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2.2 Dictadores y fosilizados

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Para terminar este apartado baste recurrir a una acusación emitida contra Enrique García Thomas, una de las figuras más notables de Bandera Roja. El escrito sin firma, pero seguro obra de Antillí, es un despliegue de denuncia, reivindicación y reafirmación. Denuncia a la actitud de los defensores de la dictadura proletaria; reivindicación de la superioridad en cuestiones teóricas; y, reafirmación de la tolerancia de las prácticas libertarias:

No soy de ninguna manera exagerado pero la dictadura proletaria pretendió negar el derecho a que se discutiera el anarquismo. Tal fue, desde el primer número, Bandera Roja y de haberse constituido un soviet político [federación], tal discusión hubiese existido aún menos, pues entonces [García Thomas] hubiera tomado sobre sí toda la responsabilidad de la dictadura. Pero ¿luchamos diferentemente contra todos los gobiernos? No, hoy hemos adquirido el derecho, bien anarquista, de que las ideas se discutan y no pretendan imponerse, en esto mismo está toda la diferencia con la dictadura proletaria. Tribuna se abre para que aún esta idea se discuta. Mientras Bandera Roja permanecía airadamente cerrada contra toda discusión de esta naturaleza, la discusión a que se obliga hoy -pues- a los maximalistas, como la misma que se obliga a los sindicalistas, es un triunfo anarquista. No abusamos de él, pero lo que hemos sufrido por esta corrida en que estaban empeñados contra nuestros ideales, nos obliga a tenerlo en este momento presente ¿tal corrida no se hará también en Rusia?, es enteramente posible, pero también es posible que, como aquí, los compañeros luchen por no permitir esta corrida de los ideales bien fuera de los soviets como los camaradas aquí, de Bandera Roja. 300

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2.2 Dictadores y fosilizados

Después de una salida irregular, por el clima represivo a raíz de los hechos de la Semana trágica, entre febrero y octubre de 1919, La Protesta regresó a su periodicidad diaria a fines de octubre de 1919. La escena en la cual reapareció no era la misma. Dos grupos, con sus respectivos impresos, actuaban con gran prestigio en la escena ácrata porteña, si bien no le disputaban su lugar en el mundo libertario sí le regateaban legitimidad al proyecto protestantista. Dos diarios fueron representativos de dichos grupos: Bandera Roja, apareció en abril de 1919, y Tribuna Proletaria, nació en agosto del mismo año. Ambos, herederos y precursores de otros medios. Pero juntos sumaron esfuerzos para incrementar la esfera de acción libertaria entre los sectores populares del Río de la Plata.

300 “La discusión de un…”, Tribuna Proletaria, núm. 47, Buenos Aires, 20 de septiembre de 1919.

El diario Bandera Roja tuvo una existencia de poco más de un mes, siendo clausurado y sus principales impulsores: García Thomas, Atilio Biondi y Hermenegildo Rosales fueron procesados y condenados por propagar el maximalismo. A los antes citados podemos agregar a otras personalidades partícipes de las ideas anarco-bolcheviques. Como Vidal Mata, Julio R. Barcos, Eva Vivé, Pierre Quiroule, Leilo O Zeno, José Torralvo, Antonio Gonçalves, Gabriel Biagiotti, Sebastián Ferrer y tres personajes articuladores del anarquismo latinoamericano y trasatlántico hasta el final de sus días: Juan Lazarte, Luis Di Filippo y Orestes Ristori. Este fue el núcleo duro de intelectuales del anarquismo bolchevizado, quienes editaron, o participaron, en publicaciones como: Vía Libre, El Burro, El Trabajo, Spartacus, Insurrexit, El Trabajo, Mente, Prometeo, Cuasimodo, La Protesta y Tribuna Proletaria.

Este último diario, aunque su núcleo fue el mismo de La Obra, y sería el de El Libertario y La Antorcha, trató de seguir la pauta marcada por la ‘reunión de notables’ en donde, antes del golpe dado por los banderojistas, se previó editar un diario y convertirlo en la base de la unión ácrata, no sólo del Río de la Plata sino del sur de nuestra América, bajo esa premisa abrió sus páginas a todas las familias ácratas y vemos colaborar en ella a Santillán, Antillí, Pacheco, Arango, Severo Bruno, Misha, García Thomas, Locascio, Gilimón, Del Intento, Tato Lorenzo, Zeno, Biagiotti, Fernando Gonzalo, Rosales, etc.

Entre marzo de 1919 y noviembre de 1921, el anarquismo fue redefiniendo su teoría y práctica, con ellas su identidad como una rama del socialismo. Las ideas entraron en un álgido conflicto discursivo donde la Revolución rusa trazó los temas. Vista esta como una

realización histórica del proletariado en aras de su liberación, pero según el prisma desde el cual se interpretaba se le signó o la emancipación del género humano o una revolución traicionada. Si la revolución mexicana, en la lectura ácrata, fue una revolución política, burguesa-liberal con un fuerte carácter social más no socialista y no se podía esperar de ella el gran cambio revolucionario, Rusia fue el norte y nuevo punto de partida, como lo había sido la Commune, de cómo el proletariado debía, o no, hacer una revolución.

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