Revista La Alcazaba
Año VII Núm. 87 Agosto—Septiembre 2017
Revista Sociocultural
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Página
Título
DIRECCIÓN:
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Calderón de la Barca
ALFREDO PASTOR UGENA
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Ruta Cervantinoquijotesca
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El ingenio de Cervantes
EDITA:
42
Los últimos de Filipinas
EL MENTIDERO LITERARIO
56
¡Perdón…!
ISSN 2173-2184 MADRID
60
Sangre dulce
Depósito Legal M-4639-2007
68
La infancia social
WEB:
78
Manfredonia y la sultana
82
Poetas y la eternidad
oquendo1957@gmx.com
84
El poema “Rusa campesina”
TELF.: (+34) 605434707
88
Wallada al-Mustakfi
100
Poesía
108
Imágenes y palabras
112
Pinturas de un pintor
114
Arte, los Museos
130
Castillos y Monasterios
134
Un lugar para visitar
140
La literatura gauchesca
144
El caso Monet
146
Libros y publicidad
LUIS MANUEL MOLL JUAN
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Ernesto Vieco PUBICIDAD: Asociación de Arte i Cultura El Mentidero DIRECCIÓN POSTAL Revista LA ALCAZABA Av. De Elda, 75, 3º C 03610 Petrer (Alicante) España Telf.: (+34) 605.434.707
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Alfredo Villaverde Manuel Lรณpez Espino
Alfredo Pastor
Enrique Gracia
Sando Mondelli
Isidoro A. Montenegro
Luis Manuel Moll
Jose Luis Najenson
Miguel Rubio
Carlos Villarrubia
Washington Daniel Gorosito
Carlos Villarrubia
Almudena Mestre
Gladys Mercedes Acevedo
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“Aquí la necesidad no es infamia; y si es honrado, pobre y desnudo un soldado tiene mejor cualidad que el más galán y lucido; porque aquí a lo que sospecho no adorna el vestido el pecho que el pecho adorna al vestido”. (Fragmento de su obra “Para vencer amor; querer Vencerle”, donde sintetiza lo que significaba para él la vida en los tercios castellanos)
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El Siglo de Oro constituyó un período donde España era una colmena de actividad artística y literaria, en un contexto de decadencia política y económica. Las cosas que ocurrían dentro y fuera de nuestra geografía alimentaban considerablemente la imaginación de muchos artistas y les predisponía hacia el buen camino propio de la creatividad universal de las artes y las letras. Este era el telón de fondo de nuestra nación, donde las letras nunca alcanzaron cotas tan deslumbrantes como en esta época. Los reyes y los nobles españoles ejercían de mecenas y tomando bajo su patrocinio un gran número de poetas, novelistas y pintores de la más alta calidad. El mundo raramente ha visto tal galaxia de talento literario, con nombres como los de Miguel de Cervantes, Félix Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Pedro Calderón de la Barca y Tirso de Molina. La figura excepcional de la época fue Lope de Vega .Pedro Calderón de la Barca, dramaturgo, filósofo y teólogo, fue igualmente popular pero menos prolífico que Lope.
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El siglo XVII fue la cuna y la sepultura que vio crecer y morir a Calderón de la Barca y Henao en un camino de vivencias marcado por la hegemonía y la decadencia más absoluta de España, especialmente en el exterior, sostenida normalmente por una situación interna dominada por la desigualdad múltiple y extrema, con una polarización de rentas, contribuciones e impuestos que definían un ambiente de corrupción sin paliativos. Los retos que el XVII español planteó a los hombres de letras, recibieron distintas respuestas. Esa pluralidad de posturas destruye el tópico de que los escritores del Barroco fueron meros intelectuales orgánicos al servicio de la Monarquía. Prolífico y longevo, Calderón de la Barca escribió dramas y comedias, autos sacramentales e historias mitológicas. Su obra abarca, además de la poesía, todos los géneros teatrales practicados en la época: piezas cómicas, obras trágicas, de tipo filosófico (todas pertenecientes a lo que en la época se llamaban comedias) piezas de teatro religioso (los denominados autos sacramentales) y obras de teatro breve. Triunfó en palacios y corrales, encarnando como nadie el espíritu polifacético del Barroco español. Ningún sentimiento ni escenario humano queda fuera de la exploración moral e intelectual de Calderón. Junto con Lope de Vega, Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) es el dramaturgo del Siglo de Oro español de mayor reputación internacional. Fue un gran erudito que supo representar el
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espíritu de la época que le tocó vivir, quien refleja “la vida como sueño” unida a la idea del mundo como teatro. La enorme popularidad del autor hizo que pronto su obra circulara en todos los territorios de la monarquía hispánica, lo que le dio el estatus de clásico internacional. Fue un gran paladín para reivindicar la literatura española frente a la extranjera. “Es el más sublime entre los poetas dramáticos de España y aún entre todos los del mundo, salvo los trágicos griegos y Shakespeare, que con él compiten” (Juan Valera1888).Supo encuadrar el fervor católico en la pluralidad de sus obras, así como la exaltación de lo trascendental y de lo característico de un gran momento histórico. Soldado en su juventud y sacerdote en la vejez, fue testigo de los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II. Conoció a Cervantes y Velázquez y fue contemporáneo de Góngora Quevedo y Gracián. Su etapa más fructífera se produce durante el reinado de Felipe IV y su nombre está unido a la inauguración del palacio del Buen Retiro de Madrid, en 1635, y a gran número de representaciones palaciegas que allí se representaron. A esta década de plenitud creativa, sucede la crisis. Los sucesos políticos de 1640 llevan en 1644 al cierre de los teatros públicos durante cinco años y aunque en 1649 se reabren, Calderón atravesará una crisis tanto espiritual como profesional. Se
Don Pedro Calderón de la Barca.
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ordena sacerdote en 1651 y, desde 1653, ocupa la Capellanía de la Catedral de los Reyes Nuevos de Toledo, comenzando una nueva etapa creativa en su prolongado quehacer literario. Para demostrar la fecundidad de nuestro inmortal poeta y dramaturgo, bastará indicar que escribió durante treinta y siete años, los Autos Sacramentales que se representaron en Madrid, Toledo, Sevilla y Granada, cuyo número se hace llegar a 100, y a 111 las comedias, según una lista elaborada por el mismo Calderón en julio de 1.680, y remitida al Duque de Vergara, que le pedía desde Valencia nota cabal de ellas y de sus autos. La primera comedia que compuso fue El carro del cielo a la edad de trece años, y la última Hado y Divisa, ya octogenario. Escribió, además multitud de loas, poemas, sainetes, romances, y otras obras que le dieron fama. Tres son las cualidades que resaltan en las obras de Calderón: la religión el honor y el respeto y consideración hacia la mujer, que Calderón consideraba como primera condición del buen caballero. El “caballero de Calderón” fue el defensor acérrimo de su mágica divisa: Dios, Rey y Dama. Los tres sentimientos básicos del más grande de los poetas cristianos que afloran en su obra: el del honor, el monárquico y el religioso, consecuencias de su triple personalidad de dramaturgo, soldado, y sacerdote. El espíritu religioso y eminentemente católico que le animaba, se ve especialmente en sus comedias La vida es sueño; La exaltación de la cruz; Los dos amantes del cielo, y, en general, en sus numerosos Autos Sacramentales. El sentimiento de honor se descubre en las comedias: A secreto agravio, secreta venganza; El mayor monstruo, los celos, y espe-
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Velázquez representa en el cuadro estra entrega simbólica de las llaves de la ciudad holandesa inspirándose en unos versosde la obra de D. Pedro Calderón de la Barca, el sitio de Breda, en los que Ambrosio de Spinila responde a Justino de Nassau de la siguiente manera: “Justino, yo las reciboy conozco que valiente sois: Que el valor del vencido hace famoso al que vence”
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cialmente en El A lcalde de Zalamea, donde no un noble, que esto nada de extrañar sería, sino un oscuro villano, el alcalde de Zalamea, lo invoca con altivez y orgullo.
La Vida es Sueño. Calderón de la Barca. Salvador Dalí.
Calderón, como señala Diez Borque, oculta celosamente su intimidad: “parco en hablar de sí mismo y de sus aventuras y dolores”, hasta el punto de que cierto período de su vida, a partir de su ordenación sacerdotal, podría calificarse, de acuerdo con las estimaciones que realiza Valbuena Prat, como “biografía del silencio”. Reunió en su persona las virtudes que estructuran su personalidad y la verdadera personificación de su siglo, el XVII: militar arrogante en su juventud, venerable eclesiástico más tarde y gran poeta siempre. Por lo que se deduce de la lectura de sus obras, se puede asegurar que fue valiente, honrado, discreto, enamorado, en extremo religioso, leal a toda prueba y, como los galanes, algo pendenciero. Español ante todo, tuvo que dar siempre a sus personajes la fisonomía de su patria. Calderón de la Barca trazó su propio retrato:”hombre de estatura regular, ni grueso ni delgado; la frente siempre con arrugas, y en la sien izquierda la cicatriz de una cuchillada... Cejijunto; ojos hundidos, pequeños, algo bizcos; bigotes largos y subidos hasta los ojos, color pálido y tirante a amarillento; nariz regular y recta; boca grande, pero con buena dentadura, manos grandes y vellosas, y pies algo deformes...” Este nada halagüeño autorretrato cabe suponer que lo trazó Calderón en su edad madura y cuando la vida no “le pinta a gusto”. Pero... ¿fue así? Algunos aspectos los podemos deducir de sus retratos, pintados “con solvencia”.
(Texto del libro: La obra de Pedro Calderón de la Barca: la incidencia en Toledo y su provincia. Alfredo Pastor Ugena) 9
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LMM
II PARTE
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Antonio Aradillas nos dice: “Los llanos hacen en gran manera Mancha a La Mancha” La llanura albaceteña tornan aún más Mancha a esta región española y, por lo tanto, a sus personajes. Mención especial a los cervantinos que tras sus huellas vamos.
Imagen del libro “La sombra del Quijote”
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Iglesia parroquial Nuestra Señora del Rosario –Balazote
Llegamos donde seguro en alguna ocasión paró nuestro Cervantes, un lugar con cantidad de antecedentes históricos, se trata de Balazote, villa esta que levanta oleadas de imaginación y de fantasías quijotescas. Patria de la escultura ibérica “La Bicha de Balazote” que nos representa a un toro sentado con cabeza de mujer del siglo V o IV aC. Con rasgos orientales y de gran parecido a las esculturas griegas de los templos sicilianos. En el pueblo, destaca entre sus paisajes callejeros la iglesia de Nuestra Señora del Rosario del siglo XVI. Existe una imposible leyenda que nos dice refiriéndose a esta iglesia que están enterrados los maridos de las hijas del Cid Campeador.
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Reproducción de la “Bicha de Balazote”. El original está en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Pertenece a la cultura ibérica y fue esculpida entre el siglo V ó VI aC.
Lavadero de Balazote. Estos lugares eran don en la antigüedad se reunían las vecinas a lavar la ropa o los utensilios de las casas. Aquí se hacían las antiguas tertulias femeninas donde se contaban los chismorreos de pueblo creando un perfecto mentidero.
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De Balazote, los caminos salen en diversos sentidos. Uno de ellos nos lleva a la antigua Urcesa, poblado ibérico que después, cuando pasó a dominio árabe, pasó a llamarse “Al-Karrás” que significa “cerezo”, de este nombre nos llegó a la actualidad el de Alcaráz.
Alcaraz, está inmerso entre montes de ahí le viene el sobre nombre de “La Suiza de La Mancha”. Su patrimonio cultural es impresionante. Durante el siglo XVI tuvo un periodo muy importante de esplendor del que dan muestras sus mucho monumentos de aquella época. Seguro que hasta Cervantes y el propio Quijote cuando visitaron esta ciudad quedaron sorprendidos por su grandeza. Lo más popular es su Plaza Mayor de principios del siglo XVI, delimitada esta por tres lonjas en las que se realizaban las transacciones comerciales: “La del Corregidor, Ahorí y Regatería”-
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Rincón de la Plaza Mayo.r Fue diseñada en el S.XVI por Andrés de Vandelvira, arquitecto barroco nacido en el propio Alcaraz, y alberga los edificios más importantes del pueblo. Se hizo para conseguir un espacio amplio para el mercado.
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La Torre de la Trinidad de la localidad de Alcaraz, construida en el siglo XVI, es una de las llamadas "torres gemelas de Alcaraz" junto a la Torre del Tardón. Siglo XV.Estilo gótico. Torre sobria, austera y sencilla pero de elegancia majestuosa. Consta de cuatro cuerpos y de una bellísima crestería. Esta fue la primera torre que se hizo, posteriormente Andrés de Vandelvira levantó la Torre del Tardón. Juntas forman un prisma irregular y juntas crean una de las imágenes más bellas de la provincia de Albacete. La Torre del Tardón .Destaca en ella el relieve del patrón de la ciudad, San Ignacio de Antioquía, la campana de 1447 y la crestería coronada por guerreros en posición de defensa. Tiene en su interior una escalera de caracol en perfectas condiciones, y es aquí donde se puede apreciar la belleza monumental de esta torre .
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Iglesia de la Santísima Trinidad. La parte del siglo XIV se derrumbó por el terremoto de Portugal con epicentro en Lisboa. Fue reconstruida posteriormente y tiene tres capillas renacentistas: las capillas de D. Pedro I el Grande y la capilla de los Ballesteros son obra de el autor es Vandelvira; la tercera, la Capilla de San Sebastián o Baptisterio, pertenece a la escueda de Vandelvira, realizada tras la muerte del arquitecto alcaraceño. Pérez Sánchez relaciona este templo, en sus caracteres formales, con la Catedral de Murcia, al diferenciar la altura entre naves tan sólo con ventanas, sin triforio, así como por la discreta decoración utilizada en uno y otro templo. Está pendiente por rehabiliar la capilla del baptisterio, pero debido a la humedad que tiene, su rehabilitación se hará próximamente. La fábrica actual del edificio es del siglo XV, con añadidos de capillas y otros detalles plenamente renacentistas. En cuanto a la obra gótica debió quedar concluida antes de 1492, ya que en la bóveda central aparecen las armas de los Reyes Católicos, sin la granada en punta tradicional. Sabemos que en 1468 trabajaba en esta obra un tal Pedro Cobo.
Calles y rincones de Alcartaz.
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Acueducto y restos del castillo. El acueducto Situado entre el Cerro de San Cristóbal y el de Santa Bárbara, el arco que se conserva constituye uno de los cinco ojos que tenía el acueducto que abastecía de agua a la ciudad. El Castillo. Los orígenes de la ciudad de Alcaraz son muy antiguos, siendo los más inmediatos los musulmanes, a los que se atribuyen la construcción del castillo. Los cristianos, en su avance hacia el sureste peninsular, conquistaron la localidad de Alcaraz. El rey Alfonso VIII de Castilla fue el conquistador de la localidad en el año 1213 tras un largo asedio, consigiendo que Alcaraz se convirtiera en la puerta de Castilla hacia el reino de Murcia, Granada y el Mediterráneo.
Torre Gorgoji. Su fundación corresponde a los últimos momentos de dominación musulmana, aproximadamente hacia el año 1100, conquistada, al parecer, en 1213, por los soldados y colonos que Alfonso VIII dejó en la recién ganada villa de Alcaraz. Fue incorporada al término de la misma, y repoblada ligeramene por gentes de allí venidas. Fue ocupada posteriormente por los Caballeros de la Orden de Santiago, no se sabe si por la fuerza o por la compra de sus derechos al Concejo Alcaraceño
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A unos seis kilómetros de la Villa se encuentra el Santuanio de Nuestra Señora de Cortés del siglo XVI aunque hay antecedentes que se remontan al año 1222 con la legendaria y piadosa aparición de la Virgen. Cuando la Virgen de Cortes Sale de su carrascal Se sienten las campanillas En los altos de Alcaraz.
El Santuario-Monasterio de la Virgen de Cortes de la localidad de Alcaraz, en la provincia de Albacete, es un importante centro de peregrinación de gran fama en los alrededores. Fue consagrado en el siglo XIII y por él han pasado ilustres españoles como Alfonso X El Sabio. Se inauguró el 8 de septiembre de 1222. En 1265, Alfonso X el Sabio se reúne con su yerno Jaime I de Aragón para delimitar terrenos de conquista. Ambos son informados de la aparición de la Virgen y deciden dar una aportación para la ampliación de la Iglesia y la construcción de una hospedería.
La naturaleza que acompaña las cercanías de Alcaraz es una parte esencial en la ruta del Quijote y Cervantes hace varias referencias a ella. En el 14 de su Parte Segunda “donde se prosigue la aventura del Caballero del Bosque”: “Está bien, replicó el del Bosque. Amanecerá Dios y medraremos. En esto, ya comenzaban a gorjear en los árboles mil suertes de pintados pajarillos, y en sus diversos y alegres cantos parecía que daban la norabuena y saludaban a la fresca aurora, que ya por las puertas y balcones del oriente iba descubriendo la hermosura de su rostro, sacudiendo de sus cabellos un número infinito de líquidas perlas, en cuyo suave licor bañándose las yerbas, parecía asimesmo que ellas brotaban y llovían blanco y menudo aljófar; los sauces destilaban maná sabroso, reíanse las fuentes, murmuraban los arroyos, alegrábanse las selvas y enriquecíanse los prados con su venida…”
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De camino por estos campos manchegos pasamos por El Ballestero y al poco llegamos a Lezuza donde entramos en tierra de los Campos de Montiel. Lezuza está alojada al abrigo de una ladera protegida por las ruinas de un viejo oteador del orizonte y bañada en su base por el río del mismo nombre, descanso de varias caminos que pueblan sus aledaños y con una historia romana propia que dejó tras de sí la calzada de testigo
Iglesia parroquial dedicada a San Lorenzo en El Ballestero.
De auge durante la época romana su nombre deriva del que tuvo entonces: colonia LibisosaForoaugustana conocida como Libisosa. En el año 253 de nuestra era, los santos San Vicente y San Leto, fueron mártires en esta ciudad. Y cuando dejamos Lezuza, nos vamos hacia Munera no sin antes hacer parada forzosa en El Bonillo.
Unsector de la ciudad de Libisosa
Iglesia de la Asunción en Azuza.
Castillo de Lezuza.
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Lagunas de El Bonillo. Foto : Jesuseterrr
En este camino nos encontramos con unos impresionantes parajes de los cuales es seguro que nuestro amigo Cervantes se quedara tan sorprendido como cualquiera que nosotros que entre ellos fuera. Acuiferos de La Mancha, un total de unas veinte lagunas entre las que cabe destacar las de Navalcudia, Nava Conchel, Navajo de PereibaĂąez o la de Nava Redonda. Parajes donde la imaginaciĂłn viajera nos acrecienta cuando nos parampos a contemplarlas.
El ayuntamiento de El Bonillo
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Y son las aguas las que le dan el nopmbre a la Villa de El Bonillo “lugar en el que abundan los molinos”, ubicado cerca del rio La Florida, en pleno Campo de Montiel, lo que le acrecienta la condición de tierras quijotescas. En el pueblo podremos ver arquitectura del tiempo de Cervantes como el ayuntamiento o el propio royo de justicia
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Desde El Bonillo y dejando a la derecha el pico Barreros con sus 1.101 metro de altitud vamos camino de Munera, pueblo que en su etimología lo mismo puede darnos información sobre “molinaria” – molinos- o piedras de molino que sobre “muruera” –atalaya o mirador-, si bien algunos tienen presente la posible procedencia también latina de “munus”, o regalo medieval de la poderosa Alcazar.
El castillo de Munera, que data probablemente de la Edad del Bronce y que fue además fortaleza romana, árabe y cristiana, cuenta también con su correspondiente leyenda que proviene quizás de la Edad Media: la Leyenda de la Encantá. Según cuenta la misma, una bella dama aparece todas las noches de San Juan entre los muros de la torre del homenaje del castillo. Con este motivo, el sábado más próximo a la noche de San Juan se organiza una pintoresca y original fiesta junto al castillo, en la que se representa la leyenda, seguida de fuegos artificiales que darán comienzo a un concierto de grupos de la provincia en honor a la Encantá
Tierras de quesos hasta tal punto que cerca de la villa se encuentra la Morra del Quintanar, poblado de la Edad del Bronce que entre sus murallas se han encontrado objetos para fabricar el queso.. Munera es templo vivo de las Bodas de Camacho. De la mano de estos textos cervantinos es posible y aún obligado, recorrer estos parajes en los que la tradición, la observación y la interpretación del libro del Quijote señalan con verosimilitud los lugares exactos donde Cervantes situó varias y muy representativas escenas de su libro como son Las Bodas de Camacho.. El molino de la Bella Quiteria tiene románticas y caballerescas resonancias quijotescas. Esta Quiteria es nada menos que la amada de Basilio, apunto de contraer matrimonio con el rico Camacho, tal y como consta en los capítulos 20 y 21 de la Segunda Parte, cuyos títulos son “Donde se cuentan las bodas de Camacho el rico con el suceso de Basilio el pobre” y “donde se prosiguen las bodas de Camacho, con otros gustosos sucesos”, Aprovechar estos momentos literarios a su paso por munera es enriquecernos del espíritu cervantinoquijotesco que emana este pueblo por sus cuatro puntos cardinales.
