SUPLEMENTO LITERARIO Barranquilla, Colombia / 17 de Febrero de 2013/ Diario La Libertad / Esper Impresores / 8 paginas / 11潞 Edici贸n
El Arte no es invisible,
la cultura es general
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SUPLEMENTO LITERARIO
LA LIBERTAD Barranquilla, Domingo 17 de Febrero de 2013
Los Ritos del agua
¿Y el carnaval del pobre? Por: Arturo López Viñas
federicosantodomingo@hotmail.com
El poeta Pedro se paseaba con su bicicleta sin haber recibido la alegría del rito del agua como en las películas de Buñuel.El resto de la población disfrutaba de un baño colectivo,el día de San Sebatián en Santo Tomás ,Atlántico .Pese a que ya se hablaba de la niña y un amenazante verano,a la gente eso le interesaba un carajo.Yo de mi parte había leído del columnista que se paseaba en su caballito de oro como decían los narradores del ciclismo cuando ponían en levitación a Colombia entera imaginándose a Cochise como un pegaso, un artículo en el diario La libertad de Barranquilla: la metamorfosis del sin duda el pueblo que mas ha cambiado su modo de vivir en el Departamento. Y los habitantes muy dados a las polémicas ideológicas así lo admiten.
Pero aquí, ese día la tradición había ganado , no solamente la gente se echaba agua de los tanques que tenían en sus puertas sino que un carro regaba con un chorro potente a los jóvenes y viejos que desfilaban por el bulevar. Había familias que regaban el palo de mango y se creaban unas tenues gotas que me hicieron recordar una broma ,que para los nobles rusos, se consideraba pesada, en el palacio de invierno de los zares, en Rusia donde se pisaba alrededor de un paraguas gigante y brotaba un rocío de agua que mojaba las pesadas prendas emperifolladas de los ricos de esa época.Todo era juego y camaradería .Estaba a punta de llorar y nadie lo hubiese notado por los fuertes efluvios de amistad de mis exalumnos del Colegio Oriental.Llegué a ce-
lebrar la edición de un primer cuento Desquitarmela, Jamás del escritor que haciendo uso de su prosapia se llama Joaquín Antonio de la HOZ Uribe Serpa Rua Truyol Mattos Acosta Fontalvo Maldonado Galván Navarro Luque...Este opúsculo no fue lanzado sino bautizado con los ritos del agua que tuvieron como fondo el pariente pobre de la paella como es el pastel .Exquisita la conversa con Chago ,atleta destacado, sociólogo, agricultor y con un corazón que llora de emoción cuando se ve rodeado de sus compaes. Ha sido pues como en las fábulas este bello cuento de carnaval que revela las angustias del hombre cuando no encuentra su costilla bautizado con los ritos del agua pagana de esta bella población del oriente del Atlántico.
En mis viajes a Barranquilla,siendo residente de USA,siempre me acompañaba una inquietud por aportar mi talento creativo que ya había intentado con la formación del “Comité de la Cultura” avalado por el alcalde Luis E.Consuegra quien con el decreto 077 emanado en su alcaldía certifico y expidió las cláusulas de mi iniciativa el día 31de Enero de 1968. Esta aventura de promover cultura,no hizo eco ni interés en los miembros de los formateados cultos,no obstante insistí en diseminar y promover nuestras expresiones vernáculas y esa fue la misión del “FESTIVAL DE ORQUESTAS”. Siendo el pueblo quien nos regala la tradición folclórica, si,porque ellos han sido los hacedores y portadores de las festividades carnestolendas,me incursione en llevarle esa expresión de música y alegría a las comunidades en desgracias: asilos y orfanatos....Carnaval del Pobre. Carnaval del Pobre,el de la calle, que se divierte con la esperanza que en cuatro días,sus problemas sean absorbidos por el injundio consumal de alcohol,la parafernalia del vicio barato junto con el intercambio erotico de desenfrenado sexo....el pobre...el pueblo frustrado,angustiado por su desgracia se presta a participar a los mandatos de quienes se han apoderado del sentimiento de un resentido y humilde pueblo; y el miércoles de ceniza pasada la parranda y todavía enmaizenado...medio borracho,despierda con un miserere cristiano que nos recuerda que “polvo eres y en polvo te convertiras”. Y todo ha cambiado,una nueva comunidad ignorando la cultura ciudadana y el apego a la tradición con sus tambores afrocaribes y la armonia pentatonica que efluye del canuto millero o la gaita macho y hembra de lo que en otrora amenizaba la jacaranda y el colorido del ritual carnestolendo,si, la nueva generación tiene sus preferencias sexuales con música repetitiva de estruendoso decibeles que los lleva al delirio esquizofrénico...que mal ejemplo para un pobre pueblo,el que apenas digiere un bocado de comida,migajas del cartel del robispicio.
Director: Roberto Esper Rebaje Director de Redaccion: Javier De la Hoz/ Luis Roncallo Directores Literarios: Ricardo Avila/ Federico Santodomingo Colaboradores: Amaury Díaz /Walter Pimienta/ Santander Rojas E-mail: riavica@yahoo.com; Jdeorosierra@Gmail.com
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Las costumbres de mi tierra… se han perdido Los meteoroides o meteoros son pedazos pequeños de polvo y piedra que se encuentran esparcidos por todo el sistema solar. Algunos de ellos terminan siendo “estrellas fugaces”, o meteoros, quemándose en un instante al descender apresuradamente por la atmósfera de la Tierra. La mayoría de los meteoros que vemos en el cielo nocturno vienen de los cometas, los cuales dejan senderos de polvo y residuos detrás de ellos al hacer sus órbitas alrededor del Sol. Los meteoroides también pueden ser pedacitos de roca o polvo que se han desprendido de los asteroides o fragmentos de material que fueron arrojados de los planetas y las lunas al ser golpeados por objetos más grandes.
