Iliana-Final

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Kaleidoscopio - CRITICA Y REFLEXION

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Arte actual y colecciones.

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Considero que la única for- ma de inteligencia posible es la duda. Dudas, contradiccio- nes y revelaciones: eso es mi colección.

Por: Ilana Boltvinik

que todos, de una manera u otra coleccionamos, sobre todo si pensamos que una de las estrategias para generar nuestra identidad es coleccionando recuerdos. A diferencia de la mera acumulación, pareciera que el coleccionismo es una condición humana necesaria para asir, comprender y darle sentido al mundo. Según los criterios de Susan M. Pearce (1), existen tres tipos de colecciones, las que se constituyen de recuerdos, las elaboradas a partir de objetos fetiches o las colecciones entendidas como sistemas. Para fines de este artículo me referiré solamente a la primera y a la tercera. Las primeras hacen referencia directa al dueño, y en general tienen una atadura especial a su historia, están llenas de cuentos y narrativas que nos permiten acceder a ciertas memorias, pero no revivirlas. En muy pocas ocasiones son lo suficientemente interesantes

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For it is invariably oneself that one collects. - Jean Baudrillard

Conexiones y correlaciones:

Me resulta inevitable imaginar

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como para sostenerse sin ese vínculo con su creador, aunque en momentos estas colecciones de recuerdos han servido como estrategias curatoriales. Tal es el ejemplo del Museo y Galería de Arte de Walsall (2) en Inglaterra, que en 1990 montó una exhibición titulada “The Peoples Show” donde reclutaron a través de una convocatoria, distintas colecciones de los habitantes de Walsall. Otro ejemplo es el Museo Peatonal de María Alós y Nicolás Dumit Estévez, proyecto itinerante en donde los artistas acopian una serie de objetos en el espacio público donados por los transeúntes que cruzan el camino, conformando así una colección de objetos cotidianos, la memoria de un sitio transitado. Este proyecto se presentó, entre otros lugares, en el marco de una exposición que preparó el Museo Universitario de Ciencias y Artes de la UNAM, precisamente para reflexionar de manera crítica sobre el coleccionismo ( 3).

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- Amalia Iglesias Serna Por otro lado las colecciones sistemáticas dependen de principios de organización, que parten de la operación de observación y razón. “Systematic collecting, therefore, works not by the accumulation of samples, as fetishistic collecting does, but by the selection of examples, intended to stand for all the others of their kind and to complete a set”(4). Mientras los dos primeros modelos son más estáticos y congelados, el tercero funciona como una representación abstraída, aunque Pearce deja claro en su ensayo que estas tres aproximaciones del coleccionista no son excluyentes: “many individual collectors and collections show elements of more than one mode, either at the same time or reflecting successive phases of activity”(5). El origen Latín de la palabra, colligere, nos remite a juntar y recolectar, que indica una dinámica de seleccionar. “It is the idea of series or class which creates the notion of the collection”(6), y en ese sentido


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queda claro que es necesario tener un lógica de elección y una estrategia de clasificación para poder agrupar, bajo criterios de semejanza o diferencia, los objetos pertenecientes a la colección. En la introducción del libro The Cultures of Collecting, John Elsner y Roger Cardinal nos dejan claro que para pensar en el coleccionismo es necesario primero referirnos a la clasificación: “if classification is the mirror of collective humanity's thoughts and perceptions, then collecting is its material embodiment. Collecting is classification lived, experienced in three dimensions”(7). En ese sentido podríamos pensar que las tipologías que plantea Pearce hacen referencia precisamente al tipo de clasificación que se usa para generar una colección. Para que una colección tenga significación social o trascendencia histórica, podríamos establecer que debe haber una suerte de equilibrio entre los valores subjetivos y objetivos encontrados en esa serie de piezas; entre la pasión que tenemos por una cosa y su valor objetual, es decir, su valor de intercambio, regulado por un criterio social y cultural. Así, la pieza coleccionable es única, pero paradójicamente forma parte de una serie de objetos similares, sin embargo el coleccionista, a partir de su obsesión personal encuentra singularidades. Suena lógico que alguien tenga un profundo afecto y una obsesión por, digamos, un cuadro de Picasso. El equilibrio entre el deseo subjetivo y la valoración social tiene concordancia; pero ¿qué