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Iglesia de San Sebastián. S. XVXVI
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Iglesia parroquial de Santa María Magdalena en Ossa de Montiel.
Por estas tierras las figuras del Quijote tienen almas y cuerpos y nombres y apellidos.
Rollo de justicia en Ossa de Montiel.
Dejamos la quiterísma Munera y vamos con brio hacia Ossa de Montiel, pasando Sotuélamos aldea repleta de privilegios para cazar. Ya en Ossa de Montiel, villa esta que perteneció a la Orden de Santiago y uno de los lugares más significativos en las rutas del Quijote. La imaginación hace todo o casi todo posible en Ossa de Montiel y sus alrededores. Cervantes pudo escribir gracias a ella, las páginas más impresionantes del Quijote. La cueva de Montesinos, el castillo de Rochafrida con su fuente llamada Fontefrida y las Lagunas de Ruidera, todo ello inmortalizado por nuestro escritor más importante de la historia.
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Revista La Alcazaba Laminas de la aventura de Don Quitote en la cueva de Montesinos.
Es fama que Montesinos se habría casado con la doncella Rosaflorida, señora del castillo de la Rochafrida o Rocafrida, del que el romancero hace referencias románticas como esta: “En Castilla está un castillo que se llama Rocafrida, al castillo llaman Roca Ya cerca de la Laguna de San Pedro está la Cueva de Montesinos, a la narración de cuya espectacular aventura quijotesca dedica Cervantes varios capítulos de la segunda parte. En el 22 “se da cuenta de la grande aventura en la cueva de Montesinos, que está en el corazón de La Mancha, a quien dio felice cima el valeroso Don Quijote de La Mancha”. En el 23 sde narran “ las admirables cosas que el extremado Don Quijote contó que había visto en la cueva profunda de Montesinos, cuya imposibilidad y grandeza hace que se tenga esta aventura por apócrifa”.
y a la fuente llaman Frida… Dentro estaba una doncella Que llaman Rosaflorida; Siete condes la demandan Tres duques de Lombardía;… Prendóse de Montesinos, De oídas, que no de vista, A eso de la media noche Gritos da Rosaflorida…”
Cueva de Montesinos
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Laguna de San Pedro
“Las lagunas no son sino damas encantadas por Merlín que llora continuamente…” Es lo que afirma Don Quijote en su descenso a la cueva de Montesinos en los capítulos 22 y 23. Don Quijote nos dice que “Ruidera es la dueña a la que Merlín convirtió en lagunas junto a sus siete hijas y dos sobrinas” y “ el Guadiana no es sino el escudera de Durandarte convertido en río por Merlin”, También el Caballero de la Triste Figura habla y dice “…Este es mi amigo Durandarte, flor y espejo de los caballeros enamorados y valientes de su tiempo; tiénele aquí encantado, como me tiene a mi y a otros muchos y muchas, Merlín, aquel francés encantador que dicen que fue hijo del diablo, sino que supo, como dicen, un punto más que el diablo…”
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Lagunas de Ruidera y Castillo de Rochafrida.
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Marcelino Javier Suarez Ardura
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1 El epígrafe que reza como título de este trabajo está preñado de la ambigüedad de la expresión «ingenio de Cervantes». El genitivo que la constituye puede entenderse, en efecto, bien en el sentido subjetivo o ya en el sentido objetivo. «El ingenio de Cervantes» en el sentido del genitivo subjetivo hace referencia al sujeto Cervantes en cuanto autor de la obra. Cuando hablamos de ingenio en este sentido nos estamos refiriendo a ciertas capacidades, naturales o no, del autor que le habrían llevado a la construcción del Quijote. Algunos biógrafos de Cervantes, de cuyos títulos no quiero acordarme, se mueven en esta línea psicologista{1}. Cervantes pondría a funcionar todo su ingenio, sus capacidades, desembocando en una obra, el Quijote, de auténtica genialidad. Pero «el ingenio de Cervantes» también puede entenderse en el sentido del genitivo objetivo. El genitivo, según esta interpretación, ya no va referido al sujeto Cervantes, sino a la materia, es decir, al ingenio mismo en cuanto producto u obra de las operaciones del propio autor. Desde esta perspectiva, no tenemos que acudir al sujeto, a su capacidad o talento innatos, para dar cuenta del ingenio sino a la obra misma; sería la obra la que nos permitiría comprender las operaciones del sujeto. Es decir, lo importante es el ingenio ya acabado, su finis operis{2}.
Se esboza una interpretación del Quijote a partir de la idea de ingenio de Gustavo Bueno. Este artículo no es menos deudor del cncepto de institución tal como ha sido construido desde las coordenadas del materialismo filosófico
Es muy interesante tener en cuenta las dos acepciones de la expresión, sobre todo porque en el caso del Quijote, considerado como un ingenio objetivo, nos permitirá
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regresar a las operaciones de Cervantes. Sin embargo, de la biografía del héroe de Lepanto no podemos progresar{3} hacia el Quijote: otros muchos tuvieron biografías igual de interesantes sin por ello haber escrito una «obra maestra». Sería el ingenio de Cervantes, en su sentido objetivo, la obra o materia extrasomática cuyas funciones conformadoras norman las operaciones del ingenio subjetivo{4}. Ahora bien, el ingenio en cuanto obra objetiva, habrá de ser visto con independencia de las intenciones e incluso de las interpretaciones del propio sujeto operatorio que contribuyó a construirlo. De manera que de todo ingenio objetivo cabría decir que tiene su propio finis operis.
nero de ciencias, disciplinas, artes liberales y mecánicas, sutilezas, invenciones y engaños»{5} y continúa más abajo: «Ingenioso, el que tiene sutil y delgado ingenio»{6}. Esta concepción es prácticamente la misma que aparece en Juan Huarte de San Juan, en su Examen de Ingenios para las ciencias{7}. Leemos ya en el Proemio: «que cada uno ejercitase sola aquel arte para la cual tenía talento natural y dejase las demás. Porque, considerando cuán corto y limitado es el ingenio del hombre para una cosa y no más, tuve siempre entendido que ninguno podía saber dos artes con perfección sin que en la una faltase»{8}. Ingenioso, pues, es el que tiene talento natural, y por sinécdoque se podrá llamar ingenio a las personas. Huarte de San Juan defiende con ahínco los supuestos psicologistas de la concepción de ingenio en su teoría, llegando a decir: «Yo no quito al buen maestro, al arte y al trabajo su virtud
La concepción de ingenio en cuanto ingenio subjetivo está recogida en Covarrubias. La voz «ingenio» aparece definida como «una fuerça natural de entendimiento, investigadora de lo que por razón y discurso se puede alcanzar en todo gé-
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2 Esta idea de ingenio está presente en el Quijote tanto en forma de sustantivo como en forma de adjetivo. De hecho las dos partes que constituyen el Quijote se titulan El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha y El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (primera y segunda respectivamente). El adjetivo «ingenioso» aparece treinta veces de las cuales sólo una se refiere a don Quijote dentro de la narración{10}. Hay que entender que los calificativos de ingenioso, que aparecen generalmente en los titulares de cada capítulo, están ejercidos desde una concepción subjetiva psicologista. Esto se verifica cuando analizamos el sustantivo ingenio, que aparece cuarenta y siete veces en el Quijote de las cuales, si no hemos contado mal, cuarenta y tres se ejercen en el sentido subjetivo. Así, por ejemplo, se habla de «felicísimo talento de su ingenio»{11} o se asocia a otras capacidades, como cuando se dice «las comparaciones que se hacen de ingenio a ingenio, de valor a valor, de hermosura a hermosura»{12}. El ingenio se predica de los hombres como se predica el valor o la hermosura; se podrá decir de muchas maneras: cultivado ingenio, corto ingenio, seco ingenio, buen ingenio, agudo ingenio y gran ingenio. Las cosas también pueden remitir al ingenio y así se hablará de «libros de ingenio»{13}. Ahora bien, mediante la sinécdoque los hombres ingeniosos podrán ser tenidos por ingenios; y este uso será mayor en la forma plural. Los hombres famosos de notoriedad por sus ingenios serán los ingenios de la Mancha o los ingenios de España. Once veces aparece este vocablo en el Quijote de las que seis se ejercen a través de la sinécdoque. El ingenio, no puede
y fuerzas de cultivar los ingenios así rudos como hábiles; pero lo que quiero decir es que si el muchacho no tiene de suyo el entendimiento preñado de los preceptos y reglas determinadamente de aquel arte que quiere aprender y no de otra ninguna, que son vacías las diligencias...»{9}. En suma, en el siglo XVI hay una concepción de ingenio muy extendida que lo entiende como ingenio subjetivo, relativo al talento personal dado de una manera natural, del que el sujeto ha de estar preñado. Se entiende que los hombres son o no ingeniosos y por ello pueden llegar a ser considerados como ingenios y, aún más, como genios.
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haber duda, se ejerce en el Quijote como ingenio subjetivo. Así las cosas, en principio, no parece posible encontrar en el Quijote el ejercicio del concepto de ingenio en sentido objetivo. Sin embargo, nos atrevemos a citar al menos una ocasión en la que el sentido del término «ingenios» mantiene cierta ambigüedad que permite interpretarlo como ingenio objetivo. Primero por el contexto, porque estamos en el episodio de don Quijote en la imprenta, cuando el hidalgo expone su opinión sobre las traducciones y la imposibilidad de las correspondencias lingüísticas entre los idiomas; en cierta manera, los idiomas están pensados aquí como cosas, como estructuras objetivas comparables (acaso –diríamos– como instituciones). En segundo lugar, porque ambos interlocutores están hablando de libros, es decir, objetos culturales extrasomáticos, y, en este sentido, ingenios objetivos. Y en tercer lugar, porque el vocablo «ingenios» aparece asociado al vocablo «trabajos». Así, dirá don Quijote:
menospreciadas, ahora en un claro sentido subjetivo. Así pues, los «floridos ingenios» y los «loables trabajos» valen, a nuestro juicio, por las loables y floridas «obras». Por lo menos el sentido objetivo de ingenio es tenido en cuenta también por Covarrubias en su definición de «ingenio», quien en la misma entrada que ya citamos dice: «Las mismas máquinas inventadas con primor llamamos ingenios [...] Finalmente cualquier cosa que se fabrica con entendimiento»{16}. Y nadie podrá poner en duda que en el Quijote aparecen más de una vez los ingenios en este último sentido de Covarrubias. La misma imprenta barcelonesa que visita don Quijote puede acogerse a este concepto, pero también la cabeza encantada, o
«—Osaré yo jurar –dijo don Quijote– que no es vuesa merced conocido en el mundo, enemigo siempre de premiar los floridos ingenios ni los loables trabajos.»{14} Sin duda, el término «trabajos» –se dirá – puede ser interpretado como habilidad en un sentido subjetual. Sin ir más lejos, el mismo Covarrubias lo define «como el cuydado y diligencia que ponemos en obrar alguna cosa, especialmente las que son manuales»{15}. Pero hay que advertir –repetimos– la ambigüedad con la que está tratado aquí, máxime si tenemos en cuenta que acto seguido don Quijote se lamenta de las habilidades perdidas, de los ingenios arrinconados y de las virtudes
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logo a su Vida de don Quijote y Sancho {18}, viene a decir que, respecto al Quijote, Cervantes se equivoca, porque leyó mal el texto arábigo de Benengeli. Así, Unamuno estaría ejerciendo su propia interpretación desde los fines operis del Quijote. Ello supone sin duda ver la obra desprendida del autor que la construyó y medir las operaciones del sujeto por el patrón del objeto. Acaso esta interpretación también está ejercida en el Quijote, cuando se afirma que cada uno es hijo de sus obras{19}, obras que han de quedar escritas en el libro de la fama{20}. Porque ahora las obras habrán de verse disociadas del sujeto al ser ellas mismas las que son requeridas para entender al sujeto (sus operaciones); en nuestro caso a Cervantes. 3 Habida cuenta de lo dicho, podemos manifestar que el Quijote, una obra escrita en el libro de la fama, es susceptible de ser interpretada como un ingenio objetivo. Acaso se acoja mejor a lo que Gustavo Bueno ha denominado ingenios liberales {21}, tan pertinentes de interpretar en tanto que ingenios como los ingenios mecánicos. Si esto es así, si el Quijote puede ser interpretado como ingenio objetivo, habrá que buscar las causas determinativas de las operaciones del sujeto Cervantes en el Quijote. Ahora, podremos decir en un sentido positivo que el ingenio Cervantes es hijo de su obra, esto es, que sólo desde el Quijote ya constituido podemos regresar como a una causa co-operante (y aquí se diluye totalmente la idea de genialidad creadora) del ingenio subjetivo; repetimos, cada uno es hijo de sus obras. Y estas obras sólo permitirán ver al sujeto operatorio en la medida en que quepa encontrar en ellas las prolepsis y anamnesis
los molinos de aceña del río Ebro y, cómo no, los molinos manchegos de su incomparable aventura, por no decir también los batanes o el cribo que manejaba con tanta soltura la Dulcinea de Sancho{17}. Aunque no se habla de los ingenios en el sentido de los ingenios objetivos de manera explícita, estos están presentes en el Quijote. Son ingenios cualquier cosa que se fabrique con entendimiento; casi podríamos decir, cualquier cosa que se fabrique con ingenio, aunando así en la misma frase los dos sentidos. Nada nos impedirá, desde esta perspectiva, evaluar el ingenio (subjetivo) a partir del ingenio objetivo. Al menos esta interpretación parece estar implícita en Unamuno, cuando, en el pró-
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4 {22} constitutivas de su textura. Sobre todo, teniendo en cuenta los fines operis más que los fines operantis. Desde la perspectiva de los fines operis –volvemos a recordar a Unamuno–, Cervantes quedará segregado del Quijote, a pesar de sus intenciones contrarias (fines operantis):
Acaso quepa comparar, en tanto que ingenio, al Quijote con El Escorial de Juan de Herrera. Porque, en efecto, los fines y planes del Escorial, en cuanto obra arquitectónica, sin perjuicio de la utilización, como se sabe, de ingenios mecánicos para su construcción, tiene mucho de ingenio liberal. Sin duda El Escorial es una obra ligada subjetiva e ideológicamente a las ideas y a las normas del Concilio de Trento, detrás de la cual, y sin menoscabo de los arquitectos, anda el rey prudente, Felipe II. Hoy día, El Escorial y Felipe II han quedado emparejados en tanto que reliquias históricas a través de rela-
«Para mi sola nació don Quijote, y yo para él: él supo obrar y yo escribir, solos los dos somos para en uno: a despecho y pesar del escritor fingido y tordesillesco que se atrevió o se ha de atrever a escribir con pluma de avestruz grosera y mal deliñada las hazañas de mi valeroso caballero...»{23}
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tos diferentes y aún opuestos. Parece ser que los motivos de Felipe II estaban relacionados con la promesa hecha por el monarca para desagraviar a la divinidad por la profanación de un convento de monjas en la batalla de San Quintín, en el mismo día en que la Iglesia recordaba el martirio de San Lorenzo. Y sin embargo, a esta anécdota no puede ser reducida la magnificencia y el colosalismo con que está proyectada la obra desde el principio, porque además, como se sabe, Felipe II comenzó a proyectar El Escorial antes de la batalla de San Quintín. Manuel Fernández Álvarez{24} nos relata cómo los fines funerarios son básicos para comprender la obra del monasterio. De ahí que el rey estuviera muy interesado en saber cuáles eran las edificaciones religiosas más notables de Europa para sobresalir por encima de ellas, enviando incluso al arquitecto regio Gaspar de Vega a recorrer Europa para recabar noticias sobre los mejores monumentos existentes. En este contexto, la elección del estilo claramente sobrio y de los arquitectos fue decisiva. Felipe II pensó en Juan Bautista de Toledo que había trabajado en Italia, entrando en contacto con lo más selecto del Cinquecento como Miguel Ángel. En la estructura del propio edificio estarían inscritos los motivos regios, es decir, los fines devotos y dinásticos a la vez. De manera que El Escorial nos hablaría, según algunos historiadores, de una profunda fe de Felipe II y de un fuerte sentimiento dinástico.
que, por otra parte, deben de estar inscritas de alguna manera en la misma estructura del edificio. Y ello nos llevaría a ver el ingenio subjetivo ya no sólo de Felipe II sino también el de Juan Bautista de Toledo y el de Juan de Herrera en virtud del ingenio objetivo. Y, en efecto, hay que contextualizar El Escorial en un entorno determinante heredado de la tradición clásica y verlo a él mismo como un laboratorio donde se están trazando las nuevas concepciones estéticas que luego serán impulsadas a toda España incluyendo los territorios de ultramar. Habrá que reconocer, entonces, estilemas dados en la tradición arquitectónica que serían transformados diamórficamente y difundidos tras su cristalización en El Escorial. De ahí que muchos historiadores del arte convengan en que en el edificio fueron acrisoladas ideas artísticas de varias procedencias que en su conjunto tenían un sentido unitario. Es en esta situación donde vemos trabajar a los arquitectos Juan Bautista de Toledo, primero, y Juan de Herrera, después. Cuando Juan Bautista de Toledo fue llamado por Felipe II se encontraba dirigiendo las fortificaciones napolitanas y, formado en el dibujo y en la pintura, había intervenido en el Castell Sant'Angelo a las órdenes de Sangallo, el joven, y, entre 1546 y 1548, había colaborado con Miguel Ángel en la dirección técnica de San Pedro en el Vaticano. Así que ya llega al Escorial con cierto prestigio como organizador y por ello habría sido elegido por el rey prudente. Sería Juan Bautista de Toledo quien definiría la «traza general o universal», como se le llamaba en la época, en la forma ortogonal de la parrilla. Después de 1567 le sucederá Juan de Herrera que ha-
Pero aún admitiendo los motivos personales del rey, e incluso los dinásticos, que habría que ver como suprapersonales, no es posible entender El Escorial reduciendo toda prolepsis a la subjetividad regia; y habría que tener en cuenta las anamnesis
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bía demostrado una especial habilidad en resolver problemas de ingeniería y de organización. Así pues, desde el punto de vista pragmático, El Escorial se inserta en un contexto clásico en el que las normas que el propio Felipe II está imponiendo han de ser canalizadas mediante otras que diluyen la subjetividad del monarca y las concatenan a principios y modelos arquitectónicos. No en vano la cámara sepulcral se ha puesto en relación con el molo del emperador Adriano en Sant'Angelo y el Templete de los Evangelistas con el Templete de San Pietro in Montorio o con un dibujo del propio Miguel Ángel que Juan Bautista de Toledo habría conocido. Los aposentos reales estarían inspirados en el Palacio de Yuste para permitir seguir la misa desde el propio palacio del monarca. Pero lo mismo habríamos de decir de la Basílica, inspirada en los proyectos de Palladio, Miguel Ángel, Vignola y Pacciolo de Urbino, aunque Juan de Herrera lo transformaría por completo a partir del de Urbino que había sido seleccionado. Y qué decir de la misma organización de la planta cuyos orígenes más remotos habría que verlos en el palacio de Diocleciano de Spalato (Split), acaso a través del Hospital Mayor de Milán, proyectado por Filarete, obra que habría servido a Juan Bautista de Toledo para plantear la disposición de su proyecto. En suma, el ingenio que constituye El Escorial aparece como una obra unitaria pero en ella cabe reconocer las huellas de las anamnesis que la estarían conformando. Este bulto que llena el espacio de la ladera granítica del pueblo del Escorial es la habitación del rey, el convento de los Jerónimos, la incomparable biblioteca y la cámara mortuoria de la dinastía Austria y aun Borbónica. Y en toda estas funciones se está ejerciendo el kenós
{25} arquitectónico proveniente ya acaso del templo griego pero también del hipogeo egipcio y aun de las construcciones humanas que a estas hayan dado origen. 5
Proporcionalmente, no sería muy difícil ver en la estructura tectónica del Quijote las líneas conformadoras que le habrían dado lugar. De manera que cabría identificar en las huellas de estas líneas las operaciones que nos remiten al genio de Cervantes. Sin duda hay estilemas que nos ponen en contacto con los ambientes más refinados del clasicismo renacentista a la italiana, pero en el Quijote habrá que hablar también de las influencias de otros géneros literarios como la picaresca o la novela pastoril. Y, a la vez, no se podrá dejar de lado la utilización de ciertas ideas que nos llevarán a poder interpretarlo en un sentido filosófico. En su interesantísimo artículo titulado «"España abierta": Cervantes y el Quijo-
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te», Georgina Dopico Black{26} elabora una tesis sobre la construcción del Quijote que podemos interpretar desde la perspectiva de las anamnesis que estamos intentando esbozar aquí. Para Georgina Dopico, Cervantes habría inventado la novela, aunque esto sólo podemos verlo desde una perspectiva etic porque no podemos atribuir estos planes al autor. La novela que inventa Cervantes no serán las Novelas Ejemplares sino el género que luego definirá lo que hace Tolstoi, Balzac, Galdós o Clarín. La novela, inventada por Cervantes, habría surgido por accidente y sería, pues, una hija bastarda y de parentesco dudoso. En este sentido cabría recuperar la crítica de Avellaneda, quien le echa en cara al héroe de Lepanto que lo que escribe no sería otra cosa que «comedias en prosa; que eso son las más de sus novelas»{27}. La genealogía literaria del Quijote sería mixta iniciando una forma narrativa que no estaría regida por una sola poética, sino que consistiría en una mezcla de géneros literarios. A nuestro juicio, es aquí donde cabría hablar de diamorfismos, pues es la composición a partir de elementos preexistentes la que arroja un resultado completamente distinto. Y estos componentes
estarían siendo canalizados a través de determinadas anamnesis de la misma manera que hemos visto en El Escorial. Así pues, tras el Quijote, estarían las novelas de caballería, la novela pastoril, el romancero, el teatro, la picaresca, la lírica italianizante, el refranero y un largo etc. Pero los cuatro géneros literarios que Cervantes más provocadoramente –dice Georgina– recicla{28} serían los libros de caballería, el relato pastoril, la picaresca y la comedia nueva. De manera que el Quijote aparece como un todo, pero entrañando preocupaciones teóricas de cada uno de estos géneros. En todo caso, lo que nos interesa es constatar que en la fábrica del Quijote hay, ya no sólo estilemas, sino fragmentos identificables formalmente en otra suerte de edificio literario. La novela de caballerías es el modelo al cual pretende parodiar. Por ello hubo de darle la vuelta a las aventuras y peregrinaciones de un heroico caballero. Son aventuras que desde siempre habían sido leídas como una literatura de evasión que formaba incluso parte del alimento ideológico de los soldados españoles y conquistadores del Nuevo Mundo. Destaca Georgina el hecho según el cual la locura de don Quijote habría estado inspirada por la pieza anónima, Entremés de los Romances que se había incorporado a los primeros capítulos del Quijote. Cervantes adaptaría los argumentos y elementos de la novela caballeresca, como por ejemplo el hallazgo del manuscrito de Benengeli, pero en este caso, el héroe de Lepanto lo introduciría in media res al final del octavo capítulo. La figura del caballero es transformada totalmente poniendo en jaque la epistemología que sustentaba aquella novela.