Unos cuantos meteoroides grandes caen a la tierra; estos se llaman meteoritos. Cientos de toneladas de meteoritos llegan a la superficie de la Tierra cada año, pero la mayoría son pedacitos de roca. Son muchos más los meteoros que se queman en la atmósfera de la Tierra que los meteoritos
que llegan al suelo. La mayoría de los meteoritos contienen níquel y hierro. Son atraídos por un imán, y son muy pesados para su tamaño. Se formaron alrededor del mismo tiempo que se formó la Tierra, hace 4.5 billones de años. Ya que los meteoritos han sobrevivido sin transformaciones desde el comienzo del Sistema Solar, nos ayudan a entender las condiciones que existían en ese entonces. Los meteoritos grandes pueden dejar cráteres en la superficie de la Tierra, como los cráteres en la Luna, pero pocos son visibles ahora. El Cráter de Meteorito Barringer en Arizona es probablemente el cráter más famoso en la Tierra, aunque no es el más grande. En 1908 un objeto grande se vaporizó justo arriba del suelo en Siberia, arrasando el bosque por 25 millas (40 km) alrededor
y tumbando a la gente al suelo a 50 millas (80 km) de distancia. Pero objetos aún más grandes han golpeado a la Tierra en el pasado. Por ejemplo, evidencia del impacto por un meteoro inmenso en el Golfo de México puede explicar la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años. Algunos científicos creen que la explosión causada cuando este objeto golpeó la superficie cambió el clima del planeta entero, creando condiciones en las cuales los dinosaurios no podían sobrevivir. Las lluvias de meteoros ocurren cuando muchos meteoros aparecen en el cielo dentro de un período corto de tiempo. Son causados por residuos de polvo y pequeñas partículas dejadas por los cometas. Cuando la Tierra pasa por el sendero de polvo dejado por el cometa, muchos pe-
dazos de material entran a nuestra atmósfera y se queman. Las lluvias de meteoros generalmente ocurren al mismo tiempo cada año, cuando la Tierra llega a los lugares en su órbita donde hay gran concentración de residuos de cometas. Cuando un cometa ha regresado recientemente al interior del Sistema Solar y ha dejado un senderofresco de meteoros detrás de él, podemos ver una “tormenta” de meteoros, miles de estrellas fugaces que encienden el cielo por unos cuantos minutos. Diferencia entre meteorito y asteroide Un meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de un planeta debido a que no se desintegra por completo en la atmósfera. La luminosidad dejada al desintegrarse se denomina meteoro El término meteoro
proviene del griego meteoron, que significa “fenómeno en el cielo”. Se emplea para describir el destello luminoso que acompaña la caída de materia del sistema solar sobre la atmósfera terrestre. Dicho destello se produce por la incandescencia temporal que sufre el meteoroide a causa de la presión de choque (el aire atmosférico se comprime al chocar con el cuerpo y, al aumentar la presión, aumenta la temperatura, que se transfiere al meteoroide), no de la fricción. Esto ocurre generalmente a alturas entre 80 y 110 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. ¿que es un asteroide ? Asteroide. Un asteroide es un cuerpo rocoso, carbonáceo o metálico más pequeño que un planeta y mayor que un meteoroide, que orbita alrededor del Sol en una órbita interior a la de Neptuno. Vistos desde la Tierra, los asteroides tienen aspecto de estrellas, de ahí su nombre que les fue dado por John Herschel poco después de que los primeros fueran descubiertos. Hasta el 24 de marzo de 2006 a los asteroides también se los llamaba planetoides o planetas menores, pero esta definición ha caído en desuso.
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¡DESQUITARMELA, JAMAS! Por: Joaquin De la Hoz
Eran las 7 de la mañana de un día martes del mes de Febrero de finales de los años sesenta, a esa hora ya Dagoberto tenía su carga lista: yuca, millo, guandú y pasto cortado. Su desespero era tal, que deambulaba sin rumbo. Se detenía, miraba hacia la loma del guácimo, lugar de entrada, y luego seguía su marcha. La huella de sus abarcas tres puntá se divisaba por cantidades en los alrededores de la hornilla de dos puestos hecha con horcones de uvito y barro prieto. En el rostro de Dago como cariñosamente lo llamaban sus amigos se notaba el desespero, la impotencia, pero a la vez, su responsabilidad. Se levantó tan temprano que ya le parecía de tarde. La faena diaria la había cumplido, dar de comer a las gallinas, pavos, patos y cerdos. Tomaba bocanadas de aire para que le diera la paciencia que necesitaba en ese instante para no tener que vituperar a su hermano mayor con quien se había dedicado después de la muerte de su padre, al cuidado y producción de aquella pequeña parcela. Se bañó y afeitó, pero esta vez no lucía la acostumbrada pinta que utilizaba cuando le correspondía ir al pueblo. Le había ido tan bien en la venta de la cosecha, que en esta ocasión lucía pinta nueva. Guardaba sus ahorros en una mochila de fique de diversos colores horizontales y de fino calado que colgaba cruzada sobre su hombro derecho. Igual que él, su mula blanca pata rayada se encontraba bañada y ensillada, también había recibido de su dueño una dieta de millo y pasto melazado para que anduviera briosa. Los ruiseñores con sus sostenidos cantos alegraban la resplandeciente mañana, pero
