CUÍDATE HOY PARA RECORDAR MAÑANA FACTORES PROTECTORES
COME SANO
Relaciónate MUÉVETE NO DEJES DE APRENDER “Volví a sentir unas inmensas ganas de vivir cuando descubrí que el sentido de mi vida era el que yo le quisiera dar” - Paulo Coelho -
Asociación de Familiares Enfermos de Alzheimer y otras Demencias de Marbella
Marbella ciudad solidaria
con el Alzheimer
Ana Moreno Sánchez Licenciada en Psicología
Pilar Rodríguez Jiménez Diplomada en Trabajo Social
María del Carmen Cuevas Cerveró
Licenciada en Medicina (experta en nutrición y dietética)
Jose Moreno Sánchez
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF)
Gisele Alazraki Sarobe Licenciada en Psicología
Laura Borrachero Zumaquero Diplomada en Terapia Ocupacional
¡CUÍDATE HOY PARA RECORDAR MAÑANA! ÍNDICE
FACTOR PROTECTOR: ALIMENTACIÓN
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FACTOR PROTECTOR: ACTIVIDAD FÍSICA
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FACTOR PROTECTOR: RELACIONES SOCIALES
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E INTERACCIÓN CON EL ENTORNO
FACTOR PROTECTOR: NUEVOS APRENDIZAJES
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CONCLUSIÓN
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¡CUÍDATE HOY PARA RECORDAR MAÑANA! Está sólidamente probada la existencia de determinados factores que de una manera u otra van a ser determinantes en el mantenimiento de nuestra salud integral y que como veremos, muchos de ellos, van a depender de nosotros mismos. Ya Galeno, médico la antigua Grecia asoció la buena salud a factores como la alimentación o el estilo de vida, afirmando que “la salud depende de distintos factores como aire y luz, alimentos y bebida, ejercicio, sueño y descanso, sentimientos y pasiones”.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) hace referencia a esta idea en su definición de salud, donde acentúa la importancia de verla como un concepto donde interfieren numerosos elementos y no sólo la ausencia de enfermedades. El concepto de salud integral implicaría la búsqueda de bienestar y armonía en cada una de las áreas del desarrollo humano, donde se involucran factores de tipo biológico, emocional, mental, físico, social y espiritual. Desde esta perspectiva se puede analizar qué aspectos son necesarios mejorar para tener una mejor calidad de vida que nos permita desarrollarnos plenamente.
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Con esta información cabe pensar que hay determinados factores que van a ejercer un efecto protector frente al desarrollo de numerosas enfermedades, o que por lo menos pueden reforzar la parte sana que mantendremos una vez que éstas aparezcan. Y esto ocurrirá en todos nuestros órganos, incluido nuestro cerebro. Para entender esto es necesario hacer mención al concepto de reserva cognitiva, que sería la capacidad que tiene nuestro cerebro para tolerar mejor los efectos que en él tienen los síntomas de una posible demencia. Numerosos estudios demuestran que ante el desarrollo de una demencia un cerebro con una “mayor reserva cognitiva” responderá mejor, consiguiendo que los síntomas clínicos tarden más en manifestarse que aquel otro que a pesar de contar con una patología similar no posee dicha reserva. Como ya decía Ramón y Cajal “el hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”.
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De todo esto podríamos extraer una serie de recomendaciones dirigidas a optimizar aquellos factores protectores que dependen en cierta medida de nosotros, minimizando así los de riesgo de padecer una enfermedad.
FACTOR PROTECTOR: ALIMENTACIÓN LA DIETA MEDITERRÁNEA COMO pARADIGMA MUNDIAL DE UNA DIETA SALUDABLE Una dieta saludable ya desde el nacimiento es imprescindible no sólo para alcanzar las máximas potencialidades con las que genéticamente venimos determinados sino para mantener una buena salud y ayudar a la prevención de enfermedades tan graves como las patologías cardiovasculares (infartos de miocardio y accidentes vasculares cerebrales), entre otras muchas. Además comer bien nos ayuda a combatir el estrés y nos protege de trastornos menores como los resfriados o la gripe y es imprescindible para mantener nuestro nivel de energía y mejorar nuestro rendimiento.
