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Temporalidades

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General

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Temporalidades

La literatura histórica referente al anarquismo latinoamericano se concentra en cuatro periodos. El primero dilucida las primigenias manifestaciones libertarias (1860-1900); el segundo, la consolidación del anarquismo (1900-1910); el tercero, enfoca su pérdida de contacto con las clases trabajadoras (1910-1920); el último, se centra en abordar su vinculación con los nuevos movimientos sociales y las expresiones contraculturales (19802017). Existiendo una enorme laguna entre las décadas de 1920 y 1980, aunque en tiempos recientes, para el caso argentino, se han emprendido investigaciones sobre los años 20 a 40.

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Por esa razón me planteé observar, analizar y reconstruir el camino-transformación del pensamiento y la acción del anarquismo en América Latina y el Caribea partir de un itinerario histórico, teniendo como base de análisis los casos de Argentina, Cuba y México entre 1921 y 1959, asido a lo señalado por Chiaramonte: “el historiador no refleja el pasado, sino que construye imágenes coherentes del mismo, basadas en fuentes”.4

Las fechas límites obedecen a eventos que marcaron en sí al anarquismo, en los cuales fue protagonista principal o secundario. Las mismas no están enmarcadas en un cuadro rígido, son flexibles como toda periodización artificial, son puntos de término o inicio de grandes procesos para mi objeto y sujeto de estudio. Preciso, entonces, 1921 es un punto límite, se abre en 1917 con la primera Revolución rusa; el fin, 1959, es el inicio del último suceso analizado, el triunfo de la Revolución cubana, el cual clausuré en 1962, cuando el anarquismo latinoamericano consensuó su postura frente al proceso revolucionario cubano, como 1921 lo fue para la Revolución rusa.

Para cumplir con mis propósitos abordé los casos de Argentina, Cuba y México por ser los tres países donde se desenvolvió con mayor solidez y consistencia a través del tiempo. Su arribo a esos países ocurrió por diferentes medios, pero en un espacio más o menos similar, llegando a convertirse en guía de grandes movimientos de masas. Sobre esto último esencial es tener bien presente que el anarquismo siempre fue un movimiento de cuadros, los cuales

4 José Carlos Chiaramonte, “La historia intelectual y el riesgo de las periodizaciones”, Prismas, núm. 11, 2007.

aspiraban a movilizar a sus sujetos revolucionarios. Al ir diluyéndose sus espacios de influencia, dentro de los movimientos obrero o campesino, también fueron los países de América Latina y el Caribe donde se forjaron tendencias específicas con mayor solidez y de donde emanaron los periódicos relacionadores del anarquismo continental e internacional.

Menester es reconocer que los protagonistas de este trabajo se movieron en los centros urbanos, en las capitales o zonas de mayor carga poblacional o desarrollo industrial, donde les fue factible evadir la represión, organizarse, atraer nuevos elementos, tener una mayor incidencia o ganarse el pan. La Ciudad de México, Buenos Aires, Rosario, La Habana, Veracruz, Santiago de Cuba y sus áreas circunvecinas son mis cartografías.

A continuación, paso a tratar la división del trabajo. En primer lugar, a manera introductoria, me aboqué a explicar la recepción de las ideas ácratas, cómo se recibieron, interpretaron, se expresaron y se practicaron; partiendo del reconocimiento que las ideas al recalar a América Latina y el Caribe no lo hicieron en la nada, existían las condiciones propicias para germinar, como lo fue el proceso, incipiente pero acelerado, de industrialización que conllevó al consecuente despojo y ataque a las formas de organización comunitaria-identitaria; esto animó a los trabajadores a organizarse, a intentar mejorar su suerte. El anarquismo se presentó como norte de esas luchas contra la dominación y la explotación. El primer periodo gravita en el último cuarto del siglo XIX para los tres países.

En la segunda sección analicé la recepción de la Revolución rusa. Cuáles fueron las lecturas dadas a los hechos acaecidos en la tierra de los ex-zares desde el anarquismo mexicano y argentino, qué posición adoptaron, qué debates se suscitaron en su seno y qué cambios se operaron dentro de él. La temporalidad va de 1917 a 1921, la apertura obedece a la primera revolución, el cierre, al cambio de mirada e interpretación sobre la misma e inicio de las campañas de denuncia ante la persecución y asesinato de disidentes al régimen bolchevique.

Un tercer momento recayó en los años 30. Conocer la reconfiguración del anarquismo argentino ante su profunda separación del movimiento obrero y su tímido avance en otros campos, como el estudiantil (universitario) o popular. Me dediqué a indagar la recepción,

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