Lengua Castellana y Literatura Ana Arias
LA LÍRICA MEDIEVAL 1. LÍRICA TRADICIONAL O POPULAR
Anónima. Canciones breves en versos de arte menor e irregulares, con tendencia al verso octosílabo y hexasílabo, con rima asonante. Presencia de estribillo. Cantadas por el pueblo y transmitidas oralmente de generación en generación(variantes). Expresadas con sencillez de recursos (repeticiones, desdoblamientos, exclamaciones, interrogaciones...). Reflejan el mundo en el que nacen , rural principalmente, y un mundo natural. Su temática común es el amor, aunque también hay canciones de trabajo, cantos de salutación a la primavera, de juegos infantiles... Se desarrolla desde finales del siglo X con las jarchas hasta nuestras días por los poetas cultos que vuelven a esta corriente de lo popular. Recogida posteriormente en Cancioneros por los poetas cultos a partir del siglo XV. Los núcleos principales de la lírica peninsular en la Edad Media son : a) b) c) d)
Núcleo mozárabe (siglos X Y XI) Núcleo castellano (siglo XV) Núcleo gallego-portugués (siglos XIII y XIV) Núcleo catalano-provenzal (siglos XII y XIII)
NÚCLEO MOZÁRABE Las jarchas arábigo-andaluzas son las composiciones poéticas más antiguas de la lírica peninsular, datan de finales del siglo X o principios del XI. Están escritas en mozárabe, dialecto que hablaban los cristianos en territorio musulmán, e insertas al final de unos poemas árabes cultos llamados moaxajas (jarcha significa salida en árabe), que no fueron descubiertas hasta mediados del siglo XX (1948 por S.M. Stern) en una sinagoga de El Cairo y están escritas en caracteres árabes o hebreos. En ellas una muchacha expresa lo que siente por su amado - ausencia, dolor - . Son poemas breves, de 3 ó 4 versos irregulares, con rima asonante, de gran sencillez por los pocos recursos que se utilizan, de gran emotividad y sugerencia. Alguna metáfora (besa aquí esta sarta de perlas,/esta boquita de cerezas), alguna comparación, diminutivos afectivos, exclamaciones e interrogaciones que refuerzan la emotividad y la fuerza expresiva, muchas repeticiones, usadas no sólo como recurso nemotécnico, sino rítmico y significativo, apelaciones constantes, desdoblamiento para manifestar el estado de ánimo. ¿Qué haré, o qué será de mí, amado? ¡No te apartes de mí !
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NÚCLEO CASTELLANO Debido a que se han transmitido oralmente y que hasta el siglo XV no empezaron a valorarse y a ser recogidas por los poetas cultos, no tenemos muchos datos sobre la lírica primitiva castellana ya que no se escribió, pero existió (la más antigua está fechada en 1212) y presenta unas características similares a los otros núcleos líricos peninsulares. Son breves cancioncillas de temática muy diversa (canciones de trabajo, de boda, plantos, mayas y marzas, de romería...), pero tienen un nexo de unión con el resto de la lírica peninsular y es su temática amorosa puesta a veces en boca de una mujer por la ausencia del amado : ¿A quién contaré yo mis quejas, mi lindo amor, a quién contaré yo mis quejas, si a vos no?
Pero, sobre todo, vamos a encontrar dos tipos de canciones de amor, llamadas canciones de alba : albadas (cantan al amanecer el momento de separación de los amantes) y alboradas (cantan al amanecer el instante de reunión de los enamorados). Poemas de gran sencillez, con pocos recursos, de métrica irregular, rima asonante, repeticiones que dan ritmo al poemilla, algunos símbolos, reflejo del mundo rural, apelaciones, exclamaciones, interrogaciones retóricas, paralelismo, connotaciones amorosas de algunas palabras, estribillo : Al alba venid, buen amigo al alba venid. Amigo, el que yo más quería, venid al alba del día.
Ya cantan los gallos, buen amor, y vete, cata que amanece.
Una de las composiciones más características de la lírica castellana es el villancico que glosa el tema en estrofas, entre las que se repite, a modo de estribillo, una canción inicial o villancico. De estructura similar es el zéjel. Dentro de la lírica tradicional hay que incluir a los romances, aunque están a caballo entre la épica y la lírica. Constituyen una de las más importantes manifestaciones de nuestra poesía tradicional. Nacen en la Edad Media (siglos XIV y XV) cuando decae el gusto por los cantares de gesta transmitidos por los juglares. En un principio son fragmentos de antiguos cantares de gesta, que recogen episodios recitados una y otra vez por los juglares a petición del público oyente que reclama aquellos pasajes en los que se concentra la tensión narrativa o lírica; el pueblo los recoge y memoriza y se transmiten aislados . De ahí las variantes. La transmisión ha sido oral hasta nuestros días. El Romancero viejo, formado con romances anónimos y primitivos de los siglos XIV y XV, tiene un corpus muy variado : romances épicos de carácter histórico o legendario (el Cid, la pérdida de España, los infantes de Lara, el rey don Rodrigo, Fernán González...). romances carolingios (Roldán y la derrota de Roncesvalles) 2
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romances líricos. romances novelescos. romances moriscos y fronterizos romances pastoriles y villanescos
La versificación del romance es de versos monorrimos de 16 sílabas, compuestos de dos hemistiquios octosilábicos. Para otros son versos octosilábicos con rima en los pares. La rima es asonante y los versos se disponen en tiradas. Algunos aparecen con estribillo. En cuanto a sus características estilísticas destacamos: Sencillez y naturalidad. Alternancia de las formas verbales que anima y acelera la narración. La repetición sintáctica y semántica. Paralelismos. Correlaciones. Antítesis. Enumeraciones. Mezcla equilibrada de narración y diálogo. Formulismo- propio de la poesía oral- : "Allí habló..." , "...bien oiréis lo que dirá". Apelaciones o llamadas al oyente. Fragmentarismo . corte brusco final o comienzo in media res que tiene un gran poder sugeridor y envuelve de misterio al poema. parquedad ornamental en la adjetivación. Al principio los versos eran irregulares, como los hemistiquios de los poemas épicos, pero luego se regularizaron en torno a las ocho sílabas: ____________ ______________ A ______________ _____________A ___________ ________________A ______________ _____________A
_____________8_____________8a _____________8_____________8a
Desde finales del siglo XVI, y hasta la actualidad, numerosos autores cultos se han sentido atraídos por estas composiciones y han escrito poemas utilizando su esquema métrico y su tono popular. Ejemplos de esta utilización los tenemos desde Lope de Vega hasta Antonio Machado o Federico García Lorca. Estas obras forman el Romancero Nuevo. NÚCLEO GALLEGO-PORTUGUÉS Cuenta con composiciones de finales del siglo XII que alacanzan un gran desarrollo en el XIII. Se distinguen tres clases de canciones : cantigas de amigo , con la misma temática que las jarchas, cantigas de amor y cantigas de escarnio o maldezir, de clara influencia provenzal llegada por el Camino de Santiago. Las cantigas están recogidas en cancioneiros ( de Ajuda, da
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Vaticana y de Colloci.Brancuti) con destacados poetas como Martín Codax, el rey don Dionís y Alfonso X El Sabio. Su estructura estrófica es muy similar: estrofas de cuatro o más versos con estribillo, al final de cada una. En las cantigas de amigo participan de la temática y de los recursos de la lírica popular, cantos de amor puestos en labios de mujer que lamentan la ausencia del amado. En ellas aparece el mar o una fuente, como fondo natural. El paralelismo es el recurso más marcado y el leixapren, así como el estribillo, recursos que dotan de una extraordinaria musicalidad al poema, igual que el isosilabismo. Parquedad también de recursos ornamentales. NÚCLEO CATALANO-PROVENZAL En Cataluña, sin embargo, nos encontramos desde una época muy temprana (siglos XII y XIII) con una poesía , pero culta y en lengua provenzal y que está emparentada con la lírica trovadoresca de Provenza, que comprende un corpus de algo más de dos mil quinientos poemas compuestos por trescientos cincuenta poetas de nombre conocido y algunos anónimos. En el siglo XII en Provenza surge un tipo de lírica que influyó en la poesía gallego-portuguesa (cantigas de amor), en la italiana (Petrarca) y en la castellana (desde finales del siglo XIV en la poesía de Cancionero.). Los creadores de esta poesía son los trovadores y su tema es el amor, designado como amor cortés y que considera a la mujer como un ser superior al que el enamorado rinde culto y vasallaje, como si de un señor feudal se tratara, ya que en realidad, es una trasposición de las relaciones sociales del feudalismo al ámbito amoroso: el enamorado es siervo de la dama "mi señor", cúmulo de perfecciones; este "servicio" ennoblece el espíritu del enamorado, que espera alcanzar un galardón por él y por su fidelidad; pero la dama sólo muestra desdén y es cruel porque hace sentir un inmenso dolor de amor al enamorado, que a pesar del desdén no puede dejar de amar. En ella existen diversos géneros de composiciones, pero citamos sólo las pastorelas (encuentro de un caballero con una pastora), por su influencia en las cantigas de serrana del Arcipreste de Hita (siglo XIV) y en las serranillas del Marqués de Santillana (siglo XV).
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LITERATURA ORAL Y LITERATURA ESCRITA
Estas coplillas, dedicadas a los nombres, las cantaban los mayores a los niños para divertirlos y entretenerlos. También se cantaban romances, canciones, sucesos, etc. No estaban escritas en ningún libro, se las sabían los mayores y se las enseñaban a los más pequeños, por eso se dice que se transmiten de generación en generación. A este tipo de literatura se le llama oral. A continuación vamos a ver las diferencias con la literatura escrita: a) La literatura oral se transmite por la voz, no por la escritura. b) La literatura escrita al estar fijada en un documento se transmite sin cambios, sin variantes, como la escribe su autor. En cambio, la literatura oral como pasa de unos a otros por la voz sufre cambios y variaciones para adaptarse al lugar. Lee este ejemplo: Antonio, retonio, repica el pandero; sube a la torre y espanta a los perros.
Antonio, retonio, repica el pandero; sube a la torre y alcanza ratones: yo te los frío y tú te los comes. Estas dos canciones son idénticas en los tres primeros versos, lo que cambia son los versos finales. El cambio se producía para adaptarse al lugar, o por el gusto del que lo cantaba o, más sencillo, porque se olvidaba la versión original. A las distintas variaciones se les llama variantes o versiones. c) Otra diferencia es que en la literatura escrita hay un autor, aunque no se conozca (anónimo), mientras que en la literatura oral no hay autor, o mejor no tiene uno solo. El pueblo la considera suya, le pone imaginación y la modifica. El pueblo es, por tanto, coautor. d) Para la literatura oral no es necesario saber leer ni escribir, por eso es más del pueblo, de todos y para todos.