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Los beneficios de la Dieta Mediterránea sobre la salud y su papel en la prevención de muchas enfermedades crónicas son hoy por hoy una evidencia científica. Actualmente, la dieta mediterránea se ha impuesto como patrón dietético tanto por sus efectos positivos en la salud en general como por su papel en la prevención de las enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes. La dieta mediterránea se plasma en una guía alimentaria: la pirámide, que nos da las pautas para la correcta alimentación de la población adulta sana pero que debe ser adaptado a las necesidades específicas de los niños, las mujeres embarazadas y otras condiciones de salud.
Esta pirámide se plantea desde el consenso internacional y se basa en las últimas evidencias científicas en el campo de la nutrición y la salud publicadas en cientos de artículos científicos en la últimas décadas, contribuyendo así a la armonización de los instrumentos educativos que se utilizan en la promoción de la Dieta Mediterránea, y responde a la necesidad de un marco común entre los países mediterráneos, que se debe adaptar en función de las costumbres y hábitos de cada país del arco mediterráneo 10
La pirámide de la dieta mediterránea incluye todos los grupos de alimentos; pero no se trata tan sólo de dar prioridad a un determinado tipo de alimentos, sino a la manera de seleccionarlos, de cocinarlos y de consumirlos ya que más allá de la elección de un determinado grupo de alimentos, una dieta será saludable o perjudicial dependiendo de la proporción de cada uno de estos grupos y de la frecuencia de consumo. Por eso la pirámide no solo muestra grupos de alimentos sino que refleja la composición y número de raciones de las comidas principales y la necesidad de acompañar la dieta de un estilo de vida saludable, incluyendo ejercicio físico diario y respetar los periodos de descanso.
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La pirámide sitúa en la base los alimentos de origen vegetal, que proporcionan nutrientes clave y otras sustancias protectoras que contribuyen al bienestar general y a conseguir una dieta equilibrada. Por estas razones, deberían ser consumidos con mayor proporción y frecuencia que los alimentos situados en los niveles centrales y en el vértice. Estos últimos se deberían consumir en cantidades moderadas, o de manera ocasional, reservándolos para ocasiones festivas y excepcionales.
La nueva pirámide establece pautas alimentarias de cumplimiento diario, semanal y ocasional, para lograr una dieta saludable y equilibrada.
ALIMENTOS A CONSUMIR DIARIAMENTE Las comidas principales no pueden prescindir de tres elementos básicos: Cereales: Una o dos raciones por comida, en forma de pan, pasta, arroz, cuscús u otros. Deben ser preferentemente integrales ya que algunos nutrientes (magnesio, fósforo, etc) y fibra se pueden perder en el procesado. Verduras: Deben estar presentes tanto en la comida como en la cena, aproximadamente dos raciones en cada toma. Por lo menos una de ellas debe ser cruda. La variedad de colores y texturas aporta diversidad de antioxidantes y de sustancias protectoras. Frutas: Una o dos raciones por comida. Deben ser el postre habitual. 12
Se debe garantizar el aporte diario de entre 1,5 y 2 litros de agua: Una correcta hidratación es esencial para mantener un buen equilibrio de agua corporal, si bien las necesidades varían según la edad de las personas, el nivel de actividad física que se realice, la situación personal y las condiciones climáticas. Además de beber agua directamente, el aporte de líquido se puede completar con infusiones de hierbas con azúcar moderado y caldos bajos en grasa y sal. Productos lácteos: Preferiblemente en forma de yogur y queso bajos en grasa. Su consumo debería ser moderado (en torno a dos raciones diarias); contribuyen a fortalecer los huesos, pero pueden ser una importante fuente de grasas saturadas. El aceite de oliva: Situado en el centro de la pirámide, debería ser la principal fuente de grasa por su calidad nutricional. Se debe utilizar para aderezar y cocinar (una cucharada por persona) ya que su composición única le da una alta resistencia a las temperaturas de cocción. 13
Las especias, las hierbas, las cebollas y el ajo son una buena manera de introducir una variedad de aromas y sabores a los platos y una buena estrategia para reducir el uso de la sal. Las aceitunas, los frutos secos y las semillas son una buena fuente de grasas saludables, proteínas, vitaminas, minerales y fibra. Un puñado de aceitunas, frutos secos y o semillas pueden ser un excelente aperitivo. Siempre que las creencias religiosas y sociales lo permitan, se recomienda un consumo moderado de vino u otras bebidas fermentadas (como referencia, una copa al día para las mujeres y dos para los hombres).
