Primer Congreso Nacional de Ingeniería. Tomo II. Parte 2

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Tan importante p ropiedad 1laanó desde hace tiempo la atención de los ,c onstructore·s, que consiguieron utilizarla ·e n algunas abras; pero, por desgrada, ni siguió la teoría a la práctica, ni trató de aquilatarse en el la:boratorio la aptitud del sistema. Sin estos requisitos no puede condenarse, ya que Ia experiencia confirmó que puede realiz:ar económicamente muros, .pilares, depósitos, forjados de suelos y hasta vigas. rectas. El Arquitecto Sr. Ferrero, al comentar la azotea Torrás, de ladlri~ llo ·armado, que más adelante citamos, hace un llamamiento para que se estudie el sistema constructi~. Ni antes ni después, he encontrado ninguna eX¡posición soibre el ladri.Uo armado. Al presentar esta comunicación después de haber, publicado recientemente el fruto de mis trabajos sdbre el asullll:o, que no pueden tener base firme por no disponer de los medios necesarios para estudiarlos en el laboratorio y en la práctica de manera eficiente, no es mi intención hoy exponer ante el Congreso aquel estudio, sino solamente la d 1e aprovechar esta ocasión que me brinda la reunión más im portante de Ingenieros españoles para 'r epetir el llamamiento del Sr. Ferre-. ro, al que uno el míro, llevando ·el bagaje incompleto de mis apullll:es sobre esta materia y de una experimentación escasa; pero antes, y con el fin de escudarmle con otros nombres prestigiosos y de fijar la atención del concurso, que ¡p udiera tachar de quiméricas mis ideas, voy a ocuparme en .p asar una ráipida revista a las ,c onstrucciones que preconizan el sistema.

ANTECEDENTES En la construcción de .una esclusa en Tolón, en 1876, encontramos: por primera vez la idea más grandiosa de asociación de las mamposterías y del hierro, contribuyendo los dos materiales a la resistencia. Se trataba de 'c onstruir dos cuencas de esclusa, empleando el procedimiento de cirnentarlo 'Sit"iViiéndose de grandes cajones en fondo, so-. bre fos que se erig~a la c>bra. Los cajones de madrera no dieron resultado por sufrir deformadones. Entonces, ·Hersellll: propuso hac~rlos de 'Palastro de 144 X 41 X 19 metros, que tomaban apoyo en el fondo preliminarmente dragado, efectuando la inmersión el peso de la obra de mampostería. · La misión de este .g.ran ca.jón-'estamco era: 0 I. Permitir la construcción al albrigo del agua de las .maimpos.... terías. 2. 0 H undirse .con las mamposterías hasta el firme.

11 11

1 1

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3.º R{,sistir durante todo el : período de hundfoú.ento con el concurso de la:s maimposterías a _los efectos crecientes de la,s . fuerzas. El oajón estaba armado ·e n 11a parte inferior €0il1J: . I.º Una gran viga tubular !(R'>r el confü.rno. 2. 0 Diez y siete vigas transversa~es. 3.0 Dos vigas longiturdina,les inre:rnnOO:ias. En su ipairte alta, estaba forrado con ¡palastro; pero el conjunto de estos elementos metálicos era insuficiente pa:ra resistir los enormes momentos de flexión que varia:ban de 10.000 a 20.000 Tm. :X m. Her-s ent propuso la idea all:revida en la época de a:saciar el trabajo de los dos materiales en una construcció11 de dimensiones tan grandes. El informe de los Ingenieros del puerrto de T<olón fué. favornble; y en su consecuencia, se áiplicaron las fór:mul1ais de flexión clásicas· a esta pieza heterogénea, ides.pués -d e fijar en 20 la relación de los coeficientes de elasti-eiidad de hierro y mw1nposterías. En lá práctica; dió este sisterrta excelentes resultados, e;xtend:iéndose el prooedimiento a otras construcciones de mayores dimensiones. Cottancin -e mplea desde hace mu'cho tiempo sistemas muy originales en el hormigón artmadlo: dedujo drel estudio del hormigón entre las armaduras .q ue éste resistía del mism© m0do que los pdsma-s sometidos a compresión en la•s ;máquinas de ensayo, rompiéndose ¡por aiplast amiento con la formación de pirárnides características. De la consideración de estos prisma.s elemientafos,. dedujo Cottancin que 1>0dían formarse en múohas ocasiones C-On ladriillos oroiÍnarioSI O huecos. En el ,p rimer caso, ponía las ligeras armadums ·en las juntas, y en el segundo, en el inter[or, apr-Ove,chando los conductos qu e forman los huews puestos· en prolongación y ·v iertiendo mortero muy 1íquidQ para que for.me cuer·p o la fábrica con •la a.r madura. Los muros de fachada los organiza con ta:bi<ques dobles f blrmados. por dos pander:etes d·e 5 -m. de espes-0r pueisotos .a la di;stan:cia de medio metro y unidos de treclio en trecho con otrns transversales. El ¡perfil en planta es una serie de doba:e T unidas por las ta'blas que ¡presentan gr·a n momento de inercia. Con estos tabiques se ha conseguido levantar casas de seis pises que reúnen excelentes condiciones higiénicas. La iglesia de Saint-Jean, Montmiartre, construída p-or Boud'Ot con arreglo a este sist~, y quie afoaNza 35 metros id.e altura, tiene muros de 11 .centílrnetros. · Las construcciones que mu-estFa de mainera aná:s concluyente el monolitismo que puede conseguirse con las mamlposterías de ladrillo a>rma.das son fas cimentaciones de las •q ue existen varia s que cum:plen perfectamente su destino. 1

d'e


·Las e~periencias más interesantes se realizaron en Túnez, en un terreno muy fangoso, que no podía resistir 1más de 0,15 Kg. por cm.2 , y en otro arenoso de 0,45 Kg. por om. 2 En este terreno, no se creyó oportuno recurrir al empleo del hormigón amnado, y se probó uñ siistema de cimentación, que .consistía en una serie de tabiques de ladiri11o arma.do que dividían el terreno en un recticulado de mallas estrechas. Al cargar esta construcción, se fué qundiendo progresivamente, hasta. que el rozamiento lateral, que va en aumento, illegó a equi[ibrar la_s cargas verticales. Los resultados de estas experienciaJS fueron concluyentes, existi.endo coostrucciones 1permanientes cimentaaas desde principios de ·este siglo con buen~ resultados . . Piketty -también ha empleaq'o con éxito en sus construcc~ones de siderocemento el ladrillo arma<lo, que suibstituye a ~quel material en ;partes determinadas. · Así, por ejemplo, en la construcción de un depósito de .31 m. 8 de ca.Pacidad sobre ocho pilas de mampostería, hizo el fondo de hormigón armado, construyendo las paredes con mam¡postería die la<drillos, interrumpida a intervalós por una hilada de cemento arma<lo ·destiñada a absorber los empujes. Estos recua:drbs tienen unos contravientos interiores en los dos sentidos. Además, en cada tendel, que tienen dos centínietros de espesor, encierra i,ltias bar.ras de hierro redondo. · De este ·cons·t ructor tam'libién debemos c;itar un puenty <le v~rios tramos indeipendientes de rn metros de luz, construí.do con tres largueros de hormigón afinado, que se apoyan sobre pi.J.rus ind'ep·encl'ientes de ladrillo, interrumpidas ·de trecho en trecho por unas losas cuadradas de hormigón armadas con cuatro varillas. - . Leon ·Cosyn presénta una construcción de silos cuya estructura es la misma que la de los depósitos que acabamos de reseñar. La fábrica <le ladrilllo está interrumpida ¡por recuadros de hormigón armado que a:oso~ben la presión del gral;lo, y entre los cuales la fábrica trabaja a Jlexión, sin ad:m~tir coeficientes de trabajo por extensión_ superiores a 2 Kg. por om. 2 Los forjados de laclirillo armado sistema ;F;erret parece haberse extendido mucho en los pocos años que tien_en d'e vida en Italia y Francia . .Consisten sencillamente en unos tabiques tomados con mortero de cemento, y que llevan en fa.1si juntas hierros redonidos, cuya colocación se facilita .con el empleo de ladrillo acanafado en sus Ja.dos mayores. Las ventajas que les at-ribuye la sociedad exiplotadora de la patente son : - 1.0 So.lidez.-2.º Economía.-3.º Resistencia al fuego.-4.º Poca sonoridad. Del examen de los certificados que presentan, se despre~d:e que han resistido cargas de r.400 Kg. por m. 2 sin señales de fatiga. En cuanto


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305, -

a la prueba al fuego, queda bien sentado que protege eficazmente los entramados <le :madera y no sufre quebrantos, una vez elevado a I.000 grados, por la acción del agua. Ya se comprende, acudiendo al empleo die ladrillos especiales, es posible disponer forjados de mayores momentos resistentes .. El sistema Perret ha sido empleado con éxito en los cuarteles franceses. El forjado de suelos se ha realizado también en España con ladrillo, sin necesidad <le recurrir a tipos especiales, como ocurre con el sistema Perret; y es debida esta aplicaci0n al Ingeniero militar Sr. Tejón, que la amplió con buen resultad@ en var.ias obras de Córdoba. Consiste en tender horizontalmente, sobre un entramado de viguetas, metal "deployé" bien atirantado y andado para que pueda servir de cimbra ;1 y sobre el mismo se construye un tabique plano, tomado con mortero rápido, y encima otro a cubrejt.Íntas. El empleo de varillas de hierro que absorbían los esfuerzos de tensión en las piezas-bóvedas ha sido propuesto y calculado por René Riffieux. No tenemos conocimiento de ninguna aplicación de este género. En caimbio, sabemos que, en las grandes presas americanas, para oponerse a las .grietas <le temperatura, se introducen en el macizo de la fábrica barras horizontales, y con mayor profusión en los arraques, que es donde se .presenta con más facilitlad el agrietamiento. ¡Quizá el porvenir reserve también una brillante aplicación a la armadura metálica para o.ponerse a las · temid_as subpresiones ! Esto conduciría necesariamente a una gran .reducción de las formas m;:icizas triangulares hoy en uso. Una aplicadón característica, y muy conocida del ladrillo armado. es la construcción de depósitos de panderete muchado. Por experiencia podemos asegurar que, tratándose ·de pequeños cubos de agua, se imj~Onen, por su ligereza, i:apidez · de construcción y economía, a los de hormigón armado. Más -Qriginal y sorprendente que todas las construcciones anteriores es e1 ejemplo que nos ofrece una azotea realizada hace . muchos años en Barcelona, proye<ttada "por el Arquitect0 Sr. Torrás. Comentando el Ar.quitecto Sr. Ferrero esta obra, dice: "E! m9do de proceder era tan se·n cillo, · práctico y económico, que es muy raro que n~ fuera tenido en aquel tiempo comq medio excelente de construcción, cuand'o .hoy, pasadas unas, ,decenas de años, como fal puede reputars~. Consistía el taller en un 'local de crujías o naves paralelas de · unos cuatro ~~rps de luz,. _formad~s .por los muros, siendo .de su¡ oner .que_, según la costumbre del r»aís, fuesen dé ladrillo de un pie de grü é'Só y tr.aviesás 'intermedias formadas con ~reos, · sol:>.re '.n)KQ ll

20


apoyos o pilares hecluos rdle ladriQlo, que estarían esparcidos a 3 metros. Para cubrir las crujías con a~otea, se pusieron paralelas entre ~í perpendiculares a fos mur-0s y traviesas, y a ellas bien sujetas unas pletinas que tienen la forma parabólica que da los momentos de flexión s in cimbra ni diisposición alguna; se hizo un tabique s·encillo de ladrillo y cemento como ma:terial de unión. Encima pusieron entre tales tabiques tableros de varilla hadendo fa azotea:, que acabó de comp1etar el sistema, dando a cada viga la forma T. La parte horizontal, la corres- · pondiente a la azotea entre los ejes de ilos entrevigados, trabaja a comipr:esión como part e superior de unia ·v iga puesta en flexión ; la parte vertical con ladrillo en panderete, como elemento sustentant e de la azotea, y en la parte inferior, el hierro que trabajo a extensión. Esta viga, de anmaid'u ra senci1U.a y forma parabólica, concebida por Torrás, se ajusta en su organización a una ,p ieza en flexión <le igual r esistencia, cuyo cilculo racional es fácil de hace.r aplicando las fórmulas clásicas; pero puede admitir el cálculo sencillo y suficientemente satisfactorio que exponemos a continuación. Asimilando la fomla. diel hierro a u na catenaria a este elemento se confía la resistencia principal anclándole sólidament e en los muros. La fábrica de lélldrillo servirá para recibir y transmitir la carga al m e. , ., , b . d pft. 1 que su f nra t a, entonces una · tens1on en su parte mas a1a eH = - 8f y la máxima que se ejerce en el anclaje val e T = H pf, que permite calcular '1a sección del metal, apta para resistir en buenas condi1 . ., L a icomip0111ente vertlca• . 1 c1ones esta extens10n. pl la soporta t>I

+

.

apoyo, y la horizontal H

=

p;

= -2

causa una comprnsión en la fábrica qm

I

constituye la tabla de fa viga. causa una compresión en la f á!brica que constituye la tabla, de la viga. Con las dimensiones que cita el Sr. Ferrero, la tensión que sufrirá la armadura es d·e 4.050 Kg., si consM'eramos una carga por metro -cuad'radro de piso de 300 Kg. y una flecha de 0,5 m. Este esfuerzo lo resiste dos escuadras de 24 X 24 X 4 mm., con un coeficiente de rn,5 Kg. X mm. 2 El trabajo unitario en el tablero de rasilla <le s·cm. de espesor es de 1,5. Kg.-cm. si se cuenta que interviene en la resistencia una faja comprendida entre los interejes de las vigas., i La economía que ofrece .esta construcción con rela~ión a las. prtliÍlarias es muy ·g rande ; pues asimilandio el precio del coste del tablero <ie ·rasilla a las bovedillas y·J relleno <le un suelo, los términos qe• la com• ;


307 pa.ración quedan reducidos a ·las vigas. La de hi·erro necesar~a., trabajando a L10 Kg. X imm. 2 yi idistan.ciadá a un metro, sería:

X 65 -----, 7 X 9,75 . 140

m que pesa I 3,40 Kg. 3

X

m. 2

~

La comparación por m. 2 se haice en el siguiente cuadro: 'f.

PRECIO .EN AÑOS

Cantidades.

-----

191

919

PARTIDAS ~

.

TOTALES

9

191

1919

Pesetas . P esetas. Pes etas . Pesetas. Pese tas. · Pesetas.

Ladrillo armado: Fábrica de ladrillo con mortero de ceme nto.

0,44 m. 2

4,00

6,oo

1,76

2,64

,.

>

Hierro en pletinas .•..

10 ,895 Kg.

0 ,45

l,45

0 ,40

l,30

2,16

2 1 r6

Idem en viguetas .... .

13,40 Kg.

0,35

l,35

4,70

18, 10

4,7~

18 1 10

.

Puede notarse que la relación de- precios, que, en 1914, era de 0,46, :se reduce hoy, merced a la carestía de l.os hierros, a 0,22, y, por consiguiente, que si el sistema ·resultaba interesante antes des-d'e el .punto -de vista económico, mucho más lo es hoy día.

FUNDAMENTO DE LA TEORIA La falta <le e:x,periencias con elenrentos de ladrillo armado obliga .a ·emplear las fórmulas clásicas aplicada_.s a los sólidos heterogéneos. El estudio ·en los laboratorios puede proporcionar las correcciones teóricas o empíricas. . La heterogenddad es aquí más completa c:¡ue en hormigón armado; ·pues tenemos que contar con la d!e morteros, hierros y ladrillos. No obstante, si se tiene en cuenta ·que los morteros que deben em·plearse son los de cemento y en pequeños tendeles, que no estarán sujetos más que a c.ompresión y 1desgarramiento, se cOl!llprend'e desd'e lue_go que lis fábricas deben perecíer por Ios ladrillos, aunque sean de muy buena calidad. Los elementos principales de las piezas serán, por con·siguiente, hierro y la<lrillo. El mortero no llena más papel que el de en-volver las armaiduras, efectuando la soldadura de éstas con la "fábrica.


308 Pasando una rápida revista a los coeficientes característicos del hierro y de las fábricas <le ladrillo, pod'emo~ percatarnos de que estos. dos materiales reúnen aptitud suficiente para trabajar en conjunto.

Coeficientes de elasticidad. El número que tenemos que fijar en primer témüno es la relación. de los coefi,cientes de elasticidad de hierros y fábricas, ya que, esencialmente, de ese número depende la repartición de oa:rgas en 31I111bos materiales. No es fácil ¡precisar este valor. Si con el hormigón armado se 6btienen números que varían de 7 a 40, no es de extrañar que aquí tenga-· mos una indeterminación muy aimpJia. Ateniéndonos a los experimentos die M . .Perrodil, que da valo·r es medios y se relacionan a fábricas de ladrillo y cemento, .podemos fijar el coeficiente de elasticidad de la fábrica en 3,108 Kg.-~. 2 , que con hierros de coeficiente de elasticidad de 21,109 Kg.-IIIl. 2 , nos da una relación de 70, que nos dice que el trabajo unitario en los hierros será setenta veces mayor que el de las. fábricas. Podemos formar, por lo tanto, el siguiente cuadro, que da los valores de los coeficientes 1d!e trabajo que tomaran al .m ismo tiempo rumbos materiales :

Coefiáentes de trabajo en Kg. por cm. 2 en el Hierro.

. .....

Ladrillo ....... .

-------¡-700

770

840

910

980

.l O

ll

l2

l3

l4

1 1.050

1

15

l.1201 I.190

16

I.260

17

T8

Del examen de este cuadro se deduce la ·consecuenda de que las fá. bricas y los hierros son muy apropiados para trabajar unidos, ya que alcanzan al .m ismo tiempo sus coeficientes usuales de trabajo. No ocurre lo mismo con el hormigón s~ no se recurre al ernipleo de los sunchos. (

Coeficientes de

ditatació~

!...as variadones ~e temperatura, obrando de manera enérgica en las obras de ladrillo armado, puede ocasionar modificaciones en el trabajo. de los <fos materiales: hierro y la.dTillo. Ahora bien: los ..cementos y ladrill!JS no desunen si no es con las elevadísianas temperaturas <le los.


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309 -

hornos. Basta que consideremos aquí las variaciones entre el hierro y l a fábrica. Los coeficientes de diilatación y ·s us <liferencias son: Di ferencias ~

Coefici entes. HIE RRO

.. • • • • . • •

0 ,0000122

•.

0 ,0000076

Mamj>osteria de ladrt'llo . . .

~

D e canto . . .'

0 ,0 00 0033

De plano . .

0 ,000008 9

Esta..s diferencias son m ayo res que la relaitiva al hormigón armado, que sólo akanza el valor de. 0,0000021. No obst an.te la desunión, creo no es de temer en el ladrillo armado, por la pequeña longitud die las piezas que se .pueden construir y porque las sobrecarga'S -p roducidas ..por una oscilación de 15º son reducidas. En efecto: aun :poniénd0111os en el caso extremo de que la diferencia de dilatación la salven únicamente. los hierros o únicamente las fábricas , esos t raba jos serán: !

H ierro.

Ladrillo armado de canto . . . . . . .

-F ábricas.

228 ¡

Idem íd. de plano. . . . . . • . . . .. . . .•

Kg. por cm.2

99

Menores serán aún estos coeficientes si tenemos en cuenta que la deformación resultante de los dos elemlentos tienen un valor internne-dio del que alcanzaría si fuera.in libres en e_l que se igualen los trabajos t otales de las secciones de hierro y la<lrillo. Fácil es 'demostrar, para tener en cuenta esta reducción: basta multiplicar los del cuadro anterior 1

¡ ot en el h ierro y ladrillo, respectivar 7ot m ente, siendo t el tal,lto por ciento de metal en la sección resistente, y 70 la relación de los coeficientes de ela.sticidaid. Si aceptamos una cuantía de t 0,03, resultarán los coeficient es ·que expresamos a continuaci0n : por los factores

!+ 7ot

+

=

Ladrillo armado de canto

....

Idem íd. de plano .. . . ... .. .- .....

Hierro.

Fábrica s.

73

2 ,3

32

I,O

más convenientes que los anteriorro.

Kg. por cm. 2


·- 310 La práctica h.a ·<leJmJqstrado en distinúa<s ooasi0nes que la clesúnión de hierros y ladriilos no se V'eriñ©a. La viga que he col'l.struid~ de treis metros, que en. otra comunicadó_n cito, ha estaidto seis meses exipuesta a Los raiyo-s solare5, sufriendo varia.oiones de temperatura de 35º, sin que haya éxiperiirnentado dleformadórr . ni alteración. , No he observado tampg,co ninguna <,lisloca.~ón en los deipósitos. Recordemos tam!bién aquí que los forjados Perret han sufrido la aefción del fuego en exoelentes condid~es, · protegiendo eficazmooite los, entratm.ados de madera. ·

Coeficientes de ttab~jo·. '

.J

r

Naidla concreto pt:ted'~ adelan.t'arse a este .punto ni entrar .en el terreno de las suposiciones, y;a que se diescol].ooe \a manera íntima de trabaj-air de los id os material~s, ni la ley :que~ srgue sus <lieformadones. Siendo la unión ~s inéompleta en ~stas'·pieza:s que en lás de· hormigón armado, no se puede p·rete11!der que las anodificacirones de le!s condiciones <l:cl trabajo séa tan ra<liical y tan favorable como se presentan. en estas últimas. · Lo qm~ ¡parece desde luego indudaible es que ¡pueden forza,rse "lo,s· coeficientes de trabajo •d!e la.s fábrka.s cuando estén sometidas a , fl:éx ión, corri.o se ·deduce de las experiencias de ruptura de prismas n~ a,i1m)ados, que pasamos a Feseña:ri. ,, i • Sabido es que, cuando se aiplica la teorfa de la, :6.e;x:ii )R plana a:\ Gas0' ~n . que . re•b asa el límite de elastfoi:dad de la mat@nia,, se ohtiernm r:estdt a,d-os· dirscenformes cpn los qwe la ~,ráctica, r.ios ense-ñp.. Así se Gl!bser'V:a en la f órmu1a clásica de la flexión: · 1

se

RI

j

¡;

·-

-:¡;- . f(P, l~ -=

M

qaerem0s det@rmi.nat-la carga die Foifura de la viga .p r a la <'fUe corres- · ponrdie el momento Mr, y nos valemos JPara det€r.rn1nada de la ecuaci©Ji! anterior; ,p oniendo, en lugar de R a Rr, o carga de fractura , tendremos :.

RrI

·

- =f(P l)=Mr V

.

'

.

.

La experiencia demuestra .que los. valores O'bténidos .pqr esta f órmula son menores que las ca.irgas ~fe'Ctivas de rotura.


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3II -

Las experiencias de Bauchinger y Consideré han permitido exten -

der esta fórmula al caso de que tratamos mediante la introducción de · coeficiente ex, comprendido entre I y 2,25, y variable para cada materia y COll la forma d!e 11a sección tiansviersal.

'11.Il

.l •

Rrl

oc--=

· M,;

V

Dejando a un la>dlo las conolCidas razone'S de esta anomaiía, presentamos los va10Tes de et. determinado s 1ROr M . Durand-Claye. Yeso, 2,95. Caliza tierna, 2,85. Cemento de diversas 'calidades, a 3,85 (meclio, 2,78)~

.• 1 ,¿'r

L~drillos, 3,70 a 4 ,18 (medio, 3,94). Creta, 3,4 5. Pizarra, 2,73.

Se observá ·en este cuadro que el m:ayor valor corresponde a los ladrillos, y que el del cemento al.oanza límites muy crecidos que demuestra que estos materiales tieneh una ;aptitud para resistir a la flexión, m:ás grande que los que :pudlierá- dedlucirse de · un estudio somero de la~ fórmulas de flexión. Af forffia:r 'tós ·coeficientes .ae 'trabajo para la flexión, no debemos t <1mar una. fraeción del coefidente de fractura cuyo· 1denominador es el coeficiente de seguridad, sino -.t-0marla de ( cxRr ), lo que equivale a multiplicar ¡por a los cooefidentes oroiaarios de .trabajo. Si partimos de los 1 valores medios <lle a eon lia·driillos capaces ·de soportar I y 1 o Kg. X om. z- · como carga' de trabajo por extensión y compresión, se podrá admitir en la flexión, según esto, coeficientes de 4 y 40 Kg. X om. 2 , y en morteros cemento no1J:1males de 2 y 25 Kg. X cm. 2 se elevarán a seis 1 kilogramo s, ~ 70 Kg. X cm. 2 ' o Los pri';nJ~ios valores de 4 y 40 Kg. X om. 2 fd\eficirán los coeficientes de trabajo de las fáhricas de lad rillo y m0rt ero de cemento por extensión y ompresión; :pues a¡quí, 1 €omo en los casos de oompresión ·S encilla de ladrillo, es el elemento más débil. D e'l trabajo' que paeden preporcionar las fabricas por extensi·ón, debe .Prescindirse en absoluto ; y en cuanto al de compresión, es prudenrte detenerse en límites mucho más modestos, ya que no existen experiencias que otra o01sa aoonsej en, si bien la:s anteriores consideradones hacen prever ·cierto aument o quizá hasta' el •doble de los coeficientes · usaidos ordinariamente en los problema:s de flexión. Para cetéficiente die trabajo de aidherencia die morteros · y ladriUos puede contarse con 2 Kg. X dm. 2

de


312 -

A pilicacion.es posibles del sistema. Hemos visto que con el ladri'llo armado se han realizado todos los elementos constructivos. No o:bstante las ex¡periencias y cotejos que hemos efectuado, nos haice creer que las aiplicaciones en pilares serán muy reducidas, y que el sistema en muros, forjados, pisos y depósitos cilíndricos se presta a gran generalización. Los antecedentes que hemos citado sobre muros y forjados no dejan lugar a dudas. Saliéndose del cuadro de esta comunicación el estudio más detallado de pisos y forjaidos, dejamos pam otra el estudio incompleto que hemos realiza1do sobre estJe ¡particular. En cuanto a los depósitos 9.e ¡panderete sunchado, debemos citar aquí un recurso constructivo que puede emplearse en ellos no susceptible de generalizarse con el homnigón. La. práctica nos ha aconsejado en . estos dep{>sitos emplear alaimbre ·de pequeño diámetro parra faicrliidad! ide cofocadón, que, dicho sea de paso, deberá est ar precisamente sin galvanizar. Fácil es enrollarlo en la fábrica cilíndrica de :ladritllo en hélic~· ·de paso. variabJe sujetándose a la ley de presiones del agua y con una tensión inicial muy cercana. a la de trabaj101 una vez Heno el depósito. Con esta tensión se consigue que trabaje la fábrica de lad:ri11lo sin agir-ietamiien~o; ,Flues. con una pequeña deformación d e la m.isima prodHciicI¡:i. ¡por el agua y sin salirse de su período elástico·, s.e con.sigue que e)., ala.mbre trabaje con la carga impuec;ta. Este efecto es semejante al~ que se consigue con los sunchos de los cañ:mes colocade>s en caliente. Esto obliga a - trabajar eL ladrillo · a compresión cuando el 1deJllósito está vado, que condl¡l.ce a la determinación mínima de la sección resistente ; ¡pues el ladr illo no interviene · en otra forma con la resistencia, ya que su papel ·se !educe a repartir las presiones sobre el alambre, y este fin lo Ctt:lTijple ihien el ladrillo ordinario, aunque no esté' nada más que apQYaid-0' en 1'4os d~ .sus lados,: ~on tal de que la profundidad no e~ceda de u~ , metro,r Sii está .coloéa;do qe pi~, y de cuatro si está acostado. .:sitl . • Las fórmulas simplificadas de que 1:i.0s he!ll!O'S,,servido, deducidas de las teorías, son, con ala.mbre de acero trabaj a.nqo·;a 15 K g . X mm2 : .J

n1 =

_

,··

aD

D 23. 619ti 2

siendo:

e=---30,.000 > '

número de vueltas del alambre en el dm. superior ~del depósito. diámetro del depósito. ·- ~ ' ~


3~!3

,d

diámetro del alambre. el número de vueltas que Co@fr€S[>Onde a un ,anil10 situado ~ a la · profum.Hdad 2. L la fongi,t ud d~l alambre necesaria. a ~ alitura del depósito. e espesor de Ja f álbrica .estrictamente necesaria . . , Todas las dimensiones deben e:x¡prnsarse en dm. En los depósitos enteramente metálkos se acostumbra a haicer t~­ bajar al hierro a 4 Kg. X rrm:i. 2 , dando a los ipa-Hi:strn~s-.un exc;eso de espesor de 2 mm. Con este e~ceso de metal y su costosa mañq -de obra, . no ·es de extrañar que· sailgan hoy cinoo _veces más taras <iUe los de panderete sunchado. Los ~de hormigón anná;do resulta n taimbién bastante más caros, ya que las armadurais no ¡pueden trabajar a más de 'J Kg. X mm. 2 , para evitar las grieta:s, y a que hace falta un homl:igón rioo que exige cuidados0s encofrados y costosa: ejecución. . ·cn;!emos que tam.ibién la construcción de los silos ha d e generaJizar s;~ ~on las fábricas sunchadas por 1Stt raipi«lez de const!liuc~ión y, econpmíar. Hemos comparado los prestllpues:tos de dos ·s ilos cilín,dric0s de trigo de 14 metrns de altura y 4 de diámetro, uno de hormigón · anna.~o y otro de ladrillo, resultando en aquél, con los precios normales, a 25,80 pesetas el m. 3 de grano almacen~<lo, y en éste, a I0,40." . · En relación ·con el trabaj.o anterior, es aprobaida la sig·uiente conclusión.: "El ladrillo armado pued'e ' t ener fecundas aipl;icaiCiones en cohsitruceión, pudiendo lograrse con su empl,eo -grandes economías, por 10 que el Congreso recomienda su estudi0 a tos Laboratorios, de ensayos de materiales." El Sr. MALVENDA di serta sobre una máquina registraicf!Qra del fraguado die los cementos·, sien.do aplaudido ¡por la concurrencia. Dice así el trabajo del Sr. Maluenida: L r •s1

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'MAQUINA AMSLER-LAFFON; MODIFICADA EN · EL LABORA TORid DEL MA':FERIAL PE INGENIEROS ·' • , )

Por el Capitán D. PEDRO MALUENDA.

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Esta máquina está destinada a registrar el fraguado de los cementos ~uando, como de ordinari0 ocurre·, el fraguado .tarda en comenzar de t res a seis horas y dura luego de. una a tres moras. La, naturaleza d e·

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la operac10n aconseja entonces encar·g ar a una máquina la tea;lización de los punzonamientos de la ma1sa a intenvalos iguales. · Con este fin, la Casa Amsler construyó un tipo de máquina que registraba el princi;pio d:el fraguado, máquina que compró eL Laboraterio· de Ingenieros en r?98, y que ha sido ,poco usada, p or tener los inconvenientes que siguen : ~ r .º La máquina registra solamenite el principio de1 fraguado (momento en q~e la aguya· se detiene a 5 m¡m. .del fondo en un molde · de 40 mm. de profundidad) . . 2.0 Exige el empleo de una ;torta de .¡pasta ·de r,500 Kg., aiproxi.mardamente, ·difídl de amasar y poco aipirovechada después. 0 El cierre henmético para el agua que 1debe cubrir la. torta no puede establecerse ni funcionar eru buenas cóndkiones; áquél~a se derramia: lentamente, quedando la probeta en seco, y la máquina ~n mal estado al final de la operadón. 4.º La aguja de Vi::at, que efectúa las.- pundones, no tiene disposición automática para su limpieza, y qu~<la ·prontamente cubierta de pasta, que se seca de una 11.iunción a otra, haciendo cre.cer el ·coeficiente de rozamien'to (r). Rs·t 9s . iacon>Vemientes han sido remeid'iados con las reformais siguientes: r .ª Se ha montardb un tamJbor-registrador de tiem}!los y penetra-,. dones de ·Ia aguja en la pasta, <!>bteniéndose así la curva de fragua&1. Con este fin, se ha utilizado de la disposición Ams'ler la sonda de consisfenciá y su soporte :para: montar el tam:bor, que red.be un movimiento. int.er-mitente .sincrónko (:)On ei d·e giro de la tor.ta, necesario para cambiar en ella ei lugar herido por la aguja. · 2,ª Se ha reducido la torta de pasta a las ·dimensiones de los moldes corrientes de fraguado, cuyos 1dti.ámetros extremos son 85 y 75 miHtnetros por 40 mm. itle altmra, y ~ue n0 suelen, necesitar más de 35<> gramos de cemento. . 3.ª En vez de disponer un aro hermético en la :Par·t e superior del m01lde, como establecía la primitiva disposidón, se ha hecho un pequeño ,.dep©sito~ dlíndrie©; en qMe se ~1!ltnerge el molde con la pa·s ta. De ieste rpodo, la disposición es elem@nJ:al y d~i¡aparecen en absoluto las fugas de agua, por no depender su hermetismo drel estado <le uná. arandela de goma. 4.ª La aguja, al moverse verti'talmente, pasa por· un limlp iador formado por un ovalillo .dé .goma o cuero fino, con un agujero fino en su

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(i') •· Ifa Casa '.Amsler l:ia c0nstruído posteriormente '0t1'0s model0s, que figuran en sus cát álógos, y cuyo funcionamiento ·desconocemos. .

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extremidad inferiot. En este ovalillo se ponen algunas gotas de aceite, para mantener la aguja siein:upre untuosa, cen -lo que la pasta ya no se adhiere a su superfici~ ' Paia a:Fcanzar debidamie1'lte estos t:©'su:ltados, se han ~ef ectuaido otras ..... - . reformas accesorias. I • . Así, por ejempJo, efectuándose el punzonadb .de la to·rta: según una espiral (conseguida por el giro del molde y el desplaza.líRiento radial del soporte de la aguja), al reducir notablemente las dimensiones del m,olde, há. s~do ;p reciso hacer doble su ángulo•' de giro en caida intervalo, a fin d.'e .que la:s punciones no resultasen ·d~asfado prfoc;ima:s. Parn ell<i>, un · roquete de la máquina primitiva ha ,SJidb substituido <P,OF ótfl() de radio mitacl, ·y el soporte de la aguja se ha cortad'O en la ¡parte avanzada de s'u báse para que la agfi.ja,¡pue'd a 1legar casi al centro del molde, ha... 'Diendo %-sí superficie basta:nf~qpar:a el ·cl.es·a rrollo de la es_]!>iral. Otró' ihconvenienfe-' ide la máquina consistía en que, al ¡;no.verse radialmente el 1s0porte de -la ~guja, la <pluma registradoi:a colocada en un brazo -sohte::.> la prolongacíón del vástago 1d'e la aiguja, se separaba del tambor ; -pues eil vástago giraba por rodadura sdb.re lá q1chilla, .de retención.· Para evitar -este inconveniente,· se .hizo al vástago una ranura yertica:I· para que r~'sulte guiado por un téton en su -movimiento vertical y nó püeda gir·a.r -s·obr·e su eje en ningún momento. Con la disposición descripta, a.!l emplear - en el aparait0 -ilif~ reloj.eríai discos de escape, para: cada 1, '3, '5, 10 ó 15 m., se obüendrá en el tam.bor una serie rdie lí·t ieas 1-vci"rticales, igualmente espaciadas, y la unión die sus extremos inferiofos dará la curva de" fraguado. .J Además, el principio ·del fraguado se' ac;Usará por úna elevación 'de los nive~es s.up~riores "cl.e eSJtas línea:s verticales, obtenida -poi una disposición que ya tenía la máquina ¡para levaatar el láipiz. " - El Sr. BASTOS diserta sobre eJl tema que motiva la siguiente Memoria, de que es autG>r; 1

"LAS I:NSTALA·.C ION'ES FRIGORIFICAS EN ' LOS l\,1!ATAD\ERÓS ESPA:&GLES Y SU. INFLUENCIA EN LA MEJORA Y ABARATAMIEN'F0 .DE LAS CARNES '

Por D.

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MARIANO BASTOS, r.

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Ingeniero industrial. ~

Consideracio~e~ ge:qerales sobre- las insta~aciones frigorÍficas en los , mataderos españ,oles. El prohl€ma de la rc onserv:áción de substancias ailim:enticias tiene hoy su soiución completa con la. utilización del fr.í o, obtenido por procedimientos, me~nicos. El frio, lJ>rod'uoido por otros iproc€dimientos, pue-


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de, en algunos casos, y siem¡pre <leficientery.ente, detener la descomposición de aquellas substancias; ipero tratándose de las carnes, que tan sensibles son, no sólo al frío, sino a la humedad, su conservación duradera, higiénica y económica neces_ita emplear el frío mecánico, ya que con él se regula a voluntad en cada momento, tanto la temperatura, como el estado higrométrico del ambiente de los locales en que se conser-van dichas carnes, inde¡pendientemente de Jas condiciones a,,tmosférica.:s exteriores. Como veremos después, la ventaja que ofrece el dotar a los mataderos de esta clase de instala!Ciones, son tan grandes y concluyentes, que parece imposible que hasta hoy, que se instalarán en el de esta Corte, no se haya tratado antes de esta cuestión, tanto más cuanto que nuestros mataderos, aunque construidos según el tipo antiguo, no ofrecen muchos de ellos peor aspecto y condiciones que sus similares del Extranjero. Es cierto que Ja resistencia ipasiiva d~ las personas y corporaciones que ha:bían de utilizar este servicio es grande ~ pues unas se aferran de buena fe a sus rancias costumbres, y otras defienden sus ganancias, que ven comprometidas al suprimirse o reducirse el abuso; pero también es cierto que, por lo que respecta a España, no se:_ ha dado a los asuntos de esta ra,,ma tan interesante 1de la Induatria la importancia que ella requiere, si hemos de seguir de cerca el movimiento del progreso científica mundial. En España existen treinta ciudaides con matadero públko o macelo. Algunos de ellos, como dijimos antes, no mucho peores que sus similares del Extranjero; es decir, que los d:el Extranjero construidos siguiendo un plan general ya anticuélido. Entre ellos, el de Zaragoza, el de Sev"illa, así como el de Valencia, merecen especial mención ¡por las buenas condiciones ·del edificio. Aunque algunos de ellos están dotados de aparatos perfeccionados _para el transporte y trabajo de las carnes, sin embargo, ninguno de ellos está provisto de instalación racional frigorífica, elemento éste de tanta importancia en los mataderos modernos, que para que reciban este califi<:a.tivo, es preciso que aquella instalación no falte: tal es la influencia que el establecimiento de cámaras frigoríficas 'e jerce, ao sólo en el abastecimiento de carnes en genera;}, sino en el régimen de dichos mataderos. Una nueva era en la historia de estas insta:laciones en nuestro país empi·eza ahora con el Gran Matad ero Moderno de Madrid, cuyo proyecto se debe al ilustre Arquitecto D. Luis Bellido. Todas las instalaciones y per.feccionamientos q ue la ex periencia ha sancionado como inmejorahles en los mataider-os que se consideran como modelos en el Mundo tienen su aplicación en el de Madrid. Este será, pues, el que


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servirá de tipo \Pél.ra los que se construyan de aquí en adeilante y para la reforma, en lo posible, de Jos existentes.

Venta}as de las nstalacione s frigoríficas. La "1Jti:lizadón del frío industrial ha realizado una verdadera revo:lución en el comercio. e indiustrias de la ca.me, ~iendo la instalaeión frigorífica la caraoterística .de 10s mataderos modernos ; pues no se concibe éstos sin aquélla, y no ·s e concibe por los enormes beneficios que reporta su inSll:alación, y que 'V"ct.mos a enumerar con la concisión que requiere todo este tra:bajo. Transformaciones sufridas por la carne m·nerta.. Empecem0s 'por exponer las tFansformadones químicas sufridas por la carne muerta, para luego deducir la a:cción beneficiosa del frío sobre ella. • Aquellas transformaciones químicas en condiciones normales son de dos olases: espontáneas o autolisis y microbianas o ¡putrefac~ión. La autolisis es: un proceso de_, desintegración albuminoidea en virtud del cual las molécula& de los ;proteidos, fijando moléculas de agua, se descomponen en moléculas i.n feriores, que sucesiva.imente son: peptonas (difusibles y dializables), hemopeptonas, y siguiendo la destrucción, se llega a la formación de rum.inoá:cidos (his1idina, tirosina, glicocola, etcétera), que son solubles. La putrefacción microbiana lleva más adelante esta destrucci6n, d'ando lugar a ¡productos más simples, pero mucho más perjudiciales por su olor (indo!, escatol) y por sus propiedades altamente tóxicas (~tilaJtnina, fel).oletilannina). La autolisis, no sólo es mocua, sino necesaria. Gracias a ella, la carne t-0ma reacción ácida (agFadahle al paJaidar), se :reblandece el tejido conjuntivo º{ piltrafa) y se hace mucho más digerible, no sól0 por esta semi.destrucción de la parte fil};¡,r osa, sino ¡porque -se. enriquece ·en peptonas rn..-1.s Já<;:ilmente asimilabl~s. J

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Cuali@.cles de la cairne

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refrig~rada

y congelada.

La única man~r~ . <l'e conservar la carne sin ,impedir estos proces.os beneficiosos, pero . impidiendo los perjudici~les, les la· r-<:f_sigeración. Mediante ell~, &e anu'a la accióp ~icr~biana.,,y . no •se..impide la autolisis


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conjuntiiva.· Letulle ha CO!lllprobaido .que la estructura microseópka de la fibra muscular no cambia ¡por fa refrigeración :µi congelación, con tal de que sea lenta y lenta tamibién la idesoongela:ción. Taimpoco cambia la composición química centesimal de la carne pro.pía.mente dic:ha; solamente pierde agua (!Por desecación superficial y la a:bsorbitdia para los procesos hidrofüicos que constituyen la autolisis) . De los modos ,c;ie infección bacteriana de la carne, un:o, la infección superficial por las manos del carnicero, e_s fáci.J. d·e evitar 1¡)0r una ,buena organización d!e los mataderos y frigorílfi.cos ; ¡pero hay otro qüe es la infección profunda .por gérmene$ deil. aire penetrando en los vasos .aibiertos del animal y distribuyéndose por todo . su cuetip0. El genm'en principal de esta clase es el "iproteu homos,a l'fureus", o agente de la putrefacción verde (la más peligrosa). Para evitar la entrada de este .agente, se recomienda sangrar bien rul anitmal y trocearlo lo menos posible; pero nada se consigue con e~f:.o si no se hace la refrigeración. En efecto: este agente penetra en cl animaa estando todavía caliente, y, !POr tanto, su acción empieza desde · el prim~r .m omento .. Si l~ r·e frigeración se haee desde entoñces, se anula por completo su acción antes d'e penetrar profundamente; ¡por ·eso, la refrigeración debe ser pronta y progresiva (de aquí el fracaso .de las congelaciones. intensas, pero tar- . d1as, que se hacían antes, y que dejaban el geiilnen deBtro de los tej~dos dispuesto a despertar en cuanto se descongelaba). La refrigeración inmediata y progresLva impide que los agentes d'e la putrefacción lleguen á zonas ptofondais; y por eso, la carne, al salir de los frigoríficos, no sólo no contiene más que gérmenes de vitalidad ·a tenuada, sino' que no los contiene en absoluto en sus capas ;pro±'undas. Cuando, además, se hace1 el enfriamiento en atmósfera seca y renovada, que él a una capa ex·terna, en la carne ligéFamente desecada, y esta espec~e de coraza a@er· ga:minaida impide la infección ¡profunda. Confiando, pues, a: la refrigeración C'arnes ·a:bsolutamente puras .(anima.les sanos) y fanpiaménte tráfadas, se tiene la segl!lridaid de c0ntar con una carne completamente aséptica, más que fas sometidas al colga~iento corriente desde luego, y en la cúal no 's e han impedido los procesos <le autolisis, que la hacen digestible y agfadable. Tanto este medfo, .como la congelación, guardan, ¡pues, lo qué se les cÓnfía; si es un producto .rrialo o alterado, no lo co·h vertirán en bueno ; pero si es un producto bueno, lo guardarán inta,oto prácticamente tedo el tiempo q1:1e se quiera, sin alteraci©n alguna' perjudicial y eon toda-s las beneficiosas. El profesor Gautier, como consecuencia de su estudio, sienta las siguientes conclusiones: La car~e rop.gela<la, conser;vada a -5º 6 -6°, no sufre ningún ·caml?io sensible; es tan nutritivc. y digerible como la carne fresca, y después de -su sali<Ja del local frió, se conserva, por lo me-

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nos, tan largo tiempo como a;quella. Todavía 1as experiencias efectuadas ¡por la Administración <le Guerra y Ja Cám<tra Sindicail de Carniceros .de París prueban que las carnes congeladas no son más pobres en maiterias nutritivas que las carnes frescas, sino <:],ue más bien sucede lo

c&ntrario. ¿A qué se debe e11 que en ·Francia .fuese despreciad/a antes

la . c~rne

<:<mgelada.r? Pues, sencma:mente, ¡por :la falta d~e .cámaras hías a propósito para conserv:atla a su ilega<l'a 'Y Jpür una defectuosa clescongelación, que las hacía parecerse a la carne conservada por et hielo natural. Espo, hoy, ha desa¡pareci-cfo, y en Londres, como en P·ar~s, como en toldas .p artes, hasta en Suiza, donde, ¡para sus tres millones de 11.a]:>itantes, posee .dos .de vacas, se im¡p;ortan <::arnes <tongeladas y en las ¡pr~9.r­ .oiones que 1as el0cuentes cifras s·i:guie11l!t es demuestFan : En 1913, han sidlo hn¡portaiclbs en Inglaterra 5.216.000 quintales de .carne bovina refrigerada y l .9s6.ooo quintales d:e la misma carne, ¡pero congelada; 2.200.000 quintales de carne congelada d"~ lanar, procedente <le ;Nueva Zelandia; I.666.ooo 1quintales de igual carne, procedente de Australia, y I.012.000 quinta;les .de la Argentina. ·El consumo de carnes frigoríificas en Francia; durante el año 1917, fué de 300.000 toneladrus. Y -el Gobiern0 francés ha asegArád©o la im--: portación,.; duram<te mucho tiempo,. td'e 240.000 toneladas mí·niimta.m. En Inglaterra, la importación .die carnes frigorHiicas, , haoe trein~a años, era de 30:000 toneladas .; hoy es de 900.000. Hace treinta años, las -carnes congeladas cubrían el 42 por lOQ de sus · necesidades; hoy, €on 900.000 im¡portadas, cubren ·sólo el 3q por 100; lo que ·prueba que, al aumentar considerablemente la i~orta:ción, se ha aumentad© también 1a cantidad de ganara@. · Italia ha contratado por seis años, .d es¡pués de la g;aerra, un !S:umi nistro .de· 100.000 tonela1da5, y 1>ara recii@irfas, tiene elir Géh&Va y •Sip.ezia <leipósi:tos para 4 a 6.ooo toneladas, con otros menores en N áipoles, Lior.n a y Pal~rmo, y grandes cámaras frías en. Milán, Roma y Turín. Todo barco, excediendo qe l .500 toneladas, debe tener cámaras frías, y se obliga a las Compañías el {Poseer vagones frigoríficos. No conocemos ninguna nación ·donde el ganado no sobre que, después ·de las variaciones que .ha sufrido el abastecimiento de carnes, consecuencia <le la rgiaerra, no , ~rte carne congefacla, como mo sea EsJ>aña . 1• , ·Como estas carnes, pueden conservarse, las reí rigera<lasr, seis, ocho o más '8'e mianas, y 1as congeladas, en ila .práctica, Him~tadamente, ,.veamos las ventajas que, fijaclo lo anterior, reporta esta consér.vación d:e la~

carnes. r

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Beneficios que rep0<rta la conservación de carnes. .

Hemos hecho la distinción entre carnes refrigeradas y congeladas, porque corresponde a las dos maneras de conservar las carnes ¡por el · frío. La p.rimeFa, <'!lle corresponde a la conservación po·r refrigeración moderada, es la que se efectúa en las cámaras y antecámaras propi~­ mente dichas de los mataderos, y la segunda, correspondiente a la coh·s ervación por refrigeración baja o congelación, que no es necesario se haga en los mataderos, sino en los centros de producción, aunque en aquéllos ·debe existir siempre una cámara de conservación de las carnes congeladas que ·se ·importan, y que si la instalación ha de ser completa, conviene esté preiparada y cailculada para poderse efectuar en ella la congelación. Por los dos sistemas, se conservan perfectan:nrente; y este hecho, no sólo !beneficia al consumidor de carnes, en las qm:~ evita todo peligro de descom¡posicióri, perjudicial a su salud, lo que es muy importante, sobre todo en la época de más calor, sino que beneficia por igual a los productores, entendiéndose como tales al ganadero y al vendedor al detalle o carnicero, y beneficia a estos últimos, ¡porque pueden matar sus· reses en la época, día y hora que les convenga, sin estar sujetos a las grandes variadones de· cótización del .ganado, no siiempre producidas naturalmente, o a sat\:rificar éste en malas condieiones de rendimiento, o que el consumo público varíe, y, por unas u otras causas, les originen serios perjuicios, ya que todo ello se presta al agio y al abuso, con los que el único que gana es el intermediario o intermediariós. · Prueba también de que beneficia a los carniceros es el hecho d'e que en Alemania, de cuarenta mataderos .pertenecientes a sindicatos de carniceros, veh1ticuatro tienen instalación frigorífica; es decir, el 67,5 por 100. E:n Sajonia, de catorce pertenecientes a sociedades privadas, doce tienen instalación frigorífica. Corno, de 839 mataderos de AÍemania, un@s 300 tienen instalaciones frigoríficas, es d~cir, el 36,2 por 100, resulta, pues, que los ,prindpales interesados, los carniceros, son los primeros que instalan cámaras en más ·proporción toc;lavía que los mismos munici:pios. · El carnicero que conserva su carne en la cámara durante el ¡periodo de cal0r, y la tome a medida que la necesite, con la seguridad de que ha mejorado y no lo.a experimentado ninguna pérdida de carne descompuesta por los grandes calores, no podrá 'm enos de convencerse de la gran, J.ttilidad de los "frigoríficos" o "frig@s", como se' denomina vulgarmente a las cámaras friigoríficas. Sin embargo, aparte, cla~o está, de los intermediarios, estos carnicerns se han. resistido en todos los paí-


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ses a Ja . implantacjón de estas instalaciones, y en t0tdios los países han aca:bad0 por oonyencerse, acostumbrándose a ellos ¡primero, y deseándolas ardientemente <llespués, hasta el punto que, según Schwarz, en la Europa cen1:rail, que ifigura a ·1a C?aibeza en esta dase de instalaé~o!les, l@s carniceros· obtiener,i de d0s "frigos" ,tal.es ventajas, que ies hacen o};v1da:r los gastos y · 1~olestias ü~pu'estos po~ . la Irrnpecc(ó'n Sra11'itaria, y se les oye comúnm~i%e la . hiperbóli¿a afirmacJón ' cie ·que )1.0 sentirían que ·s e htm.<¡liese el. rriat'a:der.o, con tal de que la instalación frigorífica que~as~ en pie. : . · Así, pues, en Es¡paña, ahora que el de M<aJdridl ·a bre nuevos l;i0ri.zp!J."j tes en la construccióm,. Y, régimen de los mataderos, es lo :p roba:b[e que se pase por igual odisea que ·e n los demás países. H~brá resisten~ia; e~. indudable; pero .cuando se pongan en servido las cámaras frigoríficas, ante la indiferencia afecta.ida de los más interesa:d'o s en su establecimiento, éstos tomarán el s<l!bio ¡partido de servirse de ellas, mediata o inmeditamente. Se convertfrán en •a rd'i entes ¡part~<l'arios !fe lo que ellos diesprecia'ban ayer, y animarán .y recomendarán a SUS Cüllegas de otras ciudades a que reclamen la construcción ide un frig0ríificó, y se repetirá tma vez más la hisrtoria .de · sielliJ.iil¡p_re. · De otras ventaJas importan.fes eEónófrilicas tr ataremos después, cuando veamos la influencia de estas instalaciones en. el abara:tamiento -'de las ·carnes; pero, p,ara terminar esta parte de nuestn:> trábajo, recordemos ahota que el frigorífico desiempeña en . los mataderos, con la éstabulación, el ipa¡pel de regu:la<lor del m rerca<lo, y que anufando casi totalmente las pérdi das debidas a causas atmosféricas y a la intoxicación producida ¡por carnes -descom¡puestás · a:ilmacenadas en las carnicerías, se puede decir, -con Sehmitt de M ülheiim, que la · creación -de los establedmientos · frigorífic'os ha sido ·uno de los más· gran!cl:es serv,icios prestados a la higiene die la alimentación en los últimos tierúp'o s. 0

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eausas del encarecimiento de Ja carne en €spaña e infJ.uenda· . de las instalaciones frigoríficas en su abaratamiento. Trata:re"ní0s el asunto suponiendo ·una época norm:wl. Bi;npecernos. por observar e1 enórn1~ ·,e recimiento del predo de la carne en nuc:tstro•s últinms t1em1po1S; debiendo advertir· que, •s egún nuestras '1110ticias, hay tendencia a: que aun :suba mucho más. Las más itnpornantes rcau:sas ·de enca:recirnien1:o .de las ·carnes en. E spaña son: e·l que falta· ga,nado, debido a la ·exportación abusiva; la existencia de un sinfín die lnt€rmed·ia•ri0·S entre ell ganadero y .el carnicero; las pérdidas TOMO II

21


que sufre el ganado · tra:nsportá:ndofo, y coste de ~este •tfansporte en vivo;•. fa f aJlt·a d'e .e stabl0s y 'cámaras f dg"orífieas, y · el estar de hechQ los mat aderos del $istetna antiguo,' que son la mayor parte, en -p oder de los fratante's y abaisfeced:ores que intervienen en la compra-venta d e carnes vivas• y muertas, y que abusan tanto de su arbit raje omnipotente en el abastecimiento de carnJeS, que ha•s ta los ganader·OS. y carniceros, elementos in<lispensa!bles en el abasto, están a merced <ld intermediario, que :puede ha•c erles ·a:ban do:nar o mallvender parte de s u mercancía, si éste es• su deseo, por no poderse conservar el ganado en- vi•vo, ni eil sactificado. Examinemos sucintarnjente estas diversds causas y sus remedios · 1

pos~bles.

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Escasez de carne. f

Con ocasión de Ja última alza en el preoio d:e la carne, se ha demostrado que falta carne porque falta ga:na_.do; y la mejor prueba ·de que el ganado escasea son los hechos siguientes : Según el censo ¡pecuario terminado el pasado año .ipor la Direcdón _general <le Agricultura, Minas·y J'4ontes, y que nosotros hemos comprobado ipor otras @stadísticas, existían en España las cabezas d e ga!Í,ado de las diferent@s dases que se exipresam. a continuación:

..

Ganado vacuno .. ..... ...... ... .. ...·. Idem . lanar ................... ..... .. .. . Idem ca:brío ....... .. . :.. . ..... . ..... .. Idem porcino .... ·................. ... .. A v:es .... ....... .. .. ... .... ...... ... .... . .

3.712.000 18.600.000 4475.550 4.990.000 20.224.000

Asignándoles a ca<la clase >de gana•do su peso medio, resulta que el número de kilo:gr·a mos de carne que co~onen las anteriores cantidades de ganado son : 3.71 2.000, l8.6oo.090, 4475.000, 4 .990 .000, 20. 224.000,

a 100 Kg. uno .................. .. . a 10 ídem íd .... .... .. .... . .. ... . . a IO ídem íd .. . .... .. .... .... ... .. . a 45 ~dem íd .... .... ..... ... .. .... . a l ídem ~d ... .. .. ..... ... . ..... .

224.550.000 20.224.000

TOTAL KG ... . ......... .. ....... .. :.

I.o69449.500

593 .920.000 186.000.000

44.755.500


que distribuidos entre: ,los 20.000.000 de habitantes, corres:ponae !POr habitante y año 53,47 IZ,g., o sean, aJl: ;día, r46 1 gramos. ·Clifra 'e sta última inferior todavía á la del consumo en las !).aciones ibien ' abastecidas, y a pesar ·de indicar la anterior cifra la qúe correspondería a1 'CÓnsumo por habitante y año, en el supuesto de que todo el gana<lo de España se sacrificase y consumiese en un solo año, y obsérvese que los pesos medios con que- hemos contado para la carne utilizable <le cada res, si pecan de a..lgo, son de exagerados. No pueden se·r más elocuentes las cifras anteriores. Para remediar la escasez, es preciso fomentar el desarr9llo de la Ganadería, dtisminuir la exportaóón, redücir los derechos de aranc~l de importación de reses extranjeras, sacrificándolas a . su llegada, y no como ha ocurri.do en Madrid, donde :los omni;potentes a~asteced'ores no consintieron se sacrificase una partida fo:nportant€! <le , reses extranjeras, hasta que, P-ara evitar mayores pérdidas, las vendió el . ganader,o a dichos abastecedores por un precio irrisorio. _ Par fin, .para resolve·r este iprob>lema <l:e escasez, entendemos que lo mejor es el estaiblecer el comercio nacional e internacional de carnes congeladas o refrigeradas, como detallaremos qespués~ ;J 1

't

J)

Intervención

inn .ecesar~a

¡

!!._

I

de intermediarios.

La intervención innecesaria del tratante y <lel abastecedor hace subir t.am:bién considerablemente e'l precio de la carne. Esto, que es imposible de evttar en mataderos con instalaciones y régimen . <le servicio anticuado, puede ser corregido en los modernos, establecien<ln bien la municipalización absoluta, ·haciendo el Ayuntamiento d'.e a:bastece<l'or único, u organizando ·este ·m ismo Ayuntamiecyto un Cuerpo de corredores, oficiales con ta~-ifa .fija, a semejanza <le los corredores de Bolsa, y que con determinadas condiciones de garantía se enca·r gasen de aquella comisión.

Pérdidas que sufre el ganado eru su transporte en vivo. y coste de este transporte. Según a.finman los mismos .g anaderos y carniceros, un tren de ganado Uega a tardar de Ga·l icia a Madrid hasta ocho o diez dfas ; la res que pesa:ba en Galicia 20 arrobas, pesa en. Madrid r8. Pero, además, el trans¡pe>rte de reses en !V'ivo, aparte de que es eXJpuesto a que sufra accidentes o se mueran en el camino, su coste es incomparablemente más elevado q1:1e si se hiciese con las ~rnes ya preparadas y con1geladais.


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.P4-

El número de kilogramos de carne que se .podrían transportar a igual4ac:f de volumen o _número de vagones sería, por lo menos, cuatro o cdnco ;veces mayor, y las pérdidas se suprimirían, así como los gastos <i{e .m<'!-nutención y estabulación.

Camercio naicion.ra[ de C(U"nes c..ongeladas. Hemos visto .antes que para suplir la escasez de carne era preciso, entre otras c<f>sas, el est_a:blecer el comel''CÍO nacionaJ die carnes eongeladas, y a€a!bamos. de ver ahora :las ipéndidas que su.ponen el transportar las reses en 1v •i vo. ·Esto último queda relmlediado con lo primero; rpero, -para establecer dicho comercio nacional, es- preciso esta!blecer en las regiones productoras mataderos indasit:riades d'end!e se sa,crifique y congele o refrigere la carne, y de aJllí se envíe a los. centros :de consumo. Se evitaría así la pérdida, que; según 1él señor Inspector de Hi1g iene pecuaria de La Coruña, es de má's ·<le 3.000.000 de Kg. id€ carne; pérdida debida dfrecta o indirectannente al tranS:pOFte. Tenemos noticia de que ~en Lugo existe diesd'e hace tiempo la idea de establecer un mata:dero industrial de los que hemos indicado antes.

•(

,Com~rcio

internaciona} de cairnes co!llJgeladas.

Aun sup0~iend·9 que se llegasen a ~stablecer idi«;:hos mataderos industriales en España, no •b astaría; pues, como dijimos antes, falta gap.ado; y, de todos modos, ~s mucho .1;11ás fácÜ ila solución de impo·r tar las carnes congeladas ·del E:x;tranjero. Deimostrado .que 1estas carn,es no ~on inferiores a las qi.rnes , frescas, veamos. la influencia que ejercería su importación en el mlercad'.o y cómo podría resOilver·s e el problema. Empecemos por calcular con toda aproximación y deta;lle ~ lo 'que costaría hoy un kilo de carne congelada en puerto español. Hemos tomado como base para ·este cálculo las cotizaciones mied'i¡:i.s oficiales en la ·Argentina, durante los últin10s meses de agosto y . septiembre, y cQ!lniprobadas p,o·r sq ¡pt,1.:blicación en los p~r.iódi·éos ·La Na..oión, La Prensa y el Avisador Mercantil, de Buenos Aires, no sólo para )os gFecdo~ del ganado ·<tri vivo, sino !!)ara las o.tras·2artidas, cuyos cCJmprq·b amtes ip0:seem0s. Para que re-suite el n¡iás; apropiad.o a la r-@al.id'a:d, cal!;:11htJ'l!l:~S.r <'fl coste -d,e una rcts entera' ;congefa.da en puerto e~pañol ; de,_cltJ.ei@nclo ~e él los productos que da esta res y determinando . el coste

~


real del kilogramo de carne congelacfa en un puerto de Españá del modo qu_e sigue: Coste en Arge.n tina ·de un :boivino de primera, tipo normal, de 750 li:hras, carne neta, equivalente a 337,50 Kg., al. :precio corriiente de 34 centavos libra m/1, ee¡~ivalente a I,66 pe·s etas el Kg., pesetas .................. ~ ................................ . Transporte al frigorÍlfico (precio medio por res) ......... . ....... . Preparación de la carne ·(a 55 pesetas tonelada) ................. . Flete hasta ¡puerto español (222,5 ¡pesetas tonelada) .............. . Seguros ( 22 5 por roo del coste) ...................................... . Descarga y acarreos (10 por 100 del peso en pesetas) ........... . Quebran~os de cambio (2 ¡por 100 del total) ....................... .

560,25 II

. 18,70 75 . I.I

33,7o 14,48

Productos de la res : \

. Cuero, 26 Kg. (a · 2,63 pesetas el Kg.) .... .... . . : ... . ................. . Caídos y su@prncllilctos (predos medios1 ..... . ......................... .

Coste rotal de 333,50 Kg. de éarne, pesetas ........... ... :.

Resultando el coste calculado a los precios actuales ·de un kilogrmno de carne de primera calidad sobre puerto español a pesetas .................... :.. . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

68,38 99,85

555,90

l

,6 59

con las 0,12 pesetas de derechos de entrnda y demás gastos; resultaría en puerto español a 2 pesetas apro:x;imada mente, y en Madrid, por ejetrl\plo, contando con el transporte y fa ganancia del expendedor, podría el ·c onsumidor aidlquirirla, por fin~ a un ¡precio de 2,70 ó 2,90 pesetas el kilogramo <le carne perfectamente higiénica y di•g efible. C:ompárese este precio con el que a!lcanza hoy, .<le 4,50 y más, el kilo.gramo de carne corriente. ' Veamos ahora la for:ma práctica de realizar esta importación de ·c arnes rehigeraidas y congeladas en las mejiores cond'ici0nes higiénieas y económicas. 0

'


326 · · Dos son las tendencias que existen en España respecto a la manera d:e realizar la importación. La ¡primera es la <le formar una o varias Compañías ¡poderosas con grandes capitales (cien o más ·millones de pesetas), con todos .Jos elementos para efectuar importadones de unas 200.000 o más toneladas anuales, o bien hacer la im¡portación, cOlllo se ha hécho ya alguna vez en pequeña cantida..d, es decir, trayendo la carne congelada en cánnaras fr.í~s de 1barcos, ¡preparadas o no, para carnes, y venderla sin más, a ·s u. llegada, lo más tpronio posible. Entend'emos que la pri¡.ner tendencia es exageraida y prematura; p-ues hay que tener en cmmta el gusto del públioo, las resistencias interesadas o rutinaria~ que han .d e oponerse y otras muchas razones que no entra!]. en la índole de este trabajo enumerar, pero que podrían ocasionar el fracaso financiero de una E.:tnpresa que se estableciese con de.masiadios vuelos, teniendo en cuenta nuestros usos , costumbres y ·p rocedimientos. La segund1a ·debe desde luego desechars~; pues la primera condición indispensable que sería absolutamente preciso exigir sería la de efectuar el transporte y conservación en condiciones perfectas de . higi.ene; y por el procedimiento primitivo que se ha hecho hasta ahora las pocas veces que se trajeron a España (causa del descrédito de dichas carnes), no es posible que se llenaran aquellas condiciones necesarias. Sería más conveniente, ¡pues, a nuestro juicio, emprender el asunto con todos· los elementos, sí, pero planteado aquél en términos m¡ás reducidos, con objeto de que casi desde el ¡primer momento su marcha fuera tan fl.oreciente como la de Empresas análogas en otros países . Para no dar una_extensión exagerada a este trabajo, con los datos ttknicos y financieros de que ·disponemos referentes a la cuestión, nos limitaremos a ·dar una idea ligera de la forma técnica de realizarla. Para asegurar el. asunto, debería empezarse por contratar con uno de los frigoríficos de América del Sur la cantidad d'e carne refrigerada y congela:da necesaria ipara su iventa durante un eS¡pacio largo de tiempo; por ejemplo, seis meses. Esta carne, que podría así com:prarse en buenas condiciones, tdebería ser transporta:d'a 1directamente al barco con instalación frigorítfica. Este transporte se hace en Argentina, o bien del frigoúnco, junto al muelle (como en la "Armour"), directamente o bien en barcazas (cQ!Jl)Jo en la "Sansinena "); pero, aun en este caso, .no influye dicho trans:Porte en las cualidades <le la carne, pues se hace en buenas condiciones y dura a lo más tres o cuatro horas. Una vez en el tbarco 0que nosotros tomam.xos como tipo uno que cargue 4.000 toneladas ·d e carne refrigerada y congelada), se intro<luce la carne en cámaras aisladas especia.l mente construidas, donde a una temperatura de -8° C. ¡para la carne congela~ia. y próxima a 0° C. para las refrigeradas, se conservan unas y otras en condiciones inm~jora-

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327

bles. La insta:lación frigorífica sería, en este caso, de una producción horaria de 95.000 frigorías, y su pes-o aproximado, de unas 130 toneladas, teniendo dos conducciones de salmuera: una, correspondiente a la carne congelada, y otra, para la refrigerada. Llegado el barco a puerto es.pañol, a medida que fuese descargándose, ·s e traslaidaría la carne al depósito frigorídico, que se encontraría lo 111.ás próximo al muelle, y aunque se e1TI1p.Jearan tres o cuatro horas en el traslaido, tamipoco la carne sufriría en sus buenas condiciones. El depósito frigorídico, relacionado con la instalación que hemos tomado como tipo, debería ser de una su¡perficie totaJ de 5.000 m. 2 en cámaras para conservación de carnes cong elaidas:, y para la reíiigerad'a , en las proporciones convenientes. Temperaturas análogas deb erían ser sostenidas en dichas cámaras, rque tendrían una ca.ipacidad de 5.000 toneiadas para una introducción semanal :de r .ooo, y su instalación frigorífica sería de una producción por hora -d e 225.000 :frigorías. El de.pósito debería tener también una instalación de descongelación, con objeto de realizar ésta lentamente y en las mejores cond'iciones higiénicas. La carne congelaidla que no se consumiera en la :misma ciudad del depósito o sus alrededores, se ¡podría transportar en vagones frigoríficos a las ciudades .del interior. Est0S1 vagones, o bien formarían u.n grupo co1TI1pleto con 3, 5 ó 7 (v'agones de fos que el del centro ·llenase la instalación productora ·del frío, que transmitiría a los restantes (solución en la que no hay que pensar por ahora en :España), 0 bien irían uno o varios, con sus pequeños depósiitos de hielo separados de la carne. Estos últimos vagones, que sedan los que se instalasen, pudiendo cargar ro toneladas de carne cada uno, van colocados sobre !Plataformas normales, 'llevan trirple pared, llenos los dos espacios intermedios con materia•} de corcho aislante y dos bandejas especiales para el hielo <iJ.Ue sostiene la temperatura, con sus desagües para el agua condensada. Por lo que se refiere al abastecimiento de Madrid, todavía podría ser más fácil la solución, ya que dentro de poco tiempo estarán en estado de servicio las cámaras <le conservación de carnes congeladas que instala·mbs en el nuevo Matadero. La operación se reduciría, pues, a tener dispuestos junto al mueille de ·desemJbarco de la carne congelada el número de vagones frigorúficos necesarios, a los que se llevaría directamente desde el barco. Dichos vagones, que tienen acceso hasta el mismo costado de las cámaras del nuevo M'a tadero, las transportarían a éstas, y allí quedarían consenvadas el tiem¡po · que fuera necesario a las necesidades del consum·o. De una manera u otra, v€mos que la solución técnica del problema no es difícil; y como no es necesario insistir en los grandes beneficios que reportaría al bien público' el que se pudiera disponer en nuestros


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328 -

merca.rdos :de carne a buen precio, creemos que debría prepararse y fomentarse la importación, con lasi garantías que señalábMJ.1100 antes.. No terminaremos esita ¡parte de nuestro estudio sin recordar que, en el Congreso Internacional del Frío, celebrado en París en 1908, quedó aprobada la conclusión siguiente: · "Que los Gobiernos de todos los países en que la carne no existe e.n cantiidaich suficiente !Para bastar a las necesidades de la población, favorezcan con reducciones en. los derechos <le aduana la importación de las carnes frigoríficas, ventajosas d'esde el doble punto de vista de la higiene y <le la economía ¡públicas."

Influencia de las

cámara~

frigoríficas de 10.s mataderos en el -ab.aratamienito .

.Las cá:maras frigorí:ficas y <le conservación de carnes congelé!!das en los mataderos hacen con la esta:bu.il.ación el papel de r~crulador entre la oferta y la demanda, ejercienidlo su influencia ibenefi.ciosa en el mercrudo y suprimiendo él!gios y aibusos. Permiten realizar el sacrificio en la época más conveniente cuando el •gana-do pesa más, y cuando sea la ocasión más oportuna ¡para el ganadero y el consumidor; eivita las pérdidas por diescom~FJosición -durante los calores, y el carnicero tpuedle sa·car de su cá:mara cada d'ía la cantidad justa que venda. Todas estas caittsas de a:baratamiento explican lo que recordábamos antes de los carniceros alemanes, y hasta en Francia, dondle ha ha:bi<lo bastante resistencia a estas instailaciones,'han acabado por convencerse <le los beneficios económicos que reportan; y el Dr. A. Carreau, el apóstol de las instalaciones frigorilicas en los mataderos de Francia, aprecia como sigue la ventaja que olas carniceros de Dijon, ¡población .d'e unos 8o.ooo habitantes, obtienen con la utilización .del frigorífico irle su mataidero : "En las ciudades donde se han instaladlo frigoríficos, las pérdidas por elevación <le tem¡peraturas y defecto de aprovisionamiento se evitan; y estas pérdidas se calculan en unos 500 francos por carnicero y año, y en Dijon, donde la cifra de éstos se eleva a 70, la pérdida anual es de 35.000 francos. "En •las ferias y mercaidos •donde se hacen las transacciones, ocurre a veces que se producen alzas m.uy grandes, especialmente en las vacas y corderos, y los que no disponen de cámaras frigoríficas se encuentran en la necesidad <l'e no comprar sino su ¡provisión ordinaria, y no pue<len aprovechar un m.omento de 'baja, como los otros que <lispongan de ellas, que pueden aprovechar fa. ibaja y aprovisionarse para bastante tiempo. ''' Des.pués de cada mercado, los carniceros sacrifican la mayor parte


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3·29 -

de su apravisionélimiento, economizando gastos de entret en.imiento y nutrición. evitando accidentes mortales ocurridos en los largos transportes y comprando a precios ·b ajos. · ".Sin exageración, se estima . en 60.000 francos anuales las economías que pro¡porciona a los carniceros de Dijon ,€1 hig0rí.fico .de su mata;dero." · · Vemos, ~pues, que, tanto conservando J.as carnes sacrificadas en el matadero, como las c0rlgeladas nacionales o extranj'ems, una racional instail adón ·die cámaras frigoríficas y de conservación de car,nes ccmgeladas pued'e influir ¡poderos'ament~ en la reduécién del prec;:i© dte la carl)e, y en lá realización, por lo tanto, del fin social de ipo.n.er 'al a.lcance del cons umi1dor la mayor eantida<l1 posible; de carne en buenas condiciones higiénicas y <lle ¡precio para que pueda Uegair a ser adquirid a por las clases ¡poco acomodadas. ' 1

t:igera idea sobre la compo·sición y funcionamiento de las instalaciones frigoríficas en los mataderos, · y en tspedal de las que forman parte del·de ma d~id. Producción del frlo.

·¡

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·El frío industrial se ·produce generalmente poF medio ·de la evaporación de líquidos volátiles, empleándose de preferencia a éste fin los gases liquida;dos. Esta vaporización se hace aspirando, por med!io· de una ibomba, los !Vapores d'el líiquid9 vo1'átil contenido eri el refrigerador ; y como si tirásemos esos vapores a la atmós·fera, la obtención del frío resUlltaría muy costosa, se les ·comprime nueva.mente por medio de lp. misma bomba en la siguiente embolada a la de aspiración, pasando ent onces el gas com¡primid'o a través· ·d'e un condensador d'e agua fría, que le hace volver al estado lí.iquido al refrigerante, en donde · nuevamente se vaporiza, realizándt>se así un delo continuo de funcionamiento. Vemos, por tanto," que esta tnáquina de enfriar funciona como una máquina de vaipor; ipues así como ésta transforma parte del calm -de la caldera en trabajo mecánico, la tl.1:áquina frig"Orífica absorbe el calor de los cueripos que enfría con prod'u cción die trabajo en el recuperador de gases. La diferencia estriiba en que siendo eJ ohj-eto de la máquina d'e va,por l¿;_ producción de trahaj o, tÚDis vemos obligados a desperdiciar €alar ·en la ca;ldera para Glbterrer aquél, mientras que en la máquim:a d'e ¡producir frío necesitamos gastar miás tra:bajo que el teórico necesario para obtener una absorción 1d'e calor determinada. El trabajo que con relación al teórico ha de consumir la instalación compuesta de aspira<lor, compresor, condensaidor y refrigerante para


- 330 .obtener la tmida-di de ~alor negativo (frigoría) expresa el rendimiento -de aquélla. El régimen de marcha de la instalación ¡puede ser seco o húmedo. Danl!mos una idea del ptdmero, que es el· que da rmás rendimiento. En ·este caso, el I¡iquiidb :refrigerante no llena sino ¡parcialmente el eva,porador; el compresor no aspira sino vapor saturaido, que es com:p rimido, pasando a iva,por no saturrudo o recalentado y lanzado al condensador, donde primeratnen,:te se enfría a tem¡peratura de saturación; después, se liquicd'a, y, pbir fü.}; se enfría el líquido a una temperatura algo superior a la del ag.ua de refriget'ación a su entrada en el condensador ; el líquid0 0'btenid0 atraviesa la llave de reguladón para llegar al refrigerante, donde reina una presión inferior a la del condensador, y donde se transforma - ~n µna mezcla ·de líiquicfo y vapor, <l'e donde es aspira-do por el compresor como hemos dicho, y volviendo a realizarse el ciclo como antes. Conservación por el aire frlo.

El aire frío es el único medio que debe em,plearse en la refrigeración y conservación de carnes. La producción del aire fdo se realiza en las mejores condidones hacierudo que ·este aire se haya .prel.i minar- · ·:mente filtrado a través <le líqui1dos refrigeradores o puesto en contacto de superficies enfriadas. De aquí la existencia d'e los "frigoríferos" o aparatos donde el aire se enfría. Frigoríferos.

La elección de un buen frigorífico en una instalación para conservar de'be merecer toda la atencí0n <l'el que proyecte tales instalaciones. Pueden ser <le superficie seca (expansión directa), o de superficie húmeda (de cascada de salmuera}; uno y otro sistema tienen sus ¡partid'arios ; y aunque pudiend0 emplear.se prácticamente cualquiera de los dios sistemas, siempre son ailgo más usados los de cascadia de sal:muera. Lo que aquí es ¡preciso es q_ue el aparato esté construido a;daptado perfectamente al uso que se le ·destina ;-pues, si no, su efecto de purificación del aire, que pasa a través de él, es casi nula. Con ocasión de una cuestión presentada en el Matadero de Basilea (Suiza), donde se observó que en los ~ocailes servidos por unos frigorÍlferos, la carne se conservaba mejQr que los servidos por otros de <Jtra construcción, se realizarpn experiencias que demostraron la superioridad de un0s frigoríferos sobre otros, solamente con el estudio de los· cultivos d:e bacterias contenidas en d .a.ire antes y 'después de su ¡paso· por el frigorífero; lo que daba su po-


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~31

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tenda purificadora. Efectuamos la ex,periencia con placas Petri llenas cle gefatina, tapadas con un cristal. Cada placa se exponía durante treinta minutos a la corriente de aire, que tenía una velocicfadi de tres metros por· segundo, a la entrada y a:flla swlida del f rigori(ero; Y~ c0mo la gelatina es un excelentcz tet:reno .de cultivo para las bacterias, éstas se d'esarro1la'ban a.fü con gran facilidad; ca:da. 1bacteria., ¡poniénd0se en contacto con la gdatina, se desarrolla.ba,en ·s eguida, foicmaba un cultivo, y cada eolonia. se ¡presentaba. eRtonces :bajo el aspJecto .de um. círculo . La simple ins,pe..cción de fo>s tres fotograba.dos que acomlp aña n este t rabajo prueban la importancia <le l1lla buena clecci©n ·de frig0rífero. · . El aire qt:e ~s la•nzad© a tFa.'tés de los apa.r:atos ·a nteriorl©s par,sa después por h:lls conductos, y es' impulrsa,&> fr~o . a los l:©caif.es re:h .igerados, de donde es aspirado .por l©s misrnG>s ventHad0res, ~que efectúan :la 11mpulsióri .de·1dicho a.ir~. Agentes frigorlficlls.

Se emplean como frigorígen0s ,~ o agentes frigorí.ficos, el NH3 , C 0 2 , S02 , .ClCH 3 , OlC2 H 5 y @tro~; p.iero, de ellos, J a industria •e mplea., caisi exclusivamet1te, los tres primer0s. En :CÍFcunstaneias análogas, . las má<'J:U.Ínas 'Sirven ·19rá:cticallil1ente, igual, ·sea·. cua:l Ít:.leFe elr agente .frigorífico empleado; sin emha:rgo, el rentlimient ©· de las rn,á,quinas de· áreiido carbónico dHsminuye considerablemente en cuanto se eleva la tempera.t ura del agua de condensación. El empleo de estas máquinas en condiciones normales puede llegar hasta rivalizar con sus concurrentes; ¡pero no está justifica.do desde el momento que la tempera.tura. del ~ciclo carbónico antes de la váliVula Uega a 25° (Lo·r enz), y para ello la tempera tura .del agua, a la entrada. en el eondensaid0tt, debe seF de 20° a; 22°, que es un ca.so· que se presenta muy frecuentemente, sobre todo en el m·e diodía de España, donde el agua d'ispoFli.ble llega a ~a-sa1· los d'ías calurosos hasta / de los _25° C. · Cámaras frigor.lficas·.

Una vez visto cómo se ¡produce y utiliza el frío seco, veamos cómo de ser la cámara frigorífica.. Estas son d'os : la antecámara y la cámara. En la descripción de las del Matadero de Madr'i<l, que sigue, ver-e)mos el rég~m:en de temperaturas, ~tcétera, de estos locales. Ahora diremos que estas. cámaras tieµen sus muros, techo y suelo eubier1:os completamente por una o varias ca.p as de ais1a.miento', y eN. los muros, sobre. esta capa aislante, hay todruvía. (:Onstruí<lo por la cara interior .de los loca,les otro muro que hace ·de volante de frío. h~


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·Aislantes.

MereGe la pena que mos detengam'Os un poco sobre este '.Punto. En España, existen los co·r·chos de mejo·r ca:lid'a:<d d'el Mundo. Son exportados, en parte, por .constituir la primera materia de los diferentes productos de esa industria, y en parte, :son manufacturados en España, dronde se obtienen cong:lomerados de corcho tosta.do, sin más aglutinante que sus propias substancias resinosas destiladas y condensadas. Hemos efectuado ensayos con dichos aglomera.dos, realizando estos ensay os por lo·s míétodos del hielo y de la caja rde aceite, y hemos obtenido un coeficiente de conductibilidad medio de 0,037 ca:l. por hora, metro cuadrardo, metro de espesor y grado de <l.iferencia . de tem¡peratura, lo que supone un gran a:delanto en esta industria, que es eminentemente nacional, y que debe rdesarrollarse aún más si los asuntos frigoríficos toman en España el puesto que les corresponde. La higroscopicidad de estos aislantes no es muy ·duf erente de fas <lle los aglomerados con lb.rea, y se evita el que pase la m:ás pequeña cantiodad de humedad, extendiendo una ca,pa continua •de 'brea sobre el muro, y ·contra esta c~a en caliente colocar el aislante. Como una instalación de aislamiento de este género no. existe, qu~ nos0tr·©S sepamos., en Esp~ña, eonstituirál este perfeccionamientm una de las novedades q ue en'Cerrará el Gran Matadero Moderno de Madrid, <lle cuya instalación frigorífica vamqs a dar una idea.

Idea sobre las instalaciones frigorlficas del Matadel'o de Madrid.

Se compone de una antecámara frigorífica de cerdos, con una entrada .d'e carne ,dfaria de 20.000 Kig. y con una tempera.tura del local de + 13° a +10º, otra antecámara para lanar y vacuno, con una entra·da de carne diaria de 35.000 Kg. y a iguales temperaturas. Una cámara frigorífica, con una entrnda diaria d e carne de 55.000 Kg., procedente de las antecámaras, donde han queda.do veinte horas y sosteniéndose en este local, que estará dividido en tres partes y contendrá varias celd as p ara guardar las carnes conservadas., ·la temperatura entre +5º · y +2º. Un depósito para carne congela.da contend·rá 200.000 Kg. d e esta car ne y la temperatura de -7º a -8°; en un local de descongelación se efectuará ésta con to:d'a perfección. Por fin, un 1oca.l de c€mgela ción, donde se puede alcanzar la tem1p era.tura de -15º, suficiente para que se efectúe aquélla. El aire es renovado en todos los locales cuatro veces al día.


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Las antecámaras y cámaras absorben r6o.ooo frigorías por hora. Los d e;pósitos de carnes congeladas, 50.000 frigodas por hora. Se instala un generaGJ..o·r ·d'e ~'lielo, correspondiente a la potencia de uno d'e los cuatro .compresores, y absorberá la ¡potencia que no se .·e mplee en la refrigeración de locales, siendo, pue~, un comp'lemento <le la instafación. Esta corresponde a una producción horaria de: r6o.ooo calorías aibsorbidas por una teirnperatura de eivaporación del NH 3 de -r2º y 50.000 coforías para ídem ícfi. de -22°. La temperatura cl.e liquefacción, para lois dos casos, de +30º. Las máquinas :p ara .esta instalación serán cuatro compresores de NH 8 , .de una :potencia frigoríifica total de 4r4.400 frigorías por hora, los condensadores y refrigerantes correspondientes, así como los frigorírferos para los diferentes locales, y los diferentes y numerosos accesorios y detalles de fo. instalación, que consume una fuerza de unos n5 HP., y contiene además un generador de hielo capaz de una producción diaria aproximada de r2.ooo Kg. de hie'lo transparente y en bloques de 25 Kg. El proyecto :de esta instalación frigorífica, primera d'e esta importancia que se hace en España, elaborad/o po.r el que suscriibe, en oalaboración con otros Ingenieros' de la Casa Sulzer, se está realizand'o en la actuali,dad ; y esperam,os que muy pronto puedan verse ¡practicamente los beneficios que reporta un ¡perfeccionamiento fan transcendental, tanto desd'e el punto de vista de la higiene, como de la economía.