Ya para terminar, es necesario que sepas que este tipo de literatura ha sido muy importante en Extremadura. Se cantaba en los pueblos por la siesta, en las matanzas, en las noches de verano tomando el fresco, etc. Han sido, sobre todo, las mujeres (la abuela, la tía, la madre, la criada, etc.) las que se han encargado de que permanezca. A ellas les tenemos que agradecer que estas composiciones llenas de belleza y ternura permanezcan en la memoria y no mueran. 1.- Lee detenidamente el título del texto siguiente. Lee el texto párrafo a párrafo y extrae la idea principal de cada párrafo: 2 .- Realiza un esquema con las ideas sacadas de cada párrafo. 3.- Realiza un resumen a partir del esquema. 4.- Busca el significado de las siguientes palabras: generación, versión, variante, anónimo, coautor, ternura.
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LA POESÍA POPULAR. EL ROMANCERO Y SUS VARIANTES ROMANCE DE GERINELDO Y LA INFANTA
—Gerineldo, Gerineldo, paje del rey más querido, quién te tuviera esta noche en mi jardín florecido. Válgame Dios, Gerineldo, cuerpo que tienes tan lindo. —Como soy vuestro criado, señora, burláis conmigo. —No me burlo, Gerineldo, que de veras te lo digo. —¿Y cuándo, señora mía, cumpliréis lo prometido? —Entre las doce y la una que el rey estará dormido. Media noche ya es pasada. Gerineldo no ha venido. «¡Oh, malhaya, Gerineldo, quien amor puso contigo!» —Abráisme, la mi señora, abráisme, cuerpo garrido. —¿Quién a mi estancia se atreve, quién llama así a mi postigo? —No os turbéis, señora mía, que soy vuestro dulce amigo. Tomáralo por la mano y en el lecho lo ha metido; entre juegos y deleites la noche se les ha ido, y allá hacia el amanecer los dos se duermen vencidos. Despertado había el rey de un sueño despavorido. «O me roban a la infanta o traicionan el castillo.» Aprisa llama a su paje pidiéndole los vestidos: «¡Gerineldo, Gerineldo, el mi paje más querido!» Tres veces le había llamado, ninguna le ha respondido. Puso la espada en la cinta, adonde la infanta ha ido; vio a su hija, vio a su paje como mujer y marido. «¿Mataré yo a Gerineldo, a quien crié desde niño? Pues si matare a la infanta, mi reino queda perdido. Pondré mi espada por medio, que me sirva de testigo.» Y salióse hacia el jardín sin ser de nadie sentido. Rebullíase la infanta tres horas ya el sol salido; con el frior de la espada la dama se ha estremecido. —Levántate, Gerineldo, levántate, dueño mío, la espada del rey mi padre entre los dos ha dormido. —¿Y adónde iré, mi señora, que del rey no sea visto? —Vete por ese jardín cogiendo rosas y lirios; pesares que te vinieren yo los partiré contigo. —¿Dónde vienes, Gerineldo, tan mustio y descolorido? —Vengo del jardín, buen rey, por ver cómo ha florecido; la fragancia de una rosa la color me ha devaído. —De esa rosa que has cortado mi espada será testigo. —Matadme, señor, matadme, bien lo tengo merecido. Ellos en estas razones, la infanta a su padre vino: —Rey y señor, no le mates, mas dámelo por marido. Anónimo
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Romance de Gerineldoromance -«Gerineldo, Gerineldo, el mi paje más querido, quisiera haberte esta noche en este jardín sombrío». -«Como soy vuestro criado, señora, os burláis conmigo». -«No me burlo, Gerineldo, que de verdad te lo digo». -«¿A qué hora, mi señora, complir héis lo prometido?» -«Entre las doce y la una, que el rey estará dormido». Tres vueltas da a su palacio y otras tantas al castillo; el calzado se quitó y del buen rey no es sentido, y viendo que todos duermen, do posa la infanta ha ido. La infanta, que oyera pasos, de esta manera le dijo: -«¿Quién a mi estancia se atreve ¿quién a tanto se ha atrevido?». -«No vos turbéis, mi señora, yo soy vuestro dulce amigo, que acudo a vuestro mandado humilde y favorecido». Enilda le ase la mano sin más celar su cariño: cuidando que era su esposo en el lecho se han metido, y se hacen dulces halagos como mujer y marido: tantas caricias se hacen y con tanto fuego vivo, que al cansancio se rindieron y al fin quedaron dormidos. El alba salía apenas a dar luz al campo amigo cuando el rey quiere vestirse, mas no encuentra sus vestidos: -«Que llamen a Gerineldo, el mi buen paje querido». Unos dicen: «No está en casa». Otros dicen: «No lo he visto». Salta el buen rey de su lecho y vistióse de proviso, receloso de algún mal que puede haberle venido: al cuarto de Enilda entraba y en su lecho halla dormidos a su hija y a su paje en estrecho abrazo unidos.
Pasmado quedó y parado el buen rey muy pensativo, pensándose qué hará contra los dos atrevidos: -«¿Mataré yo a Gerineldo, al que cual hijo he querido? Si yo matare la infanta, mi reino tengo perdido!». En tal estrecho, el buen rey, para que fuese testigo, puso la espada por medio entre los dos atrevidos. Hecho esto, se retira del jardín a un bosquecillo. Enilda al despertarse, notando que estaba el filo de la espada entre los dos, dijo asustada a su amigo: -«Levántate, Gerineldo, levántate, dueño mío, que del rey la fiera espada entre los dos ha dormido». -«¿Adónde iré, mi señora? ¿Adónde me iré, Dios mío? ¿Quién me librará de muerte, de muerte que he merecido?». -«No te asustes, Gerineldo, que siempre estaré contigo: márchate por los jardines, que luego al punto te sigo». Luego obedece a la infanta, haciendo cuanto le ha dicho, pero el rey, que está en acecho, se le hace encontradizo: -«¿Dónde vas, buen Gerineldo? ¿Cómo estás tan sin sentido?» -«Paseaba estos jardines para ver si han florecido, y vi que una fresca rosa el color ha deslucido». -«Mientes, mientes, gerineldo, que con Enilda has dormido».
Anónimo
O si
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Otra variante del romance de Gerineldo Gerineldo era un buen mozo, siervo del rey muy querido.
Y unos dicen: no está en casa; y otros dicen: no ha salido.
Cuando sale del palacio, de hacer allí su servicio,
Y el rey, que lo sospechaba, al cuarto la infanta ha ido.
en la puerta del palacio la infanta lo ha perseguido:
Y si mato a Gerineldo, tanto como lo he querido,
- Gerineldo, Gerineldo, mi Gerineldo querido,
tan bien que me había | servido.
¡quién te pillara esta noche tres horas de mi albedrío!
Y si mato a la princesa queda mi reino perdido.
- No se burle la señora que criado vuestro he sido.
Yo le meterémi espada pa que sirva de testigo.
- No me burlo, Gerineldo, que de veras te lo digo.
Con el frío de la espada la infanta se ha estremecido:
- Y ¿a qué hora, gran señora se cumple lo prometido?
- ¡Despiértate, Gerineldo, mi Gerineldo querido,
- Entre las doce y la una, cuando el rey esté dormido.
que la espada de mi padre con nosotros ha dormido!
Daba vueltas Gerineldo daba vueltas al castillo.
- ¡Y qué podré hacer yo ahora que no sea conocido!
Y cuando ya comprendió que el rey estaba dormido
Me marcho por los jardines a pisar rosas y lirios.
con pasito sigiloso al cuarto la infanta ha ido.
- No te asustes, Gerineldo y vuelve ya a tu servicio.
La infanta que lo aguardaba: - ¿Quién ha sido el atrevido?
Gerineldo fue ante el rey y la infanta lo ha seguido.
- Gerineldo es, gran señora, que vengo a lo prometido.
– Perdónalo, padre mío, ya sabes lo sucedido.
Lo ha cogido de la mano y a su cama lo ha subido.
Solamente yo deseo me lo otorguéis por marido.
Se pusieron a luchar como mujer y marido.
Y el rey, que lo deseaba, el permiso ha concedido.
Con el trote de la lucha los dos se quedan dormidos.
- Y así tendré Gerineldo un hijo más muy querido.
Llama el rey a Gerineldo que le alargue su vestido.
Y celebraron su boda muy llenos de regocijo.
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EJERCICIOS SOBRE EL ROMANCERO Lee los dos romances de Gerineldo y contesta a las siguientes preguntas: 1.
Expresa por escrito qué diferencias observas respecto a la historia contada en los dos textos y qué tienen en común.
2. ¿Cómo se denominan estos textos sobre una misma historia? ¿A qué crees que se debe? 3. Redacta por escrito cuál es la métrica de los poemas. ¿Existe alguna diferencia formal en la presentación de los dos textos? ¿A qué se debe? 4. Indica las partes dialogadas y las partes narradas ¿Quién cuenta la historia? ¿Cómo se introduce el diálogo? ¿Interviene el narrador o no interviene para introducirlo? 5. ¿Hay algún epíteto épico en los textos? ¿Para qué sirven estos epítetos épicos? 6. ¿Qué personajes aparecen en los dos poemas? ¿Cómo están caracterizados: por lo que dicen, por lo que hacen, por la descripción que el narrador hace de ellos o los otros personajes ? 7. ¿Hay fragmentarismo en los dos romances? ¿No crees que comienza de una manera brusca, sin una breve introducción a la historia que alcanza en los momentos narrados su mayor intensidad dramática? ¿Podríamos decir que sólo hay nudo y desenlace? ¿Cómo se denomina esta técnica? 8. ¿Hay arcaísmos en el texto? ¿Cuáles? 9. Fíjate en las partes narrativas del texto de la fotocopia, ¿hay alternancia en el uso del presente y del pretérito imperfecto simple? ¿Por qué se hace? 10. ¿Se utilizan figuras retóricas, alguna repetición, lenguaje dinámico y expresivo, interrogaciones...? 11. ¿Cómo clasificarías estos romances cronológicamente y temáticamente? 12. Realiza una lectura atenta del estudio de tu libro ROMANCES POPULARES de Enrique Barcia Mendo (Ediciones Cicón) y realiza una exposición breve sobre las características de los romances.
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ROMANCE DE LA LOBA PARDA Estando yo en la mi choza pintando la mi cayada, las cabritas altas iban y la luna rebajada; mal barruntan las ovejas, no paran en la majada. Vi de venir siete lobos por una oscura cañada. Venían echando suertes cuál entrará en la majada; le tocó a una loba vieja, patituerta, cana y parda, que tenía los colmillos como puntas de navaja. ¡Aquí mis siete cachorros, aquí, perra trujillana, aquí, perro el de los hierros, a correr la loba parda! si me cobráis la borrega cenaréis leche y hogaza, y si no me la cobráis cenaréis de mi cayada. Al subir un cotorrito la loba ya cansada: Tomad perros la borrega, sana y buena como estaba. - No queremos la borrega, de tu boca alobadada, que queremos tu pelleja, pal pastor una zamarra; el rabo, para correas, para atacarse las bragas; de la cabeza un zurrón, para meter las cucharas; las tripas para vihuelas para que bailen las damas.
