Historia del Traje

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HISTORIA DEL TRAJE

Julia Merino Osorio Portfolio - Historia de la Moda y el Traje Estudios Superiores de Dise単o de Moda


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ÍNDICE INTRODUCCIÓN

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- Concepto de indumentaria: el vestido y el desnudo - Papel de la indumentaria en la sociedad - Indumentaria como símbolo de fortaleza - Fuentes de la historia del traje - Evolución del traje HISTORIA DEL TRAJE

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> Estética Prehistórica.

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> Introducción al Mundo Antiguo.

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> Moda Egipcia.

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> El traje en Mesopotamia. - Imperio Babilónico - Imperio Asirio

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> Estética de Creta-Grecia y Roma. - Cultura Cretomicénica - Estética Griega - Traje Romano

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> Moda Bizantina. - Alta Edad Media - Baja Edad Media

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> El traje en el siglo XVI. - Moda Masculina - Moda Femenina

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INTRODUCCIÓN Concepto de Indumentaria: el vestido y el desnudo. El vestido y el desnudo funcionan como dos opuestos complementarios que generan el traje de cualquier civilización. En las antiguas civilizaciones mediterráneas (Egipto, Grecia, etc.), así como en numerosos pueblos primitivos, el desnudo predomina sobre el vestido. La historia del traje puede contarse como una relación entre estos dos componentes.

¿Qué papel desempeña la indumentaria en la sociedad? El vestido responde a necesidades psicológicas y de comunicación: > Adornarse simbólicamente, significativamente, comunicativamente. La indumentaria revela quienes somos (edad, sexo, sexualidad, preferencias culturales, oficio, nacionalidad, originalidad personal, etc.) antes de que se produzca diálogo o contacto hablado. > Pudor. La indumentaria nos dice sobre qué parte del cuerpo descargamos nuestro pudor. El pudor anida en el órgano que nos hemos acostumbrado a ocultar. Creemos que lo que lleva a las personas a tapar por primera vez una parte de su cuerpo se explica con sentido protector: por ejemplo, cubrir los órganos sexuales para preservarlos de los parásitos. Más adelante, aunque se demuestre la ineficacia de la medida, la mera costumbre de tapar esos órganos favorecerá que se continúen ocultando, ya que su descubrimiento, ajeno a la costumbre, genera incomodidad: esa incomodidad es el pudor. > Protección. La protección puede ser contra agentes físicos que dificultan la supervivencia (calor, frío, viento, precipitaciones) pero también contra agentes psicológicos (miedo, superstición). La primera función enumerada, la comunicación visual, es considerada la principal por todos los humanistas (filósofos, lingüistas, psicólogos, sociólogos) que se han acercado hasta el traje para desentrañar su naturaleza. Gracias a esa comunicación se produce la integración social. El traje se configura como un sistema de signos cuya descodificación informa de la sociedad a la que pertenecemos (peinados, pinturas, tocados), los miedos y prejuicios que compartimos con nuestros semejantes (amuletos), las medidas de seguridad que hablan de nuestra sensatez (cerramientos de aberturas corporales) y de nuestras aptitudes (fortaleza, fertilidad).

Indumentaria como símbolo de fortaleza Si todas las funciones resultan imprescindibles, sólo una parece promover la evolución del vestido: la fuerza. La virtud física, apoyada por su trasunto moral (bravura), constituye un ideal determinante de la historia de la indumentaria. Y lo es porque le pertenece particularmente al varón, que desde la antigüedad se ha arrogado el mando. Nótese que el varón nunca ha censurado la exhibición de su torso y exalta las virtudes físicas de resistencia y fuerza, al tiempo que trata de convencer a la mujer de que su belleza se ve realzada con la debilidad. Lástima que la debilidad no sea una virtud. El traje surge como un medio para subrayar la fuerza y el valor, esto es, la capacidad de control: cicatrices y mutilaciones voluntarias inician la historia de la indumentaria como símbolos de fortaleza. Lógicamente, el ser humano juzgado más admirable ha de ser el guerrero, aquél que hace gala de su virtud. Así, como regla general para la historia del traje, todas las innovaciones aparecen primero en el traje militar, después son incorporadas al traje civil masculino y finalmente al traje civil femenino.

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Fuentes de la historia del traje Disponemos de una carencia casi completa de restos auténticos debido a la falta de documentación y deterioro de los tejidos. Por esta misma razón, la búsqueda de los orígenes de los distintos trajes a lo largo de la historia nos obliga a documentarnos a partir de obras literarias y artísticas, usándolas como guías, para el conocimiento de estereotipos de belleza y moda en la antigüedad. En todo este tiempo, los historiadores han utilizado todo tipo de elementos artísticos y culturales para la investigación de las prendas y tejidos; como por ejemplo las estatuillas de Venus y pinturas rupestres de la Prehistoria, las esculturas, relieves, pinturas y restos de las culturas Mesopotámica, Egipcia, Griega y Romana, aparte de la literatura de estas dos últimas, y además de los famosos mosaicos del Bizancio, las miniaturas que ilustraban los textos religiosos del medievo o los retratos y grabados del Renacimiento y el Barroco. Más tarde, se facilitó la documentación gracias a los grabados de Abraham Bosse (s. XVII), de Hogarth (s. XVIII) para revistas como “Le Couturiere”, “Encyclopedie Methodique”, “Galerie des Modes” o “Gallery of Fashion” editada por Heideloff. También cabe destacar la publicación de revistas de moda más importantes y avanzadas del s. XIX, como “Le Beau Monde”, “Le Follet” o “Le Journal des Modes”, ya que en estos ejemplares sí se describían los trajes y se indicaban los precios. Es aquí, en esta especie de catálogos, donde comienza la aparición de anuncios de prendas y accesorios.

Evolución del traje A lo largo de la historia se han ido produciendo numerosos cambios culturales, sociales o políticos, que han influenciado y condicionado la moda a lo largo de los siglos. Conforme avanza el tiempo, podemos ver una clasificación del traje en indumentaria masculina e indumentaria femenina, además de otras clasificaciones con respecto al criterio climático: moda tropical, ártica, europea, etc. O la diferenciación de las clases sociales según el uso de distintas vestimentas. Se descubre y se utiliza una amplia gama de tejidos, hecho muy ligado a la diferenciación de clases sociales. Y por último la distinción del traje ceremonial y el traje cotidiano, sin olvidarnos del famoso traje drapeado (que cuelga por los hombros, dejando caer la tela suelta) o del traje ajustado (que se adapta al cuerpo de la persona y le permite una mayor movilidad).

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HISTORIA DEL TRAJE ESTÉTICA PREHISTÓRICA Hay que tener muy presente que la estética prehistórica se basa principalmente en la funcionalidad, es decir, no existía la moda, sino que se vestían por pura necesidad, condicionados por el clima o las distintas actividades que realizaban en la vida cotidiana. No hay constancia de cuándo se crearon las primeras indumentarias, pero sí sabemos que estas primeras vestimentas estaban compuestas por pieles de animales. Dichas pieles, una vez separadas del cuerpo, eran golpeadas y sumergidas en agua con cortezas de árboles como el roble o el sauce para curtirlas. Por último, con ayuda de un raspador de piedra, se trataba la piel para hacer la prenda más flexible. Como bien hemos indicado anteriormente, la principal fuente de documentación de la indumentaria de esta época son las pinturas rupestres y las famosas estatuillas de Venus; figurillas de órganos sexuales hipertrofiados; por esta razón, se ha deducido que se trata de figurillas mágicas protectoras de la fertilidad. Son figurillas diminutas, donde es dificil encontrar otro adorno que cuerdas, a veces alrededor del torso, a modo de faldillas. Según la especialista Elizabeth W. Barber, estas faldillas significaban que la mujer había alcanzado la madurez sexual; todavía las lucen a modo de delantales numerosos pueblos eslavos en sus trajes folklóricos. La cuerda de caderas, quizás la indumentaria más universal conocida, nacería como un amuleto para salvaguardar la potencia viril y la fertilidad femenina. PALEOLÍTICO

Venus de Lespugne, Francia. 20000 a.C.

La moda del paleolítico consistía, básicamente, en taparrabos sujetados por tiras de cuero crudo. Dependiendo del clima de la zona, se usaban pieles gruesas de animales (climas fríos) o fibras vegetales y pelo animal (climas menos fríos). Fue así como se produjo el primer fieltro de la historia: con pelo de animal prensado. También utilizaban cortezas de algunos árboles. Cortaban tiras, que entrelazaban, las endurecían con aceite y se golpeaban para hacerlas más impermeables. *Cabe destacar que la piel adquiría un sentido simbólico, es decir, el humano adquiría las propiedades características según la piel del animal. A la izquierda podemos observar la Venus de Lespugne, en la cual se aprecia una especie de “falda” o “pampanilla”.

El Paleolítico es una cultura que coincide con un tiempo frío, y se conservan agujas capaces de traspasar la piel. A menudo, estas agujas, estaban fabricadas con espinas de pescado o huesos de animales, para poder traspasar bien los tejidos gruesos (ejemplo, izq). En el grabado de la derecha podemos apreciar cómo cortaban la piel, con piedras o herramientas afiladas, para realizar esas tiras de cuero que sujetaban las indumentarias.

