Revista La Alcazaba
Año VII Núm. 84 Abril 2017
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Página
Título
DIRECCIÓN:
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Ruta Cervantinoquijotesca
ALFREDO PASTOR UGENA
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Bajo el cielo silencioso de La Mancha
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Túnez un turismo de valor
EDITA:
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La Cumparsita
EL MENTIDERO LITERARIO
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Del pensamiento, la poesía y el ajo
ISSN 2173-2184 MADRID
48
En Lisboa buscando a Fernando Pessoa
Depósito Legal M-4639-2007
56
Ráfagas del Mester de rebeldía
WEB:
62
La gastronomía hsipanoárabe
72
Un recorrido port res Semanas Santas ...
oquendo1957@gmx.com
86
María de Guadalupe
TELF.: (+34) 605434707
92
La comunicación de la pareja
98
Poesía
112
Imágenes y palabras
116
Dos pinturas de un pintor
118
Paseos por el arte de la naturaleza
128
Monasterios y castillos
134
Un lugar para visitar
136
Libros y publicidad
LUIS MANUEL MOLL JUAN
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Ernesto Vieco PUBICIDAD: Asociación de Arte i Cultura El Mentidero DIRECCIÓN POSTAL Revista LA ALCAZABA Av. De Elda, 75, 3º C 03610 Petrer (Alicante) España Telf.: (+34) 605.434.707
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Alfredo Villaverde
Luis F. Leal
Alfredo Pastor
Enrique Gracia Adelina Arranz Aguilera
Jesus Cañas
José M. Mójica Legarre
Luis Manuel Moll
Isidoro A. Montenegro
Manuel López Espino
Miguel Rubio
Washington Daniel Gorosito
Enrique Sancho
Ramiro Lagos
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II PARTE
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García Huetos, nos dice que El Quijote es la biblia de la literatura. En él se encuentra el microcosmos y el macrocosmos, la dualidad del hombre que se fundirá en uno. Y habla de “El Aleph”, aquella narración de Borges en la que Carlos Danieri camina por un túnel al fondo del cual parece atisbar un punto de luz. –Así es El Quijote, la ósmosis entre lo real y lo ideal, la fusión de todos los géneros. Así es también la vida de Cervantes que quiere moverse en un mundo ideal, de creación, como es el de la literatura pero se ve obligado a ejercer un oficio rastreo, el de cobrador de impuestos, para alcanzar finalmente la gloria pero morir arruinado.
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Dejamos ya hace un rato a Los Hinojosos y ya nos aventuramos en la ciudad de Belmonte. Al entrar por la puerta de su recinto amurallado llamada de los Peregrinos, se perciben en el ambiente y entre sus piedras, los pasos de los fantasmas de Doña Juana la Beltraneja, a la que, previo pacto del Marqués de Villena Don Juan Fernández Pacheco, este había prometido entregar a Isabel, la futura Reina Católica.
Imagen superior: Puerta medieval Imagen Inferior: Patio del Palacio del Infante Don Juan Manuel.
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Antiguamente, este pueblo era conocido como Las Chozas; el infante Don Juan Manuel construyó en 1305 un castillo que después sería convento. Más tarde al pueblo le cambiaron el nombre por el de Bello Monte. El Marqué fundó el palacio-castillofortaleza en el año 1470 y la coronó a esta Villa como capital de sus estados respondiendo a su propia leyenda que aún aparece en la entrada: “Una y sin par”.
Dibujo de Belmonte siglo XVII
Una coplilla que todos los belmonteños y belmonteñas conocen: “El castillo de Belmonte es de piedra y durará Así dura la palabra que mi corazón te da. Lavaderos de Belmonte
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Belmonte tiene una importante Colegiata del siglo XV, construida sobre una anterior de origen visigodo. Destaca la sillería del coro, del siglo XV, tallada con historias bíblicas por Enrique Egas y procedente de la Catedral de Cuenca (de donde se trajeron en el siglo XVIII); es la primera sillería de coro tallada con imágenes de toda la Península Ibérica. Posee un órgano del siglo XVIII utilizado todavía para algunas celebraciones y conciertos de música sacra. En la pila bautismal, fue bautizado Fray Luis de León.
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El imponente castillo, destaca sobre toda la ciudad, tiene salas que nada tienen que envidiar a las que podemos encontrar en la Alhambra de Granada. Cervantes, seguramente, a su paso por este lugar, tuvo que pararse a contemplar sus majestuosas murallas, y quizás se adentró en el interior de las mismas.
En Belmonte, algunos cervantistas, sitúan la escena vivida por nuestro Caballero de la Triste Figura, que narra en el capítulo XVII de la Segunda Parte y que se intitula “ De donde se declaró el último punto y extremo adonde llegó y pudo llegar el inaudito de Don Quijote con la felizmente acabada aventura de los leones”.
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Sillería Colegiata de Belmonte
De Belmonte nos llevamos el alma e sus murallas hasta encontrarnos con “otra joya”: la poco conocida Villaescusa de Haro. La Villa que tuvo una universidad “que nunca pudo ser”. El pueblo que más obispos ha dado a este país; “once” en total. Cervantes lo conoció amurallado, seguramente, otra vez, cruzó alguna puerta de ellas: Del Cerezo, del Haro, de las Pilas y del Cubillo, también conocida como “Arrimo de ruecas” porque a su vera se reunían las mujeres para “dar a la rueca” para confeccionar las prendas de lana que después llevarían todas ellas lozanas. Don Diego Ramirez de Fuenleal, tuvo la brillantez idea de levantar en 1507 una capilla para el enterramiento de sus padres de estilo gótico isabelino con cerrajería cincelada en 1491.Este retablo de La Asunción en la iglesia de San Pedro, cuenta con cinco huecos rematados por un baldaquino. Tiene unas tallas finísimas y es posible que en su construcción intervinieron los mejores artífices de la época: Simón de Colonia en la arquitectura, Felipe Vigarny en la escultura y Fray Francisco de Salamanca en la rejería. Y dejamos Villaescusa, como excusándonos de la prisa que tenemos para dirigirnos hacia la Castillo de Garcimuñoz pasando por viejos lugares en los que bien pudo haber sido manteado Sancho Panza. Los cervantistas dicen que pudo haber sido alguna venta situada entre estos parajes repletos de castillos como el de Haro.
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Imรกgenes del Retablo de la Capilla de la Asunciรณn
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Castillo de Haro
No cabe duda: Don Miguel de Cervantes, tuvo que recorrer todos estos lugares, caminos de llanura y consciente el autor de que el protagonista de su obra “caballero de La Mancha” “era el más delicado entendimiento que había en La Mancha” (I, 19), que además era “conocido en toda la región manchega” (I,30), que “ habría de afrontar toda clase de hazañas para honra de Dios, provecho suyo y fama de La Mancha” (I,49) y que, como “el caballero más valiente que ha producido La Mancha” (I,52) habría de ser “honor y gloria de toda La Mancha”.
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Entre viñas y montes y el aprendiz de laguna conocido como Pozo Airon, el romancero se incorpora a los caminantes de la ruta quijotesca. Un romancero que seguramente Cervantes en su avidez de lectura, leyó: “A caça va el rey don Bueso por los montes a correr” Y otro romance creado a final del siglo XVI de autor desconocido: “Doliente estaba don Bueso de amores que no de fiebres; doloridas penas pasa por mirar ojos crueles…” Don Bueso, vecino de La Almarcha, era un idéntico a Barba Azul, después de enamorar y deshonrar a 24 mozas del pueblo y de sus alrededores, las arrojó a la profundidad del pozo antes mencionado, en las que él mismo fue sumergido al luchar y ser vencido por la última de sus enamoradas mozas lugareñas. Pozo Airon
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Castillo de Garcimuñoz. Foto: Ayuntamiento.
Y ya estamos contemplando el castillo de Garcimuñoz. El poeta, caballero de la Orden de Santiago, Jorge Manrique, fue gravemente herido bajo sus murallas en una batalla sostenida contra las huestes del Marqués de Villena, defensor a ultranza de los derechos sucesorios de Doña Juana la Beltraneja. Entre sus versos resuenan aquellos pregonantes de: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar, que es el morir allí van los señoríos, derechos a se acabar
y consumir.” Jorge Manrique murió en la cercana villa de Santa María de Reus. Estos parajes, son tan quijotescos que algunos cervantistas afirman que Cervantes pensó identificarlo con el “lugar de La Mancha”, patria de su personaje. Por estos parajes cruza la vía romana “Complutum” que procedente de Alcalá de Henares llegaba hasta Cartagena.
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El árbol llamado La Chopa
Y nos vamos hacia Alberca del Záncara que conserva en sus calles la austeridad de los pueblos manchegos. En sus inmediaciones encontramos el paraje de Cerro de Motejón, no es espacio protegido, pero se tiene constancia de que fue una fortaleza árabe en la cual existía una fábrica de moneda y timbre. Además en el centro de su pueblo se encuentra un árbol con unos 500 años, “La Chopa”. Cervantes tuvo que estar cerca de él y posiblemente llegó a disfrutar de su sombra comiendo algo de ese manjar asociado con La Mancha, su Quijote y sus rutas: “el queso manchego”.
Molinos en Santa Maria del Campo Reus
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Y seguimos caminando por prados de La Mancha, apenas se nota el cambio del paisaje y vamos viendo los campos que fueron testigos y testimonios a la vez de toda la historia hasta llegar a la “patria” de esa planta sanadora tanto para el cuerpo como para el espíritu; planta poderosa y olfativa, de perdurable recuerdo para propios y extraños. Perfume para algunos y repelente para otros. Hablamos del ajo, “el ajo de las Pedroñeras”. Luis F. Leal nos dice sobre de los ajeros de las Pedroñeras: “Muchas son las horas, que en actitud maternal, pasa el ajero de Las Pedroñeras, cualquiera que sea su edad o sexo, con su cuerpo arqueado hacia la tierra. Su columna ha tomado forma de hoz y al llegar al final del corte –que en ocasiones se hace interminable- levanta sus ojos y los lanza hacia el horizonte, mientras su espíritu sediento de tiempo y de trabajo bebe un trago largo de esperanza. Y así, jornada tras otra. Como distinguido sietemesino, el ajo necesita de grandes y delicados cuidados. Buenos abonos y mejores mimos le dedica el ajero de Las Pedroñeras: la siembra en fecha adecuada, mejo diciembre que enero, la escarda y finalmente la recolección, allá en el mes de julio, cuando el sol arde esplendoroso en la meseta manchega y se refleja en la espadaña de su torre, cuya iglesia es rayana al medioevo.”
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En la universal novela de Cervantes siempre que se hace mención al ajo es para relacionar su olor con la villanía. A ajos le huele a don Quijote la tosca y fea aldeana del Toboso, a ancas sobre una burra, que el iluso caballero toma por Dulcinea:
(Parte II, Cap. XXXV) “… bellaco, harto de ajos…” (Parte II, Cap. XXXI) “Mirad la tal por cual, hija del harto de ajos, y cómo va sentada y tendida en el coche…” (Parte II, Cap. L)
“Porque te hago saber, Sancho, que cuando llegué a subir a Dulcinea sobre su hacanea, según tú dices, que a mí me pareció borrica, me dio un olor de ajos crudos, que me encalabrinó y atosigó el alma”
“Sin embargo el ajo era en tiempos de don Quijote alimento de capital importancia, tanta al menos como la cebolla. El Diccionario de Autoridades” pondera del ajo que “tiene virtud aguda, caliente y vigorosa”, por cuya razón lo considera “socorro grande de la gente trabajadora”. ¡Y cuánta razón encierra el viejo diccionario! Untado en pan, rehogado con migas frito o cocido en las sopas, en gazpacho o en ajo blanco, en salsa al ajillo, mojillo o ajilimoje, en ajiaceite, o ali oli, nunca podía faltar el perfumado condimento y calorífico sustento en la mesa del villano. El refranero popular así lo refrenda: Ajo crudo y vino puro pasan el puerto seguro”. “Vino puro y ajo crudo hacen andar al mozo agudo”.
(Parte II, Cap. X) “El ajo es lo primero que don Quijote proscribe a Sancho cuando parte a gobernar su ínsula, y las expresiones “harto de ajo” o “hijo del harto de ajos” son epítetos de villano que Cervantes pone en boca de sus personajes (don Quijote, la dueña Rodríguez o Sanchica) en varias ocasiones a lo largo de la novela”: “… don villano, harto de ajos, amarraros he a un árbol, desnudo como vuestra madre”.
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El sol se aprieta como los granos de una granada sobre la venta, ya morena de sol y de años, donde Don Quijote con su fiel escudero Sancho Panza, ha pasado la noche, cuando decide abandonarla. La venta está apostada junto a la laguna de Manjavacas (permítaseme la licencia, sin argumento alguno, por falta de espacio), un rincón deleitoso dormido entre los años, a tiro de piedra del lugar conocido con el nombre de Mota del Cuervo. Alonso Quijano, que no ha pegado ojo en toda la noche, monta sobre los lomos estriados de Rocinante, que le mira y da sus quejas con sus ojos gordos, para buscar nuevas aventuras. En la lejanía, a la distancia del sol crecido, presagiando acontecimientos aciagos, algunos metálicos sones se quedan balbucientes en los labios de las campanas, que, madrugadoras, convocan a los fieles moteños a elevar sus corazones al Sumo Hacedor antes de inaugurar su cotidiano trabajo. Sancho Panza que, rezagado, hunde su última corteza de pan en el humo de la sartén de gachas (sazonadas con unos deliciosos dientes de ajo moteño), que unos murcianos le han ofrecido, obliga a Rucio, ante la insistente llamada de
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su amo, a colocarse junto al pilón de piedra que le sirve de escalera para encaramarse sobre su albarda deshilachada. Tan pronto el jumento da sus primeros pasos cuando Sancho masculla una tajada de tocino guardada con sigilo en su jubón. No ha engullido aún el sabroso bocado, cuando observa cómo Rocinante detiene, de repente, su paso, y Don Quijote, colocando su mano derecha de visera, otea el horizonte; limpia su frente con la manga de la camisa, y sin gozar de la verde campiña sembrada de olivos y viñedos, jalonados en torno a la ermita que llaman del Valle, convoca a su escudero y anuncia que, a la vista, tienen una nueva aventura. No está por la labor el amigo Sancho quien, tras el abundante yantar, barrunta cómo la sed hace asiento en su estómago, convertido en gasón de barbecho, pensando dar fin a tal penuria una vez llegados al río Záncara, donde, rodilla en tierra, su mano hará de vaso aprisionando el agua viva, y pone su acento más en la soledad del campo, desnudo de ruidos, que en la gloria que adivina, y anhela, Don Quijote.