ALIMENTOS A CONSUMIR SEMANALMENTE Consumir proteínas tanto de origen animal como de origen vegetal. Los platos mediterráneos no suelen contener alimentos proteicos de origen animal como ingrediente principal, sino que son añadidos a otras preparaciones para hacerlas más gustosas. El pescado (dos o más raciones), la carne magra (dos raciones) y el huevo (2-4 raciones) son fuentes de proteína de alta calidad de origen animal. El pescado y el marisco son, además, fuentes de grasas saludables.
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El consumo de carne roja (menos de dos raciones, preferentemente cortes magros) y de carne procesada (menos de una ración) debe ser reducido tanto en cantidad como en frecuencia. Las legumbres combinadas con los cereales son una buena fuente de proteínas de origen vegetal. Las patatas se incluyen en este grupo y frecuencia de consumo por su presencia en las recetas tradicionales de carnes y pescados (unas tres raciones a la semana, preferiblemente frescas).
ALIMENTOS A CONSUMIR DE MANERA OCASIONAL En el vértice de la pirámide encontramos los dulces. El azúcar, los caramelos, los pasteles, la bollería, los zumos de fruta azucarados y los refrescos azucarados se deberían consumir en pequeñas cantidades y sólo de vez en cuando.
CONCEPTOS CLAVE A TENER EN CUENTA Junto a las recomendaciones en cuanto a la proporción y frecuencia de cada uno de los grupos de alimentos, la incorporación de algunos elementos culturales y de estilo de vida es uno de los aspectos más destacados de la nueva pirámide. Su adopción se considera necesaria para obtener todos los beneficios de la Dieta Mediterránea. 15
Moderación: El tamaño de las raciones debería estar basado en la frugalidad. El estilo de vida sedentario que caracteriza las sociedades urbanas actuales impone unas bajas necesidades energéticas. Cocinar: Se debe dedicar tiempo a la preparación de los alimentos para hacer de ella una actividad relajada y divertida que se puede realizar en familia, con amigos o con la pareja.
Socialización: Más allá del aspecto nutricional, la convivencia potencia el valor social y cultural de la comida. El hecho de cocinar y de sentarse alrededor de la mesa en compañía de la familia y de las amistades proporciona un sentido de comunidad. Estacionalidad: Los alimentos de temporada, frescos y mínimamente procesados, contienen más nutrientes y sustancias protectoras. Siempre que sea posible, se debe dar prioridad a los productos tradicionales, locales, respetuosos con el medio ambiente y la biodiversidad. De este modo se contribuye a la preservación del medio ambiente y los paisajes mediterráneos.
Actividad: La práctica regular de la actividad física moderada (un mínimo de 30 minutos a lo largo del día) proporciona grandes beneficios para la salud, como regular el gasto energético y mantener un peso corporal saludable. Caminar, subir y bajar escaleras y realizar tareas del hogar son una forma sencilla y accesible de ejercicio físico. Siempre que sea posible, se recomiendan las actividades al aire libre y en compañía, para potenciar el atractivo del ejercicio físico y reforzar los vínculos con la comunidad. Descanso: Descansar adecuadamente forma parte de un estilo de vida saludable y equilibrada. 16
DIEZ RECOMENDACIONES BÁSICAS DE LA DIETA MEDITERRANEA 1.- Utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adición. Es el aceite más utilizado en la cocina mediterránea. Es un alimento rico en vitamina E, beta-carotenos y ácidos grasos monoinsaturados que le confieren propiedades cardioprotectoras. Este alimento representa un tesoro dentro de la dieta mediterránea, y ha perdurado a través de siglos entre las costumbres gastronómicas regionales, otorgando a los platos un sabor y aroma únicos. 2.- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres, champiñones y frutos secos. Las verduras, hortalizas y frutas son la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra de nuestra dieta y nos aportan al mismo tiempo, una gran cantidad de agua. Es fundamental consumir cinco raciones de fruta y verdura a diario. Gracias a su contenido elevado en antioxidantes y fibra pueden contribuir a prevenir, entre otras, algunas enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. 17
3.- El pan y los alimentos procedentes de cereales (pasta, arroz y especialmente productos integrales). Deberían formar parte de la alimentación diaria. El consumo diario de pasta, arroz y cereales es indispensable por su composición rica en carbohidratos. Nos aportan una parte importante de energía necesaria para nuestras actividades diarias. 4.- Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados. Es importante aprovechar los productos de temporada ya que, sobre todo en el caso de las frutas y verduras, nos permite consumirlas en su mejor momento, tanto a nivel de aportación de nutrientes como por su aroma y sabor.