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El segundo hilo de la trama es la novela pastoril, que ya en el escrutinio de la biblioteca del hidalgo fue condenada a la hoguera. En el Quijote aparecerán los pastores por los bosques y prados cantando y tañendo; así Marcela y Crisóstomo serán recuerdos de pastores. El tercer hilo lo constituyen las aportaciones de la novela picaresca. En la base estarían Guzmán de Alfarache y Lazarillo de Tormes. La componente picaresca habría que verla en el realismo literario, p= ero también en el personaje del antihéroe, cuyo mundo es muy distinto al de las remotas regiones de los fantásticos libros de caballerías o del locus amoenus de la literatura pastoril. La picaresca debería verse, por tanto, como una rectificación de la novela caballeresca: lejos de ser hijos legítimos de reyes, los pícaros son hijos bastardos. En este punto, hay que hacer notar la importancia que tiene el cuerpo dañado tanto en el Quijote como en la picaresca. La historia del pícaro queda grabada en su cuerpo y la preocupación que se tiene por los aspectos más corpóreos de la vida son trasladados al Quijote. Acaso, como si Cervantes hubiera preparado una lectura más sutil de la picaresca. En el Quijote, la picaresca está representada por Ginés de Pasamonte, pero también Sancho, aunque sea criado de un solo amo, acompaña a don Quijote como un lazarillo.
aparecen enmarcados a la manera de representaciones teatrales: el retablo de Maese Pedro; la ceremonia en la venta donde don Quijote es ordenado caballero; la farsa de Dorotea como princesa Micomicona, las bodas de Camacho, la estancia en el palacio de los duques, la aventura de la cabeza encantada y un largo etcétera. En fin, como dice Georgina Dopico, «La novela entera puede leerse como una trenza de interrupciones entrelazadas –de ins-
Con relación al teatro, es posible leer el Quijote –recordemos a Avellaneda– como comedias prosificadas, donde abundarían los recursos dramáticos que ofrece la comedia nueva: diálogo rápido, múltiples niveles de acción, travestismo, disfraz y confusión de identidades, tramas complicadas y tono variado. Pero además el Quijote contiene episodios y momentos que
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res labrados en las canteras del teatro, los capiteles de la novela pastoril, los sistemas de arquerías de la picaresca y las máquinas e ingenios de encofrado de los libros de caballerías. Instituciones cuya composición ofrece como resultado –un resultado en el que tiene que ver el proceso de diamorfosis– el Quijote escrito en la lengua de Cervantes. La obra ha operado un cierre a cierta escala en la que las intenciones del autor han de remitir a los propios sillares, a las marcas de cantería y al ajuste de todos sus componentes. Está demás decir, como ha dicho el autor, que el Quijote ha nacido para sí y sólo para él. Cabe interpretarlo, sí, como un dialogismo frente Avellaneda, pero aún así ambos están dentro de la estructura de la obra de la que son hijos: la fábrica de la novela. Y, si esto es así, ¿dónde queda el papel del autor, de ese sujeto llamado Miguel de Cervantes? Se hace necesario reproducir en este momento las palabras que Gustavo Bueno escribió a propósito de Feijoo; unas palabras escritas hace ya cuarenta y tres años pero que conservan, cambiando lo cambiable, toda su fuerza y vigencia en el sentido de lo que queremos decir: «La 'presencia del autor' en el ensayo tiene otra significación, que se descubre cuando ponemos en conexión este rasgo con la técnica analógica. El autor del ensayo es desde este punto de vista, por de pronto uno de los contenidos del espacio práctico donde se cruzan los hilos teoréticos, y, por tanto, testigo de excepción de esos entrecruzamientos. El autor aparece en el ensayo no al modo del autor lírico, sino simplemente como testigo de que ciertas conexiones se han producido en su biografía. El autor del ensayo aparece como ejemplo de excepción y sus experien-
tituciones entrelazadas diríamos nosotros– que compiten y se enfrentan.»{29} 6 Por nuestra parte, y para terminar, sólo diremos que, con relación a El Escorial, el Quijote guarda la proporción de un ingenio objetivo. Es la misma obra, entonces, la que nos ha de remitir a las operaciones del sujeto. Cervantes ya no habrá de ser puesto en relación con una sustancia metafísica como el genio, sino con los silla-
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cias son 'anécdotas', digamos algo más bien épico que lírico. Las autorreferencias numerosas que nos ofrece Feijoo tiene el sentido de las autorreferencias de un hombre de laboratorio, que se mira él mismo como sujeto de experimentación, como sujeto paciente de una experiencia que, de algún modo, podría ocurrirle a cualquier otro, aunque no puede asegurar que así suceda. Y en esto se diferencia la autorreferencia del ensayista de la del científico: éste tiene que asegurar que su experiencia es repetible. La experiencia del ensayista es más individual, sin que por ello, me parece, tenga nada de lírica.»{30} Así pues, el Quijote, a la manera de El Criticón{31}, se nos presenta como un ingenio. Como una obra que, por otra parte, no es totalmente independiente de las cuestiones filosóficas. Pero esto pide más tiempo, más lecturas y más folios. Vale.
Notas {1} Y ya no sólo cuando se trata de Cervantes sino cuando se habla del ingenio en general. Tal es el caso de José Antonio Marina quien pretende, por ejemplo, reducir la historia del arte moderno a una cuestión de ingenio. Véase J. A. Marina, Elogio y refutación del ingenio, Anagrama, Barcelona 1992, 282 págs. {2} Véase Pelayo García Sierra, Diccionario filosófico, Pentalfa, Oviedo 2000, 742 págs.
{5} Véase Sebastián de Covarrubias (Ed. de Martín de Riquer): Tesoro de la lengua castellana o española, Alta Fulla, Barcelona 1998, pág. 737.
{3} Para la distinción Regressus / Progressus véase Pelayo García Sierra, Opus cit., pág. 261.
{6} Ibidem
{4} Más propiamente habrá que decir que instituciones muy precisas con normas que habría que determinar en cada caso están detrás de la textura resultante que hoy conocemos como el Quijote; es en este «contexto» donde se incardinarían las operaciones del sujeto Cervantes. A este respecto debemos señalar la gran utilidad que el concepto de Institución construido por Gustavo Bueno tiene a la hora de interpretar los ingenios en general y el «ingenio de Cervantes en especial» (Gustavo Bueno, «Ensayo de una teoría antropológica de las instituciones», en El Basilisco, nº 37, Julio-Diciembre 2005, págs. 3-52.)
{7} Juan Huarte de San Juan, Examen de ingenios para las ciencias, Espasa Calpe, Madrid 1991, 357 págs. {8} Juan Huarte de San Juan, Opus cit., pág. 45. {9} Juan Huarte de San Juan, Opus cit., pág. 57. {10} Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, Edición de Francisco Rico, Crítica, Barcelona 2001, Parte II, LXXIV, pág. 1221. {11} Miguel de Cervantes, Opus cit., Parte I, IXL, pág. 563.
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{12} Miguel de Cervantes, Opus cit., Parte II, Cap. I, pág. 633.
{25} Gustavo Bueno, «Arquitectura y Filosofía» en Filosofía y cuerpo, Ediciones Libertarias, Madrid 2005, págs. 405-481.
{13} Miguel de Cervantes, Opus cit., Parte II, Preliminares, pág. 612.
{26} Georgina Dopico Black, «"España abierta": Cervantes y el Quijote» en A. Feros & J. Gelabert (dirs.): España en tiempos del Quijote, Taurus, Madrid 2004, págs. 345-388.
{14} Miguel de Cervantes, Opus cit., Parte II, Cap. LII, pág. 1144. {15} Véase la voz «Trabajo» en Sebastián de Covarrubias, Opus cit., pág. 971.
{27} A. Fernández de Avellaneda, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (Ed. Fernando García Salinero), Clásicos Castalia, Madrid 2005, pág. 53.
{16} Véase la voz «Ingenio» en Sebastián de Covarrubias, Opus cit., pág. 737.
{28} Subrayamos «recicla» porque interpretamos el concepto, desde nuestra perspectiva, como una composición que da lugar a una resultancia a partir de elementos existentes, en el sentido de la diamorfosis. No habría por que interpretar el reciclaje como una trituración de los elementos componentes hasta el nivel de sus partes materiales (Véase Pelayo García Sierra, Opus cit. en nota 2).
{17} A propósito de la aventura de los molinos, estamos obligados a comentar de paso la interpretación según la cual se ha supuesto que el molino era algo nuevo en una España atrasada tecnológicamente. El ataque del hidalgo a los molinos habría que entenderlo, según esta interpretación como una respuesta ante la novedad tecnológica. Pero, como dice Nicolás García Tapia, «Semejante tópico proviene del comentario realizado en este sentido en el siglo= XIX por Richard Ford en una guía de viajeros en la parte referente a los molinos de La Mancha y todavía se mantiene en la actualidad.» Pero este famosísimo episodio cervantino demuestra lo contrario, pues la invectiva de don Quijote frente a los mismos no era de asombro ante lo desconocido y descomunal sino la afirmación de algo cotidiano. Véase N. García Tapia, «Los molinos en El Quijote y la técnica española de la época» en J. M. Sánchez Ron (dir.), La ciencia y «El Quijote», Crítica, Barcelona 2005, pág. 210.
{29} G. Dopico Black, Opus cit., pág. 385. {30} Gustavo Bueno, «Sobre el concepto de 'ensayo'», en El Padre Feijoo y su siglo. (Ponencias y comunicaciones presentadas al Simposio celebrado en la Universidad de Oviedo del 28 de septiembre al 5 de octubre de 1964.) Oviedo 1966, tomo 1, págs. 89-112. {31} Gustavo Bueno, «La filosofía crítica de Gracián», en Baltasar Gracián: ética, política y filosofía, Pentalfa, Oviedo 2002, págs. 137-168.
{18} Miguel de Unamuno, Vida de Don Quijote y Sancho, Cátedra, Madrid 2004, pág. 137. {19} Miguel de Cervantes, Opus cit., Parte I, Cap. IV, pág. 14. {20} Miguel de Cervantes, Opus cit., Parte I, Cap. XVIII, pág. 188. {21} Gustavo Bueno, «Los 'ingenios' de Mingote» en Antonio Mingote, 50 años en ABC. Ayuntamiento de Madrid, Madrid 2003, págs. 69-98.
{22} Gustavo Bueno, «Ensayo de una teoría antropológica de las ceremonias» en El Basilisco, Primera Época, nº 16, Septiembre 1983-Agosto 1984, págs. 837. {23} Miguel de Cervantes, Opus cit., Parte II, Cap. LXXIV, pág. 1223. {24} M. Fernández Álvarez, Felipe II y su tiempo, RBA, Barcelona 2005, 984 págs.
Miguel de Cervantes retratado por. Célestin Nanteuil. Siglo XIX. (Biblioteca Nacional de España)
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Luis Manuel Moll Juan
Corría el año 1896 y la población de la provincia de Filipinas se sumaba a la insurrección contra España. Hacía ya algunos años que las revueltas eran frecuentes y los ánimos estaban increpados. El capitán general Camilo Polavieja estuvo llevando una política ineficaz y represiva. Pudo capturar a escritor, político y fundador de la Liga Filipina José Rizal al que condenó a muerte frente a un pelotón de fusilamiento un 30 de diciembre de 1896. 42
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Firma del Tratado de París
Polavieja fue sustituido por Fernando Primo de Rivera que en el año 1987 logró firmar el acuerdo de Bialna-Bato que significaba una pacificación momentánea y la derrota del sucesor de Rizal, Aguinaldo. Este estaba exiliado en Hong Kong y contactó con el general estadounidense William Mckinley quien le `prometió ayuda vinculándose así la guerra de Filipinas con la de Cuba. El 1 de mayo de 1898, una escuadra gobernada por el almirante George Dewey bombardeó el fuerte de Cavite. El Gobierno español intentó trasladar refuerzos pero la escuadra del almirante Cámara fue detenida en el canal de Suez por el mando británico y cuando el general Wesley Merrit consiguió la rendición de Manila, la guerra ya estaba ganada por la fuerzas norteamericana. El 10 de diciembre de 1898 se firmó el tratado de París en el que España cedía a Estados Unidos: Cuba, Filipinas, Puerto Rico y la isla de Guam. Fusilamiento de José Rizal
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Mapa y situación d elas posiciones españolas en el sitio de Baler.
El conflicto, aparentemente, estaba resuelto y acabado. Sin embargo, se iba a prolongar durante un año más debido a la bravura indomable de cincuenta y un soldados españoles que defendía un convento, el de Baler situado junto a la desembocadura del río. Sus muros de metro y medio, sus 30 metros de longitud y 10 de anchura, sus seis ventanas, dos en la parte sur sobre la fachada principal, una orientada hacia el sur y otra hacia el oeste . Los defensores se dispusieron a defender hasta el último hombre un edificio húmedo, estrecho y desprovisto de cualquier comodidad. Para ello, tapiaron las ventanas dejando sólo unos pequeños resquicios por los que poder disparar sus fusiles. Por otro lado, arrancaron varias baldosas del suelo para fabricar un horno con el que cocinar pan, hicieron una letrinaen un corral anexo al recinto e, incluso, socavaron la tierra para construir un pozo en el que encontraron agua. Una suerte que les permitió mantenerse en pie durante casi un año sin morir de deshidratación.
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cajas con 440 raciones de tocino, 22; sacos con 375 kg de habichuelas, 15; cajas con 5.000 latas de sardinas, 50; cajas con 75 litros de aceite de oliva, 2; sacos con 50 kilos de arroz de 1ª, 20; latas con 75 kg de café, 5; cajas de 161 raciones de azúcar, 7; cajas de 50 raciones de galletas equivalentes a 2.500 raciones, 50 Saquetes con raciones de harina, ». Además, antes del inicio del sitio lograron hacerse con una buena cantidad de carne de Australia (enlatada) y otros tantos kilos de arroz. Por desgracia, no contaban con nada de sal -un elemento básico para conservar los alimentosni con agua potable”.
Capitán Enrique de las Morenas
Al no tener noticias contrastadas y que fuesen fidedignas en las que se viera la capitulación de España antes Estados Unidos, el reducido destacamento de españoles decidió resistir hasta el final a pesar de la escasez de municiones y sin la más mínima posibilidad de recibir refuerzos.
Tres oficiales estaban al mando de tan reducido destacamento: el capitán Enrique de las Morenas y Fossi que se negó a rendirse en diciembre de 1898 a instancia del coronel filipino Calixto Villacorta, a pesar de que éste le envió como parlamentario al capitán español Belloto.
Su intendencia constaba de: “En concreto, en el momento de ser sitiados los españoles contaban – según los estadillos de la épocacon los siguientes alimentos: «Raciones de campaña, 7500; sacos con 500 kg de garbanzos, 20;
La Morenas mandó escavar una línea de trincheras alrededor del edificio que sirviera de defensa contra el enemigo. Cerezo llegó a proponer a sus hombres matar cuatro caballos para guardar su
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carne, pero a los soldados les pareció asqueroso, algo curioso si se considera que, a los pocos meses, no tuvieron más remedio que comer desde lagartijas hasta cuervos. Mientras los Cazadores andaban de reformas, los filipinos no se quedaron –ni mucho menos- quietos. Esa misma noche llegó un gran contingente rebelde al mando de Teodorico Luna Novicio, quien mandó construir también una línea de zanjas alrededor de la iglesia para evitar la huida de los sitiados. «El mar había estaba desierto, el pueblo había sido evacuado y permanecía silencioso, el río no parecía vadeable, el bosque y la montaña alejados…
Las Morenas murió (Unas semanas después de la muerte del capitán, mataron y se comieron su perrita) durante el asedio y asumió el mando por orden de antigüedad y de acuerdo con el reglamento el segundo teniente Juan Alonso Zayas puertorriqueño de nacimiento. Éste también se negó a rendirse en febrero de 1899 y, cuando se le entregaron las órdenes en este sentido, consideró que era un ardid de guerra. Alonso murió como su capitán, durante el asedio; el mando pasó entonces al segundo teniente Saturnino Martín Cerezo, que mantuvo una férrea resistencia contra las fuerzas tagalas que eran muy superiores disponiendo inclusive de artillería.
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De izquierda a derecha: Teniente médico Rogelio Virgil, cabo Jesús García Quijano y teniente Martín Cerezo
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las enfermedades mataron más españoles que el plomo filipino La primera de ellas fue la que más ataúdes llenó: el beri-beri. Provocada por la falta de vitamina B, esta enfermedad, según Cerezo «comienza su invasión por las extremidades inferiores, que hincha e inutiliza, cubriéndolas con tumefacciones asquerosas, precedida por una parálisis extraordinaria y un temblor convulsivo, va subiendo y subiendo como el cieno sobre los cuerpos sumergidos y cuando alcanza su desarrollo a ciertos órganos, produce la muerte con aterradores sufrimientos». No era mucho mejor la disentería. Favorecida por las precarias condiciones de salubridad, esta enfermedad lleva a la inflamación del intestino y genera fiebres y diarrea en el afectado –además de vómitos y dolor abdominal-. Muchos fueron los valerosos defensores que se tuvieron que enfrentar cara a cara con ella. Con todo, y una vez que se observó que algunos militares la padecían, se ordenó ventilar la iglesia, tirar los alimentos en mal estado y, para terminar, hacer un pozo negro para evitar que los excrementos se amontonaran tan cerca de los dormitorios. A falta de una solución mejor, esta serie de medidas higiénicas ayudaron a los hispanos a evitar el contagio, aunque la enfermería, al mando del teniente Médico Virgil, siguió llena de pacientes. Los filipinos desesperados por no conseguir la rendición española, iniciaron entonces su particular guerra psicológica contra los sitiados. Ésta consistió principalmente en lanzar
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Combatientes filipinos.
piedras sobre el tejado de zinc de la iglesia por las noches para no dejar dormir a los españoles e, incluso, ordenar a los desertores hispanos que gritaran todo tipo de insultos a sus antiguos compañeros desde las trincheras. Pocas veces era efectivo, pues los Cazadores estaban resueltos a morir en aquel paraje inhóspito
jero (de Caudete) dirigió una columna de 14 soldados que tomó una huerta cercana, con calabaceras y naranjos. Los españoles se comieron hasta las hojas verdes de las calabazas. Era mayo del 1899 y el teniente Martín Cerezo continuaba manteniendo su posición de continua resistencia y solicitaba pruebas fidelignas de que España se había rendido.