Romance de La Serrana de la Vera Allá en Garganta la Olla en la vera de Plasencia, salteóme una serrana blanca, rubia, ojimorena; trae recogidos los rizos debajo de la montera; al uso de cazadora gasta falda a media pierna, botín alto y argentado y en el hombro una ballesta Sus cabellos destrenzados con los arcos de sus cejas flechas arrojan al aire, y en el aire las flechas vuela De perdices y conejos sirvióme muy rica cena, de pan blanco y de buen vino y de su cara risueña Si buena cena me dio muy mejor cama me diera; sobre pieles de venado su mantellina tendiera aguárdate, lindo mozo, vuélvete por tu montera. La montera es de buen paño, ¡pero aunque fuera de seda! ¡Ay de mí, triste cuitada, por ti seré descubierta! descubierta no serás Hasta la venta primera.
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APELLIDOS
NOMBRE
CURSO Y GRUPO
FECHA
EVALUACIÓN
ROMANCE DE LA LOBA PARDA
Estando yo en la mi choza pintando la mi cayada, las cabrillas altas iban y la luna rebajada; mal barruntan las ovejas, no paran en la majada. Vide venir siete lobos por una oscura cañada. Venían echando suertes cuál entrará a la majada; le tocó a una loba vieja, patituerta, cana y parda, que tenía los colmillos como punta de navaja. Dio tres vueltas al redil y no pudo sacar nada; a la otra vuelta que dio, sacó la borrega blanca, hija de la oveja churra, nieta de la orejisana, la que tenían mis amos para el domingo de Pascua. —¡Aquí, mis siete cachorros, aquí, perra trujillana, aquí, perro el de los hierros, a correr la loba parda! Si me cobráis la borrega, cenaréis leche y hogaza; y si no me la cobráis, cenaréis de mi cayada. Los perros tras de la loba las uñas se esmigajaban; siete leguas la corrieron por unas sierras muy agrias. Al subir un cotarrito la loba ya va cansada: —Tomad, perros, la borrega, sana y buena como estaba. —No queremos la borrega, de tu boca alobadada, que queremos tu pelleja pa' el pastor una zamarra; el rabo para correas, para atacarse las bragas; de la cabeza un zurrón, para meter las cucharas; las tripas para vihuelas para que bailen las damas. ACTIVIDADES Es una versión del romance que ya conocíais. a) Seña en él partes narrativas, descriptivas y dialogadas. b) Observa que hay un espacio en blanco en mitad del verso, representa una pausa que se llama y que divide al verso en dos partes iguales llamadas .
c) Análisis métrico del poema. -
Número de sílabas de cada verso:
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Nombre del verso:
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Versos: arte mayor o menor.
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Para medir el verso he tenido en cuenta:
Sinalefa:
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Última palabra: aguda, llana o esdrújula:
Diéresis:
Sinéresis:
Hiato.
Diptongo:
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Tipo de rima: asonante o consonante.
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Combinación de la rima.
DEFINE Pausa versal: Encabalgamiento: Cesura: Hemistiquio: Tipos de versos: ARTE
ARTE
Bisílabos
Eneasílabos
Trisílabos
Decasílabos
Tetrasílabos
Endecasílabos
Pentasílabos
Dodecasílabos
Hexasílabos
Alejandrinos
Heptasílabos Octosílabos
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ROMANCES FRONTERIZOS ROMANCE DEL CERCO DE BAEZA
Cercada tiene a Baeza — ese arráez Andalla Mir, con ochenta mil peones, — caballeros cinco mil. Con él va ese traidor, — el traidor de Pero Gil. Por la puerta de Bedmar — la empieza de combatir; ponen escalas al muro, — comiénzanle a conquerir; ganada tiene una torre, — no le pueden resistir, cuando de la de Calonge — escuderos vi salir. Ruy Fernández va delante, — aquese caudillo ardil, arremete con Andalla, — comienza de le ferir, cortado le ha la cabeza, — los demás dan a fuir.
Romance de la pérdida de Alhama Paseábase el rey moro por la ciudad de Granada, desde la puerta de Elvira hasta la de Vivarambla -¡Ay de mi Alhama! 5 Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada. Las cartas echó en el fuego, y al mensajero matara. -¡Ay de mi Alhama! 10 Descabalga de una mula y en un caballo cabalga, por el Zacatín arriba subido se había al Alhambra. -¡Ay de mi Alhama! 15 Como en el Alhambra estuvo, al mismo punto mandaba que se toquen sus trompetas, sus añafiles de plata. -¡Ay de mi Alhama! 20 Y que las cajas de guerra apriesa toquen el arma, porque lo oigan sus moros, los de la Vega y Granada. -¡Ay de mi Alhama! 25 Los moros, que el son oyeron, que al sangriento Marte llama, uno a uno y dos a dos juntado se ha gran batalla. -¡Ay de mi Alhama! 30 Allí habló un moro viejo, de esta manera hablara: 13
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-¿Para qué nos llamas, rey? ¿Para qué es esta llamada? -¡Ay de mi Alhama! 35 -Habéis de saber, amigos, una nueva desdichada: que cristianos de braveza ya nos han ganado Alhama. -¡Ay de mi Alhama! 40 Allí habló un alfaquí, de barba crecida y cana: -Bien se te emplea, buen rey, buen rey, bien se te empleara -¡Ay de mi Alhama! 45 -Mataste los Bencerrajes, que eran la flor de Granada; cogiste los tornadizos de Córdoba la nombrada. -¡Ay de mi Alhama! 50 Por eso mereces, rey, una pena muy doblada: que te pierdas tú y el reino, y aquí se pierda Granada. -¡Ay de mi Alhama! ROMANCES HISTÓRICOS
Romance de la linda infanta Estaba la linda infanta a la sombra de una oliva, peine de oro en las sus manos, los sus cabellos bien cría. Alzó los ojos al cielo en contra do el sol salía, vio venir un fuste armado por Guadalquivir arriba; dentro venía Alfonso Ramos, almirante de Castilla. -Bien vengáis, Alfonso Ramos, buena sea tu venida. ¿Y qué nueva me traedes de mi flota bien guarnida? -Nuevas te traigo, señora, si me aseguras la vida. -Diéselas, Alfonso Ramos,
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que segura te sería. -Allá llevan a Castilla los moros de la Berbería. -Si no me fuese por qué, la cabeza te cortaría. -Si la mía me cortases, la tuya te costaría.
Romance de los infantes de Aragón Alburquerque, Alburquerque, bien mereces ser honrado en ti están los tres infantes hijos del rey don Fernando. Desterrélos de mis reinos, desterrélos por un año; Alburquerque era muy fuerte, con él se me habían alzado. ¡Oh don Álvaro de Luna, cuán mal que me habías burlado! dijísteme que Alburquerque estaba puesto en un llano, véole yo cavas hondas y de torres bien cercado; dentro mucha artillería, gente de pie y de caballo, y en aquella torre mocha tres pendones han alzado: el uno por don Enrique, otro por don Juan, su hermano, el otro era por don Pedro, infante desheredado. Álcese luego el real que excusado era tomarlo.
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ROMANCES HISTÓRICOS-ÉPICOS
Visión del rey Rodrigo Los vientos eran contrarios, la luna estaba crecida, los peces daban gemidos por el mal tiempo que hacía, cuando el buen rey don Rodrigo junto a la Cava dormía, dentro de una rica tienda de oro bien guarnecida. Trescientas cuerdas de plata que la tienda sostenían; dentro había cien doncellas vestidas a maravilla: las cincuenta están tañendo con muy extraña armonía. las cincuenta están cantando con muy dulce melodía. Allí habló una doncella que Fortuna se decía: -Si duermes, rey don Rodrigo, despierta por cortesía. y verás tus malos hados, tu peor postrimería, y verás tus gentes muertas, y tu batalla rompida, y tus villas y ciudades destruidas en un día, tus castillos fortalezas otro señor los regía. Si me pides quién lo ha hecho, yo muy bien te lo diría:
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ese conde don Julián por amores de su hija, porque se la deshonraste y más de ella no tenía juramento viene echando que te ha de costar la vida. Despertó muy congojado con aquella voz que oía; con cara triste y penosa de esta suerte respondía: -Mercedes a ti, Fortuna, de esta tu mensajería. Estando en esto ha llegado uno que nueva traía cómo el conde don Julián las tierras le destruía.
La derrota de don Rodrigo Las huestes de don Rodrigo desmayaban y huían cuando en la octava batalla sus enemigos vencían. Rodrigo deja sus tiendas y del real se salía, solo va el desventurado, sin ninguna compañía: el caballo de cansado ya moverse no podía, camina por donde quiere que no le estorba la vía. El Rey va tan desmayado que sentido no tenía: muerto va de sed y hambre, de verle era gran mancilla: iba tan tinto de sangre que una brasa parecía. Las armas lleva abolladas, que eran de gran pedrería: la espada lleva hecha sierra 17
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de los golpes que tenía: el almete de abollado en la cabeza se hundía: la cara llevaba hinchada del trabajo que sufría. Subióse encima de un cerro, el más alto que veía: desde allí mira su gente cómo iba de vencida, de allí mira sus banderas y estandartes que tenía, cómo están todos pisados que la tierra los cubría; mira por los capitanes, que ninguno aparecía; mira el campo tinto en sangre, la cual arroyos corría. Él, triste de ver aquesto, gran mancilla en sí tenía, llorando de los sus ojos desta manera decía: "Ayer era rey de España, hoy no lo soy de una villa; ayer villas y castillos, hoy ninguno poseía: ayer tenía criados y gente que me servía, hoy no tengo ni una almena que pueda decir que es mía. ¡Desdichada fue la hora, desdichado fue aquel día en que nací y heredé la tan grande señoría, pues lo había de perder todo junto y en un día! ¡Oh muerte!, ¿por qué no vienes y llevas esta alma mía de aqueste cuerpo mezquino, pues se te agradecería?"