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[CURIOSIDAD] el Hombre de los Hielos, hallado en Hauslajob (Suiza, 5.300 a.C.) muestra un traje ártico de pieles no curtidas pero muy diferentes de los mantos peludos a los que nos tiene acostumbrado el cine. Esta insólita momia congelada muestra otros elementos indumentarios: lóbulos agujereados, gorro, grebas, dos calzados superpuestos (el superior ejercería como zuecos), una especie de túnica de piel, y una capa herbácea impermeable.

Hombre de los Hielos, 5300 a.C.

PERIODO AURIÑACIENSE (PALEOLÍTICO SUPERIOR) En cuanto al comercio, existía un comercio de trueque muy básico. Las distintas técnicas textiles se iban conociendo gracias a las corrientes migratorias. Y los abalorios, amuletos y estatuíllas adquirían un gran valor por su simbología y por sus poderes “mágicos”, distintos según la superstición de la tribu y sus rituales tradicionales. Estos abalorios o accesorios estaban formados por uñas y dientes de animales, e incluso caracolas (como vemos en la imagen de abajo), unidos por una tira de cuero formando un collar. Especie de falda o taparrabos, similar a un pareo hecho de pelo de animal, atada a la cintura mediante una cuerda de cuero.

Zapatos de piel, con paja en su interior con función aislante, 10.000 a.C.

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MESOLÍTICO Y NEOLÍTICO En el arte rupestre levantino se aprecian pinturas donde aparecen grupos de figuras humanas con distintas indumentarias (taparrabos y faldas acampanadas), participando en escenas de rituales de danza, caza, recolección, etc. Ya en esta etapa podemos observar cómo, según la zona, las indumentarias van sufriendo un cambio, una pequeña evolución. Se introduce la lana como nuevo tejido y se crean los “Kaunakes”; prenda noble en la cultura sumeria, que consta de una falda hecha con vellones de lana como podemos apreciar en el dibujo de la izquierda.

Danza Fálica. Cueva de Cogull, Lleida (Neolítico)

En el Neolítico se produce la aparición del sedentarismo, es decir, los grupos dejan de ser nómadas y comienzan a asentarse a orillas de los ríos. Se desarrolla la agricultura y con ello, aparecen nuevas fibras textiles como el algodón, el cáñamo, etc. Otro hecho bastante relevante es la invención del telar, dando lugar a tejidos mas compactos y resistentes. Existe una economía diversa basada en la depredación (recolección, caza y pesca) pero también en la producción agropecuaria (agricultura y ganadería), en la que tampoco falta el comercio ( trueque más desarrollado). De esta etapa destacamos una especie de capa o falda enrollada en torno a la cintura, completada con una prenda rectangular que se abrocha con un cinturón, esta indumentaria supone los inicios del traje drapeado, además, existía una especie de falda con cinturilla, similar a un pareo, de lana o pelo de cabra denominada “pollera”. EDAD DE BRONCE Se sigue utilizando una tela ruda y rústica hecha con telar, con la trama muy marcada parecida a la arpillera o tela de saco. Se solían añadir tirantes de piel anudados a los hombros para una mayor sujeción del traje. A continuación se presentan algunas prendas y accesorios encontrados de en la época del Bronce antiguo y que reposan en el Museo Nacional Copenhague.

Traje femenino encontrado en Dinamarca

Accesorio de cuero

Restos de indumentaria encontrados en Dinamarca

Con respecto a la preparación de las pieles, se conocen utensilios como raederas y rascadores hechos de láminas de sílex, cuchillos para cortar el cuero; peines de asta y cornamenta, similares a los instrumentos de los esquimales para aprestar sus pieles.

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EL MUNDO ANTIGUO INTRODUCCIÓN La Edad Antigua abarca desde los primeros registros escritos (IV milenio a.C.) hasta el declive del Imperio Romano de Occidente (siglo V d.C). Como ya sabemos, a lo largo de la historia pueden llegar a convivir más de una cultura con distinto nivel de desarrollo, por tanto, en la época antigua podemos encontrar desde civilizaciones como los pueblos de finales de la Edad de los Metales hasta ciudades más desarrolladas como las de la cultura egipcia, las polis griega o las grandes ciudades de la antigua Roma. En cuanto al tejido, hacia 4.000 a.C. se incorpora la lana al mundo textil gracias a la selección artificial. Con anterioridad a esta fecha, de las ovejas solo se aprovechaba la carne porque su pelo carecía de las cualidades físicas precisas para hilarlo; era demasiado grueso o demasiado fino y poco ensortijado. El tejido, su cantidad y belleza, se convierte en el principal mensaje de riqueza, de modo que nos permite visualizar las jerarquías sociales. Por tanto, los dioses son representados ricamente vestidos. En Mesopotamia, las operaciones del textil (hilado, tejido, confección) las realizaban mujeres; solamente hallamos útiles textiles en sus tumbas. Los hombres trabajan las fibras (cultivo, desbroce) y mercadeaban los productos. Sin embargo, en Egipto, vemos representaciones de hombres en todas las labores textiles, incluido el lavado, así como esclavos. El lino era el material ideal para Egipto: fresco y lavable, en una tierra polvorienta y tórrida.

El traje antiguo, como después el medieval, se caracteriza sobre todo por su volumetría geométrica, disociada de las formas orgánicas del cuerpo. Mantos y túnicas comprenden el cuerpo como un cilindro sobre el que enrollarse. Ni siquiera las prendas con extremidades (túnicas de manga larga, caftanes o pantalones) poseen sisa o corte de unión entre el torso y las extremidades. Solo el traje cretense parece diseñarse para redibujar la morfología anatómica, pero constituye una insólita excepción en el ámbito de la Edad Antigua.

Caudillo sardo, estatuilla de bronce de Cerdeña, s. VII a.C.

Lúnula de oro del Bronce Antiguo.

Diosa Minoica, 1700-1400 a.C. Pintura mural de Cnosos, 1600 a.C. Estas damas de la corte minoica exhiben su riqueza con elaborados collares, pulseras y adornos para el cabello.

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LA MODA EN EGIPTO Egipto representa a nivel mundial la imagen más perfecta del mundo antiguo. La riqueza y variedad de los vestigios legados a la posteridad llenan museos de numerosos países: estatuas, pinturas, objetos diversos decorativos y funcionales, así como los únicos y más porpentosos momumentos conservados de aquellos milenios: las pirámides de Guiza y los templos de Karnac y Luxor. Apenas conservamos ropas de los antiguos pobladores del Nilo, pero sí incontables imágenes que llenan nuestra imaginación de formas imprecisas pero sumamente sugestivas. Era una cultura teocrática, hecho muy influyente en la moda de la época debido a su simbología. A pesar de su larga extensión en el tiempo, al rededor de tres milenios, es una de las civilizaciones que menos ha evolucionado en cuanto al traje. Hasta el Imperio Nuevo, los materiales usados eran lino y seda; siendo este último utilizado para la fabricación de prendas nobles. Relieve de Tutankhamon y Ankhesenamon, Trono , Arte egipcio, Imperio nuevo.

IMPORTANCIA DEL DESNUDO La ausencia de prendas de vestir cubrientes no despertaba pudores entre los egipcios. Rara vez se representa sin ellas la aristocracia, pero no por pudor sobre el cuerpo desnudo, sino por deseo de manifestar mediante la indumentaria su preeminencia social. Los senos femeninos se muestran con naturalidad. Los enseñan las plañideras de la Tumba de Ramose (imagen de la derecha), no perturba el luto. Las esclavas son a menudo representadas desnudas, sin faldas, y también laboran completamente desnudos algunos agricultores representados en la Mastaba de Ti. Plañideras en la Tumba de Ramose (Deir el Medina).

En Egipto, el vestuario estaba bien documentado gracias a los numerosos frescos y relieves de las tumbas y palacios, además de restos de joyas y otros accesorios que se han conservado hasta ahora y que descansan en los principales museos del mundo. Los egipcios vestían de modo semejante aunque de distintos tejidos según el puesto social. Dos de los símbolos más distintivos eran la corona y el cetro. En cuanto a la vestimente de la alta sociedad, predominaban las prendas adornadas con bordados que se colocaban sobre un calzón o túnica llamado “Schenti” de tejidos muy finos. También hay que destacar el uso de pelucas y tocados. VESTUARIO FEMENINO La indumentaria femenina constaba de faldas largas, cinturas ajustadas de talle alto, con tirantes gruesos que cubrían el pecho. Cabe destacar el uso de capas cortas plisadas para cubrir los hombros. También usaban túnicas que, al colocarlas de diferentes formas, daba la impresión de una amplia variedad de ropajes distintos. A veces se usaba una muselina fina, de transparencia evidente, decorada con motivos que imitaban el plumaje de las alas de Isis. También podían ir completamente desnudas. En cuanto a complementos, uso de collares de hojas de sauce y brazaletes con incrustaciones de piedras preciosas y minerales. También existían prendas unisex (prendas flotantes) estrechas por abajo. Solían estar fabricadas en lino, algodón, muselina o seda. Y eran prendas limitadas por el clima.

