$30 año 0 marzo 2011
CRÓNICA EL DÍA QUE JULIAN ASSANGE DESATÓ SU FURIA
MÚSICA R.E.M. Y EL REGRESO AL PARAÍSO PERDIDO
CINE EL NUEVO WESTERN DE LOS HERMANOS COEN
PORTAFOLIOS MARCOS CHIN: LA TIMIDEZ QUE ILUSTRÓ NUEVA YORK
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editorial I
nicia marzo, y con el mes, la primavera. Hablar del amor en esta coyuntura resultaba atractivo, casi inevitable. Durante la planificación de este número nos preguntábamos cómo abordar el tema sin repetirnos. ¿Cómo hablar de un tópico sobre el que todo mundo cree que sabe todo? Le dimos vueltas y vueltas, hasta que se hizo la luz. En un intento por huir de los lugares comunes, aunque conscientes de que la tarea era casi imposible, tomamos la decisión de registrar una de las facetas más transgresora del amor romántico: el poliamor. Lo hicimos (en la medida de nuestras posibilidades) sin prejuicios ni pánicos morales, pero sobre todo con una intención honesta de conocer los motivos de quienes cuestionan el estatuto de exclusividad propio de las parejas monogámicas. La crónica que resultó de este ejercicio es, sin duda, polémica. Pero nos ayuda a entender que cuando de amor se trata, importa poco el nombre que otorguemos a nuestra búsqueda: todos hablamos de lo mismo, aunque parezca lo contrario. A propósito del tema, presentamos un cartón de Luis Ricardo, nuevo fichaje de Aldeano que se integra al proyecto para aportar con sus “monos” la dosis de sarcasmo y humor negro que toda publicación necesita. La segunda crónica la veníamos cocinando desde hace meses. Por puro interés profesional, en Aldeano hemos llevado registro puntual de los sucesos políticos que desató Wikileaks en el mundo. Desde la revelación de los primeros cables hasta los levantamientos ciudadanos en el Medio Oriente, hemos seguido paso a paso la ruta de esta iniciativa
polémica que puso al desnudo la forma en que operan los servicios secretos y la diplomacia de las grandes potencias. Sin desdeñar los alcances y las posibles connotaciones revolucionarias y subversivas de Wikileaks, hemos decidido rescatar en este número el perfil de Julian Assange, el hombre que encendió los focos rojos en los servicios secretos de todas las potencias mundiales, que puso en jaque a la política exterior estadunidense, y que contribuyó a prender la mecha de esa hoguera incontrolable que es hoy el Medio Oriente. Debemos la portada de este número al ilustrador neoyorquino Marcos Chin, quien ha trabajado para las revistas Times, Sports Illustrated, Playboy, The New York Times Review, The Washington Post, entre otras publicaciones de renombre. Marcos Chin no sólo leyó la crónica principal y aportó una ilustración ad hoc para la tapa, sino que además accedió a concedernos una entrevista donde platica de su trabajo editorial y de la vida que rodea a un artista gráfico consolidado. En el mismo tenor, reseñamos el trabajo de Pedro Maccise, artista poblano de gran talento cuya obra nos causó honda impresión por su originalidad pero, sobre todo, por su intensidad. Ésta es nuestra propuesta para el banquete de primavera. Un platillo aderezado con grandes dosis de amor y una pizca de locura. Una mezcla caprichosa de misterio y conspiración, bañada en una agridulce y espesa capa de diplomacia y política. Y para cerrar con broche de oro, ese postre maravilloso que es el arte. ¡Buen provecho! Y no olvide que el café, corre por su cuenta.
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Director General Alvaro Hernández alvaro@aldeano.net
Directora de Arte Laura Alvarez lauralvarez@aldeano.net
Directora de MKT Tania Bueno tania.bueno@aldeano.net
Edición Marco Menéndez marco@aldeano.net
Asistente de Edición Ismael “Cobayo” Flores Ruvalcaba
Fotografía Miguel Ángel Andrade Daniel Sánchez Gracidas
Ilustración de portada Marcos Chin
Diseño e ilustraciones Octavio Rivera Ruiz
Ventas L.A.E. Jobita García Hernández garciajobita@yahoo.com.mx
Colaboradores Juan Carlos Hernández, Ximena, Gerardo Arturo Ordorica, Ana Montoto, Fernando Montenegro
Consejo Editorial Frank Loveland, Alejandro Palma, Guillermo Espinosa, José Sánchez Carbó, Sebastián Gatti
Revista Aldeano (año 0, número 3) es una publicación mensual de La Aldea / Consultoría Editorial y Gráfica, con domicilio 3 sur 4106-7 col. Huexotitla, Puebla, Pue. Certificado de licitud de contenido: en trámite. Número de certificado de reserva de derechos al uso exclusivo del título: en trámite. Los artículos y el contenido editorial son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el punto de vista de la publicación o del editor a cargo. Todos los derechos están reservados. Prohibida la reproducción parcial de las imágenes y/o textos sin la autorización previa y por escrito del editor.
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Crónicas
14. Pareja poliamorosa busca... Una pareja abierta y las múltiples expresiones del amor.
24. La supremacía Assange La historia de un hacker que encendió los focos rojos de los servicios secretos.
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Portafolios plásticos
30. Marcos Chin loves to draw Una entrevista con el hombre que ilustró Nueva York.
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About
36. Pedro Maccise: la rebelión como tendencia La obra en palabras de su autor.
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Columnas
10. El “para siempre” es posible 12. Sexo, ¡a escenario! 52. Engendros marinos
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Secciones
40. Libros La realidad como delirio.
42. Música La noche quieta de R.E.M.
44. Cine True Grit: el western descolocado.
46. Internet La página definitiva.
48. Gastronomía Turkish Kebap: cordero místico.
50. Agenda
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colaboradores
MarcosChin (1975) Marcos Chin es considerado uno de los ilustradores más conocidos de Norteamérica. Sus ilustraciones han aparecido en anuncios, catálogos de moda y diversos magazines incluyendo las revistas Time, Rolling Stone, Playboy y Sports Illustrated, entre otros. Nativo de Toronto y graduado de Ontario College of Art en 1999, es ahora profesor de Fashion Illustration en la New York School of Visual Arts.
DanielSánchez (1975) Tiene la dicha de provenir de una familia que no puede negar su potencial artístico. Estudia Diseño Gráfico y se da cuenta (o cree) que la fotografía es lo suyo. Ha tenido la fortuna de disparar la cámara en instantes acertados y de agradar con el resultado. Aún se sabe en la línea de inicio y desea mostrar su trabajo en redes sociales y sitios especializados: http://jpgmag.com/people/gracidas.
LuisRicardo (1979) Hombre de pocas palabras, Luis Ricardo se describe a sí mismo como un hombre que hace “monitos”. Egresado de la UNAM, institución donde aprendió, entre otras cosas, a amar el cine, imprime a su trabajo cotidiano —ya sea en el aula de clases, en una cabina de radio o en la redacción de un diario— la misma dosis de sarcasmo e ironía que caracterizan sus cartones.
FernandoMontenegro (1986) Nací en el DF en julio del 86, aunque mi partida de nacimiento diga lo contrario. Soy vago a tiempo completo, lo que me da espacio para estudiar Literatura y querer estudiar Cine. Estudié Relaciones Internacionales en Quito, Ecuador, sin saber bien los motivos de esa decisión. Otrora soñé con ser guitarrista de una banda de metal, pero nunca me dieron los dedos, razón por la que también largué Medicina al año de haber comenzado los estudios. Una vez publiqué poemas en un libro que ya nadie tiene, ni siquiera mi madre. Enfermo hincha de la Liga de Quito, mendigo del buen fútbol y secreto enamorado del catenaccio. Sobrevivo en Puebla desde agosto del 2009.
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rceopl uo m r t na aj e D i - v a g a c i o n e s
El ”para
siempre”
es posible Por Alvaro Hernández
“E
l amor es un combate perdido de antemano”, afirma el escritor francés Frédéric Beigbeder en el capítulo inicial de su novela El amor dura tres años, un libro que se mueve con destreza envidiable en el pantanoso terreno de la autobiografía para trazar una suerte de recorrido existencial edificado a partir de la experiencia personal del autor sobre el desamor y sus dolorosas repercusiones. La tesis de Beigbeder es simple: “un mosquito vive un día, una rosa tres días, un gato trece años, el amor tres, así son las cosas. Primero hay un año de pasión, luego un año de ternura y finalmente un año de aburrimiento”. La cosa no pasaría de un inofensivo alegato literario si desde las trincheras de la ciencia no hubiera quienes sostienen que las estimaciones del escritor francés no están del todo alejadas de la realidad. Helen Fisher, destacada antropóloga estadunidense, presentó recientemente las conclusiones de un estudio en el que demuestra cómo la dopamina, la noradrenalina y la serotonina —los neurotransmisores cerebrales asociados con la atracción por el ser amado— tienen un periodo de vida de entre 18 y 30 meses. Las estadísticas del Instituto Europeo de Política Familiar arrojan en su último informe una serie de datos reveladores. Dos cifras contenidas en este reporte llaman la atención. La primera es la edad media del matrimonio español —considerada la más alta de la Unión Europea—, que alcanza los 13.8 años. La segunda es la tasa de “fracaso matrimonial”. El instituto afirma que cada 33 segundos se rompe un matrimonio; esto es, 10 millones de matrimonios en los últimos quince años. Siendo éste el diagnóstico del estado actual del amor, no puedo evitar preguntarme cómo es posible que prácticamente todas las expresiones humanas y sociales que se vuelcan en la publicidad, la cultura, la religión, el arte o el entretenimiento, tengan como referente prioritario y fundamental la conquista de ese estado idílico que Platón definió como el nexo de unión con aquello que llamamos perfecto, divino, hermoso. Una conquista que a la luz de la evidencia contemporánea asemeja más una especie
de leyenda urbana, tejida a contrapelo de la naturaleza efímera de nuestros neurotransmisores cerebrales o de las corrientes individualistas en las cuales nos educaron. Algo así como la búsqueda del Santo Grial, pero en una época donde el Parsifal, de corazón noble y puro, no se consigue a la vuelta de la esquina. Quizá por eso, a finales del 2007 Gabriele Pauli, una política alemana, ocupó las primeras planas de los diarios germanos al presentar una polémica propuesta donde se planteaba que el contrato matrimonial prescribiera después de siete años, dejando en manos de la pareja la decisión sobre una eventual renovación de votos. Lo curioso es que una iniciativa que en principio podría sonar razonable y digna de discusión, le mereció una andanada de críticas tanto de los sectores reaccionarios como de los progresistas de su país. La enseñanza del episodio es clara: se puede cuestionar el déficit público, se pueden criticar las tasas impositivas, se pueden poner en duda las políticas de integración racial, pero no se puede cuestionar al amor. Y en algún punto tengo que expresar mi simpatía por esa suerte de defensa absurda del sentimiento. Y es que más allá de las estadísticas o de las historias cercanas o distantes que nos asustan, no se requiere ser muy avezado para descubrir que el amor se reproduce y se propaga justo frente a nuestros ojos: los amigos se casan, las parejas que conoces se involucran en nuevos proyectos, y el tipo que hace un par de años se ufanaba de su independencia, pasa ahora los fines de semana buscando una casa con jardín “por eso de los niños”. Con pleno conocimiento de los riesgos que implica, los seres humanos nos seguimos empeñando en encontrar el Santo Grial del amor. Es probable que pocos salgamos avante de esta búsqueda. Pero qué importa. La muerte del amor no es sino una prueba más de existencia. Y eso, de algún modo, constituye una certeza, un acto de fe que hasta el más cínico profesa. Vamos, hasta Beigbeder, al final de su novela, se vuelve a enamorar otra vez y a escribir con entusiasmo que incluso en una época marcada por los signos de la fugacidad y el utilitarismo, hablar de un “para siempre” es posible.
