Trabajo de Fin de Grado Luis Betancor Campos nº expediente 10047 Tutor Miguel Ángel Aníbarro Rodríguez Prof. del departamento de composición arquitectónica Universidad Politécnica de Madrid Julio 2016 Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid [ETSAM]
Resumen
Sinergia, Arquitectura y Paisaje en la obra de RCR constituye una investigación crítica en torno a la obra del estudio de arquitectura formado por Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta. En base a la visita de los proyectos se analizarán, haciendo hincapié en su relación con el paisaje un conjunto de intervenciones de distinta índole situadas en la región del Parque Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa. Según se desarrolla la narración de los casos de estudio - agrupados en 4 bloques principales, el Espacio Barberí, las Bodegas Bell-Lloc, cinco proyectos en el espacio público y natural de Olot y dos de las intervenciones en Les Cols - se investigará análogamente sobre distintos aspectos relativos a la filosofía del atelier y que determinan el carácter y los mecanismos de relación con el paisaje de su arquitectura. Para complementar este estudio y cubrir el amplio aspecto proyectual de los arquitectos se seleccionan otras 3 obras de las visitadas en este viaje. Palabras Clave: Paisaje / Relaciones / Naturaleza / Límites / Sinergía / Armonía
A
Introducción
B
1. De Barcelona a la Garrotza
2
2. Pintura Paisajista, Escuela Olot
3
5.1
3. El río Fluvià
6
5.2 Jardines. Los verdaderos y otros
22 25
4. La casa del payés
8
6. Bodegas Bell-Lloc
30
5. Espacio Barberí
Proyectos
El Hombre y la Mujer Nube
6.1
Conexiones con el Land Art
6.2
Reminiscencias de Japón
7. Inmediaciones de Olot 7.1
Espacio Urbano Volcánico
7.2
Gredal del Montsacopa
7.3
Pabellón de Baños
7.4
Estadio de Atletismo
7.5
Parque de Piedra Tosca
7.6 Abstracciones
16
35 37 44
46 48 51 55 59 62
8. Intervenciones en Les Cols
66
_8.1 Restaurante
68 71
8.2 Carpa
ÍNDICE
C
Otros Proyectos
9. Otras obras
78
D
10. Conclusiones
Final 97
9.1
Pabellón del Estanque
80
11. Notas
100
9.2
Parque de la Arboleda
86
12. Bibliografía
103
9.3
Espacio Público Teatro La Lira
92
13. Créditos
105
del latín synergia, “ efecto producido por la conjunción de dos o más causas, cuyo resultado es superior al que cada una de las partes hubiera producido de manera individual. ”
E
ste trabajo se llevará a cabo siguiendo el patrón de un libro de viajes, a través del cual iremos descubriendo el lenguaje arquitectónico que han gestado Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta y que, lejos de establecer solamente un intenso diálogo con la naturaleza, logra plantear una manera distinta de experimentar y habitar los espacios. Su arquitectura consigue posicionarse de manera crítica con el estilo de vida contemporánea, buscando definir y satisfacer las nuevas necesidades del hombre y la mujer del siglo XXI.
A Introducción
1. De Barcelona a Olot
2
2. Pintura Paisajista, Escuela de Olot
3
3. El río Fluvià
6
4. La casa del payés
8
E
s lunes 14 de marzo, son las 8.00 de la mañana y me dirijo a Olot desde Barcelona, donde estoy citado para visitar la antigua Fundición Barberí, actual sede del estudio de RCR. Esta es la primera parada de mi ruta por Cataluña para visitar la obra de los arquitectos Aranda, Pigem y Vilalta, que en la última década han destacado por su especial tratamiento de la arquitectura en relación con el paisaje. El fin de este estudio es comprender cómo del entendimiento exhaustivo del paisaje es posible generar una arquitectura enraizada y adaptada a su entorno. Como es de esperar, la salida de Barcelona a través de la Avenida Meridiana que conecta con la carretera C-17 está atascada, toda la gente se dirige al trabajo. El viaje me depara casi dos horas de trayecto atravesando Cataluña en dirección nordeste. Una vez superada la frenética salida de Barcelona el trayecto prosi-
2
gue sin mayor problema a través de una carretera sin apenas tráfico que se adentra en el interior, en una región que parece congelada en el tiempo y donde todo transcurre con una calma innata. La carretera discurre a través de un sinfín de valles, colinas y montañas, atravesando largos túneles y puentes hasta llegar a un recóndito pueblo lejos del bullicio de la ciudad, Olot, capital de la comarca de la Garrotxa. Es en este lugar singular donde se ha gestado el lenguaje arquitectónico de este grupo de arquitectos que de manera precoz ha alcanzado reconocimiento internacional. Para entender que les incita a hacer esa arquitectura, tenemos que ver en retrospectiva su obra, remontarnos a sus orígenes, permitiéndonos entender su evolución y trayectoria.
1. De Barcelona a la Garrotxa
La Garrotxa, sinónimo de volcanes, es la tierra originaria de este grupo de arquitectos, hijos de Vulcano 1 . Sus primeras obras, reflejo de su manera de hacer arquitectura y motivo de este viaje, se encuentran en las inmediaciones. Olot, capital de la región de la Garrotxa, se encuentra a una hora de la costa mediterránea, a los pies de los Pirineos catalanes, en la provincia de Gerona. Rodeada por el Parque Natural de la Zona Volcánica, conformado por más de 40 volcanes extintos, conforma un paisaje único de conos, cráteres y coladas volcánicas, uno de los ecosistemas volcánicos más interesantes de la Península Ibérica. La topografía y su clima húmedo acogen bosques de frondosa vegetación de encinas, alcornoques, robles y hayas. Una naturaleza humanizada con respeto y armonía, mosaico de agricultura y bosque y pequeñas poblaciones.
El valle de Olot, con poco más de 33.000 habitantes, se articula a través del curso del rio Fluvià y su entorno natural e industrial, con masías dispersas, pueblos, huertos y paisajes de bancales de cultivos conectados por una densa trama de caminos rurales; constituye el marco de actuación donde se localizan la mayoría de obras sometidas a análisis en este estudio.
[1] Vistas a Olot desde el Volcán Montsacopa
3
4
[2] Pintura paisajista de Olot, El Espantapรกjaros
2. Pintura Paisajista, Escuela de Olot “Ce que j’essaie de vous traduire est plus mystérieux, s’enchevêtre aux racines mêmes de l’être, à la source impalpable des sensations.” J.Gasquet, Cézanne 2.
E
sta cita de Gasquet sobre la obra del pintor postimpresionista francés Paul Cézanne revela claramente el propósito de este trabajo, a la par que establece un paralelismo con el tema que ha de preceder a cualquier descripción y reflexión sobre la obra de RCR: su herencia y sensibilidad impresionista. Aranda, Pigem y Vilalta no son un estudio al uso, han forjado un lenguaje propio fundamentado en la creatividad compartida 3 y en el entorno geográfico-cultural de La Garrotxa. Lejos de las tendencias arquitectónicas de las grandes metrópolis españolas, su concepto de arquitectura se funde con su profundo entendimiento del paisaje y la vida. No es casualidad que la gran veneración de estos arquitectos hacia la naturaleza se haya gestado en el mismo entorno natural, en el que se fundó en 1783 la Escuela de Bellas Artes de Olot, en la que nació a finales del XIX una pintura de paisajes naturalista que toma como inspiración los paisajes de La Garrotxa: el tratamiento de la luz y las variaciones de color eran elementos esenciales en sus composiciones. Preocupados por plasmar la luz y “materializar” el instante, lejos de reflejar fielmente la escena, trataban de dar forma ante todo a las emociones y sentimientos que el paisaje suscitaba en el momento. Es una pintura que aspira a ser mucho más trascendental, donde partes inconexas dan por resultado a un todo unitario, renunciando al divisionismo impresionista para dar imágenes más realistas, donde el contraste entre claridad y oscuridad es lo que genera sensación de profundidad.
característicos de este entorno volcánico. Esta sensibilidad hacia la naturaleza sigue, sin duda, presente en la obra de los arquitectos. Los íntimos paisajes 4 de RCR son fruto de su delicada mirada. De hecho hay un paisaje humanizado que los rodea, pero no se trata únicamente de lo que es aparente sino, sobre todo, de lo que han descubierto con sus propios ojos. Se trata de una belleza filtrada por la sensibilidad, una abstracción de valores plásticos del paisaje a través de su entendimiento original, una percepción transversal que se filtra a través de sus poros. Al margen de lo que nos puedan enseñar estos paisajes, no solo hay que fijarse en los puntos de mira a los que se dirigen las cámaras fotográficas, sino en especial a la gran variedad de temas que se tratan, desde los claros hasta las sombras, de lo sencillo a lo exuberante, desde lo dramático hasta la pura calma.
[3] Pintura paisajista de Olot, Camp de Fajol
La manera de RCR, tanto de hacer bocetos de entorno y croquis preliminares, como de tratar la luz, las sombras y el color en su arquitectura, entre otros, obedece a las premisas de este paisajismo pictórico y, más cercanamente, se asemeja a las percepciones subyacentes de las pinturas paisajistas de la Escuela de Bellas Artes de Olot, que reconoce los valores compositivos de los elementos (físicos del paisaje)
5
6
[4] El río Fluvià
3. El río Fluvià
E
l estudio El Fluvià com a pretext 5, realizado por los entonces aún estudiantes de arquitectura Carmen Pigem, Rafael Aranda y Ramón Vilalta (junto a Josep Fortià), es un exhaustivo análisis paisajístico y territorial de la cuenca del rio Fluvià, desde su nacimiento en las altas montañas de Puigsacalm, en la Zona Volcánica de la Garrotxa, hasta su desembocadura en las Aiguamolls de l’Empordà. En él se someten a estudio tres aspectos: el medio físico, la actividad del hombre sobre el territorio y la historia de la población y de la industria entorno a la cuenca; lo cual lleva después a la determinación de distintos ámbitos y paisajes diferenciados a lo largo del río que responden a la diversidad de relaciones entre el territorio natural y las formas derivadas de la humanización. Las intervenciones y conclusiones, condensadas finalmente en los 4 proyectos de final de carrera de los estudiantes, dan respuesta a esta lectura del paisaje que es, a la par, objetiva y subjetiva y que va hacia delante y hacia atrás en la formalización y comprobación de las respuestas respecto a los requerimientos del entorno. Lo más notable de la lectura de El Fluvià com a pretex, aparte de profundizar en el conocimiento del entorno geográfico, natural, histórico y cultural, es la manera en que los arquitectos se aproximan al paisaje y, sobre todo, su concepto de paisaje, que se presenta como la comprensión de las interrelaciones entre la estructura natural del territorio y las características distintivas de la intervención humana sobre él. Y, citando a Patrick Geddes, a todas estas interrelaciones, de predominante carácter físico, hay que añadir las connotaciones culturales fruto de la mediación entre hombre y medio natural, entre la naturaleza del territorio y su explotación, que acaban incidiendo en los rasgos culturales básicos de la población, quedando reflejadas en las estructuras físicas y sociales, dando forma a sus estilos de vida. De ahí se deduce que en todo paisaje, en un momento dado, se encuentran representadas diferentes fases evolutivas de una sociedad determinada 6.
El paisaje de hoy es una superposición de diferentes paisajes y de distintas realidades percibidas por el observador, presentadas como proyección cultural del individuo ante un espacio determinado7. Por eso, para poder realizar una intervención, primero hay que comprender exhaustivamente el sustrato sobre el que se asienta, motivo de este análisis, que toma el Fluvià como marco delimitador común. En las propuestas que hacen los arquitecto en este estudio, como en los proyectos actuales, se percibe, en palabras de Rosa Barba, el gusto por “la línea”, la intención “minimalista”, y lo que resulta más novedoso, cierta intuición hacia un naturalismo que busca la raíz ecológica y la reconciliación con la geografía morfológica […]; el gusto por el elemento vegetal que domina el ámbito; el gusto por crear de nuevo la emoción de vivir en un espacio construido con formas y figuras alejadas de la construcción artificial. […] 8 […] El poder de la construcción paisajística está en descubrir lo esencial de los lugares para hacerlo evidente al introducir una nueva forma. 8 En la formalización de las intervenciones estos proyectos transgreden las limitaciones de la arquitectura contemporánea recuperando la disciplina tradicional, conformando secuencias de caminos, puentes, muros, puntos singulares, canales, hitos y pequeñas edificaciones en sintonía con las singularidades del paisaje, redefiniendo una nueva manera de entender el territorio, que no trata de mimetizar el paisaje ni de reproducir las arquitecturas populares en sus construcciones. Este estudio es un ejemplo de la voluntad de descubrir el verdadero contenido y de hallar la respuesta conceptual que toda intervención requiere, es un ejercicio que aspira a extraer una forma contenida de una “pieza en bruto”.
7
[5] Mas Ruibrugent
8
4. Las casas del payés
C
onsiderando que la buena relación de la arquitectura con el paisaje es un valor capital, los arquitectos realizaron un estudio de las casas tradicionales del payés en el parque natural de la Garrotxa. Fruto del entendimiento de las herramientas que esta arquitectura vernácula utilizaba para insertarse en su entorno natural, reconocemos hoy en sus obras ecos de esta tradición vernácula asimilada y reinterpretada. No solo el saber hacer las formas y su disposición en el terreno toma relevancia, sino también el nexo que logran establecer con la vida tradicional del campo, conciliando con armonía actualidad y tradición. Este estudios se centra en la condiciones de implantación de las construcciones – situación en el paisaje y ocupación de los asentamientos- y en las condiciones de ordenación –accesos, espacio exterior y análisis de la volumetría y de la composición de los cerramientos verticales-. Sin entrar en mayor detalle de los aspectos que analizan, merece la pena resumir las conclusiones que de este estudio se aplicarán después en su arquitectura.
tura que a la manera de los clásicos, nunca separa forma de fondo. […] Son casas que destilan sabiduría también por otra razón: dominan el entorno, sí, pero sin asfixiarlo o destrozarlo. Las casas se alzan sin abrumar, sin castigar al paisaje. 10 El título de este estudio también hace referencia a uno de los recursos de los que siempre hablan los arquitectos, que no es otro que el silencio. Este concepto de silencio se entrelaza con su manera de entender al hombre y la mujer del siglo XXI (Hombre y Mujer Nube), también tiene que ver con estas casas y con las influencias de la arquitectura japonesa que se estudiarán más adelante.
[6] Mas del Solà
Tanto la lógica constructiva como la razón estructural de sus proyectos son herencia del sentido común de estas humildes casas, pero, más importantes son las lecciones sobre la relación que establecen entre interior y exterior: la necesidad de profundidad, de espesor de fachada y el rechazo de esta como mero plano delimitador. Además, no es difícil adivinar, que los recorridos de acceso a los espacios interiores son una redefinición de los caminos rurales que llevan hasta las masías. Estos caminos, que siguen la topografía y van mostrando el paisaje, sirven también para ir enmarcando la arquitectura, revelándola gradualmente (y creando por ello una mayor ligazón entre lo interior y lo exterior, induciendo ese nexo invisible que suscita en el espectador la necesidad de entrar y conocer qué se esconde en su interior. Según palabras de Antoni Puigverd, esta arquitectura austera destila sabiduría, pues entiende el clima y se adapta a él. Una arquitec-
9
B
Proyectos
5. Espacio Barberí
16
5.2 Jardines. Los verdaderos y otros
22 25
6. Bodegas Bell-Lloc
30
5.1
El Hombre y la Mujer Nube
6.1
Conexiones con el Land Art
6.2
Reminiscencias de Japón
7. Inmediaciones de Olot 7.1
Espacio Urbano Volcánico
7.2
Gredal del Montsacopa
7.3
Pabellón de Baños
7.4
Estadio de Atletismo
7.5
Parque de Piedra Tosca
7.6 Abstracciones
35 37 44
46 48 51 55 59 62
8. Intervenciones en Les Cols
66
_8.1 Restaurante
68 71
8.2 Carpa
12
[7] Plano de Olot, Localizaciรณn de los proyectos
Ruta
[8] Ruta del Viaje por CataluĂąa
13
La vieja, tan ansiada fundición Barberí tiene paredes, techos y suelos ahumados de extintos fuegos de fundición, con bronce, un mineral pre-existente en el jardín, junto con los olores, los colores y las chimeneas de los hornos de función. Tierra y fuego están presentes, junto con el aire, cada vez más etéreo, ganando terreno. Nuestro mundo se ha establecido aquí, echando raíces y educando, cultivando mentes. Árboles y helechos en el jardín. Suministros independientes. Dejando que la atmósfera nos rodee/envuelva y añadiendo nuestra marca en la historia de este espacio que ha forjado tantas esculturas, silenciosamente haciendo nuestro trabajo. Silenciosamente siguiendo adelante con nuestro trabajo.11 [9] Patio Interior Espacio Barberí
2004 Olot, ESP Espacio BarberĂ
B
5
16
[10] Plantas Espacio BarberĂ
5. Espacio Barberí
T
engo la oportunidad de entrar en el laboratorio de ideas donde se han gestado todos los proyectos de RCR desde que el estudio se trasladó en 2003 a esta antigua fundición de acero. Situada en el barrio donde se localizaba antaño la industria, en uno de los accesos a la ciudad y cerca del Fluvià, el edificio ocupa una parcela rectangular entre medianeras, delimitada en sus extremos cortos por viales. Se accede a este desde una estrecha calle secundaria, cerrándose en el otro extremo a la calle María Vayreda, mucha más concurrida y que conduce al centro de Olot. En una calle de arquitectura insustancial, llama la atención el gran ventanal de vidrio ligeramente arqueado, que se coloca en la segunda planta, que rompe con la composición del resto de la fachada y que refleja el cielo y las nubes.
Así pues, nos percatamos ya desde un principio de lo importante que será en sus obras la armonía entre lo construido y el vacío. Una arquitectura cargada de sensaciones, capaz de captar la belleza del instante.