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VESTUARIO MASCULINO La principal prenda masculina se llamaba “Schenti”. Era una larga faja que se enrollaba en las caderas, sujetada con un lazo o cinturón, que remataba en un nudo y pasaba entre las piernas. Se trataba de una especie de faldellín de lino.

Era muy frecuente encontrar otras prendas como el “Kalasiris”, una túnica de lino fino que se llevaba generalmente encima del Schenti. Es una pieza larga rectangular con aberturas para la cabeza, los brazos y las piernas. O también el llamado “Haik”, que se trataba de una pieza de lino transparente, como una especie de velo, enrollado en el cuerpo y sujeto por un nudo. Era una prenda femenina, aunque en el Imperio Nuevo los faraones los usaron hasta laXVIII dinastía.

ADORNOS Y ACCESORIOS Eran los elementos que diferenciaban a las personas de distintas clases sociales. El cuidado personal tambien jugaba un gran papel (maquillajes y tocados). Hombres y mujeres se afeitaban la cabeza y usaban pelucas postizas, a las que añadían conos de perfume sólido, ya que el interior de dichas pelucas estaba hecho de piel y no era muy higiénico.

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Bracaletes de oro con relieves y dibujos, e incrustaciones de minerales como el lapislázuli (mineral azul).

Sandalias artesanales, Antiguo Egipto

Símbolo del escarabajo Sandalia artesanal

TIPOS DE TOCADOS KLAFT: Pieza de tela ajustda a la frente (de forma trapezoidal). Compuesta por un tejido a rayas y que cae a ambos lados del rostro. UREUS: Diademas con una serpiente o buitre, símbolo de poder. Solia ser un elemento distintivo de los faraones. CORONA: Uno de los elementos más simbólicos de los reyes y faraones. A menudo acompañadas de un cetro. - Corona Blanca o Hedyet: mitra blanca oblonga (Antiguo Reino del Alto Egipto, representación del Dios Seth. - Corona Roja o Desheret: corona con rizada protuberancia (Antiiguo Reio del Bajo Egipto, norte, Dios Horus. - Pskent o corona doble, Sejemty: corona que representaba el poder de las Dos Tierras. - Corona Atef: corona especial para ceremonias de tipo religioso. Según la apariencia de la corona, se puede identificar la zona de origen perteneciente.

Corona de oro adornada con incrustaciones de piedras preciosas en forma de ave.

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NEFERTITI, TODO UN ICONO La reina Nefertiti, cuyo nobre significa “la bella ha llegado”. Fue la esposa de Ajnatón (nombre adoptado por el faraón de la dinastía XVIII Amenofis IV como adorador de Atón, el disco solar), que reinó en el s. XIV a.C. durante el Imperio Nuevo. < Busto de caliza policromada, una de las esculturas más famosas de mundo (1350 a.C. Museo Egipcio de Berlín). Nefertiti lleva una corona de remate planoadornada con una cinta y restos de un ureo (cobra protectora y símbolo real). Por último, un gran collar rodea la base del cuello y cubre los hombros. Busto Nefertiti, caliza policromada, 1350 a.C.

Sus ropas eran del fino lino plisado que vestía la realeza del Imperio Nuevo, a menudo tan tenue que resultaba casi transparente: un recurso para la exhibición del cuerpo divino. El lino egipcio se drapeaba, plegaba y plisaba en pliegues bien definidos. Los estilos antiguos permanecieron casi inmutables durante siglos, pero durante la dinastía XVIII, en vida de Nefertiti, se desarrolló junto al básico Kalasiris, un drapeado más complejo de piezas más largas. A menu la tela parece concentrarse en un punto, generalmente cerca del pecho, para crear una silueta característica de talle alto, tanto con mangas como sin ellas.

Un famoso relieve en caliza polícroma de la pareja real ( 1340 a.C.) muestra a Nefertiti con una larga túnica de lino plisado (Haik) prendida entre la cintura y el pecho, recogida para crear unas mangas indefinidas y ajustada por debajo. Dado que el lino es difícil de teñir y que era la fibra básica, la ropa egipcia solía ser blanca. El color se añadía a base de complementos en casi todos los estamentos sociales.

Relieve Ajnatón y Nefertiti, XVIII dinastía Imperio Nuevo

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EL TRAJE EN MESOPOTAMIA En las tierras “entre dos ríos” (en griego, literalmente, Mesopotamia) comienza la historia de los pueblos sedentarios eurasiáticos. Esta cultura tiene una historia más compleja que la egipcia. Posee una gran diversidad geográfica y dinástica debido al gran número de invasiones sufridas. Hacia el 1917 a.C. los reinos de Elam, Asiria y Siria fueron unidos bajo el Imperio de Babilonia. Los vestigios legados son de difícil interpretación. Sus monumentos no se han conservado, principalmente a causa de las invasiones anteriormente nombradas. Sabemos que las ciudades de Mesopotamia, generalmente ciudadelas fortificadas, presentaban pirámides escalonadas y templos cuadrangulares adornados con animales quiméricos (toros androcéfalos o lamasus, águilas leontocéfalas). Seguramente el elemento más determinante en la forma de las prendas de vestir es la materia: en Mesopotamia las superficies se muestran tersas, facilidad de los tejidos de lana bien fieltrados, mientras en Egipto, el arrugadizo lino suscita una moda de drapeados y plisados. La indumentaria de babilónicos y asirios se basaba en dos prendas bas: una túnica de talle recto con bordes de flecos (a veces largas o cortas según la actividad). Se llamaba “Candys” y usaban un chal adornado, de diferentes dimensiones. No existía gran diferencia entre los trajes masculinos y femeninos, aunque el chal usado por las mujeres solía ser un poco más amplio. Los vestidos llevaban borlas y flecos. Se usaban mucho los colores brillantes como los tonos rojos, azules, verdes y púrpuras, siendo este último característico de la raleza. En cuanto a joyas y accesorios predominan las tiaras adornadas con alhajas.

Joyas de la reina Puabi

La desnudez continúa ampliamente aceptada, como en tiempos prehistóricos. Las cabezas se rasuran y adornan seguramente con pelucas e incluso barbas postizas. Solo hemos encontrado joyas en la tumba de la reina Puabi (imagen izq), pero esto no significa necesariamente que no gustaran a los varones.

También encontramos tocados, usados por los reyes, se parecían a los cascos guerreros: hemisferios con una cinta anular. Por otra parte, uno de los elementos más sobresalientes del atuendo mesopotámico lo constituye el extremo cuidado y arreglo de cabellos y barbas que muestran las representaciones de la aristocracia de Acadia, al norte de Mesopotamia. Cabellos largos y barbas perfectamente peinadas con bucles prietos y ajustados como el que podemos observar en la imagen de la derecha. Sargón I de Acadia, primer emperador de Mesopotamia.

Las mujeres vivían retiradas de la vida pública. Hacia el 2.000 a.C. el traje se usaba para diferenciar el nivel social. Las clases guerreras y poderosas usaban un modelo adosado con una túnica como elemento principal o “Kaftán” con mangas (a veces era corta para facilitar la equitación), y las clases pobres usaban el drapeado o directamente un taparrabos con una tela por encima. En la cultura mesopotámica podemos diferenciar dos periodos: Imperio Babilónico e Imperio Asirio. Caftán y pantalones, dibujos de Mary C. Houston.

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IMPERIO BABILÓNICO De este periodo no se conserva nada en cuanto a restos textiles. No había mucha diferencia entre vestuario masculino y femenino. Destaca el “Kaunakes”, prenda única o acompañada de una túnica. Era una prenda muy prestigiosa perteneciente a altas clases sociales. Con respecto al traje femenino destacamos una túnica larga y entallada, encima una capa rectangular o chal que le cubre la espalda y se cruza por delante uniéndose con una fíbula o hebilla al hombro. A la izq. observamos una escultura del Intendente Sumerio Ebih-Il (2450 a.C.), que aparece con un faldón o Kaunakes hecho con piel de cordero y vellones de lana.

Intendente Ebih-Il de Mari (2450 a.C.) Estatuilla de alabastro y lapislázuli (Museo del Louvre)

Las ropas de la aristocracia se enriquecen con bordados de motivos geométricos: Babilonia será desde entonces la capital del tejido recamado. Procedentes de regiones orientales, los habitantes de las tierras medias (los medos) asientan el uso de pantalones entre persas y europeos del centro y del norte: todos ellos conforman el grupo que griegos y romanos denominaba “bárbaros”. Pues bien, el pantalón será su distintivo durante al menos un milenio.

Traje de la reina Napir-Asur (2300-1300 a.C.) Etatua en bronce, Museo del Louvre.