Los españoles fueron capaces de dar golpes de mano al enemigo, de cavar un pozo, de enterrar a sus muertos, de confeccionar calzado, de alimentarse… En diciembre, el cabo Jesús Olivares Cone-
Solo cuando leyó una noticia en una de las hojas del periódico “El Imparcial” indicando que un compañero suyo se había trasla-
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Tropas asaltantes de Baler.
dado a Málaga, como le dijo que haría, no podía ser falsa, meses antes había hablado con este oficial y le indicó que su deseo era irse a Málaga destinado.. Entonces, tras 337 días de combates se pactó la rendición con los filipinos y el 2 de junio de 1899 la guarnición abandonó la iglesia. Salieron ondeando la bandera española con armas al hombro mientras que los filipinos les rendían honores militares. Martín Cerezo estaba orgulloso de que ni un día dejó de ondear la bandera nacional en la iglesia. Aun así sus pensamientos eran dirigidos hacia al posible juicio por insubordinación, cuando lo cierto es que su gesta y la de sus hombres había da-
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Hola del Imparcial donde el Teniente Martín Cerezo leyó el traslado de su compañero a Málaga y decidió rendir la plaza a partir de ese momento.
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do ya la vuelta al mundo. Dejaban atrás muchos meses de padecimiento y los restos de sus compañeros; en las paredes de los ruinosos muros del convento no había ni un solo pedazo del tamaño de una mano que no hubiera quedado acribillado por las balas y la metralla de las granadas y disparos de artillería. A los 18 caídos durante el asedio hay que sumar la vida del párroco de la iglesia de Baler, el padre franciscano Cándido Gómez-Carreño Peña de solo 30 años y natural de Madridejos municipio de la provincia de Toledo. Su fallecimiento fue un duro golpe para todos, pues por su carisma y carácter era un sostén continuo para los sitiados. Es más: la importante compra de provisiones de arroz que había hecho él pocos días antes de quedar cercados fue en buena medida la que permitió resistir durante casi un año sin morir de hambre. En el sitio hu-
La capitulación donde el presidente y héroe nacional filipino Emilio Aguinaldo reconocía el heroísmo del destacamento español.
Los tres párrocos de Baler. De izquierda a derecha: parroco Menaya, López Guillén y Gómez Carreño 50
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bieron dos franciscanos más encerrados con los soldados españoles y apoyándolos en todo momento junto al médico el Teniente Gil. Estos jóvenes franciscanos, casi olvidados por la historia, fueron fray Juan Bautista López Guillén y fray Félix Minaya Rojo, permanecieCalle principal del pueblo de Baler. El teniente coronel Sr. Aguilar ron en Filipinas. Hay otro dirigiéndose á parlamentar con el destacamento español (de fotofranciscano que estuvo pri- grafía, propiedad de M. Arias y Rodríguez, de Manila sionero de los filipinos durante todo el asedio, se llamaba Con todo, la defensa no había Mariano Gil Atienza. Todos estos salido barata pues, del más de mefranciscanos eran muy queridos y dio centenar de hombres que harespetados por las gentes del Babían entrado en el templo hacía ler. Finalizado el sitio, y a diferencasi un año, 15 habían muerto por cia de los soldados, que fueron reenfermedad, 2 habían fallecido patriados, quedaron como prisiopor las balas filipinas, 6 habían neros, dado que lo eran antes del desertado y otros 2 habían sido fuasedio. Y su influencia sobre la silados por el propio Ceregente era tan grande, que el líder zo después de que intentaran parebelde Teodorico Novicio les sarse al enemigo. No obstante, haprohibió ejercer su ministerio sabían conseguido un hueco en la cerdotal, de modo que en los mehistoria y un título que resonaría ses posteriores a su liberación lo por toda España hasta la actualihicieron en la clandestinidad. Al dad: «Los últimos de Filipinas». cabo de un tiempo, Novicio comprobó que dificultar la labor de los El 29 de junio el dirigente filireligiosos le granjeaba problemas pino Aguinaldo cursaba un telecon los balereños, así que levantó grama para agilizar los trámites de la prohibición y él mismo contrajo la repatriación de aquellos aguematrimonio eclesiástico. rridos españoles. La admiración
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del filipino por aquella gesta era tan grande que promulgó un decreto el 30 de junio de 1899 donde decía: “ que aquel puñado de hombres aislados y sin esperanzas de auxilio alguno, ha defendido su bandera por espacio de un año, realizando una epopeya tan gloriosa y tan propia del legendario valor de los hijos del Cid y de Pelayo” y el que añadiría “los individuos de que se componen las expresadas fuerzas no serán considerados como prisioneros, sino, por el contrario, como amigos”. A España llegaron a Barcelona abordo del vapor Alicante un 1 de septiembre de 1899. La recepción fue apoteósica donde llegaron a comparar su gesta con las de Numancia o Lepanto. Pero la historia (como es normal en España) les guardaba un desagravio mayor: Todo lo que recibieron los héroes… diez años después, dos pesetas diarias
tropa. Los demás tuvieron que esperar hasta 1908 para que el Congreso les concediese una pensión: 60 pesetas mensuales, que también cobraron los parientes de los fallecidos
En 1901 se concedió a Martín Cerezo la Laureada dotada con 1.000 pesetas anuales. Aunque alcanzó el generalato, sus ascensos los tuvo que pelear mediante recursos, porque para muchos oficiales y políticos era un personaje incómodo. No volvió a mandar
En su prólogo a las memorias de Martín Cerezo, redactado en 1935, Azorín escribió: “¿Qué nación en Europa puede mostrar ejemplo de tal heroísmo?”. Heroísmo, sí, pero sin consecuencias prácticas.
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El gobierno de Madrid fue ruin con aquellos a los que envió a morir o al cautiverio que, cuando regresaron, les regateó las pensiones y los sueldos atrasados. Incluso se les llegó a pretender pagar en moneda filipina en vez de con dinero español. "Todos esos reveses convirtieron a aquellos soldados en seres silenciosos, doloridos y humillados y amargados, que tan solo explicaron retazos de lo que les ocurrió allá, en las lejanas selvas asiáticas."
Los soldados que pudieron regresar vivos de Filipinas. Son: Los últimos de Filipinas.
Filipinas fue el desastre español olvidado, una guerra que no se podía ganar y que tan solo dejó tras de sí una estela de muerte y frustración LA ALCAZABA les rinde sentido homenaje diciendo:
Como nota cabe decir que después, nada más abandonar la iglesia de Beler en Filipinas, los estadounidenses, tuvieron que combatir (en el mismo lugar) contra las fuerzas nativas de Filipinas. Esta vez, donde los españoles habían resistido casi un año, los norteamericanos apenas aguantaron unos días a los insurrectos.
“Fueron los últimos soldados del imperio más grande de la historia, fueron los últimos soldados de Filipinas”.
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ÉSTOS SON LOS NOMBRES DE LOS HEROES DE FILIPINAS:
Soldado de 2ª Manuel Menor Ortega, natural de Sevilla, Sevilla;
Capitán de Infantería Enrique de las Morenas y Fossi, natural de Chiclana de la Frontera, Cádiz.[239] Falleció por enfermedad el 22 de noviembre de 1898;
Soldado de 2ª Vicente Pedrosa Carballeda, natural de Carballino, Orense;
2º Teniente Juan Alonso Zayas, natural de Puerto Rico.[240] Falleció por enfermedad el 18 de octubre de 1898;
Soldado Antonio Menache Sánchez. Fusilado el 1 de junio de 1899;
Soldado Antonio Bauza Fullana, natural de Petra, Mallorca;
2º Teniente Saturnino Martín Cerezo, natural de Miajadas, Cáceres;
Soldado Baldomero Larrode Paracuello. Falleció por enfermedad el 9 de noviembre de 1898;
Cabo Jesús García Quijano, natural de Viduerna de la Peña, Palencia;
Soldado Domingo Castro Camarena, natural de Aldeavieja, Ávila;
Cabo José Chaves Martín. Falleció por enfermedad el 10 de octubre de 1898;
Soldado Emilio Fabregat Fabregat, natural de Salsadella, Castellón;
Cabo José Olivares Conejero, natural de Caudete, Albacete;
Soldado Eufemio Sánchez Martínez, natural de Puebla de Don Fadrique, Granada;
Cabo Vicente González Toca. Fusilado el 1 de junio de 1899;
Soldado Eustaquio Gopar Hernández, natural de Tuineje, Las Palmas;
Corneta Santos González Roncal, natural de Mallén, Zaragoza;
Soldado Felipe Castillo Castillo, natural de Castillo de Locubín, Jaén;
Soldado de 2ª Felipe Herrero López. Desertó el 27 de junio de 1898;
Soldado Francisco Real Yuste, natural de Cieza, Murcia;
Soldado de 2ª Félix García Torres. Desertó el 29 de junio de 1898;
Soldado Francisco Rovira Mompó. Falleció por enfermedad el 30 de setiembre 1898;
Soldado de 2ª Julián Galbete Iturmendi, natural de Morentin (Navarra), Falleció debido a heridas el 31 de julio de 1898;
Soldado Gregorio Catalán Valero, natural de Osa de la Vega, Cuenca;
Soldado de 2ª Juan Chamizo Lucas, natural de Valle de Abdalajís, Málaga;
Soldado Jaime Caldentey Nadal. Desertó el 3 de agosto de 1898;
Soldado de 2ª José Hernández Arocha, natural de La Laguna, Tenerife;
Soldado José Alcaide Bayona. Desertó el 8 de mayo de 1899;
Soldado de 2ª José Lafarga Abad. Falleció por enfermedad el 22 de octubre de 1898;
Soldado José Jiménez Berro, natural de Almonte, Huelva;
Soldado de 2ª Luis Cervantes Dato, natural de Mula, Murcia;
Soldado José Martínez Santos, natural de Almeiras, La Coruña;
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Soldado José Pineda Turán, natural de San Felíu de Codinas, Barcelona;
Soldado Ramón Ripollés Cardona, natural de Morella, Castellón;
Soldado José Sanz Meramendi. Falleció por enfermedad el 13 de febrero de 1899;
Soldado Román López Lozano. Falleció por enfermedad el 25 de octubre de 1898;
Soldado Juan Fuentes Damián. Falleció por enfermedad el 8 de noviembre de 1898;
Soldado Salvador Santamaría Aparicio, natural de Alcira, Valencia. Falleció debido a heridas el 12 de mayo de 1899;
Soldado Loreto Gallego García, Los Isidros Requena, Valencia;
Soldado Timoteo López Larios, natural de Alcoroches, Guadalajara; Enfermería
Soldado Manuel Navarro León. Falleció por enfermedad el 9 de noviembre de 1898;
Médico provisional de Sanidad Militar (teniente) Rogelio Vigil de Quiñones, natural de Marbella, Málaga;[240]
Soldado Marcelo Adrián Obregón, natural de Villalmanzo, Burgos;
Cabo Alfonso Sus Fojas, filipino. Desertó el 27 de junio de 1898;
Soldado Marcos José Petanas. Falleció por enfermedad el 19 de mayo de 1899;
Sanitario Tomás Paladio Paredes, filipino. Desertó el 27 de junio de 1898;
Soldado Marcos Mateo Conesa, natural de Tronchón, Teruel;
Sanitario Bernardino Sánchez Caínzos, natural de Guitiriz, Lugo
Soldado Miguel Méndez Expósito, natural de Puebla de Azaba, Salamanca;
Religiosos
Soldado Miguel Pérez Leal, natural de Lebrija, Sevilla;
Fray Cándido Gómez Carreño, párroco de Baler, natural de Madridejos, Toledo. [241] Falleció por enfermedad el 25 de agosto de 1898;
Soldado Pedro Izquierdo Arnaíz. Falleció por enfermedad el 14 de noviembre de 1898; Soldado Pedro Planas Basagañas, natural de San Juan de las Abadesas, Gerona;
Fray Juan López Guillén, misionero natural de Almonacid de Toledo, Toledo; [242]
Soldado Pedro Vila Garganté, natural de Taltaüll, Lérida;
Fray Félix Minaya, misionero natural de Pastrana, Guadalajara;[
Soldado Rafael Alonso Medero. Falleció por enfermedad el 8 de octubre de 1898; Soldado Ramón Buades Tormo, natural de Carlet, Valencia; Soldado Ramón Donat Pastor. Falleció por enfermedad el 10 de octubre de 1898; Soldado Ramón Mir Brills, natural de Guisona, Lérida; 55
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Isidoro A. Gómez Montene
¡Perdón…! El hecho de que el hombre sepa distinguir entre el bien y el mal demuestra su superioridad intelectual sobre otras criaturas,
pero el hecho de que pueda hacer el mal demuestra su inferioridad moral a cualquier otra criatura que no puede hacerlo. Mark Twain.
Francisco Villarroel - Pintura contemporánea,
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egro
¡Pronto nos enfrentaremos al misterio terrorífico… hemos llegado, nos envuelven lámparas de la noche, se nos niegan madrugadas y el miedo acecha! Derruimos míticos vestigios, glaciales y fósiles, nostalgia del expolio, tosigo y estramonio adulterados átomos licuándose con fines perversos. Perdieron luz en la mirada niños, mujeres, hombres, ya no hay ciudades pobladas, erguidas, ahora están vacías, sin arenas vírgenes ni campiñas de antiguos tiempos. La pólvora y la alta tecnología dejan cientos de miles de seres con vísceras rotas, envenenadas, ajados telones de la memoria con miedo no desvisten lunas, ahora es sinfonía desesperada los gritos de hombres déspotas, rapaces y depredadores. Los mercados se adornan con pieles, cuernos y colmillos de marfil de animales en peligro de extinción, se repite la orden en labios de hombres, los ríos lloran lágrimas verde olivo ante la bestial e inexplicable contaminación, mercurio, petróleo, plomo. Las abejas, otros insectos, aves, articuladas hojas que el tiempo cristalizó al vuelo, esperan la desnudez del viento, los pájaros reclaman con tristeza el aroma en la atmósfera intoxicada de puentes de humo aéreo y llamas. Ocasos de piedra, gacelas cruzan horizontes, senda de la noche, fuentes de mármol, congoja amarilla, figura en jardín de azar, hervidero de egoísmo, envidia, la virtud deshecha, escaso tiempo, tantos credos y pocos
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Perdón. Celia Macedo Rivera
días de júbilo; reptiles agazapados en los quicios y dolientes vergeles, ríos contaminados serpentean en ciudades, vida y luz no iluminan. Alevoso hachazo, savia de albor, el tronco del árbol del tule caerá sobre arena. Se vuelca el viento en llanto, clamor de sangre derramada… murmura el viento: ¡Persistan centinelas!, se escuchan otros ecos… ¡Continuemos de pie frente al arcoíris!, ramas desgarradas desnudan el cielo, ahora la tierra está cansada de ser cratera de lágrimas de sus hijos a los que tanto proveyó y ama, madre genitora, “tierra tolere”, manantial de mente espesa, amasa el tiempo, fogatas arden, duelen, cuerpos hechos cenizas, noche ho-
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micida de curvado relámpago recibe largo réquiem, abismo sepia de horas pasadas y noche de agua. Se deslizan enormes bloques de hielo ubicados estratégicamente en Groenlandia, afectándonos nada menos que sobre el clima local y el globo terráqueo. Debiéramos detener la extracción exagerada de crudo y minerales; sobran ya los llamados de atención de científicos y organizaciones ambientales sociales y nativos. Fruto de la ambición desmedida de una economía a la cual se intentó forzar con crecimiento insostenible y de consecuencias apocalípticas, estamos acabando con la variedad de vida. La aurora abre al día la paloma blanca agoniza, paloma de la paz, en el mundo el cielo es página de vencejos, en los muslos de la tierra hay cicatrices, la marcha espera el martirio de los relojes, la penuria del viento y los pájaros reclaman. Sirte dudosa a un nuevo día, otrora cubierto de violetas, alhelíes con música de laudes, no sabemos si tendremos invitación, ahora el mar es dolor… llora a solas, inexplicables convulsiones de simas delirantes, muere la luz por 30 monedas que nos dieron y guardamos en ánfora codiciosa, hemos sido Judas tantas veces por vender al prójimo, ya nadie estará de luto, comulguemos hasta el hartazgo.
Y… ¡Roguemos al creador para ser absueltos!
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Cuando el carruaje pasaba por el paso de Borgo, el sitio más cercano al castillo del Conde Vlad Tepes (“El Empalador”), los lobos comenzaron a aullar como poseídos por el demonio. El cochero, que no las tenía todas consigo, y que accedió a pasar por allí a regañadientes, gracias a una oferta muy generosa de mi parte, huyó como alma que se lleva el diablo sin siquiera detenerse un segundo más para recibir el pago. Le arrojé la bolsa repleta de monedas por la ventana del coche, y me quedé mirando la silueta ominosa del castillo recortada contra el fin del crepúsculo.
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El Castillo del Conde Drรกcula ubicado en Poenari, que nada tiene que ver con el castillo cuyas coordenadas dio Stocker en su libro.
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Personajes
No sentía temor. Provengo de una familia de diabéticos hereditarios, a quienes la enfermedad nos había endurecido en lugar de ablandarnos, y viajábamos por el mundo buscando el elixir que pusiera fin a esa dolencia. En aquellos tiempos, finales del siglo XIX, ya contábamos con el alivio temporario de la insulina que nos incitaba a vivir vidas normales y, a veces, como en mi caso, incluso aventureras. Era cuestión de caminar mucho, resistir la tentación de los manjares azucarados y llevar siempre conmigo la milagrosa droga y los adminículos para inyectarla. En un diario de Buenos Aires de 1899, donde residía entonces, leí la noticia que me trajo a estos extraños parajes de Transilvania. El aviso solicitaba, casi veladamente, diabéticos para realizar experimentos en curas milagrosas, esotéricas, con escaso riesgo y alta remuneración. Prometía, incluso, la eliminación total de la dolencia. Fue esto último, más que el aspecto pecuniario, lo que me decidió a partir. Solterón y libre como yo era, sin compromisos de ninguna especie, me dejé tentar por la esperanza de un remedio absoluto, amén de la aventura misma por tierras que no conocía. Ya había consultado a una pléyade de brujos y curanderos, homeópatas y manos-santas, sin resultados visibles. Quizá el remedio de las abuelas, la canela, era de cierta ayuda. Yo agregaba una cucharadita de esa aromática especia al café matutino, más por mejorar el gusto que por sus presuntos beneficios.
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Según la última carta del Conde, debía esperar en el Paso de Borgo cuando llegara, sin arredrarme por la cercanía de los lobos u otros animales nocturnos, y él enviaría su propia carroza a buscarme. Me extrañó la imprecisión de la cita, y, por las dudas, le confirmé por correo desde Bucarest el día y la hora aproximada de mi arribo. Vana precaución, apenas unos minutos después de haber arribado, una lujosa calesa se detuvo ante mí.
Los lobos callaron de repente, y un par de murciélagos-vampiros revoloteó sobre el cochero embozado. Sin decir palabra, éste bajó y me abrió la puerta, después de haber acomodado mi exiguo equipaje en el techo de la calesa. Los caballos partieron al galope y en poco menos de media hora llegamos al puente del castillo, ya en noche cerrada. El misterioso cochero dejó mi maleta bajo el majestuoso porche de entrada y se esfumó con su vehículo en las tininieblas.
