Necrospectivas Vol. 1 de Pablo Espinoza Bardi

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Necrospectiva Vol. 1 Pablo Espinoza Bardi.


Contacto: carrollera@gmail.com Web: www.cinosargo.cl.kz Derecho de autor No de registro:195507 ISBN: 978-956-332-824-0 Edici贸n impresa: 500 ejemplares Fuente utilizada: Courier new tama帽o 12. Pablo Espinoza Bardi. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducci贸n total o parcial de este documento por cualquier medio, sin el previo y expreso consentimiento por escrito del autor. Cinosargo Ediciones. Todos los derechos reservados a nombre de Daniel Rojas Pachas. Imagen de portada: Grzegorz Kmin. Todos los derechos reservados.


Al “viejo loco� de mi padre


Voces previas a la lectura. "Toda comunicación participa del suicidio y del crimen” (Georges Bataille)

Si pensar en narrativa dentro del Norte Grande nos sitúa de modo casi directo en el desierto y sin ánimo de exagerar... literalmente desnudos en la precariedad. El pensar al arbitrio de dichas latitudes en el género de terror y fantasía y no cualquier horror con finales sorpresivos al uso, sobrexplotación de lo sobrenatural o místicas e incomprensibles geometrías en juego, sino un terror de corte psicológico, intencionalmente esquizofrénico e intuitivamente delirante, sin asco podemos afirmar que “Necrospectiva Vol. 1” nos ubica en las antípodas de lo razonable. Como libro la colección de cuentos de Espinoza Bardi genera, a la luz del canon de provincia norte y sus códigos de belleza e interpretación de la realidad, una apuesta al vacío... Apuesta que Cinosargo Ediciones abraza pues precisamente en aquel riesgo y desacato, en esa escatología desatada y violencia reflexiva y firme como bisturí en mano de un profesional de la tortura, bulle el encanto del trabajo literario de este autor y las diversas formas y rostros que el contenido adopta en sus relatos. Por ello vale la pena señalar que el libro que en este momento tiene en sus manos “Necrospectiva Vol. 1“, colección de cuentos que constituye la pieza inaugural de la carrera como escritor de Pablo Espinoza Bardi, es una invitación vertiginosa y experiencia nunca antes asumida a cabalidad, vivenciada y transmitida con tanta soltura y oscura confianza por autor alguno avecindado en el norte y me atrevería a decir... sólo por unos pocos en el resto del país. En este sentido me gustaría enfocar la presente lectura de Necrospectiva Vol.1 recalcando la actitud que el texto asume al momento de empaparnos estéticamente con otras coordenadas de lo real.


Bolaño en torno a la novela de Vila-Matas “La asesina ilustrada” dijo: Hay libros que inspiran miedo. Miedo de verdad. […] leía entonces una novela breve en una de cuyas páginas se advertía al lector que a partir de ese momento podía morirse. Es decir que se podía morir literalmente, caerse al suelo y no levantarse. La novela era La asesina ilustrada, de Enrique Vila-Matas, y que yo sepa ninguno de sus lectores se murió aunque muchos salimos transformados después de su lectura, con la certeza de que algo había cambiado para siempre en nuestra relación con la lectura... El libro de Espinoza Bardi sin duda comparte dicha actitud, los cuentos claro está... no te dicen literalmente “en este punto usted se va a morir”, más bien persiguen matar de forma directa al destinatario ingenuo, acostumbrado, facilista... y para ello operan manipulando los límites de su comprensión y pasividad golpeándolo con cuotas que se introyectan a un género, a un estilo, a una escuela de creación crepuscular y manida y la reinventan desde sus viejas entrañas hibridando lo clásico y mejor de Lovecraft y en nuestra lengua Quiroga, Lautreamont o Wilcock agregando su cuota de gore, slasher, cyberpunk y continente de serial killer´s mind. Bardi tiene la capacidad de tomar un agotado axioma como el de Huidobro “el pequeño dios de la escritura” y sumergirlo en lejía para terminar cosiéndolo por la médula al demiurgo de Descartes, aquél engañoso genio maligno lo cual otorga como resultado un híbrido freak que en manos de nuestro autor sería una especie de Imbunche cargado con la ambigua personalidad de Gollum, dispuesto a jugar y manipular las piezas, los narradores, aquellos contradictorios personajes y atmósferas y de más está nombrar el lenguaje y su affaire con otros códigos. La suma de elementos y la disposición nos ubica a veces como cómplices, en otras como testigos... alternativamente ante el rol de torturador y víctima de un tercero o presa de la propia mente en un intento por deshilvanar y edificar las profundidades y fronteras que constituyen el principio de una mente asesina y sus continuas necesidades por acceder a un segundo de paz o silencio, una enajenación de las palabras y las cifras gracias al placer de escribir a machetazos sobre el cuerpo de su creación. Sin embargo, no todo acaba allí. Todo principio rayano a la idea de precipicio, promueve en la obra de Espinoza Bardi vasos comunicantes entre génesis y apocalipsis estrechando lazos con el abismo de amor, locura y muerte de Sade, las pesadillas y el hacha de Raskolnikov,