IMPERIO ASIRIO Se trata de un imperio militar que influyó bastante en el traje. El hombre usaba una túnica larga con mangas terminadas en puñetas (cuatro aberturas), un vestido largo adosado y encima un manto procedente del modelo sumerio. Según la disposición y cantidad de telas, pertenecía a una clase social u otra. Con respecto al traje real, podemos observar que se componen de telas bordadas de algodón, lana y de importación como púrpuras con bordados geométricos o vegetales (telas teñidas). En cuanto al traje femenino, sigue una forma similar al modelo sumerio, aunque se le añade un nuevo elemento: el velo. Las tiaras, de forma trapezoidal, similares a la arquitectura del zigurat. El pelo y la barba son cuidadosamente tratadas y estilizadas. Es frecuente el uso de joyas en muñecas, cuello e incluso cabeza.

Friso de los arqueros reales (susa) 450-359 a.C.

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Interpretación del atuendo de assurnasirpal II, según Mary C. Houston.

Assurnasirpal II (Londres, Británico).

EL Imperio Asirio dominó, empleando la brutalidad extrema y el terrorismo, a todos los pueblos del Creciente Fértil (egipcios, fenicios, mesopotamios, etc.). En el palacio de Nínive, el rey Asurbanipal fue retratado peleando contra leones y montando al galope. Quizás nunca se haya dado un arte más específico de las habilidades viriles. Como tampoco descuidaban el intelecto, el mismo palacio albergaba la mayor biblioteca de Mesopotamia. Pero estos caballeros amaban también la elegancia. Son representados con el rostro enmarcado por trenzas y barbas de exquisita factura, y sobre las túnicas interiores, exhiben lujosos chales guarnecidos de flecos y bordados, como podemos ver en la imagen del friso de la página anterior. CURIOSIDAD La única imagen completa de una mujer asiria conservada es la esposa de Assurbanipal II y parece que viste un chal semejante al que empleban los varones. (Imagen de abajo).

Assur-Sharrat, esposa de Assurbanipal II, el más famoso rey asirio. Esquema de un relieve conservado en Berlín (Antiguo) y procedente de Nínive.

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ESTÉTICA DE CRETA-GRECIA Y ROMA CULTURA CRETOMICÉNICA Destacamos la importancia de la ciudad de Melos, hacia el 2.700 a.C. En este momento, Creta se desarrolla en pleno auge, gracias a la introducción del torno en alfarería, la metalurgia del bronce y un gran aumento demográfico. Esta fase se conoce como Minoico Antiguo o Prepalacial, en la cual, la civilización destaca por una gran organización, el culto a la fertilidad, el desarrollo de la agricultura y la orfebrería, además de un crecimiento comercial: aparición de las rutas mediterráneas. En las culturas occidentales, el traje tiene una gran significación política y simbólica. Cuando la cultura minoica fue descubierta a principios del siglo XX deslumbró a los arqueólogos de todo el mundo, ya que el concepto que subyace en su traje es opuesto al del vestido antiguo. El traje de los cretenses busca la estilización anatómica. Pero no solo éso. Para empezar, el traje masculino era comparativamente menos interesante que el femenino, un rasgo insólito en la historia del vestido anterior al siglo XVII. Gracias a su alto nivel económico, esta cultura era muy aficionada al color, pues los tintes eran bastante caros. Elaboraban trajes muy elegantes que adornaban con tintes y bordados, además de otros elementos de ornamentación. En cuanto al traje masculino, su único vestido consiste en una especie de pampanilla o faldellín drapeado acabado en punta, cuya tela exterior solía ser de mayor calidad. Estaba sujeta por un cinturón, y una pieza de slip para contener el sexo. La falda no cubre las caderas, lo cual indica que la longitud de las piernas era una cualidad considerada atractiva, de este modo la pampanilla se abre por los costados para destacar esa longitud. > Fresco encontrado en el palacio de Cnosos. No se sabe quién es, pero se cree que pudiera ser el rey Minos. Es un rey-sacerdote. Tiene cuerpo joven y atlético con una cintura muy fina. Lleva la mano derecha sobre el pecho, probablemente como símbolo de poder, y con la izquierda arrastra algo, probablemente un grifo. En el llamado Príncipe de las Flores, encontramos el mismo gusto por los cabellos largos y meticulosamente arreglados de sus vecinos orientales. Lleva collar y una tiara con plumas y adornado con formas helicoidales.

Príncipe de las flores, Palacio de Cnosos.

En este caso, en la foto de la derecha, podemos observar que sigue la misma estética que el anterior, aunque en este fresco el faldellín o pampanilla no tiene aberturas laterales; dejando así el faldellín drapeado completamente cerrado. Destaca también el uso de complementos como collares, bracaletes y, a veces, tobilleras.

Fresos procesionales, Palacio de Cnosos.

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Con respecto al traje femenino podemos decir que es más original. Tiene una doble disposición que consta de una falda amplia y acampanada (prenda que contribuye al desarrollo de las primitivas enaguas) con plisados o volantes hasta los pies. Son de cintura ajustada y, a veces, llevaban una especie de delantal de forma redondeada encima de la falda larga. En la parte superior, una especie de corpiño o simplemente desnuda, con una chaqueta corta (prenda que se usaba para las fiestas).

Estatuas oferentes halladas en Monte Acuto Ragazza.

> En esta imagen podemos observar claramente la chaqueta corta de fiesta y el delantal redondeado suerpuesto.

Diosa de las Serpientes, 1.600 a.C. Loza, Museo de Herackion.

LOS ETRUSCOS

Dama Oferente, fresco del museo de Atenas; 1.200 a.C.

OTRAS CULTURAS

Con anterioridad a la dominación romana, los etruscos y las gentes de Italia vestían trajes de lana parecidos a los que hemos visto en Mesopotamia. Las representaciones nos permiten hablar de mujeres vestidas con faldas relativamente estrechas, blusas y mantos (semejantes a los que encontraremos en el traje ibérico), pero también túnicas y vestidos muy largos que se acortaban mediante ablusamientos como una túnica peplo; el manto vestido sobre la cabeza para velar el cabello será una costumbre que se prolongará entre las mujeres castas griegas y romanas.

> Los vestidos se ablusan sobre las rodillas y los mantos envuelven las cabezas.

Fresco de una tumba de Ruovo (Nápoles, Nazionale).

El traje masculino, siempre menos cubriente que el femenino, se compone de faldas y el imprescindible manto diagonal, válido para la cama y para el frío en el exterior.

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LOS ÍBEROS Antes de que los romanos se instalaran en la Península para regirla, ya nos habían visitado fenicios, griegos y cartagineses. No obstante, ninguna de estas influencias explica la originalidad de la cultura íbera, que privilegia la representación de la mujer frente a la del varón (posibles indicios de una cultura matriarcal) y la representa ataviada con un lujo de joyas sin equivalentes en toda la Antigüedad: Damas de Elche, de Baza y del Cerro de los Santos. Usaban un traje drapeado largo, con el hombro izquierdo al descubierto y podían envolver la cabeza en él. Presntan bordados y joyas(complementos de gran importancia procedentes de los fenicios y cartagineses ateriormente mencionados).

Dama de Elche, s. V-IV a.C. Piedra caliza.

Dama del Cerro de los Santos (Madrid, Arqueológico).

Dama de Baza, s. IV a.C. Piedra caliza.

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ESTÉTICA GRIEGA En Grecia se pueden ver influencias de los pueblos de Asia Menor por el uso del drapeado. Esta cultura apenas tuvo evolución en cuanto al traje, sin embargo se pueden apreciar dos variantes: el pueblo Dorio (moda occidental) y el pueblo Jonio (moda de Asia Menor). En general, la indumentaria del milenio 500 a.C. - 500 d.C. en Grecia y Roma se caracteriza por su desnudez estructural, ya que cada prenda de vestir se consigue casi exclusivamente colgando, desde los hombros, pedazos más o menos rectangulares de tejido o bien enrollándolos sobre el mismo cuerpo. Puede, en consecuencia, considerarse el traje grecorromano clásico una prolongación de la indumentaria egipcia. La decoración superficial no existe, o al menos no la refleja la plástica salvo en algunas caracterizaciones teatrales. Los paños yuxtaponen su volumetría y colores.

LA DESNUDEZ EN GRECIA Lo sorprendente de las costumbres indumentarias griegas lo hallamos en la tolerancia de la desnudez integral masculina en ambientes “viriles” como la palestra y los baños. Quizás pueda decirse que en Grecia, por una vez la historia, el desnudo ganó la partida al vestido. En efecto, la desnudez no solo es propia de los caballeros, sino que se reserva tambien para la figuración de héroes y dioses. De hecho, cuando un gobernante alcanzaba la gloria, era representado desnudo. En efecto, el traje nacional de los griegos lo fue la desnudez. La admiración por el cuerpo masculino, considerado más bellos que el femenino, puede ser una de las razones de esta desnudez.

Venus de Cnido. Hermes con Dionisos niño.