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Romance del Cid Ruy Díaz Cabalga Diego Laínez al buen rey besar la mano; consigo se los llevaba los trescientos hijosdalgo, entre ellos iba Rodrigo, el soberbio castellano. Todos cabalgan a mula, sólo Rodrigo a caballo; todos visten oro y seda, Rodrigo va bien armado; todos espadas ceñidas, Rodrigo estoque dorado; todos con sendas varicas, Rodrigo lanza en la mano; todos guantes olorosos, Rodrigo guante mallado; todos sombreros muy ricos, Rodrigo casco afilado, y encima del casco lleva un bonete colorado. Andando por su camino, unos con otros hablando, allegados son a Burgos, con el rey se han encontrado. Los que vienen con el rey entre sí van razonando; unos lo dicen de quedo, otros lo van preguntando: -aquí viene, entre esta gente, quien mató al conde Lozano. Como lo oyera Rodrigo en hito los ha mirado, con alta y soberbia voz de esta manera ha hablado: -Si hay alguno entre vosotros su pariente o adeudado que se pese de su muerte, salga luego a demandallo,
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yo se lo defenderé, quiera pie, quiera caballo. Todos responden a una: -Demándelo su pecado. Todos se apearon juntos para al rey besar la mano, Rodrigo se quedó solo, encima de su caballo; entonces habló su padre, bien oiréis lo que ha hablado: -Apeaos vos, mi hijo, besaréis al rey la mano porque él es vuestro señor, vos, hijo, sois su vasallo. Desque Rodrigo esto oyó, sintiose más agraviado; las palabras que responde son de hombre muy enojado: -Si otro me lo dijera ya me lo hubiera pagado, mas por mandarlo vos, padre, yo lo haré de buen grado. Ya se apeaba Rodrigo para al rey besar la mano; al hincar de la rodilla el estoque se ha arrancado; espantose de esto el rey y dijo como turbado: -Quítate Rodrigo, allá, quítateme allá, diablo, que tienes el gesto de hombre y los hechos de león bravo. Como Rodrigo esto oyó aprisa pide el caballo; con una voz alterada contra el rey así ha hablado: -Por besar mano de rey no me tengo por honrado, porque la besó mi padre me tengo por afrentado.
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En diciendo estas palabras salido se ha del palacio, consigo se los tornaba los trescientos hijosdalgo. Si bien vinieron vestidos, volvieron mejor armados, y si vinieron en mulas, todos vuelven en caballos.
Romance del rey moro que perdió Valencia Helo, helo por do viene el moro por la calzada, caballero a la jineta encima una yegua baya, borceguíes marroquíes y espuela de oro calzada, una adarga ante los pechos y en su mano una azagaya. Mirando estaba Valencia, como está tan bien cercada: -¡Oh, Valencia, oh Valencia, de mal fuego seas quemada! Primero fuiste de moros que de cristianos ganada. Si la lanza no me miente, a moros serás tornada; aquel perro de aquel Cid prenderélo por la barba, su mujer, doña Jimena, será de mí cautivada, su hija, Urraca Hernando, será mi enamorada, después de yo harto de ella la entregaré a mi compaña. El buen Cid no está tan lejos, que todo bien lo escuchaba. -Venid vos acá, mi hija, mi hija doña Urraca; dejad las ropas continas y vestid ropas de pascua. Aquel moro hi-de-perro detenédmelo en palabras, mientras yo ensillo a Babieca y me ciño la mi espada. La doncella, muy hermosa, se paró a una ventana; el moro, desque la vido, de esta suerte le hablara: -Alá te guarde, señora, mi señora doña Urraca. -Así haga a vos, señor, buena sea vuestra llegada. Siete años ha, rey, siete, que soy vuestra enamorada. -Otros tantos ha, señora, que os tengo dentro en mi alma. Ellos estando en aquesto el buen Cid que asomaba. -Adiós, adiós, mi señora, la mi linda enamorada, que del caballo Babieca yo bien oigo la patada. Do la yegua pone el pie, Babieca pone la pata. Allí hablara el caballo, bien oiréis lo que hablaba: -¡Reventar debía la madre que a su hijo no esperaba!
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Siete vueltas la rodea alrededor de una jara; la yegua, que era ligera, muy adelante pasaba hasta llegar cabe un río adonde una barca estaba. El moro, desque la vido, con ella bien se holgaba, grandes gritos da al barquero que le allegase la barca; el barquero es diligente, túvosela aparejada, embarcó muy presto en ella, que no se detuvo nada. Estando el moro embarcado, el buen Cid que llegó al agua, y por ver al moro en salvo, de tristeza reventaba; mas con la furia que tiene, una lanza le arrojaba, y dijo: -Recoged, mi yerno, arrecogedme esa lanza, que quizás tiempo vendrá que os será bien demandada.
ROMANCES DEL CICLO CAROLINGIO
Romance de doña Alda En París está doña Alda, la esposa de don Roldán, trescientas damas con ella para la acompañar; todas visten un vestido, todas calzan un calzar, todas comen a una mesa, todas comían de un pan, sino era doña Alda, que era la mayoral. Las ciento hilaban oro, las ciento tejen cendal, las ciento instrumentos tañen para doña Alda holgar. Al son de los instrumentos doña Alda dormido se ha; esoñando había un sueño, un sueño de gran pesar. Recordó despavorida y con un pavor muy grande; los gritos daba tan grandes que se oían en la ciudad. Allí hablaron sus doncellas, bien oiréis lo que dirán: -¿Qué es aquesto, mi señora?
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¿Quién es el que os hizo mal? -Un sueño soñé, doncellas, que me ha dado gran pesar: que me veía en un monte en un desierto lugar: do so los montes muy altos, un azor vide volar, tras d'él viene un aguililla que lo ahínca muy mal; el azor con grande cuita, metióse so mi brial: el águililla con grande ira, de allí lo iba a sacar. Con las uñas lo despluma, con el pico lo deshace.Allí habló su camarera, bien oiréis lo que dirá: -Aquese sueño, señora, bien os lo entiendo soltar: el azor es vuestro esposo, que viene de allén la mar; el águila sodes vos, con la cual ha de casar, y aquel monte es la iglesia donde os han de velar. -Si así es, mi camarera, bien te lo entiendo pagar.Otro día de mañana cartas de fuera le traen; tintas venían de dentro, de fuera escritas con sangre: que su Roldán era muerto en caza de Roncesvalles
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ROMANCES ÉPICO-LÍRICOS/NOVELESCOS
El prisionero Que por mayo era por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos encañan y están los campos en flor; cuando canta la calandria y responde el ruiseñor; cuando los enamorados van a servir al amor; sino yo, triste, cuitado, que vivo en esta prisión, que ni sé cuándo es de día, ni cuándo las noches son, sino por una avecilla que me cantaba al albor. Matómela un ballestero; déle Dios mal galardón.
Fontefrida Fontefrida, Fontefrida Fontefrida y con amor, do todas las avecicas van tomar consolación, sino es la tortolica, que está viuda y con dolor. Por ahí fuera a pasar el traidor del ruiseñor; las palabras que le dice llenas son de traición: «Si tú quisieses, señora, yo sería tu servidor.» «Vete de ahí, enemigo, malo, falso, engañador, que ni poso en ramo verde ni en ramo que tenga flor, que si el agua hallo clara turbia la bebiera yo; que no quiero haber marido porque hijos no haya, no; no quiero placer con ellos 24
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ni menos consolación. ¡Déjame triste, enemigo, malo, falso, mal traidor; que no quiero ser tu amiga ni casar contigo, no!»
El conde Arnaldos ¡Quién hubiese tal ventura sobre las aguas del mar, como hubo el conde Arnaldos la mañana de San Juan! Con un falcón en la mano la caza iba a cazar, vio venir una galera que a tierra quiere llegar. Las velas traía de seda, la jarcia de un cendal, marinero que la manda diciendo viene un cantar que la mar ponía en calma, los vientos hace amainar, los peces que andan al hondo arriba los hace andar, las aves que andan volando en el mástil las hace posar. Allí habló el conde Arnaldos, bien oiréis lo que dirá: -Por Dios te ruego, marinero, dígaisme ora ese cantar. Respondióle el marinero, tal respuesta le fue a dar: -Yo no digo esta canción sino a quien conmigo va.
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ESTABA EL SEÑOR DON GATO
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Estaba el señor don Gato sentadito en su tejado, marramiaumiau miau miau, sentadito en su tejado. Ha recibido una carta por si quiere ser casado, marramiaumiau miau miau, por si quiere ser casado con una gatita parda sobrina de un gato pardo marramiaumiau-miau miau, sobrina de un gato pardo. De contento que se ha puesto, se ha caído del tejado, marramiaumiau miau miau, se ha caído del tejado. Se ha roto siete costillas, el espinazo y el rabo, marramiaumiau miau miau, el espinazo y el rabo. Ya le llevan a enterrar por la calle del pescado marramiaumiau miau miau, por la calle del pescado. Al olor de las sardinas el gato ha resucitado, marramiaumiau miau miau, el gato ha resucitado. Por eso dice la gente: «siete vidas tiene un gato marramiaumiau miau miau, siete vidas tiene un gato».
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PEPITO EL CONEJO (romancillo infantil en hexasílabos)
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Pepito el conejo al monte salió, corre que te corre desapareció. De pronto aparece un gran cazador y de su escopeta un tiro salió. Corre el conejito, corre el cazador, entra en su casita, la puerta cerró. «Ven, ven conejito», le dice su mamá, que unos azotitos yo te voy a dar.
CARMELA Y ROGELIO (recogido en Navalmoral de la Mata) Era una joven muy guapa y de muy buena familia, su novio la abandonó y al ver que ella estaba encinta. 5
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Y los padres, que se enteran en la situación que estaba, la deseaban la muerte y la arrojaron de casa. Con la lágrima en los ojos se fue en casa su madrina donde allí la recogieron como si fuera una hija. A los siete meses justos tuvo un niño como un sol y ella sola le lavaba por no descubrir su honor. Quince días tiene el niño, todavía no era cristiano: por no descubrir su honor, no le había cristianado. Carmela escribió una carta y una postal a su novio, lo cual sería una cita 27
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para verse los dos solos. 25
Rogelio acudió a la cita que Carmela había mandado y se la encontró dormida, sostribada sobre un árbol. Rogelio se acercó a ella dándole besos al niño, diciendo qué desgraciado vas a ser, hermoso niño.
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—No digas eso, Rogelio, no maldigas a tu hijo: ¿y ésos son los juramentos que tú hacías conmigo?
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—Todos esos juramentos todos te han salido vanos, tú te quedas con el niño, que yo me lavo las manos.
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Al oír estas palabras, un tiro le disparó y dando muerte a Rogelio con el niño se alejó. 45
A la orilla de aquel lago una carta quedó escrita: Yo he dado muerte a Rogelio y yo me la doy solita. • • •
Sostribada: apoyada. Balada en coplas octosílabas. Es, en origen, una canción de ciegos.
