Revista 360 / 103

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8CONTENIDO

Directorio Zeus Munive Rivera Director General Rodolfo Cruz Ponce Director Comercial Uriel Zuloaga Asesor de Recursos Humanos Carlos Rocha Jefe de Información La Aldea. Edición y Diseño Edición, corrección y diseño editorial Raúl Bravo Fotografía Julieta Lomelí Gilberto Brenis Carlos R. Rodríguez Peregrina Carlos Peregrina Marco Calderón Marco Menéndez Colaboradores Bryan Martínez Social Media Mánager Año 9, No. 103, octubre de 2017. Revista 360° Instrucciones para vivir en Puebla es una publicación mensual editada y distribuida por Grupo Editorial Revolver S. de R.L. de C.V. Calle 9 Poniente 2519-2, colonia La Paz Puebla, Pue., C.P. 72160. Teléfono (222) 2303239 y (222) 7853800. Editor responsable: Zeus Munive Rivera. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2012-091814274100-102 otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Número de Licitud de Título y Contenido 16759 expedido por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresa por Preprensa Digital, Caravaggio No. 30 colonia Mixcoac, Ciudad de México, C.P. 03910. Revista 360° Instrucciones para vivir en Puebla es una marca registrada. Este ejemplar se terminó de imprimir el 30 de septiembre de 2017 con un tiraje de 10 mil ejemplares. Las opiniones expresadas en la revista por los autores o columnistas no reflejan la postura del editor. Los listados y demás datos comerciales son solo de carácter informativo y el editor no asume ninguna responsabilidad respecto de la calidad, confiabilidad, veracidad o cualquiera otra característica de los productos o servicios anunciados. Todos los derechos reservados © 2017. Queda estrictamente prohibida la reproducción de los contenidos sin previa autorización del editor. Para quejas, sugerencias, comentarios y felicitaciones: @revista360 Revista360º Instrucciones para vivir en Puebla revista360grados@gmail.com

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Los números del sismo 19-S INFOGRAFÍA

Dos víctimas y varias voces NO FICCIÓN

La soledad de Danielle NO FICCIÓN

Apuntes sobre un terremoto NO FICCIÓN

Atzala: el bautizo y la absolución NO FICCIÓN

Terremoto y política NO FICCIÓN

Tras el temblor, el silencio NO FICCIÓN

El futuro, entre los escombros NO FICCIÓN

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Políticos bajo los escombros NO FICCIÓN


10EDITORIAL

Editorial

M

uchos de los que en este momento tienen la Revista 360º en sus manos no vivieron ni vieron la magnitud del sismo de 1985. Perdón por hablar a título personal en un editorial, pero, para quienes lo vimos, no podíamos creerlo. Tenía algo así como 11 años y estaba a punto de ir a la escuela, iba en sexto de primaria, mi papá terminaba de preparar el desayuno. Ese día no fuimos a clases. Fue en la tarde del 19 de septiembre, nuestro 19-S, cuando los poblanos supimos que la Ciudad de México estaba deshecha. Que se había caído el hotel Regis. Que varios restaurantes. Que su Centro Histórico o parte de la colonia Roma estaban en escombros. El gobierno de aquel entonces, encabezado por Miguel de la Madrid y del ahora “demócrata” Manuel Bartlett, habían recibido la mayor mentada de madre que se ha escuchado, pues el gobierno no pudo organizarse para rescatar a las personas de entre los escombros. De ahí nació el término “sociedad civil”. En 1988, el PRI fue la principal víctima de esa sacudida tanto geológica como social: perdió las elecciones y el demócrata Bartlett se encargó del fraude electoral que ya todos conocemos. En 1999, Puebla fue víctima de otra sacudida. Esta también fue terrible. Yo era reportero del periódico El Universal en su sección Puebla. Las oficinas estaban ubicadas en la 7 Oriente. Algunos reporteros y fotógrafos nos encontrábamos en la redacción de esa antigua casona, por cierto, muy hermosa. Al pasar el temblor, salimos a la calle corriendo a ver qué había ocurrido y de pronto nos encontramos con un apocalipsis. Las calles estaban repletas de polvo. La cúpula de la iglesia de San Agustín estaba en el suelo. Había autos destruidos. La abuela de una compañera fue víctima del sismo. Salir a las calles y caminar entre la paranoia, el polvo, rocas encima de automóviles, gente llorando, gritando, es desesperante, por decir lo menos.

En esa ocasión, la sociedad fue más apática. ¿Por qué? No lo sé. Los jóvenes de aquel momento a quienes nos llamaron la generación X, nos comportamos así: equis. Dejamos que el gobierno arreglara todo. Reconstruyera. Hace unas semanas volvimos a vivir nuestro 19-S y comunidades de Puebla, Morelos, y otra vez la Ciudad de México, resultaron afectadas. Nuevamente, la sociedad se organizó, surgieron héroes como los Topos, heroínas como Frida, la perra salvadora, y la gran mentira de Televisa, Frida Sofía, que nos hizo ver la televisión con la esperanza de ver viva a una menor de edad en medio de los escombros. Esta vez, podría decir que no había visto tanta solidaridad. Los llamados millennials, de los cuales nos quejamos constantemente por su falta de compromiso laboral, de su desencanto ante la vida, del valemadrismo que transpiran, nos dieron muestras de lo contrario. Fueron los héroes. Los chavos universitarios se colocaron sus cascos, se organizaron en camionetas para llevar víveres a los damnificados, nos ganaron, nos dejaron pasmados ante su capacidad de respuesta inmediata. Sus puños en alto nos dejaron un símbolo de lo que son. Nos recuperaron un poco de la esperanza que ya habíamos perdido ante la ola de violencia, ante la guerra contra el narcotráfico, ante la corrupción presidencial, ante la venta de huachichol y ante tanto gasolinazo. Un puño en alto fue nuestro verdadero 19-S. Ese fue nuestro símbolo, que es más fuerte que el águila devorando a la serpiente encima del nopal. No todo está perdido. Nuestra gratitud a todos los salvadores. Sin dejar de admitir que la peor tragedia es que nuestros gobiernos no están listos para las tragedias. A ellos, a los desconocidos que salieron a rescatar, a los que nos dieron una gota de esperanza (y no hablamos de los partidos políticos, todos, que trataron de sacar raja a su favor) les dedicamos esta edición.

Zeus Munive Rivera editor



12INFOGRAFÍA

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municipios afectados

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construcciones afectadas en el municipio de Ixcamilpa de Guerrero

La constante de cada día —desde el 19 de septiembre— es el saldo que ha dejado el sismo. Tres semanas después del

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albergues se habilitaron durante los tres primeros días

acontecimiento los datos duros se empezaron a afianzar. Por desgracia, el primero que se consolidó fue el número de muertos, después de tres días del temblor se supo que fueron 45 decesos. En contraste, el más movible fue el número de escuelas que tuvieron afectaciones. De la numerología destaca que prácticamente la mitad del estado —toda la zona sur— tuvo

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hospitales con daños

algún tipo de afectación; de 217 municipios que conforman la entidad, 112 registraron algún daño. Para darnos claridad, en Revista 360º Instrucciones para vivir en Puebla decidimos crear un concentrado del saldo final que dejó la catástrofe en territorio poblano. Por Carlos Rocha / @rochapress