repentinamente se escuchó un estruendo que rompió la armonía e hizo que todas las aves del patio lanzaran una especie de quejido como señal de alerta para el resto de animales, esto puso a Dago, a pesar de su experiencia y valentía, a experimentar una sensación de pánico. Sus bellos se le erizaron, una palidez se apodero de su rostro e inmediatamente a su memoria llegaron los tiempos de su infancia cuando era costumbre que entre vecinos y familiares se visitaran después de haber pasado la hora de la plaga, un poco más de las seis de la tarde, para intercambiar sucesos del día a día. Las visitas que generalmente comenzaban haciendo comentarios cotidianos, terminaban con los relatos de los más ancianos que contaban historias que en algún tiempo de sus vidas les había sucedido a ellos o algún fulano conocido. Eran historias estremecedoras, donde la habilidad del manejo de la palabra hipnotizaba al oyente. Los jóvenes con atención pasmosa enmudecían, los niños que en el inicio se emocionaban, en el transcurrir iban rodando sus puestos hasta quedar apilados en las piernas de sus madres. En los relatos la confrontación se daba entre seres humanos y mitológicos, como la puerca paría, el penitente del otro mundo, la llorona, la mano peluda o la hermosa mujer de larga cabellera que de noche salía y que a todos los hombres atraía, pero el que intentara tocarla inmediatamente moría o en su defecto pasaba largas semanas con fiebre tifoidea, o el del viajero que de madrugada sentía que en el anca del animal que montaba alguien, se le subía, pero por su bien, jamás podía intentar mirar hacia atrás porque de seguro era el diablo quien lo acompañaba, o el de las brujas que se convertían en animales o planta para espantar las señoras, lo que a la postre resultaba ser una amante de su esposo. Eran relatos escalofriantes donde al final los niños y jóvenes salían directo para sus catres los cuales amanecían empapados
porque sus durmientes invadidos por el pánico no descargaban sus vejigas antes de dormir. Dago desenvainó su machete y furiosamente comenzó a darle planazos a una mesa que se encontraba en el centro del rancho y con voz fuerte comenzó a desafiar con retahílas de frases soeces a un imaginario ser que lo quería asustar, luego respiró profundo se calmó y poco a poco recobró el equilibrio emocional que minutos antes había perdido. Pasó un corto tiempo cuando por fin, a lo lejos escuchó el ladrido de los perros que le estaban anunciando que alguien por allí se acercaba. Inmediatamente fijó su mirada hacia la loma del guácimo y pudo ver a un hombre montado en una yegua colorada, evidentemente no podía ser otro que Yeyo, su hermano mayor. -¡Hermanito, hermanito, perdóname mi hermanito!-. Gritaba Yeyo una y otra vez bajando la loma. -Te lo juro que quise llegar tal lo acordado, pero hay circunstancias en la vida que lo cambian todo. Dago apoyó su cuerpo en un horcón del rancho de paja enea y la mirada la fijó sobre su hermano. Yeyo se acercó y a escasos diez metros de su hermano, aún montado en su yegua le dijo: - ¿Tú te acuerdas de Matilda, la hija de la señora Octaviana, la que nos compra la yuca y el millo para hacer enyucado y chicha? Dago asintió con un leve movimiento vertical de cabeza. Ella es la misma culpable de mi irresponsabilidad. Resulta que el día domingo estando en el salón de baile me invitó esa mujer a bailar una pieza, y yo, ni corto ni perezoso le seguí el paso. Bailamos mapalé, cumbia, porro, ¡qué carajo! todo lo que sonara; de repente yo sentí que esa muchacha se me acercaba demasiado y ahí sí que me puse nervioso, las manos me temblaban, pero yo mismo me decía: no te acobardes Manolete, agarra el toro por los cacho, no huyas carajo; así que de poquito a poquito nos fuimos entendiendo. Bai-
lamos todita la noche, pero al final vino lo difícil para mí, me dijo que nos encontráramos el lunes a la misma hora en el salón de baile. Te juro que en ese instante borré de mi mente cualquier compromiso y sin pensarlo dos veces, le dije que sí. Ahí comenzó el problema que ahora tengo contigo, pero tú comprenderás mi hermanito, que yo a mis treinta y tres años no podría perder esa oportunidad. Yo sé que el acuerdo que hicimos entre los dos era que yo parrandeaba sábado y domingo y tú, lunes y martes de carnaval, pero en tu conciencia no querrás tener un hermano quedado ¿cierto? Yeyo se bajó de la yegua, se acercó a su hermano y con un fuerte abrazo sellaron el perdón. En el tiempo que Yeyo y Dago eran jóvenes, las fiestas no eran tan abundantes como ahora, así que el que perdía una, se lamentaba todo el año. Yeyo con suma rapidez ayudó a subir la carga al sillón de la mula, pero cuando Dago se disponía a montar, Yeyo le dijo: -Quiero que una vez más me sepas comprender, espérate un tantico mientras yo te doy algo. Sacó de una lata algo oxidada, que en algún viejo tiempo debió tener galletas, una especie de pequeño cofre elaborado con totumos contrapuestos, semi abiertos, unidos a su base y a su tapa con delgados hilos de fique, luego, de la misma lata, sacó unas herramientas un tanto raras, filosas y delgadas, que no eran otra cosa que viejos cuchillos desgastados y adaptados para los menesteres del rancho. Inmediatamente tomó el cofre con su mano derecha, y con la izquierda, una de sus exóticas herramientas, luego con mano de orfebre momposino comenzó a tallar finamente figuras geométricas, después dejó un espacio donde talló dos caretas de monocuco sobrepuestas con los nombres de Matilda y Yeyo. Sopló y limpió con la punta de su camisa, la cubrió con tusa,
la metió en una pequeña mochila y se la entregó a Dago, quien ya se encontraba montado en su animal. -Quiero que al llegar al pueblo le entregues esto a Matilda, dile que la llevo en mi pensamiento. ¡Ah! y si quieres tomarte esta semana, puedes hacerlo, yo hago todo el trabajo. Y ten cuidado al pasar por el arroyito, el viejo campano que estaba sobre el barranco recientemente cayo’ Dago inició su camino. La brisa era fuerte, los robles y los matarratones esparcían sus flores tapizando el camino real. En las ramas de los árboles corpulentos se podían divisar las iguanas con sus barrigas hinchadas tomando sol. El camino era desolador, sólo el cantar de toches, azulejos y cosquiós acompañaban a aquel solitario peregrino que pretendía ir al templo del dios momo y arlequín. Pasado un largo tiempo alcanzó a escuchar a lo lejos una música que a sus oídos llegaba y se iba al compás de la brisa. Era una señal inequívoca de que se estaba acercando al pueblo e inmediatamente apretó el arrear del animal. Su corazón se aceleró y con una vara de mariangola le dio suaves golpes al anca de su mula blanca. No pasaron quince minutos cuando ya se encontró a la entrada del pueblo y en la primera cuadra, de una de las casas sonaba un radio con alto volumen: ¿De qué me disfrazaré? ¿De qué me disfrazaré? De marimonda no lo sé, De mico prieto no lo sé, De perro bravo no lo sé, De tigre mono no lo sé, ¡Eso carajo! Se dijo Dago entre sí, de qué me disfrazaré hoy, ¡No joda! Pero antes de seguir madurando la idea se acordó que tenía una diligencia que hacer, entonces dirigió su mula a la casa de la señora Octaviana, madre de la hermosa morena que hizo