[11] Aguada Situación Espacio Barberí
La reforma, que se ha ido llevando a cabo gradualmente, consolidó el antiguo conjunto y reorganizó las naves existentes para transformarlas en un laboratorio que da respuesta a las diferentes necesidades del estudio: reflexión, trabajo individual, reunión, almacenaje o producción de maquetas. Estas funciones se articulan en tres cuerpos: la nave principal, que incluye el cubo que acoge el despacho de los tres arquitectos fundadores; un prisma alargado donde trabajan los colaboradores, y otro prisma, acristalado y autónomo, dedicado a la reflexión. 12 Este proyecto, fiel reflejo de su manera de entender la arquitectura, se organiza en torno a un patio de contorno irregular que articula el funcionamiento tanto espacial como programático del estudio. Todas las transiciones entre los distintos volúmenes se realizan a través de este patio, creando un vínculo esencial entre interior y exterior. Un cúmulo de relaciones entre lo natural y lo artificial. Las distintas conexiones se producen a través de espacios cubiertos, semi-cubiertos o al aire libre, entre zonas climatizadas o no. De tal forma, la separación entre las distintas estancias y actividades, se producen mediante volúmenes de aire a cielo abierto, fragmentos de naturaleza, en vez de por muros y puertas.
17
// Recorrido
A
ccedemos a la fundición Barberí a través de una gran puerta de madera que da acceso a un alargado pasillo. Al final vislumbramos un pequeño patio con helechos, hiedra y un banco, rodeado en dos de sus flancos por desgastados muros de fábrica de ladrillos. A priori parece que nos adentramos en un antiguo taller en estado ruinoso. Estos grandes muros parecen tener muchas historias que contar. El suelo, continuo, nos conduce a una encrucijada de recorridos y vistas que iremos descubriendo durante nuestra visita. Bajo este espacio cubierto aparecen en cada una de las paredes sendas aberturas que dan acceso a espacios opuestos.
[12] Corredor de Acceso Espacio Barberí
[13] Patio de Acceso Espacio Barberí
[14] Vista segunda planta del espacio para becarios hacia el patio
18
A mano izquierda, tirando de una puerta corredera metálica de aspecto industrial entramos en un espacio que se vuelca al patio. Es aquí cuando empezamos a ser conscientes de la verdadera magnitud de este. Se agradece en este día de invierno entrar al calor de esta estancia, en cuyas mesas de trabajo se arremolinan becarios y estudiantes. Este espacio se estructura gracias a las diferentes alturas que va tomando. En la parte que se abre al patio y en la que da a la calle tenemos una doble altura, mientras que en la parte intermedia, por la que accedemos, hay una pequeña estancia a la que se sube por una escalera adherida al muro medianero, que sirve de almacén y despacho. Volviendo al corredor de acceso podemos entrar a través de una abertura en el lado opuesto del muro a otro gran espacio. Aquí se encuentra el núcleo de escaleras que sirve a la segunda planta. Al fondo, una gran estantería ocupa en toda su altura el muro de medianería, que continúa en la planta superior. Toda esta sombría estancia se abre a la gran nave de la antigua fundición. Para delimitar estos espacios tan diferenciados, uno grande y crudo y otro más privado y con clara vocación intimista, se separan mediante unas lamas curvas de acero, logrando una transición visual gradual. Colgadas del techo, estas lamas conducen la luz desde el lucernario superior situado en la cubierta a dos aguas de la nave, hasta la parte inferior de la biblioteca, introduciendo luces y reflejos en la penumbra.
Si queremos acceder a la gran nave a la que se abre este espacio tenemos que volver a salir al zaguán de acceso, introducirnos en el pequeño patio descubierto y atravesar el muro derecho por una abertura arqueada. Sobre el suelo de tierra batida se colocan planchas de acero cortén que conducen al otro extremo de la nave. Las planchas que discurren en paralelo al muro, van pasando por las habitaciones que emergen de él y dan al patio -un aseo y un cuarto de instalaciones-. Al final de este recorrido encontramos otra abertura arqueada, por la que accedemos a la segunda parte del patio interior. Al fin alcanzamos el pabellón de vidrio que atisbamos desde la primera estancia. Unos pequeños adoquines de piedra guían hasta el acceso al pabellón: una gran puerta corredera de acero oscuro, que a su vez contiene otra puerta corredera de menor tamaño, da acceso al interior. A través de esta abertura entramos en el pabellón, descendiendo por una estrecha escalera de unos 60 cm aproximadamente. Este espacio, carente de mobiliario exento, llama enseguida nuestra atención. Delimitado por vidrio en tres de sus costados y desfasado del muro medianero por un alargado lucernario en la cubierta, este pabellón tiene la voluntad de ser exento e imbuirse en la vegetación del patio. Si deshacemos todo este camino y accedemos a la segunda planta del estudio, a través del núcleo de escaleras, encontraremos dos grandes puertas correderas de acero que encierran el rellano de la escalera. A la derecha, abriendo la pesada puerta, se encuentra el despacho de los arquitectos Aranda, Pigem y Vilalta. Este despacho se abre a la fachada delantera con un gran ventanal que desde fuera se percibe como un gran rectángulo arqueado de vidrio y acero, un forastero evidente en una calle carente de otros elementos arquitectónicos contemporáneos. En el interior, se combinan las paredes originales de piedra volcánica con el vidrio y el acero oscuro, un material utilizado para la biblioteca de doble altura que ocupa todo un lienzo de pared del despacho y que emerge del piso inferior. A través de este gran ventanal se filtra la luz con el mismo tipo de lamas que encontrábamos en la nave, y que hacen que todo este espacio vibre en consonancia con el paso del tiempo en el exterior. Las mesas se encuentran situadas en el centro formando un cuadrado, actuando, según cita el arquitecto y fotógrafo Marc Checinski, “no como centro óptico o geométrico, sino como un centro horizontal energético, como un polo de atracción, como un campo de fuerza” 13.
[15] Espacio polivalente de la nave
[9] Patio Interior Espacio Barberí
[16] Despacho de los arquitectos
[17] Zona de Colaboradores
Para terminar, girando a la derecha desde el rellano de la escalera, entramos en la zona de trabajo de los colaboradores de RCR Arquitectos, un largo prisma alargado situado directamente encima de la sala de los becarios, abierto otra vez hacia el sugestivo patio interior. De la pared medianera, de aspecto rústico y
19
toscos ladrillos, surgen unas grandes mesas de trabajo en voladizo que van marcando una cierta cadencia en el espacio y que terminan en un ventanal que ocupa todo el frente del espacio y se abre al exterior.
[18] Ventanal hacia el patio interior
Desde aquí abarcamos finalmente el perfil del frondoso patio, en el que abunda la vegetación autóctona, helechos, enredaderas y pequeñas hayas que han ido creciendo de manera espontánea.
La vieja, tan ansiada fundición Barberí tiene paredes, techos y suelos ahumados de extintos fuegos de fundición, con bronce, un mineral pre-existente en el jardín, junto con los olores, los colores y las chimeneas de los hornos de función. Tierra y fuego están presentes, junto con el aire, cada vez más etéreo, ganando terreno. Nuestro mundo se ha establecido aquí, echando raíces y educando, cultivando mentes. Árboles y helechos en el jardín. Suministros independientes. Dejando que la atmósfera nos rodee/envuelva y añadiendo nuestra marca en la historia de este espacio que ha forjado tantas esculturas, silenciosamente haciendo nuestro trabajo. (Silenciosamente siguiendo adelante con nuestro trabajo).11
20
// Análisis
U
n edificio tan personal como el estudio-taller de Aranda Pigem y Vilalta, muestra muchos de los aspectos que a lo largo de este viaje iremos descubriendo con las visita a sus obras.
[20] Pabellón de los sueños
[21] Interior del pabellón de los sueños
El espacio que mejor refleja la filosofía de los arquitectos dentro de esta intervención es, sin duda, el pabellón que ellos llaman, de los “sueños”, el más íntimo y delicado de los espacios de la antigua Fundición. Un pabellón a priori de vidrio, que se emplaza desfasándose del muro medianero y que da forma al patio interior. El camino que nos guía hasta él nos transporta a un lugar ya en sí especial que incita a la meditación y al aislamiento, que nos aleja de la realidad. A través de una pequeña abertura, que hace un guiño indudable a las casas de té japonesas –a las que se entra agachándose por un hueco bajo-, accedemos a un espacio encastrado en el terreno, rehundido unos 60 cm bajo la cota del patio. Al pasar por esta puerta entramos con modestia, quizá por su estrechez o por tener que agacharnos, a una habitación llena de paz, accediendo quizás a un plano de consciencia más elevado, que quiere purificar nuestro espíritu. La estrechez de la escalera que baja hasta el suelo de la estancia nos hace conscientes de la escala. Totalmente diáfana y carente a simple vista de mobiliario, es nuestra presencia la que le da sentido. Desde el suelo podemos accionar una mesa hidráulica que emerge, modificando la configuración y el funcionamiento del pabellón. Las vistas desde aquí hacia el exterior son increíbles: cualquiera diría que nos encontramos mismamente en los bosques cercanos de la Fageda d’en Jordà. Sentados en los taburetes, nos podemos concentrar en la tarea que estemos desempeñando, pero desde que levantemos la cabeza de la mesa, nos sumergimos en la vegetación que lo envuelve: el plano del jardín esta a la misma altura que nuestros ojos, como si estuviéramos tumbados en el suelo del patio observando la vegetación. Si nos levantamos, en cambio, es como si estuviéramos caminando entre las hayas y los helechos, dado que las carpinterías de los cerramientos se ocultan a nuestra vista. Se hace muy complicado explicar el conjunto del Espacio Barberí, sin referirnos a la filosofía de los arquitectos.
21
[22] Hombre y Mujer Nube
22
5.1 Hombre y Mujer Nube
A la entrada del estudio nos encontramos El hombre y la mujer nube escenificados en una pantalla translúcida. Esta visión del hombre contemporáneo, que guía la arquitectura de Aranda, Pigem y Vilalta, es una filosofía acuñada por ellos que nace de una reflexión acerca de la nueva era en la que nos encontramos, en la que conviven diferentes realidades: la realidad física, la metafísica y la inmaterial. Su arquitectura reconduce los esfuerzos a las cuestiones esenciales, aquellas que de verdad importan, sin dejar nunca la búsqueda de la belleza. A la hora de proyectar, para ellos, hay dos cuestiones primordiales que atender. Primero, una mayor sensibilidad en la creación de los espacios, con el fin de poder experimentar paz en ellos. Segundo, la sencillez de los mismos y de la tecnología que los acompaña. En este mundo saturado por la creciente complejidad, particularmente con la que acarrean la tecnología y la globalización, hay que facilitar ámbitos donde desarrollar una vida más simple, serena y espiritual. Ahora, más que nunca, los espacios tienen que invitar a la meditación y al silencio, espacios verdaderos para habitar y descansar, que llenen la ausencia que deja la falta de lugares de oración, favoreciendo el intercambio y la sociabilización. Para ello, orden y vacío son esenciales. Estos lugares, remansos de tranquilidad, pretenden convertirse en los templos de la actualidad, donde poder refugiarse del ajetreo cotidiano, del constante bombardeo de información. Esta nueva arquitectura tiene que ser mediadora entre el hombre y la naturaleza, ayudando a nuestro conocimiento del universo y facilitando la vida. La arquitectura de RCR es una reflexión sobre la creciente necesidad de establecer armonía entre las personas, la tecnología y la naturaleza, conectándolas y enraizándolas en una sociedad cada vez más desarraigada, de creciente individualización y globalización. Un retorno a la esencia del espacio. A la armonía del estar en resonancia con los acordes que proceden de la unificación de lo diverso. 14 La aspiración de estas reflexiones sobre nuestro estilo
de vida es la unidad de sentimientos experimentados por el hombre ante su entorno, comprendiendo y soldando lo objetivo (fáctico) y lo subjetivo (psicológico) en una unidad armoniosa; aspirando a una unidad indisoluble en la que hombre y naturaleza estén integrados 14, donde los espacios articulen la relación entre lo objetivo del mundo y la emotividad frágil que ello despierta. El soporte de esta unidad, que el lingüista y estilista austriaco Leo Spiter (1887-1960) denominaba con la palabra alemana Stimmung15, no es un concepto “nuevo” del siglo pasado, sino que se remonta a mucho antes: es un concepto que ha estado siempre latente en lo más profundo de nuestro ser. Dos siglos antes, en su libro, “Las desventuras del joven Werther” J.Wolfgang Goethe hablaba sobre ello: Cuando los vapores de mi querido valle suben hasta mí y me rodean, y el sol en la cima lanza sus abrasadores rayos sobre las puntas del bosque oscuro e impenetrable, y tan sólo algún dardo de fuego puede penetrar en el santuario, tendido cerca de la cascada del arroyo, sobre el menudo y espeso césped, descubro otras mil hierbas desconocidas; cuando mi corazón siente más cerca ese numeroso y diminuto mundo que vive y se desliza entre las plantas, ese hormigueo de seres, de gusanos e insectos de especies tan diversas de formas y colores, siento la presencia del todopoderoso que nos creó a su imagen, y el hálito del amor divino que nos sostiene, flotando en un océano de eternas delicias. ¡Oh, amigo! Cuando ante mis ojos aparece lo infinito sintiendo el mundo reposar a mi alrededor, y tengo en mi corazón el cielo, como la imagen de una mujer querida, dando un gran suspiro, exclamo: “¡Ah, si pudieras expresar, estampar con un soplo sobre el papel lo que vive en ti con vida tan poderosa y tan ardiente; si tu obra pudiera reflejar tu alma, como ésta es el espejo de un Dios infinito…”Pero, ¡ay, querido amigo! Me pierdo, me extravío y sucumbo bajo la imponente majestuosidad de esta visión.16
23
Una vez conocida la teoría que les inspira, podemos continuar y buscar la materialización de sus conceptos en su arquitectura, en concreto ahora, en su estudio. Para empezar, deducimos que los arquitectos, antes de comenzar a proyectar un espacio, piensan primero en las personas que van a habitarlo, siendo estas las que le dan sentido al mismo, y las que a través de su presencia “activan” las estancias. ¿Y cómo se consigue esto? Para empezar, reduciendo el mobiliario al mínimo, haciendo que las formas de este sean lo más sencillas posible. Segundo, las superficies que recubren el espacio, ya sean suelos, paredes o techos deben ser lo más homogéneas y continuas posible, para que las juntas y las proporciones de la retícula resultante no sugieran la escala. En el Espacio Barberí, vemos como estas premisas se cumplen: todos los suelos son de hormigón continuo, de tierra o de planchas de acero, cuyas juntas son casi imperceptibles. El mobiliario se percibe casi como estructura: grandes mesas en voladizo que se empotran en las paredes o enormes estanterías que recorren todo el plano de un muro, hechas del mismo acero que recubre los muros y suelos, confundiéndose con estos. La ausencia de todos los elementos innecesarios aboga por una mayor flexibilidad del espacio, de nuevo remitiendo a la disposición interior de la casa japonesa. Como también nos ha quedado claro, la relación con la naturaleza es primordial, de ahí que todos los espacios vuelquen con grandes cristaleras hacia el patio interior, cuyos marcos desaparecen y se introducen en el techo y el suelo, dejando a la vista exclusivamente la superficie de vidrio. Cuando se quiere incluir un elemento practicable, se añade otro vidrio, desfasado del primero, que se corre por un raíl. Este sistema, que en ningún caso puede llegar a ser estanco o energéticamente eficiente, se sacrifica en aras de una transición más directa con el exterior. La luz que entra por el patio tamizada por la vegetación, se cuela en el interior y se difumina en los profundos reflejos de las superficies de acero, desenfocando los límites del espacio. No hay sombras definidas en el interior, sino que las formas se pierden en los reflejos, ayudando a que todo se entienda como una misma pieza. Dado que todos los espacios tienen esta conexión con el exterior, el paso del tiempo en el estudio está marcado por los efectos meteorológicos que regulan nuestro “reloj biológico”. No recuerda en nada a la oficina aséptica de falso techo de yeso, fluorescentes y cubículos de trabajos, tan alejada de nuestra naturaleza. Se respira una atmósfera de colectividad, tan propicia para el trabajo del arquitecto. Las transiciones, entre un ámbito y otro, se producen siempre mediante espacios con cierta profundidad y por puertas correderas. Los gruesos muros de la antigua Fundición ayudan a generar esta sensación de espesor, sensación que se refuerza con los marcos de
24
acero de los huecos que separan los espacios sucesivos. Juegos donde el vacío, la ausencia y la profundidad son categorías que se encabalgan en la contingencia de lo temporal, en la memoria de un olvido que se reclama como presente. 14 Todos los elementos tecnológicos, calefacción, interruptores o luminarias, se integran en el diseño global del espacio, salvo los monitores de los ordenadores, dejando el espacio libre para interactuar con tu ser, el trabajo –que como confiesan los mismos arquitectos forma parte de sí mismos- y la naturaleza. Además, la arquitectura se presenta a la vez como herramienta de conciliación con la historia de la antigua fundición, incorporando esa conciencia del pasado industrial de la zona, que hace que la gente que la ha vivido se sienta a gusto. Si sumamos todos estos aspectos, fácilmente se comprenderá la “Stimmung” 15 que este espacio despierta en el espectador, ya que todos los elementos convergen en una única sensación, la de estar en armonía con el momento, y si puede decirse así, con el universo.
[23] Núcleo de Comunicaciones
5.2 Los Jardines secretos de RCR
L
a arquitectura de Aranda, Pigem y Vilalta se nutre intensamente del paisaje sobre el que se asienta. La ubicación de sus proyectos, lejos de ser un factor arbitrario, es tan determinante como puede ser el fuego para cocinar. Las esencialidades que descubren en cada lugar son las que transfieren y dan forma a la atmósfera que rodea su arquitectura y, en muchos de los casos, se articula a través del jardín o el patio. El jardín, como elemento de relación entre la arquitectura y el exterior, como ese paraíso ancestral, como espacio natural protegido y cerrado, como elemento de relación con el paisaje.