5.- Consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogur y quesos. Nutricionalmente se debe que destacar que los productos lácteos como excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico, minerales (calcio, fósforo, etc.) y vitaminas. El consumo de leches fermentadas (yogur, etc.) se asocia a una serie de beneficios para la salud porque estos productos contienen microorganismos vivos capaces de mejorar el equilibrio de la microflora intestinal. 6.- La carne roja se tendría que consumir con moderación y si puede ser como parte de guisos y otras recetas. Y las carnes procesadas en cantidades pequeñas y como ingredientes de bocadillos y platos. Las carnes contienen proteínas, hierro y grasa animal en cantidades variables. El consumo excesivo de grasas animales no es bueno para la salud. Por lo tanto, se recomienda el consumo en cantidades pequeñas, preferentemente carnes magras, y formando parte de platos a base de verduras y cereales.
7.- Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación. Se recomienda el consumo de pescado azul como mínimo una o dos veces a la semana ya que sus grasas, aunque de origen animal, tienen propiedades muy parecidas a las grasas de origen vegetal a las que se les atribuyen propiedades protectoras frente enfermedades cardiovasculares. Los huevos contienen proteínas de muy buena calidad, grasas y muchas vitaminas y minerales que los convierten en un alimento muy rico. El consumo de tres o cuatro huevos a la semana es una buena alternativa a la carne y el pescado. 18
8.- La fruta fresca tendría que ser el postre habitual. Los dulces y pasteles deberían consumirse ocasionalmente. Las frutas son alimentos muy nutritivos que aportan color y sabor a nuestra alimentación diaria y son también una buena alternativa a media mañana y como merienda. 9.- El agua es la bebida por excelencia en la dieta Mediterranea. El vino debe tomarse con moderación y durante las comidas. El agua es fundamental en nuestra dieta. El vino es un alimento tradicional en la dieta mediterránea que puede tener efectos beneficiosos para la salud consumiéndolo con moderación y en el contexto de una dieta equilibrada. 10.- Realizar actividad física todos los días. Ya que es tan importante como comer adecuadamente. Mantenerse físicamente activo y realizar cada día un ejercicio físico adaptado a nuestras capacidades es muy importante para conservar una buena salud.
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FACTOR PROTECTOR: ACTIVIDAD FÍSICA MENS SANA IN CORPORE SANO
Actualmente casi todos conocemos los beneficios de la actividad física para nuestra salud, pero son muy pocos los que realizan esa actividad por sus beneficios internos. Todos queremos estar más guapos, esbeltos, con mejor tipo, más fuertes y sanos, pero centrándonos en nuestro aspecto e imagen. Además de esto los beneficios más importantes del deporte son esos que no se ven, son los que van por dentro. Unos no son excluyentes de los otros, de hecho van de la mano. 20
Pero algo está cambiando, empezamos a oír voces que nos dicen que debemos pensar en nuestro futuro, que si nos acostumbramos a practicar actividad física regularmente nuestro cerebro responderá en el futuro mucho mejor a los efectos de la edad y de una posible patología. Sabemos que una persona que lleva una vida activa poseerá una esperanza de vida de entre tres y cinco años superior que aquella que no la lleva. Como ya hemos visto un cerebro más estimulado también aguantará mejor los envites del declive propio de la edad y del paso del tiempo, e incluso hará frente de una manera más eficaz a los efectos de posibles lesiones cerebrales. Es decir que la actividad física será imprescindible para el mantenimiento de nuestra salud física y mental.