650

personas durmieron fuera de sus casas por riesgo


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12 mil 9 600

379

125 lesionados

inmuebles dañados en todo el estado

296

835

100

presos de Chiautla de Tapia, Atlixco e Izúcar de Matamoros fueron trasladados al penal de Puebla

construcciones dañadas en Cohetzala

11

inmuebles arruinados que forman parte del Patrimonio Cultural

3 319 hogares fueron pérdida total

45

muertos

inmuebles perjudicados en la ciudad de Puebla

1 246

escuelas en todo el estado tuvieron afectaciones

iglesias con daños en la zona metropolitana del valle de Puebla

285

escuelas afectadas en la ciudad de Puebla

hogares a reparase por daños menores

150

iglesias con daños o pérdidas totales en la zona de la Mixteca

35

escuelas tendrán que ser reconstruidas


14NO FICCIÓN

Apuntes sobre un terremoto Por Julieta Lomelí Balver / @julietabalver / Foto Shutterstock

1. El escritor alemán Heinrich von Kleist, en “El terremoto en Chile”, narra la historia de una pareja de enamorados, conformada por un español, de nombre Jerónimo Rugera, maestro de profesión, quien recientemente fue echado de la casa de un ricachón hombre de Santiago por involucrarse sentimentalmente con su hija, Josefa, quien después de ser descubierta en brazos del maestro, fue reclutada como novicia en un monasterio en compañía de otras monjas, bajo el afán de resguardar su virginidad. Sin embargo, los dolores del parto descubrieron su pasado impúdico, siendo condenada a la hoguera. Mientras su pecador amante Jerónimo, al estar cumpliendo su condena en la cárcel, se enteró de la desgracia de la madre de su hijo, decidiendo ahorcarse el mismo día en que su mujer sería víctima mortal de los verdugos de la inmoralidad y el desenfreno. La fecha había llegado, y en el momento en que la muerte le arrebataría la vida a ambos, el famoso terremoto de 1647 sería la redención a su desgraciada existencia. Salvándose cada uno por separado de que alguna pared o techo les cayera encima, corrieron al campo abierto donde se encontrarían con gente de todas las clases sociales que huía de la ciudad: Santiago estaba destruida. Pero en ese valle verde se encontraban a salvo, había hombres y mujeres de todas las edades conviviendo, ricos y pobres sentados al mismo fuego compartiendo alimentos y anécdotas de supervivencia. En esa comunidad altruista, sin odios ni rencores, la pareja fue recibida de muy buen modo. Ante ese clima de confianza en el cual todos contaban sus más lúgubres miedos, Josefina se atrevió a revelar a doña Elvira, la anfitriona de tan bondadoso grupo de apoyo, sobre el pasado apesadumbrado que a ella y a su enamorado los condenaría a la muerte, y del cual ahora se encontraban a salvo. En algún momento Josefa temió ser juzgada, pero al ver lágrimas en los ojos de su interlocutora, quien ahora también tomaba su mano oprimiéndola con fuerza, parecía darle su compasión sin prejuicios. En ese momento “sintió que la embargaba la felicidad (…) Y aunque todos los bienes terrenales se destruían en aquellos odiosos instantes y la naturaleza entera amenazaba desplomarse, en verdad le parecía que el espíritu humano, tal una bella flor, volviera a renacer”.

2. El 19 de septiembre, un terremoto de 7.1 de magnitud que tuvo como epicentro el municipio de Axochiapan, perteneciente al estado de Morelos, cimbró el territorio mexicano, una fuerte sacudida de la Placa de Cocos. Hasta ahora, según cifras de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, el terremoto ha cobrado más de 360 víctimas mortales a nivel nacional, más de 34 mil viviendas y un poco más de 10 mil escuelas han quedado dañadas. En el caso de Puebla, la tragedia ha sido grave, y aunque la capital del país pareciera robarse los reflectores de la tragedia —porque como bien se sabe no solo la cultura está centralizada, sino también las malas noticias—, invisibilizando en cierta medida la emergencia extraordinaria en la cual fueron puestos 112 municipios poblanos, esto significa un poco más de la mitad del territorio total del estado. La mayor parte de los daños están en municipios pertenecientes a la Sierra Mixteca y en uno de los famosos Pueblos Mágicos de Puebla: Atlixco. Municipios en los cuales el dinero no sobraba y las viviendas difícilmente hubieran aguantado un terremoto de tal magnitud. Se habla de casas en situación de pérdida total, de iglesias que habrán de ser demolidas, de daños estructurales en importantes edificios de patrimonio histórico, de escuelas en situación crítica, pero sobre todo de personas que han tenido que vivir en albergues temporales, sabrá la historia por cuánto tiempo. Las cifras aún no son definitivas, conforme pasan los días el número de destrucción y vidas robadas por el terremoto van in crescendo, ante lo efímero de cualquier cifra que se pueda dar en este momento, quizá resulte inútil seguir aquí enfatizando cantidades. Lo que sí parece importante es hacer notable que mientras en la Ciudad de México la respuesta de socorro, el cuidado del prójimo, los numerosos centros de acopio y el altruismo que habría nacido por parte de la sociedad civil de todas las edades, esa ayuda construida también gracias al ensayo del pasado, al recuerdo de una tragedia que, por fortuna, esta vez no fue tan devastadora como la del 85, hizo que en la capital del país “sobraran” en cierto sentido manos, pero también dejó ver que en las zona de mayor penuria, como lo son las regiones del sur del país, los municipios de Puebla que están alejados de la capital, han sido


NO FICCIÓN15

olvidados, los municipios afectados de Oaxaca y Chiapas por el terremoto ocurrido 12 días antes del 19-S y del cual se han tenido más de 6 mil réplicas, esas zonas alejadas, ¿tendrán la ayuda necesaria, la seguridad y control de sus centros de acopio, para no ser conducidos y tomados por el crimen organizado? El altruismo es también un asunto de descentralización, un tema que va más allá de lo que es visible y viable para el turismo. 3. Los millennials, esa generación que ha sido juzgada de apática por los viejos y repetidos estándares de la supremacía moral, nos dio una sorpresa al salir de su aletargado “estado de indiferencia social” para adueñarse de las calles y ayudar a quienes han sufrido a causa del terremoto. Vimos así un desfile de “indiferentes y egoístas” jóvenes de entre 20 y 30 años, organizando víveres, clasificando medicinas, alimentos y ropa, abriendo centros de acopio en sus casas, buscando camionetas para transportar lo que habían juntado, donando a diferentes instancias, albergando en sus casas a gente que se quedó sin hogar, y ayudando, material y emocionalmente, desde las diferentes trincheras de su profesión, a reconstruir con amor el tejido social que se ha desgarrado por la contingencia. Esos millennials, quizá sí en cierta mayoría, desinteresados en la política del país, porque no ocuparon servirse de ningún proselitismo o instancia partidista para exhibir su altruismo, dejaron su zona de confort para ocuparse del prójimo, y si bien no prescindieron de las redes sociales, esto me pareció más que en un afán de exhibición, con la intención de motivar a los demás a ayudar. Las redes sociales con o sin selfies en la zona del desastre, fueron en su mayoría utilizadas para cruzar información sobre lo que se necesitaba en el momento, encontrando al fin, en ese mar inmenso y a veces tan impersonal, humanismo y ayuda, algo muy alejado del individualismo que en lo cotidiano habita las redes sociales. Este terremoto fue un —rudo y trágico— despertar de la tierra, pero también lo fue el de una generación entera que esperemos no duerma después de la contingencia, ni se permita ser cómplice inconsciente de motivos ajenos a lo que hasta ahora han defendido: un altruismo humanista y desinteresado, una ayuda que va más allá de cualquier intento de grilla institucional, de polarización social o de proselitismo político. 4. Los que no desaprovecharon la oportunidad de mostrar sus habilidades de actoral altruismo fueron los partidos políticos, quienes al inicio, y abanderados por el clamor de nuestro líder de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, en medio de la tragedia hizo alarde de su intención de “donar” a los damnificados 20% de los ingresos que Morena recibiría por parte del Instituto Nacional Electoral para gastos de campaña, sin antes girar la petición a la Cámara de Diputados, AMLO enfatizó la irresponsabilidad del INE por “negarse” a aprobar la intención de destinar parte del financiamiento público de su partido a la causa. A lo cual el INE, eficazmente y después de una deslegitimación de “dimes y diretes” por parte de la anarquista izquierda institucionalizada, garantizó

