cho lago se hace a una profundidad máxima de agua de 45 m, y la galería de toma, de 1,80 m de diámetro, se cierra con una compuerta, en la que, en posición de cierre, se aplica la guarnición de la compuerta sobre la del marco; pero al iniciarse el movimiento de apertura el esfuerzo de tensión de los cables de maniobra mueven primero unas palancas, que por medio de sus ejes excéntricos separan las guarniciones antes indicadas, a la vez que aplican el tablero sobre unos rodillos, y al continuar el esfuerzo de tensión de los cables se inicia el movimiento de rodadura (folleto especial de la Casa Escher Wyss, L'Installation d'Adamello, y Dighe, de Scimemi, pág. 383). En algunas instalaciones se han empleado para estos cierres compuertas Stoney. Ya indicamos el mal resultado que dieron los de la presa de Roosevelt. Sin embargo, instalación análoga llevada a efecto en la presa de La Peña, con tres series de dobles compuertas, 2,80 X 1,20 m y carga de agua de unos 30 m, ha dado buenos resultados (Comunicación a la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias, Congreso de Cádiz, tomo X, pág. 87, y Proyecto de compuertas y toma de agua para el pantano de La Peña, por Severino Bello, 1912). Estos han de depender, naturalmente, de la carga de agua, tiempo que queden abiertos los desagües, si esta apertura es parcial o total, y de disposiciones especiales de la instalación. No cabe duda que en las compuertas Stoney, al recorrer doble camino que el tren de rodillos y quedar éstos en la posición extrema de apertura de la compuerta por debajo de su borde, si no se le defiende contra la erosión y si no se da entrada de aire en cierre parcial, dichos rodillos han de estar expuestos a desperfectos por erosión, arrastre y corrosión. También están indicadas para estos cierres las compuertas Oruga y las Sernit, a las que ya nos referimos al tratar de los canales. En la presa Cushman (Bngineerings News-Record, 14 abril 1927, página 608) la toma de agua para la central se verifica por dos compuertas Oruga de 2,10 X 3,60 m, con by-pass, y pudiéndose abrir con 42 metros de carga de agua; pero, equilibrándose antes las presiones, no hay peligro alguno en el funcionamiento. En muchas presas se han verificado estos cierres con llavesconipuertas, como en las presas de Sánchez (E. U.), Marklissa, Solinger (Alemania), Torina (España) y otras. Unas veces estos cierres quedan situados en el origen del conducto, y sus mecanismos son manejados desde su coronación o desde la cámara especial habilitada en la presa; y otras veces se sitúan junto al paramento de agua abajo. De los dos casos pondremos ejemplos a tratar de la ubicación de las tomas. Esencialmente las llaves-compuertas tienen disposición análoga a las empleadas para el cierre de tuberías, de las que ya nos ocupamos. Cuando los mecanismos elevatorios quedan situados en la coronación, como indica la figura 787, las barras de transmisión de movimiento están expuestas al pandeo, y, para evitar ex-