SURCOS DE VENDAVAL
CATALINA POTOCNJAK (Ad Infinitum)
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Catalina Potocnjak (Ad Infinitum)
SURCOS DE VENDAVAL
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Surcos de Vendaval Catalina Potocnjak (Ad Infinitum) Montecristo Cartonero 2017 Diagramación a cargo de Juan Cifuentes Diseño por Juan Cifuentes Ilustración: “Kolej Transsaharyjska”, Jaroslaw Jaśnikowski, 2010. Impreso en los talleres de Montecristo Cartonero Corregidor Fernando de Alvarado 8, Hacienda Los Fundadores, Chillán Viejo, Chile Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Se permite la reproducción parcial o total de la obra sin fines de lucro y con autorización previa del autor.
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Para Amelia y Evaluna, Mis hermanas de corazรณn y quienes mantienen vivo mi amor.
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“(…) Escribo como pudiera reír o llorar, y estas líneas encierran todo lo espontáneo y sincero de mi alma. Allá van ellas, sin pedir benevolencias ni comentarios: van con la misma naturalidad que vuela el pájaro, como se despeña el arroyo, como germina la planta”
(Inquietudes sentimentales, Teresa Wilms Montt)
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PRÓLOGO Conocí a Catalina Potocnjak hace unos años y mi primera impresión fue la de una joven atípica en los tiempos que corren, ya que manifestaba un claro interés en temas políticos y sociales, lo que se evidenciaba en un espíritu crítico y opinante. Este mismo ímpetu, esta misma energía la pude percibir al leer sus poemas. Y se me develó, entonces, algo que ocurre pocas veces en la vida: estaba en presencia de una genuina escritora. La evidencia de esta impresión la encontré no solo en la dedicación de Catalina en su trabajo literario, sino que la pude vislumbrar en su escritura, en el uso que hace del lenguaje, en la riqueza expresiva de sus textos que, a ratos, evocan a la memorable Teresa Wills Montt. Pero, por sobre todo aquello, llamó mi atención la riqueza de su mundo interior, plasmado inequívocamente en este puñado de poemas que hoy conforman este libro. Catalina tiene, sin duda, un talento para la escritura poética. Siente la literatura como imagen y vacío, sonidos y silencios. Hay en sus poemas ángeles y demonios, claroscuros permanentes que transitan entre la ilusión utópica de la juventud y la desilusión, el vacío. Entre ellos se desplaza esta joven escritora con una soltura propia de quien se sabe en plena posesión del oficio de escritora. En estos textos se pueden palpar los laberintos de un espíritu joven. Catalina Potocnjak recorre los espacios propios de su edad: la libertad, la rebeldía y el impulso propio de la juventud son tópicos recurrentes en los poemas que componen esta obra, así como el miedo, la incomprensión y la soledad. Plasmados a través de las figuras del viento, el fuego, las cadenas, la autora explora y expone su interior y, en vez de alejar al lector, lo convoca, lo interpela, lo seduce para que participe de este ímpetu que es el proceso creativo. Esto genera un goce enorme al saber que se está descubriendo una nueva escritora, una que construye mundos con su 11
lenguaje hasta lograr que uno mismo se vea reflejado en sus poemas. La obra de Potocnjak está cargada de una fogosidad y una pasión juvenil que encantan al lector. La autora transita, en sus textos, a contrapelo de la sociedad, en franca rebeldía, convocando al lector a participar de este espíritu. Y el lector es absorbido por este lenguaje que se mueve entre la razón y la emoción. En este libro, su primer poemario publicado, nadie puede quedar indiferente. No sólo por encontrar un conjunto de poemas bellamente construidos a partir de un uso consciente de las riquezas que ofrece el lenguaje como instrumento de creación poética, sino porque develan este espíritu atípico de nuestros tiempos. La autora se presenta como una joven precoz en el recorrido de los temas que aborda en cada uno de sus textos. Hay mucho talento en Catalina Potocnjak, talento que resultará evidente para quien se adentre en estas páginas. Hay en ella la necesaria imaginación e indispensable oficio, propios de aquellos que serán escritores el resto de sus vidas, que vivirán atrapados por la literatura, sin saber muy bien por qué se sigue esta ruta inexorable, pero con la certeza de que no podría ser de otra forma. Con la certeza de saber que no se podría vivir sin sentarse frente a una hoja en blanco. Valeria Cofré Vergara
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LIBERTAD Hagamos de esto el fuego el juego. encendámoslo que no nos queda remedio. Que sus ojos no pueden esperar, sus ilusiones menos. Perdamos el miedo al ideal sigámoslo, se escapa podríamos seguirlo a través de esas calles de las cubiertas de tierra y colores de las pavimentadas por la historia de las que se cubrieron de vidas no dejemos, que las vidas sigan cubriendo el cemento. Hagamos que las vidas cubran el cielo, que vuelen entreguemos libertad, esa que no poseemos con ella, van a volar y podrán soñar igual que tú, igual que yo Y, finalmente, vamos a correr juntos a la meta, a la libertad, al ideal. brindemos (busquemos) convicción, para luchar y alas, para volar hacia la libertad.