que finalmente sí se podría devolver el dinero para ayudar a la catástrofe del terremoto. Posteriormente, en un tipo de competencia a ver quién ganaba la corona al mejor mesías, los dirigentes del PRI, del PAN, del PRD y de Movimiento Ciudadano, se pronunciaron por que el presupuesto de los partidos políticos ahora debía destinarse en un cien por ciento a la ayuda de los damnificados, a lo cual, viendo perdido su papel de protagonista, el dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional ofreció ayudar a los damnificados de la misma manera que planeaban hacerlo los demás. Hasta ahora, los únicos, y muy oportunos —por no decir oportunistas— que se adelantaron a los demás, no en dichos sino en práctica, fue Movimiento Ciudadano y el PRI, quienes han donado el cien por ciento del presupuesto que el INE le ha asignado para el resto del 2017. Hasta el día de hoy, 2 de octubre, que este artículo se redactó, Enrique Ochoa Reza ha denunciado el incumplimiento de los demás partidos a su tan prometida y “noble” causa. ¿Finalmente cumplirán y devolverán el dinero prometido, o era tan solo falsa retórica de redentores fatuos? 5. Vuelvo al cuento de Heinrich von Kleist con el que inicié este artículo, regreso con Josefina y Jerónimo, quienes después de haberse salvado de la sentencia de muerte dictada por el verdugo moral de la época, creyeron que la desgracia había vuelto bondadosa el alma de las personas. Josefina y Jerónimo, pasado el susto, y dándole entera confianza a aquella comunidad fraterna que los acogía en algún valle cercano a Santiago, decidieron acompañarlos a la misa que una iglesia cercana de dominicos convocaba para rezar por los afectados del terremoto. Ese día, el recinto “sagrado” estaba al tope de fieles, “la multitud llegaba hasta la puerta principal y salía hasta la explanada”. Muerto el párroco, el monje más viejo de la congregación comenzaba la ceremonia religiosa, todos en silencio y con un semblante de límpida bondad, que solo la sobrevivencia tras una tragedia deja, mientras Josefa y Jerónimo, llenos de fe y esperanza, abrían sus corazones al imaginario de un futuro mejor. El sermón comenzaba. Después de dar gracias a Dios por seguir con vida y de pedir por la salvación de quienes habían quedado debajo de las ruinas, comenzó lo que parecería una denuncia de los motivos terrenales que habrían causado la tragedia, misma que parecía ser un anuncio del apocalipsis y el advenimiento del juicio final. Después, como si repentinamente la maldad y el rencor que regían antes del terremoto regresaran, oyeron al predicador narrar “la criminal acción que había tenido como escenario el monasterio de los carmelitas; refutó impía la indulgencia que habían recibido del mundo, y en una de sus rebuscadas imprecaciones encomendó a los príncipes del infierno las almas de los culpables, cuyos nombres pronunció cuidadosamente”: Jerónimo Ruguera y Josefina. En un acto de lo que sería una total traición, la pareja fue lanzada a la multitud para ser linchados por aquella fraterna comunidad que primeramente los había acogido, dejando incumplidas, algunas de las promesas de bondad, lealtad y humanidad, que todo desastre traen consigo.


16CONTENIDO

Tras el temblor, el silencio Por Marco Calderón / Fotos Raúl Bravo / @raulbravocid y Staff 360˚

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ran las mismas calles de siempre, esas que han visto más de 400 años de sucesos, ahora sirviendo de marco para la tragedia y el miedo. Desde la 11 Sur ya era posible ver el caos. Civiles se vieron en la necesidad de apoyar a los agentes de tránsito para dirigir el flujo vial, pues los uniformados no se daban abasto con la impotencia de los poblanos por no poder avanzar a la velocidad que su premura les exigía. Sobre la 3 Poniente, peatones y automóviles ya no respetaban ninguna clase de civismo vial. Los viandantes abandonaban la acera para intentar avanzar más rápido, a lo que los automovilistas de inmediato reaccionaban tocando sus bocinas y esquivando la temeridad de aquellos. A derecha e izquierda el panorama era muy similar: cintas amarillas con la leyenda “prohibido el paso” desviaban la circulación en direcciones inciertas, aumentando la tensión que se respiraba por todas partes. Aquí y allá era evidente la dependencia de la gente hacia sus aparatos móviles: unos intentando llamadas imposibles, otros esperando que las redes sociales respondieran, unos más registrando con sus cámaras los daños materiales. El zócalo era una imagen extraña, mucha gente deambulaba su superficie, pero el silencio imperaba. Las miradas desencajadas revelaban el nerviosismo latente. Casi todos los negocios de comida de los portales habían cerrado sus servicios, no había ya mesas ni palapas. La esquina oriente del Ayuntamiento estaba acordonada y la gente pasaba por un lado de ella con mirada temerosa. Todas las calles que desembocan en el zócalo eran escapes hacia la confusión. El desahogo vehicular tornó las calles que circundan el Centro en un desfile de pitidos desesperados y humo de escapes. No había tiempo para la civilidad ni la cortesía, al menor movimiento del auto de adelante había que pisar el acelerador; no importaba si en medio había alguien tratando de atravesar. Hacia el bulevar 5 de Mayo se observaba el fluir de la gente, caminando sin realmente saber hacia dónde se dirigían. Todo giraba

en torno a los rumores sobre el transporte, los derrumbes y las personas afectadas. Era imposible atravesar el bulevar más importante de la ciudad, los autos lo habían saturado por completo. En otras avenidas grandes de la ciudad era la misma historia. Autos cuyos conductores no podían ceder un minuto a la prisa por llegar a sus hogares, saber si los hijos están bien, si la mamá no tuvo una crisis nerviosa, cómo reaccionaron las mascotas al siniestro. Por momentos parecía que la señal regresaba, pues era posible ver a más gente vociferando en sus teléfonos: “¡Sí, dile que estoy bien. Ya voy para allá. ¡Bueno… bueno!”. De regreso a la 11 Norte-Sur, algunos habitantes del Centro esperaban afuera de los edificios en los que viven. “Ahora resulta que no podemos volver a entrar hasta que Protección Civil nos lo indique. Ahí están nuestras cosas y quién sabe si podremos dormir en nuestras camas”. La incertidumbre hacía mella en los rostros de aquella gente que, por destino o elección, tenía su hogar en el corazón de la ciudad. Llegaban rumores de un posible albergue habilitado para ellos; se hablaba del Centro de Convenciones, todos creían que se trataba del histórico lugar con nombre de potentado estadounidense. Pronto se supo que se trataba de la zona de Los Fuertes, en esa enorme caja donde año con año se lleva a cabo la feria. Poco a poco, las calles del primer cuadro de la ciudad comenzaban a vaciarse. Con la caída de la tarde parecía que llegaba la calma. Silencio. Atención. Ojalá la tierra dé tregua por fin y para siempre.


