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SALUD MENTAL en los centros educativos

Francisca Sánchez. Departamento de Orientación

Una visión educativa integral hacia el bienestar emocional, donde la comunidad educativa (alumnado, profesorado y familias) así como los servicios externos al centro educativo desempeñen una función esencial, conduce a la promoción de una salud mental positiva.

Los problemas mentales de nuestros jóvenes van en aumento, entre estos se encuentra la depresión, la ansiedad, la ideación suicida y conductas autolíticas

Según el último estudio realizado por la OMS, el 14% de los adolescentes de entre 10 y 19 años presentan un problema de salud mental, el 35% de los/as niños/as de Europa manifiestan un estado de ánimo deprimido y revelan tener síntomas psicosomáticos al menos una vez a la semana, los trastornos depresivos y de ansiedad se encuentran entre las principales causas de enfermedad y el suicidio se considera la principal causa de muerte en jóvenes de entre 15 y 29 años. Asimismo, se ha de tener en cuenta que la pandemia COVID19 ha intensificado estas problemáticas

Determinantes de la salud mental

La adolescencia es una etapa compleja por los cambios físicos, sociales y emocionales que se experimentan, así como otros factores (exposición a la adversidad, relaciones interpersonales insatisfactorias, presión social de compañeros/as, déficit en habilidades sociales, descubrimiento de su propia identidad, uso inadecuado de las nuevas tecnologías, la influencia de las redes sociales, calidad de su vida familiar, violencia en el ámbito familiar, un estilo educativo muy severo o autoritario por parte de la familia, problemas socioeconómicos, etc ), puede dar lugar a que los adolescentes sean vulnerables en salud mental. Protegerlos de la adversidad, potenciar en ellos el desarrollo de las competencias socioemocionales como elemento central del desarrollo integral de la persona y garantizar el acceso a una atención de salud mental son factores esenciales durante estos años y la etapa adulta. Asimismo, esta etapa es clave para el desarrollo de hábitos emocionales y sociales relevantes en el bienestar psicológico (instaurar patrones de sueño saludables, practicar ejercicio de manera regular, afrontar situaciones difíciles, desarrollar habilidades de relación interpersonal, gestionar las emociones de una manera adecuada, etc ) y disponer de un entorno favorable y de protección tanto en el ámbito familiar como educativo.

Los centros educativos implementan factores protectores con el fin de promover la salud mental desde el contexto escolar:

• Promover el bienestar psicológico y emocional del alumnado, convirtiendo el centro educativo en un espacio seguro, y propiciando una comunidad solidaria y cooperativa

• Establecer políticas educativas integrales fundamentadas en el conocimiento sobre los problemas de salud mental de los jóvenes.

• Desarrollar métodos de intervención basados en fortalecer la capacidad de los jóvenes para regular sus emociones, desarrollar una autoestima saludable, favorecer el autocontrol, potenciar las alternativas a los comportamientos de riesgo, promover la resiliencia para gestionar situaciones adversas, desarrollar habilidades de afrontamiento y propiciar entornos y redes sociales favorables.

• Abordar las barreras de la estigmatización de la salud mental y dar voz al alumnado vulnerable

• Fomentar de manera activa las relaciones interculturales y la pertenencia al grupo de iguales, y promover relaciones enriquecedoras entre profesorado y alumnado

La familia es factor esencial en la prevención y recuperación de los jóvenes con problemas de salud mental.

Desde este ámbito se ha de crear un ambiente familiar positivo, fomentar una comunicación fluida y sana basada en la confianza y en el respeto, favorecer la escucha activa, proporcionar apoyo y acompañamiento emocional desde el hogar familiar, así como, potenciar la coordinación y una colaboración estrecha con el centro educativo y los servicios externos.

El psicólogo educativo incorporado en los centros escolares es fundamental para la promoción de la salud mental

De esta manera, se garantizaría que el alumnado tenga acceso a un apoyo psicológico y emocional por parte de estos profesionales y pueda llevarse a cabo una adecuada prevención, evaluación y detección, así como una intervención eficaz, efectiva y eficiente de los problemas psicológicos y de salud mental.

En definitiva, el hecho de no abordar los trastornos de salud mental de los jóvenes conlleva una serie de consecuencias que se extienden a la etapa adulta, afecta a la salud física y psíquica de las personas y limitan sus posibilidades de llevar una vida plena en el futuro Por lo tanto, es muy importante la detección e intervención temprana de estos problemas tanto en el ámbito familiar como educativo, así como, contar con recursos personales en los centros educativos para abordar la salud mental de los jóvenes

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