Este es el texto que elaboró el joven Rafael Vilá, para despedir a los profesores y comunidát allá por 1980.
Motivos ignotos me llevaron a conservar el documento de marras. Pero no hay casualidát. El texto evidencia como se puede escribir con agudeza e inteligencia, y desde un humor sutil, dar pinceladas de la mirada de un grupo de alumnos, acerca de varios de sus profesores.