz por el cementerio de Urritzola
*
5.686
42º 53’ 41.63’’ -1º 49’ 38.60’’
5.999
42º 52’ 51.60’’ - 1 º 46’ 21.47’’
24.608
a 400 m
Alormakurra Erice
XVI
Noticias que mencionan los lugares por los que transcurre esta Ruta LAKUNZA
• Fuero de Aranaz concedido por Sancho VII el Fuerte en 1204. HUARTE-ARAKIL
• Fuero extenso de Estella de 1164, fue dado a muchas localidades navarras entre ellas HuarteArakil. IHABAR, VILLANUEVA DE ARAKIL
• El rey Sancho el Fuerte en 1210 unifico por fuero las pechas de ambas poblaciones. ATONDO
• En 1024 aparecen vinculados a Iharte la parte «illorum vicuum qui dicuntur Ataondo et Olaluce» (LAC.: Irache, nn. 2, 4). OCHOVI Y ERICE
• Aparecen citados en «El Libro Rubro de Iranzu» de 1257.
Situación Geoestratégica Las actuales comunicaciones, autopista, carreteras, ferrocarril, confluyen en un punto antes de entrar a
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Pamplona por el Noroeste, que no es otro que Erice y sus alrededores; el Itinerario de Antonino en su ruta 34, y el Anónimo de Ravene, también coinciden en situar Alantone en las dos rutas, la primera de Alantone a Pamplona y la segunda de Oiasso (Irún) a Alantone, por lo que aparte que coincidan las distancias del Itinerario de Antonino, también se hace necesario que ese punto donde se sitúa Alantone tenga coherencia entre Pamplona e Irún, Y Erice cumple las tres: es un nudo de comunicaciones, guarda las distancias del Itinerario y es coherente con su situación sobre Pamplona e Irún. Tenemos alineaciones, la que correspondería a campamentos auxiliares que escoltan a la mansio, que la compondría Orayen a una distancia de Erice de 3.403 m al Norte, y Aldaba a la misma distancia al sur (imágenes 342, 343, 344, 345, 346, 347), fijándonos en el mapa de Gulina de 1954, podemos observar que desde Orayen se puede acceder a Ihaben, de ahí a Santesteban y por la N-121-A a Vera de Bidasoa, y de allí a Irún; en el caso de Aldaba estamos a medio camino entre la N-240-A a Pamplona, y NA-7010 que también daría acceso a Puentelarreina y Estella, con bifurcación al Camino San Gregorio con otra entrada a Pamplona. Otra alineación Este-Oeste sería la de Erice con Garciriain de 6.035 m, y al oeste Erice con Iltzarbe en la misma distancia que daría acceso a caminos a Puentelarreina y Estella (imágenes 348, 349, 350, 351). La siguiente alineación seria Sureste-Noroeste desde Erice a Oteiza de 4.703 m, vigilante de los caminos a Pamplona de N-240-A y los que suben a los Pirineos; y al noroeste de Erice con Errotz a la misma distancia, también vigilante de los que vienen un poco más al norte por el Arakil, sin duda su puente deja testimonio de ello, además de un camino por el monte entre
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Llegando a Erice después de haber dejado Ochovi.
Errotz y Erice (imágenes 352, 353, 354, 355). Erice por su parte, tiene en su antigua iglesia románica en un alto, hoy casa particular reformada, su huella de su antigüedad (imágenes 356, 357, 358, 359).
Yacimientos arqueológicos u otros datos de interés Zamarzte (Huarte-Arakil) A partir de 1925 muchos estudiosos comenzaron el estudio y catalogación de los numerosos dólmenes de la zona; catalogaron 44 dólmenes en el Aralar (entre Navarra y Guipuzcoa), convirtiéndose en la mayor concentración de dólmenes de Navarra del segundo milenio a.C. y muestra como la zona estuvo poblada desde la prehistoria. En los alrededores de la iglesia se han realizado excavaciones arqueológicas que han desenterrado la planta de un edificio romano que probablemente contó con plintos, columnas, grandes sillares labrados, estucos y mosaicos. Entre aquellos restos se encontraron diversos objetos como monedas conservados en el pequeño museo de Zamarzte. Épocas: neolítica, romana, alto medieval. Ermita de Nuestra Señora de Oskia
Fragmentos de calzada romana fueron observados en las inmediaciones de la basílica de Oskía (ALTA DILL: Geogr., 1, II, 206) 80.
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DE ALANTONE A POMPELONE Descripción del camino Transitamos por el Sur de Erice encontrándonos con la N-240-A con dirección a Pamplona, la cual seguimos, dejando a la izquierda Sarasa, avanzando por la misma nacional, a la izquierda Oteiza y a la derecha Añezcar, para continuación tres km después dejar a la izquierda Berrioplano, más adelante Aizoain y Berriozar también a la izquierda; entrando a Pamplona por el puente de Santa Engracia, Kostalapea, hasta el Parque de Larraina, donde se cumplen las distancias que marca el Itinerario de Antonino en la mansio de Pompelone; estamos a escasos 700 m de la Plaza el Castillo de Pamplona81 (imagen 360).
Noticias que mencionan los lugares por los que transcurre esta Ruta AÑEZCAR Y OTEIZA • En Oteiza, su monasterio de San Juan y su iglesia fueron donados a la abadía de Leyre en el siglo XI. También tuvieron posesiones en su término la Catedral de Pamplona desde el siglo XII y la Colegiata de Santa María de Roncesvalles desde el siglo XIII. • Su historia está fuertemente ligada a la del pueblo de Añézcar desde que, en el siglo XIII, el rey navarro Sancho VII el Fuerte comprara ambos pueblos
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Medición de la Ruta Aizoain
7.893
42º 50’ 53.95’’ - 1 º 41’ 18.04’’
Parque Larraina
4.411
42º 49’ 08.69’’ - 1 º 39’ 06.41’’
12.304
700 m. del centro
Pamplona
VIII
a un caballero aragonés. Por ello no existe límite de separación entre estos pueblos y los comunales. BERRIOAZAR Y BERRIPLANO
• En el Libro de Rediezmo de 1268 aparecen nombradas 3 poblaciones que llevan la denominación de Berrio: Berruoçarr (la actual Berriozar), Berrio de Sus (Berriosuso) y Berrio de Ius (Berrioplano). PAMPLONA
• Fue fundada por Pompeyo en el año 74 A.J.C. la cita Estrabón en el siglo I A.J.C. con el nombre de Pompeios polis (ciudad de Pompeyo). • Tras las invasiones de los pueblos germanos del siglo VI, el reino visigodo dominó Pamplona, pero manteniendo continuas campañas contra los vascones, con los que siempre rivalizaron. • La invasión musulmana de la península Ibérica propicio la sumisión de Pamplona en el siglo VIII. • Durante la primera mitad del siglo IX, la nobleza local, con la alianza de la familia Banu Qasi, consiguió la consolidación de un núcleo de poder independiente liderado por Íñigo Arista. Más tarde sería la capital del Reino de Navarra.
Situación Geoestratégica No existe ninguna duda de que la ciudad de Pompelone corresponde a Pamplona, resguarda por el río Arga por su Norte. Sus comunicaciones más importantes correspondían por el Noroeste con Astorga viniendo de Briviesca por la llanada alavesa, por el Norte con la Aquitania, por el sur con Varea (Logroño) y Alfaro; y más al sureste con Zaragoza.
Yacimientos arqueológicos u otros datos de interés: Añezcar y Oteiza
Asentamiento de la Edad del Hierro en el monte de Añézcar en el lugar llamado la «Cueva del Moro». También hay noticias documentadas de poblamientos de la época romana; de su memoria quedan dos letreros sepulcrales en Oteiza82.
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El Nuevo Miliario
Pamplona
Diversos yacimientos en la ciudad donde cabe citarse: «Camara de Comptos», anteriores a 1936; seis campañas en Pompaleo, de los años 1958 a 1983, publicados en Pompelo I (1958) y II (1978). Los hallazgos más recientes se situaron en la muralla romana en el claustro de la Catedral, se sabe que la colina de la Catedral estuvo habitada desde la Edad del Bronce, del Hierro, y romano desde el siglo I a.C. hasta el siglo V d.C. y restos de ciudad visigótica de los siglo VI y VII83.
EPÍLOGO La Ruta de la Asturica -Burdicalam es una ruta de mansiones, no una ruta entre Virovesca (Briviesca) y Pompelone (Pamplona) por el camino más corto. Las mansiones coinciden en sus distancias en nudos de comunicaciones, que demuestran que todo el territorio fue controlado; siendo la romanización completa en esta parte del Norte de España, a través de otros caminos que nacían de las mansiones y llegaban a la costa Cantábrica, casi siempre por la ruta de un río, por lo que da que pensar que en algunos tramos finales, estos serian navegables. Seguir en las antiguas teorías las mansiones por yacimientos, no es correcto, si no existe una medición objetiva y verificable, en un tramo donde se conocen dos puntos a ciencia cierta como es Briviesca y Pamplona, es engañar a la memoria y confundir a los historiadores. De este trabajo se pueden decir muchas cosas, pero sus medidas han sido objetivas y son verificables, se puede no estar de acuerdo en tramos de su recorrido, pero los que lo hagan tendrán que crear una alternativa que sea verificable, y por supuesto completa a todo el tramo; ante todo la Asturica Burdicalam es una ruta con medidas que este trabajo ha demostrado posible, ya no vale echar a ojo las distancias, existen herramientas para medir, como hemos visto. Mi agradecimiento a mi amigo Javier Oses que me acompañó en algunas de las salidas que tuve para verificar sobre el terreno la ruta. Al Museo de Arqueología de Alava, a las Bodegas López de Heredia, a las Bodegas la Encina, y a todos aquellos que me atendieron amablemente ante los requerimientos que les solicité.
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Todavía quedan caminos verificables como trazados antiguos, de las Administraciones dependen que sean conocidos y sean legados a futuras generaciones para conservar la memoria de una cultura que es la nuestra, el camino es la línea de la historia que los hombres transitan, es su memoria y la huella de su permanencia en este Mundo. Quede el homenaje de este trabajo para Gonzalo Arias investigador infatigable quien nunca creyó que la Asturica Burdicalam pasase por el Desfiladero de Pancorbo, y con su «Miliario Extravagante» nos abrió los ojos a que otras soluciones son posibles cuando no funcionan las que tenemos, en algún otro mundo le estará dando con el codo a Sánchez Albornoz, «no te lo dije yo, no pasaba por Pancorbo».
BIBLIOGRAFÍA ANDRÉS RUPÉREZ, T. Las estructuras funerarias del Neolítico y Eneolítico en la Cuenca Media del Ebro, consideraciones críticas ARIAS, G. (2004): Repertorio de Caminos de la Hispanía Romana ARRUÉ, B. y MOYA, J.G.: Catálogo de Puentes anteriores a 1800 CAMPOS, J. (1960): Juan de Bíclaro, obispo de Gerona, su vida y su obra, edición crítica CANTERA, J. El Cartulario de Santa María Real de Nájera CARRASCO, J.B. (1891): Geografía General de España CEPEDA, J.J. y MARTÍNEZ, A. (1994): Buradón. Un conjunto arqueológico singular en la Rioja Alavesa COELLO, F. (1875): Noticias sobre las vías, poblaciones y ruinas antiguas especialmente de la época romana en la provincia de Álava CÓRDOBA, J.; VALLVÉ, J. y RUIZ GIRELA, F. (2003): La primera década del Reinado de Al-Hakam I, segun el Muqtabis II, 1 de Ben Hayyan Diccionario Universal dedicado a Nuestra Señora la Reina Tomo VII. Imp. José Torner 1832 EGUREN, E. Los Dólmenes Clásicos Alaveses FERNÁNDEZ IBÁÑEZ, C. (1983): Desarrollo ArqueológicoCultural de la Comarca de Haro FILLOY NIEVA, I., GIL ZUBILLAGA, E. (2000): La Romanización en Álava GARCÍA GAMARRA, J.A. (2009): «Las rutas A-01 y A-32 en sus tramos: «Verovesca» - «Calagorra» - «Graccuris». Su medición. Nueva hipótesis de la A-32», El Nuevo Miliario, 9 GIL ZUBILLAGA, E. (1997): El poblamiento en el territorio alavés en la época romana GONZÁLEZ DE ECHÁVARRI, V. (1906): Alaveses Ilustres GOVANTES, A.C. (1846): Diccionario Geográfico-Histórico de España y sus posesiones HERGUETA, D. (1906): Noticias históricas de la muy noble y muy leal ciudad de Haro LEDESMA RUBIO, M.L. (1989): El Cartulario de San Millán de la Cogolla
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NOTAS 1. jesús@mesonchomin.com 2. Repertorio de Caminos de la Hispania Romana, p. 356, «De Virovesca a Pompelone». 3. Las comunicaciones en época romana en Álava, Navarra y La Rioja, Ángel Ramón de Miguel Hermosa. 4. «Las rutas A-01 y A-32 en sus tramos: Verovesca - Calagorra - Graccuris. Su medición. Nueva hipótesis de la A-32». 5. http://sigpac.mapa.es/fega/visor/ 6. Noticias sobre las vías, poblaciones y ruinas antiguas especialmente de la época romana en la provincia de Alava, 1875, pp. 6. 7. Alaveses Ilustres de J. Gonzalez de Echavarri, 1900, pp.286. 8.Lorenzo del Prestamero una figura de la ilustración alavesa en el apartado «Diego Lorenzo del Prestamero y las Antiguedades romanas alavesas» pp.58. 9. Alaveses Ilustres, de Gonzalez de Echavarri, 1900, pp.309 10. «Las vías de comunicación de Época romana en territorio Alavés», de su obra La Romanización en Alava.2000. pp.63-64. 11. I. Filloy Nieva y E. Gil Zubilaga.»Las vías de comunicación de Época romana en territorio Alavés, de su obra La Romanización en Álava.2000. pp.63. 12. Tabula Imperi Romani, 1993. pp.271. 13. Descripción de la vía romana de Italia a Hispania en las provincias de Burgos y Palencia, pp.85. 14. Catálogo de Puentes anteriores a 1800, Begoña Arrúe y José Gabriel Moya y Valgañon, este último en el apartado «Caminos en La Rioja» pp.30. 15. Pilas bautismales del arte románico en la Rioja. pp.290. 16. Toponimia de la Guerra. Utilización y utilidad. pp. 185186. 17. Noticias históricas de la muy noble y muy leal ciudad de Haro, D. Hergueta.1906, pp.249. 18. La Romanización en Álava, I. Filloy Nieva - E. Gil Zubilaga. 2000. pp.194-221. 19. Catálogo de Puentes anteriores a 1800 en La Rioja, (Coord. Begoña Arrúe Ugarte y José Gabriel Moya Valgañón Edt. 1998) pp. 710. 20. La misma obra citada en la nota anterior, pp.716. 21. «El cinturón de piedra de los Obarenes», publicado en la revista, Piedra de Rayo, julio-2004. pp.48-49-50. 22. El mismo trabajo citado en la nota anterior, pp.46-47. 23. «Ubicación de topónimos medievales en la Sonsierra Navarra» 2005. en la Revista Sancho el Sabio. 24. «Desarrollo Arqueológico-Cultural de la Comarca de Haro» Carmelo Fernandez Ibáñez pp.200, Cuadernos de investigación: Historia, Tomo 9, Fasc. 1, 1983, pags. 199-204. 25. Mismo trabajo citado en la nota anterior pp.201. 26. Del mismo trabajo de C. Fdez. Ibáñez citado en la nota 23, pp.202. 27. Ruta Europea por Alava a Compostela paso de San Adrián al Ebro, (nos referiremos a esta obra como «El Camino de Santiago por Álava») Micaela J. Portilla. 1991. pp.267 28. Revista de Arqueología, 156. 1994, siendo sus autores J.J. Cepeda y A. Martínez y su título «Buradón. Un conjunto
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arqueológico singular en la Rioja Alavesa». Madrid, pp. 38-41. 29. Geografía General de España, 1891, pp.7. 30. El origen ibero-tartésico del euskera, pp.95. 31. Dioses indígenas vinculados a núcleos de población en la Hispania romana, 1999. pp.328. 32. Diccionario Geográfico-Histórico de España y sus posesiones , en la parte de La Rioja, pp.88. 33. Depositado en la «Chancilleria de Valladolid» sobre un pleito del Capital General de la Frontera de Navarra Juan de la Ribera en nombre de los concejos de Berantevilla, Santa Cruz del Hierro y Zambrana (Alava) contra Gómez de Sarmiento Conde de Salinas por la edificación de mesón en Ocón (Burgos) sin licencia (ref. planos y dibujos nº 448). 34. V. González de Echavarri Alaveses Ilustres, 1906, pp. 287. 35. V. González de Echávarri Alaveses Ilustres, 1906, pp. 295. 36. El Camino de Santiago por Álava, pp.272-273. 37. El Camino de Santiago Alavés. M.J. Portilla. pp.241. 38. Inf. de la I campaña de excavación del Castillo de Treviño, J.A. Quiros Castillo. 2008. pp.49. 39. El Camino de Santiago Alavés, M.J.Portilla. pp.233. 40. Elorza 1967. pp.288, Romanización en Álava I.Filloy-E.Gil Edt.2000 41. Los Miliarios de la Provincia Tarraconense de Joaquín Lostal Pros. 1992. pp.131-132, citado también en Alaveses Ilustres pp.292. 42. El Camino de Santiago por Álava. M.J. Portilla. pp.306307. 43. La Romanización en Álava. I.Filloy Nieva y E. Gil Zubilaga. pp.46 44. De la traducción de A.D. Duarte Sanchez. pp.2 y pp.63 45. Alaveses Ilustres. pp.296. 46. Camino de Santiago Alavés. M.J.Portilla. pp.243. 47. La primera década del Reinado de Al-Hakam I, segun el Muqtabis II, 1 de Ben Hayyan de Cordoba, J. Vallve y F. Ruiz Girela. Edt.2003 por la Real Academia de la Historia. pp.131-132. 48. http://maps.google.es/maps?hl=es&tab=wl 49. «Noticias sobre las vías, poblaciones y ruinas antiguas especialmente de la época romana en la provincia de Alava». 1875. pp.17-18. 50. «De la Arqueología Agraria a la Arqueología de las aldeas medievales» J. A. Quirós Castillo. 2010. pp.17-21. 51. La Romanización de Álava, I.Filloy y E.Gil Zubillaga. 2000 pp.39-58. 52. El poblamiento en el territorio alavés en la época romana, E.Gil Zubiaga Edt.1997 pp.31-32. 53. El Camino de Santiago Alavés. M.J. Portilla. pp.223. 54. Alaveses Ilustres. pp.307. 55. Arcaya-Suestatium. Historia, identificación y estado actual de las investigaciones, J.Niso Lorenzo y M.Loza Uriarte. 2007 pp.5. 56. Alaveses Ilustres. pp.307. 57. Juan de Bíclaro, obispo de Gerona, su vida y su obra, edición crítica, por Julio Campos, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1960. 58. El Camino de Santiago Alavés. pp.128.
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59. Diccionario Histórico-geográfico de España, dedicado a La Rioja. 1846. pp.34. 60. Los Miliarios de la provincia tarraconense, J. Lostal Pros.1992. pp.132-133. 61. Arcaya-Suestatium. Historia, estado actual de las investigaciones, Javier Niso Lorenzo y Miguel Loza Uriarte. Arkeodoc 2007. 62. Alaveses Ilustres. pp.307. 63. El Camino de Santiago Alavés. pp.128. 64. Ver mapas MTN 1:50.000 de ediciones de 1929 y 1954 de Vitoria. 65. El Camino de Santiago Alavés. pp.98 y 109. 66. Noticias sobre las vías, poblaciones y ruinas antiguas especialmente de la época romana en la provincia de Álava. 1875» pp.8. 67. Alaveses Ilustres. pp.310 68. El Camino de Santiago Alavés pp.89 69. Noticias sobre las vías, poblaciones y ruinas antiguas especialmente de la época romana en la provincia de Álava. 1875. pp.18. 70. La Romanización en Álava I.Filloy Nieva y E.Gil Zubillaga. pp.64. 71. Alaveses Ilustres. pp.308-309. 72. Gentes en el convento jurídico cesaragustustano según epigrafía y numismática. pp.96-116. 73. Alaveses Ilustres pp. 310. 74. Noticias sobre las vías, poblaciones y ruinas antiguas especialmente de la época romana en la provincia de Álava. 1875. pp.9. 75. El Camino de Santiago Alavés, pp.67. 76. http://maps.google.es/maps?hl=es&tab=wl 77. Los Dólmenes Clásicos Alaveses por Enrique Eguren. pp.628. 78. La Romanización en Álava, valoración arqueológica, 1990. E. Gil Zubillaga. pp. 331. 79. Las estructuras funerarias del Neolítico y Eneolítico en la Cuenca Media del Ebro, consideraciones críticas Teresa Andrés Rupérez. 80. Web del Ayuntamiento de Cendea de Iza: http://www. cendeadeiza.com/es/ 81. El recorrido se puede ver en Google: http://maps.google. es/maps?hl=es&tab=wl 82. Diccionario Universal dedicado a Nuestra Señora la Reina, T.VII. Imp. J. Torner 1832. pp.30 83. Arqueología Histórica en Época Romana en Navarra M.A. Mezquíriz Irujo Edt. Munibe 1990 pp.319-326.
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APOSTILLAS BREVES A LA HIPÓTESIS DE GARCÍA GAMARRA Carlos Caballero
El polémico artículo que precede a estas apostillas presenta, a mi entender, algunas aristas no bien limadas, que resumiré brevemente, dado el poco espacio de que or costumbre disponemos los editores en esta revista: 1) La milla griega como patrón: la hipótesis defendida por García Gamarra se basa en la utilización del patrón griego, que probablemente estaba en desuso cuando se fija la ruta de la A34, la última de las rutas de la pars hispana del Itinerario. No olvidemos el planteamiento que atribuye a las rutas de número más elevado (en particular, las tres últimas, 32, 33 y 34) una fecha más tardía, que justificaría, además, las reiteraciones entre la A1 y la 32 y 34 (y el propio García Gamarra sitúa el establecimiento de la ruta en el siglo III d.C), lo que sería incompatible con la utilización de la milla griega.
de estar mediatizado por la obtención del resultado que previamente se ha planteado obtener. A mí me enseñaron que al terreno se va a hacer preguntas para las que, de antemano, no tenemos la única respuesta correcta; se va a comprobar hipótesis, no a validarlas. Desde El Nuevo Miliario siempre animamos a la participación de nuestros lectores con artículos alimentados por innovadoras perspectivas. Y una nota más, ahora sobre la edición: recordamos que, en todos los casos, como también ha sucedido en el presente, hemos optado por conservar el manuscrito en su versión más parecida a la original, para así no interponernos como innecesarios intermediarios entre autor y lectores. Y confiamos, en fin, en que, esta vez sí, el próximo número de nuestra revista acoja un pequeño debate sobre un tema polémico, en el mismo foro en que se generó.
2) Sin ser filólogo y por tanto desde la atrevida ignorancia, me hago esta pregunta para que la contesten otros, gentes con más conocimiento que yo sobre estos temas: ¿no resulta un poco anómala la evolución de –briga (de Deobriga) a Briñas, máxime teniendo en cuenta que –briga es un sufijo recurrente y, hasta donde yo sé, no está acreditada una evolución similar en Hispania? 3) Como arqueólogo no puedo sino mirar con mucha cautela una hipótesis sobre una ruta que se detiene, sistemáticamente, en puntos en los que no consta la presencia de restos arqueológicos. Sé que algunos no están en la bibliografía pero parecen visibles desde fotografía aérea (quizá el caso de Briñas), pero nuestro método de trabajo, que infiere resultados a partir de datos conocidos, rechina con las hipótesis que presuponen la presencia de yacimientos no conocidos bajo los cascos urbanos actuales. 4) Finalmente, un aviso a navegantes: ningún trabajo de interpretación histórica o arqueológica debería
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CALZADAS DE ROMA EN PANNONIAE: ESTRUCTURA E IMPORTANCIA DE LA RED VIARIA PANONIA COMO NÚCLEO VERTEBRADOR DEL COMERCIO TRANSDANUBIANO
Miquel Vázquez Santiago§
Una estancia de una semana en Budapest, el descubrimiento de su pasado romano y la asombrosa obra de A. Mócsy, son el punto de partida de mi interés por la romanización de un territorio que sería conocido con el nombre de Pannoniae. Situada en el centro de la zona denominada Groβeillyricum1 (Gran Ilírico), la provincia de Pannoniae iniciaría un tardío proceso de romanización que acabaría por generar una vasta red de calzadas principales y secundarias y, en última instancia, una rápida y eficiente unidad administrativa y de poder. La red de comunicaciones centrará el presente trabajo, así como las importantes conexiones de Pannoniae con las provincias danubianas vecinas, que conllevarían un enorme dinamismo para el comercio panonio simbolizado en la intensa influencia romana de la élite local panonia.