la maquinaria de Orwell, Hitchcock y sus musas sacrificables... y una cohorte extensa de consciencias que se atreven a cruzar los límites de la introspección en busca del golpe que quiebre nuestra discontinuidad. Como dijese Bataille en “Sobre Nietzsche”: "Toda comunicación participa del suicidio y del crimen”. Percepción que apreciamos sin ir más lejos desde el primer relato de Necrospectiva Vol.1 “0248084799” y transversalmente en sus hermanos que otean juntos hacia lo más profundo, sin miedo a la mirada que retorna. Finalmente vale la pena referirse al hombre detrás de las historias... como dijera Rodrigo Fresán: “Siempre digo que a los escritores se los puede describir mediante dos grandes grupos: están los escritores que leen –que para mí son estos escritores modelos, tipo Saramago, Sábato, un poco “pontificantes”- y demasiado compenetrados, para mí, con el mundo de la no ficción, en el sentido de su relación con la realidad; para mí es un poco “higiénica”; a mí me gusta la idea del escritor un poco más apartado de la realidad, no tan enrollado ni tan combativo, ni tan militante con cuestiones sociales. No me parece que esta sea la verdadera misión del escritor. (…) Y del otro lado, están los lectores que escriben. Yo me siento más un lector que escribe en ese sentido. (…) Básicamente, uno empieza a escribir porque le gusta estar solo. Uno empieza leyendo a solas, entonces quiere escribir a solas” El caso de Espinoza Bardi si lo superponemos a estas palabras del argentino resulta peculiar pues bien podemos observar su mente creativa como parte del segundo grupo, sin mucho interés en la coyuntura, crisis, esplendor y progreso de su entorno inmediato, en este caso San Marcos de Arica. Enajenado por la ficción, estamos ante un lector solitario que escribe... pero este autor va más allá... pues la ficción y las lecturas no se resumen en el libro como objeto poluto y sagrado. Aparece entonces la figura de un cinéfilo que escribe, la de un melómano que escribe, la de un fanático que escribe... de modo que el sistema de signos del cine, el cómic y la música son parte crucial de la atmósfera que busca lograr y no sólo una cita o caprichosa referencia intertextual. De sobra está decir que su prosa no limita en lo absoluto con el ripio de Humberstone o la nostálgica gloria del guano. Su universalidad reposa en lo cotidiano de la fantasía y no a la manera de Julio Verne sino con la asfixia de Kafka... pero una asfixia filtrada por los ochenta, al compás del jadeo de Frank Booth. Una mente


provista y moldeada bajo el alero de cartoons como el Super Agente Cobra capaz de educar la sensibilidad de una mente en (de) formación y en ese sentido como obviar una tarde de arriendos en el video-club de la esquina con esas sugerentes tapas del hit del momento, sin embargo, es el rincón de las cintas clases B... (El descubrir Bad Taste de Peter Jackson o Nekromantik de Buttgereit) el reducto elegido para continuar con la tarea iniciada por ese escurridizo anime que uno se pregunta... cómo pasó la censura de televisión nacional. Una vez ajustado el tracking... sólo basta con subir el volumen y deleitarse con esos gritos ahogados que saturan y rompen la hoja.

Daniel Rojas Pachas Escritor y Editor de Cinosargo.


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Hace dos horas observo la caja. Aun no me atrevo a ver su contenido. La cinta tiene un nudo ciego y el papel de envolver está algo aceitoso. La observo desde todos los ángulos, tratando de adivinar el resultado final. Un dulce aroma a vainilla penetra mi ser dándome una alegría que no sentía en años. Jugueteo con la caja, rajando de a poco su envoltura y dejando escapar cada vez más ese intoxicante olor... eso me excita. El peculiar juego de rajar a intervalos el papel me traslada hacia el comienzo, cuando pausadamente le metía mano, dejando entrever algo de sus morenas carnes mientras que tímidamente besaba sus zonas expuestas. Eso me volvía loco. Ese juego inocente de quitar despacio, de manosear el cuerpo con una lentitud casi enfermiza... de disfrutar el momento... de retardar lo más posible el placer. Procedo a cortar la cinta de una forma casi ritual, el papel es removido con sumo cuidado, dejando ver el hermoso decorado de la caja. Un gran detalle de su parte. Veo la secuencia del número de la factura, todo es detallado a la perfección, el artesano es muy serio en lo que hace, explica el proceso de su trabajo al igual que las herramientas usadas. Los valores son correctos, también el impuesto. Por la serie numérica me doy cuenta de la cantidad de trabajos que le deben encargar... es reservado, no tiene dirección, solo una página web. El catálogo anexo a la factura me tienta, es sublime; mesas, sillas, percheros, gabinetes, joyeros, candelabros, toda una obra maestra del artesano... no... Un verdadero artista. El aroma a vainilla vuelve a emocionarme... me gusta la vainilla, se puede mezclar con casi todo. Trato de disfrutar este momento en su máxima plenitud. Los detalles nunca se deben pasar por alto. El contenido de la caja me llena de júbilo, tengo todo el tiempo del mundo para contemplarla. La suave textura y el fino acabado me enloquecen, es suave y hermosa, es como la recordaba.


