AHED TAMIMI Abofetear a un soldado
AHED TAMIMI
Abofetear a un soldado
Ilustración: CarlosDaniel Mo Cuidado de edición: quetzadilla Contacto: kalicabra@riseup.net Este texto se editó en Software Libre, utilizando GNU/Xubuntu, Scribus 1.4.3, GIMP 2.8 y Libre Office 6.1.5.2 Tipografía: MAWNS Handwriting
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TOSCA ZERO
Obra publicada bajo la Licencia de Producción de Pares
Atribución - Compartir bajo la misma licencia - ¡No Capitalista! Editado a 100 años del asesinato de nuestro general Emiliano Zapata
TIERRA Y LIBERTAD
PRESENTACION El 15 de diciembre de 2017, Ahed Tamimi fue filmada por su madre al momento de abofetear a un soldado israelí, horas después de que su primo de 15 años recibiera un disparo en la cabeza a corta distancia con una bala de acero cubierta de goma, teniendo que retirarle una parte del cráneo para extirpar la bala. La escena del incidente se volvió viral en las redes sociales y Tamimi fue arrestada cuatro días después en su casa, en Nabi Salih. Tuvo que declararse culpable de asalto, incitación y obstrucción de los soldados (de ocupación), siendo condenada a ocho meses de prisión y una multa. Fue una de lxs 1.467 menores palestinxs arrestadxs por el ejército israelí en 2017. La siguiente es la carta abierta escrita por Ahed Tamimi en octubre de 2018, tres meses después de salir de prisión.
Carta abierta
Soy la hija de la ocupación israelí. La ocupación siempre ha estado ahí.
Mi primer recuerdo real fue el arresto de mi padre en 2004 y su visita a prisión. En ese momento yo tenía tres años. Desde entonces ha sido arrestado en dos ocasiones más. El año pasado, a mis 16 años, me arrestaron durante una redada nocturna, por abofetear a un soldado que estaba parado en nuestro patio. Fui sentenciada a ocho meses en una prisión israelí.
La vida tras las rejas fue muy dura. Los guardias nos despertaban a las 5:30am para el conteo y a las 8am volvían a inspeccionar las celdas. Nuestras puertas se abrían a las 10:30am, cuando salíamos a desayunar.
No nos dejaban salir y sólo podíamos caminar en una sala para hacer algo de ejercicio.
Junto con otrxs niñxs traté de formar grupos de estudio pero la administración de prisión rechazó la iniciativa y prohibió las clases. En cambio, leíamos libros y conseguí aprobar mis exámenes finales en prisión.
Después, nos íbamos a otras habitaciones donde podíamos hablar entre compañeras de prisión. Éramos alrededor de 25.
Sólo mi familia inmediata podía visitarme en un tiempo limitado de 45 minutos a través de una barrera de vidrio cada dos meses.
Durante mi arresto me convertí en un símbolo de la ocupación, pero hay otrxs 300 niñxs en las cárceles israelíes cuyas historias nadie conoce.
Nurhan caminaba con su prima quien recibió un disparo y murió frente a sus ojos. Las fuerzas de seguridad israelíes también le dispararon a Nurhan, enviándola al hospital. De allí la llevaron a prisión con una sentencia de 13 años. Hoy tiene 18 años.
Nurhan Awwad fue arrestada cuando tenía 16 años y condenada a 13 años de prisión. Se dice que ella trató de matar a un soldado.
La niña más joven en prisión es Hadia Arainat. Tiene 16 años y ya ha pasado tres años en la cárcel. Hadia debería ser liberada en cuatro meses. Dicen que también intentó matar a un soldado. Ella iba camino a la escuela en Jericó al l momento de su arresto.
Desde que fui liberada el 29 de julio, me he convertido en una portavoz de la causa palestina, lo cual no es fácil. Este papel conlleva una gran responsabilidad y presión. En paralelo, estoy en sentencia suspendida por los próximos cinco años; si digo algo que no les guste puedo ser encarcelada por otros ocho meses. Debo andar con cuidado. La gente a menudo me pregunta dónde encuentro fuerza y coraje para hacer frente a la ocupación, pero estoy experimentando una situación que me obliga a ser fuerte. Mi fuerza por supuesto, también se debe a la influencia de mis padres. Siguen siendo mi mayor inspiración.
Sin embargo, creo que todos en mi aldea son como yo. No soy especial. ¿A veces deseo dejarme ir y no ser fuerte? No. Bajo ocupación debes serlo. Siempre he desafiado mis miedos y he encontrado la fuerza que necesito.