EL TRAJE FEMENINO La prenda básica era el llamado “Khiton”, formado por una tela rectangular sugeta al hombro con un broche y ajustada a la cintura por un cinturón o cíngulo. Solía ser de lana y llega hasta las rodillas, o bien con lino hasta los pies y más ancho. Forma un gran pliegue entre el pecho y la cintura, y puede ir ceñido a los brazos haciendo una especie de mangas (esta última característica pertenece al pueblo Jonio).

Otra de las prendas más características es el famoso “Peplo”, de origen Dórico. Realizada en lana o lino. Consiste en una túnica rectangular sin costura abierta por la cabeza, con un cinturón para conseguir pliegues horizontales en la cintura. Es característico que la forma superior acabe en horizontal o en forma de V. La última prenda más importante es el llamado “Himation”, y se trata de una prenda unisex. Consta de un manto superpuesto o especie de chal de forma rectangular u ovalada de grandes dimensiones. Se colocaba pendiendo sobre un hombro, cubriendo los brazos o volteado sobre la cabeza en señal de luto o para protegerse.

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Dibujo de un Himation masculino.

Esquema de colocación del peplo femenino.

TRAJE MASCULINO De las prendas masculinas destacan el “Exomis” (parecido al Khiton). Es rectangular, sin costuras y corto. Se sugeta en el hombro izquierdo mediante un broche o directamente sobre los dos hombros. Esta prenda era usada tanto por la clase alta (Exomis largo) como la clase trabajadora (Exomis más corto para facilitar el trabajo). Por último nos enconrtamos con el llamado “Clamide”, formado por una especie de manto corto abrochado sobre un hombro.

Ejemplo de Exomis.

Ejemplo de Clamide.

LA IMAGEN DE ALEJANDRO El griego más admirado cambió la imagen de los griegos. Antes de él, los griegos peinaban barba, pero como Alejandro se afeitó, todos los griegos y después los romanos, rechazarán la pilosidad facial. (imagen de la derecha). La moda de la cara tersa se extendió durante unos cuatro o cinco siglos, rechazada solamente por los filósofos, pues consideraban que la barba, al crecer naturalmente sobre el rostro masculino, ofrece una imagen más natural y humilde.

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EL TRAJE EN ROMA En la cultura romana existe una clasificación de prendas según su función: la llamada “Indumenta” o prenda de primera piel, cosidas y cerradas; y “Amictus” o prenda de segunda piel, traje drapeado sobre el cuerpo.

ROPA INTERIOR El ajuar de los romanos pudientes ha crecido considerablemente comparado con el griego. La ropa interior, aunque muy simple (meras bandas de tejido que sujetan el pecho o protegen el sexo) y en ningún caso prendas antropomorfas, dio lugar a un número sorprendente de términos: mamillare y fascia pectoralis (literalmente, faja de pecho), subligaculum (calzoncillo), interula (túnica interior, predecesora de las camisa). Las túnicas son igualmente diversas, aunque casi siempre más cortas para el hombre que para la mujer. VESTIMENTA Los ciudadanos romanos vestían con la famosa túnica o toga. Se trata de una enorme prenda de lana en forma de media luna que se enrrollaba alrededor del cuerpo. Se mantenía sin broches ni alfileres, ya que era una tela bastante densa y pesaba. La toga era el símbolo de la ciudadanía y solo los ciudadanos estaba autorizados a llevarla, aunque la gente normal solo la usaba en ocasiones especiales. Sin embargo, los senadores, los caballeros, y los magistrados las usaban cada vez que se exponían al público. También llevaban una túnica de lana cuyas mangas llegaban hasta los codos y su borde inferior hasta las rodillas (por detrás era un casi un palmo más larga). Para ceñirlas usaban cinturones de piel o un ceñidor de cáñamo. Tanto la túnica como la toga eran del color natural de la lana: un tono crema claro. Senadores: solían llevar una túnica más corta, con las mismas características. Soldados: llevaban en la túnica el “Latus Clavus” (dos franjas púrpuras (tinte extraído del molusco), de unos cuatro dedos de ancho, que iban desde los hombros hasta la parte inferior. Túnica Laticlavia. Miembros del orden ecuestre: llevaban el “Angusus Clavus”, túnica Angusticlavia con dos franjas púrpura de dos dedos de ancho. Ciudadanos: además de lo anteriormente dicho, calzaban “Perones”, de color cuero y anudados con hebillas o cordones. Legionarios: calzaban “Caligae”, sandalias de cuero con suela claveteada con clavos de hierro. Senadores: calzaban “Calcei” de color rojo o negro y con una hebilla. Generales de guerra: llevaban la túnica “Palmata”, toda en púrpura y bordados dorados con motivos de campaña.

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Se produce una fácil diferenciación de la clase social según el tipo de indumentaria, además del uso de una serie de símbolos para identificar la clase perteneciente. En resumen: El ciudadano común llevaba una túnica, una toga y perones como calzado. Toga Alba o Virilis. El senador solía calzar los calcei y llevaba puesta la toga con dos franjas púrpura, latus clavus. También llevaban, a veces, un anillo de hierro en el dedo anular de la mano derecha. Por último, el magistrado en el ejército solía portar una toga con franjas púrpura de anchura variable según si ejercía de senador o caballero. Toga Praetexta (franja ancha púrpura). TIPOS DE TOGAS

Toga Picta o Toga Triumphalis: usada por generales o emperadores. Toda púrpura y bordada en oro. Usada por los reyes en la monarquía. Toga Pulla: toga para los duelos y el luto. Color marrón, negro o gris. Toga Pura o Toga Virilis: toga común para hombres adultos. Color blanco o crudo. Toga Praetexta: usada por magistrados y puestos públicos. Toga Angusticlavia. Toga Cándida: usada por políticos. Color blanco.

TRAJE FEMENINO Las mujeres solían usar la toga y encima la llamada “Stola”, que consistía en un traje con o sin magas, ceñido a la cintura por uhn cinturón. Además llevaban una “Palla”, manto rectangular sobrepuesto y sugeto con fíbulas sobre los hombros. A veces, la usaban también para cubrir la cabeza. En cuanto a los peinados hay que destacar que eran de gran importancia. Elaboraban peinados con rizos perfectamente definidos y ordenados cuidadosamente.

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TRAJE RITUAL Matrimonio: La víspera de la celebración, la novia se acostaba con una redecilla y una túnica recta, blanca y sencilla, sin ablusamientos. La tradición exigía que tanto la redecilla como la túnica hubieran sido tejidas por la propia novia. A la cintura, un simple cíngulo de vellón (como en nuestros antiguos trajes de comunión) atado con el nudo de Hércules promovía mágicamente la fertilidad. El color blanco estaba asociado en Roma a la pureza, la castidad y los dioses favorables, y simbolizaba tambien la inmadurez sexual. Ya entonces la prenda nupcial más característica de la desposada era el velo; pero mientras las cristianas se ocultaban con un velo blanco, las novias paganas se celaban tras un velo amarillo anaranjado (flammeum). Luto: En Grecia como en Roma lo decoroso en los trances luctuosos era vestir la túnica de algún color oscuro y sin cinturón. Los cabellos cortos significaban luto en la mujer. También existía una variedad de toga para los funerales, la pulla o sordidata, de color oscuro y que en algún momento de la historia caracterizó también a los reos.

INDUMENTARIA MILITAR Los elementos protectores de los militares romanos eran los siguientes: cascos para la cabeza, corazas o lorigas para el tórax, haldetas o lambrequines de cuero para las caderas, grebas para las pantorrillas y sandalias para los pies. Dentro de los tipos de corazas, los mas importantes eran: 1. Coraza metálica antropomorfa. 2. Coraza de segmentos. La capa clámide griega se bautiza al latín como paludamento. (Imagen de la derecha)

Coraza antropomorfa.

Coraza de segmentos.

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LA EDAD MEDIA La Edad Media comprende casi mil años, desde 476, año que señala la disolución del Imperio Romano de Occidente, con capital en Roma, hasta 1453, año de la disolución del Imperio Romano de Oriente, con capital en Constantinopla. La Edad Media que solemos estudiar los occidentales se divide en tres tiempos (alta, media y baja) y tres culturas monoteístas (Cristiandad Occidental: Europa Occidental y Central, Cristiandad Oriental: Bizancio; y el Islam).

Interior de Santa Sofía de Constantinopla.

BIZANCIO

El Medievo antiguo fue el tiempo grande del Imperio Romano de Oriente, más conocido como Bizancio, que rotaba en tormo a la ciudad fundada por el emperador Constantino, Constantinopla, e icónicamente asimilado por el maravilloso monumento de Santa Sofía. Este segundo imperio romano, con capital en el centro de la antigua Grecia (la cual, como Bizancio, también comprendía tierras helénicas y anatolias) nos ha dejado vestigios de una cultura cortesana sumamente ostentosa: joyas, púrpura, bordados, mosaicos dorados y aplicaciones de piedras preciosas, frecuentemente usadas para envolver reliquias. En cuanto a la decoración, cabe destacar la influencia sasánida. Se lucían ornamentos redondos como ruedas “Pallia Rotata” con una gran calidad compositiva y simétrica, y con una importante presencia de significados simbólicos. Para estudiar la indumentaria destacan los retratos colectivos del emperador Justiniano y la emperatriz Teodora inscritos en mosaico sobre las paredes del templo circular de San Vital en Rávena (Italia). Las prendas de vestir ya las conocemos, pues son las mismas que se vestían en los siglos finales de la gran Roma, una mezcla de indumentos drapeados (palios, clámides) y prendas de raigambre bárbara (pantalones, túnicas de manga larga, casullas). Con respecto a los tejidos podemos observar sedas estampadas y policromadas, lana y lino. Los colores eran intensos: rojos, amarillos, azules, verdes y púrpura (sientdo este último el color imperial).