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24NO FICCIÓN

Dos víctimas y varias voces Por Marco Calderón / Foto Staff 360˚

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n vida eran madre e hija, o al menos esa fue la versión que corrió entre la gente. El final fue una coordenada perfecta: 11 y 11, Sur y Poniente. La esquina que durante muchos años fue la principal formadora de profesores de Puebla. No hubo para dónde correr. Seguro que trataron de hacerlo al sentir la tierra batir bajo sus pies, pero la barrera de contención les cortó cualquier acceso. A cientos de metros de distancia de ahí, Luis estaba terminando de programar la música de la noche cuando sintió el recuerdo llegar con fuerza. Años antes, 18 para ser exactos, recién había entrado a trabajar a la estación de radio universitaria, y un tremor similar había cimbrado hasta los cimientos el edificio Carolino; hoy, 19 de septiembre de 2017, sabe que debe aplicar la misma calma, tomar sus cosas y salir a resguardo. Pero ellas dos siguen ahí, y ahí se quedarán hasta que las instancias correspondientes vengan a recogerlas. Bien a bien, nadie observó el golpe. Tras la caída de las piedras del techo de la escuela Héroes de la Reforma, hubo una intensa humareda que, solo después de disiparse, mostró los cuerpos de las víctimas. De inmediato la sangre manando de la cabeza, entre la inmovilidad y los gritos de muchos de los circundantes. Recargada en la vitrina colmada de dulces típicos, doña Mónica se percató de inmediato del terrible movimiento que empezaba con fuerza. “En 25 años que llevo trabajando aquí, nunca había sentido lo de ese día, ni siquiera en el 99. Ahora lo sentí peor”. Pronto, la histórica calle de Santa Clara se llenó de empleados de las dulcerías que salían a ocupar la calle en busca de resguardo. Los transeúntes emprendían la huida. A las afueras de la “Héroes” ya se aprestan a llegar las ambulancias, los reporteros, curiosos de toda naturaleza. Los paramédicos se percatan del estado irreversible de las dos mujeres y con cuidado las suben a los vehículos. Toda la escena es rafagueada por los fotógrafos que pronto

inundarán las redes con las imágenes. Acordonan la zona, pero la gente sigue ahí, esparciendo el testimonio que pronto se convertirá en la dolorosa leyenda. Parado junto al jardín de Santa Inés, Alberto revisaba los apuntes de clase mientras esperaba la ruta 4. Pronto lo supo: el piso se movía bajo sus pies y lo confirmó en la consternación de la gente a su alrededor. Una señora muy cerca de él se desplomó por completo, soltó su bolsa y se vino abajo en un grito ahogado. Alberto le ayudó como pudo, y la señora soltó el grito reprimido al ver que la estatua del perro que coronaba la esquina de la 3 Sur y la 9 Poniente se vino abajo con un estrépito sordo. Como pudieron, terminaron de desalojar la antigua Normal. Los restos de escombro que cobraron las dos vidas se quedaron ahí, esperando que alguien viniera a limpiarlos con el avance de la tarde. Aún había gente que veía con perplejidad la porción fatal del suelo, mientras ya muchos medios poblanos tenían la nota como la principal de la tarde: “Sismo quita la vida a dos mujeres en escuela Héroes de la Reforma”. En la zona de Los Fuertes, dentro del Auditorio de la Reforma, la sensación fue aterradora. La orquesta recién había terminado el ensayo de la ópera que presentarían ese fin de semana cuando el director dio la orden de desalojar de inmediato el lugar. Los músicos no supieron ni cómo guardaron sus instrumentos cuando ya caminaban con prisa hacia la salida. “Ni siquiera nos despedimos”, comenta Eduardo, trompetista de la agrupación, “por aquí agarramos nuestros coches y nos fuimos a buscar noticia de nuestros seres queridos”. Al día siguiente, en la esquina de la escuela Héroes de la Reforma, alguien había barrido a medias los escombros. En la barrera de contención lucían frescos unos arreglos florales, blancos de todo a todo. La memoria pronto debía encontrar su camino; la ciudad, sus pedazos rotos. Era hora de empezar a levantarse, no había de otra.


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26NO FICCIÓN

Atzala: el bautizo y la absolución Por Sofía Ruiz / @sofiaaaaaruiz / Fotos Agencia

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l bautizo, que para la vida católica significa el comienzo de la vida, terminó con la existencia de 11 integrantes de una familia, cuando el pasado 19 de septiembre la tierra se cimbró. Elideth, con tres meses de edad, aún no podía saber que celebraba la primera gala de su vida; sus padres, quienes querían iniciarla en la religión, la llevaron al templo más antiguo y bello de su ciudad: el de Santiago Apóstol, un recinto rodeado de árboles, con revestimiento de color amarillo suave por fuera y paredes de piedra gris, que remontan al siglo XVI. El viejo santuario fue, en última instancia, morada de 11 cuerpos sin vida. El lugar donde tantas generaciones profesaron su fe, se quedó sin techo por causa del sismo. A partir de ahora ahí se recordará que 11 personas perdieron la vida y otras más resultaron heridas mientras celebraban el bautizo de una recién nacida.


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··· Sergio Montiel, además de ser campesino y albañil, trabaja en el templo, porque según él lo ayuda a ser una mejor persona y le muestra a Dios que siempre va a estar a sus servicios. Relata que la tierra se movió de súbito, sintió que lo jalaron de la cintura para permanecer adherido a una columna y eso le salvó la vida. Por un momento no existió nada más que el silencio, el aura blanca del polvo desplegado en la escena y la sensación de estar en la casa de Dios. Lo sollozos de Azucena, hija de Susana y Florencio —padrinos de Elideth—, se hicieron presentes en los oídos de Sergio. Intentó ir por ella en cuanto el panorama se esclareció lo suficiente, cuando los restos de cielorraso dejaron de caer, pero no se dio cuenta de que ya era demasiado tarde para ella. El párroco la encontró sobre el suelo, bajo una roca tan grande que era imposible de mover. Ismael Torres, padre de la niña de tres meses, perdió a su esposa y dos hijas mientras estaba enterrado en los escombros. Clamó por ayuda, todavía con tierra y rocas sobre el cuerpo; afortunadamente, las manos solidarias no se hicieron esperar para sacarlo con vida. Mientras llevaban con urgencia al padre de Elideth al hospital más cercano, las velas se extendieron sobre la plazuela de la iglesia; cuerpos se sumaron para ser cubiertos con mantas blancas que no alcanzaron a disimular su forma ni el terror de quienes pasaban por ahí. Para este pueblo de menos de 3 mil personas, el miedo crece al mismo tiempo que el dolor y la unión. Se acompañan, consuelan y desahogan conforme se dan cuenta de que el lugar no será el mismo a partir de ese día.

··· Al día siguiente de la tragedia, el lamento no para. Veinte personas caminan por las calles de Atzala mientras cargan 11 ataúdes sobre los hombros. Cantan sus rezos, bajan la mirada para después subirla en búsqueda de Dios. En la calle donde vivía la familia de Ismael Torres se extiende una lona que resguarda 11 cajones blancos cuyas cubiertas exhiben nombres pegados con cinta. El joven sacerdote de la iglesia viste túnica blanca mientras oficia la misa para los difuntos, sus familiares, amigos y el consuelo del pueblo entero. “El señor es compasivo y misericordioso”, se lee en un cordón colgado en el atrio de la iglesia, la única parte de pie. Eso mismo se repiten los pobladores de la comunidad. No quieren perder la esperanza, tampoco dejar de honrar a los muertos y mucho menos olvidar que en sus corazones todavía existe Dios.