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CASTILLA El ciego sol se estrella en las duras aristas de las armas, llaga de luz los petos y espaldares y flamea en las puntas de las lanzas. El ciego sol, la sed y la fatiga Por la terrible estepa castellana, al destierro, con doce de los suyos -polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga. Cerrado está el mesón a piedra y lodo. Nadie responde... Al pomo de la espada y al cuento de las picas el postigo va a ceder ¡Quema el sol, el aire abrasa! A los terribles golpes de eco ronco, una voz pura, de plata y de cristal, responde... Hay una niña muy débil y muy blanca en el umbral. Es toda ojos azules, y en los ojos. lágrimas. Oro pálido nimba su carita curiosa y asustada. "Buen Cid, pasad. El rey nos dará muerte, arruinará la casa y sembrará de sal el pobre campo que mi padre trabaja... Idos. El cielo os colme de venturas... ¡En nuestro mal, oh Cid, no ganáis nada!" Calla la niña y llora sin gemido... Un sollozo infantil cruza la escuadra de feroces guerreros, y una voz inflexible grita: "¡En marcha!" El ciego sol, la sed y la fatiga... Por la terrible estepa castellana, al destierro, con doce de los suyos -polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga. Manuel Machado (Poeta modernista de principios del siglo XX)
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PAVURA DE LOS CONDES DE CARRIÓN Medio día era por filo, que rapar podía la barba, cuando, después de mascar, el Cid sosiega la panza. La gorra sobre los ojos y floja la martingala, boquiabierto y cabizbajo, roncando como una vaca. Gúardale el sueño Bermudo y sus dos yernos le guardan, apartándolo las moscas del pescuezo y de la cara, cuando una voces, salidas por fuerza de la garganta, no dichas de voluntad sino de miedo pujadas, se oyeron en el palacio, se escucharon en la cuadra, diciendo, «¡guardá: el león!», y en esto entró por la sala. Apenas Diego y Fernando le vieron tender la zarpa, cuando lo hicieron sabidoras de su temor a sus bragas. El mal olor de los dos al pobre león engaña, y por cuerpos muertos deja los que tal perfume lanzan. A venir acatarrado el león, a los dos mata; pues de miedo del perfume no les siguió las espaldas. El menor, Fernán González, detrás de un escaño a gatas, por esconderse, abrumó sus costillas con las tablas. Diego, más determinado, por un boquerón se ensarta a esconderse, donde van de retorno las viandas. Bermudo, que vio el león, revuelta al brazo la capa, y sacando un asador que tiene humos de espada, en la defensa se puso. Despertó al Cid la borrasca, y abriendo entrambos los ojos empedrados de legañas, tal grito la dio al león que le aturde y le acobarda, que hay leones enemigos de voces y de palabras.
«Vedes aquí, señor mío, un fijo de vuesa casa, el conde de Carrión, que esconde mal su crianza. de dónde yo le he sacado, sus vestidos vos lo parlan; y a voces sus palominos chillan, señor, lo que pasa. Más cedo podréis tomar a Valencia y sus murallas, que ningún cabo al conde por no haber de do le asgan. Si no merece de yerno el nombre por esta causa, tenga el de servidor vueso, pues tanta parte le alcanza». Sañudo le mira el Cid, con mal talante le encara: «de esta vez, amigos condes, descubierto habéis la caca. ¿Pavor de un león hobistes, estando con vuesas armas, fincando en compaña mía, que para seguro basta? Por san Millán que me corro, mirándovos de esa traza, y que de lástima y asco me revolvéis las entrañas. El que de infanzón se precia, face en el pavor y el ansia de las tripas corazón, ansí el refrán vos lo canta. Mas vos en esta presura, sin acatar vuesa casta, hacéis del corazón tripas, que el puro temor vos vacia. Ya que Colada no os fizo valiente aquesta vegada, fágavos colada limpio: echaos, buen conde, en colada». «Calledes, el Cid, callades» -Dijo, con la voz muy baja-, «y la cosa que es secreta, tan pública no se faga. Si non fice valentía, fice cosa necesaria; y si probáis lo que fice, lo tendredes por fazaña. Más ánimo es menester para echarse en la privada, que para vencer a Búcar
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Envióle a su leonera sin que le diese fianzas; por sus yernos preguntó, receloso de desgracias. Allí respondió Bermudo, «Señor, no receléis nada, pues se guardan vuesos yernos en Castilla, como en Pascua». Y remeciendo el escaño, a Fernán González hallan devanando en su bohemio, hecho ovillo en la botarga. Las narices del buen Cid a saberlo se adelantan, que le trajeron las nuevas los vapores de sus calzas.
ni a mi leones que salga: ánimo sobrado tuve». más en esto el Cid le ataja, porque, sin un incensario, ninguno a escuchar la guarda: «Id, infante, a doña Sol, Vuesa esposa desdichada, y decidla que vos limpie, mientras vos busco una ama. Y non habléis ende más; y obedeced, si os agrada, aquel refrán que aconseja: la caca, conde, callarla». Francisco de Quevedo (Siglo XVII)
Salió cubierto de tierra y lleno de telarañas; corrióse el Cid de mirarlo, y en esta guisa le fabla: «Agachado estabais, conde, y tenéis mucha más traza de home que aguardó jeringa que del que espera batalla. Connusco habedes yantando, ¡Oh, que mala pro vos faga, pues tan presto bajó el miedo los yantares a las ancas! Sacárades a Tizona, que ella vos asegurara, pues en vos no es rabiseca, según la humedad que anda». Gil Díaz, el escudero, que al Cid contino acompaña, con la mano en las narices todo sepultado en bascas, trayendo detrás de sí a Diego, el yerno que falta, con una mano le enseña, mientras con otra se tapa.
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2. LÍRICA CULTA O CORTESANA Si en siglos anteriores hemos visto un predominio de la poesía popular, en el siglo XV se desarrolla un poesía culta cortesana importante por su gran trascendencia para la lírica posterior, pero también coexiste con la poesía tradicional Romancero) y se interesa por ella, recogiéndola, junto a la culta, en los Cancioneros Baena Stúñiga Cancionero General Poesía medieval Poesía del XV Poesía del XVI Plaza-juglar-pueblo Poesía escrita Lectura en voz baja Recitada o cantada Recitada o cantada en los salones de palacio Siglo de transición : en las obras de los poetas del XV se va vislumbrando poco a poco el abandono del teocentrismo y se va abriendo el camino del humanismo y del antropocentrismo. Formas y temas
v. octosílabo y rima consonante v. dodecasílabo y copla de arte mayor (ABBAACCA) Copla de pie quebrado o manriqueña:
8a8b4c8a8b4c 8a8b4c8a8b4c Utilización del soneto y del endecasílabo italiano e Sonetos fechos al itálico modo del Marqués de Santillana. Uso de latinismos, cultismos, hipérbaton y sintaxis compleja a imitación de la latina. Amor Cortés: relaciones de vasallaje (fidelidad y servicio, desdén, galardón, amor imposible, sufrimiento del caballero) Lírica provenzal del XII. Las serranillas trovadorescas)
(origen
el
las
pastorelas
Poesía alegórico-dantesca: influencia de la Divina Comedia de Dante. La muerte en La danza de la muerte: está presente como algo terrible, la vida es un valle de lágrimas, es igualitaria, se lleva a todos, trata a todos por igual. Poesía crítica y satírica (Coplas de la Panadera, Coplas De Mingo Revulgo y Coplas del Provincial) en consonancia con la época convulsa y de cambio,
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en la que se critica la corrupción, las costumbres y el gobierno de la nobleza con sus desatinos y sus injusticias para con el pueblo. La Fortuna como tema, la rueda caprichosa de la Diosa Fortuna que rige al azar el destino de los hombres El tema de la fama. El ubi sunt? : la fugacidad Deudora de estas formas y de esta sensibilidad será la poesía de los cancioneros castellanos y aragoneses del siglo XV. Son éstos colecciones de poesía , compilada bajo la protección de reyes y nobles mecenas que responde a los nuevos gustos y costumbres cortesanos, en donde el noble ya no es sólo guerrero y político, sino cortesano, mecenas y cultivador él mismo de poesía. Leídos colectivamente, cumplen una función social de primer orden. Son numerosos, aunque los más importantes son el Cancionero de Baena, el de Estúñiga, el Palacio, el de Herberay des Essarts y el Cancionero general de Hernando del Castillo, publicado en 1511. Recogen miles de poemas de unos setecientos autores y responde a un arte real (octosílabos) o al arte mayor castellano (versos largos con un marcado ritmo característico). Aun que la temática es muy variada - poesía moral, satírica, alegórica -, es predominantemente amorosa, dentro de los conceptos habituales del amor cortés. Es una poesía artificiosa que refleja no sólo un amor idealizado, sino que esconde erotismo y pasión tras su artificio y sus eufemismos ambiguos, su sutileza y su ingenio, su carácre paradójico y el concepto alambicado. Tres son los poetas que destacan : Jorge Manrique, Juan de Mena y el Marqué de Santillana. El Marqués de Santillana, don Íñigo López de Mendoza, (1398-1458), fue uno de los aristócratas más poderosos de su tiempo. Es un representante típico de la nobleza influida por el humanismo prerrenacentista. Reunió una rica biblioteca. Compuso los poemas alegóricos influidos por la Divina Comedia de Dante, el Infierno de los enamorados o la Comedieta de Ponza, así como los Sonetos fechos al itálico modo, un intento, aunque fallido, de introducción del endecasílabo italiano. Es autor también de sus famosas serranillas, de inspiración popular. Juan de Mena (1411-!456), secretario del rey Juan II, fue un ejemplo de humanista puro, dedicado en exclusiva al cultivo de las letras. Cordobés de nacimiento, no era noble, viajó a Roma donde conoció las nuevas corrientes del humanismo. Su poesía es oscura y complicada por su artificio, por su lenguaje latinizante y su abundante erudición. Es un poeta moral y máximo representante del arte mayor, reflejado esto en su Laberinto de la Fortuna.
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Jorge Manrique (1440-1479), era miembro de una de las familias más poderosas de Castilla, entroncada con el antiguo linaje de los Lara. Se dedicó a la política y a la guerra, pero también vivió en un ambiente cortesano en Toledo y estuvo muy influido por su tío Gómez Manrique y el también poeta Lope de Stúñiga. En este ambiente se ecribe una poesía amorosa que sigue las pautas de la escuela galaico portuguesa, y dentro de los cauces del amor cortés. Su obra es muy breve, aparte de las Coplas a la muerte de su padre, tiene unos cincuenta poemas amorosos, tres burlescos y uno de carácter moral. Su poesía amorosa se ajusta a los moldes de la poesía cortesana, pero, sin embargo, se observa en su poesía un abandono de lo cultista, recargado y erudito y es menos conceptista. En la Edad Media la presencia de la muerte es continua (pestes, guerras...), en toda Europa existe una preocupación por el tema de la muerte (Danza de la muerte), los artistas la representarán con frecuencia en sus obras, Jorge Manrique no fue una excepción y , tras la desaparición de su padre, don Rodrigo, compuso una elegía funeraria en su honor, en la que se conjugan rasgos procedentes de la Edad Media con otros que anticipan la nueva época que se aproxima, el Renacimiento; este poema ha quedado como el más famoso planto elegíaco del siglo XV, expresado con gran naturalidad y sencillez que prepara esa nueva concepción del mundo y de la poesía. En las Coplas, prerrenacentistas :
Manrique
muestra
las
ideas
y
los
tópicos
Medievales: La fugacidad de la vida y la inevitable llegada de la muerte. La muerte iguala a ricos y pobres, nobles y campesinos... La vida como camino hacia la muerte. Tópico del ubi sunt? para recordar que todo perece con la muerte y nada ni nadie queda tras ella. Prerrenacentistas:
Aparece el tema de la Fama, lo único que puede permanecer de una persona tras su muerte. La fama supone ya una idea de esperanza, propia del Renacimiento. La vida de la fama, conseguida en este mundo es algo imperecedero e inmortal.
