Bajo la rueda Juan Lezama
Chaparrito él, de cejas pobladas y manos pequeñas. Hombre de bromas y charlas que con la imaginación recreaba la vida, fue reportero en serio. Siempre alegre como noche del Grito, hizo frases con pies que anduvieron más allá de aquí: “No hay crudo que no sea humilde ni pendejo si portafolios”, es un viejo ejemplo.
Murió René Arteaga, el Chenito que un día negro cruzó el Usumacinta, tras él los guardias blancos de la United Fruit. Diego Rivera lo retrató junto al general Jara en el mural de la lucha por la paz.
Menos gentiles fueron los esquiroles de Kawage Ramia que por poco lo matan en el 59.
Al recordar tristezas y alegrías, fracasos y logros, lucha y decaimiento, se sustancia como conclusión un deseo: ojalá que alguno de mis hijos sea reportero.