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El futuro, entre los escombros Por Carina Mata / Fotos Raúl Bravo / @raulbravocid y Staff 360˚

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l lugar de trabajo de Martha se ha ido, se lo llevó el sismo. Más de 20 años trabajando en una estética y un día después del temblor le dijeron que tardarán al menos dos años para reparar su negocio. Por eso mejor sacó sus herramientas de trabajo, pues sin ellas, ¿cómo podría trabajar en otro lado? Todos los días abría su pequeño local cerca del Centro Histórico de Puebla, pero después del 19 de septiembre no volverá a pisar debido a las grietas que quedaron en la casona tras el fuerte sismo. Con los ojos delineados de color verde y luces doradas en el cabello que lo hace parecer más claro a simple vista, Martha lleva un espejo en la mano para echarlo en una caja de plásticos donde guarda poco a poco el equipo necesario para cortar cabello. Sus manos van cubiertas de polvo, se recoge el cabello de la frente y con una voz entrecortada comenta que no le queda más que cambiarse a otro local. Se irá, dice, al de su comadre, que está a unas cuantas calles de la 12 Oriente y 2 Norte. “Todos nos vamos a ir, el de las cemitas que lleva 25 años aquí, el de la óptica y el de la joyería también se van, ya nos dijeron que van a apuntalar, pero no podemos arriesgarnos. No sabemos qué pasará con el de la imprenta que está enfrente porque él ya lleva 47 años”. Falta un local más por acordonar en la vieja construcción que data de 1810, se trata de una pastelería de reciente inauguración. La dueña del negocio es Claudia, una chica de poco más de 30 años que prefiere regalar los pasteles que tenía a la venta antes del temblor que provocó el cierre temporal de los establecimientos. A diferencia de Martha, Claudia espera que las cosas mejoren y probablemente en unos cuantos días pueda abrir.


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Aunque sabe que si todos sus vecinos comerciantes se van las ventas bajarán, lo que la orilla a considerar que su nuevo proyecto se venga abajo, o por el contrario, buscar de nueva cuenta otro local para vender pasteles y repostería. Después de contar sus productos, Claudia sacó los pasteles del mostrador para repartirlos entre los voluntarios del zócalo que preparan despensas para los afectados en zonas aledañas a la capital. El ambiente se siente desolado al caminar las calles rumbo a la plancha principal. Varias fachadas están acordonadas. Claudia llega junto con un par de amigos y comienza a repartir las pequeñas porciones del pastel de zarzamora y de chocolate. De regreso a su casa se logra ver que otros comerciantes ubicados en la zona turística de artesanías conocida como El Parián también han iniciado el abandono.

La historia es la misma en El Parián

A pesar de que todavía les permiten abrir sus negocios, la suerte es incierta para los comerciantes de este mercado turístico. Esto se concreta con la pregunta que deja abierta Guadalupe Gutiérrez, talabartera de la calle 2 Oriente: ¿de dónde vamos a comer si no se puede trabajar? La casa de enfrente de su negocio quedó inhabitable, la van a demoler, y todavía falta hacer revisiones a su negocio, por lo que su preocupación tiene un sustento. Fue desde hace 78 años cuando su padre empezó con el oficio. Ese lugar —que le guarda tantos recuerdos de la infancia— fue víctima del terremoto que sacudió el centro del país el pasado 19 de septiembre. En medio del trabajo y detrás de su máquina para cocer piel todo se sacudió. Del local cayeron los retazos de piel pintada que segundos antes colgaban en clavos. Afuera se escucharon gritos y las sirenas no se hicieron esperar. Al llegar a la calle, observó flotar nubes de polvo provocadas por el choque de los techos de las casas y que se precipitaban contra el suelo. Preocupada por que alguno de sus compañeros y vecinos se hubiesen lastimado con los pedazos de algún antiguo edificio, corrió a la esquina de la calle. Todos estaban bien en esa parte, alcanzaron a salir, todavía, sin saber que muchos otros no tuvieron la misma suerte. Presenció muchos ataques de pánico en las personas que se arremolinaban, y temblando, gritaban por sus familiares ausentes. Hubo algunos que rezaban en voz alta para que todo acabase. Lo peor para ellos, confiesa Guadalupe Gutiérrez, es que, si los obligan a desalojar, no podrán trabajar. Entonces vino la misma pregunta: “¿y de dónde vamos a comer?”.


30NO FICCIÓN

La soledad de Danielle Durante tres días, el rescate de una niña inexistente y la cobertura ininterrumpida de una reportera de Televisa mantienen al país en vilo. Para algunos, la niña es símbolo de la esperanza en medio de la tragedia; para otros, no es sino una elaborada fantasmagoría del gobierno y de la televisora. Por Marco Menéndez


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S

er una niña de 12 años y yacer debajo de pesadas losas de mármol negro y de granito —provenientes de dos departamentos construidos gracias a permisos irregulares— no es estar solo. Tampoco lo es apenas mover los dedos o permanecer casi inmóvil entre dos cuerpos que no se sabe si están vivos o muertos; ni siquiera exhalar un suspiro de auxilio desde la seca profundidad de la garganta. Estar solo es estar a cuadro, oculto tras el maquillaje, transmitiendo en vivo frente a los escombros y entre los muertos que dejaron dos minutos de terremoto. Detrás de la cámara, millones de personas quieren escucharte, pero al día siguiente piden que te calles. Eso es la soledad.

Parecía tan lejano

A 120 kilómetros al sur de la Ciudad de México, en Axochiapan, Morelos, una ruptura en la placa de Cocos genera un sismo de 7.1 grados. Es 19 de septiembre. Danielle no sabe de coincidencias. Por la mañana, sonríe para Periscope y durante 30 minutos conduce su noticiario en el Canal de las Estrellas. Se muestra preocupada por la reconstrucción de Chiapas y Oaxaca, por los resultados de la prueba Planea 2017, por el proceso judicial contra el homicida de Mara Castilla y por la fuerza del huracán María, que en tan solo 24 horas ha alcanzado la categoría 5. A esa hora, desde las Antillas hasta Axochiapan, la desolación está muy lejos. Al igual que millones de personas en el país, Danielle participa en el simulacro nacional que conmemora la tragedia y nos prepara —ilusos— para la próxima. Chapultepec 28 está a varios kilómetros de Rancho Tamboreo y Calzada de las Brujas, donde se ubica el epicentro del terremoto: el colegio Enrique Rébsamen. Es la una catorce. Es 19 de septiembre. El edificio administrativo de la escuela se colapsa.

El rating es rey

Danielle toma el micrófono y recorre con la mirada la separación milimétrica entre cada partícula de polvo que flota en el patio del colegio. “Una niña está a punto de ser rescatada”, dice. Es el principio de una larga transmisión en vivo. Pero la esperanza también puede fingirse, incluso durante varios días. El escáner térmico y los perros rescatistas permiten ubicar a cuatro sobrevivientes. Topos, brigadistas de Cruz Roja y Sedena hacen contacto con cuatro menores, una de ellos de nombre Frida Sofía. “Movió los dedos cuando se lo pidieron”, se apresura Danielle ante la cámara. “Pidió auxilio”, susurra. Nadie le dice que los últimos rescates de sobrevivientes se dieron casi a la medianoche del 19. Desde

entonces, solo fueron sacados cuerpos sin vida. Nadie le dice que, según personal de la delegación Tlalpan, desde la medianoche ya se habían ubicado a todos los niños, ya fuera fallecidos, rescatados o ilesos.

Si no tiene nombre, no existe

Debe ser la emoción, el caos, la confusión: Danielle se desdobla. En un primer momento afirma que una maestra pronuncia el nombre Frida Sofía al subsecretario de Educación y a los oficiales de la Marina, pero “nos piden que no digamos el apellido por respeto a la familia”, completa Danielle mientras dirige la mirada abajo y a la izquierda. ¿Qué diálogo sostiene consigo misma? ¿Qué sabe ella que nosotros no? En otro espacio-tiempo, Danielle ve cómo un rescatista corre desde el agujero hasta el puesto de mando y se lo dice al almirante. El demiurgo nombra. Crea. No come ni duerme. Su creación lleva treinta y seis horas sin ser rescatada. Unos le llaman Frida Sofía; otros, Timmy O’Toole.