que sólo pudiera disfrutar de un único y último día de carnaval. No hubo necesidad de llegar hasta su casa porque en una esquina pudo divisar a Matilda con siete mujeres más que vestidas de negro lloraban inconsolablemente: ¡Ay Jose!, ¡Ay Jose!, te fuiste para el año entrante regresar, ¡Ay Jose!, te moriste para el otro año resucitar, ahora qué será de estas pobres viudas, decían llorando cada
SUPLEMENTO LITERARIO una. Todas lo hacían alrededor de un muñeco de trapo de aspecto descuidado y con un montículo en su pelvis, cubierto con un trapo rojo que solamente podría descubrir una de las viudas cuando alguien les preguntaba: -Ajá, y ¿de qué murió Jose? Las que en coro contestaban: - de garrotillo, por mujeriego y bebedor de ron. Dago se bajó del animal, le tocó el hombro a Matilda y le hizo llegar la mochila: - Esto te lo manda Yeyo y además me dijo que te lleva en su pensamiento. No hubo tiempo para preguntas. Montó de un salto al animal y se dirigió a la casa de su madre, luego con la vara de arrear tocó la puerta de campo, ella se asomó por una pequeña ventana de madera y divisó a su hijo, de inmediato se fue a abrir la puerta. -Hijo mío, Yo pensé que ya no vendrías para el carnaval - exclamó su madre. - Mamá un año sin parrandear el carnaval es un año de tristeza y más vale tarde que nunca -respondió Dago. Le dio un beso en la frente, se dirigió a la caballeriza, descargó el animal, le puso pasto y luego llevó el millo, la yuca y el guandú a la cocina. – Mamá, quiero que me hagas hoy un sancocho de guandú con carne salá. -Está bien hijo, yo te lo haré - contestó la madre. Luego entró al cuarto se miró al espejo, se acicaló y se reacomodó su mochila. Inmediatamente le preguntó a su madre si la mona Rita aún alquilaba disfraces a lo que ella contestó que sí. Entonces se despidió y se dirigió hacia allá, saludó a sus vecinos alcanzando a beberse cuatro tragos de ron que le brindaron antes de llegar. Ya en casa de la mona le manifestó el deseo de disfrazarse de un animal. Rita le respondió que el único disfraz que le quedaba para alquilar era el de mico. - Mona, es que ese disfraz es muy trabajado y hay que hacer muchas muecas -comentó Dago. - ¡Ajá!, ¿Es que Tú no puedes hacerlas?, Tú lo que tiene que hacer es concentrarte en el disfraz, lo demás es cuento; ya verás que si te decides lo vas a disfrutar. Ante las palabras de Rita, decidió entonces disfrazarse de
mico y dando saltos y haciendo movimientos raros salió de la casa de disfraces convertido en un primate, llegó a una tienda y compró una botella de ron caña, se levantó la careta y en cinco sorbos se la bebió, luego se acomodó nuevamente la careta y con más ímpetu, poco a poco fue tomando la personalidad del disfraz. Llegó a la calle ancha, la más concurrida de las fiestas de ese martes de carnaval y allí había disfraces de toros, tigres, burros, perros, murciélagos, charros, indios, monocucos, marimondas y un centenar de viudas llorando a Joselito; bandas papayeras, cumbiambas, porro negro, vendedores de raspao, guarapo, butifarras, fritangas y por supuesto, de ron y maicena. Los niños pequeños con cabuyas amarraban por las piernas a los adultos y para dejarlos libres pedían monedas para comprar raspao y carimañolas. Las niñas, agarradas de las manos de sus madres, disfrazadas de negritas puloy, colombinas, muñecas y gitanas, veían también el jolgorio. Los danzantes contorsionaban su cuerpo al repiqueteo del tambor, los congos ondeaban banderas pidiendo permiso. Era una alegría colectiva donde desde el más humilde hasta el más encopetado, era partícipe. El introvertido rompía las cadenas convirtiéndose en un individuo capaz de burlarse hasta de sus propias autoridades a través de comedias y sátiras, donde actores con sombreros y bastón en mano que hacían sonar contra el piso al entrar en escena, descargaban sus críticas con versos rimados y de gran altura poética. Era un mar tormentoso de alegría
desbordada. Al ver aquello, el mico se emocionó y sintió que era atrapado por el poder del carnaval, allí comenzó a saltar, a hacer muecas, morisquetas y rascaduras en todo su cuerpo, lo que le valió para que la concurrencia lo ovacionara. Algunos decían que era el disfraz más original que habían visto ese día, otros lo aplaudían y lo congratulaban con tragos de ron. Iba de acera a acera y algunos niños, disfrazados de “Blue demon”, Santo y Mil máscaras, se le acercaban por la parte trasera para agarrarle la cola, cosa que no le gustaba y al sentir el asedio, determinó acelerar el paso hasta que al final pudo divisar un salón de baile que estaba encerrado con hojas de palma y caña brava, adornado con miles de papelitos multicolores colgados en largas pitas que alegremente se movían por la brisa y produciendo un sonido parecido al ronroneo de una cometa al cabecear. Antes de preguntar cuánto tenía que pagar para entrar, fue invitado por el portero con un llamado que éste le hizo con sus manos. Una vez adentro, siguió con sus movimientos causando sensación a los allí presentes, recibiendo nuevamente aplausos y tragos. Los que no estaban disfrazados lucían sombreros con cintas pegadas a las copas y alas. La pista de baile estaba circundada por bancos de madera, donde estaban sentadas las potenciales bailadoras y una que otra madre celosa o desconfiada. Era previsible que dentro de los bailadores apareciera uno de los hijos de cualquiera de los hacendado del pueblo que con botella de ron en los bolsillos traseros de sus pantalones y sin la respectiva tapa bailara en solista haciendo pases cantinflescos para que el alcohol se desparramara, dando así demostración de su poder económico, ya que si al finalizar la pieza no quedaba una sola gota de alcohol en la botella, podría sin ningún apuro adquirir otra, vieja estrategia utilizada por los gentleman provincianos, que creían que después de eso se hacían atractivos e interesantes, haciéndose más expedito el camino para conquistar damas. Unas marimondas que bailaban en círculos tomadas de la cintura invitaron al mico a bailar en el centro de la ronda, a lo que él accedió, produciéndose
