EL JUEGO DE LA VIDA Una mañana de julio de 2007, Claudia Mejía, salió de su casa en compañía de su tío, a un lugar que jamás habría imaginado visitar, era un nuevo mundo, ilusionista, lleno de colores, texturas agradables, maquinas increíbles y mucho dinero de por medio. Nunca había considerado la posibilidad de tener algún tipo de adicción, sin embargo desde esta mañana de julio empezó su desgracia. Se marchó de su hogar a las 9:00 am, ingreso a aquel lugar “fantástico” a eso de las 9:45 am. Maravillada, observaba cada rincón, a cada una de las personas que se divertían jugando en aquellas máquinas de perdición. Las observaba con curiosidad, no las conocía, sabía que existían, mas sin embargo su interés nunca fue el suficiente como para asistir a este tipo de establecimientos. Contemplaba detalladamente el mecanismo de cada uno de los juegos, y al ver el entusiasmo de la gente al conseguir dinero, decidió probar su suerte en uno de ellos, mientras su querido tío apostaba en el black jack. Las horas iban pasando tan velozmente como una ráfaga de viento, por supuesto para ella. Llegaron las 11:00 am, luego las 12:00 pm, y aún seguía concentrada apostando su dinero en aquel aposento. Aquel día, su suerte consto tan solo de $2000. Iba insertando monedas de $100 en $100, y si ganaba, por ronda le daban gratis una más. De tal forma, gano $200.000 de la manera más sencilla e inesperada. Al fin llegó el momento de partida, feliz, agarrada del brazo de su tío, se fue a casa. Entusiasmada, por el triunfo del día anterior, resolvió regresar con el objetivo de ganar más de lo que había obtenido en su primer día, y efectivamente así fue, pero esta vez no jugo con $2000 ni $3000, aposto $20.000, de los cuales resultaron $300.000 de ganancia. En total, en 2 días obtuvo casi un salario mínimo mensual. Quien podría imaginarse ganar tanto dinero, tan solo por jugar y en tan poco tiempo?. Pues por la mente de Claudia, jamás se cruzó este pensamiento.
Pasados 8 días, tiempo en que disfruto su premio, volvió a aquel lugar con la esperanza de ganar nuevamente tanto así o más dinero del que había conseguido su primera y segunda vez. El destino dio un giro de 360°, esta vez la suerte no estuvo de su lado, y la cantidad de dinero que había obtenido se esfumo en un abrir y cerrar de ojos, desapareció!. Estos fueron sus inicios en los casinos, aquí empezó su adicción a los juegos de azar los cuales caracterizan estos lugares. Probó la ruleta, el black Jack, el craps, el póker, y aun así su juego preferido fueron las máquinas tragamonedas. Cada día asistía, con la ilusión de recuperar la plata que había perdido. Fue así como transcurrió su vida durante 6 años. Durante este tiempo, fueron muchas las pérdidas que el vicio del juego o el bazuco electrónico como ella le llama, dejo en su vida, poco a poco y sin darse cuenta de ello. Su lista de perdidas inicio a la siguiente semana del comienzo en el lugar de la perdición. Perdió 2 carros en menos de un mes, luego $15.000.0000 que había logrado ahorrar con tanto esfuerzo desde el mismo instante en que comenzó a laborar. Adquirió deudas muy altas con las tarjetas de crédito, por lo que fue reportada en data crédito. Gano problemas con su familia, ya que se iba desde las 9:00 am que abrían los casinos, hasta las 3:00 am, hora en que finalizaba el horario de atención Gracias a esto, recurrió a la mentira una y otra vez, cada día inventaba un pretexto diferente para justificar su ausencia, su falta de dinero, sus obligaciones económicas incumplidas. “llegue al punto de tener que pedir dinero prestado para responder por mis deudas, no tenia, todo lo había gastado en ese sitio, en las máquinas que tanto me han gustado siempre. Empeñe todas mis joyas, que se