LEGISLACION En España se ha le'gisla<lo :poeo so1bre la materia. El Real ·decreto de 6 de ahril de r905 regula el funcionamient o delos mataideros, especialmente :por lo que respecta a la Inspección san itaria, sin hab lar para rra:da :de instalación frigorífica; lo que nada de particular tenía, estando dictado dicho Real decreto teniendo en cuenta la antigua disposición <le ·los mataderos entonces existentes en España. E s interesante <le todos modos recordar que ya existía la Real orden de 25 de junio de 1904·, ·disponiendo que el certificado .de Sanidad -y origen de las carnes :procedentes del Extranjero fuera expedido por un veterinario oficial y visado por el Cónsul del sitio de procedencia. Disposición el;lta última que Ítnl¡plicaba idirectamente la admisi_ón de carnes exti:anj.eras y, J.P<:>r-rconsiguiente, to,caiba el ¡problema de ~ su cemservaoi6n necesaria. Posteriormente se ha ¡pa!blic::ido el Reglamento general d e Mata.d~ro s , -, ep. 5 de ·d'iciemlb·r e 1d'e 1918, el cual ha ·siclo redactado teniemfo en cuenta los mataderos antiguos, que si bien es cierto son la mayüría, 1


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entendemos debería haberse previsto el éa:so de que nuestros mataderos, siguiendo la mareha progresiva .d e sus similares del Extranjer.o, se modernizasen, a:doptando métod'Os · e instalaieiones desconocidos ,:por los antiguos, a los que está dedicado .dic;ho Regla;nrento. El régimen arnncelario actual para las carnes es ·de libertad de derechos, para la:s fres·cas, por Real orden de 12 <le enero de 1916; y para los ganados, ipor fa dg <2 del niismo año. ' Para las carnes congeladas, el derecho · arancelario es de 12 pesetas los ' 100 Kg. en el régimen general independiente de las actuales circunstancias y de franquicia por Real orden de 13 <l.e septiembre <le 1918 (Gaceta del 17). En el Extranjero; existen ya, desde hace muchos años, disposiciones legislativas que: por la índole de este trabajo, ªº vamos a enumerar aquí: solamente camo prueba de la im¡portancia que se ha dado siempre a .las instalaciones frigoríficas, y de lo necesarias que siempre se han considerado en los mataideros, r recordaremos una disposición del Consejo municipal de Colonia, dictada en 1897, como consecuencia <le la queja de un carnicero, quien reclamalba que se fusionaran losi derechos de degüello y frigorífico en uno solo, y, según el cual, "teniendo en cuenta las exigencias acfüales de la higiene, un matadero sin frigorífico sería inadmisible para una ciudad como· Colonia. Actualmente, las instalaciones frigorÍlficas solamente faltan en los mataderos de oonstrucción antigua o que corre&ponden a ciuda des poco importantes". Esta decisión <l'el Consejo municipal fué confirmada ¡por el Tribunal Administrativo Superior de Berlín en 23 de diciembre de 1902. Citaremos taimbién la ley Meline,_ en Francia, que, con pretexto de garantizar la higiene pública y con la finalidad efectiva de proteger la· Sociedad de Ganaderos francesa, impidió la introducción ·de carnes extranjeras, a raíz de esta:blecerse en París un gran depósito frigorífico ipor una Compañía a11gentina, que comprometió varios millones en la obra, prohihiendo la importación de animales lTI¡Uertos. Respecto de la influencia que la cita<da i:mportaaión pudiera ejercer en su Ganadería nacional, puede recordarse lo que Deschanel decía ya en 1915, o sea, que Francia habría <le pedir a la Argentina y al Uruguay la carne frigorífica, sin la: que los rebaños franceses no podrían ser reconstituidos. · · Consignando, para terminar, que e'ntre fas condiciones de autorización para la apertura de mataderos en Francia, figuran la número 29, 30, 31 y 32, que se refieren exclusivamente a la instalación frigorífica, y en el Reglamento general <le Mataderos de la misma nación, figura un título entero, el V, con sus artículos del 70 al 87, a1mbos 'inclusive, dedicadlos a reglamentar el servicio y funcionamiento de fos locales re1

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3!5- frigerados, concediéndole tanta im.portancia a esta ¡parte integrante del füatadern como a los otros servit:i0s de que se ocupa con tanto detalle nuestro último Reglamento. C O N CLUSIONES

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Las instalaciemes frigoríficas son i111dispensables hoy en todo matadero moderno, porque e0ntrfouyen poderosamente a reg ular el mercado y beneficiar al productor y consumidor. En toda ·disposiCión legislativa que se cii.cte .d e aquí adelante referente ·a mataderos, · deibe tenerse muy :riresente tod.'o lo conGerniente a instaiaciÓ·Fl' írigorífiea, concedlién<l.ole "una imiportancia sem@Ja-nte a los demás servicios indispensables de dichos mataderos. Siendo la ¡p-6ncipal causá de encarecimiento de la carne la escasez de ganado en España, debe prepararse y fomentarse 1a importación de carnes congelad1as, habilitando las cámaras· cl'e conserivación existentes y construyendo otras nuevas, y contando, 'POr lo que respecta· a esta ·Corte, eón -que pronto estarán en funcionamiento las .de su Matadern. Si una E1J:11:presa ¡privada solicitase una aut0rizac'ión de im¡portación, debería exigírsele el que <lis.pusiera cámaras racionalmente insta.ladas y del número de cámaras a flote y vagones frigorí.fices ·necesarios. Teniendo en cuenta la! gt·an eoníVeni'encia de realizar tma· labor armónica te1~diiendo ~ a fomentar todó lo posible esta importante rama de la industria, y a semejanza de lo que ya funciona desde hace años en ios demás países, se -propone al ·Congreso el estudiar la organización de una "Asociación Española der Frfo"." · El Sr:. HAUSER hace constar que todos [os elementos int·d ectuales 1deben ª'Prestarse a de-f ender las innovaciones que, en defensa de intereses creados, son atacadas rudamente, como ha sucedido en algún país con las carnes eongeladas y en casi toda Europa con la sacarina. El Sr. ESCOREAZA hace constar ·que las industria:s frigoríficas 'favorecen y no cÓntrarían el desarrollo de la Ganadería, por lo que se adhiere a las conclusiones como Ingeniero-agrónomo, ofreciendo tratar este tema en la Sección 7.ª · Se aprueban íntegraunente las conclusiones, y se acuerda que los Sres. Hausser y Bastos fortnIUlen una .nueva conclusión, que será votada en la sesión pró;Xima. El Sr, SERRANO diserta sóbre el asunto que motjva 1!1 siguiente Memoria, sien~o · tam1bién aprolbadas sus conclusiones íntegramente:

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"DE URGENTE NECESIDAD: EL LABORATORIO Y EL TA-

L8ER Por D.

CÉSAR SERRANO,

eomandante

de Artillería.

Creyendo interpretar fielmente el principal objetivo perseguido por este Congreso rle Ingeniería, de aportar traibajos que sean en esencia preceptos de imprescindible cumplimiento por parte d'e la Industria esipañola :para obtener un avance g;igantesco y ¡positivo en el progri:so de la fa!bricación nadonal, nos permitimos exiponer ~l .presente, por la absoluta persuasión que poseemos de la urgente necesidad' que hay de aplicar lo que en sus ~onclusiones 0frecemos; bien entendido que creemos .f irmemente que lo pro.puesto entra dentro del campo fructífero de la más reconocida y ·comprobada <práctica, y que ni es nuewo el tema para los Ingenieros españoles, ni se trata de elucubraciones puramente teóricas, sino que es perfectamente conocido_de todos ; pero se impone iniciar intensamente el fomento de ·su implantación y de su difusión por toda la Industria n:acional. ¿Es buena la fabricación nacional en general ? ¿iSatisface ~ cumplidamente las exigencias de la demand-q. actual? ¿Puede a:segurarse la nacionalización de todas las industrias, entendiéndose <por tal la emancipación (relativa) de la fa1:>ricación extranjera? · ¿Podemos competir en ·Calidad, ¡precisión y precios con la mejor fabricación de los pll,Íses más a:delantad'os? Preguntas son éstas que a diario se oyen; y sus respuestas son bien sabidas .de todos. No las contestamos de un modo franco y explícito por no ser necesario; pues implícitamente están contestadas. . Cada día se exige más en Ja fabricación. Esto e ;; naturnl c-0nsecuencia del inmenso avance en el progreso de la modema Industria. Se impone el perfeccionamiento en la construcción para alcanzar un más alto nivel en los beneficios materiales que toda industria ·reporta, y para elevar todo lo más que se pueda el prestigio y la farna de la Casa que construye. La Industria española, hay .que confesarlo, se resiente _de fal~ª '\ÍS! perfección, de exactitud o precisión y de buena calidad en los iproduct0s que elabora; de aquí la lentitud con que_, se logr:<± pacionalizar ~ual­ quier fabricación, y la necesidad de recurrir a la producción ~xtranjera con grave perjuicio del desarroUo de la de nuestro país. E sto es axiomático: se ansía, por productores y consumidores, adelantar en la factura de todo lo que esmeraidanrente se ela-bora en la Industria extranjera, y

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337 n o se aplican los medios para conseguirlo, por ignorancia unos, por falta de voluntad otros ; y a honrar esa igriorancia y a despertar. la <voluntad dormida en pro del fomento del buen trabajo en los talleres españoles, tiende este escrito, al que obliga a empezar con las siguientes .af.rmaciones : "Se impone el ensayo en toclc::>s los materiales de construcción y de 'COnSU!lllO."

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"En todos l!Qs centros fabriles, grandes y pequeñ0s, deben instalarse . 1111áiquinas y aparatos de ensayo, más los de investigadón m.etalográfic~ ·en los metalúngicos y en los de construcción mecánica." ''' La fabrieación perfecta se !basa en el ensayo; c0mp[étad© en la ·constn1cción metálica y mecánica, -con -el análisis mietalogtráfi.co de las .aleaciones empleadas." " El análisis químico,· el 1111ecáRicéJ y el mkroscó,pico deben a:sociarse, cooperando en consorcio para -.la buena· fabricación." - ·" La fabricación nacional está necesitada de la investigación y del ·ensayo." " L a labor del Ingeniero ensayador ha alcanzado hoy una 1mportancia extraordinaria." "El ensayo constituye actualmente una rama más en la carrera de la Ingeniería." He aquí un índice de conceptos que, en rigor, son uno solo, y que -constituyen el programa de este nuestro trabajo, en el que, como hemos dicho , nada: nuevo se va a exponer a los Ingenieros españoles que a fondo 1'0s ~onceen; ¡pero quien haya tenidID ·ocasi©n de recorrer las .lndustrias nacionales de todas clasés y magnitudes, habr~ visto _que son rarísimas las factorías en las que se rven instalaciones que denoten la importancia que hay que dar a la base de una perfecta y garantida fabricación. En cambio, es tan sent:iid'a: la necesidad de difundir el fomento del ensaye en generalr y del metafográfi.co en particular (eminentemente práctico e industrial), que a ello tiende este escrito, ya que su autor es un convencido de que nuestros car-riles, nuestros mtot-0res tértrnicos, hidráulicos, e1éctrkos, nuestros ·pr.oducto·s metalúrgicos en genera·l, y ·s iderúrgicos en particular, nuestros cementos hidráulicos, nuestros ·tn!Orteros, hormigones (or·dinarios, hidráulicos, armooo·s, etc.), no han alcanzado todo el grado de perfección que se pueda exigir, debido a que se atiende exclusivamente a una práctica der tra1bajo, huérfana del todo de laiS normas tan razonadas ' y acertad.as que ofrece la técnica puesta en acción, con una bien entend<ida práctica de ensayo y de investigación. Aun se ven fábricas de construcci6n ·metálica y mecánica que solamente disponen de un pequeño lruboratorio quím~co y de algún tosco TOMO II

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aparato de ensayG mecánico; fá:bricas de productos metalúrgicos con la sola ayuda para los traibajos de su prnducci~n, ·de un la!boratorio. químico, y no sirven para remediar los males, los continuos accidentes. y returas de graves consecuencias, en la construcción de los modernos motores térmicos de Automovilismo y de Aviación, pudiendo .suced<i!r, como seguramente ha ocurrido, que piezas de a~ero obtemd'as por forja o estampación han sufrido tratamientos térm1cos y mecánicos inade-. cuados, y sin usar de medios de comprobación, se han colocado en sus respectivos puestos de traibajo, donde se les piden esfuerzos, no sola-. mente grandes, de elevadas cifras, sino ,de diferentes clases dentro de,, la clasificación mecánica ·de éstos, con la influencia además· de su alternancia, de la temperatura y demás circunstancias que . tanto contribu~ yen a poner en peligro su solidez. Se adquieren los aceros de herra ~ mientas en los talleres donde se labran manual y 1n:ecánicamente los metales y .ma<leras, y apenas, por excepción, hay algún taller donde, ¡para recibir esos aceros, al adquirirlos, se les someta al ensayo completo de laboratorio en su triple aspecto químico, mecánico y metalog!'.áfi.-. c-0 antes de ¡proceder a las pruebas tecnológicas, contentá111dose a lo mlás, en algunos estaiblecimientos, a efectuar unas pocas <"le estas prue'bais. No digamos los carriles, que tantísima garantía deben ofrecer .en s u composición, en su constitución, en sus :propj-. íades mecánicas . . Innu~ meralbles ejem¡plos podrían citarse de maúeria1es de construcción y de materiales de consumo que se entregan y se reciben sj.n que el consumí~ dor ni el productor se preocupen ¡poco ni mucho ·de. su análisis comple ~ to, deduciéndose lógicamente la cons'e cuéncia, de alta imp0rtancia para nuestra Industria, ide que se impone el .ensayo en todos los materiales de construcción y de consumo. En toda construcci©n que envuelve responsabitidad, por afectar,. bien a la seguridad de los servicios, bien al riesgo de la vida, se ofrece el .p roblema de a quién debe cargarse aquélla: si al que fabrica , si al que recibe o usa. En el iprimiüvo traibajo en que 1).0 existía el en~ayo. y en que se admitían sólo como garantías los altos c'oefi.cientes de seguridad de los constructores, ocurrían desastres y catástrofes, y no sa culpaba a nadie, ni se pensaba en rdepurar responsabilidades, .por ·él he~ cho de no ha·b er sido ensayados los materiales; pero hoy las cosas han cambiado. El conocim:ient<Y de las -prü;piedades ·de los materiales de. construcción ha aumentado extraordinariamente; los· métodos de ensayo han creddo en ·maravillosa @roporción; y puede· decirse que no, hay Ingenier·o que deba admitir material defectuoso para sus construc-. ciohes. Dejamos aparte la influencia de las consideraciones comerciales. en el empleo de los materiales; pero no tiene perdón de Dios quien a . sabiendas admite sus · defectos ipor la sola razón de que Ja fi.nali-d'aq


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principal es hacer lo que hoy se llalma un bonito negocio. Debe obligarse, si no por la Ley, por lo tnenos, ¡por la fuerza de la pública opinión, a recurrir a los laboratorios y méto.dos de ensayo e investigación .que ofrez·can en ' toda obra ·!l'>ública las garantíaJS contra los graves accidentes. Pocos campos de estudio son tan fecundos en resultados útiles y conducen a tan gran progreso como d de las icausa:s de los defectos de los materiales o de la construcción. Tal estudio podrá ser desaigra<lable, a veces desalentador; pero el que aspira a grandes avances debe observar las lecci0nes tan pr.QfV'et::hosas y que tanto enseñan provinientes de los defectos. Bien es verdad que :puede obtenerse una información muy valiosa con el estudio de materiales que no ofrecen defectos y cUlmplen su servicio satisfact0riamente; pero nada mejor que la comparación de las propiedades y características de aquellas partes de una construcción que se han comjportado muy bien en el ttabajo, con las · características y propiedades de las que han ofrecido defectos en el mismo trabajo o .servicio; 110 hay duda: es un método de aproximación más satisfactorio. Faraday, que pasó s·u vid~ experimentando, acostumbraba a decir que "apren<lfa más de sus faltas y fracasos que de sus éxitos". Si los defectos se producen en trabaj os de experimentación, poco valor hay que conceder a la res¡ponsaibilidad; no es lo mismo tl'atándose de trabajos reales en los que puede haiber pérdida de vidas o d'estrucción de la construcción; pues, entonces, la cuestión de responsabilidad puede ser grave, :pudiendo ser vadas las causas que metiven los defectos : mal material, poca habilidad en la mano de obra, defectos ~n el proyecto die la construcción, ántead0nes malignas; et0étera.· El material .defectuoso no hay que confundir.J.o con el material inadecuado; es defectuoso un carril con un ma1 perfil de Gabeza, un eje forjado de un lingote segregado, mortero o argamasa con materiales mal mezclados ; es inadecuado emplear fµ,_ndición en lugar de acero o -acero de ca.racterísticas irri.jpropias a los es-fuerzas que tenga que so¡po!ifar y modo de tra1bajar, etcétera. Hemos citado, como concepto fundamental al rprincipio <l'e este escrito, que "la fabricación perfecta se _!basa "én el ensayo, compJetarlo en la construcción metálica y mecán.ica con (fl análisis metalográfico de la:s alea dones emp>Jeadas". Negar imiportancia a la M etalografía aplicada, que a:sí puede Uamarse la 'Práctica iede los . ensay, os metalogtááicos (determinación de los puntos de transformación ¡para salber templar y revenir a conciem:ia; investigaciones de la- existencia de est0s •puntés para deducir los efectos <le los tratamief,ltos téran1c0s ; apálisis microscópico de .las estFl.lC-


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turais, para deducir la existencia o n& ·de uniformMad de constituci@n consecuencia de la homogenidací a;petedda por todo Ingeniero constructor, etc., et<:.), negar importancia, repetimos, es hacer a sabiendas muy poco honor a los que deseamos el progreso industrial. En España, se oye decir con frecuencia, y se lee en escritos de personas d.e innegable con11petencia, que "no se debe conceder a la práctica de la Metalograifía .m ás 1valor que el muy liirnitado de sus aplicaciones puramente de investigación denüfica". No se ¡puede ni se debe admitir esto más que comG una manifestación clara de que quien lo cHee no ha sentido los efectos del dominio de la práctica de esta rama de la Ciencia aplicada a la Metalurgia y a la Construcción, auxiliar poderosisimo del que quiere obtener excelentes productos y del ·que quiere fabricar con verdaderas seguridades . Véaise, en cambio, lo que se oye en otros países reconocida.mente adelantados: Inglaterra (auténtico). Visitando muy recientemente una fa<:toría de Escocia un Ingeniero es¡pañol, cuyo nomlbre no hace al caso citar, vió que se haJbía d'a1do gran importancia a la instalaJCión del gabinete o laboratori0 para análisis metalográifiw; y al felicitar ai los Ingenieros por ello, dijeron una gran verdad, que el Ingeniero español hubiese deseado fuese oída por todos los Ingenie ros industriales españoles, que fué la siguiente, trnduci<la a nuestro idiom;a, sin aumentar ni quitar concepto: "La competencia industrial sólo puede salvarse fabricandio bien y sin estrope·a r ninguna pieza ; 10 que requiere que el fabdcante saque del est rech o límite de los gaibinetes d'e enseñanza aquellos aiparatos que pueden evitar camino a ciegas en su laJbor; .de aquí que estima.irnos que el micrnsc;opio puede reunir utilidades sin cuento." Preguntaron -ail Ingeniero español si no pensaiban así los industriales de nuestra nad ón; y hubo de responder aquél, tras corta vacilación, "que sí; pero que seguían dando imayor importada a las :pruebas miecánkas, sin duda por ser éstas 1las <ql~ " ponen de manifiesto las cuafülades que se ~jercen en la:s piezas en ttahaj.o". A lo qt1e hubieron de responder a su vez los Ingenieros escoceses, con sobrada razón, "que sólo las pruebas mecánicas dicen poco"; y le ofrecieron un caso práctico de momento: un alarnlbre que había fa!bricad·o otra Sociedad, y q•_1e se les remitió para su galvanización. Se efectuó ésta, y al poco tiempo de estar en servicio el material-que en sus pruebas acus©· e:x;celentes cualidades físicas en contra de este óptimo resultado ·de pm_eba o ensayOi--, se comporfó muy mal en aquél. Prepararon unas muestta:s al microscopio para someterlas al juicio del Ingeniero . español; y éste pudo c>bservar ~ue, mientras la parte exterior del· ala:mbre a1cusaiba clarannen<te la estructura cáracterística de la perlita, la parte <:entral era una mezcla desorientada die martensita y osmondita; la que, seguramente, con1

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serva.iba la acritud P'roducida por las intensas deformaciones debidas a los esfuerzos tn1ecáaicos a que se haibía so1metid'o. Las tensiones internas que no se manifestaron en el momento <le las pruebas a~saron más tarde su presencia y demost11aron que si, antes de galvanizar el metal, se hubiese estudiooQl micrográificamente, se hubiese conocido su falta de hom,ogeneidad estructural y no se hubiese perdido el dinero y el tiempo en lais 01peraciones ulteriores. y no es ya sol@ en el campo de los metales donde tiene im¡portancia él uso del microscopio, sino que la Petrografía es tan interesante como lp. Metalografía. Los cementos y los hormigones y morteros hidráulicos, :p>@r haber sido asunto que ha llama<lo podlerosamente la artención de los Ingenieros, la cuestión de la "duración de los morteros" , han siido, y deben ser, @bjeto de estudio ·desde el .p unto de vista de ·S'.11 constitución de estructura. Aunque diferentemente que en Jos aceros, los componentes que fonm:an un hormigón o un mortero no ¡pierden $US identidades e n la masa. Cual.quier mortero u hmmi.g ón es dependiente para las propiedaJdes de su masa, cle la swna de las prop-iedaJdes individuales de los componentes, y Ct!la,l-0.1.uier estudio para detenll\Ínar cat!lsas y ef.eotos n:ecesi:tan la consideradón de ca:da una de eUais. De las cuá..tro · suib stancias o materiales primarios que entran en cada hormigón hidráulico (piedra, arena, cemento y agua), el cemento y agua se unen químicamente, forman.d o una suibstancia nueva con nuevas propiedades, que, añadidas a las •diemás propiedades de fo,~ diemá:s substancias de C0!111posi.ción, oompHcan las ¡pr0piedades de fa mása; de aquí que se estmdien, primero, individualmente, y, después, e@lectivamente, las di . fenmtes suibstanciaS- para llegar al . c@nocimiento <l'e aquélla. El microscopio, al permitir estudiar las p iedras, hace ver que algunas <le éstas aparecen como rverdaderos honmi1g ones naturales, así cülmo las arena.s :por su analogia de composi~úón y constitudón. El cemento, c@mpuesto más o menos definido de un .• -eie1t0 númern de radi-eaJles químicos .(CaO, M:gO_, Si0 2 , Al 2 - 0 3 , Fe 2 - 0 3 , S03 , H 2 - 'Ü); es el que merece más estudio, por depender de él, principalme nte, la duración y propieda<les de los hormigones, y el microscopio es ea más poderoso auxiliar de investigaciém de la naturaleza, calidad, cantid:a:d• y propiedades de los cons.tiituyentes y las reacciones que los han ¡pod.ido pi;odacir, ohservancdo muestras de · " clinker" conveniente y análogamente -¡)11e-paradas a cottno se ¡preparan ias miuestras de af er©; · y no solament~ se limitará la aplicación ·d'e examen al cement o pottland , p¡,ira qµe .de las m ifrofotografías de su estructura se deduzcan las cuaJ.i.dades y calidad del mismo y ~-ceptarlo o rechazarlo con conocimiiento de causa, sino que, del mislmo m@do, se puedt'm pt:eparar muestrais de hormigón; y_aparte de las enseñ·a nzas ~ue :p.u edan aJDQ·r tar ew erienci-as ELe inves1


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tigación científica hechas en un la:borat@rio, los tréllbajos de ,análisis microestructural podrán proporcionar útiles beneficios a !productores y consumidores ; asunto que taimbién está mtity estudiado como consecuencia de la:s discusiones téc,nicas a que han. da:do lugar ex,perienda$ muy concienzudas y d'e talladas que han sido hechas s01bre este particular. Muchos adversarios del microscopio como elemento auxiliar de trabajo en talleres, han aparecido; pero ipoco a :poco van disminuyendo, al con-vencerse de que sus beneficios son .inmediatos, son positivos, siquiera sirvan, en algunos casos, naJd'a más que para comprobar propiedades o conocimientos ya sa!bid:os; y lo ·que no ¡puede .negarse es que, ~l progreso y a la mejora en la fabricación, ha contribuído grandem·ente el microscopio, haJbiéndose Uegado a decir, por sabios y prácticos Ingenieros, que la investigación microscópica es · una necesidw más entre las bases científicas usadas para el avance de la construcción. Claro está que esto sieim,pre sobre la 'base de que esta investigación se una a la investigación química y a la invesügación mecánica, haciendo que, siempre, el análisis químico, el mecánico y el microscópico se asocien, cooperando en consorcio para la buena fabricación. Y si el exainen de ¡pequeñas muestra:s pulimentadas y atacadas por reactivos, o sea el examen microscópico, ha s~do llevado a un alto grado de excelencia, no ha dejado de s,e do en buen grndo' talm'.bién el e~men macroscópico de los poros, ·cavidades, faltas de homogeneidad en la composición, grietas o farras, defectos en las piezas fundidas y forjadas, defectos de solidaduras y otros que suelen a.compañar al acero, y que el laminado y la forja, €n general, dificultan su investigación en la simple inspección visual. Bien sabido es que es casi im¡posible el obtener un acero perfecto, sin defectos, sea cuaJ fuere e.1 ¡procedimiento que se emplee y Jas precauciones que se tomen para evitarlos; y mientras e'! análisis químico, el microscópico y el ensayo de las prülpiedades físicas y mecánicas son más o menos sat·is:factorias ¡para la inspección del acero faJbri.célldo~ se hace muy d·e desear, por las notables ventajas que reporta, el examen macroscópico. La Macroscopia tiene un origen antiquísi1mo, bien · conocido por los egipcios, y recientemente, en· fechas posteriores, ha adquirido gran desarrollo; en r779, ya indicó Jacques Perret que el acero Damasco podía ensayarse por el ataque o corrosión; en r873, atacaba Berg.man con ácido sulfúrico para distinguir el hierro del acero; en r850, Edwin Clark podía demostrar la ·dliferencia entre el remachado manua,l y el mecánico atacando a las uniones de los remaches; en r873, Kick demostraba la estructura del mater.ia~ solda!do1 en 1878, Von Kerpely, en su obra sobre carriles, m@stra'ba numerosas uniones de .éstos, de hierro y acero;

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-en 1886 y en 1894, aparecieron multitud de artículos, en la revista Stahl und Bisen, <le Ledebur, Stein, Weddnig, Martens y otros nota;bles Ingenieros; en 1893, en el Congreso Internacional de Chieago, el Instituto Americano de Ingenieros d~ Minas ofreció notaibles y curiosos ejem·p los de macro-estructuras; en 1896, Tetmajer, en .su obra sQlbre acero básico de carriles, hace m~tar que los ensayos de corrosión macroscÓJili-cos son muy importantes; en 1896, el Comité · nombrado pc»r el De.partamento de Negocios señaló la exigencia <le la inV'estigacíón de la pérdida de resistencia del acero de carriles, por causa del uso de los mismos en las línen.s férreas, y Rdberts-Austen, como consecuencia de eU.o, -ofrece una discusión sobre la macro y la microestructura; en rgo6, con- -ocasión del Congreso de Bruselas celebrado por la Asociación Internacional para el Ensayo de los Materiales, se presentaron por Ast interesantes enseñanzas s01bre el examen macroscóipico de hierros y -a.ceros, con numerosas fotografías , y se recomiendan los agentes de .ataque más convenientes, como son: a) diluir los ácidos dorhídrico, nítrico y sulfúrico al 30 ipor roo; b) 20 graimos de iodo y 30 de ioduro de potasio en 1.000 gramos de agua (Tetmla.}er); e) ácido clorhídrico -en alcohol al 30 por roo (MaFtens y Heyn), etcétera; en 1908, Ch. Frernont presenta en la R evue. de M etalurgie un artíiculo mU>y comiplet0 tittüaido "Essais des fers et des aders par corrosion", c0n numerosas ;ilustraciones ; disctite a Ast y a Heyn, y ofrece métodos para qarcer las fotomacroestructuras, proporcionando hasta ocho agentes de corrosión: en ·e ste m~smo año, Julius Springer, en su "Hanclbuck ·des material prnfüngswesens", ofrece un trabajo sobre Macroscopia, dando ejem-· plos de carriles, piezas <liver·s as de forja , piezas en_sayadas a la flexión y a la compresión, etcétera, con fotografías m acroscópicas; en el mis1110 año 1908, un informe del Arsenal Wate.rtown sobre ensayo de metales muestra diferentes secciones <le carriles observados rnacroscópicamente; en 1909, aparecen, con ocasión de la investigación de acero <le carriles, detalles amplios 1de información acerca del examen mlacroscópico, utilizan<l'o como . agente de corrosión la iodina, que re:vela: con mucha claridad los <l'efectos y la estructura; en 1912, Bauer y Deiss re-comiend:an, en su trabajo "Proib enatime und Aoolyse 1Von Eisen und Stahl", la soludón Heyn de o1oruro amónico de cobre, con ejemiplos 'm uy interesantes de material fondi<lo y lamina<lo; en 1913, Preuss, en ·" Die praktische Nufaanwendung -der Profung des Eisens 1durch Atzverfaheren und mit .Hilfe des Mikroskopes ", también recoJmier)'da la solución de Heyn, y da multitudl de ejemlplos de ensayos macroscópicos de hierro forjado, aicero, sol<lia<luras, piezas punzonada.s, remachadas, etcétera; en 1914, Rosentrain, en "An introduction to the study of Physical MetaJlur.giy", tdiscutiendo el desarrolllo ·de la estructura, men-


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dona el uso de soluciones .de sales de wbre, y dice que el método de Giolitti para las aJeaciones .c obre-estaño ha sido apliica<lo con éxito a los hieros y aceros, obteniénd0se el depósito gra.dual de cobre metálico p or un proceso <le reemplazo electroquímico; ¡por último, en el a.ñ o 1915, Stead, en una sesión 1del "Iron and Steel Institute", <la un método de investigar 1as varia:cioaes del fósforo en los hierros y a<leros con un reactivo a base de cloruro de cobre, cloruro de magnesie, ácido clorhídrico ·y alcohol. En general, los reactivos ensaya:cdos y precemizados para el _examen microscópico se utilizan con éxito para el análisis macroscópico. Al mayor progreso de la Mwcroscopia, ha C<'>ntrfüuí<l:o el perfeccionamiento de utilizar el zinc fundido ce>n.no baño de a<.:ción Q die ataique, sumamente beneficiosos en la preparación de la.os superficies a exMDinar; Ínnumeraihles ejemplos ·p odríamos ·citar de lo útH del procedimiento, y entre ellos recordan:nos uno de los más importantes, por referirse a una de las la:bo11es que más ha oontribuído a su adelanto el auxilio de la: investigación meta1'ográ:fi.ca; nos referimos a los aceros de a:lta velocidad! de corte. Este acero, en experiencias hechas, tratado por el baño de zinc y, después, por el ácido sulfúrico diluído, ¡presentó su superfi.cie fuertemente !Picada como porosa y estría.da en algunos puntos, permaneciendo invariaJble el rest0 .ele ella; las manchás observadas eran indudablemente áreas o zon.as de masa fuertemente car.bura:da, debidas a la imperfecta aleación del ferrnmanganeso y demás adiciones, que suelen ser .de alta dosis de carbono y también de alto punto de fusión, no :permitiendo que sea rápida la difusión y dando lugar a una mezcla fí:sica falta de homogeneidad; .defecto que es de verdadera im¡portancia en los útiles de las máquinas-herramientas qae emplean un ta..J acero. La conclusión de todo lo e~puesto so'bre Macroscopia es que debe efe.ctuars e el exaimen macroscópico de toda cla:se d€ lingotes de hierro. puidiela!do y de acero forjado; <le aceros de toda clase de carburación, ordinarios y especiales, y entre éstos los <le <::orte rápido para herrami€ntas; los carriles Bessemer (en éstos se suele <lar el caso de que, seccioná1ldolos, ofrecen las superficies de cQrte aspectos excelentes, y clespués de atacados por el baño de zinc con el compliemento del óxida suEúrico diluído, .o <bien por cualquiera de la serie <le reactivos recomendados para estos ensayos, los cuellos de cada muestra aparecen como esponjosos y, por tanto, acusando el defecto); piezas de toda da-. se moldeadas y forjwda:s, ejes, tubos, etcétera: Todo lo anterior qu·i ere d~cir qu!', en Ingfaten:a, y lo ·mism© podíamos decir cl•e Alemania, de tod!a..s la:s demás naciones y, muy especial ~.. mente, de fos Estados Unidos <le Am:érica, han comprendido bien la utilidad de la Metalogra;fia aplic91da en lo que a Microscopia y a Ma· 1

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eroscopia se refiere, que al •decir de Guillón, Jefe del Lah0ratorio de In.vestigación Metalográfica de la Escuela de Minas: " .. . la justificadísima aspiración de todo el que anhele grandeza para nuestra E spaña, no podrá lograrse sin que la:s fábricas, tanto civiles, c:_oimo militares, conozcan y practiquen la Metalografía intensa y concienzudamente." En el VI Congreso de la Asoeiación Internacional para el Ensayo de los Materiales, se dió cuenta detallada del progresq de la Metalografía desde el año 1909; en un luminO'so informe del profesor Heyn: de Berlín-Lichterfeld, traducido .del a¡lemán por H . Borns, se <lió a conocer la e:xitr.aordiinaria actilvidad desarroUada durante el periodo citado ~ en él expuso el doble diagrama del sistema hierro-carbono presentado por Heyn-Charpy, con datos de estos profesores, más los proporcionados ip9r Roberts-Austen, Carpenter & Keeling, Gutowsky, Hanemam, Ruff y Goeche, Warh, Ruer & Ijin. Se ,p recisaron los fenómenos alotrópicos y el Temple de las aleaciones hierro-carbono. Se dieron estudios sobre la influencia del tratamiento• previo en el hierro forjado , sobre la maleabilización y cementación, sobre la fundición, con conclusiones muy interesantes, a·sí como sobre la? ferroaleaciones industriales, hierro y .éromo, y manganeso, y níquel y titan<>, y vanadio, y :tungsteno; aceros rá:pidos, cobre y sus aleaciones ; estaño y sus a•leaciones; metal de cojinetes; otras aleaciones diversas".

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INGENIERO ENSAYADOR Digamos ahora algo .para ¡:nostrar la alta importancia del que ya hoy fundaodlamente debe titularse "Ingeniero ensayador", ya que poco hay que esforzarse para comprender la importancia de esta especiaJ.idad imás : que no puede concretarse al químico analista, sino al ensaya•dor mecánico, al inv~stigador metalográfico, al que, poseyendo un conocimiento perfecto ·de las propiedades técnicas de los materiales, safbe determinar todas sus constantes, las -cifras de sus c;:aracterísticas, de sus componentes, de sus constituyentes y puede ·decretar las operaciones o tratamientos que convengan ipara lograr con .precisión aquélla·s. La progresiva ampliación que viene adquiriendo el significado de · la palwbra "Ingeniero" es altamente interesante. Empleada en los primitivos tiempos para desi•g nar hombres de ha'bilid'ad capaz de proyectar y ejecutar ·t rabajos de consideración, tales como castillos, fortificadones, puentes, especialmente en conexión con asuntos militares, füen pronto tomo una amplia significación, y fué muy prnpiamente aplicada a los que tenían ha'bilidlad y capacida!d' para proyectar y ejecutar toda clase de traJbajos <le práctica utilidad en tiempo de paz. Sólo a los mi~


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litares se les llamaiba sencillaim.ente Ingenieros; y llegó a ser de desear la misma designación a quienes también en tiempo de paz hacían tra·bajos semejantes, y para distinguirlos ·de los Ingenieros militares se les denominaba Ingenieros civiles; designación que permanece hasta hoy y que caracteriza. a los hombres de caipadd~d . Innecesario es ofrecer el desarrollo histórico y sucesivo de la ¡palabra "Ingeniero"; basta d.ecir que, con el progreso de los tiempos, fueron apareciendo las diferentes 1 denom~naciones de: "Ingenieros mecánicos" , "Ingenieros de Minas ' , ·" Ingenieros naváles", "Ingenieros electricistas", "Ingenieros de Ca.minos", "Ingenieros quím.icos", etcétera. Al compás ·del progreso de la ~nominación, iba el ¡progreso de la aplicación. Al principio, se aplica:ba sólo al que tenía la habilidad ·de ofrecer originalidad, invento, etcétera; hoy, a quie11 dirige la ejecución con arreglo a conocimientos y enseñanzas aportados por otros; y así se llega al extremo de denominarse Ingeniero al encargado de la dirección de los talleres de máquinas-he1ramientas, el que maneja el regula<lor ·de una · locomotora abusando de la palabra, aunque parece menos abuso aplicada a quien ha interpretado un esquema de trabajo, em¡pleand·o ingenio y tacto, 'Venciendo verdaderas dificultades hasta llegar al logro satisfactorio del proyecto ·e n cuestión. De esto se deduce la justífirnción de la denominación de "Ingeniero ensayador" para quien, d'edkado a la investigación y ensayo ·de los maikriales, ofrece a la Industria conocimientos y enseñanzas, que van siendo de día en día más indispensables para satisfacer las exigencias actuales de la moderna fabricación. El Ingeniero ensayador actúa con una triple caipacidad de investigador, consejero y juez, hallando nuevas verda:des de utilida1d práctica, comunicando enseñanzas al productor y al cliente, y determinando con sus ensayos el cum¡plimiento de las condiciones d:e los contratos en el interés recíproco del cliente y productor. El profesor en los laJboratorios de las Escuelas no tiene clientes que satisfacer, no defiende los intereses <le ninguna entid~d financiera y no tiene antagonismos que vencer, a excepción .de las dificultades que ofrecen los secretos de la Naturaleza; no existe el annag-onism.o humano que presiona sOibre el Ingeniero ensaya:dor industrial. Un ejemplo lo aclarará. Supongamos que el asunto de investigación es la determinación del fósforo de un acero. El investigador independiente, que así podremos llamar al profesor químico, hace sus estudios y experiencias, y publica sus resulta:dos; no hay influencia externa de condición humana, y dará cuenta del resultado tal y oomo lo halló. En cambio, el químico industrial, si efectúa la determinación para sa•l var los intereses del productor, seguramente que la cifra del fóSiforo será menor que la que quedó convenida en el con-

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trato; y si el químico industrial está p 0r .pa rte d el consumidor ' la sif ra será ruayor. He aquí el antagonismo humano. Volviendo al Ingeniero ensayador. Como ya indicamos, el caimpo de tra·b ajo de este importante elemento del mund·o industrial parece ser, y es indudablem'e nte, ha:llar cosas nuevas o defender los intereses de productor o consumidor, debiendo haber tres clases de "Ingenieros ensayadores : el Ingeniero ind'ependiente, el Ingeniero del consumidor y el Ingeniero del produ:ctor. En un ·p rincipio, hab ía sólo dos: el independiente y el del consumidor ; pero bien pronto los ¡productores sint ieron la necesidad de defender sus intereses y sus materiales : de aquí la aparición de sus oonespondientes Ingenieros y, por todo lo dicho, la necesidad de establecer las oficinas de inspección y laboratorios de ensayo . ¿Cuál debe ser el carácter y cuál el equip.o mental, llamémosle así, del Ingeniero ensayador? Más fácil es quizá <l'ecir: ¿'qué clase de inteligencia será más apropiada a esta rama de la Inge~iería ?, que decir: ¿cuáles han de ser los positi!V'o s requerimientos de un buen Ingeniero ensayador? Desde luego debe ser independiente, tener absoluta confianza en sí mismo, documentarse bien con análisis de hechos y aumentar su aptitud para <leducitt con facilidad conclusiones de los da.tos que tiene a mano. Debe ser ingenioso para inventar métodos die demostración de los resultados que saca, y ser un cuidadoso observador de datos. Debe estar libre de ¡propensiones y de pr~juicios, y p rocurar no engañarse a sí mismo . Pudiendo admitirse que " los experimentadores nacen y no se hacen:.' , deberá tener fondo de experimentador poseyendo genio para ello. Debe conservar constantemente en su mente el fin al "Cual tienden sus experiencias, y comprender claramente el efecto de cada pa·s o en el progreso de sus ensayos, así como su influencia en el resultado final. Sobre todo, de'be ser un -p ensa:dor y at acar los p; ohlem a ::; por un análisis de sus elementos, mejor que estudiar problemas análogos ya resueltos ipor otros o rebuscando en su memoria cono.cimientos adquiridos en la Escuela. De estas consideraciones puede r: acer la 5iguiente obj eción: ¿Qué pueden hacer las Escuelas en el camino de la enseñanza para propor. cionar ese equipo mental de que hemos hablado al Ingeniero ensayador? Podemos contestar, por la· .p ropia experiencia, que mucho. Ent re el sistema que ofrece al alumno gran conocimiento de los métodos y manipulaciones, y con un grado defidente de los conceptos fundamentales que le ponen en condiciones de darse poca cuenta d el porqué de los hechos observados, y el sistema de una enseñanza de fundamentos, no dominando ni los métodos ni las manipulaciones, es preferible el segundo; pues si bien los dos primeros años rendiría más un joven


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Ingeniero que hubiese sido instnüdo por el primer sistema, el que hubiera recibido la enseñanza por el segundo sistema, llega a ser infinitamente más eficiente y más beneficioso. Hay que tener en cuenta que el equipo mental que las Escuelas pueden suministrar es solamente una fracción del que necesita el verdadero Ingeniero ensayador; sobre todo si se da el caso de que su primer campo de trabajo ha de ser la defensa de los inte!"esec: de un gran consumidor; pero las Escuelas deben dotar al alumno de conocimientos fundamentales de técnica de los ensayos, sobre una sólida base de principios técnicos y de práctica en los ·I'Il¡étodos de aplicación, no olvidando la máxima de Faraday. Como última justificación y epílogo de est>a. argumentación que ofrecemos, creemos es interesante una rápida oje_a<la retrospectiva que permita ver la evolución que ha experimentado el conocimiento de los materiales y la constante atención •de que siempre ha sido objeto. Antes del año 1800, se conocían .poco las propiedades de los materiales de construcción. Galileo demostró en 1638 que la resistencia d~ una iviga rectangular variaba con el cuadrado -die su espesor; Hocke. en 1678, anunció la ley de variación de la resistencia al estirado de un muelle (proporcional al esfuerzo ejercido); varios autores descubrieron las formas de las vigas de resistencia uniforme, y Euler, en 1744, enun· ció su fórmula para la resistencia de 1as columnas a la compresión. La teoría esta!ba .priva:da ·de la comprobación práctica, porque eran muy pocos y muy imperfectos los e~perimentos de ensayo, por lo que el lí· mite elástico de los materiales era apenas conocido. Durante el 1p eríodo de 1800 a 1850, se hicieron grandes progresos en la teoría de la elasticidad, y aunque con lentitud, repercutieron en el conocimiento <le las propiedades de los materiales de construcción. La introducción de los caminos de hierro y la consiguiente necesidad de proveer con sóli<lo lecho y garantías de resistencia a los puentes metálicos, obligó a poderosos estímulos en pro <le la investigación de los metales, a fin de conseguir la mayor seguridad compatible con el mayor gra:do de economía. Los m:étodos de ensayo fueron, sin embargo, tan imperfectos, que el progreso tenía que ser lento, y, con la excepción de las clásicas investigaciones de Hodgskinson, el trabajo ,de este período fué de gran valor como preparación para el futuro. Después del año 1850, comenzaron a construirse grandes máquinas de ensayo para fines especiales, empezándose a estudiar cuidadosamente el alargamiento; y lo que entonces, y hoy por algunos, se 11ama:ba ductilidad, que no es sino la tenacidad; y ·p ronto, ·d'espués de 1870, se reconoció por muchhos construc_tores que los ensayos físicos de los me-


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tales eran imperativamente necesarios, a fin de asegurar uniformidad de producto. Como esos ensayos fueron multiplicándose y los registros se sometían a la investigación y al análisis, los conocimientos fueron ganaindo terreno, y c001dujeron a la consecuencia de que la resistencia. de una muestra o barreta de prueba dependía de su tamaño y d'e las proporciones de dimensión, así como de la manera de aplicar y transmitir la r.arga obj eto <le ensayo. El término-límite elástico admitió una nueva significación, cuando llegó a reconocerse que podíe- definirse y medirse de diferentes modos. En resumen: se llegó a la importante enseñanza d1e que los ensayos de los materiales <leben hacerse d'e una manera semejante, para que los resultados puedan ser comparn:bles. Esta enseñanza había sido ya idea, objeto de estudio, durante mucho tiempo, y ofreció siempre una dificultad, que fué la de la posibilidad de conseguir la estandardización -admítase la palabra-, el patronaje, el modelaje-tipo de los métodos de ::nsayo. Muchas sociedades de Ingenieros discutían sob:;e este particular, tratando de conseguir semejante ideal; y hay que confesar que nadie como los Estados U nidos ·dedicaron todo su empeño y todos sus esfuerzos al comprender la importancia, de este asunto y su transcendencia en la construcción, y al efecto constituyeron la "Asociación Internacional para el Ensayo de los Materiailes", cuya principal misión fué estudiar el asunto en su totalidad y llegar a deducir conclusiones con carácter autoritativo. En 1882, con la influencia de Juan Bauschinger, un número <le experimentadores alemanes establecieron y discutieron en Munich el asunto en cuestión en cuanto a métodos de ensayo de materiales. Como resultado de estas reuniones, se dieron notables conferencias en Dresden, en 1884; en Berlín, en 1886; en Munich, en 1888, y en Viena, en 1893, estando presentes a ellas delegados .Qe otros paises europeos. La publicación .de los resultad.'os de esas conferencias llamaron poderosamente la atención, y fueron motivo de discusiones de alto valor en las entidade-3 y sociedades de Ingeniería. En suma, el movimiento tomó un carácter internacional. En 1890, y como resultado del Congreso Internacional de Ingenie, ría celebrado en París en el año · anterior, el Gobierno francés designó una Comisión 1para formular métodos-tipo ,para el ensayo de los materiales de construcción: Sus trabajos, ¡publicados en 1894, en cuatro amplios volúmenes, ha sido una de las contriibuciones mlás valiosas aporta<las al asunto <le referencia; pero ya desde un principio, se reconoció que las conclusiones no podían ser determinadas con el valor legal que se · requería por una Comisión de una sola nacionalidad; y como con-

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secuencia de esto, desde el año 1895, el Gobierno francés ha da,do vi~ garoso apoyo al trabajo de la Asociación Internaeional. En 1895, y como resultado de cuatro conferencias preparatorias, se celebró una quinta en Zurich, en la que tuvieron reyresentación todas. las naciones europeas, excepto Tm:quía. En este Congreso se organizó <le un modo formal la "AsociacióQ. Internacional ¡para el Ensayo ·de los Materiales", no variando su objetQ tal como se estableció en sus estatutos, o sea, para atender con decisión firme al desarrollo y unificación de los métodos para la determinación por el ensayo de las propiedades de los materiales de construcción y de· consumo y también la perfección de aparatos para ese propósito. Est~ r~unión de Zurich tuvo ipor esta razón una importancia mucho mayor que las conferencias que la precedieron, pudiendo llamarse con justicia. "Congreso de la Asociación Internacional". · En el C0nvenio de Viena de · 1893 se nombraron veinte Comités para. asuntos técnicos, y ;de ellos se publicaron varias Me~orias, que fueron. presentadas en el Congreso de Zurich de 1895. Esas Memorias se re~ <lactaron en idiomas francés y alemán; idiomas que se determinaron, para el Baumaterialienkunde, Ó!'gano ofiCial de la Asociación, ~1 ¡primer número del cual apareció en julio de 189{>. El trabajo de algunos de esos Comités se continuó; otros asuntos se propusieron a futuras con~ sideraciones, y se organizó un C0nsejo para el despacho die los die la_ Asociación Internadonal en el intervalo de Congreso a Congreso. En 1897, tU1Vo lugar el segun<l'o Congreso de· la Asociación Internacional en Estocolmo, al que concurrieron trescientos sesenta y un miernbres en representaición de diez y qcho naciones .. La .sesión de este Con,.. greso ·duró tres días; se presentaqm tra1bajos de diferentes Comités ~ se leyeron y se discutieron algunos .escritos interesantes, .y se proyec,. taron planes para el trabajo futuro. Se resolvió que el próximb Con~ greso se cel~brase en París en el verain()I de l9QO, y el Consejo fué au-. torizado para de.signar los Comités técnicos encargados de la redacción simultánea de Memorias sobre ¡problemas relativos a las finalidiades de; la Asociación. En el año 1901 tuvo lugar el tercer Congreso en Budapest; el cuar-to fué, en Bruselas, en 1906; el quinto, en Copenhague, en 1909, y el sexto, en Nueva-York, en 1912. Los miembros de la Asociación Internacional que es taban designados de catorce países hasta el afilo 1 902, entre los que figuraba España con tr~inta y seis miembros, ha llegado 1 ser formada en 1912 por representaciones, de treinta naciones, y España, con ochenta y siete miembros . . , Es de ob!ervar que el principal objeto de la A-sociadón Internado ....

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nal f ué .como en sus Estatutos se establece : "el desarrollo y unificación de los métodos de ensayo; el examen de las propiedades técnicas más importantes 1de los mart:erialés de construcción y otros materiaJ.es die 'V'alor- ¡práctico, y también .el perfecciqnamiento <lre los aparatos y máqui-. nas empleados para este ¡propósito" . Otro asunto muy importante qu~ la Asociación Internacional 'ha incluido recientemente es el de las condiciones facultativas de recepción de los materiales. Todos los asuntos de la Asociación los administra un Consejo for ... mado .por el Presidente y un repre~e~tante (miemb~o ~el Consejo) de. cadí! país que, tenga más de veinte miembros. Los métgd.os de trabajo que ~e siguen por la Asociación están ba~ sa-dos en el nombramiento de Corn!tés constituídos ¡por miembros en los diferentes ¡países; y aunque con las dificultades propias de las diferen~ cias de lenguaje, laboran brilla,ntemente, y gracias a sús trabajos, se publican anua lmen.te ·Memorias de amplia información impresas é'n ale-.. mán, inglés y fra~cés. J <> ": • Con el fin d:e estrechar las relaciones entre los miembros ¡pertene--. cientes a la Asociación Internacional de cada nadón, y para sim¡plificarsus trabajos, se decidió en el Congreso de Estocolmo de 1897 aumentar el estímulo y entusiasmo de los diferentes miembros en los diversos. países con la creación de Asociaciones nacionales separadas, con objetos idénticos a los die la Internadonal y en directa reladón con ésta, como son : representar a las dos partes de todo negocio, vend1edor y comprador; representar, lo que puede llamarse Consejo profesional, a los Ingenieros consultores e inspectñres; promover el conocimiento de Jos materiales de Ingeniería; esta.'blecer los modelos de las condiciones. facultat¡Vé.·S y los de los métodos de' 0r.•sayo. l. 1

De todo lo que llevamos expuesto, claramente se deducen. las dos. necesidardes ~lás importantes que .ofrecemos : I. 11 Necesidad de crear en España la "Asociación Nacional para el Ensayo de los Materiales", encargada de promov er, por todos fos -;1w-. dios, el c.mocimiento de los materiale_s y establecer condiciones facultativas y métodús de ensayo. 11 2. Necesidad de que todos, absolutamente todos los talleres de tra-.. bajo de la fabricación nacional, grándes, medianos y pequ~ño~, que se Precien <f,e trabajar bien, efectúen instalaciones de aparatos y máquinas para los ensayos de sus materiales y comprobación de los productos d~ s-u fabricación, en sus tres aspectos: qut-mico, mecánico y microscópico ,


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La primera necesidad .puede satisfacerse con relativa faciHdad al existir en España notaibilísimos Ingenieros, y en gran número, para organizar la Asociación con su Consejo directivo y con miembros activos y honorarios, ya sean individuos, ya cór¡poraciones, entidades, sociedades técnicas, facultades de enseñanza, bibliotecas, etcétera, cle cuyas reaniones anuales b circunstanciales sald1-"ían, a no dudar, enseñanzas y preceptos que permitirían avanzar ·a ¡pasos agigantados en el camino del progr~so de la fabricación. El programa de trabajo a encomendar a la "Asociación para el Ensayo de los Materiales" es amplio. Como aquí sólo tratamos de ex;poner las líneas de orientación, señalaremos unos puntos importantes que podrán or~enarse en progresión <le dificultad de su desarrollo y de importancia en los preceptos que d!e ei~os S'e deriven, ¡pero que, a,unque desordenadamente, aipuntamos a continuación. Figura en primer lugar la deter~nación <l'e las condiciones facultativas de los materiales que usa la Ingeniería; es, indudablemente, una de las funciones más importantes que a la Asociación nacional se la han de encomendar, y agru¡pándolos convenientemente, se podrán clasificar en grupos obedeciendo a su naturaleza u origen, con sus correspondientes subgrtllpOS después en esta O parecida forma: Grupo A.-Materiales metálicos. Grup o B.-Ma1teriales de origen vegetal. Grupo C.-Materiales de origen pétreo.

En el gru¡po A, pod'rían incluirse las subdivisiones siguientes: a) Materiales ferrosos; b) Materiales no ferrosos. En estos últimos, estarían comprendidas las aleaciones del cobre y otras. En los ferrosos se especificarían, para efectos de condiciones facultativas a exigir : los aceros ,Bessemer para carriles; aceros para tubos y manguitos de piezas d'e artiUería; ídem de t oda clase de proyectiles y material de guerra; aceros rde solera para .carriles; los aceros <le solera para !Vigas y diferentes ¡perfüados; el acero estructural para rnateria!l de puentes; los aceros . para calderas y hogares; los aceros para remaches; los aceros 1p ara ejes ; ios aceros al carbono para ruedas de material móvil de ferrocarriles, forjados o laminados, o simplemente lamti.nados; los a.ceros de forja en general ; los aceros moldeados ; los hierros de remaches :para calderas ; las barras de hierro refinado ; los lingotes de fundición ; las fundiciones para tuberías y fundiciones espeoiales ; los cilindros de locemoteras; las ru,edas de f undtición; lais fundiciones .grises; fa . fundición ma:leable; ·las chapas de a.cero y :barras de acero lamina.das. Pueden incluirse en este gru¡po, desde el punto de vista de atender a hacer tipos o modelos : la

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práctica del recocido de las piezas de aceros ordinarios diversos, forjados y laminados y, en general, todos los ensayos tecnológicos. En los metales no ferrosos se comprenderán las aleaciones del cobre, comenzando por el cobre mismo (alambres de cobre de alta y media dureza, los alambres <le cobre recocidos, las barras, rosetas, planchas, lingotes); los bronces y el bronce manganeso en particular; los latones especiales para cartuchería de fusil y cañón, para envueltas de balas, para cápsulas ; los latones para laminar chapa delgada; los latones corrientes para. piezas moldeadas. En el grupo B, Materiales de origen vegetal, se deben considerar con:i.o materiales demandantes de ensayo los comprendidos en el concepto de maderaje <le armar para construcciones, pudiendo aceptarse, como definición de este término, a aquellos productos de madera en los cuales la resistencia mecánica es la característica que hay que investigar para su selección y acertado empleo. Deben incluirse en esta denominación, y, por tanto, deberán constituir materia de ensayo, los siguientes productos: Madera de construcción de armados.-Todos los elementos de los entramados pata las cerchas de las cubiertas, como los pares, las cum-· breras, las tornajuntas, los cabios, etcétera. Madera de construcción de edificios.-Vigas y viguetas de entramados verticales, pilares o postes, tornajuntas y jabaleones, maderas de pisos, viguetas y cabios cojos, brochales, armaduras ¡para huecos de ventanales y ventanos, etcétera. Madera de carretería.-Bastidores, 'pinas d'e ruedas, lanzas, etcétera. Madera de construcciones navq,les.-Para cascos y para cubierta de buques, pontones, etcétera. Madera pa,ra cimentaciones.-Pilotes, encofrados, entibados, emparrillados, etcétera. Madera para construcciones de puentes (grupo C).-Materiaies de origen pétreo. En este grupo han de considerarse los materiales naturales (pied'ras y arenas) , y los artificiaies (cales, cementos, hormigones, morteros, ladrillos, tejas, productos refractarios, etc., etc.), añadiéndose todos aquéllos que pueden considerarse como complementarios en la construcción,. como los betunes, asfaltos, gomas, etc., etc.

*** Pasemos a ver la manera de cumplir la segunda de las necesidades que hemos dejado apuntadas. Del laboratorio químico na·da debemos señalar que no sea reconocer TOMG JI

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la obligación que toda fábrica . tiene de disponer de este laboratorio en la magnitud que exija la fabricación donde ha <le rendir utili_d ad. Mucho, en cambio, tenemos que decir de los laboratorios para ensayos mecánico y metalogrfufico que en las industrias metalúrgicas y de construcción metálica y mecánica, sea cual fuere su importancia, han de •s er uno de los elementos ·de organización. de mayor valor, si no el primero ; y corno no tratamos aquí ·de explicar la t écnica del ensayo, ni mucho menos ofrecer descripciones de ·m áquinas y aparatos; nos concretamos únicamente a dar a conocer cuáles deben ser los ensayos mlás· fundamentales y precisos, y qué dase de máquina.os modernas •pueden utilizarse. De la lista que quedó s-eñalada acerca de los dif~rentes materiales que d eben ser objeto de determinación de cond'iciones facultativas, ya ,p arece deducirse cuáles han de ser los ensayos que han ·de practicaI'lse en los mismos. Siguiendo un orden análogo, nos .permitiremos ofrecer los siguientes ·datos e informes, que nos atrevemos a calificar de recon ocida utilidad.

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GRUPO A. -Materiales metálicos. Los ensayos que, correspondiendo a la investigación de los valores rle R, E , A, p y I::!., son los primordiales en el concepto mecánico, exig ían antes máquinas y aparatos c-omplica dos, voluminosos y hasta de engorroso manejo; hoy es muy sencillo montar las modernas m áquinas que ofrecen Casas especiales dedicadas a esta clase de trabajos, y muy especialmente las americanas. DETERMINACIÓN DE R, E Y A.-Así sucede con las máquinas llamadas universales para eil ensayo d e R , E y A en las distintas clases de esfuerzos; hasta hace pocos años, era un complicado problema instalar y manejar las máquinas die ensayo para los esfuerzos de tracción, compresión, flexión y cizallamiento. Las poderosas máquinas de ensayo propias de laboratorios de investigación científica siguen siendo complejas, aunque es mucho má:s reducido el espacio que ocupan; en cambio, para ilos fines puramente industriales, que es para lo que nos estamos refiriendo, existen máquinas sencillas ·de instalar y de manejar, corno sucede con las modernas máquinas Riéhlé, de Filadelfia, que, con capa-eida:des 'Variables entre 10.000 kilogramos y 500.000 kilogramos y accion amiento distinto, con o sin disposición automática ;para registrar esfuerzos, llenan las necesidades de los talleres, desd'e los más reducido!! hasta los más amplios y dotados de los mayores elementos <le trabajo. Deben .citarse también como máquinas que merecen especial atención para ensayos de productos metalúrgicos : la máquina vertical de 0

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.accionamiento hidráulico, paTa ensayos die tracción de 250.000 kilogramos de capacidad, de particular aplicación para ensayo de aceros laminados ·de cualquier forma de sección o ¡perfil (redondo, cuadrado, plano, ocfogonal, etc.); la máquina especial de vibración, para el ensayo de los ,pernos, con •c apacidad <le 15.000 kilogramos; la máqll:ina especial registradora, para obtener dos diagramas simultáneamente de una misma :muestra o barreta de ensayo, indicando uno de ellos (usando palancas y multiplicaciones determinadas) el alargamiento más allá del límite elástico en los materiales dúctiles y el alargamiento total en los materiales duros, y el otro (con otras palancas y otras relaciones de multiplicación), el alargamiento sobre el límite elástko que ¡permita acusar .éste de un modo ·e xacto. Para la más exacta aplicación ·de Ia.s máquinas de ensayo que que.dan enumeradas, existen disposiciones mecánicas de precisión ·ada·p tables a aquéllas, y permiten medidas exactísimas, con errores menores de dos milésimas ·de milímetro, como son los extensómetrqs, compren.sómetrocs, flexómetros y tors'Óme'tros. También se puede disponer de máquinas como la Riéhlé, de cabezal doble, ¡para la obtención de las muestras de ensayo, hasta 35 por hora. DETERMINAeIÓN DE p Y 6..-.Por la extraordinaria importancia de la determinación de los valores ·de p y 6., hacemos ·p árrafo aparte, empe-· zando por recordar la existencia de las máquinas especiales para la investigación ·de la cifra (resiliencia) , martinetes-péndulos Charpy, que, -d icho sea de paso, excelentes han sido las enseñanzas de este sabio metalurgista, figurando entre una casi infinita serie de experiencias sobre puntos que afectan a la práctica dél trabajo de las aleaciones metálicas, particularmente a los aceros, cuatro experimentos muy interesantes he'Cll'Os con marfinete-pén<lulo de 30 kilográmetros para estudiar la influencia de los tratamientos térmdcos en el valor d>e la resiliencia (resistencia a la rotura ¡por choque traducida en energía consumida para efectuar esa rotura, en kilográmetros ;p or cm. 2 de sección). El primer ·eJGperimento lo efectuó en una pieza tomada de un manguito de acero de cañón que se rompió; por recalentamiento, se consiguió aumentar el -valor de la resiliencia tres· iveces más, permaneciendo invariables los límifes de rotura a la tracción y el elástico. El segundo experimento fué hecho con acero cuaternario níquel-.v anadio, del que se prepararon varias· muestras de ensayo fundidas y forjadas con diferentes tratamientos· térmicos, de las que se dedujeron las constantes específicas para su comparación; la(> piezas forja<las calentadas un poco por debajo del ·punto A, dieron la mayor resistencia a la rotura, o sea, el mayor va:lor dé la resiliencia; por tratamientos térmicos semejantes, se llegó a consegair que las piezas forjad.as ofreciesen una tenacidad ¡parecida a la


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de las piezas fundidas. El tercer experimento hubo de proporcionar los. resultados que se obtuvieron con un acero de baja. carburación (o,2G> por 100 C., hipoeutectoide) templado, calentado, por encima de A 3 y reducido a temperaturas diversas rpor debajo de A 11 haciéndose los en-friamientos en d temple diferentemente en agua, al aire y en el horno ;. las ·muestras enfriadas en agua fría fueron más duras y más frágiles . que las que se enfriaron en el aire y en el horno, aunque fueron iguales las ternperaturas de calentamiento inferiores a A 1 • El cuarto experimento permitió determinar 'el efecto de la forma de la entalladura de· la barreta de prueba, comprobándose -que no a fecta marcadamente la. forma de la ranura en la resistencia a,1 choque mientras no ex ceda de 45°· la inclinación de sus caras. Estas experiencias de Charpy que acaban de a:puntarse sin los muyinteresantes detalles inherentes a su ejecución, muestran por el pronto· que bastan las pruebas de fragilidad cori ~1 martinete-.péndulo para d educir enseñanzas u tilísimas respecto a la influencia ·de algunas causas, sometidas al estudio sobre los valores de la resilienr;ia y, por tanto, alguna apreciación del valor del acero en su concepto mecánico, allí donde· faltan los ensayos de tracción. No es de este trabajo ex poner los fundamentos científicos del ensayo de fragilidad. Est á tratado en múltiples trabajos publicados en no-· tables revistas y en la obra Estudios sobre ensayo de productos meta..J lúrgicos, del autor en colaboración. Aquí sólo nos obligamos a encarecer la instalación de aparatos y máquinas (martinetes de caída, .p éndulo y rotato-rios) en la es~ala de magn,i tud de energía en kilográmetros desde ro en adelante, según la importancia del taller. Respecto a la investigación de la dureza, hecha : bien por el métod0> Brinell, eminentemente práctico, basado en la determinación· de la resistencia ofrecida a la penetración de una esfera de dureza extraordinaria sometida a una p r esión dada; bien por el método de Ludwik, en el que se emplea un cono circular de 90º de ángulo, fundam entado del mismo modo que el método Brinell; bien por el método del scleróscopoShore, tan práctico o más que el Brinell, fu ndado en la medida de Ja, altura de rebote de un martillo de acero endurecido que cho ca en el metal que se ensaya; bien por el método Bauer, que depende de la magnitud de taladro que una broca de acero que gira a una veloddad y con una presión constante efectúa en el metal de ensa yo; bien por el método Ballantine, por el que se mide la profundidad de la impresión· que se produce en un disco al que se le transmite la energía de un martillo que cae sobre un yunque que a su vez apoya sobre la muestra deensayo; respecto a esta investigación, repetimos, es tanta su importan-da, es tan grande su ivalor en la consecución de mejoras y perfeceio-

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namientos factureros, que todo cuanto se · encomie resultará poco. La Telación de la ·dureza con las demás propiedades mecánicas, "resistencia, elasticidad y fragilidad"; la influencia decisiva en la práctica de "los tratamientos térmicos, "temple, revenido, recocido, cementación" en todos los aceros y particularmente en los aceros especiales; la posil>ilidad de comprobar los defectos de homogeneidad de constitución de estructura, permitiendo con rapidez justificar esta circunstancia en to.dos los dientes de los engranajes trabajados mecánicamente en su tallado y cementados y templados, en las ojivas de los proyectiles perfor antes, en las piezas de construcción de -aparatos de aviación, etcétera; la relación de los valores de las cifras p y A en los modernos aceros ·de corte rápido, con lo que se ,puede lograr un máximum en las condiciones de corte <le los útiles, etc., ~te., todo viene a demostrar la imperiosa necesidad de adquirir y manejar en cuantos talleres de construcción y reparación de la fabricación mecánica y metálica existen para laborar con verdadero fundamento y con satisfactoria perfección br · máquinas y aparatos de ensayo <le la fragilidad de los tipos y capacidádes que están en . armonía con Ia magnitud de los trabajos que se ejecutan. Y ya que ha queda~o señalado el interés que ofrecen las relaciones entre las cifras p y A y el beneficio que supone su conocimiento en la perfección gue siempre se ansía en la fabricación, algo hemos de decir, siquiera sea ligeramente, de la relación entre la resistencia me,cánica máxima (límite de rotura R), la dureza Brinell (cifra A) y la dureza Shore (dureza del scleróscopo, Cifra S) en los aceros sin tratar o tratados térmicamente; es decir, que es de interés sumo al constructor mecánico el conocimiento de: primero, la relación que existe entre las cifras de dureza de los aceros, determinadas por los métodos Brinell y Scleróscopo; segundo, la relación entre el límite de rotura a la tracción y la cifra de dureza Brinell; y tercero, la relación entre el límite d e rotura a la tracción y la cifra de dureza Shore o del Scleróscopo. SP ban llegado a hacer ensayos con más de trescientos tipos de aceros, caqL uno de los cuales ha sido tratado ·de diferentes maneras; más de 3.900 muestras ensayadas de aceros or·dinarios y especiales para determinar -ecuaciones de relación impo-rtantísimas, llegándose a deducir gráficos y tablas de resultados numéricos de grande y verdadera aiplicación práctica en los trabajos de c.onstrucciones metálicas y mecánicas. Los aceros ensayados fueron: aceros al carbono, aceros-níquel, aceros cromovanadio, aceros cromo-níquel con 3,5 por roo de Ni y . r por roo de -Cr, aceros cromo-níquel con 1,5 por roo de níquel y 0,5 por roo de Cr, :aceros silicio o silicoaceros, aceros manganeso, aceros-tungsteno y otros aceros especiales .


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Para comprender fácilmente el interés y la utilidad de los resultados d"e estos ensayos, exponemos a continuación las tablas de las ecuaciones de relación que el . notable metalurgista Robert R. Abbott ha obtenido y que han de ofrecer mucha utilidad e interés. TABLA I....-Ecuaciones de relación entre el límite de rotura y la cifra Brinell: Acero ordinario .... .. ................. ...... . . Idem níquel. .......... ..... .. ... ... ........ ... . Idem cromo-vana<lio ...................... . . Idem crnmo-níquel •de iba ja dosis ...... . I<lem cromo-níquel de alta ·dosis .... -.· .. -. Aceros agrupados todos en general.. ..

= 0,73 B R = o,7r B R - o,7r B R o,68 B R o,7r B R 0,70 B

R

28 32 29 22

33 26

TABLA II.-Ecuaciones de relación entre el limite de rotura y la cifra Shore del sderóscopo: · Acero ordinario ... .•....... .. .. ................. Idem níquel ......... .... ..... .......... .... ... . Idem cromo-vana·dio ..... ..... .. ......... ..... . Idem· cromo-níquel de baja dosis ..... .. . . Idem cromo-níquel de aita <losis. ....... .. . Todos los aceros agrupa-dos en general.

1

R = 4,4 S - 28 R 3,5 S 6 R 4,2~·s 2r R 3,7 s ·I R 3,7 'S 3 R 4,0- s _:_ IS

=

1 : 1

TABLA IIL-<Ecuaciones de relación entre las cifras Brinell y Shore : '.:l

Acero ordinario .. .. .. ............ ... ... ..... ... . · Idem níquel.. ... ,. .................... ... ·'.· .... !. .. Idem cromo..;yanadio .......................... . Idem cromo-níquel de baja dosis ......... . Idem cromo-níquel de alta dosis ... .... ... .. Todos los aceros agrupados en general.

1

B = ·5,6 'S B - 5,0 S B 5,5 S. B 5.4 S B 4,8 S B 5,5 S

+ 14 + 48 + 27 + 23 + 58 + 28

'tr

Claro está que las ecuaciones anteriores son de un gran valor; pero serían mucho más valiosas si en lugar de relacionar clas cifras B i;inell y · Shore con el límite de rotura, se hubieran relacionado con el límite elástico, por ser la propiedad mecánica que en rigor usan los Ingcniews en sus cálculos ,de proyecto; .p ero hay que tener presente, dentro de la impo·sibilidad de relacionar el -límite elástico con las cifras de dureza Brinell o Shore, que, en los aceros tratados térmicamente, el límite elástico se


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acerca mucho al límite de rotura, particularmente en los aceros de alta resistencia tratados caloríficamente, tales como los que hoy se usan muy extensamente; el límite elástico está tan limitado entre valores tan conocidos, que, da·do el acero y su lírruite de rotura, se tiene..,desde luego una cifra muy aproximada de su límite elástico. ·

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Otros ensayos de comprobación de productos metálioos hemos de apuntar ligeramente, para los que existen máquinas singulares, como son: las máquinas de ensayar cadenas <le 400.000 Kg. de capacidad y de accionamiento hidráulico; máquinas ipara ensayar, además de cadenas, material de ipuentes, y toda clase de varillas y alambres, y hasta cuerdas de cáñan:no y otras materias con capacidades variables entre 50.000 y 500.000 Kg.; máquinas ·de ensayar áncoras de 175 .000 Kg. d'e capacidad, ipara responder a las exigencias que la construcción naval impone a este material; máquinas de menor capacidad (25.000 Kg.), para ensayos de cadenas, cables metálicos y de cáñamo, material de puentes (perfilados y pernos), etcétera, y aun menores hasta de r.ooo kilogramos. También merece especial mención la má:quina ·de ensayar chaipas metálicas y hojas-cintas metálicas de débil espesor hasta de o,r mm., muy a propósito para investigar la facultad de estampación de las chapas ·de hierro, acero, cobre, latón, plata-oro, aluminio, níquel-zinc, níquel-plata; máquina que está fundada en el método Erichsen, consecuencia de la ineficacia del ensayo a la tracción corriente, en hojas tan delgadas ; y como, además, en las a..plicaciones prácticas de las chapas de poco espesor interesa más fa facultad de estamparse, estirarse y comprimirse, o sea una máxima capacidad de trabajo de deformación o deformabilida·d, que pudiéramos decir, que la cifra en Kg. por mm.2 de esfuerzo a la rotura por tracción, el insigne Ingeniero metalúrgico noruego A. M. Erichsen ha inventado un método muy útil y muy práctico para ensayar hojas metálicas delgadas, extendido por los Estados Unidos de América, y que se va extendiendo por todos los países europeos. El fundamento ·del método consiste en someter la muestra al esfuerzo de estampación y del estirado, entre matrices, mientras un punzón, con el extremo redondeado (una semiesfera), que se acdona gradualmente bajo la influencia de un tornillo micrométrico, permite medir la profundidad de la impresión con apreciación de o,r de mm., hasta que se rompe la muestra. La profundidaid de la impresión me· cánica para obtener la rotura se puede leer directamente con el micrómetro, en cuyo caso se obtiene la cifra Erichsen de la hoja ensayada,


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que es la que mide la facultad de trabajo o la estampación de ia chapa. La gran tenacidad combinada con el mayor esfuerzo de tensión dará los mejores valores ¡para los trabajos de la compresión y del estirado, que jamás son proporcionales a:l módulo ·e fectivo de alargamiento ni a:l i.ími te ·de rotura a la tracción ; es decir, a A ni a R. De necesidad son también los ensayos de los muelles de "trucks", .automóviles y carruajes en general, y para ello existen máquinas de diferentes clases y capacidades, automáticas, de esfuerzos repetidos para muelles de diferentes formas y construcciones, ligeros y pesados, ·p ara comprobar la elasticidad por extensión o por compresión; máquinas que pueden denominarse universales para el ensayo ·de muelles de -cualquier forma, máquinas de acción rápida. También se dispone aetualmente de máquinas para ensayo de metales antifricción de transmisiones, que, a su vez, sirven para comprobar las propiedades lubricantes de. los aceites.

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GRUPO B.-Materiales de origen vegetal. --"' .

Se sabe que en el programa de trabajo que afecta a .los serv1c1os forestales de la Dirección General de Agricultura a:parecen los puntos :siguientes : Augurar la información al.!lt0ritativa s@bre las características corres-pondientf!s a las propiedades físicas y mecánicas de . las maderas ·espedales y ¡;roductos que de ellas se ·derivan. Estudiar y desarrollar los principios fundamentales que tienden a dar desarrollo al tratamient o de las maderas para prolongar su vida de trabajo, para, la obtención de productos de la fibra (pulpa::, ¡papeil, plancha de fibra, etcétera), así como su uso en la tc.bricación del alcohol, de la trémentina, resina, alquitrán y otros productos quírnicos.-Desarrollar medios prácticos para fomen tar la aplicación de la madera.-Ofrecer una verdadera oficina de información sobre las propiedades y utilización de los productos forestales.-Cooperar con los grandes consumidores de maderas para mejorar los métodos de aplicaci6n; formular condiciones facultativas y reglas para el comercio de maderas, materiales de ellas derivados y materiales para el preservativo de las mismas (creosota, cloruro de zmc y 1

~ro~.

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Interesa principalmente, en lo que a maderas se refiere: a) determinar las características físicas ; b) ídem las ¡propiedades mecánicas ; 'e) ídem las químicas ; d) métodos de desecación artificiaf ; e) estudiar los agentes destructores de la·s maderas ; f) ídem los preseF-

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361 -varivos; g) métodos de destilación; h) industrias <le la ipulpa y del papel;, i) productos especiales ipara la construcción naval. El programa general de ensayo para la determinación de las propie-dades mecánicas de las maderas abarca varios -conceptos; así, ·tenemos l<os ensayos de muestras libres de defectos, y entonces conviene determinar: a) datos de comparación de sus propieda:des mecánicas; b) datos que demuestran la influencia sobre. las propiedaides mecánicas de las maderas, de factores tail es como : localidad de producción ; grueso y altura del tronco; estado de desecación; peso específico. Las propiedades mecánicas que <leben ser tomadas en consideración son 1 resistencia y elasticidad al esfuerzio de extensión; resistencia y -elasticidad al esfuerzo de compresión (paralela y perpendicular á fa . :fibra); resistencia a la flexión y al curvado de la madera; resistencia a fa rotura por choque o por esfuerzo estático; dureza; resiste11cia al ci.zalla.miénto. Los ensay_os que <deben interesar en los trabaj os de investigación de -las maderas dúras son: ensayos de las propiedades físicas; ensayos a fa compresión de cubos cortados de trozos a diferentes alturas del teneno, para deducir la influencia de esta altura en el valor de esa caTacterísti~a; emsayos de resistencia y elasticida~ a la flexión de grandes y pequeñas vigas; ensayo de resistencia y de elasticidad a la compresión <le columnas ·4e grande y peqµeña longitud; ensayo de resistencia al dzallamiento de troncos ; ensayo a la compresión perpendicular a la fibra; ensayo de dureza; ensayo a la torsión; pruebas de rotura de vigas por choque; aptitud para el clavado. La selección de especies, la ·p reparación de muestras y los métodos de ensayo están perfecta.mente r:onocidos y estudiados, así como las ·conclusiones il!l.teresantes en lo que a ciertas y determinada~ clases de maderas extranjeras se refiere. Se impone el fomento -de estos ensayos y que se generalicen y difundan las enseñanzas para la práctica de su ejecución en las maderas es?añolas . Para justificar esta aseveración basta con citar la importancia que ban dado los americanos a los ensayes de dur~za con la bola, o ensayos con el método Brinell. En el Congreso de Bruselas de la "Asociación J nternacional para el Ensayo d_e los Materiales", en 1906, se resolvió -fiJ:Ue el método de ensayo con la bola Brinell, para los aceros, tenía que a plicarse en la investigación <le la dureza de las maderas. Existen, por último., otros métodos correspondientes a otros diversos ensayos de las maderas, tales como : los de resiste.n cia al desgaste <le los pisos y pavimentos de este material; comprobación de pesos y di- . mensiones, etcétera.


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GRUPO C.-Materiales de origen pétreo. Para los ensayos de materiales de construcción de origeFl pétreo, existe una variedad de ingeniosas máquinas, de las que las más principales son las siguientes : La máquina de ensayar cemento <le.sde 500 a 2.000 Kg. de capacidad, permitiendo el ensayo automático para la determinación del esfuerzo de rotura por tracción. Los de ensayo del cemento por aplastamiento, de ~5-000 Klgs. de capacidad, para muestras de forma cúbica de 15 cm. de la:do. Las máquinas de ensayo de pequeña potencia para ensayo de muestras de la forma y sección que puedan exigirse. Las máquinas de ensayo de flexión en muestra·s de cemento de 2,44 m. long. , con sección cuadrada de 20,32 cm., en las que una escala graduada deja apreciar la fracción de 34 de mm. en la medida de la flecha, 'etc., etc .• disponiendo todas de una serie de accesorios (moldes, cabezas de ama- ' rre de las muestras :para toda clase de ensayos, balanzas, taimices, paletas, bandejas, mazos, probetas, máquinas de hacer muestras, ern~aya­ dores de aguja, aparato_s d'e medir la contracción, relojes de arena, arenas-tipo para confección de muestras de morteros, gravím~tro "Le Chatelier", termómetros especiales para medir la temperatura de los cementos, rvolumómetros, aparatos de pulimentar muestras, microscopio), que deben formar los equipos de los laboFatorios de los talleres de construcción donde se precian de emplear buenos cementos y buenos morteros. El a:parato para ensayar el volumen y peso específico del cemento y la porosidad y capacidad de absorción de los materiales de arcilla cocidos (ladrillos, tejas, etc.). La máquina de accionamiento hidráulico de 500.000 kilogramos de capacidad :¡;iara pruebas de aplastamiento de ·blocs cúbicos de cemento y hormigone·s. La máquina de distintas capacidades hasta de 37.500 kilogramos para pruebas ·de aplastamiento de tubos de gres. !Constituyen punto preferente de atención en materia de ensayo d de los materiales de los caiminos, andenes y vías públicas en general,. para que éstos respondan a sús tres características: . a) dureza: capacidad para :resistir la acción abrasiva del t11áfico y que permita, !Jl>Or tan-· to, impedir el desprendimiento de partículas por frotamiento ; b) tenacidad (rigidez): resistencia a la rotura por choques o golpes de percusión que el tráfico pueda ocasionar; e) buena cementación. Para determinar estas tres características esenciales al material de construcción y constitución de caminos (carreteras, calles y andenes) ,. así como para la investigación de otras propiedades físicas, deben ha-

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cerse ensayos de dureza, tenacidad, resistencia al desgaste, cementación,. peso específico y absorción. Para los ensayos de qureza existe un tipo de máquina de ensayo· "Dorry'', a la que se adapta la muestra, que es un dlindro de 25 mm. de diámetro que se corta de la roca cuya dureza se quiere determinar,. con máquina de taladrar de diamantes para el corte, cuatro con filoexterior y cuatro con filo interior, con velocidad de rotación de 200 r. p . m., y se terminan las muestras previa segunda fase en máquina de sierra de disc0 de diamantes, en máquina especial de rectificar. El fundamento de la máquina Dorry, para ensayos de dureza demateriales pétreos, consiste en colocar la muestra de ensayo perpendicularmente sostenida contra un disco de acero giratorio, y a una c0nstante presión de r.250 gramos, obrando de abrasivo, arena cuarzosa fina. Al final de r.ooo i:evoluciones a 28 r. p. m., se determina la pérdida en peso y se repite el ensayo con la muestra invertid'a. Compensada la pérdida de peso procedente de las dos o.peraciones,- se obtiene la 1 / 8 P; en donde Pes la. dureza de la roca como sigue: Dureza 20 pérdida en gramos por l .ooo revoluciones. No hay que confundir el ensayo de dureza hecho en esta forma con. el ensayo de abrasión o ensayo para determinar el poder abrasivo o !POder mordiel).te; pero ~xiste un tipo de máquina, la "Deval", que podría denominarse máquina universal para ensayos ·de dureza, tenacidad (resistencia a la rotura por el choque) y poder abrasivo. Para el ensayo en esta máquina de cilindro giratorio a 30-33 r. p. m.,. se le hace girar lO.ooo, y sólo el 0 / 0 <le material gastado del que ha de pasar por malla de 0,16 cm., deberá ser considerado como m_a terial para la determinación que se investiga. El desgaste puede expresarse, o comoun º/ 0 ·dt:: los 5 kilogramos de la roca a ensayar, o por un coeficiente,. que es lo que más ·s e usa, obteniéndose así: coefü;:iente de desgas--

=

te

=

20

X

20

W

; en donde W es el peso en gramos del :detritus de:

0,16 cm. de tamaño por Kg: de roca empleada. El ensayo llamado de cementación, que sirve para determinar el valor de un material por la pro.piedad de que goza, en mayor o menorgrado, en virtud de lo cual el pol_v o de la roca o de otro material finamente dividido actúa como un cemento sobre los fragmentos o gravas; en la carreteras y caminos. Este ensayo, que exige disponer, como todos. los de esta clase, de materiales, de máquinas especiales para prepararlas .m uestras de ensayo, que, en este caso de la cementación, tienen que ser briquetas convenientemente confeccionadas, se lleva a cabo en la máquina especial Riéhlé, de choque, en la que la muestra se coloca en. un yunque sostenido_ por un émbolo con muelles ; la leva levanta eli.


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martillo de l Kg. de peso a una altura de l cm., y cae sobre la muestra; el movimiento de la excéntrica obliga a una varilla a que el cilindro avance l/100 de una revolución, y al mismo tiempo, por transmisión de varillas, se registra el movimiento del émbolo en un cilindro-registrador con l:ln estilete que marca un trazo vertical sobre el papel, llegándose a hacer hasta 6o percusiones por minuto. El número de golpes necesarios para destruir la resistencia de la muestra es la indicación <lel ·v alor de cementación del material ensayado. Otras varias máquinas y aparatos modernos más existen para otras experiencias y ensayos relativos a materiales para pavimentación que debieran ser muy conocidos de los ¡productores y poder así responder a los pliegos de comiiciones <le las Direcciones de Obras públicas y de los particulares que se estiman de hacer obras a conciencia. Aparte de los ensayos referentes a los materiales de construcción de los tres grupos que quedan indicados, innecesario es detallar; y sí sólo -creemos pertinente apuntar la conveniencía y la necesidad de efectuar los ensayos de los materiales de consumo: carbones, aceites y lubrificantes, correas de transmisión, aguas <le generadores de vapor, toda dase de combustibles líquidos y gaseosos, toda clase de preservativos de metales, maderas, cementos, derivados de éstos y cuantos productos precisa la Industria y la Construcción, y en los que su calidad influye notablemente en los resultados de su empleo. En todo lo anterior hemos prescindido de lo referente a los ensayos que afectan a la industria eléctrica, porque, aparte de que su gran<le importancia es de todos estimada en su verdadera magnitud, esh. magnitud, ;precisamente, es, por su valor, la que obliga a no considerarla ··en este trabajo, por constituir en sí un asunto de inmenso desarrollo muy bien tratado en libros y revistas, y que, por su naturaleza especial, recibe los honores de ser ya muy aplica-do en la prácti~a. No terminaremos la argumentación de este trabajo, antes de ofrecer las conclusiones, sin hact r notar con gusto, y con la satisfacción propia de buenos patriotas, que. la actuación científica de. España en la "Asociación Internacional para el Ensayo de los Materiales" llegó a tener, en el año 1919, la dignísima representación de 27 miembros. figurando en las listas de los que, hasta en número total de 2.160, concurrían de veintiséis países de Europa y América, que fueron, por orden alfahetico: la Academia de Ingenieros del Ejército; el Capitán Angel-.Patiño, del Laboratorio de Ingenieros militares; el Teniente Co·r onel Ballesteros Jimeno, Jefe de Estudios de la Academia de Ingenieros ; el Sr. Bertrán, Arquitecto, Profesor de la Escuela de Arquitectura de Barcelona; el Sr. Camina, Ingeniero de las obras del Puerto de Bilbao; el Sr. Carderera y Ponzán, Ingeniero-Profesor de la Escuela.

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de Caminos; el Sr. Correal Ubeda, Farmacéutico militar; el Teniente Corond de Ingenieros Sr. De la Llave; el Capitán La Llave, de Ingenieros; la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos ; el Capitán de Ingenieros Sr. Gallego-Ramos, Director de la "Construcción Moderna"; el Sr. Gallego Llausas, Arquitecto; el Sr. Gálvez~Ca­ ñero (A.), Ingeniero de Minas; el Sr. Gálvez-Cañero U.), IngenierO' de Caminos; el Laboratorio ,de Ingenieros Militares para el Ensayode. los Materiales; el General Marvá, Jefe de la Sección de Ingenieros del ministerio de la Guerra; ·el Sr. Méndez de Vigo, Ingeniero de Caminos; el Teniente ·Coronel Sr. Mier y Muria, de Ingenieros, e Ingeniero Geógrafo; el Capitán Montoto, del Laboratorio de Ingenieros Militares; el Teniente Coronel Moreno y Gil de Borja, segundo Jefe del Laboratorio de Ensayo <le los Materiales; el Museo y Biblioteca de Ingenieros Militares; el Sr. Oliver, Ingeniero de Caminos; el Parque de Aerostación de Ingenieros Militares; el Capitán Río Juan, del Laboratorio de Ingenieros; el Coronel de Ingenieros Sr. Rodríguez Mourelo; el Teniente Coronel De la Tejera, de Ingenieros; el Sr. Uriarte Zubimendi y Compañía, fabricantes de cemento de Zumaya. Del mismo modo merece mencionarse la eficaz contribución que, de bastantes años acá, vienen aportando a los industriales españoles las 'brillantes labores realizadas en materia de ensayo en los laboratorios oficiales: pe Ingenieros <le Caminos, de Ingenieros Militares, Laboratorios del Taller de Precisión de Artillería, y Centro Electrotécnico de Ingenieros, con mención particular del Laboratorio Pardo, de la Escuela de Minas; <lel Laboratorio de Investigación de Metalografía, de esta misma Escuela; de los Laboratorios de la Escuela Central de Ingenieros Industriales; de los del Instituto Católico de Artes e Industrias y algunos má<>, en los que, como los <le la Fábrica Nacional de Trubia, armados de cuantiosos y valiosos elementos modernos de ensayo, además de responder cumplidamente a la difícil y exigente fabricación det material de artillería, prestan considerafüe apoyo a las exigencias de la Industria privada y constituyen un modelo de instalaciones. To-do estoes prueba justificativ'a ,de la existencia de base poderosa para llegar con rapidez al fin que nos proponemos, sirviendo de sumando a esta comprobación la escasez de la demanda <le los auxilios que en materia de ensayo se ha recibido en los Centros indicados de los talleres de la Nación, acusando esta débil <lematida la necesidad que hemos tratado de demostrar.