LOS PRIMEROS POBLADORES DANUBIANOS Y SU RELACIÓN CON ROMA
cercanía geográfica. Hacia el S. I dC, la civitas Eraviscorum de Plinio3 y Ptolomeo4 (Ilustración 1), disputaba la preponderancia económica y comercial de la zona con la recién fundada Aquincum romana (actual Budapest, Hungría), a causa de su privilegiada ubicación geográfica al pie del río Danubio (Eötvös-Loránd-Universität, 2007). Durante esos dos siglos (S. I aC-S. I dC) Pannonia acabaría por sucumbir a la incipiente hegemonía de un poderoso, pero joven, Imperio Romano. La cambiante orografía panonia y el curso fluvial, siempre caprichoso, del río Danubio determinarían la estructura viaria y económica de una zona marcada por el clima, marismas e islotes, y desfiladeros que eran difícilmente accesibles por tierra (Mócsy, 1974: 31-52). Ilustración 1: principales poblaciones nativas de la Pannoniae romana, algunas de ellas de origen celta, nombradas por Plinio en su Naturalis Historiae (Mócsy, 1974).
Pannonia, un territorio que abarcaba una vasta extensión de la planicie danubiana, engloba hoy día gran parte de Austria, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Hungría y Serbia. Esta llanura pantanosa se caracterizaba por estar llena de marismas y fértiles tierras que delimitaban al nordeste con el flumen Danubius (río Danubio), al este con los Alpes Julianos (Österreichisches Archälogisches Institut, 2007) y al sur con el río Sava. Hacia el S. V aC los celtas dominaron la planicie panonia, pero con la influencia romana de finales del S. I aC la antigua estructura social panonia sería reestructurada en las denominadas civitas peregrinas2, que albergaban un elenco de tribus danubianas en su mayoría agrupadas artificialmente en relación con su
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AQUILEIA Y EL INTERÉS DE LA ROMA REPUBLICANA POR LA PLANICIE DANUBIANA Con la fundación de la colonia latina de Aquileia (actual Aquilea, Italia), a partir de la cual se vertebraría una extensa red de comunicaciones danubianas y balcánicas (Croce Da Villa, 2007), Roma extendería su influencia sobre el territorio danubiano. El principal interés inicial de la Roma republicana en pleno expansionismo sería la obtención de minerales (hierro y plata) de las futuras provincias romanas de Noricum y Pannonia. Años más tarde, la proximidad del Reino de Macedonia amenazaría la preponderancia de Roma en la planicie danubiana, cosa que puso en peligro del suministro romano de minerales. La crisis generada por el ambicioso rey macedonio Perseo, solo concluiría con la derrota macedonia en la batalla de Pidna5 (168 aC) (Mócsy, 1974: 1-30) A pesar de la insistente influencia de Roma sobre Pannonia, el avistamiento del río Danubio no se produciría hasta que Gaius Scribonius Curio luchara contra los dárdanos entre los años 76 aC-73 aC (Parker, 2009: 167-253). Tras años de continuas luchas con los diferentes pueblos danubianos, durante los años 35 aC-10 aC, la región panonia apoyaría a Dalmatia en su revuelta contra Roma (Burghardt, 1979: 1-20). Octaviano, partiendo desde Aquileia, sitió la plaza fuerte de Siscia (actual Sisak, Croacia) y acabaría por conquistar posteriormente gran parte de Pannonia. Los ambiciosos gobernantes de Siscia durante este periodo llegarían a dominar temporalmente la península de Istria en el año 16 aC (Mócsy, 1974: 31-52) y pondrían en peligro las vías de comercio abiertas con tanto esfuerzo y empeño entre el futuro limes danubiano y la capital de la República.
El interés comercial republicano: la Ruta del Ámbar y su importancia dentro del expansionismo romano La política colonizadora practicada por Roma en Italia o en Hispania no mostraría continuidad en Pannonia durante el S. I aC. Roma, desde su puerto seguro de Aquileia, se limitaría al mantenimiento de los intercambios comerciales mediante las vías y rutas preexistentes, como la famosa e importante Ruta del Ámbar. El primer puerto importante bajo control romano Aquileia comunicaba con el Este mediterráneo mediante la via Annia (153 aC) y con el centro de Italia a través de la via Postumia (148 aC) (Croce Da Villa, 2007), de la cual partía la via Iulia Augusta hacia los Balcanes.
PANNONIA DURANTE LA DINASTÍA JULIO CLAUDIA Y FLAVIA El propósito inicial de la política de Augusto, que posteriormente sería en gran parte adoptada por Mar-
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co Aurelio (finales del S. II dC), posiblemente fuese el de mantener la ruta comercial del Ámbar que unía la costa báltica con la costa adriática controlada por Roma, mediante la anexión militar de la cuenca del Elba. El desastre de Teutoburgo y el revés de la rebelión danubiana (6 dC-9 dC) mostrarían a Augusto, y posteriormente a Tiberio, la importancia de hacerse con el control militar de las rutas comerciales transdanubianas y de mantener los limes danubianos como fronteras del Imperio. A lo largo de todo este periodo se produciría un traslado de las legiones, que inicialmente ocupaban los núcleos urbanos panonios importantes del interior, hacia el limes danubiano. Pero la inestabilidad territorial también estuvo presente durante el reinado de Augusto, haciendo frente a la primera revuelta panonia entre los años 12 aC-9 aC. Agripa, hacia el año 14 aC, como mano derecha de Augusto tomaría las riendas de la campaña desde Brundisium (actual Brindisi, Italia) (Everitt, 2006; 309328). Seguramente, la via Appia le permitiría el rápido desplazamiento del contingente militar reclutado. Sin embargo serían Tiberio y su hermano Druso, que anteriormente ya habían anexionado y sofocado las revueltas de las vecinas Raetia, Vindilecia y Noricum (15 aC) y Germania (8 aC), quienes acabarían por conseguir una aparente paz en Pannonia (12 aC-9 aC) 6. La táctica usada fue expeditiva: la deportación en masa de hombres en edad de combatir, manteniendo la región mínimamente habitada para evitar una futura revuelta (Everitt, 2006; 309-328). Aquileia se erigió durante este periodo en base de operaciones comerciales y militares, no únicamente para las rebeliones panonias sino también para las insurrecciones dacias (13 aC y 10 aC), sofocadas por Cn. Cornelius Lentulus y M. Vivinius, respectivamente (Mócsy, 1974: 31-52). Pannonia se alzaría nuevamente contra la dominación romana entre los años 6 dC-9 dC, y Tiberio, que preparaba la campaña para anexionar Marcomannia (c. 6 dC) desde Carnuntum (actual Petronell, Austria) acompañado por Germánico tuvieron que calmar los ánimos en la llanura danubiana (Österreichisches Archälogisches Institut, 2007), y en la vecina península balcánica con una victoria militar aplastante y con el diezmo de la población joven de la región, que sería enrolada en tropas auxiliares de diferentes legiones para ser enviada a provincias remotas en las que debía prestar servicio (Burghardt, 1979: 1-20). Los reinados de Tiberio (14 dC-37 dC) y Claudio (41 dC-54 dC), serían los más significativos para Pannonia durante el periodo Julio Claudio. El primer emperador de la gens Claudii instalaría un ala de caballería en las proximidades del futuro Municipium Aelium Aquincum (c. 17 dC) e impulsaría la red viaria interior de Pannonia (Mocsy, 1974: 80-111). Claudio, por su parte, separaría definitivamente Pannonia de la gran región republicana de Illyricum, aunque ya desde el año 11 dC era considerada provincia romana. Dos territorios se consolidarían: Pannonia, con gobernador y pro-
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curador senatoriales más cuatro legiones, y Dalmatia (Burghardt, 1979: 1-20) Las directrices marcadas por la dinastía Julio Claudia de intercalar las políticas de alianza y de fuerza iniciadas bajo el reinado de Augusto (27 aC-14 dC) y consolidadas por Claudio, serían seguidas por la dinastía Flavia (Mocsy, 1974: 80-111). A pesar de ello, Vespasiano (69 dC-79 dC) y Domiciano (81 dC-96 dC) realizarían una revisión de éste. El primer y el último representantes de la dinastía Flavia realizarían un gran trabajo de mantenimiento y reconstrucción de fortificaciones presentes en el limes danubiano según constatan cuatro inscripciones halladas en Carnuntum (Mocsy, 1974: 80-111). A pesar de la aparente prosperidad económica, Pannonia haría frente durante este periodo a las incursiones de dacios, suevos, sármatas, cuados y marcomanos. La campaña dacia (69 dC-70 dC), encabezada por Vespasiano, y las campañas suevo-sármatas, bajo Domiciano, de los años 80 dC, 84 dC y 85 dC son una demostración de la intensa actividad militar del limes danubiano en periodo Flavio (Mocsy, 1974: 80-111). Aunque ambas campañas afectarían a la provincia vecina de Moesia, no sería hasta los años 89 dC-95 dC cuando Pannonia sufriría plenamente el efecto de las incursiones bárbaras. Las discutidas tres guerras pannonias que encabezaría Domiciano marcarían el futuro de la provincia. En el 89 dC, durante la primera guerra panonia, Domiciano acabaría por pactar la paz con Decébalo y hacer frente a marcomanos y cuados (Jones, 1992: 150-155). Entre los años 92 dC-93 dC, Domiciano haría frente a dacios y sármatas, en la segunda guerra panonia (Parker, 2009: 167-253). Ésta última, sería la responsable de la desaparición de la legión XXI Rapax, según B. Jones, mientras que su última incursión (95 dC) supondría la derrota de los sármatas (Jones, 1992: 150-155; Bennett, 1991: 164-185). La polémica de este último enfrentamiento bélico flavio radica en el solapamiento entre la tercera guerra panonia y la posible preparación de la primera campaña dacia (101 dC-102 dC) por Trajano (Jones, 1992: 150-155). Ésta se intensifica cuando se pone de manifiesto la presencia de Adriano, futuro emperador Ulpio Aelio, que iniciaría su cursus honorum como tribuno laticlavo de la legión II Audiutrix en Aquincum durante el año 95 dC (Parker, 2009: 167-253).
GENERALIDADES, EJES Y NÚCLEOS PRINCIPALES DE LA RED VIARIA TERRESTRE Y FLUVIAL DE PANNONIA El río Danubio marcaría la peculiar orografía de la provincia romana de Pannonia, una planicie llena de marismas e islotes, que al llegar a Moesia se convierte en un curso fluvial angosto de complicada comunicación debido a la presencia del desfiladero de Djerpad (actual Serbia) (Mocsy, 1974: 31-52). Ambas hicieron de Pannonia una provincia de difícil defensa y con una
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red viaria con grandes infraestructuras, constatadas ya en tiempos de Tiberio (Mocsy, 1974: 31-52). A pesar de esta variada orografía, el incipiente auge económico danubiano mostraba sus cimientos en el buen funcionamiento de las ciudades panonias, pero sobre todo, en el dinamismo de una efectiva red de comunicaciones danubiana y balcánica. La hipótesis defendida por A. Burghardt gira en torno a una red viaria nodular, basada en la presencia de ciudades, que se erigirían como centros dinamizadores de la economía panonia, danubiana y romana (Burghardt, 1979: 1-20). (Ver tabla en página siguiente)
Eje viario Sauaria, Poetouio, Iulia Emona y Aquileia En este punto se inicia la historia de la red viaria terrestre de Pannonia y en él destacarían dos núcleos principales de comunicación: la colonia Claudia Sauariensum (actual Szombathely, Hungría) y el puerto panonio de la Colonia Iulia Emona (actual Liubliana, Eslovenia), que quedaba a medio camino de Sauaria y Aquileia. Situando los tres núcleos urbanos sobre Pannonia se dibuja una Ruta del Ámbar como vía principal, con un buen empedrado, mansiones distribuidas periódicamente cada diez kilómetros, que facilitaban el rápido desplazamiento de las legiones y las mercancías, y numerosos puentes sobre lugares angostos que facilitaban salvar riachuelos, permitiendo así una buena visibilidad a los usuarios de la infraestructura (Burghardt, 1979: 1-20).
Núcleos importantes durante la dinastía Julio Claudia Colonia Ulpia Traiana Poetouio Edificada sobre la base de un poblado celta y situada al sur de la capital Julio Claudia de Sauaria, sería un importante núcleo dentro de la Ruta del Ámbar. El año 45 dC, Poetouio (actual Ptuj, Eslovenia) llegaría a albergar la legión XIII Gemina y durante la dinastía Flavia se le concedería el rango de municipio (Österreichisches Archälogisches Institut, 2007), pero no sería hasta el ascenso de la dinastía Ulpia Aelia que devendría colonia y sería la sede de instituciones aduaneras (portorium Iliria) (Eötvös-Loránd-Universität, 2000). Colonia Claudia Sauariensum (Sauaria) Su capitalidad adquirida bajo el reinado de Claudio, sustituyendo a Poetouio. Su situación en el centro de la planicie panonia, le permitía rápidas comunicaciones terrestres hacia las emergentes Arrabona (actual Györ, Hungría) y Aquincum y también fluviales. Como centro administrativo y civil sería la sede del gobernador y núcleo protector de la ruta del Ámbar (Burghardt, 1979: 1-20). Su importancia hasta el S. III dC-S. IV dC sería debida a su dualidad con Poetouio para diversificar las rutas: hacia Carnuntum, la Ruta del Ámbar y,
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Periodo cronológico
Núcleos importantes de Pannoniae†
Comunicaciones transdanubianas
Periodo Republicano
c. 181 aC-26 aC
Carnuntum Sauaria Poetouio Iulia Emona‡
Periodo Julio Claudio y Flavio
27 aC-95 dC
Carnuntum Sauaria Iulia Emona‡
Calzada romana Iulia Emona‡ a Aquileia
Periodo Ulpio Aelio, Antonino y Severo
95 dC-235 dC
Arrabona Sauaria Sopianae Mursa
Rutas transdanubianas Aquincum a Porolissum# Lugio a Apulum #
S.III dC
S. IV dC-S. V dC
236 dC-293 dC
294 dC-S.V dC
Ruta del Ámbar Iulia Emona‡ a Aquileia
Arrabona Sauaria Gorsium - Herculia Caesariana Intercisa
Rutas entre OccidenteOriente Augusta Treverorum a Aquincum e incluye Vindobona y Carnuntum
Iulia Emona‡ Siscia Sirmium
Aquincum a Constantinopolis e incluye Intercisa, Mursa y Sirmium
Comunicaciones fluviales
Río Danubio Río Sava (Siscia)
Río Danubio Río Mures*
Río Danubio
Río Sava (Sirmium)
Tabla 1: principales núcleos viarios y vías de comunicación fluviales de la provincia romana de Pannoniae. † Dichos núcleos son destacados centros de comunicaciones viarias que vertebran el territorio panonio y, su concatenación indica una importante ruta o calzada dentro del periodo cronológico en el que se ubican. ‡ Iulia Emona, en este artículo, es considerada como núcleo viario importante de la provincia de Pannoniae, a pesar de que algunas fuentes la sitúan en la provincia de Italia. # Apulum y Porolissum son núcleos de las provincias romanas de la Dacia Apulensis y la Dacia Porolissensis, respectivamente. * El río Mures, por su lado, es afluente del Río Danubio (orilla izquierda), que transcurría por territorio sármata y dacio.
hacia Vindobona (actual Viena, Austria), la calzada de los limes danubiano y renano (Eötvös-Loránd-Universität, 2007). Su decadencia iría acompañada de la revolucionaria reorganización introducida por Diocleciano en Pannonia.
bernador del Illyricum, impulsarían las infraestructuras viarias sobre el río Sava, comunicando la capital dálmata de Salonae (actual Solin, Croacia) con el interior panonio de manera directa a través de Sirmium (actual Sremska-Mitrovica, Serbia) (Mocsy, 1974: 31-52).
Colonia Iulia Emona Fundada el año 14 dC gracias al trabajo realizado por la legión XV Apollinaris (Mocsy, 1974: 31-52), sería la puerta de entrada a Pannonia durante el S. I dC (Burghardt, 1979: 1-20). Durante este periodo se acumulan gran parte de los esfuerzos realizados por la dinastía Julio Claudia. Tiberio y Druso, este último como go-
Las comunicaciones fluviales de la Pannonia altoimperial
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Con la llegada de la dinastía Flavia se continuaría la ampliación de la red viaria terrestre siguiendo aún las pautas marcadas por la dinastía Julio Claudia. A pesar del impulso económico que daría al comercio panonio
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el transporte terrestre, era sofisticado y costoso. Las causas principales eran la precariedad del transporte y los numerosos robos en las calzadas (Burghardt, 1979: 1-20). Esas razones, constatadas durante el S. IV dC, podrían ser perfectamente válidas para el S. I dC y llevarían a la dinastía Flavia a impulsar una red fluvial extensa y próspera en la provincia de Pannonia, basada principalmente en los ríos Sava y Danubio (Deluka, 2003: 733-742). Ambos cursos fluviales diversificaban las comunicaciones y la economía balcánica y danubiana, y permitían movilizar rápidamente a las legiones donde fuesen necesarias. Así, Iulia Emona se comunicaría con Siscia a través del río Sava (EötvösLoránd-Universität, 2007). Durante el S. I dC, la mayor parte del movimiento mercantil se realizaba ya por vía fluvial y la dinastía Julio Claudia no descuidaría la importancia del río Danubio, como principal artería de comunicación fluvial. Así, instauraría hacia el año 50 dC una flota danubiana permanente: la Classis Claudia Pannonica. Se hacía evidente que el curso fluvial danubiano ejercía en Pannonia dos cometidos importantes: como frontera o limes y como ruta comercial, fuente principal de suministros para fuertes, puestos avanzados y ciudades limítrofes (Mócsy, 1974: 31-52). La Classis Flavia Pannonica, como continuación durante la dinastía Flavia de Classis Claudia Pannonica, mostraría bases permanente en Carnuntum, Vindobona (Eötvös-Loránd-Universität, 2007) y posiblemente en Aquincum y Sirmium.
EL EXPANSIONISMO ULPIO AELIO Y LA CONSOLIDACIÓN TRANSDANUBIANA DURANTE LAS DINASTÍAS ANTONINA Y SEVERA Trajano sería el mayor dinamizador de la economía danubiana. Su reinado sería precedido por el corto pero intenso mandato de Nerva (96 dC-98 dC). Como hijo adoptivo de éste aseguraría las posesiones romanas al sur del limes danubiano mediante la presencia de construcciones civiles en territorio barbaricum (cuados) y con tratados de paz con otros pueblos bárbaros de la zona, los sármatas (Mocsy, 1974: 80-111), gracias a la mediación de la élite local (Burghardt, 1979: 1-20). Dos decisiones afectaron de pleno a la vida cotidiana en Pannonia: el impulso comercial conseguido con la conquista de la Dacia (101 dC-106 dC) y la reestructuración administrativa de Pannonia (106 dC) (Burghardt, 1979: 1-20; Mócsy, 1974: 80-111). Dicha reestructuración crearía dos provincias: Pannonia Superior, con capital en Sauaria, dotándola de un legado consular con tres legiones (legión X Gemina en Vindobona, legión XIV Gemina Martia Victrix en Carnuntum y legión I Adiutrix en Brigetio) (Burghardt, 1979: 1-20), y Pannonia Inferior, con capital en el Municipium Aelium Aquincum al mando de un legado pretoriano con una legión (legión II Adiutrix) (Mócsy, 1974: 80-111).
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En general, la dinastía Ulpia Aelia con su reestructuración confirmaría la política fronteriza de las dinastías anteriores: trasladar las legiones hacia la orilla del limes danubiano y, en parte, daría a las jóvenes provincias panonias recién creadas un nivel social, cultural y económico jamás conocido anteriormente (Parker, 2009: 167-253). Tanto Trajano como su sucesor Adriano ejercerían importantes cargos en la administración de Pannonia bajo la dinastía Flavia. Así, Trajano pudo haber sido legatus Auguti (95 dC-96 dC) (Bennett, 1997: x), mientras Adriano alcanzaría el tribunado de la legión II Audiutrix (95 dC) (Parker, 2009: 167-253) y, durante el año 107 dC ostentaría el cargo de legatus Augusti propraetore de Pannonia Inferior7. Ello se traduciría en la promoción activa de equites locales dentro de la carrera pública romana (cursus honorum), situación que acabaría por consolidarse con el ascenso al poder de las dinastías Antonina y Severa (Alföldy, 1984: 94-156). Un claro ejemplo de ello se encontraría en la gens Valerii, originaria de Poetouio, donde uno de sus representantes (Marcus Valerius Maximianus), llegaría a formar parte del Senado de Roma y general del ejército con Marco Aurelio8 (Alföldy, 1984: 157-175; Campbell, 1994: 46-67). La promoción de la elite local panonia durante el S. II dC, tal y como constata G. Alföldy, se consolidaría a final del mismo. Aún la exitosa carrera pública de la elite local, Pannoniae se evidenciaría una falta de efectivos militares durante este período, que pudiera ser debida a las campañas dacia y parta que dirigieran Trajano y Marco Aurelio, respectivamente. A pesar de ello, la Tabula Peutingeriana nos muestra infinidad de fuertes o sitios de guarda a largo de todo el limes danubiano (Ripa Pannonica), como se atestigua en los distritos aquincenses de Albertfalva o Nagytétény. Los últimos representantes de la dinastía Antonina, conscientes de esta deficiencia, adaptaron las legiones romanas a esta situación con la presencia de pequeños contingentes auxiliares adecuados al terreno inundable de Pannoniae. Así, durante el reinado de Marco Aurelio, se cuidarían los sitios de vigía comunicados por la calzada que bordeaba el limes, que en el caso de Vindobona corresponde a la actual Limesstraβe. Dion Casio, que recompilaría la serie de negociaciones, tratados de paz y misiones que encabezarían Marco Aurelio y Cómodo9; y la siempre poco fiable Historia Augusta, recogerían los planes anexionistas de Marco Aurelio con respecto a las futuras provincias de Marcomannia y Sarmatia (Mócsy, 1974: 183-212). A su vez, Vindobona, a finales del S. II dC y principios del S. III dC, sería un fiel reflejo de la política militar de este periodo en Pannonia Superior, gozando de un centro civil asociado (canabae) a un castrum militar. Como se ha visto, Marco Aurelio marcará el avance socioeconómico de esta época en Pannoniae, a costa de uno de los periodos bélicos más largo e importante de la historia de Roma: las guerras marcomanas (166
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dC-180 dC). Durante los años 166 dC-172 dC se produce la primera incursión marcomana, que el gobernador de Pannonia Superior repelió con las tropas auxiliares (ala I Ulpia Contariorum milliria) recién acantonadas en Arrabona (Burghardt, 1979: 1-20). Aún llegando a un tratado de paz con los marcomanos (166 dC), éstos y los cuados se dedicaron al pillaje durante el año 172 dC sitiando Aquileia. Marco Aurelio, con las recién formadas legiones II Italicae y III Italicae conseguiría restablecer la situación. Los hechos recogidos en la columna aureliana datan de este mismo año, reflejando las duras condiciones que el ejército romano tuvo que afrontar hasta llegar a la victoria y consecuente tratado de paz con el pueblo cuado (Mócsy, 1974: 183-212). Tras el breve pero intenso periodo comprendido entre los años 173 dC-175 dC (segunda guerra marcomana), Roma vería amenazados sus intereses en la zona danubiana. El derrocamiento de Furtius, rey cliente cuado, y la incursión sármata (174 dC) gracias al río Danubio helado, haría tambalear la estabilidad danubiana nuevamente. Marco Aurelio, desde Sirmium, organizaría e iniciaría la defensiva campaña militar romana (Mócsy, 1974: 183-212). La enigmática e inconclusa tercera guerra marcomana (178 dC-180 dC) finalizaría nuevamente con la presencia de Marco Aurelio y Cómodo en Pannoniae durante el año 179 dC. Los sármatas serían derrotados y obligados a firmar un tratado de paz (180 dC) de dudosa reputación visto desde la óptica senatorial romana, y de difícil aplicación, según las interpretaciones actuales de algunos estudiosos. Muerto Marco Aurelio en Vindobona (180 dC) y concluida la campaña marcomana por Cómodo, éste abandonaría Pannoniae para iniciar la denominada expeditio Germania Secunda (Mócsy, 1974: 183-212). Tras el reinado de Cómodo (180 dC-192 dC), el que fuera legatus Augusti (191 dC) de Pannonia Superior, Septimio Severo aprovecharía los contingentes acantonados en el limes danubiano y la proximidad relativa a Italia para hacerse con el poder en Roma. Pannonia contenía cuatro legiones y el poder económico de la obligada reconstrucción promovida por los últimos representantes de la dinastía Antonina. Carnuntum, con la proclamación de Septimio Severo como emperador un 9 de abril del año 193 dC, viviría uno de los momentos más brillantes de su historia y las legiones de su provincia (Pannonia Superior) llegarían a cotas de poder jamás imaginadas, copando lugares de importancia en la Guardia Pretoriana y de las cohortes urbanas de Roma (Parker, 2009: 167-253 Mócsy, 1974: 183-212). El lapso de estabilidad en la frontera danubiana durante la dinastía Severa (193 dC-235 dC), solamente sería alterada por la incursión de carpos y vándalos (312 dC-313 dC), y germanos o sármatas (228 dC-231 dC). (Parker, 2009: 167-253). De este modo se llegaría al agitado S. III dC, tan solo con una sutil modificación administrativa al trasladar Brigetio (actual Szőny, Hungría) a Pannonia Inferior con su legión I Audiutrix (Burghardt, 1979: 1-20).
