Kaleidoscopio - CRITICA Y REFLEXION
Entrada I
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Febrero 14, 2011
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que participa sintiéndolo, descubriéndolo, criticándolo, acariciándolo; aquél que cae en éxtasis, o que siente coraje o alegría al ver la
“Un día en mi estudio: Reflexiones”
obra; él también participa. Yo Leslie, pintora, me sumerjo entre colores, texturas, pinceladas, formas, y sentimientos, sin
~Leslie Zaidenweber
entender siempre hacia dónde voy o qué quiero
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comunicar. Entro a mi estudio y siento emoción, el olor, el tiradero; mi espacio. M e gusta empezar a pintar temprano por la mañana, y es conforme va pasando el día que mi creatividad toma fuerza. Pareciera que se calentara el cerebro. Cuando pinto no existe el tiempo, pasan las horas, como si mi todo estuviera en otro momento del universo, a otro compás. No existen ruidos ni distracciones, solos estamos mi lienzo y yo …y la música… y es en un abrir y cerrar de ojos cuando la luz me avisa que ya es momento de descansar. E xpreso mis sentimientos no sólo por el tema que estoy tratando, sino a través de la técnica que espontáneamente uso: echo mi lienzo al piso y aviento explosiones de colores. Los colores, para mí, son la magia, la fuerza, la delicadeza, los secretos. Porque en la pintura hay secretos, a
!
El arte es la manera excelsa, el
procedimiento más sutil y quizás el más efectivo para dejarles a las generaciones por venir, una explicación, un cuento, una historia de su propio pasado. Es también la manera de comunicarle al futuro la forma, la intensidad y la profundidad del presente, pues las palabras solas no podrían lograrlo. El arte es ligar una generación con otra u otras, es decir, es sentir y hacer que se sienta cómo somos, dónde estamos, hacia dónde creemos ir. El arte no sólo lo produce el artista o el poeta o el escritor o el músico, también lo produce aquél
veces ocultos en las manchas polícromas, y a veces expuestos a la imaginación de cada quién, a las vivencias del pintor y del espectador a la vez. Parte del placer de pintar es el romper las reglas y tratar de hacerlas mejor, pues cuando uno pinta cambia, de pronto, la manera de ver la vida, y aquellos sucesos momentáneos quedan plasmados. L a pincelada para mi es aquella acción que aparenta ser espontánea pero en realidad llega de una forma decisiva de lo más profundo de mi ser. Es libertad, sensibilidad, humor, impacto. Es el poder que quiero dar a la obra, es la prerrogativa que uso
© Universidad del Claustro de Sor Juana, SA de CV., 2011
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para expresarme, todo eso es un reflejo de las
la cantidad de colores que se podían encontrar en
experiencias de mi vida.
algo que parecía tener solo uno, y gozaba y sigo
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gozando sentir mis manos llenas de pintura, !
El vivir en México es algo que tiene un gran
percibir su temperatura y sus moléculas que se
impacto en mi persona. México es uno de los
van secando, haciéndome consciente de mi piel.
lugares mas ricos en el mundo para el arte, el
Me han dicho que mis cuadros cuentan historias.
artista y la inspiración. Es una cultura llena de
Es de aquellos personajes y mundos que creo
colores, de significados tanto individuales como
desde mi imaginación y mis vivencias, los que me
universales, de rituales, de costumbres, de
llevan a crear algo profundo, a descubrir mi
naturaleza, de controversias, de historia, de
profundidad.
transparencia. Es en México en donde vivo, en donde pienso, en donde temo, en donde río, en
Cuando pinto, el área donde trabajo se va volviendo
donde soy.
cada vez más pequeña, me extiendo en todos los
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sentidos y me olvido del lugar en donde estoy, mi
Desde que era pequeña me gustaba el
sentimiento de expresarme por medio de la pintura. Me intrigaba descubrir
© Universidad del Claustro de Sor Juana, SA de CV., 2011
espacio se convierte sólo en mi lienzo Empezar una obra es la parte más
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difícil del proceso, sobre todo porque muchas veces no sé que historia se va a contar. Es aquella tela en blanco la que veo por largo tiempo y trato de hacerla mi amiga para contar la historia juntas, y es de repente cuando la cercanía ya platicada comienza a tomar su curso. Muchas veces me siento paralizada a la hora de empezar, pero esta sensación se rompe en el momento en que pongo la primera mancha de color (aunque no niego que sensaciones parecidas ocurren más de una vez durante el proceso). Una pintura se inicia por el gusto de hacerla, por la magia, por la intuición; pero para mi un cuadro nunca se termina, sólo se detiene su proceso al dejar de trabajarlo. La sensibilidad del pintor debe respetar la libertad de expresión de la obra misma y sólo así podrá reconocer el momento de su maduración. Como la vida, cada pintura toma un tiempo, tiene un tiempo compartido con su creador.
© Universidad del Claustro de Sor Juana, SA de CV., 2011