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rceopl uo m r t na aj e ED li -sveagguanc di oon sees x o
Sexo,
¡a escenario! Por Ximena
¿L
es ha sucedido que van a una fiesta y hay una mujer que —sin ser especialmente guapa— proyecta algo que tiene locos a todos los hombres? Es una especie de desenfado y ligereza muy particulares. Y no estoy diciendo elegantemente que sea “golfa”. Por favor, no. Los conservadores podrán tacharla de fácil, los intelectuales de boba. Pero cualquier ciudadano de a pie puede quedar entre confundido y fascinado por los mensajes sutiles que se deslizan entre el “podría acostarme contigo esta noche” y “la vida es demasiado buena para no celebrarla”. Debo confesar que nunca fui ese tipo de chica, aunque siempre quise serlo. Solía preguntarme qué era lo que ellas sabían y yo ignoraba. Mucho tiempo pensé que se debía a que no era lo suficientemente atractiva; tal vez demasiado intelectual o poco femenina… En fin, la lista no era corta. Creo que durante años erré la estrategia al pensar que se puede aplicar deliberadamente una. Ahora veo que no hay estrategia posible para proyectar que estamos en paz con nuestra dimensión sexual. Ninguna, salvo estarlo. Sin embargo, ¿cómo lograr ese estado? La respuesta llegó a través de un taller de sexualidad que cursé hace poco. Tomar la decisión de asistir no fue cosa fácil. “¿Aprender algo sobre mi sexualidad?”, pensé. Difícilmente. Me jactaba de tener un criterio amplio, disposición y experiencia en el tema. Pero ¿qué tenía que perder? Para mi sorpresa, a través de los tres días en que ocho extraños experimentamos, intercambiamos y hablamos en mayor proporción de todo y en menor proporción de sexo, aprendí que mi amplio criterio, disposición y experiencia no eran necesariamente indicadores de que asumiera mi dimensión sexual de forma consistente, consciente y amorosa.
Y no estoy hablando de la calidad de los encuentros que experimentaba, sino de qué tan capaz era de explorar mi ser sexual de forma auténtica e independiente de las otras dimensiones que conforman mi persona, como la intelectual, la emocional, la física e, incluso, la espiritual. Si lo reflexionamos un poco, nuestra sexualidad se proyecta en cada uno de los aspectos de nuestra personalidad, desde cómo vestimos hasta cómo nos movemos. Y me temo que no hay fórmula alguna para proyectar “paz sexual”. No tiene que ver con tener pareja o no, con coincidir con los estándares de belleza actuales o vestir provocativamente, vaya, ni siquiera con tener actividad sexual. Creo que está más relacionado con retirar de nuestra dimensión sexual las investiduras psicológicas, físicas y de otra índole que solemos asignarle: asumirnos como seres sexuales y otorgarnos el gusto de aceptarnos con nitidez, seguridad y confianza en nosotros mismos. Al término del taller, no piensen que salimos a las calles a hacer propuestas indecorosas a diestra y siniestra; en general partimos con algo diferente reflejado en nuestra psique: sensaciones de paz, alegría, alta autoestima y celebración. Y, por qué no decirlo, también con una dosis saludable de coquetería y descaro. Pocos días después de terminar el taller cambié la foto de mi página personal por una tomada improvisadamente, donde sonreía a la cámara. Mi aspecto no era especialmente sensual o femenino pero, por los comentarios que recibí tanto de hombres como de mujeres, por fin supe qué sienten esas chicas que tienen a todos locos durante las fiestas.
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rcer p贸 on ri ct aaj e
Pareja poliamorosa
busca...
Un periodista, una pareja abierta y una de las ciudades más conservadoras del país son el marco ideal para una crónica sobre la naturaleza del amor y sus múltiples expresiones. Por: Alvaro Hernández .:. Fotos Daniel Sánchez Gracidas
crónica
Esta historia comienza
con dos protagonistas. Pero termina con tres, o
cuatro. Eso nunca se sabe. Supe de ellos a través de un amigo en común. Desde hacía varias semanas había venido preguntando a mis conocidos sobre sus “usos y costumbres” románticas con la intención de concretar una entrevista con una pareja poliamorosa. La idea se concibió en una plática de café, cuando alguien me comentó la existencia de un taller de reflexión integrado por parejas de este tipo, y que tenía su sede en la tradicionalista ciudad de Puebla. Más que morboso, el tema me pareció subversivo. En el 2009 la ola conservadora había azotado al país mediante la aprobación de reformas legislativas en los congresos locales para prohibir el aborto. La contraofensiva llegó a finales de ese mismo año desde el Distrito Federal con la aprobación de una ley que protege el matrimonio gay, dotando a los cónyuges de los mismos derechos que tienen las parejas heterosexuales, entre ellos la adopción. En un momento histórico donde la categoría de familia se había convertido en objeto de una disputa ideológica, ¿qué podía ser más revolucionario que un grupo de personas cuestionando el estatuto de exclusividad propio de la monogamia? Así que, sin más, comencé a interrogar a mis conocidos, a los conocidos de mis conocidos, y a los conocidos de éstos. Fue así que llegué a Othón y Gris, los protagonistas de esta crónica.
Un café como cualquier otro
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marzo // 2011
Othón es de Puebla, tiene una hija de dieciséis con la que apenas mantiene contacto. Gris es oriunda de Veracruz; vive con él y sus tres hijos. Desde hace nueve años comparten su vida. Si esta fuera una crónica a modo, diría que son una pareja normal. Pero no lo son. Ni les interesa serlo. La cita tiene lugar en un café del centro. Rodeados por edificios centenarios y majestuosas iglesias, intercambiamos los primeros saludos. En la mesa contigua, un grupo de chicas se cuenta los pormenores del fin de semana con el galán en turno. Por su plática, uno podría deducir que estas adolescentes están en camino de convertirse en esposas abnegadas y amas de casa irreprochables. Nada nuevo en una ciudad que se precia de tener entre sus habitantes a algunas de las élites más conservadoras del país. Puebla, urbe de añejos conflictos estudiantiles entre comunistas y católicos recalcitrantes; la que décadas atrás atestiguó el nacimiento del Yunque, uno de los grupos de ultraderecha más poderosos de México. Puebla, la que algún intelectual trasnochado osó alguna vez bautizar como “La Belfast de América”. Dudo antes de pedir autorización a mis informantes para grabar la conversación. Me ha sucedido antes que una grabadora echa a perder lo que prometía ser una buena entrevista. No es el caso. Cuando les pido que me narren la forma en que se conocieron, me queda claro que Othón y Gris no son personas fáciles de intimidar. Francos y abiertos, entran al tema de forma directa, sin atajos ni ambigüedades. Othón cuenta que hace diez años, cuando recién empezaban a salir, decidieron plantearse el tema de pareja bajo un modelo distinto. Ambos venían de relaciones largas, concebidas bajo un esquema tradicional que finalizaron en amargas rupturas y desengaños. Renuentes a repetir los patrones que los llevaron a fracasar anteriormente, se propusieron construir una de carácter abierto, sin etiquetas ni formalidades, donde ambos pudieran sentirse libres. Había una sola regla: tenían que contarse todo.
La experiencia para ambos fue tan enriquecedora que, lejos de mostrarse desapegados y ajenos a las circunstancias del otro, comenzaron a desarrollar un vínculo muy profundo. Fue así como a los pocos meses de conocerse tomaron una decisión que hubiera sido impensable bajo otro tipo de paradigma afectivo. Decidieron mudarse juntos.
Prueba y error, la metodología del amor Lo que para Othón y Gris comenzó como un camino estrecho e inédito que se escindía de la transitada ruta monogámica, pronto se convirtió en un sendero que corría paralelo a otras formas alternas: el estilo de vida swinger fue una de ellas. Cuenta Othón que fueron cuatro años los que vivieron inmersos en el ambiente propio del intercambio de parejas. Cuatro años de experimentación, aprendizaje y, finalmente, de profunda decepción. “Con el paso del tiempo nos fuimos dando cuenta de que era algo totalmente diferente a lo que nos habían platicado. Era muy mecánico, muy frío. Eso fue algo que no nos gustó desde un principio. La gente te lo pinta como
un lugar donde se va a hacer amigos, incluso en el plano erótico uno se lo imagina romántico. Pero la realidad es otra, te vas llevando muchas desilusiones”. “Estuvimos en el ambiente alrededor de cuatro años”, afirma Gris. “Tampoco éramos muy activos. No es que estuviéramos peleados con el sexo, pero no nos gustaba la manera fría y despersonalizada con que éste se daba”. Otro aspecto con el cual se sintieron incómodos durante esa etapa de su relación era la conducta machista y el sentido de propiedad sobre la pareja que suele privar, incluso dentro de esas prácticas. “Cuando tú entras a los perfiles de las parejas en internet siempre ves fotos de mujeres. De hombres casi no. A nosotras nos exhiben. Ahí se maneja una visión muy machista en la que la mujer es un objeto de placer con el que se puede jugar y en el que se procura siempre la satisfacción del hombre. Es una reproducción del modelo habitual, pero con reglas distintas”. Desencantados de este estilo de vida dejaron de citarse con otros y poco a poco comenzaron a espaciar sus visitas a los bares de intercambio. Un día se encontraron en la calle a una pareja con la cual habían interactuado algunas semanas atrás. Othón y Gris los saludaron afectuosos y ellos no respondieron. Simplemente les dieron la espalda. Esta descortesía fue la que marcó su salida definitiva del ambiente.
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marzo // 2011
crónica Cuando dos no son suficientes “Nos sentíamos como marcianos”, comenta Othón mientras me percato de que la mesa de junto, otrora fuente de alboroto, guarda un sospechoso silencio. “No estábamos a gusto dentro de la opción tradicional ni dentro del ambiente swinger. En ese entonces desconocíamos que existía la opción del poliamor. Nos sentíamos solos con nuestras ideas”. Ambos afirman que ésa fue, quizá, su etapa más difícil como pareja. Luego, se hizo la luz. Una tarde, navegando en internet, Othón se topó en una página española con un relato erótico donde se narraba la interacción que se da entre una pareja que decide incluir un tercero. “Los involucrados eran dos hombres y una mujer. Al final, ella alternaba sus espacios cotidianos con cada uno de ellos. Lo interesante es que aunque al principio el acercamiento se da sólo en el ámbito físico, con el tiempo se empieza a dar un despertar afectivo entre los personajes. A nosotros nos llamó mucho la atención la idea de incluir a ese tercero en nuestras vidas. Alguien que no fuera tan etéreo. Que pudiéramos convertir esa relación esporádica en algo más constante y más cercano”. Gris no duda en calificar ese texto como una revelación. “Cuando Othón me lo enseñó, supe que eso era exactamente lo que estábamos buscando”. A partir de ese momento Othón y Gris se abocaron a investigar sobre la opción poliamorosa. Fue así que llegaron al grupo Poliamor México, un sitio virtual donde se proporcionan información y recursos sobre el tema. En esta página supieron de la existencia de Diana, Sergio e Israel, la “trieja” chilanga que conduce La casa de los mil cuartos, el primer programa de radio por internet sobre el tema, los cuales —gracias a una entrevista que les hicieron en el programa Shalalá de TV Azteca— se han convertido en el modelo prototipo de las familias poliamorosas en México. También se enteraron de la conformación de un grupo de reflexión en Puebla donde se discutía abiertamente la opción como una nueva forma de relacionarse con los otros. “Para nosotros entrar a ese grupo ha sido muy padre. Gracias a él hemos podido conocer e interactuar con gente con la que podemos compartir nuestras experiencias y vivencias, y con quienes compartimos además las mismas ideas. La mayor parte de las personas que van al taller no han podido formar nunca una trieja, algunos ni siquiera una pareja secundaria, incluso hay algunos que van hasta solos, pero están en la disposición de reflexionar y de poner en la mesa de discusión muchas de esas cosas que no se discuten afuera. Eso, por lo menos, es dar ya un primer paso”. Othón y Gris relatan que, a diferencia del ambiente swinger, donde la relación se basa únicamente en la satisfacción sexual, las parejas poliamorosas establecen compromisos y lazos emocionales más profundos. “En ese ambiente todo es a escondidas. Terminas tu aventura de un ratito y regresas a tu vida de siempre, a tu monogamia. Aquí no. Aquí se trata de integrar a otras personas a tu vida. No es que cada quien se vaya por su lado con su pareja, por el contrario, nosotros buscamos integrarlas a nuestro entorno”. Según cuentan, las formas de relacionarse dentro del poliamor cumplen una amplia gama de modalidades: algunos están casados y conviven en el mismo sitio sin dormir juntos, otros se encuentran ocasionalmente, y hay quienes ni siquiera conocen a las parejas de su compañero, pero saben de su existencia. También hay grupos donde todos los involucrados se relacionan de forma simultánea, y otros en los que las relaciones están restringidas sólo al interior del grupo. “Todo depende de los acuerdos”, dice Othón, “lo más importante es la comunicación que tienes con tu pareja y la capacidad para construir un acuerdo y cumplirlo”.