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RESUMEN

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Sintetizando, y concretando en sencilla expresión lo que, a nuestro juicio, constituye materia que tenemos el honor de ofrecer al Congreso en concepto de necesidades que la Industria nacional debe satisfacer urgentemente, aunque con la natural gradación y progresión de lo sim·ple a lo complejo que toda marcha razonada y metódica pide para la consecución de sus beneficiosos fines, nos permitimos formular las si_gui'entes

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CONCLUSIONES PRIMERA. Debe crearse la "Asociación Nacional para el Ensayo de ·1os Materiales", al objeto de cumplir con los fines que ya quedaron indicados, y que, al conexionarse con la Internacional, coopere satisfactoriamente al fomento del ensayo, salvaguardia de los intereses y responsabilidades del productor y consumidor. Esta Asociación, para cuya organización actualmente existen valiosos elementos, cuales son prestigiosos Ingenieros españoles y excelentes entidades científicas y financieras, ha .de contribuir a que en las Escuelas todas ·de Ingeniería. oficiales y no oficiales, se orienten las enseñanzas técnicas y, en particular, las relativas al estudio de ensayo y de investigación de los m~teriales en sus tres conceptos químico, mecánico y microscópico, de un modo marcadamente práctico, dentro de un elevado rigor en el concepto teórico de los principios fundamentales sobre que aquella práctica se basa. Deben los miembros de la Asociación intervenir, de la manera que se considere más adecuada, en el logro de esta aspiración, para lo cual nada mejor que hacer que todas las Escuelas técnicas' de la Ingeniería sean parte integrante <le aquélla; de este modo se establecería una íntima relación de labor y de trabajo, que, indudablemente, se acoplaría ·en paralelo para ofrecer un rendimiento altamente satisfactorio. SEGUNDA. Fomentar · en las Escuelas la especialidad de Ingeniero -ensayador, en el sentido de que por tal debe enter:derse, no solamente al Ingeniero químico, práctico en las manipulaciones de los análisis de investigación de componentes en su cua!idad y en su cantidad, sino que ba de ser un profundo conocedor de todas las propiedades técnicas de los materiales, las físicas, las mecánicas, las tecnológicas, y poseer la práctica del ensayo de las mismas, particularmente las que se deducen del examen por el microscopio en muestras convenientemente prepara<las; única manera de conseguir en todo Centro fabril una marcha per-

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fecta, adecuada, económica y satisfactoria a las mayores exigencias, p uesto que de la relación existente entre las ,diferentes propiedades y <iel conocimiento de ellas por el ensayo, ha de sacarse la eficacísima y útil consecuencia de hacer que en todos los talleres se trabaje siempre con conocimiento de causa, muy especialmente necesario en las indust rias metalúrgicas y en las del au~omóvil, del avión y del material de ferrocarriles, puentes, motores y de guerra. TERCERA. Difundir por todos los medios el conocimiento de la im·periosa necesidad de instalar en todos los talleres de la Industria de la Nación, de cualquier extensión que sean, máquinas y aparatos de ensayo de todos aquellos materiales de cuyas ¡propiedades técnicas hay que responder y de los que someramente hemos dado cuenta, sabiendo que esas máquinas y aparatos son eminentemente industriales, de aplicación práctica y de manejo sencillísimo. Para todas las factorías del hierro y de los metales, fomentar el microscopio, para los análisis micro, y macroscópico, y el uso de la Fotografía, para obtener los micro y macro-estructuras en forma gráfica. ¡Qué provechoso y altamente ventajoso es, en los establecimientos siderúrgicos y de construcción mecánica y metalúrgica, fichar, formar los cua.odros de evolución por que pasaron los productos desde su origen, desde la muestra t omada dél caldero de colada al colar en lingotes o moldes, hasta el estado en que definitivamente queda en la pieza que se aplicó! Análisis químico del acero original como título de denomina-ción, seguido de las fotomicroestructuras y resultados de las pruebas mecánicas, correspondientes a las diferentes modalidades que como consecuencia de los diversos tratamientos caloríficos y mecánicos experimentó, forman su cuadro de ·dat os, verdadero historial de todo lo que, -perteneciéndole, permitan al Ingeniero aplicarlo con exactitud y acierto .a plena satisfacción del comprador. ¡ Cuánto se reduciría el número de accidentes, en automovilismo y aviación, en los caminos de hierro y en las construcciones nava.les, en 1as construcciones metálicas y en las máquinas~motores, si se ejecutaran ei:,us cuadros-registros en las fábricas ! Y aun en menor escala, por ejemplo, las piezas de .. marre de los cables de los aeroplanos, . piezas -obtenidas por estampación, si se colocan en sus puestos de trabajo sin un examen microscópico y sin un ensayo ,de uniformidad de constitu-ción valiéndose del scleróscopo o de la bola Brinell, que, al ofrecer las cifras de dureza de diferentes puntos de la pieza ensayada, acusa en segui<ia esa uniformidad o falta de ella, ¿cómo se puede responder de la seguri dad- de estas piezas, que son angulares, y en las que los cables, al ligarse a e11as, suelen no estar en la dirección de las caras o patillas de dichas _piezas, sino formando ángulo, y están sometidas a muchos kilogramos


368 de esfuerzos, y particularmente a esfuerzos momentáneos de mucha:: consideración? Han de coexistir, por lo tanto: a) los laboratorios oficiales, con slt!. doble carácter de laboratorios de investigación científica y de trabaje. práctico al servicio de quien lo demande; y b) los laboratorios puramente industriales propios y exclusivos de los Centros fabriles. CUARTA. A unque labor peculiar de la "Asociación Nacional para. el Ensayo de los Materia.les", nos permitimos, sin embargo, exponer, en esta cuarta de nuestra.'s conclusiones, Jos temas de estudio más interesantes que han de ser ob}eto de su estudio: Perf eccionami-ento de los métodos de ensayo y determinación de los. tipos de éstos para tender a la unificación. Establecimiento de los .t ipos de pliegos de condiciones facultativas. de los materiales que quedaron aipuntados. Influencia del tratamiento calorífico en las propiedades mecánicas tle las aleaciones hierro-carbono. Tipos de ·estructura de los aceros ordinari:os y especiales para todtt clase de aplicaciones. Estu<jio sobre la influencia ·de los es.fue:rzos alternados en los ensayos mecánicos de los hierros y aceros. Influencia de las causas de orden físico en las propiedades mecá-· nicas de los hierros y aceros. Influencia del proceso de maleabilización en las propiedades mecá-· nicas de la fundición maleable. Estudio sobre la fundición endurecida. Efecto de la temperatura de .c alentamiento en la resistencia al ap_lastamiento de los aceros· y hierros. . Estudio de la corrosión de hierros y aceros. El bronce-manganeso y sus .propiedades técnicas. Cementación carburante. Estudio de la temperatura de conclusión de los carriles. Ensayos de hierros galvanizados. Condiciones de arenas de moldeo para piezas de fundición, acero· moldeado, latones y rbronces. El acero cupro-níquel. Influencia del titano en la segregación de acero Bessemer para carriles. Fundición propia para los bastidores y basamentos de dínamos ymotores. Aleaciones industriales (del cobre, estaño, zinc, aluminio, etcétera) ~ Todo el programa de materia de ensayo y medida en el campo de la electricidad.


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Investigación de Ja conducfivida-d calorí1f era de los morteros y hor-migones, y efecto del ealor, en sus propiedades de resjstenda y -límite elástico. Efecto del aceite en el mortero de cemento. Efecto del tiemp<;> en las vigas de cemento armadó. Influencia de la firmeza de· molienda en las propiedades físicas y mecánicas del cemento. Estudio <l'e la influencia de la capacidad absorbente de lo~ la<lrillos sobre la adhesión de los morteros. Barnices, ¡pint~ras y caipas .p reservativas de obras de cemento ª'rmado. ·· Efecto del sfücato de sodio aplicado al hormigón. ,, Desintegración· del cemento frésco de fas superficies de-' los muros y pisos por efecto del humo y de los gases a baja temperatura. ' Influencias que modifiquen las características de los cementos y ·hormigones. Empleo sobre la utilizadón de las calizas magnesianas para la fabricación del cemento Portlandl at;tificial. r • M;étodos de ensayo de los materiales incombustibles. Perfeccionamiento de los métodos ' de ensayo de los materiales lubdcant.e s. Estudio de la consistencia de los 'betunes semisólidos. Perfeccionamiento de los ensayos de los combustibles sólidos, liquidas y ·gaseoses. · Barnice?, pinturas y capas preservativas de materiales de orden vegetal y <le origen pétreo. Etcétera, etcétera. "'•· e

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En las . conclusiones que quedan citadas no se ve aparecer la demanda de laboratoi-i0s pálli>Hcos de ensayo para ofreoer los m,edios que puedan requerir productores y consumidores de materiales; esto obedece a que ·damos por hecho que ya existen, y que con ellos contamos para nuestro .proyecto; los hemos citado; y aunque el ideal sería disponer en esta Corte, además de los laboratorios ya existentes y men~ionados, <le un Laboratorio Nacional, cuyo producto ·de organización sería olbjeto de estudio aparte y equipado con todos los mejores medios de trabajo, en el que se realizaran toda clase de ensayos, contrastaciones y medidas-tipo, con la cooperación para sus labores <l'el personal técr-ico oficial procedente ·de todas las especialidades de la Ingeniería española, incluyéndose los Ingenieros militares y artilleros, lab·~ ratorio que, en esta forma de implantación y adaptado a las necesiTOMO I!

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370 da:des del Ji>ais, sería el preeeptor del. trabajo nacional al · rdacio·n a·rle cc,n la "Asociación" y co:n 1os demás laib oratorios oficiales Y. patrtictilares, con lo que se lograría un "summum" en la aportación de b.e nefici0s para la Industria, sin embargo, nos daríamos 'F>©r satisfechos que, al admitir como evidentes· las aRtedichas conclusiones y considerando ser la:bor ¡patriótica la oompleta y feliz realización de ·1a esencia de ptec;:epto que encierran, no se hiciera es¡perar el ·día dichoso en que. se vea a l~s talleres todos d€ la Industria nacional acudir a los laboratorios .oficiales, ¡para recibir los informes y consejos que les suministre el idóneo personal de los mismos, con verdadero entusia!?mO y con grande fo, a la par que los dichos ta'1leres se pertrechen de los elementos que integren los ·s uyos propfos; a •c uyas· investigacic;mes, en los pril\l!cipiios fundamentales y eri los métodos de traJbajo, han de eontri~uir intensamente, aportando enseñanzas, los trabajos d'e la "Asociación Nacional para el Ensayo de los Materiales." por medio cde Congresos fFecmentes, sesfones de sus diferentes Comjtés~ más frecuentes aún, y ¡publicaciones de· toda clase que para difundir la substancia de .ñ 1ateria ta:n interesante ·ha de ocupa~ lugar preferente en todas las oficirtas de ..dirección de "los Centros fabriles ·de España·. . ., Nada m1evo· os he comunicado en este escrito: t0do, tod'osdo sabéis, los Centros técnicos de ensayo ya citados, los antiguos y los nue:vos; han venido trabajando y queriendc:> trabajar en ·li>rn de ·ra realiza,Gión de las ideas .aquí expmestas; pero eón esta Uama:da ~e rec·uerdo' y de e:Xpesición de lo que tan al detalle conocéis, nos hemos pr0;19u~stci robu§tecer, c@nsolidar, afianz·a r y desarrollar cuanto ' se rela:d6na con el ensayo, factor de alta categoría en la manufactura y meca.nofact~ra: nacionales, y que ya que estamos en medio de un ambiente de.'fiebre evolutiva, aspiremos a nuestra independencia nacional económicoindustrial, entre otras cosas, oon la decidida y franca introducci0n de estos procedimient0s, q~e han de contriibuir al mayor éxito, que muy de corazón deseam0s: conceda Dios, la vida de trabajo <le nmestm amadísí~a Patria :" Finalmente, son a F>robaidas · las contl usfones sobre "Pastas cerámicas", pr'esenta<l'as por ' los -Sres. Ibáñez, López V áfgas, Oliveras y Carretero, que se insertarán al final «de Io·s trabaj @s de .esta Sección, y ' Se levanta la sesión a las trece y treinta de la !nañana.

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.A:CTA DE LA, SESJON DEL DIA 21 DE NOVIEMBRE DE 191'9 •

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Se ali>re la sesión a las ·once y cuar@:ro.ta y cinco <le lá mañana. Se· leen las ..conclusiones que sobre ~~·Instalaci0nes . J: rigod.ficas'~ pre~enta. el 5r.r Bastos,r;y puesta sólo a discusión la úi.tima p0r estp.r ap.r_o-badap las anterior:es. Queda: aprnba:da la tGtalid.a d tle ellas. ,,. é El Sr .. PRESIDENTE cla cuenta <le que no se da "lectura a la Me.m aria. s.0'brn "EnsayQ de tierras para: terraplenes" po,r.que e'1 in'l!er.esado cl~séar le.evla perso11alrhente y llegaba hoy- a,·Ma,drid. · ·, Él- Sr. DEL CAMPO (D. Angel) lee .su trabajo;· etiyo col'l.ténid0 es el sigítiente:

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Por D , ANGBL; B~L CAMPO, Catedrático de Análisis quími ca ._erv !;a FaB,ultqd d;,e Ciencias de la Universidad Centr_al . . Iea circunstancia, por tantos c<:>,¡¡¡.ceptos feliz, de haberse reu.nicl.o ~n esfo Cong11eso elementos. .téenicos d~ la mayor valía y ·de fas más v-airiadas iprocede·tíH;ias, ha ·impulsado al q¡me susc.r ibe a ;p lantear ante ellos un problema que, -eual el de "La repr esión d'e fraudes", por ser del ' más :aho _interés nacionail, sólo pueáe ser r,ésu.'e lto eon €1 conourso de todos. ·, .Ya en 1919, en un~ M .e moria que, como ~c:msecueñcia de· un viaje ae informa,c ión acerca de este asuµto p0r· el EKtranjero, hubo de redactar el autor de estas líneas, elevó a los Poderes públicos cot¡ttlusiones _~nál~gas a las que ahora, cgn la esperanza de. verlas av:al©11adas ¡por el .apoyo; ·de este Corig;reso, se atreve a reproducir. Hace ya mucho tiempo que, en diversas países, ·Se han dado cuenta qe que la- Sociedad en general y la Ind_mstria honrada en particular, están cada <lía más necesitadas de una pu9teeción may or con.tra, el fraude, que .se' com.ete ~ cada vez tamhién, 'C<il~ m.ás :perfecci6n, má.s extensión y más ..interisidad, rnixti.fis:ando el nqmbre, el origen, ·e .-la ce>mposici©l'l ·file ·ciertas mercancías, y atentando contra el peculio de los ciudadanos, .contra su salud, o .Contra ambas cosas. ~


- · 372 Al ¡progreso en el fr.aude, se ha respondido, naturalmente, con el progreso en su represión, y a este fin, y no obstante la exiStencia, desde antiguo, en casi todas las grandes poblaciones del Mundo, de servicios municipales, dotados de personal técnico, digno por su celo y competencia de los mayores re.s pet,as, ha · sido preciso crear organismos nu,evos, que substituyendo la labor, forzosamente inconexa de los antiguos, por una organización extendida por todo el ;país, aúne los es:liuerzos, y localizándolos, no según los núcleos de población, sino según los centros productores, c:i según las regiones donde circunstancialmente puedan ser más eficaces, rinda, con el _menoF gasto, los mejores resultados. Como u·n ejemplo de esta evoluci@n habida en los modos de <lefende.r 'tantos y tan. .sagrados intereses, puede, ponerse lo sucedido , en Francia, donde, según las leyes de 17g)l y ' 1884, esta:ba encomendada exclusivamente los alcaldes la vigilancia de la pureza en los alimentos y el. castigo de las ,_imfra:cciones legales, d~esde este punto de v:ista; a ·pesar de estm,. y: • sin destruir el régimen anterior, se ¡promulgó en l de agosto de 1905 una nueva: ley, seg(ln la que se <ereó el Servicio na'cio.nal de la represión de fraudes, dependiente del ministerio de Agricultura, cuya :organizaoión, verdaderamente admira:'bile y totalmente exenta de ingérencias políticas o de otro orden; f ué encomendada a un Comité exclusivamente técnico (1), en el que figuráhan los nombi;es 1·más ilustres de la Sorbona, Colegio de Francia, Instituto Agronómico Nacional, Escuelas y Labora,fiorros}'fndustriales, ·etc., et<::., y a cuya org'ániza€ión corresponde la san:ción de los delitos par fraude a ca:rgo de la autoridad judicial. ¡Lástima que, en nuestro país, todo el p_rogreso re¡:i.lizado en tal materia:,r ·y en estos últimos tiempos, ~uede reduddo al Rea:l decreto que, con fecha 22 de diciembre de r9o8, faé · d1dado ; ~o·r el ministerio de la Gobernación, en d que se ordena el establécimiento de laberat0rios munfo:i:pales en todas las capitales- de ¡provincia>' y.: munid¡pios con · más de lO.ooo .ha1bitantes, sin más relación ~ntre sí, claFo . es, que la cdmún dépendencia de dicho ministerioJy -Con sujeción además al artículo 4.º del - citado Real .deGreto, que copiado a la letra, y sin- · comentarie alguno, dice así : '· · - · · · ·· "ARTÍCULO 4.º Los labbrátorios deberán -"atlmitir sus informes · claros y concretos en un espa~io de tiempo q:u·e ·no excederá de ocho días, a partir dé 'fa fecha de .re~epd6n '<ie' muestras. Estos informes ~erán elevados a Ü!Js alcaldes para qúe por estas autoridades. se proceda como corresponda en cad!a une de ·ellos." ) :At.m cuatÍ"do no es necesario en-U.merar las verita:jas de lo qúe pudiera · lfamárse nuevo régimen <le represión de fraüé;les . sobre· el áptigu~, por.,,-;-~-'~ -"--' r"" ,,,f . ,~ .. r .

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( 1) '' Decretos de 1 5 de noviembre y füeiembre de 190 5{ · · ' :!

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373.

que seguramente están en el ánimo de todqs, conviene, sm f7mbargo, in-, sistir sobre las más . i~portantes : __ 1 1 .ª · El régh_nen moderno, que supone , u.na organiza-ción nacional, puede 'bus·car y perneguir ei fraude allí donde se cometa; ·el régirrÍen · municipal antiguo, aisfado y limitado, carece de juril?dicción y efic~cia fu era de su respectiva demarcación. 2.ª El depender tal organización de un ministerio comparable al de Fomento en. España y ha.illarse encomendado a los técnicos de más valía de la Nación, aleja ¡por completo todo ipeligrn de ingerencia política, o de otro orden, que pudiera desviar el servicio de su verdadera finalidad; efecto que se completa al suprimir la inter;posidón de los municipios entre los técnicos y las autoridades judiciales. 3.ª ·U n servicio naeional puede establecer, como acontec,:e en los países que lo~ ti"enen implantado, un organismo central donQ.e se hallen. reunidos aquellos elementos técnicos antes aludidos, y desde el cual. puedan efectuar la siguiente importantísima labor : definir exactamente las cond~ciones de pureza que deban reunir los más impo~tantes productos del !J?aÍs ;: ve~ar ;p or el pmgreso .qe los métodos de todo orden~ encaminados a descubrir los fraudes .; investigar y estudiar en la resolu~ ción rde p i:oblemas antes no ¡previstos; unificar los prócedimientos analíticos; efectuar la inspección general del servicio en todo ·lugar y momento; y, finalmente,. preparar la solución a pro·ble~as internacionales de enorme transcendenda que, relacionados con estos asu,ntos, puedeti1: _. planterurse. , Porcg_ue conviene advertir que estas "cuestiones presentan a las veces caracteres de una importancia tal, que se convierten en a.rgumentos y motivos capaces de influir en las relaciones comerciales ~ntre lo? pueblos, como lo prueban . las siguientes consideraciones que, a guisa de ejemplos, y .entre otros casos que podrían mencionarse, figuran a con• tinuación: A) En los dos Congresos qu~ la Asociación Internacional de la Cru~ ·Blanca, par.a la represión de fraudes, ha celebrado en Ginebra y en ·J[arís, -el último en 1910, se adoptó, con la aquiescencia explícita y oficial de numerosos Estados europeos, el siguiente acuerdo, cuya gran transcendencia no es\ p.reciso encarecer : ".Cuando· un país ha definido uno de 1os .productos de su suelo o de su industria, y establecido los reglamentos para proteger . dicho producto contra la imitación fraudulenta que ;pudiera ser hecha por sus ciudadanos, los demás países ·deberán conceder a · este ¡producto, en su ter ritorio, una protección idéntica. ~· (Proposición M andéix, en · el Congreso de Ginebra.) B) La entrada de los vinos españoles, andaluces, en Francia, y en


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particular los de Jerez, ha estado dificultada o prohibida durante mucho tiempo por diversas causas; los unos, a ¡pretexto ·de poseer más de los 2 gramos de sulfato .p otásico .p or litro que, como límite máximo, impone la legisladón sanitaria francesa; los otros, ¡por poseer relaciones enológicas, c-Gmo las que se conocen con los nombres de índices de Roos (relación d el alcohol al ex tracto) , Halph en (relación de la acidez fija al grado alcohólico), etc., etc., de la s que se utilizan para enjuiciar acerca de la pureza de un vino, cuy os valores se hallan totalmente f uera de los límites marcados por el servicio francés de represión de fraudes, con arreglo al estudio hecho en los vinos de su país ; todos, en fin, por ser considerados como vinos adulterados o artificiales. Y se ha ·dado el caso, bien triste ipor cierto, de que mientras nuestros más renombrados 'Vinos eran detenidos en la frontera francesa por la razón explícita de ser, según aque'llas autoridades, vinos enyesados, . encabezados o agua-dos, nuestros embajadores (algunas de cuyas reclamaciones tuivo ocasión de leer el que suscribe) no pudieron oponer ningún argumento técnico serio a la enorme documentación científica con que los Gobiernos de la vecina República justificaban determinadas actitudes comerciales. Pero esto sucedía porque en España, no obstante los meritísimos trabajos <le diversas entidades aisladas, no existía un organismo nacional de tan só1ida cimentación, como es la "Represión de fraudes" francesa, que hubiera establecido la definición de nuestros productos naturales; por.que de haber ex istido tal organismo, hubieran podido nuestros representantes <lef ender los intereses nacionales <le otra. manera; porque entonces no hubiera si<lo necesario que un ilustre enologista francés , M. Blarez, profesor de Quím ica -en la Univer sidad de :Burdeos, viniera a E spaña y a Andalucía a presenciar por sí mismo la fabricación de los 'Vinos y a obtenerlos él en persona p ara estar seguro de su pureza, y los analizara después, para que se hubiera podido d ecir lo q ue el mencionado químico dijera más tar·de (1) en una revista técnica donde publicara el resultado de sus estudios ; y es, a saber: que aquellos vinos <le Jerez .necesitaban, en efecto, en muc1J.as ocasiones,. un enyesado superior al de otros a causa <le una rápida y extraordinaria disminución de acidez, que los exponía a defectuosas fermentaciones; que aq u ellos otros que parecían adicionados <le alcohol, aguados o artificiales eran en efecto muy diferentes de los vinos franceses, p ero eran product os na turales, en los que, ni por lo más remoto, había que sospechar fraude alguno.

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Annales de Ch.im fe A n alyt it(ue. 1912. Págs. 41- 4 7.


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Cuanto queda expuesto, aunque a la ligera, da suficiente idea de lo que es actualmente un servicio de "Represión <le fraudes" bien organizado, del gran interés que encierra para un país y de 'la multiplicidad y transcendencia de los problemas en que le toca entender. Ha q ue<l'ado también patente el notorio atraso en que nos hallamos con relación a otros ¡países, en este punto concreto; y la historia ref erida de los vinos españoles, en la que no se sabe qué aspecto hiere más nuestros sentimientos, si en lo que supone de perjuicios sufridos en nuestros intereses materiales o en lo que tiene de molesto para nuestra dignidad :profesional, estimula en nuestro ánimo el deseo vehemente de hacer cuanto sea .posible para que el caso no ¡pueda repetirse. Nuestra conveniencia nacional, nuestro interés :patrio, exige que todos los intelectuales en este Congreso reunidos aunemos nuestros esfuerzos para evitarlo; y el modo más eficaz de conseguirlo es, a juicio del que suscribe, pedir al Congreso de Ingeniería que, a su vez, eleve a los Poderes públicos la siguiente

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Es necesario que se establezca en España, depend~endo del mm1sterio de Fomento, una organización nacional ¡para la represión de los fraudes en el nombre, el origen o la naturaleza de los productos químicos y agrícolas en general <lestinados a la venta, y muy particularmente de las bebidas y substancias .destinadas a la alimentación del hombre y de los animales, o a intensificar la producción vegetal. La organización de este servicio, así como el estudio de las modificaciones o innovaciones que a tal respecto deban introducirse en la legislación española, se encomendará a una Comisión técnica en que tengan la debida intervención o representación las Escuelas, Facultades científicas y personas que posean en el asunto especial interés o competencia." , El Sr. PRESIDENTE, después de ~probarse las conclusiones del trabajo que antecede, expone, en nombre de la Mesa, que considerando dicho trabajo también de gran interés para la Sección de Agricultura, si así se acuerda, $~ remitirá a dicha Sección, asintiendo los concurrentes a dicho deseo. Se levanta la sesión a las doce y quir~ce de la mañana.



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ACTA DE LA SESION DEL DIA

22

DE NOVIEMBRE DE 191~)"

Se abre la ses10n a las once de la mañana. El Sr. MORA lee la Memoria que sigue, de la que es autor: ~

" DESTILACION DE M1INERALES CARBONOSOS EN ESPA:&A.- ACEITES · QUE PUEDEN PRODUCIR Por D. ANTONIO MoRA, Ingeniero .

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Los largos afilos que vengo dedidndome a ·los estudios de destila-. ción de los minerales car:bonosos de nuestro país me han decidido. ~ pr~:_ sentar a este Congreso- Nacional de- Ingeniería· la? ·ligera:s ~notq.s que acompaño, donde -me, .propongo dar · a ~ Gonocer algunos dato& 'de .expe'".· rienda _proíesional y Ja r((fac-ióµ quy se: . deduGe entre ·mi p.i:opia documentación y las análogas instalaciones que funcionan en otrns países -<!e Europa. ·''""" Bien. sé yo que nos encontvamcis en . un momentG> crítico- a este pé!;rticular, ipo·r cuanto se pretende sacar ¡partido a explotaciones m'ine_ras de carbones modernos que difícilmente podrán tener otra -aplicaci6n cuando se llegue a la normalidad en el mercado mundial de estos com·b ustibles, aun cuando soy de los· que recG>nocen que aquélla vendr~· ,eµ normas muy distintas a las qu~ .regían -cm época anterior a la- guerra. · Tampoco desco'nozco las tentativas que están llevándese a Gabo, unas con éxito, y otras con dificultades tales, que hacen abandonar semeja!1,:. tes propósitos a sus entusiastas iniciadores, con el empleo de pizarras carbonosas, areniscas bituminos?-s, mavgas r disodílicas, etc~tel'a; per0 como el deseo de ·conseguir aceites minerales de 1prnducción nacib1'lal encierra un interés tan extraordina-rio, el p_roblema sigue en °p ie, y las tentativas se reproducen, creemo·s qt:te· es deber de compañerismo el. aportar algunos materiales a esta orientaci.ó n, señalando lo-s peligres del fracaso y alentando a los principiantes en este orden de investigaciones, para que les guíe siempre el trabajo lógico, la cimentación de los principios -básicos del · ¡proceso destructivo de la destilación seca ~ 1


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teniendo siempre en cuenta, sin embargo, qúe la generalización sólo es aceptable hasta un cierto límite, y que, .después, únicamente el conocimiento, muy especial, de cada mineral carbonoso, puede conducir a la resolución del prolblema. Si tales advertencias ¡pueden ser de alguna utiliqa'(f, será para ~l que suscribe toda la satisfacción que ambiciona. en estos momentos, ¡presentando el trabajo adjunto al primer Congreso Nacional de Ingeniería.

* * * Antes de entrar en mat~ria:, he de permitirme hacer hinGapié en la extraordinaria influencia que la práctica de la destilación de los materiales de referencia puede ejercer en la: economía del país; y para ello es preciso 1 reco~oeer la: enorme importanda de los combustibles líquidos en los tiempos actuales y la falta absoluta de éstos en toda España y en sus territorios coloniales; pues aun cuando existen terrenos e n España con marcados indicios petrolíferos, no se han hecho trabajos . de consi·deración que permitan asegurar, .ni nuestra potencia productiva a este pa~ticular, ni el que nos hallamos huérfanos de tan imprescindible elemento, hoy ya <le ' ¡p·r imera necesidad-. Fuera ocioso el recordar eñ esta . oeas-ión el porvenir que está reservado al Auteimovilismo, a la K viación, a los tracteires -y demás maquinaria de usó agrícola, sin olvidar ta irrigación .de los campos, sirviéndose de m0tores a explÓs ión y .file combustión interna, la aplicación de estos últimos al arte de la pesca, a la navegación de cabotaje y de altura, al servicio y vigilancia de puertos, a la grande y pequeña industria, a l?-s instalaciones <le resel'Va· en las ~mportantes .éentrales eléctricas y otros muchísimos usos más. Gitaríarnos tantos y tantc:>s hechos que prneban la importancia que tiene el combustible - Hqui<lo, en la potenciafüla<l y · en la independencia económica de la N a:eión, ·d onde también es aquél elemento de guer ra, que todos los . ·e51fuerzos dirigidos a pro-. curar-nos a ceites 1 minerales arrancados a nuestro suelo, más o menos directatnente, han de recibir el utíánim~ apoyo de todo aquel que ame a sú patria y la desee grande y próspera, disponiendo de cuantos elem entos caracterizan a los pueblos ricos. Por eHo. estas iniciativas han de ser· integrantes del amplio proyécto de reconstitución nacional, y" ha.: brán de recibir , seguramente, el más fervorase:> aplauso de las altas per sonall.-i@ades que rigen ilos ·destines del País y de fa opinión 'f:od.a, au n de · la 1fl:las profana en .Jos asuntos de Ingeniería. · r f)

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. El tema que me propongo e:x,poner a la consideración de todos ustedes requiere 'un espacio mucho may0r del que se reserva en este Congreso a cada uno ·de los, temas presentados. C0mpnmde tal amplitud y éxisten tal tiúmeró de variantes en el problema a estudiar, qmi, sin duda al'g'Una, encierra materia en una sola sesi6n a todo el audit©riG que en esfe momento rrie honra. Por esta razón, sólo he de permitirme senta,r un plan e indicar e-rientadones súcesivas, quedahd11:> a disposidón ''de a:q'Uellos de mis compañeros que foteresen una mayor ampliaición en lo~s· puntos que ligeramente vamos a tratar. La marcha lógica que deberíamos seguir es la siguiente : 1. 0 Estúdio de la .destilación seca: Sus ipi:incipios :fundamentales ; 1 destilaeión ideal : Procedimientos industriales que <l:e estos últimos se deducen: Des:: tilación a altas y ·b aj,as ·tempera foras; •sistemas di!Versos. 2. 0 :E1~t1;:1. dJo de .la naturaléia de lbs productos des·t ilables e-n Es-¡)aña: Hullas, lignitos, turbas, piz~rras eairbonosas, mar-gas disodilidas , areniscas bituminosas O'·'petroiiféras. Tipos de estos minerales en nuestrn' :pafs que son susc~tibles de someterse con ventaja a este tratamiento. · . 3. 0 • Del pr:oceso ·de l;:i. -destilación condensación subsigui©nte: Material ·destilatorio: Retortas. -CondicioFies que deben reunir en cada caso ¡particular. 4.0 :r'ratamien~o de . los " cn.t-d:e-dits" resultantes. Depuración y refino de los aceit~s. Fabricaciones generales <le los aceites combustibles. Fa:bricaciones esiedales aceites . de eagrase, parafinas, creosotas, etcétera, característica-s de todos estos· derivados. 5.0 Aplicación de estos productos: Sus mereados péculiares·: · Relación de sus condiciones comparativamente con los de importación extranjera. ' Ahora bien: dada la cons'i-derable extensión de todos estos temas, éonsid'e ro, e.orno la};lor mía en esta ocasión, el circunscribirme a lo que haya de pers©nal y característico a nuestro país. Los conocimientos rest_a ntes ¡pueden, adquirirse en ofiras especiales, revistas, patentes diversq.s y en la visita a las destilerías de pl.zarras carbonosas de Escocia, de origen devóniano,_ ~ las de lignitos de· la cuenca de Sajonia-Turingia, las _P.Ízarras del Autun y · Bavelon (Francia), las calizas liásicas de Reuliisgeri (Stutga'.rt), etcétera, que no dejan de ser altamente recomendables para 'el mejor estudio del problema que nos ocupa.

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Hay en el fenómeno de la desti.lación ipirogenada <le materi;p.--carbonosas tal número de concausas determinantes del resultado obt~riiidp . ::J. que no son· de extrañar las gqmdes variaciones obtenidas. . .0 La influencia de los tres factores que pudiéramos llamar esenciales· -temper:aturn máxima, duración_ de la destilación e inmediata· ·eiiminaci©ri de los productos volátiles que el! aquélla se. P.rod~ce:p.-es decisiva, y todos. los ;procedimiel'l.tos -pr:econiza.dos por sus autores respectivos se funda en la actuacióB más o menos intensa, qµe -pueµe Hegar hasta el Emite de e?tas variantes,, que, por otra parte, nunca pueden dejar de existir: Es principio axiomá,tico ge la _destilación seca que la· obtenciG>n de · los rendimientos máximos en productos vo1látiles .cie condens<J,oión ·s ólo se éónsigue evitando en lo posible ·la -transformación de los elementos originarios ·de la materia volát~l en el último límite, © sean los prod~f.- . tos incondensables o -g aseosos ; y para ello se ¡precisa : r. 0 Que la temperatura máxima se halle aún muy lejos ·de 1a destructiva de los últimos elementos de condensación. · . 2. 0 Que la separación del producto vol~til teng~ lugar ~n el m~nor tiempo ¡posible, para evitar ac<úones secun~arias en el seno d~ la, retorta. J r ) r • • -''· 3.º Que lg's productos volátiles ·sean arrastrad.os al ,¡_momento, de p>roduciYse, evitándose así, y en lo posible, la continuación del pr©ceso de pirogena\ción. ·} '""' No SQn de extpañar, por cw.rrsecmenda, las di~ersás , agrgpáciones moleculares de los referi,dos productos de cond·en,sación; que . partiende de la serie · gn¡.sa CnH2 7, siguen a Ja etÚénÍea· CnH2 n, y termir.ian· en la aromática CnH2 n - 6, con los núdeos -cada vez más ricos . ~n~ carbono,_nafta'lina, phenantren0 y crys<mo. c1

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* * * Para determinar el máximo de productos de condensación Jilrocedentes de un mineral ca:i;.bon.oso déterminado, se ~e ha sagerido la, .j qea de ir calentándolo muy l~nta.:mente, anotando, mediante un pirómetr~ elcfctrkq, las tempei¡aturé!S respectivas, que han permanecido .estaciona-. ria:s hasta que dejaban de desprenderse productos de condensación. He operado mim,1 ci0samente con ·1os lignitos de formación rniocé1~ic~ ·,p i.¡ocedentes de la cuern¡:a del Ebro, y los resultados de la que así putj.iera,.., mos llamar destilación ': ideal'' han si1do realmente ·extraordirn¡.riÓs,,; como puede verse por la siguiente nota : Destilación ordinaria: Alquitranes, 5,ro por roo. Destilación a baja temperatura: Alquitranes, 14,25 por roo.


Destilación ideal: Alquitranes, 32,30 por Materias volátiles total al rojo, 52,04 por . . d"1ca E 1 ·coefi ciente r ,6 2r = 62,04 nos in . 23,20

roo. roo. ' . d e rend"1m1en . to e1 max1mo

en alquitranes que, con aquel material carbonoso, ¡podrían obtenerse.

* * * Una destilació'n soca conducida con arreglo a este plan, o cuanto más a él se aproxime, no puede darnos los aceites corrientes ; es decir, los prod"ud<los por el mismo m,aterial carbonoso en el procedimiento ordinario de alta temperatura. · Y o había observado, ensayantdo el procedimi·e nto "Procces <l.el Monte" y el <le la "Tarless Ful, Limited ", <le_ Battersea, titufado "LowerTemperature Carbonisation under Vahum"', que los destilados obteni-' dos present~ban una composición mucho más compleja que la correspondiente · normalmente a aquéllos, donde sólo el aceite o mezcla de hidrocarburos dirversos de una o varias series, con una cierta proporción de asfailto .y carl5ón libre, son los elementos constituy,e ntes. Presentan los alquitr?-nes o "crude-oils" prddttcidos en aquéllas la •.:omposiciO:n siguiente: Aceites' volátiles llevando en dis_olución los hi<lrocar.b uros sólidos de la serie parafínica, asfaltos, carbón. 1ibre y una serie de productos interfuedi6s gue, según l~e podido reconocer especialmente en mis trabajos sóbre Egnitos cretáceos' nacionales, tienen el carácter de bet~nes, con un índice de saponificación inferior al de las colo"f.onias, y que he podido Clasificar ¡por su di•s.tinta soiubilidaid e1;1: ia bendna: de petróleo, y en una mezcla de· éter akohol r: 2, aplicando en este caso las prescripciones de Hol<le, de la Escuela de Altos Estudjps Técnicos, de Berlín. . , · r ··t:n este sentido, hemos de admitir en todo "cru1de-oil" obtenido por' el procedimiento déstilatorio a . baja temperatura la presencia de talt.s betunes, cuya proporción en el destilado aumenta, no sólo a medida que la temperatura elegida en el proceso destructivo es tanto · más baja, sino tam:b ién por el coH-tenido de ox~geno en el materia1l carbonóso, ya que este elemento, así comci el azufre, puede observarse cómo ~iene ~ l:on2erl.frádo ',en los referidos cuerpos intermediarios o betunes. 1 De; a~ui l.a espycial naturaleza de. todos estos condensados, siempre dé' ' aspetfcf"·~~róipastoso ,' ccm altas. dosis de JP'1:1.ra.fina y •b etunes, · acompa'ñadÓsu8e ac&ítes piversos y carbón lib'te, cuyá condición determina fortosimente'1i:Íh 'Yratá.miento especial. De nó seguirlo, se obtiene uná. notable pr6·p orción de productos a·s fálticos o pérdida en la destil<i:<;ión;


pues que la mayoría de los betunes se transforman en a~uéllos y en carbón libre. Esta complejidad en la .composición de los alquitranes es verdadero escoUo en el refino de tales mezclas de hi·drocarburos. ·Por • esta razón, debe ¡presidir a las manipulaciones de depuración un ¡profundo estudio de la naturaleza de éstas, y así conseguiremos un rendimiento máximo de hidrocarburos líquidos y parafina al mayor gra:do de pureza compatible con la técnica industrial.

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También he podi·do reconocer las r~ladones que lógicamente deben existir entre la naturaleza del mineral ·car:bono~o que se sfestila y las condiciones del alquitrán a "crude-oi'l". · Las pizarras carbonosas de Ribesalbes (Castellón) dan origen a mezclas de hidrocarburos, en los que no éxiste el grupo de los fenoles ni homólogos. Análogos resultados he comprobado en las pizarras de Rubielos de Mora, en Teruel, en las areniscas <bituminosas de Peñacerrada (Avila), en las de Robredo Ahedo (Santander), en las' rocas asfálticas ·de Soria, los esquistos carbonqsos de Garay (Vizcaya), las margas disodílicas <le Bagá (Barcelona), las piz.a rras •de Boó (Santander), e1:c., etc.; es deoir, en todos los minerales cuya materia orgánica . debe estar formada a expensas de los materiales grasos o tejidos exce-. sivamente adi1posos procedentes de una gran fauna marina (de peces, moluscos, y especialmente foraminíferos), según la muy P...i:obable hi_gótesis de Hoefer-Engler o la de Marcusson; es decir, por polimerisación de aquellos hidrocarburos ligeros, o por des1dablamiento de los más . dep.sos, o •d e temperatura de e:buUición más elevada. "' Contrariamente a estos resultados, y cuando' me he ocupado de la destilación ·de lignitos de Berga (Barcelona), de origen cretáceq to.dos e'lfos; de los explotados en Mequinenza (cuenca del Ebro), ·de origen nl.iooénico; de Salinas de Oro {Pamplona), los eocénicos de Puig-puñet (Mallorca), Rillo y Palomar .(Teruel), etcétera, donde puede asegurarse 'la preexistencia de la cellulosa, elemento oxigenado, he reconocido siempre la .presencia de los fenoles y cuerpos homólogos. _ Estos mismos elementos ácidos los he halla;do siempre en la .destilación de las margas y pizarras carbonosas mtercafadas _entre las c;i.pas de carbón y a ~osis medias de un ro a 20 poi; :roo (Puertqll~no). En los esquistos de Benimarfull (Alicante), de formación eoc.énica,,. cqn,stituídos, sin ·duda, como puede deducirse, por otros varios razonami~n­ tos que no son de este lugar, de una: formación. <de algas con imRort?-pt~s cantidades de cera, de acuePdo con la opinión de Krq.emer Spil(

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ker, que suponen ser éste otro de los orígenes del petróleo, también he reconoeido el fenol en cantidades muy considerables.

* * * Los aceites procedentes <le la destilación de los referidos minerales que se encuentran en España, tienen el contenido normal de azufre, salvo algunas excepciones. Por esta razón, tales aceites resultan muy inferiores a los ·de origen del _petróleo, y muy especialmente, si,, como ocurre en este país, este ¡producto procede de las cuencas de Pennsylvania, que es el más pobre en a•quel elemento de cual)tos viene explotando la eeonomía mundial. 'Existen, sin embargo, en determinadas cuencas lignitíferas nacionales de formación lacustre miocénica (Aragón y Cataluña), combustible que, por <lestiladón, produce aceites hasta del 9,50 y rn,15 por 100 de azufre; lo que hace suponer un especial origen de este elemento. Es bien conocido el hecho de que el azufre y el hierro de la materia orgánica reacciona en períodos consecutivos a la descomposición del vegetal formando el sulfuro de hierro ~dentritas y arborisaciones doradas). En el caso que nos ocupa, . las aguas selenitosas (yeso terciario) son intervenidas· por las algas sulfurarias y thiógenas, que determinaron fa libertad del azufre por descomposición del gas sulfhídrico que dejan aquéllas en libertad, dada su reacción con los elementos cal'bonosos. Es, seguramente, ariálogo este origen al del azufre que se explota actualmente en Libros y HeUín, donde aparecen también fósiles "P1anorbis sulfureus", "Lymneas", · etcétera, rel1lenos de aquel elemento. En las pizaras eocénicas de BenimarfuU (Alicante), también aparece el azufre a altas dosis, como he tenido ocasión de comprobar en repetidos análisis. En las formaciones de minerales ·carbonosos procedentes de faunas marinas de formación pantanosa, como ocurre en Ribesalbes, suele aparecer el azufre a dosis elevadas. Pizarras de esta local'ida~ contienen un 3 por rno, próximamente, y producen pOF destila'Ción hidrocarburos del grupo graso o alifático, junto con otros del aromático o cíclico. En estas condiciones, puede reconocerse la .presencia de los sulfoconjugados correspondientes,. entre los que entresalen el ácido benzosulf ónico y el fenilsulfónico. Estos compuestos, desgraciadarnen,te, reaccionan sobre las bases pirídicas, dand<J or\gen a combinaciones de dificil eliminación, y que 1mpnmen al condensado tm olor persistente y desagradabilísimo. . I * *· * .


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Podrá preguntárseme si poseo algunos datos sobre los modernos procedimientos de destilación a baja temperatura aplicados a los lignitos de nuestro país. A este particular puedo contestar lo que sigue : En mis tra:bajos sobre los de origen cretáceo, he comenzado inspirándome en un método de razonamiento lógico para conocer cuál debía ser la mejor temperatura, aspiración en la retorta, cantidad de vapor introducido en aquélla y duración de la destilación o capacidad. de la retorta'. He ido constituyendo grupos <le experiencias en las que, considerando rvariable, · entre extensos límites, uno de aquellos factores, permanecí.a n fijos los restantes. De esta manera he podido reconocer como mejor temperatura máxima la de~ 500° C. próximamente y con la depresión de 200 mm., que pude conseguir con un aspirador Root, durando la destilación unas tres horas, y consiguiendo los resultados si1g uientes, como más favorables: Cantidad total de "crude-oil", 9,90 por roo = de aspecto semipast0so, ligeramente amarillo-rojizo, pero que prontamente se obscurece por la acción de la luz. Sus características fueron las siguientes : Densidad a r 5º C. ........ ......... ....... . Temperatura, d~ fusión ... .. ....... ..... . Betunes blandos .... .. ... .. ... . .. . . .. ...... . Betune~ duros ...... ....................... . Aceites . .. ..... . .. .. ...... .. .. ...... .. .. . . . . . . Carbón libre........... . ....... . .... . ... .....

r,0585 23º c. 0,87 por roo. 25,r6 72,23 r,51

Sometida la masa total a la destilación, dió los productos siguientes : '

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Empezó la destilación a los rooº C. Destiló hasta r5oº C ...................... .. .. Idem entre r50-200º C ...................... . Idem íd. 200-250º C .. ..................... : ... . Idem ~d. 250-300° C. ......... ................ . Residuo carbonoso . ... ... ....... . .. . ... ... ... . Pérdidas ............. ... .. ... .. .. .. ........... ..

r por roo. II

17 6o

7 4

Podemos deducir las conclusiones siguientes : r.ª: . La faita de fü~ro~arbttros muy 'lig~ros o de baja temperatura de ·ebullición a con'secuencia, natú ralmente, de faltar la alta pirógenación. 2.ª La presencia en gran proporción de los productos pesados o


densos, destilando entre los límites de 250-300º C. y propios, por consecuencia, para el funcionamiento de los motores Diesel. 3.ª El hecho de· que, descompuestos los betunes duros; se transformaron en aceites, residuos carbonosos (asfalto) y gases, en proporción, próximamente, de un 4 por 100. De estos aceites he tenido ocasión de disponer de un importante tonelaje, lo cual m·e ha permitido extraer un 18 por. 100 <le fenoles y homólogos, lo por 100 de aceites viscosos o de engrase, l por 100 de parafina; y el resto, aceites de condiciones varias,. ¡para la aplicación a los motores a explosión como elementos combustibles. En los lignitos miocénicos he conseguido también resultados análogos, si bien la viscosidad de los aceites a..pai-ece muy reducida, probablemente por la presencia <le las resinas a fuertes dosis. La flora constituyeñte de aquéllos pertenecería a las ~species cupresíneas, de acuerdo con los trabajos de los profesores Van Tieghem y Heer. Las más importantes, " Sequoia se1npervirens" y "Sequoia Langsdorfi", fácilmente recognoscibles por sus impresiones aciculares, domiñan en estos lignitos, como lo prueba el hecho de que por su digestión en solución alcohólica, convenientemente pulverizados, me ha sido fácil extraer una masa saponificable y con un índice de Koerstofer análogo al de la colofonia ordinaria. Los jabones formados así, aun cuando con el mismo aspecto que los -comúnmente preparados con este material, presentan un olor aromático característico.

* * * No quiero extenderme más, abusando <le vuestra condescendencia. Sólo he de ¡permitirme llamar la atención sobre, no digo la conveniencia, sino la necesidad absoluta que existe, de ir a un previo estudio de carácter técnico o de laboratorio y de previa experimentación industriaL No hay en Europa instalación alguna que disponga de nuestros mismos elementos minerales; y al referirnos, por ejemplo, a las destilaciones ·de lignitos, habremos de reconocer que los que en Sajonia se destilan son completamente diferentes a los nuestros. Los llamados Brannkolen allí, corresponden al tipo de los lignitos im¡perfectos, de color pardo, conservando restos leñosos; lo que denota un origen muy moderno. Las pizanas carbonosas de Ribesalbes , que son, sin disputa, de una riqueza casi igual a las que se explotan con tanto éxito en Broxburn, Phumperston y otras localidades escocesas, han llevado al fracaso a im;p ortantes Compañías · inglesas, que pretendían aplicarles el mismo métod-0 que se sigue en aquel país ipara su mejor utilización; y es que aquellas normas de trabajo que allí conducen al éxito llevaron aquí TO)!IO H


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a la ruina a quienes pretendieron apHcarlas. La adaptación de tales métodos a las condiciones de estas pizarras hubiera sido altamente ven:.. tajoso, n0 la .brutal imposición de una práctica industrial que pugnaba con la naturaleza de las .cosas. Las pizarras de referencia S©n de naturaleza margosa, y des¡prenden en la destilación abundantes -cantidades de áeido carhiónico, contrariamente a las pizarras escoeesas, que también ·s e diferencian de las <le nuestro país en su contenido infe~ior de azufre y la ausencia de los compuestos sulfoconjugados; los que, com._,. binándose a las bases 1Pirídicas, hacen muy difícil el pro'b lema de ia desodorisación de los respectivos aceites, como ya en otr.o lugar indica:mos.

* * * Antes de terminar estas ligerísimas notas, que, po1r el hecho de afectar a un hondo problema de ec-011011.ílÍa nacional, que ha de resolverse aumentando nuestra riqueza ext_ractiva, pueden resultar de alguna utilidad, -creo de interés el . solicitar el más alto ª'PºYº de quienes pueden ampliamente prestarlo. Primera::nente, el Estado, ' al promulgar la ley de Protección a las industrias nuevas y desarroUo de las ya existentes del 2 de marzo de 1917, artfo:ulo I.0 , base A, a¡partado b, ofrece su protección a las "industrias y explota'.ciones hulleras y de a¡Drovechamiento de subproductos", y, como consecuencia, a las que nos ocupa, que sólo son variantes de las consignadas; y es de esperar que la eficacia de esta disposición no quedará sensiblemente reducida, o quizá anulada, por el ex¡pedienteo que se precise y deter·rriine condiciones tales, que sea harto difícil el poder aspirar a aquel apoyo, tanto más necesario, cuanto que 1a implantación de estas instalaciones ha de preceder el estudio y ensayo de que lílemós hecho. mención en ·otro lugar, si ·debemos aspirar a t:lll c0mienzo de e.x,plotación sin tanteos y cambios de' orientación, que tan fádlmente conducen al fra:caso. · También la protección de los Poderes públicos se deja sentir al re• solver, mediante disposiciones arancelarias, el régimen <le las importaciones .µ.e petróleos y aceites minerales ·d iver.s os, ya que es de absolu. ta necesidad la adecuada protección para que estas industrias puedan adquirir, desde su período inicial, el desarrollo indispensable, para que púedan arraigar en el p>aís. Quizá podría servir de ejemplo la actitud dei Gobierno francés cuando decidió proteger las destilerías de pizarras de Autun, durante los diez .primeros años <;l.'e su· implantación. · Con el optim.ismo que siem¡pr:e debe guiarnos en la vida, tanto. más senti.do, cuéilnto más armoniza con un espíritu altamente progresivo, que es la principal cara-cted;;tica de nuestra clase, con la fe en el poder


mag1co de la Ciencia pt_:esente y, más aún, de la futura, y con el principal resorte de las actividades humanas, que es la necesidad, llegamos al convencimiento de que en el porvenir dis,pondrá nuestra :patria de aceites minerales de origen nacional que le ¡podrán asegurar su independencia económica." El Sr. PRESIDENTE felicita al conferenciante, y propone que el 'Sr. Mora redacte una conclusión relativa a las industrias de destilación. El Sr. MORA accede a esta petición, manifestando que ya en la Sección 12.ª ha tratado el asunto de la intervención de los técnicos en fas decisiones del Esta.do, y que formulará una concl'usión en la próxima -sesión. El Sr. SECRETARIO lee una Memoria del Sr. Milián sohre la in·dustria. del cemento, siendo a:probada una conclusión relativa a la constitución de una Asociación Española de Fabricantes de Cemento. Dice .así la Memoria del Sr. Milián:

·"LO QUE DEBERIA SER LA INDUSTRIA DEL CEMENTO PORTLAND P o:1 D.

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ENRIQUE MILIÁN,

Ingeniero militar.

Todos los Ingenieros y Conbtructores han recordado, sin duda, multitud de veces las facilidades con que, antes de la guerra, :podían surtirse del cemento portland, necesario y conveniente a los fines de sus obras, sobre todo comparándolas con las dificultades encontrad'a s, .durante el desarrollo de tan gigantesca lucha; dificultades hoy subsistentes, aunque disminuí<las algo. Las causas de la presente escasez y carestía del cemento portland son bien conocidas de todos; y nada diremos sobre ellas, limitándonos únicamente a hacer un llamamiento m.ás, con este escrito, a los industriales y capitalistas, con el fin de que fijen su atención sobre el problema, permitiéndonos indicarles la manera de resolverlo y al mismo tiempo contribuir, aunque sea con muy poco, a fomentar el desarro'lio de la Industria y Comercio españofos, primordial objetivo del Congreso <J.Ue estamos celebrando. Para nuestro estudio van a servirnos los datos que por razón de mi anterior destino oficial reunimos y los que hemos· podido encontrar, .comparando los relativos a un período <le cuatro años antes del 1914 y otro ·de los cuatro subsiguientes a éste. Ante todo, advertimos que tales datos, especialmente los referentes a producción, vamos a ponei:-


los en forma global, con el fin de evitar capciosas interpretaciones y rectificaciones, además de que, como dijimos antes, sólo nos guía d objeto de llamar nuevamente la atención al capital español, para inclinarlo en favor <le la industria del cemento portland. Durante el primer período, esta industria, en España, puede declararse, sin error, que estaba reducida a cuatro fábricas en 1910, que llegaron a seis al finalizar el 1913 (1), con pr0ductos que, reuniendo en cada marca 1a conv~niente unifo-r midad de característkas, satisfacíanuna gran parte de las ·necesidades de la construcción. La producción, total puede · suponerse de 150.000 toneladas en los años 1910 y II, de 180 ooo el 12 y 200.000 el 13; a estas cifras debe añadirse el cemento: portland importado; que ascendió a unas 50.000 toneladas durante los años 1910 y 11, y a 75 .000 y 90.000, respectivamente, en los de 191z y 13, cantidades éstas que representan del 35 al 50 por 100 casi de la . producción nacional ; <le los totales obtenidos deben deducirse unas ~.000. toneladas por año exportadas, en general, a las regiones españolas no peninsulares, quedando para nuest ro consumo anual interior, en el período comprendido entre los años ~910 a 1913, ambos inclusive, cantidades credentes de 190.000 a 280.000 toneladas. Durante el segundo período de tiempo, ·se . presentan en el mercada: la normal producción de tres nuevas fábricas (2); pero, en cambio, S{ notó una p aralización en todas, <lebida a la escasez de carbón, huelgas ~ etcétera, por lo que no es erróneo deducir que la pr-0ducción media. anual de este período aumentó un 30 por 100 sobre la correspondiente a 1913 , a pesar de las mejoras y ampliaciones que en algunas fábricas se introdujeron; así, pues, puede s~onerse , simplificando · al . mi'smo tiempo los resulta<los, en una!s 26o.ooo toneladas la producción anual; ésta, al ·c ontrario que durante el primer período, sufre disminución enla parte destinada al consumo nuestro; pues se exportar·on unas 12.ooo toneladas durante 1915, 17.000 en 1 9 16, 16.doo -en 1917 y 28.000 en 1918; siendo las importadas durante los m ismos años de unas 20.000, 1 2.000, 2.000 y l .ooo; .con lo que las disponibi.Iidades quedaron reducidas a unas 270.000, 255.000, 235 .000 y 230.000 toneladas, respectivamente. La ~omparación ·de los resultados antes expuestos muestra clara(1) Las demás fábricas de cemento deben s o lame nte considerarse como de cementos naturales o de cales hidráulicas, con e x cepción de una que fué montada para un determinado fin, y sin que sus productos entraran e n el mercado. ('l ) Una d e ellas, establecida en distinta localidad, pero señalando sus productos con la misma marca que los de la primitiva fábrica. Y ot.i:a, cuy a influencia sóloalcarua a los últimos meses del período que estudiamos.


mente que, no obstante el gran avance de la industria del cemento portland, existe un déficit creciente en las .cantidades destinadas a·l consumo propio de nuestras necesidades _interiores; dicho déficit, junto con la buena calidad general de los productos hoy fabricados, mejora-dos .aún si necesidades comerciales, mal entendidas, no movieran, en algunos casos, a los industriales a lanzar al mercado productos que deberían ser sometidos a una más refinada elaboración y conservación, unidas a la marcha ascendente <le la expo·rta!Ción (I ), nos inducen a considerar -que la situación adual -d e nuestra industria ·del cemento portland, si bien es próspera, por cuanto a los fabricantes alcanza, no responde al desarroll9.J{lte debería · tener; pues debería ser tal, en el más breve plazo posible, que cubriendo con eJOCeso las necesidades nacionales, no inferiores a 300.000 toneladas y ·con marcada tendencia al aumento, permitiera acrecentar grandemente la exportación, y más aún la iniciada a las Repúblicas sudamericanas, conquistando aquella'" mel'Cados en forma que hiciera muy difícil, el día <le mañana, la cottt. petencia que por surtirlos nuevamente pueda hacer la ,producción extranjera. Para el logro de tales fines · nos permitimos proponer : I.º La creación de dos grandes fábricas de cemento portland, situándolas, una, próxima a Zamora, y la otra, en los alrededores de Sevillc~, a más de ampliar e intensificar cuanto sea ¡posib-le la producción de las aduales (2 ). Para fijar las zonas donde establecer las nuevas fábricas, hemos tenido muy presente el que en ambas existen las primeras materias necesarias, poder contar en ellas con la energía eléctrica necesaria a industria -d e esta clase, ser fácil el suministro de carbón y salida a redes ferroviarias de los productos obtenidos, y, finalmente, equilibrar las zonas de producción, concretadas hoy al N arte, Este y Centro. 2. 0 Aunar cuantos esfuerzos tiendan al desarrollo de la industria con la formación <le una Asociación de Fabricantes de Cementos, ef condiciones análogas a la de franceses y bel.gas, <le alemanes y de otros países, que organizando, dasi.ficando y comprobando la producción de cada uno de sus asociados, determine .las· zonas de venta en el interior, para después ordenar y favorecer la exportadón, manantial de riqueza · de todo país bien organiza<lo comercial e industrialmente." El Sr. BELLO iee su Memoria .sobre "EnsayoS' de .t ierras para te-

(1) Durante el primer semestre del corriente año 1919 salieron unas q~ince mil toneladas. (2) En Valladolid o sus alrededores trata de establecerse una nueva fábrica .


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rra.plenes en riegos del A.lto Aragón", aprobándose sus conclusiones,. qu ~ ·Se comuriica.rán a la Se·cción r.ª D ke así, en extracto:

" ENSAYOS DE TIERRAS PARA TERRAPLENES EN RIEGOS· DEL ALTO ARAGON Por D. SEVERINO

BELLO,

Ingeniero-Director.

La•s adversas condiciones que ofrece el sue1lo de la zona para establecer canales y .p resas de ·t ierra movieron a apurar el estudio local. De reconocimientos geológiicos, estudios fí si.coquímicos de laborat ori? y prueba·s con un .g ran aparato especia·! para em;1ayar tierras, cabe sacar conclusiones .útiles para la ejecucióru <le :los terra·p lenes de los · canales .. (Los estudios y ensayos continúan en cuanto al aprovechamient o dre:l suelo para ejecut&r grandes pres as de tierra.) 1

1

CONCLUSIONES PRIMERA. La depresión ·de l Ebro está ocupada por una masa de ma·rga de gran e spesor. En ella a•parecen con irregularidad extractos de calliza y yeso y 1entej ones de arenis·c a. Sometida la :superficie a p1."oceso d ie socavación, que auru dura, quedan -delgados ·t irones de los mant-0s ·de aluvión ·que sobre la marga arrojó la denudación de las montañas drcundantes. Asimismo, el fondo de las va1lo11as se cubre con derrubios más 1avados1 ; esto es, más arcillosos que caliz-os y rnenos atacables, de conisiguiente., por el agua aireada. No hay probabilidad alguna de ·encont·r ar otros material-es o productos del suelo que •lo.s indicado.s, ni a;guas que no s e·an más o meruos selenitosa>S'. Resulta suelo francamente desfavora•bl·e para construir canales d ie ·tierra; interesante, por frecuente en fa Península (formaciones miocena·s). SEGUNDA. TaJes caracteres fuerzan generaLmente a evitar el establecimiento de caferos en ter.ra1plé111. Cuando son inev.ita•bl.es, y especiatlmente desde que adquieren importancia·, v. gr., desde que frisan fa altura del cajero, pr.o·c ede buscar las tierras necesaria·s para formarlos., fuera ·de yeso1s1 y mait eria orgánica, en.itre los productos más gravi.nosos y árcillosos y <le menos polvo calizo, aunque deban transportar-s e desde vallonada:s relativamente lejanas, con ta1 <le que congr·eguen aguas bastantes para ofrecer suelos •suficienrt:emente lavados . · 1


1

:i

- · 39I -11

TERCERA. Por ao demás, para obtener terra4J1lenes sa.tisfa.ctorios desde el doble punto de vista de la impermea,,bilida:d y fa solidez, resultan suficientes las buenas reglas de apisonados por tongadas delgadas con rodillos pesados y alguna humedad." Se levanta la sesión a las doce y treinta de la mañana.

·.· *,.

1: 11


1

.....

-:..


.AJCTA DE LA SES.ION DEL DIA 23 DE_ NOVIEMBRE DE 1919 .

(

Se abre la sesión a las once de la mañana. El Sr. RODRIGUEZ DE ARCE lee una nota, que ·s uscribe, sobre la obtención de un cemento español anáilogo al francés Lafargue, que .es . escuchada con COill!placencia. El Sr. SECRETARIO lee las .condusiones definitivas que se han redactado, recogiendo y resumiendo las aprobadas, así como las que la Mesa propone en orden a asuntos no tratados por los señores ponentes. Son aprobadas en 1s'tt tota lidrá.<l, y se. ins·e rtan al final del siguiente trabajo. 1

"LADRILLO ARMADO: APUNTES SOBRE EL ESTUDIO DE LA FLEXION Por D.

JuAN NoREÑA,

Ingeniero militar .

RESUMEN

Tratar de resumir los puntos que. se tocan en esta corn.unicacion sería lo mismo que hacer un juicio sintético del valor constructivo <lel ladrillo armado, y esto no es posible no contando sino con noticias muy escasas <le las dbras ejecutaidas ni con más prueba, bien defi<úente por cierto, que la que en estos renglones se carnenta. · Siguiendo el precepto reglamelíltario, diremos solamente que las fábricas armadas racionalmente pueden soportar los esfuerzos de flexión que en la construcción ordinaria ·se presentan, con notable ·economía, más importante hoy con el estado anorma·l del mercado. · Las vigas T parecen- las más adecuadas ¡para suelos ordinarios, y entre las rectangillares, las de armadura simétrica y las disimétricas, cuya arma·dura comprimida es menor que la extendida y cuyas cuantías están determinadas ppr -una relación fija. Es preciso colocar estribos que recojan las tensiones oblicuas que


-

394 -

se desarroHan en los arranques, convirtiendo con su intervención el trabajo de extensión en los arranques de ladrillo en tral:: :<.jo de desigarramiento. En consideración a las ventajas económicas que pueden lograrse con el sistema, debe recomendarse su estudio con el fin de aquHata.r su valor prá:ctico y llegar a consecuencias concretas acerca <le la eficiencia de los estribos, su colocación, valor de los coeficientes de trabajo en el ladrillo y adherencias, y, muy especialmente, · el de compresión en las f ábrkas ; :p ues todo hace prever qu~ este último puede ser notablemente aumentado con respecto al de compresióñ uniforme.

*** Después de ·dejar sentado ~n o~ra com u nicación que las f ábricas de ladríllo armadas raciohalmente con hierros poseen a;ptitu<l suficiente para trabajar unidos. los dos materiales, vamgs a ocuparnos de estudiar los problemas <le flexíón y de comentar las condiciones que ofr~­ cen las distintas organizaciones que pueden aceptarse, reseñando a eón_. tinuadón una ex.periencia de rotura de una viga. .

.

flexión en l'igas 1'ecta·ngula1't9. Ocupéin:onos únicamente de las vigas de sección rectangular con armadura:s en los lados opuestos, inferior y superior. Si se acepta el principio ·de_la construcción de las secciones planas y se desprecia el tra-bajo por extensión del hierro, se llega a fórmulas derivadas de las clásicas (figura r). Sea: ab = 10s lados de la sección rectangular. · x- = a la fracción de la distancia b, a que está situada la capa de fi'bras neutras. Rh = coeficiente de trabajo por extensión del hierro. Rn.' coeficiente de trabajo por com¡:>resión del hierro . . R1 = coeficiente de trabajo por compresión del ladriillo. S s ec-ción de'l hierro extendido. S 't propornión de metal en la sección resisi!ente. Siendo cGmstante~ los coeficientes de elast·icida<l, el rJrincipio de conservación de secciones planas proporciona ;

=

=

l.


-

·395 -

Y n<> habiendo desunión <le la armadura corn,primida:

· El equiliprio de las fuerzas internas conduce a la ecuación

7o(Vt2 + _s_ - t)

x =

3Sab

(3)

y el equilibrio de momentos interno y externo:

siendo

I= -

x

1

3

a(xb) 3

+ 70 [S'(xb) + S(b 2

xb) 2 ]

(5)

Estas cinco fórmulas permiten resolver todos los problemas. Variando los datos podremos conseguir, sirviéndonos de la (3), qtte 0,5, y entonces,

=

frabajando ~n la armadura_ comprimida con toda su eficiencia y llegando los coeficiente del ladrillo, akanzarán límites muy convenientes. No ocurre lo mismo con las de armadura simétrica y asimétrica, como pasamos a demostrar. En el caso de armadura simétrica, las, fórmulas serári:

Rh = 70

1 -

X

X

R1'

x ~ 7ot(Vr + RI M= ·-- xb

7:, - r)


1

-

1

39Ó -

que se puede poner bajo la folima _I_ - ab 2 B; siendo B igual a la zb eantida<l encerrada entre corchetes, que es el momento resistente de una viga cuadrada <le lado-unidad. Tomando como argumento. los valores I -z <le t, se pueden hallar los de z , - - y B, que interivienen en · las fór %

mulas anteriores. Tabulamos a continuación estos valores para más fadlidad en los cálculos : t

I- x

X

B

X.

0,005 0,0075

0 ,336 0 ,368 0,388 0,412 0,427 0,437 0,442 0,448 0,445

O,Ol

0,015 0,02 0,025 0,03 0,04 0,05

!I

'

1,98 1,72 1,58 1,43 1,34 1,29 1,26 1,23 1,20

0,325 0,423 0,526 0,7 14 0,898 1,082 1,265 1,750 1,210

-

V emos que la capa de las fibras neutras se acerca a la posición central a medida que aumenta la proporción de metal, y q ue entonces los coeficientes de trabajo alcanzan sus límites usuales. As·Í, si queremos que el hierro a extensión trabaje con ro Kg. X mm. 2 , los otros coefidentes serán : -

1.

f

-

0 ,005 0 ,007 5 0 ,01 0 ,015 0,02 0 ,02 5 0 ,03 0, 0 4 0 ,05

R h'

R1'

BR1'

510 580 630 700 75° 780 800 810 8 30

7,2 8,3 9,0 10,0 10,6 1 [.1 11,4 I 1,6 I I,9

2 ,3 4 3,5 2

4,73

,,

7,1 4 9 .5 1 1·2, 0 1 14, 41 20 ,3 0 23 ,90

Unidades K g.-cm.

Se comprende que las vigas de arma·dura doble simétrica son pre>· pias con grandes tantos por ciento <le metal.


-

397 -

Si la carga es de armadura sencilla, las fórmulas serán: l-%

si llamamos A al mom<mt0 resistente de una viga de sección cuadrada de lado unidad igual a t ( I -.-

; ) : Tabulamos los valores _.x- ( I

A con el argumento t. t

I-x

X

A

X

0 ,005 0,0075

0,557 0,631 0,675 0,740 0,780 0,812 0,834

O,Ol

0,015 0,02 0,025 0,03

I• li

0,795 0,586 0,482 0,351 0,282 0,232 0,199

[i 11

11

0,00414 0,00597 0,00776 0,01130 0,01480 0,01820 . 0,02166

'

1

Observando los valores de z, se comprende que estas vigas no podrán emplearse sino con proporciones muy reducidas de metal; pues en cuanto el valor de .x- se aleja de 0,5; los coeficientes de trabajo están cada vez en peores condiciones. Así, si queremos que 1-0s hierros trabajen a 700 o a r.ooo Kg. X om. 2 , o bien las fá:briras a r.5 Kg. X cm.2 ,. los coeficientes R 1 y R h serán eri cada caso : .

=

Con Rh

700

Con Rh

=

l .

ooo

R1

=

15

t RhA

R1 12,6 16,4 20,7 28,6 35,4 43,2 * 50,2 *

0,005 0,075 . 0,01 0,015 0,02 0,025 0,03 "

Unidades Kg.-cm.

l 1

1

2,9 4,18 5.44 7,9 10,3 Ia,7, 1~ · 7

R1 18 • 23,5 ~9.6

40,8 50,7 * . !!>1,6 * 71,8 *

RhA 4, 14 5,97 7,76 11,3 14,8 18, '.1. 21 ,6

Rh

RhA

834

3.45 3,82 3,94 4,17 4,38 445 4, 52

64,0 .506 "368 296 244 209 l


w8 -Los valores señalados con * se consideran inadmisibies desde luego. Téngase en cuenta que, conforme a razonamientos ya expuestos en otra comunicación, es probable que los coeficientes de trabajo de compresión en fábricas de ladrillo y mortero expuestas a flexión alcancen valores cuatro veces superiores a los ordinarios. Unicamente la experiencia podrá arrojar luz sobre este asunto. Dedúcese que las vigas <le doble armadura simétrica presentan más extensas aplicaciones y más recursos constructivos; pues hacemos trabajar el ladrillo con los mismos coeficientes; éstas serán capaces de desarrollar momentos mucho más intensos. Si llama1I11os t' a la relación de las armaduras extendidas a la sección de ladrillo en una viga de armadura simétrica, la fórmula que da el valor de x podrá escribirse :

que permite fijar el valor de t'~ que con uno determinado de t, haga 0,50; posición central de la capa <le fibras neutras que determina el trabajo adecuado de los materiales cumpliendo por cumplirse la con.dición: .x

=

Este valor de t' es :

t'

=

35 [ ( I:O

+t

r-

t

2 ] =

O,OOI785

+

+

que demuestra que la armadura extendida tiene que estar en una proporción un poco superior a la mitad de la total. Es decir, que el hierro no debe repartirse por mitades entre las <los armaduras, sino con un ligero aumento en la armadura extendida fácil de calcular. La ecuación de los momentos será entonces :

Se llama C al paréntesis y valor que está tabulado a continuación junto con los de t'.


-

399 -

t

t'

e

0,005 0,007 5 o ,or 0 ,015 0,02 0,025 0 ,03 0,04 0 ,05

0 ,0043 0,0055 0,0068 0,0093 o,orr8 0,01 43 0 ,0168 0,0218 0,0268

0, 258 0 ,345 0,433 0, 6 08 0,783 0,958 l , 133 l,483 1,833

-

A

CRi' 11

11

3,69 4,83 6,18 8 ,68 l l, 20 13,70 16, 18 21,20 26,24 11

Unidades Kg.-cm.

Siempre que las ipropordones ,qe metal en armaduras sean las consignadas en este cuadr-o, la fibra neutra estará a o,5b, y los coeficientes ,d e trabajo serán:

Kg. X mm., R 1 será 14,3 Kg. X cm. 2; valores corre'lativos muy convenientes para hierros y ladrillos que pueden admitirse hoy por ho:y. Si mañana la experiencia confirima, como es de esperar, que puede elevarse mucho el coeficiente de trabajo por compr esión <lel lc1.drillo, el valor de z será mayor que o,5b. Con los coeficientes apuntados, se ha calculado la última columna que da los momentos internos . Bastará multiplicarlos por ab para tener el momento total que es capaz de desarrollar la viga. Estos son mayores que en las vigas de armadura simétrica. No obstante, en las aplicaciones y oon proporciones fuertes de metal, las siméiricas pueden resolver el problema de flexión en buenas condiciones y siri salir en el ladrillo de los coeficientes usuales, con la ventaja sobre las últimas de que la armadura comiprimida trabaja con coeficiente re.ducido ; lo que aminora eil riesgo de desunión de la misma, que es de temer cuando se emplee al exterior. Las vigas de armadura sencilla presentarán el inconveniente de fas secciones rectangililares <le exigir un trabajo muy elevado al ladriillo, que, aunque desde dentro <lel límite de 4o Kg. X cm. 2 de que hablamos al princiipio, no parece que se puede admitir sin que la práctica lo pat entice.

Si hacemos

Rh =

Rh

=

IO


€sfuel'zoa cor'tantes y deegal'l'amítntoe. Si suponem-0s que el esfuerzo cortante se distribuye de manera uniforme en la sección resistente llamando Ch al que corresponde a la sección de hierro S 1 C , a la sección de ladrillo S 1 y C al total:

y los coeficientes de trabajo serán: R" i

-

_s__ S1

No tiene mucha importancia esta determinación, ya que casi siempre la sección de ladrillo .será suficiente para resistir por sí sola a este esfue'r zo. · En cuanto al desgarramien to en la frbra neutra donde es máximo por unidad superficial, o bien en la unión de hierros extendidos y ladrillo, será : eh

Siendo C y h el esfuerzo cortante y el brazo de palanca del par interno de la sección considerada, y e la anchura en la cifra neutra o la adherente de los hierros.

Ot'ganización pt'áctíca. No podemo·s entrar en el detaille de la organización práctica de las vigas de ladrillo armado; pero sí queremos indicar la forma en que nos parece pueden presentar me jores resultados y máis numerosas aplicaciones. C-0nsiste en la fomnación de vigas de .pequ,eña altura armadas o no en compresión y colocadas a distancia conveniente ¡para que puedan formarse los suelos con ladri11os puestos de plano, bien en la dirección del ancho, bien en .la del largo (figura 2). r .:>n las múltiples combinaciones. que pueden formarse, creemos que es po-:; ible resolver los prnbilemas que en la construcción ordinaria se .p resentau con importante economía .. En el cálculo de estas vigas, se debe hacer intervenir los ladrillos


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-

401 . -

puestos de ¡pilano·, resultando ásí ·lo.s elemet}.t es resistentes afectando la fo:uma de T sencilla. Aun nq corttand© con este ren~rso e intervinien?o en el cákulo únicamente l-0s ladrillos puestos de. canto, se podrán salfvar las luces corrientes en construcción.

Cálculos simplificados. El cákulo de estos •p isos se puede simplificar notaiblemente. Si consideramos una de las T'T (figura .3), .pgdemos prescindir del alma de la viga y no contar nada más que con la -r·e sistencia que .pr.o porciona la ta:bla y fa armadura. Si exigimos que la fibra neutra esté a la :mitad de 1-a altura h, eosa que variará cuando se demuestre que el ladriUo puest-0 en flexión puedle akanZJar co_eficientes de tra:bajo m.uchG> mayores que ros ordinarios, se deberá verificar : '

y la formación del par:

de donde

Si eI momento externo máximo es M 0 , el equilibrio de momentos a~:

~r

,,

sh =

M' -

. Rh

(3)

Estas tres ecuaciones permiten resolver tofilos los problemas. Si ponemos todas las <;:antidades que intervienen en estas fórmulas en kilogramos y centímetros_, haciendo Rh ,= i.ooo Kg. X cm. 2 , R 1 = . = r4,4 Kg. X cm; 2 , a .r oo para considerar ·una faja de suelo de un metro de anchura, la:s -fórmulas simplificadas serán, con suficiente apro ximación:

=

que permite, partiendo de uno <le Los valores exigibles para sh, b ó h, determinar los otros dos tanteos, siemipre sencinos, por tenernos que ajustar para b y h a Ja:s-¡di·rr,ie11siones de los ladrillos, y para sh a los hierros catalogad_os. TOMO 11


Observamos que únicamente b puede haéerse variar con la adición pequeñas capas de mortero o de hormigón, o bíen si el pavimento es susceptible <le desarrollar un trabajo análogo al del ladrillo.

Reseña de una expe1'iencia de flexión. Ofreciendo campo de experimentación más amplio la:s vigas, a ellas hemos añadido ej€cutando pequeños modelos que resistieron perfectamente las c.argas impuestas. Creemos interesante citar la ~eriencia siguiente: f:on el perfil que presenrt:amós · en la figura 4, y sirviéndonos de ladrill de calidad muy deficiente, hicimos construir una viga <le tres metros de luz apoyada en sus extremos. La determinación por el cákulo gráfico de la figura 5 <de su momen-· to de inercia proporciona un valor de I 223.050 cm. 2 , no contando con el ladriUo sometido a extensión. La fibra neutra resulta situada, haciendo setenta veces más eficaz fa sección de hierro a l2,5p cm. de ésta y a 21,8 cm. •de la fibra extrema comprimida de ladrillo. El momento 'r esistente que afecta al hierro es, por -consiguiente, de 17.850 cm .ª, y el del ladri11o, <le lo.230 cm.ª, que es l,75 veces menor que el primero, como tratamos <le obtener, por ser más interesante para nosotros determinar el coeficiente de trabaja que pued'e alcanzar con seguridad el ladriillo en flexión, que no las particularidades que .pueda presentar la carga <ld hierro,' ya que experiencias· anteriores nos ha:bían demostrado que la desunión no· se verificaba en ·las armaduras. El momento en el centro es de M T . n2.500 Kg.-cm., representando T el número de tonela·das por m ~tro lineal de viga. La carga de trabajo de la fibra más comprimida <le ladrilk> será:

=

=

R1

=

T · r r Kg.-cm.2

y la de hierro : ·

442 Kg.-cm. 2"

' del par interno'. es de 26,4 cm., el Puesto que el ib razo de palanca desgarramiento a lo largo de la armadura que tiende a desunir el hie 7 rro será de: Rh ,, -_

1

'57

30. 26,4

-T -

I

,9 Kg.-cm. 2

y a lo largo de la fibra neutra será. de:

R1" -

1

1

1J5T 15 .· 26,4 -

T · J,8 Kg.-cm. 2


d

: --- ---·-- ---- --· ·--·-···-- ---- +;.).------------------- - ---- ·------ ----- --·

~-o ¡· · ··---- - -- -

--------- ----- --------- ·:·····----------


-

404

Para resolver el problema sin complicar mucho la construcción, en lugar de aceptar barras indinadas, más difíciles de colocar, podemos admitir varillas de hierro en las juntas. Los iplanos ·Gle rotura a 45º cortará siempre alguna. Sabido es que la mayor extensión en un punto cualquiera de una 2S viga, se opera en un plano definido por la ecuación tang 2a. = siend o

p;

p la

extensión o compres10n dada por la fórmula de flexión clásica

p

..

=

~v , y

S el desgarramiento, y que su valor es:

Po== _t_ 2

+l/L4 + s2

En nuestro caso, por suppner que la extensión en el ladrillo es nula, será, desde la armadura a la fibra neutra, a = 45º Po S. En la partí'! comprimida x se prolonga esta recta ab (figura 6), lugar geométrico de los puntos de la viga q ue dan tensiones · S. por una curva ac de tangente horizontal. Para nuestro cálculo, podemos contar sólo con la parte inclinada y suponer en un intervalo S constante, y se verá que la acción del estribo será convertir la fuerza calculada de tensión P Sh' e cos 45º; siendo h' la altura de la capa de fibras neutras y e el ei¡pesor del ladriUo en una extensión 2p cos 45º = 2Sh' e cos 2 45º y en desgarrnmiento en el ladrmo igual p' _:__ p, que podemos suponer se opera en una sección eh' cos 45°, dando un trabajo u'nitario igual a S, que habrá .que sumar vectorialn1ente con el máximo desgarramiento· en ese punto. Ahora bien: el. máximo desgarramiento se opera· en una di-

=

=

=

rección tang

2a'

!s ,

=

y

ti~ne

por valor S 0

=

VP: +

52 que en la hi-

pótesis ql;1e hacemos de p = o, nos dice se opera en una dirección a = o y tiene por valor S 0 = S. La resultante de estos dos desgarramientos tiene una inclinación de 67º 30' y un valor vectorial de 0,76 S. En la experiencia reseñada, la tensión oblicua en los pJanos inclinados a 45º sería igual al desgarranniento en la fihra neutra, o sea, igual a 3,8 T Kg. X cm.-2 En el momento ·de aparecer las grietas (T r.750), ese valor, según se deduce del cálculo, sería de 6,75, y en el de la rotura (T = 2), de 7,6 Kg. X cm. 2 ; valores que permiten prever que la causa de la ruina de '1a viga deben ser las tensiones de 45º en el alma, ya que se empleó el ladrillo del país de muy deficientes condiciones de resistencia, que no da por fracción, normalmente, más de 8 Kg. x · cm. 2 ; valor . ciue casi es alcanzado, como acabamos ide ver, en el momento de la rotura, mientras los otros coeficiente.s de trabajo permanecen en límites muy moderados.

=

1


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Fig. 7 .

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---= 405 -

Si queremos l}')Oner estribos e11 forma de varilla de hierro en las juntas, en la inmediata a ·' los apeyos1 se precisaría una secci©n metálica 2Sh'e cos 2 45 para T 2 de 0,47 cm. 2 , que exigiría dos 'varillas

=

I.000

=

de 6 mm. de diámetro, y el desgarramiento inclinado del ladriUo o' esfuerzo cortante, será de 0,76 X 3,8 T = 2,88 T, y que con la carga de rotura de 2 toneladas por m. l. sería de 5,76 Kg. X cm. 2 Con esta disposición, se podía haber aumentado notablemente la resistencia de la viga. Basta, para comprobar.lo, examinar el gráfico de la figura 7, trazado para una viga con y sin estribos, y en el que se representa la variación lineal de los trabajos unitarios en los distintos elementos con respecto a las cargas por metro lineal <le viga variable, que representan, respectivamente, fas oroena·das y las abcisas. Se indican en las escalas verticales respectivas los límites de fractura, desgarramiento y deslizamiento. En la viga sin estr~bos se ve que se produce la rotura del aiJ.ma po~ tensión cuando la carga alcanza 2 Tm. X m~ l. Si por un momento suponemos que sigue resistiendo, la rotura sobrevendrá ipor deslizamiento de la armadura con 7,5 Tm. X m. l.; límite muy lejano del anterior. Si suponemos también que la armadura no se despega, vendrá a continuadón con ·9,1 Tm. X m. l. fa fraG:tura de la armadura; después, el desgarramiento del alma, c-on 9,3 Tm. X m. l., y, por último, el aplg,stamiento del ladrillo sometido a compresión con 12,7 Tm. X m. l.; fenómeno que suponemos que se produce con 140 Kg. X cm. 2 ; número notablemente inferior al que, según los razonamientos ya exipuestos en otra comuni<:ación, puede preverse hoy por hoy. · La necesidad de no admitir ningún trabajo por extensión· en el ladrillo, por lo eventual que resulta, queda más de manifiesto en este caso; pues consiguiendo, merced a un pr-ocedimiento cualquiera, que desaparezca este tfa.bajo y se traduzca en una de compresión o cortante que resiste merror el ladriHo, hacemos desaparecer ' esa · carga límite inferior de rotura de 2,2 'fin. ).( m. l., y conseguiremos que a la de rotura sea la siguiente muy superior de 7,5 Tm. X m. l., que corresponde al desprendimiento de las armaduras. · Esta misión cumplen los estribos, presentando además la ventaja de disminuir el trc1.bajo de desgarramiento en e.l alma ' de la viga. Con su empleo, el orden de los fenófnenos _d e rotttra será: · " 1 Deslizamiento de las armaduras con .......... . Rotura de los estribos con ....................... . Rotura de la armadura con ......... ............ . Desgarramiento del alma de la viga con ..... . -Compresión del ladri1lo con .................... .

7,5 Tm. x · m. l. i 8,o 9,1 12,l 12,7


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406 -

No ofrece duda, p0r consiguiente, lq. adopción de los estribos, ya que el _aumento ·de la _carga de rotura es tan notable, que justif1ca su empleo. Como, por falta de tiempo, no nos ha sid o dable confirmar prácticamente esta deducción, ivamos a hacer unas consideraciones económicas sobre la .base cierta de la --prueba reaEzada. ..~

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CÓnsidel'aciones económicas.,

-~ :Hemos e:x¡puesto ya <fn @tra cofriunicacióri la gran economía que con el empleo del sistema en una azotea se obtwvo. Siñ' tra tar de gefieraEzar las d'eduociones, observemos que si huibiéramos empleado el perfil de vigas de la iprue'ba para salvar una luz doble, 1á r0tura ·hubiera ocurrido <i:On la misma carga t0tal de seis toneladas ; pues con ella se alcanza el es-fuerzo que produjo la rotura por ext:ension en los planos indinados d e 4 5º, ya q~e su va1or depende del esfuerzo cortante y d el ,brazo de ipailanca del .p ar interno; factores que permanecen invariables. El -m ismo rvalor conservará también el coeficiente de trabajo de desgarramiento en el alma de la viga y el de des=pr endirniento de las armaduras. En cambio, fos coe.fidentes de extensióñ del hierro y compresión del ladrillo akanzarán va-lores dobles en el momento de la tot ura, por serlo el momento correspondiente. Sus yalores serán, respectivamente, cuando ocurra la fractura en los planos inclinados, <le 35,36 Kg. X mm. 2 -y 88 Kg. X cm. 2 ; riúmeros que demuestran que la desorganizacdón de la viga será debida a la tensión oblicua en el alma. Si' aceptamos un: 'c oeficiente de -seguridad de 4,. la carga de trabajo de esta· viga deberá ser de 250 Kg. X m. l., que representan 418 X m.-2 La 1vig:tJeta de mierra qu~, con tbovediUa de 0,70 de luz; resolvería el ~ . -' / I80 X 63 mismo -problema constructivo, fren~ el perfil , que pesa 21,87 . . 10 X 9 Jf - . ., Kg. ~ 1?· t y 31 ,3 Kg. X m .2 ; la comparacdón del .p recia del metro cuadrado de estos dos s_uelp¡;_ se h;;ic.e en, el cuadro siguiente, en el que se prescinde del precio de la bovedilla y del ladrillo, puesto de plano en el sueló del ladrillo. armad0 .p or suponerlos equivalentes : .P

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407 PRECIOS

Canti da-' des.