[20] Pabellón de los sueños
Como expresa Umberto Pasti en su libro titulado “Jardines. Los Verdaderos y otros” 17, los jardines se tienen que entender como espacios necesarios, como la ineludible relación que la arquitectura ha de tener con su entorno, como respuesta a una necesidad, como condición de nuestra manera de ser y no como un espacio diferenciado más. Durante toda la historia reciente, desde los jardines hispano musulmanes, los de las villas clásicas, pasando por el paisajismo inglés hasta el Land Art, los jardines son un reflejo de la manera en la que el hombre se relaciona con la naturaleza, y no es de otro modo para RCR. En los patios y jardines la personalidad de los arquitectos sale a flor de piel, reflejando las relaciones con el lugar: entre la tierra y la roca, entre el agua y la luz, entre los animales y la noche. Su trabajo trae a la superficie interacciones milenarias con la fuerza del lugar, acabando por parecer que sus proyectos han estado ahí desde siempre.14 Es este el caso del patio que encontramos en la Fundición Barberí, rodeado por muros ajados por el paso del tiempo, impresa en su apariencia la historia y el transcurso del hombre por ella. Este pequeño reducto de naturaleza articula todas las actividades que en el estudio se desarrollan, y es catalizador de la experiencia de todo. Se revela indispensable, con lazos con el paisaje volcánico de la Garrotxa, en el que los arquitectos se sienten profundamente enraizados. La vegetación, enredaderas, helechos y hayas, determi-
25
nan la manera en que se percibe el paso de tiempo, marcado por los efectos meteorológicos, la manera en que la luz toma color y se filtra según la época del año a través de ramas y hojas; creando una arquitectura que se tiene que descubrir a través de las estaciones. La vegetación, que se apropia del espacio, evocando la sensación de estar en un edificio abandonado, establece planos de referencia, tanto materiales como temporales, que matizan la luz natural, dirigiendo la mirada hacia el patio interior vacío entre las edificaciones. El estudio de los arquitectos no sería el mismo sin el tratamiento del jardín. Sin él todos los recorridos en torno al patio carecerían de sentido. Ese sentimiento intenso de pertenencia al sitio no se hubiera conseguido si los arquitectos no conocieran la historia de su jardinería y agricultura, la arquitectura, la literatura y la música, esa manera de concebir la vida y vivirla, ese estado de ánimo absorto y sereno, que permite desarrollar los talentos propios y apreciar los ajenos. 17 Desde la primera vez que pude ver fotografías del estudio y cuando finalmente lo visité, me vinieron a la mente las pinturas de Joseph Gandy de las ruinas del Banco de Inglaterra (o incluso algunos grabados de Piranesi), donde la vegetación toma los vestigios de una arquitectura en ruinas, recordando una civilización perdida, olvidada, que refleja el paso del tiempo. El hecho de pintar las ruinas, o en este caso de respetar la manera en que la antigua fundición llego hasta la actualidad, practicando mínimas modificaciones, es una manera de valorar las precedencias, la formas de vida que estos espacios acogían. La vegetación evidencia en este caso el paso del tiempo como curso natural, apoderándose de la arquitectura, como si quisiera y queriendo devolver todo a su estado arcaico.
[24] Patio Interior de Acceso
[25] Banco de Inglaterra, Pintura de Joseph Gandy
Como en muchas de las obras que explicaremos en las siguientes páginas, sus intervenciones revelan la necesidad de tierra que tiene el hombre, de moverla, de tocarla: la necesidad de volver a las raíces […], la necesidad de quienes las cultivan de mantener con la tierra esa relación que está en la base de la vida humana desde el Neolítico, cuando se “inventó” la agricultura y con ella nació la vida sedentaria, la escritura y el arte tal como aún los entendemos. 17 Necesidad que podremos ver en el tratamiento que se da a las Pistas de Atletismo Tussols-Basil o en la manera de querer regenerar una zona de huertos en desuso en el Parque de Pedra Tosca. Estos jardines no siempre utilizarán elementos naturales, podrán ser paisajes artificiales que a través de la abstracción representen ese vínculo innato entre el hombre y la tierra que les ha dado vida, como el patio interior en torno al que se organiza el Restaurante Les Cols, o la franja de exterior que cercena la vivienda M-Lidia, la piscina que se convierte en alberca en Vall de Bianya, o la prolongación de las incisiones en el terreno en la Casa Horizonte, que sirven de huerto y jardín.
26
[26] Patio Espacio Barberí
La mujer y el hombre nube también aparecen escenificados, invocando en el jardín la voluntad de reposo y retiro hacia el interior de uno mismo, permitiendo desarrollar la vida -y el trabajo también en la Fundación Barberí- aislados de la vorágine de la actualidad, apartados del desarrollo masivo de la tecnología, que los arquitectos utilizan como herramienta y no como medio vertebrador. Tal vez, la belleza de los jardines y paisajes de RCR radica en su funcionalidad, en aquello que lo vincula a las necesidades y a la vida de aquellos que lo cultivan, 17 y que tan acertadamente son capaces de reconocer. Como la manera en que en la Biblioteca y Casa de ancianos de Sant-Antoni, el espacio interior regenerado, típico de las manzanas del ensanche de Cer-
[27] Casa M-Lidia
da, te invita a entrar a este reducto de paz dentro de la ciudad, donde los acabados de los muros quieren recordar a los bosques de las afueras de Barcelona, o el cerramiento de los porches a las hiedras y enredaderas que cubren los muros en las zonas rurales, trayendo la naturaleza a la urbe. En palabras de Rafael Moneo, una arquitectura que ignora el objeto, la iconografía, los elementos estructurales, y que se concentra en crear las condiciones físicas que nutran la vida y la acción 18, donde su atmósfera de fábula, aunque amenazada, continúan siendo una fuente de inspiración y consuelo para nosotros. 17
27
[28] Sala de Barricas, Bodegas Bell-Lloc
2007 Palamรณs, ESP
B
Bodegas Bell-Lloc
6
[30] Ilustraciรณn camino de acceso Bodegas Bell-Lloc
30
[31] Planta Bodegas Bell-Lloc
6. Bodegas Bell-Lloc
E
n un entorno singular, situado al principio del valle Bell-Lloc, en el Bajo Ampurdan, a 7 km al noroeste de Palamós se emplazan las Bodegas Bell-Lloc. Este valle está conformado por el curso de la ribera de Bell-Lloc, en torno al cual se organizan las diferentes construcciones que forman parte de la finca. Sobre el camino que conduce a la masía principal y comunica con el resto de edificaciones, enterradas bajo las viñas, se encuentra la bodega. Las dependencias, lejos de conformar estancias aisladas, se organizan creando un recorrido que permite ir descubriendo, siguiendo cronológicamente el proceso de elaboración del vino, los distintos espacios cuyo recorrido ondulante, en planta y sección, transforma la dimensión de los mismos. La contención de las tierras, al tiempo estructura portante del edificio, está compuesta por planchas verticales de acero corten, que se inclinan en sentidos opuestos, separándose ligeramente entre sí. Este proyecto, concebido como una excavación en el terreno que se nutre de las inercias de su entorno, aprovecha su situación topográfica para adentrarse en la tierra y minimizar el impacto visual, sin restar protagonismo a las ruinas del castillo que están a sus espaldas y a la gran masía a su costado. Como ejemplo del minimalismo tectónico que profesan Aranda, Pigem y Vilalta, entre otros casos como el acceso al Parque de Piedra Tosca, la Casa Horizonte o el proyecto para las Cuadras en Palamós, es fácil establecer la vinculación de las bodegas con aquellas intervenciones del Land Art caracterizadas por intentar causar el menor impacto en el paisaje incitando a la mayor reflexión sobre el mismo, haciendo resonar el telúrico poder de esta accidentada geografía, de escarpadas montañas y volcanes, transportándote a un mundo subterráneo, fresco aislado, donde poder sentir y degustar otro tempo. 14
31
// Recorrido
[32] Camino de Acceso Bodegas Bell-Lloc
S
aliendo de la carretera C-31 hacia Palamós, pronto accedemos al pasaje Riera Bell-Lloc, que nos lleva por un camino de tierra, flanqueado por encinas y alcornoques, hasta el acceso a la finca donde se sitúan las bodegas, objeto de nuestra visita. Una vez llegamos al final de este camino, accedemos a la Masía a través de la cancela del muro de piedra que encierra el recinto de la casa.
[32] Era Masía Bell-Lloc
[33] Viñas y acceso corredor principal [34] Viñas y acceso corredor principal
La Masía, ubicada en la línea de contacto entre los cultivos y el bosque, a mitad de vertiente, responde con su situación en el paisaje a los tipos analizados por los arquitectos en su estudio La Casa de Payés en el parque natural de la zona volcánica de la Garrotxa. 9 Atendiendo a la topografía, se apoya sobre los cortes del terreno, perpendicularmente a las curvas de nivel. Los primeros niveles, por los que pasamos a lo largo del camino de acceso se han destinado a la construcción de bancales para el cultivo y la casa se sitúa en el punto más alto, antes del inicio de la pendiente más pronunciada del bosque. La fachada principal se orienta al sureste, dominando visualmente los cultivos, y es la que destaca desde la lejanía del camino. Los distintos volúmenes, tanto de la masía como de las edificaciones secundarias, están estrictamente ligados al terreno y a la orientación, consiguiendo, al mismo tiempo, una gran presencia e integración en el paisaje. La masía cuenta con dos terrazas, una de acceso, a la que vierte una galería porticada. En el extremo derecho de esta, perpendicularmente a la fachada, sube una escalera que asciende hasta la terraza superior donde está la entrada principal. Continuando en paralelo a la fachada de la galería, desde la terraza inferior, encontramos una superficie de césped, en ligera pendiente, que sirve de transición entre la edificación y las viñas. Justo en el límite superior, donde el terreno empieza a ser más escarpado y comienza el bosque, emergen de la superficie del suelo unas lamas inclinadas de acero corten. Según nos acercamos vemos cómo estas lamas cercenan la pendiente y guían, en descenso, por un camino
32
de grava hacia el interior del terreno. Abandonada la epidermis de la tierra, aunque solo hayamos descendido unos metros, nos adentramos en sus entrañas para descubrir la oscuridad, el silencio y el milagro de la naturaleza. 20 El techo, cubierto por planos inclinados de oscuro acero, potencia la impresión de estar en una cueva volcánica. Desde el camino central, abriéndose hacia la vertiente del terreno, van apareciendo distintos espacios que dialogan con el escarpado terreno por medio de fachadas inclinadas, sus aleros en voladizo y un estrecho patio alargado con árboles. En el otro costado de las paredes del camino central, se esconden puertas correderas que dan acceso a oscuros conductos, perpendiculares al eje central, adentrándonos en las profundidades, para descubrir un mundo de oscuridad y el silencio.
[35] Interior del corredor principal
El corredor ondulante que baja en pendiente huele a tierra, humedad y óxido de hierro. Las paredes y techos inclinados, apenas iluminados, arrojan sombras entre sí, desdibujando los límites del espacio sumido en una pesada oscuridad casi material. El aire que nos rodea toma una consistencia palpable, congelando el tiempo a nuestro paso, según no adentramos. Lo único que se escucha es el ruido de nuestros pasos sobre el suelo de tierra batida/grava. En un primer giro, llegamos a una gran sala llena de barricas de roble, donde se deja añejar el vino. De aquí, pasamos a otro largo corredor por el que continua nuestro descenso. Rajas de luz iluminan algunos de los muros inclinados, y en la penumbra uno puede discernir las botellas de vino ocupando las grietas de las paredes. 1 Entramos en una pequeña sala iluminada cenitalmente por franjas de luz natural que parecen manifestar la presencia de entes que habitan la sala. Aquí, sentados en unos bancos, tallados en el suelo, se realizan catas de vino. Este espacios, tan sugestivo y protegido del exterior, parece el lugar indicado para paladear los sabores y aromas del vino. Atravesando esta sala, haciendo otro giro, entramos en un pequeño teatro escalonado, donde se realizan proyecciones y pequeños cursos de enología, iluminado en uno de sus extremos, entre las lamas de acero, por la luz natural que se cuela desde la superficie. La pared del lado opuesto, al contrario, absorbe una oscuridad densa al estar cubierta por entero con una gran superficie de acero. Ascendiendo a través de las gradas excavadas en el propio terreno, como la de los antiguos teatros griegos, volvemos a salir, abriendo una gran puerta, al pasillo central de acceso. Justo aquí, después de este largo recorrido de sombras, cubiertos pero al aire libre se abre desde el corredor un gran espacio que nos permite, después de tantas emociones, respirar profundamente. Continuando este espacio, en el patio, se insertan unas gradas en el terreno donde poder al fin sentarse y contemplar el cielo de nuevo.
[36] Estanterías de Botellas, Corredor Interior Bodegas Bell-Lloc
[37] Sala de catas, Bodegas Bell-Lloc
[38] Teatro interior, Bodegas Bell-Lloc
33
// Análisis
A
través del análisis de las acuarelas publicadas se puede entender la pretensión de los arquitectos de continuar el concepto de “valle” en el espacio interior de las bodegas. Es uno de los trabajos más completos y refinados del estudio, capaz de lograr un conjunto de objetivos y cualidades muy complicadas en arquitectura. El dramatismo de la luz que se cuela en el interior se ve reforzado por una atmósfera de musicalidad, ritmos y diferentes ambientes. Gestos que enriquecen y definen el trabajo, donde la relación visual, física y sensorial es muy intensa, demostrando la fuerza conceptual a través de la geometría, la morfología y la materialidad. Las lamas inclinadas, que delimitan el corredor de acceso vibran con el visitante en una “danza mutua” generada por la ilusión de movimiento. La intensidad de las sensaciones, visuales, sonoras, táctiles, muestra la fuerza de la idea a través de la geometría,… En el interior de los corredores la noción de inmaterialidad se dilata más allá de sus límites, al desaparecer los contornos del espacio por la profunda penumbra. Los suelos de arena rastrillada, y el ambiente general de paz, sumado a todos los estímulos provocados por el olor a vino, óxido y humedad y el ruido del agua colándose por las piedras y entre las lamas de acero nos obliga a ser conscientes de nuestra presencia y pertenencia al espacio. Las formas generales, resultado de la topografía del terreno y de su excavación demuestran la voluntad de cohesión. Todo el proyecto se revela como un mecanismo que reacciona a los efectos meteorológicos y a la naturaleza que lo rodea. El color del acero corten se mezcla con los colores de la tierra y las rocas del lugar y el suelo de grava ofrece una continuidad material con los caminos que llegan hasta el acceso: todo se integra a la perfección. Las Bodegas de Bell-Lloc son un trabajo puro, genuino y auténtico. Es una estética conceptual, geométricamente refinada pero con dinámica y unas cualidades
34
sensoriales únicas. El reportaje fotográfico puede tratar de capturar el aura de este espacio, pero sólo la visita permite absorber el espectro completo de esta experiencia.
[39] Corredores Interiores, Bodegas Bell-Lloc
6.1 Conexiones con el Land Art
M
[40] Bodegas vista desde vertiente del Bosque
[41] Dissplaced/Replaced, Michael Heizer
uchas de las obras que hemos observado de RCR, especialmente esta última, las Bodegas Bell LLoc, pero sin olvidarnos también de la Casa Horizonte o el Acceso al Parque de Pedra Tosca, recuerdan indudablemente a una corriente artística que se rige por un denominador común: la presencia física del paisaje y la inspiración en las características específicas de su enclave. El LandArt, surgió a principios del los años 60 del siglo pasado, cuando el expresionismo abstracto empezó a perder fuerza en el panorama americano del arte. Este grupo de artistas, quizás instigados por los movimientos ecologistas y aburridos por el desarrollo en masa de la tecnología y la obstinación del arte abstracto en alejarse de los intensos paisajes reales, convirtieron el paisaje en materia de sus obras. Seguido con lo anterior: es el caso del artista norteamericano, Michael Heizer en su obra Isolated Mass, con esas grietas sobre el terreno de geometrías variables, o en su Double Negative, que induce a la reflexión entre lo original y su representación a través de la ausencia de lo excavado. La relación más clara entre estas obras y las bodegas es la excavación en el terreno, pero también sus geometrías puras, que recuerdan a esas formas arquetípicas del artista que evocan los mitos de antiguas culturas, logrando establecer un diálogo intenso con las fuerzas de la naturaleza. Como hemos visto en el edificio de las bodegas, la excavación en el terreno, aparte de responder a unas necesidades/condiciones energéticas, pretende conceder sentido al territorio, mediante este gesto arquitectónico, que aquí es ese enmarcar, que aquí es excavación que divide o delimita el terreno, creando un trazo en territorio, como gesto del arte que se apropia del lugar donde se asienta. 14
[42] Double Negative, Michael Heizer
Como ya hemos dicho con anterioridad, en vez de concebirse como una arquitectura estática, al igual que el LandArt, el tiempo se convierte la cuarta dimensión de la intervención 21, que se tiene que explorar por el paso de los fenómenos naturales.