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La parte física es la más fácil de observar. Así, una persona que se propone estar más en forma realizando actividad física y cuidando su alimentación, al cabo de tres meses notará que su cuerpo ha cambiado para bien, se encontrará mucho mejor, produciéndose incluso cambios en su carácter y su autoestima. Y todo eso no es más que el reflejo de lo que poco a poco está pasando dentro de su propio cuerpo donde también se han comenzado a producir cambios (el corazón puede bombear más sangre, los pulmones tienen una mayor capacidad, se está optimizando el metabolismo,…).
A nivel bioquímico la actividad física nos supondrá un enorme beneficio. Hablar de actividad, placer y felicidad, es traducido por nuestro cuerpo en adrenalina, serotonina y endorfinas. La adrenalina es liberada en situaciones de alerta, es la responsable de la acción. La serotonina se relaciona con el placer y el humor. Las endorfinas son las “hormonas de la felicidad”. Al realizar actividad física nuestro cuerpo genera y libera estas sustancias que nos dan una sensación de bienestar, combaten el estrés, disminuyen la ansiedad, tienen un efecto calmante del dolor entre otros muchísimos beneficios.
En estos últimos tiempos se está investigando muchísimo acerca de cómo la actividad física ayuda a nuestro cerebro. Así, se demuestra que llevar una vida activa (realizar actividad física moderada mínimo tres veces por semana) nos aporta múltiples beneficios, siendo uno de los factores que parecen influir en la ya comentada reserva cerebral, ya que nos ayudará a crear nuevos aprendizajes o modificar habilidades que ya habíamos aprendido. La actividad física es abierta, cambiante, lo que requiere adaptaciones constantes, y esas adaptaciones son la forma de ir evolucionando, de mejorar e incluso de estimular nuestra función cerebral a largo plazo. El hecho de llevar unos hábitos de vida saludables nos ayudará para toda la vida, siempre que sea parte de ella. De casi nada valdría comer bien, conocer mucha gente, hacer deporte y cuidarse sólo una época de la vida. Estos deberían ser pilares básicos, desde que somos pequeños hasta el final de nuestros días. 22
CONSTANCIA, PROGRESIVIDAD Y ESFUERZO Lo más importante cuando nos planteamos comenzar con una determinada actividad física no es cual realizar, sino simplemente hacer algo que nos guste y que nos motive. Una vez hayamos empezado debemos saber que hay tres puntos clave, la constancia, la progresividad y el esfuerzo. El secreto del éxito es la constancia, huyendo de fórmulas milagrosas o mágicas. Hay que ir poco a poco, sin prisa pero sin pausa, este será el mejor método para una adaptación progresiva a la nueva actividad. Olvídate de las molestas agujetas, ve poco a poco y disfruta desde el primer momento. También será clave el esfuerzo (controlado), ya que sin esfuerzo no habrá progreso, como todo en la vida, hay 23
que esforzarse para ir mejorando y consiguiendo resultados. Será básico escuchar lo que nos dice nuestro cuerpo, oír a nuestro corazón que late más rápido, observar como nuestros pulmones se llenan de aire y sentir como nuestros músculos trabajan. Siéntete bien cuando notes el sudor en tu frente, desconecta de tus problemas y métete de lleno en la actividad en sí. Piensa que estarás haciendo una inversión de futuro, orientada hacia tí y hacia la mejora de tu calidad de vida. Estarás sentando las bases para tu desarrollo físico y mental.
RECOMENDACIONES Busca una actividad que puedas mantener en el tiempo, algo que te guste y te motive. No tengas miedo o vergüenza a empezar una actividad nueva o retomar una antigua. No se trata de cambiar drásticamente, el secreto es modificar algunos hábitos y poder mantenerlos toda la vida. No tenemos porque acabar muy cansados o fatigados, empezaremos gradualmente e iremos aumentando con el tiempo. El mínimo serán dos veces por semana, media hora cada día…el máximo lo pones tú. No pospongas el comienzo, no digas el lunes empiezo y empieza hoy. Recuerda: constancia, progresividad y esfuerzo. Estás ganando vida.