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Finalización de la red viaria danubiana: consolidación de Pannoniae como motor económico danubiano Con la dinastía Ulpio Aelia (inicios del S. II dC) se producirían cambios comerciales significativos e irreversibles en la red viaria y el transporte fluvial de la zona danubiana. El desarrollo comercial que significaría el traslado de las legiones hacia posiciones cercanas al río Danubio, con la consecuente potenciación del transporte fluvial para abastecer, no tan solo a los castra militares sino también a los canabae civiles adyacentes, de textiles, cerámica, vidrio y otros elementos de la vida cotidiana romana. Esta dinamización comercial fue debida a dos hechos importantes, que afectarían plenamente a la vida económica y comercial de Pannoniae: el desarrollo comercial que sufrían Germania y Gallia, y la conquista de la Dacia (Burghardt, 1979: 1-20). La Dacia, por su lado, aportaría a Roma valiosas materias primas como sal, oro y minerales en abundancia con los que abastecer no solamente a la capital imperial sino también a las legiones acantonadas en el limes danubiano. Por consiguiente, es crucial conocer y dedicar unas líneas a la estructura viaria y comercio transdanubianos entre Pannoniae y la Dacia (Ilustración 2).
Principal eje transdanubiano: Vindobona, Aquincum y Porolissum
Los dos primeros municipios situados en territorio panonio, mientras que la última en territorio dacio (Dacia Porolissensis) creada por Adriano. La preeminencia de Aquincum, Vindobona y Carnuntum se debe a la presencia de emperadores como Adriano, Marco Aurelio o Septimio Severo. En todas ellas su localización estratégica dentro de la planicie panonia y sus importantes puertos sobre el río Danubio fueron características esenciales que las convirtieron en núcleos nodales de primer orden en la comunicación directa con la Dacia a través del territorio barbaricum. Porolissum (sede del procurador) (Burghardt, 1979: 1-20), que adquiriría el rango de colonia bajo el reinado de los Severos, sería la primera parada en territorio dacio y núcleo de conexión con la via Traiana Pataesina. Ésta mostró ser un importante eje dacio, de orientación norte-sur, que comunicaba con el Municipium Aelium Hadrianum Napoca (actual Cluj-Napoca, Romania), situado sobre la via Pontica (Bennett, 1997: 164-185).
Segundo eje transdanubiano: Lugio, Partiscum y Apulum Esta calzada que ofrecía una comunicación directa con el Mar Negro aunque es considerada por A. Burghardt como eje secundario dentro de la comunicación transdanubiana (Burghardt, 1979: 1-20). Hay dos ele-
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mentos cruciales para entender la importancia de ésta dentro de las comunicaciones del sur de Pannoniae, que partían desde Lugio o Lussonium. La presencia de la localidad fronteriza de Partiscum (actual Szeged, Hungría) y el río Mures. Es el segundo eje (via Pontica), que atravesaba territorio barbaricum, el que daría a la provincia de Pannonia una conexión directa con el corazón de la Dacia recién conquistada. Apulum (actual Alba Iulia, Rumania), fuerte situado en el centro de la Dacia Apulensis, sería el núcleo de comunicaciones, ya que en ella coincidía con la via Traiana Pataesina (Bennett, 1997: 164-185). A pesar de estas novedosas vías de comunicación a través de territorio barbaricum, la política de comunicar parte del limes danubiano con una calzada de ancho invariable y construida a base de madera la iniciaría Tiberio entre los años 33 dC-34 dC (Keppie,
Ilustración 2: lámina con el título original de Die unteren Donauländer zur Römerzeit, incluida en la obra Allgemeiner Historischer Handatlas (1886), autoría del historiador berlinés Gustav Droysens. En ella se puede observar algunas de las rutas comerciales transdanubianas, como la que une Lussonium con Partiscum (Patiscum en la ilustración) y
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1991: 60-69; Mócsy, 1974: 31-52). Años más tarde, las angostas paredes de la Puerta de Hierro (Iron Gate) serían usadas para la construcción del tramo de calzada que enlazaba las ciudades de Cuppae (actual Golubac, Serbia) y Dierna (actual Orsova, Rumania), similar a la que hiciera Tiberio, y que sería reparada y mejorada por Trajano (Tabula Traiani, 100 aC). Ello, conjuntamente con el Puente de Trajano, que comunicaba Egeta y Brobetae (actual Drobeta-Turnu Severin, Rumania), permitiría la fácil vigilancia de los habitantes dacios recién sometidos a Roma y en un proceso inicial de romanización (Mócsy, 1974: 80-111).
Ejes viarios de la planicie panonia La red viaria panonia quedaría completada durante el S. II dC (Ilustración 3), ya que la gran cantidad
que en opinión de A. Burghardt usaría Lugio como punto de partida en Pannoniae. La ciudad Drobetae sería un importante núcleo de comunicaciones entre la Dacia y Moesia Superior, gracias a la presencia del Pons Traiani. Las coloniae muestran subrayado, mientras que las calzadas romanas se muestran con una línea continua.
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de piedras, baldosas, maderas y otros materiales que eran requeridos hasta entonces para la construcción de castra y fortificaciones, ahora serían destinados a la construcción y remodelación de la red viaria danubiana. Este hecho favorecería que bajo el mandato de la dinastía Ulpio Aelia y gran parte de la Antonina aparecieran calzadas transversales en Pannoniae que seguían los ejes norte-este a ambos lados del Pelsa Lacus (actual Lago Balatón, Hungría). La aparición de los ejes Sauaria, Sopianae (actual Pécs, Hungría) y Mursa; y Arrabona, Sopianae y Mursa (actual Osijek, Croacía) reafirmarían la importancia de los núcleos panonios de Vindobona y Carnuntum (Pannonia Superior), y Aquincum (Pannonia Inferior) (Burghardt, 1979: 1-20). La prosperidad y finalización de la red viaria en Pannoniae durante el periodo Ulpio Aelio se constata actualmente con el descubrimiento de los primeros miliarios panonios, datados de la época de Nerva y Trajano. A su vez, a lo largo de la calzada del limes entre Vindobona y Aquincum, y en núcleos urbanos como Sauaria, existen miliarios datados entre los reinados de la dinastía Antonina y Severa. Sin embargo, los hitos miliarios aparecerán en menor medida en el interior rural de la llanura panonia (Ruta del Ámbar y el río Drava) (Eötvös-Loránd-Universität, 2007). La desaparición de éstos, en épocas posteriores (S. III dCS. IV dC), podría ser debida las incursiones bárbaras permanentes que sufriría Pannoniae. Se hace evidente una conclusión durante este periodo: la red viaria panonia sufriría un cambio de eje paulatino del norte-sur inicial al oeste-este del S. II dC-S. III dC, debido precisamente a la aparición en escena de la Dacia romana y el auge comercial del limes renano (Burghardt, 1979: 1-20).
Núcleos importantes durante el periodo Ulpio Aelio, Antonino y Severo Colonia Septimia Severa Antoniniana Carnuntum: Su núcleo militar estaría ligado al núcleo celta denominado civitas Carnuntum Boiorum, pero sucumbiría rápidamente durante la época de Augusto. La evacuación de la población local se relacionaría con las medidas drásticas que Tiberio usaría tras las diferentes revueltas que tuvieron lugar en Pannoniae durante los S. I aC-S. I dC. Tiberio se aseguraría el control militar de la región distribuyendo la tierra circundante a los legionarios veteranos (Österreichisches Archälogisches Institut, 2007). A su vez, ya en el S. I aC, el objetivo inicial era garantizar que los viajeros y comerciantes tuvieran todo lo necesario durante su trayecto y así, en la Ruta del Ámbar se tiene constancia arqueológica de estaciones de carretera (cursus publicus) entre Scarbantia (actual Sopron, Hungría) y Carnuntum. Para intentar mantener el constante intercambio económico y comercial requirió, bajo el reinado de Claudio, el traslado de legiones hacia Carnuntum (Eötvös-Loránd-Universtät, 2007).
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A pesar de adquirir el rango de municipio (Municipium Aelium Carnuntum, 124 dC) durante el reinado de Adriano (Parker, 2009: 167-253), Carnuntum llegaría a su cénit con la dinastía Antonina y Severa, a mitad del S. II dC, cuando Marco Aurelio pasaría largas temporadas en ella mientras combatía las incursiones marcomanas, cuadas y sármatas. El fundador de la dinastía Severa, por su parte, le otorgaría el rango de colonia (Colonia Septimia Severa Antoniniana Carnuntum) en señal de gratitud cuando ya había sido proclamado como emperador de Roma (Österreichisches Archälogisches Institut, 2007). Como ciudad muestra una fisonomía peculiar, entre rectangular y elíptica, lo que evita que sus calzadas principales sigan el curso habitual de un castrum militar romano. A pesar de ello, mostraba todos los elementos típicos de un asentamiento militar de Roma: basílica, forum, baños, un mercado (macellum) y el anfiteatro a las afueras de ésta (Österreichisches Archälogisches Institut, 2007), similares a los encontrados en Aquincum. Vindobona: Con alrededores de orografía similar a la de Aquincum sería ya una población importante durante la dinastía Julio Claudio, siendo parte del triángulo de comunicaciones formado junto a Carnuntum y Scarbantia. Su historia va íntimamente ligada a la de Carnuntum, ya que estaría unida a ella por una calzada de ancho variable pero empedrada en su totalidad (Eötvös-LorándUniverstät, 2007). Tanto la dinastía Julio Claudio como la Flavia instalarían en ella contingentes legionarios veteranos. Con el ascenso de Adriano se le otorgaría el rango de municipium, atestiguado por una inscripción perdida en época renacentista, y vería incrementado su poder económico (Ilustración 3), consolidándolo a finales del S. II dC durante la dinastía Antonina (Österreichisches Archälogisches Institut, 2007). Mostraría, al igual que Aquincum, una ciudad civil nacida alrededor del castrum militar y, a su vez, un importante enclave portuario similar en estructura al de Caesaragusta sobre el río Ebro (Vázquez, 2009) o sobre la bahía del Bidasoa en Oiasso (Vázquez, 2010). El fuerte legionario tenía un trazado lineal con todos servicios necesarios para la vida urbana, como hospitales, baños, domus para los oficiales, establos y letrinas públicas. Sus vías principales serían las mismas que las de todo campamento militar romano: via decumana (al norte de la actual Kohlmarkt), via praetoria, via principalis (al sur de la actual Wipplingerstraβe) y via saularis (Parker, 2009:167-253). Las tres primeras partían del cuartel general, mientras que la cuarta rodeaba el vallado del campamento. Municipium Aelium Aquincum: El primer asentamiento de origen romano en la actual Budapest se sitúa en la actual colina de Buda y
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Ilustración 3: representación del importante intercambio comercial de Vindobona, como centro económico del oeste panonio. La imagen, tomada en el Römermuseum en Viena, muestra la procedencia de algunos de los restos
arqueológicos hallados en Vindobona, que indican las conexiones comerciales existentes entre Pannoniae y el resto de provincias imperiales durante el S. II dC-S.III dC (Cortesía de Anna Marco Ramell).
data de tiempos de Tiberio (Mócsy, 1974: 80-111). El fuerte sería sustituido durante el reinado de Domiciano y bajo el mandato de Adriano se le otorgaría el rango de municipio (124 dC) (Burghardt, 1979: 1-20; Vázquez, 2009). Adriano, como gobernador de Pannoniae Inferior, potenciaría la ciudad dotándola de su importancia estratégica, comercial y económica de la que gozarían los aquincenses del S. II dC-S. III dC (Burghardt, 1979: 1-20). Con una población de 50 000 a 60 000 habitantes, Aquincum elevaría su rango a colonia bajo el reinado de la dinastía Severa (Vázquez, 2009). A. Burghardt opina que durante esta época Aquincum sería la escala principal del comercio danubiano, a caballo entre la zona renana y el incipiente mercado del Este (Burghardt, 1979: 1-20). Su importancia dejaría una impronta imborrable en los escasos, pero valiosísimos, restos del fuerte de Contra-Aquincum construido
de finales del S. II dC y que sería abandonado durante el S. III dC-S. IV dC (Vázquez, 2009). Al sur de la ciudad civil, situada en la actual Óbuda, se encuentra el castrum militar erigido bajo el reinado de Adriano (Ilustración 4) y que, tras la decadencia del S. III dC, Constantino I el Grande mandaría reemplazar por defensas instaladas en los bancos fluviales danubianos de la zona. Avanzado el S. IV dC, Valentiniano I las sustituiría por simples torres de vigía. Con todas las reformas militares introducidas y la dinámica económica cambiante de los S. III dC y S. IV dC, Aquincum acabaría sucumbiendo ante la incursión germana y la posterior invasión de los hunos (433 dC) (Parker, 2009: 167-253; Vázquez, 2009). Como núcleo de primer orden dentro de Pannoniae, ésta recibiría las calzadas provenientes de Vindobona y Carnuntum, y de Sauaria. La primera de
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ellas seguiría el limes danubiano a través de Brigetio, y aunque no se tienen constancia de miliarios (EötvösLoránd-Universtät, 2007), sí que existen restos arqueológicos en Budapest (Distrito III, 34 Bojtár Street) que la datan en el S. II dC (170 dC-171 dC) gracias al hallazgo de un sestercio de la época de Marco Aurelio (Láng, 2002). Por otro lado, sería punto de salida de la calzada transdanubiana que conectaría Pannoniae con la Dacia, mediante un puente que conectaría, a su vez, el fuerte de Contra-Aquincum con territorio romano (Eötvös-Loránd-Universtät, 2007).
A la inestabilidad del periodo político del S. III dC, conocido como anarquía militar, debería sumársele la inestabilidad territorial imperial, y a las reincidentes revueltas gala (259 dC-269 dC) y siria (267 dC-272 dC), así como la revuelta del Illyricum en plena efervescencia durante el año 260 dC (Parker, 2009: 167-253; Mócsy, 1974: 183-212). El S. III dC, a pesar de ser considerado tradicionalmente como un periodo oscuro e inseguro de la Historia de Roma (Whitschel, 2009: 473-503), comenzaría con el reinado de Maximino el Tracio (235 dC-238 dC) que marcaría paradójicamente el inicio del periodo
de máximo esplendor de la breve capital de Pannonia Inferior, Sirmium (103 dC-107 dC). Las amenazas transdanubianas fueron su prioridad, aunque sus sucesores, años más tarde deberían hacer frente a incursiones como la de los carpos (244 dC-249 dC), entre otras. A consecuencia de ellas, las legiones empezarían a tomar nombres imperiales, como el adoptado por la legión II Audiutrix Phillippiana en honor a Filipo el Árabe, y los emperadores a aceptar títulos honoríficos como Sarmaticus o Dacicus Maximus, haciendo referencia a supuestas campañas bélicas o escaramuzas exitosas (Mócsy, 1974: 183-212). El poder ilirio-danubianas aumentaba proporcionalmente al decremento de las arcas de la administración imperial debido a las incursiones bárbaras recurrentes que incapacitaban una extracción, producción y transporte constante de materias primas por la red viaria panonio-danubiana. Ello imposibilitaría a Galieno (253 dC-268 dC dC) encontrar los recursos económicos necesarios para afrontar la reconstrucción de las provincias danubianas afectadas por las permanentes incursiones y, con posterioridad, la dificultad de preparar e iniciar nuevas campañas de castigo. Durante su reinado se sucedieron las incursiones de cuados (252 dC), por Brigetio, y de godos (253 dC) (Mócsy, 1974: 183-212). Las constantes usurpaciones tampoco favorecían la estabilidad de la zona danubiana, pero contribuyeron positivamente a la lucha contra las in-
Ilustración 4: entrada del museo aquincense de las Therma Maiores adyacentes al castrum militar, que albergaría a la legión II Audiutrix (S. II dC). Dichas Therma acabarían
por albergar la sede del Dux Ripae Pannoniae a partir del S. IV dC, consecuencia de las reformas introducidas por Constantino I el Grande (Cortesía de Anna Marco Ramell).
EL INSEGURO S. III DC Y EL CRECIENTE PODER ILIRIO-DANUBIANO SOBRE EL IMPERIO ROMANO
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Ilustración 5: organización administrativa de la provincia romana de Pannoniae en tiempos de la dinastía Ulpio Aelia y durante gran parte del S. III dC. Se muestran algunas de las ciudades y principales viae terrestres mencionadas en el artículo. En ella se constata la situación viaria panonia durante el S. II dC, pero que se alargaría hasta bien entrada la Edad Media para algunas calzadas romanas del S. IV dC. La leyenda, situada en la parte superior izquierda, indica: fuertes legionarios (S. II dC-S. III dC), campamentos, coloniae y municipia¸ otras localidades, calzadas romanas, puentes, cimas, tierras por encima de 300 y 500 metros (Mócsy, 1974).
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cursiones bárbaras, como sería el caso de Regaliano (260 dC), que debió hacer frente a una nueva incursión de los sármatas (Parker, 2009: 167-253). Con el reinado de Claudio el Gótico durante la segunda mitad del S. III dC y la posterior ascensión de Aureliano en la ciudad panonia de Sirmium (270 dC) se intentaría revertir la precaria situación económica de la planicie panonia. Ellos favorecerían que Sirmium y, con ella, otras ciudades danubianas desarrollaran un incremento en su actividad económica. El amplio plan de reformas económicas incluía, entre otras medidas, permisos para acuñar moneda imperial (Siscia) (Watson, 1999: 125-142), y sus reestructuraciones administrativas acabarían con casi dos siglos de dominación romana sobre la Dacia transdanubiana (270 dC). Ello daría lugar a la creación ficticia de la Dacia continental, con el establecimiento de la Dacia Ripensis, Moesia Prima y Moesia Secunda, en el territorio que había pertenecido a Moesia Inferior (Parker, 2009: 167-253). Esta reestructuración aliviaría la situación caótica que el limes danubiano había sufrido durante casi un siglo (Mócsy, 1974: 183-212). A pesar de ello, Pannoniae sufriría las escaramuzas de los vándalos y Aureliano debería organizar desde Aquileia una campaña para liberar Aquincum, estableciendo un campamento estable en Siscia (Watson, 1999: 39-56).
El esplendor de la red viaria panonia: la Tabula Peutingeriana (S. III dC) El transcurso del S. III dC afianza las dinámicas comerciales del siglo anterior a tarvés de su desarrollada red viaria y fluvial (Ilustración 5) y se acentuarían con la creciente importancia económica y administrativa de Augusta Treverorum y la futura capital imperial del S. IV dC, Constantinopolis (Burghardt, 1979: 1-20). Las calzadas romanas que cubrían esa distancia se verían potenciadas en parte también por la evacuación de la Dacia transdanubiana (270 dC) (Burghardt, 1979: 1-20; Watson, 1999: 143-158). Con ambas situaciones, la totalidad de emperadores a partir de Claudio II el Gótico impulsarían políticas para reestructurar la delicada situación del limes danubiano. El incremento en número de los sitios de guarda, cada 18 kilómetros, sobre la calzada limítrofe del río Danubio sería el exponente de las políticas impulsadas décadas más tarde por Diocleciano y Constantino (Burghardt, 1979: 1-20). El panorama económico administrativo del S. III dC, denotaría la potenciación paulatina de las comunicaciones norte-este, comunicando de esta manera la importante colonia norteña de Augusta Treverorum (actual Trier, Alemania) y la potente economía del Oriente romano. La necesidad de movilizar rápidamente los abundantes efectivos militares limítrofes consolidaría esta dinámica económica durante el inicio del S. III dC y la totalidad del S. IV dC.
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Ilustración 6: restos arqueológicos de un tramo de la calzada romana entre Brigetio y Aquincum hallados en las cercanías de la ciudad civil de Aquincum. En concreto este fragmento forma parte de un conjunto más amplio de hallazgos llamados Testvérhegy villa, que permiten la reconstrucción cronológica de la tecnológica usada para la construcción de calzadas en el limes danubiano. Los restos, que muestran aún las huellas de las ruedas, datan del S. II dC aunque continuarían en uso hasta la Edad Media (Lang, 2002).
Eje viario principal de Pannoniae: de Augusta Treverorum a Constantinopolis
Durante todo el S. III dC Vindobona, Carnuntum y Aquincum continuarían ejerciendo una importancia capital en la administración, defensa y economía danubianas. De ahí que la calzada del limes (Ilustración 6) que unía Brigetio, Aquincum, Intercisa (actual Dunaújváros, Hungría) y Mursa continuara ejerciendo un importante papel dentro de la economía danubiana (Burghardt, 1979: 1-20). Otra calzada de importancia que atravesaría diagonalmente Pannoniae sería la que unía Arrabona, Gorsium-Herculia (actual Tács, Hungría) e Intercisa, acortando el recorrido ambas capitales imperiales. Ejes secundarios del interior panonio: Sauaria, Caesariana y Aquincum; y Arrabona, GorsiumHerculia e Intercisa
Caesariana, al nordeste del Lago Balaton, sería un enclave menor dentro de la calzada que unía Sauaria y Aquincum. Desde un siglo antes, este pequeño enclave fue el lugar predilecto para la instalación de villae pertenecientes a la aristocracia local (Mócsy, 1974: 213265). En cuanto a la calzada que atravesaba el sector nordeste de Pannoniae, cabe destacar los núcleos Arrabona e Intercisa. De esta última destacaría su fuerte legionario, que sería reconstruido durante la segunda Tetrarquía (306 dC-324 dC), del cual solamente se con-
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Ilustración 7: reformas administrativas provinciales dioclecianas datadas del año 294 dC. En ella se muestran las cuatro centros administrativos de Pannoniae que, en algunos casos, recobrarían cierta importancia durante el S. IV dC. Cabe destacar la importancia de Sirmium como capital de diócesis y prefactura (Mócsy, 1974).
servan parte de la muralla, una torre, y en su interior, restos de los baños (Parker, 2009: 167-253). Tanto los núcleos interiores de Pannoniae, como los situados a orillas del limes danubiano panonio se encuentran representados en la mayor fuente de información en temas de calzadas romanas, comunicaciones y geografía en general. La Tabula Peutingeriana es la principal fuente cartográfica para el análisis global de la red viaria romana (S. III dC-S. IV dC). Copiada hacia el S. IV dC-S. V dC, comprende calzadas y distancias entre estaciones públicas (mutationes y mansiones), así como ríos y montañas de todo el orbe romano (Parker, 2009: 1-12). En la actualidad se encuentra en la Biblioteca Nacional de Viena (Austria) (Deluka, 2003: 733-742).
LA PRIMERA TETRARQUÍA ILIRIA DE DIOCLECIANO Y MAXIMIANO (293 DC-305 DC) Y SU CONTINUIDAD CON CONSTANTINO Y LICINIO Los inicios del emperador ilirio Diocleciano estarían relacionados con las campañas sasánidas (284 dC) en Oriente y con posterioridad a las incursiones sármata y marcomana (289 dC-299 dC). Éstas últimas situarían nuevamente Sirmium como capital imperial conduciendo a una serie de modificaciones en la administración y defensa del limes danubiano. Durante este periodo nacería la Ripa Sarmatica, que implicaría la reconstrucción de una serie de sitios de vigía y forti-
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ficaciones al otro lado del río Danubio con la posible presencia permanente de tropas auxiliares romanas, como demuestran los restos arqueológicos descubiertos en Rákospatak, Nógráverőce, Horány y ContraFlorentiam. El 1 de abril del año 293 dC, la zona sería cedida a Galerio (César de Diocleciano), que seguiría las pautas políticas iniciadas por Aureliano y Probo. Con similares pautas reformadoras, el año 295 dC, Galerio iniciaría la canalización de las aguas del lago Balaton y conseguiría permitiría ganar superficie cultivable para asignarla a grupos de carpos (Mócsy, 1974: 168-212) con la probable y consecuente estabilización y mejora de los ejes viarios internos de Pannoniae, como posteriormente se desarrollara. A pesar de los numerosos cambios introducidos en el sistema defensivo del limes, la revisión del sistema administrativo imperial romano y división generalizada de provincias, originaría el consecuente engrosamiento de la administración imperial. En este marco cabe destacar la división de Pannoniae en cuatro provincias, incluidas en la Diócesis de Pannonia e incluida en la Prefactura del Illyricum (Ilustración 7). Las provincias resultantes serían, Pannonia Prima bajo la administración de un praeses, con capitalidad en Colonia Claudia Sauaria; Pannonia Valeria (en honor a la esposa de Galerio y hermana de Diocleciano), con capitalidad en Sopianae; Pannonia Savia bajo la administración de un corrector, con capitalidad en Siscia y Pannonia Secunda bajo la administración de un consularis, con capitalidad en Sirmium. Con esta estructura, el río Drava y la colonia de Mursa ejercerían frontera entre Pannonia Savia y la Pannonia Prima, antigua Pannonia Superior, mientras que Pannonia Valeria y Pannonia Secunda, conformarían la antigua Pannoniae Inferior (Mócsy, 1974: 266-296). En el año 308 dC, Diocleciano se vería obligado a interrumpir su retiro (desde 305 dC) para convocar una asamblea en Carnuntum. Tras ella Pannoniae y Moesiae acabarían cayendo bajo el imperium de Licinio, que llegaría a residir en Sirmium, aunque tras la batalla de Cibalae (8 de octubre del año 314 dC o 316 dC) abandonaría el control sobre el limes danubiano a causa de la presión ejercida por Constantino I el Grande (Brandt, 2007: 59-87; Mócsy, 1974: 266-296). Este último dirigiría la política panonia a todos los niveles desde el año 314 dC. La estabilidad y la unidad del mundo romano se verían hechas realidad entre los años 315 dC-324 dC y perduraron en vida de Constantino hasta el año 337 dC, solamente alteradas por episodios puntuales como el de la invasión sármata (322 dC) o la goda (323 dC) (Mócsy, 1974: 266-296). Ello permitiría la reconstrucción de fortificaciones anteriores y construcción de nuevas en la Ripa Sarmatica (Visegrád, Eskűtér, Hideglelőskereszt y Tokod), que aseguraba la integridad política y económica de Pannoniae (Mócsy, 1974: 266-296).