Compuso las coplas en 1476, y éstas se publicaron por primera vez en Sevilla en 1494. Está formada por cuarenta coplas de pie quebrado o manriqueñas. Cada estrofa consta de dos sextillas de pie quebrado . 8a 8b 4c 8a 8b 4c
8d 8e 4f 8d 8e 4f
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Algunos pies quebrados son pentasílabos en vez de tetrasílabos. El tema central de la obra es la muerte de Don Rodrigo. Se habla de la brevedad de la vida, la llegada de la muerte, las variaciones de la voluble fortuna... todo ello encaminado a enaltecer la figura de don Rodrigo Manrique. Por esta razón, pertenece al subgénero lírico de la elegía. En el poema se distinguen tres partes : 1) Estrofas I-XIV. La idea principal es la fugacidad de la vida, la rápida llegada de la muerte y su poder igualador, enfocado de forma general. Generalización: reflexión de carácter general sobre la vida y la muerte, la fugacidad y la inestabilidad de las cosas mundanas (todo es vanidad) dentro de una concepción cristiana. Esta parte destaca por su tono exhortativo (I-III), por su carácter sentencioso (cualquiera tiempo pasado fue mejor), por su carácter expositivo (V-VII), por su carácter ilustrativo (VIII-XIV) e invocativo (IV). Mención aparte merecen las acertadísimas metáforas de las coplas 3 y 5, el uso del plural, y las constantes formas exhortativas. 2) Estrofas XV-XXIV. Lo dicho en la parte anterior se ejemplifica a través de casos concretos: la muerte llega a todos (reyes, damas...). En esta parte se impone el tema del Ubi sunt? Particularización de los temas a través de personajes próximos en el tiempo: convencer con el uso de la interrogación retórica y el tema del Ubi sunt?.Aquí tiene como objetivo demostrar el poder igualatorio de la muerte que todo lo traga y no queda ni en la memoria. Destacan las coplas 15, 16 y 17 porque reduce la nómina de personajes clásicos y se limita a los del ayer cercano y la 16 y 17 por el uso anafórico, enfático y martilleante del que inicial, además del paralelismo formal y semántico. 3) Estrofas XXV-XL. Se centra en la persona de su padre, presentándolo como ejemplo de virtud, valentía y justicia. En esta parte nos presenta las tres vidas: a terrenal y caduca, la eterna y la de la fama. Individualización: porque después de 24 coplas finalmente aparece la figura del padre, el objeto del poema, lo que realza su carácter panegírico, lo exalta lo ennoblece con la reflexión inicial y la ejemplificación. Con expresión serena y con visión serena nos relata la vida y la muerte de D. Rodrigo (guerrero, cristiano, padre y amigo), la visita serena de la muerte, es un diálogo entre dos caballeros, su aceptación resignada y serena. Es una visión muy moderna y no truculenta de la muerte. Destacamos la concepción de las tres vidas: vida terrenal, vida eterna y la vida de la fama. Fijaos que no casualmente el poema termina con la palabra memoria. Además de esta poesía cortesana, en el siglo XV la situación de Castilla, por sus disputas entre la Monarquía y la Nobleza, propiciará una poesía de protesta satírica y a veces muy agresiva, representada en las Coplas de la panadera, Coplas de Mingo Revulgo y Coplas del Provincial.
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LA PRESENCIA DE LA MUERTE EN LA LITERATURA MEDIEVAL Razonamiento con la Muerte desnudos todos, robados, 'Muerte que a todos caídos son en pobreza; convidas, no les vale la riqueza, ¿dime qué son tus ni tesoros mal ganados manjares?" "Son tristezas y pesares, "De todo cuanto ganaron llantos, voces doloridas; en aquesta vida estrecha, · en posadas mal no les vale ni aprovecha guarnidas salvo sólo el bien que entran sordos, ciegos, obraron; mudos, que si tierra conquistaron, donde olvidan los sesudos o por fuerza o por mafia, fueros, leyes y partidas. cuantos de ellos hubo "Los que son tus saña poco les aprovecharon. convidados, Juan de Mena Muerte, ¿dime lo que hacen?' So la tierra dura yacen para siempre sepultados,
LA LLAMADA DE LA MUERTE
Danza de la Muerte según es notorio por vuestra comarca. Venid para mí, que yo soy monarca
A la danza mortal venid los nacidos que en el mundo sois, de cualquier estado; el que no quisiere, a fuerza y amidos hacerle he venir muy toste priado. Pues que ya el fraile os ha predicado que todos vayáis a hacer penitencia, el que no quisiere poner diligencia por mí no puede ser más esperado.
que prenderé a vos y a otro más alto: llegad a la danza cortés en un salto
LA MUERTE LLAMA A UN ESCUDERO Dice el Escudero: Dueñas y doncellas, habed de mí duelo, que hácenme por fuerza dejar los amores; echóme la muerte su sutil anzuelo, hácenme danzar danza de dolores. No traen, por cierto, firmarles ni flores los que en ella danzan, mas gran fealdad. ¡Ay de mí, cuitad, que en gran vanidad anduve en el mundo sirviendo señores
Dice el Rey: Dice el Cura: ¡Valía, valía, los mis caballeros! 48 Non quiero excepciones ni conjugaciones",
Dice la Muerte:
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Yo no quería ir a tan baja danza; llegad vos con los ballesteros, amparadme todos por fuerza de lanza. y Mas, ¿qué es aquesto que veo en la balanza, acortarse ti¡ vida y perder los sentidos? e El corazón se me queja con grandes gemidos; ¡adiós, mis vasallos, que muerte me tranza!
Escudero pulido de amor sirviente, dejad los amores de toda persona; venid, ved mi danza y cómo se adona, y a los que danzan acompañaredes; mirad su figura, tal os tornaredes que vuestras amadas no os querrán ver; habed buen conhorte que así ha de ser.
Dice la Muerte: Rey fuerte, que siempre robasteis 49 todo vuestro reino y henchisteis el arca, de hacer justicia muy poco curasteis,
Esta continua presencia de la muerte en la sociedad (pestes, guerras, enfermedades...) llevó a que los artistas la representaran continuamente en sus obras; Jorge Manrique no fue una excepción y, tras la desaparición de su padre, don Rodrigo, compuso una elegía funeraria en su honor.
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Coplas a la muerte de su padre 1 Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida. cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor: cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor. 2 Pues si vemos lo presente cómo en un punto se es ido y acabado, si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por pasado. No se engañe nadie, no, pensando que ha de durar lo que espera más que duró lo que vio, pues que todo ha de pasar por tal manera. 3 Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos, y allegados son iguales los que viven por sus manos y los ricos. 4 Dejo las invocaciones de los famosos poetas y oradores; no curo de sus ficciones, que traen yerbas secretas sus sabores; Aquél sólo me encomiendo: Aquél sólo invoco yo de verdad, que en este mundo viviendo el mundo no conoció su deidad. 13 Los placeres y dulzores de esta vida trabajada que tenemos, no son sino corredores, y la muerte, la celada en que caemos. No mirando nuestro daño, corremos a rienda suelta sin parar; desque vemos el engaño y querernos dar la vuelta,
5 Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar. Partimos cuando nacemos andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos, así que cuando morimos descansamos. 6 Este mundo bueno fue si bien usásemos dél como debemos, porque según nuestra fe, es para ganar aquél que atendemos. Aun aquel Hijo de Dios, para subirnos al cielo, descendió a nacer acá entre nos, y a morir en este suelo do murió. 7 Si fuese en nuestro poder hacer la cara hermosa, corporal, como podemos hacer el alma tan gloriosa, angelical, ¡qué diligencia tan viva tuviéramos toda hora, y tan presta, en componer la cautiva, dejándonos la señora descompuesta! 8 Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos y corremos que, en este mundo traidor, aun primero que muramos las perdemos: de ellas deshace la edad, de ellas casos desastrados que acaecen, de ellas, por su calidad, en los más altos estados desfallecen. 17 ¿Qué se hicieron las damas, sus tocados y vestidos, sus olores? ¿Qué se hicieron las llamas de los fuegos encendidos de amadores? Qué se hizo aquel trovar, las músicas acordadas que tañían? ¿Qué se hizo aquel danzar, aquellas ropas chapadas que traían?
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9 Decidme: La hermosura, la gentil frescura y tez de la cara, la color y la blancura, cuando viene la vejez, ¿cuál se para? Las mañas y ligereza y la fuerza corporal de juventud, todo se torna graveza cuando llega al arrabal de senectud. 10 Pues la sangre de los godos, el linaje y la nobleza tan crecida, ¡por cuántas vías y modos se pierde su gran alteza en esta vida! Unos por poco valer, ¡por cuán bajos y abatidos que los tienen!; otros que, por no tener, con oficios no debidos, se mantienen. 11 Los estados y riqueza, que nos dejen a deshora ¿quién lo duda? no les pidamos firmeza, pues son de una señora que se muda. Que bienes son de Fortuna que revuelvan con su rueda presurosa, la cual no puede ser una ni estar estable ni queda en una cosa. 12 Pero digo que acompañen y lleguen hasta la huesa con su dueño: por eso no nos engañen, pues se va la vida apriesa como sueño; y los deleites de acá son, en que nos deleitamos, temporales, y los tormentos de allá que por ellos esperamos, eternales. 21 Pues aquel gran CondestabIe maestre que conocimos tan privado, no cumple que de él se hable, mas sólo cómo lo vimos degollado. Sus infinitos tesoros, sus villas y sus lugares, su mandar, ¿qué le fueron sitio lloros? ¿Qué fueron sino pesares al dejar?