LA LIBERTAD Barranquilla, Domingo 17 de Febrero de 2013 una empatía entre los bailadores que con la buena interpretación, el mico supo aprovechar. Las vivaces marimondas con sutiles movimientos coquetos se le acercaban una por una y suavemente rozaban su piel al son de porros, puyas, guarachas y cumbias, lo que disparó la lívido de aquel primate engreído. Al darse cuenta que el objetivo se había logrado, se separaron intencionalmente del mico y con una varita de calabazo que portaban en la mano señalaban la parte media del mico, al mismo tiempo con sonidos guturales se mofaban. Esto trajo como consecuencia que el mico optara por cambiar su forma de bailar, tomando inmediatamente una postura de cumbiambero, posición que no encajaba porque lo que sonaba era una guaracha. Cuando ya la tarde comenzaba a caer, las marimondas le dijeron al mico que tenían que irse, pero que si él gustaba, se podían encontrar en el baile de la noche sin fallar. El mico, como todo un macho alfa, sacudió con fiereza sus pechos con las palmas de sus manos y acordó con gestos que sin falta allí estaría. La partida de las marimondas fue el detonante para expresar su cansancio, porque sentía que su cuerpo no le respondía; el baile y el trago habían hecho mella en él, entonces tomó la decisión de irse para su casa a descansar donde rápidamente se repondría. Lo que no sabía el mico, era que las marimondas bailadoras eran seis traviesas primas que estaban escapadas y que sus madres las hacían visitando la tumba de su abuelo que cuatro meses antes había muerto, por lo que daban por seguro que estaban bajo la ley del riguroso luto negro de la época; tampoco sabía que sus disfraces al igual que el de él eran alquilados y que sus contratos vencían a las cinco y treinta de la tarde, dándoles el tiempo suficiente para reposarse y poder llegar a sus casas sin ningún tipo de sospechas de que habían parrandeado el martes de car-
naval; menos aún sabía que los amores con las marimondas habían sido una exhalación igual que la historia de Petrona, cumbión que unos minutos antes había bailado. Serían las cinco y cuarenta de la tarde cuando el mico llegó a su casa, tocó a la puerta, su madre se asomó, pero no lo reconocía porque seguía aún haciendo movimientos y morisquetas, luego al mirarle hacia los pies, pudo descubrir que era su hijo. -Es Dagoberto, claro, quien más podía ser, si eres igual que tu padre, durante todo el día no pudiste acordarte de tu casa. Dago entró y caminó hacia el patio, su mamá le dijo que se quitara la careta y se sentara a la mesa, que ya le iba a calentar su sancocho de guandú para servírselo. -Mamá, este mico está cansado -le dijo, - ¡muy cansado! -Tú lo que estas es borracho -le reprochó la madre. -Mamá, tú sabes que el carnaval es parte de mi vida, por eso lo disfruto hasta más no poder. Además, hoy la suerte está de mi lado, todo me ha salido bien. Dagoberto, hombre de buen apetito, terminó su tercer plato de guandú, se fue a la alberca, agarró una totuma con agua fresca, se enjuagó la cara, se lavó la boca y se secó; luego se fue al cuarto, sacó perfume de un baúl, se lo echó en la cara, cuello y pecho y con la toalla húmeda limpió la careta. Se sentó en la cama y fijó su mirada en una vieja fotografía donde aparecía con su padre, comenzó a evocar el tiempo vivido con él hasta que fue entrando en un trance que lo hizo pasar del reino bullangero de los dioses momo y arlequín, al apacible y silencioso del dios morfeo.
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Horas después, de un sobresalto Dago se incorporó en la tiniebla, frotó su cara con sus manos, tomó su careta, se la colocó, calzó sus pies, caminó hacia la puerta de salida, y cuando se disponía a abrirla, fue alcanzado por su madre. -¿A dónde vas?- le preguntó. -Voy para el baile porque tengo una cita. -¡Tú estás loco hijo!, ¿no te das cuenta que son las dos y treinta de la madrugada?, ya el carnaval se acabó, hoy es cuaresma. - ¿Cómo va a ser eso mamá?, ¡no, no puede ser! Inmediatamente reculó, se quitó la careta deslizando lentamente su espalda por la pared hasta llegar al piso, tomó posición fetal cubriendo su cara con sus manos, comenzó a llorar cual niño que pierde su juguete favorito. Era un llanto lastimero, inconsolable, lleno del más profundo sentimiento. Mientras sollozaba reclamó: -¿Cómo pudiste hacerme esto mamá?, ¿por qué no me llamaste? - Hijo, yo vi que dormías profundamente y resolví quitarte las abarcas y acomodarte una almohada en tu cabeza para que siguieras descansando. -¡Mamá estoy muerto en vida! decía Dago llorando. Su madre se le acercó, se agachó y con su mano derecha sobó delicadamente su cabeza, luego la hizo recostar sobre su regazo y en tono conciliador le dijo: -Hijo, no te angusties, los carnavales van y vienen, así que ya tendrás la oportunidad de desquitártelas. Dago levantó la cabeza y exclamó: -¿Desquitármela?, ¡jamás! La de anoche era mi noche, presentía que en ese ramillete de flores iba a encontrar el amor de mi vida. ¡Mamá esto no es tan fácil, siento un vacío en mi alma!, Si ayer enterraron a Joselito, hoy probablemente me entierren a mí. No, no, ¡qué nadie sepa de mi desventura!
