He soñado un nuevo mar que une todas las orillas, que no pregunta al borrarla si la huella es tuya o mía.
Un nuevo mar que acaricia rostros de noches perdidas he pintado en unos ojos de sutiles armonías.
Y dejo un mar en un lienzo, un mar que duerme en la orilla de unos ojos que navegan tras la estela de la brisa.
Un mar que sabe besar las más tristes melodías. Un mar que besa con sal tu mano sobre la mía.
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É a poesĂa do vento na casa do Poeta.
En la casa del poeta, entra y sale y entra el mar por debajo de la puerta.
En la casa del poeta, anda el viento en zapatillas y echa a volar los poemas.
En la casa del poeta, hay lupas y telescopios, hay mariposas y estrellas.
En la casa del poeta, en los cajones se mezclan las tizas de la alegrĂa, sacapuntas de tristeza.
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Pero ¿qué pasa, qué pasa si no está en casa el poeta?
Pasa el tiempo, que no es poco, cubre de polvo su mesa y en las flores del balcón se seca la primavera.
En la casa del poeta, si el poeta no está en casa, canta un pájaro su ausencia.
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