Inventando a Godot

El secretario de Educación duda. No pueden localizar a los familiares de la niña, no saben si su nombre es el que se repite hasta el cansancio en radio, televisión, redes sociales, portales de noticias. Danielle gira la cabeza hacia la izquierda y hacia abajo. ¿Veremos al secretario tenderle la mano a la niña cuando la rescaten de entre los escombros? ¿Acariciará su cabeza? ¿Besará su mejilla? ¿La acompañará hasta la ambulancia, donde familiares y autoridades se darán un abrazo satisfecho? ¿Habrías sido presidenciable, Aurelio? Danielle agita la cabeza y sale del ensueño. Una maestra le dice que en esa escuela no hay niñas con el nombre Frida Sofía. Sin embargo, hay una Laura Jésica Castrejón Hernández, trabajadora de intendencia que fue rescatada a las cinco de la mañana del jueves 21. Bajo los escombros permanece otra mujer. Una pesada losa cae sobre Danielle Dithurbide. Hay poco aire ya. La transmisión termina. En sus casas, los espectadores despiertan con la noticia de que no ha habido rescate. Afuera del colegio, el polvo se disipa. La niña no es real, dice la Marina, y ofrece disculpas a los mexicanos. ¿Qué le debe, pues, el gobierno a la televisión? El cansancio cuelga de los ojos de Danielle, que lleva 127 horas hablando sin parar, casi sin dormir ni comer, a la espera de Frida Sofía. “Ya saldrá”, piensa como Vladimir y Estragón. El 24 de septiembre, a las ocho quince de la noche, el cuerpo de Reyna Dávila es rescatado sin vida. A diferencia de Danielle, Reyna ya no está sola.


32NO FICCIÓN

Terre moto

y política:

trampas y oportunidades Por Marco Calderón / Foto Shutterstock

P

ara la clase política, la catástrofe del pasado 19 de septiembre será, en el corto y mediano plazo, una prueba para saber qué tanto están dispuestos a negociar de cara al año electoral que se avecina. Revista 360º Instrucciones para vivir en Puebla platicó con José Zenteno, destacado analista poblano, quien nos dice cómo prefigura el panorama político para el 2018 tras el sismo y su repercusión en el círculo rojo.

minales, al mismo tiempo quitas un elemento de negociación. De este modo, el PAN tendría que ceder muchas posiciones uninominales a los otros partidos y no les conviene.

I. Un catalizador emocional

En el corto plazo esto puede hacer que tengamos más candidatos en las boletas y eso va a provocar una fractura del voto. En el mediano plazo, tendríamos gobernantes que estarían demasiado al servicio de los intereses económicos que los llevaron al poder. No es que esto no haya sucedido, pero el financiamiento público hace que los ciudadanos tengan derecho a exigirles a los políticos, y si ahora los partidos van a renunciar a parte de este dinero público para la reconstrucción, entonces deberán acudir más a la iniciativa privada para lograr llegar a sus puestos. Si es así, entonces vamos a tener funcionarios con más intereses hacia empresarios y gente que solo ve el dinero como su objetivo primordial.

El sismo no nos mostró a los ciudadanos nada que no supiéramos, simplemente fue un catalizador emocional que envalentonó a una parte de la sociedad, sobre todo aquellos que cohabitan en las redes sociales. Fueron estos los primeros que salieron a decir que los partidos donaran su dinero y a partir de ahí mucha gente se sumó a la petición.

II. El bravucón responde

A todo lo anterior se suma la valentonada de Andrés Manuel López Obrador, quien pretende donar 20% del dinero de campaña para la reconstrucción. Y aquí es donde tropieza: nadie puede utilizar lo que no es suyo, ese recurso no le pertenece a los partidos. Desde mi punto de vista, el PRI fue el partido que eligió la figura jurídica correcta, pues renunció a parte de su presupuesto. Ahora bien, detrás de esta renuncia del PRI y la reforma constitucional que propuso, hay un par de trampas.

III. Trampas y entrampados

La primera es, desde luego, quitar recursos a los partidos, así que llegado el momento, solo aquellos que tengan acceso a financiamiento podrán salir adelante con las campañas, y si algo tiene el PRI es acceso a financiamiento. La segunda es que puede romper de facto la coalición del PAN-PRD-MC, porque al quitar las posiciones plurino-

IV. Las consecuencias

V. En conclusión

Aún está por verse qué tanto va a prosperar esta reforma constitucional, pero lo cierto es que el dinero público va a estar más limitado de lo que se pensaba para el 2018. Esto afecta de forma distinta a los estados, pero es indudable que la cancelación de candidaturas plurinominales hará que se concentre el poder en grupos más específicos. Todo el que quiera ser candidato, si esta reforma constitucional progresa, va a estar atado a los intereses económicos que eventualmente lo lleven al poder.


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Políticos

bajo los escombros Por Sofía Ruiz / @Sofiaaaaaruiz


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L

a clase política en México sacó la casta por su país, por quienes más sufren y menos tienen para salir adelante. Así quisieron que se viera; sin embargo, la ley electoral en el país prohíbe la autopromoción. Y aún así lo hicieron. Pasados los fuertes sismos que sacudieron a México el 7 y 19 de septiembre, la solidaridad de los mexicanos relució en todo el mundo. Manos de todas las clases fueron a las zonas más afectadas para ayudar, y los políticos no hicieron esperar su respuesta. De Chiapas, Oaxaca, Morelos, Hidalgo, Ciudad de México y Puebla, políticos figuraron en los medios cuando se hicieron presentes en los lugares derruidos, dando abrazo a los damnificados y, al mismo tiempo, exhibieron sus fotografías en las redes sociales. Entre los ediles de Puebla resaltan Izúcar de Matamoros, Tochimilco, Chiautla de Tapia y San Andrés Calpan. A quienes pobladores y brigadistas acusaron de no permitir la entrega de los apoyos a las víctimas, o bien, quedarse con los productos. Hay quienes, incluso, se les acusó de detener el acopio de la sociedad para revenderla, y hasta de colocar los colores de su partido en ellas antes de entregarlas. Otro caso fue el de Luis Tiffaine Álvarez, quien publicó fotografías en Facebook de sus recorridos en centros de acopio, donde los voluntarios expusieron sus quejas al respecto. Cuentan que el coordinador general jurídico de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) únicamente posó para las fotos, sin ayudar en lo absoluto. Mientras el senador panista, Javier Lozano Alarcón, salió en una fotografía riéndose mientras hacía un recorrido por una de las poblaciones más afectadas en territorio poblano.

Jorge Aguilar Chedraui fue otro de los políticos que se exhibió a sí mismo en redes, pero ante las críticas eliminó la fotografía en donde se mostraba con una señora, víctima del sismo en Izúcar de Matamoros. El dirigente del PRI en la capital del estado, José Chedraui Budib, también se autoventiló. En fotografías posteadas en su cuenta de Facebook el diputado presumió que se dirigía hacia la zona de la tragedia en Puebla. No sobran las palabras de Andrés Manuel López Obrador —líder de Morena—, quien manifestó buscaría destinar el 20% del gasto que otorga el Instituto Nacional Electoral (INE) a su partido para las campañas del 2018, a las víctimas del sismo. Cosa que según la Ley General de Partidos Políticos es imposible, puesto que se incurriría en una falta al usarse el gasto público para fines diferentes a lo establecido por la ley. El presidente Enrique Peña Nieto, en su gira por los estados dañados, visitó también los municipios de Puebla. Martha Erika Alonso también hizo uso de sus redes para demostrar que se encontraba en las zonas de riesgo, con las personas afectadas.


