“¡Ah! revolucionarios, si tienen la revolución en el corazón como la tienen en los labios, ¿por qué retroceder y velarse el rostro ante semejantes medios? ¿Para qué invocar los principios si sólo saben desfallecer ante las consecuencias? No conjurarán la tiranía y la explotación con místicos suspiros, sino blandiendo la espada con la idea y apuñalando a la Reacción en su carne y en su espíritu”.
Si este periódico no te interesa, por favor, no lo tires, reciclalo o dalo a quien sí.
La Revolución Revolución significa guerra. Las revoluciones no son juegos de niños, no son debates académicos en los que sólo se dañan las vanidades, ni justas literarias en las que sólo se derrama profusamente tinta. Revolución significa guerra y eso implica la destrucción de hombres y de cosas. Es de lamentar, por supuesto, que la humanidad no haya inventado todavía un medio más pacífico de progreso, pero hasta ahora cada paso adelante en la historia sólo ha sido alcanzado a costa de mucha sangre. Sobre este respecto, la reacción difícilmente puede hacerle reproches a la revolución; ésta siempre ha pedido más sangre. La revolución es la destrucción del Estado. Revolución política y revolución social. Toda revolución política que no tenga como propósito inmediato y directo la igualdad económica es, desde el punto de vista de los intereses y derechos populares, sólo una reacción hipócrita y encubierta. De acuerdo con la opinión casi unánime de los socialistas, a la revolución social deberá precederla una revolución política. Esto, es un error importante y fatal porque toda revolución política previa a una revolución social -en consecuencia, sin esta última- será necesariamente una revolución burguesa y una revolución burguesa sólo puede llevar a un socialismo burgués, es decir, está destinada a terminar en una explotación -más hipócrita y más hábil, pero no menos opresiva- del proletariado por la burguesía.
n Editorial … constituiría un saludable ejercicio volver la mirada hacia... Pág. 2
n Violencia del lenguaje En aquella violencia de los ataques, advertía yo toda la debilidad de los argumentos autoritarios... Pág. 3
n Noticias Pág. 4 La agonía de un Estado – 20 años de consolidación – Los golpes de la democracia
n La validez de las elecciones Piensa, analiza, organízate, lucha, contra todo tipo de gobierno.... Pág. 5
n Utopía anárquica La utopía no es, como se cree a menudo, el sueño ocioso o el resultado de un deseo quimérico... Pág. 6
n Las aventuras de Andre Cuatro días tenía que no paraba de llover, para Isaac era un tiempo difícil, y ... Pág. 7
n Notas anarquistas Algunas ideas habían sido originalmente enunciadas por las ideologías anarquistas... Pág. 8 Enciclopedia Anarquista, Tomo II... Pág. 4
La nuestra es época de concesiones, de medidas a medias, del mal menor. Los visionarios son objeto de mofa o de desprecio, y los “hombres prácticos” rigen nuestras vidas. Ya no buscamos soluciones radicales, sino meras reformas, a los males de la sociedad; ya no tratamos de eliminar la guerra, sino de evitarla durante algunos años; ya no tratamos de eliminar el delito, sino que nos contentamos con reformas judiciales; ya no tratamos de extirpar el hambre crónica, sino de crear instituciones mundiales de caridad. Es una época en que el hombre está tan preocupado por lo práctico por lo pasible de realización inmediata… Palabras tan exactas no podríamos encontrar para definir nuestra situación, lo extraño es que hace más de cincuenta años María Luisa Berneri las pronunciaba en contra de una sociedad que se encontraba dividida por un muro, por dos sistemas ideológicos distintos, el comunismo y el capitalismo, parece extraño que las cosas sigan igual después de tanto tiempo y donde no ha habido cambios excepcionales, contradiciendo de tal manera el progreso augurado en el capitalismo y la transformación radical de la sociedad por la dialéctica marxista, pero más que extraño es triste y devastador, pensar que no ha cambiado. Más tétrico parece que después de tantos años el capitalismo siga devorando a cientos de personas, y que éstas no se den o no quieran darse cuenta de esa realidad, pero que está ahí, siempre acompañado por su cruel y despiadada hermana la democracia, que con sus miles de tendencias desean ocultar su verdadero rostro. Pero no todas las personas vendan sus ojos ante esta situación y van en busca de una solución real y duradera, no falsa y pasajera, donde a veces sus esfuerzos parecen pasajeros porque hay quienes no conformes con los vendajes impuestos se convierten en adictos de las dictaduras, cualquiera que sea su tendencia, y al ver en peligro los vendajes que cubren sus ojos no dudan en llamar a los disconformes -los cuales intentan suavizar los vendajes
para que por sí mismos deslicen y hagan brillar ante sus ojos el halo de la libertad-, a los inquietos que no desean estar más tiempo sometidos, como terroristas, disfuncionales o contrarrevolucionarios, y son tratados como seres despreciables, seres que no tienen derechos y que es preciso acallar a cualquier costo. Aun así, ni las cárceles, la tortura o el asesinato han sido capaces para detener a esos terroristas a esos disfuncionales a esos contrarrevolucionarios, que han lanzado su grito de combate ¡Libertad!, que cuando es expulsado hace que de sus pulmones salgan gritos devastadores, reventando los tímpanos de aquellos que tienen al pueblo bajo su yugo, aquellos que en nombre de la democracia y la libertad someten y matan. El grito que los acallo ha resonado y su eco dejó huella en el tiempo. Y ese grito lanzado, ha permitido que la lucha inherente en el hombre por buscar su liberación fructifique, con el día a día estos hombres y mujeres habiendo hecho suyo ese grito, han puesto manos a la obra construyendo los caminos hacia nuevas formas de convivencia, donde la solidaridad y el apoyo mutuo sean las bases, y el ejemplo sea la principal propaganda. Ese ejemplo que los compañeros de generaciones pasadas nos han dejado, en su incansable sacrificio y sus proezas llevadas acabó, fuera suficiente para que de nuestros ojos cayera la venda y que el grito que ensordeciera a los tiranos nos estimulara a la lucha, y nos uniéramos a nuestros compañeros para que juntos empezáramos a contribuir, con nuestros esfuerzos a labrar ese camino que lleva a la libertad. Ese camino que el hombre ha tratado de ampliar en infinidad de ocasiones, ha sido muchas veces truncado por la mezquindad y la inquina, o la ignominia y oprobio de algunos seres detestables que a base de la fuerza bruta o psicológica han sometido al pueblo a sus
Aprendiendo el Esperanto Prefijo mal-: El prefijo mal- nos permite crear palabras cuyo sentido es el opuesto al cual se le coloca: amiko (amigo) - malamiko (enemigo); avara (avaro) malavara (generoso); juna (joven) - maljuna (viejo). Comparación: Pli - más, plej - el/la más: granda grande: pli granda - más grande; plej granda - el/la más grande. También los adverbios se comparan usando pli y plej: rapide - rápido, rápidamente: pli rapide - más rápido; plej rapide - lo más rápido. La palabra para comparar es ol. La tablo estas pli granda ol la seĝo (La mesa es más grande que la silla). La elefanto estas pli granda ol la kuniklo (El elefante es más grande que el conejo). También se puede hacer la comparación “inversa” usando malpli - menos y malplej - el/la menos: malpli granda - menos grande; malplej granda la menos grande. Sufijo -ino: Los adjetivos concuerdan en número con el sustantivo; cuando se trata de sólo uno, quedan en singular; cuando se trata de más de uno, deben pasar al plural, ellos nunca se modifican según género. Sólo los nombres destinados a seres sexuados pueden identificar sexo, terminando en -o los masculinos y en -ino los femeninos: amiko (amigo) - amikino (amiga), viro (hombre) - virino (mujer); la grandaj virinoj (las grandes mujeres), la grandaj viroj (los grandes hombres). Acusativo u objeto directo: Existe otra terminación, muy útil, que nos permite reconocer el objeto directo en una oración. Es el acusativo, y se le coloca al final de los sustantivos, adjetivos y pronombres para formar el objeto directo. De modo que se reconoce al objeto directo por la terminación -n, mostrando aquello que recibe la acción: La knabo skribas leteron (El muchacho escribe una carta); La knabo vidas la hundon (El muchacho ve al perro; La hundo vidas la knabon (El perro mira al muchacho). La knabo havas belan hundon (El muchacho tiene un perro bonito). La -n se pone después de la terminación del plural -j: La hundo vidas la nigrajn katojn (El perro mira a los gatos negros). Los pronombres posesivos pueden tener la terminación del plural -j y la del objeto (o complemento directo) -n: Ŝi amas mian fraton (Ella ama a mi hermano); Mi vidas viajn domojn (Yo veo tus casas). Cuando un pronombre personal es el objeto (o complemento directo), recibe la terminación -n: Mi amas vin (yo te amo); Ili vidas ĝin (ellos lo ven).