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Ejes internos de la planicie panonia y el principal eje fluvial socioeconómico de Pannoniae: el río Sava La situación generada y las reformas introducidas durante finales del S. III dC e inicios del S. IV dC requerirían de la presencia imperial de manera casi permanente en algunas de las ciudades panonias más importantes. De esta manera, Diocleciano, Maximiano o Licinio serían claros impulsores de esta política en Sirmium, mientras que en otras ciudades importantes de Pannoniae como Sauaria (Pannonia Prima), la presencia de Constantino I el Grande le reportaría la construcción de numerosos edificios imperiales datados de la época, que serían restaurados con posterioridad por Constante II (Parker, 2009: 167-253). Todo ello favorecería una nueva época de esplendor económico para algunos núcleos urbanos panonios a inicios del S. IV dC gracias, en gran parte, al aumento en la extensión del sistema viario imperial: unas 272 viae en todo el Imperio Romano(Keppie, 1991: 60-69). Las vías de comunicación panonias se centrarían en el corredor del río Sava, desde Iulia Emona hasta Sirmium. Aún hoy en día, este eje fluvial, con sus números restos arqueológicos, es una muestra viva de la intensidad y vitalidad del comercio fluvial en el corazón de Pannoniae, a finales del S. III dC y el S. IV dC con (Ciglenečki, 2008: 241-250; Mócsy, 1974: 266-296). Poco duraría la seguridad instaurada por Diocleciano y Constantino, ya que las mismas tensiones generadas dentro de la dinastía Constantiniana, por obtener el imperium, harían patentes una creciente inseguridad en el comercio. A pesar de estas importantes fluctuaciones económicas, causadas por la falta de seguridad constante, se produciría una proliferación de miliarios desde finales del S. III dC hasta bien entrado el S. V dC constatada en la totalidad del Imperio Romano. Este fenómeno, seguramente, tuvo más que ver con la nueva función del miliario en época tardoantigua, su dimensión honorífica, que en ocasiones iría correlacionada con la reactivación de la red viaria romana. (Ariñano, 2003: 269-274). Principalmente, los miliarios tardoantiguos publicitarían la imagen pública del emperador recien ascendido al imperium, convirtiéndose en símbolo del respeto y admiración de mecenas (veáse élite local) hacia éste.
Eje fluvial del río Sava: Iulia Emona, Siscia y Sirmium Sirmium se alzaría durante el S. III dC-S. IV dC como un importante centro económico y administrativo de Pannoniae, gracias a su situación a caballo entre el limes renano y Constantinopolis (actual Estambul, Turquía). De esta manera, ejercía de núcleo aduanero viario terrestre y marítimo, ya que era puerta de entrada a la llanura panonia (Burghardt, 1979:
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1-20). Su comunicación con Aquincum a través de Intercisa y Mursa, esta última a orillas del río Drava, la posicionaría como núcleo neurálgico principal para la rápida movilización de los ejércitos danubianos. Por un lado desde Sirmium, se podía llegar a Roma a través del río Sava hasta Iulia Emona y a partir de ella tomar la calzada que unía Pannoniae y Aquileia, a través del conjunto de puestos de defensa denominados Claustra Alpium Iuliarum (Marcone, 2003: 343-359). Por el otro se podía usar la calzada paralela a la vera izquierda del río que comunicaba con Siscia y Iulia Emona (Ciglenečki, 2008: 241-250; Burghardt, 1979: 1-20), para posteriormente seguir el mismo camino, anteriormente citado, hacia Aquileia. Son numerosos los restos arqueológicos que muestran trazas de dicha calzada, entre los que destacan los propios restos físicos (topográficos) y la presencia de estaciones (mutationes) y fortificaciones, las cuales ganarían terreno durante el S. IV dC. Dicha estructura viaria mostraría la necesidad primordial de defender Italia y avistar desde ella los valles del Sava y su afluente Savinja. Un claro ejemplo de ello son los restos arqueológicos del fuerte de Stražnik (Eslovenia) situados a 648 metros sobre el valle del río Savinja (Ciglenečki, 2008: 241-250; Marcone, 2003: 343-359).
Núcleos durante el Bajo Imperio Romano en Pannoniae Colonia Flavia Siscia: Fortaleza legionaria posiblemente hasta la muerte de Vespasiano. Ésta sería sitiada por Octaviano (35 aC) y, posteriormente a su conquista, dotada con un par de guarniciones para asegurar el valle del río Sava10 importante eje viario que conducía a Julia Emona. Tiberio mejoraría las comunicaciones naturales de Siscia con Julia Emona una vez sofocada la revuelta panonia entre los años 6 dC-9 dC, durante la cual había establecido su cuartel general y cinco legiones en dicho enclave (Österreichisches Archälogisches Institut, 2007). Tras haber adquirido el rango de colonia bajo Vespasiano y haber superado el largo paréntesis económico y social del S. III dC, Siscia alcanzaría su etapa de máximo esplendor al alcanzar la capitalidad de Pannonia Savia (Mócsy, 1974: 266-296). Su posición estratégica a media distancia de Sirmium y Iulia Emona, así como su comunicación con Mursa, le permitirían conservar su importancia económica hasta mediados del S. IV dC. La muerte de Constantino y la división del Imperio Romano entre su descendencia marcaría el cénit de Siscia. El sitio que sufriría con motivo de la disputa por el imperium entre Constancio II y Magnencio mientras se disputaban la supremacía de la zona danubiana, marcaría el declive de la ciudad (López et al, 2004: 435-474; Mócsy, 1974: 266-296).
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Coloniae y Municipia romanos
Rango administrativo
Provincia romana†
Localización actual
Colonia Aurelia Apulensis*
Municipium (Marco Aurelio‡), Colonia (Comodo‡)
Dacia Apulensis
Alba Iulia (Romania)
Municipium Aelium Aquincum §
Municipium (124 dC), Colonia (c. 202 dC)
Pannonia Inferior
Budapest (Hungría)
Brigetio
Municipium (Trajano‡), Colonia (c. 214 dC)
Pannonia Superior#
Szőny (Hungría)
Colonia Septimia Aurelia Antoniana Carnuntum
Municipium (Adriano‡), Colonia (c. 193 dC)
Pannonia Superior
PetronellCarnuntum (Austria)
Colonia Iulia Emona
Colonia (c. 43 dC)
Pannonia Superior
Liubliana (Eslovenia)
Mursa
Colonia (c. 131 dC)
Pannonia Inferior
Osijek (Croacia)
Colonia Aurelia Napoca
Municipium (124 dC), Colonia (Marco Aurelio‡)
Dacia Porolissensis
Cluj-Napoca (Romania)
Colonia Ulpia Traiana Poetouio
Colonia (c. 103 dC)
Pannonia Superior
Ptuj (Eslovenia)
Colonia Claudia Sauariensum*
Colonia (43 dC)
Pannonia Superior
Szombathely (Hungría)
Sirmium
Colonia (Flavia‡)
Moesia Superior#
Sremska-Mitrovica (Serbia)
Colonia Flavia Siscia
Colonia (Vespasiano‡)
Pannonia Superior
Sisak (Croacia)
Vindobona§
Municipium (c. 202 dC)
Pannonia Superior
Viena (Austria)
Tabla 2: principales coloniae y municipia de la planicie danubiana en época romana que son origen de algunos de los principales núcleos urbanos de la llanura centroeuropea en la actualidad. † La unidad administrativa de referencia es tomada bajo el reinado de la dinastía Ulpio Aelia. ‡ Algunos de los rangos administrativos adquiridos no muestran datación conocida, exponiendo en ellos al emperador o la dinastía que los otorgaría. § A su vez, solamente se expone el Municipium Aelium Aquincum por desconocimiento del
Colonia Flavia (Septimia) Sirmium Situada en el curso bajo del río Sava (Mócsy, 1974: 80-111), llegaría a ser la base operaciones militares terrestres y fluviales. Ya en tiempos de Tiberio, Aulus Caecina Severus defendió Sirmium11 (6 dC), para garantizar el corredor que la comunicaba con Iulia Emona a Sirmium, a través de la vía paralela al río Sava. Su éxito, sumado al de Siscia, serían esenciales para sofocar la revuelta iliria.
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nombre completo como colonia, mientras que en el caso de Vindobona se conoce su municipalidad de la época septimia, pero la pérdida de la inscripción durante el Renacimiento impide la reproducción fiable de su nombre completo. Las remodelaciones administrativas realizadas por algunos de ellos llevarían al cambio de provincia de algunos núcleos urbanos de Pannonia Superior a Pannonia Inferior (Brigetio, c. 214 dC) y de Moesia Superior a Pannonia Inferior (Sirmium, c. 103 dC).
Durante los dos siglos siguientes adquiriría una importancia notable, llegando a finales del S. II dC e inicios del S. III dC a albergar los cuarteles generales imperiales en diferentes campañas danubianas, como las de Marco Aurelio, Maximino el Tracio12 y posiblemente Claudio II el Gótico13,14. Su importancia dentro del Imperio Romano llegaría durante la segunda mitad del S. III dC, cuando además de ser base de la flota naval romana en las cercanías del río Danubio (Burghardt, 1979: 1-20), Aureliano (270 dC) sería investido
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emperador (Watson 1999: 39-56). Con su sucesor Probo (276 dC-282 dC), se consolidaría como una de las ciudades más prosperas e influyentes de la Pannoniae gracias a una actividad comercial efervescente al ser residencia imperial. Ello favoreció la realización de algunas obras públicas y reformas administrativas de cierta importancia en sus alrededores, como la fabricación del alcantarillado de la ciudad o el drenaje de humedales que deberían ser destinados a actividades agrícolas (Mócsy, 1974: 183-212). Todo ello la posicionaría como parada obligada de camino a la nueva capital imperial constantiniana: Constantinopolis (Burghardt, 1979:1-20), cosa que implicaría la dinamización de las comunicaciones con Aquincum, y el limes este de la llanura panonia, con núcleos de carácter secundario como, Lugio, Intercisa (Parker, 2009: 167-253) y Mursa (Burghardt, 1979: 1-20). A inicios del S. IV dC, la época dorada Sirmium llega a su cénit con la puesta en escena del sistema tetrárquico que instauraría Diocleciano. La enésima revisión del sistema administrativo imperial sería ahora encabezada por dos Augustos (Jovii y Herculii) y dos Césares (Cameron, 2001: 40-57). Alcanzando el rango oficial de capital imperial junto a Auguta Treverorum, Mediolanum (actual Milán, Italia) y Nicomedia (actual Izmit, Turquía), su élite local vería incrementado su nivel de influencia sobre la política imperial, que perduraría hasta la ascensión de la dinastía Constantiniana a la púrpura imperial (Mócsy, 1974: 183-212). A su vez, sería considerada como capital de la Prefactura Iliria (318 dC) (López et al, 2004: 435-474). La tardoantigüedad llevaría a Sirmium a ver nacer personalidades con rango imperial como Aureliano, Probo (Mócsy, 1974: 183-212) o Maximiano, mientras que de sus influyentes proximidades habrían surgido generales destacados como, Galerio nato en Romulianum (Moesia Superior) o el padre de Constantino I el Grande, Constancio Cloro originario de Dardania (Parker, 2009: 167-253).
LA PERMANENTE GUERRA DEFENSIVA E INTESTINA DEL S. IV DC-S. V DC: LAS GRANDES FAMILIAS CONSTANTINIANA Y VALENTINIANA-TEODOSIANA La batalla de Mursa (28 de setiembre del año 351 dC) y la entrada de Constante II en Sirmium harían tambalear el dominio romano sobre Pannoniae (Mócsy, 1974: 266-296). Tras ésta, las incursiones sármata y cuada (358 dC-359 dC) acabarían por desestabilizar absolutamente el dominio y administración romanos en la planicie panonia (Parker, 2009: 167-253). La entrada de la dinastía Valentiniana-Teodosiana en el año 364 dC indica de facto la división del Imperio Romano (364 dC). Valentiniano I, nacido en Ciabalae (Pannoniae Secunda), se repartiría el poder con su hermano Valente y, posteriormente entre sus hijos Graciano y Valentiniano II (López et al, 2004: 453-
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474). El fundador de la dinastía sería avalador de la falsa tranquilidad danubiana, ordenando la construcción de fuertes en territorio sármata (373 dC) (Parker, 2009: 167-253; Mócsy, 1974: 266-296), aunque la mayoría de construcciones defensivas fueron situados en territorio romano. El día 22 de noviembre del año 378 dC, Sirmium vio la proclamación del último emperador que residiría en ella: Valentiniano II (375 dC-392dC) (Mócsy, 1974: 266-296). Las reformas de su padre darían unos resultados efímeros y poco efectivos, ya que los godos invadirían la llanura danubiana durante el año 376 dC (Parker, 2009: 167-253), constatándose de esta manera la pérdida del control danubiano por parte de Roma.
EL FIN DE LA PANNONIAE ROMANA A inicios del S. V dC, los sucesos en el limes danubiano fueron vertiginosos, como constataría el poeta Claudiano quien agradecería a Estilicón, de origen vándalo, la restauración de la paz en Pannoniae. Durante el año 401 dC, la migración de los vándalos sobre la planicie panonia, obligaría a los godos a establecerse en Italia (402 dC) (Parker, 2009: 167-253). La pérdida de la integridad como provincia romana de Pannoniae dataría del año 433 dC. La invasión de los hunos supondría el ocaso de la antigua capital danubiana e iliria de Sirmium que diera el esplendor a la provincia de Pannoniae durante el S. III dC y parte del S. IV dC. Tres años después (437 dC), pasaría a formar parte administrativamente del Imperio Romano de Oriente, pero sería retornada a Occidente hacia el año 450 dC (Parker, 2009: 167-253). El año 455 dC, Avito intentaría recobrar el control administrativo y militar de la provincia de Pannoniae y dejarla bajo control del Imperio Romano de Occidente. Sería el último intentó serio por recuperar el dominio danubiano y la influencia comercial y económica ejercidos por Roma sobre el Illyricum desde aproximadamente el S. I aC pero el intento de la debilitada administración occidental fracasaría estrepitosamente (Parker, 2009: 167-253). AGRADECIMIENTOS No desearía finalizar este artículo sin demostrar mi más sincera gratitud a aquellas personas que con su trabajo desinteresado han hecho posible la realización de este artículo. En especial, agradecer la confianza depositada por el Consejo de Redacción de El Nuevo Miliario, que con su correo electrónico me brindaron la maravillosa oportunidad de incluir en un mismo trabajo años de ocio dedicados al Mundo Romano. A su vez, no quisiera olvidar al Profesor Contratado Doctor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y Director Científico del Plan de Investigación de la Fundación Uncastillo-Los Bañales (www.losbanales.es): Dr. Francisco Javier Andreu Pintado, ya que sin su sabias pautas, correcciones y anotaciones este artículo no hubiera visto la luz. No desearía olvidar las concienzudas correcciones del médico y aficionado a la Historia Contemporánea, Dr. Miguel Marco Igual. Para
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finalizar, dedicar este modesto trabajo a Anna Marco Ramell, familia y amigos: muchos han sido los días que han soportado estoicamente mis ilusiones y reflexiones, e innumerables las horas de apoyo que me han regalado. A todos ellos: gracias.
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CEUTA Y MELILLA: VÍAS, PRESIDIOS, PLAZAS Y CIUDADES DEL MEDITERRÁNEO Enrique Gozalbes Cravioto Universidad de Castilla-La Mancha
LA ANTIGÜEDAD: VÍAS MARÍTIMAS Ceuta y Melilla son dos ciudades españolas ubicadas en el litoral norteafricano más cercano a la Península (expresión usada por sus habitantes cuando indican «voy a la Península»). El poblamiento en sus respectivos territorios se remonta a una alta antigüedad, puesto que en Melilla y sus alrededores se han encontrado vestigios del Achelense y de otras industrias prehistóricas posteriores, y en Ceuta, aparte de otros restos, en la actualidad se está excavando por parte de José Ramos y Darío Bernal, un importante abrigo, la Cabililla de Benzú, con ocupaciones del Musteriense prolongadas durante varios miles de años. La abundante población prehistórica en estas salidas al mar, que posibilitaba alimentación de conchas y recursos marinos, y en el caso de Ceuta desde el Neolítico la comunicación con las costas de la Península Ibérica documentada por la cerámica (cardial y más tarde campaniforme), justifican la atracción que tuvieron para los fenicios, que siempre buscaban la existencia de población local con la que interactuar. Con anterioridad a la investigación arqueológica, la fundación fenicia de Melilla se conocía por las fuentes literarias. La morfología especial del cabo Tres Forcas, importante accidente en la navegación, hizo que la colonia fundada por Tiro, en la cadena costera de su navegación hacia Gadir (Cádiz) y Lixus (Larache), recibiera el nombre de «cabo grande», es decir, en púnico Rusaddir y en griego Metagonium. Con este último nombre aparece ya documentada en el siglo VI a. C. por parte de Hecateo de Mileto, y es nombrada como Akros (punta), ciudad y golfo (este último es referencia indudable a la cercana Mar Chica) por parte del Periplo atribuido a Scylax, en el siglo IV a. C. Recientemente la arqueología, con las excavaciones sucesivas de Fernández Uriel, Villaverde y Aragón, ha recuperado indicios de la existencia al menos desde el siglo V a. C., de una ciudad que iba a perpetuar su
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nombre de Rusadir. En el curso de obras urbanas en el año 1916 se lograron recuperar los restos de una importante necrópolis de los siglos III al I a. C., la del antiguo Cerro de San Lorenzo. En el caso de Ceuta las fuentes literarias eran particularmente numerosas, pero nunca citaban una realidad urbana. La navegación fue siempre muy frecuente en la zona, y los marinos de la antigüedad identificaban el monte Acho, la punta de Ceuta, al que a veces mencionan como cabo, y otras como monte frente al de Gibraltar, como una de las columnas de Hércules: el monte Abila. Mencionaban las dificultades de navegación, en sus alrededores se conocen numerosísimos pecios de la antigüedad (enorme cantidad de ánforas y también de anclas conservadas en el Museo de Ceuta), y se suponía que en el monte los fenicios ubicaron inicialmente algún templo o monumento religioso. Aunque la arqueología había sido muy esquiva en documentarlo, en fechas recientes en la zona del istmo, junto a la catedral, los arqueólogos Fernando Villada y José Suárez han logrado documentar un fragmento del terreno no barrido después por romanos, bizantinos, árabes, portugueses, españoles (debe tenerse en cuenta la escasa potencia de tierra en dicho lugar). En el mismo aparecieron viviendas y un fragmento de calle, con materiales fenicios de finales del siglo VIII a. C., y de todo el siglo siguiente: la existencia de un poblado fenicio en Ceuta, en la cadena de las navegaciones hacia el Atlántico, ya está documentada. Durante toda la antigüedad Melilla, Rusadir, tuvo mayor importancia que Ceuta, todavía llamada Abila. En el reino de la Mauretania, que englobaba a las poblaciones moras (los mauri latinos, maurosoi de los griegos, con significado de «morenos»), era la ciudad que servía de salida al mar de su hinterland más cercano, y en conexión con el gran río Muluya. De hecho, según señalaba Pomponio Mela, Rusadir era con Siga (Argelia) el núcleo urbano y portuario más importante en esta costa marroquí y del Oranesado. Cuando se
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produzca la conquista romana, sin duda, sus habitantes se mostrarán favorables a la misma, pues fue inmediatamente elevada a la categoría municipal (Plinio la menciona en la misma jerarquía que Volúbilis y Sala, junto a Rabat). El propio Plinio la cita no sólo como ciudad (oppidum) sino como Portus, y ello tan sólo se consignaba cuando el lugar poseía grandes instalaciones portuarias, no era simple lugar de anclaje. Distinto es el caso de Ceuta que, de forma paradójica, ha dado muchos mayores resultados arqueológicos. Más allá de su pequeño puerto, en la navegación africana, y en la conexión a y desde Hispania, los datos actualmente conocidos muestran que el lugar constituía un formidable complejo de factorías de salazón de pescado, que han excavado Posac, Villada, Hita, Bernal o Pérez Rivera entre otros. En efecto, estas instalaciones de una enorme extensión ocupaban la parte más importante, de forma que los habitantes distribuían sus viviendas en las cercanías, pero en función de esa industria. Se ignora si Abila llegó en algún momento a ser considerada ciudad, aunque a partir del siglo III el nombre alterado de Avenam fue cada vez más dejando paso a otro topónimo de carácter geográfico, originado a una quincena de kilómetros al Oeste; una serie de colinas similares a la vista de los navegantes habían sido nombrada como los siete hermanos (Septem Fratres). De una forma creciente el lugar de Ceuta fue conocido como la población de los Septem Fratres, hay incluso huella de la mezcla Septem (A)venam. Todavía en el siglo III Melilla rebasaba en importancia a Ceuta. Según el Itinerario de Antonino ambas formaban parte de las vías náuticas del Norte de África. En concreto, el Itinerario menciona la ruta marítima, no terrestre sino a través de la navegación, desde Tánger (Tingi, capital de la Mauritania Tingitana, provincia romana de Marruecos) y Cartago. Menciona la mansio de Septem Fratres, y a pocas millas de ella la de Abylem, que es indudable corresponde con Ceuta. Después de varios desembarcaderos en la costa africana (entre ellos Sex insulas que debe corresponder con las islas de Alhucemas) cita como hito importante Rusadir Colonia. Este apelativo de Colonia no es literal, idéntica denominación ofrece el Itinerario para otras ciudades que eran municipios romanos, como Volubilis y Sala. En otro lugar, el propio Itinerario de Antonino destaca la posición de Rusadir como puerto principal en el Norte de África. En el siglo IV se potenció el papel de Ceuta, en la segunda mitad de ese siglo se construye la monumental basílica paleocristiana, excavada por Fernández-Sotelo, una de las principales conocidas en todo el Occidente. Por el contrario, decae Melilla que se pierde de la Historia, y sólo reaparecerá de forma más modesta muchos siglos más tarde. En esos momentos se establece una realidad administrativa que va a marcar mucho la Historia. Ya Augusto, a partir del 25 a. C., y sus sucesores hasta el 39 d. C., habían adscrito a la
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provincia Bética las colonias romanas que establecieron en Marruecos. En la época de la guerra civil, en el año 69, temporalmente volvió esa adscripción hispana. Se especula con que nuevamente en el siglo III el Norte de Marruecos se integró en Hispania (Nova Hispania Ulterior Tingitana), pero no es nada seguro. Sin embargo, en el año 285 Diocleciano ordenó la evacuación de territorios meridionales de la Tingitana, y adscribió la nueva provincia reducida a la diocesis Hispaniarum. Así durante todo el Bajo Imperio, y hasta el siglo V, las tierras del Norte del actual Marruecos formaron parte de las Hispaniae: había nacido la Transfretana (concepto de San Isidoro, la Hispania del otro lado del Estrecho), cuyo puerto más cercano y significativo era el de Ceuta. Este concepto de Transfretana, y de la Tingitana como sexta provincia hispana (al final, séptima, por la creación de las Baleares), estará presente de forma vaga en la visión de restauración de los visigodos (segunda mitad del siglo VII), y más tarde en la propia Reconquista, en este caso a partir del siglo XIV. Los bizantinos ocuparán el lugar de Ceuta, pues Justiniano ordenará que in traiectu qui est contra Hispania quod Septem dicitur se estableciera una importante fortaleza (cuyos muros, antecedentes de las actuales murallas Reales fueron definidos por Procopio como tan altos que eran inexpugnables para el mundo entero), una base de dromones (sus barcos de guerra), un centro de información (de lo que ocurría entre los visigodos y francos), así como una importante iglesia dedicada a la Virgen, que se supone bajo la actual Catedral. La ocupación bizantina de Ceuta se produjo en el año 534. Pocos años más tarde, los bizantinos conquistaron parte de la Hispania meridional, e integraron su plaza de Septem en la provincia de Spania, cuya capital fijarían en Cartagena. Cuando perdieron la mayor parte de sus reductos, hispanos con los restos de los mismos, las islas Baleares y Ceuta, formaron la provincia de la Mauritania Secunda, probablemente con capital en Ceuta. Este baluarte quedó como postrera fortaleza bizantina, todavía lo era a mediados del siglo VII, y si no es un simple alarde arcaico, el «ejército de Septem» continuaba formando parte del imperio bizantino en el año 681, es decir, en los momentos en los que Cartago era ocupado por los árabes.