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ALAS Y AMARRAS Razones, situaciones y traiciones. Corazones, divididos. Lealtades, aplastadas. Estrellas, imposibles. ¿Qué vamos a hacer? Si como que jugamos y no paramos. “Caras vemos, corazones no sabemos”, dicen. Tómame de la mano y corramos viéndonos las caras. ¡Corramos, corramos! Pero cuando veamos los corazones me empujarás, lo sé. Y no me importa. Sigamos corriendo, que, aunque tropiece y caiga al abismo. (Al que tú, mi hermano, me empujaste) Me impulsaré y volaré porque tengo alas. Alas para volar más allá de donde estás. Alas construidas; de ideales, de verdad, de sueños, de fortaleza, de hermandad, amistad. Por eso tú no tienes alas, porque solo tienes amarras de traición, de mentira, de ambición, de debilidad, alas construidas de interés, maldad. Vamos, corramos. O mejor corre tú solo, Que yo prefiero volar. 14
AL ESCRITOR Démosle libertad a la pluma… Que grabe en la hoja las emociones del dibujante de letras, que siga el impulso de una ilusión, que viva la vida de una pasión. Y manifieste al espíritu creador. Démosle rienda suelta, ¡que necesita volar! otorgarle la infinidad del papel. A aquel que ruega por trascendencia. y que la pluma con su tinta ayude aliviane la carga de ese ser ese ser pequeño, el inexistente por tamaño.
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EMPATE, NADA Tristeza, soledad, realidad, vuelos sin volar. Sueños, como fuegos por apagar. Apagados por agua como realidad. Utopías en libertad, como jaulas del ideal palabras que dibujan irrealidades. Realidades que borran las palabras. Constante lucha razón-corazón. Se repelen, se quieren, se hieren. No quiero, que se enfrenten. No quiero, no quiero. Pero solo logran algo: Constante empate, constante nada.
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FOTOGRAFÍA AL VIENTO Si las mariposas volaran, quizás mis resquicios podrían sonar. Y gritarían libres en el silencio. El silencioso siseo del viento. Ese que aúlla, que inunda. Ese que clama por libertad, ese que calla en la intensidad. Viento eterno, tan inmenso. En plenitud y placer.
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METÁFORAS ENREDADAS Poder escribir kilómetros de metáforas… Las mismas enredadas en mi garganta, las mismas que descienden por mi cara día a día en forma de agua a ver si me quito el dolor, a ver si alejo al corazón… de la razón. En una de esas a la tristeza le da pereza. Y se va: se evanesce y desaparece o, por último, palidece. Y la maldita enfermedad de silencio y soledad que invade los días, que también huya. En una de esas la sigo… y me voy con ella, cual Estocolmo. Con las mismas tormentas de siempre que gozan de eternidad e infinito. Caminan contigo, te envuelven y te poseen, Al escritor sin palabras, al escritor cansado. Al escritor sin ganas de vida, pero que escribe de vida a ver si vive por último a través de la tinta… Vive. El problema es que ya no hay tinta, ni vida: solo metáforas enredadas y atoradas que quieren salir y huir como si las fuera a dejar huir, el escritor. ¡Si son su vida! ¿Cómo creen?