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pasa cuando el equilibrio entre ambos valores se rompe? Si se tiene, por ejemplo, un hondo lazo con la basura, o cualquier otra cosa que comúnmente consideramos repulsivo como sociedad, o con muchas de las producciones de arte actual que contienen elementos efímeros o que caducan, ¿Cómo hacerle para convertir una pasión puramente personal en una colectiva?, ¿Cómo conservar lo perecedero? Estas preguntas se vuelven significativas si observamos que el arte contemporáneo ha roto con una serie de paradigmas y normas, tradiciones y técnicas, que han transfigurado el sentido mismo del arte, de su materialidad, de su presentación, y por lo tanto, de su conservación. Esto supone una serie de revalorizaciones y restruccturaciones en la concepción misma de una colección. Ciertamente en algún momento se generó la idea de registros, tanto fotográficos como en video, para poder preservar ciertas obras, tal es el caso del Land Art de Richard Long, o los performances de Marina Abramovic, pero ¿Cómo nos enfrentarnos de manera más arriesgada o contemporánea a piezas poco duraderas y estables? Una de las cosas que tienen en común algunas manifestaciones del arte actual y las colecciones es la idea de lo incompleto (8): "what makes a collection transcend mere accumulation is not only the fact of its being culturally complex, but the fact of its incompleteness, the fact that it lacks something"(9), mismo que sucede con el arte relacional, donde la idea de base es que la

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obra sea completada por el espectador, quien se convierte en participante, "desde hace algunos años los proyectos artísticos sociales, festivos, colectivos o participativos se multiplican, explorando numerosas potencialidades de la relación con el otro”(10). Hay un sentido de constante construcción en la significación de la pieza. Sería interesante encontrar una colección que le dé peso al proceso de coleccionar (reactivando uno de los valores del arte actual), considerando que una colección también es una forma de construir conocimiento, de darle sentido al mundo, de sistematizarlo. “The myth of the truly tasteful collector, the one who creates taste instead of merely promulgating it, is that one is collecting rather recherché things or that one has a different approach from everyone else"(11). Y es allí donde la combinatoria de estrategias planteadas por Pearce, por un lado la pasión íntima -que en muchas ocasiones está vinculada al recuerdo al fetichey la sistemática, puede fortalecer la adaptación de una colección a esta visión del arte contemporáneo y exacerbar su sentido procesal o su sentido incompleto. Para María Dolores Jiménez-Blanco y Cindy Mack, autoras del libro Buscadores de belleza, historias de los grandes coleccionistas de arte: Los objetos que un coleccionista guarda tienen, para ellos, significados especiales, ocultos. Podemos decir que la obra de arte y el coleccionista se influyen: desde el mismo momento que entra en la colección, el objeto se convierte en algo más que una obra de