SOMMEIL PARADOXAL

Las personas alrededor de la mesa empiezan a cambiar en formas complicadas e imprecisas. En aquellos rostros se forman profundos túneles, y a través de esos túneles puedes vislumbrar una locura de la cual no puedes escapar. El corazón se agita y sudas frío... y por los pasadizos formados en cada cabeza brotan miles de hormigas que son expulsadas hacia la mesa, agrupándose y apoderándose primero de tus manos, y luego de tus brazos y cuerpo. Al sacudirte las manos, ves que estas toman dimensiones irreales… se expanden y contraen a medida que las alejas y acercas a ti. Ves como las paredes de la habitación se diluyen, mostrando la pesadilla oculta que se cuela sobre la infinidad de mundos que se expanden hacia el infinito. Terribles criaturas surgen apócrifas mostrando horrendos surcos en la piel contaminada con realidad… criaturas que emergen de los ángulos que dejaron de ser esquinas /… 45º…, 90º…, 180º…, 360º…, / se prostituyen como amenazantes pedazos de dioses nacidos del caos. Resistes… cada vez llegas más lejos, hasta que punto aguantas… hasta cuanto puedes ver. Piensas si la carbamazepina o la fenitoína detienen ese ansiado proceso de libertad, de abrir la carne y salir proyectado hacia otras realidades…. De contemplar la galaxia interna, del Todo a la Nada y de la Nada al Todo. De viajar succionado por un alcantarillado cósmico en donde... 1,97899080CAES455334272CAES127CAES907CAES945 159.890CAES972341228REM909REM458342REM56767 REM121REM566444787123REM456REMREM66166621 990674543REM656008REMCAES3427655671004345654 345REM799MALREM876MAL111REMCAES948564711 909MALREM675876MALREM110557342857563083834 234900REM434234120453REMCAES6474748372764748 556REM123REM467889REM23412REM78743REM8781 908431REM556199453456434REM65754REM164746552 099CAES456789895776934CAES54542125REM5524525 4562341219878992654111253625898547213REM125467 CAES443009REM798CAES12523656547CAES24586451 871324CAESREM12545874574585REM325658CAES457 …...de estrellas nacen y mueren, mueren y nacen……. para comenzar todo de cero.


Nuestra realidad empieza a carcomer tú irrealidad rompiendo la tela del lienzo, alejándote vertiginosamente de la dimensión de Dalí, Beksinski, Bacon y Giger. Y caes…....... Caes sin rumbo hacia el oscuro de hormigas de Buñuel… hasta oreja repleta de hormigas nuevamente al jodido color… asquerosa realidad.

orificio de la mano infestada emerger por el agujero de la de Lynch. Del negro pasas para despertar en esta, la


LAPSUS

El extenso camino se mostraba en descenso, iluminado tímidamente por los postes que se extendían hacia delante, siempre hacia delante… adelante y abajo. Mi lenta peregrinación a una tierra desconocida carcomía mi espíritu con deformadas representaciones de angustia, transitando hacia un Tártaro que engullía gradualmente el cemento, el vidrio, el hierro y el asfalto de la ciudad. La luz naranja de aquellos postes llenaban de terror mis sueños infantiles, una luz que no era luz… una falsedad que proyectaba falsedad. Estas creaban a mí alrededor deformaciones de todo tipo… el anaranjado haz de luz dividía mi forma en cientos de otras formas. Las siluetas proyectadas de mi ser se fundían en una legión de abominaciones las cuales adquirían una desagradable consistencia, que arrancaban ilusorios pedazos de piel muerta. ............................................................ Belial me susurraba al oído que el final estaba cerca. El viaje fue doloroso. Los demonios que brotaban de la hipocresía de mis actos se regocijaban con las migajas obtenidas. El siguiente poste se encontraba apagado… sigo caminando… no se que esperar…..................................................


RADAMANTO

“FIAT JUSTITIA ET PEREAT MUNDUS”, Hágase la justicia y que se hunda el mundo.

Las lámparas crean formas abstractas en la oscura habitación; rojo, verde y azul se reparten etéreamente por cada rincón. A tu derecha se encuentra un cenicero repleto cenizas y de colillas de cigarro… el tiempo ha pasado como te podrás haber dado cuenta. Las televisión no te mostrará nada, pero te quedas viendo fijo todos esos puntitos luminosos de la estática mientras el cigarrillo se consume en tu boca. Miras con aquella mirada interna… te cuestionas, piensas sobre lo acontecido… distorsionas tu realidad al punto de hacerla artificial. La puerta se abre y una silueta te llama por tu nombre… te obliga a meter la cabeza dentro de una caja, te obliga a mirar por el pequeño agujero que hay en la caja… Y ves. Ves todo menos claro, todo se pierde y se va al carajo. El pasillo iluminado con focos verdosos y parpadeantes te indicará el camino. Muchas manos que brotan protervas de las paredes tratarán de detenerte. Cada vez caerás por el angosto pasillo y todo se irá tornando más negro, tan negro que la espesura de aquella oscuridad entrará por tu nariz y llenará tus pulmones de dolor… y seguirás cayendo por el pasillo. A cabo de un tiempo no podrás ver, las sombras crearán más sombras y los sonidos de angustia carcomerán tus insanos yoes hasta que ya no puedas oír, al penetrar en la eterna...