35
Y como decía Robert Smithson “size determines an object, but scale determines art” 22, escala que consigue en las bodegas poner la figura humana en relación con el espacio por el que nos adentramos en el interior de la tierra y con el paisaje, que tras este proceso de vaciado, crea una ausencia potencial medida. Sus proyectos, desde su diferente escala y uso, participan de este doble juego; las cajas u oquedades, que dialogan con la topografía o la excavación. Unas veces alterando o abriendo los perfiles del terreno, otras utilizando a este como plataforma de apoyo; nunca ignorando la potencialidad de la tierra para conjurar las preguntas que surgen de su geo-metría. 14 La mayoría de sus proyectos están realizados con materiales encontrados en las mismas inmediaciones o que toman las texturas y colores de la naturaleza que les rodea, dando la impresión de que los proyectos no alteran su entorno: como en las incisiones en el gredal del Montsacopa o como las tonalidades color tierra del acero corten que retiene el terreno en las bodegas de Bell-Lloc, que ayudan a desvanecer los límites en la oscuridad interior y que, alumbrados, toman el color de la piedra de las excavaciones. Las texturas de los acabados del acero, similares a las esculturas de Richard Serra, tienen una tactilidad violenta y rugosa, de una calidad que denota el saber del artesano – y que por ello pertenece de alguna manera más a la Tierra- se mimetiza con la cualidad ruda del terreno. La manera en que Aranda, Pigem y Vilalta significan los recorridos en sus intervenciones, a través del pavimento o de la delimitación de los senderos en el paisaje, está muy relacionada con el trabajo de escultor y landartista Richard Long. Usando los recursos que la naturaleza le presta, Long es capaz de dejar en el terreno un rastro reconocible, a veces un sendero, otras una forma geométrica que evidencia la mano del hombre. Esta manera de actuar en el paisaje, menos invasiva que las incisiones de Michael Heizer, es utilizada por los arquitectos para modificar el sustrato del terreno, simbolizando de manera “efímera”, sin robarle protagonismo al paisaje, los recorridos que quieren resaltar. Podemos identificar esta manera de proceder, en las chapas ondulantes de acero corten que marcan el contorno del sendero que atraviesa el Gredal del Montsacopa, o en el tratamiento del suelo en el acceso del Parque de Piedra Tosca, en el las planchas de acero que atraviesan la nave principal de la Fundición Barberí o en las lozas de hormigón con acabado en gravilla, que guían hasta el Pabellón de Baños Tussols-Basil. El minimalismo geográfico que los arquitectos profesan refleja la voluntad de querer asentarse en el terreno con unas formas, síntesis extrapoladas de la esencia del paisaje, siguiendo las palabras de Richard Long: “Nature has more effect on me tan I on it”. 23
36
[43] Pabellón Estadio de Atletismo, Eric Rusiñol
[44] Heaven and Earth, Richard Long
6.2 Reminiscencias de Japón
D
esde las primeras incursiones del estudio RCR en el mundo de la arquitectura podemos reconocer en sus obras ciertos rasgos de la arquitectura japonesa que con el transcurso del tiempo han ido madurando y tomando forma, incorporándose a su lenguaje arquitectónico. Ya en 1990 - dos años después de asentar su estudio en Olot- hacen su primer viaje al país del sol naciente tras haber ganado el primer premio en una competición convocada por la empresa japonesa IC Works, esto les permitió viajar por el país y descubrir el Japón tradicional. Después de este primer contacto, se han sucedido más visitas, una de ella para conocer la obra de Tadao Ando. Desde el inicio, les llamó la atención el profundo significado embebido en los objetos y palabras, la consciencia de la sociedad de que ha de primar lo colectivo frente a lo individual, donde la sensibilidad y el respeto hacia las personas y la naturaleza está profundamente arraigadas en su ser; donde la perfección y la búsqueda de la belleza, el esfuerzo y el compromiso aparecen constantemente, en un rico y exuberante paisaje.
[45] Corredor principal Bodegas Bell-Lloc
Los arquitectos se declaran fascinados por la intensa vinculación de la arquitectura japonesa con la naturaleza, resultado de un refinamiento que se extiende a lo largo de siglos, donde la relación entre exterior e interior es ambigua y suave y forma parte de una unidad superior que engloba arquitectura y paisaje. Aranda Pigem y Vilalta persiguen esta búsqueda de la perfección, del sentido común. Como aspectos fundamentales de la tradición japonesa, tenemos que analizar la luz y las sombras, el tratamiento y la elección de materiales, el juego entre el vacío y el silencio y la sucesión de planos de profundidad y de recorridos, que establece el vínculo entre interior y exterior. En la obra de los arquitectos, sin llegar siquiera a adentrarnos en ella, podemos encontrar esa preocupación oriental por la experiencia de acercarse a la arquitectura, caminando por los senderos, sintiendo
37
primero la atmósfera que los rodea y que se magnifica por pequeños detalles o trazos en el recorrido, disfrutando de las sutiles relaciones espaciales que crean cuando nos acercamos, por ejemplo, al corredor que nos introduce a las bodegas o en el sendero de acceso que llega hasta el pabellón del estanque en Llagotera. En el Templo del Agua (1991), en la isla de Awaji, cerca de Kobe, el arquitecto japonés Tadao Ando hace uso de este recorrido de aproximación, que obliga al visitante a reflexionar sobre la arquitectura antes de entrar. La actitud con la que uno se acerca a un edificio también forma parte de su experiencia, el espacio y tiempo para la preparación es espacio arquitectónico. Como parte de dicha reflexión, el edificio no se ve desde un primer momento sino que tienes que caminar entre los árboles, rodear un muro de hormigón, pasar por un jardín de grava y es entonces cuando llegas a él, al estanque de flores de loto, por el que te sumerges al interior. El interior, sumergido en una densa penumbra, contiene un altar encerrado por una estructura de madera de color rojo, donde se coloca un buda. Es este el principal espacio que articula el resto del recorrido por el edificio. En esta obra, el arquitecto reflexiona acerca de los valores tradicionales de los templos budistas, y abstrayéndolos, los incorpora a su proyecto, haciendo que el espectador participe de su historia. Así pues, por ejemplo, Las flores de loto, uno de los elementos centrales del budismo, que florecen a los pies del buda, aparecen en el estanque y el color rojo típico de los grandes pilares y vigas de los templos budistas, se utiliza en la estructura de madera del altar. Con estas sutiles pincelas, Tadao Ando hace consciente al visitante del carácter religioso de este espacio. Estos pequeños detalles, que marcan la diferencia en la arquitectura, aparecen continuamente en la arquitectura de RCR. Al igual que sostienen Aranda, Pigem y Vilalta, como hemos visto en el anexo sobre El hombre y la mujer nube, Tadao Ando también ratifica la función de la arquitectura como lugar donde afirmar la propia existencia de la humanidad, como en el gran espacio del estanque, en el Museo de Arte contemporáneo en la isla de Naoshima. Este estanque ovalado rodeado por el tradicional engawa –porche o galería cubierta-, crea una fuerte interacción con la naturaleza, reflejada en la lámina de agua y en la vegetación que se atisba de la cubierta ajardinada. El agua, se utiliza de manera simbólica, al recrear el negativo de la isla en la que se haya el museo (aquí superficie de agua rodeada por tierra). Todo este espacio, comienza a cobrar sentido, cuando empiezan a aparecer personas, activándose por la escala que le dan y por sus reflejos en el estanque. Este proceso de simbiosis entre paisaje, arquitectura y humanidad, tan estudiado en la tradición japonesa, es uno de los motivos de la predilección de RCR por esta cultura, de la misma forma
38
que lo fue para los escandinavos en la década de los años 30. Al igual que en las obras de los arquitectos en La Garrotxa, también podemos encontrar en Gunnar Asplund, Alvar Alto o Juhami Pallasmaa -que Tadao Ando tanto admira-, esas reminiscencia de Japón. Arquitectos todos, que han sabido reinterpretar esa herencia o tradición venerada en una arquitectura contemporánea. El exquisito hormigón de Tadao Ando, o el trabajado acero de RCR, se presentan en ambos casos como el material “artificial”, alejado de sus respectivas tradiciones vernáculas, que adoptan y moldean para crear sus espacios, haciendo referencia a ese diálogo intencional con las preexistencias, a lo que fue y ahora es. El acero manifiesta esas imperfecciones de un hacer que recupera el saber de lo artesano, de lo que el tiempo, o la mano del hombre, va dejando su huella 14, que adquiere esa patina que recubre los espacios de RCR, adoptando ese gusto tan oriental por ver cómo se van oscureciendo las superficies, de reflejos profundos, algo velados en vez de brillos superficial y gélidos. […] Ese brillo ligeramente alterado que evoca irresistiblemente los efectos del tiempo 24 que tan recurrentemente incorporan en sus intervenciones. En el interior de las bodegas (como también ocurre en la Fundación Barberí) los arquitectos han sabido reconocer lo bello en el seno de la sombra y no tardaron en utilizarla para obtener efectos estéticos 14. En palabras de Tadao Ando, “Considero que la luz es una expresión de la naturaleza” 25. Expresión que los arquitectos han explotado hasta sus límites en la Bodega Bell-Lloc. Desde fuera, el interior del corredor de acceso a la bodega, que nos introduce en el terreno, apenas nos deja distinguir lo que hay en su interior. Configuran, como la casa tradicional japonesa, un perímetro protegido del sol mediterráneo, y es en la penumbra, donde disponen el programa. Todo esto nos lleva a pensar, ¿por qué generan todo este juego de luces y sombras. En el caso que nos ocupa, por tratarse de una bodega, las respuesta es obvia, pero ¿y en la Fundación Barberí? ¿Y en el resto de sus proyectos? En las bodegas, la iluminación interior de los espacios sigue el deseo de mantener la máxima oscuridad y de dar la impresión de estar en una cueva o en un conducto de lava. En los corredores y salas, situadas bajo tierra, experimentamos el sentimiento de que el aire encierra una espesura de silencio, que en esa oscuridad reina una serenidad eternamente inalterable. […] Como si al permanecer en este espacio perdieras la noción del tiempo. 24 Así, logran transportarnos a un espacio, donde poder disfrutar del vino, aislados de toda relación con el exterior. La manera en que la luz se cuela por las franjas del techo en la sala para decantar el vino, o la manera en que ilumina una de las paredes en el pequeño auditorio, puede recordar a la Iglesia de la Luz de Tadao Ando a las afueras de Osaka, que quiere bañar de luz
a sus fieles como manera de declarar que la humanidad ha sido creada en armonía con la naturaleza, expresando la comunión de los fieles con la naturaleza que les dio vida. Este juego de sombras, que se intensifica por los forjados y paredes inclinadas de los corredores que conectan las distintas salas, consigue desenfocar aun más los límites del espacio, confluyendo en un énfasis de lo perceptivo, ya que lo desconocido y ambiguo atrapa, en oposición a lo conocido y determinado. En el caso de otros proyectos, en mi opinión, este juego de sombras y luces se utiliza para lograr desdibujar los límites del espacio, consiguiendo una transición gradual entre exterior e interior. Al no apreciarse límites claramente definidos, a simple vista, las dimensiones del espacio no se perciben como tal, generando una mayor sensación de profundidad. Esto viene a funcionar como el engawa en las casas tradicionales japonesas, este espacio cubierto por el gran alero del tejado, que con buen tiempo se convierte en extensión del jardín y que cuando llueve protege la casa. Haciendo uso hábil de esa vaguedad, produce esa simbiosis entre arquitectura y naturaleza. Aranda, Pigem y Vilalta consiguen generar un universo ambiguo donde luz y sombra se confunden 24, generando un movimiento a través de sucesivas capas, con una yuxtaposición continua entre lo natural y artificial, que desemboca en esa profunda relación con el paisaje. Como en un teatro, cuyo decorado cambia en función de cada escena, las obras de RCR, cambian con las estaciones.
[46] Vistas hacia el patio desde el corridor principal Bodegas Bell-Lloc
39
[47] Templo del Agua de Tadao Ando
[48] Templo del Agua de Tadao Ando
[49] Templo del Agua de Tadao Ando
[45] Templo del Agua de Tadao Ando
40
[46] Museo de Arte Contemporรกneo de Naoshima
[47] Museo de Arte Contemporรกneo de Naoshima
41
[49] Inmediaciones de Olot, Fageda d’en Jordà
Olot,
B
ESP
Inmediaciones
7
[50] Aguada Situación Estadio de Atletismo y Pabellón de baños
44
7. Inmediaciones de Olot
T
odas las intervenciones realizadas por los arquitectos en el espacio público de Olot y en el paisaje de su entorno inmediato, son fruto de una misma determinación, la de poner en valor el carácter volcánico de la zona y servir de nexo entre los habitantes y su entorno. Se analizarán a continuación las cinco actuaciones principales, que se irán explicando en función de su mayor o menor lejanía al casco urbano: primero, el Espacio Urbano Volcánico y el gredal del volcán Montsacopa, a continuación el Pabellón de Baño y el Estadio de Atletismo y por último el Parque de Pedra Tosca.
[51] Camino Estadio Atletismo
45
7.1 Espacio Urbano Volcánico 2009 // Recorrido+Análisis
E
l Espacio Urbano Volcánico surge como proyecto de reurbanización del “salón” central de Olot, en torno al Ayuntamiento de esta pequeña ciudad y pretende dotar a este espacio de un carácter único acorde con su situación en pleno Parque de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Este espacio, conformado por tres plazas y las calles que vierten a ellas, se dota de unidad y se convierte en extensión del Volcán Montsacopa, cuya base se levanta a escasos 600 m del lugar y en abstracción de la colada de lava que como un manto todo lo cubre. Tanto el pavimento utilizado, de piedra basáltica, como el mobiliario urbano o los propios árboles siguen los trazos topográficos del terreno poniendo de manifiesto que con una misma idea se puede dotar de sentido y homogeneidad a un espacio, confiriéndole un carácter único en sintonía con su localización. Siguiendo las distintas líneas del pavimento, organizado en alargadas tiras, se van encadenando las distintas partes de este espacio público. Las dos rampas de acceso para vehículos del aparcamiento subterráneo, al igual que los núcleos de comunicación peatonal de este, se integran en el diseño de líneas curvas de la plaza. Las barandillas que rodean las rampas, construidas con perfiles rectangulares de
46
acero negro colocadas en paralelo, nacen del terreno y dirigen la vista hacia el interior del aparcamiento, ¿quizás al interior del volcán?, sumido en una profunda oscuridad. La disposición de los perfiles, que dejan un intervalo entre sí, produce con la incidencia de la luz un juego de reflejos al pasar caminando junto a ellas, creando vistas secuenciales de lo que hay al otro lado y haciendo que esta composición vibre en función del movimiento y la luz. Además, al estar la plaza en ligera pendiente y las barandillas recogidas en una misma línea horizontal de remate, se acentúa la idea de que toda la intervención está ligada al terreno. Los dos prismas, con escaleras y ascensores, que sirven de núcleo de comunicación al parking subterráneo, tienen una envolvente compuesta por las mismas lamas de acero que las barandillas del acceso al aparcamiento. Colocados como megalitos sobre la plaza, pueden parecer grandes piedras volcánicas esculpidas, colocadas sobre la colada magmática del pavimento Aquí podemos apreciar cómo los arquitectos juegan con nuestra percepción de su arquitectura, masiva desde el exterior con gran presencia en el entorno, pero extremadamente enraizado por la manera en que tratan su materialidad, su permeabilidad y relación con el paisaje.
Nunca había conocido un aparcamiento subterráneo tan integrado en el diseño de una plaza y en su entorno, de semejante belleza y que provocara tanta interacción entre la persona y el objeto.
[56] Núcleos de Comunicación Aparcamiento
[55] Pavimento Espacio Urbano Volcánico
[53] Acceso al Aparcamiento, Espacio Urbano Volcánico
[52] Panorámica Espacio Urbano Volcánico
[54] Mobiliario Urbano
47
7.2 Gredal del Volcán Montsacopa 2014 // Recorrido+Análisis
L
os siguientes proyectos, el Gredal del Montsacopa, el Pabellón de Baños y el Estadio de Atletismo están encuadrados en la idea de los arquitectos de que es necesaria una franja de transición entre lo urbano y lo rural, de modo que no se reduzca esta relación a una mera línea ficticia. Estos espacios, generalmente caracterizados por una degeneración y abandono acuciantes, son vitales para la relación de la ciudad y su población con el entorno natural. A través de pequeñas intervenciones Aranda, Pigem y Vilalta pretenden activar estos espacios para que sirvan como catalizadores que articulen el nexo entre ciudad y naturaleza, ligando el entramado urbano de Olot con el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. En el Gredal del Montsacopa, en la base del volcán Croscat y a 10 minutos a pie del Espacio Urbano Volcánico, se proyecta una pequeña intervención que sirve de transición entre la ciudad y el Parque Natural. Tras el muro perimetral del cementerio, en un espa-
48
cio residual, se esboza un jardín de Piedra Volcánica que sirve como punto de partida para un itinerario de senderos que ascienden a la corona volcánica del Croscat. La intervención consta principalmente de dos elementos, unas chapas de acero corten que perfilan el contorno del ondulante sendero que atraviesa el “jardín” y tres incisiones que se ocultan en el terreno y sirven como bancos en donde sentarse y observar el lugar. El pavimento del sendero, formado por las mismas pequeñas piedras disgregadas del lugar (picón), respeta la materialidad del terreno. El conjunto de la intervención se podría clasificar como una obra de land art, puesto que trata de recuperar los valores geológicos y naturales del entorno en los que se sitúa, recordando a las obras del americano Michael Heizer en el desierto de Black Rock, Nevada.
[57] Sendas Gredal del Montasacopa
[58] Incisiones Gredal del Montsacopa
[60] Dissipate, Michael Heizer
[59] Incisiones Gredal del Montsacopa
49
50
7.3 Pabellón de Baños 1998
[61] Planta Pabellón de Baños
[62] Plano de situación Pabellón de Baños
[63] Aguadas de concepto, Pabellón de Baños
51
// Recorrido+Análisis
E
n un contexto más campestre, en el límite urbano de Olot, se encuentran el Estadio de Atletismo y el Pabellón de Baños. Estas dos intervenciones están en la franja de transición entre el entorno suburbano de Olot y el paisaje agrícola deteriorado de bancales, bosques y campos. A través del paseo de Barcelona, continuación de la avenida de Santa Coloma, que atraviesa Olot y llega al centro de la ciudad, siguiendo en su intersección el rio Fluvià aguas arriba discurre la carrer Sant Narcis. Esta calle, estrecha y flanqueada por muros y bancales de piedra, se va adentrando progresivamente en el bosque colonizado por ocasionales viviendas unifamiliares. Llegados al final del asfalto comenzamos el itinerario diseñado por RCR para este tramo del Parque Natural de la Garrotxa. Continuamos por un camino formado por grandes placas cuadradas de hormigón in situ, con acabado en gravilla, que se posan ligeramente sobre el ondulante paisaje. A ambos lados la vegetación crece espontáneamente sin ninguna separación.
que se adapta al cauce del río. Compuesto por tres elementos, la base -dos plataformas ligeramente levantadas sobre el terreno-, el cuerpo -cuatro volúmenes intermedios- y la cubierta, que reproduce formalmente la base, este pequeño edificio logra, de la manera más clásica posible, reconocer y acentuar el espíritu del lugar. El acceso, se produce desde el lado de río, a través de una plataforma intermedia. Los marcos de acero, perfiles en U que rematan el contorno de las plataformas, tanto de la base como de la cubierta, realzan la horizontalidad de este pabellón consiguiendo una sensación general de reposo y sintonía con el paisaje. Visto en recorrido, da la sensación de que el pabellón quisiera continuar su desarrollo longitudinalmente paralelo al Fluvià. Este efecto se consigue gracias al ligero deslizamiento del conjunto del pabellón respecto a la plataforma de acceso.