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no hay lugar. 14 Esos reyes poderosos que vemos por escrituras ya pasadas con casos tristes, llorosos fueron sus buenas venturas trastornadas; así que no hay cosa fuerte, que a papas y emperadores y prelados, así los trata la Muerte como a los pobres pastores de ganados. 15 Dejemos a los troyanos que sus males no los vimos, ni sus glorias; dejemos a los romanos, aunque oímos y leímos sus historias; no curemos de saber lo de aquél siglo pasado qué fue de ello; vengarnos a lo de ayer, que tanbién es olvidado como aquello. 16 ¿Qué se hizo el rey don Juan? Los Infantes de Aragón ¿qué se hicieron? ¿Qué fue de tanto galán, qué de tanta invención que trajeron? ¿Fueron sino devaneos? ¿qué fueron sino verduras de las eras las justas y los torneos, paramentos, bordaduras y cimeras? 25
Aquél de buenos abrigo, amado por virtuoso de la gente, el maestre don Rodrigo Manrique, tanto famoso y tan valiente; sus hechos grandes y claros no cumple que los alabe, pues los vieron, ni los quiero hacer caros pues que el mundo todo sabe cuáles fueron. 26 Amigo de sus amigos; ¡qué señor para criados y parientes! ¡Qué enemigo de enenigo! ¡Qué maestro de esforzados y valientes! ¡Qué seso para discretos! ¡Qué gracia para donosos! ¡Qué razón! ¡Qué benigno a los sujetos! ¡A los bravos y dañosos que león!
18 Pues el otro su heredero, don Enrique, ¡qué poderes alcanzaba! ¡Cuán blando, cuán halaguero el mundo con sus placeres se le daba! Más verás cuán enemigo, cuán contrario, cuán cruel se le mostró; habiéndole sido amigo, ¡cuán poco duró con él lo que le dio! 19 Las dádivas desmedidas, los edificios reales llenos de oro, las vajillas tan fabridas los enriques y reales del tesoro los jaeces, los caballos de sus gentes y atavíos tan sobrados, ¿dónde iremos a buscallos? ¿qué fueron sino rocíos de los prados? 20 Pues su hermano el inocente, que en su vida sucesor le hicieron, ¡qué corte tan excelente tuvo y cuánto gran señor siguieron! Mas, como fuese mortal, metióle la Muerte luego en su fragua. ¡Oh, juicio divinal, cuando más ardía el fuego echaste agua! 29 No dejó grandes tesoros, ni alcanzó muchas riquezas ni vajillas; mas hizo guerra a los moros, ganando sus fortalezas y sus villas; y en las lides que venció, cuántos moros y caballos se perdieron; y en este oficio ganó las rentas y los vasallos que le dieron. 30 Pues su honra y estado en otros tiempos pasados ¿cómo se hubo? Quedando desamparado con hermanos y criados, se sostuvo. Después que hechos famosos hizo en esta misma guerra que hacía, hizo tratos tan honrosos que le dieron aun más tierra
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22 Y los otros dos hermanos, maestres tan prosperados como reyes, que a los grandes y medianos trajeron tan sojuzgados a sus leyes; aquella prosperidad que en tan alto fue subida y ensalzada, ¿qué fue sino claridad que cuando más encendida. fue amatada? 23 Tantos duques excelentes, tantos marqueses y condes y varones Como vimos tan potentes, di, Muerte, ¿dó los escondes y traspones? Y las sus claras hazañas que hicieron en las guerras y en las paces, cuando, tú, cruda, te ensañas, con tu fuerza las aterras y deshaces. 24 Las huestes innumerables, los pendones, estandartes y banderas, los castillos impugnables, los muros y baluartes y barreras la cava, honda, chapada, o cualquier otro reparo. ¿qué aprovecha? Cuando tú vienes airada, todo lo pasas de claro con tu flecha. 33 Después de puesta la vida tantas veces por su rey al tablero; después de tan bien servida 1a corona de su rey verdadero; después de tantas hazañas a que no puede bastar cuenta cierta, en la su villa de Ocaña vino 1a Muerte a llamar a su puerta 35 diciendo: “Buen caballero, dejad el mundo engañoso y su halago; vuestro corazón de acero muestre su esfuerzo famoso en este trago; y pues de vida y salud hicisteis tan poca cuenta por la fama, esfuércese la virtud para sufrir esta afrenta
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27 En ventura Octaviano; Julio César en vencer y batallar; en la virtud, Africano; Aníbal en el saber y trabajar; en la bondad, un Trajano; Tito en liberalidad con alegría; en su brazo, Aureliano; Marco Atilio en la verdad que prometía. 28 Antonio Pío en clemencia; Marco Aurelio en igualdad del semblante; Adriano en elocuencia; Teodosio en humanidad y buen talante; Aurelio Alejandro fue en disciplina y rigor de la guerra; un Constantino en la fe, Carnilo en el gran amor de su tierra.
que tenía. 31 Estas sus viejas historias que con su brazo pintó en juventud, con otras nuevas victorias ahora las renovó en senectud. Por su grande habilidad, por méritos y ancianía bien gastada, alcanzó la dignidad de la gran Caballería del Espada. 32 Y sus villas y sus tierras ocupadas de tiranos las halló; más por cercos y por guerras y por fuerza de sus manos las cobró. Pues nuestro rey natural, si de las obras que obró fue servido, dígalo el de Portugal y en Castilla quien siguió su partido.
37 “-Y pues vos, claro varón tanta sangre derramastes de paganos, esperad el galardón que en este mundo ganastes por las rnanos; y con esta confianza, y con la fe tan entera que tenéis, partid con buena esperanza que esta otra vida terce ra ganaréis.” 38 - “No gastemos tiermpo ya en esta vida mezquina por tal modo, que mí voluntad está conforme con la divina para todo; y consiento en mi morir con voluntad placentera clara y pura, que querer hombre vivir cuando Dios quiere que muera, es locura.
que os llama. 35 “No se os haga tan amarga la batalla temerosa que esperáis, pues otra vida más larga de la fama gloriosa acá dejáis, aunque esta vida de honor tampoco no es eternal ni verdadera; mas, con todo, es muy rnejor que la otra temporal perecedera”. 36 'El vivir que, es perdurable no se gana con estados mundanales, ni con vida delectable donde moran los pecados infernales; mas los buenos religiosos gánanlo con oraciones y con lloros; los caballeros famosos, con trabajos y aflicciones contra moros.
39 'Tú, que por nuestra maldad, tornaste forma servil y bajo nombre; tú, que a tu divinidad juntaste cosa tan vil como el hombre; Tú, que tan grandes tormentos sufriste sin resistencia en tu persona, no por mis merecimientos, mas por tu sola clemencia me perdona.' 40 Así, con tal entender, todos sentidos humanos conservados, cercado de su mujer y de sus hijos y hermanos y criados, dio el alma a quien se la dio el cual la ponga en el cielo en su gloria, que aunque la vida murió, déjonos harto consuelo su memoria.
Cuestionario de trabajo
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a.- En la copla primera aparece una exhortación, que se justifica con las dos siguientes. En la segunda estrofa Manrique utiliza la imagen del punto para referirse a la brevedad de la vida : ¿ por qué creéis que lo hace ? En la siguiente estrofa - la tercera - aparece otra metáfora ( la de la vida como río ), ¿ qué significados pensáis que tiene ? b.- ¿A quién va dirigida la invocación de la estrofa cuarta?¿A quién renuncia a invocar? Relacionad estas respuestas. c.- Tras la invocación, Manrique contrapone los bienes terrenos a la muerte : ¿de qué manera lo hace ? ¿Qué imágenes utiliza para hablarnos del mundo y de la vida? Hasta la estrofa 13, incluida, aparecen cuatro temas que son diversos puntos de un mismo asunto, que los engloba: todo es vanidad de vanidades. Señalad cuáles son y qué estrofas comprenden ¿Creéis que Manrique quiere transmitir algún tipo de enseñanza ? d.- Con las coplas 14 y 15 se inicia el tratamiento del Ubi sunt?, que consiste en preguntarse por una serie de personajes famosos y lejanos en el tiempo ya desaparecidos. Sin embargo, nuestro autor introduce algunas modificaciones al utilizar este tópico; señalad aquéllas que descubráis. ¿ Qué efecto creéis que consigue con el recurso utilizado en las coplas 16 y 17 ? e.- Entre las estrofas 14 y 20 Manrique utiliza gran cantidad de palabras, frases e imágenes con las que se refiere a la fugacidad de la vida y a la futilidad de los bienes terrenos. Señalad un buen número de ellas e indicad qué quiere expresar con ellas el autor en sus respectivos contextos. f.- Leed atentamente la estrofa 17. El ritmo de esta estrofa es diferente al del resto de la obra; ¿podríais explicar en qué consiste la diferencia? Para hacerlo, analizad primero el ritmo de la obra completa; luego el de esta copla. Fijaos que está justo en el centro del poema, en el centro del tema del Ubi sunt?, no habla de muerte, sino de todo lo contrario; en fin, son muchas coincidencias. g.- En la estrofa 25 Manrique comienza a hablarnos, por fin, de su padre, el maestre don Rodrigo Manrique. ¿ Qué nos dice de él el poeta ? Fijaos en las estrofas 26 - 28 : ¿ no os sorprende que ahora sí recurra a grandes nombres de la antigüedad ? ¿ Qué cualidades selecciona de ellos ? ¿ Son las que correspondían a un guerrero medieval ? h.- A partir de la copla 33 se inicia el diálogo entre don Rodrigo y la Muerte; resumid las palabras de cada uno de ellos; fijaos, sobre todo, en lo que dice la Muerte acerca de la otra vida. ¿ Cómo nos
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presenta el autor la muerte ? ¿ Y su padre, qué actitud mantiene ? ¿ Tienen que ver estos comportamientos con la religión ? i.- Si leéis las Coplas en voz alta, os daréis cuenta de que poseen un ritmo pausado y solemne, que se debe tanto a la métrica empleada como a los recursos de que se vale el autor. En cuanto a estos últimos, los paralelismos, el uso de los gerundios y el tono exhortativo destacan especialmente; tratad de identificar algunos de cada tipo y comentad qué quiere expresar con ellos el poeta. Analizad también las características métricas de la estrofa. j.- En vuestra opinión, ¿ qué actitud mantiene Manrique ante la muerte de su padre ? ¿ Se parece a la idea que encontrábamos en los textos de la Edad Media que leímos antes? ¿Qué diferencias encontráis? k.- Después de haber leído la Coplas habréis observado que en ellas se produce una continua lucha éntre la vida y la muerte. ¿Es una obra optimista o pesimista en lo que se refiere a este tema?
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Actividad de refuerzo con la lectura de otras elegías ELEGÍA A RAMÓN SIJÉ (MIGUEL HERNÁNDEZ) (En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería)
Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes. Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.
Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano.
Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera
Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento.
de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores. Alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irán a cada lado disputando tu novia y las abejas.
Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.
Tu corazón ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mí avariciosa voz de enamorado.