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LA EDAD MEDIA El famoso Conde Julián, el Comes Iulianus, que facilitó la travesía de las tropas árabe-beréberes desde el Norte de África en el año 711, sería el último gobernador bizantino de la plaza, que habría abandonado a sus aliados visigodos según la tesis del arabista holandés Reynhardt Dozy, reactualizada en tiempos más recientes por parte de Luis A. García Moreno (para quien el Comes Iulianus sería el conde del distrito marítimo de Iulia Traducta, actual Algeciras). Lo cierto es que el paso de las tropas invasoras hacia al-Andalus se efectuó desde Ceuta, como documenta en el mismo siglo VIII el escritor galo Paulo Diácono, y lo confirman las fuentes árabes, y precisó para ello el uso de unos barcos apropiados que posibilitaran un traslado no demasiado dilatado: sólo una base naval como la de la Ceuta bizantina podía proporcionarlos. En la Edad Media las entidades de Ceuta y de Melilla van a ser muy diferentes. Ceuta continuará su existencia, salvo algún paréntesis documentado en la segunda mitad del siglo VIII, con una dinastía beréber procedente del cercano valle de Tetuán; Melilla resurgirá en el siglo IX como un modesto puerto beréber del reino de Nakur, entidad que tenía su centro en el valle de Alhucemas. Pero en 929 y 931 se produjo una novedad extraordinaria que reafirmará tendencias de la antigüedad, y promoverá las posteriores. El Emir primero, Califa después, de la Córdoba Omeya, Abd ar-Rahman III al-Nasir, decidió la ocupación de Ceuta y Melilla: la frontera hispana volvía a saltar al Norte de Marruecos. En Melilla hizo obras, reparó los muros, pero sin renunciar a su autoridad como comendador de los creyentes, decidió cedérsela para su control a un aliado; por el contrario, en Ceuta la España musulmana establecerá una base militar y logística, que impulsó que la medina y puerto alcanzara una importancia extraordinaria en la navegación y comercio. Este dominio será dilatado porque se extenderá durante todo el Califato. En el siglo XI tanto en Ceuta como en Melilla se producirá otro hecho curioso: el fenómeno andalusí de los reinos de Taifas saltó también el Estrecho y mar de Alborán. La situación de decadencia de Marruecos, con la ruina de los idrisíes y la caída del reino de Nakur, facilitó el que las zonas septentrionales tuvieran su referente político y civilizador en al-Andalus. En Ceuta, extendido después a Tánger, se estableció un reino de Taifas, al frente del cual terminará estando un personaje emblemático, Sukut al-Bargawati, proclamado «rey de Ceuta». Tiempo más tarde también en Melilla los habitantes reclamarán a Muhammad ibn Idris, que vivía en Almería, para que se pusiera al frente de ellos; este reino Taifa de Melilla nació en el año 1067, con beréberes de los Banu Urtedi, y mantuvo estrecho contacto con Málaga y Almería hasta su desaparición. La historia posterior de la Melilla medieval es la de una pequeña ciudad portuaria, sin demasiada incidencia en la Historia.
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Almorávides y Almohades van a marcar, en los siglos XII y XIII, un serio intento de cambio de la Historia desde el yihad (guerra santa). Desaparecen los reinos de Taifas hispanos, incluidos los apéndices africanos, e integran el Rif en su poder central, más en el caso de los segundos que de los primeros. En este caso, la frontera da un salto al Norte, en la medida en la que acaban con la independencia de Al-Andalus, que se convierte no ya en un Estado/Estados con religión no cristiana (para los reconquistadores), sino en unos dominadores desde el Norte de África con religión no cristiana. En siglos posteriores el nacionalismo andalusi se mostrará cuando pueda; una ocasión muy sonada se producirá en una disputa ante el Señor de Ceuta. Con la decadencia almorávide Ceuta había logrado hacerse con sus propios destinos. Intentó mantener esa independencia con el Cadi Iyad, pero la urbe fue atacada por los almohades, que lograron su sometimiento (1148). En 1231 la ciudad decidió someterse a Ibn Hud, señor del nuevo reino de Murcia. Pero el gobernador que nombró para la misma fue prontamente depuesto. El pueblo ceutí mostraba deseos de independencia, y por esta razón pusieron al frente de la ciudad a un dirigente local, al-Yanasti, que se convirtió en rey de la misma: había nacido lo que para los comerciantes itálicos, que llegaban numerosos al puerto, era la «Señoría de Ceuta». En 1237 fue derrocado del mando, y la aristocracia local optó por el sometimiento a los almohades. Años más tarde, en 1249, el gobernador almohade de Ceuta, Abu-l-Qasim al-Azafi, aprovechó la debilidad del poder central para, prácticamente, convertir Ceuta en independiente. Se inicia un extenso periodo en el que Ceuta va a desarrollar una vocación histórica, que aparece de forma intermitente en la Edad Media: la de formar un Señorío no sometido a ningún poder foráneo. Desde 1249, hasta 1327, con dos cortas interrupciones, Ceuta va a ser independiente bajo la dinastía de los Azafies. Un periodo fructífero, con una especialización comercial de la ciudad, en relación muy intensa con Marsella y con las repúblicas italianas; en 1269 en estas relaciones también entró la Corona de Aragón, a partir del tratado correspondiente. En 1327 el sultán Abu Said aprovechó las disensiones internas entre los ceutíes para ocupar Ceuta, e integrarla en el poder central de la dinastía de los Benimerines. Las características urbanas que Ceuta había adquirido la dotaban de una profunda personalidad. El político y escritor granadino Ibn al-Jatib hará grandes elogios de una ciudad en la que «lo bueno excede a lo malo». Su descripción de Ceuta encierra una admiración poética: «Ceuta es una preciosa niña blanca como la luz del alba, que descubre su hermosura y mira su cara reflejada en el cristalino espejo del mar». Y el escritor indicará el profundo amor que los ceutíes tenían a su ciudad, «no prefieren ninguna ciudad a la suya, ni siquiera La Meca o Medina». Pero sobre todo, «Ceuta es una plaza fuerte guarnecida por un pode-
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roso ejército, y base de una flota que infunde terror a los enemigos». De hecho, en el siglo XIV la ciudad de Ceuta será motivo de una frecuente tensión y disputa entre los reinos de Granada y de Fez, que pugnaban por su posesión. Y sobre todo, su apertura comercial al exterior: los documentos hebreos de La Genizah de El Cairo muestran cómo los comerciantes de Ceuta, hebreos y musulmanes, accedían de forma corriente al comercio del Mediterráneo Sur, hasta el puerto de Alejandría, entre los siglos XI y XIV.
LOS PRESIDIOS DE LA EDAD MODERNA Y SIGLO XIX La integración de Ceuta y de Melilla en España se produjo de formas diferentes. Ceuta fue conquistada por parte de Portugal en 1415, en una eficaz expedición militar remitida por el rey Juan I. El Reino de Fez, el de Marrakech estaba más al sur, perdió entonces de forma definitiva el control de una ciudad en la que, como hemos visto, o no había logrado dominar, porque pertenecía a Al-Andalus, o era independiente, o ese dominio estaba cogido con alfileres. A partir de 1415 Ceuta fue un presidio, término que responderá a su doble significación de fortaleza de frontera, pero también de lugar de destierro y penitenciaría. Presidio mayor, con guarnición pero también una población de cierta importancia, que vivirá al mismo tiempo el yihad y el comercio. Desde el renacimiento de Tetuán, a escasos 40 kilómetros al Sur de Ceuta, el dirigente de esa ciudad, el granadino Ali al-Mandari, y después de él sus sucesores granadinos y moriscos, desarrollarán no sólo la guerra frente a la «fronteira» lusitana (los portugueses ocuparon también Alcazarseguer en el Estrecho, Tánger, Arcila y otras plazas en el Marruecos atlántico), sino que también establecerá una política inteligente y lucrativa, de comercio y contrabando con Ceuta. Nació con él y sus sucesores, entre ellas una formidable mujer (natural de Vejer de la Frontera) llamada Sita al-Hurra, gobernadora de la ciudad, una tendencia que con estilos y altibajos diferentes llega hasta nuestros días en esa frontera: la alternancia entre tensión (en aquella época lucha o guerra, hoy incidentes) y relación humana y económica beneficiosa para ambas partes. De hecho, los viajeros europeos de finales del siglo XVII, en especial los franceses, y del siglo XVIII, sobre todo los ingleses, manifestarán que gracias a su apertura al comercio, Tetuán era la ciudad más rica de todo Marruecos, y una de las más avanzadas en costumbres de todo el Magreb. Ceuta continuó su vida en el momento en el que Portugal se integró en los reinos del todopoderoso Felipe II. El rey de España se cuidó siempre de nombrar gobernador de la misma a un portugués de origen, así como en mimar a familias lusitanas de la localidad, con el envío prioritario también de soldados portugueses.
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Cuando se produzca la independencia de Portugal, las plazas fuertes de Ceuta y Tánger se encontraron ante la encrucijada. En este sentido, Ceuta decidió optar por su fidelidad al rey Felipe IV, y contra el parecer de su gobernador, Francisco de Almeida que tuvo que huir, en 1640 se incorporó de forma definitiva a la Corona de Castilla. Por el contrario la ciudad y plaza de Tánger en 1643, se rebeló contra la Corona, y reconoció la soberanía portuguesa. De esta forma Ceuta se integró en España como muy leal y fidelísima. Sin duda, la aristocracia y guarnición tangerinos más tarde pudieron arrepentirse con amargura de su opción pues años después tuvieron que evacuar la plaza, ya que Portugal la entregó a Gran Bretaña como dote de una boda real. En el caso de Melilla, el desembarco en sus cercanías de Boabdil había permitido el que los Reyes Católicos fijaran en ella la mirada. Los tratos de la Corona con sus habitantes se iniciaron en 1493, y ya en 1494 en el Tratado de Tordesillas, Castilla lograba de Portugal permiso para la conquista de la plaza. Los habitantes de Melilla se decantaron por la causa española, de tal forma que su alcaide, con buena parte de su familia, pasó a España para pactar la entrega de la plaza. El rey de Fez mandó una expedición militar a Melilla, pero los habitantes en abierta rebelión frente al mismo abandonaron la ciudad: el general marroquí incendió la ciudad y derribó en parte sus murallas. La expedición que remitió el Duque de Medina Sidonia, al frente de la que estaba Ignacio de Estopiñán, ocupó la ciudad sin resistencia alguna, y comenzó la reparación de construcciones y murallas. Melilla estuvo bajo control del Duque de Medina Sidonia hasta 1556, momento en el que por no poder mantener los gastos la transfirió a la Corona española. Ceuta fue a lo largo de todo el tiempo un «presidio mayor», por tanto con una guarnición más numerosa, y con una población civil relativamente importante. En el siglo XVIII su población comenzó siendo de unos 6.000 vecinos, pero terminó siendo de unos 8.500. El prolongado sitio establecido por Marruecos, desde 1694 a 1727, ocasionará unos cambios muy importantes; Marruecos dispuso por ver primera de una artillería importante, y ello obligó a aumentar de forma notable las fortificaciones. Las murallas reales del siglo XVII se complementaron con otras fortificaciones más avanzadas en tierra con típicos salientes de estrella (lunetas de San Luis, de Santa Isabel, de San Felipe y Contraguardia de Santiago). Se estableció el dispositivo de minas y contraminas, con cuatro ramales principales. Por otra parte, los bombardeos obligaron al traslado de la población al espacio más lejano, en La Almina, con un nuevo trazado que dejará con el tiempo un indudable carácter andaluz. Por el contrario, los oficiales trasladarán sus viviendas a la zona de la ciudad antigua. Por el contrario Melilla será un «presidio menor», como el peñón de Vélez de la Gomera y la isla de Alhucemas, con una guarnición siempre escasa y muy
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poca población, que en su conjunto oscilará entre las 700 y las 1.100 personas. Fueron tiempos muy difíciles para la plaza, que estaba particularmente aislada; en el siglo XVII y primera mitad del XVIII la guarnición y población anexa pasaba por hambres y faltas de todo tipo, y estaba al orden del día la corrupción y el abuso; la deserción y huida a Marruecos (el fenómeno de los «Renegados») estaba a la orden del día. Ya en el Memorial de un visitador en 1659 indicaba que el sufrimiento en la plaza por parte de la guarnición, presidiarios y personal era enorme: «una hora en la miseria de las miserias que vivía Melilla era mérito superior a 30 años de servicios en España». En el siglo XVIII, eliminada en su mayor parte la piratería en la Corte española se sucederán los informes referidos al mantenimiento o al abandono de Melilla y demás presidios menores. Sin duda el debate también sirvió para salvar la situación de la propia Melilla, que mejoró notablemente el abastecimiento, y fue objeto de grandes obras, sobre todo a finales del siglo las del Hospital Real. Pero si Ceuta había atravesado por duros cercos, y todavía lo haría en el siglo XVIII, muy duro fue sobre todo el sitio de la plaza de Melilla por parte de Marruecos entre 1774 y 1775, en cuya defensa destacó un capitán que después tendría protagonismo en la independencia americana: Francisco de Miranda. La mole rocosa en la que se asentaba la ciudad fue horadada con múltiples galerías, a las que se desplazó continuamente la población. En cualquier caso, las cosas mejorarían notablemente después con nuevas relaciones entre Marruecos y España, en los acuerdos de 1782 (que delimitaron el Campo de Ceuta), así como en 1799 en el Tratado de Amistad, Comercio y Pesca. En el siglo XIX las funciones más evidentes de Ceuta y Melilla van a ser justamente las de centros penitenciarios. Nuevamente la primera va a tener la fisonomía de una pequeña ciudad, o de un pueblo, de carácter andaluz en la otra orilla del Estrecho, mientras Melilla va a constituir una simple roca aislada en el Mediterráneo. Ceuta vivirá con entereza hechos del transcurrir político, desde la constitución en diciembre de 1812 de su primer ayuntamiento constitucional, la aparición del primer periódico, la reposición municipal de 1820, el surgimiento de la primera logia masónica, o la restauración del ayuntamiento constitucional en 1835. Vive también conspiraciones carlistas, si bien en este caso en Melilla se producirá el curioso caso de la ocupación carlista de la plaza entre 1838 y 1839. Ceuta será de forma creciente una ciudad con carácter andaluz, que comenzará experimentar un crecimiento importante, y un desarrollo del comercio, a partir de la guerra hispano-marroquí de 1860. Todavía en la descripción de Julio Verne no se atisba el esplendor relativo: «sus calles estrechas, formadas por tristes casas de mal aspecto, aquí y allá pequeñas plazuelas con árboles raquíticos y polvorientos, uno o dos edificios públicos con aspecto de cuartel, nada
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original excepto el barrio morisco cuyo aspecto tiene algún colorido. Ceuta es ante todo una colonia militar que cuenta aproximadamente con unas diez mil almas, oficiales y soldados, comerciantes, pescadores y marinos». La sociedad civil que va surgiendo, por ejemplo se establece una comunidad hebrea, pretenderá restar protagonismo a los militares omnipresentes, y la burguesía comercial potenciará en los últimos años del siglo las tendencias españolas a una expansión por Marruecos. Por el contrario Melilla continúa todo el tiempo sin rebasar el mero carácter de una guarnición militar con una colonia penitenciaria. Aislamiento total frente a Marruecos, y lejanía respecto a Málaga. Habitantes a mediados del siglo XIX: 2.244. La entrada en la plaza se continuaba realizando por un simple puente levadizo. Hacia 1850 visitará Melilla el literato francés Alexandre Dumas, quien plasma las impresiones de su viaje poco tiempo después: «si existe en el mundo un rincón de tierra triste en el exilio de los deportados ese es Melilla, puesto que desde ella casi puede ver en el horizonte su patria». De allí no era posible la huida pues en caso de caer en manos de los «árabes» éstos le cortaban la cabeza. El aislamiento de todos: «cuando el gobernador cierra las puertas de Melilla, la guarnición come buey en salazón, cuando abre las puertas come carne fresca, pero es siempre al precio de algún robo y de algún muerto». Pese a todo, hecho importante hacia 1860 fue que el día 7 de cada mes llegaba un barco correo especial que, procedente de Orán (ocupada por los franceses), hacía el trayecto a Gibraltar, Tánger y Cádiz, y que permitió que llegaran algunos turistas y visitantes (sobre todo franceses). Un informe de 1865 en una revista francesa indicaba que «después de la última guerra con Marruecos (se refiere a la de 1860), España ha estado menos encerrada en Melilla: la prisión se ha agrandado, pero no deja de ser una prisión. La guarnición se encuentra allí vis à vis de los marroquíes en una situación análoga a la de los ingleses en Gibraltar». También en la plaza se estableció una comunidad hebrea de procedentes del Rif marroquí. En cualquier caso, no sería hasta la guerra hispano-marroquí de 1893, producida precisamente en la frontera de Melilla, cuando Melilla comenzaría a crecer para convertirse en una pequeña ciudad.
AVANZADAS, PLAZAS DE SOBERANÍA, CIUDADES AUTÓNOMAS En el siglo XX la situación de las dos poblaciones y de sus comunicaciones cambia de una forma decisiva. El establecimiento del Protectorado en Marruecos, consecuencia de la Conferencia de Algeciras de 1906, hace que en 1912 a España se le atribuya el territorio del Norte de Marruecos, con la excepción de Tánger (declarada ciudad internacional). En ambas ciudades
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el esplendor necesario para las comunicaciones con España, para el comercio, para la entrada futura de turistas, también para la fácil travesía de militares y funcionarios, conducirá a la construcción de sus respectivos puertos, además declarados «puertos francos», libres de las tasas o impuestos correspondientes. Ceuta desde primera hora en el Protectorado será el puerto occidental del mismo, centro comercial (la Ceuta de los bazares), y también como después en Melilla, establecimiento de comerciantes hindúes (los «indios»). Se construirá la carretera de comunicación con Tetuán, capital del Protectorado, y también se establecerá el ferrocarril hacia esta ciudad, que se dotará de bellas estaciones con carácter andalusí-andaluz, si bien esta comunicación funcionará pocos años. En Melilla la situación será algo diferente. Irá creciendo de forma notable, de forma que pasó a albergar una población residente bastante importante. La nueva pequeña burguesía, con la necesidad de zonas residenciales fuera del enclave rocoso, fomentará las nuevas viviendas y el peculiar modernismo característico de Melilla a través de los alumnos y seguidores de Gaudí (sobre todo Enrique Nieto). Melilla pasará a tener organización municipal, hasta constituirse definitivamente como municipio español en el entorno de 1920. Pese a todo, fueron estos unos momentos muy difíciles: si hacia 1909-1910 los combates producidos en los alrededores de la ciudad, en el «Barranco del lobo», habían llevado incluso a la muerte del Comandante General, en 1921 la nueva ciudad de Melilla se encontró en la boca del lobo, con el desastre de Annual y el derrumbe de la Comandancia General de Melilla. Los soldados de la «República del Rif», sin reconocimiento internacional, de Albdelkrim al-Jatabbi estuvieron en un tris de entrar en Melilla, que se encontró en difícil situación de defensa, y durante bastante tiempo batido en tiro de cañón desde el monte Gurugú. El franquismo denominó con cariño a Ceuta y Melilla como «adelantadas de España». Con ello hacía alusión al hecho de ser ciudades españolas transfretanas, pero también a la circunstancia de que el primer lugar donde triunfó el golpe de Estado que dio origen a la guerra civil, el día 17 de julio de 1936, fue en Melilla, por su lógica conexión con el ejército sublevado del Protectorado. Los militares golpistas efectuaron una sangrienta represión, por cuanto en ambas ciudades había tenido apoyo democrático el Frente Popular (el Alcalde de Ceuta, Sánchez Prado, era socialista, y fue fusilado). Pero después de la guerra, pese al carácter de «adelantadas» de las denominadas «plazas de soberanía», Ceuta y Melilla quedaron en estado de simple espera, de puertos de entrada y bases militares para el Protectorado español. Los esfuerzos en la época franquista estuvieron destinados a mimar la ciudad de Tetuán, capital del virreinato marroquí, residencia del Alto Comisario y del Jalifa (delegado de la familia real marroquí), desde donde se potenciaron las infraestructuras de comunicación, y otras, y sobre todo la
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vida cultural (que quedó absolutamente apagada en Ceuta y en Melilla). Después de que Marruecos recuperara su independencia, en 1956, Ceuta y Melilla se convierten en motivo de reivindicación por parte de Marruecos, que equipara dialécticamente su situación a la de Gibraltar. El tono desabrido en los años sesenta sin embargo desvía los problemas principales, pues España en evidente contrasentido no había devuelto a Marruecos territorios meridionales como Tarfaya y Cabo Juby. Devueltos éstos el problema de Sidi Ifni, en otro absurdo declarado nada menos que provincia española (al estilo de Francia con sus Departamentos en Argelia), finalmente entregado a Marruecos en 1967, centró el problema en el Sahara Occidental, con nuevos vaivenes en la política franquista (entre la «provincia española» y la constitución de un Estado soberano). El naufragio del africanismo franquista significará el presuroso abandono del Sahara Occidental (a su suerte) y su entrega a Marruecos y Mauritania, después de la «Marcha Verde» organizada por Hassan II. Con todos estos problemas, las dos ciudades españolas al otro lado del Estrecho tendrán un evidente respiro, puesto que sobre todo Marruecos tendrá una larga y pesada, inconclusa, digestión de su expansión hacia el Sur. La ostensible mejora de las relaciones, sobre todo las económicas, a partir de mediados de los años ochenta, con los gobiernos de Felipe González, potenciará también la estabilidad y tranquilidad de Ceuta y de Melilla, que accederán a sus plenos derechos ciudadanos en el Estado español, con su declaración como Ciudades Autónomas, al amparo del Estado de las Autonomías establecido por la Constitución española de 1978. Las visitas desde la Península (los apodados «paraguayos», en la medida en la que llegaban, compraban un paraguas y otras cosas y se marchaban), estarán potenciadas por la mejora de las comunicaciones, en especial barcos más modernos en Ceuta que disminuirán la duración y mareos de las travesías, los aviones de línea regular en el aeropuerto de Melilla, finalmente la comunicación regular en línea de helicópteros con Ceuta. La importancia de los puertos como lugares abiertos, comunicados, será vislumbrada (tarde) por Marruecos, de una o de otra forma tratando de rivalizar con ventaja sobre las dos ciudades, con la construcción (hasta ahora poco exitosa) de un macropuerto en Nador (al lado de Melilla), y con el gigantesco Tánger-Med., con bastantes mejores perspectivas en el momento actual. Cada cierto tiempo en la frontera de Ceuta, y sobre todo en la de Melilla, hay tensiones puntuales, que crispan las relaciones y pretenden atizar de forma interesada a los sectores más (ultra)nacionalistas de Marruecos y España. Afortunadamente, por lo general, ambos Gobiernos saben salvar las situaciones y relajar el ambiente, como única solución viable a las distintas perspectivas (ciudades españolas de toda la vida, para unos, plazas ocupadas, para otros).
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Aunque la frontera de Tarajal («Bab Sebta» para los marroquíes) presenta una imagen plenamente tercermundista, Marruecos ha construido una buena autovía de comunicación que une Ceuta con Tetuán, y otra en la zona de la costa mediterránea en dirección a Tánger, los ceutíes tienen casas en las magníficas urbanizaciones de las playas del Norte de Marruecos, hacen inversiones en esa zona, y el aprovisionamiento a (y desde) Ceuta constituye un motor económico en el Norte de Marruecos, aunque también produce los típicos desequilibrios siempre ligados al trapicheo. Hoy como ayer está claro el éxito de la admirable apuesta de la antigua Roma: las calzadas y los puertos, las vías de comunicación, como motores de paz, convivencia y prosperidad. En cualquier caso, a mi juicio la prosperidad también debe tener mejor reparto.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA1 BRAVO NIETO, A. (2003): Melilla. Guía histórica, artística y turística de Melilla, León-Melilla. BRAVO NIETO, A. y FERNÁNDEZ URIEL, P. (Dirs.) (2005): Historia de Melilla, Melilla. GÓMEZ BARCELÓ, J. L. (2003): Vive y descubre Ceuta, León. FERNÁNDEZ URIEL, P. y otros (2009): Así se hizo España .8. Ciudad Autónoma de Melilla, serie La Aventura de la Historia, Madrid. GOZALBES CRAVIOTO, E. y otros (2009): Así se hizo España. 7. Ciudad Autónoma de Ceuta, serie La Aventura de la Historia, Madrid. VILLADA PAREDES, F. (Coord.) (2009): Historia de Ceuta. De los orígenes al año 2000, 2 vols., Ceuta. VVAA (2008): Barcos, puertos y navegación en la Historia de Ceuta. VIII Jornadas de Historia de Ceuta, Ceuta.
1. En la Bibliografía recomendada por el autor se incluyen las referencias bibliográficas de las obras utilizadas para la redacción del artículo (N. del Ed.)
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CASTRO IBERO-ROMANO DE MIANOS Mariano Zarzuelo1
Castro en el término de Mianos, población junto con Artieda ubicadas al principio del pantano de Yesa, en Aragón, al mismo pie del Camino de Santiago, que será inundado por las aguas del pantano de Yesa, actualmente se está elevando la presa existente. Para llegar al lugar, saliendo de Sos cogemos la carretera a Navardún, en esta población veremos su castillo recién reconstruido, ascendemos el puerto de Cuatro Caminos y descendemos hasta la población casi desabitada de Ruesta, continuamos la carretera bordeando la orilla izquierda del pantano de Yesa, al llegar a un cruce a la derecha, un cartel nos indicará las poblaciones de Artieda y Mianos, se pasa primero a un costado de la primera, para después llegar hasta Mianos. Por fuerza hay que llegar a la población, continuar por el camino de Santiago en sentido inverso, es decir hacia Jaca, al principio con curvas muy enrevesadas entre casas al parecer abandonadas, prosiguiendo, encontramos un caserío que la carretera divide en dos, seguimos adelante, al llegar a una curva muy pronunciada, a la izquierda de un caserío, mientras que la carretera asfaltada continúa a la derecha hacia Martes, continuamos en línea recta por el camino carreteril, que es el camino de Santiago, continuamos por él, que, aunque de tierra, está en buenas condiciones, hasta que llegamos a un redil a la izquierda en un costado del camino, que mostramos en la foto.
