Hoja Parroquial 321

Noticias

bre a las 17 h, inicio de la Escuela de Oración. Siguiendo el suita Ignacio Larrañaga.

Santa Justa y Santa

hoja parroquial Nº 321

octubre a las 17 h, mesa arciprestal de CARITAS.

octubre se realizara la COLECTA ANUAL de la campaña del

ubre a las 18 h, inicio del Aula de Teología. (siempre que hamo de asistentes)

Horario de Misa:

Días laborables: 10:00 y 19:30 h.

Sábados: 19:30 h Domingos : 9:30, 11:00, 12:30 y 19:30 h. estivos de precepto: 9:30, 12:30 y 19:30 h.

Santa Aurea, 7 - 28011 Madrid · Tels. 91 463 99 60 y 640 631 217 ·

Palabra de Dios

lectura

malec vino y atacó a los

: «Escoge unos cuantos y ataca a Amalec. Maa cima del monte, con mano». Hizo Josué lo có a Amalec; entretansubían a la cima del tenía en alto la mano, s tenía bajadas, vencía saban los brazos, sus a piedra y se la pusieentase; mientras Aarón zos, uno a cada lado. brazos hasta la puesta malec y a su pueblo, a

Segunda lectura Segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 3, 14-4,2 Querido hermano: Permanece en lo que aprendiste y creíste, consciente de quiénes lo aprendiste y que desde niño conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.

Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté equipado para toda obra buena. Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, por su manifestación y por su reino: proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta, con toda magnanimidad y doctrina.

mo

-4. 5-6. 7-8

ombre del Señor, que

montes: ¿de dónde me io me viene del Señor, a. R.

tu pie, tu guardián no reposa el guardián de

ombra, está a tu dereará daño, ni la luna de

odo mal, él guarda tu us entradas y salidas,

Evangelio San Lucas 18, 1-8 En aquel tiempo, Jesús, para explicar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: «Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres. En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. Por algún tiempo se negó, pero después se dijo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esta viuda me está molestando, le voy hacer justicia, no sea que siga viniendo a cada momento a importunarme”».

Y el Señor añadió: - «Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que claman ante el día y noche?; ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?».

XIX domingo del tiempo ordinario · ciclo C

Reflexión de la Pala

Es fácil pensar que se nos ha hecho justicia cuando en cualquier mate niendo lo esperado. Así sucede en la victoria de Moisés, en la primera lec la viuda del evangelio. Hasta el juez injusto es capaz de hacer justicia: ¿có

Hemos entrado en la parte del evangelio de Lucas referida a la in decir, se nos habla ahora sobre lo que sucederá al final de los tiempos, cu vuelva el Hijo del hombre. Así podemos entender esa pregunta final que en los últimos días. La perseverancia de la mujer viuda es motivo de refle los que escuchan la parábola: si su pertinacia consigue ser atendida por u no hay duda de que el discípulo, con su oración continuada, conseguirá del

La primera lectura nos muestra un ejemplo gráfico inmenso de lo q la oración: Aarón y Jur sostienen, brazos en alto, la oración de Moisés po dibujado al “guardián de Israel” del que habla el salmo, que “no duerme pueblo la victoria, la justicia.

Pero la Iglesia no tiene dudas… no, no es Moisés, sino el Señor, e Israel. No es Moisés, sino Cristo, el que ha levantado los brazos en lo alto la cruz, y desde allí ha intercedido para obtener la victoria para su pue injusta justicia, para darle una felicidad que Dios no puede rechazar darle en el misterio pascual, en la batalla definitiva, con los brazos en alto, en pueblo venza “al acusador, que acusaba a los suyos día y noche” (Cf. A con esa victoria, ha entrado en el santuario del cielo para hacer justicia a se en el juez que, brazos en alto, asegura ante el Padre, la justicia para aq en la oración, quieren obtener la salvación de Dios, quieren recibir el prem

Los días del Hijo del hombre han comenzado con el misterio pascua do el Señor vuelva, pero mientras tanto, sabemos que tenemos un sumo en el santuario del cielo para obtener justicia para nosotros. Nosotros so esa pobre viuda, que no tenía nada con lo que defenderse, argumentos que su insistencia.

Bien entiende la Iglesia que lo que anunciaba Moisés, se ha cumplid donde hemos ganado un abogado que nos defiende en el cielo, donde siempre de nuestro lado. Tan bien lo entiende, que hace a sus sacerdot liturgia para la oración: cada vez que rezan en misa, abren y elevan los gesto de intercesión que salva a los suyos. ¿No experimentamos, acaso, cencia del Señor, cuando el sacerdote eleva sus brazos en la oración? ¿N cediendo ante el Padre, unido a Cristo, para obtenernos la bendición y mos perseverar con ellos, animarles a mantenerse así, en bien de toda la res queridos?

El poder de la cruz de Cristo sigue siendo eficaz ante el creyente, an de en el evangelio, persevera en la oración. De ese poder brota la litur que, la verdadera victoria no se obtiene aquí, cuando recibimos los pr eterna”, pero sí es cierto que aquí, con nuestra perseverancia, con una fe alto adquieren el sentido inequívoco de la justicia que Dios nos promete g

XXIX domingo del tiempo ordinario · ciclo