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Pesetas,

1914

1919

PARTIDAS

TOTALES

Pesetas.

Pesetas.

-

1914

1 m. 2

4,00

6,oo

4,00

Hierro .. ·•

7,82

0,45

1,45

3,62

Suelo de hierro en viguetas .. .

31,3

.0,35

. 1,35

10,90

!

1914

1919

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Ladrillo .•

Suctlo de ladrillo armado . . •...

1919

-

6,ool

:::::¡¡

7,62

17,44

10,90

42,20

Vemos que la relación de precios en 1914 era de o,6g5, y hoy, de 0,414, y que el aumento del presupuesto de un suelo or.dinario , que ha . sido de 286 por roo, se reduce, empleando hoy el ladri'llo armado, a:l 6o por roo."


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SECCIÓN 5.ª

CONCLUSIONES APROBADAS PREVIA MODIFICACIÓN

PRIMERA Laboratorios.

a) El ·ensayo ail;>reviado de· helacficidad; propuesto por el Laboratorio del Material de Ingenieros, ofrece garantías casi a.bsolutas de seguridad, y debe ser tenido en cuenta por los d.emás laboratorios de ensayos de materiales, con ·el fin de Uegar a la unifü:.ación de los ensayos que se efectúan en todos ellos. b) Debe crearse y organizars~; para su más pronto funcionamiento, la Asociación · Nacional de Lahoratorios, fomentando en las Escuelas de Ingenieros la formación de Ingenieros ensayadores en sus tres aspectos químico, mecánico y microscópico . ... e) Debe fomentarse por todos los medios la creación de laboratorios industriales en todas las grandes fábricas y talleres de eonstrucción, con el fin de realizar en ellos "los co_n venientes ensayos de primeras materias y productos. d) El Estado debe crear laboratorios industriales físico.,químic0s ~xtendidos por toda. }a Na·ción, •t omando al efecto con.10 base los laboratorios actualmente aislados de· los fieles contrastes de pesos y medidas y de los verificadores y contadores, consignando en los Presupuestos las cantidades necesarias ;para instalar laboratorios y para otro central de Mecánica, Física y Química industria.iles. e) Debe esj:ablec;erse en el ministerio de Fomento una organización de la repr~sión de fraudes en~ el n0mbre, origen y naturáleza de los productos químicos y agrícolas destinados a la venta, y muy


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particularmente de las substancias alimenticias, nombrando al efecto una Comisión integrada por los representantes de las Escuelas técnicas, Facultades científicas y personás especializadas en estos asuntos.

SEGUNDA Industria del frío.

Las instalaciones frigoríficas son elemento indispensable para el abastecimiento de las grandes poblaciones, y deben ser tenidas en cuenta en toda disposición relativa a mataderos, así como debe facilitarse la importación de carnes congeladas, ex igien<lo a las Empresas importadoras, que posean las cámaras y elementos <le transporte frigoríficos que se consideren necesarios y dando publicidad a los estudios que demuestren la falsedad de ciertas campañas ten<l.enciosas contra el uso . de carnes congeladas. Asimismo debe procurarse' la creación de una Asociación Española del Frío, que, a semejanza de las análogas extranjeras, coordine cuanto contribuya al ¡progreso de esta industria.

TERCERA Industria cerámica.

Debe organizarse una manufactura nacional de Cerámica, con Es-cuela aneja para ceramistas teóri.€0-prácticos, poniendo a su frente una Comisión <le técnicos, formada por los profeso res de est¡i Industria, en las Escuelas de Ingenieros Industriales, y por los técnicos especializados que éstos propongan, y que· procedan con toda urgencia a formar el irtventario de primeras materias cerámicas y de productos fabrica<los, consignando en los Presupuestos las sumas necesarias para tales fines y para completar el material de los laboratorios de Cerámica de las citadas Escuelas.

CUARTA Industria del cemento.

Debe procurarse la fundación de una Asociación Española de Fabricantes de Cementos que determine las zonas de venta en el interior, organke, clasifique y comprue'b e. la prod~cción de cada fábric::a y ordene y favorezca la ~portación, estudiando al efecto la implantación de nuevas fábricas, particularmente en las zonas de Zamora y Sevilla.

QUINTA Materiales de construcción.

El ladrillo armado puede tener fecundas aplicaciones en Construcción, y debe recomendarse su estudio en los laooratorios y en la obra.


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4II -

SEXTA fomento de las industrias qulmicas y flsicas.

a) Que se fav-0rezca y proteja la implantación de industrias derivadas de la hulla, comenzando al efecto por fomentar el desarrollo de las instaladones para el lavado de carbones, base necesaria para obtener carbones en condiciones de ser aplicados satisfactoriamente en toda clase de industrias. b) Que se organicen rápidamente los servicios de fábricas y talleres y de industrias nu,evas, con el fin de procurar por todos los medios la implantación de las industrias relatiivas al aprovechamiento de aguas residua,:les, de la industria de las piritas españolas, de los métodos modernos de fabricación del ácido sulfúrico y de los nitratos y sales amoniacales, de ,la Vidriería científica y Cerámica refractaria, de la aglomeración y destiladón de carbones, de la industria de las sales potásicas, de la de aluminio y colores ultramares, de las del vanadio, t ungsteno, ní:qucl y manganeso para la fabricación de acéros especiales, de las industrias de destilación seca de materias carbonosas, leñas, esquistos, basuras y residuos orgánicos, de la fabricación de perfumes, colorantes, exclusivos, y .productos farmacéuticos, del caucho artificial y residuos de caucho y de la fabricación de la pasta de papel, dextrina y glucosa, llevando la protección, en casos justificados, hasta llegar a las primas a la producción durante los primeros años d'e la vida de tales industrias. c) Para el aceitado cumplimiento de la conclusión anterior, la Sección 5.11 ruega al Gobierno que complete el plan de reconstitución nacional que tiene presentado a las Cortes con la petición de los créditos necesarios para la rápida -formación de nuestra estadística industrial, para la instalación de los laboratorios in,dustriales físico-químicos, para la concesión de primas a las citadas industrias y .p ara la reorganización de nuestra enseñanza técnica en orden a las industrias físicas y químicas; aplazando la discusión del referido plan hasta que pueda recoger las nuevas orientaciones que en plazo corto ha .de presentarle este Congreso para su inclusión en e1 citado plan.


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SECCIÓN 6.ª

1:

EL E CTROTECNIA 11

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11 1



SECCIÓN 6.ª

PRESIDENTE

: 1

Excmo. Sr. D. José de Ma<lariaga, _Ingeniero de Minas. SECRETARIO

D . W enéeslao Castillo, Ingeniero de Minas·.

ACTA DE LA SE.SION DE L DIA 17 DE NOVIEMBRE DE 1919

Se abre Ja sesión a las diez y- cincuenta de la mañana. El Sr. PRE8 - 13:NTE propone para las dos Vicepresidencias, conforme previene el Reglamento del Congreso, a los señores D . .J. Agustín P . del PU1lgar y D. ·César de fa Mora, y .p ara Presi<le.ntes• de honor de la Sección a los Excmos. Sres. General D. José .Marvá y Marqués de Echan<lía. Todos ellos .r ·1eron nombrados pGr aclamación. A continuación .dirigió un saludo a todos los señoré~ c ·ongresistas afü reunidos, complaciéndose en ver congr,eg.wda una representación tan lucida de la Ingeniería es1pañola civil y militar, que aporta al Congreso sus id'eas, estudios y trabajos al noble impulso del progreso de la Ciencia y del mejoramiento de las- condiciones de nuestra Economía nacional. Hace un breve sumario de las diferentes cues"=ones que deben ser obj'eto de das tareas <le la Sección; cuestiones, U.id.S, tratadas por 10s señores Congresistas, y otras, que acaso podrán ser cJbjeto de estudio Y dar motivo a formular a·lgunas conclusiones. A este fin, hace un examen de lo que podría llamarse, en sentido figurado, aptitudes de la elec-

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trici<lad : la de servir <para la comunicac10n d; las palabras y, por ella, del .pensamiento; ¡para el transporte ·de la energía; <para el de viajeros y mercancías; para el análisis electrolíticff y para obtener radiaciones curiosísimas emplea<las en gabinetes y laboratorios, y, en fin, su empleo en motores eléctricos, que la hace indispensable a la Industria en general. Hace historia ·de los progresos alcanzados .en las aplicaciones de la electricidad, contrastando el ráipido a<lelanto desde el primer tercio· del siglo anterior hasta nuestros días con la lentitud de tiempos anteriores. Pasa revista a los páncipales fenómenos eléctricos, de los que derivan las principales aplicaciones de este .agente, que llama transfor-. mador de la energía, y que no debe contarse entre las modalidades d e energía primaria existentes en 'la Naturaleza, ya que de las grandiosas manifestaciones eléctricas que en las tempestades se producen, todavía no se ha •podido obtener aplicación industrial, ¡pero que, como agente transformador, está dotado de tal flexibilidad, que permite hacer multiplicadas variaciones y prestarse de un modo completo a la transformación, merced' a los grandes adelantos alcanzados en el empleo de aparatos y líneas. Las modalidades principales de la energía ¡primaria natural que el hombre puede utilizar son dos-dice-: fa hidráulica y la de los combustibles minerales. En cuanto a la primera, cuenta España con una potencia bastante importante; y .para que esta energía pueda ser útilmente empleada y conocer con exactitud la que realmente poseemos, cree de indudable conveniencia la formación de una estadística que p ermita obtener su inventario, a todas luces tan necesario como el de nuestra riqueza agríco'la y minera ; y si se llegara a interesar al' Gobierno <le la Nación en su formación, vendría, como consecuencia, el estudio complementario .de la regularización qe los cursos de agua quepermiti·e ra el aprovechamiento ·de este elemento, .p riniero, como fuerza , y luego, como riego para los terrenos inferiores al aproivechamiento. Juzga de .i mportancia capital dicho estudio, cuyá instauración no debe retardarse, para evitar la pérdida que su<pone la irregularidad actual de los cursos de agua. El interesar .a los Poderes públicos en la ejecución de este plan, cree que será un fruto muy apreciable del Oongreso ·que está celebrándose. Pasa luego revista a otras aplicaciones, interesantísimas también, la electri·ci<la.-d, cual es la de la traccióru, ·cuyo pr·oblema ofrece tres aspectos: ·el técnico, el económico y el financiero , exponiendo la relación que habrá de existir entr·e este estudio y el que antes apuntó, relativo al inventario de los cursos de agua y a su regular!zación, así como completar el inventario de la rk¡ueza éarbonera.

·de

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4~7

En cuanto a . la aplicación de la electricidad a las aplicaciones metalúrgicas, y aceptado ya el horno eJ.éctric{) para la fabricación del acero estima de necesidad el ensayo <le la reducción directa de los minera1es' de hierro por la electricidad, que ahorrará así ~l empleo de .combustible, reduci_e ndo éste al puramente necesario para operar la reductión y dejando a cargo cle la corriente eléctrica la elevación de temperatura precisa ¡para que la reacción se produzca. También estima de gran importancia para nuestro país el que se multiplicaran las instalaciones ihoy existentes para eil afino electrolítico deÍ cobre, lo cual permitiría obtener cobre ,peFfectamente puro y facilitaría el desarro'llo que corresponde a una prÓducción de más <le 30.000 toneladas de cobre anuales, que, en su mayor parte, se exporta al Extranjero, y que podrían servir de base a las fabricaciones de material eléctrico, para el cual cuenta nuestro país c0n la mayor parte de los elementos necesarios. Dejando otros puntos ~e menor importancia para el interés general, expone una clasificación empírica que ha hecho de los trabajos recibidos, proponiendo, oomo se acuerda, que se alterne el ex~men y discusión de las de <lif~nmt@s grupos en vez -ele irlas estudiando sucesivamente, al objeto ·de hacer más 'amena la tarea. El Sr. ESPINOSA DE LOS MONTEROS, autor de la Memoria ütulada "P::i.diogoniometría y recepción por cuadro", hace una exipc :::ición de Jo tratado en la misma y ofrece desarrollar en el Ateneo, en una conferencia sobr·e "Telegrafía sin hilos", las ideas fundamentales de ésta, en el deseo de interesar a los cult9s Ingenieros que asisten al Congreso en las aplicaciones de este sistema de transmisión y de la necesidad de que España cuente con una red de comunicaciones a di.s tancia, para las cuales es ·p referible el empleo de la Telegrafía sin conductores en vis:.a de los ·progreso ~ ~:..t::! actualmente ha alcanzado ésta. Relata algunos de éstos que se - e[..;ren a la navegación aérea y submarina; y leídas ( .1e f ueron .tas conclusiones di'.: su Memoria, q 1edaron pendientes <le votación hasta que se leyera el trabajo · -lel S.-. GaJlego, que. a un -tema análogo !S'e refiere, y p-ara kue ambos autores redacten unas conclusiones-resúmenes de ambos trabajos. El estudio del S.r. Espinosa de los Monteros és, en resumen, el siguiente: 1

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418 --

"RADIOGONIOMETRIA Y RECEPCION POR CUADRO Por D. JosÉ

ESPINOSA DE

Los

MONTEROS,

Oficial de la Armada.

El paso de gigante dado durante la últinia guerra en cuanto a la Radiotelegrafía y a la Radiotelefonía se refiere, movió a-1 autor a dar publi·cidad a un folleto a raíz <le haber visitado distintos Centros profesionales del Extranjero. · En dicho f<:fü.eto hallará el lector erratas de imprenta que pueda salvar con facilidad, incorrecciones y tolerancias cien6ficas consideradas procedentes en aras de la brevedad de los cálculos, aridez en el trabajo y, por fin, redacción deficiiente, reflejo de las condiciones del autor. Éste confía en la benevolencia de quien leyere. En la prime¡a parte, dedicada a la dirección de las señales emitidas, se reseña a la ligera el fundamento de los principales sistemas ensayados para conseguir la realización práctica de tan importante problema. Se estudia también, algo más en deta.Jlle, el sistema de antenas dirigidas, que es el que hasta hoy mejor resuelve el problema, cuando se trata de comunicar a largas distancias. Como resultado de -observaciones llevadas a cabo en la ría de Mari~. con diversas unidades de la segunda División de Instrucción de la Escua<lra (aparentemente en contra·dicción con teoría sustentada), se propone para los barcos el ensayo de un sistema de antenas que, aprovechando el alcance máximo en determinada dirección, reduzca, en parte, las perturbaciones que pueda causar en estacione~ receptoras coR las cuales no se esté en comunicación. En la segunda parte, dedicada a los aparatos empl·eados para conocer la dirección de las onda:: recibidas, se hace someramente, y con bastantes tolerancias científica•s y ma.te · ·áticas, el estadio analítico y gráfico de los sistemas de gonil.metros más emplea<los hoy día. ·Con.:istiemt . . la principal aplicación de los goniómetros en fijar la situación de una nave en el mar o en el aire, y admitiendo el problema dos soluciones-goniómetros fijos en tierra y goniómetros a bordo--, <le ambos sistemas se <la sucinta idea, ana:lizándose a<lemás sus ventaJas e inconvenientes. Se describen algunos de lo·s aiparaitos usados hoy día, y se incluye un •proyecto original de ra:diogoniómetro .para barcos, que parece resolver prácticamente y con rapidez el interesante problema de la situación. Se ha fijaido atención preferente en los goniómetros situados en tierra, tanto en los de uno, como en los de dos cuadros, por haberse demostrado su utilidad práctica durante la última guerra. Han ·dado, en


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419 -

-efecto, a conocer con exactitud la situación de la•s naves enemigas en .cuanto éstas ·comunicaban con sus bases de operaciones, y han permitido dar a los barcos amigos su situación al ha..llarse próximos a la costa y con tiempos cerrados. Ello ha con~ribu~do en mucho a la disminución ·de fa campaña ·submarina en los últimos meses de la oontienda y al feliz arri<bo a puert-os europeos <de ·los transportes de tropas norteameTicanas. Para la experimentación, se proponen la orientación más conveniente de los goniómetros de dos cuadros en casos particulares y un devanado de las espiras de los cuadros de recepcióa, con ob1eto de reducir .en todo lo pos·ible su zona de silencio. Finalmente, se ponen de manifiesto los enormes ·progresos obtenidos combinando la emisión con onda continua (en especial alternadores de alta frecuencia) con la recepción por cuadr0. · También se incluye un proyecto para establecer la rápi da comunicación radiotelegráfica .entre un Estado Mayor y los distintos ser,v icios de él deperrdientes, en el supuesto de hallarse distantes los a:paratos transmisores <le la recepción y :le haber en las proximidades de ésta una estación perturbadora. 1

* * * La posición geográifica <le Es}ilaña, la •necesidad de mantener contin ua comunicación con sus provincias insulares, colonias y protectorado en Marruecos, el compromiso moral y la material conveniencia de facilitar las comunicaciones rápi.·das con el resto del Mundo, en especial con las Repúblicas sudamericanas, ponen sobre el tapete el problema d e establecer en nuestra patria una red de comunicaciones rápid.a s a <listancia. Inglaterra, Alemania, Francia y los Estados Unidos de América, entre otras potencias, abordaron análogo problema con anterioridad a la aparición de la Telegrafía sin hilos en su aspecto práctico, y lo resolvieron del único modo entonces posib.l e: por medio de los cables submar inos. Pero desde hace algunos años, al tratar de establecer nuevas comunicaciones con sus colonias y suscitarse 1la competencia entre el sistema <le cables y la T. s. H., se inclinan resueltamente por ésta aun :aqu~llas potencias que, por tener el · dominio del mar, pueden garantizar en tiempo de guerra las comunicaciones de sus súbditos y los inter·eses de ·s us Compañías cableras. Y si, como rara ex«epción, se establecen nuevas líneas sÍ1bmarinas a grandes distancias, no suelen ser ajenos a ello los intereses ci:eados por Compañías que representan capitales de ,gran importancia. El hecho de que casi todas las Compañías cableras sean, por regla


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general, principales accionista,s 'd e "las Compañías de T. s. H ., demuestra que las cons~deran ri'Vales temibles en las comunicacignes intercontinentales, a más <le ser las únicas que permiten comunicar con naves en movimiento. No poseyendo España, desgraciadamente, el dominio del mar, no· cabe duda en la elección de su sistema de comunicaciones intercontinentales. Es además de relativa ur-gencia el establecimiento de una potente red -de T. s. H., si no queremos que, por la razón suprema quia·. nominar leo, se repita la interrupción o intervención sufrida en nues-tras comunicaciones exteriores durante la pasada guerra, en que tantodebió haber sido respetada y agradecida la neutralidad españ0la por am-· bos bandos beligerantes. Las más elementales razones <le orden político obligan a todo Gobierno legalmente constituído a estar en comunicación con las capitales y con los principales centros de actividad de la Nación, siendo para ello. de utilidad -s uma una red secuncl.atia de t;a<lioestaciones -d e reducida potencia que, con escaso personal, reemplace las comunicaciones telegráficas al sufrir éstas interrupción por temporal , "sabotage" u otra causa_ Complemento de esta red secundaria pudieran ser las radioestaciones que para su servicio instalasen Compañías de ferrocarriles , explotaciones de saltos <le agua, Compañías mineras, etcétera. Por úoltimo, se hace necesario el establecimiento de estaciones ra<liogoniométrkas y :de radiofaros en sitios adecua-dos, -para facilitar la navegación marítima y aérea en la jurisdicción nacional y sus proximi<lades.

* * * ·Como consecuencia de cuanto queda <licho, cree el autor sería de la: mayor importan~ia -el nombramiento .por el Gobierno <le una Comisión que propusiera las soluciones más prácticas y acertadas sobre las cuestiones siguientes : r.ª Instalaciól'l, en el centro de fa P enínsula, de una estación de· T. s. H. de gran ip0tencia, capaz de comunicar en todo tiempo con la América latina. 2 .ª Instalación, en nuestras posesiones del Golfo de Guinea, en Canarias, en Baleares y en el Protect orado <le Marruecos, de estaciones radiótelegráficas necesarias para corresponder en todo tiempo con la central de la l?.e nínsula, aprovechando <lesde luego el material útil actualmente existente. 3.ª Instalación, en los centros important es <le la Nación, de estaciones radfotelegráficas y radiot elefónicas de poca potencia, capaces de establecer la comunicación entre ellas.


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4.ª Inst~lación de los racliogoniómetros necesarios para poder mar-ear la situación de las naves que lo deseen o cuya posición interese al Gobierno; instalación de radiofaros útiles a la navegación marítima y .aérea y de estadones que suministren datos meteorológicos, horarios, etcétera, y determinación <le las ta·s as a percibir por dichos servoi<:ios, .con objeto de que no resulten or1erosos para el Estado. 5.ª Facilitar la instalación de radioestaciones por Empresas part iculares para su -usó exclusi-vo, señalando las condiciones que hayan de reunir, tales como .orientación de -s us antenas, empleo de ondas con• tinuas ipuras en la transmisión, longitudes de onda que ·hayan de emplear para no causar perturbaciones en las demás recepciorres, etcétera . . 6.ª Fijar las condiciones que hayan de Henar todas las nueivas instalaciones que se monten en España; y 7.ª :Crear un Centro coh abundante mate'rial y con el personal indispensable tpara segt).ir los progresós de fa T. ·s. H. ··e ir, en lo· posibl~ :a la cabeza de ellos. Este Centro ipit<liera radicar en la estadón 9e gran potencia y en.c argarse además de dar instrucción gratuita a cuantos la solicitaran. Cabría difundir esa instrucción haciendo compatibles las horas de práctica y enseñanza con las de los taUeres de la localidad. Podría crearse .así un núcleo de personal competente que, a cambio de recibir instruc·ción gratuita, quedara obligado, durante un número de años pruden-cial, a prestar servicio cuando el Gobierno lo necesitase urgentemente y previa la remuneración adecuada. Trocaríase con e:llo de una vez para siempre, y en beneficio de la Nación, la decantada fórmula de "respetar derechos adquiridos" (asidero de todo funcionario del Éstado) por la <le "respetar obligaciones contraídas", que, de 11egar a ponerse de motla como la anterior, llevaría a nuestra patria al esplendor que merece, y -que de corazón le desea todo español. Finalmente, debiera la referida Ponencia preparar el terreno para exponer el deseo y la conveniencia de España en materia de T. s. H., en la próxima Conferencia internacional. Seguramente, se tratarán en -ésta asuntos de tanta transcendencia y tanto interés como los _siguientes : r.º Substitudón de la mayoría de las actuales estaciones de T. s. H. por otras de onda continua pura (alternador~s de alta frecuencia y válYUlas de vacío). 0 · 2. Diversas gama•s de longitudes de onda reservadas a los distintos servicios de navegadón, aviación, señales meteorológicas, horarios, etcétera, etc. 3·º Longitudes de oRda reservadas a cada nación para uso de sus estaciones de serivido interior, radiofaros, etc., etc.


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4." Patrones para contrastar los ondámetros de las distintas estadones, y uniíicációt11 ·de estos patrones en todos los pa~ses. 5. 0 Ver~f.icación lde la longitud de onda de los diversos servidos. por personal competente, que tuviera además la obligación de fiscalizar el c11mplimiento por toda·s las estaciones de lo dispuestG en Convenios. internacionales y en preceptos nacionales, sobre longitud de onda, emisión de señales, illamadas reglamentarias, etc., etc. 6. 0 Penalidades que se hayan de imponer a las estaciones que · no; se atengan a las disposiciones vigentes." El Sr. AZPIAZU, uno de los autores de .Ja ponencia titulada "M_ag. netisi;no terrestre", expone la utilidad de poseer buenas cartas magné--· . tkas, que son necesai:ias .para muchas aplkaciones de la Ingeniería, y ·c uyos trabajos, rpara que sean d'e mayor :valor, deben ser realizados en - el ·máis breve .plazo posible. No entra en detalles técnicos y de ej'=cttdón. por ha:berse impreso una Memoria que contiene todos ellos, y que está: a .disposición de los Congresistas que lo s-oHciten. Da lueg-o lectura ,al trabajo y a fas conclusiones del mismo, que sin discusión y por · unanimidaid son aprobadas. Dice así e'l .t ralbajo de los Sres. Azpfazu y Rodrigo Gil:

"MAGNETISMO TERRESTRE Por D. · UBALDO

DE

AzPIAzu y D.

RoDRIGO

Gr¿, Ingenieros.

La;s múltiples, variadas e importantes aplicaciones ge la aguja ima-na;da a la navegación superficial y submarina, a la oriep.tación en viajes de exploración, a los levantamientos topográficos, fundamento a su vez: de otras grandes aplicaciones de la . Ingeniería, a lbs deslindes de predios y demarcación de minas, etc., etc., hacen preciso el perfecto conocimiento, y para él, un cuidadoso estudio de la declinación e in~linación magnéticas y sus variaciones periódicas y anormales. Por o.tra parte, según todas las referencias, las coordenadas magné-ticas han sido utilizadas, y seguirán siéndolo, para fijar el lugar de lasaereonaves, que pueden así v0lar de noche, a grandes alturas, sin referencia alguna sobre el suelo, utilizando en sentido inverso las tartasmagnéticas ; es decir, que si éstas han sido construí das para ·deducir los-. el<mientos magnétirns de un lugar conocidó en fecha determinada, podrán servir para deducir la situación de este lugar conocidas aquéllas en el momento dado; lo que s.oluciona uno de los m:is importantes problemas que afectan a la locomoción del porveniF. El descubrimiento y loca-liza:ción de masas ma-gnéticas del subsuelo.

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es aplicación <le los levantamientos magnéticos, hecha práctica en España, como lo es el estudio de las grandes deformaciones, amtigua'S y modernas, del suelo y la naturaleza de sus rocas. El estudio del Magnetismo terrestre se relaciona también íntimamente c0n la Meteorología (corrientes atmosféricas; nubes, princicipalmente cirrus; •variaciones de presión, tempeFatura, humedad, etcétera, etcétera), X con la Cosmogi;_a fía, por su íntima r,elacion con las manchas del Sol, acción de los rayos solares y otros fenómenos terresttms, tale~ como electricidaid atmosférica y sus consecuencias, tan importantes como poco conocidas, auroras boreales, etcétera. Por otra parte, el estudio de la intensidad, dirección y cambios de tan importante fuerza natural, puede, sin duda, aportar importantes elementos aprovechables para la vida de la H umani<lad (ya algún médico afamado establece relaciones justificadas entre el Magaetismo terrestFe y la patología de los nervios y el cerebro), ya en el terreno de la Ciencia pura, fácil es colegir·· s·l:l importancia, no sólo por su es1mcia y po-· tencia, sino por sus conexiones conocidas y vislumbradas con otra~ Ciencias. ·Comprendiéndolo así los sabios · de todos los países <mltos, consigu.ieioon que sus Gobiernos, y entre ellos el de España, ~onviniesen entre !!Í ·un estudio universal del Magnetismo, .su distribución sobre la superficie de la Tierra y su representación cartográfica ; y si la gran guerra ha. venido a interrumpir este acuerdo dentífiico-diplomático, es de presumir y -des~ar que no habrá podido conseguir que cesen indefinidamente las buenas relaciones entre los pueblos, y mucho menos aqueUas que, cual esta de que tratamos, sólo al bien de la Humanidad se enetltnina El Instituto Geográfico se encargó del estudio del Magnetismo e:n España, y en el año r9r2 comenzó el levantamiento del Mapa magnético de nuestro territorio, que continúa con lentitud, por dificultades administrativas y económicas, que también retrasan la proyectada instalJición de un Observatorio Magnético en Akaiá de Henares. La terminación de este mapa en plazo breve, que aamentaría las garantías de su exactitud, es indispensable por el auxiilio que puede · prestar á tantas ciencias relacionadas con la Ingeniería, y después, el constante estudio de las variaciones periódicas y anormales, y el más detenido -de las regiones donde se observen perturbaciones, es· también de igual import~ncia, que tiene -asimismo 1a .divulgación de estos trabajos entre los profesionales, que han de encontrar en ellos grandes aplicacio.nes prácticas, a más de indudaible iFnportancia científica. Estas razones han obligado a los Ingenieros que suscriben 1'. reda€tar un trabajo, demasiado modesto en relación con la mentalidaq de lo~


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que: habrán de leerle y juzgarle, que someten al Congreso, justificando este pretendido honor, si no en· su originalidad e importancia, en las razones antes indicadas. La bondad del Excmo. Sr. D. José de Ek>la, actual Director genera] del ·Instituto Geográfico, hace que éste se haya encargado de imprimirle y repartirle gratuitamente entre los Congresistas a quienes interese, razón por la que nos creemos dispensados de extractarle aquí, limitándonos a dar el índice de sus capítulos, que es: I.-Importancia del estudio del Magnetismo terrestre y sus aplicaciones. II.-Datos históricos. III.-Cartografía magnética. IV.-Trabajos' aislados hechos en España. V._.:._Observatorios magnéticoi; en España. VI.-IPtoyecto de Mapa magnético de España, levantado poc el Instituto Geográfico. VIL-Descripción de los aparatos empleados . VIII.-Determinaóón de sus constantes. i • I X.- M odo de observar. X .~Cálculo de las observaciones. XL-Estado actual de fos traba jos. Conio consecuencia, tienen el honor de proponer al Congreso adopte las siguientes CONC LUSIONES PRIMERA. Que se comunique al Gobierno la i'rnportancia de este trabajo y de su pronta terminación, encareciéndole fa necesidad de que, a este fin, le preste los necesarios auxilios económicos y la debida atención para -p oder terminarle en el plazo máximo <le cuatro años. SEGUNDA. Que se le estimule asimismo a construir inmediatamente el proyectado Observatorio ide Akalá <le Henares y, más tarde, otros dos en el sur y nordeste de España, par a completar, con el del Ebro, establecido en Tort-osa, la red conveniente. TERCERA. Que, una ·v ez terminadas las observaciones necesarias para el Mapa, se eontinúen los trabajos de campo para estudiar la variación secular y, con todo el detenimiento debido, las regiones· donde se señalen -p erturbaciones, para localizar éstas e investigar en lo posible sus causas.

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Es de nuestro deber hacer constar que en los Directores generales <del '.Instituto · Geográfico, y muy especialmente en el actual, hemos en-contrado todas las facilidades y ayuda necesarias para cumplir nuestra misií'.>n de . observadores y cartógrafos, y sól0 la penuria .de la dotación -<lel Presupuesto y las dificultades independientes de su voluntaid, pero inherentes a nuestra máq uina administrativa, justifican la anterior. pro-posición de conclusiones." U só luego de la palabra. el Sr. BERASALUCE, quien leyó el trabaj o que a continuación se pubfü::a, y cuyas conclusiones quedaron pen·dientes de votación hasta .que fuera leído el trabajo del Sr. Mayoral, -que también .toca una cuestión análoga ·:

·" REDES COLECTORAS P ARA EL TRANSPO RTE ENERGIA ELECTRICA -Por D.

DE

LA

MIGUEL BERASAL UCE.

L a Memoria que tengo el honor de someter al examen y delibera·ción de este Congreso no · es del orden especulativo, sino del práctico, forja<la en ·l a consideración de que de esta A·s amblea deben sail ir sol uciones concretas :para muchos de los problemas que se han de plantear -con motivo de los inmediatos planes de la llamada reconstitución na,fio"nal. ··Uno de ·los <le más ·v ital importancia es• el del aprovechamiento máx imo de nuestros recursos hidmeléctricos, s~ndo tan transcendental la Tesolución de este problema, que hasta el público profano la admite ·como evidente. Por ello, sería molestar inútilmente vuestra atención y :agrawiar vuestra mentalidad el querer exponer razones que justificasen l a importancia del problema. Sentada la necesidad de movilizar los recursos hidroeléctricos de ·n uestro paí'S, nos encontramos con que, en la ~ctuali:dad , hay en e:xiploi ación aprovechamientos que, en conjunto, producen unos 300.000· kilovatios, y que, según cákulos aproximados, la:s disponibilida·des existent es ascienden a la cifra de 2.000.000 de kiilovatios. Ahora bien : dentro de este total, podemos distinguir dos categorías ·de aprovechamientos, según su importancia: en primer lugar, los que, -por la cuantía de la energía que en ellos puede producirse, permiten su -explotación aislada mediante la construcciór. de líneas de transporte <le gran longitud que conduzcan la energía a los centros de consumo ; y en Eegun-.io lugar, podemos considerar aquellos aprovechamientos de p otencia más limitada. para los q 1.1e la construcción de una línea de t ran:- ·


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porte de alguna importancia supone uná carga financiera que dificulta, y en muchos casos impide, desarrollar el negocio de la explotación del

a-provechamiento. Difícil es señalar la línea divisoria de las dos categorías en que hemos dividido los aprovechamientos; pues no pueden <larse normas fijas;. pero, desde luego, podemos incluir en la categoría inferior t0<;los los aprovechamientos de potencia inferior a 3.000 kilovatios de estiaje para . cuya explotación se necesite construir líneas cuya longitud exceda de I 50 kiJómetros. Y si establecidas estas dos categorías de ap rovechamientos hidráulicos, examinamos el inventario de los aprovechamientos disponibles en nuestro país, veremos que más de una tercera parte pe·rtenecen a la segunda <le las categorías que hemos señalado. Los grandes aprovechamientos tardan en construirse, por fas dificultades de orden económico que · suponen ias grandes movilizaciones · de capital que exigen para su desenvolvimiento; pero paulat inamente se van construyendo, a medida que se 'Va ampliandd el mercado; pues son negocios que cuentan con vida propia, y, desde luego, se apresuraría su constrncción si se les dieran resueltas las dificultades económicas que supone el transporte de la energía. · No constituyen negocios de vida propia los aprovechamientos que hemos incluído en la segunda categoría; pues exigen, para su explotación, la c-0nstrucción -de costosas líneas de transporte, con el correspo.n diente desembolso inicial , agrandado con los gastos anuales de conservación ·y vigilancia, que, como es consiguiente, · tienen que ser de impor-. tancia. Esto motiva el que estos aprovechamientos no se construyan ~ pues el negocio de su ex plotación no ofrece garantías suficientes al capital que en ellos se haya de invertir. Estos aprovechamientos no pu~den subsist ir como explotaciones aisladas, y es preciso a sociarlos o proporcionarles un· medio común de transporte -que, aplicado al servicio de varios de ellos, reduce para cada uno el coste d e primera instalación y los anuales de conservación y vigilancia. E sto se logra con el establecimiento de redes o líneas colectoras, que, recogiendo la energía de diversos aprovechamientos, constituyan ya en su agrupami ento un núcleo importante de f uerza que haga viable la construcción d e una larga línea de transporte a los centros de consume. Las ventajas que de ello se derivan saltan a la vista. En primer. lugar, se aminora el capital de instalación, no sólo conceptuado en conjunto, sino en la ¡:>arte proporcional que a cadq. aprovechamiento correspondería en el caso de construir .s us medfos cle transporte poF separado. Además d e esto, se disminuyen notablemente los gastos de explotación

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al disminuir los de consel"V'adón y vigilancia, que se reparten ahorá entre varios aprovechamientos. :Por otra parte, se mejora notablemente el factor de carga de cada aprovechar.niento; pues, en general, no coinciden los máximos y mínimos del consumo, repartiéndose las oscilacion~s entre los varios saltos que trabajan acoplados a la misma red. Por último, si se it rata de aprovechamientos de cuencas hidrográficas distintas," y aun, a veces, dentro de una misma cuenca, se obtiene una regulación mutua entre los diversos aprovechamientos al no coincidir los períodos de escasez de aguas, y en las épocas de avenidas, al incrementarse notablemente la potencia de los saltos de altura, cuando los de gran caudal y pequeña altura ven aminorada su potencia disponible. Sentadas estas ventajas, vamos a señalar, aun cuando sea en esquema, el plan que caoría seguir para la implantación de las redes colectoras. Arite todo, creemos· debe hacerse en cada .región, con -detenimiento· y lo más exactamente posible, el inventario de los recursos hidroeléctricos que puedan ponerse .e n explotación, t:akulando, por medio de con.... cienzudos aforos, la poliencia disponible en diversas épocas del añe,. como base para la agrupaeión y acoplamiento de los diversos aprove.,. chamientos, completándose con el estudio de1l establécimiento de centrales térmicas a base de combustibles ·de diiiídl transporte. Fijada la po-tencia y situación de cada aproV'echamiento, de explotación c~nvenien., te, ·s e estudia·ría el trazacl'O de una fü1ea colector-a que enlazase entre sí estos aprovechamientos. Segtitn la cuantía de· la potencia reunida, esta línea· colectora pcxl.ría ir .directamente a un centro de consumo, constituyendo una colectora principal, o podría reunirse con otras colectoras secundarias, con objeto de dar nacimiento entre va·r ios .a una colectora. principal. Las colectoras principales, construídas desde lue&"o a veiltajes superiores a 100.000 voltios, uniíica<l-os para todas las . regiones, de.berían enlazarse- entre sí, constituyendo este enlace la red -> ral de primer orden que abarcará toda la Península, y a cuya red gen,:·· · , .ueden conectarse directamente los grandes aprovechamientos, aun cuando tengan líneas propias. · Las líneas colectoras secund~rias permitirán, no sólo el aportar las potencias de los aprovechamientos de inferior cuantía a la red general, sino q ue, además, permitirán satisfacer en sus recorridos las necesidades de los pequeños centros de consumo y difundir en todo lo posible el empleo de la energía eléctrica, con las ventajas que no he de enumerar '; pues hablo a ¡profesionales. ' · . Movilizada ya ·1a energía eléetrica, el objeto :perseguido con la cveación de las redes colectoras se completaría con el establecimiento de redes de distribución, cuya c0nstrucción y explotación, al menas en los.


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grandes centros de consumo, habría de acometerse por las mismas entidades que construyeran y administraran las redes colectoras, no sólo mirando al capital elevado que supone el establecimiento de las redes <le disÚibución, sino considerando ventajos0 y hasta ne_c esario el que sea una sola entidad la que fiscalice la producción, transporte y distribución de la energía. Esto no obsitante, pueden subsistir aisladamente el productor que genera la energía en su aproveehamiento y la entrega en la red colectora, la entidad que recibe esta energía y la transporta y otra entidad que la ·derive de la red colectora y se encargue de distribuirla. Pero a nadie se le ocultará que el rendimiento máximo del conjunto se obtendría asumiendo las tres funciones mencionadas una sola entidacd. Expuesto en líneas genera.l es nuestro plan sobre el establecimiento <le redes colectoras, hemos de ocuparnos de la tentativa de ensayo que, con el mencionado objeto, acometió el ministerio de Fomento, a fines .del pasado año, encomendando el estudio del asunto a la Comisión permanente española de Electricidad. Cumpliendo el encargo recibido, esta docta Comisión emitió en el corriente año un luminoso informe, con«:retado en un proyecto de ley para la construccitm de una red nacional de distribución de corriente eléctrica; proyecto que, seguramente, ha. naufragado en el proceloso mar de nuestros decantados planes de re-constitución nacional ; pues ni siquiera se le menciona entre todos los _proyectos y planes más o menos reconstituylntes que se han formula.do, con ocasión del próximo presupuesto extraordinario. En dicho proyecto ·de ley se preveía la construcción de una red nacional anáiloga a la que nosotros hemos llamado de primer orden, que, con una longitud de unos 4.500 kilómetros, enlazase los centros pro.ductores con los de consumo. Pero esta red, por las condiciones de elevado voltaje a que estaba proyectada y por la disposición de su trazado favorece más la ·construcción de los grandes aprovechamientos que 1a de los que hemos incluído en la categoría inferior, y cuya construc-ción debe también fomentarse, por constituir en conjunto má_s de la tercera parte, y casi podíamos decir la mitad de las reservas hidroeléctricas disponibles. Así, pues, nuestra opinión es que, a la par que la red principal o de primer or<l~n, deben ejecutarse las redes colectoras secundarias. Decidida la construcción de la red principal y secundarias, se presenta el problema de designar la entidad o entidades que deban construirlas y explotarlas, ofreciéndose desde luego, como soluciones inmediatas, la construcción y explotación por el Estado, la construcción y explotación por entidades particulares, o la solución mixta de construcción por el Estado y explotación por entidades particulares.


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Desde luego, la construcción y explotación por el Estado nos parece inadmisible; pues tratándose de una obra industrial, no es accmsejable su explotación por ,el Estado, a la vista de los resultados alcanzados en la explotación por el Estado <le las industrias, no sólo en nuestro país., sino en el Extranjero. No es admisible tampoco la construcción y explotación de esas redes por Compañías. o entidades particulares ; pues _daría origen a monopolios y situa-ciones <le privilegio de unos aprovechamientos s0bre otros, desde el momento en que la entidad que construyera las redes. pudiera, como es natural, disponer de ellas a su libre arbitrio. Queda la. solución de la construcción por el Estado, mediante ayuda directa o in:. directa, y su explotación por enti<lades o Compañías particulares. E-sta solución es la que más nos satisface, estableciéndola en la forma y condiciones que enunciaremos. Desde luego, creemos que el Estélldo debe cooperar a la construcción de las redes, tanto <le :primer or-den como secundarias, y si no directamente, por la cuantía a que ascendería el total de su coste, contribuir indirectamente a su construcción, garantizando un interés remunerador al capital que en ellas se invierta, y hasta concediendo subvenciones kilométricas. Con este .a liciente, es seguro se c-0nstituyan entidades para llevar a cabo la construcción de las redes ; pero siendo la explotación de éstas un asunto ligado íntimamente al de la produc-ción .de la energía que por ~llas se ha de transportar, creemo"S que lo más racional sería la constn~cción y explotación de estas redes por sindicatos o agrupaciones formadas por los mismos productores de energía eléctrica. Con _e llo se conseguiría desde luego una orientación inicial más acertada al plantearse los proyectos de construcción, puesto que na<lie mejor que los mismc·' productores, dentro de cada región, para conocer las necesidades presentes y las futuras, y se o·b tendría una pompenetración automática de los <li·v ersos aprovechamientos que se traduciría en una mejor regularización, con el consiguiente aumento <le rendimiento de los mismos. Necesítase, por otra parte, que la eRtidad encargada <le la explotación de las redes <le transporte pueda d:rigir y regular el funcionamiento de las centrales que trabajen acopladas a sus r~des; y esta autoridad no puede obtenerse sin dar lugar a intromisiones moles-tas sino .cuando sean los mismos productores los que dirijan la explotación de las redes. Es éste un extremo <le capital importancia; pues el trabajo de las diversas centrales debe regularse por una dirección única, so pena de exponerse a contingencias y reclamaciones de los unos productores contra los otros; y de esto puedo dar fe con testimonios reales; .pues he tenido bajo mi dirección centrales de cuatro Compañías


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distintas, trabajando acopJaidas sobre una sola red de transporte, y he tenido que intervenir en solucionar numerosos incidentes · que, en un principio, provocó el funcionamiento autónomo de las centrales. De estos diversos incidentes voy a relatar uno, de cuya sola enunciación deduciréis las consecuencias. Sabido es que en el trabajo en paralelo de varios alternadores sobre circuitos con carga inductiva se puede variar a voluntad el factor de potencia de uno cualquiera de -los alternadores, modificando su corriente de excitación; pero el aumento o .disminución de corriente deswatiada que experimenta ese alternador se verifica a expensas de altera:r en sentido inverso el funcionamiento de los otros alternadores que trabajen en paralelo con él. Así, pues, imaginaos varias centrales acopladas en paralelo trabajando sobre la _misma red y en período de estiaje en el que cada central aquilata en lo posible el :-2ndimiento de sus máquinas, y suponed que una 1de ellas, o varias, ven que, eliminando amperes 1deswatiados, pueden llevar la carga con un grupo o grupos menos, trabajando entonces las turbinas a su máximo rendimiento. L a consecuencia natural será que, otra u otras centrales, se cargarán esos amperes deswatiados que han eliminado las otras, y tendrán que poner ,más grupos en marcha, bajando el rendimiento global d~ la ,instalación . En estas circunstancias, he podido comprobar que, mientras unas centrales trabajaban con un factor de potencia igual a la unidad o muy prximo a él , las .otras centrales tenían como factor de potencia de o'6o a 0'65. Con la sola enunciación de esto, omito comenr tar las reclamaciones e incidentes a que puede dar lugar el trabajo en paralelo de <liversos aprovechamientos sobre una misma red, ,si la entidad que explote ésta no tiene facultades y autoridad suficiente para intervenir en el trabajo de los diversos aprovechamientos. Por ello, a mi juicio, los organismos que construyan y ·exploten las redes colectoras de transporte deben estar constituídos por la ~ :ndica' ción de los productores de energía eléctrica. Ahora !:>ien : ,dado que el Estado coopera a la construcción de las redes, debe tener su intervención, dentro de los organismos encargados de su e:X:plotación, que, a la vez, pueda dirimir con absoluta ecuanimidad las discrepancias surgidas entre los productores y evitar que los sindicatos poseedores de los medios de trar:sporte pongan trabas a la construcción de nuevos aprO'Vechamientos, para monopolizar a su favor el mercado <le energía. Con este fin, podrían constituirse, dentro de cada reg1on, los sindicatos de producción, transporte y distribución de energía, con el carácter <le ,sociedades· anónimas, con capital variable, que iría aumentando a medida que fuera mayor el número de kilómetros de red que fueran construyéndose. Estos sindicatos construirían las líneas colectoras ¡prin1


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:cípales y secundarias, mediante un proyecto estudiado por ello~ para :satisfacer las necesidades propias de la región, y el enlace con las redes principales de las regiones vecinas, en condiciones de establecer con -ellas el intercambio de producción y con?umo. _El Estado contribuiría a la construcción de las -redes, bien con una cantidad fija en concepto de subvención _kil<ométrica, o pFestando la garantía de _un interés remunerador al capital que en ellas se invirtiera. Tanto en uno como en otro caso, el Estado debe intervenir, tanto en la constitución como en el Fégimen ·d<e estas sociedades. Su intervención ~n la constitución pudiera circunscribirse a la aprobación de los estatutos sociales, tarifas de peaje para el transporte de la fuerza y estipulación de los cuadros de ,Pérididas de fuerza en el transporte; pérdidas que, como es natural, hay que descontar a los productores que transporten ¡energía para las redes colectoras. A esta intervención previa del Estado, debe acompañar la intervención activa, en el desenvolvimiPnto de la Sociedad, mediante la facultad de nombrár el Estado un representante suyo, dentro del ' Consejo .de Administración, que asuma el cargo de Presidente del mismo, con las atribuciones que se considere necesario otorgarle, para fa mejor defensa de los intereses generales, oeuya representación ostenta. Los sindicatos de producción, transporte y <listribución de energía e1éctrica estarán facultados para acometer .por ·SU cuenta, no sólo la const rucción de las redes colectoras, sino también la de los apnwechamÍf!ntos térmieos o hidráulicos que crean convenientes y las redes de distribución en los centros de consumo. Pero, en todos los casos, deberán Uevar una admir.istración separada en todo lo que se refiera a la con strucción y explotación de las redes colectoras, cuyos ingresos han de res·p onder, tanto del interés como de fa amortización <ltell capital con que el Estado coopere a su construcción, y cuyos pormenores variables, según los casos, quedarán suficientemente deta:llados en los estatutos por que se rija cada sociedad. Hemos expuesto en líneas generales, tanto la constitución como el funcionamieJ+tO de estos sindicatos, por creer que nuestra misión debe• ser exponer esquemáticamente la idea; pues estimamos que, dada su transcendencia, su desarrollo debe concretarse y orientarse definitivament·e en esta .Asamblea, donde sobran ¡personalidades que, con más capacidad que el autor de esta ponencia, completan definitivamente las ideas que hemos esbozado. Y antes ·de pasar a concretar los puntos expuestos en este escrito, vamos a exponer, para que siI'Va de orientación, una recentísima ley que se ha promulgado en Francia con análogos fines, pero con carácter obligatorio.


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El Ministro de Tra:bajos Públicos, de Francia, M. Clareille, presentó el 2 de sepüembre ipasado a la Cámara de Diputados, y fué aprnbado ·p or unanimidad, un pr-oyecto m·odifica:ndo ·la. ley de 1906 wbre distribudones eléctricas, añadiéndole un artículo que, en su par.te más. esenciatJ, dice: "Con el fin de asegurar una utilización más completa y una mejor repartición de la energía eléctrica, tanto si és.ta rproviene de centrales. térmicas, como hidráulicas, el Estado, si él no toma la iniciativa, podrá obligar a los productores y, si es ipreciso, a los distribuidores de energía, a los Departamentos, Municipios y Servicios públicos de una región, a constituir bajo su dirección, y en el ca~o probable con su concurso financiero, un prganismo colectivo especial para construir y ex-pilotar una red de líneas de transporte a alta tensión, destinadas princi.palmente a enlazar las ,centrales productoras entre si y con las sub-estaciones de . transformación de donde parten tas líneas de distribución." Como veis, en Francia se han implantado con carácter obligatorio· organismos análogos a los que proponemos; y el criterio del Gobierno, en este asunto, es tan radical, que ha decretaido que no se otorguen nuevas concesiones de líneas eléctricas si los peticionarios no se comprometen a a'Ceptar su doble empleo con la-s líneas objeto de la disposición anterior. Como aplicación primera de esta ley, se van a construir las redes de transporte de los Departamentos arruinados por la guerra y las redes de trans:p orte de las nuevas explotaciones del Ródano, cuyos detalles, por estar en período de .c onstitttción, no se nos han podido faci litar .para exponerlos al conocimiento del Congreso. Como resumen de lo expuesto en esta Memoria, tenemoo el honor de someter a la deliberación. de ·e sta Asamblea las ·s iguientes

CONCLUSIONES PRIMERA. Solicitar del Estado la constitución de los sindicatos de pro<luoción, transporte y distribución de la energía eléctrica, ,para que· éstos construyan .y exploten las redes colectoras de energía eléctrica. SEGUNDA. Auxi.Jio directo o indirecto '<leI Estado para la construcción de dichas redes colectoras. TERCERA. Reglamentación de las atribuciones y obligaciones de los sindicatos, dándoles, a ser posible, el carácter de sociedades anónimas, con capital variable. CUARTA. Forma en que deba constituirse el Consejo de Atlminis-


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tración que ha de re·gir estas sociedades, e intervención del Estado en el mismo. QUINTA. Conveniencia de que dichos organismos, auxiliados por las dependencias técnicas del Estado, formulen, dentro de la esfera de acción de sus respectivas regiones, los proyectos conducentes al mejor aprovechamiento de la energía, tanto hidráulica como térmica, hoy sin explotar; -1 resipecto a la adualmente en explotación, estudien fas soluciones para el enlace de redes y unificación de tensiones, con objeto de facilitar los fines propuestos en esta <ponencia, que son fomentar la ma:yor producción posible de energía eléctrica y faCilitar su distribución." Acto seguido, doce y treinta de la mañana, se levanta la sesión.

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ACTA DE LA SESION DEL DIA

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DE' NOVIEMBRE DE 1919

Se abre la sesión a las diez y cincuenta de la mañana. El Sr. RIAZA (D. Eduardo) <lió leotura a s.u trabajo, cuyas conclusiones fueron aprobadas sin discusión y por unanimidad de los señores Congresistas asistentes a la sesión. Dice así el referido trabajo del Sr. Riaza:

" SOBRECARGAS EN LOS CONDUCTORES DE LAS LINEAS BLECTRICAS AEREAS · Por D. EDUARDO RrAzA

Y

ToLosA, Jefe de línea de T~ légrafos.

IMPORTANCIA DE LAS SOBRECARGAS

Los condu~tores de las líneas eléctricas aéreas, cuando la atmósf era está agita<la, sufren la presión del viento, y en invierno se recubren de nieve y escarcha. Estas influencias perjudiciales constituyen el más grave inconveniente de las líneas aéreas, .p orque su peso adicional actúa considerablemente sobre el conductor, llegando a romperle. La seguridad de las líneas exige :que se tengan en ,cuenta, y su estudio es de gran interés; y si en lo que se refiere a la presión del _viento s~ ha llegado a conclusiones ·b astante completas, no es así en lo que atañe a las otras sobrecargas, por la falta de tiatos 1prácticos sobre ~llas; resultando rver<laderamente extraordinario que, en todas partes y especialmente en los parajes en que anualmen'.te .sufren las líneas sus funestos efectos; no se hayan realizado experiencias . que permitan saber con certeza la magnitud de dichas sobrecargas. Es de gran importancia para la segurida'Ci de las líneas conocer la mayor sobrecarga que, combinada con la a"cción <lel frío, puede producir el esfuerzo más crítico que ha de soportar el conductor, haciendo intervenir en el cálculo ambos efectos simultáne~mente. El procedi-

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miento de considerarlos por separado, o el que es aún más general de tener en cuenta únicamente la temperatura mínima, no dan más que una seguridad dudosa, y aunque elevando el coeficiente de seguridad obtengamos ;rnayÓr .garantía, es a costa de aprovechar mal el material. Claro es que no hemos de ocuparnos en este trabajo de los fenómenos extremadamente yiolentos y poco frecuentes, como los ciclones,. los aludes, etcétera, cuyo ;poder destructor es casi invenciM·é . ~

..._

obrecarga de nieve y escarcha.

La nieve cae a una temperatura de oº, o ·l igeréllmente inferior, y se deposita con' gran fa.cilidad isobre -.los condtrntores; su densidad es muy rvariable; la mayor parte de las obras de construcción admiten 0,125. Angot, en su Tratado de M eteor'ología, la hace oscilar de 0,03 a 0,14, y Picou, en su Manual de canalizaciones eléctricas, adopta 0,2. , La nieve recubre el hilo, lo rodea completamente, y comprimida. por la que sigue cayendo, termina por formar un cordón de 5 a 6 cm. de diámetro, que pesará 565 gramos, su.poniendo Ja densidad 0,2 Y, sienqo la temperatura oº. 1 ' Cua11'do la nieve se pr·e cipita, la temper~tura desciende, y el cordón de nieve _que rodea al hilo se hiela y comprime, presentando entonces el conductor mayor superficie a la nieve que continúa cayendo. Suponiendo que la capa de hielo tuviera 2 cm. _de ·diámetro, y que, alrededor de ésta, se formara un manguito de nieve de 6 cm. de diámetro, se tendría una sobrecarga de 583 gramos, aidmitiendo 0,9 para la densidad del hielo y 0,14 para la de la nieve, coincidiendo eSzta wb~ecarga con una temperatura de - 2° a - 3º. Una de fas nevadas- más intensas reg.istradas cayó en Dresde, el 20 de _ e nero de 1900; la nieve húmeda se precipitó en ·copos gruesos y aipr(}ta-dos. La temperatura era oº. Los hilos se recubrieron de una capa de hielo que, en un conductor de 1,5 mm., akanzó un diámetro de 1,5 centímetros, sobre la que continuó ,c ayendo la nieve. La sobrecarga pesó 580 gramos. La mayor parte de los hilos se rompieron, y muchos tejados sufrieron grandes .desperfectos. La densidad de la escarcha depende del frío y de la humedad del aíre y, por tanto, de la rapidez del desenvolvimiento de esta sobrecarga. Como la _e~carcha es una superposición de láminas de hielo y de aire, se -p uede admitir la ·densidad 0,3 que indica Prece en su obra . The Telephone, aunque · Picou ado;pta 0,9, confundiendo, probablemente, para mayor seguridad, el hielo con la escarcha. El Ingeniero de Telégrafos belga M. Pierard publicó en L'Electri-


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cien de ·14 de abril de 1900 el resultado de unas. experiencias efectuadas por él, según las ,c uales, un hilo de bronce fosforoso de 2 mm. se recubrió de una capa <le escarcha de 1sección elíptica, cuyos ejes medían 28 y 36 mm., pesando 49 gramos por metro; lo que representa una densidad de o,o62 y <los hilos del mismo meta•l de l,4 mm. en los cuales la sobrecarga, de sección casi circular <le 33 mm. ·de diámetro• aproximadamente, alc.anzó un ·p eso de 6o gramos por metro, siendo, en este caso, 1a densidad 0,069 . .Como se ve, los datos que hemos podido reunir difieren bastante; y hasta que mayor número de e:x,periencias permita -conocer el valor m¡Íximo de la densidad de la escal"Cha, admitiremos la dfra 0,3 y 5 cm. para el ·diámetro del manguito formado; lo que representa una sobrecarga de 589 gramos por metro,' ·sensiblemente igual a la calculada para la nieve. Esta sobrecarga se produce ¡próximamente a -20°. Partiendo de la sobrecarga de nieve de Dresde, a que antes hemos hecho referencia, el sabio Jefe de Telégrafos suizo M. Auguste Pillonel, en su interesante trabajo sobre· "La determinación de la longitud de los vanos de las líneas eléctricas aéreas'', publicad.o en J ournal Telegraphique, año 1915, ha deducido, para las 1sobrecargas-límites en 'los hilos más usuales, los siguientes vailores: Para hifos de l,5 imm ................... ..

de 2 de 3 de 4 de 5 0

.................... .

...... ..... ... . .. ... . .................... .

.................... .

6oo gramos. 768 l.062 r..296

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Presión del viento.

El !Viento ejerce una pre&ión ·s ensiblemente horizontal sobre el hilo; suponiendo que fa velocidad sea igual en todos sus puntos, la presión que actúa sabre el conductor puede considerarse como una sobrecarga uniformemente repartida. Componiendo el ¡peso .de·l conductor y la presión del viento, el peso aiparente por metro lineal será:

p' = _vp2 _ q2 . siendo p el peso .por metro de hilo y q la presión del viento tan}bién -por metro. La fuerza del viento es proporcional al cuadrado de la velocidad multiplicado por una co111stante: q

= K.v

2

J


-

438 -

Los valores de esta constante varían según los diferentes experimentad0res, desde 0 ,054, según CaiUetet y Calardeu, hasta 0,015 en la f.ó.rtnula de Aubuisson. La intensidad máxima de la presión del viento difiere mucho según . las regiones, la altitud, la configuración del terneno, . etcétera. En todos 10s formularios se encuentran tablas que dan las presiones del viento para las diferentes velocidades. Cuando la sección es circular, la presión se reduce a causa de la composidón de fuerzas oblicuas y de la desviación de los .filetes gaseosos sobre una superficie cilíndrka. El coeticiente de reducción varía de 0,57 a 0,70 . . En E~aña, el reglamento ·de instalaici_ones eléctricas prescribe una. presión de 125 Kg. por metro cuad:rado y un coeficie:nte de reducción igual a 0,7 para las superficies cilíndricas. En general, -los vientos 1Son más frecuentes en primavera y otoño, y los más intensos no suelen producirse a bajas temperaturas. Sobrecargas combinadas.

En los conductores pueden presentarse combinadas estas sobrecargas que acabamos de examinar separadamente. Un viento de ro a 12 metros por segundo basta _¡para hacer caer del conductor la nieve y la escarcha. Sin embargo, para destruir el cordón de hielo que se forma alrededor de un hilo, sería menester que la velocidad del viento fuese mayor. En este caso, habría que agregar a la sobrecarga de hielo la. del viento, pero de una presión muy inferior a su intensidad máxima. Las sobrecargas-límites de nieve o escarcha se producen cuando la atniósf era está tranquila; por esta · razón, la coincid~ncia de ellas con la <lel viento ofrece muy pocas probabilidades de llegar al valor-límite que hemos admitido. ·La sobre.cargai -de esca.c ha crece con la superíicié del conductor; la de nieve, con el diámetro; pero en los hilos delgados, la nieve envuelve toda la superficie, pudiendo admitirse que, pr~cticamente, la sobrecarga de nieve, así como la de escarcha, crecen .con 27rY. Hemos visto que la presión del vi~nto a:t.:!._menta con el diámetro. Por otra parte, la resistencia mecánica del hilo depende de la sección 7r'Y 2 • Elim~nando. el factor 7r, ~ ve que la sobrecarga .ere.ce con 2r, y fa resistencia con r- 2 • Los hilos de grueso diámetro son, por •tanto, vén~ajosos ~on rela:eión a fas .sobrecargas. -~··


- · 439 :- Conveniencia de substituir en el cálculo de la tensión el coeficiente de seguridad por el limite de elasticidad.

Los esfuerzos que soportan las líneas eléctricas aéreas son esencia:lmente variables ; la tensión :de los conductores se modifica constantemente, ya sea por grados insensibles, según las variaciones de la temperatura y durante las nevadas y heladas, o 1bien por cambios bruscos producidos por ráfagas de viento. Todas estas variacfomes repercuten sobre los postes; y cuando se rompen los conductores, se ·produce en ellos un rápido aumento de trabajo. Estas consideraciones ponen de manifiesto que, así como en ciertas construcciones en que ·los esfuerzos son muy val'iables, alternativos, repetidos o rítmicos, conviene modificar, para mayor seguridad y economía del material, la regla rígida de un coeficiente de seguridad único para todas las ¡partes de la misma obra, en lo que a las líneas eléctricas se ~refiere, es necesario modificar también Jos ¡procedimientos, y siguiendo las nuevas ideas expuestas ¡por Pmonel en la obra antes citada, abandonar el error que ,supone fijar el -coeficiente de seguridad en función de la carga de ruptura, procurando que la tensión no sobrepase el límite .de elasticidad ; pues no hay que olvi·dar que en las ecuaciones de esta:bilidad de los hilos aéreos interviene ·la elasticidad del metal y no la carga de ruptura. Se evita así que el _c onductor pierda resistencia y experimente alargamientos permanentes, que son causa de importantes averías. Influencia de la temperatura sobre la tensión.

La variación tota•l de la longitud de un conductor correspondiente a una variaci6n de temperatura, viene dada por la fórmula (Gerard: Lef<ms sur l' Electriaité) :

a2_p2

E

· ot+-(T'-T'=-s 24 ¡

~n

/

I (

T'2

I . )

T2

la _que representan : T = la tensión-límite a la temperatura mínima. T' = la tensión que se busca. . 8 el coeficiente de .d ilatación lineal. t = el número de grados de variación de la tempel'atura. E ~1 -©oeficiente elástico del conductor. s = la secci6n del c_onductor. p = el peso ·del condt¡ctor por metro. a= ~l vano.

=

=


-

449- -

La anterior ecuación ¡puede .p onerse también ~ajo la forma:

t-

a'iAp2 E ) ( 248T'2 - - - T ' -

(

so

a2j2 e. ) --T 2 248T

so

e s decir, t = f(T') - f(T). La función f(T) se reduce a una constante, puesto que n o contie.n~ la viaria:ble T'. La variación f(T) - f(T) vendrá representada por la curva fi(T') , desplazaida sobre uno de los ejes la cantidad constante fi(T). Examinando la fórmula anterior, se advierte que una variación de la t emperatura p~oducirá una variación de la tensión t anto menor cuan-

a'lp?.

e

to mayores seaa los factores --~- y -~- lo que demuestra que 'los 240 So grandes vanos son favorabJes. Se obsenva i:a1tnbién en las dos funciones ;<!Ue el primer ténmino es muy pequeño con relación al segun do-, en el que la elasticidad <lel ctDnductor desempeña el papel prin cipal; por fo tanto, un conductor resistirá mejor la influencia del frío cuanto más elevado sea el ·coeficiente de alargamientO elástico del metal. Es, pues, necesa rio. conocer el esfuerzo a que ha de estar sometido el hilo · cuando se produz·ca la más baja temperatura. Admitiendo que ésta sea -- 35º, cifra a que puede Uegarse exce¡pcionalmente en España, el esfuerzo máximo que ha de soportar el conductor no debe ser superior al límite de elasticidad del metal; ¡podemos partir de esta base para calcular la tensióh correspondiente a diferentes temperaturas en los distintos vanos para un mismo conduct0r. En el diagrama (figura r.ª) están trazadas con tinta roja la:s curvas de las temperaturas. A - 35º tendremos una ,recta correspondiente a l límite de elasticidad , que es constante, y a 35° fa curva es próximamente paralela a la de oº. E-stas dos curvas vuelrven su convexidad hacia ei eje de las XX, demostrando que los grandes vanos son vent ajosos. Variación de la tensión producida por una sobrecarga.

Considerando la fórmula general de la tensión T =

a'lp se a<lvier8f

te que la tensión experimenta las mismas variaciones que el pesó del conductor; pero éste no es i;igurosamente exacto, por•q ue la intervención de la elasticidad modifica esta ley. En efecto·: s·i la tensión aumenta a causa de una sobreca:r-ga, también aumenta la longitud del hilo una pequeña cantidad.


120

rmT , .--,.-,r--r~~~~~~--.~~~-.-~~.,-,.--~~-....~~--, 1

'

1

1

,,

1

ioo

~

~

1

14-Tl-~--"'....._~~4--~~___,~~~-+-~~+-+-~~-n~~--1

80 60

5 ~ 4o

~~

2o

1--~~~~~~~~~~~r-~~~r---~ 路- ....:,:~~__,'7--51!<::::""..._........._--1

Zo

4o

60 do TL.'N_JI o N fJ E.N

too

1\2:.:.

t2o


.1


44! '

La longitud del hilo, antes de la sobrecarga, era:

.

'(

~

y <lespués de la sobrecarga: '

aap'2

L =a+-T'2

24

y lá -variación de longitud es, pues,

L

--L=~(p'"-

-

T'2

24

p

2

y2

)

designando p' y T' el peso del hilo con sobrecarga y la tensión resultante. Pero toda va~iación elástica en un conductor de sección s por unidad de longitud viene expresada por E

-

s

(T' -T) 1 '":

Por tanto,

L' = L

+ L _es (T' -

T)

L' - L

y

=

L

~ ¡ •I

:.r"

! •

. '

-:-=-- (T' - T) s

J.gualancfo los dos valores de L' - L y reemplazando L por a, en lo que no se comete 'gran error, tendremos: a2

E

-;- (T' -

T)

= 24

(

j '2

T'2

-

p'2 ) y2

y transformando esta ecuación, se obtiene:

que nos da la tensión máxima que ha de soportar el conductor a con.:. secuencia de la sdbrecarga.


-

442 -

Tensión de montaje.

Admitiendo que la mayor tensión que haya de soportar el conductor ha de ser igual al límite de elasticidad, podemos poner la ecuación bajo la forma:

de donde deduciremos para cada vano la tensión que debe darse al conductor antes de la sobrecarga, a oº aproximadamente, con objeto de que, cuando se produzca la sobrecarga máxima, akance esta tensión un valor igual al límite <le elasticidad. Conocida esta tensión a oº, podemos, partiendo de ella, calcular la que debe darse al hilo a temperaturas diferentes. En los gráficos establecidos por P\llonel, uno de los cuales reproducimos (figura 1), están representadas las curvas de las sobrecarga:s a oº (en negro)," y las de las tensiones a 35º (en azul), considerando tres valores de p'. Examinando estas curvas, ,ge advierte que las tensiones disminuyen a medida que el vano aumenta, haciéndose notar más cuanto mayor es la sobrecarga; lo que demuestra que los vanos pequeños son ventajosos con relación a las sobrecargas. Vano mínimo.

La inter,gección de la curva de las temperaturas y la de las sobrecargas indica el menor vano admisible, con el cual, manteniéndose la tensión de montaje correspondiente a oº, el esfµerzo mayor que habría de soportar el conductor producido por una sobrecarga máxima o por un des~enso de 35 grados de la temperatura sería igual al límite de elasticidad. Pero este vano no tiene interés práctico, porque resulta peligroso tender fuertemente los hilos, no siendo absolutamente preciso. Disminuyendo la tensión, se aumenta la capacidad de sobrecarga, y también puede alargarse el vano. Vano económico.

La curva presenta dos puntos de inflexión: el primero, .p rox1mo al límite de elasticidad, no ofrece ningún interés práctico ; no e~ así el segundo, que se obtiene haciendo igual a o· el coeficiente del término T 2 •


-

443 - .

En este caso, se tiene el vano en que la tensión está cerca de,l mínimo, o sea, el va.no máximo :

a=

E T' 3 24---

V

s

f

2

En esta fórmula no figura la temperatura; lo que prueba que el aumento de la longitud del vano ha de calcplarse partiendo <le las sobrecargas ; pues la acción de la temperatura produce únicamente en el con· ductor variaciones de tensión más notables en los pequeños vanos que en los grandes. SÍgÜÍendo la curva de las sobrecargas; se advierte que, ·a medida que nos aproximaµ10s al segundo punto de inflexión, los vanos aumentan; ,pero la tensión disminuye rápidamente, pudiendo llegar a ser exagera:do el valor de la flecha y producir cruces. Utilizando el procedimiento de coeficiente de seguridad en función de la carga de ruptura, puede ocurrir que mientras ese coeficiente vale para la más •b aja temperatura, 4 por ejemplo, para une¡. sobrecargalímite sea inferior a _la unidad. Esto se evita partiendo del límite de elastiddad 1Jara la más baja temperatura y para la sobrecarga-límite; y así, cuanto mayor queramos hacer el 'Vano, será menor la t ensión para conseguir la misma seguridad, beneficiándose ésta ·con relación a la temperatura, porque los grandes vanos son favorables. De este modo, obt enemos un grado ·de seguridad igual a I con relación a la sobrecargalímite, y superior con relación a la más baja temperatura. A continuación copiamos los cuadros calculados por Pillonel, en los que figuran las tensiones oº y 35° para diferentes vanos e hilos, las flechas a 35º y los valores particulares relativos al segundo punto de inflexión para las sobrecargas-límites. En este (,ltimo se advierte que algunas flechas resultan exageradísimas Será, por tanto, necesario reducir el vano, teniendo en cuenta la alt ura y resistencia de fos post!=!S, número y c' ase de los hilos de fas líneas y aumentos probables, cálculo sencillo, y que nos llevará al vano económico. CONCLUSIONES De todo lo expuesto se ·deduce la conveniencia de que la Dirección general de Telégrafos y las Compañías de Electricidad dispongan se efectúen experie!lcias que permitan darnos cuenta exacta del valor de las sobrecargas de nieve y escarcha en las diferentes regi0nes de España; y abandonando el coeficiente de seguridad en función de la carga de ruptura, que no da más que ung. garantía ilusoria en lo relati'Vo a


-

444 -

las sobrecargas, utilizar el procedimiento expuesto, adoptando-hasta que se disponga de estadísticas-los valores-límites consignados anteriormente cuando se trate de líneas• que requieren una seguridad máxima, y otros intermedios para las de menor importancia; procurando, al efectuarse los trwbajos, comprobar las tensiones y que el alambre no sufra desp,e rfectos, <:on el fin de que no disminuya el límite de elasticidad a c·o nsecuencia de golpes o rozaduras." · Vano en metros.

Bronce .

"Bronce.

·Bronce.

Bronce .

Bronce.

Hierro .

Hierro.

Hierro.

1,5 mn1.

2mm.

3 mm .

4mm.

5mm .

3 mm.

4mm.

smm.

176,44 141,89 85,70 32,30 20,06 16,95 15,63 14,90 1444 14, 13

281,02 244,90 185,99 111,80 61,80 46,12 40,07 37· 12 3546 ~4·4º

435,20 40 2.55 348,84 276,42 194·9º 131 ,77 101 87,25 79,74 75,20

59 2•23 253,39 218,65 568,95 161,02 530,29 476,51 83,41 28,82 408,32 20,25 32:,,83 17·37 241,70 169,06 ' 16 15,21 126,34 14,71 105 93,60 86,50

417,82 38 1.33 320,79 2 37,32 138.70 70,98 50,30 42,82 39,20 37,03

648,94 615,81 560,79 484,35 388,04 278 178, 15 123,20 99,60 87,90

0,0044 Q,0202 0,060 0,177 0.501 0-,952 1,512 2,1B 2,83 3.60

0,0044 0,0 1.89 0,049 0 ,110 0 ,244 0,52 0,922 1,394 1 •93 2,53

Tensiones a 350 C . en kilogramos.

10 20 30 40 <;o

60 70 80 go 100 I 10 120

72,49 59,20 37,17 9,35 4 3,19 2,88 2,72 2,63 2,56

110, 31 95,26 - 68,04 32 11,79 745 6,37 5,96 -5,70 5,53

263 249,66 225,90 193,60 15246 104,54 59,65 3744 2942 24,71 23,76 23

44242 428,76 400,36 374,93 3s4.66 2 647 231,08 172,97 122,76 91,50 75,34 66, 13

447,18 424,15 386,08 333,76 26942 200,60 144,70 113 96,70 87,60 82,20 78,30

Tensiones a Oº en kilogramos.

10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120

85,60 72,30 5n,20 19,20 -4.86 346 3,02 2,81 2,69 2,61

134,'í8 118,50 91, 19 53,93 1647 8,59 6,89 6,27 5,90 5,68

315,34 301,98 278, 16 245,71 204,10 I 54,23 98,82 54,06 35,92 29,20 25,91 2 3·93

535,44 52 1··75 499,23 467,62 427,07 377,94 32041 256 189,50 13 2•44 96,91 78,5p

Flechas a 350 C. en me't ros.

10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 11 0 120

0,0027 0,0 135 0,0484 0,342 1,,25 2,26 340 4,71 6,16 7,81

0 ,00 32 0,0 147 0,0463 0,175 0,742 1,691 2,69 3.75 4,97 6,33

0 ,0030 0 ,0 126 0.0314 0,065 0 ,129 0 ,271 0 ,647 1•345 2,165 3• 1 9 4,01 4,93

0.0032 0 ,0130 0.0315 0,0598 0,1046 0,1 76 0 ,297 0 ,518 0 ,924 1,53 2,25 3,05

0,0049 0,0206 0.051 0,1 048 0,203 0,393 0,741 1,238 1,856 2,50 3,22 4,03

0,0039 0,0 194 0,072 0 ,340 0 ,855 1,46 2, 15 3,16 3,87 4,86


-

445 -

VALORES PARTICULARES RELATIVOS Al!. SEGUNDO PUNTO DE INFLEXIÓN'

CLASE DE HILO

Bronce 1, 5 mrp ... . .. Idem 2 íd . ..... . . .. ·ldem 3 íd . . . . . .... Idem 4 íd . . •....... Idem 5 íd. . .... Hierro 3 íd, ... . .... ldem 4 íd . . . . . . . . Idem 5 íd ..• .. ..•.•

V.ano

en Kg.

en metros.

Tensión a oº .en Kg.

45,8 50,96 82,7 108,7 874 47,7 59,2 77,7

7,97 15,06 46,80 9'9184 134,87 35,58 73 ,67 136,35

o,6ilii

0 ,796 J, 125 ]408 1,643 11II7 1,395 / 1,620

Flecha a oº en metro s.

0,53 0,60:3 1, I 5 1,65 1,24 Pi44

0,58 0,84

Tensión a

350 en Kg.

5• 2 3 I0,10 34,40 76,6 100 2t,4 4>.9 91,2

Flechas a 350 en metro~- ·

0,80 0 ,90 1,564 2,16 1,67 0,73 0,93 1,26

Pasó luego el Sr. MAYORAL (D. Di:ego) a desarrnllar su tema, denominado "Interconexión y electrifü:ación general en España", leyendo la Memoria ¡presentada al efecto, que se publica a continuación, y ofreciendo además al _examen de los señores .Congresistas el gráfico con que acompañaba su labor, que term.i nó con la lectura de las conclusiones, que, igualmente y por aclarriación, fueron apro·h adas .

"INTER:CÓN.EXION Y BLECTRIFI(:ACION GENERAL EN ES'PA:f.JA Por D. DIEGO MAYORAL, I _n geniero de Caminos. LA ELECTRIFICACIÓN EN DISTINTOS PAÍSES

La guerra europea:, que tam ,intensos mafos faa producido, no ha dejado; por G>tra parte, de ayivar 'en ,comp~nsación las energías colectivas, arrollando ·obstáculos tradicionales y poniendo de manifiesto la conveniernúa o necesidad .de impulsar la ejecución d·e proyectos cuya realización parecía ·remota antes de I9I4. A'Si, vemos, en Francia, orientarse decididamente el Estado en el sentid<:> de la intervenci6n @ par.ticipaeión en las empresas de inrterés 'general, adelantando capitales a e·n tida1tdes priv{l.das. Gracias a e_sta cooperación oficial, se han pue·s to allí er~ expiotaci@n durante la guerra, o están ipróximos a ce>mplétarse, aprovechamientos hidroeléc;tric0s ·que suman cerca de I .ooo.óoo de caballos. Con esta base, y por la iniciativa · privada ·de las tres grandes Compañfa.s de ferrocarriles <le "Orleans", "Mi-di" 'Y "Par·i s-Lyon-Mediterranee"', .p repara un vastísim© programa de electrificación de . 10.000 kilómetros de líneas y de interconexión -de las centrales mencionada.is, para cuyo estudio, aquel ·" Ministere ..des Travaux Publi-cs" nombró una Comisión especial en noviembré de . 1918. .


-

446 -

Respecto al resto de Europa, conocemos poco lo hecho por los Países C entrale~, a~mque seguramente habrán aumentado o creado nuevas centrales, principalmente térmicas, destinadas ·a subvenir a las necesidades de )a guerra. PoF referencias sueltas que han llegado hasta nosotros (1), sabemos que en Alemania se ha ejecutado el transporte de fuerza de 128 kilómetros longitud, Golpa-Berlín a 'I ro.ooo voltios, con gi·g antescas unidades de turbogeneradores y transformadores hasta 6o.ooo K. V. A. de potencia. El telégrafo ha anunciado últimamente que el nuevo Gobierno alemán se propone llegar a la eleotrifrcación. total de los ferrocarril~s, estableciendo grandes centrales ~érmicas situadas en los cehtros hulleros interconectados. · · · Tal vez sean los Países Escandinavos aquellos _en los que la electrificación ha becho mayores progresos; verdad. es q.ue disponen, distri·buídos por todo el terriito.r io, d"e numerosos saltos, cuya. 1potencia total se hace ascender a cerca de 12 millones de cabalios, y su aproveche>.miento resulta el más barato del Mundo. Noruega importaba antes· de la guerra, para sus industrias, unos 3 mi1lones de toneladas de huila, poco menos que _E spaña; ;pues bien: a pesar de las dificultades originadas por la conflagración, tuvieron sus hombres previsión y energía suficiente,s para electrificar, durante ella, cerca de u,n miUón de HP., ql.le aplicados a la tracción e industria, substituyeron al carbón, de tal moéio,que la importación de éste es hoy a'llí insignificante. En Inglaterra, no han adquirido importancia los grandes transportes de fuerza; sin duda, porque, hasta ahora, se ha dispuesto, en este país, de carbón abundante y barato en cualquier .punto ·del territorio. Sin embargo, aqueilos políticos, contagiados también del estatismo a la -moda, estudian nada m .e nos que la nacionalización total de la producción ,de ele-dóeidad, y, con ella, el establecimiento de una red gen:eral de interconexión. '·· Una Comisión, la "Water Power Resources Committee", nombrada en junio 1918, ha pro-pues!-o al efecto,, por 1d -p ronto, e1 aprovechamiento de nueve saltos cle agl:ta : en E~ocia, capaces de suministrar 183.500 kilovatios constantes, y CtJJO coste de .construcción ascendería a unos 177 1nillones de .pesetas. Suiza, estimu'la.dá. por la penuria de cat"'bón, ha .creado'-imeivós aprovechamientos hidroeléctricos importantes durante la guerra, con aplicación a las necesidades industriales y domésticas. Después de estudios realizados del modo metódko y concieflzudo. que distingue a sus técnicos, el Gobierno Federal.procede a la ejecuc'íón. de )a ,... primera sección (r) W. PETERSEN: D ie Hochsp~nnu1i:gsstrassen der Elektrez.itaet. (Publicado en l a Elektrotechnische Ze itschrift, Nr, r50. Feb. , 1919.)


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4-47 -

(Erstfeld-Bellinzona, rn9 Km.) del gran proyecto de electrificación del San Gotar<lo, con centrales hidroeléctricas especiales y corriente monofásica de 16 2/3 períodos; instalación de interés técnico e industrial extraordinarios. En cuanto a· la interconexión, se ha fund'ado con carácter semioficial la "Société Suisse pour le Transport et la Distribution d'Electricité", en Berna, cuyo objeto es realizar aquélla y e:x:plotar los negocios de ella derivados, empezando por establecer una línea de interconexión entre las centrales del Nordeste y 1as Bernesas de la Conf ederadón. . · La interconexión ha sido también muy discutida y esfudiada los ú1ti!J.nos años en Norteamérica:, llegándose, sólo por la a.cción privada, al acoplamiento de las centrales que servían extensas regiones. También a:llí, al padecer las dificultades derivadas de la guerra--congestiones de las líneas de ferrocarril, falta de fuerza .p ara la creación de factorías destinadas a la fabricación electroquímica de los productos demandados por las industrias militares, etcétera-, han reconocido la necesidad de prom01Ver una intensa cooperae-lón entre las entidades hid:i;oeléctricas, centralización de la producción, interconexión y electrificación de ias líneas férreas. · La más notable interconexión de aquel país es la realizada en la región norte y ·central de .Ca!lifornia (Padfico) (1), que abarca unos 6oo por 300 kilómetros, o 200.000 kilómetros cuadrados, es decir, tan;t o como los 2/5 de España. En ·e lla han tomado parte cuatro grandes Compañías, poseedoras del 90 por 100 del suministro total de electricidad -de la región, comprendiendo el tranis.porte de fuerza de Big-Creek a Los Angeles, hoy el más notable del Mundo, como después mencionaremos. Los datos principales de ~sta extensa interconexión son: • Centrales hidroeléctrkas interconectadas, 26. I<lem térmicas, 7: Potencia total instalada en las anteriores, 400.000 kifovatios. Potencia producida en 1917, I.600 _mill. kw.~h. Cantidades. que so'b repasan el consumo total de España. Es también digna de mención esta gran red, por la diversidad de l9s sistemas interconcertados; probando este hecho cuán flexible es la corriente alterna para lograr los más variados acoplamientos. Citaré, en fin, como dato curioso de la instalación, que 65.500 kilovatios son transportados y suministrados a la ciudad de San Francisco, a través de su bahía, cpn cables submarinos. En España, a.parte de 'Varias electrificaciones de menor cuantía eje(1)

Proceedigns of the American Institute of Elect?-~a{ Engineers. Dec., 1918.


cti.tadas en distintas regiones, las más importaptes han sido las estaiblecida:s desde 1912 hasta la fecha entre los Pirineos y Cataluña, cuya potencia total, c0n las reservas téFmi.cas, llega a unos 200.000 kilovatios, y su capacidad de ¡producción, a I.500 millones -tj.e kilovatios-ho.ra anuales; esto es, mayor que el consumo total de1 resto de la Nación. -Planes de interconexión en grande escala no tengo noticias de que existan, o no se han publicado, salvo el bosquejado en el informe de la Comisión de Electricidad, antes oitado, aunque, con anterioridad a la ·aparición de este docqnnento, no han falta:do excitaciones para establecerlos, sin llegar a concretarse por circunstancias diversas.

POSIBILIDAD DE LA INTERCONEXIÓN A GRANDES DIST:A.NCIAS

El acoplamiento de instalaciones, o centrales eléctricas, alejadas a menos de 200 kilómetros, no ofrece dificultades técnicas; ' su · renclimiento comercial tampoco tiene duda, puesto que el coste de la línea graiva rela·t ivamente poco a la energía intercambiada. Por este niotivo, la interconexión, dentro de regiones con 300 kilómetros entre puntos más distantes, es la ¡primera que debe prom•o verse y realizarse; sus grandes ventajas, _tales como compensación de estiajes y consumos, utilización máxi>JJ.1a de ·e1nbailses, reserva; para casos de reparaciones o avería·s·, economfas de explotación, etcétera, justifican y :cancelan sobradamente 1os sacrificios ~xigidos por las insfalaciones suplementarias de enlace. Pero cuando la distancia de interconexión excede de los 200 Km. citados, empiezan a ser dudosas, en condiciones ordinarias, aquellas ventajas : Técnicaimente, transportes de fuerza, p. e., de 100.000 kilovatios a l .ooo kilómetros, son hoy perfectaimente realizables; pero estas condiciones extremas exigen la adopción de sistemas más complicados que de ordinario, los cuales, encareciendo sensiblemente, por su propia naturaleza, el coste unitario de la transmisión, ponen en entredí.cho su nm:<limiento económico. · Veremos después que una línea trif áSiica de transporte <l:e 3 por 200 nMn .2 , con I.ooo kiil ómetros de longitud, a 180 150.000 voltios y 16 2/3 períodos, alimentada ipor centrales y alimentando estaciones receptrices distanciadas unos 350 kilómetros, tiene una potencia de transmisión de unos 100.000 Kw.; es decir, que por un trozo de 350 Km. de esta línea, se podrían transportar en condiciones t écnicas admisibles 3.100.000 kilovatios . . Una ~ínea de. esa longitud, que podría crnzar la Península Ibérica de extremo a extremo, estimo costaría, a precios cercanos a los que actual-

¡

~l

.


