A Beatriz Soto García . Quien simplemente un día toco timbre ... un lunes, como lo hacía habitualmente. Ingreso con un boceto pequeño en arcilla seco, casi rajado, de 3 x 4.
Ese lunes mi obra cambiaría ...
Aquel gesto no me sorprendió, pues su generosidad, es habitual en ella ... Y tomó nuevamente vida, mi abatida imaginación ...
Me dijo
- María estas son tus mujeres, tratá de unirlas ... Trabaja en ellas ...
todas te pertenecen ... -
Y asi nació esta nueva serie ’’Vestales‘’ y ’’Corpus’’. Gracias Bea por tantos años juntas.
A mis hijos María, Pía y Antonio.
A quienes quisiera transmitirle con mis ausencias, que son presencias, el amor de desarrollar una verdadera vocación.
Y a su padre ...
No puedo dejar de agradecer y recordar, a un gran hombre, que creyó en mi cuando intentaba tener una nueva mirada.
Jorge López Anaya, quien supo ver mi trabajo dejando de lado los defectos de una artista, para detenerse en la obra.