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El objeto directo puede aparecer al principio, medio o final de una oración, y eso en ningún modo modifica el sentido, el cual es indicado por el acusativo: Mi vidas la nigran flagon; La nigran flagon vidas mi; La nigran flagon mi vidas. De hecho, los distintos órdenes de palabras pueden usarse para dar énfasis a la frase. “Después del verbo esti no se usa el acusativo, ya que el verbo esti (ser, estar) implica, por sí mismo, que el sujeto y el predicado son equivalentes”. Negación: Ne - No. Colocamos ne antes de la palabra que deseamos negar. Usualmente antes del verbo, pero también delante de otras palabras. Para hacer negativa una frase, basta colocar la palabra ne antes del verbo: Li ne estas mia frato (Él no es mi hermano); mi ne estas libera (No soy libre). Para negar también se pueden usar las palabras correlativas que empiezan con neni-: Mi komprenas nenion (No entiendo nada). Pero las palabras que empiezan con neni- siempre niegan toda la frase. Y la negación doble puede hacer que la frase sea afirmativa. Mi ne faras nenion (No estoy sin hacer nada). Después de otra palabra negativa a veces se usa la conjunción nek, que significa “tampoco”. Mi ne vidis lin, nek lian patron (No lo vi, tampoco vi a su padre). Neniu leciono nek prelego plaĉis al ŝi (Ninguna lección ni conferencia le gustaron (a ella)). Y dos veces nek significa “ni... ni...”: Mi vidis nek lin, nek lian patron (Ni lo vi a él, ni a su padre); Mi ŝatas nek drinki nek fumi (No me gusta ni beber ni fumar). Adverbios: Como ya sabemos los adverbios son palabras que indican manera, lugar, tiempo o cantidad, por ejemplo: ankoraŭ - todavía, baldaŭ - pronto, jam ya, morgaŭ - mañana, nun - ahora, tre - muy, almenaŭ al menos, preskaŭ - casi, hodiaŭ - hoy, tro - demasiado, apenaŭ - apenas, plu - más (continuar en el tiempo, no confundir con pli). Estos son sólo algunos. También es posible crear adverbios a partir de otras palabras usando la terminación -e. el significado de la palabra base determina si se trata de un adverbio de manera, lugar, tiempo o cantidad: rapida - rápido: rapide - rápidamente (adverbio de manera); skribi escribir: skribe - por escrito (adverbio de manera); hejmo - hogar, casa: hejme - en la casa (adverbio de lugar); nokto - noche: nokte - en la noche (adverbio de tiempo); multaj - muchos, muchas: multe - mucho (adverbio de cantidad).
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aberraciones personalistas, hoy sabemos que el camino está lleno de esos seres que por el individualismo usurero han sacrificado a la humanidad. Fue al ver cómo esos hombres mutilaban las aspiraciones del pueblo, comprender que diariamente la terrible explotación, discriminación, vejación e injusticia exterminan a los desheredados, saber que la aniquilación de los que no encajan en lo funcional y los moldes impuestos por el Estado, la religión o el capital es su única salida, esto y mil razones más, nos motivaron a llenar nuestros pulmones y lanzar el grito ¡Libertad! El próximo mes de octubre el Kolectivo Conciencia Libertaria (KCL) cumple cinco años de haber iniciado su participación en esa magnánima obra, cinco años en los cuales hemos tenido desilusiones al ver y saber del comportamiento de aquellos que ostentan en sus labios la propaganda revolucionaria, aunque su accionar es de la peor calaña, sin embargo las decepciones son parte inseparable en la construcción del camino, pero también las motivaciones y las alegrías que nos proporciona saber que nuestro trabajo es bien recibido por el pueblo. En estos cinco años el trabajo del KCL se ha venido realizando bajo tres frentes diferentes: la propaganda impresa, que comprende los textos anarquistas, con una veintena de títulos publicados, discos, carteles y la publicación del periódico que tienes en tus manos; la Biblioteca virtual Conciencia Libertaria, donde se han digitalizado los textos anarquistas clásicos y actuales, de diferentes temáticas (novelas, cuentos, históricos, ensayos, crítica, teórico y poemarios); y el frente de las exposiciones callejeras, donde se ha tomado por asalto la calle, convirtiéndola en una zona temporalmente autónoma, en las cuales se han tenido las más grandes satisfacciones, también estas exposiciones se han realizado en espacios culturales, en los cuales los compañeros nos han mostrado todo su apoyo aun cuando no compartamos la ideología. Porque nuestra intención es la propaganda del anarquismo, y como tal encontrar individuos afines (no convertirlos), de tal manera que es nuestra intención mostrar al pueblo, por medio de la cultura y el arte, la sombría realidad en la cual estamos inmersos y que por su propia iniciativa él vaya formando sus impresiones y criterios para que pueda transformar su medio en aras de la libertad y no hacer uso de la demagogia, el amarillismo o populismo. Así después de cinco años de actividad del KCL hay suficientes bríos para seguir avante, y sabemos que …constituiría un saludable ejercicio volver la mirada hacia quienes soñaron utopía. Pues como decía Ricardo Flores Magón: La utopía de hoy es la realidad del mañana. Salud y Anarquía.
Reparar solamente en la maldad del hombre, en los actos de barbarie, en el horror de las guerras, en la brutalidad de los asesinatos colectivos, pasando por alto los gérmenes de virtud, la dignidad del alma humana, las bendiciones de la paz y la abundancia. “Hay sabios que ignoran estos hechos y con ligereza los tildan de fábulas; no merecen, pues, los tales que se les tome en serio”.
EN UN AVIÓN En un avión, iniciado el vuelo, una “señora” oprime insistentemente el timbre para llamar a la azafata. – ¿Cuál es el problema, Sra.? - Pregunta la azafata. – ¿Es que no lo ve? - Responde la dama. – Me colocaron junto a un sucio indígena. No soporto estar al lado de uno de estos seres repugnantes. ¿¿¡¡No tiene otro asiento!!?? – Por favor, cálmese… -dice la azafata-. Casi todos los asientos están ocupados. Pero, voy a ver si hay un lugar disponible. La azafata se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde: – Sra., como yo pensaba, ya no hay ningún lugar libre en la clase económica. Hablé con el comandante y me confirmó que no hay más sitios disponibles en la clase económica. No obstante, tenemos aún un lugar en primera clase. Antes de que la dama pudiera hacer el menor comentario, la azafata sigue: – Es del todo inusual permitir a una persona de la clase económica sentarse en primera clase. Pero, dadas las circunstancias, el comandante encuentra que sería escandaloso obligar a alguien a sentarse junto a una persona tan repugnante. Todos los pasajeros alrededor, observaban la escena, indignados. Entonces, la azafata, dirigiéndose al indígena, le dice: – Si el Sr. lo desea, tome su equipaje de mano, ya que un asiento en primera clase le espera. Y los pasajeros, que sorprendidos, presenciaban la escena, se levantaron y aplaudieron.
VIOLENCIA DEL LENGUAJE EN LA PROPAGANDA Y LA POLÉMICA Una de las razones por las que a la propaganda revolucionaria y especialmente a la anarquista, le es costoso hacerse escuchar, y más aún persuadir a los que la escuchan, radica precisamente en que esta propaganda se efectúa en una forma y un lenguaje tan violento que en lugar de atraer rechaza la simpatía y el interés de quienes escuchan. Recuerdo que la primera vez que cayeron en mis manos y ante mis ojos periódicos anarquistas, su estilo, en lugar de persuadirme me ofendía, y probablemente no habría llegado a ser nunca un anarquista sin más que la lectura de los periódicos, no hubiera abierto brecha en mi ánimo la discusión benévola con algún amigo y la atenta lectura de los folletos y los libros, por su naturaleza mucho más serios y serenos y nada virulentos. Y recuerdo asimismo, que lo que llamó mi atención y simpatía hacia el anarquismo, fue precisamente la violencia del lenguaje con que se le atacaba en aquel periodo -1892-93-, por parte de los escritores burgueses de todos los matices. En aquella violencia de los ataques, advertía yo toda la debilidad de los argumentos autoritarios, y más tarde fue precisamente esta mezquindad de los argumentos contra el anarquismo lo que me persuadió, por una parte de las razones libertarias, y por otra -persuasión que cada vez se ha hecho más firme en mi ánimo-, de que en la polémica y en la propaganda, que es cuando se trata de convencer y no de vencer, emplea un lenguaje más violento aquel que se encuentra más pobre de argumentos. Desde entonces, cada vez que he tenido que sostener una polémica, nunca me he sentido tan seguro de mi mismo como cuando se me ha atacado groseramente: «¿Te enfadas? Pues es que no tienes razón». Este ha sido en tales ocasiones mi pensamiento acerca de mi adversario. Puesto que el objetivo de la propaganda es persuadir, es necesario saber emplear un lenguaje apropiado. Recuerdo el caso de un anarquista francés que en sus artículos, conferencias, y hasta en sus conversaciones familiares, lo primero que hacía era tratar a sus adversarios de «embrutecidos», fueran curas o burgueses, republicanos o socialistas, y hasta a los anarquistas que no pensaban como él. Imagínense a un adversario que nos tratara tan groseramente. De no terminar a puñetazos es seguro que no nos persuadiría aunque tuviera mil veces la razón. ¿Deberemos, pues, ponernos los guantes para contender con nuestros enemigos y con los que engañan al pueblo? No, ciertamente. Pero mejor sería que la violencia estuviera en los argumentos y no en la forma exterior del lenguaje. Claro es que actualmente, habiendo ya el pueblo abierto algo los ojos y odiando por ello a los dominadores, no hay necesidad de tener pelos en la lengua. Pero supongan por un instante que están haciendo propaganda en medio de un grupo de soldados no subversivos, o de campesinos que salen de misa, o de jovenzuelos patriotas y monárquicos: ¿Dirán a aquellos