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Yo había leído ya en su idioma original el célebre libro de Bram Stoker: “Drácula”, y me sorprendió la similitud de ese comienzo, aunque el Conde no firmaba sus misivas con ese nombre sino con el del primero de sus ancestros, el fundador de la dinastía, Vlad Dracul, palabra esta última que significa literalmente “Dragón”. La puerta, enorme y labrada, se abrió como por arte de magia, y mi anfitrión apareció en el rellano con una extraña sonrisa. ¡Bienvenido! -dijo en un inglés cambridgiano- ha sido Ud. británicamente puntual; ¿o prefiere que hablemos en español? Me da igual -respondí asombrado, porque su castellano también era perfecto, con un dejo salmantino por añadidura- aunque siempre, como cierto Emperador, preferiré la lengua de Castilla... ¿En la que él le hablaba a Dios, verdad? –repuso denotando su saber. Y sin más preámbulos me invitó a pasar al salón comedor, alumbrado por un centenar de velones nocheros. La mesa estaba puesta para uno solo, pero en ambas puntas había sendas jarras de un vino espeso, rojo como la sangre. !ª edición del libro de Bream Stocker 1897
Yo ya he cenado -aclaró con otra críptica sonrisa- pero lo acompañaré con este vino de mis propios viñedos, mejor que el más reputado Lacrima Christi de la región. El vino, en verdad, era insuperable, y a la cena fría nada había que reprocharle: toda clase de fiambres y quesos locales con pan tierno, enmantecado, y, de pos-
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tre, fresas silvestres con crema agria, regadas por un té fuerte, de exquisito gusto, cuya agua se mantenía hirviendo en un samovar de plata. No hay nada dulce afirmó- y como Ud. bien debe saberlo, las fresas son adecuadas por su escasa cantidad de azúcar vegetal. Después de la segunda taza de té humeante, prendió su pipa de raíz de fresno con una mezcla suave, levemente perfumada -de Latakia, dijo- y me ofreció cigarros de hoja de ignoto origen pero de excelente aroma. Finalmente, repantigándose en el sillón señorial, entró de lleno en el asunto que nos incumbía. No me interrumpa, por favor -pidió galantementeluego responderé a todas sus preguntas. Asentí repetidamente, y él prosiguió:
Si ha leído Ud. el libro de Bram Stoker, ello me ahorrará algunas explicaciones... Casualmente lo leí antes de emprender este viaje. Era de esperar...Bien, parte de lo que él cuenta es verdad, aunque el nudo esencial, el verdadero motivo de nuestro vampirismo no proviene del demonio ni del mal. Es meramente biológico y natural como el de esos temidos e injustamente repudiados animales nocturnos que le dan nombre, harto menos dañinos que las serpientes, arañas o ratas. La diferencia estriba en que a nosotros
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Revista La Alcazaba Vampiro de Philip Burne Jones
sólo la sangre humana nos permite sobrevivir. Somos una ínfima minoría, mucho menor que la de los diabéticos; en nuestro caso, resabio de evoluciones truncadas de la humanidad, y no ponemos en peligro la existencia de esta última. Sólo unos pocos hombres y mujeres cada tanto. Muchos más mueren en las guerras, epidemias e injusticias que asolan a la especie del Homo Sapiens. Mas esa sangre “salada”, literalmente, es la mayor parte de nuestro menú. Vuestra sangre, en cambio, es el postre, y toda buena comida debe incluir uno. Sin sangre dulce, al final, no hay verdadera saciedad. Por eso, solapadamente, os buscamos, para que forméis parte de nuestra propia especie, el Homo Sapiens Sanguinuus, que no es inmortal pero sí muy longeva. No todas nuestras víctimas adquieren la larga vida, pero sí la totalidad de los diabéticos, por razones que aún desconocemos. A cambio de vuestra rica sangre, la sempiternidad, o casi. ¿Qué os parece?
Pero entonces repuse- no hay una verdadera cura de la enfermedad, seguimos afectados por ella... Sólo en cierto modo, pues ya no tendréis que preocuparos por las inyecciones de insulina, ni por la comida. En esa verdadera transfusión sanguínea vía oral, que es la succión vampírica, curiosamente no nos contagiamos, y vuestros organismos siguen produciendo sangre dulce, aunque se alimenten con sangre salada. Sucede lo mismo que antes, ya que todo alimento, alguno más que otro, se convierte en azúcar en vuestro estado actual; pero ello ya no
El vampiro de Eduard Munch
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pondrá en peligro vuestra prolongada existencia. Y, por si esto fuera poco, siempre os damos las primeras presas “vírgenes”, en el doble sentido de la palabra. Vosotros sois los iniciadores, los privilegiados “novios o novias” de los esponsales, que, por supuesto, se realizan sólo entre vampiros de distinto sexo (a pesar de lo que dice Stoker, que aún no lo sabía todo, porque fue convertido en vampiro después de publicar su libro) y ambas iniciaciones tienen lugar en la alcoba. Sólo después se reparte la suculenta torta de bodas. El único tabú es que no podéis desposar, ni, por ende, succionar, a una diabética...
Os presento a vuestra embozada cochera -dijo el Conde, sonriendo ya abiertamente, sin disimular sus propios colmillos. Su nombre iniciático será Ligeia, como el personaje de Poe, quien también era, mejor dicho, es, de los nuestros, aunque mora de incógnito en otro castillo y sigue escribiendo con otros nombres. Si estáis dispuesto, comenzaremos en seguida con la ceremonia, que toda iniciación implica. Sólo una última reflexión: -añadí con la voz quebrada por la emoción del momento- de lo que Ud. dijo antes, colijo que, de todos modos, seguimos haciendo “dieta”, si bien de sangre. Así es, un diabético no se salva de la dieta ni aun siendo vampiro. Y una postrera pregunta -insistí- ¿podré escribir un cuento sobre todo esto, aunque sea a posteriori de mi iniciación? Hágalo, total, nadie lo creerá, como en el caso del libro de Bram Stoker, y como ocurre con todos los cuentos, novelas poemas y dramas. Lo mejor para esconder una verdad es contársela a un escritor...
En ese momento, apareció una hermosa doncella que parecía haber estado escuchando detrás de los cortinados, seguida de una media docena de beldades. En estas últimas, sus largos colmillos no afeaban la sonrisa, al contrario, la tornaban más seductora, libidinosa y enigmática.
Vampires de Istvan Csok 67
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La niñez es esa na, aprende a cafianza en sí misser alguien indecipios.
etapa preciosa donde se desarrolla la persominar y a hablar, a interactuar y a tener conma, donde empieza a tener consciencia de pendiente con unas cualidades y unos prin-
En Grecia, cuna de las escuelas, curiosamente no hay estatuas de niños, ni había limitación de edad para considerarse un infanticidio, la niñez no estaba considerada como una etapa diferenciada del resto del proceso evolutivo de la persona, Aristoteles fue el primero que habló de poner normas para proteger al niño.
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La palabra escuela griega procede de la raíz: “tiempo libre”, pensaban que una persona libre, su tiempo libre lo usaría para pensar y adquirir conocimientos, por lo que la escuela era para todas las edades conjuntamente, les unía el maestro no la edad. Que pensarían esos griegos si ven como en nuestro mundo se usa el tiempo libre. Con la llegada de los romanos, se presta más atención a los niños, ponen la primera ley que protege al menor. Hablan de proteger al niño ante la violencia y el sexo. Quintiliano (siglo I d. C.) ya habló de un sistema educativo por diferencia de edades y en cada etapa un aprendizaje adecuado a sus capacidades.
Niños comiendo uvas y melón. Bartolomé Esteban Pérez Murillo.
Con la invasión de los bárbaros se pierden todos los derechos y beneficios de la niñez y en la edad media desaparece la diferencia entre la niñez y la madurez. Desaparece el pudor, la escuela, la lectura y la educación. Los niños quedan relegados a un segundo plano, a ser usados, a ser objeto de todo tipo de abusos, donde su único objetivo era sobrevivir en un mundo procaz, primando la ley del más fuerte con sus instintos primarios como base de la sociedad. Una época donde no se celebraban sus cumpleaños en muchos países por no considerarlos importantes, ese periodo entre los 6 años hasta los 16, donde forjamos nuestra personalidad, no se les vestía de forma diferente, incluso en algunos sitios se les llamaba con el mismo nombre a los hermanos por la alta mortalidad infantil que había para evitar el afecto y por tanto el dolor de la pérdida de un ser querido. Hablamos de unos 1000 años donde desaparece lo que entendemos ahora como amor paterno filial. Hasta la aparición de la imprenta en el siglo XV, donde vuelve a leer la población, vuelve la educación y la escuela, surge el renacimiento, y gracias a figuras como el erudi-
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to, escritor y humanista Erasmo de Rotterdam, vuelve el concepto de la niñez; habla de lo importante que es que la escuela pública esté abierta a todos para evitar las desigualdades sociales y que el niño pueda adquirir las cualidades de bondad, sabiduría y poder a partir de los 7 años. Él ya sabía que se trataba de un momento clave para el ser humano, donde superamos los miedos, ganamos confianza, tenemos inquietudes, aspiraciones y empezamos a amar y relacionarnos con otras personas de forma sana, pasando de ser un bebé dependiente y con pensamientos egocéntricos, a una persona que ya puede comer sola, andar y hasta trabajar, como sigue ocurriendo hoy en día en muchos países. Es en el siglo XVII cuando aparece la primera literatura infantil, libros de urbanidad, de pediatría y de educación propiamente dichos, nacen las teorías de John locke, donde propone que el niño es una tabla rasa que hay que rellenar con la educación y las normas sociales, y las de Rousseau, que piensa que el niño nace libre y bueno; es la sociedad quien lo deteriora, el niño tiene una evolución natural que solo hay que encauzar pero no encadenar. A principios del siglo XX surgen los otros dos genios de la evolución infantil, Vigotsky y Piaget. Para Vigotsky, el niño es un sujeto activo que construye su conocimiento, y es a través de la interacción con los otros lo que transforma su visión de la realidad, por eso es tan importante con quien nos relacionamos, son los otros los que nos ayudan en nuestro constante proceso de aprendizaje y desarrollo. En el caso de Piaget, el aprendizaje se produce de manera individual. Es el conflicto entre lo
Niños jugando a los dados. Bartolomé Esteban Pérez Murillo.
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Niños en la playa. Joaquín Sorolla
nuevo y lo que ya tenemos establecido lo que lleva al individuo a buscar el equilibrio. Estas teorías se siguen discutiendo hoy en día y los sistemas educativos están basadas en una u otra. Curiosamente con la revolución industrial aparece otro apagón para la niñez de la clase obrera, los hijos son obligados a trabajar en las minas y en las industrias como mano de obra barata, es solo entre el siglo XVIII y el XIX, a partir de ahí, vuelven a surgir leyes de protección al menor, cada vez defendiendo más al menor y conociéndolo mejor. Es una pena ver como esa infancia tan bien separada y protegida ante la adolescencia y la madurez está volviendo a desaparecer; vestimos a los niños como adultos, les dejamos ver películas de adultos, estar en conversaciones de adultos, les tenemos horarios de adultos y les dejamos jugar a juegos de adultos, sin darnos cuenta que sus filtros son más finos y delicados que los nuestros y sin ver como les influye y les perturban algunas realidades que les llega de ese mundo adulto, para los que todavía no están preparados. Un mundo en el que desaparecen los juegos infantiles, donde sobre la marcha valía cambiar las nor-
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mas, donde la imaginación y el divertimento era lo más importante y se sustituyen por juegos de competición, con unas normas rígidas hechas por adultos y donde lo importante es ganar. Destruimos la inocencia, la capacidad de sorprendernos, de disfrutar con cualquier cosa, la espontaneidad, la relación directa con la naturaleza o con otros niños, y lo sustituimos por maquinas, por miedos y por la posesión material, lo sustituimos por estar más tiempo con adultos, viendo y escuchando cosas de adultos y con obligaciones de adultos. Empezamos a ver niños castrados mentalmente sin inquietudes, sin sueños ni aspiraciones, donde sus relaciones son superficiales, donde siguen con miedos infantiles y sin personalidad al finalizar su etapa y entrar en la adolescencia. Estamos destruyendo las fases de la evolución, y el resultado son personas adultas, con miedos de niños y sin capacidad de luchar ni de afrontar su propia vida.
Quien no ha oido hablar de la poda sináptica, cuando nuestro cerebro corta conexiones neuronales que considera poco útiles y se fragua en lo que ha aprendido, desaparece la imaginación y el cuestionamiento para aceptar lo establecido, es como si la arcilla de nuestro proceso mental estuviera blanda en ese periodo de niñez y según como la moldeemos, así podremos vivir nuestra madurez, realizando mínimos cambios. Cuanto más podemos con nuestros sistemas educativos, más tenderemos a una sociedad que busca un sistema de certezas, sin cuestionarnos ideas nuevas, donde los adultos de hoy, no son capaces de buscarlas y donde la clase dirigente y los medios de masas están siendo incapaces de establecer un mínimo sistema regulador ante una realidad aparentemente desestructurada, donde mutan diariamente las ideas, las metas, los valores y algo más tangible como es el trabajo y de la educación. Falta un grito que denuncie la esteriliza-
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Snap the Whip-Winslow Homer-
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ción de las mentes fecundas que está produciendo este sistema opresor que condena a la juventud a ser meros repetidores de dogmas y como consecuencia a automutilarse para no enfrentarse nunca a los estamentos superiores que dominan y controlan el pensamiento y los deseos de las masas. Nos dan pequeñas píldoras de libertad, cuando en el fondo solo son las opciones por donde ellos quieren que nos movamos, no cabe opción nueva o incontrolada por ellos. ¿Dónde están las preguntas de esta juventud?,¿no hay una sola autocrítica? Parecen tenerlo todo muy claro. Todo está perfectamente planificado para que no surja entre la masa una duda metódica que pueda hacer temblar los pilares de la organización, esa duda que es el pilar de todo progreso intelectual. Nos han dado las ideas mascadas y nos las reiteran cada día para conseguir así que el sujeto tenga una identidad narcisista en la cual cree ser aquello que repite como cantinela, abandonándose sin buscar una identidad propia, donde cuestionarse lo establecido y crear sus dudas. El sistema se encarga de ponerte las opciones, de responderte a las dudas 73
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que ellos mismos han marcado, y de ponerte las otras opciones divergentes a las que poder odiar. (Es como si nuestros progenitores pudieran controlar quienes van a ser nuestros amigos, y quienes nuestros enemigos y hasta dónde podemos enfrentarnos, estando las dos figuras al servicio de nuestros padres. Sabiendo que todas las ideas que me digan mis amigos y mis enemigos están ya impuestas por ellos y solo podemos elegir entre una o la otra, no hay ni puede haber nadie más que me influya puesto que no hay más gente a mi alrededor, todas las variables están controladas). En nuestro mundo solo existen los partidos políticos puestos por el sistema, subvencionados desde su creación por empresas o países que quieren el control de la masa y que no cambie nada, controlando a través de subvenciones los medios de comunicación, y la educación. Un ejemplo claro es subvencionar el papel de los periódicos, dar las licencias para abrir una cadena nueva de radio o TV, o darte la publicidad estatal, o como hacen los regímenes autoritarios directamente, manipulando el contenido educativo para manipular a las masas.
Estamos ante un estilo de vida que ha perdido sus marcos referenciales y ordenes de legitimación de su cotidianidad. Faltan pensadores que no se queden en la superficialidad del presente en el que nos encontramos, que apuesten por un futuro que no veremos, pero que nuestros hijos van a heredar, volvemos a perder la importancia de la niñez y solo pensamos en el presente.
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Con la llegada de la televisión a partir de los años 50, 60, dependiendo da cada país, desaparece el pudor y la canalización de los mensajes que pueden llegar al niño, cada vez las barreras entre los mensajes para ciertas edades se rompen, y con la llegada de internet desaparecen por completo. El niño ya no tiene esa protección del adulto para canalizar los estímulos que le llegan. Ya no hay códigos ni ritos para salvaguardar la infancia. No hay tiempo, ni tienen capacidad para que sus cerebros puedan digerir tanta información, esto ya se vio en el medievo y nos llevo a una civilización primaria, sin niñez, con adultos infantiles donde solo queda la animalidad, impulsos de satisfacción inmediata, agresividad. Pasamos del dominio de la mente sobre el cuerpo a la esclavitud de la mente por el cuerpo. El concepto del esfuerzo por educarse uno, esta desapareciendo. Nunca ha sido tan fácil tener tanta información al alcance de la mano y con tanta facilidad, pero de nada nos sirve sin una preparación previa para saber que buscar y como utilizarlo. Se critica el aprendizaje de memoria por grandes expertos de la educación de nuestro tiempo, pero yo les preguntaría si acaso no es cierto que solo sé aquello de la que me acuerdo. Solo lo que tengo en mi cerebro es lo que mi cerebro puede procesar y gracias a las aportaciones de otros genios podemos evolucionar; pero si no sé lo que se hizo, porque no lo he aprendido ni lo puedo recordar, ¿Como voy a poder evolucionar a nivel individual o podré tener grandes ideas o tan solo una conversación inteligente si nada recuerdo?
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¿Acaso debo pensar que cuantos menos conocimientos y menos cultivada tengan la mente nuestros jóvenes, mejor los van a poder manejar las clases dominantes, mejor voy a venderles y hacerles depender de las marcas que consuman y más dependientes van a estar de los últimos modelos? Estamos creando individuos cuyas personalidades están atadas a las marcas y a ideas que no son suyas. Se acaba el mundo de los pensadores y se sustituye por el mundo de los dogmas. se anula la sabiduría popular, la de nuestros mayores y se sustituye por el “saber” que aparece en las películas, los anuncios y lo que dicen los nuevos héroes famosos de TV con cuerpos esculturales y vidas fáciles sin esfuerzo. El adulto deja de tener interés en ser padre para seguir siendo un niño y el niño quiere dejar de serlo para ser adulto. Adultos que buscan su autosatisfacción ególatra, es la época del auto narcisismo, donde dedicar tiempo a los niños para que aprendan y maduren no está dentro de los esquemas de estos nuevos padres, es la ley del mínimo esfuerzo, donde no queremos problemas ni planificaciones de futuro, es la época de abandonar a los hijos al sistema educativo, a las redes sociales y a la TV, para que dejen al adulto autosatisfacerse sin obligaciones ni responsabilidades. Es la época donde no se lucha por la pareja ni se aguanta nada del otro, la ruptura es la salida fácil para buscar gente nueva que no den problemas, ni nos hagan esforzarnos, solo satisfagan el presente.
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Pero las consecuencias empiezan a verse, las tasas de delitos de la juventud en los países occidentales a crecido de forma exponencial desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la agresividad aumenta de forma preocupante, la hostilidad se da por celos, las agresiones dentro de la pareja aumentan de año en año, la impotencia de no tener capacidad ni ingenio para conseguir lo que quiero provoca ira y esta violencia. El alcoholismo y la drogadicción que eran patologías de adultos, ha pasado a ser un problema grave entre los jóvenes. No es fácil comprender algo cuando se está capturado en el mismo ritmo que generan la confusión y el sufrimiento. Pero por supuesto que hay muchos padres que si saben sacrificarse, que crearán los adultos del futuro.
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En el septiembre de 1644 los caballeros de Malta capturaron cerca de Rodios la galera capitanea de una flota turca que condujo en romería a la Meca Saphira, la favorita del sultán Ibrahim, con su niño, el principe hereditario Osman, hijo primogenito del sultán. Saphira fue increíblemente salvada de un envenenamiento actuado por una de sus competidoras del harén en el serrallo de Topkapi Sarayi a Estambul, y habría querido agradecer a Alá. Era conocido que la favorita del sultán fue hecha prisionera por niña en Italia y llevada gratuita al gran sultán por Shalil Pachá en el 1620.
Manfredonia antes del saqueo turco. Trozo de tela del cuadro Le Virgen y el Niño. Iglesia de Santa Rosalia Chies. Obra de Pblo Finoglio (1624)
sorpresa con cincuenta y seis galeras la ciudad de Manfredonia, entrando de las puertas dejadas abiertas con sus tropas, que torturaron, violaron, mataron, devastaron y saquearon.
El 16 de septiembre 1620 Shalil Pachá (un caballero de Malta renegado) atacó de
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El ataque de los turcos (entre sus filas había muchos europeos: traidores, mercenarios y delincuentes comúnes reclutados en las filas turcas para salvarse de los rigores de la ley), se hizo atroz, quizás se pudo haber rechazado, pero el castellano, don Fernando de Velasco, rehusó distribuir las armas entre los ciudadanos que manifestaron la intención de defenderse, el gubiernador de Puerto y castillo de Manfredonia .. Óleo del puerto y castillo de manfredonia por Jacob Philipp Hackert (1737–1807), capitanes, Carafa, no hizo intervenir a las fuerzas de Los turcos tomaron partido sobre las caballería y se habló de una traición del casas más altas de la ciudad y de allí, con depuesto virrey don Pedro Téllez-Girón, cañones y arcabuces, pusieron bajo tiro III duque de Osuna, que fue remplazado al las explanadas del castillo situado a Lepoco por el rey español Felipe III con el vante de la ciudad, haciendo así dificultocardenal Gaspar de Borja y Velasco. sa la defensa. Castillo de Manfredonia
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Dibujo que representa a Saphira
Sobre la presunta traición del duque de Osuna, habría mucho que decir, puesto que el duque siempre fue un encarnizado anti-otomano.
El duque de Osuna murió en la carcel, pero fue rehabilitado después de su muerte. Don Pedro Tellez y Giron Velasco.
Queda, en todo caso, todavía hoy un misterio el por qué fue abandonada la ciudad de Manfredonia y dejada en las manos turcas. Quinientos fueron los matados entre los habitantes, y el resto fueron deportados a Turquía. La población de la ciudad se quedó muy mermada y casi toda la ciudad fue destruida.
Después de tre dias de asedio, el 19 de septiembre fue concertada una rendición, que dejó salva la vida a quien resistió, mientras la flota otomana volvió en Turquía, carga de lo que había saqueado, entre cuyos oro, armas, municiones, todas las viandas alimenticias de la ciudad y la población hecha esclava del sultanato.