Desde aquí vemos una gran extensión, de donde se han tomado las fotos siguientes, en las que vemos el camino recientemente arreglado. En coche normal se puede continuar, pero en caso de lluvia es aconsejable aparcar cerca del redil, pues el barro nos puede hacer patinar o encontrar dificultades para subir después; si es en todo terreno no hay problema, se puede llegar hasta el mismo yacimiento. (A finales de marzo de 2010 el camino lo he encontrado recién arreglado). El camino que nos ha llevado hasta aquí, continua, esta vez bajando en dirección al primer riachuelo, que tenemos que atravesar, tiene muy pocos centímetros de profundidad y fondo duro, recientemente han construido puentes de madera para los numerosos peregrinos que vienen, continuamos hasta que veamos un camino a la izquierda y a pocos metros del segundo riachuelo con su puente, este camino nos lleva directamente al castro, una vez arriba apreciaremos la muralla de piedra de poca altura que posiblemente sostenía una empalizada. Alrededor del castro suele estar sembrado de trigo, por lo que debemos bordearlo por la parte izquierda. En caso de seguir el camino sin haber localizado la subida al castro y llegamos a otro riachuelo, con otro puente de madera, hay que dar la vuelta y no atravesarlo, a escasos metros, esta vez lo veremos a la derecha.
Redila al costado del Camino de Santiago
Término de Mianos y trazado del Camino de Santiago dirección al pueblo de Martes Castro
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El corte de terreno tan alto producido por el riachuelo hace de defensa natural al castro, es una situación inmejorable, ubicado, como tantos otros entre dos riachuelos. Otra opción sería, mejor que la anterior, venir desde Sos a Sangüesa, y de aquí pasando por el castillo de Javier, llegar hasta Yesa, enlazamos con la carretera de Jaca y una vez pasado todo el pantano, llegaremos a un cartel que nos indica a Sos, Ruesta, Artieda y Mianos, atravesamos el puente del río Aragón y a un par de kilómetros a la izquierda nos lleva la carretera a Artieda, continuamos a Mianos, prosiguiendo lo ya descrito.
La línea blanca es el Camino de Santiago. Los trazos continuos, los puentes de madera. Líneas grises, el curso de los riachuelos. El punto X es donde se ha cogido las coordenadas con el GPS
Puente de madera recién construido, atravesaremos el río si venimos de Martes, a pocos metros a la derecha está el camino de subida al yacimiento. Otra opción es, viniendo de Jaca, al llegar a Puentelareina de Aragón (hay otro del mismo nombre en Navarra), sin atravesar el puente, seguir recto en dirección a Martes y sin dejar el camino de Santiago hasta encontrar una depresión del terreno producido por el riachuelo que debemos atravesar, es el de la foto, al lado, el camino de subida, y a unos 90 m y final nos lleva al castro1.
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1. marianozarzuelo@hotmail.com 2. En las imágenes finales, basadas en Google Earth, la resolución es baja por ser lugar apartado de poblaciones importantes.
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EL PUERTO DE NAVACERRADA: EL PASO ASAETEADO Marco Miliário
El 18 de septiembre de 2010 la Vuelta Ciclista a España alcanzó la meta situada en «La Bola del Mundo», nombre con el que se conoce popularmente al pico denominado Guarramillas, en la Sierra de Guadarrama, a tres kilómetros del Puerto de Navacerrada, entre Madrid y Segovia, y a 2.265 m de altitud. La agresión ambiental, fuertemente contestada en diversos ambientes1, que supuso esa llegada en alto —primera vez, en la historia de la gran competición ciclista española, en que una etapa no termina en un puerto, sino en un pico— venía a sumarse a una larga cadena de despropósitos que está poniendo en situación crítica un paraje singular del Sistema Central y uno de los lugares más emblemáticos en la historia de los caminos españoles: el Puerto de Navacerrada.
El paso comenzó a adquirir importancia tras la apertura del camino nuevo construido por Juan de Villanueva a partir de 17782, si bien ya era utilizado con anterioridad, por otro trazado popularmente conocido después como «Vueltas Viejas», para distinguir su revirado recorrido del de las «Siete revueltas» que había diseñado Villanueva. De este camino antiguo, que puede seguirse casi en su totalidad y del que quedan los restos de la venta de El Barracón, existen menciones desde época medieval, cuando más frecuentemente se citaba al paso montañoso como «Puerto de Manzanares» (del mismo modo que el posteriormente conocido como «del León» era identificado con el «Puerto de Guadarrama»), si bien el paso principal en la época era el ya utilizado por los romanos, la Fuenfría, teóricamente más favorable —por encontrarse 100 m más bajo que el de Navacerrada—, pero en la práctica más dificultoso, pues el camino trazado por él discurre principalmente por la umbría y es menos practicable en invierno.
Protestas en el Puerto de Navacerrada contra el Plan de Ordenación de Recursos Naturales y el paso de la Vuelta Ciclista a España por La Bola del Mundo, agosto de 2010
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Restos de la Venta de Los Mosquitos, en la vertiente segoviana, excavados en 2010
quedan en el entorno de Navacerrada algunos testimonios, como las posiciones fortificadas en el Cerro del Puerco, en la falda de Matabueyes o en las inmediaciones del Centro Nacional de Educación Ambiental, en Valsaín3, además del imponente Puente de la Cantina4, paso crucial donde Hemingway imaginó un puente de hierro sobre el que hacer girar la acción de «Por quién doblan las campanas», novela inspirada en la escaramuza conocida como batalla de La Granja, que tuvo lugar en esos parajes en 1937. Superado el conflicto, en plena posguerra, junto al camino de Navacerrada se construye, hacia 1950, el Barrio Nuevo de Valsaín (La Pradera), con su particular fisonomía de edificios iguales con cubierta de pizarra. Pero desde principios del siglo XX el camino aglutina una función nueva, servir de vía de acceso para (fundamentalmente) los madrileños al ocio y al depor-
De este histórico camino abierto por Villanueva han quedado a su paso diversas fuentes, algunas modestamente monumentalizadas, como corresponde a un paso frecuentado por los reyes, y varias ventas —recuérdese El Ventorrillo, en la ladera hoy madrileña de la montaña—, de las cuales, recientemente, se han excavado, sin mucho fundamento ni criterio, los restos de la de los Mosquitos, junto al Puente de la Cantina, antes de que el río Valsaín dé origen al Eresma. Este lugar histórico fue también escenario de la guerra de España (1936-1939), y de ese conflicto absurdo
La Fuente de La Cantina, junto al Puente de La Cantina (Segovia)
El puente de La Cantina desde aguas arriba del río Valsaín
te. En 1903, según algunas fuentes, habría comenzado la práctica del esquí en el Puerto, si bien el primer Club de Esquí no se fundó hasta 1907, y el primer telesilla no se instaló hasta 1955. Los primeros años coincidieron con el nacimiento del «guadarramismo», una suerte de versión nacional del alpinismo, y un paso más en la admiración que estos montes han despertado siempre en Madrid. A esa época se remontan personajes míticos como Giner de los Ríos, González de Amezúa o los hermanos Kindelán y clubs como el Alpino o la Real Sociedad Peñalara, sin los que no puede entenderse la historia del montañismo en España. Pero, paralelamente al auge del guadarramismo, la estación de esquí crecía de modo imparable, tanto en número de usuarios como en instalaciones. Pese a ello, bastaron dos malas temporadas de esquí (entre 2004 y 2006) y el abandono de parte de las instalaciones —en particular, los edificios del Club Alpino Guadarrama y del Albergue Álvaro Iglesias— para que la Comunidad de Madrid decidiera la privatización de su gestión, que había sido pública desde 1981. Con el
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comienzo de la nueva gestión, la estación recibe un nuevo impulso por parte de la Comunidad, que se traduce en la formulación de nuevos proyectos durante la visita realizada por parte de la presidenta regional el 19 de mayo de 2010: privatización de los edificios abandonados, cuya demolición se había planteado hasta entonces para recuperar un entorno degradado; unión de las dos pistas principales —Guarramillas y Telégrafo— mediante una pasarela peatonal volada sobre la carretera e instalación de cañones de nieve artificial en las pistas de Guarramillas, orientadas a solana, e incluso unión de la estación de Navacerrada con la de Valdesquí, con el objeto de compensar a los usuarios del perjuicio causado con el cierre, años atrás, de la cercana estación de Valcotos. La apertura de la estación significó un giro radical en la historia del camino del puerto. La afluencia de visitantes fue creciendo de modo exponencial, a lo que contribuyó también la ampliación, en 1964, del ferrocarril de Navacerrada hasta Los Cotos, cortando
El edificio del Club Alpino, abandonado (agosto de 2010).
Antenas de Radiotelevisión Española en La Bola del Mundo
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la coronación del antiguo camino de Vueltas Viejas, y prolongando el viejo ferrocarril eléctrico del Guadarrama, inaugurado en 1923 entre Cercedilla y el puerto. Paralelamente, en la falda norte de Navacerrada se abrió, mediante un gran tajo en la ladera (solución bastante poco estética y de un impacto ambiental bastante evidente), un gran aparcamiento para vehículos privados. Entre tanto, Radiotelevisión Española puso su granito de arena alterando el perfil de la Sierra con la instalación, en 1959, de las antenas que conforman el repetidor de «La Bola del Mundo» en lo alto de la cumbre de las Guarramillas, antenas que configuran hoy un paisaje lunar para el excursionista que alcanza la cima, una de las más altas de la Sierra de Guadarrama. En una cumbre enfrentada con esta, la del Telégrafo, al otro lado del camino de Navacerrada, ya se había instalado, a comienzos del XIX, un telégrafo óptico del que aún quedan restos en el camino que asciende a Siete Picos. En paralelo con el deterioro del camino y del paso de Navacerrada, crece lentamente el proyecto de Parque Nacional, del que se viene hablando desde la época de las primeras declaraciones de parques nacionales en España, pero, en los últimos años, reduce poco a poco su superficie casi al mismo ritmo al que su declaración se va tornando irreversible. Así, el Plan e Ordenación de Recursos Naturales (PORN) de Castilla y León reduce el ámbito de aplicación del Parque Nacional a las cumbres del entorno, dejando en diversos niveles de difusa protección toda la falda norte (en particular, la de Navacerrada, donde los usos tradicionales del pinar serían, según algunos, incompatibles con la figura restrictiva del Parque Nacional), mientras que en Madrid la Comunidad desprotege por completo el área ocupada por la estación de esquí (y, por tanto, por el camino histórico), a la que declara «de usos especiales». Por si todo eso fuera poco, dentro de un movimiento que pretende eliminar toda barrera geográfica en el territorio, se debate —principalmente, en pintorescos foros de Internet— sobre la «necesidad» de abrir una autovía a través del Puerto, bien desdoblando la carretera actual (!), bien horadando la montaña mediante un túnel… de Alpedrete a San Ildefonso. La antropización extrema del lugar y su catalogación como «uso especial» en el PORN serían, en fin, según algunos, las excusas perfectas para continuar las agresiones… Alcanzado por tanto un momento crucial en la historia del paso montañoso, parece prudente alzar voces que pidan la conservación de este lugar y su incorporación al resto del Parque Nacional que quizá algún día algunos alcancen a ver. Pero, sin ánimo de polemizar más allá de lo estrictamente necesario, El Nuevo Miliario ha invitado en este número, el primero que se publica tras la llegada de la Vuelta Ciclista a España a la cumbre de las Guarramillas, a colaborar a alguien que ha vivido siempre en la falda de Navace-
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Plano del Plan de Ordenaciรณn de Recursos Naturales de la Comunidad de Madrid, versiรณn noviembre de 2009
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rrada y puede contar el peso histórico de ese paso y cómo ha condicionado su vida. Suyas son las páginas siguientes, nuestro el afán por conservar este espacio histórico y natural. DOCUMENTACIÓN ESENCIAL
1. Bibliografía Aranguren, J. (1987): El ferrocarril eléctrico del Guadarrama, Madrid Fernández Troyano, L. (1994): Los pasos históricos de la Sierra de Guadarrama, Madrid Martínez de Pisón, E. [Ed.] (1998): Madrid y la Sierra del Guadarrama, catálogo de la exposición en el Museo Municipal, Madrid Menéndez Martínez, J.M.; SánchezLázaro, T. y Marceñido, L. (1990): Evolución histórica de los itinerarios del noroeste en la Comunidad de Madrid, Madrid Monterrubio, H. y Juárez, E. (2008): La Batalla de La Granja. Historia de un enfrentamiento olvidado,
Área propuesta para el Parque Nacional del Guadarrama, Junta de Castilla y León y Comunidad de Madrid, versión noviembre de 2009
Vías, J. (2001): Memorias del Guadarrama: historia del descubrimiento de unas montañas, Madrid Vidal, J.F.; Heras Hernández, F.; Donés, J. (2004): Los Montes y el Valle de Valsaín
2. En Internet: Sobre el edificio del Club Alpino: http://loslugaresolvidados.blogspot.com/2008/10/ club-alpino.html Sobre la historia de la estación de esquí: http://www.nevasport.com/reportajes/articulos_detalle. php?id_articulos=524 Sobre el entorno histórico y natural de Navacerrada (ladera segoviana): htto://www.castellarnau.org NOTAS Sobre el Guadarrama: http://www.elguadarramista.com 1. Véase al respecto, vgr., la carta redactada por la Sociedad Castellarnau, www.castellarnau.org 2. Reinando Carlos III, aunque la larga duración de las obras hizo que el camino se abriese siendo ya Rey Carlos IV, en 1788. 3. Recientemente acondicionadas para realizar por ellas un didáctico recorrido. 4. También, de los Mosquitos o del Peñón.
Sobre Valsaín y su historia: http://www.cronicasgabarreras.com Itinerarios autoguiados en el bosque de Valsaín: http://www.mma.es/portal/secciones/ formación_educación/itinerarios/itn_autoguiados Asociación Puerto de Navacerrada: http://www.asociacionpuertonavacerrada.org
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EL PUERTO DE NAVACERRADA Pedro Ferco
En la década de los cincuenta del pasado siglo me inscribí en el grupo «Cumbres», que ocupaba una casa forestal al pie de Las Guarramillas. Conservo un afecto por aquellos obreros, poseedores de un encomiable amor al esquí y a la escalada. Más tarde me inscribí en la «Sociedad Deportiva Excursionista» de Segovia. Esta sociedad tenía un grupo madre en Madrid y presentaba la ventaja de que sus autocares me recogían en La Granja, donde yo vivía, procedentes de la ciudad del acueducto. La «Sociedad Deportiva Excursionista» era dueña de un chalet que se llamaba «Las Dos Castillas»; y por cuyos salones pasaba la frontera de las provincias de Madrid y Segovia, de tal manera que, en el comedor, mientras que el cuchillo se encontraba en Madrid, el tenedor lo hacía en Segovia. En el Puerto de Navacerrada, en aquel entonces un sitio tanto abierto como íntimo, reinaba el dios de los domingos. Más alto que el de la misas y que el de las procesiones. Y digo esto porque mi frase fue repetida en el púlpito por uno de aquellos curas obreros que entonces pululaban por todas las parroquias de los suburbios de Madrid. Recuerdo que en aquel entonces entrábamos como Pedro por su casa en los diversos clubes. Reinaba la amistad y la tolerancia. Y el respeto a la propiedad. De tal manera que si uno se olvidaba sus gafas o los guantes en algún lugar determinado y volvía a la semana siguiente se encontraba el objeto olvidado que estaba en el lugar mismo. ¡Oh, aquellos descensos, en las mañanas luminosas o empañadas en todo el valle del Noruego y vuelta a trepar! Mi grupo practicaba el esquí de travesía que es más a tono con la montaña. ¡Oh aquellas «ascensiones» a la Maliciosa y al Ventisquero de la Condesa, donde alumbra el agua pura! En otras ocasiones yo iba al puerto con Manolo Gallo, el dueño del Hotel Pasadoiro, que subía con su fugoneta procedente de Segovia con el avituallamiento usual. Rememoro aquellas noches con un frío cortante en Los Cogorros, cuando las luces de la constelación de Orión, Bellastrix y demás brillaban sobre los altos pinos en medio de un silencio profundo solo interrumpido o por mejor decir bordado por el gruñido lejano de una jabalina que habría salido de su cubil en busca de una coliflor silvestre y escarchada para las cena de sus jabatos, vestidos éstos con el consabido jersey de rayas. Recuerdo que en Las Dos Castillas me hice amigo y confidente de un represaliado de Franco que estaba allí empleado de calefactor. De este hombre aprendí una especie de piedad y estoicismo. Por aquel enton-
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ces me acogieron como columnista en los periódicos locales y provincianos. Recuerdo asimismo una Nochevieja departiendo sobre Unamuno y los existencialistas franceses; me viene a la memoria igualmente una conversación con el patriarca Arias*. «Yo pasaba por aquí y me dije qué buen sitio que para poner una venta, yo pasaba con mis acemilas procedente de León. No había en el puerto sino unos chozos de cabreros. Y así empezó todo, siguiendo al Club Alpino y la Sociedad Peñalara, las cuales, a su vez, habían seguido al talante regeneracionista de la Institución Libre de Enseñanza. Por aquí, por el Puerto de Navacerrada ha pasado toda la intelectualidad. Por circunstancias personales estuve algunos inviernos sin venir a Navacerrada. Volví una mañana de domingo. Las Dos Castillas había sido demolida y por las ruinas danzaban ciertos fantasmas, entre ellos una alemana vestida con un saco de azúcar cuyo atuendo de tal guisa era un «Saludo a la Nieve». No olía ya a domingo. La mañana no sabía a «La mañana», esa música de Grieg para su Peer Gynt. Unas monjas de la enseñanza, valiéndose de unos trozos de plástico, se deslizaban por las escasas manchas de nieve que aun quedaban por un préstamo del cambio climático. Unas mujeres con aspecto de «entretenidas» tomaban café con bollos en la Venta Arias o el Hotel Pasadoiro. Y lo que es más saliente: habían talado el mirador que da al hondón del Valle de Valsaín. Cuando me dirigí para protestar a un mercado de toda suerte de objetos que había donde había estado el mirador, un cabo de la Guardia Civil me pidió la documentación. Un regreso para no regresar. Desde que González de Amezúa, que se calzó los primeros esquíes en este puerto, pasando por los tres Arias y los Ochoa —campeones de slalom— y por los Julián Velasco y Jesús Muñoz —que lo fueron de fondo—, hasta llegar al audaz «Chaqueta» se cuentan por centenas los esquiadores autóctonos. En otro orden de cosas (como antes ya he apuntado) frecuentan estas montañas célebres escritores, pintores y científicos. Gracias a lo cual debería preservarse este paisaje, en el centro de la Península Ibérica, darle su sencillez, que es en definitiva sagrada: un lugar con identidad propia. No son muchas las capitales del mundo que tienen a mano un lugar tan emblemático. * El autor se refiere a Eleuterio Arias, fundador de la Venta Arias en el puerto de Navacerrada (N. del Ed.)
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EL SIL: LA TRANSFORMACIÓN DE UN TERRITORIO
NOVEDADES BIBLIOGRÁFICAS
Susana Chavarri Pérez, La construcción de los Saltos del Sil (1945 – 1965), Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Colección Ciencias, Humanidades e Ingeniería, nº 91, Madrid, 2010, 402 págs. COMENTARIO
DEL CAMINO COMO EXPRESIÓN DE LA LÓGICA DEL TERRITORIO Piñán, C. y Canga, B. (2009): Calzadas romanas o vías históricas de Asturias, con prólogo de Pedro de Silva, Ediciones Trabe, Oviedo, 188 págs. www. trabe.org COMENTARIO
Sin ánimo de polemizar sobre el origen de los cuarenta y un caminos de origen histórico («posibles vías históricas o calzadas romanas en Asturias y de las que aún quedan vestigios de cierto interés»), Carmen Piñán y Bernardo Canga han elaborado un librito, completado con ocho decenas de puentes «de posible origen romano», que resulta imprescindible para andar por el campo y el monte asturiano, esto es, para andar por Asturias. Libro hecho desde el terreno, fruto de muchos días de largas caminatas, es lógico que en su prólogo, Pedro de Silva hable del territorio, y de –en feliz expresión- la lógica del territorio que es la que, al fin y al cabo, fuerza a los caminos que tienden a convertirse en históricos a ir justamente por donde van. Sin debate, sin discusión sobre el origen del camino –que no es, en el fondo, la materia de la que está hecha este libro-, los autores trufan sus descripciones, breves, precisas, de datos concretos, necesarios para el caminante, al que guían con un croquis meridiano y al que ponen sobre aviso de la presencia de elementos destacados del patrimonio artístico y natural. Libro dirigido, en fin, a turistas, a caminantes, a senderistas, ningún historiador de la caminería haría mal incorporándolo también a su biblioteca.
Antropizado desde tiempos remotos (recuérdese la presencia de la imponente mina romana de Las Médulas), el valle del Sil vivió una de sus mayores transformaciones a mediados del siglo XX, con la construcción de los llamados «Saltos del Sil», magna obra de ingeniería que ahora recuerda, con un gran aparato documental, la historiadora Susana Chávarri, en el número 91 de la Colecciçon Ciencias, Humanidades e Ingeniería, con el volumen titulado «La construcción de los Saltos del Sil, 1945-1965». En este conmovedor y documentadísimo volumen, Susana Chávarri ha conseguido, «dando voz a los actores de la obra» (en sus propias palabras), elaborar una completísima historia de una de las más complejas obras hidráulicas realizadas en España en toda su Historia, debida al grupo de jóvenes ingenieros reunidos en torno a la sociedad «Saltos del Sil», que con el tiempo pasaría a formar parte de Iberdrola, la gran hidroeléctrica nacida de la fusión de Iberduero e Hidroeléctrica Española. El principal logro de este excelente volumen es, sin duda, haber aprovechado todo el esfuerzo de documentación para conseguir poner el acento en la historia humana de los equipos que rediseñaron el territorio recorrido por el río Sil. C.C.
C.C.
