SUPLEMENTO LITERARIO Barranquilla, Colombia / 23 de Junio de 2013 / Diario La Libertad / Esper Impresores / 8 paginas / 29潞 Edici贸n
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SUPLEMENTO LITERARIO
LA LIBERTAD Barranquilla, Domingo 23 de Junio de 2013
El fútbol fatal de walter pimienta jimenez POR: RICARDO S. AVILA CARDONA DIRECTOR SUPLEMENTO LITERARIO
Tenia mucho tiempo que no leía un libro que me lograra imantar la concentración y por lo tanto me pegara a el y casi de un solo jalón, terminarlo de leer. no es fácil tener esta cualidad de escribir una obra que se vuelve en cada palabra,en cada sentencia en cada expresión, un polo de atracción a donde convergen los buenos lectores y buscan casi que insaciablemente,saborear un exquisito manjar de rico aroma lingüístico. walter pimienta con esta obra rompe el esquema tradicional de girar solo alrededor de los acomados triunfos del mundo consumista y estar al lado del tren arrollador de los que dicen ser los mejores protagonistas de los éxitos incontravertibles. esta agreste sociedad le ha hecho creer a la humanidad que hay una relación directa entre la inteligencia y los triunfos socio-politicos y económicos. pues no, nos dice la realidad concreta. se ve el caso de gente de poca monta académica que esta en la cima de los triunfadores, no por sus excelsas virtudes de geniales administradores, sino porque son auspiciados por los que detentan los grandes poderes económicos, militares, políticos y financieros, en esta dirección el libro del sesudo escritor walter pimienta,desmiente a esos personajes del triunfalismo falso y se ubica en el plano de las derrotas de personajes que no nacieron para el fútbol y acepta con una nostalgia arrolladora, a ese personaje que fracasa no obstante sus
esfuerzos porque no nacieron con la vocación de triunfar, aunque le hubiesen puesto todo el empeño para llegar a la cima. la figura del futbolista usado por pimienta para mi concepto es una metáfora de la vida, y sus personajes frustrados y desaparecidos en un cuadro que lo inspira al argumento central de la novela , es una forma de ver la realidad del fracaso, el ocaso de los triunfos, y ante todo una verdad que muchos escondemos cuando la fatalidad de cualquiera de nuestros actos se desfila en un rotundo fracaso. por regla general nos enseñaron que tenemos solo de hablar de nuestros arrolladores triunfos, pero no resistimos cualquier critica cuando nos hacen ver el lado oscuro de éxitos que no se alcanzaron. pues bien, mientras para el pesimista el fracaso es una dolorosa frustración no recuperable, para el optimista y optimista psicológicamente equilibrado es un paso que potencializa sus futuros triunfos como quien dice del estiércol saca los elementos químicos para usarlo como abono en la agricultura. nuestro dilecto amigo walter pimienta nos compenetra en la conciencia del escritor argelino alber camus al reconocer que el fútbol le había enseñado la moral de lo humano y uno de los personajes centrales de la obra como panfilo, que con sus desgastados sesenta y seis años y afectado de una incurable afección cancerosa, veía en la fotos desgastada por el tiempo, la gran
razón del fracaso de todos sus viejos amigos del atlético bangu que habían perdido “en el juego de la vida…y ya estaban muertos……menos él. walter pimienta tiene el bello privilegio del escritor que sabe adaptarse a la idiosincracia y a la psicología colectiva de toda una multitud amorfa y enardecida cuando un arbitro pito una falta unos minutos antes de finalizar el partido y uno de los energúmenos asistente al partido le lanzo un violento escupitajo ofensivo cuando le grito al juez...!.arbitro hijjueputaaaaaaaaa ¡esta rabiosa actitud le costo la vida al fanático protestador de la decisión del arbitro. pero le dejo el espacio de la lectura para que usted se deleite de esa verborragia narrada con la pluma maestra de un sabio escritor, que me hace recordar la magia lingüística de unos hechos narrados que nos van pintando, como una fina acuarela todos los entornos multicolores de los acontecimientos, que parecen que usted fuera protagonista presencial de los hechos descritos. “el fútbol traición, el fútbol burla, el fútbol dolor, el fútbol temor, el fútbol pasión y el fútbol lleno de una fatalidad y de un sarcasmo, tal que uno no sabe si reír o llorar leyendo estas historias”, dice nuestro excelso escritor, en la contracaràtula de su libro. ahora le toca a usted degustar esta atractiva obra, ante todo si es amante del fútbol, para que a futuro si no llega a triunfar, no se frustre como los personajes de la obra, que todos se fueron al desfiladero del fracaso.