Mosaico de Justiniano, San Vital de Rávena (Italia).

Mosaico de Teodora, San Vital de Rávena (Italia).

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VESTIMENTAS Traje ordinario: De tradición romana. Consistía en una túnica de manga larga y estrecha, aunque a veces se acortaba para facilitar el trabajo. Debajo llevaban una especie de pantalón, que alargaban o acortaban según el clima. Encima de la túnica solían llevar un manto o pallium abrochado en el hombro derecho. “Kaftan”. Las mujeres no llevaban pantalones, sino que portaban un kaftan largo hasta los pies y con mangas largas llamado “Kandy”. Traje cortesano: El traje cortesano acapara nuestra atención por su riqueza: bordados, gemas, orlas, tejidos de oro, pesadas coronas. La influencia persa es aquí indiscutible, e incluso se repiten los mismo motivos iconográficos que se trasladarán también al traje rico de los Omeya islámicos, al traje otomano y a la indumentaria búlgara y rusa. Los primeros emperadores bizantinos –nos referimos a los mosaicos de Justiniano y Teodora en Rávena– vestían ricas túnicas de manga larga (paragaudion) y clámides con un rectángulo decorativo denominado tablion. Además llevaban un manto rectangular llamado “Paludamentum” abrochado al hombro (tela, Tablion). La clámide púrpura estaba reservada al emperador; los dignatarios la visten blanca. También usaban la llamada “Tablea”, que consistía en una especie de echarpe de seda bordada o estampada a modo de banda delante del pecho (prenda prestigiosa para hacere notar). Se solían añadir retales de seda cosidos a las túnicas, adornados con piedras preciosas y abalorios. Los bordados solían tener un gran simbolismo por sus representaciones figurativas. La corona inicial, una diadema cuajada de gemas (stephanos) se amplía desde el siglo V y puede recibir series de cadenitas (stemma). La emperatriz Teodora luce además un torque o gorguera de gran lujo, piezas que recuerdan a los amplios collares egipcios (maniakis). Diferencias: pierden las siluetas debido a la tendencia de camuflaje del cuerpo por el cristianismo. Mangas largas, inexistencia de escotes. Tejidos recios y rígidos. Se desarrolla una nueva silueta: plana, rígida y estética.

alta edad media en la europa occidental (s. v-1348) Observamos tres periodos: - Periodo Prerrómanico (s. V-X d.C.) - Románico (Alta Edad Media plena s. IX-XII) - Gótico (s. XIII y primera mitad del s. XIV)

Los Reyes Magos en San Apolinar Nuevo. Rávena (Italia), San Vital, siglo VI.

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ÉPOCA CAROLINGIA Carlo Magno como nuevo emperador. Es la primera etapa para poder estudiar el traje gracias a las obras artísticas francesas (corte carolingia). Observamos miniaturas, pinturas murales y esculturas donde aparecen personajes de clase alta, aunque también aparece gente del pueblo, debido a la “moda” de representar los trabajos de los distintos meses del año. No existe gran distinción entre el traje masculino y femenino, ya que ambos tenían como prenda base una túnica interna llamada “Camisia”. En esta época se enterraba a los difuntos vestidos, siguiendo la moda internacional heredada del Imperio Romano y usaban prendas comunes como la camisia anteriormente descrita, la dalmática (túnica exterior con manga, abierta o no, y puede llevar ornamentación), “Colore” (túnica sin mangas, propia de los campesinos), y mantos rectangulares (pallium) o circulares (casula). Hay que señalar que es difícil encajar los nombres exastos ya que depende de cada historiador, del uso y evolución de la lengua.

Ilustraciones del Emperador Carlo Magno.

TRAJE FEMENINO En esta etapa se recoge bastante información y documentación sobre el traje gracias a las miniaturas de los libros, Inglaterra. El traje femenino estaba formado principalmente por dos prendas base: la estola y la palla. Estola: vestido largo que se ensancha en la cintura y se ciñe con un cinturón de cuero. Solía estar adornado con tiras de seda bizantina. Palla: echarpe cruzado y abrochado al hombro con una fíbula. En conjunto vestían una camisia interior, encima una túnica larga que se colocaba por la cabeza y, encima, la túnica con cinturón. La penúltima se dejaba ver un poco y solía tener flecos. El cabello se ocultaba cubriéndolo con un velo tapando la cabeza y parte del cuerpo. La moda femenina evoluciona; se va ajustando cada vez más el cuerpo hasta las caderas y el bajo de la falda en pliegues hasta los pies, incluso a veces llevaban cola (del traje interior). Por encima llevaban una túnica de gran longitud y anchura en las mangas; aparición en los s. XIV-XV.

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MODA MASCULINA En 1085 se produce la conquista normanda de Inglaterra. Los Normandos imponen modas gracias al mal llamado “tapiz” de Bayeux (bordado). Las famosas cruzadas también afectaron a la moda. Los tejidos se enrriquecieron y se utilizaban ornamentos de lujo, obtenidos de los botines de guerra. El rey aparece con túnica larga y los mensajeros con túnicas cortas. Las calzas cobraron gran importancia, se dejaban ver por debajo de la túnica. PRENDAS

Tapiz de Bayeux.

Bliaud Vestido elegante unisex de la Alta Edad Media. Este tipo de traje fue popular durante la juventud de Leonor de Aquitania* (1150-1160) por su estilo y comodidad. Es suelto, vaporoso y amplio (ángulo de ala) con las mangas plegadas a lo largo de su longitud. Chainse Túnica de lino de mangas anchas usada como prenda interior. Se trata de un traje útil, no ornamental, una especie de camisia. Jipón Prenda interior corta y ajustada, abrochada a un lado. Está pinzado y acolchado. Es una prenda unisex. Braga o Calzones Procedente de la palabra Braie. Son pantalones, de lino o algodón, hasta los tobillos o rodillas, sujetos por medio de una cuerda cogida a la cadera. Los nobles lo llevaban ajustado a las piernas, mientras que los de la clase llana eran sueltos y holgados. A veces llevaban cintas para ajustarlos más al cuerpo. Calzas Especie de pantalones hasta la rodilla, de lana o lino y con el borde final adornado. Con el tiempo se suben hasta el muslo o, incluso, bajarán hasta los tobillos. Solían ser de colores vistosos, lisos o intercalados y realizados con gran calidad.

S. XII : Con las cruzadas, las túnicas son más ajustadas. Se conocen el algodón y el hilo, por lo que se perfecciona la confección y la manufactura de la lana. Gracias a estas cruzadas se aumentará el lujo, quedando el traje como símbolo social. Se establece la piel de armiño, la “cibellina”, como símbolo de realeza y nobleza. Audiencia del Rey, escena cortesana. Miniatura de la primera biblia de Carlos el Calvo, 846.

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*LEONOR DE AQUITANIA, ICONO MEDIEVAL Leonor de Aquitania (1124-1204), esposa de Luis VII de Francia. Es una de las figuras más destacadas de la Edad Media por su enorme influencia en la vida cultural de su tiempo. Con un claro sentido de la elegancia, introdujo modas, tejidos y costumbres del mundo sur más refinado. Bajo su influencia, la moda femenina se hizo mucho más sofisticada. Dondequiera que fue, Leonor desafió la tradición y promovió el estilo y la sofisticación, la lírica y los ideales del amor cortés que harían famosa la época medieval.

Tumba, estatua yacente en la abadía francesa de Fontevrault.

baja edad media El antiguo traje largo y flotante queda reservado para una determinada clase profesional: los sacerdotes, jueces, universitarios, etc. La gente normal pasa a llevar un traje más ceñido, ajustado al cuerpo y abotonado o abrochado. El hombre solía llevar traje corto y la mujer una prenda larga y ajustada pero con una línea distinta a los anteriores. Se concibe el concepto de moda actual en cuanto a la diferenciación. Aflora el gusto por transformar los trajes, interés de variar por capricho más que por necesidad; hecho que supone un cambio en la mentallidad. No son prendas nuevas, sino que son prendas transformadas con variación de nombres, etc. El traje adopta un tinte nacionalista (sello peculiar) anulando así el mundo feudal. Los reyes se afianzan en sus territorios. En Francia y Flandes destaca el peso a la hora de determinar la moda, sobre todo la masculina. En cuanto a España, es más independiente con respecto al traje femenino, por la influencia del islam.

