2014 Lilley Manuela Zapata Arenas 11|04
[CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA Y LOS JOVENES ] La influencia de las guerras internas del pa铆s sobre los j贸venes, vinculaci贸n a las fuerzas de autodefensa voluntarias y obligadas
CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA Y LOS JÓVENES
JÓVENES ES GUERRA ANÁLISIS JURÍDICO, LEGISLACIÓN INTERNACIONAL Y COLOMBIA.
Es característica de los conflictos armados dar como resultado la vulneración y violación de los derechos humanos de la población civil, y sin lugar a dudas, los niños, niñas y jóvenes son el sector que debe soportar la mayor cantidad de estragos producto de los enfrentamientos y de toda actividad que se derive de la guerra. En estas condiciones, no es trascendente que el conflicto sea de carácter interno o internacional, los efectos por regla general, son similares; desplazamiento forzoso, analfabetismo, destrucción física y sicológica de las víctimas. Colombia no es la excepción. La comunidad internacional durante las últimas décadas ha destinado gran parte de su atención a la implementación de directrices mínimas que deben ser respetadas en pro de la protección de los derechos de los jóvenes; por parte de los Estados. Sin embargo, y a pesar de que existen instrumentos jurídicos encaminados a proteger los derechos de los niños, niñas y jóvenes, dándole relevancia a su interés superior, es un
hecho innegable la muerte de en los conflictos que países como el nuestro viven en la actualidad, además de una
sistemática violación de sus otros derechos.
En Colombia, los jóvenes se sienten acosados por el conflicto armado El desplazamiento forzado, el secuestro y la desaparición forzada; las ejecuciones extrajudiciales, el reclutamiento forzado por parte de grupos armados ilegales y la utilización por parte de las Fuerza Pública en operativos militares hacen parte de la cotidianidad de muchos niños y jóvenes en diversas regiones de Colombia. Lo preocupante es que no existen las suficientes herramientas normativas y jurídicas para proteger los derechos de la niñez y la juventud de los efectos del conflicto armado colombiano. Así quedó en evidencia durante la jornada inicial del Encuentro Nacional de Experiencias El Encuentro, reúne a cerca de 100 jóvenes afectados por el conflicto armado provenientes de regiones como San Onofre y Sincelejo, departamento de Sucre; Oriente de Antioquia; Cúcuta y Tibú, Norte de Santander; el distrito de Aguablanca de la ciudad de Cali y la localidad de Ciudad Bolívar de la capital del país, quienes vienen participando en la campaña Juguemos en Serio a la Paz, que ejecutan las organizaciones no gubernamentales Fundación Cultura Democrática (Fucude) y el Instituto Popular de Capacitación (IPC).
Los asistentes coincidieron en afirmar que si bien muchas de estas cosas ocurren con frecuencia en las regiones, no son lo suficientemente visibilizadas ante la opinión pública. De ahí que una de las primeras acciones sugeridas para evitar que la niñez siga siendo utilizada en el conflicto sea el reconocimiento en las regiones de la problemática. Junto a esto, también se planteó la necesidad de replantear las políticas públicas existentes dirigidas a la protección de la niñez y la juventud y en abrir espacios de participación efectivos, donde su voz sea escuchada, valorada y respetada.
Jóvenes en zonas controladas por grupos armados La utilización de jóvenes por parte de grupos armados ha sido una realidad en el marco de cientos de conflictos armados alrededor del mundo. El uso de la niñez para la conducción de las hostilidades ha estado mediado por factores aberrantes, como el aprovechamiento de las condiciones de marginalidad, pobreza y violencia intrafamiliar, la facilidad para el adoctrinamiento de los menores de edad, el bajo costo de su manutención, la prestación de servicios sexuales a la tropa bajo las formas de esclavitud sexual, coacción y amenazas, y la ausencia estatal, entre otros factores. Si bien en 1959 la Declaración sobre los Derechos del Niño estableció la prohibición de someterlos a cualquier acto de abandono, crueldad o explotación, tan solo a partir de la entrada en vigencia de la Convención de los Derechos del Niño, en 1989, (1) el sistema internacional de derechos humanos adoptó disposiciones expresas frente a la prohibición del reclutamiento y la utilización de parte de grupos armados de
niños y niñas menores de 15 años. Y solo en febrero de 2002 se elevó la edad de vinculación a grupos armados estatales y no estatales a 18 años, gracias a la aprobación del Protocolo facultativo relativo a la participación de niños en los conflictos armados. (2) Para entonces, miles de niños, niñas y jóvenes habían padecido las atrocidades de las confrontaciones bélicas en calidad de combatientes, y a tan corta edad habían visto vulnerados sus derechos fundamentales sin contar con un marco protector de su derecho a no participar en la guerra.
Educación y conflicto armado Esta investigación reúne once estremecedores testimonios de experiencias padecidas por niños, niñas y jóvenes de distintos rincones del país, que han logrado desvincularse del conflicto armado y encontrar un nuevo horizonte de vida y esperanza, mediante su ingreso a un programa especial de atención al menor desprotegido. El programa es coordinado por el Icbf y participan la Organización Internacional de Migraciones, la Corporación Fondo de Apoyo de Empresas Asociativas, el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe y Save the Children, del Reino Unido. Relatos que revelan años de infancia, caracterizados por una cotidianidad de violencia, maltrato y abandono, soledad, abuso y explotación, con el agravante de las precarias condiciones afectivas, sociales y económicas de sus familias y entornos, que terminan confabulándose para empujar a estos jóvenes marcados por el dolor, la incomprensión y el resentimiento, hacia las filas de los ejércitos guerrilleros y paramilitares, en su afán y necesidad de hallar otro rumbo para sus vidas maltrechas. Pero también niños y niñas que luchan ahora por un nuevo sentido de
vida y por sacar adelante sus sueños truncos, al ir atravesando cada una de las fases del programa diagnóstico, adaptación, educación, formación en valores y capacitación laboral-, durante su paso por los hogares y casas juveniles, ubicados en varias ciudades de Colombia. Jóvenes que han ido aprendiendo a construir relaciones de convivencia y trabajo con aquellos que antes fueran sus enemigos encarnizados, crear lazos de amor, confianza, respeto y compañerismo, en su empeño y tenacidad para superar un pasado escrito con dolor y sangre; una niñez que cuando se rememora hace pensar, como decía el protagonista de la obra Las cenizas de Ángela, cómo sobrevivieron.