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MIEDOS Éste, aquel día en el que nada pareciera merecer llevar el nombre de miedo. Pero lo hay: Existe. Existe y aparece… persona, materialidad: real ese esplendoroso y magnífico Miedo, poseído por ella: Penélope. Veo como aquella y su espera me invaden. Veo crecer mi pelo y mis ansias la veo, ahí atenta para asaltar la percibo, sin ser siquiera necesario que se alce frente a mí la escucho acercarse a través de las palabras del amado mudo La veo invisible, ¡La veo!
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MUJER DEL VIENTO: LIBERTAD Soy mujer del viento. Vivo prisionera, busco libertad vivo con las alas rotas esperando una costura que las pueda remendar vivo con cadenas propias intentando rasgar el fierro que las forja. Vivo luchando, vivo anhelando al viento solo el viento podrĂĄ liberarme, porque soy de viento vivo asustada de volar porque me han atado a cadenas de moralidad soy de viento, pero temo ser el viento. Mi esencia es la Libertad mi Libertad es mi utopĂa.
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LA DESAPARICIÓN Vivir en contradicción pura, en silogismos constantes, en el vaivén de una ventisca. Soñar con la vida en sueño, con la bruma sicodélica con la atmósfera en sepia Vivir con el sueño y soñar con la vida Delinear el sendero para caminar en tus sueños sin rumbo, sin ceros de rumba sincera. Sentir que la vida es una, cuando anhelas tantas porque sabes nada. Caminar para sentarte a observarla, y sentarte en la eternidad sinuosa. Dar el último respiro: Suspirar inspirar desaparecer.
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MATAR LA SOLEDAD No necesito ternura, Necesito libertad. No necesito jaulas de alambres y cerrojos de amor necesito alas formadas de palabras bellas y halagos sin temor necesito fortaleza, para opacar mi debilidad no necesito las cadenas que construyes con cada palabra ya rompí otras y de pasada rompí en lágrimas. No necesito el amor que tienes para entregar ni la ternura que, sin duda, me darás no quiero nada de ti excepto tus besos ni siquiera quiero sexo en tus palabras: solo quiero matar la soledad. Sin ti, sin él: Matar la soledad y vivir mi libertad.
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LA REVOLUCIÓN QUEMADA Palabras al viento, como cenizas de un muerto, como cenizas de la revolución son mis palabras que fueron pasión fueron, porque los mismos revolucionarios fueron quienes la quemaron: a ella, a la revolución la quemaron y como palabras al viento arrojadas sus cenizas fueron al suelo. Porque la quemaron a pesar de que la apasionaron, la utopizaron, la idearon y la liberaron luego la quemaron, la quemaron porque rendidos, porque aplastados fueron los revolucionarios porque el poder supo sobreponer a la pasión, la utopía, el ideal y la libertad y el poder hizo de los revolucionarios unos poseídos que en su posesión, que en su ambición la quemaron a la raíz a la revolución.
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DE MÍ, CONMIGO: JUNTOS Siento venir la utopía odiada del sentimiento: “Amor” pretendo, me pretendes. Podríamos… elevarnos, llevarnos lejos, al cielo o al infierno me da igual. Quiero escapar, y anhelo tu estar. Vamos, dame la mano no nos vigilan, escapamos. Pero yo sé, que no pretendes huir. Y también sé, que vas a cambiar y querrás volar; de mí, conmigo: juntos.
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CADA QUIEN Cada quien es cada cual cada cual sin quien, no es nada cada quien, sin cual tampoco. Cual, cual, cual ¿Cuál quién? ¿Quién? ¿Cuál? ¿Interrogas a quién? ¿Para cuál propósito? él no es quien, si no le das cualquiera. Él no es quien, sin cual.
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LA VELA Y se derriten los sentimientos y desaparecen los sueños dibujados y me derrito, como una vela como un silencio, desaparezco desaparezco, nunca existí si soy una vela, nunca encendí cera derretida transparente, sin color los sentimientos, los encontró y se los llevó el mismo viento, que me apagó.
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LA SIN CAMINO Y que el camino siga el curso de los sin camino. Para caminar de la mano de la nada de aquel que de aire se compone y de aquel que fuego otorga a quien lo toque pero yo lo toco y lo compongo y no me alegro, incluso no lo quiero me arrepiento de cada paso que damos pero sigo caminando, sin camino yo soy la sin camino la sin camino que camina su no camino tomada de la mano del de aire que fuego irradia.