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LA VIA ANNIA Veronese F. (a cura di), Via Annia: Adria, Padova, Altino, Concordia, Aquileia - progetto di recupero e valorizzazione di un’antica strada romana. Atti della giornata di studio, Padova, 19 giugno 2008. Il Poligrafo, Padova. COMENTARIO
En el año 2004 se hace oficial un Decreto Ley del Gobierno Italiano (n. 5148) que sienta la base para la posterior propuesta de un proyecto de investigación cuya finalidad es la recuperación y puesta en valor del trazado romano de la Via Annia. La coordinación del proyecto y dirección de las actas publicadas corren a cargo de Francesca Veronese, funcionaria del Museo Civico Archeologico di Padova. Las dos consignas fundamentales del proyecto son sinergia e interdisciplinaridad. La primera hace referencia a las diversas instituciones que trabajan en los diferentes planos científico, administrativo-autonómico y administrativo-ministerial del proyecto. Por el contrario, la interdisciplinaridad se propone específicamente para el campo científico. Efectivamente estos eslóganes quedan reflejados en la elección del programa de la Jornada de Estudio que tiene lugar en Padua (2008) y que se pone al alcance del mundo científico a través de la presente publicación de Actas del año 20091. A continuación quisiera analizar el índice de ponencias y autores para exponer los aspectos más positivos y novedosos del proyecto al igual que, en menor medida, aquellos más deficitarios2. A priori debemos señalar que el contenido de la Jornada incluye acertadamente aspectos básicos en el análisis y comprensión de cualquier recorrido viario. En este sentido, debemos destacar el bloque 2 denominado La Via Annia e il suo territorio: metodi di ricerca, dati a confronto. A mi entender se trata del núcleo fundamental que da sentido al proyecto y trataré de analizarlo más detenidamente a continuación. Por otro lado, los bloques 1 y 3 resultan complementarios al bloque 2, siendo menos específicos y relativos al mundo de la vialidad. El bloque 1 comprende el análisis de las nuevas técnicas museográficas proyectadas para las salas dedicadas a la vía Ania, de ciertos museos provinciales del territorio comprendido en el trazado de la vía; concretamente los museos arqueológicos de Padua y Adria. El equipo del Museo Arqueológico de Padua se plantea una cuestión fundamental relativa al trazado de la vía Ania. Los testimonios de los itinerarios antiguos dejan una clara constancia de la existencia de un recorrido viario (norte) entre Padua y Aquileia, relativo a la vía Ania. El problema fundamental en la exposición museográfica de los hallazgos arqueológicos relacionados con la vía Ania se centra en el tramo sur de la vía. En este sector la investigación actual tiene
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serias dificultades por definir el recorrido, si bien hay material arqueológico suficiente en las dos direcciones propuestas, Adria y Bolonia. La solución del Museo de Padua es la de crear un discurso expositivo que prevea, a través del material expuesto, la hipótesis de cada uno de los recorridos. La importancia de las piezas para la interpretación del recorrido es indudable; se trata en su mayoría de esculturas, epígrafes funerarios y algunos restos edilicios de villas rústicas y pagos. Sin embargo, resulta indispensable ubicar los hallazgos en una carta arqueológica que consiga explicar su relación intrínseca con la vía. Una descripción minuciosa de más de veinte piezas que no podemos visualizar con relación a la vía para así discernir si contribuyen a definir uno y otro trazado de los dos propuestos (Padua-Adria y Padua-Bolonia). Del mismo modo, se define la planta topográfica de la antigua ciudad de Padua a través de las piezas encontradas tanto en el pasado como en tiempo reciente y una vez más sin planos ni cartografía alguna. Es de destacar en su descripción la gran cantidad
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de sepulturas y áreas funerarias romanas presentes en torno al posible paso de la vía Ania por la ciudad de Padua, muy especialmente en sectores de gran carga religiosa actual como el Prato della Valle, en sus confines sureste y oeste. En este sentido, la segunda de las intervenciones resulta más clarificadora. Fundamentalmente a partir del estudio de los hallazgos funerarios, Gambacurta nos sitúa perfectamente en el plano de la ciudad y añade un importante reportaje gráfico (fotografía y dibujo arqueológico) para darnos a conocer los materiales y las áreas descritas. La gran novedad en los trabajos expuestos por la autora radica en lo que viene a llamar «excavación en laboratorio». Se trata de estudiar un gran número de sepulturas que fueron extraídas en grandes cajas de madera, de un yacimiento en el centro de la ciudad de Padua (años 1990-1991). Desde 1999, se van progresivamente seleccionando las tumbas a analizar. El problema de este modo de actuar es que las sepulturas extraídas hace ya veinte años, muestran fuertes signos de desecación del terreno y grandes fisuras en los materiales contenidos. Las tumbas estudiadas en el año 2007 han resultado especialmente interesantes para la vía Ania en cuanto a que corresponden a un momento cronológico (s. III- II a. C.) previo y definitorio de la primera cimentación de la vía Ania. De hecho, la distribución topográfica de las tumbas se realiza en alineaciones este-oeste orientadas hacia un trazado viario que delimita al sur la necrópolis a partir del final del siglo III a. C. No especifica sin embargo la autora si este recorrido viario corresponde o no a la vía Ania. Dejando de nuevo el bloque 2 para analizarlo en último lugar, paso a resaltar los aspectos más interesantes del bloque 3. La intervención de Di Filippo acerca del foro de Concordia tiene una relación muy estrecha con ciertos aspectos destacados en una de las ponencias del bloque 2, «Geomorfologia e Paleoambiente lungo la via Annia» (A. Fontana). En este último se reúnen las investigaciones más recientes de carácter geológico y geoarqueológico de toda la llanura baja de la región del Friuli. Se destaca la vía Ania como elemento antrópico de mejor reconocimiento en el territorio. El estudio de la ciudad de Concordia en este capítulo goza de un papel fundamental porque el territorio de la antigua ciudad sufre un cambio paleoambiental desde época romana hasta la actualidad. La ciudad romana se erige sobre una terraza fluvial de 600 m x 1000 m dentro de un área pantanosa, a modo de isla, circundada por dos profundos valles fluviales y atravesada por la vía Ania. Actualmente nada queda de la laguna y la zona pantanosa en la que estaba inmersa la ciudad antigua. Fontana aduce que la vía Ania debía estar construída sobre cimientos muy especiales ya que debía atravesar la isla de Concordia y los dos valles fluviales para comunicar ambos lados de la llanura. Por su parte, Di Filippo se ocupa de los accesos al foro de la ciudad y sostiene que el área foral de Concordia es un área que como tal se utilizó ya previamente a la constitución
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de la colonia romana en época cesariana y que un eje viario (posteriormente ocupado por la construcción de la propia vía Ania) dividió y estructuró la ciudad ya antes de dicha colonización. La intervención de Busana y Martinelli sobre el área denominada «Ca’ Tron» se basa en el estudio de la ocupación antigua del territorio en torno a la vía Ania y su estrecha relación con ésta. Al igual que en el caso de la ciudad de Concordia, en este territorio se constata que el recorrido de la Ania sigue un eje preexistente fechado en el Bronce Final. Dentro de este trabajo es de destacar el hallazgo de una estructura de madera que constituye la cimentación de un puente romano puesto al servicio de la vía Ania. Se han llevado a cabo análisis dendrocronológicos y radiométricos de los palos que constituyen la cimentación del puente y se ha obtenido una cronología segura (segunda mitad del siglo I a. C.) y la certitud de que la madera empleada (roble) se cortaba a medida que se necesitaba para la construcción, sin llegar a ser almacenada. Bassani por su parte analiza otro tramo del trazado de la vía Ania en el área de Ca’ Tron. En este caso se pone de relevancia la necesidad de sustituir un tramo del primitivo trazado de la vía, que corría por la llanura a modo de vía in aggere, con motivo de la inundación lagunar acaecida en el siglo I a. C. Ha sido posible documentar la construcción de un segundo trazado, esta vez sobre un terraplén, que corre paralelamente al anterior, uniéndose a éste antes de salir del área Ca’ Tron y formando una sola vía. Debo señalar no obstante que el estudio del trazado viario en el área Ca’ Tron no resulta un tema novedoso en esta obra ya que fue publicado previamente en 2002 por Ghedini (et al.)3. Continuando con el trabajo de Bassani pasamos a tratar en detalle el bloque 2, con cuestiones principales relativas al estudio viario, tales como los sistemas informáticos de archivo de la información. La autora resume el método de trabajo y los resultados de un sub-proyecto llevado a cabo por la Universidad de Padua y que se incluye dentro del Proyecto Via Annia. El estudio abarca un amplio territorio, dividido en seis zonas, en torno a la vía Ania. Una vez más se trata aquí el controvertido tema de la prolongación de la vía desde Padua hacia Adria o hacia Bolonia. Siguiendo los resultados de las propias investigaciones del proyecto, hay una mejor representación de hallazgos en el trazado Padua-Adria. De este modo, de las cuatro hipótesis de recorrido de la vía a partir de Padua, la autora aboga por la hipótesis de Bosio (1991), con un centenar de testimonios documentales frente a los cincuenta de la segunda hipótesis en importancia, la de Mommsen (CIL, V, II, tab. 2). El proyecto de la Universidad de Padua pone énfasis en la parte informática de la recogida y presentación de datos. Se elige un programa denominado FileMaker Pro 94; se trata de un software (2007-8) bien conocido en el mundo de la arqueología, fundamentalmente en proyectos de gran envergadura que precisan de una importante gestión de base
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de datos. Tradicionalmente, las tablas elaboradas con FileMaker se insertaban y georeferenciaban a partir de los datos cartográficos presentes en un complejo SIG. Sin embargo, en el actual proyecto Via Annia, ya no es necesario, ya que se puede utilizar on line la herramienta Google Maps y georeferenciar el hito arqueológico sobre el mapa. El método informático utilizado es evidentemente interesante, si bien el concepto ya aparece en su versión más primitiva en 1974 cuando Broise identificó este modo de representar cartográficamente los datos como «Carte Inventorielle de Base»5. Siguiendo los pasos de Broise, Agache y Bréat, basan su cartografía arqueológica en la fotografía aérea6. En este sentido, la intervención en esta Jornada de Mozzi y ninfa, acerca del análisis geoarqueológico del territorio de la vía Ania, resulta fundamental ya que han creado una base de datos cuya información queda georeferenciada sobre fotografías aéreas rectificadas. A su vez nos recuerdan cuales son los dos principales problemas del trabajo arqueológico a partir de la fotografía aérea: el continuo cambio de las condiciones de humedad del terreno y de los usos del suelo, y la utilización de fotografías editadas para usos distintos al arqueológico. Debo destacar esta intervención por la calidad visual del aparato gráfico utilizado y por la carga de información arqueológica presente en él. De igual interés resultan los ejemplos prácticos expuestos sobre los errores de interpretación de la fotografía aérea en la identificación de estructuras enterradas; en muchos de los casos no necesariamente las estructuras corresponden a época antigua y sin embargo han sido identificadas sistemáticamente como tales por su más superficial apariencia. Para completar este exhaustivo trabajo de Mozzi y Ninfo sería necesario complementar la bibliografía utilizada por los autores que aparece centrada específicamente en los trabajos más recientes del área veneta. Probablemente sería útil incluir algunos de los clásicos estudios sobre fotografía aérea aplicada a la arqueología en Italia, tales como Chevalier (1957), Schmiedt (1964, 1968…etc) y Agache y Bréat (1975) (etc.). Para conocer la historia de la investigación arqueológica a partir de la aerofotogrametría en Italia sería también interesante reseñar las obras de Schmiedt (1965-7) y Leveau (1993); éste último con relación a la identificación aérea de las divisiones territoriales romanas. Sólo me resta añadir un dato bibliográfico relativo al método de toma de datos en vuelo dentro del proyecto vía Ania. Se trata de un artículo escrito por el propio piloto de dichos vuelos y no incluido en esta obra7. La publicación del proyecto Via Annia supone un gran adelanto en el marco investigador sobre la recuperación de los antiguos trazados de las vías romanas. Resulta difícil encontrar en nuestras bibliotecas publicaciones monográficas de calidad que año tras año nos muestren estudios vivos, en constante investigación y donde varios autores profundizan en el conocimiento de una misma vía y de su territorio, desde
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ópticas y temáticas diversas pero paralelas entre sí y al final siempre interrelacionadas. Una pluralidad de proyectos independientes pero a su vez ensamblados en un proyecto de conjunto. Se constituye como un compromiso de publicación periódica de los resultados anuales del proyecto, que sin embargo ve su fin en 2010 con la última de sus Jornadas. Es de esperar con grandes expectativas la publicación de sus resultados finales. María Hernández Martínez
1. En Junio de 2010 ha tenido lugar la última Jornada de Estudio dedicada al proyecto Via Annia. En este caso se han presentado los resultados ya prácticamente definitivos del proyecto que, tras cuatro años, está ya tocando a su fin. 2. A pesar de ser práctica habitual en la publicación de resultados de congresos y jornadas científicas, considero poco acertado programar ponencias concretas para la jornada en cuestión y no incluirlas posteriormente en la publicación; por el contrario, incluir otras no existentes en la programación. Esta forma de actuar supone que el trabajo de conjunto llevado a cabo para homogeneizar la elección de materias relacionadas con el tema, se ve deteriorado por la inclusión de intervenciones, no presentes en el programa de la Jornada, y cuya referencia a la vía Ania es nula. Véase el caso de Malacrino, última publicación de este trabajo, con un estudio sobre el teatro y el templo porticado de la ciudad antigua de Adria. Si bien se realiza un exhaustivo trabajo interpretativo sobre el material decorativo y la hipótesis de reconstrucción de las estructuras edilicias, no existe referencia alguna a la vía Ania (en el caso del teatro de Adria hay además una correspondencia clara con la vía Popilla y no con la Ania). Del mismo modo la intervención de Bonomi y Zega sobre la sala de la romanización en el museo de Adria, esta vez sí programada dentro de la Jornada, no corresponde al carácter investigador e innovador del proyecto y de no haberse incluido su página y media de texto podría seguir siendo ésta una publicación fundamental para el conocimiento de las redes de comunicación en la Antigüedad. 3. Ghedini F. (et. al.) (a cura di), 2002, La tenuta di Ca’ Tron. Ambiente e storia nella terra dei dogi, Sommacampagna (Vr). 4. En 2010 se está trabajando ya en el mercado informático con la versión 11 del software. 5. Broise P., 1974, «Genève et son territoire dans l’Antiquité; de la conquête romaine à l’occupation burgonde», Latomus, 129, 369 p. 6. Agache R., Bréat B., 1975, Atlas d’archeologie aerienne de Picarde, 2 v., Amiens. 7. Stoppini F., 2010, «In volo alla ricerca della Via Annia», Aviazione Generale, (www.ilvolo.it).
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SEGOVIA TOTAL S. Martínez, J. Santiago y A. Zamora, Segovia Romana II. Gentes y territorios, Obra Social y Cultural de Caja Segovia, Segovia, 2010, 470 págs. COMENTARIO Diez años después del ya mítico volumen titulado Segovia romana (Segovia, 2000), que Caja Segovia editó con la coordinación del entonces arqueólogo territorial segoviano, Luciano Municio, la misma institución retoma la idea, la corrige y la aumenta y proporciona, más a los investigadores que a los simples curiosos, el libro Segovia romana, II, encargando su edición a los tres mejores conocedores de la realidad arqueológica segoviana, Jorge Santiago (actual arqueólogo territorial), Santiago Martínez y Alonso Zamora (ambos, del Museo de Segovia). El resultado es, digámoslo cuanto antes, impresionante. Tan demoledor y concluyente, que parece poco probable que la arqueología segoviana genere en otros diez años material que justifique tan pronto un tercer volumen de esta serie. Si el primer título era un compendio de artículos de ámbito más general, dirigido a un público amplio, pero sin desdeñar a los especialistas (se planteó bajo la condición de que los textos fueran «de divulgación culta»), y destinado a poner al día cien años de investigaciones arqueológicas segovianas, el segundo sigue todas las líneas de investigación abiertas por aquél y las inserta en la causa y la consecuencia de todos los procesos históricos: el territorio. El libro se divide en cinco grandes bloques, «Indígenas y romanos frente a frente», «Municipios, villas y aldeas», «Gentes y creencias», «El quehacer diario de la arqueología» y la reflexión, a modo de conclusión, de Alonso Zamora, titulada «Una perspectiva», compartimentos todos que acogen trabajos de sumo interés, novedosos por sus planteamientos, algunos, y atractivos, por lo que de actualizaciones tienen, los demás. Modestamente creemos que sólo un lunar puede encontrarse en este libro: las ansias por proporcionar un nombre al magnífico yacimiento de «Los Mercados», en Duratón, y porque éste coincida con Comfluentia. A tal cuestión se acude al menos en las págs. 35, 133 y 186. Partiendo de los (escasos) datos de Ptolomeo (materia para nuestro amigo Tomás Tornadijo) y de la interpretación del topónimo, que parece apuntar a la ubicación en la confluencia de dos ríos, y que se hace emparentar con el topónimo Complutum y con la alemana Koblenz, también Comfloenta en la Antigüedad. Pero a estas disquisiciones, contra las que Joaquín Barrio considera (pág. 35 del libro) que «no parece que la ubicación precisa de esta ciudad arévaca sea una teoría que goce de mucha verosimilitud», cabría oponer, al menos, dos argumentos: por una parte, que el latino Complutum procede del indígena Kombouto, atestiguado en producciones monetales
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del s. II a.C. y, por otro, que la ubicación de grandes yacimientos celtibéricos y romanos junto a la confluencia de dos ríos es precisamente el patrón de asentamiento habitual (véase, vgr., y sin necesidad de marchar lejos, la propia Segovia); en cuanto a Koblenz, nadie dudará de que la confluencia de los ríos Rhin y Mosela no es precisamente, en su importancia estratégica, la del Duratón y el Serrano. A este respecto hemos insistido en más de una ocasión, haciendo nuestras las palabras de otros investigadores, en que un yacimiento de la entidad y la importancia de «Los Mercados» no precisa de un nombre antiguo para destacar más: la identificación del yacimiento con Comfluentia, ciudad por lo demás casi desconocida, no añade interés al enclave ni mérito a sus investigadores que, acierten o no con el topónimo antiguo, están llevando a cabo un trabajo excelente, como puede verse en el artículo de Santiago Martínez Caballero (págs. 183 y ss.). Y, salvado el único escollo con cuya presencia no estamos conformes, pasemos a los grandes aciertos: por lo que respecta al contenido de esta revista nuestra, uno impactante es haberse aventurado a reconstruir la ruta seguida por Lúpulo en 151 a.C., que no por casualidad sigue un camino por el mismo trazado que luego usará la ruta 24 del Itinerario de Antonino, a través de Sieteiglesias, Coca, Segovia y la Fuenfría (pág. 52). Otro logro es la identificación del proceso de contributio, la unificación de varios asentamientos en uno, que queda plasmado gráficamente en el mapa de la página 66. En este sentido, es significativo que de la antigua Colenda, que habría estado situada en Sepúlveda o Los Quemados, habría surgido la Confluencia situada en el Duratón. La propuesta de ubicar Miaccum en Collado Mediano o San Lorenzo de El Escorial, tanto da para este caso, implicaría considerar que esa mansio «no era una cabeza de civitas, sino simplemente un vicus, una población menor, integrada en aquel territorium. No obstante, ante las escasas evidencias al respecto, también cabe la posibilidad de plantear que Miaccum pudo ser un vicus del territorio de Titulcia…» (pág. 77), ideas defendidas también por quien esto firma en otro lugar. De igual modo, se especula con la ubicación de Pirascon en Duratón (pag. 77), que se rechaza porque «los argumentos para reconocer en esta ciudad la Comfluenta ptolemaica son más sólidos». Por último, cabría destacar también el capítulo «La ciudad de Segovia y su territorio», debido a Jorge Santiago y Santiago Martínez (págs. 142 y ss), donde, entre otros logros, por primera vez, que sepamos, se plasma cartográficamente la extensión del asentamiento celtibérico que precedió a la ciudad romana de Segovia. El inventario de yacimientos, en fin, o su trasposición a la red viaria romana (básicamente, la ya publicada en el anterior volumen de Segovia Romana) reflejan lo esencial de este libro imprescindible: transmitir la idea de que los hábitats, las comunicaciones, las instalaciones agrícolas o industriales de un momento
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histórico concreto son indisociables del territorio en que se distribuyen y de la sociedad que los hizo posibles. La Historia total de nuestros maestros revive, como era inevitable, al cabo de los años y encuentra un excelente exponente en este libro sobre Segovia, sobre toda la Segovia Romana. C.C.
NOVEDADES EN EL JILOCA M. Fuertes de Gilbert, Testimonios heráldicos; P. Crespo, Caminos y puentes: las vías de comunicación; J. Campo, Castillos y fortificaciones; C. Bonilla y E. Benedicto, Los lavaderos de lana, nº 5, 6, 7 y 8 (respectivamente) de las guías «El Patrimonio Cultural de la Comarca del Jiloca», Centro de Estudios del Jiloca, 2010 COMENTARIO
El muy activo Centro de Estudios del Jiloca (www.xiloca.com), con sede en Calamocha (Teruel), ha publicado en 2010 cuatro nuevos volúmenes de la serie titulada «El Patrimonio Cultural de la Comarca del Jiloca», guías monográficas de pequeño formato (unas 80 págs.). Entre los títulos publicados ahora se incluyen un completo estudio de Manuel Fuertes de Gilbert sobre un aspecto poco conocido, los testimonios heráldicos en la Comarca, y un excelente trabajo de recopilación de Joaquín Campo sobre castillos y
fortificaciones: parece difícil reunir más información en menos espacio, más tratándose de una comarca como la jiloqueña, siempre en la línea de frente de la batalla. El tercer volumen es un espléndido estudio de Carlos Bonilla y Emilio Benedicto sobre los lavaderos de lana de la comarca, en general, al hilo de la restauración del conservado en Calamocha. Notable aportación, sin duda, para los estudiosos del patrimonio industrial. Finalmente, Pascual Crespo es autor del trabajo que más directamente toca los intereses de los lectores de nuestra revista, pues se centra en la historia de las vías de comunicación de la comarca: desde la época romana hasta la Autovía Mudéjar, incluyendo, por tanto, los grandes ejes que han vertebrado la provincia de Teruel y, por extensión, Aragón, es decir, la (probablemente) ruta 31 del Itinerario de Antonino, el Camino Real que llevaba a Zaragoza desde Madrid, el ferrocarril central de Aragón y la autovía de reciente construcción. Trabajo de inventario exhaustivo, al que quizá sólo cabe achacar una excesiva dependencia de los planteamientos de María Ángeles Magallón sobre la red romana en Aragón (planteamientos algunos discutidos posteriormente), algunas de sus aportaciones merecen mención aparte, por lo que destacamos aquí el amplio espacio dedicado a lo largo del libro a las ventas del camino, las aportaciones de cartografía histórica y, en especial, el capítulo ferroviario. No sólo por estas guías, sino también por las múltiples actividades que, a lo largo del año, desarrolla el dinámico centro jiloqueño, recomendamos seguir su agenda a través de la web citada al comienzo de este comentario. C.C.
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IX ENCUENTRO DE CAMINANTES, PEREIRA (RISARALDA, COLOMBIA) CRÓNICA
A este Encuentro anual, realizado en esta ocasión en la ciudad de Pereira (Colombia) los días 1 al 5 de julio de 2010, asistieron cerca de 1.300 caminantes de toda Colombia, la mayoría organizados en 43 grupos de caminantes. El comité organizador del evento, liderado por la Asociación Caminera del Eje Cafetero, estuvo conformado por 4 coordinadores y 4 personas de apoyo, 63 guías calificados, 13 «madrinas» (jóvenes encargadas de cada uno de los grupos para poyarlos en la búsqueda de hotel, ubicarlos en la ciudad, etc.) y 40 hombres de la policía, defensa civil, entre otros. Los caminantes de Colombia tuvieron la oportunidad de escoger 3 de entre más de 20 rutas rurales del municipio de Pereira, Dosquebradas, Santa Rosa y Marsella (Risaralda) que incluían recorridos por diversos atractivos naturales como Parques Naturales, cascadas, baño en ríos de agua cristalina, aguas termales, vestigios arqueológicos, observación de fauna y flora, comida y arquitectura típicas, así como hermosos paisajes culturales cafeteros. Como actividades complementarias al Encuentro, se desarrollaron muestras gastronómicas y empresariales, actividades culturales, conciertos, fiesta caminera y desfile por las principales calles de la ciudad, mostrando a Pereira, Colombia y el mundo que existe un fuerte movimiento enfocado al sano esparcimiento, disfrute
del paisaje, deporte, respeto por la cultura, tradición de nuestros pueblos y el medio ambiente. El próximo encuentro (X Encuentro Nacional de Caminantes) se realizará en el municipio de Necoclí (Antioquia) la primera semana del mes de julio de 2011 y será organizado por el grupo «Huellas de Urabá» (10encuentronacionalcaminante@gmail.com). En este nuevo encuentro nos volveremos a encontrar y a estrechar nuestros lazos de hermandad. Todos los caminantes de Colombia y el mundo serán bienvenidos nuevamente. Finalmente, queremos invitar a todos (caminantes o no) de Colombia y el mundo a que se vinculen a nuestras actividades, que caminen y de esta manera liberen estrés, realicen actividad física, conozcan sus respectivos territorios, apoyen las comunidades rurales, degusten la comida típica, disfruten del aire puro, el agua y los paisajes. Si desean tener mayor información, pueden ponerse en contacto con nosotros, nos encantaría recorrer los hermosos parajes de nuestra geografía Colombiana con ustedes: Asociación Caminera del Eje Cafetero www.encuentrodecaminantespereira.blogspost.com encuentrodecaminatespereira@gmail.com rocitaruizc@hotmail.com Rosa María Ruiz Cana1 1. Presidente de la Asociación Caminera del Eje Cafetero
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X CONGRESO DE CAMINERÍA HISPÁNICA: EL BANQUETE DE LOS GRIEGOS Y LOS NICHOS ECOLÓGICOS EN LA EPISTEMOLOGÍA CAMINERA Jesús Sánchez Sánchez Se ha celebrado en Madrid, entre el 21 y el 25 de junio de 2010, el X Congreso Internacional de Caminería Hispánica. Los Congresos de Caminería Hispánica son organizados cada dos años por la Asociación Internacional de Caminería, que preside D. Manuel Criado de Val. En esta ocasión, la sede del Congreso ha sido la del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, en la calle Almagro Nº42, Madrid. Como organismos Patrocinadores figuran el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, el Ministerio de Cultura (Dirección General de Cooperación y Comunicación Cultural) y el Ministerio de Fomento (CEDEX-CEHOPU). Completaba el presente Congreso una exposición de láminas correspondientes al Viaje de Cosme de Médicis por España y Portugal, así como la Presentación del libro de Actas del IX Congreso cebrado en Cádiz del 16 al 20 de junio del año 2008. Estas Actas, editadas en soporte CD-Rom, por la Asociación Internacional de Caminería, con el Patrocinio de la Diputación Provincial de Guadalajara, se estructuran en varios capítulos: tras la introducción del director del Congreso, figuran los capítulos de Caminería Física, Caminería Histórica, Caminería Literaria, Caminería Americana, Caminería Marítima y Camino de Santiago. En este X Congreso Internacional de Caminería Hispánica se ha contado con la participación de 133 congresistas y la presentación de 70 ponencias. Se celebraron dos Mesas Redondas sobre dos temas puntuales: Vías Romanas y Atlas de Caminería. La primera recibía el titulo de «Vías Romanas. Situación actual de la investigación y excavaciones de las calzadas». En dicha Mesa se planteó la colaboración entre el Instituto Geográfico Nacional y la Organización de los Congresos, para el común establecimiento, en el Atlas Geográfico Nacional y en el Atlas de Caminería Hispánica, de un mapa general sobre vías romanas. Debido a la necesidad de urgente protección que requieren sus vestigios, se acordó insistir en la declaración de las calzadas romanas como Conjunto Histórico y Patrimonio Nacional. Deseamos una feliz conclusión a este nuevo impulso, ya que la situación de desamparo en que se encuentran muchos tramos de vías romanas plenamente identificadas es notoria. En la segunda Mesa Redonda, titulada «Atlas de Caminería Hispánica», se informó sobre su inmediata publicación y la aplicación informática que acompañará a la edición del libro. La prevista edición del Atlas de Caminería Hispánica, resume y amplía los resultados
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de los Congresos ya realizados. Es una edición que contará con la colaboración del Instituto Geográfico Nacional. La finalidad declarada de estos Congresos de caminería es la de facilitar el intercambio entre técnicos y humanistas alrededor del tema de las vías de comunicación, poniendo el acento en el significado cultural que siempre han tenido los caminos y prestando una atención especial a la caminería hispanoamericana y del Mediterráneo (http://www.ai-camineria.com/congresoso/congresos.html). Teniendo esta Asociación un objetivo tan amplio como es el de poner en contacto a cuantos en el mundo trabajan en la investigación y divulgación de los temas concernientes a la caminería hispánica, es consecuente que los contenidos de estos congresos se caractericen por la amplitud y variedad de su temáticas. Variedad —apreciable con sólo revisar el programa de ponencias y comunicaciones— que en muchas de estas convocatorias llega a transmitir una impresión de dispersión. Dispersión, tan al mismo tiempo estimulante como, tal vez, inquietante. En la Convocatoria de este X Congreso se mencionaba que, manteniendo los temas de Caminería general, se ampliaba el Temario dedicado a la Caminería Romana, Arte de Navegar, Itinerarios Hispano-Portugueses hacia la India y la Ruta Española entre Madrid y Manila. También como referente último se perfilaba en la convocatoria una deseable colaboración entre ingenieros y humanistas. Pero posiblemente sea este rasgo de la diversidad (inquietante —decimos— pero también gozosa) uno de los que vienen caracterizando y dan personalidad estos encuentros de Caminería Hispánica. Lo cual no deja de ser uno de los frutos de algo que forma parte consustancial a la propia dinámica de estos congresos: La libertad. Libertad de opción, de adscripción, de enfoque, etc. La propia acepción del concepto «Caminería», como la investigación de los sistemas de comunicación en todos los aspectos, físicos, históricos y literarios, propicia esta amplia variedad de enfoques. Es en el marco de esta diversidad donde podemos encontrar comunicaciones tan disímiles en su sustancia como «La vuelta a la patria perdida: Juan Ramón Jiménez y la poética del espacio» (de Annunziata Campa, procedente de la italiana Universidad de Pisa) y «La Vía 30 del itinerario de Antonino en su cruce sobre el Río Cigüela: El puente ‘romano’ de Villarta de San Juan (Ciudad Real)» (de Luis Benítez de Lugo, arqueólogo cuyos trabajos ya eran conocidos por los subscriptores del viejo Miliario Extravagante). En definitiva: la lírica y la arqueología compartiendo techo en un contexto caminero. Pero hay dos conceptos que conviene diferenciar. Uno es la diversidad —incluso dispersión, hemos dicho- de su temática. Otro es el marco intelectual, el marco de los referentes epistemológicos desde los que se aborda cualquiera de los temas —por alejados
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o dispersos que sean. En este sentido —del modo de abordaje epistemológico— y por lo que se refiere a estos congresos de caminería, hay hechos cargados de significado, que se evidencian por leve que sea la observación y que dan testimonio de una opción tomada por la organización de los mismos; tal vez no muy explícita pero sí muy evidente: la de hacer comunicar, ensamblar, vincular estos distintos ámbitos de los modos de acceso a la interpretación de la realidad, tan disímiles y, en muchas ocasiones, incomunicados. Veamos un ejemplo: Si la sede para las sesiones de trabajo del anterior IX Congreso tuvieron lugar en un marco académico dotado —en principio— de un cierto carácter especulativo: la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, en esta X convocatoria estamos en un marco muy distinto: la sede de un colectivo de profesionales cuya actividad se ejerce eminentemente en el campo de las realidades físicas. No es difícil encontrar contrastes entre estos dos habitats intelectuales tan distintos. Representan dos mundos epistemológicamente muy alejados como hemos tenido ocasión de comprobar recientemente en estas mismas páginas de los números 8 y 9 del
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Nuevo Miliario: los que buscan vestigios materiales en la realidad física en contraste con los que practican la especulación de gabinete. Sirvan estas líneas no para dirimir entre estos modos tan distintos de acceder al conocimiento de la realidad: lo técnico-factual y lo especulativo-académico, sino para algo muy distinto. Para reivindicar algo que subyace en una estricta cuestión etimológica. Y es el recurso a incrementar en estos congresos la parte que tienen de «simposium». Ya sabíamos que, según la RAE, simposio viene del griego συμπ σιον: festín. (Con el significado actual de «conferencia o reunión en que se examina y discute determinado tema»). No obstante, la realidad etimológica está llena de más matices. Una de sus acepciones (históricas) es la de «reunión agradable, ideal para beber, la música y el debate intelectual, entre los antiguos griegos». Seamos, pues, consecuentes y generosos en estos contenidos etimológicos: tal vez sea pertinente dedicar más intensos simposios donde practicar —y mejor al modo de los antiguos griegos— el debate intelectual. Un lugar estimulante donde se encuentren la ciencia y la técnica con las humanidades.