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449 -

mente rigen, alrededor de 55 m ii:llones de pesetas. ¿Sería rentable una instalación de esta clase? Suponiendo que existan los consumidores necesarios, capaces de pagar un sobreprecio de unos l ,5 cts. pta. por kilovatio-hora transmitido, desde luego que sí; pues los 1!00.600 kilovatios en 6.ooo .ho~as anuales de utilización piroducirfa:n tm ingreso bruto e.de 9 millones de pesetas próximamente, lÓ,4 por 100 del capital invertido, muy suficiente para enjugar pérdidas y gastos de explotación y proporcionar buena remuneración al capital. Este cálculo, aunque super.ficial, indica hien a las claras que la dificultad del establecimiento de ,las grandes líneas de interconexión, más ·que de índole téenka, radica en España en la falta de centrns de gran consumo, porque si se exceptúa la r egión catalana,. donde la potencia absorbida llegará pronto a 200.ooó kilovatios, difícilmente podrán reunirse los 100.000 kilovati©s de potencia y 6oo mi-Hones de Kw.-11.. anuales a lo largo de la línea hipotética de l .ooo kilómetros, trazada por cualquier parte de la Península, que ha servido de ba:se a nuestro cákulo. Oaro es, pensando con radonal .optimi•s mo, que la existencia cle tales líneas contribuiría poderosamente a promover l-0s negocios industriales; pero, a mi juicio, no debemos hacerne>s sobre este punto grandes ilusiones: el caipital privado inactivo que hoy podría invertirse en negocios de electrificación es, cierta:mente, ab11ndainte; pero no lo es menos que ex.ige también mayores garantías y más cuantiosos rendimientos que nunca. Al Estado español, agobia.:do por tanta petición de stts organismos y de la ·e conomía nacional, ansiosos ·de reconstitución y mejora, tampoco cabe exigirle· grandes sacrificios para una obra cuyo éxito hay que fiarlo a la au.@ax:ia e iniciativa del capital, hoy, desgraciadamente, cohibido ipor las luchas societarias y atento principalmente a las. fáciles y pingües ganancias que proporciona la especulación. De aquí qHe sea indispensable, a mi entender, asociar el proyecto de interconexión a otro no menos importante, como es el de electrificación de los ferrncarriles, convirtiendo las líneas del primero e_n las primarias de alimentación :del sistema que, · en defin.itiva, se adopte ipara la tracción eléctrica. Con esta combinación, el -coste de líneas a caf'go 4e la interconexión propiamente dicha ·sería reducido, y podríamos contar · en un futuro próximo con el gran ~liente o consumidor necesario para que la instalación resulte rentable. Suponiel'lldo que el tráfico anual en vía española de ancho normal l1egue, después de la electrificación, a 4 millones de toneladas por- kilómetro, ~noluso peso de tren (1), el tráfico (1) En I9I7, M.~Z.-A. hizo 23.088.351 trenes-kil6metros, o para trenes de 350 toneladas, próximamente, 8.054 millones de tons.-Km., con 3.663 Km. de líneas, correspondiendo, pr6ximamente, 2,20 millones de toneladas al kilómetro. TOMO II


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450 -

en los 1.000 Km. consumiría, a razón de 60 vatios-hora por ton.-Km., próximamente, 240 millones de Kw.-h. en la línea primaria. Aun cuando esta ·cantidad se redujese alg9 por.que el tráfico no ascienda a lo que hemos supuesto, todavía_ constituiría base suficiente para hacer viable el establecimiento inmediatG> de grnndes líneas de interconexión. No hay que olvidar tampoco que los fen:ocarriles marcan las directrices de la Industria, y, por consiguieBte, constituyendo ellos y la interconexión factores esenciales del desarrollo económico-industrial, forzosamente en la práctica han de aparecer asociándGse y completándose, de tal modo, que el trazado d e las líneas eléctricas, por su mayor flexibilidad, deberá, en cierto modo, plegarse al de nuestras principales vías férreas. Admitido lo anterior, consignaré la siguiente consecuencia, base del esquema general de inter'c.o nexión que propongo: "Las grandes líneas de interconexión han de ser aptas para la electrificación de los f erro carriles y formar parte del sistema g eneral de la misma." Preveo en este estudio, aun cuando no sea esencial para sus conclusiones, que el sistema de electrificación ·de los ferrocarril·es españoles sea el de corriente alterna monofásica de baja frecuencia, p. e., de 16 2/3 períodos, como se ha adoptado en Alemania y Suiza, a mi juicio, el más a propósito para grandes líneas de tráfico medio como las nuestras. Las •c uestiones que afectan al motor en serie de corriente alterna con conmutador para tracción, par de arranque, decalaje, rend1miento, reguladón, recuperación de energía, etcétera, se han resuelto hoy muy satisfactoriamente, a pesar de contar, relativamente al de corriente continua, pocos años de existencia. . TRAZA DO DE LAS GRANDES LÍNEAS DE INTERCONEXIÓN

En el adjunto croquis del mapa de España, indico el trazado de las líneas que llamo de primero y segundo orden, el cual, con arreglo al principio anteriormente establecido, se ajusta aproximadamente al de fas líneas de ferrocarril. Las eléctricas de primer orden ·s·iguen las de f errocarFil, que llamar.emos centrales o interiores de la Península, pertenecientes a las Compañías <l!el Norte y M.-Z.-A. Llamamos de segundo orden a las · periféricas <le importancia secundaria, ·como la <lel Oeste, próxima a .Ja frontera portuguesa, y la que sigue el litoral Este. Se 4an señalado :eon flechas y .círculos los puntos probables de alimentación de la red con energía hidroeléctrica (H), o bien térmica (T), ·procedente de los saltos o criaderos de hu;Jla o lignito, situados en la región adyacente.


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451 -

Preséindo de las líneas de int erconexión regional, que podríamos llamar de tercer or<len, porque entiendo que las mismas deben estable. cerse en combinación con las grandes líneas existentes y de acuerdo con las entidades industriales a que pertenecen. En el cuadro que cierra este capítulo, se resumen las longitudes y composición de los diferentes sectores en que se ha dividido la red total. Forman las de primer onden: I.º El sector Noroeste, que alimentaría los sistemas de electrificación de los ferrocarriles del Norte y Noroeste, y podría ser alimentado por los grandes saltos . de las cuencas del Duero, Miño y Ebro superior, y por energía térmica procedente de las minas de León, Asturias y Santander. 2 .0 El sector Nordeste, que senviría a los ferrocarriles de igual orientación, pertenecientes a las Compañas del Norte y M.-Z.-A., y sería alimentado por los saltos del Ebro medio, Pirineos y Tajo superior, y por energía procedente de las minas de lignito de la cuenca inferior del Ebro y _d e Teruel. 3. 0 El sector Sur comprende el triángulo Madrid-Sevilla-Sierra Nevada, alimentándose ipor los saltos -del Taj-0 medio, Guadalquivir y Sierra Nevada, y desde las minas de Puertollano, Córdoba y Sevilla. Para el estudio técnico de la interconexión, son interesantes las longitudes entre puntos extremos de la re<l ; por ejemplo : L ongitud de la línea de interconex ión Duero-Pirineos, 642 Km. Idem de la íd. · de íd. Pirineos-SeVilla, 7<'.)4 Km. Idem de la íd. de íd. Duero-Sevilla, 488 Km. Idem <le la íd. de íd. Sierra Nevada, Pirineos, por el litoral, 7o6 kiiómetros, con un promedio de 650 Km. Las líneas de unión de los saltos del Duero y Sierra Nevada se representan de trazos, por tratarse de saltos cuyos aprovechamientos tardarán probablemente en realizarse. La longituu de la red proyectada sería : Líneas de primer orden .... ....... ... .. . Idem de se ·s egundo íd ....... .... . ... . . . TOTAL .. .... ..... . .. . ... .. . . .

En Madrid estaría situado el nudo o centró general de interconexión, Y en él residiría el jefe-operador principal del sistema, o "load dispatcher" de los americanos, que estaría en comunicación radiotelefónica c on toda la red.


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452 -

Cuadro de 19ngitudes de la red de interconexión. L on gi tud ea parciales.

L o ngitudc1 de sectores.

Longitudes total ca.

K.il6mctros.

Ki16mctroa.

.lt.i16mctroa.

Ltneas de primer orden : Sector Noroeste (A, B, C, D, E, B).

A B

B C CD DE E B

I<lem Nordeste (A, F, E, L) ....... . .

A F FE

150 136 r86 40 184

EL

250 176 8o

A G

234

G H

200

5o6 I<lem Sur (A, G, H) .............. .. .. .

434

Líneas del Duero (J, K , B) ...... . . .

J

K

IIO

K B

92

G I

86

202

I<lem de Sierra-Nevada ... .... .. ..... .

86

LONGITUD DE LAS LÍNEAS DE PRIMER ORDEN ..•

Líneas de \segundo orden: Sector Oeste (H, Q, K) ... ..... ... .

H Q Q K

254 124

él, P, O, N, M, L)

I P PO O N N 'M M L

rr4 rr8 172 r88 94

Idem litoral Este

686 r.o64 LoNGITUD TOTAL DEL TRAZADO ...... : .•. . ...... ,

2.g88


-

EL

453 -

.

PROBLEMA

TÉCNICO

Antecedentes.

En lo que sigue, procuro estudiar concisamente este aspecto de la interconexión, prescindiendo de fórmulas y desarrollo de cálculos, que podrían alargar demasiado esta Memoria y hacerla difusa. En ellos me he valido principalmente de la regla logarítmica y construcciones gráfiGas; así, pues, 10s resulta<los -citados no .son completamente éxactos, aunque sí lo suficiente para no alterar las consecu'éncias deducidas. He supuesto en los ejemplos q ue se trate de líneas aéreas de transporte con inducción y <Capaddad uniformemente r epartidas, y las siguientes características comunes a todos ellos : Corriente trifásica de 50 y 16 2/3 períodos. Conductores de cobre dispuestos en triángulo equf látero de 5 metros de lado. Conductancia g (recíproca de la resistencia de aislamiento), nula. La fijación de los elementos ·d.e un transporte eléctrico de fuerza con corriente de alta tensión no ofrece hoy dificultad cuando la distanda es inferior a 300 Km. Los Estados Unidos han precedido siempre a Europa, tanto en la magnitud de sus instalaciones, como en la adopción de las. más elevadas tensiones, siendo actualmente el más notable ejemplo <le ellas el transporte de los saltos de Big-Creek a Los Angeles, en California, que forma parte del sistema general de interconexión de aquella región, según se ha indicado. Sus principales datos son los siguientes ( l) : Potencia t otal en dos centrales: 64.000 kilovatios. Distancia de transporte : 386 kilómetros. Corriente: Trifásica, 50 períodos, 150.000 - 130.000 voltios. Líneas: Dos <le aluminio, cada una capaz para transportar 57.500 kilovatios. Regulación : Tensión •constante en la esta<:ión receptriz, mediante dos compensadores 1 .giratorios síncronos de a 15.000 K. V. A. (synchronous

condensers).

.

Las características anteriores confirman desde luego que en pasando la longitud de 300 kilómetros, los efectos de inducción y capacidad de ( 1) I 0.000.- VoJt Trammission System, by Edward W oodbury. (Proc. Am. I . E. E. Sept., 1914.)


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454 -

la línea son enormes y exigen la adopción de <lis.posiciones extraordinarias. En esa misma instalación de Big~Creek, la autoexcitación por la corriente <le capacidad de los generadores de una de las centrales conectada a la línea en ·vacío, con el circuito de excitación abierto, elevaría la tensión de la línea eri la central a 230.000 voltios, y los generadores producirían, en pura pérdida y sólo para compensar esta gran elevación de tensión, 5.000 kilovatios y 5n.ooo K. V . A. ( !), .Refiriéndonos a las líneas de interconexión en España, debemos, ante todo, establ~cer las hipótesis que nos permitan fijar sus datos, los cuales corresponden a la siguiente pregunta : ¿Cuál ha de ser la aptitud de transmisión (1); es decir, la potencia y distancia de que habrá de partirse para su cálculo? Aun cuando conociésemos la situación de los centros de producción y consumo, a lo largo de una línea de interconexión, serían posibles muchas combinadones de transporte, con arreglo al grado de intercam1bio que se fije, o sea, que suponiendo, por ejemplo, la existencia de centros de producción y consumo colocados alternadamente a lo largo de eila, sus constantes variarán según que se calcule para el transporte <le una ~isma cantidad de ener:gía a distancias parciales entre centros inmediatos, o a distancias totalizadas entre los no sucesivos. Lo que hemos llamado aptitu d de transmisión está representado en la·s líneas cortas por los kilovatios-kilómetros (producto de pot-encia por distancia) correspondient_e s a un rendimiento determinado, cantidad constante, cualquiera que sea la distancia <le transporte. En las líneas no muy largas puede admitirse también su constancia para _las frecuendas bajas; p. e., 16 2/3; pero no para la de 50. A medida que la línea posea una aptitud de transmisión mayor, se aprovecharán mejor las ventajas inherentes al acoplamiento entre centros éllpartados, y el coste de transporte del kilov atio será menor, en la hipótesis de una utilización máx im a para cada distancia. Por último, hahría que tener también en cuenta; al fijar sus constantes, la potencia total q u e en el porvenir llegará a circular por la red, a fin de evitar frecuentes ampliaciones . De las consideraciones anteriores, parece deducirse que conv iene prever las líneas de interconexi ón con gran aptitud de transmisión. Así· poseer~n mayor flexibilidad y cum plirán mejor sus fines , importando a este propósito recordar que, debido al desarrollo industrial y al campo,

Decimos aptitud, en vez de potencia o capacidad de transmisión, porque últimas palabras se confunden con la potencia momentánea y capacidad. eléctrica. (1)

~tas

.


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455 - .

eada vez más extenso, de las aplicaciones electromecánicas y químicas, las líneas de transporte siempre resultan insuficientes al cabo de pocos años. Capacidad o aptitud de transmisíón.

Antes de pasar adelante, conviene puntualizarla bien. Es frecuente suponer que la determina el rendimiento o efecto útil que se obtenga en el transporte, como efectivamente sucede en líneas cortas, dom:le los efectos de capacidad electrostática son despreciables, y los de inducción no alteran sensiblemente las variaciones de tensión producidas por la resistencia óhmmica de la línea. Pero en líneas largas, aquellos efectos son preponderantes, y ¡producen, con las alteraciones del régimen de carga, fuertes tvariaciones de tensión, que dificultan el funcionamiento del sistema. · Es un buen servicio, no son tolerahles en la estación generatriz, para tensión constante en la receptriz, variaciones de tensión entre plena carga y vacío, a una regulación, como justamente di:cen los ameriqmos, que excedan del 20 por roo de la tensión de plena carga; límite qu~ reduce considerablemente en líneas de gran longitud su aptitud de transmisión. Así, por ejemplo, en un transporte de las siguientes características: Conductores de cobre: 3 X 120 ,mm. 2 Distancia: 500 Km. Frecuencia : 50 períodos. Tensión compuerta en la estación receptriz: Er = voltios. " Décalage" de la: carga en ídem: cos cp = 0,85,

150.000

se obtiene p~ra 40.boo kilovatios de carga en la receptriz un rendimien· io de ca. 87 por 100, aceptable en la mayoría de los casos, ya que el régimen de plena carga suele durar poco; pero la regulación

Mega a cerca de 30 por 100, inadmisible en un buen ser1vicio. La carga no habría de pasar de unos 25.000 kifovatios pa•a no exceder el límite de 20 por • 100, admitido como buena regulación·. Vemos, pues, que esas variaciones de tensión que originan la inducción y -cc;lpacidad redqcen considera,blemente la carga específica admisible, y cons-


-

456 -

tituyen la más seria dificultad para conseguir un buen servicio en lineas con· longitudes extraordinarias. Así· se explica que .técnico tan eminente como Dolivo-Dobrowolsky, creador hace cerca de treinta años del motor trifásico industrial, preconice hoy el cambio de la corriente trifásica por la continua para los transportes- largos. Por . mi parte, opino modestamente que no es ,preciso llegar a tal extremo, teniendo hoy medios la técnica de obviar el inconveniente sin cambiar radicalmente de sistema; pero conviene tenerlo muy en cuenta y .desechar la creencia, muy extendida, de que pueden ejecutarse estas instalaciones de transporte de fuerz;:i de gran magnitud, sin alterar esencialmente las disposiciones y procedimientos empleados en las líneas de menos de 300 Km. Ni siquiera el sacrificio del aumento de sección de los conductores contribuye a mejorar eficazmente la regulación, por cuanto la resistencia óhmmica, que decrece con el aumento de diámetro, tiene un valor reducido en relación con los valores de los coeficientes de inducdón y capacidad, los cuales varían en sentido inverso, según el logaritmo del radio del conductor, y, por consiguiente, muy poco con la variación de sección. Por ejemplo, para los conductores-cables de 100 X 200 mm. 2 los coeficientes L y C de inducción y capacidad por kilómetro son:

3 X 3 X

100 200

mm.2

c.

L.

Cond uctorcs.

13,8 X 13,1 X

104 4

10

Henry/Km.

8,34 X '8,8 X

104

MK-fd/Knt .

10ª

En general, la regulación de una línea y, por consiguiente, su aptitud <le transmisión, sólo podrá mejorarse práctica y eficazmente de los tres modos siguientes : a) Elevando la tensión. b) Disminuyendo la frecuencia. e) Manteniendo constantes las tensiones en las estaciones generatriz y receptriz, por medio de cargas en esta última que compensen las variaciones de voltaje. a) Elevación de la tensión .

Las tensiones de transporte han aumentado, en los últimos quincct años, desde 50.000 hasta la de 150.000 voltios empleada en el ya citado transporte de Big-Creek, en California, y esto no obstante las · grandes dificultades que, según creencia muy general entre los técnicos de principios de siglo, impedirían pasar de 100.000 voltios. No debemos, pues, ser muy .pesimistas en este punto; táles augurios, como se ha visto después, reconocían por causa el conocimiento imperfecto de los fenó=-


- 457 menos electrostáticos que tienen lugar en las aplicaciones industriales. Hoy, los progresos realizados permiten esperar confiadamente que no ha de tardarse mucho en dar otro paso adelante, habiéndose ya propuesto el empleo de 220.000 voltios (1) en un .transporte de fuerza a 1.700 Km., que formaría parte del sistema de interconexión de California. Con el aumento de la tensión de transporte, disminuyen las variaciones .de tensión con carga, porque si bien la corriente de vacío o de carga de la línea aumenta propor~ionalmente a la tensión, en cambio, los efectos de inducción <lisminuyen, por ser m enores las intensidades que circulan en la línea para una misma potencia transportada, y, además, porque la misma corriente de carga, o en aivance de fase, por se': mayor, compensa más la corriente en fase retrasada, de inducción. El resultado es que, dentro <lel margen de regulación de 20 por roo antes indica:do, la car~a en la estación receptriz puede aumentarse, para condiciones no muy extra.ordinarias, casi proporcionalmente al cuadrado de la tensión, y en esto consiste, por lo que respecta a la aptitud de transmisión de una línea, la ~ran ventaja de emplear las más- elevadas tensiones. Sus inconvenientes son varios. En primer término, imponen el empleo de conductores de grandes diámetros, a fin de no alcanzar en su superficie la tensión crítica disruptiva, que da lugar al fenómeno de corona, estudiado muy detalla:damente por F . W. Peek (2). Según las fórmulas por él establecidas, conductores de 50 mm. 2 , dispuestos en t riángulo equilátero d'e 3 m. de lado, no podrían empfoarse a la altitud de 6oo rn., que correspondería a la meseta central castellana, con más de 90.000 voltios. Cita L. P. J orgensen (3) el caso de una línea instaJa<la en los Andes del Perú, a más de 3.700 metros de altitud, c0n 53,5 mm.2 de sección, en la que no ha podido emplearse por la misma causa del fenómeno de- corona, tensión superior a 50.000 voltios. Una línea de 3 X 85 mm. 2 en triángulo de 5 metros de lado tendría, a 120.000 vOtltios y 500 metros de altitud, una pérdida, en tiempo de tempestad, de 4,5 kilovatios por kilómetro, la cual, para grandes longitudes, ya no es despreciable. El empleo del aluminio permite aumentar el voltaje en un 25 por 100. Otro inconveniente de las alta:s tensiones, tratándose de líneas lar(1) A. E. SrLvER: Probtems r;f 220 Kv. Powe1· Transmissions. Proc. Am. l . E. E . Junio i919. · (2) Dietectric Phenomena in High Voltage Engineering. Proc. A.m. l. E. E. Junio 1911.-Generat Etectric Review. Dic. r912. (3) Proc. Am. I. E. E. Marzo 1914.


gas, es el valor que alcanza su corriente de carga en vacío, y que absorbe la. potencia aiparente de uno o varios generadores . Así, un.a línea de cobre de las siguientes caraeterísticas: 3 X 120 rnm. 2 , 500 Km. de longitud, 150.000 voltios, 50 períod0s, " décalage" de 0,85 en la estación receptriz, absorbería en vacío, de los generadores de la central. una potencia· aparente de ca. 25.000 K. V . A. Esto constituye gran inconveniente para los acoplamientos en paralelo entre centrales aparta- . das, porque requiere un material enorme. Además, las sobretensiones que producen la corriente de carga y las oscilaciones libres del sistema, en caso de dispararse o desconectarse los interruptores de la estación receptriz, en régimen de plena carga, pueden alcanzar valores extraordinarios. El inconveniente principal <le las altas tensiones es la carestía, más que de las líneas mismas, de las estaciones de elevación y reducción ·de voltaje. Una estación de esta clase, para 150.000 voltios, nq ocupará ~ .a igualdad <le potencia, menos de diez veces el espacio que exigiría otra para 20.000 voltios. Ciertos aparatos adquieren proporciones tan colo· sales, que es de esperar encuentre la técnica procedimientos o disposiciones que eviten su empleo con tensiones corrientes, com<;> ya empiezan a introducirse en las recientes instalaciones. La carestía de las instalaciones sugiere la idea de establecer para la interconexión dos órdenes de líneas; · unas, propiamente de transporte, a la más elevada tensión, y otras, a tensión más reducida; por ejemple, la mitad de la primera, las cua.les harían el papel de distribuidoras. En la elección de altas tensiones, no debe, por otra parte, proceder-· se a capricho, conviniendo, para facilidad y economía en la ejecución de las instaladones, a<loptar las normales empleadas en los países que producen el material eléctrico especial necesario. En los Estados Unidos es hoy normal fa tensión de l Io.ooo voltios en la ' estación receptriz, para los grandes transportes de fuerza, siguiéndole la de r30.ooo <voltios, · empleada en Big-Creek. Con análogos aumentG>s graduailes, la tensión futura sería 150.000 voltios en receptriz, aun cuando ya indicamos que se ha propuesto la de 2 .20.000 voltios en la central generadora. b) Disminución de la frecuencia.

En América se emplea generalménte 6o, y algo menos, 25 períodos, en los transportes de fuerza; rara vez 50 períodos. En Europa es esta última de uso general, y solamente en los ferrocarriles eléctricos co11 corriente monofásica se ha empleado la frecuencia de 16 2 / 8 períodos. ·La aptitud de transmisión de una línea, que es limitada por las variaciones de tensión admisibles, según antes se ha indicado, tiene su


,,

,,

-

expres10n en la relación entre las tensiones de sus puntos extremosr central generadora y estación receptriz, a circuito abierto o en vacío;. relación que podemos llamar coeficiente de transmis-ión (Kabelfaktor de los alemanes) (r). Es consecuencia del conocido efecto Ferranti, producido por la capacida<l. A medida que este coeficiente se acerca a la unidad, la aptitud de transmisión es mayor. Si lo llamamos x, el aumento procentual de tensión, en vacío, será:

Er - o- Eg-o Er-o

'

459 -

X roo=

(I -

k)roo

=P·

Esta variación de tensión p depende de las constantes de la línea R, L, C, así como de su longitud l y frecuencia f, según fórmula en que entran funciones exponenciales y transcendenta.les. Para líneas aéreas cortas y secciones reducidas, es, aproximadamente, proporcional a los cu::idrados de longitudes y frecuencias; cuando las líneas son de gran longitud, la relación entre p, l y f es muy variable; pero, de todos modos , en líneas aéreas, p disminuye muy sensil>lemente con la frecuencia f. En las subterráneas, donde la capacidad C es preponderante, y la característica .de la línea

v-~-

tiene un valor muy diferente de la

aérea a igualdad de sección, no puede establecerse una regla fija, y, por el contrario, una disminución de frecuencia produce a veces mayores variaciones de tensión (2) . Los ejemplos cuyos re~ultados resumimos en el cuadro de la página siguiente, ponen bien <le manifiesto la influencia que la frecuencia y distancia ejercen en la transmisión. Al efecto, he supuesto que se trate de dos transportes de fuerza a 500- y r .ooo Km. calculando aproximadamente sus características principales para un régimen estacionario, conductores de cobre de 120 y 2 00 mm. 2 , y frecuencias de 50 y 16 2 / 8 períodos. Los conductores estarían dispuestos como indiqué al principio de este trabajo, en triángulo eq_uilátero de 5 metros de lado. En la estación receptriz se tendría : E r constante = I 50.000 voltios. cos 'f de la carga = 0,85 en retraso de fase.

(1)

(2)

Beredmung von Wecliselstrom Fernleiftmgen. P. 36. Roxssum: Fernleitung von Wechselstroemen. P. 216.

BRRITFRLD:


- - 460 La disminución de frecuencia de 50 a 16 2 / 8 , como puede verse, mejora muy sensiblemente los coeficientes de transmisión, s0bre todo para la distancia de I.ooo Km., aumentando al doble la ())ptitud de transmisión correspondiente a 500, y a más del triple para r.ooo Km. Igualmente resultan mejorados, con la disminución de frecuencia , los rendimientos máximos de la transmisión, coincidentes con "décalages" en ai"{tnce de fas e en la central generadora, iguales a ó,85 .Los ejemplos estudiados confirman, como adelanté anteriormente, que, en transportes de gran longitud, el aumento de sección no mejora sensiblemente la a;ptitud de transmisión, salv© permitir el empleo de mayor~s tensiones (corona), con las que crece marcadamente dicha aptitud. La consecuencia de este estudio es: que, tratándose de un largo transporte aisla:do, no ca:bría dudar, a mi juicio, sobre la conveniencia de adaptar para él bajas frecuencias, técnica y económicamente . ventajosísimas. Consideraciones de otra índole, y , sobre todo, la generalidad en el empleo actual de 50 períodos, militan en favor de esta frecuencia. Sin embargo, no hay que exagerar las ventajas de la uni.formidad, porque, en instalaciones tan extraordinarias, el material apenas es recambiable, requiriendo su a·daptación a cada caso particular. Tampoco es, en mi opinión, argumento de gran peso, en pro de los 50 períodos, el haberse previsto para esta freouencia el material hoy en explotación, porque ipara la interconexión general, había de entrar en línea de cuenta el aprovechamiento de cantidades de energía muy superiores a las utiliza:das hoy; no siendo racional sa:crifi.car las condiciones del nuevo .sistema a las del actual, máxime cuando la energía de ,é ste seguiría utilizándose como hasta aqui, sin ap licarse a. la interconexión general. De mi experiencia en estas cuestiones, ¡:esulta que, en las aplicaciones eléctricas, por su incesante evolución, no resulta a la larga eficaz 'ningún sistem-:i.; de ello tenemos hoy ejemplos a granel, y que el aferrarse en conservar los sistemas antiguos, por razones de economía mal entendida, resulta, la mayor parte de las veces, fatal para el desarrollo ulterior de la! , instalaciones. .

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1

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Ee--o = 0,20

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Eg - x Volts.

2

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1,67

º/o

0,984

38 141. 500 9 . 700

16

-

1-

6 °/o

°/o

49

0,94

75 140,800 18. 300

16 2 /s

0,51

r87,8 76.700 24 . 85 0

50

r.ooo kil@metros.

Y

1 .ooo

KILÓMETROS

51 °lo

°lo 2,5

0,49

0,97 5

50

39 146 . 000 9. 860

/s

1i95,5 73.700 24 . 900

2

6; . 000 -R. 98 ~lo

28.500

A. 92,5 °lo

n.ooo

R. 86 ºlo

79,7

88 °lo

º"º 8 A,

"

I

·/a

°lo

9z °lo

R.

10.000

175.000

6,67

0,934

140,000 19 .000

78,,5

16

1.000 kilómetros.

162.5001 182 .5001 92.125

I"

I•

16

A.

li

13,3 ºlo

0,867

2 5. 600

1 ~ 0.000 .

114

50

500 kilómetros.

:100 milímetros cuadrados.

7 .000

163 . 7501184.000 1 95.87$ 1176.000

12,7 °lo

0,873

107 131. 000 24 . 250

50

500 kilómetros,

120 milímetros cuadrados.

Carga correspondiente a 20 º/ 0 regulacióq (Kw.).. . ... .. . ... . ..... .. .'... .. . 25 000 ., 50.000 cDécalage> para la anterior. . . . . . . .. Avance. Retraso. Rendi¡niento máximo de la transmisión ('r¡ máx.).. . . . . . . . . ... . . . ........ . . 91 °lo 1 95,5 °lo

Eg

lación:

150.000 Aumento de tensión (1 - k) 100 ..... . . Tensión en la central para 20 °lo regu-

Codicien te de transmisión: Eg-a

Corriente de carga en vacío (amp.) . .• . Tensión de ídem íd. (voltios). · . , . . ... . Potencia aparente en vacío: KVAg - a

Características aproximadas.

-

Frecuencias . .. ... . .. . . .. .. .. .. .

Distancias. ,

Secciones . .

.

500

Tensión en la estación receptrlz -= 150.000 voltios.-« Décalage, de la caro.a: cos - 0,85.

.. EJEMPLOS DE TRANSPORTES DE FUERZA A

......

1

,,

O\

~


1

11

En resumen: la frecuencia a adoptar para los grandes transportes merece, considerando en cada caso sus datos concretos, una madura reflexión, ya que la de 50 períodos, sin disposiciones complementarias .que encarecen y complican las instak.ciones, es para ellos inadecuada. .e) Cargas compensadoras en la estación receptriz.

Una carga artificial en la estación receptriz que fuese capaz de neutralizar o compensar l.a s corrientes reactivas producidas por la induc- . <Ción y capacidad de la líIJ.ea, contribuiría también a disminuir las variaciones de tensión y, por consiguiente, a aumentar su aptitud de transmisión. Obsénvese bien que dichas corrientes reactivas cambián de signo según sea la cuantía de la carga útil en la estación receptriz, siendo positivas o con adelanto de fase en régimen de vacío o cargas reducidas, en el que la capacidad es predominante, y negativas o retras·a das de fase cuando las cargas crecen y se acentúan los efectos de inducción sobre los de capacidad. Este cambio de signo dificulta la resolución del problema; pues el aparato o máquina que constituya la carga artificial en la estación receptriz, habrá de aibsorber por su propio sistema, al efecto de la compensación: corrientes en retraso para el régimen de cargas débiles, y en adelanto con cargas grandes. Las bobinas de reacta1· :ia y los condensadores tendrían aplicación -en este caso si pudieran combinarse y regularse gradual y extensamente, lo que hoy es imposible de realizar sin el empleo de disposiciones complica:das y poco prácticas. Además, los condensadores se han usa·do hasta ahora poco, fuera del laboratorio o aparatos de medida, . si bien modernamente comienzan a construirse tipos industriales, aplicados a la mejora del factor de potencia de las instalaciones con motores de -inducción (r). No existiendo aparato estático que realice la función indica·da, se ha acudido a uno giratorio: el motor síncrono, capaz de absorber corrientes decaladas en retraso o adelanto de fase, cuando, conectado a un circuito alimentado por una fuente generadora exterior, se disminuye o aumenta su excitación. Esta propiedad, conocida hace tiempo, se ha'bía aprovechado, empleados como generadores o motores, para mejorar el factor de potencia de las instalaciones. Pero como, en esta forma, su escala de regulación es reducida, hoy, para aplicarlos exclusivamente al control o regularización de la tensión en las estaciones receptrices, (1)

.abril

12

'

1

:

1

:

Economz"c Use of Static Condense1·s, by Waldo V. Lyon. cElectrical World•, y r9, r919. 1


se hacen funci onar en vacío, ·construyéndolos ad ho c, con gran poder sincronizante y de'V'ana:dos sencillos y amplios. E1 citado transporte de Big Creek-Los Angeles es tambiéru muy f<lotable por el ensayo en grande escala que en él se ha hecho de una instalación reguladora de esta clase, a la que podríamos Uamar de compensadores giratorios (los americanos dicen "synchronous oondensers ") en estación r-eceptriz . En "Los Angeles" se han insta-lado dos motDres con votencia conjunta de 30.000 K . V. A., cada uno de los cuales requiere IO.ooo K. V. A . para arrancar ( !), y que aseguran al sistema una aptitud de transmisión <le 64.000 kilovatios . En el cua:dro de la página s1guiente, se jnsertan los datos aproximados correspondientes a cuatro transportes de fuerza con emp_leo de compensadores giratorios, o sea, manteniendo constantes la:s tensiones extremas. Las características supuestas a estos transportes son : Ejemplos de lineas triiást.Qa-s_dñ

ransmisión a tensiones constantes

1· Eg = 180.000 voltios - 50 períodos. . · C on d 1c10nes.. . . . E r = I 0.000 1'd em - cos (!) = O, 85 . 5 • • 1

Seccciones .. .... . . .• . . .. . ..... . . .. . .. .

3 x

Distancias. . . . . . . . . . . . . . . . . .. ..• . ...

liOO Km.

l

2

3

4

5 6

7 8

Potencia mínima reaictiva de compensación de la estaición receptriz. R en vacío (KVAc-o).. , .. Carga en R para una potencia compensa.ción nula (Kw.) ..... .. Carg-a en R para uina potencia. con- . densativa de compensación igual a l (Kw.) . . . . ....................... . Rendimiento aproximado corr·e s.p ondiente a fa anterior .......... . Carga max1ma teórica en R. (Kw ·máx.) • • · • .... · · · · .. · .. · • .. • .. • • · Potencia de compensadón par-a la anterior (KVAc - máx.) . . ..... . . Cargas para 20 °I 0 r.egulaición con 16 2 I 3 períodos a ·tensiones variables (Kw.) .. .. ... .. .... : ...... . .. . Rendimient·o.s: para ~as anteriores.

120

mm. 2

3

1.000 Km.

liOO Km.

X

200

mm.. 2 1.0-00 lm.

36.000 45.700

37.500 48.000

38.000 40.500

44.500 46.500

64.000 56.000

74.500 66.ooo

82 ºlo

67 ºlo

92.670 56.200 129.500 ·53.500

22.000 81 ºlo

30.000

88,5 ºlo


Distancia: 500 y I.<X>O kilómetros. Secciones : 120 y 200 mm. 2 Frecuencia: 50 períodos. { Eg = 180.000 voltios. . T ens10nes extremas: E , 'd r I 50.000 1 em. "Décalage" <le ila carga úti1!: cos lf = 0 ,85;

=

las cuales corresponden a ·1os ejemplos estudiados al referirnos a la frecuencia más conveniente para el transporte, aunque limitando la regulación a 16,7 por 100, en vez de 20 por 100. . Del examen del cuadro se deduce: que, teórica:mente (1), requieren estas líneas un rvado, una compensación en retraso de fase considerable, o, en otros términos, la potencia compensadora para las líneas de · 500 Km. y las secciones indicadas; no podrá ser inferior a 35-40.000 K. V. A., cualquiera que sea la carga útil. Como la .potencia mínima con la cual habían de preverse los compensadores habrá de ser esa misma, se han calculado, con el fin de lograr la máxima utilización del material, las potencias máximas útiles susceptibles de transportar, que les corresponderían. Se notará que tan sólo el rendimiento para 200 mm. 2 y 500 Km. (ca. 87,8 por 100) sería admisible; para los demás transportes, no se pódría, pues, llegar a las. cargas útiles especificadas en el cuadro. Al objeto de comparar fas condi"ciones de uno de estos transportes a tensiones constantes con otros idénticos, pero a baja frecuencia y tensiones variables, he calculado los rendimientos para distancias extremas de l .ooo kilómetros, y las cargas que definen en los transportes con r6 2 / 8 períodos, su aptitud de L ansmisión. Con secciones de qo mm. 2 , el rendimiento (81 por loo) resulta inadmisible, o sea, que, para esa sección, aun sería ventajosa la a:dopción del sistema de tensiones variables a baja frecuencia, cuyo rendimiento (ca. 84-85 por 100} es mejor. Con 200 mm. 2 -I.000 Km., ambos sistemas resultan equiparados, por lo que respecta al rendimiento. En resumen: el compensador giratorio puede considerarse solución aceptable para estos grandes transportes, permitiendo acrecer notablemente la aptitud de transmisión de una línea que haya llegado al límite de ésta y economizar la construcción de una segunda. Ahora bien: en(1) En práctica corriente, a menor carga útil, cor.responderá probablemente mayor <décalage•; así es que, en régimen de carga débil, la compens.ación requerida podrá ser menor que la correspondiente al <décalage> 0,85, supuesto constan.te en los ejemplos.


carece y complica la instalación y el servicio; ~l funcionamiento ·del sistema resulta más delicado, y sus ventajas no Uegan a contrapesar técnicamente, y salvo casos especiales, las de la transmisión con bajas frecuencias. La cuestión requiere, pues, también insistir en su· estudio. TRANSMISIÓN SUBTERRÁNEA A GRANDES DISTANCIAS

1:

'

'

,,

Este problema tiene hoy un interés puramente teórico; pero merece ser menciona<lo, aplicado a la electrificación de ferrocarriles, y ya que existen instalaciones a 60.ooo voltios (Dessau-~itterfei.d) ·que funcionan hace tiempo regularmente. Ha sid.o esh1dfado por P. Humann {1) y, más re<úentemente, por el profesor del Politécnico de Zurich W. Kummer {2), quien, partiendo de los -dafüs ·estableddos por Hrumann, o sea 20.000 vatios/mín., como rigidez dieléctrica del papel impregnado empleado hoy en la construcción de cables subterráneos, y un coeficiente de seguridad igual a 4 (5.000 voltios/mín.), estudia un transpor·te con cables subterráneos unifilares <le r.ooo mm. 2 y corriente trifásica de 50 y 16 2 / 3 períodos, a 159.000 voltios, y ca. 200.000 kilovatios de aptitud de transmisión. Este valioso trabajo confirma también, para el caso estudiado, aun refiriéndose a cables su!bterráneos, la ventaja del empleo de 16 2 / 8 pe,ríodos, pues mientras con esta frecuencia la distancia de transporte puede llegar a 300 Km., con 50 períodos no debe pasar de 100. Olaro es que, actualmente, no competiría económicamente la instalación subterránea con la aérea; pero, sin duda, se a:bre a la primera un gran porvenir en la electrificación de los ferrocarriles, dando motivo al estudio y resolución <le los problen;ias que le afectan y, sobre todo, a obviar el inconveniente de su gran capacidad electroestática. Es de esperar , por otra parte, que con la reanudación de la actividad técnicoindustrial, vendrá su abaratamiento, haciéndola concurrir, al menos para líneas secundarias, y en _consideración a la seguridad del servicio, con las instalaciones aéreas. Resumen del estudio técnico.

Para 'las líneas de interconexión de primer or<len, deben adoptarse, a mi juicio, las siguientes carncterísticas principales: (1) F or tschrt"tte auf dem Geblete der elektrischen Kraftueber fragung mit tels Kab~l. «Elekb:-ische Kraftbetriebe u. Bahnen> , 24 sept. 1915. (2) Unte1-irdt"sche und oberirdúche W echselst rom. cHoechstleistung11 Kabel Schweizerische Bauzeitung>, 10 mai 1919 . '.l'OllO

n

30


-

466 -

Corriente trifásica. Sistema de transporte : Tensiones variables con 16 2 / 8 pet<iodos. Idem constantes con 50 ídem. 'Tensiones: De momento, 200-150.000 wohios, previendo eventuailmente su elevación a medida que lo consienta la técnica industrial. Sección: Por lo menos, 200 mm. 2 , cuya ruptitud de transmisión es: para 500 Km. : ca. 70.000 kilovatios. para 1 .ooo Km. : ca. 30.000 ídem. Postes: A distancias de 250-300 metros, que resultará la. más económica. Aislan:iiento : Coeficiente de seguridad mínimo de 3, en las condiciones más desfavora:bles (lluvia y nieve).

1

1

En las líneas de interconexión de segundo grado podría adoptarse la sección de 120 mm. 2 , c0n las disposiciones o materiales (aluminio, alma <le acero, etcétera) que permitan ,aumentar económicamente su diámetro y emplear las tensiones mencionadas. Su aptitud de transmisión sería as.í de 40-50.000 kilovatios con 500 kilómetros. Otros varios aspectos <lel f)roblema técnico de la interconexión habría que examinar; pero se alargarían dernasiado estas líneas, y, por otra parte, no son urgentes para el planteamiento del asunto, que es ·10 que principalmente con ellas se pretende.

COSTE

DE

LA

RED

A continuación se hace un avance qel coste de la red propuesta, el cual, a falta de datos concretos, sólo tiene el carácter de ligera indicación, según me sugiere la experiencia adquirida en la ejecución de esta clase de instalaciones. He partido de los siguientes precios, que, poco más o menos, rigen hoy: Costes unitarios.

Kilogramo de conductor de cobre montado ............... . Idem de íd. de acero id .......................................... . Idem :de hierro laminado en postes a pie de emplazamiento ......................................................... ·..... . Aislador de suspens.ión en ídem ......... , ..................... . .Metros cúbkos de hormigón en obra .......................... .

Peaetas .

4 1

o,8o 12

70


Pesetas.

Costes parciales.

Kilómetro de línea de 120 rnm. 2 de secc10n .......... .... .. . Idem de íd. de 200 íd. de íd ...................................... ..

40.000 54.000

PRESUPljESTO TOTAL I.924 kilómetros de líneas de 200 mm. 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. i.004 ídem de íd. de 120 íd .................................... ..

ro3 .896.000 47.88o.ooo

2988 kilómetros de líneas ..... . ............... ............... .- ... 151.776.000 BEALIZAGIÓN D _E L PROY~CTO

Una instalación tan vasta -oomo la bosquejada en lo que antecede, sólo podría llevarse a cabo cuando en el país existiese el ambiente necesario y estuviesen compenetrados de sus rventajas los intereses afectados por ella. L anzadq su proyecto por el Estado, aun atribuyendo a la máquina administrativa una organización · y diligencia, de que actualmente carece, sin la presión exterior d<:! los grandes intereses nacionales, el intento sólo daría de sí un trozo más de literatura oficial. Nuestros inseguros Gobiernos, libres del requerimiento entre diligente y amenazador, h oy antecedente obligado de todas las grandes obras emprendidas por él, jamás hallarían ocasión de arbitrar Jos cuantiosos recur.-os necesarios, y la empresa estaría destinada a fracasar. Su ejecución y explotación por una entidad privada lo considero inadmisible. Comercialmente, ha·b ía de resultar un negocio desastroso, porque sus beneficios iniciales, como -los de toda obra destinada a promeiver riqueza y despertar energías económicas., serían exiguos o nufos; y no siendo razonable que aquélla invirtiese sus recursos en empresa tan problemática, cabe suponer, a pesar de cuantas precauciones prevea el Esta<lo al hacerle una concesión de ·t al índole, que trataría de ejecutar la obra fragmentariamente y atendien<lo a su pro.pío beneficio, o buscaría en el monopolio el privilegio o la confabulación de grandes intereses, estímulos y remuneración a sus sacrificios. Pero aun cuando la realización del proyecto prometiese de momento un buen negocio y fuera 'fácil encontrar capitales privados que se interesasen 'en él, tampoco sería lícito que el Esfado se desprendiese de un instrumento auxiliar tan poderoso de la economía naci-0nal, cuyo ini·enso desarrollo. sin miramiento al lucro inmediato, es condición in<iispensa:ble para la eficacia de la función que ha de llenar. Otro de. los aspectos desfavorables de la explotación privada sería


-

468 -

entidad~s modestas, lla-¡ madas también a participar de las ventajas de fa interconexión, las cuales, temerosas de ser a'bsorbioas por una Empresa f uert~, ·mirarían el .proyecto con recelo, y podrían interponer los recursos que proporciona la actuación local, para retardar o entorpecer su realización. Si pues• el Esta-do, por causas bien conocidlas, y que no son de1 caso. examinar, no es hoy apto' para nacionalizar, en el más amplio significado de esta .palabra, la empresa, y si las entidades privadas tampoco son las llanna<las a realizar.la con completa independencia, a la manera como. hoy tiene lugar dentro <le las regiones o en transportes aislados, forza-· so será buscar la solución en el organismo mixto al cual aporten: el Estado, la mayor parte de los recursos necesarios para su desarrollo,. reservándose la alta dirección y la inte!W'ención o control que salvaguarde los intereses públicos; el elemento privado, constituido esencialmente por aquellos intereses más directamente afectados por la obra, aportando principalmente su experiencia, sus organizaciones y hasta sus propios instrumentos. de explotación, capaces de beneficiarse o de cont r ibuir a los fines de aquélla. En cuanto a la interconexión regional o localizada, debía confiarse,. como es natural y ha sucedido hasta aliara, a la iniciativa particular ~ sin coartar la libertad que ha permitido su desarroUo actual; pero al Estado compete promoverla, estimularla y aun, en ocasiones, previo es-· tudio, imponerla, cuando con ella Pesulte beneficiada la colectividad y la desidia, penuria o los egoísmos personales .o comerciales retardaren stt implantación.

• et peligro de ·despertar la desconfianza en las

INTERESES AFECTADOS Según se ha expuesto al principio de . esta Memoria, el esta:blecimiento de un extenso sistema circulatorio de electricidad por toda la Península había de dejarse sentir en t odos los factores de su economía ;· pero hay intereses que participarán directa y .p ricipalmente de sus grandes 'Ventajas. A estos intereses ·corresponde, pues, en primer término,. crear el. ambiente público, hoy manifestado tímidamente, que r eclame su inmediata implantación, y en colaboración con el Estado, fij e las. normas que lo hagan viable. Estos intereses o entidades son, a mi juicio, principalmente: Las Compañías de electricidad. La industria en general. Las Compañías de ferrocarriles . Los propietarios o concesionarios de minas de carbón. Los concesionarios de salt os ·de agua.


-.

469 -

Las Compañías de electricidad no pueden· ni deben. desentenderse, a mi modo de ver, de la cuestión estudiada, porque, aun cuando hayan de dedicar atención preferente a la localidad, provincia o región donde ejerzan su actividad, verían invadido o amenazado su mer·c ado por la nueva entidad explotadora de la red general, y en interés de su existenda y desarrollo estaría· inteligenciarse o eventualmente formar parte de e lla:, aportando elementos y aprovechando sus ventajas. La interconexión y electrificación ,serían poderosos instrumentos de r enacimiento industrial, y este solo hecho justifica que las industrias actuales de la N adán hayan de intervenir también, con su representación, en el lanzamiento y desa rrollo del asunto. Estos organismos, como tantos otro-s , habrán de acomodar su futura existencia a las nuevas normas que imponen con f uerza avasalladora las actuales corrientes sociales, engranánd-0se resueltamente en el mecanismo de las grandes cooper aciones, prescindiendo de inútiles resistencias y baldías lamentacion~ por la independencia o individualismo perdidos. Las Compañías de ferrocarriles, efecto, tal vez, de las dificultades económicas que han padecido en los años de la guerra, la amenaza de i ntervencionis.mo o nacionalismo <le sus explotaciones, o por lo que sea, e s lo cierto que se han conservado al margen de las corrientes de resurgimiento iniciadas en todos los érdenes de la vida nacional; más aún, puede decirse que existe una marca;da antipatía u h-0stilidad entre ellas y la colectivi,fiad, siendo buena prueba de ellas la reciente campaña c-0ntra la elevación de tarifas, a mi juicio tan apasionada como injusta y odiosa. ¿ Obsexwarán estas grandes entidades la misma actitud de· indiferencia en el problema de la electrificación general porque su solución la consideren fantástica o remota, y prefieran el statu quo actual ? El consumo anual de carbón en nuestros ferrocarriles llegará pr·o nt o, si no llega ya en este año, a dos millones de toneladas (1), equival entes para : l Kg. carbón 7.000 c al-0rías. 1 , 16 X roª· kw.-h . l cal.-Kg. a ca. 16.ooo millones de kw.-h ., disipados del potencial térmico ailitnacenado en el subsuelo de la Nación; cantidad igual quizá a unas diez -veces el consumo anual actual tle energía eléctrica en toda España. La ·s a la centralización de la producción térmica de energía eléctrica, aplic ada a la tracción de los ferrocarriles, procuraría ya una economía de (1)

En 1918 sólo las Compañías del Norte y M.-Z.-A. oonsumiernn ca. de toneladas.

i.400.000


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47<? -

la energía intrínseca del carbón gastado, superior al consumo total de energía eléctrica de teda .Ja Industria española. Si el potencial nece-sario para la tracción eléctrica de nuestra red ferroviaria había de ser, como es lógico, en su mayor parte, de procedencia hidroeléctrica, y la economía en carbón, por el cambio de tracción, no llegase más que a un mi11ón de toneladas anuales, son tan altos los _p recios a que hoy se cotiza este combustible, y, al parecer, tan remoto -o probable st,t descenso, que sólo este .a horro producido por la electrificación, justificaría la adhesión franca y entusiasta de las Compañías a todo proyecto con el que se acelere y facilite su implantación. . Las entidades poseedoras de concesiones- o minas de carbón de·b ieran también participar intensamente en el proyecto. Es hoy tendencia general en todos los países disminuir los transportes de carbón, mediante la creación de centrales eléctricas en los mismos distritos mineros, las cuales suministrarían a la Industria flúido eléctrico en vez de: combustible; idea tanto más viable económicamente, cuanto mayor sea el radio de distribución de tales centrales, precisamente lo que se lograria con su acoplamiento a _la red general de interconexión. , Con la producción de electricidad en grandes centrales para el apro~echamiento indirecto de la energía de ,l a hulla, obtendría positivas ventajas la economía nacional. En esas centrales sería posible el empleo en gran escala de los más recientes procedimientos para intensificar y aumentar su coeficiente de aprovechamiento, tales como: medios mecánicos, automaticismo, altas presiones y recalentamientos, pulverización del combustible, gasificación previa con separación de subproductos, recuperación del calor disipado en los procesos de utilización, combustión d~ hidrocarburos, etcétera. Son éstos problemas cuya solución perentoria, en lo que .concierne a ,n uestras fuentes de energía, justificaría la creació~ de un gran Instituto Tecnológico, en donde, a la manera como en nuestros establecimientos oficiales agrícolas se estudian las cuestiones ,q ue afectan a la pr.o ducción del suelo, se ensayasen en gran escalla, y con orientación industrial, -los medios de utilizar y l·anzar a la circulación económica riquezas naturales. Y no debiera esperarse a que esta función se encarguen de ejercerla elementos privados de fu era o del mismo país, porque, sin rehuir su concurso, sino, al contrario, solicitándolo y aprovechando su experiencia, todos los procedimientos ind.ustriales requieren un proceso de adaptación que, en el caso examinado, incumbe esencialmente a l Estado : sólo encargándose éste de él co!l. la debida diligencia y organización, podrá difundirse rápidamente, sin el efecto retardatriz propio del egoísmo, necesario estimulante_,, de la acción privada. En el orden de intereses afectados por la interco'nexión, toca cita'l"" 1


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471 -

~

los concesionarios . de aprovechamientos hidráulicos. Una de las principales finalidades. de aqu61la sería precisamente la de proporcionar rner..,. cado a tales aprovechamientos; así. es que los que poseen <!lereclws sobre ellos, están en el caso de .i ntervenir individual o colectivamente en la puesta en marcha y ejecución del proyecto. Pero, al considerar estos intereses particulárísimos, cuya personalidad reconoce por título la posesión de un derecho otorgado por el _E stado como mandatario de la carn:unidad, cuyo obJetiVG, en muchos ca·s~s, no e·s otro que especular con aquél, y cuyo vaf.or podría aumentar excepcionalmente sin sacrificio <le su parte, por Ja rerulización del proyecto, ¿no habría de equipararse en muchos cásos el concesionario ·de un salto al terrateniente ~e una zona de riego, y obligársele, aun con mucha más razón que a éste, a su adhesión y hasta aportación para contribuir a la mejora? ¿No estaría justificada la exprnpiación de su derecho en favor de una entidad que, bajo la tutela del Estado, _explotase la re.d ? Esta, cuestión cae dentro de la órbita de las modernas tendencias económicosociales; y no es mi ánímo, al apuntarla, hacer campaña contra los especuladores ·de c0ncesiones, sino más bien llamar la atención sobre la necesi<la·d en que se hallan de no desenten.derse de ·un proyecto que tan de cerca les roza:, esperando que, con su realizaci©n, les sean sacadas las castañas del fuego. ;En buena equida<l, y quiero olvidar leyes y reglamentos, la colectividad les ha otorgado los derechos que ostentan, en cuanto no constituyan un estorbo para los intereses propios de ella; así es que deben aprestarse a coadyuvar a sus .fines, y aun sacrificar sus egoi:smos para que no llegue tal caso.

.

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ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA Y

TÉCNICA

Es necesaria una organización admiFtis<tr.ativa ad hoe para el pla nteamiento y desarrollo del proyecto ·de red. La ReaJ orden de 28 de di-. ciembre de 1918 relativa a él prevé, como base de organizadón, la actual Comisión permanente de Electricidad; y a esto me permito objetar modestamente, y salvando toda clase de admiraciones y respetos hacia sus miembros, que est-0 no sería eficaz, y desvirtuaría el carácter de a.1q.ae1 organismo, a mi juicio, esencia'knente consultivo. Precisamente por no ha'berse reconocido así, la legislación eléctrica, en España, ha sido, hasta ahor~, deficientísima, quedando siempre bastantes años rezagada com relación a los demá:s países. .· · . J?esde el 7 de octu.bre de 1904, fecha de la promu•l gación .d el anter10r Reglamento de instalaciones éléctricas, hasta el f2.7 de marzo último~ en que apareció el vigente, esto es, durante cerca de quince años,


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han esta.do rigiendo preceptos cuaja.dos de dislates técnicos, como es natural; ja.más @bser.va.dos, debiendo los concesionarios acogerse, para ejecutf!r sus proyectos, al buen sentido y a .l a conmiseración de las autoridades encarga.das de aplicarlos. Si no recuerdo mal, cuando se dictó el citado Regla.mento, formaba parte de la Comisión de Electricidad nuestro gran Echegara.y; lo que demuestra., sin género de duda, que el mal no radica en la falta de méritos o capacidad técnica indiscutibles de las personas que ila f arman, sino en el sistema de cooperaciones honoríficas y desinteresadas a que tan propicio se muestra el Estado . español. En el período de vigencia de aque'llas disposiciones, la Técnica ha realizado gigantescos progresos, a los que han ido adaptándose las prescripciones oficiales de los países que los han inicia.do, y principalmente Alemania.. Al Reglamento actual no le ha faltado, como vulgarmente se dice, ningún requisito oficial: Rerul orden de convocatoria de r eforma, repleta de a:ltas consideraciones; extensa información pública; dictámenes a granel, y, a mayo·r abundamiento, cinco años cumplidos para redactarlo . Pues bien: al cabo de este tiempo. se ha publicado un reglamento provisional, complicando la tramitación, nutrido de coeficientes cabalísticos, muchos de los cuales no podrán tampoco tenerse en cuenta, y haciendo aJh~tracción de las grandes instalaciones; lo que, en cierto modo, es de agradecer. Las causas de estas deficiencias nos alcanzará probablemente a todos; y cita r é: la desidia oficial, la colectiva, nuetro espíritu individualista, el atraso técnico, la falta de un cuerpo bien definido de especialistas, etcéte ra. Urge ponerles remedio, implantando una organización bur ocrática, técnica y a·dministra.tiva, que responda a las necesidades fu turas r elacionadas con la producción, t!ansporte y ap licaciones de la electricida·d, a la vez que estimule la actuación privada. Base de tal organización había de ser, ,s egún lo que pienso, la creación <ld Cuerpo de Ingenieros Electricistas, pero con gran amplitud de miras y sin dar mucha beligerancia al fetiche de casta. Con éi desaparecería la baraúnda de tLtulos actuales, con que la iniciativa privada, no · siempre acertada ni altruista, ha reemplazado _viciosamente la inhibición, en la materia, del Estado. Cesaría también el pugHato latente; por ostentar la condición de electricista, entre las difer ent es especialidades de Ingenieros españoles, fundándose en que todos ellos, más o menos, por las mismas necesidades de la .Profesión, han de entender en las aplicaciones de la Electricidad. Por otra parte, el campo de és_tas es hoy tan ex tenso, que ninguna de nuestras actuales Escuelas tendría derecho a reivindicar la exclusiiva de la especialidad eléctrica fundándose en enseñanzas ofi.ciales que distan mucho de ser comp1etas. Realmente, si lle-


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gara a formarse el Cuerpo de Ele.ctricis_tas, como he sugerido, ..aún habría que pensar en subdividirlo en varias especiailidades: constructores, de la:borat011io, de aplicaciones y expl©tación, electrometalúrgicos, electroquímicos, las cuales, en su conjunto, no sería capaz de d<ilminar el más consumado dectricista. Las diferentes especialidades de Ingenieros civiles y militares, en un plazo determinado pr-opondrían los indirviduos, de entre ellas, que, a su juicio, y previa solicitud de los interesa:dos con relación de méritos, po<lrían ostentar el título de electricistas. Al Estado correspondería e<Ventualmente revalidarlos, para formar el Cuerpo, del cual, en el régimen de libertad· que preconizo, no debíeran exduirse ni aun a los extranjeros natura¡liza:dos en España. Af propio tiempo, se crearía la Escuela y Laboratorio Central de Electricidad, no precisamente a base de unas parrafadas de la Gaceta, un locaJ. cua:lquiera y varios electricistas de influencia, sino seriamente y sin tacañerías. La camarac;l.ería· de Escuela proporcionaría el agluti.n ante y forta1ec~ríp. el espíritu de Cuerpo, que, claro está, no podrHí ser muy .i ntenso en los primeros Ingenieros, por sus distintas proce·dencias. Este nuevo organismo profesional; representado por su Asociación, ·s ería el promotor de cuanto se relaci<!mase con las aplicaciones de la Electricidad, y en él había de reclutar el Estado los agentes encargados <le sus servicios eléctricos, sin que por eso deje de subsistir, reformada y amplia:da y con carácter consultivo, la actual Comisión de Electricidad. · Paralelamente a:l Cuerpo de Ingenieros, se formaría el de auxiliares, técnicos o peritos, tan indispensables como aquéllos. A los actuales, yo me permitiría aconsejarles no desnaturalizasen su misión, ni concedie:sen, a la cuestión ·cÍe denominación o título; una importancia que, a mi juicio, no tiene. Un título es algo cuando representa un valor cultural y útil contrastado por la actuación soc1a:l del individuo que lo posee ; si no es así, se convierte en una etiqueta con pretensiones de privilegio, y la sociedad moderna prescinde de más en más de estos fetiches, dando su preferencia al self-maáe man, al individuo autoformado, aunque -carez;ea del marchamo de toda coleetividad profesional. En vista de los futuros planes y del desarrollo creciente de las ih~­ talaciones eléctricas, eil ministerio de Fomento debiera también ampliar -su organización burocrática, creando el Negociado o Servicio Central de Electricidad, -desempeñado por especialista competente, a cuyo car.g0 estaría la legislación, estadística, información técnica de expedient es, v'erificación de contadores, etcétera. Su cometido llegaría a ser tan


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grande al establecerse la red general de interconexión, que precisaríai. su desdoblamiento en otros varios centros auxiliares o secundarios. Esta organización se completaría con la división territorial en demarcaciones o grandes sectores eléctricos interurbanos; por ejemplor los siguientes : REINOS O PROVINCIAS QUE COMPRENDE

SECTORES

CentraL ................. .. Norte ..................... . Nordeste .... . ............ . Noroesrt:e ................. . l,eva:nrt: e .................. . Poniente ...... . .......... . Sur ........ . ... ...... . .. ... .

Castilla fa Nueva, A vila, Segovfa y Soria. Santander, Burgos, Palencia, Valladolid, Logroño, Provillcias Vaiscongadas y Navana. Aragón y Cata!luña. León, Asturias y Galicia. Va·l enda y Murcia. Extremadura y Safamanca. Andalucía.

En una de las capitales de cada sector residiría un Jefe-representante de 1a Administradón, oon el ;Personal necesario que entendería en todo lo concerniente a las instalaciones eléctricas de luz, fuerza, tracción y otras aplicaciones. Estos agentes. <lependientes del Servicio Central de Electricidad~ serían los encargados de promover las interconexiones regionales y estudiar, de acuerdo con )as entidades explotadoras y consumidoras, los pro~emas con ella reladonados.

LA ENTIDAD GESTORA

A pesar <le la organización administrativa, reconocida como indispensable, creo que nadie sería· partidario de confiar exclusivamente a~ Estado el proyecto <le electrifica:ción general ; sería tanto como aplazar su realización más de lo que co11JViene a los intereses del país.· Hace falta la creación del organismo mixto a que aludimos anteriormente; que actúe rápida, eficaz y desembarazadamente, similarmente a como podría proceder una entidad privada : con estructura propia, aunque bajo la tutela del Estado, y sin más nexo con la burocracia oficial que el representante de aquél, asumiendo las funciones de P1"esidente de su Consejo de Administración o Gobierno. Esta entidad mixta, que denominaremos "Sociedad de Electrificación general", tendría, al principio, por misión el estudio y lanza.miento de los proyectos; su capital, reducido, sería el que requiriesen estos


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objetivos primordiales. Después, en vista de la ~jecuc1on de aquéllos~ habría de ampliarse, teniendo en cuenta la experienc¡:ia adquirida en su funcionamiento durante el primer perfodo de ensayó. El esquema <le este organismo podría ser el siguiente : I.º Clase.-Sociedad ·anónima. 2.º Objetivo.~La interconexión y electrificación generales, los negocios relacionados con ellas, compraventa de energía, construcción de centrales, etcétera. · 3.º Socios.-El Estado, entidades afectadas por la interconexión y las que designe el primero. 4.º Tutela.---El Estado tet:idría la mayoría de acciones y la Presid·e ncia del Consejo. 5. 0 Participación.-Ningún acdonista, a excepción del Estado, podrá poseer más del 5 por roo del ca¡¡>ital-acciones. Aquél se reserva la a.probación de transferencias, y aun el derecho de rescate, por causa de interés público. 6.° Capital.~! de aceiones será reducido; el de obligaciones, grande. 7. 0 Empréstitos.r--U-,a. Sociedad podll"á emitirlo-s con la garant ía subsidiaria del Estado, cuya suscripción sería obligatoria para las entidaides que resultaren beneficiadas con su ínversión, e9tableciendo plazos equitativos de pago. 8. 0 Interés.~E1 Estado garantizaría un ·deterttnina<lo ínter& al capital. 9.º Privilegios.-La Sociedad los disfrutaría especiales, en relación con las concesiones de la riqueza pública, necesarias para sus fines. ro.º Gerencia:-Un Comité-director en Madrid, con · representantes o delega·dos en los diferentes sectores, regiría la Sociedad:. 1

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' OONFERENCIA PREPARATORIA E l lanzamiento del proyecto requiere que se pongan en contacto les intereses afectados por él. Al objeto, convendría, a mi juicio, la celebración en Madrid de una Conferencia de representantes de aquéllos y limitando su número a los indispensables, en interés de la rapidez de sus deli'beraciones, y teniendo en cuenta 'el carácter preparatorio de la Asamblea. Y o propondría los siguientes : Compañías de Electricidad.-Un representante de las Compañías pequeñas, por sector, o ,s ean, siete. Otro de cada una de las grandes Compañías, entre las cuales recuerdo: Comlpañías de .Cataluña: "Riegos, y Fuerza del Ebro", "€ata:

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lana de ·Gas y El'ectrrcidad", "Energía Eléctrica de Cataluña", "Productora de Fuerzas Motrices" .--."Hidroeléctrica Ihérica" e "Hidroeléctrica Española" (representantes de otras entidades de varias· regiones de España), "Unión Eléctrica Madrileña", Sociedad Popular Ovetense, "Eléctricas Reunidas de Zaragoza", Compañía anónima "Mengemor", Compañía Sevillana de Electricidad, y alguna otra que pueda olvi<lárseme involuntariamente. En conjunto, di·ez y ocho representantes. Entidades industriales.~Entiendo que, para el objeto, cuatro representantes de las Cámaras de Industria, de los diferentes sectores agrupados (Oentral, Nordeste-Levante, Norte-Noroeste, Poniente-Sur), serían ·suficientes. Compañías de ferrocarriles.-Otros cuatro representantes de la:s siguientes: Norte, M.-Z.-A., Andaluces, las demás Compañías. Entidades hulleras.-Tres representantes de las cuencas mineras del Norte {Asturias y León), Noroeste (Berga, UtriUas, Menquineza, Teruel) y. Sur (Peñarroya:, Bélmez, etc.). Concesionarios de saltos de agua.-Tres representantes por las Divisiones hidráulicas del Ebro, Duero y eJ grupo de las restantes; un representante de la Comisión permanente de Electricidad ; un representante del Gobierno. El número total de representantes que asistirían a la Conferencia sería, pues, de treinta y cuatro, y se ocuparían de : r. 0 Puntualizar el Oibjetivo de la interconexión y electrificación, y los .medios de lograr la más intensa cooperación de sus representados, y de estimular sü interés. ' 2 .. º Establecer el programa para su implantación y desarrollo. 3 ° Redactar los Estatutos de la Sociedad general de Electrificación, o, por el pronto, de la de Estudios. ' 4.º Nombrar una ponencia o Comité encargada de iniciar la propaganda, promover coo.peradones y llevar a cabo las gestiones oficiales y privadas que precisen, hasta ·conseguir que el proyecto entre en ·fase de realización. 5. 0 Arbitrar los recursos necesarios para desenvolver la actuación anterior, recabando al efecto una subvención oficial. 6. 0 Proponer al Gobierno las medidas de todas clases, burocráticas, administrativas o leg:isfativa:s que, bien por sí mi·s mo o con la aut0-: rización de las Cortes, habría de adoptar o pro.poner a éstas inmediatamente, ipara facilitar la realización del proyecto. El ministerio de Fomento debiera dictar, en un plazo máximo de dos meses, la Rea.il orden-convocatoria de la Asamblea propuesta.

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DISPOSICIONES LEGISLA'i'IVAS DE CARÁCTER URGENTE

Sin perjuicio de las que concrete la Conferencia antes mencionada, <lebo citar d0s qae, a mii juicio, no admiten aplazamiento y coadyu~a­ rían a la finalidad de esta Memoria. La primera se refiere a recursos econámicos. Aun en los comienzos del desarrollo .de la empresa propuesta, no conviene fiar mucho su éxito a fas cooperaciones altruistas . .Yio estimo que si, en la primera mitad cd.el año próximo, se lanzase el proyecto, como convi.ene y es perfectamente factible, en los Presupuestos· del Esta:do que ha!brán de empezar a regir elíl pdmero del año próximo, debía ya preverse una partida de, por Jo menos, 500.CXX> pesetas a él destinada. Esta suma se invertiría en la nueva or.ganizaci611 administrativa y en -la "Sociedad <le Estudio de la Electrifü:ación general". Si se organiza·se el Cuerpo de Ingenieros-Electricistas, estableeiendo Escuela y Laborat@rib a él anej.0s , la partida había de elevarse, por lo menos, a 1 .000.000 de pesetas. La segunda medida legislativa, .de gran urgencia, es la reforma de . la ley de Servidumbre forzosa de paso de corriente, de 23 de marzo de 1900; y la de Expropiación forzosa, de IO de enero de 1879 y regla-, mento de 13 de junio del mismo año. Esta·s disposiciones, sin duda, r~­ presentaron un gran adelanto cuando .s e .promulgaron ; pero hoy resullf:an inadecuadas : el Estado ha sido y es la primera -víctima de ello, a .pesarde lo cual, las Cortes del Reino no han podido reformarlas en los cuarenta afias de vigencia, siendo preciso, cada vez que se quiere ejecutar una obra con rapidez, como en el caso del ferrocarril de Ponferrada a Villa'blino, dictar alguna disposición -con carácter particular que evite las interminables tramitaciones de la ley general. Para la construcción de líneas de interconexión como las .propuestas, con longitudes que excederían de 1.000 kilómetros, haría falta imponer servidumbre ·de paso de varias líneas sobre zonas de 40-50 me·tros de ancho y de la longitud expresada; y asusta pensar la série de dificultades que habrían de vencerse, el fárrago de tramitaciones y el caudal de paciencia necesario para obtener la servidumbre, sin. otras armas para Luchar contra el egoísmo de sus dueños y la desidia de las autoridades que las disposiciones a:ctuales. Ya la ley de Paso de corriente de 1900 .establece, a mi juicfo>, un criterio perfectamente leonino contra el concesionario, al exigirle el pago de ·una faja de dos metros .de anchura, que no _ha de apropiarse; a d.if erencia de los demás casos de expropiaci<fm. Ahora bien : si esta onerosa estimación reconoce por causa el nG> ocupar realimente el con-


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cesionario el terreno afectado, y se ha querido favorecer al propietario, compénsese al menos al prim!em a1J..i.gerando los t rámites y def endiéndole más eficazmente de la codida del segundo. A mi parecer, si, al solicitarse las servidumbres, se exigiese la presentación de una clasificación va!lorada de fos terrenos cruzados· por la línea, sacada de los datos del Registro, contribución o amillaramiento, .Y esa clasificación fuese aprobada por el Agente competente de la Administración, · Ingeniero agrónomo o de Montes de la provincia, podría servir de base para la ocupación o imposición inmediata de servidumbre temporal sobre el predio, ooligándose el concesionario a variarla si 1a resolución del expediente diese la razón al propietario que s&licitare variación de trazado. Es seguro que todo concesionario aceptaría esta condición, porque acaso no lleguen al uno por mil los casos en que el propietario tenga: razón y pretenda otra cosa, al suseitar trámites dilatorios, que cobrar mayor indemnización. Con el procedimiento indicado, se daría un ,paso gigantesco para imprimir rapidez a la tramitación ·de los expedientes, pon:1ue, en.t0nces, el prnpietario, al · revés de 1@ que .acontece ahora, tendría en ello un decidido interés. . La morosidad consciente e inconsdente de los .Alcaldes en~rgados de evacµar fos trámites marcados por el .Reglamento, es otra de las causas eficientes de <liilación. Los Akaldes han de ser k>s intermediarios entre el Gobernador y los _propietarios, sin intervención ·del con:c esionario; pero, en la práctica, · dehe intervenir éste personalmente ·y acudir al empleo de toda clase de medios, si quiere ganar tiempo. ¿Por qué, pues, no reglamentar y dar carácter legal u oficial a esta interven·ción privada, limitando la de Akaldes y Secretarios o su albedrío, €n la evacuación de tFámites, a lo estrictamente indispensable? Por último, he de· citar otra gran calamidad que .afecta a los expedientes de expropiación: la amoralidad de los peritos y el que pudiéramos llamar funesto criterio pr omediador. Contra los desafueros del perito contrario que tasa la indemnización cinco y hasta vefote· veces su valor real, cabe al concesionario defensa muy débil, porque no puede atribuir a su tasadón propia un valci.r.·tan bajo (!)_Ue el promedio se acerque al justo vafor; a ello se op©ne el precedente que estable€e lo pagado en la misma z.ona. El tercer perit o tampoco resuelve la dificultad, porque, aun atribuyéndole una probidad que no siempre posee, por comodidad, por tradición o por otr~s consideraciones menudas, eJ. lauda promediánte es a lo más a que puede aspirar el concesionario. Urge, por consiguiente, en cuanto al trámite del justiprecio, que la 1ey concrete más el importe de la afecci0n y la ba:se de percepción ; que se restrinjan las facultades de los peritos, sabo11dinándela:s a la de otros -organismos ofi€iales que desempeñen el papel de moderadores ; que se


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aquilaten más las condiciones de aquéllos, como garantía de su rectitud, y, en fin, que se casüg,u e la prevaricación y el "chantage", estableciendo sanciones eficaces e inrp.edi:atas, eR las .várias formas sugeri.das por cuantos se, han ocupado de estas cuesticmes, cuando peritos y terratenientes con ellos confa'bula<ilos incurran en aqu~llos delitos. Y al ~resar.me en esta forma, no ime guía: una animadversión sistemática -contra la .p ropiedad prirvada, hoy, tal v.ez, en moda, ni dejo de reconocer fos desafueros .que, a veces, intentan cometer o cometen los concesie>narios; ·p ero colocándolos en un plano completamente imparcial, ha1brá de reconocerse por cuantos hayan intervenido en esos expedientes que en 'la inmensa mayoría de los casos, corresponde a los últ,i.mos desempeñar el papel de víctimas. . Este problema es conocido perfectamente por el Cuerpo de Obras públicas; su Asociación es la llamada, por este motivo, en primer término, a proponer inmediatamente la reforma de , la ley vigente de Expropiación y Servidumbre forzosas. Al Gobierno correspóndería, en · vist a de los planos fu tu ros <le electrificación, invitar también a las grandes entidades ·de Electricidad dtadas en el curso de esta Memoria y que con más intensidad han debido ' padecer y oriLlar las qificultades aludidas, indiquen, en 'breve plazo, las reformas de las a'Ctuales disposiciones que, a su juicio, podrían facilitar las tramitaciones y salvaguar·dar sus intereses. Ambas propl!lestas servirían de base ·para redactar y presentar a las Cortes el · correspondiente proyecto tle ley. r, En virtud de lo expuesto en el curso de esta J\i1emoria, tengo el honor de presentar a la deliberación del Congreso las siguientes

CONCLUSIONES

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PRIMER.A:. Urgencia de la intet'cone~ió'n y electrifieación.-Siende. de opo.r tunidad y alta conveniencia para los intereses colectivos, coma base de renacimiento industrial, y ,para promover intensamehte la electrificación en todos · los órdenes y factores integrantes de la economía pacional, la interconexión general de, las instaladones eléctricas actua-· les y futuras, extendidas por tod.o ~l territorio, proced~ que el Gobierna adopte, con la mayor urgen,cia, las ·disposiciones conducentes a la realización de un proyecto de Red general · de Electrificación en España. SEGUNDA. Elctrificación de ferrocarriles.~La interconexión tendrá una aplicación inmed1atre · a la eleetrificación futura de ia. Fed ferro?daria española, por fo que el proyecto de red que en definitiva; se aidop-


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te habrá de t0mar en consideración las necesidades de la tracción eléctrica y concordar con eilas sus características. TERCEru\. Entidad electrificadora.-El planteamiento y desarrollo del proyecto de electrificación general y, más tarde, fa explotación de la red y <le ios neg0cios 0 empresas con la electrificación relacionados ~ según oportuna:mente habrá de puntualizarse, se confiarán a una entidad u organismo semioficial, con estructura indepencliente de la Administración pública. En .él participarán, de una parte, el Estado, que ejercerá la funeión tutelar y directiva, avalando el desenvolvimiento económicofinandero de aquélla, reclamado por los intereses .colectiivos ; d'e -otra, serán partícipes fas entidades o intereses aiíectaidos por tas Empresas de electrificación general, y, principalmente, las siguientes:Compañías de Electricidad, entidades industria1les, Compañías de Ferrocarriles, propietarios o con~esionarios <le minas de catibón, concesionarios de saltos de agua. CUARTA. Oonft!rencia prep:aratoria>,.~1 Gdbierno d eberá CO'll:VO.ca:r , en el plazo más ibreve posible, la reunión, en Madrid, de una Asamblea o 'Conferencia de las representaciones de intereses afectados por la interconexión, cuya misión sería: r .º Establecer el programa para imp1lantar la electrificación. 2 º Redactar los Estatutos de la Sociedad de E studio, y , event ualmente, de la Sociedad general de Electrificación. 3 .0 Notn1brar UFJ.a Ponencia o Comité de propaganda y desarrollo de la idea, que había de promover las cooperaciones oficiales y priva-. das ; 0tro Comité técnico de estudio de la red general . de electrificación ; un tercer C01:n ité, también técnico, que estudie la electrificación de nuestros ferrocarriles. 4. 0 Proponer al Gobierno la ad-opción de cuantas disposiciones sean conducentes a la realización d<;!l proyyecto. QUINTA. ·S istema de electrificacióñ.-Los <los Comités de es.pecialistas encargados de estudiar todas las cuestiones de carácter técnico q11e afecten a la interconexión general, un0 de ellos, y el otro, las refe~entes a la electrificación de ferrocaniles, habrán de ponerse de acuer-. do en lo eoncerniente a las características o elementos comunes a a;m,bas instalaciones, emitiendo dictámenes sobre los sistemas que conviene adoptar. SExTA. Crédito a prever.--'-En los Presupuestos del Estado que próximamente habrán de presentarse al Parlamento, se incluirá una partida de 500.000 pesétas destinada al lanzamiento y desarrollo del plan de elecrrificación general y a 'la 'implanta~ión de las organizaciones técnicas y · administrativas con él relacionadas. SÉPTIMA. Reforma de la organización a<Jm,in istrativa.'- El Estado


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procederá con urgencia, en preivisión de los futuros ·planes de electrificación, a reformar su organización burocrática y técnica actual, creando en el ministerio de Fomento el Negociado Central de Electricidad, que asuma la tramitación, desde el punto de vista técnico, de los expedientes de instalaciones eléctricas. A este Centro estará adscripta una organización extendida a toda la Península, que al efecto ·se dividirá en sectores o circunscripciones, dentro de los cuales representarán al Negociado Central y ejer~erán la inspección técnica de las instalaciones agentes oficiales. OcTAVA. Reforma de las disposiciones vigentes sobre expropiación y servidumbres.--Afectando extraordinariamente 103 planes de electrificación propuestos a la propiedad priivada, y no siendo eficaces las disposiciones . vigentes para lograr su enajenación forzosa o la imposición de las servidumbres necesarias de paso de corriente en favor de la entidad electrificadora, la Dirección general de Obras públicas invitará a la Asociación <J.e Ingenieros de Caminos y a las Compañías más importantes de Electricidad de España, estas últimas conjuntamente, a que formulen en breve, por separado, un proyecto de reforma de la ley de Expropiación forzosa de ro de enero de 1879, su reglamento de 13 de junio del mismo año y la ley de Servidumbre de paso de corriente de 23 de marzo de l9QO. Inspirándose en estas propuestas, se redactará un proyecto de ley, para ser presentado a las ·Cortes, en el que, recogiendo las. aspiraciones de mejora de aquellas disposiciones, tantas veces expresadas por las corporaciones oficiales y particulares, se salvaguarden mejor sus intereses y faciliten las tramitaciones." Llegado a este punto, y sin objeción de ninguna clase, se votaron también por unanimidad !<as conclusiones de la .ponencia leída en el ·día anterior por el Sr. BERASALUCE, cuya votación se aplazó para esta sesión, a fin de que fuera también discutido, si había lugar, el trabajo del Sr. MAYORAL, que guardaba con aquél alguna relación. Escuchó después la Sección: la Memoria, presentada por el señor DELGADO, sobre el tema "La producción y explotación de energía eléctrica en España no debe ser objeto de monopolio", cuya única conclusión, lo mismo que la <le los temas anteriores, se aprobó sin ninguna ·di'Scusión. (El autor ofrece · ejemrlares de su trabajo a ouantoe señores Congresistas se lo pidan.) Con lo que se levantó la sesión a las doce y cuarenta y cinco de la .mañana.

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ArCTA DE LA SESION DEL DIA 19 DE NOVIEM<BRE DE 1919

Se aibre la sesión a las diez y cuarenta de la mañana. El Sr. NOVOA explana su trabajo, cuyas conclusiones, sin d'iscu-sión alguna y por unanÍlmidad de toda la Sección, fueron aprobadas. Dice así dicho trabajo:

"'REALIZA!CION DE LA TEDEFONIA A LARGA DISTANCIA EN ESPA:&A Por D. E. NovoA, Jefe de Línea de Telégrafos.

Objeto del presente estudio. LA TELEGRAFÍA A LARGA DISTACIA EN ESPAÑA: NECESIDAD DE su ·ESTABLECIMIENTO.--'Existe ·en España un problema de sumo interés e importancia cuya sdlución completa e inmediata origina una cuestión previa para que ·l as industrias naci0nales adquieran el desarrollo que exige la moderna vida de los pueblos en el concierto mundial de la Civilización. La comunicación ráipi<la, la telecomunicación eléctrica, es un poderoso e ind~spensable auxilia•r de la Industria; y tratar de intensificarla., de hacerla rv:erdaderamente útil aq Comercio e Industria nacionales constituirá un tema <le alto interés positivo .para ser tr-a:tado . en un Congr.eso de Ingeniería. Es nuestro propósito señ:a.:k1.r los medios técnicos, de r.e alización práctica inmediata para el establecimiento en España de fa Telefonía a larga di;tancia que permita la comunicación directa entre los pueblos más alejados. Trátase, pues, de hacer posiib le el establecimiento de comunicaciones tan importantes y tan insistentemente reclam:adas como las siguientes : Barcelona-Coruña, Bilbao-Valenda, B;ucelona-Sev.illa y otras muchais.


("

Técnica telefónica: su · aplicación al mejoramiento de las comunicaciones. LEYES DE LA PROPAGACIÓN.-EcUACIÓN DE LOS TELEGRAFISTAs.~Es. por demás sabido que en una línea telefónica doble, completamente m,etálica e infinitaiment~ larga, en relación con el diámetro del hilo, de características o constantes primarias R, L, C y S, la variación ·del potencial, al aplicar una f. e. m. •s inusoidal de pulsación w viene dada por la ecuación difere~dal · · di-V = RVS ~

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dV dªV + RC - dV + LS - - + LC & & ~

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llamada ecuación de los telegrafistas.

CONSTANTES SEC~DARIAS.-La ley general dada por la ecuación di. 1 ' ' fererí.cial añterior rige la :propagación de una perturbación eléctrica pe-· riódica en la línea . . Puesta bajo forma imaginaria, rve~;á e;;_ función de un factor complejo P (constante de propagación) de la forma a+ j{J,. siendo a el coeficiente de atenuación de la onda, y {3 la constante delongitud de la misma. La perturbación eléctrica se propagará a fo largo -del sistema .linea! del circuito con una velocidad W

= ; [2]

dependiente de la fre-

cuencia. DEFORMACIÓN DE LAS ONDULACIONES DE LA voz.-La voz humana engendra en el teléfono rnrrientes onduladas que se propagan por la. línea, compuestas, según la fórmula de F ourier, de una onda fuRdamental y de armónicos de distintos órdenes, que han de llegar al extremo receptor del circuito, conservando sus características (amplitud y ángulo de fase), para que el sonido emitido en el transmiSor se repróduzca lo Í:riás ·e xactamente posible: es el principio fundamental de la Telefonía . . ·SERIE· DE FoUR!iER.-CABLE DE HEAVISIDE SIN IDEFORMACIÓN.-PRoDE LA 'TELEFONÍA.-La se.rie de F our·i er

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muestra 'a demás la >distinta ·frecuencia de los armónicos, ·y, por tanto, éstos poseerán ·diferentes longitudes de onda; lo que equivale a -::aecir

'


que las ondas el~m1mtaVes 1del mow1niientb s~ atenúan o am©rtigl!l.an des"igua:lméñte, resultando la .deformación de la onda de Hega<la,; y los sonidos ·recibidosr di.f erirán grandemente de los prohune.iados en ~l origen de la línea. El ·probletp~ fundamental 4e la Telefonía consiste, pues, en .mtodificar las consit:antes primaria~ del circuito para anular la deformación. El sabio electricista Heaviside dedujo que, cuando las .c aracterísticas de la línea satisfacen fa condición LS = CR [4], la velocidad de propagación de :·las ondas es independiente de la frecuencia, i<lénti~a para los distintos armónicos; por tanto, -el cab1e sobr~ el que se propaguen estará exento de deformación . • LÍMITE PRÁCTicO DE LA TELEFONÍA ORDINARIA.--'Tratándose de un circuito aéreo ordinario, y siendo ~ceptable la comunicación cuando el amortiguamiento total es inferior a 3, dedúcese la siguiente tabla de distancias-límites para la comunicación . Cobre

2

3 4 5

mni.. ................... .

430 Km. 6oo I .000 r.500

•.

1

Como C y L son de ordinario despreciables al lado <le R y S, la atenuaci.ó n se hace independiente <le la frecuencia, y a ·depende esencialmente de la resistencia del conductor. La distancia de la comunicación se aumenta teóricamente de un modo ilimitado; pero existiendo prácticamente imposibilidad.' material <le aumentarla por serias razones económicas que se oponen al empleo de conductores de más grueso diámetro que el utilizado, aparte .de otras obj.eciones de orden técnico que podrían recordarse, resulta que la Telefonía ordinaria presenta un límite. No hace mucho que la mayor 1ínea explotada con teléfono era la de la comunicación París-Roma, de r.500 Km. de longitud <le hilo de cobre de alta cond'uctibilidad y de 5 milímetros de diámetro; a esta distancia, sólo erarí . aceptables las comunicaciones de. centra!! a central; pero cuando se enlazaba a dicho circuito internaciona1 una línea interior o secundaria, la conversación ya nó podía verificarse, por haiber pasado el límite de la distancia admitida. Resulta que la Telefonía: a larga distancia, por numerosas razones técnicas y económicas, no paede, paes, realizarse po11 los procedimientos de líneas ordinarias. Tratándose de líneas subter·ráneas, en las que la capaddad es muy


1

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486 -

grande comparada con la autoinducción, el amortiguamiento se reduce a = a. V 7twCR, dependiente de fa frecuencia; con un cable ordinario 9e "gutta ", el límite prá<:tico de la comunicación telefónica son 8o Km.

,---

MEJORAMIENTO DE LAS LÍNEAS: SISTEMA . PuPIN.---CABLES DE INDUCTANCIA REFO~A ARTIFICIALMENTE. - Reoordando la . expresion I = I 0 e- al <le la corriente de Uegada, se ive que, para aumentarla, conviene reducir a todo lo posibJ.e y hacer1o independiente de la frecuencia. para que el cable sea sin deformación. La reducción de a obtiénese prin<:;:ipalmente aumentando la autoinduicción o reduciendo la resistencia y la capacidad ; más fácil es lo primero que lo segundo. · En I899 expuso Pu:pin un estudio magistral, estahleciendo por el cálculo los principios en los que se basa actualmente h Telefonía a larga distancia por el empleo de líneas con inductancia reforzada artificialmente. Demostró Pupin que aumentp.nd:o el valor de la autoinducción, no sólo se produce un amortiguamiento mínimo, sino que,. simultáneamente-, se iguala la deform ación en los distintos armónicos; a la vez que se aum·e nta la intensidad de llegada, se suprime la deformación, obteniendo la limpieza de la pa1a:bra. La teoría ·s upone el caso de una autoinducción uniformemente r·epartida a lo largo qel conductor; per-o 1os laborios:os cálculos de Pupin llegaron a una consecuencia de importancia para la construcción de lais líneas pupinizadas: intercalando células de autoinducción en el circuito, se obtienen los mismos resultados que si la autoirrducción est~viese uniformemente repartid'a , siempre que la distribución de esas autoinducciones acumluladws se .s ometa a una ley determinada. Gracias a estos prinópios esta!bll.ecidos, realízase hoy la pupinización de toda clase de líneas en condiciones f a.vorables ; se construyen :;1.otu¡:dmente gran número de líneas pupinizadas con el fin de economizar cobre en el caso de líneas de longitud media o para aumentar el alcance de la comunicación telefónica;_ la pupinización aplÍ!case ta(mbién con éxito r:iotabile a las comuni~aciones subterráneas y submarinas. En el oas-o de cables, r.l aumento de la constante L por kilómietro se obtiene de una manera uniforme por el procedimiento del Ingeniero danés Krarup, aumentando la permeabilidad del medio que rodea al condl¡lctor; la krarupización es menos econ6mica que la pupinización,. y este es el procedimiento que se emplea casi ex"Clusiv-a¡rnente. Resultado~

prácticos de la pupinización.