soldados lo que piensan de su oficio, a los campesinos que su cura es un impostor y su religión una porquería y a los jóvenes monárquicos que la monarquía es lo que no puedo decir pero lo que todos pensamos? Algunos me responderán que sí. Pues bien: no diré yo que en tal caso mentiríamos; muy al contrario. Pero si nos hubiéramos propuesto hacer propaganda, podríamos desde luego, renunciar a hacerla, porque nadie nos escucharía, mientras que si con los hechos a la mano y con razones que convenzan, en lugar de ofender, supiéramos demostrar la verdad, ésta acabaría iluminando la mente de más de un oyente. Naturalmente que con frecuencia es necesario llamar a las cosas y las personas por su nombre, pero es preciso que sea un instante propicio y con razonamientos. Bajo la impresión de ciertos hechos, sería vil y dañoso callarse la propia indignación. Pero indignarse siempre, venga o no a cuento, todos los días, hasta cuando se habla del materialismo histórico, de individualismo o de concentración del capital, es pueril y se corre el riesgo de que los adversarios no nos tomen en serio, habituando de tal modo a los enemigos a las palabras y frases gruesas, que hasta para esto acaban perdiendo toda su eficacia. El fin de la propaganda y de la polémica es convencer y persuadir. Ahora bien: no se convence y no se persuade con violencias en el lenguaje, con insultos e invectivas, sino con la cortesía y la educación de los modales. Solamente cuando se tiene delante una fuerza que nos amenaza y nos oprime, un obstáculo material que nos impide el camino, una violencia opuesta que no se puede vencer sin violencia -sea que se oponga a nuestra propaganda, sea que brutalmente limite nuestra libertad y nuestro bienestar-, solamente entonces es lógica la
violencia; pero entonces, ser violentos... de palabra, sería en extremo ridículo. Para presentarles una similitud, diré que es ridículo querer persuadir a la gente con la violencia -sea del insulto o del palo- como sería ridículo querer vencer una insurrección con simples argumentos escritos o hablados. Todas las consideraciones de este trabajo me han sido sugeridas por la constatación de un fenómeno que he observado en nuestro campo. Nos hemos acostumbrado tanto a ahuecar la voz siempre y en todo, que hemos ido perdiendo gradualmente el valor de las palabras y de su relatividad. Los mismos adjetivos despreciativos nos sirven de igual modo para atacar de frente al cura, al monárquico, al republicano, al socialista y hasta al anarquista que no piense como nosotros. Y eso es un defecto primordial. Si alguna diferencia se establece, más bien es en beneficio de nuestros peores enemigos. Se puede decir que los anarquistas y los socialistas no hemos dicho nunca tantas insolencias a los curas y a los monárquicos como a los republicanos, y que los anarquistas nunca dijeron tantas a los burgueses como llevan dichas a los socialistas. Más diré todavía: especialmente en los últimos tiempos, ha habido anarquistas que han tratado a otros anarquistas, que no pensaban exactamente como ellos, como jamás trataron a los clericales, explotadores y policías juntos. Puesto que estamos hablando de la violencia en el lenguaje, hablemos también, antes de terminar, de aquella violencia dirigida, no ya contra las personas, sino contra las ideas, y a la que podríamos llamar «violencia retórica». Cuando hacemos propaganda, tenemos la costumbre, para causar más impresión, de hablar y escribir de modo figurado, por medio de contrastes, de hipérboles, de similitudes. Es un método natural, al que nos obliga el tener que dirigirnos a personas o poco cultas o de ánimo sencillo, y, por lo tanto, más impresionables, a las cuales nuestras ideas se les pueden inculcar más viva y más sentidamente en forma imaginativa que con razones demasiado frías y matemáticas. Pero esta utilidad tiene un peligro. Por la tendencia natural que todos tenemos a exagerar el argumento y las imágenes cuando escribimos o hablamos de cosas que nos apasionan, la misma exageración consigue a veces neutralizar el efecto de nuestras palabras. En el fondo, muchas de las consideraciones ya desarrolladas sobre la apreciación de las personas, son, en cierta medida, válidas también para la apreciación de los hechos. Deben, pues, dejarse a un lado las exageraciones inútiles, las inútiles violencias, las polémicas fraticidas; y debe trabajarse para hacer algo, por poco que sea, pero algo, en lugar de perder el tiempo charlando demasiado. Extractos del libro Influencias burguesas sobre el anarquismo, de Luigi Fabbri, Edición de la Biblioteca virtual Antorcha.
LOS DESEOS DE UN IDIOMA UNIVERSAL
Esperanto. - Lengua artificial de estudio fácil creada por el doctor Luis Lázaro Zamenhof (1859-1917) que la dio a conocer al mundo en un folleto publicado en el año 1887, Lingvo Internacia, bajo el seudónimo Doktoro Esperanto (El doctor que espera). Es en efecto movido por la esperanza de que hombres de distintos orígenes, culturas y costumbres llegaran un día a comprenderse y establecer relaciones directas entre ellos que Zamenhof inició y llevó a cabo su noble proyecto. La idea de un idioma universal no es nueva. Ya desde
tiempos remotos los hombres habían soñado en un idioma común para todos. El griego antiguo y el latín fueron ya más o menos universales en lo que fue la cuna de la civilización, Grecia y Roma. Durante la Edad Media y el Renacimiento el latín era preponderante en Europa, y los grandes hombres de la época escribían sus libros en latín y hablaban a sus discípulos en dicho idioma. Durante muchos siglos el latín ha sido el idioma de instrucción en Europa. Los estudiantes podían ir de una universidad a otra y no tenían problemas lingüísticos. Se puede considerar el latín como
la lengua universal de la Edad Media, pero esta universalidad quedaba limitada a una élite; el pueblo no hablaba latín. En los siglos XV y XVI surgieron en Europa ideas de nacionalismo; cada nación se aferró a los idiomas que hablaban sus habitantes y poco a poco el latín fue perdiendo la importancia que había poseído. A partir del siglo XVII el francés empezó a ocupar un lugar muy importante para las relaciones internacionales. Francia era a la sazón el país más poblado de Europa, logró adquirir una gran influencia sobre los demás países y la literatura francesa ocupaba un puesto de primerísimo orden. Casi todos los intelectuales de otros países hablaban francés. Voltaire, Diderot, o D’Alambert tenían una influencia considerable en las cortes de Catalina II de Rusia y de Federico el Grande de Prusia. En dichas cortes se hablaba francés. Pero como había ocurrido con el latín el uso del francés, fuera de Francia, se limitaba a la élite intelectual y a la aristocracia. Más tarde el inglés, gracias a la expansión del Imperio Británico y al inmenso crecimiento de los Estados
Unidos de América, ha ido desplazando al francés sobre todo para las relaciones comerciales. De todas maneras la universalidad del latín, del francés y del inglés se ha limitado a los intelectuales de la Edad Media, a la clase social elevada de los siglos XVIII y XIX y al uso comercial del siglo XX respectivamente. En realidad no ha habido contacto entre las masas, y hoy los pueblos siguen estando separados por barreras lingüísticas; este problema es más evidente a medida que los medios de transporte permiten a los hombres que se trasladen de un punto a otro. Hace algunos años pocas personas podían permitirse hacer viajes largos y entrar en contacto con seres de costumbres distintas. Hoy día viajar está prácticamente al alcance de todo el mundo, y la necesidad de un idioma universal se hace más imperiosa. Queda el recurso de aprender cuatro o cinco de los idiomas más extendidos, pero ello no está al alcance de todo el mundo y además sería una solución a medias. Se podría aceptar uno solo como universal, pero ¿cuál? Hay que
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tener en cuenta la susceptibilidad de los pueblos. La mayor parte de seres humanos pretenden, por ignorancia o por patriotismo ciego, que el idioma que aprendieron de niños es el mejor, el más claro, el que posee más virtudes y el que las demás personas habrían de adoptar. Se atribuye a Winston Churchill lo siguiente: “Es necesario un idioma universal para todos, y es necesario que dicho idioma sea el inglés”. Lo mismo pueden haber dicho, refiriéndose a sus respectivos idiomas, nacionalistas franceses, españoles, alemanes, italianos o chinos. Un idioma para ser aceptado por todos ha de ser neutral. Ha habido hombres que se han ocupado del problema; ha habido centenares de proyectos de idiomas artificiales. Veamos brevemente algunos de estos proyectos. (En otra ocasión se continuara)... Los deseos de un idioma universal es parte del escrito “El Esperanto un idioma para todos” de Eduardo Vivancos, publicado en la revista venezolana “Ruta”, número 17, febrero 1974.