¡Ánimo y a moverse! 24
FACTOR PROTECTOR: RELACIONES SOCIALES E INTERACCIÓN CON EL ENTORNO
Mantener unos adecuados hábitos de vida, practicar ejercicio, cuidar la nutrición, conservar la mente activa, aprender, relacionarnos, en definitiva, tener un proyecto vital definido, hará que podamos disfrutar de una vida más útil y placentera. En este mismo sentido, las teorías sobre el envejecimiento ponen de manifiesto que el éxito en este proceso no sólo dependerá de aspectos biológicos, sino que también factores externos intervendrán en él; estos últimos pueden ser promocionados e integrados en nuestro estilo de vida, lo que nos permitirá disfrutar de una vejez más saludable. Las relaciones sociales pueden cumplir varias funciones: obtenemos apoyo de los demás, aprendemos de ellos, nos ayudan a identificarnos y construir nuestra identidad, nos proporcionan diversión y entretenimiento, etc. En definitiva las relaciones sociales contribuyen al desarrollo y al bienestar individual. 25
El apoyo social, las buenas relaciones interpersonales y el sentimiento de cohesión grupal contribuyen de manera importante a la salud, física y emocional. Pertenecer a una red social hace que las personas se sientan queridas, apreciadas, valoradas y cuidadas. En la actualidad existe evidencia empírica que indica que el establecimiento de relaciones entre personas deriva de una necesidad innata que
se conoce como impulso afiliativo. Este impulso suele cambiar a lo largo del ciclo vital de forma que en algunos momentos como la infancia y los primeros años de la adolescencia goza de una mayor intensidad. Hay que destacar que lo relevante no es tanto la cantidad de relaciones como su calidad. Por otra parte, no todas las personas tienen las mismas necesidades en este sentido. Así, personas introvertidas manifiestan una necesidad menor de relacionarse, mientras que aquellas otras más necesitadas de afiliación experimentarán un mayor malestar ante la carencia de relaciones. Lo importante será el ajuste entre las necesidades que tiene la persona y el apoyo que recibe de los demás.
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Como ya hemos comentado anteriormente cada vez disponemos de más datos procedentes de estudios que encuentran una relación significativa entre relaciones sociales y salud, tanto directa como indirectamente. Directamente porque las relaciones con los demás nos proporcionan confianza, compañía, ayuda y apoyo emocional y pueden contribuir a mejorar el autoconcepto y la autoestima. Pero también indirectamente, ya que nos protege de los efectos negativos del estrés ayudándonos a superar situaciones difíciles. Podríamos decir que el apoyo social tiene un efecto amortiguador ante situaciones estresantes. Lazarus y Folkman (1984), en su modelo transaccional, proponen que el estrés psicológico surge cuando se percibe una situación como amenazante y nos sentimos desbordados para afrontarla. Si en este momento contamos con apoyo social experimentaremos menos estrés y malestar psicológico, lo que nos permitirá afrontar la situacion de una manera más adaptativa. Si tenemos en cuenta 27
que en la actualidad disponemos de muchos datos que indican que el estrés mantenido debilita nuestro sistema inmunológico dejándolo expuesto a muchas enfermedades, se puede justificar plenamente la relación encontrada entre el apoyo social y la prevención de determinadas enfermedades.
Concluiremos diciendo que la forma de envejecer va a depender en cierta medida de nosotros mismos. Será necesario contar con una una serie de mecanismos de afrontamiento que nos ayuden a adaptarnos a los cam-
bios que esta etapa supone. En este sentido, como ya hemos visto, el apoyo social será un factor determinante en este proceso, contribuyendo al mantenimiento de la salud física, mental y emocional.