La Ciudad está de pie y se mantiene activa El Gobierno Municipal creó el Fondo de Reacción Inmediata, por hasta 50 millones de pesos, para atender la emergencia y actuar de forma oportuna.

Posterior al sismo registrado el pasado 19 de septiembre, el Gobierno Municipal de Puebla, encabezado por Luis Banck, de inmediato puso en operación el protocolo de protección civil para auxiliar y resguardar a la población, así como para evacuar y evaluar daños en inmuebles. Desde los primeros minutos, las y los ciudadanos de Puebla demostraron su solidaridad ante la emergencia, instalando un centro de acopio en el zócalo de la ciudad, al que se sumó el Sistema Municipal DIF, que preside la señora Susy Angulo de Banck, para fortalecer esta iniciativa. Posteriormente, como medida preventiva para evitar que ingresaran vehículos pesados al Centro Histórico, se instaló un centro de acopio más, en el Barrio de Analco. En ambos espacios, se recibieron alimentos, medicamento, artículos de higiene y limpieza, entre otros, en coordinación con el Sistema Estatal DIF, a cargo de la señora Dinorah López de Gali, mismos que fueron enviados en apoyo a las personas del municipio de Puebla y a

quienes habitan en las zonas más afectadas al interior del estado. Asimismo, se habilitó como albergue el Dormitorio Municipal, donde se brindó a quienes ahí se resguardaron, alimentación, agua caliente, ropa, servicios médicos y atención psicológica. De manera conjunta, el Gobernador Tony Gali y el Presidente Municipal Luis Banck, sumaron esfuerzos y recorrieron calles del primer cuadro de la capital a fin de supervisar los daños en inmuebles históricos, casonas y demás edificaciones. Al día siguiente del sismo, se restableció el servicio de agua potable en las 45 colonias que por cuestiones de la contingencia se había limitado. Además, la energía eléctrica y el sistema de semaforización, quedaron restablecidos al 100 por ciento y el servicio de recolección de basura y limpia funcionaron con normalidad. El retiro de escombro en el municipio se hizo en solo 48 horas.


A propuesta del alcalde Luis Banck, el Consejo Municipal de Protección Civil, aprobó la creación de un Fondo de Reacción Inmediata, por hasta 50 millones de pesos, para atender la emergencia y actuar de forma oportuna en todos aquellos inmuebles que representaron riesgos para la población. Una vez concluida la etapa de evaluación de daños, bajo el liderazgo del gobernador Tony Gali, se puso en marcha el Plan de Reconstrucción en la entidad. De manera simultánea, en la capital se emprendieron 10 acciones prioritarias que se continúan ejecutando por semana, con el objetivo de salvaguardar principalmente a las familias y al patrimonio histórico y cultural. Después de atender las situaciones que pudieron representar riesgos para turistas y habitantes, junto con empresarios, se puso en marcha un plan de activación económica, que contempla gestión de fondos, beneficios fiscales, aceleración de trámites, entre otros. Además, para fortalecer al sector turístico inició la campaña “Mucho ayuda el que nos visita”, que tiene como propósito reactivar la economía de la ciudad junto con el gobierno estatal. Con la entrega de los ciudadanos, y la suma de esfuerzos del gobierno de la ciudad, se demostró que Puebla está de Pie para no solo recuperar la normalidad, sino que la capital llegue a estar mejor que antes del 19 de septiembre.


Puebla sigue de pie: Tony Gali LUIS BANCK ARRANCÓ LA INTERVENCIÓN DE LA ESCUELA VICENTE GUERRERO, EL MUSEO CASA DE ALFEÑIQUE

Tras el sismo del 19 de septiembre, el gobernador Tony Gali inició con la reconstrucción de escuelas y hospitales en las zonas de atención prioritaria, en particular con la colocación de la primera piedra de la Telesecundaria Alberto García Granados en la junta auxiliar de San Juan Pilcaya, municipio de Chiautla de Tapia, que estará lista en 90 días. Acompañado por el Subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Juan Carlos Lastiri, el mandatario dijo que las obras se llevarán a cabo con 300 millones de pesos del Presupuesto Participativo e informó que en Chiautla de Tapia se edificarán cinco instituciones educativas y cinco centros de salud. “Mi mayor preocupación es la de ustedes, mi mayor preocupación es la de sus familias, mi única preocupación hoy son sus hijos, por eso lo estamos haciendo de manera rápida, hospitales, escuelas, hoy arrancan y no se detiene hasta concluirlos”, indicó al anunciar que este lunes se entregará material para que las familias damnificadas colaboren en la reconstrucción y puedan volver a sus hogares. Tony Gali detalló que, de manera simultánea, se desarrollan diez acciones en cada uno de los ocho centros de mando que se encuentran en las regiones afectadas; en este sentido, señaló que en la capital del estado, el alcalde Luis Banck y la delegada de Gobernación, Ana Isabel Allende, encabezan los trabajos preliminares para la rehabilitación de cuatro centros de salud y tres hospitales. Asimismo, Luis Banck, acompañado por el secretario General de Gobierno, Diódoro Carrasco, arrancó la intervención de la escuela Vicente Guerrero, el museo Casa de Alfeñique, la iglesia de La Compañía e inmuebles particulares de la capital y juntas auxiliares. En el Centro de Mando de la zona Metropolitana, a cargo de la Secretaria de Educación Pública, Patricia Vázquez del Mercado, se iniciaron labores de reconstrucción y mejoramiento de la infraestructura en las escuelas José María Morelos y Miguel Negrete en Santa Isabel Cholula; en el bachillerato Nicolás Reyes Alegre en San Pedro Cholula; en el preescolar Yolot’si en Huejotzingo; en la primaria Vicente Guerrero en Cuautlancingo; en el Hospital para el Niño Poblano en San Andrés Cholula; y en el Centro de Salud de San Mateo Ozolco, Calpan. En la región de Atlixco, Roberto Trauwitz Echeguren, titular de Cultura y Turismo, puso en marcha la reparación del Centro Médico Gonzalo Río Arronte, así como de nueve escuelas de cuatro municipios y cinco centros de salud, ubicados en Huaquechula, Atzitzihuacan, Atlixco y Ocoyucan. En Izúcar de Matamoros, la Secretaria de Infraestructura, Movilidad y Transportes, Martha Vélez, junto con el delegado de la Comisión Nacional del Agua en Puebla, Alberto Jiménez Merino, empezó las labores de dignificación de seis centros de salud, un hospital y cinco escuelas. En la región de Acatlán de Osorio, el director general del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Puebla (ISSSTEP), Eugenio Mora y la delegada del Instituto Nacional de Migración, Carla Morales, anunciaron la reparación de cinco planteles educativos y siete centros de salud. En tanto, Gerardo Islas, titular de la Secretaría de Desarrollo Social, en colaboración con la Sedatu -a través del Subcomité de Vivienda- será responsable del proceso de construcción y rehabilitación de casas afectadas, mediante la colaboración del sector público y privado que, con donativos al Banco de Materiales y como parte del programa Hagamos Hogar, levantará nuevos inmuebles, recámaras adicionales, muros, techos y pisos. Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública mantiene acciones de apoyo y vigilancia en albergues y carreteras, mediante el despliegue de todas las corporaciones de Policías: Estatal Preventiva, Turística, Bomberos, Vialidad y Grupos Especiales. Asimismo, se atienden y auxilian situaciones reportadas a