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El valeroso caballero, empapado de azul y de sol, bajo el cielo silencioso de La Mancha, contempla gozoso las esperpénticas figuras de los gigantes, en número cercano a la treintena, alineados sobre la cresta de la sierra moteña, hoy denominada Balcón de La Mancha y, adivinando que aquellos malhadados gigantes, cuyos brazos miden hasta dos leguas, son los enemigos de la plácida vida bucólica de Mota del Cuervo, sin dar oídos a las palabras de sus escudero que trata, en vano, de advertirle de la realidad de los molinos de viento, acomete con su lanza, después de encomendarse a la belleza sin par de su señora Doña Dulcinea del Toboso, al primero de la fila, cuya aspa, puesta en movimiento más por el viento que por el golpe recibido, partida la lanza en cien pedazos, derriba al caballo y éste da de bruces en tierra con el caballero. Llegado Sancho al lugar donde se encuentra Don Quijote tumbado sobre la hierba, con los manojos de dedos desparramados sobre su vientre, observa que murmura su dolor enfurecido (¡tan grande había si-
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Oleo de Roberto Domingo
do el golpe!), lo que adivina por el rictus de sus quedas muecas. No ha terminado el escudero la primera fase, cuando ya Don Quijote le recrimina que pueda pensar que ha sido vencido. Un caballero nunca se ve derrotado y sabe muy bien de quién viene tamaño engaño y ofrece a su señora Dulcinea el fruto de su dolor, porque, en el fondo, esa y no otra es la cuestión metafísica; él, si pelea (y es consciente que entra con ellos en fiera y desigual batalla), no lo hace por propia gloria, sino por ofrendar esa gloria, tantas veces soñada y que ahora ve tan próxima, a su amada. Por ello, maltrecho, se levanta con fe y, fabricando una nueva lanza de madera de encina, se apuesta para emprender, camino de Belmonte, nuevas aventuras. Mota del Cuervo. El Balcón de la Mancha. Foto: Oficina Turismo Mota del Cuervo.
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Llegados a este punto, quisiera subrayar no el valor de las figuras del caballero y escudero, sino las de Sancho Panza y Don Quijote. Quisiera recalcar el significado del Sancho, degustador de gachas; del Sancho, degustador de las migas ruleras manchegas; del Sancho, degustador del ajoarriero. Desearía que nos detuviéramos en el Sancho refranero, en el Sancho conversador, ejemplo vivo de aquel sabio labriego manchego que, tocado con su boina o gorra de visera, nos informa del azafrán y de la aceituna, del trigo y del champiñón, de la uva y de la cebada, del ajo y... de sus múltiples utilidades. Sabemos cómo Don Quijote afea, una y otra vez, el amor desmedido que Sancho muestra por los ajos ¿de Mota del Cuervo?, y cómo éste, antes de despedirse de la venta, arrebaña los últimos de las gachas, mientras da buena cuenta del trozo
de pernil amarrado con el dedo pulgar sobre el zoquete de pan. Quisiera, aquí y ahora, poner en valor el Quijote de las ilusiones, el Quijote soñador, el Quijote idealista, símbolo, su vez, de aquel gañan que, al atardecer, se dirige con su epilepsiaco sosiego en busca del merecido descanso y, llegado a la paz del hogar, su espíritu, sediento de tiempo y de trabajo, bebe un trago largo de esperanza, bebe un trago largo de ilusiones, para, a la jornada siguiente, hacer frente a una nueva aventura, que bien podría ser no la de arremeter contra los molinos de viento, sino la de remozar esos mismo molinos de viento, otrora vigía y hoy símbolo emblemático de Mota del Cuervo, asentados en el Balcón de La Mancha.
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Adelina Arranz Aguilera. Alfredo Pastor Ugena FotografĂa: Laura Pastor Arranz
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Entre los días 22 y 28 de febrero pasado, un grupo de periodistas y escritores de turismo, miembros de FEPET, celebramos en Túnez un encuentro internacional de turismo donde tuvimos ocasión de contactar con la decadente coyuntura turística que vive este país en la actualidad. Para reactivar esta situación, tres son los objetivos que se han marcado las autoridades tunecinas en su intento de sacar del pozo al sector turístico, como ha explicado el director de la Oficina Nacional de Turismo, Abdellatif Hamam. Primero, garantizar la seguridad; segundo, combatir el terrorismo (que no es sólo un problema de Túnez sino de toda la Comunidad Internacional) y el extremismo con los recursos propios y la ayuda de sus socios internacionales y, tercero, escuchar a «clientes, amigos y socios» para desarrollar las estrategias que faciliten la «reconstrucción» del sector.
Ciertamente, desplazar la pesada losa de la desconfianza que bloquea a los turistas para viajar a este país es complicado, a pesar de que Túnez es el único país de los salpicados por las revoluciones de la Primavera Árabe donde la senda democrática se mantiene abierta cinco años después del levantamiento popular. Es más, el cuarteto nombrado para facilitar el diálogo político tras la conocida como Revolución de los Jazmines que puso fin al régimen del presidente Ben Alí fue galardonado en 2015 con el Premio Nobel de la Paz.
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No debemos olvidar que Túnez es el paradigma de transición democrática tras la primavera árabe de 2011. Es uno de los países más laicos del mundo árabe y sus playas y clubes nocturnos en el Mediterráneo han sido y, de alguna manera, populares entre los visitantes europeos. Pero el turismo ha caído en picado. En lo que concierne a España en 2016, 12.000 españoles viajaron a Túnez frente a los 100.000 que se desplazaban en 2008. Sin embargo, 35.000 tunecinos llegan cada año a España.
Hechas estas apreciaciones previas, tenemos que poner en valor nuestras experiencias durante estos días donde encontramos un gran halo de hospitalidad, seguridad, cariño y atenciones de todo tipo, comenzando por la magnífica compañía aérea estatal Tunisairfundada en 1948- que utilizamos para desplazarnos a este país magrebí e incluso por su interior como fue el vuelo Isla de Yebra-Túnez, capital, más antigua que la propia Cartago, aunque fue rápidamente eclipsada por la gran ciudad púnica. Tras la conquista árabe se convirtió en la segunda ciudad del país después de Kairouán. A partir del año 1160 pasó a ser la capital del país y comenzóa desarrollar un gran papel intelectual y religioso.
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Calle de La Medina, Túnez
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Por qué merece la pena visitar Túnez? Vamos a seleccionar una especie de pléyade de lugares, parajes y sitios de ensueño, que visitamos y que justifican positivamente una estancia en este pequeño país magrebí. Sería imposible en este espacio que nos brinda la Revista La Alcazaba, realizar una somera descripción de todo aquello que nos gustaría escribir para la promoción de Túnez.
En primer lugar, cerca de Túnez observamos la belleza de uno de los pueblos más bellos del Mediterráneo: Sidi Bou Said, localidad costera situada a unos 20 km de la ciudad de Túnez, en una preciosa atalaya desde donde se puede acariciar con la vista una bahía de un nivel estético alto. Es la joya mediterránea de Túnez, situada en el golfo del mismo nombre. Sus calles engalanadas de puestos de venta nativos que ofrecen artesanía, productos de cuero, etc., que ofrecen a los visitantes con la mayor hospitalidad, cercanía y simpatía en el trato. Pasear por Sidi Bou Said es un auténtico placer. La calle principal está llena de tiendas de souvenirs y mucho ajetreo de turistas y gente del pueblo, en un ambiente agradable y animado que invita a curiosear, regatear y disfrutar. Es muy típico tomarse un té con menta y piñones en el Café des Nattes (café de las esteras), llamado así porque su suelo está lleno de esteras y que puede que sea el lugar más conocido de la ciudad, visitado en otros tiempos por personajes de la literatura y el arte como Oscar Wilde, Guy de Maupassant, André Guide, Simone de Beauvoir, Le Corbousier, Palu Klee o Paul Sartre, entre otros. Merece la pena visitar asimismo el
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Entrada al café des Nattes
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Café des Delices muy cerca del anterior y con unas vistas magníficas del puerto de Sidi Bou Said. Una de las razones por la que destaca como ciudad turística son las fachadas de sus casas, que desde 1920 deben estar pintadas de blanco y sus puertas y ventanas, de azul celeste. Recordar las huellas presenciales en estos lugares de muchos de los judíos expulsados de España en 1492 por los reyes Católicos y que se refugiaron en los países del norte de África, llevando su cultura y arquitectura, y estableciendo vínculos que a pesar del tiempo siguen manteniéndose con sus influencias notorias. Cerca también de Túnez visitamos los restos de la antigua Cartago púnica y romana, especialmente las termas de Antonino Pío. Recordemos que Cartago fue “ una importante ciudad de la Antigüedad, fundada por los cartagineses procedentes de Tiro en un enclave costero del norte de África, a 17 km de la actual ciudad de Túnez”. Fundada, pues, por mercaderes fenicios hace casi tres mil años, Cartago llegó a ser una potencia capaz de disputar a Roma la hegemonía del Mediterráneo, dirigida por la familia de los Barcaentre los que destacaron Amilcar Barca, y Aníbal- hasta que los le-
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gionarios de Escipión la arrasaron. Siglos más tarde, con Adriano, llegaría a ser la segunda ciudad más importante del Imperio, después de Roma. Tras pasar por numerosos períodos de decadencia y resurgimiento, su soberbio emplazamiento sobre el golfo de Túnez y su clima sin par la han convertido en la actualidad en una ciudad jardín que muestra orgullosa al mundo las ruinas de su glorioso pasado. Quizá lo más extraordinario de la época fenicia fueran los llamados puertos Púnicos, uno mercante y otro militar, ambos comunicados por un canal. Mientras el puerto mercante estaba jalonado de almacenes y tenía acceso directo al mar, el puerto militar se hallaba encerrado por una imponente edificación circular y una especie de isla artificial techada en el centro, donde se escondían y reparaban cientos de navíos de guerra, que quedaban así ocultos a la vista del enemigo. En la época romana, Adriano convirtió a Cartago en una urbe de casi medio millón de habitantes, que competía con Roma y Alejandría. De esa época, quedan en Cartago numerosas ruinas como las termas de Antonino Pío o el Anfiteatro, aunque ninguna tan importante como el llamado Templo de las Aguas, en Zaghouan, un hontanar de donde se obtenía el agua para abastecer la ciudad por medio de un acueducto de 132 kilómetros, muchos de cuyos tramos aún se encuentran en pie.
Teatro de Adriano. Cartago
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La isla de Yerba es otro paradigma de belleza natural a destacar por su situación en el Golfo de Gabés, al sur del país- y su historia, que hacen de ella un paraíso de calma y paisajes idílicos. Mediterránea y sahariana a la vez, fascina desde la época de Homero: Ulises probó aquí “el loto”, fruto delicioso que hace desaparecer cualquier deseo de marcharse. Isla cuyo pasado se pierde en la noche de los tiempos y cuyo destacable litoral da a la costa un aire lánguido. Yerba es asimismo un balneario para las variadas actividades en las que practicar a su aire deportes, relajarse o descubrir el relax. Maravilla al visitante por su suavidad y su decorado paradisíaco. Como hemos apuntado anteriormente, esta isla que encantó el legendario Interior Sinagoga Ghriba. Isla de Yebra.. Foto Laura Pastor Ulises fue cartaginesa antes de ser romana. Invadida a continuación por los vándalos y los bizantinos, fue conquistada por los árabes en el año 667. En el siglo XI, fue devastada por las tribus hilalianas, venidas de Oriente. En la actualidad, Djerba cuenta con alrededor de 80.000 habitantes y posee unas playas muy bellas que suponen una décima parte del litoral tunecino. El pueblo judío más antiguo de Djerba, Erriadh, alberga la sinagoga del Ghriba, donde todos los años tiene lugar un peregrinaje que atrae a creyentes judíos de todos los países. Esta sinagoga tiene una de las torás más antiguas del mundo.
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Rincón de Sidi Bou Said, Túnez. Foto: Laura Pastor
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Danzantes. Isla de Yebra. Foto Laura Pastor
museo de Guellala, Foto: Laura Pastor
En el museo de Guellala, merece la pena visitar los talleres de alfarería donde hay una prensa de aceitunas en perfecto estado. Es uno de los espacios culturales más importantes del país, donde observamos múltiples ejemplos de tradiciones,
costumbres, arquitectura, música tradiconal, trajes típicos, etc. No podemos terminar sin incitar a la visita de El Museo Nacional de El Bardo, situado en Túnez capital, instalado en el antiguo palacio de los beys de esta ciudad.
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Triunfo de Neptuno que se encuentra en el interior del Museo Nacional El Bardo, fue encontrado en el atrio de una residencia romana en Chebba y está fechado entre los años 130 y 150 d.C. En él se representan varias escenas, de ahí que algunos lo reconozcan con el nombre de Neptuno y las cuatro estaciones. En el centro de este magnífico pavimento, dentro de un medallón, aparece la figura del dios Neptuno que permanece de pie de manera majestuosa. Está subido en una cuadriga tirada por cuatro vigorosos hipocampos (caballos marinos) y permanece escoltado por las figuras de un tritón a la izquierda, y a la derecha; una nereida (ninfa del mar). No pasan desapercibidos detalles como el halo en la cabeza del dios o el tridente de su mano izquierda. En las esquinas del mosaico, enmarcadas con el dibujo de plantas relacionadas con cada estación (trigo, olivo, vid y rosas), están representadas cuatro figuras femeninas que simbolizan las estaciones del año. Al mismo tiempo, en el centro de los cuatro laterales, se han representado animales y actividades relacionadas con los ciclos agrícolas de cada estación (siembra, cose-
La inauguración oficial del museo tuvo lugar el 7 de mayo de 1888 con el nombre de Museo Alaoui, tomado del soberano reinante Ali Bey (1882-1902). Se trata de uno de los museos más grandes del Mediterráneo, y presenta una variedad de piezas arqueológicas y de la historia de Túnez correspondientes del cruce de muchas culturas a lo largo de varios milenios. alberga una de las mejores colecciones de mosaicos romanos del mundo, verdadera-
mente excepcionales. Muchos de ellos pertenecen al periodo comprendido entre los siglos II y VI d.C. Entre las obras maestras, «El triunfo de Neptuno», de 13 por 8 metros, del siglo II, el mayor mosaico vertical del mundo. En las tres plantas del edificio, se reparten 34 salas con obras procedentes en muchos casos de las excavaciones arqueológicas de Cartago, Útica, Hadrumetum o Dougga.
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Ruinas de las viviendas bereberes
Por último destacar la visita realizada a las viviendas bereberes trogloditas de los ksoursos cercanas al desierto del Sáhara y a la frontera con Libia, tras pasar por Tataouine (“manatial de agua”). Esta región de Tataouine es conocida por la característica arquitectónica de formas redondeadas del color arena. También descubrimos curiosas localidades, a lo largo de la famosa carretera de los "ksour". Chenini,(una espléndida ciudad bereber construida sobre un imponente promontorio rocoso que domina un valle serpentiforme.) en Matmata encontramos unas construcciones únicas, excavadas en la roca viva: las casas trogloditas. Estas viviendas son muy curiosas, un conjunto de galerías cavadas que desembocan en salas bastante amplias. La roca aísla del sofocante calor tunecino de una forma asombrosa, bajando unos 6º o más la temperatura en cuanto damos un par de pasos dentro. Suelen tener un patio abierto al cielo que sirve de separación y comunicación con las distintas estancias de la casa, en una distribución bastante centralizada. Es curioso cómo algunas habitaciones se disponen en forma de litera, teniendo que subir por escaleras a las superiores; una buena forma de ahorrarse trabajo cavando estancias grandes que pueden hundirse fácilmen-
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Interior de una vivienda bereber. Foto: Laura Pastor
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Zoco de Túnez.
te. El ganado también lo refugiaban en estas construcciones, pero siempre separados de donde viven ellos. En muchas de las puertas hay dibujados peces y una jamsa a modo de símbolos protectores. Contrariamente a lo que se cree, no tienen ningún significado religioso en su origen, que es pagano. El pez es un simboliza la abundancia y la jamsa protege de la mala suerte y el mal de ojo, lo que en conjunto representa un hechizo poderoso. Muchas religiones los han adoptado como propios, pero los bereberes los han usado desde antes de conocer el Islam.