PAUTAS PARA MEJORAR NUESTRAS RELACIONES SOCIALES La forma en que nos comunicamos con los demás refleja cómo somos, cómo pensamos y como sentimos. Nuestra relación interpersonal nos puede ayudar a ser mejores. Para ello debemos aprender a escuchar, ponernos en el lugar del otro, empatizando y valorando a los demás. Debemos aprender a defender nuestros derechos y saber decir no cuando sea necesario. Aprendamos a ser positivos con nosotros mismos, mostrando nuestra valía personal. 28
OCIO Y TIEMPO LIBRE
Cada vez son más numerosos los estudios que analizan el impacto de las prácticas de ocio sobre la calidad de vida. Desde que Berne, en 1964, llevo a cabo una de las primeras aproximaciones de la psicología al fenómeno del ocio, éste ha ido adquiriendo cada vez mayor importancia como campo de estudio y en la actualidad nadie duda de que sea un recurso de primera magnitud para estimular el desarrollo personal. Kelly y Steinkamp defienden la existencia de factores motivadores que convierten el fenómeno del ocio en las personas mayores en una manera de hacer frente a los cambios que se producen en esta etapa. Entre estas motivaciones estarían la interacción social, la autoexpresión, la percepción de competencia, el disfrute del tiempo libre y el entretenimiento. 29
Igualmente las personas mayores que disfrutan con cierta continuidad de experiencias de ocio que revisten cierto grado de complejidad, son personas intelectualmente más alerta y más conectadas con su entorno. Además el ocio está íntimamente relacionado con la percepción de felicidad, la implicación y el ajuste a las circunstancias vitales. Algunos estudios hacen referencia incluso al potencial del ocio como recurso para hacer frente a las situaciones derivadas de la vivencia de enfermedades crónicas.
En definitiva sabiendo que las actividades de ocio van a influir en la forma de envejecer, cultivar nuevas aficiones o dedicar más tiempo a las que ya han formado parte de nuestra vida será determinante para disfrutar en esta etapa.
INTERACCIÓN CON ANIMALES Desde hace siglos, los animales han supuesto una parte fundamental en la vida del ser humano, y en nuestros días, el tanto por ciento de personas que comparten su vida con un animal de compañía es sorprendente. Los perros en concreto, son una de las especies más elegidas por su carácter noble y fiel, y estos animales se han convertido como demuestran multitud de investigaciones, en verdaderos terapeutas para muchas personas con dificultades para relacionarse. 30
Unos tratamientos con resultados claramente positivos a los que poco a poco pueden tener acceso cada vez más personas. Los perros se han ganado con el paso de los años el título de ‘los mejores amigos del hombre’, y es que un perro es capaz de dar su vida para salvar la de su amo, y les da igual su físico, intelecto o estatus social, que siempre darán cariño sin pedir nada a cambio.
La terapia con animales es un recurso muy importante para tratar a las personas mayores en caso de padecer deterioro cognitivo o demencia. Los animales tienen un gran potencial para llegar a las personas y ser auténticos protagonistas en determinadas terapias contra dicha enfermedad.
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La terapia con animales se basa en la Teoría de la Biofilia, que hace referencia al sentido de conexión de carácter innato, con la naturaleza y con otras formas de vida. Concretamente con los perros tenemos una relación especial que nos ayuda a sentirnos queridos y útiles. En estas terapias es esencial el tacto, tocar el pelo del perro, sintiendo el calor que desprende y su proximidad ayuda a que las personas mayores se sientan cerca de ellos, consoladas y menos aisladas. Tocar al perro produce relajación, lo que se traduce en una disminución de la presión arterial y del tono muscular alterado. La interacción con animales con fines terapéuticos se basa fundamentalmente en una premisa, el animal es un factor motivador para que la persona mayor realice ejercicios que de otra manera le resultarían aburridos y monótonos.
Entre los beneficios más importantes de este tipo de terapias estarían el mantenimiento de determinadas funciones cognitivas como la atención, mejoras en la motricidad, tanto fina como gruesa, mejoras de habilidades sociales y emocionales, etc... Esperamos que dentro de muy poco tiempo muchas más personas con este tipo de problemas puedan tener acceso a dichas terapias, y que puedan beneficiarse del cariño de los animales, que es inagotable.
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AYUDAR A LOS DEMÁS Formar parte de un proyecto concreto de ayuda a los demás supone un beneficioso aporte a nuestra salud integral ya que, entre otras cosas: Nos ayuda a sentirnos útiles y realizados. Nos hace adoptar una responsabilidad elegida. Nos mantiene ocupados. Nos ayuda a relativizar nuestros problemas. Establecemos una complicidad/empatía con los demás.
FACTOR PROTECTOR: NuEVOS APRENDIZAJES Plantearse aprender cosas nuevas supone afrontar retos que requieren adaptación y flexibilidad. El cerebro crea nuevas conexiones neuronales con cada nuevo aprendizaje, por lo que en cierta forma dependerá de nosotros mantener elevado ese crecimiento. Así, plantearnos nuevas actividades que impliquen una activación a nivel intelectual, búsqueda de soluciones a los problemas, pensar, recordar, sintetizar e innovar supondrán retos para nuestro cerebro y una buena manera de mantenerlo en forma.