Director: Roberto Esper Rebaje Director de Redaccion: Javier De la Hoz/ Luis Roncallo Directores Literarios: Ricardo Avila/ Federico Santodomingo Colaboradores: Amaury Díaz// Santander Rojas
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LA LIBERTAD Barranquilla, Domingo 23 de Junio de 2013
''El Corroncho''parte 4 POR: PEDRO TURBAY SALCEDO
No hay explicación del porqué cuando un corroncho se da un tremendo totazo en la cabeza, no le sale chichón. Los corronchos, está demostrado, son unos verracos de la vida, carecen de clase pero su espíritu está por encima de cualquier valor. El corroncho no tiene plata pero su palabra tiene poder, sus palabras son como las escrituras públicas que reconocen dominio y propiedad. El corroncho parece que estuviera polarizado, que tuviera un guardabarro que lo aísla de cualquier contaminación o virus o vicio de la civilización. Por dentro tiene su propio sonido, su propia luz, su propia alarma que no necesitan de terceros para vivir. El corroncho se desvive por la familia y le da gracias a Dios por estar vivos en este planeta que da todo en la vida. Es más, la genética está en pañales con los corronchos, puesto que un hijo de corroncho lo único que pueden sacar de papá o mamá corroncho es el pelo pero la corronchería no se hereda; eso viene codificado y en un código de barra que solo conoce y dispone el de Arriba. Sobre lo bonito y lo feo no se puede mandar, así mismo acontece con los corronchos que no se pueden mandar, mezclar, quitar o poner, ni enderezar ni mejorar. No usan ni la yarda, ni el metro para medir las distancias sino que con su tabaco miden perfectamente las distancias por muy largas que sean. Por ejemplo, se les oye decir, estoy a medio tabaco, para indicar el tiempo y la distancia de llegar al otro pueblo, y en efecto, cuando arrancan prenden su tabaco y cuando van por la mitad del camino exactamente el tabaco va por la mitad. Tienen bien definida las cosas, al punto que con frecuencia suelen expresar con mucho tino… ¡llaga tú, parche yo, a donde vamos a llegá! Saben perfectamente que en una reunión de pobre no sale nada. Aquella otra frase con característica de poema que a menudo se les oye decir: “La vida es como un sueño compadre: ahora estamos despiertos y ya mañana, muertos”. El mundo será salvo cuando la medicina cure el hambre, el cacho y los entuertos. Estos seres entienden que lo que es del cura va pa’ la iglesia, y cuando les toca sacar su casta no de danés o de inglés sino de corroncho puro, ni el diablo con todo y trinche es capaz de enfrentar a estos tipos de recio carácter. En definitiva no se ha encontrado un corroncho malo. Para ellos un campeonato de tejos es de pendejos porque no le encuentran gracia a este juego como a muchos otros, y saben perfectamente que a muchos les va mal porque calculan mal las cosas, al enemigo, al futuro, a la vida, al amor. Ellos tienen claro que si se meten sin calcular, terminan es calculado por los demás y allí es donde está el peligro. También les gusta tararear canciones de sabor a pueblo raso: “El hombre que trabaja y bebe/déjelo gozá la vida/porque eso es lo que se lleva si tarde o temprano muere/ No son un caporal, o un hacendado o un capataz, tan solo se trata del corroncho frente al
mundo; hombres de respeto que no necesitan ni de adulaciones, ni de marihuana, ni de coca, ni bazuco pues las cosas con ellos son de plano, de ipso facto, ya, de una buena vez arreglemos el asunto aunque con ello se pudiera convertir en un pobre finado, y con todo y eso, la muerte no les produce escozor, miedo o temor, y antes por el contrario se burlan de ella, de la parca. Su única hazaña, delito o premio, era haber nacido corroncho y no bellos. Jamás se podrá decir que un corroncho o corroncha sean complicados. No. Por el contrario, son tan naturales como comer chinchurria al ajillo, de quedar bien tanqueados de los pataconazos con suero y café. Su palabra no se puede empeñar, ni regalar; ni huele olorosa ni podrida, solamente castiza y que una vez pronunciada no se puede dar rever. Esa palabra la respetan y la hacen respetar estos tipos porque, dudar siquiera de ella, era peor que un insulto que estos señores no perdonan ya que allí está la esencia del corroncho, su palabra como ley que ni la naturaleza puede quebrantar menos un niño bonito o un blanco de alcurnia. Son de aquellos que les calza eso de tumbando y capando. Un corroncho jamás se podrá decir que sea un ‘espantajopo’, ni que esté cruzado con chino o que digan que son ‘vitrineros’ o que les guste la pantalla, menos que menos que un corroncho se pueda ensamblar o cruzar con turcos, rusos, gringos, cachacos, rolos o bolivarianos, en todas esos lugares hay corronchos pero sin mezcla porque nacen puro... puro chino, puro turco y así donde nazcan nacen son puros y de ese mismo lugar. De los corronchos casi no se puede hablar, porque la corronchería no se describe, ni se escribe, ni se inscribe, sino que se vive… hay que sentirlo por dentro y por fuera. Es un ser indescriptible e inimitable pues es un asunto que no es de genética, ni de ADN, al punto que nadie puede decir que porque un corroncho la preñó, o una corroncha salió embarazada, lo que salga puede o no ser que salga corroncho o corroncha, eso depende es de la codificación de su espíritu que viene directamente del Patroncito. Eso de que me pongo el firme propósito de ser corroncho de aquí a diez años, porque como no es un asunto de la ciencia de investigar o indagar de dónde procede el corroncho, cómo se nace corroncho, y como es de dominio público y privado, la corronchería no tiene escuela y lo mucho que puede lograr quien pretenda ser este biotipo, es la más burda imitación pues jamás podrá actuar, ni expresarse y menos sentir lo que siente por dentro y por fuera un corroncho, porque genéticamente no es corroncho quien quiera serlo, solamente es un asunto exclusivo y único de los que nacen corroncho, y ni siquiera ningún vientre puede variar a un corroncho aunque madre y padre biológicos no lo sean, y tampoco podría pensarse que se trate de un cacho.
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