Estos parajes y lugares descritos justifican la presencia turística de los visitantes potenciales a Túnez que desde estas páginas alentamos. No obstante hay muchas cosas que superar en la infraestructura turística actual de Túnez que las autoridades lograrán, sin duda, con el esfuerzo , la inquietud y las ganas de volver a atraer al turismo y superar las cifras habidas en otros tiempos.
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Es uruguayo y lo compuso el estudiante universitario Gerardo Matos RodrĂguez como marchita para una comparsa del carnaval de Montevideo. Hoy es el himno popular y cultural del paĂs oriental.
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En los últimos estertores del invierno del Sur, la hermosa Montevideo capital de la República Oriental del Uruguay en el emblemático Palacio Salvo, inició los festejos de lo que el Gobierno Nacional por medio del Parlamento declarara el 2017 como año de la celebración del “Centenario de La Cumparsita”, emblemático tango creado por el pianista y poeta uruguayo Gerardo Matos Rodríguez, al consagrarse los 100 años de su estreno en el Bar “La Giralda”, el 19 de abril de 1917. Recordemos que La Cumparsita, no sólo es reconocido por ser el “Himno de los Tangos”, sino como el más representativo del género, inscripto en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, el 30 de septiembre del 2009. Ese año, Montevideo y Buenos Aires, presentaron ante la UNESCO la solicitud para que éste fuera declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, al obtener el fallo a favor, los estados uruguayo y argentino quedaron comprometidos a promover políticas para el conocimiento y desarrollo del Tango a nivel nacional e internacional.
Gerardo Matos Rodríguez , frente a partituras de su tango en la ciudad de Montevideo apr. 1930
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Según el uruguayo Horacio Ferrer, otro poeta del tango, Gerardo Hernán Matos Rodríguez (Becho) compuso en 1917 La Cumparsita en el piano de la Federación de Estudiantes del Uruguay. Lo estrenó en el café La Giralda del impresionante Palacio Salvo, ejecutado por la orquesta porteña del magistral director Roberto Firpo. Posteriormente vendería la obra por una buena suma para la época, treinta pesos y cincuenta ejemplares papel de la misma a la editorial Breyer de Buenos Aires, recuperando luego en 1923 sus derechos de propiedad gracias a varios amigos miembros de la Asociación Argentina de Autores y Compositores de Música.
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Posteriormente Matos Rodríguez se alejaría de Montevideo, vivió en París y Buenos Aires, desempeñando tareas diplomáticas como Cónsul uruguayo en Alemania. En 1931, colaboró en la musicalización de la película “Luces de Buenos Aires”, filmada en Joinville, Francia con tarea protagónica de Carlos Gardel. “La Cumparsita” se transformaría en el centro del repertorio tanguero del Río de la Plata. Según los historiadores el nombre “La Cumparsita”, surgió de un mozo de origen italiano de un bar montevideano del Parque Urbano (hoy Parque Rodó) debido a que Matos y varios de sus amigos salían de ronda a cantar. El mozo, en una mezcla de italiano y español, decía: “- otra vez la cumparsita de los estudiantes”-…
El Ingeniero Teodoro R. Frejtman comentaba que el maestro Francisco Canaro señalaba alguna vez que “La Cumparsita” tiene la particularidad que la estructura de su música se presta maravillosamente a ser enriquecida por orquestaciones de mayor vuelo. Todo le viene bien: armonías para violines, variaciones de bandoneones y otros importantes instrumentos, al margen de un sin número de atrayentes efectos musicales que los orquestadores y directores aprovechan hábilmente para lucimiento de sus respectivos conjuntos. Cada director tiene su propio arreglo, su versión personal y, orgullosamente, está persuadido d que su interpretación de “La Cumparsita”, es la mejor que existe…”
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Vaya mi humilde homenaje en este primer centenario, en el poema que narra el estreno, pero resalta la importancia del Palacio Salvo, ese ícono Montevideano donde sonará por primera vez el “Himno de los Tangos”:
de tus profundas raíces a la posmodernidad. En tus cimientos descansa un capítulo de oro de la historia musical
EL SALVO ENTRE LETRAS y 2x4
del ritmo del 2 x 4
Ícono montevideano
que al mundo fue a conquistar.
joya del patrimonio Oriental en fotos y filmaciones
Ahí estaba La Giralda
orgulloso siempre estás
confitería en la cual
observas desde lo alto
al piano sentado Firpo
a nuestra hermosa ciudad.
hizo el estreno mundial del tango La Cumparsita
La cultura siempre ha estado
un himno del Uruguay.
en tú historia sin igual
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Tú laberíntico cuerpo
Entre amor y traducciones
no deja de transitar
está Idea Vilariño
el “fantasma” de Don Pedro
su corazón regaló
un Dandy que está presente
a la poesía “Que me importa”
en tú historia cultural.
su tema: el desamor.
Las letras también estaban
Quien fuera musa de Onetti
presentes en tú interior.
en el Palacio vivió.
“Las tertulias de los lunes” como un diluvio de luz
Acordes de un bandoneón
engalanan el papel
y letras como poesía
producto de la creación
suena el “Himno de los tangos”,
satisfaciendo lectores
te lanza una profecía:
grandes poetisas y narradores. “Hoy ya solo abandonado Mujeres muy destacadas
a lo triste de su suerte,
sus nombres hoy son orgullo
ansioso espera la muerte…”
de las letras nacionales, con premios internacionales. Simplemente nombro algunas que supiste cobijar como Armonía Somers que entre otros nos regaló un cuento monumental al mismo lo bautizó “Muerte por alacrán”. En poética del dolor la Somers supo engendrar una mixtura perfecta de muerte y sexualidad.
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Enrique Gracia Trinidad
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¡ade retro el homo sapiens, paso al homo ludens! o lo que es lo mismo: ¿Para qué ponerte a pensar y argumentar sin histrionismo, con voz tranquila y equilibrada si puedes soltar un mensaje publicitario gritando un poco, poniendo voz de rapsoda del siglo XIX, pronunciando con un acento medio francés y medio gilipollas, o haciendo un perfomance que la mayoría de las veces no es más que eso que ya hacían hasta las monjas en los años 70? No sé qué diría Simak, muerto en 1988, si nos viera hoy que, además de lo dicho, andamos perdidos entre claves de acceso informático, avatares diversos, nombres de usuario y otras lindezas. Y no es que el juego (ludum) no sea de vital importancia para el desarrollo humano, es que pasada la infancia, podría irse, sin abandonar del todo el entretenimiento, a etapas de mayor contenido. Y ahí es donde empieza a patinar buena parte de la modernidad, que algunos malintencionados llaman "modernez" con la clara intención de desprestigiarla ¡ya ves tú!
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¿Que a qué viene todo esto? Pues a la terrible sensación que me asalta periódicamente —no soy original porque le pasa a mucha gente— de habitar el reino de la banalidad, de la falta de sustancia, del pensamiento aborregado. Escribía Clifford Simak en uno de sus relatos de ciencia ficción: "Hemos sido reducidos a números: el de la Seguridad Social, el de Hacienda, los de las tarjetas de crédito, los de las cuentas corrientes, los de tantas otras cosas. Estamos siendo deshumanizados y, en la mayoría de los casos, con nuestro consentimiento, ya que este juego de los números parece hacer la vida más fácil, pero más a menudo porque nadie se molesta en protestar" (¿ciencia ficción?). Y no es que todo eso sea malo en sí, es que lleva a muchísimos ciudadanos a la despersonalización, al ocultamiento personal entre una masa de forajidos igualmente despersonalizados; en definitiva hacia el extremo absurdo de ser pasto de manipuladores de cualquier pelaje: políticos, publicitarios, chamanes religiosos, adivinos, empresarios sin escrúpulos y otros manipuladores sociales. Y no es lo peor que el fútbol tenga a bastante personal adocenado, ni que tantos hayan sustituido el pensamiento y la conversación por la cháchara tonta del tuit o del Whatsapp, lo peor es que el Arte y la Literatura se están contagiando a marchas forzadas. Y vuelvo con esto a las primeras frases de este artículo: He visto a mucha gente poner los ojos en blanco y babear con insustanciales mensajes, "modernos y rompedores", como el de esa jovenzuela llamada Ajo, que anda soltando sus micr opoemas —así los llama—, como si fuesen el no va más de la arquitectura poética. Cierto que la muchacha es eficaz en un escenario, pero sus corifeos y epígonos son los que suelen hacer gala de cretinismo al servicio de lo que les haga pensar por sí mismos lo menos posible. (*)
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micropoetisa se ha metido al personal [...] en el bolsillo del bolso" . (**)
Entre otras frasecitas de mejor corte — nada que no hiciera Gómez de la Serna hace mucho y con más calado—, la señorita Ajo va y dice, alargando algunas letras y a modo de cantinela: "Me pongo nerviosa tranquilamente porque soy transparente y efervescente...", y al personal se le hace el culo gaseosa con la profundidad del mensaje.
Pues nada, ¡viva la señorita Ajo y sus frases ingeniosas! ¡viva el aliento poético de la Toledano! ¡Vivan el Whatsapp, el usar y tirar, la bisutería, lo descafeinado, lo desnatado y la madre que los parió! Del pensamiento elaborado estamos pasando al tuit ingeniosillo y aún es mucho; deberíamos terminar en el gruñido a secas que es más rápido y no veáis lo que expresa.
Claro que tendrá que ser así, si periodistas de toma pan y moja como Ruth Toledano, poeta ella y cronista y todo de la Villa de Madrid, por obra y parte de afinidades políticas y una pizca de paridad de género, dice que esta "micropoetisa" es muy buena y que "se vuelve enorme como un gran poema", mientr as que "los recitales de poesía suelen ser un tostón". En el artículo en que he leído estas afirmaciones, llega a decir la Toledano: "Mientras el gran poeta sigue leyendo su testamento vital frente a la pequeña audiencia, que quizá ya esté muerta de fortuna o aburrimiento, aquí, sin embargo (no le vamos a embargar nada al pobre gran poeta), la
(*) Enlace de una actuación de María Josefa Martín de la Hoz, alias "Ajo". A mi modo de ver, con cierta dosis de inteligencia, algún detalle original y otra buena cantidad de elementos ya vistos muchísimas veces. Está bien, pero tampoco es para suponer que el "pobre gran poeta", que dice Ruth Toledano, mate de aburrimiento a la audiencia. https://www.youtube.com/watch?v=MsixXzQ_LEQ (**) Enlace de un recital de Jaime Sabines , considerado uno de los grandes, en el que puede apreciarse que los asistentes no estaban precisamente "muertos de aburrimiento" sino todo lo contrario. (He elegido a Sabines por no provocar innecesariamente polémica comparativa ya que no era español, falleció no hace mucho y dijo estos versos ante una audiencia no precisamente "pequeña"). https://www.youtube.com/watch?v=evr7wBgabV8
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Acuarela de Urburner
¿Dónde estás, Pessoa, dónde estás? Busco tu sombra por las calles de la ciudad amada pero sólo encuentro un coro de máscaras que llevan tu nombre. En la caricia dulce de la primavera, cuando Lisboa es todavía una sirena que se despereza en el temblor de la mañana a lo largo de la Baixa hasta el mar, recuerdo tus palabras: La vida no importa nada, lo que importa es la obra y emprendo la ruta de tus pasos desde A Brasileira y el Royal hasta Montanha, el Martinho y el Leào. Por fin encuentro una
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máscara pensativa y ensimismada que me lleva desde este balcón donde acudes al trabajo, que es un vigía en las calles tantas veces entrevistas en el ir y venir cotidiano, como una brisa fresca y salina hasta tus palabras. Es la de Bernardo Soares y con él se me aísla el espíritu de la mitad de la materia. Investigo con la imaginación. La gente que pasa por la calle es siempre la misma que ha pasado hace poco, es siempre el aspecto fluctuante de alguien, manchas sin movimiento , voces de incertidumbre, cosas que pasan y no llegan a suceder... Es un suspiro virgiliano y hondo que surge de ese amor interior, de ese latido que te empuja a sentir la ciudad como un todo inalcanzable y a la vez desgajado en ese desasosiego que te causa cuando iden-
tificas a sus gentes y sus tareas, sus muros llenos de historia y sus músicas llenas de saudade. El filósofo despierta y desciende del sueño hasta posarse como un ave cantora en la realidad y no oculta su emoción ante el esplendor y la miseria que ve, que contempla a su alrededor. Y surge otra máscara, es ya Alberto Caeiro, el poeta de la fugacidad, de la in-
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trascendencia que se detiene en esa niña que come chocolate a la puerta de un estanco, ese limpiabotas que agacha su espalda y vive con la mirada entre los adoquines o ese Jesús compañero al que obligan a ser Dios. Lo importante es lo instantáneo, la primera mirada más que el conocimiento de las cosas, abrirnos cada momento a ese conjunto de actos que consumen la realidad antes construida.