“Nos llamó mucho la atención la idea de incluir a ese tercero en nuestras vidas. Alguien que no fuera tan etéreo. Que pudiéramos convertir esa relación esporádica en algo más constante y más cercano”
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Instrucciones para hacer “de tripas corazón” A medida que la plática transcurre me percato de que Gris está distraída, quizá un poco nerviosa. Continuamente interrumpe la conversación para contestar los mensajes que llegan a su celular. “Es un amigo con el que me cité para hoy”, me dice entre risas, una vez que es evidente que nuestra conversación discurre de forma paralela
a otra que se desarrolla en la pantalla de su teléfono. Miro de reojo la reacción de Othón. No hay signos de molestia o incomodidad. Por el contrario, creo percibir en él cierto aire de complicidad. La situación me brinda la excusa perfecta para abordar uno de los temas tabú en toda relación de pareja: los celos. ¿Existen los celos en el poliamor?
“Por supuesto que sí”, es la respuesta unánime. “En nuestras relaciones anteriores nos marcaron mucho las situaciones de celos. Esa forma de interactuar nos orilló a perder nuestro espacio como personas. Cuando nosotros nos conocimos fuimos claros en respetar nuestros espacios y afectos. Sin embargo, no es un proceso sencillo. Los celos no desaparecen de la noche a la mañana”.
“A lo mejor de mi parte hubo más problemas en ese sentido”, reconoce Othón. “Hubo momentos en que le dije a Gris que no me gustaba lo que estaba sintiendo, y quizá en algún momento le pedí que ya no se siguiera viendo con determinada persona, pero algo que siempre nos salvó fue decirnos todo. Eso fue lo que nos ayudó a superar el problema”. Comunicación es una palabra que la pareja entrevistada repite siempre. Comunicar, hablar, dialogar. Para ellos, estos verbos representan la medicina que lo cura todo. Una que al principio les supo amarga, pero que con el tiempo han convertido en uno de los aspectos clave sobre los cuales se cimienta su unión. “Al inicio Gris tuvo una pareja con la que se involucró mucho y hubo momentos en los que llegué a temer que se enamorara y no quisiera regresar conmigo. Si lo pudimos superar fue con base en la comunicación constante. Ella me contaba todo. Me mantenía informado. Y, en ese proceso, gracias a la confianza, el celo se fue transformando. Al verla feliz o triste en los distintos momentos de su relación, yo entendí que mi labor como pareja no era hacerme a un lado, sino apoyarla, escucharla, darle un punto de vista”.
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crónica Acrobacia de alto grado de dificultad
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marzo // 2011
Amarse entre dos no es fácil. Hay que aprender a compartir, a cambiar y, en muchas ocasiones, a aceptar. Las cifras de divorcio en nuestro país son un indicador de la crisis de la pareja. Actualmente se calcula que treinta de cada cien matrimonios terminan por disolverse. Y las cifras van en aumento. Quienes hemos experimentado una ruptura amorosa sabemos que la separación implica siempre una cuota de fracaso y dolor. Pagamos el precio y nos volvemos a enamorar porque creemos que la experiencia nos ayudará a refinar el resultado, que con el tiempo encontraremos a la persona correcta, en el momento adecuado, y que podremos construir —ahora sí— el ideal de pareja que hemos estado buscando. Para quienes creemos y practicamos la monogamia, todo se reduce a ese afán por asentarse y edificar. Pero, ¿qué pasa con aquellos para quienes la búsqueda amorosa no tiene fecha de caducidad? ¿Sufren igual que nosotros o han desarrollado un grado de desapego tal que les permite saltar de una relación a otra sin pagar las consecuencias emocionales? Después de charlar con Othón y Gris, me parece que al menos en lo que a la opción poliamorosa concierne, los vínculos sentimentales forman parte de una rutina gimnástica con un alto grado de dificultad. Si en la época contemporánea una pareja monógama no las tiene todas consigo, basta con imaginar los trances a los que debe enfrentarse una relación que se desarrolla entre tres, o cuatro, a veces más. A lo largo de su trayectoria como pareja, la búsqueda del amor para Othón y Gris no ha sido cosa fácil. Abundan en su historial personas que no se comprometen, que a la primera provocación suelen romper los acuerdos, que buscan sólo una excusa para dar rienda a sus inquietudes sexuales, o que simplemente huyen cuando la propuesta —siempre sincera, abierta, honesta— se sugiere sobre la mesa. Si mantener vigentes sus uniones secundarias resulta una tarea difícil, ni hablar de lo que implica integrar un miembro más. En efecto, la consolidación de una trieja en el mundo del poliamor resulta, al parecer, una especie de leyenda. Casi nadie conoce una estable. Está la referencia del DF. Pero nada más. Aún así, ellos insisten. ¿Qué los motiva? Othón me da una respuesta que derriba cualquier
asomo de duda acerca de sus motivaciones y que me orilla a pensar más en las similitudes que en las diferencias que pudieran guardar con cualquier otro modelo de relación afectiva. “Hay algo que sucede cuando finalmente logras establecer un vínculo poliamoroso como el que tenemos nosotros. Antes de que se consolide sientes que vives solo, en un cuarto oscuro. Pero un día te das cuenta de que hay otro foco, otra luz que está compartiendo el mismo cuarto. Cuando esos dos focos se acercan te das cuenta que estás en un cuarto iluminado. En ese momento ya no te sientes solo, ni te sientes oscuro, compartes un mismo espacio, compartes una misma luz”.
Adiós a los dogmas Son las nueve de la noche y el café está por cerrar. Las adolescentes de la mesa contigua, escandalizadas por nuestra conversación, hace tiempo que se han retirado. Gris continúa recibiendo y mandando mensajes de manera compulsiva con su cita de hoy. Mientras tanto, Othón intenta explicarme en qué consiste realmente el poliamor. “El poliamor no es una religión, no es un dogma que te marque ciertos lineamientos. Ser comunicativo con tus afectos, consensuar acuerdos, ser honestos, son aspectos que deberían asumirse en toda relación. Nosotros decidimos adoptarlos y ser fieles a ellos. Al romper con los paradigmas tradicionales, pudimos tomar conciencia de lo que es realmente valioso: la comunicación, la honestidad y el compromiso. Ingredientes que no sólo deberían estar en el poliamor, sino en toda relación afectiva”. Les pregunto qué tan difícil es asumirse como poliamorosos en una ciudad como Puebla, y para mi sorpresa responden que más allá de la dificultad que supone relacionarse con personas que compartan sus mismas ideas, no han experimentado hasta el momento alguna actitud de rechazo. “Con nuestras amistades, incluso algunas del trabajo, mantenemos el tema abierto, obviamente tampoco nos ponemos el letrero de poliamorosos. Generalmente sabemos con qué personas lo podemos platicar. Por lo regular les causa mucha curiosidad o asombro que no nos den celos. Pero alguna reacción negativa, hasta el momento, no la hemos tenido”.
“Todo depende de los acuerdos”, me dice Othón, “lo más importante es la comunicación que tienes con tu pareja y la capacidad para construir un acuerdo y cumplirlo” Gris cuenta que, en su caso, la gente que sabe de su situación tiende a cuestionarla. “La gente no entiende que podamos sufrir por otras personas, nos dicen: ¿cómo pueden sufrir si tienen a su lado a su pareja? Qué ganas de complicarse la vida”. “¿Y no es así?”, pregunto. “Quizá sí, pero creemos en esta forma de vivir nuestras vidas. Creemos en la honestidad, en la comunicación. Estamos conscientes de que esta opción no es para todas las personas, porque involucra sentimientos, costumbres, creencias, todo ese tipo de cosas. Implica romper con un paradigma en el que todos estamos educados y al que estamos acostumbrados”. Y parte de ese paradigma tiene que ver con la educación de los hijos. A diferencia de otros padres que mantienen en secreto sus relaciones sentimentales, Gris ha decidido compartir abiertamente su estilo de vida con sus hijos.
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crónica “Hemos sido claros con ellos desde el inicio. Desde que eran pequeños siempre les hablamos con la verdad. Los hemos ido educando en la diversidad y en la diferencia, con una conciencia muy clara de que en las cuestiones del amor existe una variedad enorme de gustos y preferencias. Mucha gente, incluso aquella que comparte nuestras ideas, nos critica por ser tan abiertos respecto al tema, pero es sorprendente cómo nuestros hijos lo han asimilado”. A Gris le gusta narrar una anécdota. Le sucedió con el más pequeño, cuando tenía ocho años de edad. Ella acababa de terminar con una pareja secundaria y estaba muy afectada. Cuando su hijo lo notó le preguntó si su tristeza se debía a que se había disgustado con Othón. “Ese día me puse a platicar con él, intenté buscar las palabras para explicarle. Le dije que tenía un novio aparte de su papá y que esa relación había finalizado. Él me estuvo oyendo, se me quedó mirando y me dijo: mira mamá, yo lo único que quiero es que estés bien y que sepas que cualquier cosa que necesites, ahí estoy yo”. Cada que cuenta esta historia a Gris se le quiebra la voz. “Te lo platico y me sigue llegando”, dice una vez que se repone de la emoción. “Nosotros siempre hemos tratado de tener esa comunicación con nuestros hijos”.
“Quienes hemos experimentado una ruptura amorosa sabemos que la separación implica siempre una cuota de fracaso y dolor. Pagamos el precio y nos volvemos a enamorar porque creemos que con el tiempo encontraremos a la persona correcta, en el momento adecuado” aldeano // 22
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De lo que en verdad trató la entrevista Pasan ya de las diez de la noche y es hora de despedirse. El teléfono de Gris suena y ella se levanta para contestar. Conversa por espacio de varios minutos con su enigmático interlocutor, alejada de nuestra mesa. Luego vuelve. Othón me cuenta que por ahora no están enganchados en otras relaciones. “Mucha gente cree que como poliamorosos nos la vivimos en la calle y, como vulgarmente se dice, de brazo en brazo; pero no, por ahora los dos estamos vacantes, aunque tampoco estamos en busca de algo. Éstas son cosas que se tienen que dar por sí solas”. Cuando Gris se percata de que el mesero nos ha traído la cuenta, le pide a Othón que espere un poco más, que su cita está por llegar. En efecto, a los pocos minutos ingresa un chico al café. Es joven, apenas debe pasar de los veinte años. Decidido, se aproxima a nuestra ubicación y saluda afectuoso a Gris. Ella le acerca una silla y lo presenta. “Ésta es la cita de la que les conté”, nos dice. Othón se pone de pie y lo saluda con cortesía. “Nos están entrevistando”, dice para justificar mi presencia. De pronto tengo la sensación de que en esta mesa de tres empiezo a sobrar. Ha sido una plática larga y enriquecedora. Pero ya es tarde para mí. Me despido no sin antes agradecer su disposición para conversar. Apago la grabadora, la guardo en mi mochila y me retiro. Antes de salir les dedico una última mirada. Gris y su acompañante conversan animadamente, mientras Othón los observa con atención y complicidad. “Esta pareja se quiere”, pienso para mis adentros y, en secreto, desde la puerta de ese local, les deseo suerte en su búsqueda.