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V CONGRESO DE OBRAS PÚBLICAS ROMANAS: UN EJEMPLO DE PLANIFICACIÓN INGENIERIL Jesús Sánchez Sánchez
Del 7 al 9 de octubre ha tenido lugar en el Salón de Actos del Rectorado de la Universidad de Córdoba el V Congreso de Obras Públicas Romanas que, desarrollado bajo el lema ‘Técnicas y construcciones en la Ingeniería Romana’, ha organizado la Fundación de la Ingeniería Técnica de las Obras Públicas dando continuidad a la serie de congresos sobre las Obras Públicas Romanas que ha organizado bianualmente, y desde el año 2002, el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas. El encuentro se desarrolló en tres jornadas: las del jueves 7 de octubre, con el acto inaugural y la conferencia inaugural a cargo de Ángel Ventura Villanueva («El Acueducto de Córdoba»), la del viernes 8 de octubre con seis ponencias (Domingo Ugalde , Ángel Palomino, Isaac Moreno, Vanessa Ponte, Reyes Ojeda y Pierre Gros), y la del sábado 8 con una visita técnica al yacimiento romano de Torreparedones en Baena, localidad donde tuvo lugar la exposición de José Antonio de la Morena: «Apuntes sobre el urbanismo romano de Torreparedones (Baena. Córdoba)» en las instalaciones del Museo Municipal del olivar y el aceite de esa localidad. Como es evidente a primera vista, el objetivo de estos congresos no se limita a la caminería histórica, sino que lo es la Obra Pública romana, y de un modo muy señalado, la ingeniería romana y las técnicas de que se sirve. El conocimiento de éstas resulta ser elemento indispensable para la identificación y diagnóstico diferencial de estructuras romanas. Varios aspectos de este Congreso producen en el observador la sensación del trabajo bien hecho. Da la impresión de estar ante una eficiente Planificación (de connotaciones ingenieriles, es decir, entendida como el conjunto de actuaciones, ordenadas en el tiempo, necesarias para la consecución de unos objetivos). Para no hacer uso de impresiones subjetivas, vamos a dar un par de datos. Ya en el momento de recoger la documentación del Congreso se le hace entrega al congresista del libro de Actas del mismo. Se trata de un libro de 477 páginas, espléndidamente editado, que recoge la totalidad de las 18 ponencias y comunicaciones, organizadas en los capítulos de VIAE, AQVAE, MACHINAE, METALLA, VRBES y MVNIMENTA. Otro dato significativo es el tener preparado (para hacer también entrega a los congresistas justo antes de la misma) de un texto con la traducción de la ponencia (en francés) de Pierre Gros («Les routes comme signe de la puissance de Rome sur les hommes et sur la nature»).
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Añadamos otro dato inusual. Exactamente una semana después del Congreso: el 15 de octubre, ya estaban todas las comunicaciones del mismo, en formato pdf, disponibles en la página de Traianvs (http://www.traianvs.net). Pero vayamos a nuestro comentario. Estamos escribiendo desde el El Nuevo Miliario, que es un «Boletín sobre vías romanas, historia de los caminos y otros temas de geografía histórica». Hay que reseñar un hecho significativo. El Congreso reseñado no es de Caminería. Es de Obras Públicas Romanas. Lo cual es muy enriquecedor y, para quienes tenemos un interés en la viaria romana, aporta una perspectiva muy clarificadora. Y es que la viaria romana no es sino una forma más de expresión del genio ingenieril del pueblo romano. Y no se puede entender la metodología constructora de vías, sin tener en consideración las demás capacidades. Ponencias tan claras y didácticas como la de José Manuel de la Peña Olivas sobre los «Sistemas romanos de abastecimiento de agua» son ineludibles. Es preciso saber lo que los romanos eran capaces de hacer con los sistemas de abastecimiento de aguas para poder comprender lo que los romanos eran capaces de hacer con las vías de comunicación: se trata de una misma cultura técnica. Lo que eran capaces de hacer en otro ámbito, como lo es el de la minería, nos lo detallan Juan Carlos Guisado di Monti y María José Bernárdez Gómez en «La ingeniería minera romana del lapis especularis en Hispania«. Desde nuestro interés por la viaria romana, el plato fuerte es, sin duda, la ponencia de Isaac Moreno. La metodología que Isaac sintetiza en su ponencia «Vías romanas: las huellas de la ingeniería perdida» viene a completar, actualizar y asentar los criterios de identificación de una vía romana. Es, sin duda, referencia ineludible y último estado de la cuestión. Su ponencia se completa con la de Ángel Palomino: «Tratamiento arqueológico de las vías romanas» que se basa en la experiencia de múltiples intervenciones arqueológicas en el marco del desarrollo del «Proyecto de identificación, diagnóstico y análisis técnico-constructivo de vías romanas en Castilla y León». Para entender cómo la historiografía ha llegado a dar por sentado la paternidad de ciertas ideas –equívocas- sobre cuestiones de técnica constructiva, en particular sobre la capa de rodadura, Jesús Rodríguez Morales trata de «Las vías romanas en la erudición moderna: reivindicación de Nicolás Bergier». Nos da una visión del trabajo de Bergier y de cómo las malas lecturas de su obra se iniciaron nada menos que con Edward Gibbon, dando pábulo a la saga de los creyentes en el enlosado interurbano de las calzadas. Prueba de que no existe —no debe existir— una confrontación o un desencuentro entre quienes trabajan en la realidad física y quienes lo hacen en el mundo de «las letras» son algunas importantes contribuciones que aparecen en este Congreso. Por un lado, desde el mundo del Derecho, Vanessa Ponte nos ilustra con
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el importante tema del «Régimen jurídico de las vías romanas». Por otro lado, destaca el exhaustivo trabajo de Juan José García González, David Peterson, Iván García Izquierdo y Lucía García Aragón titulado «Introducción al conocimiento de la viaria romana a través de la documentación altomedieval». No es verosímil la existencia un pulso entre disciplinas (arqueólogos-documentalistas-ingenieros). Hay sólo un método científico. (Aunque con distintas particularidades en las humanidades y en las ciencias de la naturaleza). Pero la viaria romana no es especulativa. En tanto que objeto material, en tanto que realidad física, tiene una clara implantación en el mundo de las ciencias de la naturaleza. El estudio de los caminos calzados romanos parece ser el principal objetivo de El Nuevo Miliario, como lo fue de su antecesor, y pionero en España, El Miliario Extravagante. Sobre lo cual haremos un comentario. A nuestro añorado Gonzalo Arias le llegó un poco tarde la revolución de Isaac Moreno Gallo. Gonzalo era un hombre más de gabinete que de campo. Dentro del paradigma que le tocó vivir, el abordaje del estudio de la viaria romana se basó más en el intento de conciliación de la cartografía con el texto del Itinerario de Antonino (y otras fuentes) que con la búsqueda de evidencias físicas en el terreno. (Que también las hubo: Ahí están, por ejemplo, las fotos de su Repertorio de caminos del 87). Sin embargo, no tengo dudas. En el nº 91 de la cuarta época del ME (dic. 2004) Gonzalo se aproximaba a buena velocidad a las tesis de Isaac. Me parece que Arias, dotado de un espíritu hipercrítico (en el sentido de poco proclive a los cantos de sirena) y de una honestidad intelectual acrisolada, hubiera —si el encuentro con la sabiduría de los inmortales se hubiera demorado un poco más de tiempo— convergido y sintonizado con los trabajos de Isaac. Me parecen muy claros estos fragmentos del último ME:
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«Quienes nos adentramos en el estudio de la red viaria romana sin tener formación de ingenieros tenemos mucho que aprender de obras como la de mi buen amigo Isaac. Por mi parte, he estado siempre atento a sus argumentos, lo que me ha llevado a matizar o rectificar mis posiciones en más de un caso». Luego es, incluso, mucho más claro: «La perspectiva de un ‘especialista en interpretación de itinerarios romanos’ (eso me considero) necesita complementarse con la perspectiva del ingeniero. Humildemente me declaro dispuesto a aprender de Isaac» (ME, Cuarta Época, Nº 91 (Último). Diciembre de 2004). Y es que la identificación de vías romanas basada en el intento de ajustar, curvímetro en mano, las millas del Itinerario de Antonino sobre mapas topográficos asignándolas rígidamente unas veces el valor de la milla «romana» de 1.480 m y otras el valor «griego» de 1.538 m y contando éstas desde ignotas mansiones y mutationes, acumulando sesgos por la asociación de ubicaciones especulativas con la atribución no menos especulativa de errores en los copistas medievales, es un ejercicio que a menudo sólo puede conducir a la melancolía. Ya se lo dijo Claudio Sánchez Albornoz a Gonzalo Arias: «cuando he visto que coge usted el compás y empieza a medir distancias, malo. Eso es lo que hacía Blázquez [Antonio Blázquez]. Va usted por mal camino…» (ME, 46, 10). Ahora sabemos mucho más de qué es y qué no es una calzada romana y de cómo identificarla en el terreno. No obstante, todavía quedan retos pendientes. Uno de ellos es el del diagnóstico diferencial con los caminos que presentan arrecifados o calzamientos cuyo origen es muy posterior. Es decir, distinguir los paquetes de firmes romanos de aquellos otros mucho más recientes (como los derivados del sistema Trésaguet, o de los sistemas más alejados del macadanismo). Lo cual ya había sido advertido por Saavedra en 1861: cuando los margines quedaban ocultos por las capas más superficiales «las vías romanas tienen la más absoluta semejanza en su aspecto con nuestras carreteras, y su construcción es muy análoga a la de las que antes se hacían por el sistema Trésaguet» (Saavedra, Descripción... 1879, p. 5). Retomando la crónica de este Congreso, y como todo no puede ser perfecto, hemos mencionar un par de anécdotas, una de carácter meteorológico y otra un claro lapsus calami. Por un lado, la programada visita al yacimiento romano de Torreparedones, en Baena, tuvo que ser suspendida, ya in situ, y tras un no corto desplazamiento en autobús, debido a un importante e inoportuno aguacero que cesó, como es lógico, al poco de haber decidido desistir de la visita y abandonar el yacimiento. Por otro lado, pese a así aparecer en el texto de la Presentación del libro de Actas, la Colonia Patricia Corduba no fue la capital de la Hispania Citerior. Anécdotas aparte, sólo cabe calificar esta serie de Congresos de Obras Públicas Romanas como altamente recomendables.
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LO QUE SE DICE
ENTRADAS DEL BLOG DE EL NUEVO MILIARIO PUBLICADAS EN EL ÚLTIMO SEMESTRE (HTTP://ELNUEVOMILIARIO. BLOGSPOT.COM)
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Agua del Pirineo en Zaragoza (1 de julio) Otras Grandes Vías (1 de julio) El Muro de Adriano (1 de julio) El acueducto de Altea, BIC (1 de julio) Celebrado un curso sobre ciudades romanas en la Meseta Sur (1 de julio) Sistema de Información del Conjunto Arqueológico de Carmona (2 de julio) En marcha el V Congreso de Obras Públicas Romanas (5 de julio) Señales preocupantes desde Italia (7 de julio) Nuevos Museos (15 de julio) Barcos bajo rascacielos (16 de julio) Oro y Plata en el Museo Arqueológico Regional (25 de julio) La Diputación de Valladolid, con el Camino de Santiago (27 de julio) Exposiciones del Camino de Santiago en Astorga (27 de julio) Novedades portuguesas (27 de julio) Un Museo visigodo en la Vega Baja de Toledo (29 de julio) La Vía de la Plata, per compendium (30 de julio) Exposición “Las cavernas de la región cantábrica” (9 de agosto) Aclaración y rectificación (9 de agosto) Jornadas de Arqueología de Madrid (10 de agosto) Novedades en la distribución de los números atrasados de El Nuevo Miliario (10 de agosto) Proyecto de recuperación de la Vía Annia (12 de agosto) Historia de dos ciudades: el Real Sitio de La Granja (13 de agosto) La Sargentada 2010, en La Granja (13 de agosto) Centro de Interpretación de las calzadas romanas en Nestar, Palencia (13 de agosto)
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El Camino de Santiago, afectado por el embalse de Yesa (15 de agosto) La cerca de Felipe II en Madrid, mejor conocida (15 de agosto) Recuperación de vías romanas en Valencia (16 de agosto) Centro de Interpretación de vías romanas en Barcelona (16 de agosto) Bibliografía viaria (17 de agosto) Los nombres de América (17 de agosto) Via Augusta en Cataluña (20 de agosto) Nuevos proyectos de Caminería (24 de agosto) Señalizada la Torre del Puerto de La Losilla (3 de septiembre) Áreas suburbanas en las ciudades históricas (8 de septiembre) Revista de Estudios del Campo de Montiel, número 2 (14 de septiembre) Sueño de una noche de verano (15 de septiembre) Aplazado el curso de Morille sobre la Vía de la Plata (15 de septiembre) Informes de Patrimonio Histórico de Castilla – La Mancha (16 de septiembre) Sociedad Caminera del Real de Manzanares (5 de octubre) Curso sobre la Vía de la Plata en Morille (6 de octubre) El Danubio, amenazado (8 de octubre) Caminos antiguos amenazados por una refinería (15 de octubre) Biblioteca Virtual de la Institución Fernando el Católico (15 de octubre) Traianus da otro empujón (18 de octubre) Geografía de la Guerra Civil en Cataluña (20 de octubre) «Rostros de Roma», en Alcalá (20 de octubre) Presentación del Centro de Estudios del Campo de Montiel (21 de octubre) Congreso Nacional de Vías Pecuarias (25 de octubre) Curso de Caminos Públicos y Senderismo (25 de octubre) Juntos otra vez (29 de octubre)
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Restaurado el Puente de Salamanca (4 de noviembre) Restaurado el Puente de Hierro de Zaragoza (4 de noviembre) Señales preocupantes desde Italia, II (8 de noviembre) Traianus en facebook (9 de noviembre) Un estudio de paisaje del vado de Alconétar (9 de noviembre) Trashumancia mediterránea (11 de noviembre) Polémica por el Puente de Zaragoza (14 de noviembre) La A-34, según García Gamarra (15 de noviembre) Debate sobre las falsificaciones arqueológicas (15 de noviembre) En defensa del Camino de Santiago Primitivo (19 de noviembre) Política de anonimato en este blog (25 de noviembre) Blog sobre el mundo de las vías pecuarias (26 de noviembre).
(4 de octubre) Madrid, finales de los años 80 (del siglo XX): un grupo de arqueólogos interviene en el Castillo de la Alameda de Osuna, una ruina abandonada en el límite del término municipal de Madrid, y documentan estructuras del castillo y restos de un poblado prehistórico. Luego, el abandono y la desidia se hacen cargo de la gestión de las ruinas... hasta que en 2007, por iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, de nuevo un grupo de arqueólogos, encabezado ahora por Gregorio Yáñez y Adolfo Guillén, retoman el proyecto, llevan a cabo una excavación en área en el castillo y organizan talleres para que los más pequeños puedan acercarse al conocimiento de la arqueología. La excavación termina con el acondicionamiento del castillo para la visita pública, tras su restauración, y con la publicación de una guía que puede descargarse de la . La ruina abandonada se convierte en patrimonio de todos, los escombros pasan a desvelar el único castillo de la ciudad de Madrid: una vez más, milagro en la ciudad, otro mundo es posible.
ENTRADAS DESTACADAS Milagro en la ciudad Marco Miliário Nuevas vías, viejos hogares (30 de julio) Milagro en la ciudad: durante las obras de la M-30, en Madrid, se localiza un yacimiento fundamental, Parque Darwin; se excava la zona afectada por las obras... y varios años después varias decenas de arqueólogos, con Jorge Morín al frente, y desvelan un hábitat que permitirá reinterpretar el origen de la ciudad de Madrid, reescribir su geografía histórica. Feliz noticia: una vez más se ha demostrado que otro mundo es posible. (26 de agosto) Milagro en la ciudad: en 2006, el Consorcio de Transportes remodela el intercambiador de Príncipe Pío, en la antigua estación del Norte de Madrid. Un equipo de arqueólogos y paleontólogos, encabezados por Vicente Marcos Sánchez y Lara Pilar Roca, descubre vestigios de fuentes monumentales del siglo XVII y restos paleontológicos de 15 millones de años de antigüedad. Cuatro años después, con el intercambiador ya funcionando desde hace dos, se reserva un espacio en las instalaciones para , para enseñarles más sobre su historia. Es momento de felicitarse y de comprobar que, quizás, otro mundo es posible.
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Milagro en la ciudad (de Titulcia), IV (27 de octubre) Milagro en la ciudad, esta vez en la romana de Titulcia (Madrid): ocho años atrás, la Comunidad de Madrid proyecta una actuación arqueológica en Titulcia, sospechando la importancia del enclave arqueológico; mucho tiempo después, , encabezado por Ángel Rollano, y localiza una pieza excepcional que, una vez limpia, va directamente a las vitrinas del Museo Arqueológico Regional, en vuelo directo del yacimiento a la exposición. Afilen ahora sus cuchillos los defensores de una y otra hipótesis sobre la coincidencia o no de Titultia con Titulcia, pero por favor les pido que, antes de que el sol reflejado en la hoja del puñal les ciegue, aprecien la magnificencia del enclave romano que se
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está investigando en Titulcia y se alegren conmigo de que una vez más el patrimonio puesto al servicio de todos nos haga ilusionarnos con la idea de que, tras este nuevo milagro en la ciudad (de Titulcia, esta vez), otro mundo es posible.
NOVEDADES BIBLIOGRÁFICAS RESEÑADAS EN EL BLOG DE EL NUEVO MILIARIO EN EL ÚLTIMO SEMESTRE -
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Calzadas romanas o vías históricas de Asturias, de Carmen Piñán y Bernardo Canga (10 de agosto) Via Annia. Adria, Padova, Altino, Concordia, Aquileia: progetto di recupero e valorizzazione di un’antica strada romana, de Francesca Veronese, coord. (12 de agosto) Segovia romana, II: gentes y territorios, de Santiago Martínez, Jorge Santiago y Alonso Zamora, coords. (13 de agosto) Nuevas guías sobre el Jiloca (19 de agosto) Atlas de Historia del Territorio de Andalucía (19 de agosto) Vías de comunicación romanas de la provincia de Guadalajara, de Juan Manuel Abascal (15 de septiembre). La construcción de los Saltos del Sil, 1945 – 1965, de Susana Chavarri (7 de octubre).
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RECTIFICACIÓN: Notificamos que en el último número se deslizó un error en la dirección de la página web de nuestra revista, que es la siguiente:
Y, con esta rectificación, aprovechamos para presentar a nuestros lectores nuestras disculpas por ello.
DISTRIBUCIÓN DE LOS NÚMEROS ATRASADOS DE EL NUEVO MILIARIO Comunicamos que desde hace unos meses la prestigiosa librería zaragozana Pórtico ( ) se encarga de la distribución de los números atrasados de nuestra revista, por lo que las solicitudes pueden formularse directamente a la librería ), o a nuestro correo electrónico (elnuevomiliario@gmail.com), desde donde las reenviaremos a esa dirección. En cuanto a aquellos números cuya edición impresa se agotó tiempo atrás, están colgados de la web de nuestra revista ( ), de donde pueden descargarse gratuitamente.
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PAUTAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ORIGINALES EN LA REVISTA
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El boletín bianual El Nuevo Miliario acoge trabajos, noticias y comentarios sobre vías romanas, historia de los caminos y otros temas de geografía histórica de cualquier época, pero para la publicación de los textos se aconseja seguir las pautas que se describen a continuación: 1) Los trabajos tendrán preferentemente una extensión máxima en torno a las 15 páginas tamaño DIN A-4, incluyendo ilustraciones y bibliografía. Cada página de texto tendrá unos 2.500 caracteres. 2) En El Nuevo Miliario pretendemos respetar el medio ambiente; por ello, como norma general, y para reducir el consumo de papel, los originales, siempre que sea posible, se enviarán exclusivamente en soporte informático, en CD – Rom en el que se incluirán el texto y, por separado, las imágenes (planos, mapas, fotografías, etc.), o por correo electrónico. Únicamente en aquellos casos en que los autores consideren que los trabajos deben de ir maquetados de una forma concreta se enviarán los originales impresos en papel. 3) Del mismo modo, se aceptarán preferentemente las fotografías (preferiblemente no más de tres o cuatro por trabajo) enviadas en soporte digital, en formatos .jpg, .pct o .tif, con una resolución mínima de 300 ppp. Para los planos y mapas, que se enviarán como imágenes, se aceptará además el formato .pdf. Circunstancialmente se aceptará el envío de fotografías, mapas o planos originales para su reproducción, que serán, en todo caso, devueltos al concluir la maquetación del trabajo. 4) Las imágenes se acompañarán, si los autores lo consideran necesario, de sus correspondientes pies, que se presentarán en una relación al final del texto. 5) Los trabajos podrán incluir notas bibliográficas y notas a pie de página (aunque, preferiblemente, se evitarán estas últimas y, en todo caso, se publicarán como notas finales), mientras que la bibliografía se citará preferentemente recurriendo al Sistema Harvard, (Autor, año, título, lugar de edición) de este modo: - FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, P.F. (1987): Sobre el neolítico y otras antigüedades de la región de Murcia, Revista de Estudios Peninsulares, 17. LA FECHA prevista DE CIERRE DEL NÚMERO 12 de El Nuevo Miliario estará en torno al 5 DE MAYO DE 2011
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nยบ 8, Junio 2009