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Alegrias y tristezas en el carnaval Por: Santander Rojas
Los cuatro días del carnaval que se avecinaban tenia a la gente del barrio Ziape , desesperada buscando billete por todos los rincones, las fiestas de Diciembre, reyes magos, matriculas, lista de útiles y pintura de la casa fue el huracán del momento.
la ciudad para destapar dos posas sépticas. Allí el alcantarillado era el sueño de la humilde gente donde a cualquier hora flotaban olores a caga vieja retenida y berrenchin perjudicial para la salud del poblado. Demostenes no lo pensó dos veces, era sábado de
Para muchos el carnaval es alegria, goce y folclor.
Uno de los preocupados era Demostenes Rosillo un todedo de 53 años solterón y ñero de cepa; comprometido como todos los años dispuesto a sacarle el jugo a la fiesta del Dios Momo. Cual no sería la sorpresa y alegría cuando Samuel Pacheco compadre de su mama Rosario Cera, lo llamo por teléfono pidiéndole que partiera rumbo a la Playuela, población cercana al mar, a las afueras de
carnaval y se iba a ganar Doscientos cincuenta mil pesos en menos de tres horas. De inmediato fue a la tienda del cachaco Jairo Maza y le presto para los buses; partiendo al instante para la Playuela. Al consumo de tres botellas de ron de las pequeñas para disipar olores desagradables que salían de las posetas nunca le puso mala cara al trabajo con su pañuelo blanco convertido en bozal.
A las cinco y treinta de la tarde la labor fue terminada, se pego un buen baño con cuatro enjabonadas regresando a su casa donde se volvió a bañar rociándose el cuerpo con menticol cambiándose de ropa le entrego a Rosario sesenta mil pesos para que hiciera la comprita de los carnavales en la tienda del cachaco Jairo quien llego al barrio con una muda de ropa y hoy era dueño de taxis, busetas, casas y un carro privado para pasear con la cachaca Mayo Cardona. Demo, como le decían las llaves verbeneras salió como era lógico a buscar su barra ronera compuesta por : El lobo, Chavelo, Cantarino, Risita, Paco, La lisa, Caporo, Mayorca y Pijindi , se les presento con el tradicional disfraz de tigre que le regalo su abuelo Fermin Lara antes de morir , otro carnavalero de la barriada en su época. En Zapie en las casas tenían en los patios palos de coco frutas que regalaban para ligarlas con ron mezcla que arrojaba dos botellas de las grandes dando origen a tragueras baratas entre los roneros del barrio. Durante los cuatro días del carnaval no le vieron el forro por la casa a Demo , amanecía en las terrazas de los amigos quienes le prestaban el baño y ropa para que siguiera la parranda al compaz de porros y gaitas de: Lucho Bermúdez , Pacho Galán , Pedro Laza, Rufo Garrido, Corraleros , Climaco Sarmiento , Ramon Ropain , Peyo Torres y las sabrosas guarachas de Anibal Velázquez y de
las Sonoras del Caribe y Juancho Esquivel. Todo el jolgorio se centraba en el salón MEDANO de Cayuco Gonzales herencia que le dejo el papa Ismael, otro cachaco que también hizo plata en el barrio. Cuatro veces vieron a Demostenes Rosillo en las madrugadas donde Miguel Cerapio comiendo chuletas de cerdo con los bollitos limpios que hacia Francia Cabarcas o tomando caldo de pescado donde la cachaca Rosa Barrios. No paro un día con la misma pareja disfrazada de Mica que no se dejo ver la cara pero en el bailoteo se dejaba amasizar. El martes de carnaval a las siete de la noche antes de entrar al MEDANO vieron a Demo por una farmacia, allí compro y guardo lo que fue en la cartera. A las tres y media de la madrugada del martes de carnaval por fin la Mica cedió y se fueron para el arroyo cerca al aserradero de Manolo. Sobre la sucia arena comenzó la soñada maniobra que perseguía. Demo después de terminar cayo tendido boca arriba botando espuma por la boca como ternero. La Mica se puso su disfraz rápidamente y “ Canillas pa que te tengo” dejando al tigre tirado en el arroyo.Curiosos que lo encontraron detrás de una mata de Higuereta lo llevaron al Hospital de Barranquilla, a pesar de la atención del médico Honorio Quesada todo fue en vano la pastillita que se trago con una cerveza acabo con el conocido carnavalero de Zapie. Marcando el reloj del Ca-
mello Sandoval las ocho en punto de la mañana murió el mejor “Marañero” de la barriada siguiéndole los pasos a Joselito Carnaval, quedando la vieja Rosario al cuidado de unos sobrinos. Todos le tomaron el tinto a Demo y lo lloraron a lágrima suelta. A los cinco
las dos de la madrugada escuchando a duras penas el chillido del pequeño sietemesino en los brazos de Petrona Borrero la comadrona que partió a medio barrio con su calilla en la boca. Faltando cinco días para el otro carnaval las
El papel de la muerte para miles de personas es algo que no debe pertenecer al carnaval días la gente comentaba la partida del tigre para el Calancala , pero nunca supieron en que jaula metieron a la corpulenta senona y nalgona Mica. Rosario quería mucho a Demo, por lo trabajador y honesto que era maraña que hacia le apartaba su cuota al instante, además Challo era su madre de crianza hijo de su única hermana Carlota Vargas quien falleció tres minutos después del parto, a
frías brisas y el polvorín agripo a Challo muriendo a las 9 de la mañana. Hoy tía y sobrino hacen parte de la historia carnavalera de la barriada; Challo en sus épocas de mosedad también perteneció a grupos cumbiamberos y de letanías que organizaba Pitoche y Evert hijos de otros sectores que se radicaron en la zona y fueron figuran centrales de los carnavales sapienses.