1 (x) 5

Gritos..., desesperación... (Sangre). Sangre mezclada con trozos blancuzcos y gelatinosos. Uno de los cinco cuerpos tumbado y humeando por el agujero hecho en la cabeza (rostro deformado en extrema violencia)... sesos pegoteados en la pared, carne chamuscada, desesperación y más gritos. Ahora solo quedamos cuatro. Alguno de nosotros se pasea como un animal asustado en medio de la autopista. Otro de nosotros está aterrorizado, se coloca en un rincón... agarrándose la cabeza con sus manos. El que tiene el arma ríe enfermizo lanzando espuma por la boca y se ubica en medio de la sala... analizando, escogiendo. Solo debo pensar ¿quién de nosotros sigue?... al parecer este juego se torna eterno, por eso se incorporó este revólver (ya que se hacía un tanto aburrido y mucho más sanguinario hace un tiempo atrás), esto le da el toque que faltaba. Solo somos cuatro. ¡Quien mierda sigue! BANG...!!! Otro menos. (Ahora somos tres). La bala atravesó su garganta... gárgaras, asfixia, sangre. Esto es demasiado confuso, nunca entenderemos cual es el que predomina sobre nosotros. ¿Por qué tienes tú el arma? ¿Por qué no nos turnamos? Sería justo ¿no? Pero antes era más brutal ¡Una verdadera carnicería! Palos, machetes, cuchillos... la sesión se hacía interminable, al menos con el arma esto se hace más dinámico... más sofisticado. Quedamos pocos... antes eran más (debo concentrarme), cada uno distinto y especial, cada uno con mentes, personalidades, ideas, complejos, alegrías, obsesiones, placeres, tristezas y manías distintas... cada día que pasa somos cuatro menos... (Vamos progresando: eso es bueno). Solo así saldré de aquí. Ya falta poco (…) Ya somos pocos. ¡Quien mierda sigue! BANG...!!! En el pecho ¡Huesos astillados! La sangre brota a borbotones... el olor a pólvora entra ácido por mi nariz y me irrita la vista. Pobre, agoniza... se arrastra buscando la salida. El que tiene el arma sonríe, lo mira con la propiedad única que posee un trastornado..., babea, apunta y dispara. BANG...!!! Todo parece más lento ahora y puedo ver como la bala traza su destino. La cáscara de la cabeza se abre, tirando trozos de pelo y carne sanguinolenta hacia los costados... el agujero se ve finalmente como la boca de una taza caliente de café; humeante y aromático. Otro menos. Eso estuvo cerca. (Ahora somos dos). Estoy listo, el arma la tienes tú (No-no-no-no, aquí debe haber un error). Colócala en tu boca y jala del gatillo, es tu turno... hoy gané yo. BANG...!!! La sala es un desastre. Sangre, pólvora y carne quemada. Resultado: Cuatro


tipos muertos. MaĂąana seremos cinco de nuevo... matĂĄndonos en esta misma habitaciĂłn, hasta que solo quede el original...


XY

… y observas el terror tecnológico con la mirada perpetua. Te arrastras por la fosa común en una tierra azotada por la destrucción y las moscas, y puedes ver a desagradables gorgojos alimentándose de la carne seca pegada a los huesos... te arrastras entre ellos y sientes que manos descarnadas acarician tu inexistente cuerpo. Te recuestas en ese puzzle orgánico y miras el amarillento cielo en donde epilépticos nubarrones giran tormentosos. Te asomas fuera de la fosa, y tu mirada se dirige hacia enormes máquinas esféricas que deambulan erráticas por una tierra estéril... moviéndose con mecanizados pies por trincheras, lodo, basura, ruinas y cadáveres. Las oxidadas entidades usan sus manos delanteras como tenazas para levantar la carne, arrojándola hacia agujeros de locura fermentada. Todo bajo la sombra de cientos de aves de rapiña que se lanzan en picada sobre las placas tornasoles de sus metálicos lomos, carcomiendo algo de esa carne que quedaba depositada en rejillas similares a la de los mataderos............ y decides seguir..., subes por esa escalera similar a una línea férrea, la cual se pierde en un espeso cielo y llegas hasta las raíces de la misma tierra. Te sujetas a una de ellas y escarbas hacia arriba, hacia al frente, hacia los costados y.......................................................... […] Tu cabeza surge del césped, y quedas ubicado junto a unos maceteros. Ves como un alma discapacitada pide limosna y da graciosos saltitos con sus muletas frente a la fantasmal concurrencia. Había ángeles que se prostituían en sucias callejuelas, junto a rubios y rosaditos querubines que eran el deleite de párrocos-difuntos... “bocato di cardinale”, me parecía oírles decir... y también había fuegos fatuos que se aglutinaban alrededor de la luminaria municipal, copulando e infestando con su luz azulada la avenida, en la cual un desfile de esqueletos marchaba solemne, rindiendo honores a pornográficas deidades. Nada es como te lo dijeron, o simplemente escogiste el camino equivocado..., si quieres, puedes quedarte toda una eternidad junto a esos maceteros... pero mientras tanto, disfruta de un cielo rebosante de espíritus mediocres.