través del 911 y de otros canales oficiales. También se continúa con un monitoreo permanente de cada región, para atender contingencias derivadas del sismo y de la lluvia, en toda la entidad. En Metepec, junta auxiliar de Atlixco, Socorro Figueroa, titular de la Subsecretaría Especializada en la Atención a Pueblos Indígenas de la Secretaría General de Gobierno, abanderó las tareas de reconstrucción de la escuela secundaria Mártires de Río Blanco, que beneficiará a 253 alumnos. El Subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Juan Carlos Lastiri, resaltó que se ha ejecutado un censo previo donde se registraron más de 12 mil inmuebles afectados en toda la entidad, que serán atendidos de manera coordinada con los tres órdenes de gobierno y la sociedad. El coordinador general de Universidades Tecnológicas y Politécnicas, Héctor Arreola, reconoció a Tony Gali por dar respuesta a los ciudadanos y destacó que es el primer gobernador que emite este mensaje solidario con obras inmediatas, que permitirán a los alumnos contar con espacios seguros para su desarrollo. En la gira de trabajo, estuvieron presentes el director del Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos (Capcee), Jorge Cruz; el senador Javier Lozano; el subsecretario de Egresos de la Secretaría de Finanzas y Administración, Francisco Zúñiga; el edil de Chiautla de Tapia, Jesús Castro y el presidente auxiliar de San Juan Pilcaya, Antonio Ríos, entre otros.


La fuerza de la universidad pública es la fuerza de México: Alfonso Esparza Ortiz AL RENDIR PROTESTA COMO RECTOR DE LA BUAP, PERIODO 2017-2021, PIDIÓ UN MINUTO DE SILENCIO POR VÍCTIMAS DEL SISMO Por Staff 360˚

BUAP. 4 de octubre de 2017.- La fuerza de la universidad pública es la fuerza de México. Está en nuestras manos la reconstrucción de cimientos más fuertes que nos brinden mejores bases como sociedad, afirmó Alfonso Esparza Ortiz, al rendir protesta como Rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, para el periodo 2017-2021, ante el Consejo Universitario, luego de entregar por escrito su Cuarto Informe de Labores. “No somos espectadores. Tendemos la mano y transformamos el caos en esperanza”. Tras lamentar las pérdidas humanas por los sismos de septiembre, entre ellas tres miembros de la comunidad universitaria, para quienes pidió un minuto de silencio, el Rector de la BUAP subrayó que la solidaridad se ha abierto camino entre los desacuerdos y la desafección política y es esta la directriz que guía a la Universidad. Muestra de ello, dijo, son los más de 11 mil jóvenes que reaccionaron a la catástrofe y acudieron al llamado en cuestión de minutos. “Las brigadas son una bandera de la BUAP, un ejemplo que tomaremos como faro de lo que significa la Universidad: estar comprometidos con la sociedad”. Por ello, convocó a trabajar “en la construcción de un camino donde sí haya futuro y equidad de oportunidades”. Para lograrlo, instó a reducir los niveles de violencia, la cual “no acabará hasta que dejemos de ser indiferentes a los asesinatos, la desaparición de activistas y periodistas, la manipulación de la información, los destrozos al medio ambiente, al saqueo y abandono de nuestros pueblos”. En ese sentido, apuntó que los partidos políticos deben tener en claro que más allá de las coyunturas electorales está el futuro que le pertenece a todos los mexicanos. “Es momento de romper paradigmas. De alcanzar nuevos límites en investigación e innovación. De hacer de la educación y la formación el motor social que asegura su futuro. Es tiempo de que la Universidad pública impulse una nueva cultura de acción y liderazgo”, expresó al asumir un nuevo periodo rectoral, en el cual buscará una mayor inclusión de quienes no acceden a la educación superior, garantizar su permanencia mediante políticas de acompañamiento

y ofrecer una formación de calidad que favorezca su ingreso al mercado laboral. Tras agradecer la presencia del gobernador Tony Gali, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Jorge Aguilar Chedraui, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Roberto Flores Toledano, el alcalde Luis Banck Serrato, senadores, diputados locales y federales, así como líderes de los diferentes sectores sociales, el Rector de la BUAP recalcó que hoy la autonomía de la universidad pública debe ser más potente, para formar personas capaces de orientar el rumbo del país, con atención a su propia identidad, su cultura y su gente. Durante la sesión solemne del Máximo Órgano de Gobierno de la BUAP, en el Centro de Convenciones del Complejo Cultural Universitario, Esparza Ortiz asumió con determinación y confianza la responsabilidad como rector de todos los universitarios. “La BUAP mantendrá su legado y lo fortalecerá de cara al futuro. Mejoremos nuestro quehacer científico y académico. Queremos lo mejor para nuestros estudiantes, profesores, investigadores, nuestro personal no académico y de servicios. Por ello, reinventemos nuestro presente y construyamos una mejor sociedad. Juntos vamos a lograrlo”. Hoy, dijo, comienza un nuevo ciclo de gobierno en la BUAP: un proyecto colectivo que tiene su fuerza en la unidad y con un respaldo histórico sin precedente. “Ahora más que nunca debemos pactar a favor de la educación, porque cada peso servirá para fortalecer los valores de la juventud. Para que nadie mate por un celular, por un bolso o por un embarazo no deseado”. Al emitir un mensaje, el gobernador Tony Gali felicitó al Rector Esparza Ortiz por su Cuarto Informe de Labores, el cual calificó como un ejercicio de rendición de cuentas de la Institución “que ha permitido obtener la confianza de la comunidad universitaria, pero sobre todo la confianza que la sociedad poblana ha depositado en la BUAP”. En ese sentido, refrendó el respaldo de su gobierno a la Máxima Casa de Estudios en Puebla para continuar con su consolidación y el progreso del estado y el país.


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Pros y contras de las redes sociales

Foto Shutterstock

N

Por Gilberto Brenis @GilbertoBrenis

adie hubiera imaginado que el 19 de septiembre, dos horas después de realizar un simulacro, estaríamos viviendo uno de los movimientos telúricos más grandes en la historia de nuestro país. De manera irónica, justamente 32 años después de aquel sismo que cimbró a México hasta lo más profundo de nuestros corazones. La inmediatez de las redes sociales permitió, en la mayoría de los casos, tener un informe casi al minuto de las diferentes zonas afectadas de nuestro estado y del resto de la república. A través de Whatsapp fue como pudimos ponernos en contacto con nuestros seres queridos, ya que las líneas telefónicas colapsaron. Sin embargo, conforme fue pasando el tiempo empezamos a vivir toda clase de información falsa que empezó a permear las redes sociales. No está de más decir que hay personas que todo aquello que leen y que consideran importante lo comparten sin ningún filtro. Por ello se recalcaba la importancia de considerar solamente medios oficiales para evitar información que no fuera apropiada. Existen también las personas que se escudan en el anonimato que

brindan las redes para cuestionar hasta lo que no es cuestionable, en armar lío donde debería de haber unidad… pero es claro que siempre habrá personas que adolecen de progenitora y que hacen de este tipo de eventos algo que estúpidamente disfrutan en silencio. La ayuda no se hizo esperar, los reportes con día y hora y necesidades de cada centro de acopio llenaron las redes sociales. La gente se volcó en mensajes escritos y de voz, videos, fotografías para hacer sus peticiones. Los famosos aprovecharon las transmisiones de Facebook Live para llegar a sus seguidores y solicitar ayuda directa de lo que más se necesitaba. Una forma directa y diferente de reaccionar ante eventos de este estilo. También circularon videos que demostraron a aquellos que solamente posaron para la foto, pero que realmente no cooperaron como uno hubiera pensado. Lo cierto es que a pesar de lo duro del golpe, del fuerte movimiento, nuestro país, nuestro estado y nuestra ciudad siguen de pie. Con la esperanza de una pronta reconstrucción y una mejora incesante para quienes han perdido todo.




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