Proseguimos hasta llegar a una pronunciada curva en la que se despeja la vegetación y podemos ver, en el extremo de una pradera, junto a la ribera del rio, un pabellón de marcada horizontalidad. El Pabellón de Baños, de eminente carácter escultórico, se coloca en el límite de la ladera adaptándose a los árboles existentes y tomando una ligera curvatura
Vistos desde el camino, los vestuarios, girados conforme a una geometría diagonal, incitan a descender desde el camino hasta la planicie donde se sitúa el edificio y a acercarse a la ribera del río. Al practicarle estas incisiones a los volúmenes, de contrario rectangulares, se genera un efecto reforzado de profundidad, que consigue dirigir nuestra mirada al marco resultante entre cubierta y suelo, enfocando las vistas hacia el río y los árboles. El vacio entre las
[64] Carrer Sant Narcis
[65] Pabellón de Baños
52
distintas piezas coincide con los árboles existentes y, al igual que la pequeña curvatura de todo el pabellón, reconoce y lee el lugar. Si a todo esto le sumamos el acabado en chapa metálica de acero inoxidable de los volúmenes interiores, que reflejan difusamente las luces y sombras de los arboles cercanos, se consigue explicar la tensión visual del conjunto de dinamismo contenido dentro de un sentido general de reposo. 26 Mientras tanto, desde la otra orilla del río, el alzado del pabellón se revela más estático, posado tranquilamente entre los árboles. Así pues, la composición de este pabellón invita a acercarse desde el camino ofreciendo su cara más dinámica, mientras que, contemplado desde el río, refuerza esta atmósfera de calma y silencio de la que uno quiere disfrutar una calurosa tarde veraniega, refrescándose en las frías aguas del Fluvià en medio de la naturaleza.
[68] Trama Arbolado Pabellón de Baños
[67] Mobiliario urbano Pabellón de Baños
[69] Volúmenes Pabellón de Baños
[66] Panorámica Pabellón de Baños
53
54
[70] Pabellรณn de Acceso Estadio de Atletismo
7.4 Estadio de Atletismo 1998
[71] Planta Estadio de Atletismo
[72] Plano de Situaciรณn Estadio de Atletismo
55
2000
S
i seguimos caminando, entramos enseguida en una zona de reunión bajo los árboles, con bancos y mobiliario deportivo, organizados siguiendo la trama reticular del arbolado. Volviendo la mirada hacia atrás, el pabellón cobra aún más sentido continuando con su depurada forma la linealidad de la trama arbórea, como prolongación natural de este espacio en el bosque. Reanudamos nuestro camino por el carrer Sant Narcis hasta cruzar el río por un estrecho puente. Al final del camino que continúa desde aquí, llegamos a la siguiente parada de nuestro itinerario. El Estadio de Atletismo, situado en el mismo entorno natural que el Pabellón de Baños, pero más próximo al entramado residencial periférico de Olot, se encuentra en un claro del bosque de robles albares. La cuidada relación que se establece con este surge de distintas profundidades: las del bosque contiguo, el bosque a distancia y el bosque alejado, que va variando según en qué punto del recorrido te encuentres.
// Recorrido+Análisis
El acceso al estadio se hace desde el aparcamiento, bajando a pie por una larga rampa hasta llegar a un camino rural, tangente al estadio, donde se sitúa la entrada al recinto: un pabellón que resuelve, con muros, taludes y rampas el siguiente tramo de nuestro descenso hasta las pistas. Un pavimento continuo, compuesto por barras corrugadas de acero sobre grava, baja hasta el encuentro con un volumen –el pabellón de acceso- que cierra en diagonal el recorrido y nos obliga girar. Este cambio en la dirección se refuerza de dos maneras: primero, porque se produce bajo una gran cubierta triangular que apunta con su vértice al siguiente tramo del recorrido; segundo, por la direccionalidad del pavimento y el juego de luces que producen sobre el suelo unas rajas ¿hendiduras? longitudinales paralelas en cubierta. Resguardados ahora bajo este gran plano, podemos observar toda la extensión del recinto. La barandilla de esta primera terraza, que se prolonga como muro
[73]Panorámica Pabellón de Acceso Estadio de Atletismo
56
[74] Panorámica Pabellón de Acceso Estadio de Atletismo
en su lado izquierdo acompañando la rampa de doble tramo en descenso que se acopla a este, articula y guía hasta el final el recorrido a pie de pista. Bajo la terraza de acceso descubrimos ahora que se esconde un gimnasio, vestuarios y la dirección del recinto deportivo, integrados en el desmonte del terreno esculpido por el recorrido de entrada. Más que un estadio en su sentido habitual, las pistas de atletismo y el campo de fútbol se conciben como aperturas en el bosque. Esta idea, de espacio contenido se intensifica por la forma inclinada de los grandes mástiles de acero que sostienen los focos, definiendo el enclave y haciendo juego con los robles. 26
[43] Pabellón Estadio de Atletismo
Entorno a la pistas, las gradas se integran directamente en el terreno, organizadas en tres escalones. Las piezas de hormigón prefabricado que las componen se unen formando líneas sinuosas que se adaptan a la topografía, recordando a los bancales de los cultivos agrícolas de esta zona. En el centro de la pista encontramos tres agrupaciones de arboles en una ondulante topografía de escoria y tierra, que se tuvo que moldear para permitir a los jueces controlar todas las visuales y conseguir así la homologación como pista oficial de atletismo. Gracias a esta vegetación en el interior de la pista se logra generar una mayor profundidad debido a los distintos planos de vegetación, que logran establecer una conexión visual graduada con el arbolado denso del bosque que acoge y cerca estas instalaciones. El complejo acceso, desde el camino rural hasta las pistas, además de resolver la diferencia de cotas, articula la relación con el bosque y tiene, dada la profundidad del recorrido encadenado por sucesivos giros o quiebros, la vocación de ser filtro entro lo urbano y la naturaleza. Dignificando el acceso al recinto deportivo con la cuidada composición del recorrido, nos va introduciendo capa a capa en el interior de un espacio exterior. La composición de conjunto de estas instalaciones quiere recrear la atmósfera catártica y primigenia de los juegos de la planicie griega de Olimpia, dado su vínculo inherente con la naturaleza y la topografía, revelando el espacio deportivo como un claro en el bosque 26.
[79] Planos de vegetación, Estadio de Atletismo
[75] Rampa de acceso a las pistas
[76] Rampa de acceso a las pistas
[77] Pistas de Atletismo y gradas
[78] Gradas Esta de Atletismo
57
58
7.5 Parque de Piedra Tosca /2004
[80] Planta Acceso Parque de Pedra Tosca
59
// Recorrido+Análisis
C
omo último punto del este recorrido continuamos hacia el Parque de Pedra Tosca, a 12 minutos a pie por el camino rural que da acceso al estadio, que forma parte de la vía verde del Carrilet. Esta vía (exclusiva para peatones y ciclistas) que sigue el trazado del antiguo tren de vía estrecha, une Olot, pasando por distintos paisajes de gran valor natural del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. A lo largo de esta ruta, en Les Preses, se sitúa la intervención de Aranda, Pigem y Vilalta en la que los arquitectos llevan a cabo un nuevo acceso y una reorganización de los itinerarios del Parque de Pedra Tosca. Situado en un mar de rocas producto de la colada basáltica del volcán Croscat, el parque ejemplifica la ardua labor del hombre en su lucha por conseguir una parcela de tierra cultivable. Un total de 150 km de muros de piedra se sacaron de estos terrenos, dando lugar a todo este paisaje de bancales, túmulos y barracas de piedras.
[81] Vía del Carrilet
El denso bosque, que envuelve el camino, deja pasar el ruido del río Fluvià, que se filtra a través de los árboles. Según avanzamos, las agrupaciones de robles empiezan a dar paso, a ambos lados, a pequeños claros y zonas de cultivos, cada vez más extensas. A mitad de camino, a mano izquierda, encontramos una estrecha línea de trazos de acero que surge del terreno y conduce a un espacio triangular, cuyos muros inclinados de chapa de acero retienen un gran montículo de piedras. Una vez dentro, el recorrido se bifurca en un vértice del triángulo en dos caminos que continúan el ascenso a planos superiores y guían a los bancales de cultivo. Las chapas de acero que delimitan los caminos que siguen, al igual que el resto, tienen una rugosidad morfológica y táctil en sintonía con la violencia del paisaje, constituido por angulosas piedras basálticas. Según nos alejamos del epicentro de esta intervención-el espacio triangular del que parten los caminosla distancia entre las lamas va creciendo sensiblemen-
60
[82] Acceso Parque de Pedra Tosca
[83] Acceso Parque de Pedra Tosca
[84] Interior Acceso Parque de Pedra Tosca
te, dando la impresión de que la intervención quiere perder presencia según se adentra en el parque. En el resto del itinerario, marcado en su mayoría por caminos entre muros de piedra o senderos que atraviesan el paisaje, solo aparecen ocasionalmente bancos, carteles y pequeñas planchas de acero corten en el suelo. En esta parte de la intervención, los arquitectos reconducen sus esfuerzos en la ordenación y distribución de los distintos tipos de cultivo en los bancales y en la reestructuración del arbolado existente, procediendo con talas puntuales y limpieza de vegetación. Como explican los arquitectos, este proyecto nace de dos procesos paralelos: el primero pone en valor la tradición de las actividades realizadas en el lugar y da su razón de ser a la propuesta, la simbolización de esta contención de tierras que ahí tuvo lugar. El segundo analiza por capas el enclave para poder apreciar dónde reside la esencia del paisaje, permitiendo sopesar qué se puede eliminar, modificar o añadir para dotar de cohesión y compresión a los itinerarios a través de las terrazas superiores. Esta intervención es imagen de una arquitectura respaldada por la historia, que conoce y valora el saber hacer de los usos tradicionales.
[88] Montículos de piedra Parque de Piedra Tosca
[85] Interior Acceso Parque de Pedra Tosca
[86] Salida Acceso Parque de Pedra Tosca
[87] Salida Acceso Parque de Pedra Tosca
61
7.6 Abstracciones
E
n esencia, RCR trata de revelar los valores materiales e inmateriales de la naturaleza, del lugar y de los elementos en su arquitectura. En sus espacios trabajan con estructuras de sombras y luces, esculpiendo un “vacío activo”, creando atmósferas singulares. Proponen una abstracción hasta la esencia del leguaje de la composición y del método arquitectónico, con proyectos que puedan constituirse como materialización mínima de una idea pura que escenifica una nueva forma de vivir y utilizar el espacio. Si analizamos la manera en la que a través de la abstracción de la forma son capaces de relacionar la arquitectura con el paisaje, podremos llegar a entender cómo se colocan en el paisaje. La arquitectura de RCR no copia accidentes naturales, ni hace referencias orgánicas obvias; confían en la abstracción para destilar sus concepciones, para aprovechar al máximo el impacto de sus formas y para evocar un orden que va más allá de las apariencias. Su enfoque no es imitativo, pues se basa en la empatía para comunicarse directamente con los sentidos y los sentimientos. 26 Las formas que a priori podemos observar en fotografías, como por ejemplo el Pabellón de Accesos a las Pistas de Atletismo del parque Tussols-Basil, pueden dar la sensación de ser una arquitectura escultórica que se inserta en el paisaje sin tenerlo en consideración. Sin embargo, la forma triangular del volumen inicial por el que accedemos no se entiende hasta que experimentamos este espacio y hacemos el recorrido que lleva hasta las pistas; es andando como podemos apreciar que la forma es fruto del itinerario y de la relación con la vegetación y la topografía. El corte diagonal practicado al volumen rectangular de acceso, que utilizan con tanta recurrencia en otros proyectos, sirve como herramienta para desviar la vista a los alrededores e introducir así en la composición cierta tensión visual entre el pabellón y el paisaje. Las alturas que van tomando los distintos elementos del edificio, la cubierta del pabellón o la barandilla de la terraza superior no son arbitraria, están relacionada con la topografía: la cubierta enrasa aproximadamente con la cota del camino rural de acceso, creando
62
bajo ella un espacio recogido desde donde poder observar las vistas que se abren hacia el bosque y las pistas. La altura de la barandilla, que se prolonga como muro para recibir la, consigue gracias a esta ligazón dar la sensación de que el edificio está anclado al terreno. Observado todo el conjunto desde las pistas, la intervención se acomoda al desnivel a través de las distintas terrazas que crea, fundiéndose color y textura con la naturaleza. Las gradas, situadas en el espacio de transición entre las pistas y el bosque, se insertan en el terreno y recuerdan, por su manera de adaptarse a la topografía, a los paisajes de bancales de cultivo de las inmediaciones. Todos estos mecanismos crean una arquitectura que está en escala, relacionada y cuyas formas se desdibujan en el paisaje Esta búsqueda vibrante de una abstracción alimentada por la experiencia intuitiva del arte y la naturaleza, es compartida por otros coetáneos suyos como Herzog&DeMeuron y Peter Zumthor, y especialmente por Tadao Ando, más interesado, como Aranda, Pigem y Vilalta, por los recorridos dentro y fuera del edificio, relacionados con la tradición japonesa de experimentar la arquitectura a través de sucesivos planos de profundidad. Como máximo exponente de esta inherente abstracción en sus obras hay que destacar los Pabellones de Les Cols y la carpa del mismo restaurante. En este caso, las abstracciones tienen un carácter mucho más programático, ya que al no tener hacia donde abrirse, los proyectistas concentran sus esfuerzos en las sensaciones que quieren generar en los visitantes. Es decir, en el primer caso, en los pabellones se pretende generar un espacio que “obliga” a volcarse en lo más profundo de uno mismo, alejándose de las comodidades de cualquier vivienda aburguesada y creando un espacio que incita a la meditación y aleja de cualquier distracción terrenal. Por otro lado, la carpa es reflejo de la idea primigenia de reunión entre los hombres, congregados y protegidos bajo los árboles. Todas estas pequeñas sutilezas que nacen de la voluntad de abstracción, de una idea, de la búsqueda
del origen, son las que respaldan el proceso creativo de los arquitectos y lo conducen hasta que desemboca en su resultado final. Este proceso también se encuentra cuando tratan de darle determinado carácter a una intervención. En el parque de Pedra Tosca podemos observar cómo en vez de limitarse a hacer un acceso que resultará agradable se comprometen con la historia para dar respuesta a la realidad del sitio. Y una vez hallada, esa voluntad que se esconde se representa, pero no de manera directa con un cartel informativo, sino con la propia forma y lógica constructiva de la intervención: en este caso, levantando muros de contención de acero que retienen las piedras que antaño se extraían de los terrenos de cultivo. La arquitectura de Aranda, Pigem y Vilalta atiende a ese conocer inmediato -aquel que no es capaz de discernir en lo que consiste su presencia y ante el que el aparato crítico formalista resulta insuficiente-, el que solemos llamar sensación. Las escasas palabras que definen las obras son metáforas. La arquitectura no se entiende como un tratado de geometrías y de construcción, sino como la materialización de un sentimiento, de un instante vital, de una idea, de aquella sensación que desde la vida toma forma y valor. 14
63
2001/2011 Olot, ESP
B
Les Cols
[89] Carpa de Les Cols
8
[90] MasĂa Les Cols
66
8. Les Cols
S
ituado en el límite de la ciudad de Olot, en su extremo norte, este proyecto es fruto de la máxima complicidad que se puede llegar a tener con un cliente a todas las escalas. La transformación de la planta baja de la masía y de sus terrenos aledaños en restaurante ha sido un complejo proceso dilatado en el tiempo, que se inicia en el año 2000 y no concluye hasta la finalización de la última ampliación en el año 2011. − Restaurante Les Cols 2001 - 2002 − Pabellones 2002 -2005 − Carpa 2007 - 2011 La implicación, tanto del cliente como de todos los colaboradores, ha ayudado a gestar y dar forma a la idea esencial de estas intervenciones, asegurando que pervivan, haciendo camino juntos. 27 Los inicios de los trabajos en la masía se producen por el encargo de los propietarios de mejorar la relación de la planta baja-donde ya llevaba 10 años funcionando un restaurante- con el exterior, dando pie a todas las siguientes intervenciones. La parcela en la que se sitúan las construcciones limita al norte con la autopista A-26 y al Este con un polígono industrial. Situado junto a uno de los accesos principales a la ciudad, el recinto murado de la masía, que encerraba en este perímetro su “porción” de exterior, encuadrando en su interior un paisaje cercano de huertas, árboles frutales y gallineros, ha perdido hoy toda la relación que antaño pudiera tener con el exterior lejano de los campos. El crecimiento de la ciudad ha convertido al conjunto de la masía en una isla rodeada por viales y naves industriales. Esta situación provoca que las distintas intervenciones se vuelquen hacia el interior, rehuyendo miradas al exterior y evitando toda relación con el entorno inmediato. Rodeado de toda esta intensa actividad, el enclave se convierte en un remanso de paz intramuros.
67
8.1 Restaurante Les Cols 2002 // Recorrido
E
n la entrada norte a la ciudad de Olot, encontramos una inusual manzana urbana, rodeada por un muro perimetral que se halla cubierto, casi por completo, por una frondosa hiedra. Ya desde el exterior reconocemos una gran masía de tres plantas y una construcción secundaria, la cabaña. En el interior de este recinto se esconden tres de las más relevantes y radicales aportaciones de RCR a la arquitectura.