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SIRVIENTE Yo no sirvo para escritorios ni para jaulas de teorĂa sirvo para libertad, sirvo para vida sin prisa. Yo no sirvo para tranquilidad tampoco sirvo para el apuro sirvo para cometas, para volantines y estrellas yo no sirvo para esto ni para esto ni para lo otro sirvo para intentar un imposible, sirvo para dibujar utopĂas, sirvo para luchar ideales perdidos, sirvo para amores fugaces, sirvo para la tierra, so sirvo para el sistema, so sirvo para las reglas, so sirvo para fronteras, so sirvo para el humano, so sirvo para mĂ, tampoco sirvo para ti, sirvo para aquello de lo que parte soy, sirvo para aquello de lo que nacĂ, sirvo para la tierra y sirvo para en ella desaparecer.
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PRISIONERA (O) Prisionero del recuerdo en blanca hoja prisionero de ese oculto sentir, prisionero de las ideas fugaces, prisionero de ilimitada libertad, prisionero de una jaula con puerta abierta, prisionero de una prisiรณn incorpรณrea, no quiero ser prisionero, soy Prisionera. Prisionera de todas las palabras, prisionera de un prisionero.
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MEDIAS MUJERES Dos medias mujeres enfrascadas en una conversación. Dos mitades perdidas en aquella lluvia roja de corazones que eran sangre. Dos medias mujeres, miles de sentimientos como si las mujeres fueran cuatro. Dos lágrimas que dirigían aquel diálogo mudo de mujeres que buscaban eso perdido. Dos medias mujeres, miles de penas, decepciones y soledades. Dos medias mujeres atacadas por miles de miedos. Dos medias mujeres que en la lucha encontrarían aquellas mitades que perdieron en miedos, penas, decepciones, soledades. Dos medias mujeres fuertes como cuatro. Dos mujeres que lograrían triunfar.
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ÍNDICE Prólogo Libertad Alas y amarras Al escritor Empate, nada Fotografía al viento Metáforas enredadas Miedos Mujer del viento: libertad La desaparición Matar la soledad La revolución quemada De mí, conmigo: juntos Cada quien La vela La sin camino Sirviente Prisionera(o) Medias mujeres
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Catalina Potocnjak (Ad Infinitum) (Santiago 1996 - ) Su nombre es Catalina Potocnjak Callejas (Ad Infinitum) y nació el 25 de diciembre de 1996 en Santiago de Chile. Actualmente veinteañera y con eternas ganas de escaparse a alguna ciudad sureña. Hermana, hija y nieta de mujeres indescriptibles; compañera de su enamorado. Profesora en formación continua. Socialista en esencia, feminista hasta el cansancio y poeta irremediable. Todo lo anterior, con el objetivo indisoluble de hacer algo por la sociedad que la rodea.
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Surcos de vendaval Catalina Potocnjak
Se terminĂł de diseĂąar en el mes de marzo del 2017 En los talleres de Editorial Montecristo Cartonero
Tiraje segĂşn demanda
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EDITORIAL MONTECRISTO CARTONERO ESTÁ COMPROMETIDA CON EL DESARROLLO LIBRE DEL ESPÍRITU, LA CULTURA Y EL CONOCIMIENTO DEL SER HUMANO COMO VALUARTES DE NUESTRA SOCIEDAD. CADA LIBRO PUBLICADO POR NUESTRA EDITORIAL ES EN SÍ UNA OBRA DE ARTE CUYO TRABAJO ES MANTENER VIVA LA LLAMA DE LA SABIDURÍA.
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¿Es posible concebir nuestra vida sin el oxígeno que nos nutre para vivir? La importancia del viento, del aire, de lo aéreo es fundamental para entender a un ser humano atado a convivir a ras de superficie. Catalina Potocjnak se aventura en Surcos de vendaval con la ambición mitológica de las alas de libertad del ser humano, de la necesidad de volar para explorar horizontes desconocidos. De esta forma, a través de este poemario nos encontramos con la mirada centrada en la mujer, en esta sociedad desigual, en esta generación tecnológica. Surcos de vendaval es un poemario honesto en su afán por definir los derechos de la mujer, el enfrentarse a los miedos, a las necesidades, a los medios, a la sociedad.
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