Quiero aclarar que tengo horror de las cuestiones personales. Primero, porque hablar de la historia y la personalidad de quien está hablando es distraer la atención respecto a las cosas siempre. Además, hay otra razón de tipo egoísta, aunque parezca pedagógico, y es que uno tiene odio a las definiciones porque uno siente que la definición es la muerte; que si uno queda convertido en una figura histórica con sus determinadas características, es como si lo hubieran enterrado. Entonces uno se defiende.