Ahora vienes a mí como un pastor, como ese guardador de rebaños que mira toda la paz de la Naturaleza pero permanece triste, aunque su tristeza nace del sosiego porque es noble y justa y es lo que debe haber en el alma cuando piensa que ya existe y las manos cogen flores sin que se de por enterada. Y al poeta se le muestra, se le revela un Dios panteísta que nunca llama a su puerta como tal sino que se manifiesta como sol y luna, árboles, flores, montes y lluvia pero al reconocerlo en ellos no es necesario llamarle Dios sino tan sólo vivir espontáneamente y andar con él a través de la contemplación de los fenómenos sencillos de lo que llamamos Naturaleza. Y tú como yo también me siento, eres una parte de ese todo que apenas tiene conciencia de serlo, una mirada fugaz que se cerrará un día y nada dejará, como el vuelo del ave que no deja huella. Y recuerdo aquel primer día que empecé a buscarte de la mano de mi amigo el poeta manchego Ángel Crespo. Era una tarde otoñal. La lluvia dejaba su huella frágil y huidiza sobre el cristal de las ventanas del café. Ängel fumaba su pipa y aventaba su mirada hacia el bulevar donde las figuras que pasaban eran apenas impresiones fugaces que desaparecían en un breve instante. Él acababa de llegar de Puerto Rico, de Mayagüez y
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Pessoa. Retrato de Almada Negreiro
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en sus ojos brillaba esa luminosa presencia del Caribe. Me habó de tí. Acababa de traducir al español tu Libro del Desasosiego y cuando yo le manifesté mi curiosidad y mi deseo por leerlo cuanto antes, me dijo: Ten cuidado. Una vez que comiences a leer a Pessoa no dejarás nunca de hacerlo y nunca lo conocerás del todo porque estará no sólo en él y en sus heterónimos sino también en ti. Y era cierto. Todavía te busco como me busco a mí sin acertar del todo a encontrarnos. Y Caeiro me señala la ruta de las viejas librerías llenas de estantes repletos de libros donde respira el corazón de los poetas. Allí donde reposa Orpheu, la revista que alumbraste como faro de la modernidad con Mario Sá-Carneiro, Almada, Luis de Montalvor. ORPHEU. COMO SE SER REAL FÓSSE DORMIR/ E EXISTIR UMHA NOITE, A NATUREZA/ ESTREMECEN DE O OUVRIR/TOCADA POR UN SOL VIUDO A FLORIR/ DE ABYSMO DA BELLEZA. /ONDAS E ONDAS DE ASTRAES REALIDADES/ LUSONHADOS POSIVÉIS MURMURANDO/ ROMPEN DE TODAS AS REALIDADES/ E NUM HORROR DE APOCALYPSE/ DESCONHECIDAS ALMAS REVELANDO, ABRINDO? Es el lugar perfecto para mi encuentro con otra máscara cuya descripción me brindas tú mismo. Álvaro de Campos es un tipo más alto que tú,delgado, entre pálido y moreno, cara afeitada, tipo vagamente de judío portugués, cabello liso y peinado a un lado, monóculo..que estudió ingeniería naval en Glasgow
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pero vive sin trabajar en Lisboa. Campos, al revés que Caeiro, procura sentir todo de todas las maneras, sea por la fuerza explosiva de la civilización industrial y su mecánica, sea por el deseo de partir. Este urbanita me llena de frases torrenciales, me sorprende con un discurso futurista intenso y a veces violento en el que expresa el desencanto del hombre de ls ciudad. No soy nada./ Nunca seré nada./ No puedo querer ser nada./ Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo. Esta máscara tuya que opina que todas las cartas de amor son ridículas fue la que escogiste para escribirle a Ophelia Queiroz aquella tan cruel para dar fin a vuestra relación: Toda mi vida gira en torno a mi obra literaria, buena o mala, lo que sea, lo que pueda ser. Todos..tienen que convencerse de que soy así, de que exigirme sentimientos -muy dignos, dicho sea de paso- de un hombre común y corriente, es como exigirme que sea rubio y con los ojos azules. En mi paseo por la Baixa llego a la plaza de Figueira, una de tantas plazas de la ciudad que tú gustabas de habitar en la tranquilidad y el silencio de las tardes lisboetas. Nada queda hoy de aquel bullicio y trajín diario del mercado en el que encontrabas el placer de reconocer a vendedores y matronas. Ahora, en uno de los bancos de un extremo de la plaza, mirando la estatua de don Juan I que la preside desde hace más treinta años, encuentro a Ricardo Reis, esa máscara que tanto me aproxima a tu desnudez. Es de Oporto, médico, latinista, fracasado y nihilista. Me saluda y sonríe con cierto hieratismo en su rostro moreno y un gesto clásico de inclinación de su cabeza. Es conservador, monárquico y según tú, te sobrepasa en inteligencia y capacidad aunque no te agrade su excesivo formalismo y su disciplina poética en la medida y el ritmo heredada de los clásicos latinos. Pagano y adepto al sensacionalismo de Caeiro, lo con-
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vierte en un epicureísmo triste. Sin dejar de mirar la estatua ecuestre del rey Juan “el de buena memoria” que iniciase en el siglo XV las expansión portuguesa por el mundo, me confía: Debe haber, en el más pequeño poema de un poeta, cualquier cosa por donde se note que existió Homero. Homero, Grecia, el mediterráneo, estaba en él y en tí, un poeta de mirada atlántica que se proyecta hacia el cosmos. Debías desviar tu mirada de raíces también anglófilas para mirar a España. Y lo hacías con cierta lejanía en tus cartas a Unamuno, con quién no comulgaste mucho. Prefiero escribir en inglés al castellano pues me procura un público más amplio, dijiste. Proclamaste que si nuestras fronteras separan también unen y si dos naciones vecinas lo son por separado, pueden moralmente ser una por ser vecinos. Era una Iberia unida por una alianza cultural en la que cabrían varias lenguas y culturas. La lengua no es un problema , porque si a un catalán le gusta escribir en castellano lo hará como lo hace ahora.
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Mejor te llevaste con el sevillano falangista y orondo Adriano del Valle, fingidor como tú, ultraísta con el que intercambiaste escritos y poemas en su revista Grecia, así como con Rogelio Buendía, ambos de ese grupo de poetas andaluces modernistas que tanto se aproximaron a los poetas portugueses de vanguardia. Y brevemente te relacionaste con Ramón Gómez de la Serna, que te cita en Pombo de una forma discreta. Ha caído la noche. Un rumor de fado nostálgico y de soledad contenida se alza hacia la parte alta de la ciudad. Desde el castillo, Lisboa se nos muestra en calma, tendida hacia el mar. Te busco entre las callejas de Alfama y en los rincones del Chiado pero a cada trecho me asaltan nuevas y semidesconocidas máscaras. Alexander Search de tu niñez, Vicente Guedes, Antonio Mora, Chevalier de Pas, Barón de Teive, Robert Anon,Crosse, Baldaya, Boelho, Pacheco, Summan, Erasmus, Dave, Quaresma -el escritor de novelas policíacas
Pessoa. Acualera de Joao Beja
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-, Seul de Meleuret y un centenar más que me llevan hacia tí para luego desaparecer. Ahora sé que nunca se completará mi busca. Recuerdo de nuevo tus palabras: Mi alma es una orquesta oculta. No sé que instrumentos tañe: cuerdas, arpa, timbales o tambores dentro de mí. Sólo me conozco como sinfonía. Y esa sinfonía sigue viva, tocando hoy sin descanso. Como en esta frase que un siglo después sigue de total actualidad cuando dice: En la vida de hoy, el mundo sólo pertenece a los estúpidos, a los insensibles y a los agitados. El derecho a vivir y a triunfar se conquista hoy con los mismos procedimientos con que se conquista el internamiento en un manicomio: la incapacidad de pensar, la amoralidad y la hiperexcitación.
Última imagen de Pessoa.
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En mi antologia "Mester de Rebeldia de la Poesia Hispanoamericana" se actualiza la musa indignacion de la que hablara otrora el gran poeta colombiano José Asunción Silva. Ella es testigo de la irrupción de nuevas tendencias de la poesía hispanoamericana. Llámesele poesía social, poesia politica, poesia de protesta, poesía testimonial o poesía de la angustia o de la muerte, lo cierto es que entre el poeta evasivo y el poeta testigo hay dos fuerzas actuantes en el mundo de hoy: el inconformismo contra el escapismo. Lo evasivo se origina de múltiples factores, entre otros, de la descristianización y epicureismo de núcleos intelectuales y sociales, ajenos a la verdad y cómplices de la farsa cotidiana. El testimonialismo irrumpe como una bandera contra el desorden desvertebrado del orden, contra el mascarismo de los falsos profetas, contra los mitos caducos de una tradición falseada, contra la complicidad de los apóstoles políticos y espirituales, contra la angustia del existir sin fe y, si se quiere, contra el cristianismo descristianizado de sus insensibles cofrades. El humanismo heroico del poeta testigo opone su denuncia o necesaria protesta contra la deshumanización del arte , como reflejo de la deshumanizacion de la sociedad.
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Ante la trágica realidad de la historia viva de Hispanoamérica, podría tildarse de cobardía la actitud del poeta evasivo. Ya va para varias décadas que la musa mítica o la princesa del imaginismo onírico dejó de existir, siendo lo social, lo testimonial e incorformista, el nuevo signo o triángulo que estructura la nueva poesía. Se hace necesario asumir una actitud de denuncia y de protesta para que surja ese otro triángulo de Platón, basado en lo verdadero (lo bueno, lo bello, en cuyo centro, como resultado de todas las energías, impera el reinado o filosofía del amor). Hay quienes creen que la poesía es una inclinación providencial parangonable con el gusto artístico o la inclinación al deporte, lo cual nos traslada al viejo concepto del deporte verbal o pirotecnia estética de las justas cortesanas, en que tanto se jugaba a la rima o al ditirambo, para ganar facil nombradía entre palaciegos o adulones. !Qué distante esta este tipo de poesía deportiva del tremendismo u ola humana que agita la azarosa vida hispanoamericana! Hay que advertir que la poesía en Hispanoamérica emana de su historia misma desde la epopeya de Ercilla hasta la poesía épico-social de hoy. El mismo Rubén Darío señaló en lo precolombino e histórico el rico manantial de inspiración cuando dijo que la verdadera poesía estaba en la silla de oro de Moctezuma y en la grandeza del Inca. Y añadió: «Lo demás es tuyo, demócrata Walt Whitman». Búsqueda de belleza y búsqueda de verdades fueron las dos direcciones alternativas o conjuntivas que con Rubén Darío se proyectaron desde "Prosas profanas" y "Cantos de vida y esperanza". Pero las más de las veces, es la vida del hombre o las
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circunstancias sociales las que imponen el riguroso turno de prioridades en el papel que deba ejercer lo estético sensitivo o lo estético intelectivo, con respecto a lo bello objetivo o lo feamente trágico. Lo antibello, que es lo feo, no escapa de la axiología estética como material poetizable, ya que está asistido por la verdad que emana de una temática testimonial iluminada por rayos y centellas. La verdad y la belleza son correlativas, y dentro de esta correlación actúa la musa del momento. Pero la musa cambia de nombre y hasta de indumentaria, según sea la circunstancia social o humana que la circunde. Y he ahí una galería de musas con diferentes nombres : Musa Rebelde, Musa Humana, Musa Popular, Musa Social y Musa Testimonial. Ellas están de espaldas a las llamadas Musa Mítica, Musa Romántica, Musa Imaginativa y Musa del Pavo Real. Muchas de esas musas pululan en la poesía contemporánea convertidas en princesas azules o en princesas criollas, tan atractivas como tan estúpidas. Hoy los poetas de protesta han descubierto en la mujer campesina y comunitaria la nueva imagen de la musa popular. Alrededor de la nueva musa, con las mayorías democráticas de las dos Américas, como lo soñaron Whitman, Carl Sandburg, Lindsay ( Vallejo, Neruda, Ernesto Cardenal) la poesía de hoy se levanta como antorcha justiciera para iluminar la temática testimonial de una variada poesía transfigurada del pueblo, la tierra, la patria, la angustia social y humana y toda la tragedia hispanoamericana. EI tema del dolor humano y la vida como problema, son en el gran poeta peruano César Vallejo una de las máximas contribuciones a la poesía contemporánea. Maestro de las generaciones jóvenes de hoy, qué valor tuvo para liberarse de dictaduras retóricas y hablar poéticamente de la tragedia
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colectiva, «ardiendo», «enfureciéndose», «golpeando», «estremeciéndose». Si la gran poesía norteamericana comenzó haciéndose a gritos, algo parecido sucede hoy en Hispanoamérica. Es que ya la poesía evasiva de forma cascabelera, de pandereta e idilios bajo las estrellas, no tiene sentido en esta época de violencia. Ningún poeta con sensibilidad social osaría cantar un bello crepúsculo junto a un río tropical cuando ve flotar en él el cadáver anónimo del campesino, arrojado por manos siniestras. Ni cuando «Cristo va por las calles flaco y enclenque» (como lo denunció Darío), puede seguir el poeta cantando el paraíso del trópico. Por eso, de las dos vertientes de la poesía rubeniana, aquélla que es más expresión de verdades que de belleza, más testimonio que evasión, es la que hoy se proyecta en Suraméricá; con el agravante de que en la actualidad, la turbulencia social y humana traduce un caudal de tan alarmantes proporciones y un cauce tan imprevisto, que se hace necesario exclamar con el mismo Darío : «Cristóforo Columbo, pobre Almirante, ruega a Dios por el mundo que descubriste»
Ángel de Luz. Dibujo de Agustín Monsreal
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La increpación contra los falseadores de la verdad y contra los generadores de la protesta, pasa al tono iracundo y contundente en la pluma picuda de Pablo Neruda, lanzada al aire libre sobre «la arena traicionada» por «la crema y nata» de la aristocracia criolla : «Grotescos, falsos aristócratas de nuestra América, mamíferos
recién estucados, jóvenes estériles, pollinos sesudos, hacendados malignos, héroes de la borrachera en el Club, salteadores de banca y bolsa, pijes, grafinos, pitucos, apuestos tigres de Embajada, pálidas rúñas principales, flores carnívoras, cultivos de las cavernas perfumadas, enredaderas chupadoras de sangre, estiércol y sudor, lianas estranguladoras, cadenas de boas feudales»
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II PARTE
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Una de las aparentes sorpresas con las que podemos encontrarnos en la alimentación de estos años es el consumo de la pasta en España. Aunque la hipótesis más extendida, ahora descartada por casi todos los historiadores de la gastronomía mundial, situaba los orígenes de este alimento en China, desde donde habría llegado en pleno siglo XIII hasta Italia gracias a los viajes de Marco Polo, hoy en día sabemos que ya en el Imperio Romano se consumía una masa de harina y agua cocida, muy parecida a la pasta consumida hoy, a la que llamaban “lagano” –si se molestan en buscar esta palabra en internet comprobarán que una de las mejores pastas fabricadas en Italia lleva este nombre-. Además en otros países asiáticos, como es el caso de la India, e incluso algunos territorios árabes, elaboraban desde tiempos inmemoriales una especie de pasta de harina con agua llamada “sebica” que viene a significar “hebra” o también “cordón”. La denominación más antigua empleada en España para designar la pasta, “fideos”, palabra que viene del mozárabe y del árabe “fidáwš”, ha llegado hasta nuestros días y aparece por primera vez en un manuscrito árabe del siglo XIII; al mismo tiempo, numerosos documentos atestiguan que, durante la Edad Media, su consumo tuvo un gran apogeo en la zona de influencia de la Corona de Aragón, por lo que, dados los habituales contactos comerciales, personales y migratorios dentro de los territorios españoles, desde siempre hemos sido un poco “culo inquieto”, es muy posible que el con-
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sumo de estos hilos de harina amasada y cocida, se popularizase desde el reino de Aragón. Así los invasores árabes fueron quienes introdujeron el consumo de pasta en la península, y quiénes acostumbraron a los aragoneses a consumirla mucho antes de entrar en posesión del Reino de Nápoles; pero también los árabes trajeron especias y formas de cocina desconocidas en aquella época y, además, nos regalaron el refinamiento de los postres, y algunas delicias que aún hoy sorprenden por su delicadeza. Uno de los dulces que posiblemente hayan llegado a territorio español con el inicio de la conquista musulmana, es el mazapán; pero al ser un dulce tan codiciado y tan sabroso, cada una de las partes interesadas en apuntarse la paternidad de tan dulce manjar defiende teorías disímiles, e irreconciliables; como mi labor en este artículo no es la de emitir opiniones personales sobre la historia -¡ja!-, sino informar de los hechos, expondré algunas de las versiones que he llegado a conocer. Los sicilianos sostienen la versión de que un postre similar al mazapán ya se consumía en la Antigua Grecia, donde se alababan ardientemente las bondades de una pasta fabricada a base de almendras y endulzada con miel. Defienden además que, con la llegada de la era cristiana, es muy posible que este dulce de almendras y miel se incorporase a las mesas que se preparaban para celebrar las Pascuas y, justo en ese momento, recibiría el nombre de “panis martius”, o “pan de marzo”, mes en el que se celebra esta festividad, expresión que terminaría abreviada dando lugar a la palabra italiana “marzapane”; obsérvese que, en literatura, el orden de las palabras no sólo altera el producto sino que es capaz de cambiar la historia.