DELIRIUM MORTIS

La única salida es la ventana. Es lo único que posee un toque de realidad. Afuera solo se percibe una profunda oscuridad que adopta forma y consistencia. Aquella oscuridad está inyectada de una anormal vida, pues se revuelca y se refriega contra el vidrio, burlándose de mi estado e invitándome constantemente a salir. He tratado de buscar alguna respuesta, pero todo ha sido en vano. A veces camino en círculos y no llego a nada. También he estudiado los ángulos que en ocasiones parecen contraerse, dando la sensación de encogimiento. [Asfixia]. Ha transcurrido un largo tiempo. El techo está más bajo, las paredes aprisionan… la ventana se achica. [Asfixia]. Afuera se escucha el aterrador llamado que pasó a ser rutina. La oscuridad palpita con extremado frenesí, apoyándose contra la ventana y llamando con húmedas bocas mi nombre. Las paredes terminan por aprisionar mi cuerpo dejándome casi inmóvil. Ya no puedo salir. [Asfixia]. La blanquecina viscosidad fermenta en mi piel. Los repugnantes gusanos se meten desesperados y frenéticos por todos los agujeros: Mordisqueando, engullendo, digiriendo, defecando. Afuera está la burlesca oscuridad que me dice que ya era demasiado tarde. La piel se me cae a pedazos...................... [Asfixia]. Mis huesos [Asfixia]. Mis uñas [Asfixia].

brotan.....................................

se

Mi cabellera [Asfixia]. [Asfixia] [Asfixia] […]

alargan...................................

crece.....................................


CATHARTES

Ya no había mucho que hacer/ aparecieron de la nada/ 9 de ellos me miran desde el alumbrado público/ 18 ojos odiando bajo el anaranjado sol/ otros 27 llegan en el acto... / ...al rato ya son 54/ me apresuro/ mi casa no está muy lejos/ ahora son 117 repartidos en los fierros del alumbrado de la cuadra/ 234 miradas negras continúan odiando/ 1.053 revolotean hambrientos/ apresuro más el paso/ cada vez son más/ 86 caminan a mi derecha/ 49 a mi izquierda/ mi casa está más cerca/ empiezo a correr/ 8 se lanzan a mi espalda/ 7 a mi pie derecho/ 12 al izquierdo/ gateo/ me arrastro/ grito/ mi casa está cerca/ 4 de ellos entierran sus garfios en mi cuello/ 5 abren mi estómago y 2 tiran con fuerza de mi intestino/ 889 infestan el camino/ el alumbrado/ el tendido eléctrico/ los árboles y las casas/ 1.944 se reparten y ocupan todos los espacios habidos y por haber/ 16 desgarran mis pies/ 7 juegan con la carne y el hueso que ya está a la vista/ 29 de 136 se lanzan en picada/ mientras que 23 devoran totalmente mi pierna derecha/ me sigo arrastrando/ escupo sangre por todos lados/ mi casa está más cerca/ me desangro/ puedo ver la reja/ 82 me esperan en ella/ 458 de los pequeños cabrones se regocijan con la locura alada/ muchos se alimentan desenfrenados/ no me quedan fuerzas/ 13 tironean la carne/ 11 mordisquean/ 28 devoran/ 33 engullen/ 42 de ellos continúan con mi tortura llevándose partes de brazos y costillas/ me sigo arrastrando/ 1 rezagado devora mi ojo/ 1.944 de aquellas monstruosidades no dejarán nada/ siento dolor/ ...mucho dolor/ los oigo/ ...se ríen/ me insultan/ 3 tironean mi tendón que brota del muslo izquierdo/ no me dejan avanzar/ 406 cubren las casas/ 329 los árboles/ 504 el alumbrado/ 516 los cables y el camino/ 19 destrozan mi pecho/ mi estómago/ mi cara/ todo …../ …../ …../ Todo da vueltas/ el sol se cubre con la orgía emplumada/ 3.888 ojos negros.../ miran/ odian/ y luego/...se apagan/.../.