7 “Mis primera lecturas fueron los paquitos y fotonovelas”: Javier Marrugo
SUPLEMENTO LITERARIO
Por: Amaury Díaz
¿Dónde nació? ¿Cómo fue su adolescencia? Nací en Cartagena en 1958, pocos meses antes mis padres ya se habían separado. Mi madre entonces, se traslada a Barranquilla, dejándome al cuidado de mí tía María Polo, esposa de su hermano Joaquín. Mis otros tres hermanos se quedan viviendo con Saúl mi padre. Desde los ocho años, vivo definitivamente en barranquilla, con mi madre y mi padrastro, Juan Carvajal a la postre padre de mis tres hermanos menores y quien muere en septiembre de 1970. Terminé la primaria en un colegio nocturno, ya que me tocó trabajar desde muy joven, en varios oficios, luego seguí mis estudios de segundaría desde el año 75 en la sección nocturna del Instituto Pestalozzi, pero no logré graduarme, para la época trabajaba en una compañía exportadora y me tocaba viajar semanalmente a Santa Marta y la Guajira, además para el año 1977
ya era padre de unas gemelas, Nolvys y Denilse, y la obligación me forzaba a trabajar primero que a estudiar. Me dediqué a mis hijos. Ya para el año 1982 habían nacido Javier Eduardo y Dorían Fabián. Una adolescencia complicada, pues aunque seguía pensando y a veces actuando como muchacho, tenía la responsabilidad de un adulto padre de cuatro hijos a mis 24 años. En 1987 nace Piero José, y termino separándome de Adela Lugo, y uniéndome con Judith Martínez. En 1993 nace mi hija Maryluz Divina. Trabajo independiente, fundo una microempresas de fumigaciones. Mis hijos mayores crecen y se organizan. ¿Cómo llegó usted a la literatura? Desde muy niño me llamó la atención aprender a leer, para la época los colegios oficiales sólo recibían estudiantes que pasaran de los nueve años y los cupos eran muy escasos, y mi madre no tenía medios para matricularme en colegio privado. Así que, como eran tantas mis ganas de aprender, aprendí sin ir al colegio, ayudado por mi amigo Alfredito Córdoba, deletreando en la cartelera del Teatro Las Nieves y de cuanta revista vieja que encontráramos, además de las nociones que ya había aprendido en Cartagena en la escuelita de mi inolvidable
tía Lola. Cuando al fin, luego de que mi madre no se cansará de rogar y hasta suplicarle al profesor Oscar Silva, en marzo del año 1968 logré ingresar a la escuela pública No 54 para varones del barrio Las Nieves, pero ya sabía leer, a la postre resulté un alumno sobresaliente, pero es bueno anotar que como no había cupo y por ende un pupitre disponible yo era el único estudiante de esa escuela pública que llevaba mi asiento. Comencé a escribir mis primeras líneas desde los 10 años. Pero nunca las mostré a nadie, no era tan atrevido. Mis primeras lecturas fueron de literatura barata, paquitos y fotonovela, luego siguieron las novelitas de vaqueros y las novelas de Corín Tellado en las revisitas Vanidades, hasta llegar a los suplementos dominicales, para entonces ya había leído mis primeras obras, “Chambacú: Corral de Negros” y “Tierra Mojada” de Zapata Olivella, y todas las que lograba conseguir de Fernando Soto Aparicio. Con un grupo de amigos de la infancia inquietos como yo con el tema del arte y la literatura. En 1982 Fundamos, en nuestro barrio, el “Grupo Cultural Alborada” y editamos en el año 1983, el numero único de nuestro órgano literario. En los 80 y 90 hago parte de varios grupos literarios entre ellos, Arcadia, Cultura Zeta, Casa de la Cultura Pacho Bolaños. Cercano a otros grupos como. Escarabajo, el Alejo Carpentier. Expresión Naciente, Calamar, Luna y Sol y Contra-Carreta. No vuelvo al estudio formal, por un largo tiempo, aunque nunca dejé de leer, escribir y reunirme con poetas y escritores, al tiempo que participaba de muchos eventos, recitales y encuentros literarios, en la ciudad y otros fuera, logrando conocer y fortalecer la amistad con gente muy valiosa que hoy día son mis grandes amigos de los cuales aprendo cada día. En el 2004 por fin me gradúo de bachiller en el
LA LIBERTAD Barranquilla, Domingo 17 de Febrero de 2013
Instituto la Esperanza, y en el 2005 ingreso a la Universidad de Pamplona a estudiar en el programa de Licenciatura en Lenguas castellanas, llegando hasta el segundo semestre. En el 2008 Termino mi relación con mi segunda compañera. Desde entonces me casé con mi vocación de escritor y no he parado de producir. Todos los días intento con la página en blanco, escribir es mi catarsis. ¿Por qué le gusta la literatura? Yo fui un niño muy solo, mi infancia era un patio grande lleno de árboles y de lluvias… mi calle era larga, infinita para mí…en algunas mañanas se alcanzaba a ver a lo lejos, un pico de la Sierra Nevada y para mi ese era el fin del mundo… a mí me gustaba jugar solo… hacía muñequitos con el barro de la lluvia y cavilaba mucho, me hacía preguntas profundas que mi madre no supo nunca responderme...ella desde entonces pensaba que su hijo Javier, terminaría loco…me gusta la literatura por eso…. porque da las respuesta que la ciencias más exactas nunca han podido darme.. Porque finalmente mi madre, por ese lado, está tranquila, pues no estoy del todo loco. ¿Tiene libros publicados? ¿Cuáles? En el 2000 “Los Intranquilos Sueños de la espera” y el 2010 “Las cuentas del afecto”. Ediciones Puertoarena. ¿Cómo hace para escribir una historia? ¿Cuál es el proceso? Primero encuentro el tema, o el tema me encuentra a mí, lo que sigue luego, es disponerse a trabajar, concentrado, con disciplina y constancia, más disposición que inspiración. El tema o la idea me puede sorprender en cualquier momento o lugar, en las madrugadas mientras preparo un café, cuando estoy leyendo un libro, en medio de una tertulia, en una fiesta o parranda, mientras camino las calles de mi barranquilla, o voy de pasajero en un tras-
