Kipling Ilustrado

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Kipling estaba impregnado de la cultura india de tal modo que las primeras ediciones de sus libros presentan como anagrama una cabeza de elefante impresa en la cubierta, es decir, la imagen del dios Ganesha, a quien se encomiendan los hindúes antes de iniciar una empresa importante.

Junto a la cabeza de elefante suele representarse una esvástica, que Kipling utiliza basándose en el símbolo indio del Sol, transmisor de suerte y bienestar, sin ningún tipo de relación con el posterior uso realizado por el nazismo.



ÍNDICE DE CONTENIDOS

UV Presentación JAVIER VARELA pág. 9

UV Una aproximación a Kipling LOLA PASCUAL pág. 13

UV Por cierto: ¿es posible ver a Kipling con otros ojos? TERESA DURÁN pág. 25

UV Cuentos pág. 35

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Rudyard Kipling nació en Bombay, en 1865, en los tiempos de la India Británica. El joven fue educado en Inglaterra, en Devon, como solía hacerse con los hijos de los funcionarios coloniales: «Todo lo que el colegio… pretendió siempre, fue hacer hombres capaces de crear y conservar imperios», dijo en 1894. De vuelta al Raj, ejerció como periodista en Lahore. Su actitud ante la sociedad, mejor sería decir sociedades nativas, no fue la de un sahib típico, desdeñoso del entorno exótico. Kipling amaba a la India y estaba muy interesado en el estudio y la descripción de las costumbres locales. Le gustaba cazar y escudriñar ese maravilloso hormiguero de Lahore, sucio y misterioso. Allí encontraba, como afirma en una carta, «calor y olores a aceite y especies y bocanadas del incienso del templo y sudor y oscuridad y codicia y crueldad y, sobre todo, innumerables cosas maravillosas y fascinantes». Así comenzó su vida de escritor, con la publicación de los Cuentos de las colinas (1885), entre los que se encontraba «El hombre que quiso ser rey», la prodigiosa aventura de dos soldados comunes, nada heroicos de por sí, que se convierte en un vigoroso relato de valentía, honor y gloria. Kipling fue, sin duda, el apóstol más destacado del imperio británico. Memorables son algunos de sus poemas al valor guerrero, The tiny red line: Sí, mofarse de los uniformes que te protegen cuando duermes es más barato que los uniformes, y son baratos como el hambre. Y dar empellones a los soldados bebidos cuando se les ha ido un poco la mano. Pero es la delgada línea roja de héroes cuando los tambores comienzan a redoblar.

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Cuando regresó a Europa, en 1889, Kipling era ya muy conocido en el mundo literario. Celebridad que creció con su obra escrita desde el retiro americano de Vermont, Capitanes intrépidos, Kim, o Los libros de la selva. El libro de la selva o El libro de las tierras vírgenes, que suelen ser los títulos más corrientes en las traducciones españolas, probablemente están entre sus escritos más conocidos. Forman parte de la tradición fabulística occidental que arranca de Esopo. Las criaturas que protagonizan la obra no son meros animales, sino que tienen características humanas y sirven como vehículos de enseñanzas morales. 10

En otro tiempo, los niños españoles disfrutamos con las historias de Mowgli, el niño criado entre los lobos; con la sabiduría del oso Baloo, la prudencia de Akela y la amistad del Hermano Gris; aprendíamos a odiar al malvado tigre Shere Khan o a identificarnos con la pantera Bagheera. Luego llegó una hórrida pedagogía que casi retiró estos relatos que enseñaban que el individualismo tenía que ser templado con la lealtad a la tribu, «porque la fuerza de la manada es el lobo y la fuerza del lobo es la manada», mostrando también, mediante la oposición entre la manada de lobos y el mundo simiesco y desordenado de los Bandar Log, que la supervivencia depende del respeto a las leyes. Kipling fue convirtiéndose en uno de los escritores más admirados del mundo, y de los más populares también. El premio Nobel de Literatura le fue concedido en 1907. No renunció a sus convicciones más discutibles acerca de la responsabilidad de los anglosajones en el gobierno del mundo y la del hombre blanco en general, como quedó reflejado en su conocido poema, The White Man´s Burden:


Tomad la carga del hombre blanco. Mandad lejos lo mejor que crieis. Atad vuestros hijos al exilio para servir las necesidades de vuestros cautivos, para esperar con pesado equipo a gente alborotada y salvaje: Vuestros pueblos recién capturados y hoscos, medio diablos y medio niños.

Kipling ilustrado reúne ahora el trabajo de siete notables ilustradores (Pablo Amargo, Pablo Auladell, Arnal Ballester, Isidro Ferrer, Paco Giménez, Pep Montserrat y Alberto Morales «Ajubel») que, invitados a participar en este proyecto del MuVIM, presentan propuestas gráficas diferentes sobre una selección de cuentos del autor. Los textos seleccionados aparecen reunidos para configurar el fascinante mundo de Kipling. Una aproximación a su figura desde el dibujo y la poética de los cuentos. Javier Varela Director del MuVIM

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El gato que siempre andaba solo AJUBEL pág. 37

UV El pequeño elefante PABLO AMARGO pág. 59

UV Rikki-tikki-tavi ISIDRO FERRER pág. 73

UV El hombre que quiso ser rey PEP MONTSERRAT pág. 101

UV Georgie Porgie PABLO AULADELL pág. 147

UV El regimiento perdido PACO GIMÉNEZ pág. 165

UV El cuento más hermoso del mundo ARNAL BALLESTER pág. 185

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El gato que siempre andaba solo

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UV AJUBEL





El peque単o elefante

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UV PA B L O A M A RG O





Rikki-tikki-tavi

73

UV ISIDRO FERRER





El hombre que quiso ser rey

101

UV PEP MONTSERRAT

«Se puede ser hermano de un príncipe y amigo del mendigo que lo merezca.»





Georgie Porgie

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UV PA B L O AU L A D E L L





El regimiento perdido

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UV PAC O G I M É N E Z





El cuento mรกs hermoso del mundo

185

UV ARNAL BALLESTER





KIPLING ILUSTRADO se ha editado con ocasi贸n de la exposici贸n del mismo t铆tulo que se inaugura en las salas del Museo Valenciano de la Ilustraci贸n y la Modernidad (MuVIM) el 17 de febrero de 2011.



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