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arte. En ese sentido, el coleccionista es un artista, alguien capaz de transformar al objeto con su mirada, con su elección. (12) O en un caso más extremo, como bien establecieron Natalie Bookchin y Alexei Shulgin en su texto Introducción al net-art: “ To d o s e n U n o : [ . . . ] Desintegración y mutación entre las figuras de artista, curador, escritor, audiencia, galería, teórico, coleccionista de arte y museo”(13). (1) Profesora en estudios de museos y directora del Departamento de Estudios de Museos de la Universidad de Leicester. Es editora de Museum Studies in Material Culture (Smithsonian Institution Press, 1992), autora de Archaeological Curatorship (Smithsonian Institution Press, 1990) y On Collecting (1995), entre otros. (2) Para una revisión más puntual sobre este evento se puede consultar el capítulo The people s show: Towards a more democratic museum? En: Pearce, Susan M., y Paul Martin, The collector s voice: critical reading in the practice of collecting, Inglaterra, Ashgate Publishing Ltd., 2002. Pp.73-77. (3) Paul, Carlos, Invita el MUCA Roma a reflexionar de manera crítica sobre el coleccionismo, La Jornada, sección cultural, Miércoles 15 de septiembre de 2004. http:// www.jornada.unam.mx/2004/09/15/07an1cul.php?origen=cultura.php&fly=1 (27-junio-2011) (4) “Por ende, la colección sistemática no trabaja a través de acumulación de muestras, como lo hace la colección fetichista, pero mediante la selección de ejemplos, cuya intención es representar a todos los demás de su especie para completar un conjunto”. Pearce Susan M. Collecting reconsidered, en: Pearce Susan M (ed.), Interpreting objects and collec- tions, Londres, Routledge, 1994.p.201. (5) “Muchos coleccionistas y colecciones individuales muestran elementos de más de un modo, ya sea al mismo tiempo o reflejan fases sucesivas de la actividad”. Pearce Susan M. ibid .p.203. (6) “es la idea de series o clases la que genera la noción de colección”. Pearce Susan M. The urge to collect, en: Pearce Susan M (ed.), Interpreting objects and collections, Londres, Routledge, 1994. p.157. (7) “si la clasificación es el espejo de los pensamientos y percepciones humanos, entonces coleccionar es su corporalidad materializada. Coleccionar es una forma de vivir la clasificación, de volverla experiencia en tres dimensiones”. Elsner, John y Roger Cardinal (eds.), The Cultures of Collecting, Londres, Reaktion Books, 1997. p.2. (8) Para muchos autores las colecciones giran más en torno al falto, es decir, la esencia de una colección es siempre estar incompleta para así poder estar cons- tantemente rellenando los huecos, conservándola viva, de otra manera mueren. Como establece Susan Sontag en El Amante del Volcán: “Las grandes coleccio- nes son vastas, no completas. Incompletas: motivadas por el deseo de que sí sean completas. Hay siempre una pieza más” o como expresa Jean Baudrillard en The System of Collecting: “the acquisition of the final item would in effect denote the death of the subject, the absence of this item still allows him the possibil- ity of simulating his death by envisaging it in an object, thereby warding off its menace”. (9) “lo que hace que una colección trascienda la mera acumulación no sólo es el hecho de que sea culturalmente más compleja, sino el de estar incompleta, el hecho de que le falta algo”. Baudrillard, Jean, The System of Collecting en: Elsner, John y Roger Cardinal (eds.), The Cultures of Collecting, Londres, Reaktion Books, 1997. p.23. (10) Bourriaud, Nicolás, Estética Relacional, Argentina, Adriana Hidalgo Editora, 2006. p.73. (11) “El mito del coleccionista de verdaderamente buen gusto, aquel que crea gusto y no solamente lo promulga, es que uno colecciona cosas estudiadas o que uno tiene una aproximación distinta a todos los demás.“ Elsner, John y Roger Cardinal (eds.), The Cultures of Collecting, Londres, Reaktion Books, 1997. p.2. (12) Pérez Bergliaffa, Mercedes, Los coleccionistas de arte o la manía de enriquecerse con la mirada, periódico Clarín, domingo 6 de abril, 2008. http:// edant.clarin.com/diario/2008/04/06/sociedad/s-05601.htm (25 junio, 2011). (13) Bookchin, Natalie y Alexei Shulgin, Introducción al net.art, 1994-1999, en: http://aleph-arts.org/pens/intro-net-art.html (28-jun-2011).

BIBLIOGRAFIA 1. Belk, R. Wallendorf, M., Sherry, J. Holbrook, M., Collecting in a consumer culture, Utah, Association for Consumer Research, 1990. 2. Bookchin, Natalie y Alexei Shulgin, Introducción al net.art, 1994-1999, en: http://aleph-arts.org/pens/intro-net-art.html 3. Bourriaud, Nicolás, Estética Relacional, Argentina, Adriana Hidalgo Editora, 2006. 4. Durost, W. Children’s collecting activity related to social factors, Nueva York, Bureau of Publications, Teachers’ College, Colum- bia University, 1932. 5. Elsner, John y Roger Cardinal (eds.), The Cultures of Collecting, Londres, Reaktion Books, 1997. 6. Journal of the History of Collections 7. http://www.oxfordjournals.org/our_journals/hiscol/about.html 8. Pearce, Susan M., y Paul Martin, The collector s voice: critical reading in the practice of collecting, Inglaterra, Ashgate Publishing Ltd., 2002. 9. Pearce Susan M. (ed.), Interpreting objects and collections, Londres, Routledge, 1994. 10. Pérez Bergliaffa, Mercedes, Los coleccionistas de arte o la manía de enriquecerse con la mirada, periódico Clarín, domigo 6 de abril, 2008. http://edant.clarin.com/diario/2008/04/06/sociedad/s-05601.htm 11. Sontag, Susan, El amante del volcán, Argentina, Alfaguara, 1996. © Universidad del Claustro de Sor Juana, SA de CV., 2011


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