ENTROPIA

Sentirás con horror... la corrosión de tú alma que queda atrapada en el limbo del olvido eterno. (Sentencias III, Éaco)

00:00/00:01/00:02/00:03/00:04/00:05/00:06/00:07/00:08/00:09/0 0:10/00:11/00:12/00:13/00:14/00:15/. . . Una libreta, un lápiz, un reloj pegado a la pared, una caja metálica ubicada en el centro y nada más. No 00:16/00:17/00:18/00:19/00:20/00:21/00:22/00:23/00:24/00:25/0 0:26/00:27/00:28/00:29/00:30/00:31/. . . recuerdo cuanto tiempo llevo en este lugar, solo se me ha dicho que es parte del programa; día, mes y año 00:32/00:33/00:34/00:35/00:36/00:37/00:38/00:39/00:40/00:41/0 0:42/00:43/00:44/00:45/00:46/00:47/. . . son inexistentes... tomo notas. Aun no me decido a comenzar, (la caja... esa caja) siento algo de temor..., 00:48/00:49/00:50/00:51/00:52/00:53/00:54/00:55/00:56/00:57/0 0:58/00:59/01:00/01:01/01:02/01:03/. . . no comprendo. De la caja surge una desagradable voz. Me dice cosas terribles... me conoce, sabe todo, 01:04/01:05/01:06/01:07/01:08/01:09/01:10/01:11/01:12/01:13/0 1:14/01:15/01:16/01:17/01:18/01:19/. . . absolutamente todo de mi... eso me asusta demasiado..., debo seguir tomando notas. . . . . . . Escribo algo 01:20/01:21/01:22/01:23/01:24/01:25/01:26/01:27/01:28/01:29/0 1:30/01:31/01:32/01:33/01:34/01:35/. . . alterado... trato de seguir con el programa. Nuevo mensaje: Las costras de tus ojos se abrirán y rasgarán la 01:36/01:37/01:38/01:39/01:40/01:41/01:42/01:43/01:44/01:45/0 1:46/01:47/01:48/01:49/01:50/01:51/. . . mortecina Estigia con destellos de impotencia/ Codifico/ Anoto/ .../ Sin resultados/ Mis manos tiemblan, 01:52/01:53/01:54/01:55/01:56/01:57/01:58/01:59/02:00/02:01/0 2:02/02:03/02:04/02:05/02:06/02:07/. . . escribo con gran dificultad. El reloj suena demasiado, no me deja pensar. La caja nuevamente habla con 02:08/02:09/02:10/02:11/02:12/02:13/02:14/02:15/02:16/02:17/0 2:18/02:19/02:20/02:21/02:22/02:23/. . . propiedad sobre mi vida, eso me molesta/ Tomo notas/ Sin resultados/ Nuevo mensaje: Escucharás el


02:24/02:25/02:26/02:27/02:28/02:29/02:30/02:31/02:32/02:33/0 2:34/02:35/02:36/02:37/02:38/02:39/. . . canto fúnebre de los grillos bajo la fría maleza, junto al fastidioso caminar de los escarabajos que 02:40/02:41/02:42/02:43/02:44/02:45/02:46/02:47/02:48/02:49/0 2:50/02:51/02:52/02:53/02:54/02:55/. . . pisotearán impunes tu lápida impuesta.../ Anoto, tiemblo, transpiro... me sofoco/ Codifico/ Nuevo 02:56/02:57/02:58/02:59/03:00/03:01/03:02/03:03/03:04/03:05/0 3:06/03:07/03:08/03:09/03:10/03:11/. . . mensaje: La suave caricia de las moscas te succionarán lascivas y revolotearán como una distorsionada 03:12/03:13/03:14/03:15/03:16/03:17/03:18/03:19/03:20/03:21/0 3:22/03:23/03:24/03:25/03:26/03:27/. . . prolongación de tu espíritu... (recordándote)... recordándote/ No comprendo... tomo notas/ Estoy atrapado, 03:28/03:29/03:30/03:31/03:32/03:33/03:34/03:35/03:36/03:37/0 3:38/03:39/03:40/03:41/03:42/03:43/. . . angustiado, las manecillas del reloj se hacen insoportables, me enferman... siento dolor, codifico, escribo, 03:44/03:45/03:46/03:47/03:48/03:49/03:50/03:51/03:52/03:53/0 3:54/03:55/03:56/03:57/03:58/03:59/. . . mi cabeza... mi cabeza/ Nuevo mensaje: Y desearás destrozar ese viscoso envoltorio…, y escapar de la 04:00/04:01/04:02/04:03/04:04/04:05/04:06/04:07/04:08/04:09/0 4:10/04:11/04:12/04:13/04:14/04:15/. . . necrosis, penetrando el musgo, la losa sepulcral y (el tiempo)/ Tomo notas........ Mis manos siguen 04:16/04:17/04:18/04:19/04:20/04:21/04:22/04:23/04:24/04:25/0 4:26/04:27/04:28/04:29/04:30/04:31/. . . temblando/ El reloj... el minutero se distorsiona.... un sonido metálico penetra mi cerebro, caos, todo es 04:32/04:33/04:34/04:35/04:36/04:37/04:38/04:39/04:40/04:41/0 4:42/04:43/04:44/04:45/04:46/04:47/. . . caos.../ Lloro, grito... mi cabeza se agita... tan solo debo seguir tomando notas, estoy muy asustado, no se 04:48/04:49/04:50/04:51/04:52/04:53/04:54/04:55/04:56/04:57/0 4:58/04:59/05:00/05:01/05:02/05:03/. . . que hacer/ Nuevo mensaje: Y podrás vislumbrar el oscuro túnel proyectado eterno, en donde crueles 05:04/05:05/05:06/05:07/05:08/05:09/05:10/05:11/05:12/05:13/0 5:14/05:15/05:16/05:17/05:18/05:19/. . . formas danzan blasfemas por el agonizante trayecto/ Error/ Error/ Nuevo mensaje: Los esclavizantes