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Hay aún otra versión italiana que sostiene una teoría diferente sobre el nacimiento del mazapán. Dicen, o érase una vez, una noble italiana llamada Eloísa Martorana, que mandó construir a sus expensas, lo más seguro es que fuera a costa del sudor de sus campesinos, un monasterio en la isla de Sicilia. Por lo visto las hermanitas de este convento, muchas de las cuales eran de origen griego, para ayudarse económicamente y mejorar el diario sustento, elaboraban una deliciosa masa de azúcar y almendras, con la que confeccionaban figuritas de frutas y animales, pintándolas con colores comestibles a base de azafrán, goma arábiga y pigmentos vegetales, que serían los antecesores del mazapán que conocemos.
Por su parte, los toledanos aseguran que el mazapán fue descubierto por las monjitas del convento de San Clemente de Toledo, durante la recia hambruna que siguió a la batalla de las Navas de Tolosa. Cuentan las leyendas que, como no había trigo y la carencia de alimentos era casi total, para nutrir a los enfermos que estaban en el hospital y a los hambrientos que llegaban a pedir comida, las dulces religiosas, nunca mejor dicho, idearon esta masa de almendras y azúcar, aprovechando la feliz circunstancia de que sus despensas estaban llenas de ambos ingredientes; pero nadie explica el por qué tan caritativas monjitas tenían tal cantidad de un producto tan caro como el azúcar apalancado en las despensas del convento.
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La versión musulmana defiende que ya en “Las Mil y Una Noches se hablaba del mazapán, que se le cita como el tipo de comida que se consumía para poder soportar los rigurosos ayunos del Ramadam, y también como una suerte de alimento afrodisíaco que levantaba la moral a los varones, además de otras cosas digo yo, para poder cumplir con sus múltiples deberes conyugales con las diferentes esposas del harén. Sea cual sea la verdadera historia de su origen, la palabra mazapán parece provenir del vocablo árabe “manthabahn”, que era el nombre que recibía el recipiente donde se guardaba esta masa, aun- que no falta quien asegure que procede del vocablo árabe
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“mauthaban”, que traducido literalmente significa “rey sentado” en una clara insinuación a forma que daban a las figuras que se elaboraban con este dulce. Creo que no importa demasiado quién tenga la paternidad, porque lo realmente interesante es que se llegara a descubrir algo tan delicioso como el mazapán; aunque no dejo de pensar cómo podrán defender algunos la pureza étnica de los exquisitos panellets.
Hasta el momento queda muy claro que la cocina española, fue muy influenciada por los sabores del Medio Oriente; las fritadas de espinacas, las berenjenas rellenas, los buñuelos y algunas salazones de huevas de pescado, pasaron a las mesas cristianas que, en algunos casos, se ocupaban en añadir jamón, embutidos o productos del cerdo para diferenciar sus guisos de los que habitualmente consumían moriscos y judíos. La gastronomía tiene mucho que ver con la vida social de los pueblos y corre pareja a la historia de los hombres; o como los simplifican por ahí, somos lo que comemos. A pesar de que se conoce muy bien la agricultura musulmana, se sabe poco de su alimentación, y de su arte culinario. Posiblemente no es por falta de textos, sino por la escasa inclinación que ha habido por parte de los autores a meterse en ello. Lo primero que se publicó fue el tratado de Ibn Abdun, y luego el de Al‐Saqati, únicas fuentes indirectas que dan alguna noticia y una cierta idea de las costumbres culinarias del noroeste africano y del Al‐Andalus en la Edad Media. Ambrosio Huici Miranda escribió en 1966 la obra “Traducción española de un manuscrito anónimo del siglo VIII sobre la cocina Hispano‐magrebí”. Este tratado consta de seis partes muy desiguales. La primera de recetas, la segunda de jarabes, la tercera de lác-
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teos, la cuarta de digestivos, la quinta de polvos medicinales y la sexta de arropes, granadas e higos. Estas páginas constituyen una especie de resumen culinario donde aparecen, sin ningún orden, las más diversas especialidades, sin ninguna indicación de recetas ni ningún método de manipular las materias primas. El autor, eso sí, encumbra la limpieza y el aseo que debe tener la cocina y cita varios ilustres epicúreos y Califas, además de sultanes que compusieron textos delicados y sobrios sobre gastronomía y cocina. Establece también los distintos utensilios de los fogones, así como las normas a seguir en el servicio doméstico; pero también expone que existió un complicado protocolo de la buena mesa. El orden de los platos explica minuciosamente este ceremonial como lo recoge Ambrosio Huici en su obra:
ʺLo primero que se presenta es lo blando, como los vegetales refinados y la tafaya en sus diversas clases; después de esto el plato yimli, luego el terciado, luego el sazonamiento llamado almorí, luego el de vinagre, luego el de miel, luego el fartum, luego el segundo de miel; ésta es la sucesión de los siete platos y el orden en que se comen. Muchos de los grandes personajes y su séquito ordenan que se pongan en cada mesa ante los comensales los platos separados, uno después de otro esto, por mi vida, es más hermoso que poner un montón indigesto, todo en la mesa y es más elegante, más adecuado y más nuevo; ésta es la moda de la gente de Al‐Andalus y de Occidente, de sus caudillos, personajes y hombres de mérito desde los días de Umar ben Aabb al‐Aziz y los Manu Umaya hasta ahoraʺ.
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Respetando las costumbres orientales, no todo el vino que se tomaba era de uva, ya que otros zumos de frutas eran más o menos permitidos y el vino se refrescaba y se mezclaba con agua. Como curiosidad, diré que el vino no solía beberse en las comidas sino con amigos porque el beber vino no era considerado como algo natural pero tampoco era calificado como un pecado. Los huéspedes comían sentados sobre cojines alrededor de la una mesa baja y tomaban directamente la comida de la bandeja sin platos individuales. No usaban ni cuchillo, ni tenedor y acompañaban la comida con pan. El lugar de reunión podía ser una sala, el patio de una casa, en una casa de campo o anclados en ríos y lagos; algunas de estas reuniones se solían celebrar en el Guadalquivir o en el Ebro. Quizás por eso el ex-alcalde de Zaragoza, señor Belloch, embullado por la alianza de civilizaciones,
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quiso acostumbrar a los habitantes de la capital maña a navegar en la compañía de barquitos fluviales que se creó para cruzar el Ebro que en ese trayecto tiene tres metros y medio de profundidad; es difícil sustraerse a la aventura de una navegación de doscientos cincuenta metros entre puentes y edificios, ¡anda qué…! Resumiendo, el cambio de la cocina española a la hispano-árabe no se produjo de una forma radical sino que fue calando en las modas sociales, de modo paulatino, o palatino ya que descendía de los palacios hacia el común de los mortales en un efecto cascada igual que el consumo de cocaína que bajó de ciertos grupos de la jet set hacia los ejecutivos agresivos y otros trepas, como una lógica reacción a la cerrazón medieval impuesta por los gerifaltes religiosos de la época. Por otra parte, la novedosa forma de considerar al hombre como ente individual y no como masa anónima, tal y como habían preconizado siglos atrás filósofos griegos y romanos, el modo de liberarlo de presiones y colocar al ser humano en el centro del Universo, que es una forma culta de expresar que el
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hombre podía vivir perfectamente centrado en la borra de su ombligo, hizo que quienes disponían de una bolsa bien repleta, aburridos de otras formas horizontales de solazarse a costa de cortesanas experimentadas, y de virgos campesinos, buscaran el disfrute en algo tan prosaico como había sido hasta entonces la tarea de alimentarse, que no había pasado de invertir el proceso de expulsión del sobrante de la combustión alimentaria. Esta nueva manera de alimentar el alma y el cuerpo con el mismo nivel de exquisitez y cuidado es la que obligó a los cocineros a esmerarse en la preparación de sus recetas y, pareja a esta dedicación, empezó a surgir una nueva clase de obreros, elitistas, sí, muy bien remunerados, también, pero trabajando catorce horas diarias como cualquier hijo de vecino, que pasaron de ser humildes guisapapas a convertirse en los primeros cocineros/artistas de la Historia de la Humanidad.
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Enrique Sancho
Vélez-Málaga, Antequera y Baena muestran sus singularidades, su pasión y su gastronomía
La Semana Santa en Andalucía es una mezcla de incienso y azahar, del canto de una saeta solitaria o el silencio de una multitud, de las luces de los cirios, el colorido de las túnicas de los nazarenos y la música de las bandas de tambores y cornetas. Semana Santa en Andalucía es sentir la emoción de la tradicional “madrugá” de Sevilla; vivir la pasión con el “El Cautivo” de Málaga; ir tras el paso del Cristo de los Gitanos en las colinas del Sacromonte de Granada; ser testigo de la solemnidad del Viernes Santo con el “Santo Encierro” en Huel-
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va; presenciar la salida de “El Abuelo” la madrugada del Viernes Santo desde la Catedral de Jaén; sentir la pasión y entrega de los cofrades y hermandades de Cádiz; recorrer las calles de Córdoba entre sus silencios, el canto de una saeta, el sonar de las campanillas del capataz... o ser testigos de excepción de los encuentros de las hermandades de Almería. Todo eso es Andalucía. Todo eso es Semana Santa. Pero en esta tierra hay también otras Semanas Santas menos conocidas, pero no menos emocionantes, más recogidas, menos multitudinarias, más humildes, más íntimas… tal vez más auténticas.
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Vélez-Málaga Como la de Vélez-Málaga, con algunas peculiaridades que la hacen distinta. Aquí las procesiones son lentas, los tronos se mecen de forma pausada, paso corto, paso lateral veleño, exportado a otros lugares de la provincia e incluso a la capital por la elegancia y la sobriedad que imprime al trono esta forma de andar; preside la apertura de los desfiles procesionales una bandera, no siempre la cruz de guía y los pasos reanudan su andar con cuatro toques de campana que se dan para que el trono inicie de nuevo su andadura; primero se llama a los portadores, después, dos toques para que metan el hombro bajo los varales, otro para levantar y el último para
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Mantillas. Foto :Carlos Castro
iniciar el paso. Es entonces cuando los "horquilleros" inician el camino y los "penitentes" nazarenos, los mandas y promesas acompañan a sus santos titulares, mientras por el camino reparten peladillas a los niños. Vélez-Málaga tiene una peculiar Semana Santa en la que se conjugan grandezas de capital con encantos propios de un pueblo. De esa conjunción que hace no saber si estamos ante una ciudad pequeña o un pueblo grande, nace la magnificencia de unos desfiles procesionales que sorprenden, calan y consiguen emocionar al espectador. Estrechas calles por las que transitan tronos de hasta ocho varales entre edificios de popular arquitectura. Refundada y reformulada en tiempos de posguerra por la práctica desaparición de su patrimonio en la contienda civil, la Semana Santa de Vélez-Málaga alcanza hoy su punto álgido, pues no hay otra forma de entender que se aglutinen en la ciudad diecinueve cofradías de Pasión que procesionan veintisiete tronos en sus desfiles oficiales. Obras de Duarte, de Domingo Sánchez Mesa, de Guzmán Bejarano y Pérez Hidalgo o de los hermanos Caballero.
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Aunque cada día y cada cofradía ofrece alguna sorpresa en el adorno de las flores, en las velas, en la música, una singularidad propia de la tradición cofrade sucede el Sábado de Pasión con el Desfile de Tronillos: una procesión de miles de niños y niñas portando pequeños tronos realizados por ellos mismos en los que no faltan cortejos, enseres o desfiles, haciendo de las vísperas de la Semana Santa un día de ilusión para los más pequeños, y la emoción para mayores y visitantes. Mención aparte merece el Museo de la Semana Santa de Vélez-Málaga, en la iglesia de Santa María de la Encarnación, un equipamiento cultural municipal que ha logrado un admirable equilibrio entre el tradicional mundo de la Semana Santa y la museografía actual, convirtiéndolo en un centro de referencia de la interpretación de Vélez-Málaga. Su principal objetivo es acercar al público de todas las edades los aspectos más espectaculares y llamativos de esta celebración cristiana, llena de matices, sensaciones y sentimientos. Conocer la Semana Santa de Vélez-Málaga es recomendable y además el visitante agradecerá descubrir una ciudad que pone todo su interés en configurar una impresionante puesta en escena de su tradición mas singular. Naturalmente hay que encontrar tiempo de disfrutar el típico ajobacalao, un delicioso plato que se elabora fundamentalmente en Cuaresma y Semana Santa y que solo se realiza en esta ciudad. Pero también hay otros platos típicos de esta época como las tortas de bacalao con miel; los maimones, hechos con ajo frito y pan remojado; las migas; la sopa cachorreña…
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Antequera No muy lejos, y también en la provincia de Málaga, la Semana Santa de Antequera tiene una serie de elementos diferenciadores que hacen de ella un bello y armonioso conjunto donde se entremezclan arte, historia, tradición y fe. Quizá el gran mérito de esta ciudad haya sido el haber conservado mucho de lo antiguo sin caer –como ocurrió en otros municipios andaluces– en el mimetismo de lo sevillano renovado. Las hermandades y cofradías poseen un rico y monumental ajuar procesional. Desde sus imágenes, en su mayoría esculturas de gran valor artístico realizadas por talladores asentados en la ciudad entre los siglos XVI y XVIII, hasta los bordados de sus mantos y palios, pasando por elementos de platería y entalladura, que están considerados piezas capitales del patrimonio artístico de la Semana Santa en la provincia.
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Los desfiles procesionales de Antequera, que realizan sus nueve cofradías, cuentan con una serie de peculiaridades que los hacen únicos en el conjunto de la Semana Santa andaluza. Por una parte, los pasos son portados al hombro –a diferencia de los costaleros– por los "hermanacos", caracterizados por su indumentaria y por el uso de “horquillas” para sostener el trono cuando está parado. Al frente de ellos va el Hermano Mayor de Insignia que, situándose delante del paso, guía a los "hermanacos" durante el recorrido de la procesión. También hay que mencionar otra figura central de la Semana Santa de Antequera como es el campanillero de lujo: niño o niña de no más de ocho años, perteneciente habitualmente a una familia de la cofradía, que luce una túnica de terciopelo bordada en hilo de oro con larga cola. Los campanilleros van junto al Hermano Mayor y su misión es tocar unas campanitas avisando de que el trono va a comenzar a andar o de que ya lo está haciendo.