El
cart贸n mor a i l o p l e d
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No es James Bond. Tampoco se apellida Bourne. No fue adiestrado en la CIA ni pertenece al M-16 británico. No es experto en artes marciales, ni políglota consumado; y la diplomacia —nos queda claro— no es una de sus virtudes. El hombre que encendió los focos rojos en los servicios secretos de todas las potencias mundiales, que puso en jaque a la política exterior estadunidense, y que contribuyó a prender la mecha de esa hoguera incontrolable que es hoy el Medio Oriente, es un simple programador australiano. Julian Assange no es personaje de ficción, aunque bien podría serlo. Por Marco Menéndez .:. Fotos Especial
Un fantasma se
cierne sobre Wikileaks. La paranoia recorre la organización. Los hackers del mundo se aprestan, desde sus ordenadores, para librar la madre de todas las batallas. Entonces, Julian Assange aparece en televisión. Se le ve hombre de increíble sangre fría, cabello blanco, rostro pálido con ojos grises y calmos, frente amplia. Nadie sabe cómo llegó ni cómo saldrá de ahí. Oculto entre las sombras, tal parece que fuera a desenfundar una gran verdad. Con voz grave y una pronunciación pausada y de volumen bajo, muestra un disco. Se dice que contiene información “delicada” para las relaciones internacionales. Sus más allegados guardan una copia. La frase que pronuncia remite inevitablemente a cientos de filmes que abordan los misterios no revelados de la política, conspiraciones ocultas entre agentes secretos, embajadores y espías. “El contenido de este disco será revelado, si algo llegara a pasarme”. Pero Julian Assange no es James Bond, ni Jason Bourne, ni protagoniza algún episodio perdido de Misión imposible. No es experto en artes marciales, ni políglota consumado, y la diplomacia —nos queda claro—, no es una de sus virtudes. El hombre que encendió los focos rojos en los servicios secretos de todas las potencias mundiales, que puso en jaque a la política exterior estadunidense, que contribuyó a prender la mecha de esa hoguera incontrolable que es hoy el Medio Oriente, es tan sólo un programador australiano, de naturaleza errante. En sus genes habita el nómada, el vagabundo, el escapista. Su infancia recuerda un poco a la de Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Sólo que Assange no es personaje de ficción, aunque bien podría serlo.
Infancia es destino La señora Christine —una mujer que a los 17 años huyó de casa en motocicleta tras incendiar todos sus libros escolares— solía despeinar los cabellos castaños de Julian y luego sonreía al tiempo que lo miraba correr hacia el lago. Él construía balsas por su cuenta para dedicarse a pescar durante las calurosas mañanas australianas, cavaba túneles para esconderse cuando jugaba a los espías, y montaba caballos salvajes que había logrado domar. Mientras los demás acudían a la escuela y envidiaban sus viajes, Julian descifraba el mecanismo del mundo.
Los Assange no eran conformistas, creían que la educación formal minaría la curiosidad de su hijo, conduciéndolo a respetar a la autoridad con la obediencia servil del pusilánime. Por eso, cuando los otros padres dedicaban un gesto de lástima por la supuesta ignorancia del primogénito, Christine animaba a Julian susurrándole: “es mejor así, hijo, pero es que yo no quiero ver roto tu espíritu”.
Las peripecias de una Commodore 64 Algo cambió con la llegada de su nuevo padre, un músico de Melbourne que cumplía a cabalidad el cliché del varón. Primero Christine y él tuvieron otro hijo, amorosos y bohemios demodé, pero no mucho tiempo después las cosas cambiaron por el abuso y la tempestad; golpes y gritos que Julian presenciaba y luego confiaba a sus amigos con vergüenza taciturna, como esperando el momento para vengarse de todo frágil dominio. Cuentan que ahí comenzó su odio por el secreto. Descubrió que el padrastro pertenecía a un culto clandestino, y tras una guerra por el hermano de Julian, madre e hijos se vieron obligados a huir por las constantes amenazas del músico, que siempre lograba dar con el paradero de los Assange. Cinco años de escabullirse y 37 mudanzas impidieron que Julian tuviera una educación consistente, optando por ser instruido en casa, donde tomó clases por correspondencia y de algunos profesores universitarios, amigos de Christine, que lo educaban de manera informal. Se hizo autodidacta y leyó con hambre, interesándose en la ciencia y en los misterios del universo. Dicen que a partir de sus lecturas adquirió un gran vocabulario, pero nadie nunca le había enseñado a pronunciar. aldeano // 25
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crónica Establecidos, por fin, frente a una tienda de electrónica, Julian cruzaba la calle para curiosear los nuevos inventos para el consumo. Parece que fue entonces cuando todo cobró forma, porque se sentaba horas frente a una computadora que el dueño del establecimiento le permitía usar al joven de 16 años. Pronto fue capaz de penetrar en la mítica cinta y en las mentes artificiales de pantalla Basic y caracteres azules, descubriendo los más íntimos secretos de una Commodore 64.
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La vida de un hacker Para adquirirla, los Assange tuvieron que mudarse a un hogar más modesto. El joven pudo hacerse de un módem y, a pesar de que aún no existía la web, logró hurgar entre las redes y sistemas de telecomunicaciones que los adolescentes con suficiente tiempo, sabiduría y curiosidad de la nueva era tecnológica deseaban penetrar. Assange pudo haber elegido el nickname Neo, pero optó por Mendax, “el noble mentiroso”, extraído de las Odas de Horacio, y ganó reputación como programador exquisito. Por entonces la palabra hacker no estaba tan descalificada como ahora, y le rodeaba un aura de rebeldía antisistémica. Así, Julian y otros dos amigos decidieron formar el megalómano International Subversives y se filtraron en el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y en el Laboratorio Nacional Los Álamos, acuñando en la experiencia las máximas del hacker: “no dañar los sistemas de las computadoras, no cambiar información en esos sistemas, y compartir la información”. A los 16 años se enamoró de una chica, y cuando Julian cumplió 18 se casaron y tuvieron un hijo. El hackeo era constante y el conocimiento crecía
a diario, pero estaba tan metido en su labor que pocos días después hubo una redada policiaca y lo detuvieron acusándolo de haber robado 500 mil dólares al Citybank. Ese día se llevaron todo, aunque a la semana fue liberado y sus computadoras devueltas, pero la Policía Federal de Australia no chistó en vigilarlo bajo una operación que se denominó Weather. Julian no cesó, tenía otras motivaciones que la mera curiosidad y la rebeldía juvenil, de manera que penetró en Nortel, una compañía canadiense de telecomunicaciones que tenía oficinas en Melbourne. Eso fue en septiembre de 1991; en octubre fue detenido.
Casi veinte años después el jefe de la operación le dijo a Raffi Khatchadourian, escritor del New Yorker: “Tenía algo así como un motivo altruista. Creo que actuó bajo la creencia de que todos deberían tener acceso a todo”.
El día que el cabello se le tiñó de blanco Días antes de ser detenido sobrevino la paranoia. Dejó de comer y de dormir. En la tragedia su esposa aprovechó para dejarlo y llevarse a su hijo. Cuando fue capturado lo acusaron de 31 crímenes relacionados con el hackeo, pero a los fiscales les tomó tres años construir un caso contra Julian. Durante todo ese tiempo no hizo más que pasar las noches en parques y en bosques repletos de mosquitos y árboles de eucalipto, aunque pernoctar
en bancas mientras vagaba por la ciudad le dejó una valiosa lección: el diálogo interior es estimulado por una necesidad de hablar que no es útil cuando no hay quien escuche, y cuando esa voz se calla, la visión del yo desaparece. Aunque ahora que sale en televisión y en los diarios, se ve muy interesado en sí mismo. El juez resolvió que Julian sólo había mostrado placer por surfear en sistemas por curiosidad intelectual, pues no había generado daños, y lo sentenció a pagar una pequeña suma. Al mismo tiempo intentaba recuperar la custodia de su hijo, pero Julian y Christine descubrieron —como Kafka, como Solzhenitsyn— que la burocracia eliminaba a las personas, así que comenzaron a grabar conversaciones con los trabajadores sociales y a alentarlos a filtrar información con el fin de exhibir los secretos y generar un cambio. En 1999, después de un exhaustivo proceso de 30 audiencias, los alguna vez enamorados llegaron a un acuerdo parental. Dice Christine que fue entonces que el cabello de Julian, antes castaño como la madera de un tronco inquebrantable, se vació de color.
Y llegó Wikileaks Julian era incapaz de soportar el fardo; decidió viajar en moto por Vietnam y desempeñó varios trabajos como consultor de seguridad para computadoras. Mantenía a su hijo lo mejor que podía. La curiosidad era una fuente inagotable, así que en su empeño de entender las leyes del universo, se inscribió en la Universidad de Melbourne para estudiar física. Pronto descubrió que el ánimo de sus compañeros era mediocre. Varios años tuvieron que pasar para que comprendiera que la
verdadera lucha no era entre ideologías de izquierda y derecha, o de razón contra fe, sino del individuo contra las instituciones, las cuales corrompen el amor, la creatividad, la compasión y la verdad. Llegó el 2006. Sube a su blog el manifiesto “Conspiracy as governance”, donde sostiene que los gobiernos son en sí mismos conspirativos, “producto de funcionarios colaborando en secreto, trabajando en detrimento de la población”. Para disolver esa conspiración, sugiere interrumpir las líneas de comunicación
internas. El instrumento: las filtraciones. Entonces comenzó el trabajo. Por la legislación en materia de libertad de expresión, decidió hospedar el sitio de flamante creación, Wikileaks, en un servidor de Suecia. Sin dormir ni comer, publica el primer documento en el mismo año, donde afirmaba que un rebelde somalí pedía ejecutar a varios oficiales por contratar criminales para formar grupos de choque. La autenticidad del documento nunca se comprobó.
Tenía algo así como un motivo altruista. Creo que actuó bajo la creencia de que todos deberían tener acceso a todo La mayor filtración de la historia En abril del 2010 salió a la luz Collateral Murder, un video tomado de un helicóptero Apache en Iraq en el 2007 y en el que soldados estadunidenses se regodean disparando durante más de veinticinco segundos y luego lanzan tres misiles, matando al menos a dieciocho personas, entre ellas dos periodistas de Reuters. A la fecha, el video hospedado en Youtube cuenta más de once millones de reproducciones. El sitio, con varios espejos alrededor del mundo o páginas de seguidores que también almacenan la información, muestra filtraciones acerca de los procedimientos en Camp Delta, en Guantánamo; los contenidos de la cuenta personal de Sarah Palin en Yahoo, el contrato al que obliga a firmar la Cienciología, entre otros. El 26 de julio Assange publicó 92 mil documentos sobre Afganistán.
Luego filtró 400 mil sobre Iraq, y en noviembre del mismo año más de 250 mil filtraciones diplomáticas de Estados Unidos. El mundo se cimbra. Parece imposible procesar la cantidad de información que aparece en un esfuerzo conjunto entre los mejores diarios del planeta: Der Spiegel, The New York Times, El País, Le Monde y The Guardian. Se sabe que pronto filtrará documentos sobre Bank of America, China, Rusia e instituciones financieras en las Islas Caimán. La cruzada aún no termina.
De sexo y conspiraciones Tras las revelaciones que ponen en jaque a la red de las principales agencias de servicios secretos, la respuesta de las grandes potencias internacionales no tarda en llegar. Enfundados tras la máscara de la legalidad y la seguridad, se emite
una orden de captura internacional en contra de Assange. Pero no es por la publicación de los cables confidenciales. Ni por los videos en donde se observa cómo la milicia norteamericana dispara sobre la población civil. Se trata de una causa penal. O al menos eso es lo que dicen. La señorita A y la señorita W acusan a Julian de acoso sexual, violación y de haber tenido relaciones sexuales sin consentimiento, refiriendo que el fundador de Wikileaks no quiso utilizar protección. En un acto temerario Assange se entrega a la justicia inglesa. La paranoia se le aglutina en las espaldas. La defensa argumenta que le tendieron una trampa como parte de una conspiración mayor para extraditarlo a Estados Unidos, donde
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crónica suponen enfrentará cargos por espionaje. El juicio continúa, y actualmente Assange se encuentra bajo arresto domiciliario en Londres. Hace unos días un juez inglés aprobó la extradición a Suecia, mientras un dispositivo electrónico muestra permanentemente su ubicación.
