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¿Qué hacer cuando lo vemos todo negativo?

Cuando lo vemos todo negativo, en realidad, no es todo, pero nos lo parece. Llegamos a casa y nada nos parece bien, nos quejamos de nuestro hogar, amistades, nuestro trabajo… Somos capaces de quejarnos de todo. Pero… ¿es todo tan negativo?

nes. Cuando pensamos que hemos perdido el control de todo podemos llegar a pensar que todo está mal. Pasa igual cuando queremos controlarlo todo ya que es imposible que podamos hacerlo.

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Los demás deberían

En este punto entran en juego nuestra expectativas. Cuando lo que ocurre no encaja con la idea que nos habíamos formado, esto es, con nuestras expectativas, nos sentimos mal, decepcionados. Y eso nos causa sufrimiento. La recomendación para los «debería» es aceptar que lo que ocurre ahí fuera es cambiante y variable. Una mente abierta nos hace afrontar mejor los contratiempos.

Culpabilidad

Por un lado la persona tiende a culpar a los demás de su sufrimiento o se culpa a sí misma del sufrimiento que causa a los demás. Cuando lo vemos todo negativo, en muchas ocasiones, tendemos a culpar a los demás de nuestras desgracias e infelicidad. Lo mejor que podemos hacer es ver qué responsabilidad tenemos en todo lo que nos está ocurriendo.

Anticipar la catástrofe

“¿Y si…?”, “Me duele un poco la cabeza, ¿y si tuviera un tumor?”. Cuando lo vemos todo negativo también solemos ver el futuro con cierto pesimismo. «Todo está mal y todo estará mal». Para ello, la atención plena también nos sirve como una gran herramienta ya que nos ayuda a estar en el presente.

Interpretación del pensamiento

Creemos que sabemos lo que piensan los demás y por qué hacen lo que hacen. “Me pregunta cómo estoy porque le doy lástima”, «me has mirado mal porque te crees mejor que yo»… Cuando todo lo vemos mal, solemos interpretar el pensamiento de los demás de la forma más negativa posible.

Nuestros hábitos

Verlo todo de forma negativa es parte de un aprendizaje que puede ser tanto consciente como inconsciente. Si las personas que nos rodean poseen un discurso catastrofista, es probable que acabemos pensando que la realidad es negativa. Por otro lado, si nuestro entorno es estimulante y positivo, nuestra visión será diferente.

Reestructurar la mente es posible, pero no de una día para el otro. La energía de nuestros hábitos nos lleva a pensar de la misma forma una y otra vez aún cuando estemos trabajando para cambiar nuestro pensamiento. Es por ello muy importante, no cejar en el intento y en la práctica. Porque, poco a poco, iremos interiorizando una nueva forma de ver la vida que nos hará ver los aspectos positivos.

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