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Por Santiago González Santacruz
La agonía de un Estado Los últimos meses han dejado un amargo sabor de boca a todos los habitantes de este territorio llamado México; tragedias convertidas
en impotencia y rabia, cuatro meses que han bastado para que los mass media en contubernio con el Estado hayan creado una paranoia colectiva basado en el terror psicológico y en el terror de la ley del garrote, tratando de ocultar el debilitamiento del Estado mexicano y la profunda crisis que vive el capitalismo; dos ingredientes que crean el ambiente perfecto para los brotes de movimientos insurreccionalistas. Una muestra de ello es la salida del ejército a la calles para combatir al narcotráfico, ya que no cabe
la menor duda que se trata de una mera pantalla, pues su fin es la desarticulación, aplacamiento y satanización de los movimiento sociales, guerrillas o cualquier brote de inconformismo, y así lo demuestra el actuar de esa parvada de bárbaros vestidos de verde, disparar luego preguntar su lema preferido, desapariciones la única táctica que saben, tortura y encarcelamiento su único diálogo, mientras tanto la finalidad de los Medios de comunicación de masas es tratar de legitimar esa accionar, que sólo es el reflejo de un Estado que da patadas de ahogado. Y mientras el Estado mexicano hace apología de la violencia -sólo para tratar de salvaguardarse- en nombre de la seguridad del pueblo, con la única seguridad de que lo va masacrar, el capitalismo arremete contra los trabajadores con un discurso demagógico y populista que la patronal a quitado de los labios a politiqueros izquierdistas de tendencias dictatoriales, que tanto se dice odiar, pero hoy que se ve en peligro no duda en utilizar los argumentos nacionalistas de aquellos que hoy tienen a nuestra América Latina bajo su yugo. Estado y Capital ahogándose en sus propias contradicciones, disconformidad, indignación y hartazgo social en todo el territorio, la combinación perfecta para el estallido social, sólo una cosa falta, la unión y solidaridad del pueblo para de ahí partir a la aspiración de crear una sociedad que garantice el bienestar, libertad y desarrolló integral tanto de la comunidad como del individuo.
20 años de consolidación Pero mientras esto sucede en esta región, el mundo está por celebrar veinte años entorno a dos eventos que dieron la consolidación del capitalismo, cuando éste se encuentra sumido en una de sus peores crisis, dos sucesos que enmarcaron a toda una generación convirtiéndola en carne fresca y segura para las fauces del neoliberalismo, pues estos “utópicos” creían salir de la terrible dictadura burocrática para llegar a un mundo lleno de libertades, ¡oh! pero vaya sorpresa, no llegaron muy lejos y pronto se desilusionaron, pues la única libertad que podía tener era elegir entre Obama o Bush. La matanza en La Plaza de Tiananmen y la caída del muro de Berlín hacían creer en la desaparición de las doctrinas marxistas, por lo menos en el terreno de lo practico, y todas sus aberraciones cometidas en nombre de la libertad y
Kolectivo Conciencia Libertaria
emancipación del pueblo. Pero grave error fue imaginarse a los capitalistas frotándose las manos cuando el muro se venía abajo o cuando abajo de los tanques del “ejército del pueblo” crujían las esperanzas de acabar con la corrupción y burocratismo chino, ya que pocos años después resurgía el populismo y demagogia socialista y el mejor lugar para que ella creciera eran los países que habían estado sumergidos en dictaduras de corte derechista. Y así se enterraba la vieja verborrea del marxismo y entraba a escena la demagogia del nuevo socialismo con las mismas y sucias artimañas pero esta vez augurando un verdadero progreso.
Con motivo de los 5 años de lucha del kolectivo actualizaremos algunas cosas, como el encabezado de La Vorto y algunas secciones de la página, aunque la más grande será en la de Libros. Esta última consistirá en subir todos los libros, en otros formatos, estos son: pdf, html, rtf, y por supuesto el que utilizamos desde el inicio. También subiremos cinco libros nuevos, haciendo referencia a los 5 años del KCL. Estos son los títulos y autores de los libros: Artistas y rebeldes - Rudolf Rocker, Evolución proletaria Anselmo Lorenzo, Guerra civil - J. García Pradas, Miguel Bakunin, la Internacional y la Alianza en España (1868-1873) - Max Nettlau, Utopías y anarquismo - Víctor García. Además de la Enciclopedia Anarquista, Tomo II, en formato pdf. El 12 de octubre de 2009, se hará esta actualización. Visita la página a partir de esta fecha para ver los cambios. www.kclibertaria.comyr.com
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Los golpes de la democracia De tal manera en Latinoamérica la socialdemocracia como se le suele llamar al marxismo parlamentario, dio origen a esta nueva estirpe de dictadores que buscan reformas para perpetuarse -no ya ha la vieja usanza de sacar a los militares a la calles para imponerse, como las dictaduras derechistas, como en México, ya que una vez el ejército afuera de los cuarteles quien los regresa-, sino la nueva forma de ostentarse perennemente en el poder es por medio de la democracia, por medio del sufragio así no habría ya un modo de reprocharle su perpetuidad, pues el ésta ahí por la voluntad de los sin cabeza. Manuel Zelaya expresidente de Honduras así quiso perpetuarse en el poder, pero sus antagónicos no lo querían así, ellos querían a la democracia, no querían que sólo unos cuantos -como el caso de la mayoría de los pertenecientes al ALBA (La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) una supuesta alternativa al capitalismo propuesto por Estado Unidos en el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas)- se quedarán con todo el pastel, si uno come y se enriquece a sudores del pueblo pueden comer más, pero no los mismo, así el ejército y el parlamento hondureño quitaron a Zelaya y el eje américo-socialista-dictatorial quedó truncado y los fieles a la dictadura soltaron su ladrido en contra del imperio acusándolos de Golpistas. A este acto de prepotencia por parte de los demócratas hondureños el mundo respondió con golpe y Obama y Zelaya con el sequito del ALBA con la ocurrencia salieron, por un lado el derrocado pidiendo injerencia y presión del Estado yanqui para que él pudiera volver a sumir el cargo, cuando todo el tiempo se les culpa, no sin razón, de las crisis políticas, económicas y sociales en los países del área, y Obama contestando que no pueda hacer ya más de lo que está haciendo, cuando durante décadas el Estado que él comanda implanto dictaduras, financiando paramilitares y acobijando asesinos bajo el amparo de la seguridad del área, como hoy es el caso de las bases militares que pretende implantar en Colombia. Mientras estas luchas intestinas entre hermanos bolivarianos suceden en América Latina en China algo similar acontece, esta nación que es la más poblada del mundo y esta próxima a colocarse como el nuevo hegemón gracias a que se ha convertido en el gran taller del mundo, pero sobre todo al sometimiento de su pueblo a la esclavitud en nombre del progreso. Con otra matanza, nos recuerdan los chinos sus sacrificios en nombre de la mayoría, el exterminio de las etnias una salida fácil para la unificación del país, etnias que busca cambiar de cadalso, ya no queriendo el terror Rojo sino el fundamentalismo religioso. A la par de estos sucesos trágicos que se desarrollan en el mundo la peor enajenación que el capitalismo y el Estado haya creado, el fútbol, arremete contra todos, se incrusta en la mente de los sinrazón, y las patrañas de 22 individuos dentro de un estadio harán borrar de la mente por un mes, la miseria extrema que se vive en el país sudafricano, celebrarán los goles de sus nuevos amos olvidándose de los trabajadores que erigieron esas enormes construcciones a base de sudor y sangre, olvidándose aquellos que elevaron esos monumentos, que son un verdadero elogio a la estupidez e insensatez del ser humano, olvidando a los que pedían mejores condiciones de trabajo y en vez de ello recibían plomo y latigazos para apresurar el trabajo. Así el mundo sigue siendo convulsionado por la violencia que generan los sistemas que imperan en él, las injusticias del pasado vuelven a repetirse una y otra vez, las crisis siguen sucediéndose de igual manera, la realidad supera a la fantasía en lo concerniente a las tragedias y desdichas del hombre de tal modo que las personas esperan que les llegue la muerte para que se acaben sus problemas o no asirse de más, no importándoles dejar cada día una vida más desdichada y desgraciada a sus descendientes y en sí a la humanidad.