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Por todo ello, si algo te interesa, investígalo, estúdialo, busca información al respecto; actúa como un científico. Haz que primen en tí los pensamientos positivos, constructivos y que esto se convierta en tu forma habitual de pensar. Huye del estrés y del mal humor. Ríete a diario. Conoce lugares nuevos, relaciónate con gente distinta, adáptate a otras culturas, idiomas, costumbres, etc. Esto te obligará a cambiar tus esquemas, flexibilizar tu mente, empatizar, en definitiva, conseguirás acercarte y conocer otra perspectiva de vida distinta a la tuya. No tomes ideas prestadas de los demás, salvo que te gusten mucho. Mejor piensa por tí mismo.
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CONCLUSIÓN
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Al igual que planteamos la importancia de entender la salud como un todo integrado, deberíamos aplicar el mismo esquema cuando hablamos de nosotros mismos. Esto implicaría dar a cada una de las partes que forman ese todo la importancia que se merece. Vivimos en una sociedad excesivamente orientada a lo material, donde el éxito está íntimamente relacionado con el aspecto físico. Esto puede hacernos olvidar que muchos otros factores están ahí pidiéndonos a gritos que se les preste la atención que requieren. Por ello planteamos que conseguir el nivel óptimo de salud integral pasa necesariamente por encontrar el equilibrio entre nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma.
BIBLIOGRAFÍA 1. Reserva cognitiva y demencia. Marina Rodríguez Álvarez y Juan Luis Sánchez Rodríguez. 2. Brain reserve and the clinical expression of Alzheimer’s disease. Mortimer, J.A. 3. Enfermedad de Alzheimer: Mejor prevenir que curar. Cristóbal Carnero Pardo. 4. Enfermedad de Alzheimer: Factores de riesgo y protectores. Carnero Pardo, C. Escamilla 5. ¡A tus neuronas les va el deporte! Periodismo reflexivo sobre ciencia, arte, tecnología y pensamiento. Cristina Sáez. 6. “Nuestros genes están ansiosos de ejercicio”. Entrevista de Eduard Punset a Fernando Gómez- Pinilla, neurocientífico, Neurotrophic Research Laboratory, Universidad de California. 7. “Prooceedings of the National Academy of Sciences” de la Universidad de Columbia. Scout A. Small, profesor de Neurología y Fred Gage, del Instituto Salk, en California. 8. Endorphins: Natural pain and Stress Fighters (Endorfinas: analgésicos y luchadores contra el estrés naturales). Melissa Conrad Stöppler. 9. “Later-life satisfaction: Does leisure contribute?”. Kelly, J. R.; Steinkamp, M. W. y Kelly, J. R. 10. Games People Play: The Psychology of Human Relations. Berne, E. 11. Estrés y procesos cognitivos. Lazarus, R.S. y Folkman, S. Parte de las imágenes han sido extraídas de 123RF.
Los datos del apartado Alimentación han sido tomados de la fundación dieta mediterránea. Las entidades colaboradoras en el nuevo diseño de la pirámide de la Dieta Mediterránea son las siguientes: •
Fundación Dieta Mediterránea.
•
Forum on Mediterranean Food Cultures.
•
Hellenic Health Foundation.
•
Hebrew University.
•
International Commission on the Anthropology of Food and Nutrition.
•
Università Politecnica delle Marche.
•
Federation of European Nutrition Societies.
•
Federation of African Nutrition Societies.
•
Prevención con Dieta Mediterránea.
•
Centre International de Hautes Études Agronomiques Méditerranéennes.
•
International Union of Nutritional Sciences.
•
Centro Interuniversitario Internazionales di Studi sulle Culture Alimentari Mediterranee.
www.afamarbella.org
ASOCIACIÓN DE FAMILIARES DE ENFERMOS DE ALZHEIMER DE MARBELLA UNIDAD DE ESTANCIA DIURNA NIEVES BARRANCO
C/ José Manuel Vallés, nº 5
951 057 120 - 625 679 233 afamarbella@hotmail.com
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