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Pero sin duda lo que hace única esta Semana Santa y es uno de los momentos inolvidables es lo que se conoce como “correr la vega”, que consiste en subir corriendo los tronos de algunas cofradías por las empinadas cuestas que, al final del recorrido procesional, llevan a los templossede. Tradición muy esperada tanto por sus vecinos como por los numerosos turistas que se acercan en esas fechas hasta la localidad y cuyo origen, al parecer, se debe a una antigua tradición que consistía en llevar a las imágenes hasta lo más alto de la ciudad para bendecir las tierras de La Vega de Antequera, que en su día fueron la primera fuente de riqueza de la población. La noche del Jueves y del Viernes Santo, al final del recorrido procesional, los "hermanacos" de las cofradías que procesionan esos días, a excepción de La Soledad, llevan los tronos con paso ligero hasta el al inicio de una pendiente o cuesta y, con el aviso de campana, inician una carrera muy emotiva portando a los tronos hasta donde se atisban los campos de la vega para bendecirlos. Y otro momento especial que se puede contemplar en las procesiones de la ciudad es el encuentro, cuando los tronos de la misma o de distinta cofradía se encaran como símbolo de unión y de felicitación por el recorrido procesional.
La espectacular arquitectura de Antequera crea el marco adecuado para estos desfiles procesionales. La ciudad, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, por su conjunto de dólmenes, fue seleccionada en 2016 por The New York Times como uno de los 52 destinos del mundo que había que visitar este año. Y entre procesión y procesión, entre visita y visita, hay tiempo para disfrutar
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de su rica gastronomía que viene determinada por la geografía, por los productos que se cosechan en la Vega y por la idiosincrasia de la gente. Uno de los platos más conocidos de la gastronomía antequerana es la porra, que se elabora fundamentalmente con pan, aceite, ajos, tomates y pimientos. Otros primeros platos típicos son el ajoblanco, el pimentón, el gazpachuelo, las migas y algunas ensaladas, como la de cardos. También son habituales los platos de caza, como el conejo a la cortijera y el chivo pastoril, y las recetas de pescado en escabeche, una forma de conservar los alimentos que se remonta a la época romana. En el apartado de los postres, sobresale el bienmesabe, un dulce realizado a base de almendra molida, bizcochos de soletilla y cabello de ángel, que se pueden adquirir en confiterías y conventos de clausura. Sin olvidarnos tampoco de los pestiños, torrijas y roscos, propios de la Semana Santa. Y no podemos cerrar este apartado sin hablar del mollete, que pronto gozará de Indicación Geográfica Protegida, y que es un tipo de pan árabe, de miga blanca y poco cocido, que se elabora de forma artesanal. El mollete se presta a múltiples acompañamientos: mantequilla, aceite, chicharrones, zurrapas de lomo, paté, embutido, etc., y sienta bien consumirlo a cualquier hora del día.
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Baena Cambiando de provincia, en la de Córdoba, la Semana Santa de Baena, declarada de Interés Turística Nacional y que aspira a conseguir el de Internacional, es un placer para los sentidos donde tiene un papel protagonista la figura del cofrade Judío, probablemente única entre los cientos de Semanas Santas diferentes que hay en España y del que llama especial atención su indumentaria, con chaqueta roja bordada, pantalón negro, camisa blanca, pañuelo anudado al cuello, una máscara colorista y casco de metal con impresionantes labrados, sobre el que luce un colorido plumero. La particularidad de sus cofradías y la riqueza de sus tradiciones convierten esta Semana Santa en un acontecimiento de indudable atractivo para el visitante y hacen a la localidad cordobesa poseedora de una de las celebraciones más peculiares.
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Pero hablar de la Semana Mayor de Baena es además embriagarse con los colores y los sonidos, aprender un vocabulario cofrade propio, disfrutar de la artesanía y descubrir sus costumbres de primera mano. Y nada mejor para conseguirlo que la ayuda de los mismos vecinos de la localidad, personas que viven con intensidad su Semana Santa y están orgullosos de compartirla. Su carácter alegre, sociable y generoso es otro de los regalos que no se pueden desperdiciar. Uno de los rasgos distintivos de la Semana Santa de Baena es la estructura de sus cofradías. Cada una está formada por varias hermandades y cuadrillas. Así mismo, las hermandades pueden estar divididas en varias cuadrillas. Además de las originales vestiduras y, sobre todo, de las artesanas máscaras que llevan casi todos los participantes, llaman la atenbción y los distingue, los estrambóticos cascos. De la parte trasera cuelgan crines de caballo, blancas o negras, que dan lugar a la distinción de este peculiar personaje en Judío Coliblanco o Judío Colinegro. Tal es su relevancia, que ha marcado a las distintas cofradías con un sello, dando lugar a la existencia de Cofradías Blancas o de Cola Blanca y Cofradías Negras o de Cola Negra.
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Las turbas, que son el conjunto de cuadrillas de judíos, también están divididas en función del color de sus colas, existiendo ocho cuadrillas de colinegros e igual número en la cola blanca. Pero no hay que olvidar el elemento más importante y característico del Judío: “el artesanal tambor”, compuesto por fondo de metal, aros de madera, cordel de cáñamo, parches o pellejos de piel de cabra, chillones o bordones de tripa y baquetas de madera. Para colgarse el tambor se utiliza el tahalí, una pieza de cuero tipo cinturón o arnés rematado con un gancho. Aunque de carácter religioso, esta Semana Santa, también ofrece un cierto tono festivo, motivado por el modo de celebrar estos pasajes bíblicos, a través de personajes singulares en esta ciudad. Son numerosos los actos, protocolos y desfiles de la Semana de Pasión. El tambor es el lazo de unión del populismo de la Semana Grande baenense y simboliza el clamor de la devoción a la Pasión de Cristo. Otra de las joyas de esta festividad es la presencia de ricas imágenes religiosas durante los pasos, como la del Cristo gótico del Perdón y el Cristo de la Expiración, declarada Bien de Interés Cultural. Baena, casi en mitad del camino entre Granada y Córdoba, deslizándose en las laderas de un cerro, formando un conjunto urbano de calles sinuosas y estrechas, salpicado de viviendas tradicionales y casas señoriales, posee un rico patrimonio histórico y religioso. Aquí “hay castillos y leones, tumbas iberas y exvotos, templos romanos, iglesias cristianas, caminos sin fin y cuevas misteriosas, y olivos, y poesía. Y las voces de personas que un día fueron y otras que ahora son.” Mucho de todo ello se encuentra en el Museo Histórico y Arqueológico Municipal. Entre sus joyas destacan los leones iberos, los exvotos de Torreparedones, el cercano yacimiento arqueológico que cuenta
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paulatinamente su historia desde el siglo II a.C. las esculturas romanas, la colección numismática ibera y romana, formada por más de 2.000 monedas, y la sala de autores y artistas locales. Hay mucho más que ver y disfrutar en Baena, desde la bellísima trama medieval del Barrio de la Almedina a su castillo ahora sometido a un ambicioso proceso de restauración y sus diferentes iglesias, especialmente la de Santa María la Mayor (siglo XVI), declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional; desde los lagos de la Cueva del Yeso al Embalse de Vadomojón que da cuenta de modernos regadíos y facilita la actividad recreativa y deportiva. Y por supuesto, algunas de sus almazaras donde se elaboran varios de los mejores aceites del mundo y el atractivo Museo del Olivar y el Aceite de Baena. Como platos típicos de la gastronomía baenense destacan, entre otros muchos, el salmorejo, que puede degustarse solo o acompañando a otros platos como la tortilla de patatas, berenjenas fritas, melón, jamón o huevo duro picado; el gazpacho, que también se puede elaborar con habas y almendras, ajo blanco y acompañarlo con manzana pepino o pasas; el delicioso revoltillo baenense (a partir de verduras variadas, como espárragos, habas, ajetes... huevo y jamón); la sopa de pescada (ajo, cebolla, tomate, cáscara de naranja amarga, laurel, tomillo, hierbabuena, vinagre, limón, aceite, sal y agua); el empedraíllo (plato que se hace con arroz, garbanzos, tomate, pimiento, cebolla, habichuelas, laurel, ajos, aceite, azafrán, sal y agua).
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Isidoro A. Gรณmez Montenegro
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La iglesia constituía el régimen colonial, era el mayor apoyo, contribuyó como factor a formar la nación. Los oficios y sus gestas, los templos, únicos lugares donde convivían las clases sociales del virreinato, ello contribuyó a formar vínculos rudimentarios de nacionalidad. La iglesia proporcionó el único símbolo que identifica de la misma manera, indígenas, criollos y mestizos: La virgen de Guadalupe, según la versión más difundida en 1531. 10 años después de la caída de Tenochtitlán cuando los indígenas vivían los horrores de las epidemias que estuvieron a punto de extinguirlos. La virgen se apareció tres veces a un indio llamado Juan Diego, (hoy San Juan Diego), deseaba se le construyera un templo en el Tepeyac, dejó grabada su imagen en la tilma del nativo, que años atrás había anunciado Cuauhtlatohuac abrazando el cristianismo con fervor, narran sus biógrafos que dejó su vida sexual con su esposa para que nada lo distrajera de sus obligaciones religiosas. Según algunos investigadores fue el Obispo Fray Juan de Zumárraga a quien Juan Diego visitó varias veces hasta que le presentó la tilma con la imagen de la Virgen morena. Al contemplar el prodigio el jerarca religioso ordenó la construcción del templo. A pesar de esto algunos católicos prominentes han observado algunas inconsistencias con la bella historia de Juan Diego. En el Tepeyac prehispánico existió un templo dedicado a Tonatzín encargada de suministrar el maíz, a ella también le atribuían apariciones, su culto estaba extendido hasta Guatemala, donde concurrían peregrinos a adorarla.
San Juan Diego
Los primeros misioneros predicaban en náhuatl y pronunciaban la palabra Tonatzín para designar a la Virgen María, las danzas actuales que hoy día se rinden en homenaje a la Guadalupana son casi las mis-
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mas que antes se interpretaban para festejar a la deidad indígena. En el siglo XVIII los criollos fueron quienes promovieron el culto con gran vehemencia a la Guadalupana, el hecho parece estar relacionado con la canonización de Felipe de Casas Martínez, el actual San Felipe de Jesús quien a pesar de haber llevado una vida disipada, fue enviado al convento de los franciscanos como correctivo, por su padre, su vida cambió. San Felipe al desviar su ruta el barco en el que viajaba a un convento a Kioto, por minucias fueron crucificados él y sus 25 compañeros, posteriormente beatificados en el año de 1627, por falta de fe de bautismo de Felipe a quien los españoles ya llamaban el “Jesús criollo” no fue posible demostrar su nacimientos novohispano, siendo canonizado hasta 1862 a instancias de gestiones eclesiásticas mexicanas. Fueron los criollos al insistir en hacer a la Nueva España el país de la Virgen, el lugar en que estaría mejor que con Dios. Desde el siglo XVII ya se demostraba devoción por la Guadalupana, en las proximidades de la primitiva ermita estaba guardada la imagen, ahí existían huertas en las que la gente acostumbraba comer antojitos, cantar, etc, etc. En contraposición a esto, el clero de fines de este siglo trató de aumentar la devoción de la Virgen de los Remedios, quien según los historiadores había intercedido a favor de los españoles en la derrota de la noche triste, lo que aumentó los resquemores de muchos criollos entre las provincias de España, acrecentó la devoción de la Guadalupana a la que llamaban la Criollita por el color moreno de su piel (los indígenas) la llamaban “La indita”, “La mesticita”, los mestizos.
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En el siglo XVII también se imprimieron, cantidades de novenas triduos y panegíricos de la Virgen de Guadalupe, se discutía en las iglesias si la imagen del ayate juandieguino fue pintada por Ángeles, por Dios, o por la Virgen, sin embargo estas tesis no pusieron en duda que era de manufactura divina y no humana, Non fecit Tahiter omni nationi. “No hizo tal cosa ninguna otra nación”.
Lo afirmó el Papa Benedicto XIV cuando le contaron de las apariciones, esto daba interpretación a la Nueva España de ser tierra Santa, pues la había escogido la Guadalupana para hacer patria. Desde 1666 se recabó información de las apariciones que se transmitieron en ese entonces de boca en boca, en 1737 los criollos que dominaban los cabildos de la Nueva España lograron que la Virgen fuera proclamada patrona de la Nación. El culto continuó creciendo, al estallar la guerra de independencia la Guadalupana logró unir a los nativos del país por encima de sus desacuerdos y diferencias, esto significó, hasta en los más recalcitrantes ateos. Un milagro realizado por la Virgen del Tepeyac. Al situarme en la actualidad, diré que se siguen realizando peregrinaciones a la Villa o a la Basílica de Guadalupe donde participan grupos de todo el país. En mayo de 1990 en la segunda visita de Juan Pablo II, nombró beato a Juan Diego vidente de la virgen y en julio de 2002 fue canonizado en el último viaje de Juan Pablo II QEPD.
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Parafraseando algunas palabras del Papa Benedicto XVI, la vida de los Santos no es solo comprenderla, o saber su biografía terrenal, sino saber también su actuación en Dios después de la muerte, quien va hacia Dios es decir los santos no se alejan de los hombres, se hacen más cercanos, el mejor ejemplo es María. María se ha convertido en la madre de todo creyente, a su bondad materna y su pureza virginal se dirigen todos los hombres de todos los tiempos y de todas partes del mundo. Su esperanza, su alegría, sus contratiempos, su soledad, su convivencia, se manifiesta en amor derramado, dando bondad en todos los continentes y a todas las culturas, desde lo más profundo de su corazón, al bien y la devoción de los fieles. Ref. Tomo II Edición Especial de Historia de México. ORACION: Dios de poder y misericordia, bendijiste las Américas en el Tepeyac con la presencia de María de Guadalupe. Que su intercesión ayude a hombres y mujeres, a aceptarse entre sí como hermanos. Por tu justicia, presente en nuestros corazones, reine la paz en el mundo. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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La comunicación es el acto a través del cual dos seres entablan entendimiento el uno con el otro. desde su etimología. La palabra deriva del latín communicare, que significa “compartir algo, poner en común”. Por lo tanto, la comunicación es un fenómeno inherente a la relación que los seres vivos mantienen cuando se encuentran con otros. A través de la comunicación, las personas o animales obtienen información respecto a su entorno y pueden compartirla con el resto. Si nos centramos en los humanos, nuestra comunicación es muy compleja, no es solo el esquema de emisor, que es quien lanza el mensaje, mensaje, que es lo que se transmite y receptor, que es a quien llega para que lo entienda y procese. Hay muchos más elementos que debemos manejar para ser buenos comunicadores, la comunicación verbal, donde entraría el tono, el lenguaje adecuado a las capacidades del receptor, la velocidad, la reiteración de las partes que son complejas y puede no entender… como la no verbal, donde entraría nuestros ademanes, nuestra mirada, sonrisa, postura… y en el ámbito de la pareja, entrarían más formas aún de comunicarnos.