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LA VALIDEZ DE LAS ELECCIONES Como todos sabemos, el pasado 5 de julio del presente año se realizaron elecciones en México. Los constantes anuncios promoviendo el voto, o a tal o cual candidato inundaron una vez más todos los programas de televisión, todas las estaciones de radio y nuestras calles estuvieron por entero repletas de carteles, espectaculares y demás propaganda pequeña. Sabían los gobernantes y sus servidores que en estas pasadas elecciones se esperaba un importante índice de abstencionismo, como lo demuestra la afirmación de la CESOP (Centro de Estudios Sociales y de Opinión Publica, de la cámara de diputados), que vaticinaban que se podría rebasar el 70% en nivel de abstencionismo. Ante este panorama, han hecho todo lo posible por atraer votantes. Que los votantes lo hagan por tal o cual partido es de secundaria importancia, lo importante, sobre todo, es que se vote, que la gente participe en la comedia de la democracia que todos los gobernantes (desde la izquierda hasta la derecha por igual) se esfuerzan tanto por hacer creer que se vive en México. Ante este panorama, basta echar una mirada a unas de las elecciones pasadas para comprobar con datos la validez de las elecciones. En las elecciones presidenciales del año 2000, donde Vicente Fox resultó presidente de México, el índice de abstencionismo para las elecciones fue de 36.03%. Es decir, que del 100% de la
población mexicana sólo votó un 63.97%, y este 63.67% estuvo repartido entre todos los partidos políticos de la siguiente manera: PAN (Vicente Fox) obtuvo un 43.43 de la totalidad de los votos; en segundo lugar estaba el PRI (Francisco Labastida) con un 36.88% del total de los votos; y el tercero más cercano era la alianza PRD, Convergencia, PT, PAS y PSN (Cuauhtémoc Cárdenas) con apenas un 17.00% del total de los votos. Después de ellos vienen otros pequeños partidos políticos con un porcentaje menor. Ahora bien, si hacemos cuentas ¿Cuántos dieron en realidad la victoria a Fox? Somos más de 100 millones de mexicanos. De ellos, solo participaron el 63.67%, y de este tanto, Vicente Fox obtuvo poco más del 27%. En realidad fue una pequeña minoría quien decidió al candidato presidencial. En el 2003 el índice abstencionista fue del 58.33% (1). Ahora, si bien estas elecciones fueron de menos importancia, se puede ya ver una alza en el abstencionismo con relación a los datos de las elecciones presidenciales del 2000 con una relación 36.03% –› 58.33%. Ahora bien, en las elecciones presidenciales más recientes, del año 2006, el abstencionismo jugó un papel importante con un 41.45% del total de la población en condiciones de votar (menores de edad no cuentan). Si revisamos las cifras, veremos un caso similar (aunque ampliado) al de las elecciones del año 2000. En las elecciones presidenciales del 2006, donde Felipe Calderón saldría triunfante de la contienda electoral, la cifra que le dió la victoria es en realidad muy baja, con un margen de apenas un 0.58% (menos del 1%) sobre Andrés Manuel López Obrador que fue quien quedó en segundo lugar en cuanto a votos se refiere. Las cifras del total de votos para cada candidato muestran las siguientes cifras: PAN (Felipe Calderón) 35.89% del total de votos contados; PRI (Roberto Madrazo) 22.26% del total de votos; PRD (Andrés Manuel López Obrador) 35.31; y los demás candidatos con cifras menores al 2.70%. Hagamos la misma cuenta: de poco mas de 100 millones de mexicanos, sólo un 58.55% votaron. De este 58.55, es
decir, cerca de unos 58 millones y medio de personas, un 35.89% dieron la victoria a Felipe Calderón. En pocas palabras, unos 21,024,362 decidieron la victoria de Felipe Calderón. ¿Qué hay de todos los demás? Unos no tuvieron el gobierno de su preferencia, y otros, es decir, el 41.45% de los abstencionistas, se deben conformar con un gobierno impuesto, que no eligieron, que no desearon, pues su abstencionismo demuestra que para ellos todos los gobiernos son lo mismo. Casi la mitad de la población, ese 41.45% abstencionista, es sometida al gobierno, aun sin su consentimiento. Si nos mostramos más estrictos con las cifras, podemos ver que si 21 millones de mexicanos decidieron el gobierno actual, el restante, es decir, 79 millones de mexicanos están sometidos a un gobierno que no desearon. ¿Qué la democracia supone la mayoría representativa en el poder? Los datos que acabamos de ver demuestran todo lo contrario: un grupúsculo minoritario eligió a los gobernantes sobre la inmensa mayoría del pueblo. La democracia es una pantomima que pretende tapar el sol con un dedo. Ahora bien, si hasta aquí tenemos la razón, hemos demostrado que las elecciones son un grandísimo fraude, que lo menos dañino es que nunca es elegido presidente alguien aceptado por todos. Esto en el mejor de los casos. Si deseamos ver la cuestión más a fondo, es claro que las elecciones no son sino una forma de hacer que el pueblo continúe creyendo en el gobierno, pues sea cual sea el partido político que gane seguirán habiendo pobres y ricos, gobernantes y gobernados; digámoslo más claro: seguirán habiendo amos y esclavos. La libertad de la que tanto hablan los políticos que existe en las elecciones puede resumirse de la siguiente manera: “Te damos la libertad de elegir quien te matará de hambre; pero no si deseas o no que se te siga matando de hambre”. La solución ante esto parece ser, en primera instancia, no acudir a las urnas, sean cuales sean estas; y en un término más lógico y consecuente, la organización de todos los trabajadores y explotados para la expropiación de los medios de producción y su consecuente: la eliminación de todo tipo de gobierno, sea cual sea el nombre que este pueda adquirir.
Estamos de acuerdo con el lema de la participación… pero no de la participación para apretarnos la soga al cuello, no de la participación para remachar nuestras cadenas, no de la participación para elegir nuevos amos, que nos someterían a un nuevo gobierno, de distinto nombre, pero injusto, lo mismo que todos los gobiernos. Estamos por la participación, pero la participación directa del pueblo para mejorar su condición, por encima de todas las diferencias raciales, territoriales, etc., por encima de todos los gobiernos, eliminando estos, como principales causantes de la miseria de los pueblos. Han pasado las elecciones, ¿y ahora qué? Te preguntarás lector, si has acudido a las urnas a votar. ¿Ahora qué? Ahora se ha elegido a nuevos gobernantes, a nuevos amos. ¿En que cambiará la situación del pueblo con los nuevos llegados al poder? Para ellos, las elecciones representaron el acceso a abundantes medios económicos, a influencia política, etc., para ti, que lees estas líneas, no representará más allá de palabras; el haberse elegido a tal o cual gobernante, no cambiará que el día de mañana tengas que acudir de nuevo a ese trabajo fuerte y agotador que te hace llegar rendido a casa con apenas unos míseros pesos en la bolsa, mientras ellos, con tu voto, habrán llegado a una casa con un collar de brillantes para su… amiga. ¡Que estas elecciones sean una muestra para el pueblo de cómo elegir amos no es la solución! Piensa, analiza, organízate, lucha, contra todo tipo de gobierno. “De la misma manera en que se dice que cada quien es libre de elegir a su gobernante, nosotros tenemos la misma libertad de negarlos a todos”. José Rinaldi. 1.- Fuente: Mario Martínez Silva. Investigador del INEP. Erick Benitez Martínez
LAS LECCIONES DE LAS ELECCIONES… ¡Qué pasa! ¡Qué pasa! Que hemos aprendido de las elecciones, para ser sinceros cada vez que vemos y oímos la publicidad, que hacen para que la gente acuda a las urnas a votar, nos preguntamos, que será lo que nos enseñaran en esta ocasión, mas que los propios procesos, la publicidad que le hacen. No cabe duda que cualquier cosa que experimentemos nos deja una enseñanza efímera o perenne, sea esta mala o buena. El caso es que no sólo en el tiempo de las elecciones, la publicidad con que son bombardeados constantemente nuestros sentidos, nos permite conocer, qué intenciones son las que tienen los que apelan a la llamada democracia, según dicen para “beneficio” de la gente. Con mensajes insulsos y casi subliminales arremeten contra la mente ansiosa de quienes desean quitarse obligaciones de encima, y dejar que otros se encarguen, en apariencia, de los problemas propios de las relaciones humanas -en sociedad o individuales-; en busca de los votos. Para mostrar que no se necesita ser un genio para darse cuenta de tanta bobada que se dice en esta publicidad, citaremos algunas palabras con las cuales nos quieren engañar o por lo menos convencer por las buenas, de lo bueno que son en su “trabajo” y de los beneficios que nos producirá tal o cual persona si es que es elegida; aunque estas citas no sean literalmente, pues no las recordamos tal cual son, nos muestran una realidad irrefutable. Comencemos con ésta de la administración vigente que dice: “… haremos leyes más justas…”. Que quiere decir con esto: se refiere a que, saben que las leyes son injustas y que aún después de tantas reformas seguirán siendo injustas. Qué paso con esto. ¿O no, les escribieron bien los diálogos?… Esta otra que nos dice que votar es uno de los derechos humanos, que los derechos políticos son parte de los derechos humanos. En primer lugar todo lo humano no es de derecho es de hecho, con el simple hecho de existir ya
se posee, no necesitamos a nadie que nos diga cuales son nuestros derechos, por qué en que cabeza cabe, que elegir al opresor es un derecho, esto más bien es una maldición. Sería ante todo un suicidio “elegido”, más que un derecho. Lo que sigue parece un juego de palabras o mala interpretación, pero que al analizarlo nos damos cuenta del cinismo con el cual se hace la publicidad al voto: “… porque ellos son los que deciden en que se gastan nuestros impuestos…”, parece ser que ellos son los que se los gastan y que además se les da el privilegio de decidir en que quieren usar -ellos- el capital recaudado de los impuestos: sueldo, propiedades, servicios, etc. para beneficio propio de las personas elegidas, no del pueblo. Pero ahora que podemos decir de la publicidad que le hace el instituto oficial al voto. Es casi una broma escuchar los diálogos con los cuales nos tratan de convencer, porque ni siquiera engañar, pues son muy simplones y fantásticos, de que votemos por el partido que prometa cubrir todas nuestras necesidades. En serio creen que así es la gente, o que la gente es tan tonta como la que aparece en esta publicidad, esto es menosprecio puro, pues piden se vote por ellos tomándonos de idiotas. Allá las personas que les hagan caso y voten por cualquiera de los partidos, porque todos son la misma bazofia. Al ver esta publicidad, hurgando en mi memoria obtuve un recuerdo, hace ya muchos años, cuando me interesaba todo esto de la “democracia” y otras bobadas por el estilo, con el afán de saber en sí, que es el voto para los ciudadanos, si es un derecho o una obligación, hice la pregunta al instituto oficial, aunque nunca me contestaron, deduje la respuesta. La cual ya todos sabemos, no es ni derecho ni obligación, pero al parecer el instituto oficial ni siquiera sabe esto, o al contrario lo sabe y por eso nunca me respondieron. Y que hay del voto nulo, todos ellos se quejan y protestan contra los que están en favor de esta práctica, pero haciendo uso de lo que ellos llaman un derecho,
estaría haciendo uso de su derecho, la persona que decidiera anular su voto. Pero sin importar, que ellos nos dicen que es nuestro derecho votar, lo limitan cuando incitan a no anular el voto, de hecho nos están limitando desde que nos dicen que sólo tenemos cierto número de candidatos específicamente por los cuales tenemos que votar, pero que pasa si yo deseo votar por nuestro amigo Yeshúa, o si ninguna de las opciones es compatible con mis intereses. No se nos permite, ¿qué hay de la libertad, de la democracia, de la justicia? Qué hay entonces, nos precisan a votar, ¿no que es un derecho? Esta práctica del voto nulo, es muy buena, pero para las demás personas, porque nosotros como anarquistas preferimos no acudir a las urnas, y mucho menos caer en su jueguito de las falacias electorales o demócratas, que prometen libertad poniendo cadenas de placebos neofascistas, que sólo logran dominar a los “mentalmente en desventaja” o en su defecto a los de cerebro perezoso y cuerpo holgazán. Al fin de cuentas si votar es un derecho, entonces jamás haremos uso de el, si por el contrario es una obligación, entonces que nos arrastren a fuerza hacia las urnas, porque nosotros nunca haremos esa tontería, por voluntad propia. Y además los comicios siempre son en domingo y ese día hasta la rebeldía descansa, ¿o no? Allá ellos y su “buena” cabeza.