Si no hubiera ocupación y Palestina fuera un país normal, me mudaría a Acre, viviría junto al mar y nadaría. Sólo he estado allí una sola vez, el agua está a 30 km. Hace algunos años, durante el Ramadán, Israel nos permitio visitar Jerusalén. Ese día mi papá nos llevó al mar. Teníamos miedo, por supuesto, porque era ilegal. Nos habían permitido estar en Jerusalén durante unas horas, pero mi padre estaba decidido. Quiero ser una chica normal de 17 años. Me gusta la ropa, me gusta el maquillaje. Me levanto por la mañana, miro mi Instagram, desayuno y camino por las colinas alrededor del pueblo. A veces voy a Ramallah con amigos para jugar bolos, comer helado e ir a restaurantes, pero no soy una adolescente normal. Mis padres, como yo, han estado en la cárcel y ahora mi hermano mayor, Waed, también está preso. Si me permitieran ser una adolescente normal que vive en un país normal, practicaría deportes. Quería ser futbolista, pero aquí no puedo jugar, aquí no hay tiempo. En cambio, he estado involucrada en manifestaciones y confrontaciones con el ejército israelí desde que era niña. Muchos critican eso, pero ¿por qué no critican al ejército que se coloca frente a niñxs? Bajo la ocupación todo es un crimen. La gente no debe acusarnos, la ocupación es la que está mal.
Todo lo que hacemos los palestinos es una reacción contra la ocupación.
No veo ningún signo de mejora. Por el contrario, los asentamientos continuarán expandiéndose y habrá incluso más puntos de control. Eso es lo que veo dentro de tres años en Cisjordania.
Sin embargo, todavía aspiramos a algún día vivir en una Palestina libre. Dos Estados nunca sucederán. Creíamos que los Acuerdos de Oslo (firmados en 1993 y 1995) servirían como un paso para lograr esto, pero miremos la situación actual.
Ahora que he terminado la escuela secundaria, quiero estudiar leyes, aunque no sé dónde. Tengo el sueño de trabajar a nivel internacional dentro de cinco años, defendiendo Palestina en la Corte Penal Internacional de La Haya.
ahed tamimi
Entiendo que tengo este rol ahora, pero ya no tengo privacidad. A veces siento que estoy perdiendo mi personalidad. La gente me pregunta cómo era la vida en la cárcel pero desearía no tener que hablar de eso. Sólo quiero olvidar.
DEDICATORIA A los territorios en proceso de liberación. A todas a las personas que existimos en una realidad social que permite la ocupación israelí. A Airbnb que retira los anuncios de alojamientos en asentamientos judíos en Cisjordania y a todas las demás empresas cómplices de las injusticias en territorios robados. A lxs niñxs que lloran inconsolablemente al ver a sus padres ser arrestados en marchas pacíficas. A lxs niñxs y adolescentes que han sido literalmente pisados por soldados. Al niño de 11 años que fue usado como escudo humano por las tropas israelíes durante una ofensiva en Gaza. A lxs aterrorizadxs por soldados en su camino a la escuela y a sus padres y madres que esperan su regreso. A todxs lxs arrestados durante clases y a lxs profesorxs que llegan a ser encañonados por defender a sus alumnxs. A la única ocupación en el mundo que despierta a niñxs en sus casas a la mitad de la noche para arrestarlxs y enjuiciarlxs sólo por aventar piedras. Al terrorista judío que incendió la casa de una familia palestina en Duma, asesinando a un bebé y su madre.
A aquellxs que se encontraban en hospitales obligados a cerrar debido a las restricciones energéticas, y a lxs pocxs a quienes se les ha permitido cruzar la frontera para recibir tratamiento, solxs, sin la compañía de sus familiares. A Mohammad Jasser Barbakh de 14 años, quien mientras levantaba la bandera palestina en la Gran Marcha del Retorno, recibió un disparo de un francotirador israelí y en consecuencia su pierna derecha tuvo que ser amputada. Al piloto que manejó el dron armado con misiles, arrebatándole la vida a cuatro niños en la playa de Gaza, y a todxs lxs que han ocultado este hecho. A Adbulrauf Ismail Salehe, asesinado a los 14 años de edad por soldados palestinos que le dispararon en la cabeza mientras participaba en las Marchas del Retorno, en la ciudad de Yabaliya. Al gobierno sionista que autoriza disparar a niñxs para “defender” una frontera inventada. A los más de 52 niñxs palestinxs asesinadxs en 2018 por soldados israelíes. A lxs que sobrevivimos en territorios donde el desplazamiento forzado y las masacres televisadas son el pan de cada día. A nosotrxs que nos indignamos y a aquellxs que están en camino. A la resistencia. Porque nuestras juventudes pueden ser rebeldes. Para que nuestras juventudes enfurezcan y se liberen.
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“Lo que hice debería ser algo habitual. Siempre deberíamos estar abofeteando soldados, dondequiera que estén, independientemente de si hicieron algo o no". Ahed Tamimi
#Boicot_a_Israel
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