Noticias · Reunión de padres de caminantes y navegantes, el próximo domingo 17 de abril a las 12 horas. · Como años anteriores, queremos tener el Campamento de Verano del 23 al 29 junio. Aquellos que quieran solicitar ayuda, pasen por el despacho parroquial los martes y jueves de 17:30 a 18:30 horas. · La excursión parroquial anual será los días 6, 7 y 8 de Mayo al Monasterio de Santo Toribio de Liébana, Santillana del Mar y el Santuario de Ntra. Sra. de Covadonga. Las inscripciones se podrán hacer en el despacho parroquial de lunes a viernes de 20 a 21 horas. El sábado y el domingo, después de cada Misa. Para mas información ver los carteles situados en las puertas de la Parroquia.
Horario de Misa: Días laborables: 10:00 y 19:30 h. Domingos y días de precepto: 9:30, 11:00, 12:30 y 19:30 h.
Santa Justa y Santa Rufina Nº 309 10 de abril 2016
hoja parroquial
Cáritas Madrid reclama en su Campaña Contra el Paro 'Derecho a un trabajo digno y estable' Cáritas Madrid en su Campaña Contra el Paro con el lema Derecho a un trabajo digno y estable renueva su compromiso con las personas y familias más afectadas por esta situación.
La Campaña nos invita a reflexionar sobre lo que está aconteciendo en el mundo laboral. A descubrir y a denunciar las causas que propician el sufrimiento de tantas personas y familias. Donde todos tenemos una pieza que poner en la construcción de este mundo. Todas las personas somos responsables, es una cuestión de justicia, caridad y bien común. Tener o no trabajo, tener un salario suficiente para poder vivir, realizar un trabajo en condiciones dignas son condiciones que posibilitan el crecimiento y el desarrollo de las personas o lo impiden. Cáritas Madrid, por su experiencia de acogida y acompañamiento a las personas que están viviendo estas situaciones de desempleo o que cuentan con empleos pocos estables e indignos, sabe que la posibilidad para conseguir un trabajo con futuro en un mundo laboral complejo y cambiante aumenta cuando la persona tiene una formación específica. Por ello, Cáritas Madrid cuenta con Centros de Capacitación y Orientación Laboral, espacios de enseñanza en diferentes oficios destinados a quienes acuden a nosotros y necesitan formación. Su objetivo es formar en los sectores que tienen más demanda en el mercado laboral y acompañarlos en la búsqueda de empleo. Cáritas Madrid propone buscar nuevas respuestas a la realidad social entre todos, los políticos, sindicatos, empresarios, cristianos y a la sociedad en general. Todos, somos corresponsables en esta realidad que deseamos transformar, por eso proponemos lo siguiente: • Las empresas han de ser apoyadas para que cumplan una de sus finalidades más valiosas: la creación de empleo. • Las Administraciones públicas, en cuanto garantes de los derechos, deben asumir su responsabilidad de mantener el estado social de bienestar. • La sociedad civil ha de jugar un papel activo y comprometido en la consecución y defensa del bien común. • El mercado tiene que cumplir con su responsabilidad social a favor del bien común y no pretenda solo sacar provecho de esta situación. • Las personas tenemos que orientar nuestras vidas hacia actitudes de vida más austeras y modelos de consumo más sostenibles. En este difícil contexto social, en el que es necesario intensificar y hacer más efectivo nuestro esfuerzo, Cáritas Madrid, en el año 2015, acogió a 5.167 personas en los 35 Servicios de Orientación e Información sobre el Empleo, capacitó a 1.348 alumnos, en 95 cursos, en los sectores con mayor demanda en el mercado laboral y se concedieron 3.224 ayudas económicas a personas desempleadas en situación de grave precariedad. También cuenta con 2 empresas de inserción, donde el objetivo principal es ayudar a sus trabajadores a incorporarse en el mercado laboral normalizado y cuyo método es «enseñar a trabajar trabajando». Estas acciones del Servicio de Empleo se han podido realizar gracias a la generosidad e implicación de 630 personas voluntarias y con el apoyo económico que ha permitido a Cáritas Madrid destinar en el año 2015 la cantidad de 1.295.987€ en los distintos Servicios.