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Rodolfo Ruiz Reed
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Joseph Dejacque y el Libertaire La utopía no es, como se cree a menudo, el sueño ocioso o el resultado de un deseo quimérico para ofrecer a la evolución social un plan hecho de antemano; si es digna de su nombre, representa el voto ardiente de un hombre convencido de proponer ideas avanzadas que los contemporáneos rehúsan reconocer, en esa forma que apela a los sentidos y al sentimiento de un gran número de hombres, la forma artística, igual que los pintores que trazan un paisaje ideal o una figura humana expresando su sueño de belleza o de energía. Joseph Dejacque, el autor de “El Humanisferio” terminada en febrero de 1858-, era un verdadero proletario, un obrero francés desconocido, empapelador y decorador, que salía no se sabe de dónde y que desapareció de un modo que no está esclarecido, viviendo desde 1820 a 1854, o 1867 aproximadamente, pero cuya vida desde febrero de 1848 al año 1861 es bastante conocida. La primera mitad del año 1848 está en París en un ambiente abnegado y entusiasta, pero moderado, entre cooperadores y mujeres socialistas, pero él tomó su fusil en junio, fue insurrecto de las barricadas obreras contra la burguesía, vio la masacre del pueblo vencido, fue arrastrado de prisión en prisión durante un año y salió de ellas anarquista revolucionario. A partir de allí su voz resuena en poesías, discursos y folletos -que le hacen condenar en París, Londres, New Jersey, New York-; se detiene algunos años en New Orleáns, donde la corrupción social, la esclavitud de los negros lo desalientan y adquiere nuevas fuerzas al ampliar su volumen de poesías. Con sus solos recursos, el dinero que ganaba con la pintura y su trabajo de empapelador, produjo desde el 9 de junio de 1858 al 4 de febrero de 1861, 27 números del “Libertaire”, “periódico del movimiento social”, que salía en New York, editado, redactado, administrado y expedido por Dejacque solamente. Se hallan en él numerosos y muy interesantes artículos de propaganda y de principios, así como notables poesías impregnadas de un ideal elevado de justicia y de libertad. La utopía -El Humanisferioapareció allí desde el 9 de junio de 1858 al 10 de agosto de 1859. Oigámosle formular las ideas que le guiarían al redactar el “Libertaire”: “… Tiene por principio uno y superior: La libertad en todo y para todos. No reconoce otra autoridad que la autoridad del progreso. En todo y para todos quiere la abolición de todas las esclavitudes bajo todas las formas, la emancipación de todos los cuerpos y de todas las inteligencias”. “El Libertaire no tiene más patria que la patria universal. Es enemigo de los límites: límites-fronteras de las naciones, propiedad de Estado; límites-fronteras de los campos, de las casas, de las fábricas, propiedad particular; límites-fronteras de la familia, propiedad marital y paternal. Para él, la humanidad es uno solo y mismo cuerpo en el cual todos los miembros tienen un mismo e igual derecho a su libre y completo desarrollo, sean los hijos de este o del otro continente, pertenezcan a uno o a otro sexo, a tal o cual raza”. “De religión, no tiene ninguna; es protestante contra todas. Profesa la negación de dios y del alma; es ateo y materialista, dado que afirma la unidad universal y el progreso infinito, y que la unidad no puede existir ni individualmente ni universalmente, con la materia esclava del espíritu y el espíritu opresor de la materia, como el progreso tampoco puede ser infinitamente perfectibles si está limitado por ese otro límite o barrera en donde los humanicidas han trazado con sangre y lodo el nombre de dios…”. En una carta de ese hombre, del 20 de febrero de 1861, la única y el único documento de su mano que parece haberse conservado, del cual saco estas palabras -estaba
entonces cansado de América y preparaba su vuelta a Europa-: “… ¡Pobres primeros socialistas que somos!, ¡hombres declassés en la civilización cristiana, nos movemos como almas en pena, esperando siempre encontrar un rincón donde estaremos menos fuera de nuestra esfera natural, y ese rincón no podemos hallarlo, porque no es de este mundo, es decir de este siglo!… Nosotros somos más numerosos hoy, pero ¡qué trabajo queda por hacer aún -en frente a enemigos absolutos-, a los indiferentes y a los extraviados!” Volvió a Londres en 1861 y de allí partió para París, donde su rastro se pierde completamente y las noticias sobre su fin, acelerado o directamente producido por una crisis de enfermedad, son raras, contradictorias e inciertas. Pero sus escritos, quedan; incluso del “Libertaire”, tan raro, se han conservado algunas colecciones. Estas pocas líneas harán comprender -y la lectura de El Humanisferio lo confirmará-, que este hombre, proletario aislado, arrojado a los cuatro vientos del destierro, arrastrándose de país en país-, estaba imbuido a la vez por el más violento amor a la humanidad, que quería libre y dichosa, bella e inteligente en este bello globo terrestre con todas sus riquezas, bellezas y posibilidades de progreso, -y por el odio absoluto, feroz, ferocísimo si se quiere y altamente proclamado a la faz de todos, a los usurpadores, a los monopolistas, a los engañadores de toda especie, del sacerdote al político, que se han insinuado en el pobre cuerpo martirizado de la humanidad como sanguijuelas y parásitos y microbios envenenadores. En efecto, Dejacque fue un anarquista de la primera hora, un anarquista antes que surgiera el vocablo; desde las jornadas de junio, en las que combatió en las filas de los insurrectos, y, sin duda, mucho antes, aunque sólo se le conozca a partir de esa época, no cesó de protestar, por la palabra y por los actos, contra la reacción burguesa; comprendía que una república, dirigida en esa forma, debía llegar fatalmente al golpe de Estado. Desterrado, entonces, no sin haber conocido los procesos políticos, la prisión, las persecuciones de toda clase, continuó, en los diarios ingleses, belgas, americanos, defendiendo las ideas libertarias, no vacilando en contradecir en ardientes polémicas, a sus hermanos proscritos, Ledru-Rollin, al mismo Proudhon, a quien no perdonaba que excluyera a la mujer de la sociedad anarquista. El Humanisferio Este libro no es una obra literaria, es una obra Infernal, es el clamor de un esclavo rebelde. Yo, ínfimo proletario, a quien la tripulación, horda de explotadores, inflige cotidianamente el suplicio de la miseria, agravado con las
EXPOSICIÓN “Forjando la Libertad” Carteles, libros, opúsculos, y el periódico La Vorto en su número 5. Conmemorando a los compañeros anarquistas precursores de la verdadera revolución. El 20 de noviembre de 2009, Zócalo, Plaza de la Constitución, Ciudad de México.
“En el ejercicio de la libertad, no impedido por leyes y gobiernos, reside la salvación de toda revolución, la garantía de que ésta no sea limitada o detenida en sus progresos, su mejor salvaguardia contra las tentativas internas y externas de despedazarla”.
