Catalogo Presencia al Vacio

Presencia al vacĂo Dylan Altamiranda

Este catálogo es un registro de la exposición individual Presencia al vacío, realizada por Dylan Altamiranda del 12 al 18 de noviembre de 2014, en la sala múltiple del Museo del Caribe.

Contenido Mirar y notar, andar y descubrir Néstor Martínez Celis

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Presencia al vacío Dylan Altamiranda Arévalo

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Imágenes

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Presencia al vacío. Dylan Altamiranda

Mirar y notar, andar y descubrir Néstor Martínez Celis* El mundo está lleno de objetos, más o menos interesantes; yo no deseo añadir ninguno más. Prefiero simplemente plantear la existencia de las cosas en términos de tiempo y/o espacio. Douglas Huebler A principios de 1968, el artista japonés On Kawara enviaba cada día dos tarjetas postales a otros artistas o a varios amigos. En el reverso, estampado con un sello de caucho, aparecía el mensaje “I got up” (me levanté) y la indicación puntual del lugar, del día y la hora correspondiente. De este modo, Kawara transfería el instante cotidiano de levantarse al centro de un sistema de comunicación particular. Análogamente, en su obra Presencia al vacío el artista Dylan Altamiranda utiliza verbos para denotar acciones cotidianas, de esas que realizamos todos los mortales en el día a día de nuestra existencia. Un sinnúmero de actividades ligadas al trascurrir de la vida, que pudieran considerarse anodinas o trascendentes dependiendo del valor que cada uno le asigne. Pero, a diferencia del japonés, a Dylan no le interesan sus propias acciones sino las que realiza el espectador, por ello presenta

los verbos en primera persona singular del presente indicativo, obligando al que lee a escucharse internamente y pensar y/o reflexionar sobre la acción aludida. Estos verbos están velados dentro de composiciones acromáticas y el público que mira está destinado a “descubrirlos”. Al primer golpe de vista se pudiera pensar que la instalación es deudora del arte abstracto, pero ya dentro del espacio expositivo nos percatamos que no es una obra sobre la abstracción, aunque se valga de composiciones geométricas, sino más bien es una ambientación referente a las acciones básicas que puede ejecutar cualquier persona y la significación de las mismas, y por eso la obra de Altamiranda la podemos interpretar como el arte de describir o de analizar procesos energéticos visualmente no perceptibles. Lo que en algún momento puede descubrir el espectador es que, mientras piensa en un quehacer que desarrolla cotidianamente, 4

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se encuentra moviéndose por el espacio artístico realizando acciones cuya escritura va a encontrar en los intersticios blancos que liberan las composiciones geométricas. Anticipándose a lo que hará el público o sugiriendo lo que podría hacer, el artista se concentra en develar una estética de la percepción y activar juegos de lenguaje motivantes de acciones que más allá de lo imaginado pudiera desplegar el espectador. Dialogante con algunos planteamientos de Camnitzer y de Meireles, la obra de Altamiranda más que reflexionar sobre el contexto, lo urbano o la naturaleza, como mayoritariamente vemos en los grandes escenarios de las Artes Visuales, transita por las avenidas neoconceptuales contemporáneas e insiste en agotar el examen sobre los componentes mentales del arte a la luz de los actualizados procesos de percepción. *Artista visual, curador y profesor investigador (Grupo VIDENS) de la Universidad del Atlántico.

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Presencia al vacío Dylan Altamiranda Arévalo Presencia al vacío es una instalación con la cual se busca proponer un juego de percepción visual que incita a una participación activa del público, mediante el descubrimiento de textos abstraídos que se hallan en los espacios blancos de las superficies. La instalación se compone de varias imágenes elaboradas mediante pintura de esmalte sobre láminas de madera de distintos tamaños, y cada una de ellas contiene una abstracción geométrica en blanco y negro en la cual se puede leer un texto. Asimismo, estos formatos se ubican estratégicamente para que se puedan identificar otros textos en los espacios vacíos de la superficie (blanco de la pared) que existen entre ellos, de modo que la disposición estratégica de los elementos no sólo busca crear dicho juego utilizando los espacios vacíos, sino también trazar posibles recorridos de la mirada del espectador en el recinto. Los textos que se encuentran corresponden a verbos conjugados en primera persona del tiempo presente, y en las imágenes abstractas remiten a acciones cualesquiera que se realizan en un día ordinario; mientras que en

las superficies “vacías” del muro se encuentran acciones que el espectador realiza en el espacio expositivo desde el momento en el que participa del juego perceptivo, por lo que el público podrá reflexionar sobre las maneras en que construye lo cotidiano mediante una exploración de las maneras de mirar el objeto artístico. “Presencia al vacío” es también una obra donde el espectador está dentro de un ambiente configurado para estimular la mirada activa, donde cada asistente puede alejarse y acercarse, andar y detenerse, mirar el conjunto o el detalle, identificar y descubrir. En un juego perceptivo que se construye a partir de figuras tan simples de ver, como cuadrados y rectángulos, es el público quien termina de crear la imagen, puesto que los textos aparecen gracias a las relaciones entre las figuras geométricas que el ojo percibe. La figura se vuelve fondo y viceversa. Lo lleno se vuelve vacío y éste se llena al ser descubierto por el espectador, quien con su presencia lo carga de contenido.

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