> Cuando los hombres visten jaquetas o sayuelos, el ajuste es a la cadera. De izquierda a derecha, las mujeres lucen tocado de cuernos y hopalanda; corona, capa, sobrecota (pellote) y saya; tocado de cuernos y tabardo.

Frescos del Castillo de la Manta (Italia).

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MODA MASCULINA Jubón Adopta la forma de “chaleco” o chaqueta interna. Es corto, ceñido y abotonado por delante. Calzas Salen más al exterior, la bragueta pasa a ser visible. Sobre el jubón se usa la llamada “Cotardia” (versión de la cota), que se abotona por delante y las mangas se estrechan. Hopalanda Prenda que puede considerarse opuesta a la cotardia. Esta tiene mangas acampanadas, que al principio solían ser largas, pero más tarde se van acortando. La hopalanda también podía ser una prenda femenina. Se trataba de un abrigo largo, una prenda noble. Era una especie de vestido ancho y largo, ajustado sobre los hombros y suelto, con opción a cinturón y mangas ensanchadas a partir del codo. Tobardo Abrigo de paño de algodón de color marrón (finales del s. XIII y XIV). De anchas mangas colgantes que permiten sacar el brazo a través de ellas, dejando ver la manga de la prenda interior. Tiene una abertura central y cuello abotonado. En la segunda mitad del s. XV se sustituye la cotardia por la famosa “Jacket”, se trataba de una especie de chaqueta con hombreras, de mangas anchas y corta. Perteneciente a la clase media o pequeños burgueses. En cuanto al calzado, solían ser de cuero y se considera una prenda de señal de identidad. Era de punta larga en Europa Oriental y zapato a la polonesa o a la cracoviana en Europa Occidental. Complementos: El más famoso es el Capirote, formado por una tela enrollada que pende por un lado.

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Detalle del matrimonio Arnolfini. Ejemplo de hopalanda femenina.


MODA FEMENINA En esta época las mujeres vestían de una forma menos llamativa que los hombres, en cuanto a la forma (verticalidad). Llevaban túnicas ajustadas hasta la cintura con un cinturón, ensanchándose de forma acampanada hasta los pies formando pliegues. Estas túnicas se acompañaban de otra prenda llamada “Brial”. Se trata de una especie de segunda túnica, más corta y con mangas largas llamada Brial o Pendente. Surcot(e) o Sobreveste Especie de cota o chaleco ceñido, de mangas largas y ajustado. Podía ser un traje amplio, largo y abierto por los lados, desde los hombros hasta las caderas. Su falda era amplia y plegada (cota o saya). Por las aberturas se podía apreciar el cinturón que ajustaba la cota pechera almidonada y cuerpo ajustado (encorsetado). También podemos hablar del “Tassel”, pieza de tela que asomaba por el escote. La burguesía rica se encontró en el mismo nivel de la nobleza. El traje se transforma en un medio de expresión de ascenso económico para los comerciantes y preeminencia para los nobles. El velo va perdiendo importancia, dejando paso a los famosos tocados. La mujer usa el traje como referente, con el fin de hacerse notar y destacar la forma y línea del cuerpo. Tocados según su estado civil: - casadas: oculaban la nuca y el cuello. - solteras: al descubierto. - viudas: tocado con un cuerno; si volvía a casarse, su tocado pasaba a tener dos cuernos (templers, de pelo o tocado. Tocados mariposa). - niñas: nuca al descubierto.

Los textiles juegan un rol de gran importancia. Se produce la diferenciación social determinada por la cantidad y calidad del tejido. Damasco, terciopelo y raso, además de telas brocadas y bordados, para la nobleza y paño para los burgueses.

Matrimonio Arnolfini, Van Eyck.

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EL TRAJE EN EL SIGLO XVI Ya en este siglo, encontramos literatura donde se nos muestra los distintos trajes mediante ilustraciones. Pintores como Holbein, Antonio Moro y Velázquez nos ilustran con sus obras.

Grabados, libro de los Oficios, Jost Amman.

En esta época, el sistema feudal es reemplazado por la economía monetaria y las mercancías de consumo, comenzaron a estar disponibles en un mercado abierto. Los mercaderes alemanes y franceses serán los responsables de llevar el mercado extranjero hasta Lisboa y Sevilla para fomentar el intercambio entre países. Los productos más característicos serán el algodón y la seda (procedente de Persia, Siria e Irak, y con estampados y pintados de la India).

Prima un ambiente político, social y estético del pleno Renacimiento, cuyo centro cultural se encuentra en Roma (Papado), dejando ver así el rastro de sus influentes valores grecolatinos. Europa recupera la paz, y se establece un mayor ambiente de seguridad tras la guerra de los 100 años; por último, se configuran los estados modernos a través de monarquías centralizadas. En 1519, Carlos I de España (príncipe de la casa de Hamburgo) es elegido como emperador, pasando a ser Carlos V. Su imperio cuenta con los reinos de Nápoles, Aragón, Castilla, posesiones americanas, Borgoña, Países Bajos, Italia del norte, menos Venecia, la mayoría de estados alemanes, la Confederación Helvética y la Provenza. En 1558 fallece, y el imperio desaparece. Este, se reparte entre su hermano Fernando (quedándose con los dominios alemanes) y su hijo Felipe II, que gracias a la unidad política y religiosa se consolida, quedándose con España, Países Bajos, Nápoles, Sicilia, y las Indias. En 1561, se establece la capital permanente del reino en Madrid. Las estructuras sociales se endurecen, jerarquizándose aún más. La nobleza española se preocupa mucho por la protección de su estatus y patrimonio. Ante el Imperio de Carlos V, Francia desarrolla un papel esencial. La monarquía francesa reafirma su poder y se centraliza a través de un aparato financiero. Atrae una clientela muy fiel a la corte y se acentúa entregando cargos honoríficos. En 1598, se llega a una configuración de la paz tras las guerras religiosas, mediante el Edicto de Nantes. Gracias a ello, se vuelve a una economía dinámica. A principios del s. XVI, Inglaterra se establece como potencia secundaria, sin embargo se va consolidando en el ámbito internacional. Al mismo tiempo, serán mercaderes alemanes, franceses y flamencos los que lleven hasta Lisboa y Sevilla productos internacionales, para fomentar el intercambio entre países. Estos productos eran, principalmente, algodón y seda (procedente de Persia, Irak y Siria); además estampaban y pintaba telas, y traían tejidos exóticos pintados procedentes de la India. En esta época destacan dos núcleos comerciales europeos: Lyon y Amberes. Ante esta situación, Italia reacciona; los burgueses venecianos, milaneses, florentinos y genoveses dotan de una organización fuerte a su sistema bancario y a sus industrias dedicadas al lujo, con tejidos como la seda o innovaciones como el encaje. En cuanto a la industria textil de este siglo, se convierte en una de las más importantes, tanto en volumen como en variedad de producto. Sobretodo, se centra en cuatro materias: lana, lino, seda y algodón, siendo esta última utilizada para mezclas. Destaca también la fabricación de paños ligeros y finos de Amiens, Flandes y sur de Alemania, y paños de mayor calidad de Inglaterra. Esta industria fue muy determinante en cuanto al cambio social. Se lleva a cabo una mayor difusión de las prendas interiores, normalmente fabricadas en lino. La seda, cuyos centros principales de fabricación se sitúan en Toledo, Sevilla, Tours y Lyon, se convierte también una fuente económica importante. Además, los tintes, cobran un gran protagonismo. Fabricados con azafrán de Levante o palo de brasil (rojos y morados), con cochinillas o gusanos del tinte (escarlata) y con moluscos (púrpura); siendo los dos últimos los más caros.

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En esta época se produjo una importante evolución en cuanto al vestuario, incluso llegó a conversirse en un preciado pasatiempo para la clase alta y los acomodados. Se producen numerosos cambios como, por ejemplo, una evolución en el jubón tradicional, pasando a ser abierto y abotonado en su parte delantera. También destaca una actitud gallarda con la llamada Gola o Gorguera, pieza de cuello formada por volantes de encaje almidonado. Además, cabe destacar, la nueva técnica del “Acuchillamiento” de mangas y pantalones; estas aberturas de pliegues se hicieron muy características de la moda española del momento; estos cortes verticales u horizontales, los realizaba el sastre, usando tejidos de gran valor (como símbolo de poder). Se buscaba un orgullo, vuelta al cuerpo bello. El traje magnifica la forma del cuerpo, con ayuda de tejidos pesados, joyas lujosas, encajes etéreos y bordados.

Retrato de Holbein, 1526.

Don Juan de Austria, 1580.