En este caso procederé al estudio sólo de las dos intervenciones –el restaurante y la carpa- que pude visitar en Les Cols. Dado que este trabajo se centra en la percepción de los espacios y en cómo se manifiesta su relación con el exterior, me resulta imposible hablar de los pabellones, una de las intervenciones más complejas a nivel propositivo, sin haber podido experimentar el espacio de primera mano. [91] Acceso Portícado Restaurante
En la planta baja de la masía, de corte basilical, se despliega el restaurante. Accedemos al interior desde la calle siguiendo unas planchas de acero corten con forma trapezoidal, atravesando un espacio porticado a dos aguas, hasta la era. Configurada aquí como un pequeño jardín, de forma semicircular, situado en el extremo norte, se corresponde en planta con el ábside. [92] Porche Restaurante Les Cols
68
[93] Porche visto desde el jardín
La fachada del restaurante, desfasada respecto a la de la masía, se extiende hacia el jardín conformando un porche de acero y vidrio. Con un pequeño retranqueo, un espacio exterior pero cubierto, se entra al interior del restaurante. Se colocan aquí una lamas verticales de acero retorcidas giradas? –que también encontraremos dentro-- para acrecentar la sensación de gradación entre interior y exterior, entre lo natural y lo artificial, que actúan como filtro visual, evitando miradas directas a los comensales. En este porche de acceso aparece una lámina de agua en el suelo, que sale desde el patio de la cocina y da la bienvenida.
[94] Interior del restaurante Les Cols
Filtrando las vistas hacia el patio se coloca una enredadera. Una vez dentro, el espacio de acceso se sitúa en el cruce de la nave principal con el transepto. En el ala derecha de éste último se colocan, en pequeños grupos, las mesas que miran hacia el jardín de acceso, dividas entre sí por lamas de acero que crean estancias de mayor privacidad. Al otro lado, desde la zona de acceso, se entra a las cocinas. La nave central, decorada en su totalidad con acabados dorados y atravesada por una larga mesa, lleva hasta una galería exterior en la fachada opuesta. En este extremo de la nave encontramos a ambos lados dos reservados para grupos más pequeños. Las cocinas del restaurante, que cuenta con dos estrellas Michelin, no nos decepcionan en absoluto: siguen las mismas reglas que el resto de la intervención, en la que el acero, en este caso inoxidable, es el material principal. Organizada en torno a un patio interior cubierto por una fina lámina de agua con cantos rodados, la cocina se divide en dos zonas de trabajo.
[95] Nave central restaurante Les Cols
[96] Cocina Restaurante Les Cols
[97] Planta Restaurante Les Cols
69
// Análisis
C
omo podemos observar ya antes de entrar, se reconoce la importancia del recorrido de acceso y de su vinculación con el entorno, pasando a través de sucesivos filtros que nos conducen gradualmente al interior del restaurante. También hay que apreciar como con los elementos más convencionales, como puede ser una lámina de agua o hiedra, se logra conferir al acceso mayor singularidad.
fica esos fenómenos: las ondas que aparecen cuando llueve, el ruido de las gotas al caer, el reflejo de las nubes, la mayor luminosidad cuando esta soleado y el reflejo de las actividades que suceden dentro.
Las lamas retorcidas, abstracción quizás de una enredadera que crece en vertical, se trae también al interior, como manera de acercar la vegetación, configurando pequeñas salas en el porche, dando mayor intimidad a los comensales.
La composición general es capaz de dialogar con el conjunto existente en equilibrio, con un interiorismo inédito hasta este momento en sus proyectos, en el que usan un único material para cualificar todo el espacio.
El acero, usado casi en exclusiva, se presenta como material capaz de dialogar con la fuerza de la masía. A pesar de ser prácticamente el único material que se emplea, se presenta en toda su riqueza, con distintos tratamientos y acabados. El ambiente que impera, gracias al protagonismo de un solo material puede recordar a esos silenciosos espacios de los monasterios benedictinos, donde la piedra es el único elemento que aparece. En la nave central se recupera el valor del espacio tradicional y tan representativo de las casas de Payés, la “sala”, que se enaltece con el acabado dorado de las mesas, sillas y paredes, y que recrea el ambiente de una reunión familiar, con una gran mesa donde poder sentarse en grandes o pequeños grupo, individualmente o en pareja. No hay que olvidarse de la cocina, que a través del patio entorno al que se organiza, y al gran ventanal que se abre en fachada, no pierde su relación con el exterior: la lámina de agua que refleja las nubes del cielo, la enredadera que filtra las miradas hacia la era y el ventanal horizontal, enrazado a la altura de las encimeras de la cocina, que vierte al jardín inmediato a la calle. El exterior, el sol, la lluvia, las nubes y la vida es lo que está organizando este espacio. Todo esto reforzado por la lámina de agua, que ampli-
70
Donde la visión del instante permite recorrer el tiempo en el sentido del pasado y en el sentido del futuro en la trilogía de comedor, sala y cocina. 14
[98] Patio Interior Cocina Les Cols
8.1 Carpa Les Cols 2011 // Recorrido
La intervención más reciente en el recinto, la carpa, concluida en el 2011, es la evolución de los mismos principios por los que se rige el restaurante. Para acceder a ella tenemos que volver a salir a la calle y rodear el recinto hasta llegar al muro sur, hacia donde se orienta la fachada principal de la casa. Atravesando una rústica verja de doble hoja encontramos un vestíbulo exterior delimitado por setos pulcramente recortados. Pasando por un corte recto en el seto, encontramos un camino que lleva hasta la casa atravesando el jardín. Girando a la izquierda, un sendero descendente baja rodeando una ladera. Al otro lado de éste, asciende un talud de piedras hasta el encuentro con el muro que encierra el recinto de la masía. Según vamos bajando y rodeando la ladera, surge la estructura de la carpa, que parece flotar a primera vista. Los grandes tirantes de acero que sujetan la cubierta se van densificando según nos aproximamos al interior, creando una gradación en el cerramiento. La curvatura del camino hace que la luz y las sombras que se proyectan sobre el suelo vayan cambiando continuamente mientras descendemos. Bajo este umbral, que acoge nuestra llegada, accedemos, del lado del muro, al interior. La estructura de la cubierta se nos revela desde un principio como protagonista. Compuesta por tirantes de acero y cubierta por paneles transparentes de plástico, deja en ocasiones pequeñas franjas sin cubrir entre los cables. En el interior esto se traduce en una secuencia de filtros y estrechos patios, donde se yerguen los árboles como invitados en la escena. Las bandas de “exterior”, encerradas por cortinas plegables de plástico etfe, articulan un recorrido zigzagueante en torno a ellos, marcando el recorrido del espacio.
[99] Camino de Acceso Les Cols
[100] Carpa Les Cols
[101] Umbral de Entrada Carpa Les Cols
El área bajo la carpa está encerrada en su extremo oeste por un largo muro longitudinal. Tanto en su extremo norte -donde se accede a las cocinas- como en todo el perímetro enfrentado al muro, el espacio está
71
delimitado por el mismo talud de piedras del acceso, bordeando aquí el interior en dos de sus costados.
[102] Interior de la Carpa Les Cols
[103] Corredor de los Servicios, Carpa Les Cols
La experiencia de sentarse a comer en este lugar, en pleno invierno, con el ruido del deshielo de la nieve sobre la cubierta, el susurrar del viento, y el agua que se desliza y gotea por los pequeños patios es una sensación evocadora que te obliga a ponerte en contacto con el exterior que te rodea. Realmente tenemos la impresión de estar bajo un entoldado entre árboles pero, confortablemente protegidos del frío. Las sillas y mesas de metacrilato, todo el mobiliario que podemos encontrar bajo la carpa, desaparece de nuestra vista cuando nadie hace uso de ellas o no están puestos los servicios, disolviéndose en una atmósfera de luz variable. Gracias al juego de patios que genera el recorrido serpenteante a través de la carpa, se crean zonas más reservadas donde pequeños grupos pueden disfrutar de la comida con mayor privacidad. Incluso la visita a los aseos es una experiencia. Para llegar a ellos tenemos que pasar por una oquedad en el talud y seguir hasta un largo corredor, que da acceso perpendicularmente a los aseos. El techo del pasillo tiene en su borde derecho una estrecha abertura en forma de franja que recorre toda su longitud, dejando que la lluvia, el frío y la luz se cuelen en el interior. En el extremo norte del rectángulo que configura el espacio cubierto por la carpa, al igual que en los baños, accedemos a la cocina a través del talud. También enterradas, las cocinas se organizan como el resto de la intervención, a través de tres patios estrechos con arbolado que estructuran su funcionamiento. Todo el mobiliario, al igual que en la cocina del restaurante, es de acero inoxidable.
[104] Patios Cocinas, Carpa Les Cols
72
// Análisis
L
a cubierta de la carpa, que roba el protagonismo al resto de elementos en esta intervención, genera ambigüedades en su percepción. Aunque juega con las transparencias del plástico para demostrar liviandad y dar la sensación de que flota sobre el interior, la pequeña curvatura que adopta deja constancia de que también está sometida a la gravedad y a su peso. El anclaje de de los tirantes al muro no se hace directamente, sino a través de cartelas que los reciben , levantando la cubierta y permitiendo la entrada de luz por los costados, con lo que potencia la sensación de que la carpa está suspendida en el aire. Para lograr que la imponente presencia del muro no cobre demasiada relevancia en el interior y no cree sensación de confinamiento, un patio de contorno irregular, que se adentra en franjas estrechas arboladas hacia el interior, recorre toda la extensión del muro.
[105] Acceso cocinas, Carpa Les Cols
La piedra obtenida al excavar el espacio que cubre la carpa en el terreno le confiere materialidad al resto de los elementos de la construcción. Tanto la superficie continua del suelo como los taludes que delimitan el perímetro exterior del recinto, y el gran muro que separa carpa y masía y sobre el que se posa la cubierta, están ejecutados con las piedras de esta excavación. Según citan los arquitectos, el basalto encontrado en la excavación vuelve a su yacimiento y se expresa de nuevo […] 27. Presentadas en distintas texturas, al natural en los taludes, tratadas en los muros y trituradas en el suelo continuo de franjas empedradas, esta reutilización de un mismo material presentado en acabados distintos recuerda al tratamiento que se hace del acero en el interior del restaurante, aprovechando toda la riqueza y expresividad de un solo material para configurar un mismo espacio. La excavación de la carpa surge de la necesidad de aislarse del entorno, (por la falta de lugar, no había adónde mirar, no había espacio, no podías jugar casi de ninguna manera 27), de evitar la relación con el polígono industrial limítrofe: Enterrados pero con toda la relación con el exterior 27, creando un paisaje propio,
73
con sucesivos filtros que tamizan la percepción de la realidad.El exterior pasa, más que en ningún otro proyecto, a ser material constructivo del espacio interior, organizándolo, separándolo y creando distintas zonas dentro de este gran comedor. Bajo la carpa, se quiere crear un espacio sin límites, que renuncia a explicarlos y quiere ante todo desdibujarlos en búsqueda de una profundidad más enriquecedora, dando la sensación al visitante de estar envuelto únicamente por aire. Todo este espacio, ¿podría llegar a verse como una ruina, como una cubierta que guarece un yacimiento? ¿Escenifica una antigua forma de reunirse en la naturaleza, a la sombra de los árboles? RCR confiesa querer hacer resonar con este proyecto el recuerdo de un tiempo pasado, de aquella antigua costumbre de juntarse bajo los árboles o en torno a una fuente.
creando una relación entre la vida y la naturaleza. 28 Para concluir, una de las características fundamentales de esta obra subyace en la idea de difuminar los límites entre espacios interior y exterior. Aranda, Pigem y Vilalta abogan por espacios con profundidad, sin límites precisos. La gradación de la estructura en el acceso, mediante la variación del número de tirantes, los recorridos serpenteantes para rodear y llegar a la antesala de la carpa o la sucesión de estrechos patios que modifican nuestra percepción de las dimensiones de la sala, introduciendo secuencialmente exterior y naturaleza, y desdoblando los límites con las cortinas de efte, distorsionan ligeramente la realidad que vemos con el fin de desenfocar los límites entre dentro y fuera, en aras de hacernos sentir bajo los árboles, en el bosque.
La manera de conseguir esta sensación pasa porque el espacio pierda la condición de interior, haciendo que las personas y los árboles sean los que ocupen el lugar y le den escala, no el mobiliario ni los cerramientos (cuya materialidad de metacrilato y plástico efte tienden a hacerlos invisibles . El espacio se activa por la presencia humana, y el paisaje y la naturaleza lo cualifican. Da igual que sean 20 ó 1000 personas, porque ¿en qué otro lugar, mejor que bajo los árboles, se podrían reunir? ¿Y cómo lograr que independientemente del número de personas que sean, se sientan a gusto? Para empezar integrando en el diseño todos los elementos secundarios, como rendijas de ventilación, luminarias o baños, sin alterar el alma del proyecto y evitando distraer de la experiencia de este espacio; y segundo, recreando la experiencia de estar en el exterior, de modo que se pueda sentir el paso de los fenómenos meteorológicos durante el día, de qué manera la lluvia o la luz cambian de un momento a otro, [107] Talud perimetral Carpa Les Cols
74
[106] Planta Carpa Les Cols
[108] Interior Carpa Les Cols
75
C
Otros Proyectos
9. Otras obras
78
9.1
Pabellón del Estanque
80
9.2
Parque de la Arboleda
86
9.3
Espacio Público Teatro La Lira
92
Olot,
ESP
C
Otros Proyectos
[109] Teatro La Lira
9
80
9.1 Pabellón en el Estanque Llagosta // 2008
E
l Pabellón en el estanque y la Oficina Collvi se encuentran al sureste de Girona, en Llagostera. El proyecto está situado en una amplia parcela y toda la intervención está delicadamente diseñada para proporcionar una unidad armoniosa. Consta de tres fases, la rehabilitación y conversión del antiguo molino en oficina, la construcción de una nueva casa y el diseño de los jardines que rodean estas dos edificaciones. Las dos construcciones, ubicadas a distinto nivel, se relacionan entre sí mediante un muro de contención de tierras que parte de la construcción preexistente y se prolonga hasta el otro extremo de la parcela. Tras este, a cota superior, se encuentra el vaso del antiguo molino que se reconvierte ahora en estanque, donde se coloca la planta principal de la nueva vivienda. Desde la base del muro podemos acceder al aparcamiento de la vivienda. Realizado en mampostería de piedra, como el antiguo molino, da continuidad visual a todo el conjunto desde el acceso inferior.
[110] Pabellón en el estanque, Foto límite inferior de la parcela
81
// Recorrido
L
a obra contiene dos entradas principales, un acceso directo a la casa que se produce desde el punto más alto de la parcela y otro a la oficina en el punto más bajo, con un camino que sirve a la vez para vehículos y que llega hasta el aparcamiento.
[111] Senda peatonal de Acceso, Pabellón en el estanque
[112] Acceso vivienda, Pabellón del Estanque
82
[113] Envolvente Metálica, Pabellón en el Estanque
Desde la calle, entramos en el recinto a pie por un sendero que guía en descenso, entre los árboles, desde la verja perimetral de la calle hasta la vivienda. La entrada de la casa recuerda a un camino en el bosque, que serpenteante, va dejando escapar a través de la vegetación algunas perspectivas que muestran la obra en secuencias visuales. Al final del recorrido, llegamos a unas escaleras que nos dejan en el plano de acceso a la vivienda. A nuestra derecha se extiende una gran superficie césped que, desde la base del estanque, sube ondulante hasta la altura de la calle de acceso. Al acceder al interior nos percatamos de que los trabajos no están acabados. La vivienda parece no haber sido nunca habitada, no está mueblada y faltan por concluir los últimos detalles. En la primera planta -la zona colectiva- se encuentran la cocina, la sala de estar, el comedor y una terraza al aire libre en directa relación con el estanque (espejo de agua), con una barbacoa. Todo este espacio es muy luminoso gracias a los reflejos del agua y a la piel de lamas de acero que recubre el pabellón. Esta parte más pública se abre sin restricciones al paisaje que la rodea. La cocina tiene un “corte” en el pavimento, una especie de piscina estanque, acequia, canal?, que la separa de otra pequeña estancia. Se integra con la sala a través de un espacio abierto que se extiende hacia el exterior en un gesto continuo. En el otro extremo de la primera planta hay cuatro espacios: dos vestidores, un aseo y un dormitorio. Todo este primer nivel de la vivienda está 60cm bajo el nivel del agua y da la sensación de estar flotando como una gabarra en el estanque. Bajando a la planta inferior por una escalera de un único tramo, encontramos cuatro dormitorios, concebidos como cápsulas o camarotes de barco. Todos ellos se dividen en dos partes por un pasillo común.
[114] Panorámica estanque y vivienda, Pabellón en el Estanque
Hacia fuera se colocan los aseos de cada habitación y sus respectivas zonas de estudio con mesas; las vistas al exterior se encuadran con ventanas de suelo a techo, que se prolongan con un profundo marco de acero. Al otro lado del pasillo hay 4 cuatro estancias alargadas con camas en sus extremos; la ducha y armarios se colocan anexos a una de las paredes. Toda esta parte de las habitaciones vierte a un patio común, cubierto por un estanque e iluminado cenitalmente por cinco estrechos “lucernarios”, que funcionan como una evolución del patio inglés. Al fondo de este pasillo encontramos el dormitorio principal, que también se asoma a este espacio. En el otro extremo de la planta baja, si seguimos un alargado pasillo hasta el aparcamiento, encontramos una piscina cubierta, equipada con baños, vestuario y sauna.