Un necesario paréntesis Se habla de Twitterrevoluciones, de la revolución Facebook o Wikileaks. Las revueltas civiles en Túnez y Egipto —con horizontes imprevisibles—, y las violentas protestas en Yemen, Bahréin, Marruecos, Libia, Sudán, Jordania, Siria, Irán y Argelia, más los que se sumen a la ola de cambios desde el Magreb hasta el golfo Pérsico, y que suceden mientras se escriben estas líneas, han mostrado la fuerza de las redes sociales para organizar y extender el clamor popular. Es cierto que las revoluciones necesitan más que un tweet o un documento diplomático filtrado para llevarse a cabo pero, sin duda, las social networks han sido un vehículo importante para su realización. Wikileaks no propició la revolución en Túnez, pero mostró al mundo lo que millones de tunecinos comentaban en secreto. El milagro económico de Túnez —un crecimiento del 5 por ciento anual— duró diez años, de 1998 a 2008; sin embargo, las pocas libertades de sus ciudadanos, sumadas a los cables que revelaban la mafia presidencial que pedía helado traído desde Francia en el jet privado de la familia, el tigre que
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mantenían en casa, o los suntuosos caprichos de la clase política y de la estirpe Ben Ali, generaron la ira de los tunecinos; aparte de la disposición de Francia, protectora de los Derechos Universales, de enviar armas para someter a los protestantes. Wikileaks evidenció lo que los tunecinos ya sabían, pero ayudó para que el resto del mundo, sobre todo los paisanos en otras partes del orbe, brindaran su apoyo para derrocar al gobierno anquilosado. En Egipto la historia es similar. Contagiados por el triunfo de la revolución del Jazmín, aunado al cable que mostraba la intención de Hosni Mubarak de heredar el cargo a su hijo —dicen que aconsejaba a su padre no ceder a la muchedumbre enardecida y lo instigaba a la represión violenta—, más 30 años de vivir en estado de emergencia que permitía a las autoridades detener ciudadanos bajo cualquier sospecha, o casi el 50 por ciento de desempleo entre jóvenes preparados y la mayoría con estudios universitarios, los egipcios y su gesta triunfaron hace menos de un mes.
A manera de nada La furia de Julian Assange es la del deseo enfrentado a la civilización de las instituciones, anhelante de un mundo mejor, imposible para los pesimistas detentores del poder; esos ansiosos del control y el sometimiento, del placer perverso que brinda el adormecimiento obediente de los otros. Julian Assange no es el espía, el terrorista, el hacker, el ángel que mudó de cabello el día que ganó el juicio para recuperar a su hijo tras un acuerdo parental. Tampoco es el periodista, el whistleblower, el activista que dicta el camino; mucho menos el commie que atenta contra el edificio que la humanidad ha construido, errado desde sus cimientos. Siquiera el outsider que llama “idiotas irremediables” a aquellos para quienes la realidad es la que les tocó vivir y soportar. Y, sin embargo, tal vez sí nos haya obligado a repensar varias cosas. Sabemos de la furia de Assange, y que su motivación se opone a la hipocresía.
El mundo se cimbra. Parece imposible procesar la cantidad de información que aparece en un esfuerzo conjunto entre los mejores diarios del planeta
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portafolios plรกsticos
loves to draw Por Marco MenĂŠndez
portafolios plásticos
Marcos Chin confiesa
su búsqueda del estilo, la inspiración, el detalle y el trabajo duro. Pero más que un diario personal, su labor en el campo de la ilustración es una fuerza sutil y violenta que se exterioriza. El estilo te encontrará a ti, afirma. Sólo se trata de que continúes trabajando, sin buscar. La sensación es aliciente que hace domar las expectativas y seguir siendo niño. Marcos sigue jugando a dibujar. Pero nosotros no nos conocíamos. A través de Amarillo Centro de Diseño se dio la oportunidad de que Marcos Chin viera la revista, y sólo él sabe qué razones lo motivaron para trabajar con Aldeano. Nuestra labor no sólo se ciñó a entrevistarlo, a esperar la llegada de su portafolio a través del correo, a desesperar y contemplar la posibilidad de ejecutar un Plan B; también se generó la cosquilla que nos obligó a mirarlo más de cerca, a conocernos.
La luz al final del pasillo Su mirada parece sutil, de trazo y matiz suaves, pero con la carga violenta del significado. Hecha para mover y crear vínculos entre las personas que se ven a sí mismas en otro y que en el intercambio se saben. Su trabajo para publicaciones como Time, Fortune, Sports Illustrated, The New York Times, entre otros, y creador de la campaña publicitaria para Lavalife —el sitio de ligue más grande del mundo—, dan idea de la capacidad de su pasión. Muchos podríamos considerarlo afortunado de dibujar para vivir, pero fue sólo hasta el segundo año de la carrera, en el Ontario College of Art and Design, cuando pudo vislumbrar
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su actividad: “Recuerdo caminar por los pasillos y observar tareas en exhibición, hechas por estudiantes de ilustración de grados mayores. Eran series de dibujos figurativos y pinturas que comunicaban un tema o materia particular; no eran muy conceptuales, pero tampoco abstractas. Comprendí lo que estaba mirando. Pero, por encima de todo, fue la estética lo que resultó más atractivo, porque se alineaba con mi pasión: dibujar”.
Decidir por la pasión Sin embargo, aparece el dilema del arte y la profesión. Un cruce de camino en el que cualquiera podría verse obligado a prescindir de una de las opciones, pero no Marcos Chin. Atender un llamado apunta a la relación entre el tiempo y el ser. A la manera de Heidegger, a la vocación, pues decidir dedicarse al arte es un llamado de la conciencia al que se obedece. Y, por otro lado, la profesión, más pragmática y menos heterodoxa, aunque con el aura de la labor entregada y al mismo tiempo eficiente. Inconcebibles sin el vehículo del comercio desde la época de la reproducción técnica, también puede haber arte en la ilustración para publicidad: “Considero la ilustración como una forma de expresión de mí mismo. Sí, hay cierta intención asociada con arte para comercio, en cuanto al hecho de que necesita comunicar una historia o una idea a un público o cliente; debe tener cierta condición de ‘lectura inmediata’, para que el espectador comprenda el mensaje que las imágenes transmiten. Muchas veces
es editado o dirigido; no obstante, estos aspectos colaborativos, y en algún momento comprometedores en el trabajo de ilustración no demeritan el carácter artístico al que está asociado”. Marcos Chin ama dibujar desde niño, porque le permite comunicar ideas que de otra manera no hubiera podido. Y confiesa que el arte hizo sentir seguro a un niño tímido, afeminado y pasado de peso. El hecho de que su trabajo ha progresado a un punto en el que sus clientes le piden dibujar, significa que su pasión se ha vuelto su profesión, “que ultimadamente me hace sentir afortunado porque no muchos pueden admitir sin mentir que aman su trabajo”. El ilustrador no piensa en divisiones en su trabajo comercial, que incluye ilustración editorial, publicitaria y para moda. Y corrige cuando refiere que sólo son títulos para describir el tipo de ilustración que hace, y que por lo general son utilizados por un lugar ajeno a él, pues se generan cuando es contratado. No obstante, sí hay una diferencia cuando se trata de sus proyectos personales, pues en ellos: “yo decido qué medio expresa mejor mi punto de vista o cualquier tema que elija. No hay restricciones en mi trabajo independiente; sólo
trabajo sin la intención de satisfacer a un público en particular además de mí mismo. Incluso hay momentos en los que no muestro a nadie en lo que trabajo porque tengo fe en tratar de mantener cierta cualidad lúdica en mi práctica. En consecuencia, algunas de estas piezas se quedan sin concluir y otras ni siquiera se desarrollan en un cuerpo mayor de trabajo. Dicho esto, mis trabajos personales son un vehículo que me permite una libertad que de otra manera no obtendría en mis proyectos comerciales”.
El libre diálogo de la creación El proceso creativo de Marcos Chin también sopesa una diferencia entre el trabajo comercial y personal. Explica que en la ilustración comercial su labor sigue procesos que le ayudan a obtener mejores resultados. Comienza con una lluvia de ideas acerca del tema a ilustrar y boceta cuantas sean posibles, pero a esta parte del desarrollo sólo le dedica dos horas. Luego se pasa a la computadora, donde investiga imágenes que faciliten el proceso y que ayuden a afinar la propuesta, paso al que también otorga dos horas. Nos dice que lo hace así porque ha descubierto que se cansa fácilmente si
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no organiza sus tiempos de esa manera. Si en esa primera ronda de bocetos se da cuenta de que no va muy bien, entonces lo retoma más tarde o al otro día, con el fin de conceptualizar ideas mejores. Paralelamente, es muy incisivo en mantener tiempo para su trabajo personal. Por eso decidió apartar tiempo sólo para divertirse trabajando en sus proyectos o investigar algunas ideas acerca de un nuevo cuerpo de diseño. Con una gran confianza en su trabajo, subraya la permeabilidad entre la ilustración comercial y sus proyectos personales: “mi trabajo personal me ayuda a tener fresca la parte comercial de mi labor; y me mantiene comprometido con mi práctica artística”. Su preocupación por el vínculo entre la imagen y el espectador es evidente en la intención de transmitir un mensaje, de generar un lazo sostenido por el diálogo. De ahí que en sus ilustraciones prevalezcan figuras humanas que interactúan con objetos que, como tales, tienen una historia que contar. “Trato de transmitir algún tipo de emoción o diálogo entre el espectador y la imagen. Hay maneras de lograrlo, a través de la línea, el color, y la escala y el contraste de los elementos, por ejemplo, en un dibujo. Sin embargo, sumado a esto me gusta colocar otros que guíen al espectador a través de la imagen. Cada objeto tiene una historia y, dondequiera que se coloque, y la manera en cómo se relacione con otros objetos circundantes, comunica un sentido. Trato de estar muy alerta de esto, porque al hacerlo creo que el espectador siente como si él/ella conversara con la imagen”.
Superando el silencio difícil Entre trabajar para clientes y en proyectos personales, la experiencia de la libertad es distinta. Marcos Chin gusta de ambos escenarios. Quizá realice unas cien ilustraciones por año, pero sin duda esa carga de trabajo le ha ayudado a ser técnica y conceptualmente mejor en su disciplina y que, sumadas al trabajo en colaboración con clientes, directores de arte y editores, resultan en una nueva manera de ver y de generar imágenes. De pronto el ilustrador nos desconcierta. Si en algún momento se nos ocurrió pensar que la libertad en sus proyectos personales era mayor, acertamos; pero si creímos que esa libertad sería cómoda, no podemos estar en un error más grave. Nos sacude cuando dice que el mejor lugar para crear es el de la incomodidad silenciosa, porque moverse en el plano comercial, muchas veces, se vuelve confortable, incluso pueda parecer automático; en cambio, cuando acomete sus proyectos personales la dificultad motiva la búsqueda: sólo la superación de la dificultad es evidencia de crecimiento. “La libertad que tengo trabajando en proyectos por mi cuenta me beneficia de maneras extraordinarias, porque no tengo presión. Cuando estoy en este silencioso lugar puedo hacer cualquier cosa que desee, y colocarme en un espacio poco confortable; crear piezas que de otra forma no existirían. La libertad que recibo de mi trabajo independiente me permite aventurarme en un lugar poco cómodo para explorar y experimentar”.
El juego más divertido
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Ansioso leo la entrevista que llega casi en el cierre de edición y sonrío a cada una de sus respuestas. No hay necesidad de echar mano de un Plan B, y la alegría es mayor cuando se admira la ilustración que Marcos Chin eligió para la portada, además del portafolio que contiene mucho de su trabajo. Resalta su franqueza cuando se refiere al estilo, la inspiración, el detalle y el trabajo arduo. “El estilo te encontrará a ti, no lo busques. Mientras continúes trabajando, darás con él. La suerte sólo se crea a través del trabajo duro. Dios está en todos los detalles”. “¿Dibujar es todavía un juego?”, le preguntamos. “Definitivamente, dibujar es el juego más divertido”.