En la comunicación verbal una parte fundamental es la escucha. Escuchar es una habilidad muy importante que cuesta trabajo desarrollar ya que todos estamos ávidos de ser escuchados y rara vez damos la oportunidad a otros de expresarse, sin embargo, en la sociedad esta cualidad es esencial, ya que la única manera de poder dar a otro lo que necesita es conociendo sus necesidades y esto sólo podemos lograrlo si lo dejamos expresarse. Aprende a escuchar y sacarás provecho aun de aquellos que no saben expresarse” .Plutarco. Escuchar no es fácil. Debemos intentar hacer pequeños resúmenes según nos van hablando para facilitar al emisor su discurso, para que se de cuenta de lo que me estoy enterando, y los dos lleguemos a un entendimiento optimo cuando finalice su exposición, sin juzgarle, sin in-
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terrumpir con ninguna experiencia nuestra, hasta que él acabe su ponencia. de esta forma la persona nos contará todo aquello que realmente quiere contar y profundizará más en temas que de otra forma nunca nos contaría. Cuando nos toque nuestro turno, es bueno argumentar basándonos en lo que el emisor, ahora receptor dijo, para que la conversación sea enriquecedora para las dos partes y no sea tan solo un encuentro donde las dos partes quieren contar su discurso sin importar para nada lo que el otro nos diga. Recordemos siempre que una conversación no es la suma de dos monólogos. Cuando hablamos expresamos nuestras ideas, a través de los conceptos que conocemos y dependiendo de lo que pensamos y las habilidades de comunicación que hayamos adquiridos lo expresaremos a nuestra manera, dando nuestra opinión, nuestras vivencias. Es importante enriquecer nuestro pensamiento a través de la lectura, de tertulias, películas, museos, reuniones con otras personas… para poder aportar nuevas experiencias y nuevos pensamientos a través de nuestro aprendizaje personal. Cuando una parte de la relación no avanza, no crece como persona, va empobreciendo su aportación, su discurso se va quedando obsoleto, y llega un momento que aburre a la otra parte. podemos identificarlo por la frase: “es que has cambiado”, la pena que tu no has cambiado, por lo que tengamos cuidado de no quedarnos atrás y pensar siempre en crecer nosotros para poder hacer crecer nuestra relación. En una relación de pareja la comunicación emocional es fundamental, y cada pareja tiene su lenguaje, su propio tono de voz, sus propias miradas, sus roces, sus
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posturas, su velocidad, es algo propio que han creado a través de su complicidad, cuanto mas propia sea, más complicidad suele haber entre ellos y mejor entendimiento habrá. Cuidado con ser adivino, no tiene nada que ver con eso, es más, no podemos pretender nuestra pareja sea adivina porque casi siempre vamos a decepcionarnos; intentemos comunicar las cosas con un lenguaje que nuestra pareja entienda y no pretendamos sea como otra persona que conocemos, cada uno tenemos una capacidad de percibir y de entender. No podemos pedir a nuestra pareja que nos entienda como nuestra amiga o nuestro hermano o nuestra madre. En algunos aspectos nos comprenderá mejor y en otros peor. A veces también es culpa nuestra porque a nuestra amistad le contamos cosas que a nuestra pareja le ocultamos y luego pretendemos sea adivina la pareja.
La comunicación instintiva, está basada en los sentidos, en lo que nos rodea, la decoración, los olores, los sabores, la temperatura, la limpieza, el orden… todo lo que percibimos a través de los otros sentidos que no es el oido. Cuando conseguimos una mayor afinidad en estos aspectos estrechamos lazos que dan identidad a nuestra relación, nos relajamos ante esos estímulos que nos unen más a nuestra pareja, los hacemos propios. A través de estos sentidos surge la comunicación sexual, la manifestación íntima del amor. Algo que hay que estar constantemente alimentando, tenemos que estar conquistando a nuestra pareja cada día, recordando que si se abandona el amor, este se seca y desaparece, entrando en una relación de cariño y monotonía. No pretendas que tu pareja haga lo que tu quieres, haz lo que crees que ella quiere y disfruta viéndola feliz sin esperar nada a cambio. No te preo-
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cupes, si la otra parte no tiene la madurez de hacer lo mismo, tu te desenamoraras y podrás irte sin dolor, y quien se queda es el que sufrirá y se sentirá fatal por no haber sido capaz de regar ese amor que perdió. El amor no es pasivo, hay que estar amando todo el tiempo, y entonces si te llenará y te alimentará, tanto por dentro como por fuera. A la persona enamorada que sí es capaz de amar activamente se le nota por tener más energía, mas felicidad, se queja menos y no le duele nada, el sistema inmunológico se fortalece, y disfruta con lo que hace. Tenemos que tener muy en cuenta que el tiempo es importante pero el hacer conjuntamente cosas es más importante. Cuantas más cosas hagamos juntos que nos enriquezcan, más podremos hablar de ellas, más elementos nos unirán, más recuerdos generaremos y más nos apetecerá estar con esa persona. Hablo de salir a correr, bailar, ver una opera, un partido o un festival, salir de copas o hacer un viaje, todo aquello que pensamos y nos apetezca, bien venido sea para enriquecer la relación. Al fin y al cabo lo que no decimos hablando, siempre lo podemos decir con un roce, una mirada o un llanto. Comunicación al final es todo lo que me relaciona con otro ser, recuerda que el egoísmo es la comunicación de tu parte infantil con tu parte consciente, y que esa comunicación te aislará y te dejará a solas con tus dos partes, intentando saciar solo a esa parte infantil y pequeña. Para crecer como persona intenta escuchar a los demás, evitar el egoísmo desproporcionado de los otros que te puede dañar, relacionarte con gente que tenga tu capacidad de crecer y percibir al otro, e intentar sobre todo cada día aprender algo para poder enseñarlo. Luego ya tan solo es cuestión de esperar para que surja esa pareja que se adapte a ti y tu a ella dentro de una comunicación madura con toda su complejidad en juego.
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POESIA DE SIGLOS
¿Qué decir de Luis Rosales a quien yo conocí naranjo, recién florido en aquellos años treinta, y que ahora es grave poeta, exacto definidor, señor de idiomas? Ahora lo tenemos lleno de frutos, exigente y profundo. Atravesó este mortal antipolítico el momento desgarrador de Andalucía y se ha recuperado en silencio y en palabra. Salud, ¡buen compañero!
Luis Rosales Camacho (Granada, 31 de mayo de 1910 - Madrid, 24 de octubre de 1992) Su obra es muy extensa y fue evolucionando desde un clasicismo a un estilo propio cercano al vanguardismo surrealista. Se suelen distinguir dos etapas en su obra, una más preocupada por cuestiones estéticas, cercana al clasicismo garcilasista, y otra posterior de experimentación vanguardista. Ambas se funden en La casa encendida, donde la estética ya no suponen una preocupación, sino el ejercicio de técnicas que ya domina.
Pablo Nerruda
Entre otros grandes premios en 1982 obtuvo el Premio Cervantes por el conjunto de su obra literaria
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1—de izquierda a derecha: Luis Felipe Vivanco, Luis Rosales, Rodrigo Uría, Dionisio Ridruejo, Pedro Lain Entralgo, Gonzalo Torrente Ballester y Antonio Tovar (Madrid) 1973.
Pizarro, José y Manuel Fernández Montesinos, Hermenegildo Lanz, Ismael González de la Serna, y el músico Ángel Barrios.3
Sus inicios en la formación literaria están relacionados con el entorno de artistas de la revista Gallo (aunque él nunca llegara a publicar en ella), cuyos componentes —Enrique Gómez Arboleya, Manuel López Banús, Joaquín Amigo y Federico García Lorca, entre otros—, se convertirán en grandes amigos suyos.2 En 1930, tras un par de publicaciones en la revista vanguardista Granada Gráfica, realiza su primera lectura poética en el Centro Artístico, Literario y Científico de Granada, que fue considerado un éxito —hizo eco la prensa granadina, y a partir de entonces su intervenciones en esta institución fueron numerosas—; meses después, comienza sus estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de Granada. Fue un asiduo tertuliano del Rinconcillo en el Café Alameda de Granada, en donde acudían entre otros de forma habitual, Melchor Fernández Almagro, el pintor Manuel Ángeles Ortiz, los hermanos Francisco y Federico García Lorca, José Acosta Medina, Antonio Gallego Burín, el ingeniero de caminos Juan José Santa Cruz, el periodista y escritor José Mora Guarnido, Constantino Ruiz Carnero, Francisco Soriano, Miguel
En 1932 se traslada a Madrid para continuar sus estudios de Filología, obteniendo el doctorado. Allí comienza su amistad con Pedro Salinas y Jorge Guillén, los cuales lo introducen en Los Cuatro Vientos, considerada como la última revista colectiva del grupo de poetas de la Generación del 27.4 En el segundo número de dicha revista, en abril de 1933, colaboran los grandes intelectuales de la época como Miguel de Unamuno, Benjamín Jarnés, Manuel Altolaguirre, María Zambrano, Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Vivanco, Claudio de la Torre, Vicente Aleixandre, Antonio Marichalar, Jaime Torres Bodet y Rainer María Rilke; y el mismo Rosales publica sus primeros poemas: Égloga del sueño y Oda del ansia. Continuó su actividad literaria en Cruz y Raya, revista dirigida por José Bergamín. También publica sus versos en Vértice y en Caballo Verde para la Poesía, revista dirigida por Pablo Neruda en la que salían asimismo poemas de otros escritores como Vicente Aleixandre o Miguel
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do evitar su arresto y posterior ejecución a pesar de la amistad que tenía con Lorca y su posición dentro de la derecha granadina. En ese mismo fatídico año, también fue asesinado Joaquín Amigo, catedrático de filosofía y miembro de los intelectuales creadores de la revista Gallo y muy cercano de ambos. En este caso, Joaquín Amigo fue asesinado por los republicanos, lanzándolo por el Tajo de Ronda,4 mientras estaba destinado en dicha localidad malagueña como catedrático de instituto. Esas dos muertes marcan la vida, tanto personal como literaria, de Rosales, en cuya obra —tanto en Un rostro en cada ola como en su inacabado Nueva York después de muerto, y en otros muchos escritos, tanto poéticos como de ensayo— se reflejan las influencias de ambos amigos. Rosales y Dámaso Alonmso. 1972
Hernández. En la capital de España conoció a los Panero (Juan y Leopoldo) y a Luis Felipe Vivanco, compañeros de la que se denominará después Generación del 36 (o de la Guerra), de la que también forma parte Dionisio Ridruejo, y cuyos ejes comunes, además de su afinidad y camaradería, fueron su catolicismo intimista y su conservadurismo en lo social. En agosto de 1936, recién iniciada la guerra civil española, Ramón Ruiz Alonso, que era miembro de la CEDA, arresta a Federico García Lorca. El poeta se había refugiado en la casa de los Rosales, creyendo así ponerse a salvo de represalias, ya que en esa familia había destacados miembros falangistas. Luis Rosales no pu-
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Recogiendo el Premio Cervantes en 1982 de las manos del rey Juan Carlos I de España
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En 1937 publica en el diario Patria de Granada, el poema «La voz de los muertos», probablemente uno de los más importantes escritos durante la guerra civil, elegía a todas las víctimas de ambos bandos, en el que quedan fuera cualquier expresión de triunfalismo o exaltación.6 A partir de ese mismo año Rosales colabora en la revista falangista Jerarquía.7
-Luis Rosales con Carmen Díaz de Alda (examinando la Tesis doctoral sobre el poeta el día de su lectura). Fecha: 3.07.1989 (Archivo: Carmen Díaz de Alda
Colaboró también en el diario Arriba España8 y en la revista Escorial. Fue se-
cretario de redacción y director de Cuadernos Hispanoamericanos. A partir de 1978 dirigió Nueva Estafeta, revista única en su época por incorporar entre sus colaboraciones obras escritas en las distintas lenguas de España (castellano, catalán, euskera o gallego). Ideológicamente fue evolucionando desde las ideas autoritarias de su juventud hacia posiciones democráticas en su madurez. A finales de 1949 y comienzos de 1950, participó de la "misión poética"9 con los poetas Antonio Zubiaurre, Leopoldo Panero y el embajador Agustín de Foxá, que recorrió diferentes países iberoamericanos (entre otros Honduras) previo al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre estos países y el régimen de Franco. En 1962 ingresó en la Hispanic Society of America y en la Real Academia Española, aunque no leyó su discurso de ingreso, Pasión y muerte del Conde de Villamediana, hasta 1964.
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nes», «Rafael Alberti o la libertad poética», «La temporalidad de Antonio Machado», «La hora del cubismo», «La contemplación creadora» (sobre Picasso) y «La herida del cante jondo», entre otros muchos.11 El 28 de octubre de 1988, en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga, pronunció la conferencia Y de pronto, Picasso.10
Falleció de un paro respiratorio tras sufrir un embolismo cerebral el 24 de octubre de 1992, en la clínica Puerta de Hierro de Madrid.
Luis Rosales. Foto: Aurora Fierro
Fue consejero de don Juan de Borbón y apostó activamente, alentando a las izquierdas y derechas por unirse y apoyar la restauración de la monarquía en España (primero con este y posteriormente con don Juan Carlos de Borbón).10
Aunque residía en Madrid desde 1968, pasaba los veranos en Cercedilla, época en la que escribía sus libros de poesía. En 1982 recibió el Premio Cervantes, el galardón literario más importante en lengua castellana. En 1970 fue nombrado asesor del director del Instituto de Cultura Hispánica y en 1973, director del Departamento de Actividades Culturales de dicho Instituto.
Entre 1986 y 1992 colaboró de manera periódica con el diario ABC, bien escribiendo en una columna o publicando en el suplemento semanal Blanco y Negro. Los temas de los escritos en dicho medio eran principalmente la música, la pintura y la literatura. Entre sus aportaciones figuraron «La originalidad de la segunda parte del Quijote», «Un modelo de teatro», «Historia de un soneto» (escrito este en diferentes partes), «El libro de los gorrio-
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HERIDO DE AMOR HUIDO ESCRIBIR TU SILENCIO SOBRE EL AGUA
F. García Lorca Abril, porque siento, creo, pon calma en los ojos míos, ¿los montes, mares y ríos, qué son sino devaneo?; mirando la nieve veo memoria de tu hermosura, y cuando vi en su blancura tu inmediata eternidad, ¿fuiste si no claridad, temblor, paciencia y dulzura? Tu leve paso indolente deja en mis ojos su aroma, los ojos en donde toma revelación permanente; bienaventuradamente nacieron para el olvido, tu piel de asombro encendido, tus ojos de limpio viento, y esta ternura que siento «herido de amor huido».
Sólo florece el agua que está queda Miguel de Unamuno No sé si es sombra en el cristal, si es sólo calor que empaña un brillo; nadie sabe si es de vuelo este pájaro o de llanto; nadie le oprime con su mano, nunca le he sentido latir, y está cayendo como sombra de lluvia, dentro y dulce, del bosque de la sangre, hasta dejarla casi acuñada y vegetal, tranquila. No sé, siempre es así, tu voz me llega como el aire de Marzo en un espejo, como el paso que mueve una cortina detrás de la mirada; ya me siento oscuro y casi andado; no sé cómo voy a llegar, buscándote, hasta el centro de nuestro corazón, y allí decirte, madre, que yo he de hacer en tanto viva, que no te quedes huérfana de hijo, que no te quedes sola allá en tu cielo, que no te falte yo como me faltas.
Los sitios donde has estado en la memoria los llevo sólo para ver de nuevo el rastro que allí has dejado; la tierra que tú has pisado vuelvo a pisar; nada soy más que este sueño en que voy desde tu ausencia a la nada. me hizo vivir tu mirada: fiel al tránsito aquí estoy.