No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida
A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.
Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos. Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano está rodando por el suelo. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada. En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofes y hambrienta.
Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (F.G. Lorca) 43
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1.- La cogida y la muerte. A las cinco de la tarde. cuando la plaza se cubrió de yodo Eran las cinco en punto de la tarde. a las cinco de la tarde, Un niño trajo la blanca sábana la muerte puso huevos en la herida a las cinco de la tarde. a las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida A las cinco de la tarde. a las cinco de la tarde. A las cinco en punto de la tarde. Lo demás era muerte y solo muerte a las cinco de la tarde. Un ataúd con ruedas es la cama a las cinco de la tarde. El viento se llevó los algodones Huesos y flautas suenan en su oído a las cinco de la tarde. a las cinco de la tarde. Y el óxido sembró cristal y níquel El toro ya mugía por su frente a las cinco de la tarde. a las cinco de la tarde. Ya luchan la paloma y el leopardo El cuarto se irisaba de agonía a las cinco de la tarde. a las cinco de la tarde. Y un muslo con un asta desolada A lo lejos ya viene la gangrena a las cinco de la tarde. a las cinco de la tarde. Comenzaron los sones del bordón Trompa de lirio por las verdes ingles a las cinco de la tarde. a las cinco de la tarde. Las campanas de arsénico y el humo Las heridas quemaban como soles a las cinco de la tarde. a las cinco de la tarde, En las esquinas grupos de silencio y el gentío rompía las ventanas a las cinco de la tarde. a las cinco de la tarde. A las cinco de la tarde. ¡Y el toro solo corazón arriba! ¡Ay qué terribles cinco de la tarde! a las cinco de la tarde. ¡Eran las cinco en todos los relojes! Cuando el sudor de nieve fue llegando ¡Eran las cinco en sombra de la tarde! a las cinco de la tarde, 2.- La sangre derramada ¡QUE no quiero verla! sobre un hocico de sangre derramadas en la arena, Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre y los toros de Guisando, de Ignacio sobre la arena. casi muerte y casi piedra, mugieron como dos siglos ¡Que no quiero verla! hartos de pisar la tierra. No. ¡Que no quiero verla! La luna de par en par. Caballo de nubes quietas, y la plaza gris del sueño Por las gradas sube Ignacio con sauces en las barreras. con toda su muerte a cuestas. Buscaba el amanecer, ¡Que no quiero verla! y el amanecer no era. Que mi recuerdo se quema. Busca su perfil seguro, ¡Avisad a los jazmines y el sueño lo desorienta. con su blancura pequeña! Buscaba su hermoso cuerpo y encontró su sangre abierta. ¡Que no quiero verla! ¡ No me digáis que la vea! No quiero sentir el chorro
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La vaca del viejo mundo pasaba su triste lengua
cada vez con menos fuerza; ¡ Qué gran torero en la plaza! ¡ Qué gran serrano en la sierra! ¡Qué blando con las espigas! ¡Qué duro con las espuelas! ¡Qué tierno con el rocío! ¡ Qué deslumbrante en la feria! ¡ Qué tremendo con las últimas banderillas de tiniebla !
ese chorro qué ilumina los tendidos y se vuelca sobre la pana y el cuero de muchedumbre sedienta. ¡Quién me grita que me asome! ¡No me digáis que la vea! No se cerraron sus ojos cuando vio los cuernos cerca, pero las madres terribles levantaron la cabeza. Y a través de las ganaderías, hubo un aire de voces secretas que gritaban a toros celestes, mayorales de pálida niebla.
Pero ya duerme sin fin. Ya los musgos y la hierba abren con dedos seguros la flor de su calavera. Y su sangre ya viene cantando: cantando por marismas y praderas, resbalando por cuernos ateridos, vacilando sin alma por la niebla, tropezando con miles de pezuñas como una larga, oscura, triste lengua, para formar un charco de agonía junto al Guadalquivir de las estrellas.
No hubo príncipe en Sevilla que comparársele pueda, ni espada como su espada, ni corazón tan de veras. Como un río de leones su maravillosa fuerza, y como un torso de mármol su dibujada prudencia. Aire de Roma andaluza le doraba la cabeza donde su risa era un nardo de sal y de inteligencia.
Oh blanco muro de España! ¡ Oh negro toro de pena! ¡ Oh sangre dura de Ignacio! ¡Oh ruiseñor de sus venas! No. ¡ Que no quiero verla! Que no hay cáliz que la contenga, que no hay golondrinas que se la beban, no hay escarcha de luz que la enfríe, no hay canto ni diluvio de azucenas, no hay cristal que la cubra de plata. No. ¡Yo no quiero verla!
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3.- Cuerpo Presente LA piedra es una frente donde los sueños gimen sin tener agua curva ni cipreses helados. La piedra es una espalda para llevar al tiempo con árboles de lágrimas y cintas y planetas.
Ya está sobre la piedra Ignacio el bien nacido. Ya se acabó; ¿qué pasa? Contemplad su figura: la muerte le ha cubierto de pálidos azufres y le ha puesto cabeza de oscuro minotauro.
Yo he visto lluvias grises correr hacia las olas levantando sus tiernos brazos acribillados, para no ser cazadas por la piedra tendida que desata sus miembros sin empapar la sangre.
Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca. El aire corno loco deja su pecho hundido, y el Amor, empapado con lágrimas de nieve, se calienta en la cumbre de las ganaderías.
Porque la piedra coge simientes y nublados, esqueletos de alondras y lobos de penumbra; pero no da sonidos, ni cristales, ni fuego, sino plazas y plazas y otras plazas sin muros ¿Quién arruga el sudario? ¡No es verdad lo que dice! Aquí no canta nadie, ni llora en el rincón, ni pica las espuelas, ni espanta la serpiente: aquí no quiero más que los ojos redondos para ver ese cuerpo sin posible descanso.
¿Qué dicen? Un silencio con hedores reposa. Estamos con un cuerpo presente que se esfuma, con una forma clara que tuvo ruiseñores y la vemos llenarse de agujeros sin fondo. Yo quiero que me enseñen un llanto como un río que tenga dulces nieblas y profundas orillas, para llevar el cuerpo de Ignacio y que se pierda sin escuchar el doble resuello de los toros.
Que se pierda en la plaza redonda de la luna Yo quiero ver aquí los hombres de voz dura. que finge cuando niña doliente res inmóvil; Los que doman caballos y dominan los ríos: que se pierda en la noche sin canto de los peces los hombres que les suena el esqueleto y en la maleza blanca del humo congelado. y cantan con una boca llena de sol y pedernales. Aquí quiero yo verlos. Delante de la piedra. Delante de este cuerpo con las riendas quebradas. Yo quiero que me enseñen dónde está la salida para este capitán atado por la muerte.
No quiero que le tapen la cara con pañuelos para que se acostumbre con la muerte que lleva. Vete, Ignacio: No sientas el caliente bramido. Duerme, vuela, reposa: ¡También se muere el mar!
4.- Alma Ausente No te conoce el toro ni la higuera, ni caballos ni hormigas de tu casa. No te conoce el niño ni la tarde porque te has muerto para siempre.
Porque te has muerto para siempre, como todos los muertos de la Tierra, como todos los muertos que se olvidan en un montón de perros apagados.
No te conoce el lomo de la piedra, ni el raso negro donde te destrozas. No te conoce tu recuerdo mudo porque te has muerto para siempre.
No te conoce nadie. No. Pero yo te canto. Yo canto para luego tu perfil y tu gracia. La madurez insigne de tu conocimiento. Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca. La tristeza que tuvo tu valiente alegría.
El otoño vendrá con caracoles, uva de niebla y montes agrupados, pero nadie querrá mirar tus ojos porque te has muerto para siempre.
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, un andaluz tan claro, tan rico de aventura. Yo canto su elegancia con palabras que gimen y recuerdo una brisa triste por los olivos.
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Elegía La niña rosa, sentada. Sobre su falda, como una flor, abierto un atlas. ¡Cómo la miraba yo viajar, desde mi balcón! Su dedo, blanco velero, desde la islas Canarias iba a morir al mar Negro.
¡Cómo la miraba yo morir, desde mi balcón! La niña, rosa sentada, sobre su falda, como una flor, cerrado, un atlas. Por el mar de la tarde van las nubes llorando rojas islas de sangre. Rafael Alberti
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Actividad de recapitulación y evaluación. 1.- Relee las Coplas y haz una redacción sobre la importancia que da Manrique a la vida de la fama. La Edad Media es una época teocéntrica, Dios lo preside todo. Se anuncia con esta idea del poeta el próximo Renacimiento, es decir, una nueva época marcada por un antropocentrismo en el que el hombre empieza a considerar que la vida terrenal no es un valle de lágrimas o un camino para ganar la vida sobrenatural, sino que el hombre también siente necesidad de merecer una gloria mundana. 2.- Lee la siguiente composición llamada zéjel y contesta después a las preguntas: Tres morillas me enamoran en Jaén, Axa y Fátima y Marién. Tres morillas tan garridas iban a coger olivas, y hallábanlas cogidas en Jaén, Axa, Fátima y Marién y hallábanlas ya cogidas, y tornaban desmaídas y las colores perdidas en Jaén, Axa, Fátima y Marién. Tres morillas tan lozanas, iban a coger manzanas y cogidas las hallaban en Jaén, Axa, Fátima y Marién. Siglo XV
a.- Medida de los versos. ¿Hay estribillo en este poema? ¿Hay algún verso que vaya enlazando el resto de los versos y el estribillo?
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b.- ¿Qué recursos se utilizan en el poema? ¿Son reiterativos con alguna variación? c.- ¿Crees que siempre fue hostil y bélica la acción de los cristianos contra los árabes en la Edad Media? ¿Qué sentimientos se advierten en este poema? 3.- Lee los poemas castellanos del XV siguientes : a) Paséisme ahora allá, serrana, que no muera yo en esta montaña. Paséisme ahora allende del río, paséisme ahora allende del agua, que estoy triste, mal herido, que no muera yo en esta montaña.
b) ¿ A quién contaré mis quejas, mi lindo amor? ¿ A quién contaré yo mis quejas si a vos no ?
Estos poemas castellanos, ¿con qué otros poemas líricos peninsulares podemos entroncarlos? ¿Qué expresa el primero? ¿En boca de quién está? ¿Cuál es el yo lírico del segundo? ¿Qué sentimiento expresa? ¿Qué recursos comunes se utilizan en los dos poemas? 4.-Busca el poema de Luis García Montero “Coplas a la muerte de un colega” y observa e indica las diferencias y semejanzas con las Coplas de Jorge Manrique. 5.- Busca y copia el Planto por Trotaconventos del Arcipreste de Hita. Comenta lo que te sugiera el texto y establece las relaciones pertinentes con los anteriores.
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