La catedral angevina fue quemada, y todas las Iglesias fueron saqueadas y profanadas. El poderoso castillo, de origen aragonés, se mostró ineficaz ante la batalla siendo pacialmente destruido. Fue tan severo el castigo que dieron los turcos a la ciudad de Manfredonia que jamás volvió a tener el esprendor de antaño.
Entre los prisioneros había una niña de diez años, Giacoma Rosa Beccarino, secuestrada en el convento de las clarisas, huérfana de madre, muy bonita, fue destinada como homenaje al sultan. Ibrahim I conocido como “Ibrahim el loco”. Saphira (fue llamada así en Turquía la pequeña Giacoma), con el tiempo quedó unida a la
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fe en el catolicismo podia convencer a las personas, incluido también el hijo del gran sultan de Turquía. Ibrahim se activó para recobrar atrás al hijo, también con la mediación de Venecia. Pero fue todo inútil. En el 1675 hermano Domenico lector se licenció y fue habilitado a la predicación, también recibiendo el encargo de vicario general de los monasterios de Malta. En aquel mismo año fue mandado brevemente a Roma, dónde muchos cardenales quisieron hacer su conocimiento, y luego volvió a Malta, dónde, a la edad de treinta y cuatro años, los mismos que su madre vivió, murió, en consecuencia de una dolorosa enfermedad. Ésta es una historia verdadera, que dio también ocasión a la "Storia di la prisa di la gran Surdana", composición poética siciliana en octava rima.
Ibrahim I
familia del sultan. Tuvo un hijo con el poderoso señor. Le llamó Osman, un joven que estaba destinado a ser el futuro sultan de Turquía. Pero los caballeros de Malta partieron esta suerte. En un golpe audaz la secuestraron y también a su hijo Osman cuando se dirigían hacia la Meca para dar gracias por habrese librado de unasfFuertes intosicaciones Los llevaron a la isla de Malta, dónde Saphira rechazó a convertirse al cristianismo y murió en el 1645. El pequeño príncipe Osman fue educado por los padres dominicanos y cambiaó su nombre. Luego se trasladó de Malta a Nápoles, en el convento de la Sanità. El joven fraile fue de gira por talia y el extranjero con misiones apostólicas; en realidad era un objetivo propagandístico ya que era la demostración viviente que la
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Osman con los hábitos de dominico.
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prano, es ese mayordomo asesino de la memoria que se llama olvido.
Recuerdo que el colombiano Jaime Jaramillo, nadaísta ejemplar, escribió más o menos: "Querer ser poeta es ir contra el sentido común. No resulta práctico, pero tiene la ventaja de que se vence después de muerto, como el Cid" (quien quiera la frase exacta que la busque, que no estoy yo ahora para andar manoseando en mi biblioteca).
No hay que engañarse, el mundo es un desmemoriado crónico, tanto tiempo lleva rodando el planeta por el universo que los siglos rozan irremediablemente su corteza, en la que cabalgamos todos, y en el mejor de los casos se recuerdan unas frases inteligentes o jocosas de algún autor, el nombre de un general o una batalla y tres o cuatro detalles más. Pero son breves recuerdos los de unos cuantos siglos comparados con la eternidad; pasarán edades y toda la vida que conocemos, todas las glorias y miserias, todas las palabras y todos los hechos terminarán en el agujero negro
Pues bien, debo añadir que estoy de acuerdo con lo de contravenir el sentido común, pero tengo mis dudas en cuanto a vencer después de muerto porque tengo la impresión de que la mayoría de los poetas no vencen ni vivos ni muertos, y el que termina siempre por vencer, tarde o tem-
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En silencio, marchitaba la rosa su fragancia… En el contraste de la efímera flor, la vida, late inmortal entre las páginas de un poemario.
universal que se engullirá a sí mismo y a la totalidad que nos parece hoy eterna.
Así las cosas, poetas de mis entretelas, apuesto por hacer cuanto sabemos hacer de la mejor manera posible, ceñirnos a nuestro tiempo y nuestro entorno. Mejor no fabular con el prestigio y las bibliotecas del futuro, no embelesarse con el nombre de una calle o la placa que diga que alguna vez estuvimos aquí, porque prestigio y bibliotecas y calles y placas, como todo lo demás, terminarán en el desagüe del Universo.
Ya sé que acabo de ponerme escatológico, pero cuando pienso en los autores que suponen que su obra perdurará para siempre me da la risa floja. Todo pasa a tal velocidad que dentro de millones de años vamos a ser un polvo en extinción de lo más contundente. Así que "vencer" en vida puede tener algo de sentido, puede resultar satisfactorio sin duda, pero pensar mucho más allá, en la posteridad y en la eternidad es una soberbia ignorancia. El olvido terminará por reinar y hasta se olvidará de sí mismo.
Al final, he ido a buscar la frase exacta de Jaramillo y es esta: "Elegir la poesía es decidirse contra el sentido común. No resulta nada práctico. Pero tiene la particularidad de que se vence después de muerto, como el Cid". Pues nada, lo dicho.
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Washington Daniel Gorosito Pérez
La migración de rusos a la República Oriental del Uruguay tiene más de 100 años. Ese país conosureño, bañado por las aguas del Río de la Plata y el Océano Atlántico fue en el puerto de su capital, la hermosa Montevideo, destino de corrientes migratorias que arribaron a fines del siglo XIX e inicios del XX, en su mayoría provenientes de Europa.
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Fundadores de la religión Katasonof, Mokshin y Lubkov (de izquierda a derecha)
Durante las presidencias de José Batlle y Ordóñez (1903- 1907 y 1911- 1915) se promovió la llegada de campesinos procedentes del Viejo Continente para trabajar la tierra uruguaya, posteriormente funcionó un proyecto integrador de las identidades culturales de los inmigrantes con el objetivo de construir una sociedad nacional. La razón de la llegada de los migrantes rusos al Uruguay será religiosa. El cristianismo ortodoxo de Rusia que era muy sólido y no mostraba ni un ápice de tolerancia hacia otras expresiones religiosas llevó a Basilio Lubkov, líder de la secta denominada “Nueva Israel”, escindida de la Iglesia ortodoxa a buscar nuevos horizontes fuera de las tierras del Zar Nicolás II. Durante su estancia en los Estados Unidos, Basilio Lubkov, se encuentra con el Cónsul de Uruguay, José Richiling, quién es seducido por la idea de radicar campesinos rusos en territorio Oriental. Con el visto bueno del
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Monumento en Puerto Viejo conmemorando el desembarco de los primeros colonos rusos en Uruguay
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Gobierno uruguayo, Lubkov arribará acompañado por 300 familias, siendo el forjador de la inmigración rusa en Uruguay. El arribo fue durante la segunda presidencia de Batlle y Ordoñez. El 27 de julio de 1913 fundan San Javier a orillas del Río Uruguay en el Departamento de Río Negro, a dónde fueron trasladados por dos barcos de la Armada uruguaya.
Los inicios no fueron dulces, como el Kwas, exquisito vino de miel que producen, según el servicio estatal de noticias ruso Sputnik News, los criollos, se reían de su apariencia y costumbres. Sara Subbotin, cuyos ancestros llegaron a Uruguay con las primeras olas de migración recuerda: “Los niños uruguayos me arrojaban piedras porque no estaban acostumbrados a ver menores de edad rubios y con ojos azules”.
San Javier.
El escritor uruguayo Fernán Silva Valdés (Montevideo 1887- 1975), es el poeta oriental más representativo de la llamada corriente nativista que en 1920 pretendía un retorno a los motivos nacionales, invocando un criollismo y una imaginería gauchesca, aunado a temáticas campesinas. En su obra “Poema nativos” (1925) incluirá el poema “Rusa campesina”. En ese libro recoge como componente de la sociedad criolla la incorporación del “forastero” de origen europeo, llamado a permanecer y a integrarse en esa sociedad, a la cual terminaría confiriendo sus caracteres predominantes. En “Rusa campesina” podemos notar esa integración a través de múltiples metáforas y halagos que usa el poeta para esa Matrioshka de carne y hueso.
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Fernán Silva Cortés
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RUSA CAMPESINA
Rusa
Pero me asomo a ti y eres otra cosa:
que encuentro tarde a tarde parada en la tranquera
tu gracias es extranjera,
enviando al horizonte sus miradas tranquilas.
y digo: ¡bienvenida sea la tierra
es diferente; que te envío de regalo como muestra
(Tu traje con guardas de colores
de un perfume distinto,
poniendo en el paisaje tan hermoso matiz,
de una flor nueva!
más que ruso parece incaico o calchaquí).
Campesina: yo no sé qué tienes
Tú eres más criolla que las mismas criollas,
de lozana y fresquita
porque tienen tus ojos el verde de los montes,
que aunque esté entrando el sol
porque tiene tu pelo
al saludar dan ganas de decir “buenos días”.
el rojo dorado de nuestros soles, Rusa: y el color del copete
en homenaje a ti
del cardenal, tus labios,
quiero hacer algo hermoso:
y el color de la leche tambera
mañana en el rodeo
tus brazos.
voy a enlazar un toro, con mi lazo entrerriano
Rusa
largo de quince rollos.
campesina, tú eres más criolla que las criollas mismas, porque tus formas tienen la dulzura de las lomas de mi tierra nativa.
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Cristina Lena Fombuena
Wallâda al-Mustakfì La poeta naranja del azahar Wallāda bent Muhammad III nació en Córdoba a fines del siglo IV/X en el año 994. Su padre, Muhammad III, bisnieto de ‘Abd arRahmān III, fue proclamado califa con el título de al-mustakfī bi-l-Lāh el 3 de Dū l-Qi’da del año 414/17 de enero de 1024. Ante la inminente entrada del califa ši’ī Yahyà ben Hammūd que de nuevo conquistaría la capital en Rahmān del año 416/ noviembre de 1025, tuvo que huir de Córdoba, 47 días después el 26 de mayo de 1025, hacia los olivares de Jaén, donde acabó pidiendo limosna. Fue asesinado en Uclés, pocas semanas después . Muhammad veneraba a su hija. Le había impuesto el nombre de Wallāda (la que alumbra), como un presagio o como una profecía, o quizás porque no podía ser otro el apelativo de una poetisa tan refinada y curtida como era ella. La madre de Wallāda había sido una esclava persa llamada Aminā, de extraña hermosura, cuya danza cautivaba a cuantos la veían y de la que la princesa heredó sus ojos persas, de un negro azulado como el ónice, y su cabello negro profundo, su misma perturbadora belleza y la especial disposición a la danza.
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Poesía de siglos La esclava Aminā había enseñado a su hija los entresijos del idioma griego y, aunque conocía el árabe, se había obstinado en no hablarlo, por ser la lengua de su dueño Muhammad. La infancia de Wallāda transcurrió en la residencia paterna conocida como La Munya del Romano. La finca enorme había pertenecido en los tiempos anteriores a al-Andalus a un rico patricio romano de buenos modales y gustos exquisitos, y quedaba recostada al pie de la sierra montañosa al noreste de Córdoba, junto al escarpado camino llamado de los Nogales, a medio día de distancia del centro de la capital. Wallāda tuvo como maestro a Ibn Hazm. Éste llegó a la vida de Wallāda cuando se cumplían dos terribles años del asedio beréber sobre la capital cordobesa. Algo más tarde, el poeta había confesado que además de buscar un empelo como preceptor, le había conducido hasta La Munya del Romano la curiosidad por conocerla pues e contaba entre los intelectuales que aún quedaba en Córdoba que ella había heredado la brillantez de sus antecesores, los dos califas sabios. Wallāda, la princesa de Córdoba que supo inspirar los mejores versos de amor compuestos en alAndalus, los poemas de Ibn Zaydūn, el hombre que la inmortaliza y al mismo tiempo causa su desgracia. Sus poemas pr oyectan sobre ella tanta luz que el historiador de la literatura, o de la sociedad, a menudo se ofusca, deslumbrado y confuso, incapaz de precisar los contornos de una personalidad y de una vida que a la vez se muestran a la vista y se esconden. Poco a poco empezaron a escasear los recursos de Muhammad y éste se tuvo que resignar a trasladarse a la capital. Wallāda estaba cumpliendo sus doce años cuando comenzó la verdad de su vida. En el mismo mes del pleno sol de 1018, habían coincidido el advenimiento de su primera luna menstrual y el abandono de La Munya de
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Romano, donde había transcurrido su infancia alejada del dolor y la desgracia . Algunos autores afirman que Wallāda era inmoral y libertina; otros, por el contrario, dicen que tenía excelentes dotes morales. Wallāda, prototipo de princesa culta y brillante, es famosa fundamentalmente por haber inspirado a Ibn Zaydūn los versos de amor más hermosos de la poesía hispanoárabe, pero además ha despertado el interés de los autores árabes por su misma personalidad. Su alta posición le permitió una excepcional libertad de actuación. No debió de durar demasiado esa época de su vida. Córdoba era una cuidad poco segura, expuesta a la invasión de los ejércitos de las facciones rivales y al pillaje de los soldados. Debieron ser pocos los años dorados de Wallāda, y en ellos su cultura, su belleza y su encanto atrajeron a sus reuniones a los poetas y escritores más importantes de su época que buscaban su agradable compañía, pues a su inteligencia se sumaban su nobleza y su irreprochabilidad. Pero su desprecio por las conveniencias dio lugar a numerosas habladurías acerca de su conducta, de ahí también la afirmación de que carecía del decoro propio de su nobleza. A pesar de esto, algunos autores dicen que era famosa por su recato y su honestidad, y la comparan con una princesa ‘abbasī, ‘Ulayya, hija del califa al-Mahdī, de quien se alababa su belleza, una poetisa estimable, y su decoro y honestidad. Como la comparación la hace Ibn Sa’īd, nos advierte que Wallāda era más hermosa. Las coplillas de Wallāda se escuchaban en boca de las doncellas de Córdoba. Su celebridad como princesa poeta, asiduamente solicitada para recitar sus composiciones en las recepciones palaciegas, se había propagado más allá de los muros del alcázar califal y toda la capital hablaba de los versos de Wallāda, a la última princesa
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Omeya, bella como un pecado, sabia como un deleite. A tanto llegó su reputación con tan sólo catorce años, que consiguió permiso especial de la corte para asistir a los juegos florales que por la primavera se solían celebrar en las plazas más céntricas de Córdoba, donde los poetas y versificadores más brillantes solían medir sus técnicas y sus ingenios en certámenes que llenaban de euforia a los espectadores. Las cosas se habían complicado enormemente para Muhammad, quien, temeroso de que lo descubrieran como colaborador de la intriga que se estaba sucediendo en Córdoba, se ocultó a la espera de nuevos acontecimientos. Qāsim había reclamado su derecho como sucesor al trono de Córdoba. Una sangrienta batalla decidió la suerte a favor de los beréberes y Qāsim se proclamó nuevo califa de al-Andalus, segundo de la dinastía hammūdí. Muhammad se exilió de Córdoba y el más oscuro horizonte cubrió las expectativas de Wallāda, expuesta a la incertidumbre más dolorosa. El harén de las mujeres reales pasó, como un vergonzante botín de guerra, como una jaula inservible con ciento de pájaros mudos, a manos de un nuevo propietario, esta vez el califa Qāsim. Qāsim mostraba un interés muy especial por los recitados de Wallāda, la princesa era habitualmente invitada a las recepciones que celebraba porque él decía que sus versos eran los preferidos de sus nobles invitados. Desoyendo las recomendaciones de sus visires, Qāsim otorgó a Wallāda tratamiento regio, habilitó para ella aposentos privados junto con su madre, su nodriza y varias esclavas a su servicio y le dio en repetidas ocasiones muestras de respeto sincero. Wallāda aceptó el trato exquisito que le otorgaba el soberano, pero no mostró ningún interés por su deseo, del que toda la corte y toda Córdoba se hacían eco. Qāsim comprendió finalmente que, aunque había ganado su consideración, Wallāda la Omeya estaba fuera de su alcance y se aplicó por tanto en adorarla a distancia, resignándose con su fortuna. El régimen de tolerancia que Qāsim había designado para ella, permitió que llegaran a las manos de la princesa los versos de un poeta joven que en Córdoba gozaba de popularidad, pues, osado en sus comparaciones y el la métrica empleada, se declaraba nuevo exponente de la lírica andaluza. La princesa guardó la carta comprendiendo que eran palabras de amor lo que el firmante le dedicaba. Busco la rúbrica, pero no halló firma ni nombre. Se repitieron las cartas. Wallāda esperaba éstas con impaciencia, y cada día llegaba el mercader quien le entregaba las cartas que iban escondidas en un libro, un pañuelo o una caja de incienso. En uno de los versos recibidos estaba por fin escrito el nombre de su embelezado: Zaydūn, estudiante de leyes y letras, que había de huir, según le indicaba en su carta, pues su afiliación por la causa omeya lo hacía incómodo a los ojos beréberes . Wallāda había cumplido dieciséis años en 1022 cuando Yahyà Alí Ibn Hammūd se proclamó rey.
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El desamparo de Wallāda y de las mujeres de su familia se tornó en desesperación. Yahyà pretendía a la princesa como concubina y así se lo hizo saber, prometiéndole grandes riquezas a cambio. Pero la princesa se había negado rotundamente y le fueron retirados sin más los favores y los derechos que el anterior califa le había concedido. Fue confinada junto con su madre, su nodriza y sus doncellas al peor y más inmundo de los aposentos del harén y tuvo que soportar que se iniciara en su contra un horrible asedio para que Yahyà consiguiera lograrla como amante. En el año 1023 sube al poder el califa ‘Abd ar-Rahmān V, un hombre de veintidós años, muy culto, noble de corazón y que exhibía una verdadera e ilusionada entrega al objetivo colectivo de levantar el país. Formó su gobierno cuidadosamente, eligiendo a los miembros para sus cargos según sus capacidades, y por ello había designado como visires de su especial confianza poetas entre los que se hallaba Ibn Hazm, que había sido su propio compañero de infancia y estudios. La valentía de la princesa omeya demostrada frente al innoble Yahyà la había convertido en modelo de coraje y de inteligencia. Aquellos que habían ayudado al nuevo califa a tomar el poder sabían que Wallāda les había prestado una inestimable colaboración, y el propio califa quiso compensarla con obsequios que ella se negó a aceptar. Sin embargo, admirada por su inteligencia excepcional y sabedora de sus dotes de poeta brillante, el nuevo califa la había designado consejera de su gobierno, solicitando su presencia en las reuniones del gabinete de notables. Le otorgó permiso especial para disponer de las estancias del alcázar, para entrar y salir a su antojo, para elegir servi-
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dores y administradores palatinos y le reservó un asiento a su derecha, llamándola públicamente prima y hermana suya. ‘Abd ar-Rahmān V le ofreció su amor sin condiciones. La hermosa deseaba dentro de sí vivir de nuevo el éxtasis de la pasión indómita, única sensación capaz de llevarla fuera del mundo y lejos de su memoria. Encontró en el califa una renovada promesa de huída y se entregó furiosamente a sus besos, buscando las huellas de aquel amante anónimo con quien hubo abierto las puertas a su fantasía de plenitud; pero no halló en su joven primo el edén soñado. Wallāda comprendió casi de inmediato que el joven califa no era su destino. Aunque nunca accedió a casarse con él se entregó a su placer. Por aquella época Ibn Zaydūn se limitaba a su labor de secretario calígrafo y administrador, en cuyo cumplimiento era muy apreciado. A pesar de su juventud, se había ya revelado como un gran conocedor de los clásicos, cuya herencia había mejorado en sus poemas; era gran aficionado a enfrentar sus versos con los de otros poetas en los certámenes públicos y en los salones cultos de Córdoba. Ibn Zaydūn se enamoró perdidamente de Wallāda y ella, al parecer, le correspondió pidiéndole en verso que la visitara. De la época de sus amores con Ibn Zaydūn se han conservado dos poemas en los que confiesa su deseo de verlo y añora las horas pasadas en su compañía:
Cuando caiga la tarde, espera mi visita pues veo que la noche es quien mejor encubre los secretos; Siento un amor por ti que si los astros lo sintiesen no brillaría el sol ni la luna saldría, y las estrellas no emprenderían su viaje nocturno.