05:20/05:21/05:22/05:23/05:24/05:25/05:26/05:27/05:28/05:29/0 5:30/05:31/05:32/05:33/05:34/05:35/. . . contornos aprisionan la esencia eterna e inmutable/ Error/ Error/ Caos/ Error de datos/……… Trato de 05:36/05:37/05:38/05:39/05:40/05:41/05:42/05:43/05:44/05:45/0 5:46/05:47/05:48/05:49/05:50/05:51/. . . tranquilizarme... pienso en la caja... me concentro en la caja... codifico/ Me habla/ La escucho/ Se ríe…/ 05:52/05:53/05:54/05:55/05:56/05:57/05:58/05:59/06:00/06:01/0 6:02/06:03/06:04/06:05/06:06/06:07/. . . Tomo notas/ Error/ Las manecillas del reloj cada vez suenan más fuerte... todo el lugar se estremece y se 06:08/06:09/06:10/06:11/06:12/06:13/06:14/06:15/06:16/06:17/0 6:18/06:19/06:20/06:21/06:22/06:23/. . . diluye mostrando el caos que gobierna tras las paredes/ Luces rojas, verdes y azules se filtran desde todos 06:24/06:25/06:26/06:27/06:28/06:29/06:30/06:31/06:32/06:33/0 6:34/06:35/06:36/06:37/06:38/06:39/. . . los ángulos y saturan el lugar, invadiendo cada esquina, cada molécula, cada átomo... todo/ Los colores se 06:40/06:41/06:42/06:43/06:44/06:45/06:46/06:47/06:48/06:49/0 6:50/06:51/06:52/06:53/06:54/06:55/. . . hacen insoportables, se clavan en mi piel, se apoderan de todas mis células..., estoy contaminado/ Nuevo 06:56/06:57/06:58/06:59/07:00/07:01/07:02/07:03/07:04/07:05/0 7:06/07:07/07:08/07:09/07:10/07:11/. . . mensaje: Tu rostro se difumina con los mordaces colores de una distorsionada crominancia, acentuando 07:12/07:13/07:14/07:15/07:16/07:17/07:18/07:19/07:20/07:21/0 7:22/07:23/07:24/07:25/07:26/07:27/. . . los rasgos erróneos que se disparan etéreos tras el profundo rectángulo que succiona con la presión de mil 07:28/07:29/07:30/07:31/07:32/07:33/07:34/07:35/07:36/07:37/0 7:37/07:39/07:40/07:41/07:42/07:43/. . . sistemas solares/ Error de datos/ [Caos] La caja controla todo el microcosmos, se burla, me insulta... me 07:44/07:45/07:46/07:47/07:48/07:49/07:50/07:51/07:52/07:53/0 7:54/07:55/07:56/07:57/07:58/07:59/. . . enferma..., me ordena que escriba... que tome notas/ El reloj suena más fuerte, las manecillas giran más 08:00/08:01/08:02/08:03/08:04/08:05/08:06/08:07/08:08/08:09/0 8:10/08:11/08:12/08:13/08:14/08:15/. . . rápido. Siento como. . .si mi cabeza fuese a explotar. . . Vomito, convulsiono, grito. El reloj. . . . . . (el 08:16/08:17/08:18/08:19/08:20/. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


tiempo) se, de . . . .tie. . . .ne. . ./. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hora de la falla:. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .04:30 Horas. Tipo de falla:. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Intermitencia espacio-temporal. Acciones:. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Se activa enlace de respaldo. Soluciones de la falla:. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Hora estimada de soluci贸n del problema, 19:20 Horas. Servicio operativo:. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . En proceso. Observaciones:. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .No. Otros:. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . No.