PRINCIPALES EXPERIENCIAS.-Han sido mud1a:s las e:x,per·i encias realizadas para la comprobación de la teoría de Pupin, y los resulta.dos obtenidos se ·s ometen en un todo a los previs·t os por la teoría.


La Administración alemana, en colaboración con la Casa Siemen & Halske, realizó experiencias de gran valor científico. Los primeros ensayos efectuados so'bre las líneas aéreas Berlín-Magcl.eburg0 y BerlínFrand-0rt-sur-1e-.Mein fueron ya bien concluyentes; · y quedan resumidas con la siguiente exposición de los valores del cgeificiente de amortiguamiento:

Líneas de Berlín-Francfort-sur-le-Mein: Bronce ailta conductiihiili<lad S · mm. <P, no pupinizada .... .. ··: .. . 4 .. ......... .

262.10- 5

pupin~za'Cla ..... . .. . .. . .... .

59i.10-5 193.10-5

176.10-5

Con la línea de 2,5 mm. cargada con bobinas Pupin cada Km. oh- · túvose m:ejor comunicación teldónka que con líneas· de 4 mm. sin pupinizar, y las cuailida<les de la conservación obtenida con la línea ordinaria de 5 mm. eran solamente un poco más elevadas que fas del circuito cargado. . , Se dedujo también de lais experi encias, y de acuerdo con lo indicado por la teoría, que el empileo d:el sistema Pupin en la construcción de los circuitos telefónicos aéreos perm:ite economizar gran cantidad de cobre; es decir, el peso del alambre necesario redúcese a l/4 del que se precisaría en el caso de un circuito ordinario, o, lo que es 1lo mismo, para una misma cantidad de cobre pueden reaHzarse comunkadones cua:tro veces más lé!irgas. La aplicación de estos principos ·a los ca:bles produce análogos resultados. 1

ECONOMÍA DE LA PUPlNlZAClÓN.-Aca:bamos de poner de manifiesto una ventaja insuperable <le las líneas telefónicas -pupiniza<las sobre los circuitos ordinarios, y es útil tomar algún e}emplo. Su¡poniendo un circuito telefónico de 800 Km. de 10ngitud (próximamente la distancia Maidrid-<Coroña) de cobre de 4 mm., a fin de obtener una comunicación telefónica que, sin ser inmejorable, sea aceptable :p ara el tráfico que supone una explotación comercial : el alambre de la línea pesa más de 192 toneladas, cuyo valor asciende a 400.000 pesetas, considerando los precios norttnaies de 1912; con esa cantidad de cobre, y pupinizando los oonductores, podrían .establecerse dos comuniicaciones telefónicas .Coruña-Cádiz, por ejemplo. Eil cir<:uito Maddd-Coruña primiera¡mente supuesto no precisaría más que 48 toneladas de alambre, con un valor de 100.000 pesetas, empleando el -sistema Pupin.


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488 -

PROGRESOS DE L4 TELEFONÍA.-'-IEstos f>.e rf eccionamieritos de. la técnica han pr6vt>ea"Cló la reali>z ación <lle 'largos circuitos, y, · principalmente en estos últifil.Qs años, se ha consegMido un enorme progreso telefónico, como. se deduce <l'el examen de la siguiente tabla, en· fa .q_ue figur-an las longitudes progrcsiva,mente alcamzar@as para ta _c0nseFVación:

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Al'ca.nce .

AÑOS

LÍNEAS Kilómetros.

I876 I882 I884 I8Q2 I9I3 I9I5 1916 I9I7

Boston-Cambridge ............... . ............. . .... . -Providence ... ~ . : . .'.. .............. : ... . .... . -New York ................................... . Chicago-New YQrk ....... . ........................ . . . New Yor.k-SaJt Lake City ..................... . .. . - , . -San Francisco ......................... . Montreal-V0.1ncouver .......... . ........ . ........... . San FranciscG-J ekyJ Islandi (Florida) ..... . ...,. .

3

72 . 376 .44e> 4.r6o 5440 6.763 ·6.900 I

l

Debe advertirse que, en algunas de estas líneas a gran dis't ancia, se u tiliza, además de la pupinización, el traslator telefónico. para aumentar la distancia-de . ·la intericomunicación. . Dedúcese de la tabla anterior la posibilidad de establi;cer líneas largas en condiciones económiicas favoraibles para las grandes distancias. Ap li'cacic~!I

de la nueva técnica a la R'ed españrola.

LA PUPINIZACIÓN HACE COMERCIALMENTE POSIBLE LA TEL.EFONÍA A LARGA DISTANCIA.. ~En España, desgraciadamente, la Telefonía actual se verifica de un modo 'bien incompleto y poniendo eli práctica los medios ordinarios de rendimiento bien escaso~ eri I892, se estableció en . los Esta.dos Unidos de América del Norte el circui.t.-0 Chicago-NewYork, de cer-c a .de 1.500 Km. de longitud; en España, a ios veintisiete años más tarcle, no ha podido establecerse la comt;i.nio<;ación Coruña-Barcelona u otrá semejante, atitn de menos longitud que aquella abierta .en 1892 al servició públieo en los Esfados Unidos de América. La conversación directa entre las. poblaciones· más distantes de España -es, pues, posible desde hace cerca: de treinta afüos; y si bien ·es oierto que una Con:ipañía explotadora no puede acometer un plan comJi>leto de ia· Telefonía nacional, es, sin embargo, un a:bandono g11ave· que repercute en la actividad comercial del País la despreocupación del Estado ante una necesidad tan hondamente sentida.


1

BASES GENERALES PARA EL PLAN TELEFÓNICO DE ESPAÑA.-Las líneas .a establecer para realizar el plan tele.fónico de España con ·sus líne.as:! ,, 11

I!

,bases a gran distáncia, serán aquellas líneas indispensables para tealizar el tráfico interior ; y cualquier plan que se indicase sería bueno mientras se ajustase a los trazados de las líneas generale~ telegráficas :actuales. La Dirección general de Coi;reos y Telégrafos tiene formado un .completo estudio de Telefonía nacional, en el que he tenido el honor de .a portar algún trabajo; y adaptándolo a la Telefonía a larga distancia, .constituiría un plan inmejorable para su realización. Como dispositivos complementarios de la pupinizaeión, habría que establecer los relais de intercomunicación, cuyos resultados han sido del tod.o satisfactorios. Así se empliean estos· dispositivos en la Hnea New-York-San· Frnncis-co, que enlaza las costas del Atlántico y del Pacífico, línea de 5.500 Km. <le longitud. TELEFONÍA A BALEARES Y COSTAS DE AFRICA.-TELEFONÍA INTERNAcompletar la Red españ.ola, habría que acometer además ·el tendido de cables telefónicos a Baleares y posesiones africanas; enlazando estos 'cables a líneas aéreas covenientemente establecidas, podría hablarse directamente desde dichos puntos con Madrid. El emlace telefónico Madrid-Lisboa es una necesidad que se sient e imperiosamente, y es además obligación de España facilitar el entace telefónico .París-Lisboa. <:IONAL.~Para

¡,.

ÜRGANI7.ACIÓN.-En cuanto a organizac1on, tendríamos que r epetir lo expuesto por la Dirección de Telégrafos ·en el Proyecto de Telefonía r..acional. Es preciso unificar la explotadón telefónica y telegráfica, para verificar la unidad de tarifas y servicios, a la vez que dedicar los cir-cuitos al servicio que les es propio; habría que suprimir el telefonema y dedicar las líneas telefónicas exclusivamente al seFvicio <;le conf erendas, como. ocurre en todos los países del Mundo donde una perfección admira-ble preside en esta clase de servicios, sin olivi.dar que las ·eomunicaciones eléctricas de telecomunicación carecen del cará<:ter de negocios, y que debe ser considerado como un servicio público en manos del Estado." · Bl Sr. BASTOS (D. Francisco) <lesarrolla el tema por él presentado a rl a Sección aeerca <le la 1" Sección internacional de Industrias eléctricas de la Exposición de Barcelona", ·cuya dirección le ha sido conferida, y para cuya ·l abor solicita el concurso .de toda la Ingeniería es¡pañola en una conclusión, que también es apF<obada ·por unanimidad·. La Memoria del Sr. Bastos es ila sigaiente:


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"LA . SECCION INTERNACIONAL DE INDUSTRIAS ELBCTRTCAS DE LA EXPOSICIQN .DE BARCELONA Pi0r D.

FRA NCISCO BASTOS,

Comandante de I nge11.ieros..

Señores Congresistas : Habiendo sido encargado recientem.e nte de redaotar un anteproyecto para la· Sección Internaciona•l de Im<lustrias Eléctricas de la Ex.posición que se celebrará en Barcelona, proba:blemente el año 1923, presento al Congr.eso N aciona;l · de Ingeniería estas sencillas notas como antecedentes del asunto que tengo que desarrollar, con el fin principal de que sirvan de iruvitación a too·os lo·s profesionales de España, para que me acompañen', rnanif es'tanido sus opiniones e ideas, ya que el éxito ·p ertenecerá a la N adón, y p¡0r ello debemos colaborar todos a tan grandioso certaJmeliJ.. _ Ba.:celona prepara, con su Exposición, una espléndida manifesta- _ ción de la Industria y de la 'Vida de España. Sus <los secciones-la nacional, de todios ilos productos, y la internacional, de Electricidad~van a estar emplazadas en un lugar espléndido, cubierto de árboles y de flores, ex:ube:rante de arte y de hermosas perspectivas naturales. Este lugar es .Ja montaña de Montjuich, que se levanta aislada al bd-rde del l\ 1I· editerrá~1H:'o, dOitninando, Cl!demás del animaqo puerto, el ancho valle del bajo Llobr,egat y fa hermosa población de Earoelona, que se desarrolla am,ipHameEte a sus pies. La cé1Jebre montaña está ·conv.irtiéndose ya, merced a l~ mano ·de excelentes artistas, en magnífico parque, con el atractivo ele sus pendientes y cortes naturales, que forman a'brigo~ capriohosos y rincones familiares ,, y que obligarán a dar a la distribución de edificios del certamen un 1sello especial, contra:puesit o a las alineaciones rectas, propias de los terrenos llanos, elegidos de ordinario con preferencia para la instaH.ación de Ex.posiciones.

Conveniencia .y oportunidad _de esta Exposición. Ante todo, expondremos una razón que pudiera interpretarse a primera · vista como una .cllig-r esión del t·ema:: España es poco conocida en el Extranjero. Y aun. pudiéramos decir más propiamente: España es interpretada torici<laanente fu era de nuestras fronteras: se cree ·q ue somos un país pobre en recursos; desprovisto casi de centros industria-


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les y, por tanta, poeo apetitoso para el comercio extranjero. Por esto, si no preparáramos debidamente el concurso a la Exposición Internaéional, es muy pn>ba'ble que ésta resultaS'e un fracaso; en cambio, si se organiza -bien, ·s ervirá de excelente medio para inclinar en nuestro fa~ vor el torrente de la vida cultural de los otros pueblos y para encauzar en seguros <liques el curso del turismo extranjero, a través de nuestro pintoresco país, _r_..,e:pleto de curiosidades históricas y típico en sus costumbres ciudadanas ;y campesinas. Cierto es que mucho ignora nuestro pueblo se>bre la vida en las otras naciones; pero aún más nos desconocen éstas; y, en ·m uchos casos, lo que es lastimoso, se estim•a corno tienipo perdido el estudio de nuestras utilísimas necesidades sociales. Esta razón expuesta .podríamos titularla razón política. Por medio de esta Ex¡posición, podremos hacer una presentación mundia1l de nuestras industrias eléctricas. Hasta que sobrevino la guerra europea, éramos dientes del Extranjero en todas sus ramas;. véanse las estadísticas del año r9r4 y del año corriente, y se observará la enorme diferencia que el desarrollo de fa industria naciónal acusa. La industria eléctrica españoila puede decirse que ha nacido por el aisla-· m iento forzoso a que nos hemos visto sometidos, cuando ya nos habíamos creado la necesidad del empleo de la energía eléctrica. Y si, como se ha escrito, con argumentos comprobados· por la expedencia, la·s E.-cposici on es no favor ecen más que a las naciones nuevas y a las indu strias nu evas, podr em os confiar esperanza<l•os en el éxito. Los productos de nuestra Industria podrán ser, en muchos casos, inferiores a los extFanjeros; pero fa comparación será s·i empre saludah le, porque estimula a l perfeccionamiento ante el temor de perder los mercadüs. Y aun en el caso de que momentáneamente se perdiera alguno, preferible es juzgar a cartas vistas, que seguramente ganaremos en definitiva, por haberse ensanchado el mercado naciona•l y por alcanzarse posiblemente otros para 'los que nos . eiilcontremos en condidones• más ventajosas. Al cumplir estos variados objetivos, habremos realizado un f in indu strial y comercial. Por otro lado, en la E:xiposición de Industrias eléctricas, podrá el público profano alcanzar ideas culturales definidas. La presentación se procurará sea sencilla, apareciendo claramente la transformación sucesiva recibida ¡por los productos manufacturados, con la explicación <le las máquinas que intefwienen, pase a paso, en su fabricación. M ú lti¡ples fotografías ilus.t rarán la parte operativa, e incluso con cintas cinemat<>igráficas, se .complJ..etará la .enseñanza "dell: v.isi·tanite. Estas notrus teóricas Y gráficas a·barcará.n ctirurutos ¡puntos puedlan interesar, tanto al obrero o a:l- pequeiío i-ndustriaíl que acuda a i1ustrarse-ref.erenda de precios, dim ensfones, jorna·1es que exigen, etcétera, caloulados '1o más aproximada1

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'

1

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1


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mente posihle7

, como al· gran t onstruct;or o pr<YfesoF,ique tendrá; oc;a_sión de examinar °'l~ cproducción ' de modeló'& modern0s :y posiblemente ·suduri~ cionamienito; no sién<lb <lie <ltrda:r qué en~on·frarau siiem.pr~ ellemenlios.• y datos -qúe ~lamen -su átención. Así, la 1fatpoS.iciór; ctt.m plirá fin equcati110. · Este propósito cultural¡' creemos que <lebera extenderse a enseñar, fo mismo a lós de casa que a los de fúera, nuestra riqueza--en iadustrta~ [léétrica:s. Por un medio, cuya realización no he .estudia-do en d·etaiUe, 0pino ·debe ponerse al a:lcance del visitante, de un modo gráfico y tangi'!:>le a ·todas las capacidades, la estadística cle esta riqueza, en fortna que, atrayéndole con hal;;tgos y excitando s~ curiosidacl., conozca la:':importancia y distribución de· estas industrias sobre el teFtitorió <le la Península. Asi podra aprender cuál es la energía hi:ciráulid1. de mtestros saltos', transformable en eléctrica para su transporfo ·-a comarcas si,t uadas a más· de 100 y aun de 200 Km ~, y comprobará qüe; si' aquella ·se desaprovecha en oca&iones, es porque- la excesiva longitud -del tFa:ns"' porte; comparada con su cuantía, la pone en inferioridad am donde podría utilizarse'. Igualmente verá en este mapa .Jos . muchos pueblos qtie carecen· aún· de electricidad para su alumbrado, sus molinos y otros fines industriales; estudiará cuál es fa importancia de nuestros ' tranvías y . ferrocarriles eléctrico~, de nuestras líneas telegráficas y telef6nicas, {etcétera, etc.

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Distribución de productos.

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De €ontinuo, en las Exposiciones internacionales, 105" prodlttclos han formado secciones por países. Un Comisario nombrado oficialmente por cada Gobierno ha sido encargado de repi:esentar a sus compatri°"' tas y de velar por sus intereses, tratand(l) amte el Comité Ejétutivo de la Exposición todas las cuestiones relativas al reparto del espacio reservado a sus países respectivos y al modo de instalación de cada Sección !1acional. En la. pasada Exposición de San Francis~o, celebrada d año 1915 durante la guerra: europea, se intentó presentar los productos ágrup_ados por su naturaleza-no por su pueblo d<i origen-, y así se realizó en parte; pero muchas naciones, y los mismos paísés de la Un1ón, cónstruyerGn sus pabellones o palacios, resultando, finalmente, <un sistema miKto, segurnmeate inferior aJl de secciones -naciónates. · · Ei sistema de clasificadón de los .p roductos por su naturaleza: parece e'l más lógico; pues como toda Exposición es la: manifestación de una lucha comercial, é&ta, para ser fecunda, debe aprovechar todos los resortes; principalmente el de la emuláCión.


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·Claro está que este segundo sistema, no es nuevo; pues es el más sencillo, el que se ocurre primeramente. La dificultad ha estado siempre en su· realización. No . es tan fádl como pudiera creerse alcanzar ·de las naciones fuertes la adhesión a estos certámenes; y u na Yez con-s eguida su participación, no es sin condiciones que suelen trastornar el plan ·prepara:do. Siguiendo este sistema racional, al lado del producto elaborado se presentará la máquina y la materia prima, con todas las fases de su fabricación en la forma dicha. Y a en el siglo pasado, el príncipe Jerónimo Napoleón .p ensa'ba que el palacio de una Exposición debería estar dispuesto de manera qiue transversalmente mostrase los objetos agrupados por naciona1idades- y longitudina·l mente por su naturaleza, pasando sucesivamente de las primeras materias a los 'medios de producción y a los productos y sus derivados. Así, aquí, en el caso especial de una Expasición de Industrias Eléctricas, opinamos .que, no sólo debe p r>ocurarse p.o r todos los medios el cumplimiento del plan que él Comité de Exhibiciones adopte--basado des<le luego en este segundo método científico--, sino que creemos que cuanto esfuerzo se ponga en hacer una verdadera clasificación de las aplicaciones eléctrkas; será de gran ut ilidad; y, confiana.os en que los señores Congresistas .podrán ayudarnos en ello. No nos referimos, por ahora, al detalle de fas subdivisiones o grupos que pueda comprender cada sección, sino principalmente a estas mismas. Es fundamental que la clasificación habrá de obedecer a un examen global de la creación y uti:lización de la energía eléctrica; y que lo mismo· que, al estudiar la vida de un hombr·e o de un ¡pueblo, vamos siguiendo [as fases de su vida desde el nacimiento, investigando lais razones que motivaron sus actos, y en un orden cronológioo~ le acompañamos hasta su desaparición e absorción por otra colectividad, así creemos que, al presentarse el visitante en Ja r...>..-posicién, debe encontrarse en un orden análogo las máquinas y proc....tdos eléctricos, dispuestos en grupos o secciones según la transformación de energía que realicen, y subdivididos por el fin alcanzado, o por alguna característka e special que fos defina debidamente. A cont ínuación presentamos uri oaaidro sinóptico de la Electricidad, en que hemos tratado de responder .ª ésta idea. ")

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'1

Fijación de la amplitud de una Exposici~n.

Una vez hecha la distribución de la maquinaria y los productos, por su naturaleza y aplicaciones, quedará determinado el esquema o disposición relativa y sucesiva <le sus secciones, y entonces se presenta d.


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difícil problema de prefijar la amplitud que cada una de estas secciones ha de recibir. Dos puntos de vist.a se pueden establecer: el de los deseos de la Junta técnica organizadora, es decir el que fijaría una amplitud adecuada a. la importancia y novedad que revista la sección, o bieR el ptmto de vista impuesto por >la concurrencia de Casa:s compeüdoras qu.e se pre.s enten c on productos similares. El primer objetivo pudiéramos llamarlo aTtístico o racioaal ; el segundo es el <>omercial y, en gran parte, económico. En el caso de probable contFaposici6n de est0s puntos de vista, esperamos que el Comité de Emibiciones o, más bien, e1 de Concesiones y Admisiones, puecl.a y deba limiit ar 'los es¡pados disponibles por expositor, o recargar las ;tarifas equitativamente, según la concurrencia¡ ' prdba'ble en la ·S'e cción. El cálculo de esta com;::urrencia probable es et· terna más expuesto a error. Múltiples factores entrán ·en él. Ante todo, se ,p recisa poseer una estadística, llevada al día, de las Casas constructoras, clasificada .según las secciones establecidas en el programa, c0n indicación de nacionalid~d, . índole de exportación, importancia productiva y, en gene·ral, cuantos datos puedan ser .de utHidad por su in.fluencia. Con esta -estadística a la JVista, el conocimi001to de la_s tarifas a.duaneras y la ·orientación del mercado español, p0'drá hacerse ya el tanteo aiproximado para fijar la:s -dimensiones de los pabellon~s de la sección. Esto no obstante, como antes hemos dicho, las gestiones de propa,ganda, lél!s r>elaciones políticocomerciales, la ·cuestión obrera, etcétera, pueden alterar notablemente los resu1ta<los previstos. El proyecto debe tener, por tanto, una elCl!stici<lad que, sin aherar el or<leµ sucesivo qu e una distribución esmernda de los pabelloñes exige, puedan éstos variar ·su .capacidad en proporciones de I a 2 , y , en algunos casqs, hasta de I a 4. Así no se dará el caso reciente <le la Exposición die Pana,má, en que se construyeron enormes edificios que, no pmliendo 'llenarse por falta de expositores, se convirti€ron en 'verdaderos bazares de venta, con perjuicio <lel fin educativo y del prestigio del certamen. Aunque . todavía no poseemos la estCl!dística completa de la Industria extranjera, e imposibles son de prever lCl!s variaciones de los demás factores .cita.dos, des·de hay hasta la fecha en que la Exposición se verifique, hemos fijado una amplitud aproximada a las secciones, según aparece en el p1ano adjunto.


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Amenidad. Sería absurdo celebrar una Exposición organizada desde un punto de vista puramente técnico. Su fraca:so sería seguro. A las gentes que acuden de lejanos lugares, ha de ofrecérseles algo más que una Exposición-muestrario o una oficina de ventas. No sólo los aparatos han de estar en condiciones de funciona;r, para satisfacer la curiosidad· del visitante: habrá que rodear a éste de diversiones y a;legría. Al!n considerado un visitante modelo, un obrero o técnico que acuda a estudiar la industria eléctrica extranjera o nacional, no podrá, si su labor ha de ser útil, consagrar más de unas pocas horas a la Exposición en sí. El público, en genera.11, busca los atraotivos, y como -el éxito inmediato, no despreciable, depende de los ingresos, la buena -organización debe encaminarse a que los recreos sean, en lo posible, cultos e instructivos, sin caer en la feria vulgar a base de saltimbanquis, animales amaestrados y cabarets, centros todos de vicio. En cada sección, hemos de procurar, dentro de su naturaleza especial, buscar uno o más dispositivos que, ipor su rareza, grandiosidad o gracia, atraigan la atención de los menos aficionados:

Valores complementarios. Si una Exposición internacional ha de llenar debidamente los fines anteriormente expuestos, la presentación de productos debe complementarse con los documentos aclaratorios que facifüen al ivisitante cu~nto su curiosidad pueda demandar. La Exposición, para ser completa, debe comprender simultaneados fos productos con las ideas ; y ;i.sí como para los primeros hemos propuesto una distribución y amplitud apropiada, análogamente ha de procurarse que las segundas tengan el debido desarrollo y se traten con la detención que no suele dedicárseles en los múltiples Congresos que ·s e celebran de ordinario en fas Exposiciones. Finalmente, para alcanzar un fin utilitario al País, el Gobierno debe disponer de agentes comerciales en las naciones extranjeras que sepan encanzar en beneficio de nuestra Industria las corrientes producidas por la Exposición. No terminaremos sin encarecer una vez más a los Ingenieros españoles su concurso para· esta obra nacional. Cuanto en jdeas como en realidades nos aporten, recibirá excelente acogida, y no escatimaremos los beneficios que pudiéramos causarles." Después, la Sección escucha -la conferencia anunciada por el señor ESPINOSA DE LOS MONTEROS, como complemento y amp1iación '

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a su tema de "Radiogoniometría, en la cuaJ vulgariza, con aplauso de la .concurrencia, los conocimientos de Telegrafía inalámbrica. La PRESIDENCIA da ·la¿ gracias al Sr. Espinosa, manifes1:ando~ en nombre de los Congresista:s, e:l agi;ado_,c on que había sido escuchado. Sieq:do avanzada la hora, y no e'stando presente el _Sr. M ~stres Borren, -c~yo_ era l:lJ1ll 1trabajo die los que figurapa en el orde.~ - ~el día, y que resta'ba p0r discutir, Íl!eron leídas por el Sr. S~RETARIO la._;> conclusiones de aquél, quedc¡._ndo ipen,d~,entes ,para, e1 día siguiente ~u discus.ión y votación. 1. ·: J "' _ Acto $_eg1,\ii9,o, se ley;antó la sesión. Eran las doce y cuarenta y cinco de l_a mañana.


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ACTA DE LA SESION DEL DIA

20

DE NOVIEMBRE DE ·1919

Se a'bre la sesión a las once y ·Cuarenta y cinco. Se concede ila pala1bra al _Sr. PEREZ DEL PULGAR (D. José Agustín), que explica el terna a·c;erca del siguiente tra:bajo, y cuyas conclusiones fueron aprobadas : " EL PROBLEl\IUA DE LA CONSTRUGCION, EN EL ESTADO ACTUAL DE LA INDUSTRIA ELECTROMECANICA Por D . JosÉ AGUSTÍN PÉREZ DEL PULGAR,

s. J.

Es un hecho palpable el aumeni@ F€lativamente grande. que ha te .... nido en España durante .}os últ:imos años el en1.p1eo de· maquinaria electromecánica de todas clases. Por eso mismo, es tanto máis <le admirar la despropordón inmensp. que ha tenido relativamente la construcción y producción de esa misma maquinaria · en nuestro .pa~s dur<;t-nte este lapso de tiem·p o. Mientras que una estad~stica completa d~, Jos ·s altos de agua y ~ábricas -de todo género, con una utilización más 'º menos abundant~ <le material electromecánico, n0 es fácil de hacer en el momento actua•l, la de las fábricas constructoras , <le 1m ateria'l electromecánico que merezcan el nombre de tales, podría retenerse fá!Cilmente · en la memoria, y aun, estoy por decir, extenderse, en algunas ct¡artillas de papel. Existen, sí, multitud de· pequeños talleres, más bien de . reparaciones que d e verdadera construcción intensiva, que se arriesgan de tiemp9 en tiempo a lanzar alguna máquina de .<>on9truGció.n propia, peTo en condiciones enrerament~ desven·t aj.o sas <¡i>~ra corrwetir en el .merca:do ·c0n la pr-o.ducción extrat;ljera. . Siendo, pues, hoy día, de la intel).sificación de la procluceiqn económica, eq especial en el ramo electromecánico, una conakión. esencial de la indepenidencia de la industria nadonail, esclavizada 1en otro ·caso al arbitrio y riqueza extranjera, es posible interesen y 9'proveohen a les señores Congresfatas a!l gunas consecuencias del estudio ·especial · he~ho por mí; durante estos diez últim0s años, sobre las -condiciones tétnkas TOMOil


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a que ha de satisfacer la co.nstrucción de la maquinaria electromecánica para ser viable. En una notable conferencia dada en el "Institut of Civil Engineers", de Inglaterra, Sir Jo:hn Wolf.e Barry (2 de mayo de 1917) resume en poca:s paJahras el. estado actua l del problema de la construcdón: "Hemos tenido ocasión---dice-de. aprender las profundas lecciones que nos ha dado el tiempo de la guérra, por lo que toca a la necesidad de obtener ui-i máxi~o de producción, demostrándonos las ventajas de fa adopción de tipos fijos ·ae cada producto que luego sean reproducidos en cantidad. Esto proporciona una reducción al mínimum posible del trabajo y esfuerzo necesario para la construcción, así camo para proyectar y .para vigilar y revisar los iprod·uctos construídos." He aquí la carcterística de la construcción moderna, sin la cual la concurrencia se hace insostenible. Como resultado de la visita atenta a algunas fá:bricas de esta clase en España y en el Extran}ero, puedo resumir el secreto del constructor moderno en los siguientes términos : La construcción de la maquinaria eléCtrica comprende las siguientes fases: I.º ANÁLISIS DE LOS MATERIALES QUE HAN DE EMPLEARSE.-Es enteramente inocente y risible la confección de un anteproyecto a base de los c0eficientes suministrados por ,..las tablas de tm manual. La mayor parte de las constantes del material electromagnético; como el número de amperespiras para obtener una inducción dada, tas pérdidas en watts por kilogr.amo de hierro, la misma conductibifüfad ·de los conductores <le cobre, ila rigidez electrostática y la resistencia óhmmi.ca de los aisla mientas, etcétera, oscilan, en. los productos suministrados QOr el ~omer­ cio con nombres idénticos, ordinariamente entre valores qÜe difieren en un 50 ¡por 100, con fre6uencia en un roo por roo y, no pocas veces, hasta. un 200 por roo, sobre .todo en épocas; como la actual, de crisis en la producción de los materiales y de substituti'VOS más o menos conscien.tes. Prescindiendb de experiencias personales, podríamos citar testimonios irrecusables. -Me liímitaré a une o dos, en interés de lbs industriales que recorran estos renglones. En plena guerra · (marzo "1915), M. Berlemont, Presidente del Sindicato · <le •CristaJería·-francés, se atrevió a decir a sus oyentes: "La unión íntima del laboratorio y de la fábrica es una· ·condición esencial del progreso, demasfadan'ierÍte descuidada en Francia. El éxito de ciertos aparatos alemanes era debido muy frecuentemente a que ellos habían sido construidos en excelentes eondiciones bajo la dirección -de profesores de Ur;,iv~rsidades bien conocidos, como Ostwal<l, Gaede, Slioot. Una ·de las grandes ventajas de la colaboraoi6'n científica entre el sabio · y eI indústrial es reducir a un mínimuni. los tanteos y las p érdidas de 1

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tiempo que tienen lugar cuando se trata de construir por primera vez un¡:i. máquina, o de perfeccionar una ya construida." La Sociedad Brown Boveri, de Suiza, cuyo desarrollo económico y técnico es bien conocido, en unas de sus Memorias técnicas (marzo I9I7), destinada a describir sus laboratorios para ensayos de material, dice: "Las exigencias crecientes de la construcción nos han hecho sentir la necesidad de basar sobre medidas exactas el desarrollo racional de nuestros métodos de construcción. La experiencia ha probado desde hace ya :nucho tiempo 'q ue solamente el contacto constante de la investigación científica con las aplicaciones prácticas puede garantizar a las empresas industriales contra una rutina perniciosa y un empirismo estrecho y, sobre todo, <Wstoso en Sl.lS consecuencias imprevistas. Pero, aparte de estos principios -generales, una necesidad urgente . impone la obligación de analizar, comprobar y conocer bien lo .que se compra (la materia prima o elaborada para .fines especiales), y en segundo lugar, de conocer bien lo que se vende: la maquinaria terminada." Y, efectivamente, la Sociedad B. B. C. dispone de .laboratorios de investigación, cuya precisión y lujo, teórico al parecer, harían sonreír quizá, al verlos en una fábrica, a algunos de nuestros entusiastas de la llamada Ingeniería práctica. 2. 0 ANTEPROYECTO DE MERA ORIENTACIÓN, FUNDADO EN L<'.JS PROCEDIMIENTOS DE CÁLCULO . DE QUE SE IHSP@NGi\.-Es preciso advertir . qile los métodos de cálculo publicados en las obras técnicas y aun en los artículos <le revistas, suelen ser los que ya no están en l!lSO en los talleres de construcción efectiiva. Es evidente que cuando un proced.i miento de cálculo se publica, es, ordinariamente, cuando ya no es objeto de explotación. En el violento pugilato de la competencia• industrial moderna, sería necesario un altruismo rayano en la candidez para publicar métodos que permitan obtener ventajas ecónómfo:as o técnicas en la construcción. Una industria constructora que comienza debe, pues, hacerse cuenta que si, para esa lucha, no cuenta sino con las armas· que le suministran k>s métodos de cá:lculo ya clásicos o, al menos, publicados por sus autores, de<>cuelga viejos arneses y arnias embotadas de las vitrinas de un museo. Estos métodos sólo pueden aaoptarse provisionalmente, y con ·el intento de substituirlos inni.e diatamente que sea po. sible por otros equivalentes a los que indudablemente empleen en la actualidad las Empresas con quienes pretenden competir. 3·º CONSTRUCCIÓN P.ROVISIONAL DE LA MÁQUINA PROYECTADA COMO EJEMPLAR DE ENSAYOs.-Esta construcción no .debe hacerse con herramentaje especialmente dest~nado a Ja constntcdón de'l tipo de máquina que se estudia, sino por .maquina.ria universal y ·como se pueda. No valdría, en efecto, la pena, para construir una dínamo de ensayro, fabricar


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troqueles para cortar la chapa del in~uci<lo, puesto que estos troqueles podrán resultar .por sí solos más caros que la máquina entera, comprada en el .comercio corriente. 4.º ENSAYO DEL EJEMPLAR CON:STRUIDO.~Este ensayo completo, cuidadoso y con variaciones de los elementos principales que pudieran dañar al buen funcionamiento o ser objeto de ui.teriores perfeccionamientos, es -el punto capital que decide ·de la •b ondad técnica de un tipo de máquina. Mediante él, es p©sible medir, sobre todo, los llamados fact-0res de forma que en eil amrt:eproyecto fué preciso evaJluar ail poco más o menos y tratar de obtener, mediante modificaciones inteli.gentes, toda la utihdad y extensión de aplicaciones de la máiquina que se trata de ofrecer al Comerdo. De este ensayo puede resultar, y resulta siempre en la práctica:, lar necesidad de modificar piezas o elementos de una máquina; lo cual vuelve a hacerse de una manera provisfonal. Una vez puesto el constructor en posesi°ón de una máquina que cumple con las condiciones técnkas requeridas ordinariamente en el Comercio a sus similares, se. fijan lós planos definitirvos, y se pasa a la última fase, que es la verdaderamente industriail. 5.° CONSTRUCCIÓN INDUSTRIAL.-El industrial debe fijar el precio que en el merca·do debe asignarse a aquella máquina para que tenga salida prnbable y, por consiguiente, el coste total admisible y el que debe asigna.r s·e a cada pieza. Descontando el precio corriente del material, con un tanto por ·ciento de aumento, para contar con las oscilaciones pr·obables, que es preciso estudiar en los gráficos suministrados por las est;:i.dísticas, resta un precio de la mano de. obra por pieza. Dividiendo por el · sueldo del obrero que puede em.plearse en su construcción, se obtendrá el :número de piezas diarias que es preciso construir para que la fabricación resulte posibler Viene ahora el problema de adquirir,- o, eventualmente construir, la máquina :que .p roduzca este efecto. Esta má:quina puede adquirirse en el Comercio, calculando su amortización en un cierto número prudencial de añ0s, o, si se trata de construirla, haorá que volver a someterla a:l cielo ae operac'iones anteriormente descripto. En estas c0ndici<ones, puede emprenderse la · reproducción intensiva del tipo de máiquina estudiado, mediante un instrumental acomodado a él, y sin µe·rmitirse, ni· en el material empleado, ni en su elaooración, la más pequeña modificación -del modelo; lo que explica el sobreprecio que · obligan ·a pagar las fábricas por toda modificación o aparató no inc1uído en los i:ipos dd catálogo, por insignificante que parezca. Por último, el laboratorio debe contar con medios de ensayar las máquinas· construidas .p ara comprobar si han sido hechas con arreglo al tipo prefijado. No ·sé si a los capitalistas il es .parecerá que este procesó_ exige des.emlmlsos previos excesivos. Sólo sé que éstas son ' de


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hecho ias bases sobre· que -se funda lá .. construceión Fmóder~a, y; por consiguiente, sobre ellas ha ·~fo fundarse toda c"oro.stnicc;:ión qtrte ¡:>retenda competir con ellas, so pena ·de no existir. ·Sé que se objetará que este procedimiento de construcción intensiva supone uná. esp>ecie de j~<le­ pendencia entre la salida comerdal de los productos y su producción misma. Efectivamente: así es; y esa es la característica de la cons·t rucción intensiva en series, por lo menos, en toda aquella maquilila,ria: en que, como sucede a la eléctrica, el coste de la mano de obra es relativamente grande en comparación con d ·material. · Creo gu~ e.s tas objeciones tienen su peso, y sólo me .atreveré a <:opiar frases de un econorn,ista francés, a ,Propósito de este mismo asunto, y· que pu.dier~ quizá tener a•l guna aplicación en nuestr-o paí.s-: "Un número demasiado grande de industriales pa.rece limitár sus horizontes a la imposición de nueIVOS .derechos de aduana; a la supresión de impuestos o la limitación de la_ jornada obrera ; a la ol:Yligadón que ti-ene la Banca de sostener la Industriá francesa ·; reivindicaciones todas que ne exigen de parte de ellos esfuerzo alguno." Lo que es Índtil.fila:h'le es que si nuestros constructores, para poner-' un taller <le construcció.n elect11©mecánica, ccYmienzan por hacerse un catálogo ·de maquinaria, susceytiible <le las más variadas aplicaciones (y,' por consiguiem.te, lo más i).1lúti1 ipa:ra una iprod.ucdón intensivá), instalat ·un cierto número <le tornos, unos más grane es y otros pequeñitos {para las piezas ·m'ás pequeñas, naturalimente), y un número proporcional ( ?) de taladradoras, etcétera, y d'espués se ·echa a ~uscar por ei Corrietcio pedidos, hoy tle· un motor, mañana ·de uñ amperímetro, .etcétera, no podrá ccmtai:: nuest.J;a Patria jamás cori una construcción _in'EleperÍdiente tlel Exttanj €ro ')r capú de ; suminrsfrarnos la maquinaria necesaria. · La construcción bajo pedido y a ;faÍz del .anteproyecto, A) hace imposible la adquisición <lel maferia1 en cantídades r· considerables y en identidad .de condiciones, sin lo cual se puede prever el éxito de la coñstrucción i B) . obli'g'a al cakulado.r 'a adoptar coefidetltes y <l~mensi©-. nes excesivas para no quedarse corto~ imposibilitando la aqui'latación d el material ; C) hace incierto· el éxit0 ·técnico de la máquina :fabricada Y cierto el tanto por ciento d·e fracasos 'que desprestigian y obligan · a reparaciones costosas ; D) exige una man0 de obra de una instrucción ·imposible de' éncontrar; pues lla: exipe-t iencia demuestra qu.e el obrero sólo ejecuta con perfeoeión las ipie~as que 'hace sin tener apenas ql!le discurrir y .p or ver-datdero hábito -; E), y por último, multip1ka el núrne"ro d e operarios y el tiem po que cada uno emplea en uria pieza. ¿Cómo ha de poder competir uno <le los talleres universales, antes descriptos, oon un:i fábrica, v er b igracia, como la antigua A1iot, de Mtmchestein, cerca de Bale, en donde un obrero cuida descansadamente <le seis ton;10s au-

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-'tomáticos, cada uno "de los cuales hace; sucesivamente, sin centrajes laboriosos· ni cambi-Os de herrramienta, todos los trabajo,? <le una carcasa? Según datos 9-btenidos p0r mi, en esta fábrica se construye un motor diarl.o de uno a cincuenta caballos por cada diez obreros, aproximadamente. Al entra.r en esta clase de talleres, se recibe la impresión extraña de que todos aquellos centenares de tornos están andando solos, sin personal' Qbrero; q.ue sólo se descubre después de un rato de obser'Vac.ión. Bien sé yo que la ipequeña industria, como, según esto, tiene que serlo toda industria incipiente (a ne ser filial de ·otra ya provista de tipos y de personal), no .P uede; en general, disponer de un laboratorio pro·pio. Pero esta dificultad se vence en parte por el uso de los laboratorios del Estado. No hace mucho oí lamentarse a un dignísimo y competente director de un laboratorio público de no ha!ber recibido en todo un mes un solo encargo retribuido y gratuito para ·e'l .p úblico. Además, en otros países existen laboratorios sindkales, trabajando por cuenta de los siri~ di.catos. Algunós <le éstos, com@ el laboratorio del Sindicato de Fabri·cantes Alemanes de ~ cementos Portland, la Estación experimental .del Comité de HuUeros frane>és; el de "Gross Lichterfekl" y otros, tienen -presupuestos de vados cent ena.res <le miles de franc;os. Algunos, com o el "National Physkal Laboratory" inglés, ponen a: sus ·ensayos un 30 por roo de sobreprecio, destinando su producto a investigaciones, por iniciativa del laboratorio. N0 se me o~ulta que la enrtrada por este camino d~ la Industria española presupone, sobre todo, una evolución en las. ideas y en la instrucción e ilustración técnka, no tanto de personal ~jecutor, ' cuantG del capitalista. · · Por el momento, y aun confesando lª insufici encia de estas líneas para tratar cuestión tan importante como la a.puntada, terminaré con unas palabras del mismo Chantelier, que deberíamos aplicarn9s actual·mente en España: "Los industriales debeFJ. tomar bajo sus órdenes, y pagar como empleados Tngenieros, químicos, etcétera; capaces de hacer una obra .científica. Deben esforzarse por obteFJ.er el apoye •de la Ciencia por _el funcionamiento de sus laboratorios. Toda •fábrica alemana , pcfr pequeña que sea, tiene un "laboratorio para segufr su fabricación - y verificar la calidad .de sus productos. Este sistema ·ha hecho sus pruebas al otrn ·l ado del Rhin, y pued·e se:rr empleado útiJmente por nosotros ... Si nuestros indust11iaies quierea luchar con la c0rnpetencia alemana, e.s preciso que se decidan a emplear sus métodos de trabajQ." ,

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CONCLUSIONE!S

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El Congreso exhorta a l0s capitalistas a pensar: I.º En el hecho, cada vez más unánimemente aceptado en todas 1a:s· naciones, de .que· el capital invertido en dotar a las fábricas, tanto de . laboratorios verdadera.mente científicos para investigación y ensayos, como de personal que en ellos trabaje, lejos de ser perdidos, es la base necesaria para qué la construcción sea remuneradora. 2. 0 Si ha llega,do la hora de que una parte del capital empleado hasta aquí en adquirir maquinaria extranjera, para producir y utilizar la energía eléctrica, que tan útil ha sido al País, se emplee en construir esa misma maquinaria, por los procedimientos indicados, como lo exige la independencia industrial de la Nación." No estando presentes, al seF llamados, los señores D. Mario Martínez y D. Félix Apra•iz, dió 'lectma el Sr. REBERTES LLOPART (don Andrés) a su trabajo, re ferente ail e~-npleo de los hornos eléctricos, cuyo extracto es como sigtte :

"EXTRACTO DE LA MEMORIA SOBRE "LOS HORNOS ELECTRICÓS COMO UNICA BASE DEL PORVENIR DE LAS "INDUSTRIAS METALURGICAS ESPA:&OLAS" Por D. ANriRÉS REBERTES LLOPART.

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En los momentos actu¡iles, en. que las industrias metalúrgicas están destin'1!das a estudiar medios de construir maquinarias y útiles diversos para tocias las industrias, a fin de parapetarse ante una competencia extranjera que tratara de inundar nuestra nadón y hacernos imp©sible nuestro desarrollo industria.J, es por lo que presento mi Memoria, a fin de demostrar lo muy ventajosa que es fa adopción del horno eléctrico en nuestras fundiciones y talleres metalúrgicos. No. es más que uña grande exiperiencia práctica que uno puede hablar de Electrometalur-gia y llegar a o"btener resultados satisfac· torios. La: construcción de hornos . eléctricos exige una gran práctica y gran lilonocimiento de ellos para modi.ficados y obtener perfeccionamiento en los productos que con dichos hornos elaboramos. El horno tipo "España" que expongo da una idea clara de que en él se resumen todas las ventajas y mejói:as obtenidas en otros hornos h asta hoy desconocidas por cuantos han construido hornos:


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Un rendimiento en ~a producción, que desde luego <Varía según la materia, pero que ofrece garant\as sin límites. Un coste total de la instalación más ventajoso que ~os hasta hoy construidos, y, ipor último y principal, el que puede adaptarse, con pequeñas e insignificantes variantes, a cualquiera que sea la fuerza que se disponga, ti;ifáS,ica, -bifásica, monofásica, etcétera, y en continua o ail terna indistintamente. La· necesidad' de la impfantación de dichos hornos, en diferentes tamaños y capacida·des, lo exigen las ·d iferentes incógnitas que hoy en día van presentándose. La ~erf~~ción de la materia e inmejorable refinamiento. El coste de la misma, sólo contando el gasto de · fundición {cubilotes, convertidores, etcétera), y la máis difícil incógnita de resolver, que es el estado social <le los obreros; pues con la adopción de dichos hornos, se eliminan considerablemente jornailes, siend10 apto para manipular el horno "España" cualquier peón de que se disponga. Este es el resumen a que iva encamina<lo mi trabajo, que en bien de las industri~s españolas pretendo ,propagar e implantar, llevando ya en Cataluña cinco insta:laciones hechas y siete en estudio." Como consecuencia del ,trabajo que antecede, expone su auto·r cuatro conclusiones, que no fu-eron presentadas COl1 la indicada Memoria, y de las caales, la primera, en que pedía que se acordara crear una sección titulada de "Electrometa:lurgia" en el próximo Congreso de Ingeniería, fué aproba<l'a en su fondo. La segunda conolusión, encaminada a que se recordara que <lichos trabajos y proyectos fuesen sólo llevados a la práctica por Ingenieros expertos, en vista de los .errores habidos en instalaciones de horn0s ·eléctFicos por prácticos o negociantes, fué objeto de algunas observaciones de la PRE:SIDEN1CIA, la cual estimaba que tal indicación no era tal vez misión del Congreso ; y del señor MARTINEZ (D. Mario), a la ·t ercera, .q ue argumentó en contra de ella el . que las· grandes fábricas siderúrgicas van realizando sus insta·l aciones a medida de sus necesida<fos, y no tendría eficacia la recomendación que hubiera de dirigirse a los industriales. En camibio, el Sr. FERNANDEZ NIETO aboga eti pro de la conrveniencia de dar aquel consejo a los industriales, para que no se dejen sol'prender de los pseudotécnicos que se dedican a montar hornos eléctricos sin ningún título que les acredite competencia, y cuyos horn©s, luego, no dan resulta.d'o, dándose como pretexto el que los electrodos no reúnen condiciones, por cuyas razones cree conveniente que el Instituto de fogenieros Civiles tuviera una lista de In[enieros especializados en hornos clédricos para poder asesorar a los industriales que piensen establecer industrias en que se requieran los tales Iiornos.


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Acuérdase redactar nuevamente las conclusiones, lueg-o de retirar su autor la cuarta, por tratarse de un ofrecimiento particular de. dicho señor para dirigii.r gratuitamtmte la instalación de hornos eléctricos eñ fábricas del Estado y advert•i,rle la PRESIDENCIA que dicho ofrecimiento más era para hecho <liiectamente ;pot él a los Po<ileres públicos que por conducto de la Sección del Congi:eso. Cuando se leyeron nuevamente se substituyó en la primera la ;palabra acordar por la de reconiendar, aprobándose así; y la segunda,. en l¡:¡. forma que al Congreso se ha elevado, y desech?-ndo la tercera, que era la referente a la recomendación .eerca del Gobirno para que éste, a su vez, recomendara a los indüstriales la adopción de hornos ··eléctrico.s para la faihricación de aceros rápidos. Pasa el Sr. MARTINEZ (D. Mairio) a ha cer un resumen <le palabrn del siguiente . trabajo: 0

"EXTRACTO DE LA MEMORIA SOBRE "APROVECHAMIENTO DE NUESTROS RIOS. (SEJGUNDA PARTE): PROBLEMAS ENLAZADOS CON EL PRiOBLEMA GENERAL" Por D . MARIO MAR1?ÍNEZ

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Rvrz DE ARANA. RESÜMEN

TENSIÓN DE TRANSFORTE,--,Es el único ;problema técnico que creo merece estudiarse por el 1'>eligro qHe encierra el puesto preeminente que España ha ocupado siempre en este particular. Eillo me ha· llevado . a estudiar los fenómenos de coro1:ia, de los que he ·deducido una tensión de transpo-r te económica. Por salirse ·fuera del margen de esta Memoria, dedicada. a una ligera enumeración de problemas, con indicación de los medios que juzgo conducentes a su resolueión, he creído conveniente prescinrdir :C:le este trabajo; pero siendo nuevo (aifi.rmación que hago con las restricciones correspondientes a mi pdbre cultura técnica, ya •q ue ni en revistas ni en los libros más recientes he encontrado estudiado el asunto desde este punto de vista), no me ha pareódo tampoco lógico separarle <lel todo y 1e ihe llevado a un apéndice. · En este estudio llego a la conclusión de· que no serán mucho mayores ·de roo:ooo volts las tensiones de trap.sporte n1ás convenientes, y como, por otra parte, tampoco es necesario, pido que se ande con parsimonia en la elección ·de las tensiones dé transporte ; y si perdemos nuestro puesto, bien perdido sea, ya que lo hacemos a conciencia de que


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así lo pi<le nuestra técni€a, la técnica .particu1ar que defiendo desde el principio de mi Memoria. RADIO DE ACCIÓN DE Los SALTOS.-No creo que deba limitarse un salto a una zona fijada de antemano; .pero reconozco el punto de razón de los que así opinan en las competencias ruinosas que los necios imitadores hacen en mercados satura<los a los inteligentes y emprendedores. Pero no debe evitax:se la noble competencia industrial que fija -el precio justo para el consumidor, aunque en bien de éste y de la Industria deben evitarse las competencias ruinosas. Dos soluciones imperfectas señalo: 1.ª Tasación ·de los precios máximo y mínimo de la energía con libertad para acu<lir al mercado.2.ª Dentro <le la misma libertad permitir a las Empresas reducciones de precio, y no elevaciones. HABRÁ ENERGÍA BASTANTE.,_Algunas cifras demuestran que, r egulados nuestros ríos, podemos estar tranquilos en un plazo relativamente largo, sin poderse asegurar 'nada para un porvenir lejano. ELECTRIFICACIÓN DE FERROCARRILES.___,comparados los sistemas de corriente continua y alterna monofásica, se llega a las siguientes

CONCLUSIONES En ·la línea de mucho tráfico conviene la corriente continua. En las líneas de poco tráfico en que puedan emplearse I I ó IS .OOO volts, en la línea de trabajo la ventaja es de la corriente alterna. Y vuelve a ser ·de la continua para líneas de pendientes grandes, y en todos los casos en que fa tensión se pueda dar indistintamente con continua o alterna. Como el p roblema de la tensión se presenta en los túneles, y en éstos en forma de fenómenos de corona, no queda otro recurso que empr~nder un~ serie de experiencias en túneles, anotando cuidadosamente las pérdidas por corona y todos los <latos que sobre ellas tienen influencia para decidirse por uno u otro sistema. ALIMENTACIÓN DE LA LÍNEA.-Prefiero la alimentación de una línea q_ue ·dedique la mayor parte de la energía en empresas· industriales para disminuir la· importancia .de las. puntas. Y para economizar energía, la alimentación por transformadores o oonmutatrices ·de aicoplamiento automático. REcUPERACIÓN.-Hay casos en que está indicadísima; tal ocurre oon los fei;rocarriles de La Robla y Sierra Menera, cuyo tráfico descendente es muy superior al ascendente." Las conclusiones de ei-tá M·emoria, a causa de haberse indicado por


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el Sr. GIL GRA V ALOS la conveniencia de detallar más la tercera, quedaron sobre la Mesa, para nueva redacción, ha:sta la sesión próxima. No estando presente el Sr. Apraiz (D. Félix), el SECRETARIO d a .J~ctura a su· comunica:ción sobre "Un nuevo sistema <le tracción eléctrica". Igua:lmente, y por el mismG, se .Jee, .e n ·V·ista .de no estar presente su autor al ser llamado, 'la comunkación de D. Juan Moles Ventura, para armonizar las relaciones entre productores y consumido'res de electricidad, quedando pendiente de acuerdo hasta la sesión inmediata. Las conclusiones de este trabajo son: "PRIMER.A. Dada la importancia ecolílómica, socia·! y política que para España tiene la industria eléctrica, deben declararse libres de todo tributo las centrales generadoras de electricidad, y sólo pagarán impuestos los utilizadores de dicha energía. SEGUNDA. Fisca.Jización por el Estado de toda central generadora de electricidad que sea empleada en algún servicio público, creándose para ello el Cuerpo de !ns-p ectares -de Centra1les Eléctricas, formado por Ingenieros industriales y , como ay udantes, los Peritos mecánicos-elect ricistas." Quedaron pendientes las conclusiones del trabajo del Sr. M ·e stres Borrell, -que tam¡poco hubó de· presentarse, y que se leyeron p©r seg unda v·ez, y a las cuales el Sr. LOPEZ CHECA opuso algunos reparos, por creer que eran tan amplias y abarcaban tal magnitud, que no correspondían a los asuntos propios de esta Sección y rozaba las <le otras Secciones del Congreso. . El trah ajo del Sr. Mestres Borrell idice lo siguiente:

" L A S INDUSTRIA S ELECTRICAS E N ESPA:fiA Y SU P O RVENIR Por D. JosÉ MESTRES BoRRELL, I ngeniero y Catedrático de Ele ctro tecnia. 1

I N ada nueivo pretendo decir, ninguna originalidad p~tede tener cuanio exponga en el desarrollo de este tema : t odo s.e ha estudia-d o y previsto ; mas precisamente poi- ello, no me es dable resistir a Ía tentación de r ec,opilar los brillantes estudios hechos sobre este punto y presenlaros el precio¡;o trabajo de conjunito que el!tre todos. forman, el cual, a m ] entender, encierra aquellos extremos sobre fos que descansan, no


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sólo el porvenir de nuestras industrias eléttr-icas, sino el de todas las demás, y con .ellas la riqueza y el bienestar de nuestra nación. Sintetizando la idea que .me guía e impulsa a desarrollar jlicho tema, diré que en tres puntos iprinci;palmente debe apoyarse nuestra regeneración industrial: r.º Mayor éllprovechamiento de nuestras fuerzas hidráulicas. 2 ° Extracdón de nuestros combustibles y demás mineral<:;s. 3.º Terminación de 'la red de ferrocarriles generales y construcción de los secundarios. Veamos .p rimero nuestras disponibilidades; estudiemos luego la manera de activar la explotación de fas mismas, y, finalmente, digamos la utilización que cabe hacer de ellas.

Como decía el reputado economista D. Guillermo GraeU en su ar.:ticulo "La industria hidroeléctrica en Espaf;a" , inserto en la revista Fomento del Trabajo Nacional en 15 de agosto de 1914, no era nuestro país, como poseedor de fuerza hidráulica, o hulla blanca, de los últimos de'l continente europeo; siendo, en cambio, mellG>S ¡prepoµderante CO!TIO productor de hulla negra; y que, sin duda,, el atraso en que se haHéllba se debía a la circuns~ancia de no haber titilizado desde un principio su verdadera fuente d~ riqueza hi:droeléctrka. La orografía y condiciones climatológicas de nuestra península; los centenares de aJltitu:des 1Variabiles desde r.ooo a 3:500 m., forman eleva.idos ma¡;izos o cordilleras, en donde la n,ieve se deposita en gran abundancia. Además, la altura media del país, que es de 700 metros, y gue alcanza en algunas regiones hasta 900 m., aumenta el grado pluviométrico de tal suerte, que le convierten en una de las naciones <le mayor número de ríos caudalosos. Según las últimas estadísticas, la potencia total que podría sacarse de todos ellos es de unos seis millones de caballos. Sin embargo, las mismas nos dicen que las instalaciones hidroeléctricas españolas, en 1917, representaban : Caballos disponibles .

Grandes instrulaciones ................... ..... ........ .. Instalaciones de potencia media ................... :. Idem de pequeña potencia .......................... ..

974-473 23.890 11.394

TOTALES..... ........... ... ....... .

r.009.754

Caballos en explotación.

403.046 23.890 11 .394


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Resulta, pues, que apenas se transforma una décima ·p arte de la potencia total en fuerza eléctrica. En cuanto a la extracción del combustible y de~ás minerales. que en tanta. abundancia contiene nuestro subsuelo, bast a observar que dur ante la pasada tragedia mundial, en la que nos hemos visto obliga-dos a contar con nuestros ·p ro.pios medios, se ha intensificado la ex¡plotación de tal m a nera, que la producción de carbón ha duplicado, pasando d e 4 a 8 millones de t oneladas, quedand o aparentemente s uplido el consum o nacional d e combustible. Y d igo a parent emente p orque si bien , e n cua nto a la cantidad, esta cifra es actualmente suficiente, en cambio, refiriéndonos a la calidad, no es posible m a nt ener se en el mismo criterio; pues por más que durante la guerra la importación haya disminuido <le dos a un millón de toneladas, es fácil que, p a sada ésta, vuelva a subir dicha cifra por [as razones siguientes : Tenemos en España cuencas hu11eras <le calidad excelente; pero, en cambio, existen multitud de yacimientos combustibles cuya contextura física y baja potencia calorifica les hacen poco aceptables; pues, además de ser desmenuzables y de exi·g uo rendimiento térmico, se hallan muchas veces en puntos a¡parta1do·s y de idifícil trans¡porte; razón por la cual, en época normal, podría llegar a ser su ex plotación antieconómica. Sin embargo, he aquí un ,nuevo y ip0deroso manantial de energía que podría obtenerse fáciilmente, transformado en eléctrica y en fa misma bocamina toda la que encierran dichos com bustibles bajos. Respecto a los demás minerales, las estadísticas indican con elocuencia que, a pesar de que para una explotación activa se carece de medios adecuados, tanto en fuerza motriz como en trarn~portes, el valor obtenido con la producción actual de todos ellos representan una cifra elevadísima. En efecto: en 1916 se extrajeron: A n ti.mon io ... .. . . . . .. . ... 5l 6 -ton dadas eva 1lu a1dais en 648.593 ptas . Antra>eita ..... .. : .. .. .... 268.087 en 8.017.367 Azogue ··· ·· ·· ······ ·· ··· en 19.744 4.335.751 Azufre ........ ... ........ •e n I.746.041 46.923 Cinc ······· ····· ······ ···· en 6-48I.887 166.053 Cobre (mineral) . . ...... en 4.013.979 25.179 Cobre (pirita) ... . ....... I.748.742 en 35.690.434 Hierro (mineral) ....... 5.856.861 en 53.589.613 Hierro (pirita) ......... en 13.184.477 953.678 Hulla ···· ················· 4 .847.475 en l72.58I.713 Lignito ... . ............ .. . 473.1o6 en 5.694.681 Plomo (minera1) .... .. .. 26o.382 2.000.000 en Plomo argerutífero . .... en 300.000 7.3&> 1


510Sal común ............. . Aglomerados carbón .. Aglomerados hierro .. . Carburo de calcio ..... . Ce.m ento natural.. ... . . Cemento poDtland ..... . Superfosfatos ......... .

248.938 toneladas evaluadas en l .949.8o6 ptas. 555.975 en 27.109.484 4.534.456 363.784 en 5.870.000 19.5II en 4.523.000 289.950 en 246.389 en 14.800.000 315.177 en 34.000.000 E:rtcétera, etcétera.

JII ¿iCómo facilitar la rápida explotación de estas riquezas naturales? · Y a dij-e a:l .principio .que fa solución estaba previst'.l. La " Comisión permanente de E:lectrici<lad" nos la proporciona con ,su proyecto de "Red nacional de distribución de energía eléctrica", para lograr con ella (como allí se indica) el aprovechamiento de la fuerza que hoy no se utiliza. Todos los pequeños saltos de agua que no soportan los · gastos ni las pér,d~das que su transporte a gran distancia exigiría, tienen forzosamente que limitar su radio de acción a las pequeñas localidades que. los circundan; y los grancles sobrantes de fuerza que dejan aquéllas después de saturadas, han de ser abamdouadas, siendo así que, vertitdos en esta red, serían para otras pobfaciones de un inestimable valor. E:s claro que en dicha red se podrían también recoger las energías d·e aquellos combustibles bajos · cuya conversión fuese útil efectuar. Quedaría además facilitado con ella el intercambio de fuerza entre aq_uellas regiones que ipor razones climatológicas tienen sus estiajes en épocas del año distintas; y aun durante el período general de estiaje, por su mediación, resultarían las minas ·de combustible antes aludidas un poderoso auxilio. E:n una palabra, esta gran línea colectoi:a cle 2.350 Km. , que a la tensión .de 120.000 volrtios, recorrería la. periferia de nuestra península, y que otras línta s radiales, ¡partiendo del ctntro de la misma, se· unirían <Wn ella para formar en conjm~..to ·una red completa de distribución por toda E:spaña, recogería todas las energías diseminadas en los distintos puntos de la Nación, llevándolas · a las núcleos industriales creados 0 que convenga crear, y a,portando la vida por estas grandes arterias a t.o das las regiones españolas, tonificaría ml;lchas de ellas y las sacaría de su estado de pobreza actual. E:s evidente que . a este proyecto debieran ,acompañar otros que emprendiesen la conveniente reforma legis'lativa acerca de las concesiones hidráulicas y mineras. Se han dictado con este objeto Reales órdenes y Reales decretos; pero estimai;nos, como muy elocuentemente indiGa el Sr. D. José Bares


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Romero, Ins·p ector general del Cuerpo de Ingenieros de Caminos, ea. su trabajo "La Industria Hidroeléctrica en Es1paña" (que recientemente ha publicado en folleto aparte la revista Electtricidad), que sería preciso reducir la tramitación de los e:x¡pedientes de concesión y facilitar o, aún mejor, estimular la iniciativa particular; única manera de que en breve :plazo fuesen aprovechadas t~das las riquezas naturales. ¡Cuántas alabanzas no se han tributado durante la pasada guerra a la hulla blanca, que, momentáneamente, conjuró el confli:cto que planteaba la carencia .de hulla negra! ¡ Qué hubiera sido de la Industria catalana, durante dicho período, si, gracias a la iniciativa del malogrado Dr. Pearson, no hubiese sido tan oportunamente electrificada! Mientras no se logre una legislación que despierte y fomente nuestras iniciativas; ínterin el ca,pital español no la secunde y hasta que desaparezca nuestro mal entendido individualismo industrial, y renazca entre nosotros el espíritu de colectividad, creador de estas grandes sociedades extranjeras, y que sólo a la potencialidad de las mismas se debe la riqueza de su .país y la fuerza de expansión comercial, en virtud de la <:Ual inva.den los demás, ¿qué duda cabe que tendremos que agradecer y admirar a cuantos vengan al nuestr0 y con su capital y trabajo nos permitan disfrutar de las riquezas de nuestro suelo?

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. Tal vez s~ prégunte : U na vez obtenidas y repartidas todas estas fuerzas, ¿en qué se utilizarán? En primer lugar, no se trata de utilizadas todas, sino sólo las que convengan. Pero ¿es que, por ventura, nuestras industrias mineras, ·metalúrgicas y electroquímicas han llegado ya al máximum de su desarrollo? ¿No son en gran número las industrias· que precisa implantar en E~p~ña? ¿No .es éste el objetivo de la ley de Protección ~ ias industrias nuevas? Finalmente, ¿no tenemos otra ley para el esta·blecimiento de una red de ferrocar riles secundarios?. · ¿Se dudará aún de que haya donde colocar y utilizar estos millares de caballos <fü~ponibles? Véase, . si no, lo que,' con el epígr'afe "El ejemplo de Francia", escribe el Sr. Bo:res Romero en su mentado trabajo: "Desde los primeros días de lá invasión de sus '.!Drovincias hulleras, la industria francesa volvió los ojos a la hulla blanca; y a pesar de la escasez de fa rriano de obra, del alza de los ·ma1feriales y de las d ificul-


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tades de los tranS;portes, gracias a la inmediata, eficaz y verdadera ayuda de'l Estado, que adelaintó <lurainte tl a guerra basta ell ·75 por 100 del coste <le caida salto y facilitó toda clase de auxilios, la mayor .parte de las instalaciones que estaban en construcción en 1914 se hallan hoy en plena explotación, y .otras muchas han sido creadas por entero. La potencia instalada, que era de 800.000 caballos en 1914, akanzó un millón y medio en 1918, repartidos de'l modo siguiente: 750.ooq HP. en distribuciones de fuerza y luz; 450.000 en electrometalurgia; 2 00.000 en electroquímica; 6o.ooo en papelería e industria textil, y 40.000 en tracción de ferrocarriles. El Estado francés, sók> por el simple p ag o de las contribuciones e im,puestos, percibe de l 3 ar 4 ¡por 100 de los capitales invertidos en las inst a laciones; result ando así que ca da . caballo hidráu lico aprovechado aumenta en 500 francos la fort u n a del Estado. " También se ocupa de la cuestión d e com unicaciones, comparando las que tenemos nosotros con las que hay en Fran:cia, y demostrando el gran número <le kilómetros de carreteras y de f errocarriles q_ue nos faltan todavía construir. Respecto a este particular, nos permit imos llamar la atención sohr~ la important e obra que, bajo la dirección -clti!l ex ministro de Fomento e ilustre político D. Francisco Cani.b0, publicó en 19lg el minist erio d e Fomento bajo el título "Elementos para el estudio td'e l .problema ferroviario en España " . En él se indica que pasan de 12.500 e1 núme ro de kilómetros c:J.e ferrocarriles secundarios y estratégicos que han d e con.1poner l.a red proy ectada, de la <OU!al fa4ta con struir la mayo r p arte. Tambiéri se deduce del <:·studiO de los datos- allí consignados que el coste por kilómet ro resulta muy ·elevado comparado con el de otras nacio-o. nes; cosa que obliga, precisamente, a buscar la manera de reducir los gastos de explotación ;por m e dio de la electrificación. En cuanto al esta<lo actual <le nuestras industrias eléctricas, poco p odemos añadir a lo rconsignado por el Ingeniero D. Eduardo G allego Ramos, Secretario general <le la '' Jnión E 1éctrica Española", en su folleto titulaGv "La hll'lla blanca en Es¡paña en 1917" . De dicho trabajo se deduce que, en lo ·referente al alumbrado eléctrico, habíamos· llegado ya, en dicha fecha, a:l máximum de desarrollo, siendo su empleo generalizado por toda la Penhi.sula. En cuanto a la fuerz·a _motriz, los motores eléctricos iban invadiendo Ia pequeña indus- . tria ; siendo más lenta la tran.sformaición en la~·g'l"aride , p or existir todavía multitud de instalaciorres térmicas e hidráulicas individuales. Nos dice que era exiguo d empleo de la electricidad· para la tracción, siendó así que debía la electrificación <le los :ferrocarriles encontrar favorable acogida en nuestro país; pues si bien en todas las naciones es difícil electrificar las grandes líneas, en cambio, para algunas 1


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de nueva construcción y aun en las ya existentes, para algunas de sus secciones, :podía ser la conversión de fuerza motriz <le un valor inestimable. Sin embargo, .en donde esta electrificación puede producir mayores beneficios es en la ejecución de la ya •mentada red de ferrocarriles secundarios y estratégicos. Tenemos en la actualidad electrificadas varias líneas de f errocarriles, tales como la de Barcelona a Tarrasa, que, pasando ipor Las Planas,. llega ya a Rubí y pronto a Tarrasa ; la de Pamplona a Sangüesa, de 54 Km.; .Ja de San Sebastián a H _e ndaya, de 20 Km. ; la de Gergal a Santa Fe, .de 22 Km.; la del ferrocarril minero de Ríotinto, de 45 Km.; la del túnel de Canfranc, <le 3 Km. . Se proyecta electrificar las siguientes líneas : Del ferrocarril directo de Madrid a Valencia; eI de la frontera francesa a Madrid y Gibra~­ tar, por Burgos y Soria; la línea de ..San Sebastián a Bilbao; la secc1on de Puerto Pajares de la ·Compañía del Norte, y otras var.ias secciorn;s de las Compañías del Norte y de M.-Z.-A. Todo lo cual in<lica que, si esto tien<~ lugar ahora, es muy · probabl.e que dichos ejemplos se multipliquen cuando se disponga de mayores facili<la:des; es decir, cuando ¡por efecto de ellas se reduzca el importe del material fijo y móvil, que hoy casi imposibilita toda ·empre~a; pues la electrificación será entonces, .seguramente, un hecho ,para la·s · secciones de mucho tráfico de las .líneas generales, ¡j>ara los ferroca:rriles próximos a comarcas ricas en fuerza hidroeléctrica y para los ferrocarriles de vía estrecha. Existen también otras líneas suburbanas electrificadas, tales coma las de Biolbao a Durango, San Sebastián a Tolosa, etcétera, que suman en conjunto unos 250 Km., y además, son diez y siete )as capitales de provincia que poseen su red de tranvías eléctricos, representando unos 500 Km., sin contar con el Metropolitano de Madrid, de reciente in.auguración. Las industrias electroquímicas y electrometalúrgicas se hallan representadas en Espa¡:i.a por trec~ fábricas de . carburo de calcio, que producen una cantid~d ya excesiva ipara el consumo <lel País. Dos fábricas de doro y sosa cáustica: una, la Sociedad Electroquímica de Fiix, y otra, la Electra del Besaya; invirtiend0 ambas en dich_a fabricación unos cinco mil caballos hidráulicos. Existe la refinería electrolítica de cobre en Lugones; algunos heFnos· eléctricos para electrometalurgia en Vitoria y en Vizcaya;·. se proyectan fábricas para la obtención de nitratos por mec:Iio de la fijación del nitrógeno atmosférico; y sólo se ha hecho un pequeño ensayo .de electrocu1tura en la provincia ·de Huesca. Queda, pues, a!,Ín m~cho. que hacer en estas dos importantes ramas de la industria eléctrké!-; y en TOMO II

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<;manto a esta última, o sea la Agricultura, ¿ qmen no se ha as9mbrado ante las aplicaciones numerosas que nos indican los catálogos nmtearnericanos y alemanes acerca del empleo de la electFicidad a ella y a las múltiples industrias agrícolas? ¿No so1i ya· muy generalizadas las electrobombas para el riego en muchas cemarcas? ¿A qué no será aplicable este inquieto y poderoso agente de transformación de la .Energía, qué, cqmo esta última aiplicadón nos indica, nace del salto de agua, y después de transformarse y subdividirse, sirve para sacar otra vez agua de las protundidades de la Tierra? En cuanto a !.a construcción de material eléctrico, podemos decir que, respecto al gran materi<l'l, o sea los motores y las máquinas, se construyen en pequeña cantidad; pues si bien existen importantes talleres de construcción ·de máquinas de vapor e · hidráulicas, tales como "Le:. M3.c:¡_uinista Terrestre y Marítima", <le Barcelona, etc., etc., y otros, como los <le la "Siemens Shuckert, Industria Eléctrica'', para la construcción de alternadores, transformadores, etcétera, y a estas grande3 Sociedades siguen 0tras análégas ·de menor .importancia, es lo cierto que en' este ramo •somü"s aún feudatarios de .¡~ iprodiuc-ción extranjera. Se producen también en España, en gran escala, acumulad.ores eléctricós, que construye la "Sociedad Española <lel Acumulador Tu<lor", y cables eléctricos que fabrica la importante Casa Pirelli y Compañía , d~ VHlanueva y Geltrú, y algunas otras menos importantes . . Se produce-u en cifra casi bastante para d consumo nacional aisladores, carb_o nes eléctricos y, sobre todo, lámparas de incandescencia, de lo cual existen ya ocho fabricas, que producen juntas de tres a cua·tro mill(}nes. ' Pero lo que se fabrica -en menor escala son los aparatos · de medición y el pequeño material eléctri~o, del cual podemos decir nos surt€!n po.r completo las Casas extranjera?.

V Haciendo un resumen de todo lo expuesto, podernos deducir una c©nclusión que· tal vez por considerarla indispensable es lo (mico que . ine ha alentado a exponer mi opinión en ºeste tema: y es que los tres pírntos •q ue hemos sentado al princi.piar este trabajo como sólida base \le nuestro progreso industrial, deben ser tratados a un niismo tiempo, ya que no es posible económicamente la ejecución .del u110 sin el otro, porque se complementan de tal modo, que el éxito sólo puede ser para este arm0nioso con]u!1te>, y el equilibrio desapare~ería con la supresión de alguna de ~us partes. ·


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En efecto: con el aprovechamiento de nuestra fuerza hidráulica y · su .distribución en forma eléctrica, se hará más factible la construcción de los camino:;; y ferrocarriles y, por lo tanto, la facilidad de los transportes. A la explotación de las minas y a la extracción de combustibles, sigue la de los demás miner<?Jes y con ellos el engrandecimiento de la industria metalúrgica; la construcción de maquinaria _grande, así para la industria eléctrica, como para la de ferrocarriles. Con éstos se hace más fácil la construcción de nuevos salto.s de agua y de las demás obras hidráulica·s que convenga realizar para, regularizando lo:. ríos, sacar qe ellos el máximum <le fuerza, así como facilitar los riegos y enriquecer la Agricultura. En una pala,bra: sólo de esta manera se puede llevar a cabo la magna obra de reconstitución nacional que se trata de empren<ler al formular los nuevos Presupuesit os. Es indudable que mucha'S de las apEcaciones ·que la electricidad· presenta> para re'l uso domé! tico, tales como la ·caliefacción, :cocción, etc., etc., y cuyo empleo <lepen-de del precio del kilovatio, tendrán un más ;probable desarrollo cuan<lo, por efecto de mayores disponibilidades, puedan las grandes Em_presas reducir, en parte, el enorme gasto que representa• sus centrales :térmicas de reserva, a lo cual también puede contribuir la red nacional de distribución; y entonces, con la reducción de tarifas de consumo, podrá aumentar éste considerablemente. La futura Exposición Universal de Industrias Eléctricas y anexos será otro de lo.s medios que contribuirán a divulgar multitud de apiica-ci.0ne3 e industrias que el público desconoce, y de sus enseñanzas puede tal ·vez salir un i;nayor estímulo para el capital 1!9pañol, tan poco dispuesto, como dije, a prestar su concurso a l.as grandes Empresas industriales .. Podem.os, como resumen, establecer las siguientes

CONCLUSIONES PRIMERA. Instalación de la red nacional de distribución. SEGUNDA. Réglamentación de las· concesiones y simplificación de .los trámites para obtenerlas. TERCERA. Construcción de · la red de Íerrocarriles secundarios. CUARTA. Celebración de fa E x posi·ción d e In.d.ustria:s Eiéctrkas. QUINTA. Instauración de una· verdadera y completa enseñain~ . técni.ca." Y siendo avanzada 1a 'hora~doce y ·cincuenta de fa· ·mañana-, se 1evantó la :iiesión.


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ACTA DE LA SE.S ION DEL DIA

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DE NOVIEMBRE DE 1919

Se abre la sesión a las diez y cuarenta y cinco de la mañana. Dada lectura a -las condusi0nes del trabajo tle D. Mario Martíne~. · que · quedaron soqre la -mesa para nuev·a redacción, fueron aprobadas sin discusión alguna. Leídas de nuevo, y por tei:cera ve~, las conclusiones del trabajo presentado por D. José .. Mestres . Borre1l, que tampoco se halló presente, 1( Sección acordó quedar enterada, sin emitir parecer sobre ellas por 1~ razones que en la sesión anterior fueron indicadas, ·o sea, que dichas conclusiones, por su amplitud, salen de la esfera de esta Seoción y aba.rcan ·puntos .reladona<los con el co.metido <le otras Secciones. También se vuelve a dar · 1ectura, sin qu_e su autor se hallase presente, a la comunicación y conolusiones de D. Juan Moles Ventura, en las cuales pide que se declaren libres de todo tributo las centrales genera-doras de electriddad, ·p agando impuesto sólo los utiliza<lores, así como la creación de un Cuerpo de Inspectores de Centrales eléctricas. Impugna estas conclusiones el Sr. ANDRES {D. Rafael), objetan- do a la primera el que la importancia <le la industria _eléctri:ca, con ser grande, no justifica la exención que se pretende; pues lo mismo debería suceder en tal ca:so con las industrias minera, agrkola, etcétera. Si lo que se pretende es una exención parcia.J., ya existe e!! la ley de Protección a industrias; y, en todo caso, la difer-encia entre productor y eonsumidor no cabe estal!>lecerla para el hecho de la tributación, .paest0 que aquél la recargaría en sus gastos <le ·p roducción, y de hecho, quien la paga siempre e? el consumidor. En la segunda conclusión ve el orador una censura al Cuerpo y or.ga·n ismos que hoy ejercen la inspección, por lo que estima que no pro6ede la creadón de una nueva, 5ino modificar o mejorar la inspeoción actual. Termina manifestándose partidario de que la iproposición del Sr. Moles Ventura pase a la Secdón de Legislación, por creer que en ella es donde quizá tenga .. ca:bi<la, y no en esta Sección. El Sr. ESCUDÉ se muestra eonfor-n1e con lo manifestado por el Sr. A;rdrés · respecto a la primera conclusión; y en cuanto a la segunda, lamenta la ausencia del Sr. Moks, y expone su convicción de que


518 dicho señor no ha preten,dido censurar la -actuación de ningún orgaRismo ni Cuerpo, sino que se refiere a la Inspección de Centrales, ajena a la .Inspección de líneas, hoy encomendada a los Ingenieros de Caminos. Al rectificar;el Sr. ANDRES insiste de nuevo ei;i que tales Inspecciones, sobre acarrear un ga·sto innecesario; supondrían crear una traba a la Industria. Acuérdase por todo ello pasar la comunicación a la Sección 12.ª de este mismo Congreso. El Sr. ABAD (D .. José) d:i. lectura a un trapaj.o sobre carga de acumuladores con corrientes aJlternas desdobladas y a la transmisión de la energía por 0ndas hertzianas, del que quedó · entérada la Sección, -y del · cua·l , como resultado <le las .manifestaciones de algunos Congresi·s tas, se redtfjeron las conclusiofles presentadas .en aquel instante,_ y de palabra, por el Sr. Abad, a soíicitar del Gobierno que faciE 'e la lab0r a todo aficionado técnico a investigaciones científicas, amp,liando las bibliotecas y dotándolas de todo libro moderno, nacional y extranjero, así como de catálogos, que son muy valiosos auxiliares. El Sr. MALVEN DA (D. Pedro) lee la siguient .M·emori~ , ·

''PO.SIBILIDADES DE LA RADIOMETALOGRAFIA Por D.

PEDRO MALUENDA,

Ingeniero m ilitar.;

La presente comunicac1011 no contiene, por desgracia, elementos de conocimiento que en líneas generales puedan ser ignorados P.º1:" el an- cionado a las lecturas d'€ la •e specialidad. ~Algo ponclreinos en ella de nuestra experiencia; mas no mucho, pues !1i de 1na>teriales en la amplitud deseada ni <le . iempo suficiente hemos dispuesto para pres·entar un estudi0 de COtLjunto. Sirva este ensayo para encarecer la importancia . <JI.e esta ra:ma de 1a Técnica, casi des.co.nocida por m1101,otos colegas; pues del esfuerzo de todos ha de neeesitar para adquirir el desarrollo que el porvenir pare~e reserva.d e. Varios artícul os han v enido apareciendo en Ja·s revistas técnicas ·de ~ últimos meses refa:t!.VC-:.1l !tl examen radi-ornetalográ:ficó.; salvo a·for. ttmadas excepciones, sin embargo, .se han limitado a la descripción del tubo Coolidge o a intentos de vul-gariza:ción; todo ello muy esti.rnab.Je; pero que no marca progres-0 definido. Tenernos conocimiento de que en abril último se celebró por las Sociedades Fara<lay y Rontgen, de Londres, u-na rem1.ión en que s·e discutió el resultado las observaciones de ilustres iexperi>mentadores, sin ·Uegar . a una consect:tencia clara, pues ·no hubo acuerdo completo en las opiniones. De ·1as Sociedades referi'-

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das hemos solicitado una copia de los discursos; pero aun no ha llegado a nuestras manos, ipor estar en la imprenta la. Mémoria, según se nos ha dicho. P0cos son los trabajos que s<Z limitan a tratar de los asuntos rderentes al tema apuntado. En general, se extienden casi exdusivaménte en el campo del examen de las ¡piezas faibricadas. De este modo, con ningún elemento contribuyen al estudio analítico de la · -composición y preparación de los metales o aleaciones utilizadas. -Claro está que el moderno tubo de . vacío Coolidge, fundado en el desipr.end·~mient o de · electrones por un metal incandescente y, en su arrastre, por un campo eléctrico, da !ligar a la producó@r¡, de rayos X, cuya intensidad o cantidad y poder de penetración o cq,lidad pueden regularse variando respectivamente el grado . de incandesceecia del cátodo y el campo eléctrico en el tubo, y permite alcam~ar límites muy superiores a lo,c; de los anteriores t·u bos de aire enra_re.¡ido, ampliando de e~te modo las· aplicacicnes radiográficas-antes •casi limitadais a l examen del cuerpo. humano--a la investigación de las grietas, .pelos y burbujas que en la fundición de pi_ezas metálicas, no muy gruesas, puedan existir. ,Pero t<;>d@ este, como venimos diciendo, _no corresponde al título qué se -da a este géne1:0 de ensayos. No desdeñamos estos trabajos, p,ero marcan otra aplicación de los rayos X que no entra en nuestro tema ... En cambio, si volvemos la vista a los estudios micro~e talográficos, que haa lleg..a<lo a alcanzar, un gran desarrollo y una. _aplicación 1!1.tilisima "en el examen de los materiales deriva-d os del hierro, veremos que, por la observ<fción de la superficie del material atacada por un ácido, se deduce el tratamiento térmico a que ha sido so~etido un hierro o acero, lo que §e.ría imposible ded'..tcir químicamente. Y cada día vemos en fas revistas de M·e talurgia que se añade un elemento más al edificio micrometalográfico; ,pero, por hoy, aun quedan vanos difíciles. de cubrir, que hacen in@ficaz en ciertos casos la aplicación micrográfica. No cabe duda que el mejor ensayo de un material es fabricar con él la pieza correspondiente_. o elegir al azar varias de las ya construidas Y someterlas a un trabajo análogo a aquel a que se de;tinen, pero más fatigoso, comprobando así · su resistencia total y, por tanto, la específica del material qu~ la forma. Este método, sin embargo, sólo se sigue cuando se desconocen otros medios más c~entíficos y apropiados, que son los que trazan jndudablemenite nuevos caminos a la Industria al analizar las cau; as que modifica~ )as cara:cterísticas. Por tanto, dado q111e el exarpen micrográfico de los metales :i¡io permite <lis-tinguir, en algunos casos, variedades de aceros, por presenta·r el m ismo· aspecto en su.r superfide, es lógico -que, sin desesperar de un éxito con estos métodos, no-s· ayudemos con los ensay.os radfograficos, )


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aunque sólo sea como complementarios, pc}r hoy, · de los mic:r_-ográficos. · Muchas dificultades se :presentarán a1 ~xamen radiogrMico de los materiales, en tanto no vayan desvaneciéndose ·errores de procedi·m ienfo, que .precisan una labor asidua y pública para su rápido dominio. Nosotros hemos opera:do con las muestras de hierros y aceros, cuyos ensayos mecánicos fµeron · publicados por el Teniente ·coronel Montoto con motivo <lel Có:ngreso de Cienciais celebrado en 1Grana<la el año l9rr, y cuyas micrografías, obteni·das por el Comandante Angel, fueron presentadas en el Congreso de Valladolid <lel año 1915. Así, apnque muy reducido el campo de nuestra observación, pues en los a;ceros ·e-s·p edales, q u{;: aquí apenas figuran', es donde ha de encontra,r su más afortunada aplicación el examen r~<liográfié-0, tenemos, sin embarg:o, un estudio de estas n1uestras, con cuyo auxi1lio trataremos de probar que nuestra labor no ha sido del tbdo infructuosa. Ante todo, permíta·s enos recordar qué los rayos X, que 5:011 de la misma naturaleza que los luminosos, pero de onda más corta, se cla·sifican por su dureza., o sea por su ·p oder penetrante en una substancia dada, de grueso variable, que suele ·Ser el alumini0 o el 1plomo, -de fácil y de difícil penetración especí.fica, respectivamente. Esta <ltueza crece af disminuir 1a lol!lgitu<l de onda, que del <Orden ro-9 cm . en k>s empleados en esta serie de ensayos. _ El análisis radiográfico se funda, pues, en la absorción varia , que experimenta un kaz de rayos X al atravesar los diferentes materiales; y ·cuaµdo se · cuide de que la:s condiciones en que. se verifique el ensayo sea'.n iguales, nunca será bastante, por la facilidad con q'ue se originan radiaciones secundar-ias que nos llevan a re3ultados falsos. N esotros hemos operado con trozos de barra·s l!letálkas cuyo grueso era exactamente 5 mm., y con una radiación homogénea y constant~ obtenida icon un tu'bo Coolidge de foco medio. El tubo se dispuso . siempre a 40 Gm. de la muestra ensaya·da e inmediatamente debajo de ésta, se <lispi.tso el chassis, eonteniendo, a<lemás de Ia placa fotográfica, una pantalla fluorescent:e de platino-cianuro de bario para reforzar la acción · de fos rayos emergent·es de la muestra sobre la placa. , La exposición dada a . la pla\:a, · o s•e a la · cantidad de radiación, foé igual a ;r,5 rniliamp. X 20 segundos = 30. Si se tiene . en cuenta que una radiación incidente sobre un cuerpo puede provocar en éste una radiación .·secunidairia, cuya du.rez.a depende exdttsivamente de la Itaturaleza de este cuerpo, variando en el mismo sentido que su peso atómico; coP10, .p or otro lado, .la radiación secun·daria nb se produce si la incidente no es <l'e mayor dureza que elh, .'-~ comprende la conveniencia de r<0dear la cámara de .ensayos con un mat'erial de gran peso atómico, como el plomo; pue&--aun con rayos X

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de dureza correspondientes a la tensión de Ioó.ooo voltios. en el campo· eléct:tico del tubo-no se producirán radiaciones .secundaria:s-. Habremos, por tanto, de prodigar el plomo a:lli donde rayos dispersos puedan incidir, ya que . en los cuerpos, de peso atómico no eteva<lo, alcanzados por la radiación, tendremos focos seqmdarios que pertuPbarían el ensayo. . Además, para ponernos en guardia en lo posible contra las variaciones de transparencia que pudieran acusarse en las plaicas por su desigualdad, imposible de evita·r en su fabricación, o por el revelado más o menos intenso ·de las mismas, hemos dispuesto siempre simultáneamente dos o más probetas distintas sobre cada placa, para poder· comparar sus impresiones, sin extendernos nunca a haoer comparaciones entre impresiones en placas distintas. Llegados a este punto, sólo nos queda proceder a n1edir la impresión dejada por la probeta en la: placa. A . simple :vista no hubiéramos podido deducir nunca fa escala numérica que presentamos, y que de desear es se compruebe y a·mplíe en breve phzo. Un fotómetro Weber hemos utilizado con este fin, completa-do, como en la figura I .ª indica., con diagramas apropiados a la sección de las muestras . Además, corno las impresiones son transparentes, se ha cuidado de la igualdad de iluminación, en el campo visual, pa·r a evitar errores, ya poniendo las .p lacas fotográficas superpuestas a otras en porcelanas traslúcidas, ya · iluminando las placas por la luz refleja-Ja uniformemente en una superfi. de plana. La desigualdad de coloración entre el mechero de bencina del aparato fotométrko y la lámpara eléctrica auxiliar, se ha evitado por la interposición ante e l ocular de vid'r ios rojo o vende. Mediante la regulación del voltaje en la lámpara eléctrica auxiliar, hemos llevado siempre las medidas a la primer:a mi tad de la ~scala del ·f.:itómetro , donde las comparaciones ·de iluminación son más precisas. También hemos .p rocurado con este fin no comparar nunca directamente dos muestras de muy distinta nat.u raleza radiográfiea, que pudiera llevarnos hasta la imposibi.lidad <le comparación, por ser insuficiente la eoca:la fotométrica. Se impone, · pues, el establecimiento de una serie escalar de materiales, para ..comparar aquel que se desee ens·a.-yar con l.os dos más próximos entre los qtie quede comprendido e:m la escala, sirviendo a la vez este dob!e examen de comprobación de fos ensay-0s . La fórmula generalniente admitida para calcular la a.-bsorción que produce tina placa met:?:lica de espesor d, es: (

la

. l¡e -

).d

en que· e es la base ·de l9s logari'tmos neperianos, Ia e l¡ las ra:cliacicnes absorbida e incidente y ,\ el coeficiente de absorción, igual al


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pvoducto del coeficiel'lte másico p. (que crece con el peso atómico) por la densidad del material. Y aunque p. es variable -con la longitud de onda, o sea con la natu~ raleza del anticátodo <lel tubo y de las materias que haya atravesa<;lo anteriormente la radiación, puede determinar.se previamente en cada e.aso, y, por · tanto, ,\. La radiación emergeRte se:rá, pues,

CARACTERÍSTICAS DE LOS ACEROS ENSAYADOS

Carga ~úmeros.

ae fra ctura. Kg./mm .•

I 2

3 4

5 6 7 8 9 IO II

·r

12 . 13 14

71,0 91,5 93,8 91,2 97,0 99~ 1

I00,2 91,1 117,4 63,3 75,7 58,2 83 ,7 47,3

Límite de deformaci o nes proporciona 1 es. Kg.