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Pedro Maccise: la rebelión como tendencia Por Ismael Flores Ruvalcaba .:. Foto Ana Montoto .:. Fotos obra Miguel Ángel Andrade
Originario de Puebla, pero enraizado a las entrañas del mundo, Pedro Maccise se ha desenvuelto en diversos ámbitos, guiado por la creatividad que, en su caso, se traduce en libertad, la única manera de ser uno mismo. Aunque su nombre es comúnmente asociado al ámbito de la moda por su trabajo en la revista Glam, y por su línea de ropa Mátalas… callando, en realidad su espíritu sólo encuentra refugio en el arte. El estudiante de la Parsons New School of Design, en Nueva York, se avoca a recorrer los senderos del arte conceptual y deposita parte de su ser en cada pieza. En esta edición de Aldeano presentamos una pequeña muestra de su trabajo, acompañada por una breve interpretación que desde el sino del tiempo (el eterno cambio), su autor nos comparte.
about
Criado en una familia mexicano-libanesa y educado en la fe católica, la adolescencia significó un momento de ruptura, ideal para quebrantar “los prejuicios que a veces tenemos por la religión”. The Bible pareciera ser un espejo —una cura— a sus años como estudiante, donde padeció la fe y la disciplina. Esta obra “es un llamado al espectador a analizar las ideas presentadas en la Biblia,
Pero el enemigo no está afuera.
a no asumirlas de
Si bien romper con las ataduras
manera automática
del mundo exterior (la fe, la cul-
y literal”.
tura) es un peldaño que acerca a la libertad, también hay que retirar los nudos del alma. En How to Mend a Broken Heart?, Maccise invita al respeto y al cuidado, a “estar alertas y pensar dos veces antes de infligir dolor al prójimo, con palabras o acciones. A no provocar heridas que dejarán cicatrices”, porque el dolor y el odio atan tan fuerte como el amor.
“Buscamos en qué o quién creer con tal de no hacerlo en nosotros”, afirma el autor ante su pieza Do you Believe in Yourself? Aunque los lazos afectivos que tendemos a los demás pueden —paradójicamente— liberarnos, “la dependencia y la incómoda comodidad de entregar nuestro poder interno y capacidad de realización a otros puede llevarnos a evitar la culpa y evadir nuestra responsabilidad”. Sin resLa violencia, a diferencia de la caricia, es un fino hilo que asfixia a la víctima, pero también anuda las alas del victimario. Como un ángel caído, pierde la libertad que nos transmite el vuelo. En Fallen Angel, el artista busca representar “ese aldeano // 38
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ataque verbal contra cualquier persona, situación o cosa catalogadas como fuera de lo común, que se salen de los estándares de ‘normalidad’. El miedo a lo ‘diferente’”, a la diversidad, al derecho a ser.
ponsabilidad no hay libertad.
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LIBROS [reseña del mes]
Por Marco Menéndez
El nuevo libro de relatos del escritor israelí Etgar Keret, consigue devolver al lector un poco de la desfachatez y el desenfado propio de la niñez para afrontar los perversos mecanismos de la realidad.
[recomendaciones]
Uno sabe que la vida está perdida cuando deja de ser niño. Sin el celo del juego, los asuntos adquieren cierta gravedad que parece inaplazable y, lo peor, definitiva. Quizá por ello la última de las transformaciones sea esa, según Nietzsche; de espíritu a camello, de dromedario a león, de fiera a infante. Si la adultez pudiera definirse por algo, sería por su falta de seriedad al
La viuda embarazada Martin Amis Novela Anagrama
jugar, haciendo de los acontecimientos la materia del fracaso, pues cuando un niño pierde, no hace más que volver a intentarlo, sin menoscabo de autoestima ni regodeo en el infierno. Esa mirada infantil es la que permite ver fuera de la normalidad y de lo ordinario, la que posibilita los hallazgos de la imaginación y el aprovechamiento del caos. Para los adultos, necesariamente despojados
de ingenuidad, el humor negro y la ironía funcionan como vehículos que los facultan para burlarse de la comedia humana, un juego de niños. Cansados, en apariencia, de cómo funcionan los mecanismos de la realidad, los personajes del israelí Etgar Keret tal vez consideren más atractivo el caos. El desorden, aquel cuya utilidad es raquítica, pero que permite observar la lucidez de lo extraordinario, la vida a medio camino de lo disfuncional. Con una prosa económica que no se pierde en ambientes ni descripciones, que abandona el detalle por la fluidez y los cambios en la realidad, Keret hace de una situación cotidiana cualquiera un escaparate de la imaginación,
ya en plena revolución
Los sinsabores del verdadero policía
sexual. En el castillo,
Roberto Bolaño
a abandonar Barcelona
un grupo de jóvenes
Novela
tras un escándalo. Logra
nadan a favor y en contra
Anagrama
acogerse de nuevo a la
las vacaciones en un castillo en Italia. Porque es el año 1970,
del cambio. Pero en Puede que Keith Nearing esté pasando el verano
descubre a través de la narración el desencanto político, su amor a la poesía, que le obliga
universidad, pero esta vez
los veranos hay brillos
Comenzó a escribir
peligrosos, y un orden
esta novela en los años
en la lejana Santa Teresa, donde habitan oscuras
de su vida. Tiene veinte años, y
social que muere no deja un
ochenta y la continuó redactando
historias de mujeres asesinadas o el
su novia Lily, tras tres meses de
heredero sino una viuda encinta,
hasta su muerte. Sus historias y
mago Arcimboldi, que es asimismo
libertad para experimentar con
y entre la muerte de uno y el
personajes transitan por Estrella
un escritor francés y cuya obra
otras costumbres y otros cuerpos,
nacimiento del otro, mucha agua
distante, Llamadas telefónicas, Los
narrativa despliega la complejidad
ha vuelto para que pasen juntos
ha de correr...
detectives salvajes y 2666. Nos
de otra asombrosa literatura.
sarcástica en ocasiones, trágica en otras, pero siempre involucrando al lector en una vuelta de tuerca imprevisible que deja la idea en la mente para su posterior rumia. Un hombre sin cabeza (Sexto Piso, 2010), traducido por Ana María Bejarano, reúne 34 cuentos, la mayoría poderosos en su contenido y eficaces en su extensión, que muestran con mirada desencantada el devenir de unos seres que parecen convivir en el disparate, personajes llevados al extremo por situaciones límite y que habitan el caos con el desenfado del niño que juega con seriedad. Por eso el personaje de “El gordito” no se inmuta cuando por las noches su novia se convierte en un hombre obeso que mira el futbol, come en demasía, silba a las mujeres que encuentra a su paso, y lanza grotescas carcajadas, para luego volver a su forma anterior durante la mañana. O el músico aquel que pierde una apuesta y es encogido y después depositado en una botella. O el cuento que da nombre al libro, en el que unos niños encuentran un cuerpo decapitado, se enfrascan junto a sus familiares en dilemas sobre la ubicación de la cabeza más que por el crimen en sí, y después son conducidos a un gesto universal que nos hace hallar la cabeza extraviada en el rostro de cualquiera. Nuestros más íntimos secretos y temores se adivinan en estos cuentos, tratados con un lenguaje sin equívocos ni recovecos. Su carácter de inesperados, aunado a la singularización de las acciones que generan una extraña identificación con el mundo disfuncional que recrean, nos alivia de la tragedia a fuerza de soportarla con humor. El ingenio de Etgar Keret nos hace recordar las metamorfosis del espíritu, esa invitación al cuerpo decapitado que nos obliga a encontrar el rostro que teníamos en la infancia.
Un terrible amor por la guerra
guerra es, pues, normal:
humano, existe sólo para
no sólo engendra el
sí: la comprensión de
cosmos, sino
este hecho,
James Hillman
que constituye el
ignorado por
Ensayo
estado natural del
los modelos
Sexto Piso
hombre; más aún,
seculares,
el ser se revela
implica el cabal
“La guerra nunca termina,
como guerra:
entendimiento
ni siquiera cuando se
de ella surge la
de lo que
canta victoria”. Inherente
estructura misma
al ser humano, lo ha
de la existencia y nuestra
engendra en los
acompañado como una
manera de pensarla. La
hombres: atracción, culto
sombra a través del
guerra tiene vida propia,
y, en última instancia, un
tiempo y el espacio. La
no está sujeta al control
“terrible amor”.
la guerra
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sección
MÚSICA [reseña del mes]
Por Alvaro Hernández
La banda liderada por Michael Stipe regresa a los escenarios con las pilas cargadas. Su nuevo disco Collapse Into Now sale a la venta este mes precedido por una intensa campaña de mercadotecnia en redes sociales
[Indiecaciones]
Por Turner indiecaciones.wordpress.com
que augura ventas estratosféricas.
No recuerdo dónde fue la primera vez que escuché “Nightswimming”. Tampoco recuerdo la fecha precisa, aunque supongo que habrá sido entre 1993 y 1994, durante el último año de preparatoria. Un periodo iniciático en muchos aspectos. En ese entonces acostumbrábamos acudir por las noches a un mirador desde el cual era posible contemplar la ciudad. Nos maravillaba el espectáculo de las luces tendidas, cual alfombra mágica, a nuestros pies. Intuíamos que el mundo estaba a punto de cambiar. Nos comían las ganas de huir. De romper el delicado equilibrio que la escuela y el hogar habían procurado para nosotros. Queríamos —¡oh inocencia!— enfrentarnos al mundo. Con los años, cada uno tuvo la suficiente dosis de vida como para aplacar la rebeldía y la audacia de aquel periodo. Pero en lo más recóndito de la conciencia siempre hemos conservado vivo el recuerdo de un lugar y un tiempo en el que —a la manera de la canción—
Radiohead
Todos sabíamos que Radiohead
Radiohead hacia una electrónica
Beth Ditto
The King Of Limbs
tenía que sacar disco en 2011,
más orgánica y seductora, y The
EP
pero la inmediatez con que salió
King Of Limbs coge el relevo como
el octavo álbum de Thom Yorke y
una continuación obligatoria.
compañía fue un impacto emocional
Radiohead (casi) nunca defrauda
y global. Se anunció hace poco
y The King Of Limbs no va a ser
que The King Of Limbs vería la luz
la excepción, aunque habrá que
inmediatamente; las preguntas
darle varias escuchas para hacerse
y dudas no se hicieron esperar
una idea global de la repercusión
después de cuatro años de sequía.
que tendrá. Hasta ahora, yo estoy
Por fin, todas las respuestas están
disfrutando.
aquí. In Rainbows fue un punto de inflexión en la carrera de
“Lotus flower…”
bastaba con una noche cálida, entre amigos, para sentirse libre y soñar. Para los nacidos a finales de los setenta, cualquier referencia a R.E.M. remitirá inevitablemente a un episodio similar. Sencillo tras sencillo, esta banda liderada por Michael Stipe aportó durante más de dos décadas piezas inamovibles al soundtrack musical de toda una generación. Hoy en día no son pocos los treintañeros que no se conciben a sí mismos sin haber escuchado obsesivamente, en una época de sus vidas, “Losing My Religion”, “Everybody Hurts”, “Shiny Happy People”, entre otros éxitos de la banda de Georgia. Y todo esto viene a cuento porque este mes saldrá a la venta el nuevo álbum de la banda estadunidense que después de tres años de ausencia regresa a los escenarios con las pilas cargadas. Su nuevo disco Collapse Into Now ha sido producido por Jacknife Lee, quien ha trabajado con artistas de la talla de U2, Snow Patrol y The Hives. El álbum se ha grabado en el Music Shed de Nueva Orleans y en los famosos Hansa Studios de Berlín, de donde salieron varios álbumes legendarios como Heroes de David Bowie, Achtung Baby de U2 y Lust
For Life de Iggy Pop. Han contado con la colaboración de invitados especiales como Patti Smith, el guitarrista Lenny Kaye, Peaches, Eddie Vedder, y con el cantante de The Hidden Cameras, Joel Gibb. Como parte de su campaña de prelanzamiento, la banda ha invitado a sus seguidores a entrar a su página oficial para descargar las 16 pistas de la canción “It Happened Today” y remezclarlas al gusto. Desde el punto de vista promocional la idea suena bien, aunque me queda claro que no hay artificio tecnológico que sea capaz de emular los acordes en piano de “Nightswimming” o los míticos requintos de mandolina con que se introduce “Losing My Religión”. Quienes atestiguamos el despegue de R.E.M. durante los años noventa, difícilmente nos dejaremos convencer por las campañas de mercadotecnia o la efervescencia que ha tenido la noticia entre las legiones de adictos a las redes sociales. Esperaremos, sin mayores expectativas, un trabajo a la altura. Aunque quién sabe. Puede que en los albores de nuestra vida adulta, nos sea ofrendado un nuevo himno, un canto a la libertad, a la nostalgia, a la inocencia perdida.