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Palabra de Dios Primera lectura
Segunda lectura
Hechos de los Apóstoles. 5, 27b-32. 40b-41 En aquellos días, el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles y les dijo: «¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.» Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.» Prohibieron a los apóstoles hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Los apóstoles salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús.
5, 11-14 Yo, Juan, en la visión escuché la voz de muchos ángeles: eran millares y millones alrededor del trono y de los vivientes y de los ancianos, y decían con voz potente: «Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.» Y oí a todas las criaturas que hay en el cielo, en la tierra, bajo la tierra, en el mar −todo lo que hay en ellos−, que decían: «Al que se sienta en el trono y al Cordero la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos.» Y los cuatro vivientes respondían: «Amén.» Y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.
Evangelio San Juan. 21, 1-19.
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Sal 29, 2 y 4. 5 y 6. 11 y 12a y 13b Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el Ant. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar.» y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Ellos contestan: «Vamos también nosotros contiSeñor, sacaste mi vida del abismo, go.» me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. Salieron y se embarcaron; y aquella noche no Tañed para el Señor, fieles suyos, cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando dad gracias a su nombre santo; Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos su cólera dura un instante, no sabían que era Jesús. su bondad, de por vida; Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?» al atardecer nos visita el llanto; Ellos contestaron: «No.» por la mañana, el júbilo. Él les dice: «Echad la red a la derecha de la Escucha, Señor, y ten piedad de mí; barca y encontraréis.» Señor, socórreme. La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, Cambiaste mi luto en danzas. Señor, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Dios mío, te daré gracias por siempre. Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor.» Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien
Salmo
Domingo III de Pascua · ciclo C
metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger.» Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Vamos, almorzad.» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.» Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Él le dice: «Pastorea mis ovejas.» Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.» Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.» Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»
Reflexión de la Palabra El evangelio comienza hoy con el relato de la pesca milagrosa, pesca de tonalidad claramente eucarística, pues Jesús da de comer pan y pescado, como en aquella multiplicación de los panes de Jn 6. Él mismo es el pan vivo, ya partido en su entrega pascual, y él mismo es el pez (así se lee su nombre en griego). También, por tanto, este pasaje dirige nuestra mirada hacia el final de los tiempos, cuando Cristo nos haga sentar para darnos de comer Él mismo: la Pascua ha dado comienzo a la Parusía, y la Iglesia, representada por los apóstoles, contempla con expectación la visión del vencedor. Esa intimidad de la comida pascual da paso a la profesión de amor de Pedro que, consciente ahora de su debilidad tras las negaciones, no puede prometer amar, sino querer. No es obstáculo esto para el Señor, que le advierte, en el momento culminante del diálogo, acerca del momento culminante de su existencia, su muerte por el nombre de Cristo, signo del amor que ahora promete. Así, el que ha comenzado el pasaje evangélico ciñéndose la túnica para echarse al agua, concluye el mismo advertido de que, al final, será ceñido y llevado donde no quiera. Para poder hacer así, necesitará un amor mayor que los demás. La Pascua recuerda a la Iglesia el amor sin fisuras de Cristo por nosotros. En su diálogo con Pedro no hay reproche, hay una firmeza y una fidelidad que no permiten dudar ni echarse atrás: no es una elección casual ni desesperada, sino confiada y llena de amor. En esa elección podemos nosotros también respirar seguros. El primado de Pedro descansa sobre la elección y cuidado del que es nuestro único Pastor, Cristo. La Iglesia, fruto de la Pascua, recibe la piedra sobre la que se edifica, una piedra que conoce y se apoya en el misterio pascual de Cristo. ¿Cuál es el lugar de Pedro y sus sucesores en la celebración de la Iglesia? Su nombre cada domingo en el seno de la Plegaria Eucarística no es aleatorio, no es por educación, simboliza la comunión de la Iglesia y con la Iglesia, y por tanto con Cristo, su cabeza. En aquel paseo a orillas del lago, Cristo estaba poniendo los fundamentos de nuestra comunión con Él. Aquella noche junto al lago, la Pascua seguía extendiendo su imparable fuerza hasta los confines del tiempo y el espacio, hasta alcanzar la alabanza del Apocalipsis, única digna para el Cordero degollado y Pastor eterno.
Domingo III de Pascua · ciclo C