porte público, por eso nunca compraré carro pues caminoteando calles y dentro de los buses urbanos, es cuando me llegan el mayor número de ideas, las anoto en mi agenda y pude pasar un tiempo que revisando las encuentro y me pongo a trabajarla con buena disposición. ¿Existe la inspiración? En mis comienzos sentí la visita de las musas, era una sensación increíble, de estremecimiento, la inspiración era necesaria para producir. En esta etapa de mi vida creativa es más que todo, disposición y trabajo. Tener clara la idea y dejarme llevar por el tema, dedicarle el tiempo, mantener el compromiso. Si fuera panadero haría todos los días panes. Si soy escritor debo ¿Qué le gusta más la poesía o la narrativa? ¿Por qué? La poesía exige más trabajo, la invitación es a condensar la idea, el poema nos exige el rigor de la sintaxis…me gusta más, pues hay que maniobrar con mas audacia la palabra… pero toca decirlo todo, el buen poema debe ser total. ¿Qué escritores han influido sobre usted? Mis lecturas son espontaneas,
no soy muy riguroso en mis planes de lectura mas bien flexible. Pero mi autor predilecto, que leo y releo es Ernesto Sábato, En poesía Mario Benedetti, Jaime Sabine. Milán Kundera, y Juan Carlos Onetti. Son dos autores que me apasionan. ¿Cree que la literatura le sirve a la paz? El anhelo de paz es lo más sentido en todo humanista. Desde el momento que la literatura plantea una búsqueda al interior del ser, en ejercicio de confrontar temores y dudas, Claro que sirve para la paz, porque nos ayuda a encontrar sentido a la vida, el sentido de la libertad, nos enseña a pensar sin dogmas. ¿Qué otro colombiano merece el Nobel de literatura? Héctor Rojas Erazo, pero ya está muerto. ¿Cómo ve la literatura en Barranquilla? Refiriéndonos primero a los nuevos, si encontramos gente escribiendo en serio, y bien, pero también observo, mucha farándula, la literatura es un asunto de compromiso, el escritor no debe falsearse a sí mismo, prostituirse, escribir bien y punto. Sus preferencias sexuales, sus grados y posgrados, su estrato, sus garbos o su desfachatez, poco importan a la hora de definir un buen texto. Pero en términos generales, existe una buena producción de autores barranquilleros, que hace rato están diciendo presente y que desdicen aquel cuento que la bella Quilla, es únicamente ciudad del eterno tamboreo carnavalero. Varias generaciones de verdaderos laboriosos de la palabra, con estilo y calidad, nos enseñan que no solo de carnaval vivimos en casa. ¿Ha ganado premios? ¿Cuáles? En 1985 Finalista del concurso de poesía organizado por la revistas Aracataca. En 1993, Primer puesto segunda Bienal de escritores noveles y en 1998 Primer Puesto segundo Concursos Metropolitano de poesía. Universidad Metropolitana de Barranquilla.
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SUPLEMENTO LITERARIO
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La ventana de los Poetas
CASTIGOS DE LA NATURALEZA Las fuertes brisas frías, anunciaban la llegada del agua, hermosas aves dejaron las ramas vacías, entre truenos, rayos y maniguas. Fogonazos, torrenciales y temores, hacía arropar a grupos en sus chozas. horas negras y sin sabores, obligaban a entre piernar a las mosas Árboles y Troncos al suelo caían, bajo la furia de la Naturaleza, conejos, guineas y venados espantados huían, buscando refugios en las malezas. Gritos y desesperos de niños se escuchaban, entre la tenebrosa oscuridad, donde unos y otros se abrazaban, orando por la normalidad, Gallinas, Patos, Perros, Gatos y Cerdos, sobre las bravas aguas flotaban, abatidos entre crueles momentos, que sin frenos aumentaban. Nada quedó de aquella típica provincia, después de la calma aparecida, del indio y la India. escuchan de noche sus cantos y risas. SANTANDER ROJAS
CUANDO EL AMOR MUERE
El cuerpo desmalla El alma llora El corazón agoniza. El tiempo se detiene La vida se aleja La desesperación reina Que difícil es no tener amor Las fuerzas se debilitan El aire se agota Las lágrimas se agitan El vacío perdura.!
ENRIQUE ARMESTO
BELLA AMISTAD
AMANTES
Amor bello color del corazon dedicado ati en especial a ti que me acompañas al andar a ti que conmigo estas.
Un susurro, una mirada, un pensamiento compartido entre los dos que enerva sus latidos, Dos mundos cansados de naufragar en la pasión. Dos locuras en nuestras mentes, Dos ideas que persiguen nuestra aventura, Ojos que ah de ver, el amor de distinta forma, Corazones que laten en un tierno y prohibido abrazo Devastando en su ilusión pronta hora de volver a la realidad Labios que condenan cada palabra en un juramento prófugo, Un sufrimiento con ansias de conocer la felicidad, Manos desgastadas de tanto plasmar amor. Buscando el rincón y el amor en cada momento al despertar, Voy esperando el camino a la señal, ella la que nos arroje a la libertad, Subsistiendo así al pensar que sea eterna la mirada y el envejecer de sus manos tocando tu piel.
A ti bella amistad que cubres de dicha a mi soledad a ti por siempre estar en cada momento en cada rincon hoy brindemos juntos por la amistad. Que derriba distancias, barreras compartiendo lo mas bello que hay hoy doy gracias por tan bella amistad que me acompaña en cada despertar. Gracias por siempre estar mis bellos angeles una vez mas por compartir conmigo esta bella amistad amor uniendo fronteras una vez mas.
RAMONA GAMEZ
CENIZAS DE ROSAS
Endeble crisálida, la fragancia de rosas que inunda toda la noche efímera, y cautiva al pensamiento alado en un torrente de pasión. Pasión que envuelve el viento y la arrastra hacia mí con furia, es la ola que estalla contra la roca y salpica con su espuma mi cuerpo, mis pálidas manos que recogen tu recuerdo, nacido de ceniza de rosas.
CLAUDIA MERCATANTE
OSCAR RAUL QUIROZ CORTEJANA
ADIOS Hoy te digo Adios con dolor profundo Se me desgarra el alma verte partir No habrá lugar en este mundo Que evite que de amor pueda morir Mi recuerdo de ti es maravilloso Porque aunque mi corazón has destruido Me distes momentos muy hermosos Momentos que nunca había vivido. ¡Adiós amor; que doloroso resulta este adiós en mi vida vivir momentos tan hermosos y ver esa felicidad hoy perdida. Mi amor por ti es tan vehemente Que hice de mi corazón tu hermoso nido Y ya no te puedo amar profundamente Porque eres para mi un hombre prohibido.
MISAEL CASTRO