Inmensa, provocativa,
cosechó el tema “Cruel
estar. Ahí es donde se le
provocadora, conflictiva
Intentions” han servido
saca el mayor partido a la
e irreverente. Elevada
para que Simian Mobile
voz de la cantante de The
a la categoría de diva
Disco y Beth se vuelvan
Gossip que a lo largo de
e icono para algunos,
a asociar. La influencia
los cuatro cortes nos hace
los tentáculos de Beth
de la dupla inglesa
pensar si es necesario
Ditto han traspasado los
aleja a Beth Ditto del
hacer un LP con tres
océanos de la música para
electropunk para llevarla a
grandes canciones y siete
acaparar la atención de
las melodías electrónicas
malas si puedes hacer
los flashes, las portadas y
más evocadoras en las
un EP sólo con buenos
las protestas feministas.
que ella se encarga de
temas.
Las buenas sensaciones y
poner las letras en su sitio
los buenos resultados que
justo, donde tienen que
“Open heart surgery…”
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CINE Y DVD’s [reseña del mes]
Por Fernando Montenegro
Los Coen nos regalan una película donde la mayoría de disparos no necesariamente perforan a su objetivo. Quizá el verdadero western funcione así o, mejor dicho, no funcione. True Grit es el filme gemelo de Burn After Reading, donde el absurdo y, en cierto sentido el fracaso, dirigen
[tarde de domingo]
la marea de la acción.
La obra es desconcertante desde el principio. Abre con un epígrafe extraído de los proverbios bíblicos: “los malvados huyen cuando nadie los persigue”. Desde allí se puede intuir que estamos a punto de ver una película sacrílega, pero la realidad es que, como en No Country for Old Men, los Coen llevan el tema religioso hasta el límite, hasta un lugar donde dios o la muerte se convierten en otra cosa. Este no es un tópico menor, puesto que la historia se desarrolla en el medio oeste de los Estados Unidos, quizá en un mundo cercano al Yoknapatawpha de Faulkner. La historia comienza con la voz de una mujer que va a contar su historia: “la gente no da crédito a que una joven niña pudiera salir de su casa en tiempos invernales para vengar la sangre de su padre”. La niña es Mattie Ross (Hailee Steinfeld), una muchacha de largas trenzas negras que recuerda a la
No Country for Old Men
La historia inicia cuando Llewelyn
Burn After Reading
Ozzie Cox es un agente de la
Moss encuentra una camioneta
País: Estados Unidos
CIA que está escribiendo sus
País: Estados Unidos
rodeada por varios hombres
Año: 2008
memorias en un CD, pero su mujer
Año: 2007
muertos. En la parte trasera hay
Dirección: Joel e Ethan Coen
lo roba y va a parar a manos de
Dirección: Joel e Ethan Coen
un cargamento de heroína y dos
los empleados de un gimnasio,
millones de dólares. Cuando
que no son muy listos, pero que
Moss toma el dinero, provoca
intentan chantajear a Cox. La CIA,
una reacción en cadena de
naturalmente, interviene en el
violencia, que la ley, representada
asunto, que se complica cuando
por el desilusionado sheriff
el empleado del gimnasio se
Bell, no consigue detener. Moss
encuentra con el amante de la
comenzará la vertiginosa huida de
mujer de Cox. Basada en la novela
sus perseguidores, especialmente
Burn Before Reading: Presidents,
del misterioso cerebro de la
CIA Directors, and Secret
operación que se juega las vidas
Intelligence, del exjefe de la CIA
de otros a cara o cruz.
Stansfield Turner.
protagonista de The Wizard of Oz; una Dorothy que sabe cómo armar cigarros y montar a caballo. La aventura que la joven de catorce años está a punto de vivir, estará invadida por personajes míticos, por creaturas que no existen o no son concebibles sino sólo a través de la imaginación. En su camino Mattie se hace de los servicios de una de estas figuras: Reuben J. “Rooster” Cogburn (Jeff Bridges), un legendario mariscal con el “temple de acero” que la protagonista necesita para su empresa. A medida que se desarrolla la película, caemos en la cuenta de que su título es irónico; una ironía que, por otro lado, está sostenida desde un inicio y que no se apagará hasta el final. Esta consistencia puede convertir la aparente historia de aventuras en una epopeya quijotesca que no carece de un disparatado sentido del humor y momentos de tensión cercanos al thriller. Entre estos personajes míticos se incluye un ranger tejano (distante, muy distante de Chuck Norris),
encarnado por un cada vez más fino Matt Damon, que completan el paraje de lo que se va convirtiendo en una persecución policial cuya acción no consiste en el movimiento sino en la quietud y el angustiante silencio. Es una persecución que no va detrás de la justicia o del orden; estos valores se van descomponiendo sólo para reinventarse. El motivo es que los personajes están fuera de sus límites, han traspasado la frontera, están lejísimos de su hogar. Ese nubloso territorio de Arkansas que es, además, extranjero pues pertenece a los indios, cambia a los actantes, los lleva a enfrentarse consigo mismos, con la parodia de existir. Esta es una estrategia ya conocida de los Coen: descolocar a sus personajes, llevarlos a un terreno desconocido y, con frecuencia, inhóspito. Al hacerlo, los hermanos también descolocan el western. Tal y como lo hicieron antes con la comedia y el espionaje, esta vez lo logran con el género que John Ford inmortalizó el siglo pasado.
A Serious Man
Medio oeste americano,
Danny tiene problemas de
País: Estados Unidos
1967. Larry Gopnik es un
disciplina, y su hija Sarah
Año: 2009
profesor de física que acaba
le roba dinero de la cartera
Dirección: Joel e Ethan Coen
de enterarse de que su
porque sueña con operarse
esposa ha decidido dejarlo.
la nariz. Pero la cosa no
Ve cómo de la noche a la
se acaba ahí, la preciosa
mañana su vida comienza a
vecina de Larry le atormenta
derrumbarse. Es un hombre
tomando el sol desnuda. A
bueno, un marido fiel y
pesar de tantas desgracias,
afectuoso, un buen padre
es imposible no reírse de la
y un profesor serio. Pero,
mala suerte de Larry en un
de repente, todo en su
mundo que quizá nos sea
vida empieza a ir mal. Su
demasiado familiar. ¿Podrá
hermano Arthur es incapaz
alguien ayudarle a salir del
de conseguir trabajo y
agujero y convertirse en un
duerme en el sofá; su hijo
hombre serio?
. 3 sur 4106-7 colonia Huexotitla. teléfonos 2221753176 , 2223185495 , 2223243565 , 6140438 . laaldea.editorial@gmail.com .
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INTERNET [reseña del mes]
Por Juan Carlos Hernández
Si hace diez o quince años hubieras querido ligarte a la chica guapa y progre de la clase, este blog te habría dicho cómo en su cursillo: “Hágase marxista en cinco lecciones”. No busques más, aquí está todo lo que necesitas. Nada sería más fácil que tener un sitio en internet donde encontráramos todas las opiniones que nos hagan falta sobre cualquier tema, sea cultural, político, deportivo, académico. ¿Pero opiniones progres, modernas, desparpajadas, y que nos hagan sentir cool por leerlas, al mismo tiempo que apaleen nuestras propias ideas? Bueno, pues eso existe. La Página Definitiva (www.lapaginadefinitiva.com) como su nombre lo indica, ofrece todo esto y más. A pesar de tener buena parte de su contenido orientado al contexto español, ofrece muchos temas de interés general. Ahí adentro hay un mundo de opiniones sobre la actualidad política internacional, literatura, cine, cine porno, historia universal, historia de España, cultura popular, teología, televisión, deportes, con un largo etcétera de subsecciones. Dos jóvenes valencianos, Guillermo López y Andrés Boix, quienes resulta que son académicos de carrera,
dirigen esta página desde hace ya muchos años, cuando el internet era puro html, es decir, cuando sólo se leía. Han mantenido su diseño con pocos cambios, orientado a la lectura de contenidos. Me parece que este blog tiene varias de las cualidades de la inmediatez, esa virtud o pesadilla en que puede convertirse el internet. En este caso en particular, son puras virtudes. En primer lugar, al escribir como hablan, nos transmiten esa frescura de plática de café, aquellas en donde se pueden arreglar todos los problemas de la sociedad sin sudar siquiera; o, por otro lado, pueden meternos a ese laberinto que puede ser el tren del pensamiento. Esta cercanía del lenguaje también ayuda a esa identificación con los aludidos, si la formalidad se inventó para establecer distancias, el tuteo nos devuelve la familiaridad necesaria para no olvidar que la estupidez
no se puede esconder ni con investiduras ni con títulos académicos, y mucho menos con el paso del tiempo. Otra cualidad que desarrollan virtuosamente es la capacidad para mostrarnos lo mal que está todo en este mundo sin hacernos perder el humor, que explota en carcajadas frente a las desgracias ajenas y propias, porque el sarcasmo empieza con uno mismo. Para muestra el epígrafe de la página que dice a la letra: “La red está llena de basura, nosotros somos la prueba”. Este blog se puede volver indispensable y habrá que tenerlo a la mano para salvar la situación o la plática en todo momento. Para muestra, una colección de joyas extraídas de esa minita de oro que es La Página Definitiva (LPD). ¿Estudias (o das clases) en una universidad pública y quieres ligarte a la chica guapa progre de la clase? LPD te dice cómo en su cursillo para ligar: “Hágase marxista en cinco lecciones”. ¿Ya has olvidado tus cursos de historia universal? LPD te ofrece un curso detallado que repasa cinco mil años de historia española y que demuestra cómo ningún fenómeno humano se explica sin ella. ¿Te sientes mal porque te gustó El día de la independencia? LPD reivindica un clásico y lo explica punto por punto. ¿No has tenido tiempo para hojear el Corán y entender la última oleada fundamentalista? LPD lo hace por ti. ¿Quieres entender cabalmente la liga española de futbol y por qué toda ella se reduce a sólo dos equipos? LPD desmenuza las aspiraciones de cada equipo a detalle para que no haya desilusionados. ¿Estás atrapado en alguna ideología? LPD te da un remedio para un ecopacifismo, por ejemplo. En este mundo posmoderno sin mitología, cada quien decide si lo enfrenta como un hipster o como un ciudadano hiperinformado. La Página Definitiva es el John Stewart de internet.
Con licencia para navegar
La información como una
de las bellas artes Por Juan Carlos Hernández El que una imagen nos valga más que mil palabras no es casualidad, como primates que somos, nuestra naturaleza es abrumadoramente visual. Desde las copas de los árboles había que saber distinguir el color de una fruta madura y la distancia tridimensional de las ramas que nos sostendrían en el salto. El pensamiento abstracto ya fue después sólo un lujo que nos permitimos, y que la mayoría ejercemos precariamente. David McCandless, escritor y diseñador londinense, seguramente tuvo esto muy claro cuando ideó “Information is Beautiful” (www.informationisbeautiful. net). La conjunción entre estética e información es de una sutileza penetrante, nos comunica una verdad transparente: el diseño no sólo sirve para vender. Hasta ahora ya se ha adjudicado varios clásicos, por ejemplo, la infografía que muestra el volumen de carbono que la aviación europea dejó de emitir gracias al famoso volcán islándico; el cambio en las tendencias de la utilización de vocablos a lo largo de tres siglos de libros; la evidencia científica que respalda a ciertos productos milagro; el gasto militar en perspectiva; o la bella representación de la rica variedad de las relaciones humanas íntimas. “¡La belleza es verdad, la verdad belleza!”, diría Lisa Simpson —o Keats—.