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Tras la separación ¿habrá medio de unirnos? ¡Ay! Los amantes todos de sus penas se quejan. paso las horas de la cita en el invierno sobre las ascuas ardientes del deseo, y como no, si estamos separados. ¡Qué pronto me ha traído mi destino lo que temía! Más las noches pasan y la separación no se termina, ni la paciencia me libera de los grilletes de la añoranza. ¡Qué Dios riegue la tierra que sea tu morada con lluvias abundantes y copiosas! Pero estos amores terminaron bruscamente; quizás a causa de los devaneos de Ibn Zaydūn, enamorado de una esclava negra de la misma Wallāda, cuyos celos se expresaron en un poema lleno de ceñimientos contradictorios: orgullo herido por haber sido suplantada por una mujer de inferior posición y dolor por verse abandonada: Si fueras justo con el amor que existe entre nosotros, no habrías escogido ni amarías a mi esclava; has dejado una rama donde florece la hermosura y te has vuelto a la rama sin frutos. Sabes que soy la luna llena, pero por mi desdicha, de Júpiter estás enamorado . Es posible que este incidente haya hecho que Wallāda pusiera sus ojos en uno de los ministros de entonces, el visir Abū ‘Amir Ibn ‘Abdūs, lo que provocó los celos de Ibn Zaydūn, que escribió a este personaje, satirizándolo, una risāla que se hizo bastante famosa y debió desencadenar la ruptura definitiva con la princesa, que en esta época escribe algunas sátiras feroces contra su antiguo amante. Los de Wallāda son sumamente duros, su fuerte carácter se desborda en ellos. Botón de muestra puede ser éste: Tu apodo es el hexágono, un epíteto que no se apartará de ti
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ni siquiera después de que te deje la vida: pederasta, puto, adúltero, cabrón, carnudo y ladrón . Ibn Zaydūn, a pesar de sus virtudes, maldice de mí injustamente y no tengo culpa alguna; me mira de reojo, cuando me acerco a él, como si fuese a castrar a su ‘Alī. A pesar de sus méritos, Ibn Zaydūn ama las vergas que se guardan en los calzones; si hubiera visto el pijo en las palmeras, se habría convertido en pájaro abābil. La sátira es un género que Wallāda debió de cultivar con cierta asiduidad, pero sólo se han conservado los tres poemas contra Ibn Zaydūn y el que le compone a al-Asbahī: Enhorabuena, al-Asbahī, por los beneficios que has recibido del Señor del Trono, del Benefactor; has conseguido con el culo de tu hijo lo que no consiguiera con la vulva de Būrān su padre al-Hasan. Ibn ‘Abdūs llegó incluso a hacerse cargo de ella, en la medida de sus posibilidades, que se nos describen como escasas. Wallāda murió después del año 470/1077, o bien, según otra versión que proporciona Ibn Baškuwāl, el mismo día que murió al-Ftah Abū Nasr, hijo de al-Mu’tamid, defendiendo Córdoba del ataque almorávide; era el mi´recoles 2 de safar de 484/26 de marzo de 1091 . Más sobre la obra de Wallāda Wallāda llevaba escrita en sus vestiduras una leyenda que proclamaba por una parte la inaccesibilidad de su dueña, y por otra justamente lo contrario. Juro por Dios que soy digna de alteza y nobleza voy encaminada jactando, muy altiva mi cabeza; Y sobre el izquierdo: Permito a mis amantes que toquen mi mejilla hecha liza, y acepto los besos de quien desee probar mi belleza. En estos versos podemos observar la rígida personalidad de la que hace gala la poetisa. Ella se sabe admirada y sabia y así lo hace constar en su hombro derecho. Muestra su orgullo por pertenecer a la alta sociedad de al-Andalus, donde goza de ciertos privilegios. En cambio en su hombro izquierdo nos muestra ese libertinaje que le rodea constantemente. Expresa esa ansia de amor, ese erotismo y a la vez la libertad que adquiere la mujer en esta época.
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Ya para terminar el trabajo se presentará a continuación la poesía que aún se conserva de Wallāda: Visita Espera mi visita cuando apunta la oscuridad, pues opino que la noche es más encubridora de los secretos. Tengo algo contigo que si coincidiera con el sol, éste no brillaría y si con la luna, ésta no saldría y si con las estrellas, éstas no caminarían. Este es un poema muy refinado donde la poetisa hace uso de su lenguaje más culto y refinado. Es un poema de amor dedicado a su amado, con una sensibilidad exquisita como solo ella es capaz de expresar. La separación Tras la separación, ¿habrá medio de unirnos? ¡Ay! Los amantes todos de sus penas se quejan. Paso las horas de la cita en el invierno sobre las ascuas ardientes del deseo, y como no, si estamos separados. ¡Qué pronto me ha traído mi destino lo que me temía! mas las noches pasan y la separación no termina, ni la paciencia me libera de los grilletes de la añoranza. ¡Qué Dios riegue la tierra que sea tu morada con lluvias abundantes y copiosas! Al igual que el anterior poema este es un poema amoroso para su amado Ibn Zaydūn. Es un poema sensible, casi tímido en comparación con otros poemas suyos. Un lenguaje refinado envuelve las ansias de amar, su anhelo en la distancia. Es un poema lleno de sentimientos, de temores ante una separación pero a la vez con la esperanza de un reencuentro. Enamorado de Júpiter Si hubieses hecho justicia el amor que hay entre nosotros no hubieses amado ni preferido a mi esclava, ni hubieses abandonado la belleza de la rama cargada de frutos, ni te hubieses inclinado hacia la rama estéril. Siendo así que tú sabes que soy yo la luna llena en el cielo, sin embargo, te has enamorado, por mi desgracia, de Júpiter.
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Este poema es bastante duro si lo comparamos con los anteriores. Es un poema cargado de celos, de reproches ya que se siente traicionada por su amante. Ella carga contra los dos, comparando a su esclava, que era negra, con el planeta oscuro, Júpiter. Ella se muestra como la luz, la pureza, la fertilidad de un árbol cargado de frutos en plena primavera. A partir de esta traición comienzan a sucederse las sátiras. El hexágono Tu apodo es el hexágono, un epíteto que no se apartará de ti ni siquiera después de que te deje la vida: pederasta, puto, adúltero, cabrón, cornudo y ladrón. Esta es una de las sátiras más duras que dirigió Wallāda a Ibn Zaydūn. Es conocida también por ser la sátira de los siete insultos hacia Ibn Zaydūn. En ella la poetisa se muestra sobria y dura, contundente. Descarga toda la rabia que la envuelve contra el poeta. Usa un lenguaje claro y conciso para expresar en ese momento todo el rencor que lleva dentro. Usa un lenguaje no muy acorde a la feminidad que le rige, más bien usa un lenguaje más propio para los hombres de su época que para una mujer, aun así se trata de uno de los poemas más conocidos de Wallāda. Ave veloz Ciertamente que Ibn Zaydūn, a pesar de su prestigio Estaba sonado por los barrotes de los pantalones; Si un pene viera, sobre alguna palmera, Él sería de las aves más veloces. Una vez más vemos como en esta sátira Wallāda arremete contra su ex amado. Lo insulta está vez de un modo, tal vez, más sutil o más suave que en la sátira anterior. Aunque sigue conservando la poetisa un lenguaje claro y sobrio no muy propio de una dama de su tiempo. Es este tipo de leguaje usado el que le da, tal vez, esa fama de mujer libertina y desvergonzada, de mujer adelantada a su época. Enamorado de su secretario Ciertamente que Ibn Zaydūn, a pesar de su prestigio, me calumnia injustamente, sin que tenga culpa alguna. Cada vez que a él me acerco, me mira con rencor, Como si viniese yo parara castrar a ‘Alī. Esta otra sátira vuelve a ser refinada y vuelve a ser una sátira un tanto indirecta en comparación con las anteriores. El lenguaje usado por Wallāda se vuelve más refinado y acorde a su posición y a su cultura. Deja ver como le reprocha claramente a Ibn Zaydūn su alejamiento, su desinterés. Tal vez sea este tipo de sátiras las que conviertan a Wallāda en una mujer con fama tan ambigua al romper con la estructura usada en sus sátiras anteriores.
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Al-Asbahī, muy rico ¡Conténtate al-Asbahī! Cuántos dones te han venido del Señor del Trono y del Dueño de las dádivas. Has obtenido con el culo de tu hijo lo que no habría obtenido Con el coño de Būrān su padre la-Hasan. Nuevamente Wallāda hace gala de ese lenguaje libertino, brusco y desvergonzado. Vuelve a usar reproches bastos para una mujer de clase alta y educación refinada. Vuelve a mostrarnos la poetisa sus dos caras tan contrapuestas, sus dos lenguajes extremadamente opuestos. En poemas anteriores hemos visto un lenguaje culto, refinado, erótico, apasionado y a la vez en otros nos ha mostrado un lenguaje vasto, seco, osceno, no muy refinado ni culto. La poetisa usa en sus poemas tanto el estilo directo como el indirecto, haciendo al lector pensar, imaginar y viajar en un paisaje cargado de naturaleza, paz y armonía o al mismo tiempo sentirse violentado por la rabia que muestra en sus poemas capaz de ser transmitida al lector. Lo que sí queda bastante claro es que la obra de Wallāda no es una obra que deje indiferente a quien la lee, sino que es una obra que sabe calar y llegar a dentro. Es una obra muy viva y realista. Conclusiones Como hemos podido observar a lo largo del trabajo, el papel de la mujer musulmana está bien definido, así como su ámbito de atribuciones en la sociedad islámica desde sus comienzos. Desde que F.J. Simonet formulara sus teorías sobre la mujer hispanomusulmana se ha idealizado considerablemente el hecho de que la mujeres en Al-Andalus gozaran de unos privilegios, una libertad y un papel que se alejaba en gran medida del contexto musulmán de la época. Naturalmente, hemos de decir que alguna diferencia hubo con respecto a la mujer musulmana medieval, pero sin que se pudiera llegar a hacer afirmaciones tan tajantes como son las de Bosch y Hoenerbach: “se sabe que la sociedad andalusí y la de la Andalucía islámica, muy particularmente, concedía a sus mujeres una sorprendente libertad” . No fue ni tanto ni tan poco. En la actualidad los estudios que se están realizando van más encaminados a una realidad objetiva de la situación de la mujer andalusí. Wallāda era princesa, hija del anodino y vencido califa Muhammad III al-Mustakfī. Y es una de las poetisas más originales que se ha conocido en la Córdoba Omeya, ya tardía y decadente. Reunió a su alrededor y en sus tertulias a los escritores más importantes de su época y poseía un alto nivel literario y cultural. Pero, como hemos visto a lo largo de la exposición, era una mujer que se salía de la norma, y que rompía con todos los cánones previstos para la mujer musulmana. Hasta el punto de que, por una parte se buscaba su agradable compañía y era admirada por su belleza y nobleza, pero “su desprecio por las conveniencias -como escribe Teresa Garulo- dio lugar a numerosas habladurías acerca de su conducta, de ahí también la afirmación de que carecía del decoro propio de su nobleza”.
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Por todo ello podemos afirmar que se traba de una mujer que gozó de una gran libertad y de una gran independencia. Ya hemos podido observar que Wallāda no dudó nunca en hacer uso de su literatura para expresar abiertamente aquello que pensaba y comunicar incluso sus sentimientos más íntimos. Es de vital relevancia para poder analizar la poesía de Wallāda tener en cuenta el momento en que se encontraba la historia de la poesía de AlAndalus en la que Wallāda se sitúa. Wallāda está viviendo en el siglo XI cuando, podemos decir que, la poesía aparece más libre que nunca y que dominadas tanto la tradición “Moderna” como la “Neoclásica”, las poetisas dan la impresión de moverse de una manera más espontánea en sus manifestaciones literarias, y quizás a todo ello obedezca el relativo encanto y la gracia de algunos poemas, especialmente de amor. Es de destacar que esta libertad la usó también para escribir los poemas que le dedicó a su gran y tormentoso amor, Ibn Zaydūn. Poemas en los que muestra abiertamente sus sentimientos más profundos y en los que usa la retórica y la sátira.
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ALBERTO LAURO Cuba
VIDA DE POETA (Konstantino Kavafis) A través de mis lentes He visto el mundo: Un grueso cristal nos separaba. Entre desoladas y tristes paredes, Grises como mi traje de oficinista gris, Transcurrió mi vida. Nada de lo que me rodeó inspiró Ni siquiera uno solo de mis versos, No así los bellos e innumerables muchachos Que por mi ser pasaron.
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PARA LLEGAR A DELFOS Cruzar el mar. Perdido en la ciudades. Pasar entre brumas la intemperie. Protegido está el que para siempre escapa Extranjero hacia la noche de las islas. Enmudecer pisando las fronteras. Herido evadir las trampas, los ejércitos. Evocarte en la presencia De otros cuerpos. Oír de cerca la blasfemia, Alabanzas, labios de dignos oradores, Miserables. Padecer los riesgos Del que avanza al caminar como un inútil. Y llegar a Delfos, donde el Oráculo, Entre humos perfumados, me grita La ofensa irreparable para quien vive: Mortal e hijo de mortales.
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ROGER CASANATAN Poeta ascopano Perú.
« El parque se ha quedado frío y sólo con sus árboles; por las pérdidas veredas hoy no volverá ya nadie » Juan Ramón Jiménez.
EL PARQUE
Los árboles gozan sinfonías del silencio. Al declinar totalmente el sol, las sombras retornan a lecho original. Gris penumbra encontrará rayo de sol llorando entre la fronda ? Compasivo viento duerme a hojas en piadoso vaivén. Peregrina y eterna noche penetra en el parque, desnuda corretear a últimas alegrías. Tímidamente aparece luz artificial, aclarará sombríos pensamientos. Todo no era felicidad en los árboles, primavera encontró hojas agonizantes en las ramas, aún retando a febril incordio de otoño. Marchito césped no rendirse, continúa en competencia con el polvo. Solitarias bancas a prudente distancia comparten soledades. En aquel parque atacado de orfandad y desidia, presta solidaria compañía maltratada y despintada banca. Mártir soledad, cómplice silencio, testigos impecables de confidencias en el parque.
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Harmonie Botella Poeta de la esperanza España
QUIERO OLVIDAR
Quiero olvidar a este hombre que murió porque no opinaba como los míos. Quiero callar el suspiro sombrío de estas amapolas negras que crecieron sobre los cuerpos vencidos, estos cuerpos que yacen en el sepulcro del rencor, y que mueren cada día un poco más porque la misericordia tiene amnesia. Quiero olvidar estos seres desencarnados, estos ojos que veían la muerte, estos labios que presentían la tortura, estas manos que se agarraban a las alambradas de los campos de la ignominia. Quiero olvidar a esta mujer que tuvo la culpa da amar al que no ganó la paz, a este mujer que arrastra su alma atormentada por un campo segado de amor y de cordura. Quiero olvidar a esta mujer sin luz que mora en la agonía de los días que fenecen. Quiero olvidar a estos huérfanos del exilio que vagan por el mundo sin saber a que tierra pertenecen porque un día maté a un hermano que no opinaba como los míos. 103
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DANIELA EUGENIA No soy No soy nada sólo fantasía creada por ti Cuando quieras me destruyes o me cambias de guión. No soy nada sólo simple pensamiento que acabó cuando ya no deslizaste el lápiz sobre la hoja Mi cintura es tu mejor metáfora y mis piernas la gran reseña de tu vida. No soy nada más que letra Palabra clavada en el ojo sublime idea muerta en el papel.
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Dormir en tus sueños
Los números no mienten los kilómetros son muchos,
¿existe la distancia para el amor? ¿Lo que siento viaja hacia a ti? o es sólo simple estupidez la mía, sería tan lindo soñar juntos al mismo tiempo dormir y ponernos de acuerdo Sueñas conmigo, te pediría Hoy quisiera hacerte el amor nos dormimos a la de tres y sin más estar en tu cama, Sólo sería un sueño pero con la premeditada intención de poder abrazarnos, Te sentiría con la yema de los dedos te mojaría con mi saliva me acariciarías el cabello podría por fin sentir tu barba por mi cuello
sentiría tu aroma después de hacer el amor y entonces ya no viviría porque querría dormir siempre.
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JAMAS TE OLVIDARÉ
La lívida luz de luna muestran tus lágrimas brotar, la melancolía agrieta la calma y el susto de las palabras anuncian la tristeza de la separación. Me descubriste en tus largas noches de creatividad y silencio, entre millones de personas desconocidas, en tierra fronteriza en mitad del camino, en un rincón del mundo donde yo era feliz y dueño de mi propio destino. El flirteo entre ambos, las palabras románticas, el roce y los sentimientos, dieron pie para iniciar un romance. Nace el amor y gime el aire entre las ramas deshojadas por el frío de la helada. Tus palabras hieren como roca afilada y mi corazón se sintió traicionado. Sólo quería agradarte,
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Rene Leiva
María la Gándara
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Gómez hacerte feliz, mostrar mi amor, pero como una nube rasante
todo se nubló, envolvió nuestras mentes y con su velo de humo, nos dejó ciegos lejos de ver la verdad. La luz del entendimiento vacila y como espada de dos filos lacera mi alma, y en el espíritu, lo sencillo se hace confuso e incomprensible. Aparece la belleza y el amor se cristaliza,
abrázame y olvidemos el pasado y deja que mis sentimientos al hacerte el amor, invadan cada centímetro de tu cuerpo. Entrégate al placer, soy el motivo de tu amor llora tu corazón de felicidad las palabras se mezclan, florece el deseo, la pasión
y la seducción toma control de tu ser. Soy el amor de tus sueños el fuego que te abrasa el señor de tus pasiones la mecha que incendia tu libido y fantasías de manera incontrolable.
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UNA IMAGEN UN POEMA
PODER VOLAR Poder volar, llevar alas en la espalda, desaparecer y volver jugando con el viento, sorteando nubes,
oteando las montañas, las llanuras de los valles, ver los ríos en su nacimiento. Cambiaría mi reencarnación, mi eterna estancia en el Cielo, las veintiún vírgenes árabes, el banquete infinito de Odín,
por ser durante un rato, un pequeño gorrión travieso. Puestos a creer en utopías, prefiero sentirlas, volando.
Poema: Miguel
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Una imagen para un texto
Foto: LELAND BOBBÉ Texto: ALFREDO VILLAVERDE
¿Género? ¿Sexo?. Persona. Transversalidad. Fusión de complementarios. Haz y envés. Eros y Tánatos. Alfa y Omega. Ouroboros.
http://lelandbobbe.com/blog/about/
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Revista La Alcazaba
UNA PINTURA PARA UN PINTOR
ESTEBAN DÍA (ARGENTINO)
http://www.diazmathe.com/index.php 112
Revista La Alcazaba
AZ MATHÉ
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Revista La Alcazaba
PASEOS POR LA HISTORIA DEL ARTE.
A.P.U.
Los museos son instituciones permanentes dedicada a la adquisición, conservación, estudio y exposición de objetos de valor relacionados con la ciencia y el arte o de objetos culturalmente importantes para el desarrollo de los conocimientos humanos. Están al servicio de la sociedad y abiertos al público, y adquieren, conservan, estudian, exponen y difunden parte del patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su ambiente con fines de estudio, educación y recreo (Comité Internacional de Museos. 1972)
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Museo arqueológico de México D.F.. Mexico
Museo de la Palabra y la Imagen. San Salvador. El Salvador.
Los museos son espacios públicos de especial significado político y cultural en el mundo moderno, abiertos a la libertad cultural que difunden democráticamente al servicio del interés general. A través de ellos se preservan obras y documentos de valor estético o histórico, se cultivan la sensibilidad estética y la memoria, se incentiva la calidad, la innovación y la crítica. Sin museos, nuestras ideas de la belleza y del pasado serían más pobres, y por eso su dinámica da cuenta de la riqueza de la esfera pública. Propuesto por el Consejo Internacional de Museos, el establecimiento del Día Internacional de los Museos —el 18 de mayo— contribuye a que la sociedad reflexione sobre esta institución emblemática de los Estados de nuestra época. La iniciativa es importante porque a través de los museos se promueve la democratización de la cultura, posibilitando el encuentro con las disímiles manifestaciones del arte y de la historia.
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Museo arqueológico de Lima. Perú
El origen de los museos hay que entroncarlo con dos hechos importantes: el coleccionismo y la Ilustración.
Museo de la Historia. Panamá. Panamá.
El Coleccionismo, desarrollado a lo largo de las distintas etapas históricas, tiene sus antecedentes en tiempos pretéritos. Algunos quieren situar su origen en el momento del saqueo de Babilonia por los Elamitas en el Antiguo Oriente, quienes trasladaron a su ciudad los objetos más valiosos, exponiéndolos posteriormente (1176 A.C.). En Europa, dicho Coleccionismo alcanza su auge con las monarquías absolutas. De hecho, paralelamente al coleccionismo estatal u oficial, se desarrolla el coleccionismo privado. Este fenómeno, aunque generalizado en toda Europa, tendrá sus mejores exponentes en países como Holanda y Gran Bretaña.
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Museo de la Arquitectura. Buenos Aires-Argentina
Esta tradición europea va a encontrar eco al otro lado del Atlántico donde la formación de los primeros museos americanos será debida al coleccionismo privado. Evidentemente, esta iniciativa privada va a condicionar de una manera positiva el futuro de dichas instituciones que, al carecer de la tradición cultural europea y unido al hecho de la rápida ascensión como potencia económica, será la iniciativa privada la promotora de crear este tipo de instituciones como forma de paliar e] vacío cultural.
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Museo de Arte Contemporáneo. Santiago de Chile. Chile.