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brutalidades del destierro o de la prisión, entreabro el abismo bajo los pies de mis martirizadores y paso el bálsamo de la venganza sobre mis cicatrices siempre sangrantes. Observo, ojo alerta, a mis amos. Sé que cada día me acerca a la meta; que un grito formidable -el siniestro ¡Sálvese quien pueda!- va a resonar muy pronto en lo mejor de su jubilosa ebriedad. Rata de cala, preparo su naufragio; sólo este naufragio puede poner fin a mis males, así como a los males de mis semejantes. ¡Venga la revolución!; los que sufren ¿no tienen, por bizcocho, ideas en reserva, y, por tabla de salvación, el socialismo? Este libro no es un escrito, es un acto. No ha sido trazado por la mano enguantada de un fantaseador; está amasado con corazón y con lógica, con sangre y con fiebre. Es un grito de insurrección, un toque de clarín que hace resonar el martillo de la idea en el oído de las pasiones populares. Es, además, un canto de victoria, una salva triunfal, la proclamación de la soberanía individual, el advenimiento de la libertad universal; es la amnistía plena y completa de las penas autoritarias del pasado por decreto anárquico del humanitario Porvenir. ¡Este libro destila odio y destila amor!... Estoy lejos de la ciencia infusa. He leído poco, observado más, meditado mucho. Estoy, creo, a pesar de mi ignorancia, en uno de los medios más favorables para resumir las necesidades de la humanidad. Tengo todas las pasiones, aunque no pueda satisfacerlas: la del amor y la del odio, la pasión del lujo llevado al extremo y el de la extrema sencillez. Comprendo todos los apetitos, los del corazón y los del vientre, los de la carne y los del espíritu. Amo el trabajo, las labores rudas; amo también el ocio, la blanda pereza. Podría vivir de poco y considerarme rico, consumir enormemente y considerarme pobre. He observado, por el agujero de la cerradura, la vida privada del opulento, conozco sus aparatos de calefacción y sus salones suntuosos; y conozco también, por experiencia, el frío y la miseria. He tenido indigestiones y sufrido hambre. Tengo mil caprichos y ningún goce. Soy susceptible de cometer algunas veces lo que la jerigonza de los civilizados deshonra con el nombre de virtud, y más a menudo aún lo que honra con el nombre de crimen. El mundo de la anarquía no ha sido, en verdad, inventado por mí, como tampoco lo ha sido por Proudhon, ni por Pedro, ni por Juan. Cada uno, en particular, no inventa nada. Las invenciones son el resultado de observaciones colectivas; es la explicación de un fenómeno, un arañazo hecho al coloso de lo desconocido, pero es la obra de todos los hombres y de todas las generaciones de hombres ligados, todos, si, por indisoluble solidaridad. La libertad une a los hombres bajo su lábaro por la voz del libre examen; no les petrifica sobre la misma línea. Cada uno se coloca donde le place y se mueve como le da la gana. La libertad no regimenta a los hombres bajo la pluma de un jefe de secta: les inicia en el movimiento de las ideas y les inculca el sentimiento de la independencia activa. Tengo para mí que de lo que se trata es de hacer hombres y no discípulos, y no se es hombre sino a condición de ser uno mismo. Incorporémonos las ideas de los otros y encarnemos nuestras ideas en los otros; mezclemos nuestros pensamientos, no hay nada mejor; pero hagamos de esta mezcla una concepción en lo sucesivo nuestra. Seamos una obra original y no una copia. El esclavo se adapta al amo, le imita. El hombre libre sólo forja su tipo, crea. Mi plan consiste en hacer un cuadro de la sociedad tal como la vislumbro en el porvenir: la libertad individual moviéndose anárquicamente en la comunidad social y produciendo la armonía. No tengo, en modo alguno, la intención de imponer mi opinión a los otros. No desciendo del nebuloso Sinaí. No marcho escoltado por truenos y relámpagos. No soy un enviado por el autócrata de todos los universos para revelar su palabra a sus muy humildes vasallos y publicar el úkase imperial de sus mandamientos. Habito los abismos de la sociedad; de ahí extraje pensamientos revolucionarios y los proyecto hacia el exterior desgarrando las tinieblas. Soy un buscador de verdades, un incubador de progreso, un soñador de luces. Suspiro por la dicha y evoco su ideal. Si éste ideal les sonríe, hagan como yo, ámenlo. Si le encuentran imperfecciones, corríjanlo. Si les desagrada tal como se los presento, creen otro. No soy exclusivista, y dejaría de buena gana el mío por el suyo, si el suyo me pareciera más perfecto. Invalidar la autoridad y criticar sus actos no basta. Una negación, para ser absoluta, necesita completarse con una afirmación. De ahí que afirme la libertad, de ahí que saque las consecuencias. Extractos de El Humanisferio, Editorial La Protesta, 1927: de la Introducción por Max Nettlau; de Algunas palabras de Advertencia, por Eliseo Reclus; y de ¿Qué es este libro?, y Prefacio, por Joseph Dejacque. La nigraj vizaĝoj
NUEVA HUMANIDAD
MI VERSO CAMPESINO
Yo soy de ahí… de ahí donde el barro es mezclado con un torrente de plasma nacarado para formar una alma carmesí
Mi verso campesino cabala prendido del muy agudo trino de un gorrión caído
Estoy hecho de vísceras de una madre tierra sagrada. Mamé de las raíces de aquel roble donde tanta gente fue ejecutada.
Mi verso no es verso, Sino palabras al viento formadas por el labio terso de un particular sentimiento.
Yo soy de ahí… de ese vientre de tierra revuelto de malas y buenas raíces que al darme forma, quedaron en mí.
Es tan sólo un campesino que arrastra pluma por azadón y por tinta, sobre el punto fino, utiliza plasma de un corazón.
Estoy hecho para el mañana. Una mañana que ya es hoy. La hora en que se enjuta el pasado al mirarme y ver quién soy.
Mi rima es un suspiro. Es un tic-tac mi métrica. Tierra en vez de papiro, donde se vierte la idea política.
Crisálida apenas De tierra, sangre y metralla, soy un mundo que estalla úlceras ajenas.
Mi verso es una lágrima cálida sobre la faz resbalando. Es una sonrisa pálida sobre un alma que se ve helando.
Yo soy de ahí… de ahí donde el barro es mezclado con torrente de plasma nacarado…. ¿Qué puedes, pasado, esperar de mí?
Es el pétalo ajado que no se abrió en primavera. Es un beso amortajado que no llegó a vez primera.
Andre Cuatro días tenía que no paraba de llover, para Isaac era un tiempo difícil, y después de pensarlo bien se decidió en separar a Lola de la familia, la burra que lo ayudaba en el trabajo; veía que no resistía lo mismo, se cansaba mucho en la jornada. La recolección de la chatarra y cartón era escasa, como escaso el dinero para siete, dos perros y una burra. – ¡Carajo!, tener que andar desgañitándose, arrastrando esta humanidad, no más pa' castigar este pobre animal, ya está muy flaca: se le marcan en el pellejo las costillas, y su panza esta hinchada por el traspaso; que necedad de caminar entre los charcos lodosos y mojarse el lomo, como pa' coger una pulmonía, sólo por unos míseros pesos que apenas alcanzan pa' unas cuantas tortillas, pan y frijoles hasta me pongo a pensar que el animal, no es la burra. Jacobo, el jefe de los carretoneros que recogen la basura del suburbio, le había ofrecido algún dinero por el animal, hasta antes, Isaac no lo había tomado en cuenta y hasta tomaba como un insulto ese ofrecimiento; él, lo conocía bien y lo detestaba por ambicioso y explotador, pero la necesidad lo obligó contra lo que pensaba. Se dijo: – Con la cantidad que éste me de, podré comprar las medicinas para Andrés y unas cuantas cosas para la casa, mientras consigo trabajo. Isaac llamó a su hija mayor, Carla. Pidió que lo acompañara al suburbio, se llevarían a Lola, Carla la entregaría a Jacobo, mientras su padre cobraba un dinero en la cartonera. Carla comprendió lo que significaba llevar a Lola con los carretoneros, si Jacobo veía, que la burra era muy vieja como para criar, o al menos para jalar una carreta, no gastaría dinero, en un animal inservible. Entonces la sacrificaría y destazaría para alimentar a sus perros, que son muchos. Aunque sintió mucha tristeza obedeció a su padre, sabía, que no había otra manera de conseguir dinero, tan pronto. Cuando Carla comunicó lo anterior al resto de la familia; a su madre se le llenaron los ojos de lágrimas y sus hermanos no paraban de llorar, pero no había nada más que hacer. Carla vistió una chaqueta con capucha, tomó un pan duro y un terrón de azúcar, que metió en uno de los bolsillos de la chaqueta, pensó para el camino. Después de esto enlazó a Lola, quién estaba en una de las chozas contiguas. Mientras la familia se despedía de Lola, Carla hizo lo mismo con su hermanito Andrés, quien estaba tumbado en uno de los camastros, por la enfermedad, no lo quiso despertar, sólo cuando dormía lo dejaba tranquilo la tos; su cuerpo estaba tan caliente que casi quemaba, lo abrazó
despacito, y le dio un beso en la mejilla. Afuera Lola se comportó con la misma bondad y paciencia de siempre; lamió la mano de Isaac que acariciaba su barbilla, ella confiaba en los seres humanos, siempre la alimentaba, no podía pedir más, jamás le habían hecho daño. Cuando Carla, tomó el camino, que las llevaría al tiradero, Lola se sorprendió, y la miró con ojos interrogativos como preguntándole ¿a dónde me llevas? Pero al cabo de un rato se dijo, una burra no hace tantas preguntas. Burra y niña anduvieron terracerias lodosas y barrios lejanos, dejaron atrás: chozas armadas con retazos de madera y techadumbres de láminas oxidadas, parchados con cartón. En el camino se encontraron con perros que buscaban un refugio con prontitud y con gente que caminaba apresurada, por la llovizna incesante. De repente la llovizna paró, un viento frío sopló sobre las casuchas, Carla se detuvo, y contempló el cielo, una nube verdusca, casi negra lo cubría; en seguida regresó la lluvia que pronto se convirtió en granizo, y no tardó en cubrir la visibilidad a Carla. No sabía donde protegerse, el granizo le impedía ver a su alrededor, el agua ya traspasaba su ropa, estaba empapada de cabeza a pies, arriba la lluvia y el granizo, y abajo los charcos lodosos, pero no pensó ni por un momento en trepar al lomo de Lola, pobrecita, sus patas húmedas, temblaban de frío; ella ni siquiera estaba cubierta con ropa, sus ojos nobles parecían preguntar, el por qué, estar fuera con un tiempo tan malo. El viento silbaba, aullaba arremolinando la lluvia, que golpeaba sus cuerpos como un látigo, Carla no lograba ubicarse, sabía que si no encontraba un refugio pronto, morirían en la tormenta. A lo lejos vio un montículo que sobresalía del agua, la lluvia acumulada en el suelo corría con afluente ascendente el nivel ya alcanzaba sus rodillas, aunque, en algunas partes habían charcos profundos, ella lo sabía bien, conocía esos terrenos agrestes, si no tenía precaución podían caer y morir ahogadas. Al acercarse reconoció lo que no distinguió a lo lejos, camino con
Mi verso es todo aquello que nunca pudiste ver… Todo lo feo y lo bello. Puede ser el hoy así como el ayer. Triste gorrión con su ala quebrada. Un trinar de corazón camino hacia la nada. A veces, es cadena sonando entre unos pies desnudos y entonces las palabras van formando aires de tonos crudos. Se vuelve tambor y con sonido de acritud muestra al hombre con dolor la evidencia de su esclavitud Y algún que otro día, pero cada vez menos, se vuelve mi verso alegría que danza entre labios serenos. De cualquier manera no es verso el cantar mío. Es arena de una quimera depositada sobre el vacío. Es tan sólo un campesino que era arrastra su burda canción, tan elaborada como aquel trino, que formaba en su pico, nuestro gorrión.