Cien ilustraciones de cine Casi todos alguna vez nos habremos considerado “amantes del cine”, pero hay tantas formas de manifestar el amor como cabezas. Puño es un ilustrador madrileño con una obra extensa, divertida y, muchas veces, mordaz; es de aquellas que se pierden entre lo específico de su campo y lo vasto de la oferta, lo cual no dice absolutamente nada de su calidad, por supuesto. En la presentación de esta página relata cómo dedicaba las tardes de sus fines de semana, después de haber visto la película en turno, a dibujar los personajes que se habían quedado grabados en esa memoria fabulosa y obsesiva de la niñez. El resultado fue una lista de pósters cinematográficos con un estilo tan selectivo como esa memoria y que resalta con colores vivos y sólidos los rasgos definitivos de cada actor retratado. En ocasiones, su estilo sintético pone al descubierto la soledad abrumadora y en otras la potencia destructiva, pienso en el monstruo traga-piedras de La historia sin fin y luego en Sailor de Wild at Heart de Lynch. De verdad no se lo pueden perder (http://www.milinkito.com/ cine100/).
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GASTRONOMÍA
Turkish Kebap:
cordero místico Por El saciado Pantagruel
Diógenes recogió un pedazo de pan. Sentado sobre una roída manta, cortaba pequeños trozos del panecillo, los humedecía un momento en su boca y tragaba, regocijándose del sustento hallado. Tendido ahí, junto a una pared enmohecida y el barril que era su techo, miró caer mendrugos por la pendiente de su vestido y hasta el piso, abandonando a su paso por la tela, rastros para las hormigas. De pronto, un ratón pasó por su lado, entusiasmando aún más al “buscador de hombres”. Diógenes observó la simpleza del roedor. Dejó de comer, al tiempo que observaba al pequeño animal alimentarse de sus despojos, yendo de un lado a otro tras las ínfimas migajas.
Calidad
excelente
Precio
Ambiente
lo vale
hace frío
Servicio
Limpieza
amigable
impecable
Para una noche de cebada Entonces, inclinada su naturaleza al placer del pensamiento, el de Sinope meditó: “¿Qué me dices, Diógenes? He ahí un ratón que se regocija y se alimenta con tus sobras mientras tú, en cambio, de alma bien nacida, te compadeces y te lamentas por no poder embriagarte allá, tendido sobre la mórbida alfombra bordada”. Entonces se hizo filósofo. En suelo turco aprendió a mirar y a comer lo que ellos comían, pues en la misma tierra del cínico se alimentaron Tales, Platón y Alejandro el Grande. También los primeros cristianos, cuando Constantino fundó la capital del estado bizantino, hoy Estambul. Los turcos otomanos se asentaron en la península y consigo trajeron su cocina, compartieron el alimento y la conversación, Turkish Kebap y este ombligo del mundo fue House testigo del amor entre Marco Comida turca Antonio y Cleopatra. Cómo Palmas Plaza no inclinarse sobre la mesa (lateral Sur vía Atlixcáyotl) de un kahve para reír y comer, Local 8 que es también otra forma de Puebla filosofar. El mayor deseo insatisfecho, el hambre, nos conduce desde la ciudad de Puebla hasta esa tierra que fue testigo de las mayores hazañas del ser humano: centro místico, altar rojizo, sima de los Dardanelos, cordero que cumples el sustento, pan de la alianza, leche sagrada, especia del Oriente, salsa de nuestras ansias, Negro, Egeo, Bósforo, calma para los vientres, santo kebap que estás en las oraciones y ensalmos. Hacer como ellos. Pensar como ellos. Comer lo que ellos comían. Sueño posible en ésta, la ciudad de los volcanes, en el Turkish Kebap House; lugar donde a la mesa comparten Tales, Diógenes, Megas Alexandros, y los demás que somos, bebiendo Ayran, iniciando el rito con Sigara Börek y Findik Lahmacun, rollos de masa hojaldrada de queso feta y una pizza turca con carne molida y especias, respectivamente. Y conversando alrededor de Shish Kebap de pollo y cordero. Comer en este local es compartir la sabiduría de aquel aventurero, que a su regreso de la Anatolia, solía exclamar a la menor provocación: “donde una puerta se cierra, otra se abre”, refiriéndose a su disposición a la cocina turca, donde es tradición que al terminar un plato el comensal se dedique con fruición al siguiente; buena costumbre de la etiqueta gastronómica que hemos heredado.
Utopía 9 Poniente entre 16 de Septiembre y 2 Sur, Centro Histórico Instalada al interior de una vieja casona del siglo XVII, este bar atendido por Jort Moreau —belga radicado en Puebla desde hace varios años— enriquece la cultura etílica de la ciudad con la mejor tradición cervecera del Viejo Continente. La carta de bebidas es un catálogo diverso que conjunta una amplia variedad de cervezas del mundo. Asistir a Utopía y pedir una Carolus, una Chimay o una Duvel, para acompañarla con alguna de las especialidades gastronómicas de la región de Flandes que este lugar ofrece, es toda una experiencia digna de un iniciado.
Abasto Esteban de Antuñano 1406, La Ahogada Este local es considerado uno de los sitios más exclusivos para la degustación de tapas, vinos, charcuterías y ultramarinos. Su ubicación, lejos del circuito comercial típico de los restaurantes de moda, así como su decoración muy ad hoc con el concepto de las charcuterías europeas, han hecho de este lugar uno de los secretos mejor guardados del gusto sibarita poblano.
Thebeerbox Puebla Rosendo Márquez 23-B, La Paz Conocido entre los especialistas, y preservado como un secreto entre los aficionados a las aguas benditas, este templo de la cebada ofrece a sus clientes una selección de más de 150 variedades artesanales provenientes de todos los rincones del mundo: cervezas de Alemania, Argentina, México, Italia, Francia, República Checa, Australia y Bélgica están representadas en los escaparates de este lugar. Recuerde: ésta no es una tienda de cerveza común y corriente, es, más bien, un expendio boutique.
aldeano // 49
marzo // 2011
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AGENDA MÚSICA Viernes 4 de marzo Los Abominables 20:00 Rockutla Rock House & Bar
Jueves 3 al 25 de marzo El Séptimo Arte en el Complejo 19:00 Complejo Cultural Universitario Andador cultural
•
Sábado 12 de marzo Ballet Clásico de Moiseyev 20:00 Auditorio Siglo XXI
Jueves 10 de marzo Rock & Trova en el Breve Espacio 21:00 El Breve Espacio Arte, Café & Bar
Jueves 24 de marzo La Francofonía 10:00 Alianza Francesa-UPAEP
DEPORTES
Sábado 12 de marzo Hello Seahorse 20:00 Rockutla Rock House & Bar
Martes 29 de marzo Tertulias taurinas: castas, tipos y anécdotas, la voz de los ganadores 19:00 Culturarium UPAEP
• • •
Jueves 17 de marzo The Incredible Staggers 20:00 Rockutla Rock House & Bar
•
Sábado 19 de marzo Dildo 20:00 Rockutla Rock House & Bar
•
Martes 22 de marzo David Guetta 21:00 Pirámide de Cholula
•
Viernes 1 de abril Camila 20:30 Complejo Cultural Universitario Explanada
•
• •
Martes 29 de marzo “Nuevos medios en el periodismo”, por Jean Christophe Rampal 10:00 Universidad de las Américas
•
Sábado 2 de abril Inflando globos misteriosamente 11:00 Unidades habitacionales-Arca La Margarita
•
ARTES ESCÉNICAS Jueves 3, 10 y 17 de marzo Dos amores y un bicho 20:00 Teatro Melpómene
•
CONFERENCIAS, CURSOS Y TALLERES Sábado 5 de marzo Baños de Ciencia 11:00 Unidades habitacionales-Arca La Margarita
•
Domingo 6 de marzo Animación multimedia 16:30 Hacienda Santa Mónica 36, Reserva Territorial Atlixcáyotl
•
• Taller Re-creando la Cultura (técnicas de intervención y diseños de tatuajes) 12:00 Museo Amparo
Hello Seahorse.
•
Domingo 13 de marzo Track day 8:30 Autódromo Miguel E. Abed
•
Domingo 20 de marzo Torneo de Karts 8 Hp 9:00 CityKarts & CityGolf Puebla La Noria
•
MUESTRAS Y FESTIVALES Viernes 18, 19 y 20 de marzo Primera muestra artesanal: manos artesanales 10:00 Complejo Cultural Universitario Andador cultural
•
Domingo 27 de marzo Festival de Primavera: maratón de relevos en una alberca natural 9:00 Granja Orgánica Tequio: Camino a Tenextepec 1902, Atlixco, Puebla
•
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rceopl uo m r t na aj e Historias D i - v a g a cdesaforadas iones
Engendros
marinos Por Kid Mandrágora
E
l mar ha dejado de ser navegable. Los niveles de ácido provocados por centurias de residuos tóxicos, derrames petroleros, ecocidios nucleares y cornucopias químicas lo han convertido en una amenaza circundante. La flora y fauna conocidas han cedido su lugar a otras aberrantes cadenas alimenticias. Las playas cada día pierden alrededor de tres metros, devoradas por las ácidas olas que se levantan como el diente ahorcado de un pavorreal. Las telecomunicaciones son otro de los múltiples campos de la vida que se vinieron abajo. El efluvio del sarro químico derrite en el aire las ondas electromagnéticas. Ahora sólo con la ayuda de carísimos satélites hertzio-edulcorantes y aviones supersónicos se pueden enlazar los continentes. Se teme que el avance de esta nosferática marea de la muerte termine con la civilización. Y esa no es la peor amenaza. La Guardia Costera se vio obligada a transformarse en el ejército regular más importante. Sus primitivas trincheras se extienden como retazos de esperanza en las costas derruidas. Son la primera línea de contacto que repele a los insospechados seres vivos que empiezan a evolucionar en las aguas del futuro. Estos ancianos heroicos de la reserva internacional diariamente eliminan millares de hambrientos golems biológicos, hijos del hombre y el progreso, y la pizca de magia que contiene toda evolución genética. Su ancestral necesidad de carne y la falta de alimento los empujan hacia nosotros. Hasta ahora los resultados han sido, en general, positivos. Se ha logrado contener a estas repulsivas expresiones genéticas del mar, conocidas por todos como infradópodos. Afortunadamente sus cerebros aún son muy primitivos y sus técnicas de ataque facilitan la eliminación en masa con armas de fuego de alto calibre. Evidentemente las armas químicas, nucleares y necrosintéticas no son buena idea, pues no es conveniente desestabilizar aún más el vibrante pH de los mares ácidos. Sin embargo, la pregunta que todo el planeta se hace es si se acabarán primero las balas o la fertilidad de estas bestias seudomarinas anfibiocolosales. Según los más recientes estudios del Instituto de Massachusetts, ahora localizado en Nebraska por el peligro que representa vivir cerca de las costas, sus camadas trimestrales se calculan en más de cincuenta y dos mil huevecillos radiactivos por hembra preñada.
Quizá las armas servirán por ahora, es cierto, pero estos animales antropodélficos ya empiezan a desarrollar instinto e inventiva. Ésta es la peor noticia que hemos recibido desde aquel día en que las densas aguas del mar cambiaron de temperamento. Con los años, y potenciados por su acelerado desarrollo químico, serán una apocalíptica realidad pensante. Ha corrido el rumor de que hace unos días los engendros marinos utilizaron como carnada a un grupo de langostas erizo para distraer a la Guardia Costera aposentada en la zona OR-24h, últimas arenas de lo que se conoció por Coatzacoalcos. Nuestros soldados arrastrando su hastío e incipiente ancianidad, abrieron fuego contra las langostas erizo para eliminarlas brutalmente en una operación de rutina. Por uno de los costados ciegos atacaron los infradópodos con su acostumbrada lentitud y mortíferos dientes. Por el otro lado cargaron, cubriendo los cielos, dos millones de aguas malas hipercefalias venenosas. Los resultados fueron fatales para nuestra línea de defensa. Las tropas empiezan a tener miedo, los infradópodos son cada vez más peligrosos e inteligentes y nuevos seres evolucionan a cada segundo en las cuevas profundas. El mar gana terreno sin descanso. Hace frío y queda ya muy poco por defender. El hastío de nuestra cárcel planetaria empieza a ser insoportable. A veces la gente sale a caminar por las tardes amarillas y se acuesta en los pocos jardines públicos aún existentes. Hacen falta soldados y albañiles. En silencio desaparecen los últimos poetas y no se recuerdan ya los restaurantes. Nadie imaginó que el destino final del hombre estaría tan ligado a su origen.