El segundo factor que impulsará la creación de museos es consecuencia directa de la Ilustración, proceso que culminará con la Revolución Francesa. En este momento tiene lugar la creación, con carácter público, del museo del Louvre (1793), que servirá de modelo a los grandes museos nacionales europeos. Sin embargo, antes de este gran acontecimiento, se inaugura en 1683 el Ashmolean Museum que depende de la Universidad de Oxford. Este tiene la particularidad de que se crea a partir de colecciones privadas de diversa índole: de Historia Natural, de Arqueología y Numismática, etc., con la doble función de educar y Conservar. Dicho acontecimiento prueba que, además de los dos factores mencionados anteriormente, existía dentro del ambiente cultural de la época la necesidad de crear este tipo de instituciones. Museo de Artes Decorativas. Barcelona. España
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Museo de las Artes . Asunción Paraguay.
Existen numerosas categorías de museos con sus correspondientes subcategorías, pero estos son los más comunes: • Antropológico: Son museos cuyas piezas y contenidos tratan sobre los aspectos biológicos y sociales del ser humano, poniendo de manifiesto la diversidad cultural.
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Revista La Alcazaba Museo de Ciencias Naturales. Montevideo. Uruguay
• Arqueológico: Son museos dedicados a la divulgación de la arqueología y cuya colección procede en su mayor parte de excavaciones. Si el museo se encuentra junto al yacimiento arqueológico de procedencia de su colección se trata de un museo de sitio. • De arquitectura: Son museos cuyos contenidos se dedican a estudiar los procesos constructivos, sus creadores y los edificios diseñados por ellos. Su exposición se basa en la exhibición de proyectos y materiales constructivos (maquetas, planos, fotografías,…). • De arte contemporáneo: Son museos cuyas obras y contenidos tienen una cronología que comprende desde finales del siglo XIX hasta la actualidad.
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• De artes decorativas: Son museos cuyas obras y contenidos se dedican a aquellas artes destinadas a producir objetos funcionales y ornamentales, como pueden ser la orfebrería, los bordados, el vidrio, la cerámica o el mobiliario. • De bellas artes: Son museos dedicados a las diferentes disciplinas artísticas, y cuyas colecciones están formadas fundamentalmente por pintura y escultura.
Museo Tecnológico. Río de Janeiro. Brasil
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• Ciencias Naturales: Son museos dedicados al conocimientos de la diversidad del mundo natural y entre sus colecciones se encuentran, entre otras cosas, muestras de flora, de fauna y geológicas. • Científico-tecnológico: Son museos cuyos objetos y contenidos sirven como instrumentos de estudio y difusión de la ciencia entre la sociedad. Suelen ser bastante intuitivos y contener objetos que se pueden manipular e instalaciones interactivas.
Museo Etnográfico Leticia. Colombia.
Museo Naval. Cartagena de >Indias. Colombia
• Etnográfico: Son museos cuyos objetos y contenidos tratan del folklore y de los usos y costumbres populares de una sociedad.
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• Histórico: Son museos cuyos contenidos se dedican a difundir la historia general de una ciudad o territorio concreto para ayudar a comprender los sucesos acontecidos en él. • Marítimo y naval: Son museos cuyos objetos y contenidos tratan sobre la navegación y todo lo relacionado con el mar.
• Militar: Son museos cuyos objetos y contenidos están asociados al ejército o a acontecimientos bélicos. • Musical: son museos cuyos objetos y contenidos están asociados a la música y su devenir histó-
Patio del Museo Militar. Liusboa. Portugal.
Museo de la Música. Málaga. España
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Museo de Leyendas y Tradiciones. León. Nicaragua
rico. Dentro de éste existen varias tipologías: museos de instrumentos musicales, casas museos de compositores, museos asociados a los teatros de la ópera, museos de músicas populares, etc. Con la llamada Nueva Museología surgida de la evolución del Museo como institución, que brotó tras la Segunda Guerra Mundial y sobre todo a partir de la creación del Consejo Internacional de Museos (ICOM) en 1946 y, principalmente, después de los cambios surgidos en los años 60 del siglo XX, se pasó del museo clásico y tradicional a un museo actual. Nos referimos a un museo activo y más abier-
Museo del Oro Precolombino. Costa Rica
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Museo Ixch del Traje. Ciudad de Guatemala. Guatemala
Museo de Cera. Quito. Ecuador.
to, democratizado, con un carácter social y pedagógico, donde el público visitante adquiere un papel dinámico y de máxima intervención, convirtiéndose en el ‘nuevo protagonista’ (Montaner, 2006). El museo actual es una institución abierta y participativa, que se encuentra en contacto directo entre el público y su contenido, donde se desarrolla un pensamiento crítico y no la simple contemplación estética –la ‘cuasi-divinidad-distante’ que se tenía de él–. En la actualidad, se obtiene una mayor participación y una mayor comprensión por parte del espectador-visitante, se establece un diálogo y una comunicación de enseñanzaaprendizaje entre la institución y el que lo visita.
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Museo de Etnografía. La Paz Bolivia.
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Museo de las Casas Reales. Santo Domingo. República Dominicana
Actualmente tenemos que hacer referencia explícita al ICOM (Consejo Internacional de Museos) como coordinador de la Comunidad de museos de mundo, y en concreto a su última conferencia celebrada en Milán los días 8 y9 de julio de 2016, donde, después de años de preparación, se establece su nuevo Plan Estratégico 20162022. El nuevo Plan se basa en tres principios fundamentales: independencia, integridad y profesionalismo y refuerza el
Museo del Prado Madrid. España.
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propósito y la visión del ICOM, incidiendo en una serie de acciones que la organización llevará a cabo para reforzar su solidaridad con sus socios por todo el mundo, promover la democracia, defender el patrimonio común ante su destrucción criminal y gratuita, mejorar sus estructuras y operaciones, y abogar por el bien de los museos en todo el mundo.
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Carlos Villarrubia
Aldea de Lluevas-Asturias. Cuadro de Beni Rodriguez
Allí, sé que allí donde los árboles hablan. Allí. siempre allí, naturaleza divina. Por siempre la quietud que nunca te envenena, total serenidad, calma plena. Aldea intemporal, paisaje con aroma de continuidad. Refugio para lo mejor que hay en ti...pura esencia. Pueblitos esparcidos en el verde nevado y transparente, del Tirol a Picos de Europa, de las cordilleras andinas a Porto Covo. Todo es una paleta de colores, embajadora de un tiempo risueño donde la tormenta seduce al descampado para enjaretar su episódica coreografía. La aldea intemporal no reconoce fronteras ni tiene vocación aduanera. Acogedora al modo de los rincones de la montaña lucense o de las parroquias de Sciascia por el macondo sici-
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Aldea de la isla de Tabarca. Alicante. Cuadro de Rubén de Luis.
liano. Acento de respetuoso color local por Tánger, brisa de dulce arena por Tabarca. No son faros del fin del mundo ni pañuelos isleños para supervivientes. Esperan con los brazos abiertos a quien decide escuchar, escucharse y dialogar con lo invisible. Mirada despierta, cuerpo y alma sin ajustes de cuentas. Puro amor con la Naturaleza y el Cosmos. Arquitectura del color en Costa Rica, malecón de Cuba, isla de sabiduría por Heidelberg. Aldea de Santa María de Piño-Lugo, aldea de Palencia, pueblos abandonados por Soria o Teruel. Allí donde aún late la vida a punto de memoria. Sí, siempre abierta al encuentro. Sabes que hay un punto de origen, que permite el regreso sin coqueteos
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con agujeros negros. El creador se reafirma y encuentra puentes con el eterno presente por sus callejas .A orilla de la chimenea, en rueda emocional. Para que se acerquen Casona y Fernández Florez con sus leyendas de damas y de bosques en fuga. Cuando el olvido intenta emborronarme las páginas del recuerdo siempre acude la aldea intemporal a mi rescate. Tener ilusiones, ejercer el lunático arte... es alegrar nuestro bosque luminoso de neuronas con rítmicos vaivenes. Hay campo abierto en la aldea intemporal para escribir con alegría la fiesta de los sentidos
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Monasterios y Castillos
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Sancho Ramirez y su hijo Pedro levantaron el castillo de Montearagón para organizar la conquista y el asedio de la ciudad de Huesca. La villa de Montearagón fue fundada por el propio rey para alojar sus tropas y existió como villa del castillo hasta parte del siglo XV, llegando a incluir una judería. La villa fue poblada por los soldados del rey y este les concedió los términos de Miquera, Cellas, Alborge y Piazols, pertenecientes a la ciudad de Huesca, en 1102 fueron restituidos por el rey Pedro I de Aragón ante una Concordia entre el obispo de Huesca y el segundo Abad de Montearagón, Eximino. La construcción simultánea de castillo e iglesia Abadía finalizó a principios de 1089 y este año, trasladó al abad o prepósito y canónigos regulares de san Agustín desde las iglesias de san Salvador y de san Pedro de Loarre. Este año ganó la villa y Castillo de Monzón. Finalizado, donó y anexó a la abadía todas las capillas reales que había en Aragón y Navarra con sus derechos y pertenencias, lo que supone una idea regia de establecimiento de residencia en Montearagón. Urbano II mediante una bula confirma al abad, a los regulares y las donaciones anteriores y futuras hechas por el rey, se pone a la abadía bajo la jurisdicción directa de roma, excluyéndose la elección de abad que se haría mediante el voto de la congregación y sanción real.
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Espada y religión iban de la mano entre estos muros así que la fortaleza pasó a ser un poderoso monasterio. En su época de esplendor, llegó a tener diez torres. La abadía canónica bajo el nombre de abadía de Jesús de Nazaret de Montearagón estuvo siempre bajo la regla de san Agustín y con el patronazgo real fue uno de los monasterios más notables de la Edad Media. En el siglo XII ciento cuatro iglesias y villas estaban bajo su jurisdicción. Sus monjes tenían escaño en las cortes del reino de Aragón.. En este castillo monacal fueron enterrados varios reyes aragoneses, como el fundador del castillo Sancho Ramírez de Aragón muerto por una saeta a 4 de junio de 1094 durante el sitio de Huesca. En 1095 fue trasladado a San Juan de la Peña. También estuvo el del rey Alfonso I de Aragón que debido a un incendio ocurrido en 1845, sus restos fueron depositados en la iglesia de San Pedro el Viejo en Huesca. La desamortización de Mendizabal acabó con la vida monástica ininterrumpida desde ´su fundación. La alzada del castillo es impresionante que destaca sobre las elevadas cumbres dominando todo el paisaje y a la misma ciudad de Huesca. Merece la pena ser visitado.
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Un lugar para visitar
La Plaza Mayor de Madrid está de gala, este año 2017 es su cuatrocientos aniversario. Por ella pasaron príncipes y reyes, tuvo revoluciones, ajusticiamientos y fiestas de todo tipo; fue mentidero y humilladero del toro. La Calderona posaba todos los días entre sus balconadas, Quevedo escribió sonetos y de seguro que el “Príncipe de las letras” Luis de Góngora recitó algún verso entre sus soportales. ¡Felicidades Plaza Mayor de Madrid!
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La Plaza Mayor empezó a cimentarse sobre el solar de la antigua Plaza del Arrabal, donde se encontraba el mercado más popular de la villa a finales del siglo XV, cuando se trasladó la corte de Felipe II a Madrid. La construcción de la Casa de la Panadería en el lienzo norte fue posterior a las reformas iniciales de ensanche durante la primera década del siglo XVII.[11] La casa incluida en el diseño es en la actualidad uno de los emblemas del Madrid de los Austrias. La casa se acabó de construir en el año 1612. La cronología de la construcción tuvo sus complicaciones debido a los traslados de la Corte de los Habsburgo a la ciudad castellana de Valladolid en el periodo de 1601 hasta 1606. Las motivaciones de su construcción fueron una crisis de abastecimiento de pan en Madrid en el año 1589.
Fachada de la Casa de la Panadería
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Casa de la Carnicería
La Casa de la Carnicería tras los consejos en 1565, el corregidor Francisco de Sotomayor sugiere una casa dedicada exclusivamente a las operaciones de carnicería. La primera construcción se aborda en el lienzo meridional al construirse el que cumpliría la función de carnicería para la villa. En el siglo XVI la venta de verduras se destinaba exclusivamente a los cajones instalados en la vecina Puerta de Sol. En el incendio de 1631, el costado sur de la plaza quedó destrozado y la fachada quedó totalmente inhabilitada. En la actualidad su fachada es homogénea con el resto de los edificios de la Plaza. Se distingue por dos chapiteles en la cubierta y la planta del ático levantada entre ambos.
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Gladys Mercedes Acevedo
Hablar de indios, de adelantados, de conquistadores, de injusticia social, de sometimiento de mujeres indígenas, de abandono, de mestizaje, del choque entre la cultura del maíz y la del hierro, es empezar a hablar de literatura gauchesca. Mucho se ha escrito a lo largo de la historia sobre nuestro gaucho, sobre ese hombre que al principio fue considerado un paria, un vagabundo, un excluido. Todo esto afianzado por la famosa Ley de Vagos (1822) en la que se obligaba a los hombres a tener una papeleta donde certificara que tenía trabajo regular o de lo contrario se lo podía meter preso o enviar a algún fortín lejano. Podemos decir que esta colección de tragedias cotidianas de nuestros gauchos, van a dar lugar a la literatura gauchesca, porque antes de ser un héroe en la literatura, el gaucho primero tuvo que desandar ese destino anudado por las injusticias sociales y las persecuciones.
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La literatura gauchesca es un subgénero dentro de la literatura latinoamericana, que encuentra sus antecedentes en la poesía en el S. XIX, por ejemplo en El Santos Vega de Rafael Obligado, en la poesía de Ascasubi, los Versos Políticos de Bartolomé Idalgo, y las obras de Lussic y de Estanislao del Campo. Pero sin lugar a dudas el mayor exponente de este género literario fue José Hernández, con su famoso Martín Fierro (1872) y la Vuelta del Martín Fierro. En los versos del Martín Fierro, el gaucho por primera vez va a hablar con su verdadero lenguaje porque hasta ese momento al gaucho se lo hacía hablar en la literatura con la lengua castellana. Hernández va a contar con maestría las peripecias y desgracias por las que debe atravesar el personaje, pero a su vez exalta las vir-
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tudes del gaucho como el coraje, la lealtad y la nobleza. En el año 1926 Ricardo Guiraldes vendría a coronar la novela argentina con su obra maestra Don Segundo Sombra. En la obra va a revalorizar al gaucho bueno, ese hombre callado y sabio que vivía en completa armonía y conexión con la naturaleza. A lo largo de la historia de la literatura gauchesca fue tan rico el caudal de vicisitudes por las que debía atravesar el gaucho que ha inspirado a los autores para hablar de “gaucho bueno” y “gaucho malo”. Sarmiento en su famoso Facundo, lo describe como a un hombre malo separado de la sociedad y proscripto por las leyes. Otro ejemplo de gaucho malo es Juan Moreira, personaje real de la novela de Eduardo Gutiérrez.
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Estos gauchos matreros o alzados como también se los llamaba, aún siguen siendo fuente de inspiración en el Siglo XXI. Podemos mencionar a la consagrada Florencia Bonelli con sus novelas Indias Blancas (2005) y Me Llaman Artemio Cruz (2009). En Corrientes a los gauchos alzados se los denominaba “Gauchillos” que eran una especie de Robin Hood que vivían escondidos en los montes, huyendo de la justicia y robando a los ricos para ayudar a los pobres y que encontraban su justificativo en su forma de actuar por las injusticias sociales. Estos personajes reales fueron El Gaucho Lega, Aparicio Altamirano, Mate Cocido y el gauchito Gil, este último me inspiró a escribir la novela Curuzú, una de las últimas novelas gauchescas, publicada en el 2012, donde de alguna manera vuelvo a reivindicar la figura del gaucho bueno. También en el 2015 la novelista Ernestina Mo retoma el género gauchesco con La Endiablada Pulpería. Podemos decir que el gaucho argentino, de ser un paria pasó a ser un héroe, un santo o un gauchillo, a ser un protagonista indiscutido, donde hasta el día de hoy se sigue abriendo paso de a caballo o de a pie en la literatura del siglo XXI.
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EL CASO MONET Pilar Garbón
Pues bien amigo lector, la escritora Pilar Narbón, conquense y contemporánea nuestra, cumple un requisito fundamental para un escritor: saber contar. Su novela: El caso Monet, se desarrolla en una ciudad llamada Goelia en el año 1995, y el argumento nos hace ir más allá de la narración policial, cuando guiados por la autora viajamos por laberintos, olemos las emanaciones de las calles y contemplamos la naturaleza suave, exuberante y agresiva de la pequeña ciudad hermética, encerrada en sí misma, que desde su poderosa altura guarda una sociedad regida por tradiciones y esquemas seculares, donde todos
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se conocen, murmuran y guardan discreto silencio ante el sufrimiento que puede acontecerle a un vecino y que se podría solventar, si el valor primara y no las apariencias. Esa ciudad es personaje y protagonista de los hechos que en ella acontecen, cuando se inicia la trágica secuencia de asesinatos de cinco pintores relacionados entre sí en el complejo mundo del arte. El leitmotiv de la novela es el arte y entre lienzos, amalgamas de colores, olor a barniz y un puzle de amores, desamores, resentimientos, rivalidades, ambición y grandeza, un equipo de policías en el que se destacan un paciente y obcecado inspector de provincia y una brillante inspectora doctorada en criminología se enfrentan a un psicópata sagaz, meticuloso y experto en borrar huellas. En esa trama, la autora entreteje el lenguaje barroco con el devenir cotidiano para conformar un interesante perfil psicológico de los personajes al develar sus historias, las relaciones coincidentes y los enigmas que motivaron el comportamiento de sus vidas. También plantea la tesis sobre la incapacidad del artista para lograr el absoluto virtuosismo y la frustración que se genera cuando no logra traspasar al soporte las imágenes fabulosas que bullen en su interior. El caso Monet, es una obra en la que la palabra y el color son signos y significantes de los hechos, una novela hecha a golpes de pincel para crear el surrealismo cromático que se encierra en nuestras vidas. Su lectura despierta pasión, y el desgarrador vacío de no entender que ocurre ciertamente en la mente de un asesino. Ojalá, este libro te pueda aportar entretenimiento, tensión y sobre todo hacerte pensar en quienes somos.
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Durante 1920, con una infancia trajinera como integrante de circo y desdeñando la pobreza, Muñeca, lucha contra todo obstáculo por alcanzar el sueño de ser una famosa bailarina sin importar quien derriba a su paso, creyendo que al alcanzar la fama encontraría la felicidad. Años después se percata que la felicidad no estaba donde la buscó sino en todo lo que dejó ir y en un último intento por reencontrar un motivo, regresa a Ensenada; ciudad donde tuvo oportunidad de probar su talento y donde dejó su corazón. Esta novela transporta al lector hasta los pensamientos más profundos de un personaje que pretende reafirmar su autoestima con el aplauso del público. Muñeca, de corazón férreo y carácter apasionado, muestra el lado humano de una mujer que busca con insistencia perseguir sus ideales para darle un sentido a su existencia.
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“Gente común” reza en la tapa el último libro de Karina Rodríguez (Peces de Ciudad/2016). Gente común, como la que uno ve cada día en la calle, al subir al subte, al correr el colectivo, al entrar al supermercado o a la oficina. O gente común como la que nadie ve, nadie percibe, nadie registra. Gente común, como la que nos rodea en cada ámbito de nuestra vida. Gente común, igual que uno mismo. Los cuentos de Karina no son pródigos en palabras, con una economía casi asceta, no sobra ni una letra en cada relato, y esto hace que, con esas palabras en la cantidad justa y necesaria, sus historias lleguen al lector en forma de golpe certero. Si, un golpe, porque estos cuentos duelen. Duele el encierro, físico, psicológico o ambos, de sus personajes. Duele la angustia que cada uno de ellos exhala, y también ese dejo de esperanza que muchas veces, la mayoría de ellas, se desintegra contra la realidad. Lastiman la soledad, el abandono, la alienación que produce la gran ciudad y su culto al individualismo exacerbado. Parten en dos esos gritos silenciosos, desesperados, ese pedido de ayuda que nadie escucha y quien escucha hace oídos sordos ante una necesidad que es ajena, que no es propia, que no modifica la propia balanza ni la propia realidad. Se podría decir, si una no hubiera leído en profundidad y con pasión arrebatadora estos textos, que la oscuridad y el miedo que trascienden desde las palabras de Karina Rodríguez van a expulsar al lector de las páginas de este libro. Nada, pero nada, más alejado de la realidad. Todos estos sentimientos y emociones que despierta la autora, los cuales podrían ser catalogados como negativos desde un punto de vista bastante simplista, sólo logran atrapar a quien decide internarse en estas historias, y despiertan en cada uno la dolorosa y aterradora convicción de que podría ser, sin lugar a dudas, uno más de ese grupo de gente común.
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