dificultad entre el agua que corría, al llegar se dio cuenta que era el cascarón viejo de un auto abandonado, que yacía sobre unas rocas, y por lo mismo el nivel del agua aún no alcanzaba su interior. Carla divago por un momento: – ¡Si pudiéramos llevarlo a la recicladora, seguro nos darían un buen dinero! Pero no era el momento para pensar en eso, a lo mejor después. Hecho una mirada para adentro, estaba sucio y basuriento, pero seguro cabrían acomodándose bien en su interior. Al principio, Lola no quiso entrar, notaba muy pequeña la guarida. Entonces Carla recordó el terrón de azúcar que guardó antes en su bolsillo, lo tomó y lo acercó al hocico de Lola cómo para invitarla a entrar, ella aceptó con gusto, se acomodó en la pequeña guarida y esperó. Carla siempre había querido a Lola, pero ahora sentía que era su hermana, estaba sola, lejos de su familia y necesitaba cariño, como si lo sintiera. Lola se movió invitando a Carla a acurrucarse entre sus patas y ella la premió con el piloncillo, su golosina favorita, sacó el pan duro de su bolsillo y le dio un mordisco, afuera la lluvia caía cincelando el armatoste, el cansancio terminó por vencerla, se quedó dormida. En el cálido regazo de Lola, Carla soñaba con un día nuevo; uno bueno. “Toda la familia estaba feliz, Carla había tenido una buena idea, con la ayuda de Lola remolcaban el carro abandonado, todos contribuían, incluso su hermano pequeño, Andrés, que se había recuperado de la enfermedad”. Muchas horas pasaron. Entre sueños Carla pensaba en nunca separarse de Lola, lo había decidido, regresaría a casa con la burra, aunque su padre se molestara. Cuándo abrió los ojos se sorprendió, estaba en la cama con ropas secas y calidas, tocó apresurada las cobijas amontonadas a su lado, su hermanito no estaba, su madre la abrazó, consolándola, Andrés había fallecido, una complicación pulmonar sin atención médica lo mató. Carla salió corriendo de la casucha, afuera tendido en una pequeña mesa yacía el cuerpo de Andrés; cubierto con una manta, rodeado de velas y de gente que lloraba. Entre la confusión, Carla recordó a Lola, corrió a buscarla y se topó con sus hermanos, que rodeaban a su padre quien alimentaba con un biberón a un pequeño burro, que mamaba con avidez, según su padre el hijo de Lola, le pareció extraño, pero no preguntó nada. La tristeza mezclada con la alegría se lo impidió. Carla abrazó cariñosamente al pollino recordando la noche terrible que pasó con Lola, su padre le preguntó, como se llamaría y llorando dijo – ¡Andre, como mi hermano! (Así, mientras en algunos lugares hay inundaciones, en otros hay escases de agua, por no tener los medios para aprovechar el agua de lluvia y hacerla potable, lo irónico es que la mayoría de las veces el lugar es el mismo).
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? Notas anarquistas... ALGO SOBRE LA CONSTITUCIÓN MEXICANA DE 1917
Algunas ideas habían sido originalmente enunciadas por las ideologías anarquistas de los levantamientos campesinos y por la organización del movimiento obrero en el siglo XIX. Estos conceptos fueron más ampliamente aceptados durante las luchas revolucionarias entre 1910-1917 y expresados en los debates del Congreso Constituyente. Los artículos 15, 27 y 123 de la nueva Constitución hicieron justicia a muchas demandas de obreros y campesinos hechas por Chávez López, Zalacosta, González y Velatti, y repetidas por sus compañeros revolucionarios posteriores como: Flores Magón, Zapata y la Casa del Obrero. La creencia en el municipio libre fue popularizada por los socialistas entre la clase trabajadora del siglo XIX como la base de un orden social en la cooperativa agraria. La idea central del movimiento agrario era la del poblado independiente, expresada por primera vez en Chalco en 1869. En el Artículo 15, se expresa el apoyo para la creación del municipio libre e independiente como base económica -y política de un gobierno republicano libre-. El Artículo 27, que fue una respuesta a las continuas demandas de los campesinos por una reforma agraria se expidió para dividir grandes áreas de terreno, devolver las tierras que habían sido poseídas fraudulentamente, conceder a los pueblos tierra adicional y agua necesaria para establecer nuevos centros de población rural. Además se le reconoció al municipio, en una cláusula, que “las leyes locales deberían administrar sobre el patrimonio familiar y determinar cuál sería éste propiamente en la base de su inalienabilidad”. El Artículo 123 es la Carta Magna de la “clase obrera mexicana”. Este artículo era literalmente un programa social para los obreros urbanos y puso los fundamentos de los derechos de los trabajadores del México moderno. Estos derechos incluían la disminución del horario nocturno a siete horas, horario diurno de ocho horas, doble pago por tiempo extra, prohibición para emplear niños menores de 12 años, protección a las mujeres y niños de 12 años de trabajos pesados o nocturnos, reconociendo el derecho de huelga y garantía de otros beneficios. Contiene, además, estipulaciones que garantizaron todas las demandas publicadas en los manifiestos de 1870 y principios de 1880 por el Gran Círculo de la ciudad de México y los congresos obreros. Todo el programa social delineado en el artículo refleja las aspiraciones del movimiento obrero mexicano desde el tiempo en que los estudiantes socialistas de Rhodakanaty, dirigidos por Villanueva, empezaron a organizar las sociedades mutualistas en 1860. Las mismas ideas fueron popularizadas nuevamente, durante la Revolución, por ideólogos anarcosindicalistas de la Casa del Obrero mientras organizaban a los trabajadores industriales. Algunas de estas aspiraciones siguen siendo expresadas, y a pesar de los impresionantes avances económicos, continúan frustradas. Son la continuación de la herencia de la pobreza de las masas y el deseo de libertad del pueblo.
Título: Un lugar
No fue hecho para enajenarse; Nunca se casó, vivió solo; Nunca fue a la iglesia; Nunca votó, rehusó pagar impuestos al Estado. No comió carne. Ni bebió vino. Ni fumó. y aunque fue naturalista,
Jamás utilizó una trampa o un fusil. Escogió para sí, Inteligentemente sin duda, ser amante del pensamiento y de la naturaleza... Escribió Ralf Waldo Emerson, sobre Henry David Thoreau. Fuente: Desobediencia civil, Henry David Thoreau, Ediciones Antorcha.
Fuente: “Los anarquistas mexicanos, 1860 a 1900”, John M. Hart. Capítulo VIII.
Es tiempo del entretenimiento, pasa un rato agradable resolviendo este juego de gato entripado, con palabras, recuerda que las líneas no se deben cruzar ni tocar, así siguiendo los ejemplos, une cada una de las palabras con su antónimo: Revolución con Reforma, Capitalismo con Autogestión, etc. Sabemos que se ve difícil, pero con un poco de calma y atención lograras tu objetivo. Desorganización
Libertad
Revolución
Proletario Nacionalismo
Maldad
Bondad
Burgués Justicia
Egoísmo
Opresión
Guerra
Anarquía
Capitalismo
Organización
Infame
Armonía
Reforma Trabajador
Solidaridad
Emancipación
Internacionalismo
Autonomía
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Injusticia
Esclavitud
Enemistad
Patrono
Honrado
Paz
L a Vo r t o N o . 5 J u n i o - S e p t i e m b r e 2 0 0 9
Odio
Autogestión Falsedad Discordia
Franqueza
Subordinación Fraternidad
Verdad
Hipocresía
Amor
Gobierno