[115] Plano Vivienda, Pabellón del Estanque
A las oficinas, a las que accedemos por la otra entrada a la parcela, llegamos por un camino de tierra que desemboca en el antiguo edificio restaurado del molino. De un costado de la casa continúa el gran muro de piedra, que cercena el terreno y retiene el estanque superior y el pabellón de la nueva vivienda, generando ligazón entre las dos edificaciones y el terreno sobre el que se asientan. La oficina mantiene la fachada original de piedra y las puertas de madera. En el interior el ambiente es oscuro y silencioso. En el área colectiva por la que accedemos, de triple altura, una pieza horizontal entra en el espacio a unos 3m de altura, alineada con la mesa que bajo ella se coloca, iluminando el escritorio desde arriba. Este elemento conduce a la zona más privada, donde se encuentra el despacho del propietario. Ambas zonas están unidas, pero si es necesario, una puerta de vidrio opaco puede separarlas. Todo este espacio, configurado en dos habitaciones, se abre a un patio vegetal de topografía ondulante. Se halla cubierto por hiedra y a la sombra de los árboles, encerrado por un pequeño estanque irregular que impide un acceso directo desde el jardín exterior.
[116] Antiguo Molino, Pabellón en el Estanque
[117] Interior Oficinas (antiguo molino)
83
// Análisis
E
l agua, que aparece en todos los espacios, es el elemento a destacar en la composición, presentándose de diversas maneras: como estanque, como movimiento en las chapas de acero del pabellón o como lámina de agua en el patio interior. Los reflejos que produce en el estanque son un eco lejano de la arquitectura de Tadao Ando en el Templo del Agua en la isla de Awaji, o de la Fuente del Bebedero de Luis Barragán.
El pabellón es la pieza más destacada del conjunto. Concebido como una pieza rectangular de vidrio sobre el estanque, su llamativa piel de alargadas chapas de acero reflectante, retorcidas giradas? horizontalmente, produce un juego de luces cambiante con el transcurso del día. Este edificio quiere servir como elogio del agua, escenificando su movimiento y tratando de recrear los juegos de reflejos y colores que ésta toma con la incidencia del sol. La radicalidad conceptual de la casa-pabellón se alía con la abstracción, avivada por el juego de reflejos producidos en el agua, que varían extremadamente en función de la iluminación y el clima. La composición de la doble piel del pabellón logra templarse por su reposada presencia en el estanque, generando, como se ha dicho en otras ocasiones, un dinamismo contenido dentro de un sentido general de calma.
Los caminos de acceso, que van mostrando el conjunto de las edificaciones funcionan como hilo conductor de nuestra experiencia del espacio. El sendero principal recuerda indudablemente a las sendas que atraviesan la Fageda d’en Jordà, con su tupida vegetación que impide ver el cielo bajo el que se alzan los árboles, recogiéndonos en un ambiente protegido, a la sombra. El volumen superior de la casa de nueva construcción, con su piel de chapas de acero, introduce reflejos de luces en el interior del arbolado, jugando con las distintas visuales del recorrido según nos acercamos y atrayéndonos hacia su fin. Al ocul-
84
[118] Reflejos Escalera, Pabellón en el estanque
tarse entre los árboles un volumen megalítico de una pequeña edificación secundaria, se potencia la idea de camino “mágico”, en el que vamos descubriendo distintos elementos, que nos sorprenden a nuestro paso. El pavimento con bandas alargadas de ancho variable perpendiculares al eje del recorrido, potencia la idea de hallarse en plena naturaleza. Dado que se adaptan a la topografía, recuerdan a los paths en el paisaje del landartista británico Richard Long.
[119] Fuente del Bebedero de Luis Barragán
La gran terraza donde se encuentra el jardín superior, que se extiende a un costado del sendero en su desenlace, se extiende prolonga? con la superficie de agua del estanque hacia el paisaje, que continúa en depresión, queriendo desdibujar su límite a través de los reflejos del cielo y del pabellón. Sentados en el césped podemos contemplar tranquilos el pueblo de Llagostera a nuestros pies. El tratamiento de la topografía, moldeada suavemente con ligeras curvaturas, se subraya a veces con escalones naturalizados y a veces se vuelve plana según se acerca a las edificaciones, sirviendo como plataformas de acceso a ellas; pero en otras , ocasiones se embebe contra el muro, ligándolo al terreno. En la terraza inferior, acceso al aparcamiento, la topografía se moldea para dar mayor privacidad a las habitaciones, evitando miradas directas y escondiendo los marcos de los ventanales. El juego con los acabados ondulantes, tanto de las lamas de acero como de la topografía, recuerda respectivamente a los trabajos de Richard Serra y Richard Long. En la trayectoria de RCR esta obra se presenta como una creación arriesgada, que presenta de manera radical la nueva manera de habitar los espacios que los arquitectos proponen. Es una obra que aspira a la sublimidad, sin grandes desequilibrios; todos los espacios presentan un mismo lenguaje, manteniendo el mismo grado de radicalidad propositiva y abstracción. La evocación del concepto afirmando un lenguaje seductor y único, evidencia de un significado superior materializado con gran destreza.
85
[120] Plano Parque la Arboleda
86
9.2 Parque la Arboleda /Begur // 2005
S
ituado en el pueblo de origen medieval de Begur, el Parque de la Arboleda y el edificio multiusos que se encuentra en su interior, transforman un antiguo espacio natural degenerado, cruzado por un torrente y rodeado por una plantación de árboles, en un parque urbano. Esta intervención diseñada desde cero reinterpreta el concepto de espacio público. Este enclave se posiciona como elemento de bisagra entre el nuevo crecimiento del pueblo y su núcleo, a cuya plaza de la iglesia, corazón de Begur, se accede desde una callejuela en pendiente en la base del parque. La forma del solar en bolsa de judas, con una topografía escarpada por la presencia de un torrente central ahora seco, condiciona toda la intervención.
[121] Edificio multiusos, Parque la Arboleda
87
// Recorrido + Análisis
E
ntrando en Begur, por su lado oeste, se encuentra el Parque de la Arboleda. La morfología se asemeja a la de un anfiteatro, donde toda la intervención converge en el espacio central, la Arena. Desde la rotonda que articula todo el tráfico entorno al parque, en diagonal, descendemos un ancho paso entre muros de acero corten. Estos acogen en su espesor sendas pasarelas que desembocan, en sus extremos, en el espacio del edificio multiusos que queda suspendido al final del paso en declive, como pórtico de entrada a la Arena. La perspectiva fugada que enmarcan los muros enfoca el lejano castillo medieval de Begur, que se alza en lo alto de una montaña a poca distancia.
[122] Acceso al Parque, Parque la Arboleda
Los muros que delimitan el paso tienen unas finas fisuras en vertical distanciadas de manera irregular, que permiten ver el paisaje que se esconde detrás, marcando el ritmo de nuestro descenso. Los árboles se incorporan a esta composición, siguiendo en paralelo el recorrido de los muros. Una vez en la Arena, el punto más bajo del parque, estamos refugiados del tránsito de los vehículos, ejerciendo los extremos superiores del anfiteatro con su vegetación como “filtro” sonoro y visual. La “cavea” vegetal que rodea este espacio, está compuesta por recorridos estratégicos que ligan los distintos puntos exteriores con las actividades que se desarrollan en la base. Con mesas para comer al aire libre, mobiliario deportivo y recreativo, se concentran aquí las actividades “más dinámicas”. Las vertientes de la “cavea” son atravesadas por caminos paralelos a las curvas topográficas y por escaleras en el sentido perpendicular, que desembocan en el centro de la intervención. La vegetación en los parterres resultantes del cruce entre escaleras y senderos se constituye por una frondosa vegetación arbustiva, organizada a través de chapas retorcidas y ondulantes de acero. Estos elementos dan forman a la naturaleza, y separan las distintas especies de arbustos, de diferentes colores.
88
[123] Acceso al Parque, Parque la Arboleda
[124] Cávea Vegetal, Parque la Arboleda
El edificio de servicio se introduce en la intervención como una pieza que emerge de la tierra, una connotación inmediata a la obra de R. Serra, tanto por su manera de salir del terreno como por su materialidad. Orientado hacia el castillo, es resultado de la lectura del entono de los arquitectos y de la voluntad de aprovechar el potencial del lugar. Las rampas, que nacen de la tierra, funcionan como miradores desde los que observar el parque y el castillo. La volumetría se presenta como un juego de proporciones y ritmos visibles que articula la llegada a la Arena. Los árboles del “paso” al mezclarse con las fisuras en el acero corten del muro crean sensación de mayor profundidad, con sucesivos planos de “vegetación” física –con las vibrantes texturas de mimosas, encinas y pinos- y abstracta –con lamas de acero y muros perforado-. Si dejamos volar nuestra imaginación, podemos ver en este espacio la reproducción abstraída de un Anfiteatro; el espacio central, la arena, el gran volumen apoyado en sus extremos como palco imperial y pórtico de acceso y toda la vertiente como cávea vegetal. De alguna manera, a través de ese largo recorrido, los arquitectos logran “transportarnos” a un tiempo lejano, influyendo en nuestra percepción del espacio. Tal vez, dando rienda suelta a nuestro ingenio, podemos incluso llegar a visualizar el fluir del agua por el antiguo torrente en las láminas de acero.
[125] Rampa Acceso Edificio Multiusos
Esta intervención revela un madurado refinamiento del paisaje, representando una visión que valora altamente los atributos de la naturaleza, redefiniendo nuevos significados a través de la forma, la composición y la materia. Todos los elementos se funden y transforman en una unidad equilibrada donde el tratamiento topográfico lo es todo.
89
90
9.3 Espacio Público Teatro La Lira /Ripoll // 2005
F
ruto de la demolición del Teatro La Lira en Ripoll, surge este espacio que quiere llenar el vacío urbano recuperando el espíritu del antiguo teatro. Situado en el límite del casco histórico de esta pequeña población, a escasos metros de la plaza del ayuntamiento, el área entre medianeras que ocupa el solar se convierte en una plaza cubierta, un balcón que asoma al otro lado del cauce, a la otra orilla más suave y extensión de la ciudad. El vínculo que se establece, materializado en una pasarela peatonal que une las dos veras del río Ter, se presenta como nexo de dos situaciones.
[126] Panorámica río Ter y Espacio Público Teatro La Lira
91
// Recorrido +Análisis
[127] Espacio Público Teatro La Lira
[128] Puente Teatro Espacio Público Teatro La Lira
E
n Ripoll, a 40 min en coche del centro de Olot, cruzando la Sierra de Milany-Santa Magdalena y Puigsacalm-Bellmunt, junto al primer puente que cruza hacia el casco histórico del pueblo, se encuentra el Teatro La Lira. Estacionamos cerca del cauce del río, en la parte nueva de la ciudad. Junto al Ter encontramos un paseo arbolado, desde donde divisamos el edificio de Aranda, Pigem y Vilalta, inconfundible por el acero corten que lo reviste, que se ha convertido en sello de su arquitectura. Su tonalidad oscura destaca frente al resto de edificios altos y estrechos, que apiñados unos junto a otros se erigen cual muralla junto al agua. Según nos acercamos, un puente cruza hacia el interior del Teatro La Lira. Su forma, ligeramente arqueada y la barandilla, que se adelanta sobre el paseo, invita a atravesarlo. Compuesto por dos plataformas a distinta altura con un escalón intermedio, el puente ofrece dos caras: una cerrada, con un peto metálico que se prolonga en el plano horizontal con un forjado continuo y otra permeable, con perfiles laminares separados ligeramente entre sí, formando estructuras en L, resolviendo barandilla y suelo con el mismo elemento y dejando entrever las aguas del río a nuestros pies. Entre estas dos “partes/plataformas” del puente se coloca a mitad de recorrido un banco para poder sentarse y admirar el paisaje. Ya en el otro lado del cauce, bajo la gran cubierta de la plaza, vemos como la gran celosía da forma al aire entre las medianeras. En uno de los lados, adosado al muro, hay una cafetería y un pequeño vestíbulo de acceso que baja a la planta inferior bajo la plaza, donde se halla un centro cultural. La envolvente que talla este vacío se compone de lamas metálicas alargadas, dispuestas en vertical y ligeramente separadas unas de otras, de tal forma que luz y aire consiguen traspasar, así como una incipiente vegetación . Los dos muros que configuran este espacio, parten en diagonal de sus vértices, introduciéndonos hacia el interior del espacio, y enlazando con la estrecha calle al otro lado.
92
[129]Puente Teatro Espacio Público Teatro La Lira
El espacio del Teatro la Lira no es más que un estudiado recorrido que se articula a través de un gran vacío. Un vacío, que es silencio a la vez, entidades intercambiables, capaces ambas de transformar la experiencia, de alejar la presión visual que diluye la misma mirada, que anula aquel ver lo que nos sale al encuentro. Un vacío, que se propone como interrogación visual. Una propuesta de detención temporal, […] donde la ausencia de lo que fue se sustancia en lo rememorado. 14
[130] Interior Espacio Público Teatro La Lira
[131] Acceso desde la calle al Espacio Público Teatro La Lira
El vacío de Ripoll es ahora un profundo umbral, que acoge nuestra incursión en el casco urbano, graduándola a través de un espacio intermediario que hace de nexo entre lo disperso y lo denso, que tiende a desaparecer con la forma dinámica del puente, que nos lleva de una orilla a otra y nos transporta. Sus medianeras llegan en diagonal al vértice con la calle estrecha en la que desemboca este gran vacío, dando aire a este encuentro de lo contrario violento, recogiendo en su forma los recorridos en diagonal de las personas que entran y salen de la plaza, con la celosía que envuelve este espacio y quiere desaparecer. En su encuentro con la calle, esta estructura de lamas metálicas que sirve de envoltorio a este espacio se densifica como consecuencia de su entorno, actuando como marco del espacio que envuelve y lidiando con la presencia de los edificios adyacentes. De igual manera, las dos caras del puente resultan de la lectura del lugar, cerrándose hacia el paso para vehículos a sus espaldas y abriéndose hacia el paseo y el cauce del río, en el otro lado. El Teatro La Lira es, en efecto, una obra que reflexiona profundamente sobre el espacio arquitectónico contemporáneo, dedicándose de lleno a experimentar, hasta las últimas consecuencias, en disolver los límites para desarrollar al máximo las posibilidades del vacío y, por tanto, del espacio. 29
93
D Final
10. Conclusiones
97
11. Notas
100
12. Bibliografía
103
13. Créditos
105
[132] Fachada Espacio BarberĂ
96
10. Conclusiones
T
ras un largo recorrido llego a los renglones finales de este viaje personal a través de la región de la Garrotxa. Un viaje de carácter no solo arquitectónico, sino también cultural, que engloba diferentes tradiciones con su geografía y su historia. Conocer de primera mano el entorno en el que se han gestado las primeras obras de RCR me ha permitido comprender muchos de los aspectos que antes no llegaba a descifrar, y a descubrir un sinfín de pequeños gestos que logran la armonía de sus intervenciones con el paisaje. Y bien, he de decir, que la unidad que caracteriza sus proyectos no se puede explicar a través de la mera suma de sus partes, sino mediante sus relaciones. He asumido, finalmente, gracias a la insistencia de tantos profesores a lo largo de este trayecto, que la arquitectura forma parte del arte de vivir y que ésta puede mejorar sustancialmente nuestras vidas. Este viaje comienza en 2015, cuando visité Japón durante un periodo de tres semanas para conocer la obra de Tadao Ando. Fue entonces cuando comencé a percatarme del valor capital de la implantación de la arquitectura en su entorno así como de la necesidad de refugiarnos del caos de las grandes metrópolis. Fue grande mi impresión, cuando tiempo más tarde, investigando para este trabajo, descubrí la fascinación e inspiración de Aranda, Pigem i Villalta por su arquitectura. Ellos comparten un profundo respeto por la historia, que son capaces de reinventar a través de la abstracción y de adaptar a nuestras nuevas necesidades sin perder la esencia. Es entonces cuando empecé a percatarme de la forma de trabajar de este peculiar estudio. El motivo por el que decidí investigar a estos arquitectos nace principalmente por la admiración que su arquitectura despertaba en mí; por la necesidad de saber cómo eran capaces de concentrar todas las intervenciones en esos volúmenes perfectamente esculpidos, posados en el terreno como esculturas. Ahora que creo haber descubierto lo que los impulsa, soy consciente del valor real de sus aportaciones a la arquitectura contemporánea. Los proyectos que en un inicio más me llamaban la atención pasaron a un segundo plano, para descubrir otros, a simple vista menos llamativos, pero que escondían valores ocultos, que no solo se experimentan con los ojos sino que hay que vivir. Una de las mejores aportaciones de este viaje ha sido, sin lugar a dudas, la visita a las bodegas Bell-Lloc que me han permitido experimentar perso-
nalmente la capacidad de sugestión de la arquitectura. No sólo se explotan aquí las cualidades visuales de un material, sino su textura, sonoridad, olor y forma que consiguen transmitir al espacio. Su arquitectura se podría entender como ‘neo-germinal’. Se mueve entre el difuso campo de lo remoto y lo que ha de llegar. Pero su valor no reside en la diversidad de formas o fuentes en las que se inspiran (que por sus volúmenes puros pueda recordar a dólmenes o templos o a tiempos pasados) sino en los contenidos y relaciones que con capaces de leer en esas referencias y que insuflan en sus proyectos. Y para poder llevar a cabo esta búsqueda, no se pueden limitar a adaptarse a su entorno natural, sino que, con sus estudios El Fluvià como pretexto o Las casas del payés, enlazan con el pasado que traen a un presente reinventado como reflejo de su valor. Las aguadas que preceden a los proyectos concentran esas primeras intenciones, ese origen, ese germen en el que fundamentan su proceso de creación. Sus composiciones difícilmente se pueden encasillar en una tendencia en particular, ya que a través de su íntimo proceso de abstracción son capaces de filtrar las diversas fuentes de las que se apropian, se alimentan y finalmente hacen suyas. Sin embargo, los rasgos más característicos de su arquitectura no dejan de ser legibles y pronto podemos establecer similitudes conceptuales y estéticas con el arte más innovador del siglo XX: en lo materiales, en sus texturas, en los colores que utilizan y en las formas geométricas y procesos de implantación de sus proyectos, que están ligadas al land art, al constructivismo, al op art y al minimalismo. No creo que hayan querido asimilar o tratar de copiar estos movimientos artísticos, sino más bien que lo aquellos con los que se identifican han pasado a formar parte de su lenguaje arquitectónico de una manera natural. Capaces de localizar dónde se oculta la verdadera intención o voluntad de sus referencias, fácilmente pueden extrapolarlas e incorporarlas a su proceso creativo. En las últimas décadas, el desarrollo de nuestra civilización ha experimentado un crecimiento exponencial guiado por la revolución tecnológica de este siglo, capaz de unir los extremos del planeta a golpe de ratón. Conscientes de la globalización a la que esta sociedad esta avocada, no hay solución que no pase por la necesidad de desdibujar los lí-
97
98
mites y fronteras, ya sea en la transición de los espacios del interior hacia el exterior, entre las distintas disciplinas del arte y la arquitectura o entre la tecnología punta y nuestras necesidades primitivas. Una exigencia vital que los arquitectos han sabido reconocer e incorporar en su arquitectura, desde el concepto inicial hasta su realización. Quizás, es unos de los factores por los que, a pesar de haberse mantenido “al margen del mundo”, han sido reconocidos dentro del panorama arquitectónico internacional. Esta región de Cataluña, tan intensa y particular, en la que han desarrollado los proyectos que he estudiado, es una parte integral de la obra de RCR: una inspiración deliberada resultado de una inevitable influencia que ha servido como anclaje y contexto para su arquitectura. Su filosofía, que transgrede los estándares tipológicos, persigue una complicidad con el terreno en el que se inserta, consiguiendo una sinergia inevitable con sabor a La Garrotxa. Sinergia, no solo entre arquitectura y paisaje, sino entre espacio y morador, entre modernidad y tradición. Sinergia que da forma también a su manera de trabajar, esa creatividad compartida, que tan bien define el crítico de arquitectura W.J.R. Curtis, como un grupo de jazz complementándose entre ellos e “improvisando”, estableciendo un intenso diálogo que nutre sus proyectos. Este complejo proceso de creación, se enriquece con una larga lista de colaboradores repartidos por el mundo, aunando disciplinas y rigiéndose por una misma directriz: la comunión de las partes en una unidad armoniosa.