La indumentaria básica era una camisa interior de lino blanco, manga larga, sobre ella un vestido de cintura alta de color contrastante. A fines del siglo el escote se hizo en forma de V hasta la línea de la cintura, se añadió una pieza de tejido rígido para tapar el pecho a modo de triangulo invertido llamado tassel. Las mangas se abrían a la altura de los hombros y de los codos, en la parte posterior, para dejar asomar por las aberturas las mangas de la prenda inferior. La pieza principal del guardarropa femenino será la cota, o vestido interior. En este siglo se vuelve a lo clásico, con una creciente búsqueda y desarrollo de la personalidad creadora. Aflora un interés por investigar los orígenes de la manifestaciones artísticas y sus técnicas. Los cambios más significativos en cuanto al traje son: de carácter geográfico, aparecen modas diferenciadas como la francesa, la española, la flamenca, etc. Y también nos encontramos con cambios de crácter formal: una gran fantasía y riqueza creativa en el traje masculino, en contraposición de la sencillez del traje femenino. MODA MASCULINA Destaca la presencia del acuchillamiento, que consiste, como ya hemos explicado anteriormente, en una serie de rasgaduras en el exterior del traje para ver los forros (a veces cobrán más importancia los forros que la misma prenda exterior), que suelen estar elaborados con telas llamativas para que resalten. ¿Su origen? Un hecho histórico: los suizos vencieron a los borgoñones en una batalla. Les quitaron las telas ricas y se remendaron sus trajes de seda hechas tiras.

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PRENDAS TOBARDO Prenda de abrigo masculina; se colocaba encima del jubón. Generalmente son cerrados y se introducía por la cabeza. Cuenta con mangas cortas y redondeadas (a la borgoñona) o acampanadas (a la italiana). El modelo de Borgoña es más sobrio, sencillo y corto, con sólo el blason como adorno y cuello de tirilla a la caja (cuello mao). Es el modelo más antiguo. En cuanto al modelo italiano, es más rico en tejido y abigarrado dibujo; es más largo y marca cintura. El cuello es de pico o redondeado. Este último suele recordar a la Balmática de la Iglesia.

Tobardo de Borgoña.

CAMISA Prenda blanca interna. Se convierte enseguida en una de las prendas más importantes. El cuello, que se hace fruncido, cada vez adquiere un mayor desarrollo y personalidad propia, añadiendo encajes. Este elemento, más tarde, se convierte en la llamada “Golilla”.

Ejemplo de Golilla.

JUBÓN Prenda que cubre el cuerpo sobre la camisa. Puede ser corto hasta la cintura o largo hasta la rodilla. Cuando es corto, va unido a los calzones mediante unas piezas metálicas. En la parte baja central tenía una abertura en V invertida que permite ver la bragueta. Suele ser algo rígido y cuenta con forros internos, además de mangas largas y anchas con acuchillamiento e incluso dobles; telas de seda bordada, terciopelo, etc. En la parte superior, el cuello solía estar cerrado o escotado en forma de V. JACKETA Se coloca por encima del jubón y tiene diferentes nombres: ropa, ropón o ropilla, sayo o jacketa. Es una prenda cerrada con botonadura, cintas o cordoncillos entrelazados. Las mangas son grandes y acuchilladas, son más amplias que las del jubón, o también podemos encontrarla sin mangas, dejando ver las mangas del jubón.

Ejemplo de jubón.

CALZAS Las podemos encontrar de diversas modalidades; o bien anchas y voluminosas llegando a medio muslo, o bien menos anchas, llegando por encima de la rodilla (muslera). Es frecuente que sean acuchilladas, por su vistosidad y policromía. Debajo de las calzas solían llevar medias cubriendo las piernas y los pies. Pueden ser lisas o de varios colores, a veces incluso una pierna de cada color. CAPA Pieza de cobertura de diferente larfo y de tela rica. Cuenta con un forro interno para un mejor acabado de la prenda. Dependiendo de la vestimenta masculina y el estatus, solían llevar capas de diferente largo y de distintos tipos de tela.

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Francisco I


MODA FEMENINA Se produce una evolución marcada. En el traje femenino hubo una mayor diferenciación nacional, de manera que el traje femenino veneciano se diferenciaba mucho más que un traje español o inglés. El diseño del traje femenino está creado para seducir al hombre, mediante grandes escotes prominentes. Sin embargo, gracias a la diferenciación nacional anteriormente mencionada podemos observar como los trajes españoles eran mucho mas recatados, reduciendo de manera importante el tamaño de los escotes. PRENDAS CUERPO Parte superior del traje. Es ceñido, con un delantero formado por una pieza de estómago endurecida con cartón o incluso madera, por lo que se mantiene rígida estrechando la cintura con armazones. El cuerpo generalmente termina en quilla, es decir, una V acentuada. También cuenta con una pechera dorada adornada con joyas, oro, piedras preciosas, bordados, etc. FALDA Parte inferior del traje. Cobra un gran protagonismo cuando desaparecen las colas. Se trata de faldas amplias que adoptan desde formas acampanadas hasta cilíndricas o en forma de cono (dependiendo del país). Estas formas se consiguen medianteel uso de verdugos; unos aros de alambre rígidos forrados que se cosían horizontalmente debajo del verdugo o juguillo. (Falda interior o enagua). SAYA Prenda colocada sobre la ropa interior; cuerpo ajustado y rígido, con una falda abierta dejando libre el triángulo delantero de la cintura hasta los pies, dejando ver así la riqueza del tejido de la falda interior. ESCOTE Puede ser cuadrado, redondo o tipo barco. Con el paso del tiempo la importancia del escote se fue anulando, dando más importancia y protagonismo a camisas y cuellos (Golillas o Gorgueras muy trabajadas). En Inglaterra el escote tendría diferentes estilos, mientras que es España se usaba el escote de una manera más reservada. GORGUERA La gorguera adquirió suma importancia, ya que tomó una forma especial y típica de cuello rizado o escarolado, pasando a denominarse cuello o lechuguilla y su uso se extendió a los caballeros. Generalmente, este cuello se combinaba con los puños siendo ambos de color blanco. Para confeccionarlas, comenzaron a emplearse blondas pasando de este modo a considerarse caras prendas de lujo. Se buscaban con preferencia los encajes italianos de Milán y Génova para confeccionar gorgueras y el escarolado era más vistoso que los repicoteados de las blondas. EL TRAJE EN FRANCIA EN EL SIGLO VXI En el primer cuarto de siglo, el traje francés continúa con las mismas características precedentes, aunque más ornamentado y con influencias de la moda italiana; se produce una simbiosis entre Francia e Italia. Todavía, el traje masculino bajo el reinado de Luis XII, contaba con tres prendas esenciales: el jubón escotado, a través del cual se veía la camisia interna, y elaborado con dos telas: una vistosa y rica para la parte delantera y mangas, y otra basta para la parte trasera. Las mangas solían ser desde los hombros hasta encima del codo (como una especie de manguitos); por otro lado nos encontramos con las calzas, formando ya un verdadero pantalón con bragueta; y, por último, el manto, que podía ser de formas diversas.

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En cuanto al traje femenino, se conserva el mismo corte que a finales del siglo XV. Encima de la camisia, se llevaba unas calzas y una saya o corsé abrochado. A menudo llevaban todavía el llamado “Touret”, una especie de velo con detalles de orfebrería, terciopelo o seda, que se sujetaba por medio de un aro adornado con piedras, esmaltes, etc. Luego evoluciona a lo que es, posteriormente, el velo caído. Según Boucher, no hay que confundir el touret con el velo (también delantero) de los bailes de máscaras. Se usa la piel como forro, tanto en hombres como en mujeres, costumbre remontada al medievo.

LAS MODAS ESPAÑOLAS 1550-1575 El trono pasa de Francisco I a Enrique II. En este momento, se usaban mucho los colores oscuros. Enrique II se aficiona a estos colores, negros con rayas finas doradas. En Francia, encontramos el jubón austado, de cuello subido; los faldones se alargan y las mangas son, cada vez, menos voluminosas. Se empieza a copiar la estrechez del traje español. La indumentaria masculina de toda Europa en este momento, tiene una influencia española y flamenca; trajes sobrios, austeros y recatados debidos a la condición religiosa. De esta forma, va disminuyendo la influencia italiana. Cabe destacar que en esta época se producen algunas variaciones en prendas como las calzas, a las cuales se le introduce un nuevo elemento: los bolsillos. Estos servían para guardar relojes, comúnmente fabricados en Nouremberg. También se producen variaciones en las capas, prenda tradicional española, que sustituyen a la llamada ropa o zamarro; o las medias que, unidas a las calzas, pasan a ser fabricadas de punto de seda. En cuanto a la estética, se introduce la moda de la barba masculina en punta.

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BIBLIOGRAFÍA Prehistoric Textiles, Princetown University Press, 1991. Fashion. The Ultimate Book of Costume and Fashion, Dorling Kindersley Ltd. 2012. Boucher, François, 20.000 Years of Fashion, New York: Abrams, 1995. Houston, Mary C., Ancient Egyptian, Assyrian and Persian Costume, 1920. Rieff Anawalt, Patricia, Historia del vestido, Madrid: Blume, 2008. Zettler, Richard y Hore, Lee, Treasures from the Royal Tombs of Ur, Filadelfia: University of Pennsylvania, 1998.

WEBGRAFÍA http://historiadeltraje.blogspot.com.es/search/label/00.C.%20Introducci%C3%B3n%20a%20 la%20INDUMENTARIA http://www.historiadeltraje.com.ar/egipto.html

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