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Antonio Berlanga Pino
Desierto de Tabernas (Almería) MARIRIO DE SAN SEBASTIÁN Prólogo del martirio Aves de lodo caliente bajan continua marea
de cábalas y presagios alrededor de la tierra. Por la boca del desierto se desprende la sospecha. Su fe redobla tambores en repetida condena. La detonación del día abrió sombras en la sierra; entre el hueco de la tarde su lente se puso vieja. En hombrías y bravuras legión de escudos se tercian. Cuando su voz se descubre se aquilataban las flechas. La luz, casi flagelada, se enrojeció por Tabernas al abrir ruedo romano de par en par a sus puertas. Un plenilunio de enero coronaba su cabeza. La ira le puso ladridos cuajados en dura piedra.
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Situación de martirio
Heroísmo y glorificación
Activa centuria viene
Lluvia de luceros pende
sobre la playa desierta.
sobre el negro escampado,
Cónsules ebrios de sangre
y su desnudo reboza
a gritos dan la sentencia.
en un nocturno Calvario.
Torso de varón se ofrece
Verdugos y gastadores
como voluntaria presa,
templan la lid de los arcos.
los yunques de ojos vigías
En desierta madrugada
sobre su pecho bombean.
el hecho se ha consumado.
En la bacanal de brisa su cuerpo, redil de flechas,
Arquitectura de cielo
torna en un prado corinto
teje maya entre los dardos
los pinceles de sus venas.
y rueca de ángeles tibios clava con fuego el ornato.
Su oración de savia viene
Copistas de luz varada
por desvaídas cancelas.
reflejan guiños dorados
El río canta errante
en techos enardecidos
ya dentro de la saeta.
que descienden como paños.
Retablo de tronco oscuro
Noche de torso que cruje.
oscila por sus dos piernas,
Sebastián yace en el árbol,
en grueso pulso pudiente
ráfaga de siglos nutren
de corceles y cadenas.
el candil de su gravado.
Soldados y espadachines
Un cáliz rebrota nuevo
con las aljabas ligeras,
en el sopor de los campos
alrededor de los muros
con el aluvión de lirios
ya se dan la media vuelta.
de los caminos templarios.
El erizo de su figura
Se cierran pozos al alba.
entre el madero se cierra,
¡Sebastián no está en el árbol!
cuando al filo de la noche
Viaductos y corredores
se ciñe o curva su fuerza.
abren secretos espacios.
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Maria Luisa TRIUNFO
Mora Alameda Conocimos su cuerpo. Eran tan bello el triunfo que nos hubiésemos quedado para siempre sobre las vibrantes palmas de sus manos.
Nos llegaron entonces fascinantes palomas amarillas, ventanas abiertas a la luz del día, arterias llenas de esperanza. Nos hubiéramos quedado allí, permanentemente. Nos habríamos alimentado de sus ojos, que abrían todas las puertas. Nos habríamos ceñido todas sus coronas. Pero no fue del todo buena aquella sensación, el embriagarse de su extraña locura, darse al vicio de su rostro perfecto, sumergirse para siempre en el extraño vaivén de su carne enardecida. ¿Nos fuimos de su lado o nos echaron quizás? No sabemos, muy bien, lo que ocurrió. Lo cierto
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es que estamos aquí. Ya se pasó la moda de escuchar nuestros pasos sobre las escalerillas de los aeropuertos. Y sin embargo aún sentimos que tenemos cierta dependencia de aquella sensación, de aquel fulgor extraño
que suele durar tan pocos días.
PRIMAVERA Qué luminoso día nos contempla.
Aquí estamos.
Somos los triunfadores
La herida de nuestros primeros sueños
que descansan
está curada al fin.
bajo el nevado color de los almendros
Y un nuevo día nos trae, como regalo,
en esta primavera
el tren que llega
que, alegre, entra en nosotros
hasta la luz de nuestro paso
y todo lo transforma con su magia.
para que subamos a él igual que suben
Somos altos y bellos,
los ciervos a la vida
rosas que han florecido
y sintamos el traqueteo continuo,
con el influjo poderoso de su fuerza
el movimiento indemne
que apenas posee
que conduce a la tierra fabulosa
definición exacta.
donde todo es verdad,
A nuestros ojos
en la que todo es alegría.
ha llegado la lluvia que fertiliza el campo de noviembre.
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RETAZO EN UN PEQUEÑO POEMA Porque he de aprender en el olvido a no recordarte CALOR DEL ALMA Porque duele tu mirada en mi alma Mezcla de fuerza y orgullo Por eso, alejate y se Fuerza del corazón
solo un retazo en un pequeño poema
Calidez del alma
dentro de un cuerpo de fuego Fuego incesante que no quema El calor de tu alma
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LA HILANDERA DE SUEĂ‘OS Dia tras dia
deshila y teje Deshila tristeza teje esperanza Dia tras dia miro como entrelaza mi alma entre sus manos, perlas de sueĂąos.
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AITOR SORGINAK HAY UN LUGAR Hay un lugar, en mi mente, donde las heridas desaparecen, Donde los miedos arden entre las llamas de la pasión, Donde todo cuanto fuimos queda por debajo de lo que seremos,
Donde los sueños, sin llamarlos, se posan en tus párpados… Hay un lugar, en mi corazón, donde la alquimia reina en solitario, Acompañada, únicamente, por el poder de tu magia, Donde tus besos siguen sabiendo dulces, inocentes, Donde mis noches descarrilan ante la posibilidad de tenerte… Hay un lugar, en mis noches, destinado tan solo a ser ocupado por ti, Donde cada día es año nuevo y cada noche, nochevieja, Donde mis recuerdos se entremezclan con tu ilusión, Donde siempre me queda un minuto más para esperarte… Hay un lugar, tan lejano, que se escapa entre los dedos del viento, Tan cercano a la vez que casi podemos acariciarlo si lo intentamos, Donde el vacío no tiene cabida si nuestros cuerpos se unen, Donde la princesa se convirtió en reina, para siempre…
Ese lugar, que tan claramente veo si cierro mis cansados ojos, Está en el punto donde confluyen tus caderas y mis manos, Donde ya no quiero más vida que tu vida, y a ella me aferro, Es el lugar, donde, como siempre, te esperaré…
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TRAZADO ESTRICTO Traicióname en treinta trincheras, tremenda trenza para este trazo, trágico, tríptico,
traidor de tres tramas entregadas... Tropezando en tropel con su tromba traspapelada. Trapos ultrajados entrenan su trajín, como trucos extraños en tributo, truculento, entregado, estruendo de truenos trasnochados, traídos con trajes trasquilados. Atrápame entre trabas, otrora entradas en trepanaciones, estrechas, entramadas, trepando tranquilos por traviesas atrofiadas. Atracan la retribución de trescientos trabajos atronadores, patriotas, atrancados, en un tropel de entramados. Maltratado por las treguas, tronchando los trigales de entrada al trono del estraperlista, estrábico, tramoyista, penetrando la estratosfera ostracista.
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Una imagen, un poema
Poesía:
MIGUEL RUBIO A
Fotografía: JESUS CAÑAS “EL 112
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BOSQUES SECOS
Los árboles se secaron de tanto llorar, se suicidaron con la última lágrima. Las hojas ese verano tomaron el color del otoño y el verde se tornó dorado. Al recogerlas el viento con su escobón milenario parecía una bandada de papiros recortados. Los árboles murieron de sed en medio de charcos de llanto. El bosque antes orgulloso,ahora, lleno de esqueletos, era un camposanto. Los frutos no dieron semillas porque las flores se marchitaron la muerte había matado a la vida en su macabro trabajo.
ARTIAGA
L FOTERO” 113
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Imรกgenes: Jorris Martinez Texto: Alfredo Villaverde
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En mi interior siempre habita la mirada de un niño. Es lo único que reconozco de mi infancia cuando miro al espejo. Esa mirada, a veces interrogativa, a veces absorta ante el fenómeno iniciático de la vida. En cualquier momento, en cualquier lugar, las miradas de los niños nos transportan a un universo de esperanza, a una reflexión íntima sobre el paso del tiempo, la levedad del existir, la realidad y el deseo, ese deseo de volver a ser niño.
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Dos pinturas para un pintor
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Paseos por el Arte de la Naturaleza
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Alfredo Pastor Ugena. Fotos: Adelina Arranz Aguilera
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Durante el encuentro de FEPET, celebrado en la ciudad de Antequera los días 29 y 30 de marzo, tuvimos la ocasión de visitar un paraje natural modélico, el Torcal de Antequera, donde encontramos un modelado, principalmente de las rocas, que origina un entorno singular cuya belleza nos comportó una inagotable satisfacción visual. En su entrada, un Centro de Interpretación nos da a conocer la evolución del conjunto kárstico desde el Jurásico hasta hoy, a través de proyecciones en tres dimensiones. Nos informan que también se pueden realizar visitas especiales de noche, o jornadas con el Observatorio instalado en las inmediaciones, donde podemos disfrutar de una experiencia única.
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Revista La Alcazaba El Amonite. Foto: Adelina Arranz Aguilera
El Torcal de Antequera es un paraje natural único, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.Cuenta con una red de senderos de uso público que recorren parte del espacio natural, como por ejemplo la ruta de los ammonites o la del Laberinto Kárstico. Se trata de un territorio marino de unos 20 kilómetros cuadrados, emergido a causa de los plegamientos alpinos en la Era Terciaria. A partir de este momento el conjunto es sometido a un proceso de erosión, el modelado kárstico, en el que la fractura de la roca por la acción de cuña que supone el agua que absorbe la roca y se hiela por la acción del frío, junto con la disolución de calizas por efecto de la lluvia, modelaron multitud de formas sorprendentes.
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El Martillo. Foto Adelina Arranz Aguilera
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En él, una serie de fracturas generaron grietas (diaclasas) y sistemas de fallas que se entrecortan en ángulo recto (orientación NW-SE y NE-SW); la erosión y hundimiento de dichas grietas ha producido lo que llamamos hoy día callejones o "corredores". A partir de este momento el conjunto queda sometido a un proceso de erosión: el modelado kárstico. En El Torcal predominan las calizas, rocas con más de 150 millones de años, formadas por sedimentos marinos muy sensibles a la erosión. La acción lenta pero continuada de la lluvia, la nieve y el viento sobre este material han moldeado este característico paisaje. Sus cuevas y simas configuran un entorno idóneo para la práctica de la espeleología.
Vista del Valle desde el Torcal. Foto Adelina Arranz Aguilera. 122
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La gelifracción, o fractura de la roca por la acción de cuña que supone el agua que absorbe la roca y se hiela por la acción del frío, junto con la disolución diferencial de las distintas calizas por el efecto ácido del CO2 atmosférico presente en el agua de lluvia, han modelado multitud de formas en las rocas que generan una belleza inigualable en el entorno. Esta cuña de hielo ha esculpido singularidades rocosas, generando una completa colección de piezas naturales a las que se les pueden atribuir semejanzas con formas de la vida cotidiana como el tornillo. Además, la disolución de las rocas a nivel superficial da lugar a lo que se conoce como lenar o lapiaz, terrenos rocosos donde es difícil el tránsito a pie, sucediéndose desde alturas vertiginosas a abismos profundos.
Paisage Kárstico. Foto: Adelina Arranz Aguilera 124
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El Paraje Natural Torcal de Antequera encierra una de las muestras más impresionantes de paisaje kárstico de toda Europa y, debe su nombre, a las dolinas o torcas, unas curiosas formaciones en forma de depresiones circulares. Este medio de gran belleza y apariencia inhóspita contiene además una rica y variada vegetación con algunas especies exclusivas. Su fauna es rica en aves como el buitre leonado o el búho real, además de mamíferos como el zorro y la comadreja. El denominado mirador de las Ventanillas se asoma al valle del Río Campanillas, ofreciendo bellas panorámicas de su paisaje y de la localidad de Villanueva de la Concepción.
Como todos los macizos calizos, El Torcal de Antequera presenta una enorme riqueza en simas, cuevas y otras formas subterráneas, algunas de ellas de gran importancia prehistórica como la Cueva del Toro. Su origen se relaciona igualmente con procesos de disolución y ensanche de las calizas subterráneas por la acción del agua de lluvia.
Cueva de Oso. Foto Adelina Arranz Aguilera
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Paisaje Kรกrstico. Foto Adelina Arranz Aguilera
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Monasterios y Castillos
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El castillo de Santa Catalina, elemento de identidad para Jaén Se ha transformado en un monumento visitable de interés turístico, en un lugar clave para la ciudad, un símbolo y un espacio cultural donde la historia cobra vida por medio de exposiciones explicativas. De este modo, el visitante saldrá del castillo conociendo la singularidad del cerro de Santa Catalina, a partir del cual se centra la temática, continuando con la ocupación que ha sufrido el mismo a lo largo de la historia, por parte de las diferentes civilizaciones que llegaron a coronar su cima. Del mismo modo se trata de explicar las aportaciones culturales que dejaron aquellos que se asentaron en el cerro, aportaciones que, todavía hoy, están presentes en la vida y tradición de los jiennenses.
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Aunque la superficie total del castillo, incluyendo el Patio de armas, alcanza los 3.000 m², la superficie útil reservada para la exposición interpretativa, es de unos 525 m² aproximadamente. Para empezar, se describe la Sala de Recepción y Conferencias de la Torre del Homenaje, donde por medio de un audiovisual se ofrece una primera impresión acerca de los contenidos del Castillo. De este modo, se introducen los diversos espacios donde el visitante podrá "viajar al pasado", empezando por entrar en la Torre de las Troneras, lugar donde se alojaban las letrinas, y donde podrá apreciar el sistema de evacuación por gravedad así como el de ventilación.
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En la Torre de la Vela, se emitirá a través de una pantalla una representación virtual de la fortaleza durante la ocupación francesa. También es visitable la Prisión ambientada en la época de la ocupación francesa, espacio de 60 m² donde se encuentran los calabozos, que tuvieron un importante uso por aquel entonces. Continuando con la visita, la Torre albarrana cuenta con diferentes sistemas multimedia, por lo que a través de los diferentes dispositivos, paneles interactivos y pantallas táctiles, se introduce al visitante en los aspectos históricos, culturales y sociales de la ciudad de Jaén. Además, un espacio-museo está localizado en la Torre de las Damas, lugar en la que se exponen piezas arqueológicas halladas en el recinto
Interior y calabozos
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Un lugar para visitar
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Playa de las Catedrales. Costa Lucense. Lugo. España.
Tambien conocida como “playa de Aguas Santas”. La arena se une con el mar Cantábrico, verdadero y único culpable de moldear las rocas a su capricho dándoles formas fantasmales donde la vista se pierde entre sus bóvedas , cuevas y rincones. Es interesante ver la playa con la marea alta recorriendo la parte superior de los acantilados en dirección oeste-este hacia la playa de Esteiro y verla con marea baja sobre la arena de la playa. Se debe tener precaución y volver antes de que comience a subir la marea ya que el nivel del mar sube rápidamente puesto que se trata de un tramo de costa prácticamente horizontal perteneciente a la Rasa Cantábrica.
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LIBR
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Tras varios aĂąos cursando sus estudios fuera de casa, Adriana vuelve a Castrovejo con la idea de retomar su vida y disfrutar del verano junto a su novio de siempre y sus amigas de la infancia. Pero una serie de inquietantes sucesos perturban el apacible transcurso de la vida de la pequeĂąa localidad y de la de nuestra protagonista.
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