49,3 51,I 55,7 51,3 45,2 47,4 54,0 47,2 71,2 34,2 54,7 39,7 " 23,8

Alargamiento pennanente de fractura por 100 en 200 mm.

20,7 IO,O. 14,0 8,4 8,5 5,5 6,2 9 ,7 8,o 12,7 6,o 23 ,2 7,5 23,0

Opacidad radiográ!ica

relativa.

J

I 2,25 I 1,3 I,2 I,4 I,2 J,2 3,5 l,5 . l,9 0,9 9,8 0,9

La compos1c1on química de estos aceros no nos es conocida en la mayor parte de los casos ; mas por las características mecánicas que se acompañan, vese que, salvo el número 13, ·qtie es un acero a-1 cromotungsteno de corte rápido, y el núme-ro 9; que es otro acero especial, los demás, que son aceros al carbono, no difieren en mucho, y, sin. embargo; el ensayo radiográfico acusa sensiblemente las diferencias de composición. Con el fotómetro se p"uede apreciar una variación de 0,1 por 100 en la proporcióll" <le carbono o de l por loo de tungsteno; y an~logamente pasa con lo$ aceros al cromo o al níquel. Pudiera creerse -a primera vista que dependiendo en general la opa-


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ciáad <le los materiales de su peso atómico, bastaría determinar la densidad del acero para alcanzar una _a preciación análoga a la radiográfica. Pero si se observa la tabla adjunta de peso·s atómicos y densidades de los .principales cuerpos que entran en las aleaciones se ve-., por ·ejemplo, que el -zinc, de densidad menor que el hierro, es, sin embargo, de mayor peso atómico, y en la práctica, de acuerdo· con 1a teoría expuesta., sensiblemente más opaco a los rayos X. Si t-enemos, por tanto, un conocimiento aproximado de la composición de .un ac~ro o de una aleación en general, ipodremos en muchos casos precisar su composición por comparación con otros análogos . TABLA COMPARATIVA DE DENSIDADES Y PESOS ATÓMICOS DE LOS METALES M.Á..S EMPLEADOS EN LA INDUSTRIA CUERPOS

Grafito Magnesia ........ ..... . .. .. .. .... . Aluminio .... .. ... ............... . Crorr10 ... . ...................... . . Hi.e rro ............ .......... ..... . . Ní'-1uel ............................ . Cobre ............. ..... ........... . Cinc ............... ................. ) P·l ata .. .... ..... ....... ........... . E5.'taño ...................... .. . .. . Tungsteno ....... .. ...... .. . . .. .. . Platino ...... ..... .... .... ........ . PJom-0 ......................... .... . Bisn1uto .... .' ................._.... .

Densidad.

Peso atómico.

2,2

. 12,0 24,3 27,1 52,3 s5,8 58,7 63,6 65,4 107,9 II9,0 I84,o I95,2 207,1 208,0

1,7 2 ,7

6,o 7,8 8 ,9 . 8,9 7,1 Io,5 7,3 19,7 21,4 lI ,3 9,8

1;

El Sr. SECRETARIO da cuenta de <los trabajos que a continuación ~e publican: uno, del Sr. Escolano, y otro, del Sr. Gallego, ambo,5 referentes a Radiotelegrafía y Radiotelefonía; mas por la casi iden~ ·~idad que existe entre sus conclusiones y las que presentó ei Sr. Espinosa de los !vfonteros, se confiere a la Mesa el encargo de fundir todas ellas en unas mismas conclusiones que eviten la repetición de proposiciones por concordar en su fondo.


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"RADIOTELEFONIA Y R_A.DIOTELEGRAFIA EN SUS APLICACIONES A LA ESFERA CIVIL Por D. MANUEL Esc:oLANO, Capitán de Ingenieros.

1.-lntroducción. Hasta hace muy poco tiempo se ha considerado la co.rnunicación. por ondas .hertziana:s como un medio completamente s~arado de los demás elementos de comunicaciones, sólo utilizable en casos contadísimos y muy :particulares. Las interferencias entre ·estaciones, la falta de secreto en los despachos, las interrupciones debidas a los ·atmosféricos, etcétera, limitaban de tal modo el progreso de esta rama de comunicaciones, que nuestros Ingenieros hacían su estudio solame12te como curiosidad científica. No esperaban que su aplicación definitiva llegase nunca a ser una realidad, tan práctica como lo es actuaLmente. A es.tas condiciones se debe la escasa importanda que en todas nüestras Escuelas de Ingenieros se ha concedido a esta clase de ~s­ tu<lios. Un descubrimiento tan grande no :podía quedar cercena-do en sus ~plicaciones por tanta -limitación; y, efectivamente, en la adualidad, nuevos descubrimientos han hecho desaparecer caisi por completo la mayor parte de las dificultades. Estamos ya en el momento de que este novísimo medin de comunicación salga del campo l_imitado en que hasta ahora se ha desenvuelto, y le s·ea prestada por los Ingenieros la atep.ción que merece. De este modo, •c ada uno de -ellos, en su distinta esfera de acción, podrá aprovechar, en bien de la Humanidad, este . nuevo elemento de comunica- . ción que la Naturaleza ha .puesto en nuestras manos. Es nuestro objeto, en la presente Memoria, iniciar a. los no especia)izados en estas materias, describiendo el presente y el porvenir de la Radiotelegrafía y Radio"telefonía, las causas que han entonpecido su desenvolvimiento, los últimes inventos que han vencido aquellas dificultades y las distinta:s aplicaciones que .pueden tener en las diversas ramas de ~a actividad moderna.

11.-lnconvenientes de las comunicaciones radiotelegráficas. I.° FALTA DE SECRETo.-El primer inconveniente con que se tropieza cuando empezamos a analizar las limitaciones de un"a comunicación radiGtelegráfica es la falta de secreto. Efecti<vamente: todo despa-


s~s

¡,

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cho emitido desde una estación transmisora puede ser recogido, no sólo por aquella estación a quien se dirigió, sí que también p or cualquiera. otra que esté en condiciones para ello. · 2.º INTERFERENCIAs.-Hasta ahora, la multiplicación de esta-ciones, funcionando al mismo tiempo y ::.i. corta distancia unas de otras, ha sido irrealizable. A pesar de las diferencias de longitudes de ondc.s em pleadas en las distintas transmisiones, fué imposible ev itar por c0tmpleto la interrupción del servicio de unas con otras. 3.º ATMOSFÉRicos .-·-Otro inconveniente d e consi deracion en las comunicaciones radiotelegráficas es el relativ o a interfe r en cia s d ebida,s · a atmosféricos. Son éstos de. tail importancia durante algunas épocas del año, sobre t-0do en estáciones situadas en las zonas tropicales , que hacen imp osible toda recepción de señales radiótelegráficas durante varios días .

· 111.· Análisis de los inconvenientes atribuídos ·a la radiocomunicación y medios de anularlos o disminuirlos.

r.º FALTA DE SECRETO.--'Consideramos que est e inconveniente es muy pequefio y fácilmente rerrrediaqile. Decin¡os que· es muy pequefio po!-"que si ei cl.espacho transmit ido no es de in1portancia, como sucede generalmente en el servicio corriente, cursado por las estaciones comerciales, no importará que sea recogido por las <lemás estaciones. Por otra parte, estas e"staciones tienen que atender a su servicio, y no suelcm disponer de tiempo, ni seria económico que lo perdiesen, para dedicarse a sorprender · d espachos transmitidos por las demás estaciones. Y es fácilmente remediable .porque s.i se trata <le algún d espach o secreto cuyo descubrimient o interesa evitar, puede usarse u~a clave c.u alquiera, convenida de. ~ntemano con la estadón receptora; y si se quiere aún mayor secreto, una clave conocida solamente por la personot a quien va dirigid@ el despacho, como ha tiempo se viene empleando en los set. vicios radk>telegráficqs militares y diplomáticos. · De lo que resulta que esta . particularidad, imputada como defecto a la emisión radiotelegráfica, es la que le da m ás ventajas en cierto5 casos, caracterizándola con una propiedad que no goza ningún otro sistema- de comunicación. Citaremos al efecto: Primero. El caso de un buque en peligro que , al hacer las llama. das de socorro, ~s ·oíd~ a.1 mismo tiempo po,r todos los buques provistos , fl;e ; estacjf~n _-radfo~teLegr~·~ 6~Ji<il.J1.F lestán dentro d~ sp círcw~p de ak8:nce. ~


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I'

"

Segundo. El serv1.cio horario y meteorológico que d esde una es·tadón de gran potencia ·es dado a la vez a todas las demás estacfrmes y a los rnisn1os buques en aJta mar. Tercero. Las noticias importantes de :Prensa, que pueden ser r ecc.gi<las a un tiempo por las redacciones de todos los periódicos del Mundo; y ·Cuarto. Las notas oficiales que el Gobierno de una nación bloqueada puede <lirigir a todos los demás países. 2. 0 INTERFERENCIAS.-El inconveniente de las interferencias es más grave, y ha preocupado mucho a los técnicos especialista·s en la rnateria. No se han dictado todavía reglas precisas para que pueda generalizar.s e el uso de les distintos sistemas de Radiotelegrafía . y Radiatelefonía, - y existe t~na limitación tan absoluta, que hace .imposible el aprovecha miento por particulares de este novísimo medio de .comunicación. · Esta prohibición la ha justificado, como queda dicho, la necesidad de evitar interferencias producidas por el funcionamiento simultáneo de varias estaciones situadas a pocos kiló1netros unas de otras. En la actualidad, .con la a!parición y el progreso de los nuevos emisores de onda continua, Ía recepción por el procedimiento llamado heterodino, y el desarrollo adquirido por el empleo de antenas compensa doras, puede decirse que ha desaparecido el inconveniente de Jas infürfo·renci.as, por ser casi ilimitado el número de estaciones que pueden · funcio'nar simultáneamente sin peligro de interrupciones. . Según esto, creemos !legado el momento de estudiar con minuciosidad las limitaciones que habrían de imponerse pa-m conceder permisos de funcionamiento a nuevas instalaciones de Empresas particulares, siem- pre que .por sus fines y alguna causa especial no pudiesen: eri1plear otro sistema de comunicación. Estas limitaciones habían <le anular casi por co.rnpleto todos los incÓnvenientes de interferencias. Debe entend~rse que fas condiciones a imponer tienen com0 objeto principal: que las estaciones de nueva instalad6n no puedan en ningún - éaso itite'rferir en ··lo más míriimo al servieio ya establecido, y q:u e "las nuevas instalaciones no dificulten el estahlecimierito de la :mayor cantidad 1posible . de estaciones de la misma: clase . .· . A este fin, deberían imponerse !as condiciones sigui.entes : ·' Antena.~Debe estar 'dispuesta de modo que irradie ía mayor cantidad de energía en el sentido de la estaci0n correS!Portsal y la minor posible en todas las demás direcciones . . Esto puede conseguirse por vados prbcedimientos, siendo. los de más resultado práctíco el de l3ellini y Tossi, ·con dos antenas cerradas pe!"9endi~u]ares y una vei-tk~Ú en el centro, .y el de antena dirigida J

las

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'

1

1


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i1arconi, tipo en - que la rama horizontal tenga una longitud supeFior en diez veces a 1a vertical, y sea además aproxima•da1111ente igual a un ~quinte de J.a longitud de onda. P biencia.-La estrictamente necesaria para 'influenciar la estación i·eceptora. Sis'tema.-Ha de ser de onda continua, lo . más pura 'P?sible, y el procedimiento para transmitir ha: de ser tal, que no p_roduzca cmda de reposo de distinta longitud que la de la onda m>rmal de· transmisión. Longitud de onda.-Ha de ser únic;a y fi}ada de me>do que pl!led'a interferir a las ºestaciones existentes más próximas. Para oeonseguirlo, bastará que. la frecue ncia que corresponda a esta longitud de onda sea mayor que la correspondiente a la longitud de onda mínima recibida por las estaciorres m~s próximas, en una cantidad superior a 20.000. Caso de q.u e 1a •e stación próxirna se encuent1.-e a cl.istancia: menor de 50 Km., conv~ndtá hacer que dicha longitud de onda tipo sea menor en 20 ¡por :rno que la mínima recibida por lá estación que ·n o se quiere interferir. Situación.-·-Se-¡;-á siempr"e en una dirección tal, respecto a· estaciones próximas existentes, que la energía radiada en el senti:do de ellas sea la menor posible. La distancia .mínima a la · estación más próxima depend~ra de la potenCia que, atendidas las anteriores c0nsideraci0nes, se haya: estírr!ado n~cesaria . Para potencias inf~riores a medio K~~ podrán situarse a dista_n eias inferiores a cinco Km. Para p0tencias superfores a medio Kw. e inferi.o res a dos y med'i o, se habrán ~<le sitúar a, cinco 'Km. ce>mo µiínimo. Para· potenc!a's superiores a élos y medio e inf.eri'<:>res de cinco: fas distancias han de ser de ro 9 rná:s Km. Para el interior de la Península nunca se net::esitar~ emplear una ·p etenda superior a cinco Kw. Recepción.-Antena: Dirigida de modo que reciba' el má.Xin.10 de intensidad de señales en el sentido de su corresponsal; Detector: ' Empleo del detector ultra:s~nsible con el máxi,i no de amplificación. Este <!letcwtor es el que fijad. la potencia necesaria en el transmisor. )( ~oi~s.::..:f.ª Ccisci die que ttna esta·ción deba ·c o1nunicar · cort :varias; se ñará p~r 'e:scalas, comunicando cada un;;i. con la que tiepe n1ás próxima. . 2.ª !l?.as'J c ciri.diéiones ap!mtadas· evitan las foterferéncias ar servicio . tixi&teñte,~ p éro--no p-uede asegura~se que éste río iútet.fi~ra a las nuevas instaíaciones. . r . '.3 _a.:;; Se clebfr~ p.rd ri'bir el ~~1néionfln1iento de ·la~·.es:f:~c'iones con <listiñte -fin . d'él rq üe'sfrv iera · p ara su instafüc:ión. -Tarrilfiéri ~d~herán sellarse el transmisor. y el receptor, <le modo que no se pue@~n alterar las longitudes de ~nda, dejando sola.mente a la vista los elementos necesarios


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para alterar hasta el 10 por roo en. más o en menos la longitud de onda, con el único obj€to de sintonizar. 4.ª Para el cumplimiento de estas eondiciones, además de la inspec.:ión persoüal, sería• conveniente el establecimiento por el Gobierno de dos estaciones radiogoniométricas, que deberían estar en constante observación; y caso <l1e notar alguna falta, bien en el cambio de longitud de onda, bien en aumentos de potencia, fijar por intersección la estación perturbadora y denunciarla a las autoridades. Estas instala·cio!les ·podrí·a n utilizarse rpara el descubrimiento de estaciones clandestinas. 5.ª De todos modos, creemos que el Gobierno, al autorizar ..instalaciones particulares, debe reserviarse la fatultad de interrumpir su uso cuando por cualquier caus·a pue<l·~ molestar ~al serYicio de a:lg~na estp.ción militar, de la Marina o de-1 Gobierno qú.e se. instale posteriormente en sus proximidades, ya sea permanente o provif?ional. 3.º ATM0SFÉRrcos.-Eil hecho, comprobado recientemente, de que la mayor ¡parte de la·s señales .. atmosféricas son propagadas en una dirección vertical y, por ·tanto, de distinto modo que las señales de las estaciones emisoras, que lo verifican en dirección paralela ·a la superficie de la tierra, ha servido de base al estudio d'e varios sistemas de eliminación de atmosféricos. Algur.os de estos sistemas han sido experimentados últimamente ·€11 estaciones trc.nsatláhticas, que wn las más sujdas a entoPpecimientos por esta dase de interferencias, y los resultados obtenidos han sido completamente satisfaetorios. Hemos .de a,d>Vertir ql;le con ninguno de estos sistemas se ha evitado completamente la meilestia causada por los atmosféricos; pero la intensidad! de sus señales ha sido disminuida hasta un límire tan por debajo de las señales radiotelegráficas, .que no interfiere en lo más mínimo la recepción de los despachos.

IV.-Aplicaciones prácticas de las radiocomunicaciones.

· ·r

Esbozados los inconvenientes que se atribuyen a las comunicaciones hertzianas y .la manera cómo se han aplicado los más recientes inventos para evitar o disilinuir· la mayor ·parte de aquellos inconvenientes, queda despejado el ·campo y es perfectamente adoptable este sistema de comumcac10nes. Veamos., aunque enumerados muy ligeramente,. los distintos casos en que la c9municación por ondas hertzianal' puede recibir una p~rticularísima aplicación: ~ t'


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1.º-Aplicaciones a la navegación marítima.

Los numerosos naufragios evitados, ·las vidas salv adas desde que se ap.licó este medio de comunicación a los buques, proclaman que se deli'lare obligatoria su adopción como medida emin~ntemente humanita ria.. .Así lo han comprendido los Gobiernos de casi todos los países, donde ya -s e han promulgad-o las disposiciones que obligan a insfalar una éstación r.adiotelegráfioo. en cada barco de pasaje. Y como' además es el único medio hoy existente que ·ipermite 1a constante comunicación con tierra <le un buque navegando en alta mar durante una larga traves!a, su utilidad desde este punto de v1sta, en el as;>ecto comercial y en el polidaco, es tan evidente, que creemos .inútil insistir sobre ello. , Aparte .l os grandes . servicios que la Radiotelegrafía puede prestar en las comunicaciones marítimas, su uso se ha generalizado también en otros sentidos, cuya utilidad práctica vamos a demostrar. Nos referimos ar .empleo <le los radiogoniómetros, conocidos también por el' nombre <le brújulas radiotelegráficas cuando se usan a bordo, y con el de ra<liofaros si se hace ·su inst alación en tierra. El raUiogoniómetro es un aparato receptor para señales radiotelegráficas, que permite conocer casi con exactitud la dirección en que aquéllas han sido propagadas. Un buque cualquiera, provisto de una instalación de esta clase, puede fácilmente situarse en alta mar, con inten;ección <le la:s direcciones en que recibe señales de dos estaciones terrestres conocidas. Cuando exista un buque pidiendo socorro, puede acudir a él .e n el momento de recibir las primeras señales SOS sin esperar a que el buque en peligro marque ·s u situación, lo. cual es, por otra parte, muy difícil, dada la confusión producida; a bordo .e n estos casos, por fa rapidez con que suelen verificarse las catástrofes. Los buques no provistos de radiogoniómetros necesitan, para sitt:tar13e por este medio, llamar a dos estaciones terrestres que dispongan de dicl;ios aparalf:os. Estas estaciones, al recibir las llamadas, notan la dirección en que aquéllas han sid'o produddas y contestan dando los rumbos. Con los datos Fecibidos de las dos estaciones fijas, y conocida la separación entre ellas, puede -s eñalarse fácilmente la posidón dd buque · por intersección, dei mismo modo que anfes se dice. En costas peligrosa:s donde la niebla es frecuente, -son muchísimos l0s accidentes que se evitarían con la instalación de varias estaciones radiogoniométricas a lo largo del litoral. Estas estaciones permitirían fijar en todo momento la verdadera situación de los distintos buques qae navegaran en sus .p roximidades. · TOM'.0 II

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Aunque de reciente invento, son ya varias las estaciones radiogoniométricas abiertas al público que están prestando un grandísimo servicio en prn de fa seguri<lad ·en la navegación. 2.º-Aplicación a la navegación .aérea.

La aplicación de este n0visimo medio di; ·wrnumcac10nes es única en la na1vegadón aérea. Los de::ná:s medios hasta ahora empleados, tClJles como nubes de humo, · disparos, señales luminosa's, movimientos y giros de los aparatos, etcétera, etc., sól0 son eficaces en distancias cor.tas y cuando las condiciones atmósf érica,s son fa.vorahles. . Al principio, la aplicación <le la Radiotelegrafía a los aviones luchó con Ja resistencia que oponían los pilotos a todo aumento de peso y a nuevas preocupaciones en vuelo. Hoy, por el contrario, son -muchísimos los que no admiten el mando de un aparato para. largos recorridos si no va pr01visto de una instalación completa radiotelegr_áfica o ra.dioteldónica que fes permita, en caso de 'Pérdida o desorientación, comunicar con tierra, para 3ituarse de nuevo, y pedir auxilio en caso de accidente. . Preseindiendo de fas extensas aplicaciones mili.tares que puede tener y los beneficios que reporta el uso <le un sistema tan seguro de comu. nicación con -tierra, y limitándonos a la navegación comercial, poden1-0s asegurar que el que nos ocupa tiene grandísima utilidad en los casos · siguientes : ·Comunicación a tierra de noticias referentes a las condiciones del viaje, hora en. que se espera llegar al ·aerodromo, detenciones o. causa . del ma.1 tiempo, etcétera. Situación del aeroplano en caso de ~ niebla, -o <le pérdida por desconocimiento exacto del itinerario que ha de seguirse. Para ello se haeen , Uamadas desde d a·p arato en vt:telo a estaciones radiogoniométricas sit uadas en puntos convenientes · del recor.rido y recibe de cada una di! ellas su oriientación, pudiendo de este modo fijar por intersección el punto donde se halla. Con este mismo fin puede también usarse ttt1 receptor radiogoniÜmétrico a bordo del aeroplano, que al recibir señales de estadones c·onocidars permite fijar su posición . Como ejemplo típico de apa.icación de este último sis-tema puede citarse er viaje <le! a·vión "Alliance", desde · Londres a Madrid, en un sole v-u@lo y en línea reeta. El piloto aviadGr desconocía por completo el itinerario, y llegó a Madrid guia<lo únicamente por las señales que recibía ea su aparato desde nuestras. estaciones de Carabanchel y Aranjuez.


- - 531 Si una avei:ía o la falta <lt! gasolina obligase a int~rrumpir el viaJe, aterrizando en un punto aislado, la e<>tación radiotelegráfica es de gran -utilida<l para pedir auxilio, fi.jam.'Gi©I el 'P·N•l!lit0 de toma de tierra. La estación ra:<il.fotelegráfica de a bordo puooe tamli>ién utilizarse en tierra, C011 el em.pleo auxfüar de una 'COmeta O Utl. pequeño poste para ~tener la a-Fltena. . Las estaciones radiotelegráficas terrestres construidas especia:lmenk ·para el servicio de aviación pueden facfüt;ar a los aparatos. en tv:uelo noticias meteorológicas refenmtes a la dirección e intensi<laid del vien. to, lluvia probable y tempestad. en los distintos puntos de su recorrido, .consigt;.ién<lose con ello evitar muchís1mos accidentes. Desde el punto de. vista _técnico, el proble111a. está completamente re·su@lto. Hoy se construyen estaciones, para instalar a bordo de los aerop lainos, qu~ .P.esan solamente 30 kilogramos, y .p ermiten un alcance telefónico ·d e· cerca de 200 Km. y el radiotelegráfico de 500 Km . .l."-Radiocomunlcaciones en los trenes.

Las ventajas .de disponer un tren en ma.rcha <le constante eomunicadón con las estaciones y otr-os trenes también en movimiento, son innega:bles . Desde d año 1885, en que Eidison trató de comunicar telegráficamente desde los trenes en marcha valliéndO'se de 'lt!lla bobina. Rumkforff que inducía en los hilos situados a ló largo de la línea, han sido muchísimas las tentativas que se han hecho por distintos inventores para llegar al mismo fin. La Radioteliegrafía ha sido, como se ha di.cho, el único sistema que ha resuelto comp1etamente este gran ·p roblema, apli~d o e1:i algunas líneas de Íerrocarriles de Norteamérica con resultado sa•t isfa.cto-rio. La antena . de un tren provisto de estaciqn ratliotelegrá.fica eons-iste, sencilJa;mente, en una · seri@ de cond'1:1ctores colecado3· -sob:Fe el tejad.o de Jos coches y aisilados ·de éste por sGpo!"tes de p01·celana. En ningún caso .se rebasa el perfil de galibos reglamentarios de puentes y túne"les. Las ventajas . de este sistema de commiicación han de ser inmensas. A.parte la: comodidad que para lo<S v.iajeros süpone e.J poder· dirigir sus •egocios desde el tren dúrante · un largo .viaje, recibiendo constantemente noticias y detalles de la marcfü.a de sus asuntos, se evitarían muchos aecidentes de choques y robós en los trenes, se p@dría.n recibir notie-ias de P1:e1i.s;a, cotizaciones de Bol~a, etc., etc: El alcance <le los transmisores en trenes or dinarios ,basta que seá el estrictament~ necesario para que €n su .recorrido pueda si1m:1!Pre com unicarse coh las dos. estaciones más próximas. En los treFles rápidos~


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del:ie-~:i l;iácerse ·Í.'ústafaciones·;dJe mayor potencia, para ccim.unicar directa.mente co11 los pueblos importante~. . . · EJ. alcance de la's instalaciones radi0telegrádicas· en las estaciones deberá ser diferente, según su impo11tancia, de manera que todas cllas .comuniquen, por lo menos, con las dos estacienes más ipróxima:s en ~L sentido ascendente .y descendente. Las estaciones correspondi~ntes a capitales. de provincia, empalmes ·y nudos de comunicación, convieh~ que puedan comunicar clire-c tamente con -las de mucha :a;kam:;e que se encuentren ·s ituadas en 1c:>s grandes núcleos de población. 4. 0 -~plicaciones

_m eteorológicas.

Las principaJes naciones del Mundo tienen organizado un serviGi-1tespedal m~teorológico por Racl.iotelegrafia. Sus estadones emiten a de.-. tas horas del día raídiogFamas referentes a la dirección y . velocidad del viento en distintas regiones, estado del delo, el del .mar, ~ tiempo prob&ble, etcétera. Se comprende la importancia y utilidad <le póseer en i!e'dos- los centros de actividad agt:aria, así como en los .puertos. y carnpQ.s de aviación, una estación radiotelegráfica encargada de recibir esta cl~e ~e información., tan vaHosa para agric1:1lfores, navegantes .. y aivi<!.dores~ A. estas estaciones, que en la actualidad suelen ser solamente i~­ t oras, se las debiera dotar de un transmisor, necesario para inform.&r diariamente a ia estación centrail de las circunstancias atmosféricas lo.cales. De este modo podría completarse e-1 parte mete@rológico .con la informa<>:ión que se recibe oficia1lmente del Extra11jern .. 5. 0 -Aplicaciones generales.

El ¡perfeccionamiento alcanzado por }Qs aparatoo empleados en la: radioc0municación acon;;eja qlil:e esté pr-ocedimiento sea g~:aeralmente a-plicado, siempre qne por su ra¡>idez, economía de entretenimiento y segurida:d del servício resulte más ventajoso que los demá.s medios c0,..., noddos. A 1~ aplicaciones iprincipales que hemos _enumer~do ligeramente,, pueden af.í.adirse : . I .º Las comunicaciones ·e ntre continentes, que hoy se hacen ·p orcable. 2. 0 El servicio extranjero de Pre¡¡¡,sa. 3. 0 Las comunicaciones entre ¡puntos cuyo terren0 i:ntermedio ~ difícil para· .la instQlación de líneas ord·i narias por s~ mucho coste o. por dificultades <le· entretenimiento. 4. 0 Para enlazar con los núcleos principales de comunicaciones 0r-

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<linar·i as las poblaciones alejadas que, por su escaso senv;idei, no podrían ·cubrir los gastos de montaje y entretenimiento de una línea eqrri~nte. 5.0. · Las comunicaciones entre los distintos puntos cle trabajo en las "'minas y para caso s de-accidente. 6.0 Estaciones por·t átiles para mantener· oonstante comunicaci@n coa i .a.s bases de aprovisionamiento en las expediciones exploratoi:ias, ~e.van­ -tamiento de planos de grandes e:x,tensiones desiertas; reconociirn·ien,to de lineas, traza d.<0 de itinerarios, etcétern. 'Y 0tras varias, que -cada cuaa encontrará segurarnente dentro de su esfera especial de actividad. · 1

V.-Resumen. En fos apunfes que anteceden se ha iprocura·do hacer n~saltar 1a imp iwtancia que en la actua lidad ha adquirido el servicio de radiocomunkadón y los beneficios que de éi se pueden obtener. Como 'Consecuencia, recomendamos al Congreso de Ingenieros que -estudie etste .asunto can· :la atencióra que su importancia . requiere, y se ·sir.va ,p roponer las conclusionas que estime acertadas, a cuyo fin iniciaremos las .siguientes : I . ª Debe nombrarse una Comisióa técnica, encarga-da de esttjdiar t1onstanterHente todos los adelantos referentes a radiocomunica<i:i0nes. 2 .ª Para •Ctunplir mejor su cometido, esta Comisión la integrarán rep res~Ntantes de todos los departamentos y entidades que directa. o indi'Toctamente estén interesados en ie1 servicio radigtelegráfi:co. C@n el ~icrm o objeto .• ·deberán formar parttt de dicha Comisión personas tée,.. nioas ·de Feconocida competencia. en fa materia . . 3.ª Esta Comisión deberá formular y someter a la aprobación del ,G obierno las oondidones a que h abrá!). ·de ajustarse y el reglamento por -que hayan <le regirse las estaciones de nueva creación, revisándol0s ipe·riódicamente para la continua adoipaión <le íos últimos adelant os - y se.P ir paso a paso todo el moderno desenvolvimiento científico. · 4.ª Se estudiarán y propeirtdrán al Estado las instaladones que de·b an hacerse pata proteger fas vidas en el mar, asegurar y mejomr las ·.eomunicaieiones aéreas, ¡poseer medios . propios de comunicación cori los ·demás países pai:a casos <le bloqueo, et cétera. A esta sección corre:;p onde el estudiio de la.s· estadones ra<liogoniométricas, faros radiotele--gr.áfi.eos, eSl!!aciones rndiometeoroló.gicas, efcétera. 5.ª Deberán fmnentarse los estudios radiotelegráificos era nuestras E scu elas de Ingenieros, con el obj eto de que E spaña no quede rezagada en las ÍllYestigaidones éientíificas encamit].a.das· ·a ¡perf ecdonar y atnpliar las ap licaciones <le este ma raviHoso descubrimiento. (


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6.ª Convendrá dar facilidades para las instalaciones de aficionados, en vez ·de restringirlas, como ahora sucede. Estas Í·nstalaciones, bien encauzadas y sujetas a constante inSipecdón, pueden ser un elemente> va.J.iosísimo en las investigaciones científicas, contribuyendo cm gran escala al progreso de este novísimo medio ·de radiocomunicación. 7.ª Se deberá crear un laboratorio ofi.da..1 de ensayos radiotefográ.ficos, a igualdad de los que ya existen en el Extranjero. En este laboratorio podían seguirse ex¡perimentalmente los a<lelantos rea.lizados;, y al mismo tiempo serviría para ensayar, modificar· y <lar un S<tntido práctico a los trabajos que sobre esta materia realiza.s en los inventores españoles. 8.ª Se estudiará con detenimiento la i:r;istafa.ición de estacio111es experimentatl.es, aS!Í corno aque.lla.s estaciones radiogon · ométricas detect·íves qu-e se crea necesarias para v.igi[ar d exacto cumplimiento de reg~amenradón acordada."

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"CONVENIENCIA . DE ESTABLECER LOS APARATO$· DE ONDA CONTINUA EN LAS ESTACIONES DE TE!LEGRAFIA SIN HILOS .

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E N RIQUE GALLEGO V E L ASCO,

Ing@n·i ero 111-iii.tar.

Des-de 1896, en que, fundándose i\.farconi en la teoría de Maxwell y experimentos de Hertz, realizó los prüneros ensayos para la comunicación a distancia valiéndose de las Qllldas hertzianas, la Telegrafía sin hiios no ha cesado de hacer grandes y continuos progresos. De la chispa ronca de gran amortiguamiento y poca energía, producida en. la primitiva tlisposición <le Marconi, se pa.-só dos años m áis tarde a exiCÍ.tar la antena por med1.o del circuito oscilatorio de B raun, dand o origen a- la T d egrafía sintonizada, .por la variación ·del grado de acoplo entre los circuitos excitador y radiador. · El circuito os·cilante, que •e ra al .principio excitado por una bobina. de Rumkorff a.iimentada por corriente continua interrump ida, fué sub-st ituido, siguiendo las indicaciones de Blonidel y Flem.ing , pór e1 empleo de '.m trans·formador tmido a un alternador de 25 a 30 'Períodos por segundo, -en el cual, gracias a la· sobretensión lograda por la r esonancia d el circuito total de carga, pr oducía, con el em¡pleo <le u n sencillo transf or mador industrial, la carga del con densador a muy alta tensión, lleg ando a obtenerse. un número de <lescargas o chispas po.r segundo, com prendiido entre 15 y 30. Este sistema de chisp as ordina rias fué ca si el único empleado hasta 1907, en que, por los éxperim ·e ntos de Wicn, del


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empleo de la chispa · ahogada o extinguida, que ongma la excitación po-r. choqites, oscilando librerrntente la antena, y .p or el aumento hasta 500 ó l .ooo períodos de la frecuencia <le la ·corrient~ pródudda en el alterna<l-0r, nació el sistema <le chispas frecuentes o m.u sicales, ex!p'lotamo por la iCo.mpañfa "Telef u.nken'.', en Alemania, mientras en Inglaterra la Compañía "Ma¡rcmii" (que desde 1900 empleaba .Ja sintonia por la célebre patente ·de los -cuatro sietes) ¡producía oscilaciones análogas, empleando el excitador de disco giratorio a la velocida<l necesaria para producir la nota musical, algo menos ;pura que "Tclefunken", por no oscifar el circuito Fadiador tan libremente, aun con el em¡pleo de débiles ac-0plos. Estos sistemas ·de .chispas musicales, que ofrecen, sobre los <le chispa ronca, ventajas tan innegab1es como l.<i. de ¡producir ondas ·de menor amortiguamiento y, .por tanto, u.mis puras, mayor rendimiento o aumento de acción a -distancia para igua:l -gasto de energía,, n.1.ejor sintonización entre ·las estadones, lograda ésta, no sólo por la frecuencia de las oscilaciones, siao ta.iinbién ¡por la de las descargas 'o trenes de ondas, y mayor dark1ad de .las señales, que no se oonf tmden con las producidas por las descargas atmosféricas, se extendier-011 rapidísima-mente por todo el Mundo, colocando la Telegrafía sin hifos entre los inventos más útiíes y ¡pro:veohosos. . . Tanto fas grandes estaciones interoceánicas, como las de poten<:ias media·s y las pequeñas, semi-fijas o portátiles, empleaidas en el Ejército y la Marina, son <le este sist-em.a ~de chispa sonora, en el cua-1, por las natu·rales competencias entre las Casas constructqras para . fabricar e instal_a r s•us• aparatos., ·s e ;ha llegado· a un perfeccionamiento y seguridad del servicio conno niu111ca se había soñado. De mediados de este ·p eríodo lgoy.:1914, data la conSltrucción en nuestro país, primeramente, de una red milítar a base de sistema "Te]efunken", y ipoco después, ·de una red concesionaria de servicio :público, construida y explotada por Ja Compañía "Marconi" a principios cle:l año 1912. Mientras tanto, gran nfunero de estaciones flotantes ei:an instaladas en la Marina mercante, exclusivam.ente dcl sistema "Marconi '', mientras que la 1!1arina ·die guerra equipaba con estaciones "Te- 1efunken" fas pequeñas unidades, y con "Marconi" las de fa. nueva es<.'uadra. ·

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La onda continua: su comparación con la onda amortiguad a. En el afán de pérf.e ccionar los· sistemas de chispa amortiguada, por la disminución de amortiguamiento, alcanzando decrementos logarítmicos de 0,02 y aun inferiores, se llegó a la generación de un gran nú-


5.36 mero de trenes de onda :por segundo, cornpuesto cada tren de una ondulación de frecuencia y aimplitud prácticamente constante, obteniéndose de este modo una verdadiera· emisión de onda no amortiguada o · en.~retenida, interrumpi@a regularmente por los intervalos existentes. entre las descargas o chispas del transmisor; pausais cuya duración depende del tiempo en que el condensador es de nuevo cargado. Mientras la Telegrafía <le chispa hada .tales progresos, un grupo de sabios, entre los que figuraban Thomson, Te-Sla, Simon y Dudell, trataban de perfeccionar prácticamente el eX!perimento que el físico últimamente citado descubrió, el 1900, con el nombre -Ole arco cantante-llamado así por la nota musical qtie emite un. arco voltaico intr:oduddo ~:n ün circuit© osdlante-; fenómeno que no pudb a princi¡pios utilizarse prácticamente, :por las grandes capacidades y autoinducciones que era preciso emplear para obtener fas longitudes de onda usadas en la prá.c:tica 1de ia T. S. H. Al Ingeniero danés Waldemar Poulsen le era reservado, en 1903, obtener un arco ·de empleo pr.áctico, haciéndole saltar eu una atmósfera <le hidrógeno, refrigerando enérgicamente sus electro- · dos y sometiendo la llam.á del arco a la acción de un potente electroimán. A raíz de es-tos felices experimentos, se constituyó en Dinamarca la Sociedad "Amailgamated Ra<liotelegraph " , explotando las 1}>atentes de Poulsen. y Forest, la que construyó estaciones en Lyngby, cer·c a de Copenhague; Cullercoats, próxima a .Newcastle; Knockre, en Irlanda; San Francisco de California y Hooolulu, en el Pacífico, etcétera, coa potencias entre 20 y 40 kilovaitios útiles en el arco. A pesar <l·e esto, las grandes naciones continuaban construyendo estaciones de chispa, de nueva planta, cmno las de Clifden (Irlanda}_ y la reciente ·de Glace-Bay (Terrnnova), la moderna <le 1a torre Eiffel, d~ 150 kilovatios (inaugurn<la a:l empezar la guerra) y las grandiosas de Coltano, en Italia, y Stavanger, en Noruega, ambas <le 300 kilovatios de energía efectiva, comunicando Co~·tano con la República Argentina y Massau (Afrka oúental), y Ia segunda, no terminaida aún en 1914, para comunicar con Boston. Aunque, hoy <lía, no ha decrec~do lo :más mínimo la importancia y valor técnico de estas grandes estaciones, es lo cierto que el empleo tan amplio que de la onda continuw se ha hecho durante la pasada guerra, ha <lado lugar a que, en tieinpo · relativamente corto, estas nuevas ondas hayan sufrido intensas ¡pruebas que han puesto de manifiesto sus excelentes cuali<lades, por lo que hoy <lía son ca:da vez más empleadas, tanto en estaciones fijas de grand.e y media potencia, como en las móviles <le ipequeí;ía ponencia {>ara uso ·de los ejérc~to·s y de las naves afreas ..


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,Comparadas cwn olas <lébilmente an11.ortiguadas, no existen entt"e u;nas

· y otrss separacióli sensible, ya que, como al principio decimos, los modernos sistemas de chispa gcmeradas en. el descargador "_lviarconi." a gran velocirdad producen 0ndas prácticame11te de amplitad constante separa<la.s ¡por cortísimos intervalos -de .silencio. La diferencia entre unas y otras consiste más bien en el 1n1od0 de emplearlais, y.a qqe las continuas, ·rio sÓ'l~o s0n una oscilacióm no interrumpida de amplitli!cl. y frecuencia invariab:le, sino que la antena transmisora las irradia de un modo constante, tanto en ei ¡perio~o del trabajo, como en el de reposo, mientras que ias aJ.n-0rtiguadas sólo irradian cuando el manipulador ~stá bajo; esto representaFÍa un 40 ¡por roo de beneficio de ener,gía consumrda a favor las amortiguadas a igualdad de cof."te de producción -del kilovati0. A propósito <le las ·eX'.celenties cualidades atribuídas· a las ondas continuas, no podemos @Or mene.:; <le tradu.cir textualme11te lo <i!.Ue se dice én una obra alemana, dedicada en gran ¡parte a:l estudio de estas nuevas ·oHdas: ''Las ondas cofltinuas, como ta.les· oncl.as eléctricas de todo sistema radiotelegráfico, sufren pérdidas en su camin©; pero de la práctica se ·deduce que, c-0n igual oscilatoria en fa antena trans~isora, el alcance -e0n onda cori.ti.nua es considerableúiente 11iayor que con la amortiguad:a, y, además; la sintonia es mucho 11iás aguda, siend0 fas pérdidas ·Edebidas a. obstáculos to.pográficos y por infiluencia del día y de h noche, époea del año, etcétera) considera•blemente menores." · .La ;primera propiedad 'Puede e:>tplicarse por el hecho <l'e q11e la acdóri sobre los reveladores de onda gerieralmen1'e usados (de los que el detector de ·cristal es el tipo) es proporeional a la energíia de la radfadón y no a 1¡;¡. tensión máxim~, teniendo las ondas oontin11as mayor producto-tensión por intensidad :POr tiemipo que las ·amortiguadas, de g!'an va.Ior inicial, pero que decrecen para <lar lugar a intervalos inac_ttvos de s·ilencio. En ~nanto a la notable propiedad de la .disminución <l@ pér·•}ida al chocar las ondas con los obstáculos, podría explícarse -comparándola al conocido :Fenómeno mecánico de que es más fácil po·pu ··~n mov·i miento un vagón de ferrocarril, por la acciól.l :de sucesivos y prolongados p 'e queños impulsos, que no p01· un golpe fúerte, pero aislado. Anál0gamente, la osóhción detenida por el obstáculo puede ser más fácilmente puesta de nuevo ·en movimiento, por .la sm::esión <le los pequeños y continuos esfuerz0s que traen las ondas ·p osteriores si soil continuas, que n0 si se ·e nvía una fuerza de gran inteirsid.~d, pero re,pentina, ya qué entonces es· múcpo más difícil v.·encer la inercia de ta oscilación intenumpida. Esta ·peq~fia .amplitud ·de la oscilación ccmtinua es también la cau-

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sa <le la notable ¡precisión lograda en la sintonia. En efeGto: la energía oscilatoria es absorbida al llegar al aparato receptor en el siste111a <le chispa .de gran amplitud iniCial ;' la anchura b (figura 1) puede marca·r en cierta escala (por ejemplo, en grados de condensa<lor <le ~a antena n~ceptoirar) el espacio en que son perceptibles las seña'l es (6o grados en nuestro caso); si. se trata · de oscilaciones continuas, por el cont rario) como tiene muy p equefia amplitud , la base e s mucho menor con la misma energía obtenida en un período, ya que con ayuda del "tikls:er1' o con otras ·disposiciones que mencio'na-remos más tarde, estas p eq_ueñas amplitudes pueden Jlegar a sumarse, sin que la pequeña base se modifiq11e; base que, reterida a gra<los de condensador, resultará com prendida entre límites mucho más e;strechos que anteriormente. Consecuencia de esta agudez~ es la · posibilidad <le emplear acoplamientos lo suficientemente débiles para que 1~ongan al r·eceptor a cubierto de los trastorntrn atmosforic-os, y la p osibilidad ctle que vari@s p ares ·de es1!aciones pue<lan trabajar simuJ.táneamente sin la menor inter~ ferencia, con t:ma ligera diferencia entre st:is longitudes de onda infer ior a tres ipor· ciento, y esto sin tener en cuenta d empleo de los modernos métodos de receipción p or piilsación -o interferencia entre las ondas q ue llegan y las -artificiales genera.odas ·en la antena ¡por la válvula de tres ' electvodos, por cuyo medi.o la seler.ció.n es tan extrema, que ba st.a u na variación de cinco por mil de la longitud de onda, para la que ha sido calibrado el receptor, para que las señales sean completamente inc@nfundibles, y aun dentro. de -estos límites las <lif erentes ondas pro<lucel'l toda la gmn.a .file tonos acústicos. Refiriéndonos a la eomparación desde ·el p nro..to me vista de acción a Eiistancia, Stt¡pongainos que se emplea en Jas <lüs estadones ant enas <1.e igual altura y ienergía y que sea ésta, por ej emplo, de 9 amperios., estando las estaciones separa:9.as unos cientos de kilómetros transmit iendo, una, ondas amortiguadas, -y la otra, ondas continuas. Constmya1nos (figura .2) las curvas que se obtienem en cada recep t or, llevando ·en abci<sas las distancias, y en ordenadas las intensidades obtenidas en eh receptor. Vemos que, a .u n0s 220 kilómetros, ambas curvas ,se cortan, cayend0· rápidamente la .c orres:pondiente a osdilaciones amortigl.1a<las,, mientras la curva de oscálaciones contimtas se conserva sensib1emente .p ara:lda al eje de las XX. E sto nos dice que, a muy cortas <lista'lllcias, la i1n.tensidad en la irecepción es mayo-r con -oscilación amortiguada; pero a m edida que la distancia aumenta, el fenó-m.eno se inv:ieme. Esto puede también ex plicarse .p or la inerda y elastici<la<l de q ue t oda oscifación está dota<la. Con o-scilació.n continua, trabaj.ando con amplitud .p equéfía y constant-e, p onen al éter en oscilacitfn ininterrum1

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539 pida que fácilmente se extiende, mientras una impulsión de gran amplitud, ;pero intermitente, es, en ¡pai:te, absorbida po.r la foercia del medio, que necesitará relativamente mayor cantidad .de energía 1para ma.nte.ner aI éter en oscilación; análogamente ·a como °ocurre en el ya n1encionado ejemplo de vagón <l~ ferrocarri1. Consecuencia <le este fenómen0 es que, emp.Jeando el <letector de contacto para las os<d1aciones amortiguadas y el "tikker" para las continuas, el · a:kance logrado con estas últimas es considerablemente m ay-er que c@n 'las amortiguadas para igttal núm.e ro de amperios en lé!. antena transmisora.. Sin embarg:o, con e-1 empleo c;i.-ctua!l .cf.e la vfulvU!la ampiificad0ra del detector ·de .c rista•!, para onda amortiguada y simplemente detectora para la continua, esta diferem:ia es hoy -día menos sen- · si Lle. Por último, la ventaja más principal y decisiva a favo:r de a onda conrt:inua es la .p osibilidad die apli~ar perfectamente con ellas la T elefonía sin hilos, que requiere una oscilación no amortigucvda cuya frecHe.ncia sea superior a la del sonfdo de mayor ahura, , perceptible por el oí<lo ·hum'arw. Pasamos a contint:la<:ión a indicar s.o meramente los medios act uales .ele generadón de esta clase dé 0nda. Medios de generación de la onda continu a.

Aunque _las Compañías "Marco.ni" y "Telefunken" emplea n, en general, genera·dor de chispas productores de gro.pos de oscilaciones, ambas han aplicado ta.mbién generaidores propios que producen oscilaciones no a·1:11ortlguaclas. El generador continuo "Marconi" <le alta Í!'ecuencia empleado ell, Clifde~, se fundamenta en las rapidísim_as· rupt u ras procluc.i<las en un cllicuito de corriente ·continua i¡_¡¡o1r medio de un d isco rotatorio a gran veloc;:idad, produdendo así corrientes onduladas asombrosamente grandes y de frecuencia muy a.Ita. También ensayó Marconi el empleo del alternador <le a'1ta frecuencia, de cuyo uso desistió, adoptando, para pr-0ducir las nuevas oscilacicmes, el sencillo medio m ecánico antes bosquejado, qu:e, dicho sea de pa;so, le valió el premio Nobel en r9o8. La Compañía "Telefunken", en cambio, emplea un alte~nador construído <de modo que produzci;l una frecuencia fundamentail en prinópio . tan alta co~no sea posible, la cual se ru1111plía a su vez en· un transforn¡.ador polariza·do. Sin embat·go, los mediós clásicos que :producen ondas continuaS' puras y que nacierG>n con ellas,- pueden · dividirse en tres grandes gn113os :· r.º Generación por la vállvula de vado de tres electrocfos.


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Idem tpor el nuevo alternador "Gol<lschmidt" ; y 3 .º Idem por el arco "Poulsen" . a) Por el ¡primer medio se utiliza la vál vulr. de vacío de tres d.ectr.odos ·o de dobl<e anodo, fundada en el mismo_- :prin<dp-io que las empleadas hoy día como detectoras y amplificrudoras para toda clase de -0ndas, las cuales son una perfección de fa antigua rválvula de "Fle-ining", fundada en el conocido efecto Edison. Estas válvulas, de las que existen muchos tipos para la recepción (como las "Q'', "V24", "Moorhead", "Round", "Marconi.,,, "Americanas Roome", etcéter:i.), son .para transmisión algo modificada en lo que a la robustez y tamaña se refiere, •constituyendo el céllebre Audion de De Forest, para cuya éxplotación en España se creó i1a Compañía Ib~rica de Telecomunicación, que, en marzo de I9I7, inauguró la primera comunicación espa• ií.ola raidiotelef5nica e:p.tre los vapores "Gaime" y "Lulio", 'de la ''.Isle: ña Marítima", consignándola después entre M.µión y Ba:rcelona, y realizando las experiencias · de Bi.lbao. Los tipo..; de estaciones para :b arcos tienen un kil9vatio, con un alean.ce telef Ónico de 400 kilómetros y I .000 kilómetros de alcance t~le­ gráfico, no det·e niéndonos en este medio de generación por haber sidfill <lado a conocer detalladamente en la "Energía El~ctrka:" por el cultc.t y entm;ia-s ta -director técnico <le la Compañía últimamente citada. Creemos que el generador ·de válvula indicadbimo, tanto para las futuras estaciones flotantes, como ¡para las transportadas por aeroplanos y demás naves aéreas_. es sól~, hoy día, aplicable en pequeñas _p otencias, siendo hasta ahora el empleo de la válvula transmisora aiga insegllr-o y delicado. La misma Compañía "Marconi " confesaba hace dnco meses que, a · 1Yesar de haber monta..<lo muchas · instalaciones de esta clase en Inglaterra e Itailia (y en España en lo:s nuevos acorazados), no creía por ahora oportuno su uso en los ·buques mercantes, n• -Sólo por lo delicado de su mainej-o, -s ino taimbién ipor la falta de la re'g lamentación de su emipleo, que exigiria además, quizá, un cambio en Ja actual longitud de onda práctica (600 1111etr-os). En cuanto a su en1pleo en aeronaves, puede decirse que, hoy día., es casi exclusivo, j.untamente con algunas pequeñas estaciones <l-e chispa (~orno d transmisor "Sterling", as¡ como en las estaciones militar-es transportables. Resumiendo, pues, creemos que la válvula será el futuro generndor de onda continua para uso de naves, aeronaves y estaciones transporta-bles del . Ejército y Armada. b) ,GENERACIÓN POR ALTERNADOR DE ALTA FRECUEN CIA. -Donde más se ha extendido esta clase <le generación es en Ale~nia, dohde la Casa Gol.d dschmidt construye un alternador basado en· las propiedades del motor ,p olifásico·, ¡prod~ciendo corrientes de una·· frecuenda com:2 .º

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prendi<la entr e 10 y 40.000 pe:ríodos ·por segun<lo, obtenida g r-acias al empleo de ;palastros u1tradelgad:os (0,05 milímetros), de gran núm ero Qe polos (cerca de 400) y de g randes velocidades (3 a 5.000 vueltas por segundo); frecuencia que aun puede elevarse empleando varios eircuitos oscilatorios sintonizados a<lecuaidamente que elevan de modo sueesi'\I.) la frecuencia fundamental. De este mismo ·s istema que genera on-, das muy pmras, ·existen otras variantes, como el alternadpr "Al€Xan-. flers0n", empleado por Fessenden, d e hierro giratorio, a la vertiginosa. velocidad de 20 .000 IVU€;1tas por minuto, construido de acero al cromoníqud y montado sdbre un árbol flexible, análogo al de las turbiRas. " Lával". Otto t ipo .es el "Bethenod" , ex.plotado •p or la So<úedad Francesa Ra<lioeléctrica, ·que consta en esencia de varios alternador.es ea easca da, excitaJo cada uno por la eor ri:ent e <lel precedente. Sin embargo, el · alternador de alta fr ecuencia tiene el inconvenient e <le la dificult ad de regulación por las variaciones de velocidad , d ebieas a las alteraciones de fa c:arga, aun suponiendo que realmente f ueran vencidas las <lificultade s prácticas de e-011strucción para la modern a industria eléctrica que pudiera suministrar máquinas tan difici.Hsim as en pequeñas potencias. · Contrariamente al de la válvula, el empleo del alterna<lo;r está, pues ~ imicamente indicrudo para las estaciones · ultra potentes. E:;tación model-0 de al!erin:ador "Golc:Lschmi.t" es fa alemana de Neusta<li, cerca de Hannaver, que, recién terminada la guerra, inauguró· su servicio eon las espafíola:s de Aranjuez y Caraban{)hel. e). GENERACIÓN POR ARCO.~Llegamos, por último, a la getJ.eració11 por medio del arco "Poulsen ' ;, objeto principal de esta comunicación. El arco llena, por decirlo así, la laguna existente entre la válvula y er alternador; ;pues aunque también es a;pto para pequeñas poteneia:s~eomo lo prueba el haber usado los Imperios Centrales, durante la p,asada guerra, gran númerd <le pequeñas estaciones de acreo, no sólo· iransporta<las en carros, sino también a lomo, de uno y medio Kw.),.. ereemos que el arco está más indicado para estaciones de potencias. medias. · Como la primera estación española de onda continua, inaugurada con gran éxito en julio de este año, es de a.reo '.'Poulsen.'', y die arooson taimbién todas las nuevas que a raíz de ila guerra consti:uyen las grandes naciones, pasa.mos a describir este sistema, poco conocido aún,.. · que há sido también aceptado por las Compañías "Marooni".

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Fundamento del sistema d~ arco 11Poulsen». Para ex:pl.i car la generación de ondas continuas por medio del arcar nos valdremos del sencillo esquMla dibujado en la figura 3. El circu.ito de alimentación <lel arco está formado por una dínamo <le corriente continua, una resistencia variable W y una bobina de reacción Dr. El arco no actúa como u11 senciillo conductor metálico en que la intensida<l au~enta proporcionalmente a la tensión, sino que lo& polos producen una especie de contrapresión que se opone al :paso de la oorriente; contrapresión que disminuye a ·medida que la corriente aumenta, según indica la "curva <le resistenda" del arco (figura 4), obtenida füwando en ordenadas las ten,s iones variables a que se le somete, y en abcisas las in tensi<lades <le e:::oráente que pasan a través del arco. Debido a esto, para lograr que el suministro de energía · da<lo por la dínamo &ea lo más .coQstante posible, se · coloca, en derilvac1ón con el arco, un circuito oscilante formado por el condensador C y la inductancia L, c<;m lo que el proceso <le las oscilaciones ocurre del modo que sigue: primeramente, el a rco es alimentaJdo por la corriente tetal Y, gradua<la por la resistencia variable Y./; una parte muy pequeña y <le esta corriente total se dirige hacia el coRdensador, disminuyendo, .p or lo tanto, la corrie:.1te q ue pasa por el ·a rco, que será .únicamente Y - i ; esta disminución de corriente dará 1lugar a un incremento en la cont.rapresión <le que antes h ablamos, con lo gue el condensador se cargará más todavía, hasta el 1111omento en que, da-da su pequeña caipacidad, la carga terminará, desca rgándose rápidamente a través del arco, c-on lo que por éste fluirá nuevamente la rnrriente total Y. Por la curva de resistencia de la figura 4 , 'Vemos que este aumento de corriente producirá una disminución en la tensión, es <lecir, la r·esistencia del arco, y, por tanto, el amortiguam iento del circuito osdlante habrá trumbién disminuído ; lo que será cau sa de un aumento en la.. arnp1litud de la oscilación. Como al m~smo tiempo h a disminuído también la resistencia del circuito de alimentación (de <1ue el arco forma parte), correrá r.obre el arco una nueva. cn · rriente total {Y di ) cuando se haya cambiado de nuevo la dirección de la corriente en el circuit-o cerrado. La nueva corriente i 1 absorbida por el cir.cttito oscilante aumentará aparentemente la resistencia del arco (I - i 1 ), que, no obstante, seg.uirá la misma en valor absoiuto, gracia s a la corriente adicional di suministrada por la dínamo . Vemos, pues, que, tanto fa oorriente de la <línaino, como 1a oscilato ria, sufrien do una se~ie de aumentos sucesivos, llegarán a un valor m {iximo a causa del amortiguamiento del circuito y de la corriente fijada al m a11antia l por la r€si stencia \N; máximo que se conservará ilimitadamente a expensas de la energí•a suministrada por la dína1no. 1

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La oscilación del arco tiene, pues, la forma de la figura 5, y es de notar que, as1 como .en el siSiterna de chispas se o btiene la energía oscilat oria en el circuito oscilante :por· la carga y ·descarga de un condensador, cuya capacidad es proporcional a la energía suministrada, en este · .si:5t ema de arco, el conden-5ador (de capacidad mucho más ~queña) no sirv e ~:niás que paFa pr©vncar la producción de energía oscilatoria a exp <msas de un ·m anantial exterior. · La curva caraeterístka, que en rel primitirvo arco "Dudell" . era muy p oco .pronunciada, lo que o.bligaba al empleo cle un circuito oscilante, de mtay gran capaddaid y autoin<lucción., con los. graves inconvenientes de la dificttltad de construir condensa-d ores tan enormes y el de generar os..::ilaciones ide frecuencia excesivamente baja, impro.pia para Telefonfa, h1é muy rn.ejora•da put Poulsen, que .lo encerró en una atmósfera de hidrógeno, .con lo rque el desgaste de los electrodos era el m-enor posib-le y el enfriamiento del arco muy rápi<lo, debido, ne;> solamente a una enérgioo r efrigeración <l<t lo.s electrodos, sino también .a la:, gran cpnductibilidad cailodñca de di.cho gas; este apagamiento rápido del arco ha:ce m 5.s mar caida la curva característica, permitiendo el empleo de ·un circuifo oscilante de muy pequeñas capacidad y autoinducción, obteniendo así ta suficiente frecuencia necesaria para el US0 <le la Telefonía. Con lo dicho basta para comprender el funcionamiento del t~·ans­ misor sencialo (figura 6)," en el que Les la antena, G.el circuito oscilani:e cerrado y B el arco alimentado por la dínamo D de 500 voHi-os; uno de los. elect rodos del arco se une a tierra, y el otro a la antena, · con lo que el areo se descargará direda1111.ente sobre ésta. Como- aquí no existe1'! Jos m otivos qNe •precisaban en lns sistemas de chispa,; .e l empleo de débiles ac o:p-los, se efec:túan éstos tan fuertemente c0mo -sea posiit>le (30 a 40 p or 1.00), con l@ que .la antena recibe la may or cantidad de energía. -C on este esquema se consigue una sencilla sinto.flización ; pues basta variar la "self" o capacidad del circuito cerrado int~©ducido en la aJiltena !!}ara v:aFiar · su oscilación' propia; todas las manipulaciones son, pU.e$, senóllísima:s; pues la pequeña capacidad .<lel condensador de 3 á 4 _000 centímetros) s@hmente, en estaciones de 4 Kw .,. hace inidiéaidísim0S e l emp'leo de sencillos condensadores de placas. Además, siendo la máxima tensión <le Ja instalación alrededor de 500 voltios, las pre cau ciones a tornar para el aislamiento son relc;i.tivam.ente_ pequeñas, La inst alación trabaja además en completo silencio, por :Ja ausencia de e x:dt::rdor <l.() chispas . Antes de ·p@ner 10s esquemas gel'l.erales de transmis'©res. de este_ sistema, ~onsiiclerannos s~·L:á .de 11ti1idad dar a c01qocer a1gunos deh:lle.s con.structirvos referentes -·aJ are©, :máxime cuando, kas.ta hoy; no existe Hingu.na ~escrii).ción .españofa die. este. nuevo s1stema.

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Descripción generai .de sus aparatos. Hubo que vencer repeti>das dificultades para hacer ¡práctico el empleo del· arco, ya que es un hecho, generalmente conoddo, el que la lámpara de arco no siemprn arde como ·debe, observándose a menud~ que sufre oscilaciones desagradables que aGaban· por apa:garle parC;t respfandecer con gran brillo a k>s 'P-ocos momen!0s. El encendl.do de la 1Íui1para <le arco dura sie~re cierto tiempo hasta que. arde tranquila, y la tensión en el arco cambi:a continuamente. Estas malas cualidades debia..n vencerse antes de nada, :para hacer posible la propia energía de'l arco, ya de .p or sí notablemente aumentada; la extraordinaria, radiación d~ cailor debía; e~ lo posible, ser disminuídá, para: evita.r tales pérdidas de energía; era preciso, pues, refrigerar enérgicamente el arco, haciendo su electrodo ¡positivo de cobre, y el negativo, de un carbón tan homc.géneo como fuera posible, <:ubriéndolos con una hermética cámara de fuego, llena a su vez <le h~drógeno, cuya gran conductibilidad calorífica (a causa de ser el hidrógeno el metal de menor peso atómico ;y . mayor velocidad atómica, por tanto) ·transportará el calor a la envuelt<:>. metálica, la cual, a su vez, 1-0 cederá a .la corriente de aiire que exte-· riormente la rodea, producida por un enérgico ventilador. El J:-.,idrógeno y gases quemados son sencillamente repuest0s, gracias a la alimentacúón continna <le dicho gas, i>roduci<la (fig. 7) por un de.pósito de a:lcohd Sp; que deja caer éste, gota a gota, sobre la pequeña superficie alme<:a<la en la parte superior de'l electrodo de cobre; al caer el alcohol en et · electrodo caliente, se volatiliza rápidamente, c0nstituyendo una envoltura gaseosa continuamente r.e novada; los gases quemados caen al fondo, y son ex.pulsa<los por el tubo de escape A. Fara evitar que el a:icohol inunde la cámar·a del arco, se regula. automáticamente su caí<la, gradas a la un~ón de la llave de alimenta.. cióm con un e-0ntrapeso, que, ail ser atraí1do por el electro cuando p'a sa · corriente por el arco, produce ·fa apertura <le dicha llave . .Además, para: evitar ta explosión que podría formarse al producirse e1 hidrógeno en el primer encendido, la cámara de fuego está provista de una peqt:teña válvula de seguridad. Para el enfriamiento del agua de circunvalación a través del electrodo de cobre, existe un serpentín refrigerado por un verítila:dor .. Para gniduar la separación de los elect:.-odos e iniciar el ~ncendido del arco, el carbón va fuertemente roscado a un eje de fibra, ter.minado exteriormente en un volante. estando el electrodo de ta1l modo fijo; que puéde ser apretado para el encendido; pero una vez libre, tiende a separarse por la a€ción 1de dos resortes, tan lej os como lo permitan la pt:t-


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_Esquema para Telefonia y Te.le.~raf1a .



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sición de la .p laca de fibra. Para wmpensar el ·desgaste <le c.aroen, exís·t-e un ·pm1zón · que gradúa el .1aifojaníiento entre fo.s electrodos. Bajo la manivela del electrodo de carbón existe un pequeño motor . que actúa directamente ei ventilador, y mediante la con,,reniente reducción de velocidad, pone el carbón en movimiento lento de rotación. Una vez encendido, es preciso que el arco queme tranquilo, por lo que ha de mantenerse su longitud, evitando et desgaste que continuamente sufre el electrodo negativo de carbón; · debe, pues, cuidarse que se _o rresente al arco una su.'.Perficie fresca , y esto se logra por el len1 u movimiento de ,giro que antes indicamos. Pero mia i:iueva conidición eE> necesaria para hacer '.Práctico el ·empleo deJ. arco, y es obtener una suficie14te longitud fle arco co-n peque fia distancia. de electrodos, lo que, por una parte, precisa gran longitud de arco para· que la e1iergía producida sea sufici"cnte, y, por otro lado, no puede ser grande esta distancia; '.Pues si el arcg se apagase casuaki:-ien.te, .¡io se podría volver a encender, interrumpiéndose la emisión. Venció Poulsen esta nueva dificulta<l, empleando un campo magnético producido por un potente electroimán transversal al arco. Se comprende que el arco se :extinguirá, 'e n eJ. momento en que la .corrieJilte negativa produciida en el circuito oscilante del condensador (fig. 8) exceda en valor absoluto a la de alimentación, '.Puesto que ~ntonces no ·p asará ninguna corriente por el arco; P._ero siendo oscilante la corriente del condensador, el arco debe en seguida encenderse; lo que no es -posible más que cuando la distancia entre los electrodos es pequeña. Se consiguió esta: doble propiedad haciendo el electrodo de cobre en forma de pico avanzado (fig. 7), con lo que se asegura el ceba.mien:to del arco. Por la acción del electroimán. antes e x plicado, tendremos un conductor m-ovible (el arco) sometido a la acción <le un campo magnético, con lo que la ilama será alte_rnativamente <lesviada hada arriba y hac ia abajo, alargándose, por consiguiente; y aumentando la energía - generada (mientras la <listancia entre electrodos en generadores pequeños es sófo de 3 mm., se logra por' :este medio .una longitud mínima en la llama del arce> de 7 a 8 mm.) . · · La acción del electroimán produce a-d emás una regulación automática; pues, según se ve ·en la figura 7, estando el arco en serie con el arrollamiento de los electros, si se aumenta la resistencia <lel ar-co, disminuirá la intensida<l de la corriente, y, .por consiguiente, el cam¡po magnéti,co creado por los electros será -más débil y el arco menos desviado, cor.. lo que fácilmente se cebará de nuevo; esta dependencia mutua entre la longitud del arco y la fuerza del campo magnético produce una ideal regulación autO'lhática, dando lugar a que la caída de. tensión en .e l arco sea muy pequeña y, ·p or consiguiente, los cambios produciToMo II

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dos en la longitud <le onda emitida sean·; tan pequeñísin;¡.0s, que no ten·gan ninguna influeticia el.'.l el aparat<:j rec~ptor aun cuando la sintonia sea muy ·agµda. ·

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Clases de oscilaciones.

Para comprender nrnjor la facilidad de disminuir todo .lo posible los cambios de longitud de onda producidos por los· apagamientos momentáneos del arco, supongaanos (fig. 9) que ig es la corriente constante sumiinistrada por la <lina-mo, e ik el má;ximum <le la oseilatoria engendrada por la · desic aFga del .c0ndensador:. Si la corriente osd:laitoria .es de la fm·ma indicada en la .pfiime1'a curva, obtendr·e mos entonces una o.s cilación . completamente regular; ya. que s~empre habrá corriente que pase por el arco, por lo cual éste nunca se apagará; esto es lo que ge.nerailmiertte ocurre en las lámparas <d.e are@, en que no existe ningún ..:ampo magnético, y sería una oscilación i1d.eal si estblviese dotada de ia suflciente energía, sólo conseguida introduciendo el campó magnético ~ aumentando la corriente del circuito oscilante, como indica la seguada curva, en cuyo cas9 se llega a un punto a, en que la corriente de alimentación es igual y, ee-ntraria a Ta oS<Cilante, con 10 q11e el arco se apagará; com<:> al mismo tiempo queda interrtfim;p~l©r : el '<circt11ito del co.n-' .dcmsador, la corrie111te .oscilante se anufará iguall1'11.iente, llegando de nuevo al arco toda la co1Tiente 11J.:e la dínamo, se :volverá a encender después de cierto tiempo representado por ab, en cuyo· momento nace otra vez Ja corriente escilante. La oscilación que resulita sei:á la marcada de lleno ~n la figµra 9, cuya long itud L 2 será -igual a L 11 propia del circuito os.c ilante,- más el trozo x correspondiente al tiempo en que el arco- es.ttivo .?,1.pa-gado. La semikmgitud de onda V?-riará, pues, r/2 L 2 r/2 .x hasta r/2 L 2 r/2 %, diferencia insensible escogiendo convenientemente la· corriea'te @e la dinaimo y- la d el circuito oscilante, haciendo, por ejem;plo, que é;;.tas sean <le 8 y 9 amperios, respectivamente. · Todavía hay otra tercera da-se de oscilaciones, obtenkfas cuando la corriente del condensador es considerablemente mayor que la de á..li.mentadón, eta cuyo ºcaso, los lapsos de rtiempci ha:sta el reencen<lido del ~,TCO SOii tan grafldes, que la OSCÍfación obtenida es COmpletan'lente iHe.gtdar; c0mo antes dijimos', esto se evitá con faci.lidad escogiendo convenientemente -les ·val0re? de fa autoinducción y ·capacidad del éfrcuito oscilante. A) ESQUEMAS PARA -::rELEGRAFÍA.-El montaje más sencillo es é.l ..indicado en ·1a figura 6, qtie goza de la caracteríStica de que el arco es directamente introtlucid-0 en la anteria, con lo que el aprovechamiento _de eneFgía es máximo, y, segunda, ·que por mepio del circuito de auto1

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547 i nducción y capac~d.ad montadas en 'paralelo sobre la antena (llamado montaje en volante), basta graduarlas conveniéntemeníf:e para sintoni.zar el transmisor a cualquier longitud de onda. Coµ10 indica la figurá, el manipulador, en situación de reposo, pone en corto circuito ur~as cuantas vu~ltas de la bobina de antena, con lo oual, al accionarse el manipulador, n o se hace más que aumentar un poco la longitud de onda emitida. Esto tiene la ventaja de hacer independiente el encendido del arco del manipulador, una vez que se haya logrado su funcionamiento continuo gracias al volante de ebonita ya conocido. La antena emitirá continuamente energía, y en el receptor podrán comprobarse idos ondas: una, negativa, correspondiente al periodo de reposo del manipulador, y otra, positiva (algo mayor en t'luestro caso), correspondiente al período de trabajo, dando origen al golpe y coatragoLpe característicos ·en la recepción de ondas continuas; que obliga a ;bu~cai: cuál de las dos ondas es la positiva o verdadera, cosa fácil de lograr 'en telegramas ex:p resaidos en aenguaje ordinario, pero muy difícil en deE:pachos cifrados o redactados en idiomas descono·ci<los. Una gran ventaja resulta de la einisión de las <los ondas, y es que basta qbservar el amperí.metro de antena para darse cuenta de cualquier defecto o fal.ta de aislamiento, ya ·que ambas ondas han de· producir en el amperímetro desviación casi idéntica, un poco más pequeña ¡para la onda negativa, puesto que, al quedar en corto circuito, varias vueltas ·cpnsumirán algo de energía, que quedará liibre al apretar el manipula-0.or; la intensidad de la corriente en ~ntena ha de oscilar, .p ues, entre "límites .muy pequeños, y, por tanto, ·s i el arco no quiere encender o la ·oscilación del amperímetro no es la O!'dinaria, será señal de que el arreglo de la antena no es el ·debido, sufriendo ¡pérdidas por falta de ais1attniento, ~rque la toma de tierra no es franca, etcétera. Otra ventaja n1uy valiosa de la constante eimisión es que resulta imposible registrar ambas ondas emitidas en los drcpitos aperiógicos tformados por el detector, te1éfonos y autoindu~ción) ·efuipleados en las -pequeñas estaciones, con lo que éstas no serán molestadas. · Finalmente, siendo continuo y regular el trabajo' de ·la · inst<alación, y variando en tan pequeña cantidad la cqrriente de la antena, no ha.y -inconveniente que aquélla sea todo fo rápida que exijan los modernos aparatos empleados en la Telegrafía, éombix:iados para la recepción con el ·registro :de las señales por medio del escritor de luz fotqgráfico (empieac!.'ísimo en esta clase de es1:acio_n.es) o fonográfico por la impt~esión de discos sensibles giratori01s a gran velocidad, tan empl~ados eri las ·grande.s estaciones de '·'Ma1·coni t', que permiten 'v elocidades d·e tran;;-misión superiores a s-etenta -palabras .pür minuto.


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La figura :: r indica el esquema ca1nple~o ·de una estación de arco,. en la que se ve primeramente la dínamo D de 500 voltios con excit~dón "compound", para que su velocidad . no cambie por las probables variaciones repentinas <le carga. Una resistencia reguladora RW 1 sirve para que · fa dínan1!o suministre 1a energía precisa. Después de atravesar los aparatos de m edida; la cor-riente va a las barras gener-ales def cuadro, de las · que salen tres circuitos independientes : . a) El de ?-liipentaci6n de:l arco r,r. La corriente parte de r; yen-· do a la resistencia regulabl1e RW 2 , va sobre uno de los arrollamientos de_l electro; sigue al eléctrodo de cobre, arco, elect·ro~o de carbón,- segundo arrollám.iento del electro, contactos -del "relais" de seguridad SR,. volviendo al cuadro. La resistencia RW 2 sirve para regular la tensión del arco, observada en el voltímetro WB; el "relais" de seguridad interrumpe automáticamente la corriente cuando 'ésta no sigue el caminodebido. b) Circuito 2 , 2, que comprende el motor · M (para el ventilador y rotación. del electrodo de carbón) y arroUamiento del '.' relais" de segu-· r ida-d. Una resistencia V../1 rebaja la tensión d e- este circuito a r ro voltios, y, por último·, e), circuito 3,3 que va sobre el manipulad'or (cuya chispa de ruptura es absorbida por el condensador Cv) , sigue at1 "relais" del manipulador, volviendo al cuadro por la resistencia W 2 , que· regula,., la tensión del ~raba jo. La figura ro indica el detalle del manipulador "relais", constituído por los -cuatro eontactos de d'os flejes unidos a la armadura del ele'ct ro M, que vence la aicci<Í>n del reso.r te F; L es Ja autoinducción de antena y ac la·s tres o cuatro espiras puestas en corto circuko mientras: no se actúa el manipulador; el objeto de los ~uatro ~ontactos es dividir en euatro partes la tensión existente entre a y e, ya que la corriente. de la autoinduccióii tiene, a partir de b, fo~ dos caminos de la propia "s'elf'r y los b2rc, b34a. Este ,-,relais" es sólo em.pleado. en estaciones superrores a _sKW. . Volvi.endo a la figura rr, el circuito de antena se une a;l arco por el electrodo de cobre, mientras que el carbón se une a tierra pór intermedio del am,pe:r;ímetro de antena A 2 • B) ESQUEMA PARA TELEFONÍA.- La fi.gurn. r2 tnt.J.estra el esquema· para Telefonía, el cual se dif er.encia del anterior en la introducción del micrófono al pie <le la antena, y en que eJ .acoplo entre la antena y el arco es inductivo y bland-o, para que los caanbios de resistencia de la. antena motivados al hablar en el micrófon0, produzcan una marcada -caída de energía que n0 pueda ser instantáneamente contrarrestada por· el manantial sino al ca•b o ·,¿e cierto tiern.po, cosa que no ocurriría en el mon~aje directo, en que por ser muy pequeña la variación, no tg;:i.dria..

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ninguna influencia en la onida emitida:; Además, con acoplo blando se está más a cubierto de las irregulariclades en la marcha del arco, evitándose fos . ruidos extraños a que pudier~ dar lugar. Para alcanzar -cierto tanto por ciento en el cambio de fa resistencia delantera, pueden emplearse varios micrófonos en serie que sean igua·l mente influenciados a l hablar. Como los micrófonos ordinarios soportan una coniente máxima de 4 a.rruperios, la energía ·de la antena. queda lini.itada en la p.r-áctica a la correspondiente a una intensidad <le 3 r /2 amperios (en estaciones d e 4K\i\T), y como la dista:nc.ia de acción depende de la energía radia.da, o sea, del cuadrado de la corriente soportada por los micrófonos, se v~ ·1a conveniencia de emp1lea·r micrófono·s que soporten intensidades de co ·rriente relativamente grande. Por el acoplo blando, puede regularse, no sófo el número <le aimpl..-rios de la antena, sino también la eniis·ió-n de una onda única, sintoni·zando debidaniente los circuitos abiertos y cerrados, para una exada longitud de onda, con lo que la emisión de la p·a labra será más pura. · Para evitar que el micrófono esté constantemente intercalado en cir·cuito, corriendo el riesgo de carbonizarse su membrana .por excesiva in..tensi·dad, y, al mismo tiempo, para poder ser empleada la misma insta1a-ción con rai-diotefegráfica, puede fácilmente ser puesto en corto circuit o por medio de la Uave S, en cuyo caso se intercala en 1a antena el ma·nitpula.dor con su correspondiente "relais ''. Tanto en este esquema, como en el anterior, el "relais" de segurida d está de tal modo dispuesto, que enclava la instalación, haciendo imposible la alimentación del arco, mientras que por las espiras de su electro no pasa una parte ailkuota dé :la corriente de la dínamo, lo cual 110 es posible mientras las palancas <le bloqueo de antena y receptor n0 -estén en 1a disposición de transmisión. Para el uso del mkrófono, deben t~nerse en cu~ii.ta c:iertás prescri1pci-0nes . Primeraimente, no se debe grit ar .dem.asiado; pues se ha deducido :prácticaimente qne la caída de energía en la antena, motivada .p or el cam!bio de intensidad experimentaida en el mi•c rófono al hablar, debe ser próximamente la mitad de la total. Es decir, que si ordinariamente la corriente microfónica es .de 3 r/2 amperios, la energiá será proporcional a r2,25, y, por tanto, al ha-blar, el cuadrado de la intensidad debe ser próximamente 6, o sea ésta de 2 amperios y medio. Segundo: el q ue habla no debe poner la boca sobre la· bocina del irnicrófono, porque, entrando ésta en vibración, produciría una voz ronca y confusa. Y , por ·últ imo, ·d eben ser clarMl.'l·ente mJO'duladas las voca•l es y consonantes, y en la misma frase, ninguna palabra debe ser 'Pronunciada más fuerte, -Oas1ando con decir que, en gei:-,eral, debe hablarse con voz dara y levantada.

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Tanto en las descFipciones d'e lo~ aparatos, como en los esquemasp0steriores, nos referimos a estaciones cúya potencia .está comp,rendida. ~ntre S y 15 Kw. Para potencias superiores, existen otros tipos de arco empleados. prácticamente hasta potencias de 40 Kw., por encima <le 1a cual es más conveniente emplear varios arco's acoplados, aunq4e parece se han constru~do arcos de 109 Kw. y que actualmente se trate en Amé.rica de construir' un potentísimo arco de I.000 Kw., en cuyo caso la instaladón va totalirn~nte sumergida en aceite, para facilitar el enfriamiento. Para potencias menores de 5 Kw., existen otros tipos de arco qu·e, entre otras simplificaciones, llevan las de carecer de "relais". el maqipula<lor (ejértese el soplado por un ekct ro sencillo combinado con un aniJlo-<le hierro dulce) y tener electrod-os iverticales, estando el de eobre prov.1sto <le aletas longitudinales de enfriamiento, y siendo .fijo el carbón. La alimentación de akohol se hace automática, sin ningún medio· mecánico, s1no gradas a una hendidura longitudinal que tiene el elec-· t ro<lo de cO'bre, la.cual c01munica c_::on el depósito ·a limentador; cuando el arco brota, la <liforepcia de .p resiones entre el <lepósito y la cámara pro·duce una .impulsión del akoh.ül en .la cámara, que, al atravesar el · elec.trodo de cobre caliente, sale ya volatilizado. Se construyen así estaci0-· nes sencillísimas <le . 1 y 2 Kw., con .pesos menores -de 15 kilos y . muy p ropias para el uso de los ejércitos en marcha y estaciones de <les.embarco. CONCLUSIONES Teniendo en cuenta que en todas fas n:aó-ones donde se ha <lesa:rroUado la Telegrafía sin hilos van installn<lose estaciones de onda continua para la Gomunicación a grandes distancias (r), quedando relegadaslas de chispa al servicio de las distancias medias y tráfico de barc0s; que en España se ha instalado ya por ia Compañía "Marconi" , en. la estación ra:.diotelegráfica de Aranjuez, un arco de 25 Kw. para la pro-· ducción de onda continua, siendo <le esperar que se monten disposiciones . similares ell" las ·de Barcelona, Cádiz y Canarias, constitu:yendo así una línea a lo lal'go de ·l a Pe:JÍnsula y p osesiones de grandísimo valor práctico; (1) Entre las más importantes, figur an las americanas de Adington, San Diego,. California y Ca vite (Filipinas), con potencias en los terminales· de la dínamo de 200 a (joo Kw,, y las recientemente montadas en~arís (torre Eiffel), Lyon y la nueva de BÜrdeos, q ue tiene la enorme capacidad de 1.100 Kw. En Alemania y Dinamarca, funcionan ya desde algunos a ños gran núm ero- de. estaciones de arco y alternador,


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q1¡1e., igualm~nte, se está gene.r alizan<lo la instala<:ión en e'i Extranjero de .estaciones <le ;válvula generadorn de ·onda c0ntinua en Ja.s esc uadrillas 1n:ili1far-e s aéreas, a fin de ¡poder 001nuFJ.icar éstas con las establecidas en los aerodromos , ;puidiendo éstas , en combinación con los ra._ cliogronómet1,;0S y recepción por cuadros, s ervir ipara la práctica de la. o rientaciórt cuando se opera en zonas d escongcidas o brumosas : el Ingeniern que su.scribe prn.p one a la cl.eliberación del Congreso loe;; votos siguientes·: r.º . Sería <le alta c@nvenien cia nacim1al .Ja instalación en Carabanchel (Madrid), por e:l ramo de Guerra, de una estación de ar,co o altern ador "Góldschmidt", sfo p erjuicio de terminar la nueva de chispa d e 0o K w. actualmente en construcción, y el establecúinient0 de la o nda c.ontj.pua en la estación de nueva ,plaRta que: el 1ninisterio de M arina v a a insta.lar en ·Chamartín <le fa Rosa (Madrid), con lo que España seguiría l~ nor ma de t o da s la s naciones que emplean hoy exclusiv ament e fa onda continua para las grandes "redes G cadenas" que dan la v uelta a l Mundo, uniendo entre sí los puntos más a.partados de la Tierra . 2. 0 Procede igualmente establecer en España una red de p equeñas estaciones de ·válvula generadorn de onda coE.ti11ua,. situando éstas ei;i los aerodromas 111'li'ilita res y ba·ses navafos, y en algunas estaeiones de la r ed ·radiotelegráfica militar act ual. , 3.º Tanto para favorecer el serv·i cio internacional, como el na cional d'e 'JZ.elegra:liía sin hilos, convendría instalar el arco iproductor <l_e €mda continua en .las estaciones civile s de Barcelona, Cádiz, y Tenerife.'; El Sr. ESCUD,É { D. Manuel) <la cuenta de su Memoria, cuyas cond us1.ones, :así como las que de duj-o el Sr. ROMERO ORTIZ (D. José) de la suya, fueron áprobaidas por unanimida.dl y ·s in- discusión. El· contenido de a mbas Memoria s es el s·iguiente:

" LA NACIONALIZACION DlE.L COBRE ELECTROiLITICO ·Por D . MANUEL EscuDÉ y MoLrsT, I ng eniero in dustrial. COMUNICACIÓN

Al estallar la guerra

mu chos problemas que p ermanecían latentes (y -0tro-s conceptu ados -inexistentes) pla:nté~ronse súbit amente con tal agudez, que requirió u n ai a-cfo~ción decis_i.-v a y en:..érgica d~ todos los Estados, induso Ios neutrales, pa..ra ~frontq.r las innu.merab'les consecuencias q ue indefectiblem ente debían de ·sobrevenir a r aíz ·del rompimiento de hostilidades.

