Enlorqueciendo el Turismo

Espacios bilingües

Granada sin Lorca estaría incompleta, y sin Granada no existiría la mayor parte de las obras lorquianas. Por eso mismo, la figura del escritor es vital para hacer un recorrido histórico en torno a este recurso tan fundamental en la ciudad nazarí.

Llevo casi diez años estudiando a Federico, tanto es así que tutearlo es algo común, ya que forma parte de mi vida. Leyendo y releyendo sus obras, analizando a los investigadores que, de forma incansable, basan su labor científica en conocer todo lo que la historia ha truncado desde el momento en el que fue asesinado. Mi labor como “lorquista” (así nos denominamos los investigadores lorquianos) es ceñirme a la historia, buscarle sentido y transmitir la pasión a las personas que estén interesadas en el mundo lorquiano.

Como he desvelado en el primer párrafo, Granada y Federico van de la mano. Aunque bien es sabido que su localidad natal fue Fuente Vaqueros, y que luego se trasladó durante un breve periodo de tiempo a Valderrubio (antiguamente Asquerosa), las primeras andanzas poéticas y dramáticas del joven Lorca se desarrollaron en la capital. Por ello, el Departamento de Turismo quiso dedicar una ruta completa a la evolución personal y literaria de este ilustre granadino.

Los alumnos de 1º me acompañaron alrededor de los puntos más importantes en la vida del poeta. Desde la Acera del Casino, donde la familia García Lorca estableció su vivienda más longeva, hasta la Huerta de San Vicente, donde finalizó el recorrido en su etapa de creación máxima y de apogeo de su figura.

El matiz de la ruta reside en que yo también soy estudiante del ciclo de Turismo (CFGS Guía, Información y Asistencias Turísticas), y eso, de alguna forma, hace que se vea como una conversación entre iguales más que como una ruta guiada al uso. Me sentí arropada y comprendida; mis compañeros se mostraron curiosos, lo que hizo de esta ruta un diálogo interesante repleto de anécdotas y curiosidades.

La importancia histórica de Lorca para con Granada no sólo se limita a sus poesías o su teatro, va más allá. En mi opinión, para conocer a una persona, y sobre todo un escritor, como es el caso, no basta con leerlo hasta la saciedad para intentar comprenderlo. Para conocer bien a una persona hay que meterse de lleno en ella, y una forma curiosa y divertida de hacerlo es mediante anécdotas. Podría decirse que esa es mi forma de enfocar mis estudios lorquianos. En definitiva, el enfoque reside en que yo he hablado del Federico humano y no del Lorca escritor.

La intención de la ruta fue, desde el primer momento, conseguir que mis compañeros disociaran la idea previa que tenían de este personaje y llegasen con una mentalidad virgen respecto a lo que yo les fuera a contar. Por eso mismo, el resultado fue satisfactorio para ellos, pues se interesaron por temas que desconocían.

La parte más sugerente de la ruta, sin duda alguna, fue la visita al Hotel Reina Cristina, antiguo hogar de la familia Rosales, los cuales protegieron a Federico los últimos días antes de su asesinato. El ambiente repleto de nostalgia invadió al grupo, tanto que no cesaron las preguntas una vez entramos al hall del hotel. De alguna forma, para ellos, fue como viajar en el tiempo. Además, todavía albergan objetos reales de la época asociados con Lorca, como el piano del comedor.

Esta ruta me ha servido para conocerme más como investigadora y comunicadora, y espero que se vuelva a llevar a cabo, pues creo necesaria la labor didáctica en torno al mundo lorquiano, ya que todavía es un tema en cierto modo tabú en Granada. Asimismo, confío en que no sólo se limite al ámbito académico, sino que se presente la oportunidad de que un mayor número de personas conozca al Federico humano, más allá del personaje y del escritor.