La música está en el hombre y la educación musical despierta y desarrolla las facultades humanas. No está reservada a un núcleo de personas, sino que está al alcance de todos, para participar de ella no se exige poseer unas aptitudes especiales. Está comprobado que las capacidades de percibir, sentir y expresar la música existen en todas las personas en un grado normal, y es imprescindible desarrollar estas capacidades desde la edad más temprana. Kodaly, ante la pregunta: "¿Cuándo conviene comenzar con la educación musical?", respondió: "Nueve meses antes del nacimiento".