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-55-:z - Nuest~a nación, que desde el primer momento se mantuvo al ma.rgen de la contienda, fué quizá famfüén la primera, entre las neutrales, q~1e sufrió las consecuencias. Tributaria de fas naciones extranjeras en la adquisición de materias y product0s, al <J.Uedar limitados el comercio exterior y la navegación, empezaron a escasear eri nues!:ro país eleménto · esencial'es de producción, consumo y de .transporte, con los coRsiguiehit.es trastornos de nuestra vida económica : nos faltaron priimeras materia pára nuestras industrias, artículos y productos indispensables para la vida, incluso a•quello que arrancamos de nuestro propio suelo nacional: nos faltó cobre. Fué preciso que se planteara el conflicto para percatarnos de que todas aquellas aparentes facilidades del ComeFCio e lndustria extranjeros no eran sino sólidas esposas que imposibilitaban nuestros brazos productores, poniéndonos en evidencia la triste situación de la Econo-. mía nacional y la ficción <le nuestra independencia económica. Para librar a nuestra patria del absurdo económico en que hasta hoy ha vivido, y dotarla de su· completa soberanía económica, de la que es mer·e cedora por sus riquezas naturales y privilegiada situación geográfica, hemos de ir en primer lugar a la Nacionalización de la producclón ·

en aquellas industrias que por derecho propio les corresponda ser espa:. ñolas, intensificándolas cual corresponda a su importancia, llegándose así a la nivelación de nuestro cdmercio exterior, de conformidad con nuestros elemenrtos de producción y de consumo, y acabando con las ficciones económicas producidas por monopolios eJ.ercidos en nuestro propio suelo por Compañías y capitales exfranjeros. La na_cionalización de las indus!:rias, ta.l como nosotros la compren demos, no ha de consistir precisamente en la administración o incautación de las mis.mas por parte del Estado . Los Poderes c<;nstituidos deben de ejercer tan sólo una tutela inteligente, evitando, de tma parte, los negocios de especulación con las materias primas, y haciendo, de · · otra, que las industrias se desarrQJllen y completen armónicamente en todas sus fases y aplicaciones . La protección del Estado

debe prestarse especialmente, · y sin regateos, a las industrias genuinamente .nacionales, a aquellas que por sus, productos, primera's materias, medios de fabricación, mercado, o industrias derivadas a · que dan lugar, pueden desarrollarse íntegramente en el P·aÍs.

J


Esta acción <lel Poder público, que ha de responder a una c oopera-

.c10n <lel Capital e ir acompañada de una apt a dirección técnica y m<>derna organización, debe limitarse en ·l os períodos de organización y a rraigo de las industrias, puestG que éstas', una vez desarrolladas, por .su cuaH~ad de nacionales, tendrán vi.da próspera e independiente, sin ser t ributarias, bajo ni·ngún concepto, de las extranjeras. De entre las in dustrias que nl,ás ri1erecedoras son <le calificarse de nacioi:iales, las del cobre electrolítico ocupan preeminente lugar; pues siendo E spaña p aís pr·oductor de primera m at eria. y poseedor de _abundan t e energía h id ráulica, es •p or demás evidente que, t ranscurrido el perí<>do crítico d e implanta ción, son in dustrias destinadas a alca nzar en in:•tstra patria u na Í1nportancia central. producción anual de este m e tal oscila al rededor d e unas cuar enta mil ton elada s, según los años. Durante el quinqu~nio <le gu erra, 1914- 1915, la producción mundial, según ·datos publicados en el Engin eeri1-,q a·n d Mining J 011wnal, ha sid o la siguiente, ex presada en miles de toneladas :

La

Estaidos Unid0s .. . . .. .... ...... .. . ... .. . .. . .... . .. . · 3.572 Japón ... ........ . .. .. .. .. ....... . .... .. . . ."... . .. .. . . . 354 . Chile .... . ... .... . ... .. . .. . ................... . .. . . . . 319 M éxic o . . . ............. . .. . .... . ............... . ... . 243 Canad á .... ... ..... ... . .. . ... . ............. . ..... . . . 230 España y Portugal.. .......... .. ... .. ...... .. .... . 2o8 A le·m an ia .. . .. . . . . . ... . .. . ..... . . . ............... . . 195 Australia ... .. .... . .. ...... .. : ... .. ... .. .. ... . .... . . 177 Perú .. ... . . ... . ....... . ......... . ..... . : . ..... . . . ... . 159 Rusia .... .. .. . ... . . .. .. . : ... ... . .. .... . .. ....... .... . 98 Cuba . .... .. . ... . . ... .·. . .. . ............ . ........... . . 43 B olivia ... . ..... ........... .. .. . .. . . ... .. . .... . . . . .. . 16 Países del A fri ca . ..... ... ... . .. : .. .. .... ..... ... . l8I I20 O tros países ... . .. : ......... . . . ... .... . ..... . . : .. .. .

)

L a p roducción nacional antes <le la g uerra, eR 1913, fué, según datos d e la E stadíst ica de Minería, · de 2.268.691 ton eladas en el r amo de la - . b o r eo, y de 3r.248 en el de beneficio. El comercio exterior, durante el expr efado período, fué ; según la Estadística publicada por la Di r ~cción general d~ A duanas, como sigue:


-

554 Toneladas .

E xjot·ttu:ión:.

Mineral y mata. . . . . . ... ... ........ . Metal beneficiado, cobre y cobre viejo .. Manufacturas. . . . . . . . . . . ... . .. ..... . TOTALES • • • • • • . • • • •

Miles de .pesetas.

. ' 83 .II7

3.355

26.683 3.420

39.914 5.619

3.220

48.-888

I I

Importación:

Manufacturas ...................... . Maquinaria y aparatos eléctricos ...... . Máquinas y aparatos de cobre ........ .

9.350 10 .850 34,50

2 r .445 36.940 r.494

Las a:nteriores cifras son de por sí lo suficiente elocuentes para poner de manifiesto la importancia que ipara nuestra economía nacionaf entrañan las industrias de} cobre. Basta considerar que las manufacturas importadas implican (considerando entre mineral y mata una riqueza de 4 por 100), 23.375 toneladas de mineral exp:ortado, t'epresentativas de un valor de 935.000 pesetas, que, deducidas de las 2I.445 ·<?0º ·de la importación, arrojan un salido de 20.500.000 pesetas salidas de España por beneficio y manufactura de metal arrane!!dO de nuestro· propio suelo y ~onsumido en nuestro propio mercado. Las industrias del cobre

constituyen uno <le los factores <le mayor importancia en la .producción nacional ·COnlQ auxiliar impr.escindihle de fas ind'llst:rias me.eánicometalúrgka$ y de la defensa nacional, toda vez que sus aleaciones y productos intervienen en . proporción muy notable en la construcción de armamentos y municiones, ma:quinaria marítima y de locomoci6n ter·r estre, máquinas de vapor, eléctrica•s, motores de explosión, etc, etc., y en ·fa. fabricación de aparatos sanitarios. · · El desarrollo de l~s industrias .del cobre electrolítico favorecería. el aprovechamiento de nuevos saltos de agua y la ampliación de ·los existentes, la electrificación de fábricas y talleres, y la creación de indus"trias electr.ometalúrgica.s que sólo es posible establecer con energía eléctrica de coste reducido. De otra part€", el e:?Ctenderse 'las malla,s de transporte y distribución de energía traerá indefecti:blemente la ele<::trificación de . ferrocarril~s y construcción 1cfo nuevas líneas eléctricas, que determinarán una disminución de consumo de carbón, contribuyéndose así a la nivelación de la baia-nza comerdal, en lo que a cooiliustihle se

re.:fiere.


555 .El

p~ogreso

de la Tecnología ·

de los ·m etales ha dejado al margen multitud ·de prácticas rutinarias en la preparación <le aleacio.nes, atendiéndose hoy a principios racionales y científicos basa:dos en estudios quí;micos y metalográficos. Las aleaciones <le cobre; conocidas ya en las épocas prehist-órica·s, 'han ·s ido siempre muy variadas y 'C'Omplejas: pr~arábanse a base de metales c orrientes producto de la Metalurgia rudimentaria de aquellos tiem.pos; pero, en la actualidad, la preparación de aleaciones es una verdadera síntesis que requiere un conocimiento ipreciso y exa'Cto cle la composición y ipropied~des de los metales que las · integran, al objeto de que el producto resultante res-ponda. en un todo a las características fijadas <le antema:n o, y de que sea posible . obtener en todo tiempo y lugar aleaciones de idénticas propiedades, cual ·exige la industria mo·derna ·de los metales. De lo expuesto se deduce que la obtención de las aleaciones modernas sólo es posible Jograrlo con el empleo <le metales puros, y las del cobre, con el empleo del cobre electrofüico. Las manufacturas

de cobre e lectrolí.t ico han alcanzado el máximum de im1portancia, deterp0r sí solas la necesidad de una intensificación en su fabricadón. El batido y la:1ninaje <le planchas, de asos tan diversos · y variados, fa trefiletía del alambre y la fabricación de tubería, son industrias de a:lto interés y transcendencia. Considérese el número de toneladas de cobre electrolítico esparcidas por todo el . territorio, constituyendo las líneas y mallas de transporte Y. distribución, y la no menor cantidad <le hilo arrollado en los ·devanados de generadores, motores y transformadores, .para venir en consecuenci<J, <le que las manufacturas de cobre · electrolític0 han de· ser inqustrias eminentem;ente españolas. min~ndo

Las corrientes sociales modernas y . les progresos de la Técnica van determinamdo cada dí-a más la nece-

sidad del establecimiento <le ·l a gran industria, si se quiere obtener una .p roducción remuneradora .en tedas conceptos. Las industrias del cobre y sus derivadas, dadas las particularidades de sus productos y los métodos de fabricaJCión, exigen, como ninguna otra, la iexplotación en gran escala, ·precisándose fuerte& capitales para la instalación d.e fábricas, "stock" de materia prima y productos, m at erial en. curs.o de f aibricación, r~se-rvas para las erv-entuali<lades de 1a Bolsa de metales, etc. , et<:.


• 5 56 o

• J

La c ompetencia extranjera

iniciada ya a raíz de la fir~a del armisüéio, y qué .da<la dfa 5e acentúa m ás, obliga a las industrias del ¿obre a organizárse análogamente a las grandes Empresas norte_aimerioanas,, que, con capitwles · fantásticos, vienen .explotando estas industrias desde haee·. años. Pero mientras _

.

· n,

N uestra economía nacional

11 e ,

en sus anórr..afas condicionés, haga posfüle que el cO'bre español cueste · más c aro en España qµe . en Inglatena, será tem~rar,i0 ·arriesgar grandes ·capitales y esfuerzos técnicos sin. cont ar de f.i!jo ·Óefn una a·c ci0t.Jr inteligente y colaborador-a de l_os Pod.e res púbiicos que establ~zca Jlas : me­ didas necesarias para la protección de las inclustria·s <lel eQlbre en su período de implantación. t

'

.

.L a prot ección del Estado

delJe ·ir encaminada, en primer lugar , a la a•d opción <le medidas de carácter general destinadas a 1a protección de las industrias ·del c01bre, gravando iprogi:~siva y enérgieamente los derechos, de exportación . de minerales y matas de cobre hasta conseguir que la cotizaeión normal del lingote en nuestró mercado descienda en 'un qúantum prop-@iú::ioriado al im port e de los fletes desde España al R@:ino · Unido, al propio· tiem po que prohibir con carácter definitivo la exportación de cofure :v:iejo. A demás de las anteriores m~didas refer-entes a la exportación, deben dictarse otras «:jue afecten a la imlporta-fiÓn, encaminadas a facilJtcrr la entrada de cáscara de cobre y · de lás distfotas· clases de ling0tes y t orales n o electrofüicos, Wegandc i-nchtso á la:. supresión de los" derechos de entrada, conservando ennpeí-o los a'Ctuales sobre el "cobre electrolítico . . Precisa también, para facilitar el desarrollo y ampliadón de las industrias manufactureras del cobre electrolítico, elevar transitoriamente, y en la mediJa necesaria, los ·derechos de entrada sobre planchas, tubos, •b arra ,p ara trefilar e hilds conductores, ·h a.sta tanto que las reS.pectiv as in<lust ria·s ·hayan .·pod'i do tomar rsólido arraigo en el P a:ís. · Para que todas estas medidas tengan una efectívidad iñmediata, ·es nece_s ario emprender úna ra<':i.ical 1 Reform a aranc·e laria.

P róxima · a efectuarse la ·revisión, · es afctÜalm-e nte momen'to 0po1'funo d:e llamar la atención de 1a junta de A ranceles y Valoraciones ·p ar a: que


557 .adapte la nueva estructura a las n ecesidades de la Industria y Comer.ci0. nacionales, y aaopte como valores ofrciales cifras reales· y no ficti·c ias, corn:o · tantas de las que figuran en el Arancel vigente, tal como la de 238 rpesetas Jos cien };:ilogramos .para la tubería de cobre durante el año 19.16, .p ara citar una entre mil. Es de iin¡periosa· necesidad; para el desarrollo de estas industrias, la inclusión de 111.:levas . partidas en el Arancel que hagan referencia al c01bre electro1ítico en lingotes y catados, y a aumento por k'..logramo so.:. bre plancha.s,_ barras, tubos y alambre de .cali,daid electrolítica. Por otra ;parte, no es justo que persistc,m englobadas .en idénticas parti<las las manufacturas de cobre, broncct y latón: en .primer lugar, porque las difrcuhades de efa..boracióR son muy ·distintas en cada una de ellas, y cm segundo lugar-, porque algunas dct ellas son ya industrias antiguas en el País, . aiparte de la diferencia de precio entre unas y otras. El interés general de la Industria española reclama, por lo tanto, la a<lid.ón de nuevas partidas que <lesglobcn las manufacturas 'de cobre de· las de sus aleaciones. Puestas en vigor las anteriores medidas de c~rácter general, indu<iablemente se libraría al País del ominoso monopolio que en él ejercen las Compañías extranjeras poseedoras de la casi -totalidad de nuestras minas de cobre en e:x,plotación, y deja;íamos· de ofrecer a los ojos absortos dei economista el ·caso absurdo antés apuntado de alimentar el mercado <le Londres con lingotes ·d e cobre, que en nuestro país alean:=. zan un precio rnayo:i:". Al conjuro de las anteriores medidas, se· implant;;i.t:Ían en España R\-ieva:s fábricas e industrias, ca<la una de las cuales, con sus propias carad.erístkas y necesidades particulares, requerirá dijerentes formas de protección, precisándose, por lo tanto, establecer medidas protectoras de carácter particular para cada industria, sin menoscabo, naturalmente, de sus congéneres, y con cáricter transitorio hasta su definitiva estabilización. La ley de·AÜilio a las industrias

nos o.frece en su ar_ticulado. actual, bajo todos los aspectos., campo sufi<Ciente a las necesidades apuntadas, 3.r -bastaría su si.m ple aplicació11 con amplio espíritu, para lograr la total transformación de nuestra Industria, si los vicios de procedimieµto dásicos en nuestro país no malograsen los quenos rpropó.sitos <le los encargados de su implantación. A la Comisión protectora de la Intlush"ia nacional incumbe, en virtud de dich~ ley, el. informar las dema~das de auxilio y recursos contradictorios; pero su actuación es mer:amente informadora, y l_os e;_~


558 pedientes favorablemente· resueltos, después <le una ·trai:nitación laboriosa, pasan a:l minister·io de Hadenda, para que decrete en definitiva. De esta suerte, la Comisión ;protectora viene a ser un engranaje más de la burocrática máquina española; y a no ser por el amor que ha puesto en esta obra alguno de sus más altos ·directores y la intervención directa y :p ersonal de dignos .compañeros nuestros encarga•dos de los trabaj os técnicos de la misma-cuya labor <la realmente la sensación .d e adg~ viviente, y por lo cual ·debemos felicitarnos-, su actuación, en los dos años que lleva de existencia, hubiera sido completamente estéril. Se impone, pues, dotar a la Comisión protectora de la Producción nacional de otras atribuciones, dándole mayor .elastiddad en su actuación, facultándoia incluso como organismo técnico substraído a la modalidad política, para fallar en definitiva, sin perjuido de los intereses creados que convenga respetar, pero con miras al beneficio de las generales conveniencias y del logro eficaz- y definitivo de nuestra independencia económic:.1 . Antes de la guerra

las especiales condiciones de trabajo y produc-ció1i de las refinerías a:méricanas ¡permitían una cotización del lingote electrolítico muy cercana: a fa del " Best-select". Ello, unido a fas anómalas condidones de nuestra Economía nacional y tratarse de industrias com'Pletamente nuevas y siH. exper-i encia, hizo que . no se establecieran en España e;xiplotaciones industriales de la importancia que correspondía a sus condiciones naturales. Fué preciso que las exigencias <le la Metalurgia del cobre y d e sus aleaciones determinasen la instalación de la primera Empresa en gran escala del refin~ el~trolítico del_ cobre destinado a la obtención. -de lat ones, establecida en Lugones, y ¡propiedad de "La Iadustrial Asturiana' ', sociedad anÓIJ.ima ., Atenta a las necesidades de la Industria hispana, dolorosamente manifestadas a raíz del .conflicto europeo, al conjuro de la ley de Auxilio a las industrias, y sin ninguna otra gat:antía <le éxito que la confianza. <;>n la renova<lora labor económica prometida por el Estado, se constituyó en Barcelona la sociedad anónima "Ind11strias de Cobre Rlectrnifüko" , con el primordia•l obfeto de demostrar la posibiHdad de establecer en nue?tra patria, con el~ent0s ex-dusivamente españoles, y con ·1a perfeeción de lás naciones m*s adel.a·n1:a:das, industrias en qué hasta aquel <lía habíamos si<lo .tributarios ael Extranjero. En -la actualidad, esta sociedad puede enorguÍlecerse de haber realizado la difícil <lemosi:ración propuesta, puesta de manifi~st-e> en sü instalación de la Expo·s ición anexa · a-1 presente Congreso.


559 La tubería sin soldadura

la-minada y estirada, constituye hoy dia la 1parte central de su fab-ricación, eñteniéndola por un procedimiento exclusivo electrolíticomecánico, d.er-ivado de los antigi::os métodos Elmore y Cow.Per-Coles, con una :fase elecb.:-olí.tica y dos fases mecánicas. L~ serie normal <le la fabricación cmonprende, en la actualidad, los dián1etros. comprendidos desde dos pulgadas hasta cuatro anilíimetros, en todos los espesores corrientes, aunque para casos especiales ¡puede elaborar tubería de <:J.imension~s cualesquiera. Tratando esta Empresa de dem.ostrar posibilidades de fabricación , ha obtenido hasta la fecha los siguientes artículos no producidos hasta ah€>ra en España : Tubos de cobre electrolítico, sin soidadura, la·m inados y estirados, cor-rientes y especiales para máquinas rriarinas, locomotoras, motores tde automóvil y 3.eroplano, y clase especial de alta ¡presión ¡para prensas y compTesores ; guarniciones para empalmes de líneas <le transporte de energia eléctrica de alta tensión ; rodillos compresores para la industria .papelera; cilindros :de cobre para estampados ; terminales de cobre electrollticq, para conexiones de cables eléctricos ;. plancha, de cobre electr@lítico, para usos domésticos; cinta, pletina, barra y afaimbre cl.e cobre electrolítico, para conductores y n1aquinaria. Otras iniciativas

se han manifestado durante el 1p eríodo <le guerra referentes a la produccion de cobre electrolítico, ·limitadas, unas, a oficinas de beneficio anexas a fábricas de sulfato de cobre .p ara la recuperación del metal, y otras, destinadas a la o'btención de catodos ¡para la preparaóón de bronces y latones, sin que tengamos noticia que ninguna de ~llas -haya lanzado productos al mercado, ni haJya_ alcanzado su producción la importan-cía de las idos Empresas mencionada:s. Mas todas esta.s iniciativ as y entusiasmos ·de los elementos técnicos y productores serán malograd'os y completamente estériles si el Poder ¡público no acude inmediata.m·ente en su apoyo para hacer frente al problema ya planteado de la Post-guerra.

Exigiendo· las industrias militares enormes cantidades <le artfoulos

de eobr.e , Norteamérica, cuya a.sombrosa e'1asticidad de p otencia -in~lustr:i'aJ

es característica, amplió la producción de dicho s ·m ateriales en


-

56o -

proporciones fantásticas. Al tenn.inar la guerra, los "stocks" ·acumula~ dos, ¡perdida su natural sali"da, fueron verti.dos al .mercado libre, provocando una oscilación sin precedentes en la balanza comercial, e incoparaible en m odo atguno con la_ manifestada a raíz de la ruptura de· hostilidades. Cierto que la baja manifestada en fas cotizaciones de L _o ndres y New-York, más que al descenso del coste de producción, debe _atribuirse a la falta de demandas ; y si bien, según criterio unánime de técnicos especialistas, no tardará it.nJUCho tiempo sin que se manifieste una reacción ascensional, hemos de tener muy en cuenta que los productores ingleses y americanos tienen en su apoyo los recursos de los tutelares Estados respectivos, que, atentos a la transcendencia del momeRto actual, se han manifestado decididos a mejorar y conservar las posiciones. ocupadas en los mercados extranjeros. Por otra parte, El cambio actual

de la m oneda española, si bien es un síntoma halagüeño -d el estado económico de nu·e stro país viene a agravar la situación de los productores españoles ; pues los reducidos márgenes de la protección arancelaria quedan invertidos por la baja del franco y de la libra. Y en prueba de ello, véase la importación con:espon<liente al primer trimestre del año actual, comparada con la del mismo período del año pasado : 191 8 lUlos .

Cobre de primera fusión, cobre, bronce y ·l atón en torales y 1ingo1:es .... . ..... . ...... . 34.217 Barras ...... . . .. ..... .. ........... . 1.073 Alambre ....... . ...... .. . . ....... . 201.!09 Plancha .. .. .. .......... . .. . ...... . 3.367 Ttrbos ......... . ........... .. ...... . 17.506

1919 Pesetas.

40.718 2.167 417.983 6.566 41 .664

Kilos.

Pesetas.

258.230 43.053 . 86.697 1.132.296 2.335.668 271.6!0 529.640 446.481 187.597 217 .000

257.272

Aumento so.bre 1918.............. ... ....

r.594.284

3.147.618

En esta situación

los productores españoles, que, contando con las contingencias de la guerra para estar a cubierto del dumping de las grandes potencias i.ndt!striales, y estimulados por el llamamiento del Estado formulad.o en


-

561 r

1a ley de Auxilio a las indust rias, se lanzaron a la patriótica em pres-a de fa reconquista. industrial de nuestra patda, se encuen~q~.µ _;ahor~ for za-dos ·a : hichar coñ l a débil- arma d e una indu stria naciegt~,~ contr¡¡. la Jueriza a\r,asalladóra · de las gi:andes indu~trias deJ ·v¡ieJó· ali>!p'l~ngQ \}.~ , lq~la.terra y los Estados Unidos. .v ...,._ .La hora es decisiva JL)

t

r

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·el Estado, adoptaadcJ s'us .método.s a lás palipitadol}~s . d~r lo.s ti~pos -nu~v-os, ~ emi>r~nde una · actuación . inmediata lanzándose . <l~ciditljltllente a gar~ntizar la posiDilid.ad 4;e1 •est~bléeimiento · de la~ g.ra~des in,cj.,µstr ias .del cohre, dietando ü.esde hieg'o las med-hfas ·que impone el in.ter é.§ ge-neral, pr.eScindiendo de estudios dilata_dos, tramitacienes -laboriosas y · -exped1entes miriafoliad0s, o hemos de rentinciar 'par.a.. siemRre; q. lo ~ue_ po9,ría. ser> caudalosa fuente·. de Fiql,lezá patria. DiJeroa de tal; g ravedad para el progr.eso ..de Esp<!-ñá obliga ·a sbl~ciórtarlc>: r.ápi,da· y efi-€azmente, pa:sando por. ,sobre intereses ..de partida, y ·con:vetJ,cion!l.Jismos políticos· en aras de nuestra · ihdependeñcia ·económ ica, ~.ual co.rr~~ponde 2' 1a: verd.a:clie:ua obra ·de · reconstitaeión¡ ;nacional · inki~4a.: y~ ip:rQtmlsada e: · ipor los I_!lge'riieros· civiles -españoles. .... -,: ·O

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·· · PRIMERA. Las in.d ustrias de la producción de cobre ,eleétroliíÜco y -derivadas deh>ería:ri a:d~uirk en España· ·una importancia centr al , per- las ~iguientes r.azones-:iprineipa-les : · a)' Per · ·la excepcional _riqueza de p uestro· J:errit.orio ,en n'linerales -cupríferos. · · · b) Por la importancia adquirida por los metales puros en la Metalurgia moderna, para la obtención <le aleaciones de ley precisa. - e) Por el ancho ca.'llpo que la considerable energía hidráulica del 1 país ha a bierto al desarro11o de las industrias eléctricas. • d) Por red amarlo los vitales intereses de la defensa nacional. SEGUNDA. El fomento y desarrollo de las industrias del cobre elec<trolítico, en nuestra patria, reclaman el inmediato establecimfento de medidas de carácter general para la protección de las industrias del .cobre, tailes como : . a) S~presión ~e los derechos <le entrada de la cáscara d.e cobre y de lingote.s y t.eraies no electrolíticos, y conservación <de rl0s der echo-s -de entra:da sobr e el cobre electrolítico. b )' . Elev:adón progresiva: y enérgica de los derechos de exportaciót). •

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-

562 -

- .s sobre minerales y matas de c(}bre, hasta conseguir que la ~otizaci<f>.n normal del lingat(!· ne electrnlítico en el mercado español descienda en un quantum proporcionado al importe de los fletes desde España al Reino Unido. e) Prohibición con carácter definitivo de la exportación del cobre viej o. :>· J <H ... d) Elevación transitoria, y en la medida necesaria, de los d"erechos sobre plall'lchas, tubos • sin soldadura, barra electrolítica para. trefilá-r e hilos i;Íe GG>bre pá-ra conducte.r es eiléctricos, Jhasta tanto que las respectivas -industrias hayan ~tomado sóli<lo arraigo. en el País. TERCERA. Para qúe lais: in.duSll:rfas cle col>re electroiítico adquiei:an. en nuestra nación la irnportanoia que les ·corresponde, precisa una ·reforma arancelaria desglobando en partidas distintas las manufacturas. de cobre de las-o.Ge sus aleaciones, y adición de.nuevas partidas que pro-tejan ip01,. un igual lá pr-imera materia y los fabricados. Cu.ARTA. Próxima la ~revisión de los T-ratados comerciales y tari-fas arancelar.ias, de ·que <lepende la posibilidad de reconquistar la independencia im<ilustria.l de España, en lo que a las industrias del cobre· se refiere, se impone ampliar las facultades de la Comisión pr©>tectora. de la Industria nacional, o la creación ·de un nuevo organismo, para que· las reformas aprobadas por este Congreso Nacional de Ingeniería puedan adquirir inmediata efoGti-vicl'ad lega:!: _, QUINTA. Terminada la guerra e iniciada la lucha comercial rpor vías de vi01lencia hasta ahora ignoradas, las industrias que en los pri~· meros . momentos no tomen posiciones ~ de vanguai:dia, lanzándose ºa la. gran producción y cerrando e:l paso a la cencurrencia extranjera,, estan condenadas a desapa-recer en un futuro iil!Il1.ediato. El supremo interés. de esta hora única exige una actuación ·sin demora." ,

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"CONVENIE'N.CIA DE ENSAYAR LA ELEC'PROSIDiERURGIA. EN ES.PA:&A Por D.

JosÉ

ROMERO ÜRTIZ, Ingeniero . 'de Mlnas . . '.L

. ;,1

Señores Congresistas : · ~ ·~ - I e ~ r 2~ El In-stituto ·de·. . Ingenieros . Civiles~ respondiendo a su elevada misión <le excitar al estudio de cuantos iprnhlema:s iLndustria;les 1i>Uecden 'interesar a nuestra patria, a-brió un concurso, c·ouespond1ente al tunfo de la Asociación de Ingenieros de Minas, cuyo tema decía: "Necesidad o-


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conveniencia, al menos, de ensayar la Electro?iderurgiá en Espafia. Proceso que. debe seguir este .ensayo y modp <le desarroUar aquél desde los puntos de vista .técnico, industri~l y_ e~9,n'Íimico. De~igA'ac~ón justificada de la regiq!l a r~kiones má:.¡ aptop~ad;~_s par~¡ est~ .o·1?'jeto." ~JZ~'6. para mí interesante'"',el; tema, y ,acudí al concurso, .p:resentando una 1§.emoria que, por ·benevolenci~ más que por méritos, tuv:o el honor ·de ser premia·da. _ J;~nto ;por ha.llar.;e en prensa a~tu~lm.e~te, como_por su dilatada extensión, que 1 o encu~draría :J:iien en el marco de este Congreso, no me he decid·itdq ,p resentarda a vue~trft alta consideración y censura ; pero no por eso f.e de dejar de sorp.eterr a vu~süo eleva-do juicio una .síntesis de lo en elJa tra~ado, no por su 1parte técnica, que, como mía, es ramy ¡pobre, sino por ·un .interés que es mancomunado de todos ·1os 1 PJona T.J ¡ rr · · ~ r ~ Inge_nieros espªño.Jes, y del que todos por i-gual participamos; esto es, por los benefi.ciós que a España pudiera reportar la implap.tación de una nueva industtia que hoy nos hace tributarios del 'Extranjero. Tpgos saJbéis mejor que yo el lastimoso estado <le nuestra industria sj,<;ierúrgka, . tp.co,ncebiblle en ,.,u n ipaís que t,iene abund~,mtes y ri~os yaeimien~gs .de hierro y que, ciego ante los más . element?-les principios de economía nacio-nal, s.e limita, por así decirlo, a exportar S\lS mineráles para. luego imiportar los opjetos fabricados. ' · ' . ~o es ~i aeseo abrumaros con ~ifr:as Y. d~tos estadísticos;, per0 ya que los. números so.n la elocuencia de h1i menguada diálJ.éctiea, habréis de ¡perdonarme su parco em¡pleo. Refiriéndome ·s iempre a fechas anteriores a la guerra, ya que és.t a ha sido la ~pertura' <le un paréntesis · que comprende el mayor désequilibr-io, y cuyo cierre, p>"or désgracia, ~stái.le. jano, consignaré que, ea 1913, pro<il ujeron :f.J.Hestr.as minas de·· hien:o unos lO mj11lones de to1{ela<las, en n6meros redondos, de las que escásamente se benefiCiarnn un mHlón. En 1914, <!l.e unos 7 ·' lnillones de mineral eXJtFaí<lo, se tra,taron. unas 850.000 toneladas·; de -aquí. qae, como término medio;-1Juede aceptarse q.ue: solame~te beneficiamus ,: un,c 10 poF 100 de los minerates arrancados. En ca.mbio, solamente desfile Vi_zcaya se expottaban a:..tA.lenuania millón y.· medio ·de tonelada.s, y. p<:>r ~S..t:e y otros pu~rtos -salían con rnmf>o ·a -otros paí_s~~ t.gnelajei:; 1itrnport_etttísimos,=· que .)eran Y' serán otras tantas sangliías · suel.tas inf~11idas a nues_tra Economía nacional. ~ J , 1 " J, , :, J - :Basta l<:> enunciad0 .J.j>at:a sentir. hond_amente que, es preciso, aibs~1u­ tame;nte .p,reo~~Qi,~,_?. .r.p.i ent,en<ler, , que,ysalg~mos d~ este ~stado de1 ?OJ?,Or en _q.ue. vol.untaria.rµepite nos hal.l~os , sumidps._ yr " t r, ' , i?~"J(' • r Al llega..r .. a est_e .pu,1].to, me Í<flta aut,oridad.,para ~deqlarar <i<iJ.Ue la EJ_rctr_osiderurg.ia r_pueda .ser el .rez ulsiv:o q~e e~ este. orden de ideas, p.op_, dfvuelva a la realidad; pero, obedeciendo a Jos mandatos .de una íntima


- . 564 ' el convicción, creo <Lue .debemo.s in iciarnos en ella, ensayarla, luchar con las mucha,·s Y. v:afia das dificü.lta<les que presenta hasta •adaptar-la· a las l~ecesidade~ dé .n~estr[s 'm inas ' de .hierro y de nuestros ·ca:rlió'n es naci0~ales ;· hacer"htgo, 'eri(lñn; que. no sea seguir la: ipa:utaJ"tr~zada ·en la ·hi-5toria nu1estra· Sider urgili -paPa Jtodos los rénsayos que significan -prol i r 1 J~ . r 1 ·a. . ,. d . , . gres9. y que, .p'o r tant o," vienen r'ó mper ·mol .es· anttg·hos. '; .i 1<- :r. Recor<lid que la p ri mera potente Bess·em1ér á:.ata del afio ~1855 , ·/ que, ~uti cuando ~! p ~pcedimiento fué a.c ogido con reservas poc ·fa'. mayor p~rte de los "Aetalúrgistas, I,nglaterr'( se decicl.i~ a realizar ' ro~ ' primeros ensayos., que, como se presu mía, n o dieron saüsfactori'os ·resµltados. Sigu¡ó · Su~da· ) 1,!dÍando ¡pára cor regir lás deficiendas, y nuevbs exp:!r imentos' ~ ealiiados en Inglaterra en el a rsenal 'd'e '"/V olwich acabaron de ·asigurá~ ' el .procé~.4nientÓ; 'q ue desde 1862 fué generalita'.do' 1 en EutJ, 1 ropaJ :y Am ér ica: En .~spaña no se implantó hasta 1885, d sea, veirí~itrés años .después de ,estat · ¡perfectamente condcido. O t ro tarito. ha oéu'rrido ~on ~l pudelad~ mecá'.nico y con t odos los perfeccionamientos siderúr.gicos; por lo que no es.. <l~ extrañar que lo propio suceda con el alto ho~.no ·€léctricp, que ,y á' ~uenta 'con doce años de eflSa;JOS y experiencias en Suecia ·yl vein tiuno en Italia, sin q4e nosotros nos haJ.amos preo.:upado d~ ensayarle, no obstaate lo irite~sific;ada que está nuestra explotación minera'. del hierro. ' '. . :-: ' · " ' · _ ¿,:{\ ¿iµién cq~par <l~ , e~ta . incurial ,MJrando la ~Úestión r·superfic·· alment:c, ' a: nJ).e~ Xil · ind.qstria si(ierúrgica; pero, a poco que profundkemos en ,!lµe~r~ observaciqn, v~rerµ~s que .. '.1- nu~~trq Jen~eder, se. lwlla exen-. ta·· de· responsaibilida,d. En efecto: todos .e stos .ensayos y e.x;perien~ias, tahfü "por;·1a·s· ~ci.rcuns·tanQias: ·.es¡:>~cialí~imas ·qµe re<Íuieren; comq · po;:, su carácter 'altamente . aleat.od o.,. imponen s¡i.crif1.cips que no es pos,i~le exigir a la: industria p.rirvada, la cual los acepta ún,icamente cua;iq9 ios' proce<limientos· 'han . sido sujic,ientement~ 1 s~ncionado~ por .la ~~pel(i~ncia aj€na, para quedar .a ·éui:Herto ele .contrarJedades 'Y• tal, vez, ·frac;as~?­ pues no hemós· de asustarnos del uso de. este voc'a blG-;, ton, las éaa.siguientes· pér.didas económicas, difíailes· <le enjugar a exptms~s r ~e una fa:bri:cac;ióp.. nóx:rha.l ;y con fa ; mda, c~etenoia que. se av,eoj na. · "'i ¿ fCCrllpare~o~ :-a:~ CaJ?ital d~ 'auestro abandono? No seré ,yo tan ·irr e: verent"é con'>ftalr-1 poderos@ sefüir que le acumule respoQ.sabilidad,e s. por ac~~s que ~stán fuera de su papel. Hartos menesteres le-:- !ocupan y en hdnda~ préocupaciones s·e · ha.Ua ;sumido par.a <'J.ue rpueda ejercer misiones que ·ns · suelen 'red~ndar 1 .en a,:i-rov echo propib. bejémosle <le<licádo a la ~r~ecu~ió~ _de, la_mon.ed§l ~~tan:jera-:-ya"qne ha conseguida la ·nuestra-·-, con l_a, legítima satisfacdóh' del' que" compra cuatro '·por- <!los, y a la ~ptura de a'.capar.amient,os cóh l_a: - ~b~tina<l·a · persevei:anoia"'del que

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vende dos por cuatro. L~ filantrop1a .e,s un tesoro )del afana-; per<? ~l alma no suele tener dinero. . · . ·· La :responsabilidad de nuestra incuria en materia siderúrgica, e. o rno r,en tantas, -0tr~s materias, I].O ¡puede vinp~larse, ciertamente, en un ele'meJ;Ito d~te-:pninado . L~ , tiene el Es,tado, . 1~ 9,~r.ien nuestros si~témas . Pº ~ lític0s,r la !<':P!;!;IJ;l.OS-, 1~odos , J,'ero no @Or eso hemos .de dormitar en el statu q1to con la desagradable compañía de nuestro ~egrd .pesimismo. Totlos estos ensayos cJ.e· altos vuelos c).e la CieJ:?.CÍa son tan atrayentes como de .peno,sa re_ruliz~pfpn,. y, eri, p~rticula~, el d~ ·1a ob_tención ~~ arrabio en .el horno e¡é~tr,~co, que requi_ere taJ¡J. e.~peciales condiciones en los factores que le integran, energía éléctrica, . minerales y carbones, que, aun ·tratando, de .ac.oplar ,los .hprnos ensay~dos . en e~ E~tranjero á nuestros ·propios. ,e xperimentos, puede tenerse como cosa segura la necesidad de modificar el .p erfil .del porno elegido f h~sta dérribarlo v~­ r~~ r~eces ·J;iasta ~onseguir su trab~io. con , nt:Í~stros . pr~pios elemento~. Esto me induce a pensar que nadie mejor que. el Estaao, cumpliendo una .<;le sus. misiqnes, tutelares de en 7~_ñanza i;,idustt,ial, .es el llamado ::i. realizar tales exip~riencias. Y esta era la, tesis industrial qu¿ des~.rrpUé, seguramente con .más cariño que ácierto, enf( . ;.• :M embria. premiada. · (" t

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de a.cif rto que p.ueden acotnpapar a los ensa' .· . yos, parra juz:gQ.r,, en .su, vista, de si nuestro país es .prop1c10 a la obtención,. .-.elé((tdca ~el Jf[hier~o fundido ., l .,) { . jf tt • ' --i"t ,p Tei¡i,é~~ 051i~:1?9 ·d~-1 PlJSR s:I?.iq? ,que.; ~~.s , ~~1:~cterí1s~k.~s- esen,cia)~s de un hqHtR· elect~1cq para.r: 1~rr~b1¡0 SOJ:?:, ~ªs:. s;gment.e~ . : , . '. tf Hr r :!.ª_,; R~uiei;e mena? d'e bue;na cal~dad. . ". _ 2.,ª ,El consurrto de en~f.gÍa eléctrica ,es muy, . ~levado, dependienpo, cQmq es na,tl,lral, de la co!Il!P9sición química de las menas tratadas y del estado de• • división en qu~ é~tas se hallen. .·r ¡:"""' , ·• ., • r J .. . . 3.ª Con el horno 1eléctrico se obtiene una economía en el' carbón : •· ro •· que puede estipularse, como término medio, en uh 70 por roo, toda vez qu.e.110 se utiliza más que como reductor y carburador. Como, el 1 wpceso s.eg1'ido _er{ el. }1o~n? ,ei¿ct(ico_ nó, es esencia:lmente distinto .delJ l que tiene Ilugar en e·l ' alto horno ordinario, sino .que única) " • ' rt . mente varía1• el :modo <le obteRer la alta temperatura necesaria, la sirn.pl~j en'w.{biació~ . a~ fu' caracte~ísficas .nq~é'itadas révela cuáles han c;Íe o a ¡ ¡ · ,. '.t:" r• ' f'"i _s e-; _la_s .condi<;~9,n~~/?,yornblys. para e~\ t:staWe<:~mient~ ~ ~t; un alto ·?orn.~ ~

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.. $66 p1c10 el que el carbón sea caro, para beneficiarse <le la economía de combustible que lleva consigo el ,p rocedimiento. ' Suecia, Noruega y Canadá se ha!llan en el caso anterior; no lejos de él se encuentrañ· Italia· y Rusia. Francia, tal vez, se halle má's dist~nciada, y Alemania, en . condiciones muy -desfavorables~· Para: ver la situaéión <le España; la compararemos co'n- Sueci.a y ' Alemania, que, en est~ sentido, son' el ptimérÓ . y úJd-mo término <le una") sei'i~, d"entré> de 111 ' l~ilEl.ec;t~-Qsiderürgia .. ' ·' . ,. . a) .,,Nl.\~ tra's men~s .nro son tan ricas in:i tain puras como Jas sue,. · cas, pero -están mucho más próximas a ellas' que a las alemanas. Su ley er: hierr9 _oscila entJe y SS ~,p or rdo, ~ como térmi110 médio rp'uede aceptarse un 49 o 50 por roo. b) Pocfemos ·disponer de energía .eléotrica a bajo pr.ecio con el a·provech~miento .Qe numerosos saltos de agqa ·qúe np 1han sido todavía explotados,' o con ·gran:cies centrales térmicas montadas en nuestras cuencas carbonHeras, por cuya razón tambié~ 'Pode' 1Ós bquipararnós a Suecia~ · ' ' ·· e) El precio del ·coque en Espaiña ha ·s ido siempre el mismo, puede decirse, ·q ue en Suec-.ia y casi el doble que en Alemania. ... Las tres condiciones antedichas demuestran que España no · es tan propicia como Suecia para el ensayo del aJlto horno eléctrico. Una dificultad ·que no es ,para ·dejada e n el- tiiítero es que, tanto en Suecia, como en N oru~ga, se han tropezado con serios inconven~entes _p ara una marcha industi;ial de los hornos con coque, 'y ha sido preciso apelar al carbón de ma·dera.'; pero se 'ha trab'á 'jad8 _inceR.satitem<'!nte para corregir esta deficiencia. Por ot~a parte, au~qu~ ·no cotrsiguiésein'os modificar el perfil del horno pará lograr Ia m·archa in'dusttial cdn coque y tuvi ésemos que apelar al carbón de mader.a, parece lógico sup'bner que si hoy, en España, se obtiene· 1mgote al c_arbóií veget~t que tiene un sobreprecio con relació.n al obten1·do al coque, con n1~y. or Jra:zón imdrá sufra:gar este sobr~precio el lingote eléctricót, en ét\yá. ólJtentión se economiza un 70 uor roo de carb"órí, comó hemos él-icho alite'riormenfe. De .J ' • )f - >l • f l, l t o d os moIdos, es natura1 que ensayasemos en .}primer ternímo a marc h a ·al coque. ' . Pas© por alto, en gracia a Jª •b revedad, ur( eStudio com,parativo de 1os precios de fabricaciqn «:Jel libgote en' Sueci~ y & los que et' primera 1 vista podrían admitirse en n'u estro país, qu~ · viene f'en a.poyo de 1a posibilidad de obtener el arrabio en' condiciones económicas. Con un' precio de 17 pesetas para la tonelada de mineral de ltierro, 30 pesefas ipara la de coque, 5 pesetas para la 'd e' castiria y u!1 cénfimo para e[ kilo'vatÍóhora de energí.a eléctrica consumida, incluyen<fo todos los gastos. de conserv~cjón, gastos generales, intereses y ~mortización de offcina y

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:administración, jornales y derechos de patente, etcétera, se llega a un -e0sto de ü nas 87 p@setas .p ara · la tonelada de lingote .eléctrico. Si la energía' eléct:rica llO pudiese .producirse a menos de céntimo -;y medio el kiF€i..\r-atio!1fora, el costo ·de l'a tc:melada de arrabio sería de 98 :pesetas en ntffin et-ó~' eñ.teros J.. ! u. i·r,, ~,,i' ~~[ r,r, Ji r•.: - rr' CihÚlas estas cifras, creo pr'u dente formular algunas obiervaciones. Dichos precios de 1a~ pr-imefas materias ~tan los corrientes de compra _y,rno lbs'' efe ·casio ári:te·s d~' la guerrá.'; sin que tengamos qtre··.preocuparno~ •de ' 1a élevaciórt;:>que han ·e xperimenta<lo, porJq_ít!te sa;bid0 'és que todos ·1os · al.tmenfos <le ;precios <le la~hmaterias pr.imas' se :-haHan eón creces -indu-í dos en los -de venta de k>s· objetos fa:bticadós. Lérs •t>enéficiGs obte. nidos por nuestra industria durante la guerra: racredi"tafl fa veracidad déTr -ase'rt0."'~ : rr - ó. ~ 1; El único ·p recio que de ;primera intención no deja sªtisfecho al es-:pírfüu es e1 de la energía eléctricá ;- rpero·, ª' este regpect©,' baslf:ará recor·<1fai' qúe, en nuestro..,. prnpia país, -ufia impoPtante E~.presa próductora 'éníai·confratadé i..tÍ:i' sümiiüstrn ·de· ·c<~ms1d~ rá:<Zi©n ·a ,btra ·· onsutritd©ra, · a c·éntíí.11ó ' er kilovatio-nora.- En iel esta-a o ··a otuat de 'la Electrot'ecrtfa no es extraño que así- suceda; pues" tfatártd(;)se ' cl'€ una centr'al que há -:dei prodltcír milífones de ·ki1bvatiós-hbra- al año, pi'red'én Ye mplears e .-grandes gtupos;· d1e· elévaa·o·r:rebdimiel'lto,;r ql!té íJ.De'T'mÍ,te.w tabteirret ; ta: : unidad de energía a l:urt préclO -stfmátnente· recliu c.id©. ;>,,:-1' ..,. ..... • r '10 _¡ " Se concibe asimismo .1aposfüi.lida:d de que los pre.cios S(!ñalados para "'l as primer-as materia!s· súfriesen una «ionsi<lerable: · :eeJ.•u ccióh. Bastaría ·pa-ta' ello ique la f á..hrica siaéttlrgi'car e!Xi'Plotas«~ >d"i-r©©tamel!lf.é . ruinas de bier-ro y de carbón que ·h.oy se hallen ina12iivas· pÓr rriiiíltiiples y varia:das ·razones: fal.ta d-e medios de oorriufuicadén, - insuficien-<Sia áe capital, es_-peranza de'- agio en sus cóncesiónáfios, 'etc., ett . "' 1 •, "~ • z· ~De totlos modos, se advierte qué nd es fácil .l legar a los ·p redos de ·proditc«ión de1 lingote ordinario )- ·peFo es- d'e suponer qué el ~léctrico -podría r"ecibii un 1 isobre:preci€l en a1féh«iÓn ~ su mejor cali'da<i~ como -siempre lo han recibido los hierros procéaentes--· de S-1.fecia· en el ·mer•Cado mundial. J ' . r ,L ;:; ¡

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Proceso para ensayar en España el alto horno el'éctrico. 1

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pide salir . de>:la :nt~ción y del tributo. Se _dice que nuestra nac1011 "no es .industr_iaF', sin tener en cuentá qt)e coµtai;nos cqn toda suert~_, de materias ;primas, y que, por tanto, estamos en 6ccelentes condici~nc;s para transformarlas, y que, por otra parte, no hace falta tenerlas para. ser ih.dttstr.ial, como evidentemente lo <:kmuestr~ el caso de Suiza, Que, sin contai7 en pSJl. ·subsuelo . ni hierro ni carbón~ fabrka · máquinas.· que cornpiten t[C0_1i1 la alewanas, ingles¡\¡~, f.ranc~sas y con las restantes naciones del Gl€},ll>ó. Además, tengamo.s present.~ . q.u e,,esas eg:regias fábricas citadas, .iaacce's ibles .para nosotr.0s, se llevan anualmente de. nuestro país 9.000.00-0 ·de..toneladas1.d e qiineral de hierro, que no pueden procurarse en Ios·.-suyos r.esp,ectivos.· ., , ; • Ninguna razón fundamental y seria se opone a que España c;lesarrolle un amplió 1plan si<lerúrgico,;, llegaqdo :a colocarse -en · condiciones de competencia industrial con Jas restantes na~iones ,. d,espués de habe~ ·qatisfe.~ho las necesidades <le su mer<;acJo interior . . Pero com0 estas m(}.nifestá.éiones de la actividad industi::ial no se· improvisan y- requiereµ un largo pe_rjodo de ge&taeión, démonos prisa a aeposita,r el germen, ya. .que ahot:a estamo~ en favora:ble períocJ,0 , de fecµndjd;a<l. 1. , ·El· Esj:a-QQi) pos@e · fáb11icas I?ara consti:uir ,'matei:i~l .de guerra, teni~n­ do que 11ecurrir al, ExtljanjereJ<para . s~rti.rse. <le í.hierros de cal1idades 1~~­ peciales, abonando por ellos altds preciós .. Cuenta con excelentes mi-· ner.~les de. hierro ·qµe .nuestra·s minas · encierra-u, y ha conseguido i~ten­ sifü:a:i;-, la . prodµcdón de combustibles en · témúnos satisfactorios; .su _suelo es-¡ rico eP.,, ~portaciones hidroeléctricas, y ·dispone de Ingenieros de tod_a,s -las eS'p~'<ialida<les dispue&tos al e?tu9-io y -al trabajo. En estas .con<lieiop.es, ¿ deb,c;r.ía.1 ~stable,<!:et 1 t!fi<I: '.'Fundl.ción N.acional~' pf!.ra ,.s_urtir a sus fábricas de los hierros y aóer0s especiales que necesitan y, pava nivelár el consumo interior, acudiendo coñ la producción sobrante a 1á. e:x¿po;:.t,ación? A ·nuestro juicio, la cont~stación debe _ser afirmativa, ry na di_e .JJ1e)0t que es.e estableciJ:Fl~~nto podria ·eµcarg$1.rse de los e~s~yo~ · del )1orn9 elétrJ,.rko para arrabio.; ,. Desechemos <le una vez el antiguo y manido tópico d.e· que "el Estado no puede ser industrial"' ya que las corrientes modernas, y especialmente la guerra ip(}.sa<la, demuestran pre~isamente todo lo contrario. El Estado puede y debe ser industrial siempré que ' se extirpen los vicios que .Je impiden serlo: Con dar a su empresa la· organización d~ las· soci~dades privad_q.s, concedien.do a) Ptirsonal toda clase de atribucfonec;. y exigié~9ole al P1:"0pio todo · gé.n ero <lG.. .estrechas . r~sponsabilidades; se: tien~ la, . fórmula para industrializar a un · Estado. No hace falta que en apoyo de esta opinión cite industrias de los Estados francés; alemán, etcétera, e incluso del nuestro, en a.lguna II!anifestaci_ón, yaJ·qqe. están en ia mente de todos los señores Congresistas.


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El capi.tal necesario pai:a la fund?-ci!?n c:J.e:, di~l10 esta~leci~iento si-<lerúrgico no necesib!rí~ ser muy cuantioso, y, además, .podría desembolsarse escalonadamente en varias anualidades.· , Para •iniciar la...... ·fabri.. .Ji... .) cación bastaría con el nes:esario para construJ.r un alto _hon~o ;el~triq> para realizarr con él toJd<! da3e de experi~!jcias que habrían de. servir- ,d e !Punto de IP.artida para ' 1?- ampliación .de la fábrica. • Ta¡mbién hal;>ría incluirse en el primer presupuesto un horno eléctrico acero. Queda por considerar si la energía eléctrica para las pruebas habría de producirse en una central propia o si, por el contrario, convendría adquirirla de una central..ya estable~ida. Las Empresas eléctricas han ido contrat~ndo paulatinamente su producción y elev~ndo el precio en la misma forma; de aquí que, como se trata de un suministro de importancia, que estaría asegurado ;por _la fabricación de acero, aunque el alto horno no dtese resultado, sería coI!veniente co~tar . <;on el concurso de un;t central propia, bien hidráulica, como , serí~ de !'.lesear, ·o bien térmica, estableciéndola; en una cuenca .carbonífera adec~a~a. SLel alt0 hQt;no eléctrico di~se _,positiv~ resultadqs-lo más' prob_a ble-, ·nos encontra_ríamps con. la central fácilmente ampliable, construyépdol_a: pre; visü'ral!lente en ~.!!ta fopma, y de manera que pudiera corresponder a la ampli~eión de ·lª -Fundición. 0 Ademá?, como . es 16gico que los ensayos debetj_an realizarse in . sjt-u;: esto es, en el lugar en que posteriormente habri9. ·de · esta·b lecerse la ·fáb:rica definitiva, el estudio de la central tendr~~--que prec~der ~- !ed0 .otro par;a a~egurarnos de que ·ipoc:lría~os contar con la energía necesaria. ' . ' , Ee::ª"II?-jnemos el ' caf)Q _(;)puesto; esto ·es, ·que los eqsayos diesen un resuJtago Y.1,egativo.- La eRergía de la central Ja invertj!"íamos en. l,a fabricacióµ de acero .~léctricq, produciendo el lingote ·en. altos hornos ordinai:iqs. ·En último- téJ;"mino, ~u~de decirse q,ue, aun en _las · condiciones más desfavorables; el <;:apit9-l invertido ,en una central como la que no~ ocupa) €stablecifta ;Sobre la bas.e_, !le -.producir el ·kilovat!,o-1\-oré\. a ui:i precio sqmamynte rx:educidp, no s~r-ía nunca capit3:1 p~rdido, pues, por _desgracia, s0n-. rpuchas las r:egiones e~p~íiíoJy.s que se q,a)la.~ necef)itadash_qe ener,gía eléctrica1,a 1pr15dRs_, mqslerados, y . podríam,os G~~nei; la , p.rgc;lucc~6g vendidá. En Alemania, . sabido es que- es muy ~recuente fa,¡ explotac:ión de centrales ,importantes por el Estado y .por los·. Muni~ipi0_¡:;. ,pbs#.rvese que el último caso considerado supone que la fabricación de acer,0 .~1&­ t rico no d-iese res'.lltado, cosa-a todas · luces absurda_, en .· los tiempos act uales. . -/ . ,· ·¡ r·~? r .. ' ,·~ rrr·rr oi"J:> .. ' "º

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Tal es, · en ~íntesi~, aparte. -de la,s cataloga<;ión de " }os hornos para arrabio y para acero universalmente conocidos, acompañada del indis-


pensable juicio crítko de los .mismos en opinión de renombrados siderurgista:s, rd'e algu~ás consiéleracfones· a&tca dé 'la obtención- de las aÍea~iones -ferrosas./ -fc1iya ·fabricaciónz..debe" tarn'bién: · -mereéier.. . nuestra a'.t~hciqn, ·Y & . ·l¡:i:s· reg¡ori~s españolas' má's ra.de·c-tia clás para:rl_a-s pruebas, ér rcónte'nido de mi p Pógrama ·deJensayos·· cl~ :}á:.i Electros ¡derurg:iaí @n1 :IDs:p'afiá., qü e 1 pµ~Cl.e t~onéi~'afse t~davía ~n las sigtiÍén'tés éo~cll:lsiones, -q11~ t&ngb' el h01Wfr 7 d'e el~at 0 á:1L Congreso N~cil©nairl:féi:Jh~elli-i'©Fíai: ' v a· •J • ,s s .q JJr tJ· " .l TI ;,;,5u 1:,::.1 1 · 1Ctl''''l ; r. 1

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Sierído E spaña un país ·r ico en hulla blanca y.·, <tn · ·t nitli'erales de hi'errof fo n:1 earis0úés ·de· ifi f eri'ol:zH:laid con~~ie·l ae-iófl1 .a )dtras na'C i0nes, tanfo eñ JeaJ.idád (\:0111°0 en . cahtiicl'a:<d!¡ i a:únque áoecúadbs para. ·la p'r Óduc~ióh. -de'5 eiieYgfü.llfeléctrica ·en ·graii~es· cíefürard ; 1creém'©s ~ (fue se halla en! 'fav8ráib1'e's co ndi'&ibnés para: ·r:eali.Zar'"énisay0s· .éd'e Eleattf0si.de. rufgia, 'tarifo '.pitá'.'abrir nuev-eis ·hélriz-entés ·a-'4a fodu tvia Jfácibñ:alt eórílc pafa 'lfüfafüó§ lde la'Ie~tran j éli:a eJ::P Uifa dmá. .de 'tá:ntd lin1tetés, ;que· aÍ'ecta á~ li def e'n sa ·Be la-;ip a.hr.a: ; ' pues es ''.{frec·iso.fqlíé, 'e oiitando 'conofiuestFos ptopiüs 'elementos, e1-á•boreiho ~toélos ;.losJ híeuros y :aceró'~( qu-e ñe'éesiten 1m'estros astiiUen:Ís j .JaTsena-les; así ' ~emé ,fa ·:Pabf-i caeiÓh-' d'e máquiñá-s ele t'O{iá.s dáse·s, c;pará ,poder!1 clesehvolver-nbs en ·una esfedi.~ ifülepéndienk y ·r- ,. 1y1 r; 'Jir'.l .: 1. J: 1 . libre de acciones exteriores. 1 " , SEl?fUNDA9· o· e~mtiend o. n'ingün ineai0 razmiable y ee01:1'én:fuító~para abHg:ir!z la) indu'st:riá ,p rí{ra'cla a &ue· ensayé' ~pfoced-i-miehtós''.\'.le 'lá: ·1n.e1Qle d"e1 qiie nos oc upa!'.<leb e'"el E t<J,do t ómaf ;}ta: irfidaHv~, y -cofi rtlayór lfai-ÓR -c=n'1 er casO':>dei ia 1 -Ele'étrosid~rurgia, en ' que· a 'la 'fu'nci'6n tutelár va i!tfti'<fa 1 fló s ingresos qu·e '.piidiéra :feportarlé;·11fía · ~~Fundi­ 1á c0rlveniencicr; ~ión Nacional ·'- esfabíJcida én 'Jfa-vorables ·'e0ndicibne's "econórfüeas. r tJ' .. ~, LT ERCERA! D oe n 0nibrarse '\mf Cdírn-té '(;fe .Jnienierbs~ fil{{sGJéspeciafü:ado ·en )l'a: 1 ma:rdf-ia <!J.Ue)teíJ. qué 1 .~ie'ili, el'JlfoH0'r cl.e1 pre%entaró§ ·esfa=- 1C<im\rri·iéación, "padt qlué .p roc6da ! al estueEo lde1 ' éórr'esp'oridifaité p royei toi 1 a~ia. 'redacei6b éiel 'presupuestto: que' no sériá füuy ,.füaritÍciso~ 1p ara ~ealÍ­ zar;'les' ~nsáyos / '.f'eél'J;1:cfe!!<l'O ' <ál nífnimo Íe~ · gas~os <le· p't imer estableeimient'o. J , ::i' !(j n::i•·r J< r ;], ~ .~ •" . ( • 1 :. ·J. €ú.&:RTA. Si '·dichos eiisayos fuesen favorables , · se ampliaría la 'fá'b rica hasta convertirla en una "Fundición Nacional'', dotada de ·todos los perfeccionamientos y adelantos. QuÍNTA. D~bemos tener presente que, fomentando la Siderurgia, damC!sHprosperRiad a fa · T~stai{f:es ~manif7stacíones ' 1lel 1t'rabajo humano; · · • PRIMERA.

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571 ipues no olvid"emos que si nuestra Industria nacional se nos :p resenta actualmente como un hermoso campo casi virgen de cultivo, lo primero que necesita隆nos fabricar es la . reja para el arado." Acto seguido, el Sr. PRESIDENTE levant贸 la sesi贸n. Eran las doce y veinte <le !la ma帽ana.

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e) La relativa ·b aja resistencia y límite elástico, haciendo la erección de tramos largos impráctica. La primera desventaja fué fácilmente suprimida por el· invento de un ti__po de ti:r;-a-p.úe, e!j, cual. se ,q¡pliJs:?- cron_rnp!_dez, ,y a1.mi·s m0 tiemP,o cqn la protección necesaria. La falta de una soldadura a .propósito fué solucionada con la fabricación de junturas y conexiones mecánicas a~ecuadas. · TERCERA. La falta más s~ria, .,.q~e es) a fa!ta 4.e r~sistenci~ mecánica, -(ué venci~a hace un<;>S diej a~O~ con la fa9_ricaciÓh c!el C<!Jble de aluminio, reforzado de ~<;.~!"9· Según la .Propóréiqn ~el acero, tales cable& reslucen el peso <li l m aterial 4~ trf.nsmis}op :p or 30-40 P<?r . roo .. Este cabl·e •s e hatlla en: condiciones de conducti~iiJ.ida~, per o liger o y_goza la p,ropiedad de r.esistiir la co rrosión del a1.uinl!i.nfo· con: fa r.e.s iisitencia y ela sticidad propias deil ·acero. · . CUARTA. Puede ser demostrado matemáticamente que las mis~~s fórmulas pueden ser usadas al calcular las fieehas y tensiones en cable de aluminio refoFzado de acero, ,corAo se usan · CO!llÚnmente -par,a el- cobre y aluminio. Solamente es necesario sa:ber l_os valores virtuales para el módulo de elasticidad, límite elástico, coeficiente de expansión, etcétera. · . · QUINTA. Las experiencias en los últimos diez años, bajo toda clase de cond·i cionies y dl<imas, han probado ampliamenrte y de manera práctica q ue · el caihle de alumi nio .r·eforza<lo id.e acero ·s atis:fa¡ee todos los requisitos de un conductor para trains.m isión para alltos y h ajos voltajes, -y n o sola m<m te éumpile esto a .U!!l oosite ·ré~ativathente bajo de i·ñ staladón, sino que a-segura para ~l siste~a un ! actor mayor d~ seguridad, menor coste de operaciÓn, des~p~rici6n de ip6rd~da·~ · de c¿ roná" ~na v.idái r S ativamente l arga." . . r ,. 'lJ( r ""'l • El Sr. MOLIN~, · or ." La Transformado ra de Elecí ri'cidad", leyó . .., . ,.. .... • t ,,.. as1m1sn:o su tr.al;>ajo~ que sólb te~ía ~~br fi,ijalidad mostra,,r. " f~s progresos alcanzados en la construcción de. m-aquinat ia eléct'rica, ·y del q·u e , también dióse por enterada Í a. Séc~ión 5 d espués de escuchar su lectura; con agrado. Las conclusfones en que s.e 'e~tractá son:

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575 "PROGRESO - ~EN ELE.CTRICA

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CONCLUSIONES [

PRIMERA. Qu.e el'l! España .se pgeden_. c~ns.tn1ir ~n , co:ndis:icomes de economía, y rem:limient0 .toda da;se ·~ trnns•torma¡d©-res. , SEGUNDA. Que con la chapa españ©la qµe aettialmente . se fabrica no es conveniente emplear una inducción mayor <le 7.000 gramos. TERCERA. La tensión por bobina en los arrollamientos de alta no debe exceder de 500 voltios. CUARTA. Es necesario de$echar, en los transformadores en baño de aceite, todo -barniz que no sea la gorr::a laca, y en todos los casos debe ponerse . como material aislador preponderante la micanita. QUINTA. Se puede fácilmente; con un gasto relativo pequeño, constru~r m0tore§ trifásicos de pequeña potencia hasta 5 HP. SEXTA. Para la construcción en serie debe hacerse u_n a selección de máquinas necesarias, dado el número de las que quieran construirse. SÉPTIMA. Para el mejor aprovechamiento de la chapa de hierro es conveniente emprender la construcción simultánea de tipGs sucesivos. OCTAVA. Debe reducirse lo más posible la resistencia oblicua del rotor en los motores en corto circuito. NO VENA. Nuestros acumuladores transportables tienen un peso mínimo ,p ara una misma capacidad. · DÉCIMA. Claro está que cuanto más ,Pares de placas se porigan en un elemento, mayor es su capacidad ; pero no es conveniente reducir demasiado el espesor de ellas por disminuir considerablemente la duración del acumulador." A continuación disertó el Sr. PEREZ DEL PULGAR (D. José Agustín) acerca de un método para proyectar ~a electrificación de una línea férrea, interviniendo también el Sr. V ALENTI . (D. José) al terminar su conferencia aquel señor. El Sr. SECRETARIO leyó la proposición del Sr. Elías (D. Pedro), que fué desechada, y que se refería a la necesidad de una nomenclatura técnica oficial, toda vez que en ésta fo que 1pudiera ser objeto de la Sección 6.ª está regulado poi: acuerdos de carácter internacional. Se ponen a discusión, y se aprueban por unanimidad, las conclusiones qel Sr. Espinosa de los Monteros, que fuéron presentadas en la pri-


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576 -' -

mera ses10n, en vista de la concordancia entre ellas y las de los demás trabajos referentes a Radiotelegrafía y Radiotelefonía. · El Sr. P~ESID~NTE dió cuen'!a de la contestación que procedfa dar a ·}a-Sección- 12.ª sobre el -'LP.la11 ~dé Recon ri-tución Nacional" ; y hechas algunas modificaciones por el Sr. MAYORAL, ias -cuaíes -f.Úeron admitidas, quedó aprobada en la forma en que a la Sección 12.ª y a la Secretaría general se han elevado. · • --~ - · También se acuer<la conceder un voto de confianza a la Junta direcfva del Congreso para qu-e es:ta- señál-e la _fecha y lugar del próximo Congreso; y con otro voto ·de , gracias por su actuación a la Mesa de esta Secdón;'-qú · füé -p-r0pues~0 po=r .e:l Sr. R0dt.,ígpez .(D. Manuel), y aprobóse pcr tmaa-imi4"á!€l-; ·e .€ltt:iren por) .teirmin·adas lás •s~si9nes,. leva;ntándbse-éstá' a.f'liJS d0C~) y!' Lrein ta, de ,la mañana:. ~ ,_,., . .r. , ,_"J~ G º

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SECCION 6.ª J,

CO-NCLUSIONES APROBADAS PREVIA· J.V[ODIFICACIÓN

PRIMERA ·" Est:udios sobre E_Z.ectroniietalwrgia. '' Que .debida a la gran importaincia e imprescindible neces~dad de esy dar a conocer a fondo 'la Electrnmeta:1-urgía, -f a la vez adoptar e implan't'ar los ·horn{-os elé"otriCos en nuesfras fundiCtones y talleres, se reoorl1i-etld~ para eil pró:x:i1fno Congreso Cl~ :'rngenieríh la c~eacióh de u na S~cción que lleve dicho títu1o: "Electrometalurgia" . J.lf J !;J l

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TERCER¡A. ·

"Radiotelegrafía." Es de la maiyor [nipor.tancia el nombramiento por ~ Gobierno de una Ponencia que propusiera las soluciones más prácticas y acertadas . sobre la:> cuestiones s:i.g uientes : . . a) Instaladón en el centro de la Península de una estación de Telegrafía sin hilos . d~ gran potencia, capaz de comunica.r en todo tiempo con la América latina. b) . Instalación, en nuestras posesiones del golf o de Guinea, en Canarias, en Baleares y en el Protectorado de Marruecos, de estaciones radiotelegráficas 1?-ecesarias para corresponder en todo tiempo con la central de la Península, aprovechando de?de luego el material útil actualmente existente~ · e) Instalación, en los centros importantes de· la Nación, de estaciones radiotelegráficas y radiotelefónicas, de poca potencia, capaces de establecer la comunicación entre ellas. d) Instalación de los radiogoniómetros necesarios para poder marcar la situación de las naves qu·e lo deseen o cuya posición interese al Gobierno; instalación de radio faros útiles a la ·navegación marítima y aérea, y de. estaciones que suministren -d atos meteorológicos, horarios, etcétera, y ·determinación de las tasas a percibir por dichos servicios, con objeto de que no resulten onerosos para el Estado. · e) Facilitar la instalación de radioestacione&. ,p or Empresas particulares .para su uso exclusivo, señalando condiciones que hayan de reunir, tales como orientación de sus antenas, empleo de ondas continuas puras· en: la transmisión, longitudes de ondas que hayan de emplear para no causar perturbaciones en las demás recepciones, etcétera. f) Fijar las condiciones que hayan de llem¡.r todas las puevas i'llstalaCiones que se monten en Espaf.a ; y g) Cre~r un centro con a.bundante material y con el personal indispensable para seguir los progresos de la Telegrafía sin hilos e ir, en lo posible, a la cabeza de ellos.. Este centro pudiera radicar en fa estación de grami potencia. y encargarse a.demás de dar instrucción gr·atu.ita a cuantos la. solid'taran. Cabría difundi:r esa insti:ucciór:t haciendo compati'bles la:s homs de práctica y enseñanza con las <le los talleres de la localidad. Podría'. crearse así un núcleo de persbnal competente, que, a ·cambio de recibir instrucción gratuita, quedara obligado, durante un.1 n~ero de años prudencial, a prestar servicio cuando · el Gobierno lo necesitase urgentemente y pre-

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via la remuneración adecuada. Trocaríase con ello, de una vez para siempre y en beneficio de la. Nación, la decantada fórmula de "respetar derechos adquiridos" (asidero de todo funcionario del Estado) por la de ."respetar obligaciones contraídas", que, de llegar a .p onerse de moda como la anterior, llevaría a nuestra patria al esplendor que merece 'y que de corazón le desea todo español. Finalmente, debería la referida Ponencia preparar el terreno para exponer el deseo y la conveniencia de España en materia -de Telegrafía sin hilos en ~a próxima Conferenoia internocional. Seguramente se tratarán en ésta asuntos de tanto interés y tanta importancia como los siguientes: A) Substitución de la mayoría de .las actuales ·estaciones de Telegrafía sin hilos por otras de onda continua pura (alternadores de alta frecuencia y válvulas de vacío) . B) Diversas gamas de longitud de onda reservadas a los· distintos servicios de navegación, aviación, señales meteGrológicas, horarios, etcétera. C) Longitudes de ondas reservadas a cada nación para usos de sus estaciones de servicio interior, raáiofaros, etc., etc. D) Patrones para contrastar los ondámetros de las distintas estaciones,' y unificación de estos patrones en todas las naciones. E) Verificación de la longitud <de onda de los diversos servicios por personal competente, que tuviera aidem.ás la obli.ga{Ción de fiscalizar el i::umplimiento .por todas las estaciones de lo dispuesto en Convenios internacionales y en preceptos nacionales, sobre longitud de onda, emisión de señales, llamadas reglamentarias, etc., etc. F) Penalidades que se hayan <Ie imponer a las estaciones que no se atengan a las disposiciones vigentes.


Contestación al cuestionario remitido a la Sección 6. ª del Congreso de itigenieria (Electrotecnia) por el sei'íor Presidente de la Sección 12.ª sobre puntos -relacionados con la •Reconsti1uoión Nacional de Espai'ía •. PRIMER PUN<ro.-M odificaciones ·en 1a legislación sobre concesiones de fuerzas hidráulicas. 1' Cree la s ·ección 6.ª de necesi<lad fa. formación de una ·verdadera estadística de la energía-·hidráulica en España, y · el est~dio consiguiente} metódicamente hecho o por regiones, de ia regularizacióm de lós cureos <le _agua más importantes de la misma.' Dehiera ser r-ejecutado este trabajo por Comisiones mfo~:tas de Ingenieros de los Cuerpos más directamente relacionados con este problema, las cuales estarían obligadas 'a: presentar, al fin de ' cada año, el resultad_o <le sus trabajos, sobre los que había de informar necesariamente la "'CGomisión Permanente cle ElectrÍcidád"'. Y r,' ,. Entiende asimismo que una de las princ-i1pa-les modificaCiones que·iei1 la legislación sobre con.cesiones de fuerzas hidráulicas conviene hacer debe tender a · acelerar el aprovechamiento file esta fuente de energfa, impidiendo que esta riqueza natural permanezca inactiva por trámites .dilatorios puesfos ·en juego por los concesionaTios," en la esperanza de obtener una prima por su prioridad en la soli<útud. Podría consistir el remedio de este mal en hacer una distindón entre el especulador y la enti<la·d que necesita 1as cancesiones para él desarrollo del sistema de explotaci6n en una región determinada, e::;tableciendo una escala de .p rórroga de las concesiones inaprovechadas que estuviese en relación con las potencias de los saltos que fuese construyendo. SEGUNDO PUNTo.-Discusión del establecimiento de una red nacional de distribución de energía eléctrica. Parece, en concepto de ía Sección, de indudable conveniencia, el esta:blecimiento de una red nacional de energía eléctric!.!., para cuyo estudio ·p ueden servir de base el informe de la Comisión permanente es- . pañola de Electricidad, -dado en cumplimie~to de la Real orden del ministerio de Fomento de 28 de diciembre de 1918, y las conclusiones formuladas en la Sección 6.ª del Congreso a1 tratar de esta materia, y muy principalmente las presentadas por el Ingeniero de Caminos señor Mayoral en su ponencia "Intercone;x:ión y electrificación general en España". Opina la Sección que deben darse facilidades a los indus1

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§81. -

triales que eii sus insfalat iones "se sometan ·-al ·plan de la ··red que se ·a dopte, y estáblecer .- compensacionesr para los·· que ·más directamente contribuyan a la forrrtacióh de·'la misma. :r•io se con~idera la Secclóh sufiéienten~ente documentada1 en el mor~1. ento actual para dictaminar. sobre la ''']ndemnización '3; los actuales emJ?resarios y la fijación de tarifas convenientes", que ~l éuestiO"naiio señala· ·en este segundo' punto, y qtie, acaso, convendr~:' fija'.f para cada una, teniendo en ~cuenta sus circunstancias especiales. ,.. , . ') TERCER PUNTO.-Posibilidád de 'Producir' en España las primeras materias necesarias para la construcción de maquinaria eléctrica dr:.. _ todas capacidades, y de las r-e'des de distribución. Cree la Sección .p osiblé -1a producción en España de las principales pr-imeras materias necesarias para la construcción de maq_uinaria 'eléctrica y de las redes de distribución. Entiende que pata ello puede salicitarse de las ·fábricas si<l.{'}rll-r-gfr:as ·lá producción de chapa d·e hie:ffo. de propiedades magnéticas' apropiél!da:s, lo qu'er ·es f>°erf.eOtan\eU>Le posi.: ble; y en cuanto al cobre, que debe favorecerse la instalcOO°ión de fábr'icas de a.fino de este metal .p9r proeedim'iento électr(!)lítico, tomo. base principalísinia de• la: 'ébnstFUCCÍQll de .esfa ·maquinaria; d€biendo otorgarse a fos fabricantés de ella t©das las facilidá<les' posibles y, señaladamente, la:s c©nsignadas ·en. la ley de Protección a la Industria y las deriva.das de un exam:ren detenido de nÓ.€stFos Arnm~eles de impor1!ación y exportación. . · Entiende la Sección además que, con objeto d~ garantizar el material eléctrico español y de estimular su fabricación, deben establecerse por la Comisión permanente española de Electricidad reglas o normas fijas para efectuar las pruebas de recepción del mjsmo. · CUARTO PUNTo.~Ind·ustrias relacionadas o derivadas de la elec'tricidad que convendrfa fomentar con ayuda del Estado. Entre las industrias relacionadas con las aplicaciones de la eled:rícidad, entiende la s~cción que con'viene fomentar, con ayuda del Estado, un ensayo de la reducción de los minerales de hierro en el horno eléctrico, para obtener directamente el lingote. Estima, como razón en . favor de este ensayo, la riqueza relativamente iinportante que España tiene en minerales de hierro y la insuficiencia de carbones de condi, ciones apropiadas en la Península. QurNTo PUNTo.-Extensi6n de la electrificaci6n ¡Je las líneas férreas. Por lo que a la llamada electrificación de las líneas férreas se refiere, opina que la transformación del s~stema actual de tracción con locomotoras de vapor, por la tracción eléctrica en las grandes líneas establecidas, ofrece dificultades de orden económico, difíciles de salvar. La aplicación de las riuevas líneas deberá hacerse, por lo que al concepr

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to técni.i;p .se refiere, eligiendg el sist~ma ~ las caract~rísticas de la CG>ndente )después d~ ma¡duros estudios) .p ara que, ©n las líneas <le inter,és genera:l, la adopc;ión del sistema que se .et.ija pueda imponerse C©t.:l ca:r;ác~er obtigator~o dentro de Los Límites que a,eonseje~ los a9elantos de la , época y ·tas circunstancias de localidad. Las reservas pa:ra hacer frente a ilas interrupciones ·file corriente podrán ha:Uarse en muchos casos si se esta!bleoe la red general a q.ue se alude en el punt(!) segundo ; SEXTO PUNTo.-Ampliación y perfeccíonamiento de las rede,s telegráficas y telefónicas; procedimientos y medios · para llevarlas a cabo; tarifas. r;>iversos trabajos, de interés c;liferente, se han presentado en la Sec.ción, 6.ª · sobre la Telegrafía y Teléfonía. con conduetores y sin ellos. La:s conclusiones rudoptada:s en esta materia contienen las soluciones a.iG©rdadas ·s obre «~&te punto en los dos cas9& de ·éomuni·caoión por la pala.·bra~ empleando . Gonfil.Uietores €>. vali00.1clt>se cQtho tr,ansmi&©r del · media ambiente, La Seeeión no se . con~idern con sufident~s da.tos pafa poder fijar tarifas de-·estes servici0s. $ÉPTI~O PTJNT@.-Cables :S·ubmarinos. P~eeonÍ.zada 1a instalación de la Tdegnfía y Telefonfa sin cenductores, y . própuest©s algunos medi0s .pám fomentarla, se ha consi'<¡ierad0 de intertés secundado lá de los . cables submarinos, sobre cuyo extremo no se há presentacl0 en esta Sección p@nencia. alguna. 1


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ÍNDÍ~E· DEL 'TO·MO ~SEGUNfJO . ,J

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? r;· I!' - ' ' SEcc1ÓN 4. ª-Minas y .ivietaJurgia. . . . . . . • • . . . . . . . . . . .. ·" . .. .... . .... '"' . , ·.• (f . Acta de fa sesión: celebrad.a el dí~ -1-vr €\~ . JlO'fiembre d~ 119.119'. ·:-: ••• •• : . ; • ; .5 . Discurso del Sr. Villasanté . . . ........ '. ........ .................. •..... 6 Comunicación del Sr. Ráb¡;ega .. . .. .. 1 , . •... ·!~ . ~ ... : . . • • • , . . . • • • ••. . . • • 221 Acta .de la sesi6n.celebra€la el r8 de n0viembre de 19119 y comµnicación del S~. Guardiola ..•..... , .. . .......................... . .. ..- .... ·.. , . . . , . 1

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Páginas.

Comunicación tlel Laboratorio del Material de Ingenieros del Ejército ... , 230 Acta de ia sesión celebrada el I 9 de noviembre de 1919 y comunic;;tción del P. J:Granerd. ·.. . ...•..... :-. ... . • ~ .. . ... . . ( ... .~::_r .. -:-, . . ~ 257 Comunicación del Sr. Igual Ruiz. :~ •·......... • ........ .~. . • . . ~ . . . . . . . • . 262 Comunicación del Sr. Ibáñez ............ , ......... .. . ................ . . 264 Ponencia del Taller de Precisión de Artillería.. . . . . . . . . .. . . ... . ... . . . . . 268 Acta de la sesión celebrada el 29 de. noviembre de i919 y comunicación del Sr. N oreña sobre el ladrillo armado ......• . .............. . . ~. . . . . 30 I Comunicación del Sr. Maluenda.. . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 13 -comunicación del Sr. Bastos (D. M.) .... . . . . . ...... . ........ : . . . . . . • . . 3 15 Comunicación del Sr . .$erran0 .... .. ·... -.... ... ... : . \Y•.~1>. .•:: • :i: :- . . -;-:-\,•. .- 1' 3362 Acta de la sesión celebrada e l 2 I de rtbvienfü'i-e €i'e I 9 I gl_y;·é'o muni¿ación l'cÍe1 Sr. Camp0 . .. '. ' .. ... • ... . .. . . ': ·. ·... "·" .. ·. .· . ·.. . . ~~~r;;:~t •. ; .-·:~• . 1 .~: . ~:i;-"u37~ Acta de la sesión celebrada el 22 de noviembre de· 1';)1lijj•y ébinunicaéi'ón déf flí"'<. · •· · · 1 . 1 -., S r. M ~ 01a ... . . . . . . '. . . . ' . "-' . . 1. . .' . ·ndr • . . 1:.ii . . .,_..~ .n. "">P . . . "' . . . .·•.· . . .L'. . 1. .J .r' . . ;. .. . . . l. . , 377 Comunicación del Sr . .Milián .. ..... ·.. .. . . . . ·.. ·.. . ·.·. . . ·... . ·: ,· ... '. '.C! 1IJ:L! u_;-) ·387 Comunicación del Si::, Bello . . ...... . . • o" .- :1 •.<;. ::. ... .- ~! • .»· .. ~ . • . · ~ ! . ~1 ;' ~"•• rn 39c, Aeta de la sesión celebrada el· 23 -d e n0viemoré d'e 1~,19 y .·\§oi'nunic;cioi'.t . 9 ~- s0 b re ' 1a fl ex¡.Ó n d e 11--f;.i.i:::l} ' d1 ,. . h. ,.,r 1ku..u o.. i:irm.:a o ..¡ ..~ .1 . . ... : . . . . .G . . . 3..,,:> d e 1 S r. N oreno Conclusiones de la Sección 5.ª , aprobadag. previa modifi.círé:io·U:. .. . . . : . :•.. . - ·409 S~,c_c16N . 6.ª-Electrotec1<ia . . . .. . ·.. : : • ... ., . .. : :-.l 1; •.• '. . ':-: • ·• . • •-.Í-? .•. .' . . : 4i 3:-:-· Acta de la sesión celebrada el t7 c;I~''.novieÍnbre d'e- /919 y discui·sd " del' ~w 0 -' -··· (D ....... J)' ¡ 1•1........ ¿) 'H'c. ............... » f' ' .l'P•n J...... • ?.. .. , •. ·J 41 • S t.. M a'·d-"' · cu.1aga ~ ....... ,. _ 5 C©municación del Sr. Espinosa d e los Monteros. ·..... ·.. ... -, ..<."".''. 1 :J .r~':~. '. :·; 41'8 Comunicación del Sr·. Berasaluce. : . . :.. . ......... ._: .. ~1! .• .. . '. ...~l. :>:'. ;r.u#~'S.J Acta de la sesión G'.elebrada el 18 de -noviembre ·Cl:e 1c'l1<J ' y-com'-!ni;éacf6'N Jr l 1 . . . '! . ': .1 '.~. .. . r. .. del Sr.,Rúaza'. . . :r . .').. P• .... .. -~· .l;' .J: !: ·: 1 Po:he_ncia del Sr. Mayoral . . . .... ... .... ... _....... . . , ... .· .. : ..... ~ ...': 445 Acta de l!i sesión celebrada el 19 ' de novi'<tmbre" de 1cj19 y c9munic#6ón ..ii del Sr. Novoa .. .. ....•. . ... . · " ... . . .... -.... . . ·. . .. . . · . . . .. ~ . :'.':':JI 483 J Comunicadón d e\, Sr. B astos (D. F:~ ': 1. : .·.,v . ·. . . : . . . . .' . ..... .... : '. . ' 49d A.,~ta de la sesión c elebrada el 20 de noviembre d e r919 y coniudicación ·' · d e 1 Pul gar· . .. . ... ·. . . . ..... 1. . -.. .. .• , .' .~ . . . . . .. . . 1 . •. . . . . . ¡, 14'::17, •l •d e l P . Pérez 1 Comunicación del SL Reb ertes Llopart:. • •• •~ . !·:-':".1• : · • • • • !'.r... .. .•.. : . .. :.... . ~ . .,.~of 11 · b 1·e · d e 1919 · - •·' ;;;. .1 ~1 \.1 ' A c t-a d e 1a ses1"ó n ce 1e b r·a d a el 2 1 d e nov1em . . . ..• . . , . . l'l . . ;::i . • '''· 5 1, · ' 'ó · d 1 <!'c . Ma1 rld :)J) dm " • .;1! , • • " l 1L ' ,, 1..:!)a t:l C omun1cac1 n e u.i. r ue a. . . . . . . .. . .. . .. . ·. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ; r,,..1 c.I o C0municación del SL ·E scolano .. . .· : : : ·. : .. : .. . .. : : . : ... . .... : .. !>.r.?c:~ ·524 . '6.·'11 ' d e 1 s. . .nu_..... ()' .·1<. oh I ... .. ..1-;:. ,Íl 11 ::i, •3 <:0 C 0mun1cac1 t. G a 11 e go.. .... •.... . .. •.... .. ....... . . ..l ... 4 c o~un~cac~m:>. . . "' d e 1 s.r. E scud'é(. .::ll.. J . :l<'íl Oé; 1 ni 0/1 :1, .:.1b H( 1 JJ.'.)l Ufll . . .,'.)' . ••. . .::n· . . .. .. ~ .... . . . .. . . .".¿_ • ;i;_;~ ,,5S,1 ' C0murucac1ón del Sr. Romero . . . . . ... ; .. : . ..... ... : . . . .• . . . . ·"'· 1.. . . 56-2 Aot:a de la sesión celebrada •el 22 ·de ·noviembre de " r•~{<}!c~ :c:óiht;ni'ca'<;!15\irum . .J • 1 ) >'11 ' ,·¡?., . 1. .b f!O.J .del Si.• Cross. . . . . . . . . . . . . . : . . . . . . . . · ............... . . .J'. '.Jl1J"!:>l . . . 573 1 1 1 1 Comunícación· déi •St. 'Molina ... : : . . ~ . : .' .' •. '! .'.': ... ... '. ~''. .d..:> :':-' . ~H .".~e;. ~~ :JI 5151 C0.nelusi0nes de la Sección 6.ª, aprobadas previa ·modificación . . . ·: : !;·~, . ·5iJ , • • ... ·r. ·• r ¡ I• > .·1?. b ili d:>;1'0'-I. 1 .. : _.m[< .'12 {::)b nubr.:•1, .JmL .;.~\-t~\·\1"i\\';~ .t..\ :.~~\~\vi ~ ,,. )7.,. _1:. Jl!:i ,:.1c

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