perdieron por que nunca pude regresar a recuperarlas, esa paga que había recibido por ellas las gaste otra vez en el casino. La verdad yo considero que es un juego maldito. Tuve suerte de bobo, mordí el anzuelo y allí me quede, sin escapatoria, no puedo ver un casino, siento que me llama, siento aquella necesidad de frecuentar el lugar que en algún momento me permitió tener tanto dinero en mis manos y en menos de lo que imaginaba”. El desespero y la angustia se adueñan de su ser, se apropian, se arraigan a la vida cotidiana de esta apostadora, que se siente completamente identificada con los drogadictos, en los que encuentra los mismos comportamientos por las cosas que dicen “gustarles” y “hacerlos felices”, como en ella, que es en este caso el “maldito casino”. Tanta presión, la hace infeliz, la ha hecho pensar en acabar con su vida, al no encontrar una manera de salir de esta precaria situación. Las mentiras a causa del juego, ocasiono la colisión de su matrimonio. Se trasladó a Medellín después de un tiempo, muy emocionada esperando estar lejos de casinos, aquellas maquinas infernales que la habían hecho pasar los peores momentos de su vida. “Después de mi separación, me fui para Medellín, conseguí un trabajo, me sentía muy contenta porque pensaba que allí no me toparía de nuevo con un lugar de mala muerte como este, pero para mi sorpresa, me encontré con que mi nuevo empleo quedaba en todo el frente de un casino. Oh sorpresa que me lleve!, mas demalas no podía estar, y lastimosamente este sitio me llamo, mi fuerza de voluntad se doblego ante mis deseos de querer ganar dinero fácil, y allí caí de nuevo, en esa cadena que no se detiene”. Cada vez que el dinero llega a sus manos, imágenes del casino se instalan en su mente, y como de costumbre termina gastándose cada centavo en aquel lugar. “afortunadamente juego solo maquinitas, no me gustan los demás juegos y la verdad es que tampoco los entiendo, si jugara los demás como el blak Jack o la ruleta perdería mucho más de lo normal. “Me gustan las maquinas multijuegos, que salen por ejemplo 5 dragoncitos, y esos son las entradas, entonces cuando le da entradas es cuando uno más se
emociona, porque la adrenalina se sube. Las entradas son que salen 5 dragones, y empieza a dar juegos gratis, le da 20 juegos gratis, y si salen los 5 se gana $300.000 que es la 20x1, pero si la dobla o la triplica da mucho más”. Mantiene más desesperada, angustiada y más
estresada que nunca, piensa que esto no debería de existir, que se debería abolir ya que acaba con la vida normal de una persona, transforma sus pensamientos, sus acciones, y hasta sus valores morales y éticos. Su motivación siempre fue la cantidad de dinero que se llevaba a su casa, algunas veces ganaba más que otras, otras veces perdía 3 veces lo que había ganado con anterioridad, que martirio, día tras día, vivir la misma situación. “Yo perdía a veces $1.000.000, y al otro día me ganaba $2.000.000, sin embargo, ahora ultimo no me queda ni siquiera para el pasaje, he tenido que venirme desde el casino hasta mi casa caminando a altas horas de la noche, porque la plata no me alcanza ni para eso, es una situación muy triste, entonces yo me siento afligida y derrotada, pero con más ganas de regresar para recuperar lo que he perdido”.
Una de sus amigas adictas también a esta “droga electrónica”, encontró el camino de salida a esta situación, y expresa Claudia entonces, que con la experiencia de su amiga y con a la ayuda del “todopoderoso” podrá salir algún día de la pesadilla en que vive Hoy en día Claudia, con 34 años de edad, casada y madre de 2 hijos, expresa su arrepentimiento al haber permitido que el “pasatiempo millonario” de las maquinitas se apoderara de su vida, se convirtiera en su Dios, al igual que el dinero. Ahora no quedo nada bueno de esta experiencia, tan solo quedaron deudas y vacíos económicos que como ella misma lo dice, “esta es una adicción, una enfermedad, sé que necesito ayuda y fuerza de voluntad para superarlo.” Durante 4 meses Claudia no apareció por allí, según ella soportado demasiado. A pesar de esto, el casino aún continúa evocándola, tentándola, siempre con sus tácticas que en muchos, como en esta mujer funcionan; las rifas de carros, motos y electrodomésticos. Su “voluntad de acero” ha flaqueado, y nuevamente ha vuelto a sus andanzas de jugadora. Anda ganando y perdiendo, y afirma, “Por más dinero que me gane hoy jamás lograre compensar todo lo que derroche con el vicio del juego”.