99
1
Richard Ingersonn, “Hijos de Vulcano”, AV Monografías 137, Madrid, 2009.
2
J. Gasquet, “Cezanne: Lo que vi y lo que me dijo”, GADIR, Madrid, 1989.
3
RCR, “Entrevista con Kobanawa y K. Fuji”, A+U 15:11, Tokyo, 2015.
4
A+U, “Intimate Landscape of Rafael Carme Ramón”, A+U 15:11, Tokyo, 2015.
5
Rafael Aranda, El Fluvià com a pretext:estudi i intervenció en el paisatge, Diputación de Gerona, 1993.
Joan Nogué i Font, “Intervención y Paisaje Cultural”, El Fluvià com a pretext:estudi i intervenció en el paisatge, Rafael Aranda, Diputación de Gerona, 1993. 6
7
Alain Roger, Breve tratado del Paisaje, Biblioteca Austral, Madrid, 2007.
Rosa Barba Casanova, “Reflexiones: el nuevo significado de paisaje”, El Fluvià com a pretext:estudi i intervenció en el paisatge, Rafael Aranda, Diputación de Gerona, 1993. 8
VV.AA., Les Cases que no criden, La casa de Payes al Parc Natural de la zona Volcánica de la Garrotxa, Generalitat de Catalunya, 2011. 9
Antoni Puigverd, “Las Casas Silencionas”, Les Cases que no criden, La casa de Payes al Parc Natural de la zona Volcánica de la Garrotxa, VV.AA., Generalitat de Catalunya, 2011. 10
11
RCR, “Barberí Space, RCR Office”, A+U 15:11, Tokyo, 2015.
12
Escrito no publicado, sin título cedido por los autores RCR.
13
Marc Checinski, “The Office an impresionist ballad”, A+U 15:11, Tokyo, 2015.
Juan Miguel Hernández León, “Activar Paisajes”, Obra Construida RCR Arquitectes, Fundación ICO, Madrid, 2016. 14
Leo Spitzer, Idea Clásica y cristiana de la armonía del mundo. Prolengómenos a una interpretación de la palabra Stimmung, Abada Editores, Madrid, 2008. 15
16
Johan Wolfgang Goethe, Las desventuras del joven Werther, Reclams Universal Bibliothek, Berlín, 2001.
17
Umberto Pasti, Jardines. Los verdaderos y los otros, ELBA, Barcelona, 2014.
100
11. Notas
18
Rafael Moneo, “Paradigmas de fin de siglo”, El Croquis nº 98, Madrid, 1999.
19
RCR, “Landscape”, A+U 15:11, Tokyo, 2015.
20
Rosalba Diaz, “Cueva del Viento, el susurro de la conciencia”, www.rosalbadiaz.com, 2014.
21
Enric Battle i Durany, “The secret gardens of RCR”, A+U 15:11, Tokyo, 2015.
22
Robert Smithson, Robert Smithson, the collected writings, University of South California, Los Angeles, 1996.
23
Richard Long, Reproducido en Richard Long 2007, op. cit, p, 27.
24
Tanizaki, El Elogio de la Sombra, Biblioteca Ensayo Simelo, Madrid, 2012.
25
Jesper Wachtmeister, Kochuu, Arquia Documental 23, Madrid, 2012.
26
William Curtis, Entre Abstracción y la Naturaleza, Gustavo Gil, 2005.
27
Encuentros de Arquitectura AE, Conferencia de Rafael Aranda, Auditorio Malba, Buenos Aires, 2014.
28
RCR, Entrevista, El Croquis nº 162, Madrid, 2012.
29
Josep Maria Montaner, “Universo RCR”, El Croquis nº 162, Madrid, 2012
101
102
12. Bibliografía
− Breve Tratado sobre el Paisaje, Alain Roger. − El Paisaje Construido, Miguel Aguiló. − Existencia, Espacio y Arquitectura, Cristian Norbert-Schulz. − El Fluviá com a pretext. Estudi i intevenció en el paisatge, Rafael Aranda. − Les Cases que no criden. La casa de Pagès al Parc Natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa. Antoni Puigverd, Rafael Aranda, Carme Pigem, Ramón Vilalta. − Jardines. Los verdaderos y los otros, Umberto Pasti. − Kochuu. Arquitectura Japonesa. Influencias y Origen, Botond Bognar, Jesper Wachtmeister. − El Elogio de la Sombra, Tanizaki. − Abstraction and Transcendence: Nature, Shintai, and Geometry in the Architecture of Tadao Ando, Pham Thanh Hien. − RCR Arquitectes. Journey. Revista A+U Nr. 15:11 542. − RCR Arquitectes. International Portfolio. AV Monografías 175 (2015). − RCR Arquitectes 1991-2010. AV Monografías 137 (2009). − RCR Arquitectes 2007-2012. Abstracción Poética. El Croquis 162. − RCR Arquitectes 2003-2007. Los atributos de la naturaleza. El Croquis 138. − Obra Construida. RCR Arquitectes. Activar Paisajes. Fundación ICO. − RCR: Aranda, Pigem Vilalta Arquitectes. William J.R.Curtis. − Encuentros de Arquitectura AE, Conferencia de Rafael Aranda en el Auditorio MALBA, Buenos Aires, Youtube. − Exposición RCR Arquitectes. Creatividad Compartida. Museo ICO. − Charla: “Las sombras del tiempo: Ecos de “El viaje a Oriente” de Le Corbusier” en el Palazzo Baldassini. − La estructura de las sombras: Bell Lloc. William J.R. Curtis
103
104
13. Créditos
[1] Vistas a Olot desde el Volcán Montsacopa, Paco CG, www.flickr.com [2] Pintura paisajista de Olot, El Espantapájaros, Joaquim Vayreda , Google Art Projet, 1885 [3] Pintura paisajista de Olot, Camp de Fajol, Joaquim Vayreda, Google Art Project, 188 0 [4] El río Fluvià, www.google.es [5] Mas Ruibrugent, RCR Arquitectos [6] Mas del Solà, RCR Arquiectos [7] Plano de Olot, Localización de los proyectos, Fundación ICO, RCR Arquitectos [8] Ruta del Viaje por Cataluña, Fundación ICO, RCR Arquitectos [9] Patio Interior Espacio Barberí, A+U 15:11 [10] Plantas Espacio Barberí, AV Monografías 137 [11] Aguada Situación Espacio Barberí, AV Monografías [12] Corredor de Acceso Espacio Barberí, A+U 15:11 [13] Patio de Acceso Espacio Barberí, A+U 15:11 [14] Vista segunda planta del espacio para becarios hacie el patio, Luis Betancor [15] Espacio polivalente de la nave, RCR Arquitectos [16] Despacho de los arquitectos, RCR Arquitectos [17] Zona de Colaboradores, AV Monografías 137 [18] Ventanal hacia el patio interior, RCR Arquitectos [20] Pabellón de los sueños, A+U 15:11 [21] Interior del pabellón de los sueños, A+U 15:11 [22] Hombre y Mujer Nube, A+U 15:11 [23] Núcleo de Comunicaciones, A+U 15:11 [24] Patio Interior de Acceso, AV Monografías 137 [25] Banco de Inglaterra, Pintura de Joseph Gandy
105
[26] Patio Espacio Barberí, A+U 15:11 [27] Casa M-Lidia, Obra construida RCR Arquitectes, Fundación ICO [28] Sala de Barricas, Bodegas Bell-Lloc, Jaume Prat, www.flickr.com [30] Ilustración camino de acceso Bodegas Bell-Lloc, Eugeni Pons, Plataforma Arquitectura [31] Planta Bodegas Bell-Lloc, RCR Arquitectos [32] Camino de Acceso Bodegas Bell-Lloc, www.brugarol.com [32] Era Masía Bell-Lloc, Luis Betancor [33] Viñas y acceso corredor principal Bodegas Bell-Lloc, Luis Betancor [34] Viñas y acceso corredor principal Bodegas Bell-Lloc, Luis Betancor [35] Interior del corredor principal Bodegas Bell-Lloc, Jaume Prat, www.flickr.es [36] Estanterías de Botellas, Corredor Interior Bodegas Bell-Lloc, Rodrigo Martínez, www.flickr.es [37] Sala de catas, Bodegas Bell-Lloc, AV Monografías 137 [38] Teatro interior, Bodegas Bell-Lloc, Antoni Cases, www.flickr.es [39] Corredores Interiores, Bodegas Bell-Lloc, AV Monografías [40] Bodegas vista desde vertiente del Bosque, Antoni Pons, Plataforma Arquitectura [41] Dissplaced/Replaced, Michael Heizer, www.alchetron.com [42] Double Negative, Michael Heizer, www.area-arch.it [43] Pabellón Estadio de Atletismo, Eric Rusiñol, www.flickr.com [44] Heaven and Earth, Richard Long, www.londontown.com [45] Corredor principal Bodegas Bell-Lloc, Antoni Cases, www.flickr.com [46] Vistas hacia el patio desde el corredor principal Bodegas Bell-Lloc, Luis Betancor [47] Templo del Agua de Tadao Ando, Chris Schroeer-helermann, www.flickr.com [48] Templo del Agua de Tadao Ando, Chris Schroeer-helermann, www.flickr.com [49] Templo del Agua de Tadao Ando, Chris Schroeer-helermann, www.flickr.com [45] Templo del Agua de Tadao Ando, Chris Schroeer-helermann, www.flickr.com [46] Museo de Arte Contemporáneo de Naoshima, www.geodisseny.com [47] Museo de Arte Contemporáneo de Naoshima, www.geodisseny.com [48] Museo de Arte Contemporáneo de Naoshima, www.choisart.com [49] Inmediaciones de Olot, Fageda d’en Jordà, Santi MB, www.flickr,com [50] Aguada Situación Estadio de Atletismo y Pabellón de baños, RCR [51] Camino Estadio Atletismo, Eric Rusiñol, www.flickr.es [52] Panorámica Espacio Urbano Volcánico, Luis Betancor [53] Acceso al Aparcamiento, Espacio Urbano Volcánico, Luis Betancor [54] Mobiliario Urbano, Luis Betancor
106
[55] Pavimento Espacio Urbano Volcánico, Luis Betancor [56] Núcleos de Comunicación Aparcamiento, Plataforma Arquitectura [57] Sendas Gredal del Montasacopa, Luis Betancor [58] Incisiones Gredal del Montsacopa, www.metalocus.com [59] Incisiones Gredal del Montsacopa, www.metalocus.com [60] Dissipate, Michael Heizer, www.pinterest.com [61] Planta Pabellón de Baños, AV Monografías 137 [62] Plano de situación Pabellón de Baños, AV Monografías 137 [63] Aguadas de concepto, Pabellón de Baños, AV Monografías 137 [64] Carrer Sant Narcis, Google Earth [65] Pabellón de Baños, AV Monografías 137 [66] Panorámica Pabellón de Baños, Luis Betancor [67] Mobiliario urbano Pabellón de Baños, Forgemind Webuse, www.flickr.es [68] Trama Arbolado Pabellón de Baños, Forgemind Webuse, www.flickr.es [69] Volúmenes Pabellón de Baños, Joan Massagué, www.flickr.es [70] Pabellón de Acceso Estadio de Atletismo, Luis Betancor [71] Planta Estadio de Atletismo, AV Monografías 137 [72] Plano de Situación Estadio de Atletismo, AV Monografías 137 [73]Panorámica Pabellón de Acceso Estadio de Atletismo, Luis Betancor [74] Panorámica Pabellón de Acceso Estadio de Atletismo, Luis Betancor [43] Pabellón Estadio de Atletismo, Eric Rusiñol, www.flickr.com [75] Rampa de acceso a las pistas, Forgemind Webuse, www.flickr.es [76] Rampa de acceso a las pistas, Forgemind Webuse, www.flickr.es [77] Pistas de Atletismo y gradas, AV Monografías 137 [78] Gradas Esta de Atletismo, Forgemind Webuse, www.flickr.es [79] Planos de vegetación, Estadio de Atletismo, AV Monografías 137 [80] Planta Acceso Parque de Pedra Tosca, AV Monografías 137 [81] Vía del Carrilet, Luis Betancor [82] Acceso Parque de Pedra Tosca, Luis Betancor [83] Acceso Parque de Pedra Tosca, Luis Betancor [84] Interior Acceso Parque de Pedra Tosca, AV Monografías 137 [85] Interior Acceso Parque de Pedra Tosca, AV Monografías 137 [86] Salida Acceso Parque de Pedra Tosca, Luis Betancor [87] Salida Acceso Parque de Pedra Tosca, Luis Betancor
107
[88] Montículos de piedra Parque de Piedra Tosca, AV Monografías 137 [89] Carpa de Les Cols, Jaume Prat, www.flickr.es [90] Masía Les Cols, www.lescols.com [91] Acceso Porticado Restaurante, Luis Betancor [92] Porche Restaurante, Txavier Allue Marti, www.flickr.es [93] Porche visto desde el jardín, www.lescols.com [94] Interior del restaurante, www.lescols.com [95] Nave central restaurante, www.lescols.com [96] Cocina Restaurante Les Cols, AV Monografías 137 [97] Planta Restaurante Les Cols, AV Monografías 137 [98] Patio Interior Cocina Les Cols, Twose, www.flickr.es [99] Camino de Acceso Les Cols, www.blogspot.es [100] Carpa Les Cols, www.google.es [101] Umbral de Entrada Carpa Les Cols, www.arqfasia.com [102] Interior de la Carpa Les Cols, www.blog.bellostes.com [103] Corredor de los Servicios, Carpa Les Cols, Maria Del Monte, www.flickr.es [104] Patios Cocinas, Carpa Les Cols, www.lescols.es [105] Acceso cocinas, Carpa Les Cols, Luis Betancor [106] Planta Carpa Les Cols, RCR Arquitetos [107] Talud perimetral Carpa Les Cols, www.google.es [108] Interior Carpa Les Cols, www.eugeni-pons.com [109] Teatro La Lira, ww.openbuilding.com [110] Pabellón en el estanque, Foto límite inferior de la parcela, Luis Betancor [111] Senda peatonal de Acceso, Pabellón en el estanque, Luis Betancor [112] Acceso vivienda, Pabellón del Estanque, Luis Betancor [113] Envolvente Metálica, Pabellón en el Estanque, Luis Betancor [114] Panorámica estanque y vivienda, Pabellón en el Estanque, Obra Construida RCR arquitectes, Fundación ICO [115] Plano Vivienda, Pabellón del Estanque, AV Monografías 137 [116] Antiguo Molino, Pabellón en el Estanque, Luis Betancor [117] Interior Oficinas (antiguo molino), Pabellón en el Estanque, http://www.pabellonenelestanque.com/ [118] Reflejos Escalera, Pabellón en el estanque, Toni Moll, www.flickr.es [119] Fuente del Bebedero de Luis Barragán, Joaquín Reinas, www.flickr.es [120] Plano Parque la Arboleda, AV Monografías 137
108
[121] Edificó multiusos, Parque la Arboleda, AV Monografías 137 [122] Acceso al Parque, Parque la Arboleda, Luis Betancor [123] Acceso al Parque, Parque la Arboleda, Obra Construida RCR Arquitectes, Fundación ICO [124] Cávea Vegetal, Parque la Arboleda, Obra Construida RCR Arquitectes, Fundación ICO [125] Rampa Acceso Edificio Multiusos, Parque la Arboleda, Luis Betancor [126] Panorámica río Ter y Espacio Público Teatro La Lira, Luis Betancor [127] Espacio Público Teatro La Lira, Luis Betancor [128] Puente Teatro Espacio Público Teatro La Lira, Luis Betancor [129]Puente Teatro Espacio Público Teatro La Lira, Obra Construida RCR Arquitectes, Fundación ICO [130] Interior Espacio Público Teatro La Lira, www.metalocus.com [131] Acceso desde la calle al Espacio Público Teatro La Lira, www.metalocus.com [132] Fachada Espacio Barberí, Luis Betancor
109