LAZAROPOLIS II

Como te habrás dado cuenta, todo tu cuerpo está enraizado al colchón ¿Alguna explicación? Más adelante lo explicaré... iremos por parte ¿Cuánto tiempo crees que haya pasado? ¿Diez? ¿Treinta años? En realidad, es algo que no se puede saber con certeza, nuestro tiempo transcurre distinto al tuyo, pero en honor a la verdad... a quien carajo le importa. Das pena y asco, allí, todo seco y paralizado en un roñoso colchón. Por suerte que cuentas conmigo... y claro, con todos los demás que efectúan una excelente labor, los que te recuerdan a diario que sigues “vivito y coleando”. Cada cierto tiempo debo comentarte todas estas cosas pues tu cerebro no funciona como antes, está bastante estropeado y hacemos lo posible por subsanar algunos de los tejidos dañados... se hace lo que se puede, pero lo importante es que me entiendes. Bueno mi querido Lázaro, te pongo al tanto. Como dije en un principio tu cuerpo está enganchado al colchón por un tema de seguridad, gracias a pequeños tubos de irregulares características, mezcla de plásticos y carne. Tú piel está extremadamente reseca, consecuencia del constante polvo que se aloja en los gruesos y nudosos surcos de tu cuerpo, en la cual se trabaja día a día, escarbando y reparando a nivel sub-cutáneo las zonas muertas. Lamentablemente tu pie derecho no pudimos salvarlo... pero estamos fabricando uno nuevo para ti, no se va a parecer al original, pero usamos materiales de buena calidad; madera, latas, bolsas plásticas, carne animal y sustancias vomitadas por algunos de nosotros... hasta nuestros propios cadáveres han sido utilizados en la reconstrucción de tu pierna a lo largo de estos años. Los gases que puedes ver y que están a tu alrededor pertenecen a una atmósfera de carácter primitiva. Tú y el colchón forman un pequeño ecosistema junto al musgo y los hongos, los cuales nos facilitan la vida dentro y fuera de esta orgánicaciudadela. El mundo está hecho solo para una medida. Una medida estándar, digámoslo así. La mayoría solo debe encajar dentro de ella y eso te determina como humano promedio por el resto de tu vida. Por eso te contaré una pequeña historia para que entiendas cual es mi punto. Había un gordo que a duras penas pasaba por la puerta de su casa. Eso ya le significaba un enorme trabajo. Imagínate, tratando de pasar por esa angosta puerta toda su terrible humanidad. El pobre gordo ni siquiera


podía tomar un taxi como la gente normal, vestirse como la gente normal, disfrutar de una película en el cine como la gente normal y muchas otras cosas que suelen hacer la gente normal. Entonces, ya no pertenecía a este mundo “estándar”. Y en el otro extremo estás tú. Escuálido y patético. Abandonado hace años sobre un mugriento colchón. Sin poder moverte, sin hacer nada... absolutamente nada. Tampoco perteneces a este mundo como podrás haberte dado cuenta. Pero cuál es el punto. Que a diferencia del gordo, tú nos tienes a nosotros, y eso es lo perfecto de nuestra maravillosa simbiosis. … y de esta forma, todos en armoniosa comunidad, te hemos preparado para el glorioso “gran evento”... día y noche se trabaja por turnos de doce horas sin descanso. Por ejemplo, si te das cuenta, en este mismo momento, por tu cabeza ladeada entran en tu boca cientos de gruesos escarabajos con materias primas y salen en igual cantidad con distintos tipos de escombros. Por el agujero del dedo índice de tu mano izquierda, una tropa de laboriosas hormigas recolectoras ingresan el alimento necesario, el cual es depositado en carnosas alacenas dispuesta en la zona del estomago. Algunas babosas de rugosas formas trabajan arduamente en la reconstrucción de articulaciones y tejidos internos, arterias y diversos tipos de órganos. Miles de ácaros limpian la carne seca que se desprende como caspa, la cual es re-utilizada y procesada en el taller de recuperación de materiales, ubicado en el hígado. Decenas de cucarachas se encargan de limpiar tu zona rectal, la que constantemente evacua líquidos fecales y que posteriormente se usan para la fertilización de hongos y helechos microscópicos. Bueno, te comento que arañas, larvas, moscas, polillas y distintas clases de parásitos están destinados a trabajos específicos y centralizados, todo coordinado de manera matemática por un robusto ciempiés. Que maravilloso es el ciclo de la vida ¿No te parece? Afuera hay un estupendo día..., un gran sol nos espera... las grandes ciudades, sus variados placeres... tú serás nuestro profeta y nos llevarás hacia la tierra prometida... nuestro vehículo y canal de salvación. Después de años y años de arduo trabajo, por fin está todo listo para el ansiado “gran evento”. Y ahora… ¡Levántate Lázaro... ve y recorre el mundo!


POLILLAS

Las luces de la ciudad que se filtran por la ventana del apartamento bañan el cuerpo tumbado en la cama con extraños matices. El horror entonces toma otra dimensión al disfrazar el profundo rojo con los colores urbanos del neón. Pero mírate, allí estás tú. En un rincón y bañado con los mismos matices de aquel cuerpo. Lamentablemente no estás solo. En las paredes y en el techo están aquellos pequeños seres repugnantes que revolotean en faroles y ampolletas en la penumbra. Las polillas. Todas moviendo sus grises alas en perturbadora sintonía. ¿Pero dime… desde cuando oyes esas vocecitas? Esas, las que te llevan a tomar tan sombrías decisiones. Ahora escúchame bien. Ha pasado un año y estás caminando por la calle, pero notas que algo pasa, no te sientes como antes. Algo te molesta. Me refiero a algo enteramente físico, algo fuera de lo normal ¿Lo sientes verdad? La gente que pasa a tu alrededor te mira horrorizada, pues algo sabe de ti. Yo sé lo que tú ocultas… pues te hemos seguido a todas partes. En tres años más no puedes salir de tu precaria vivienda. La gente sabe que eres algo inhumano, un parásito social, un asesino. Tú patética vida transcurre cinco años más tarde dentro de las cuatro paredes de tu cuarto. Por algún motivo, solo sabes que tu única satisfacción es aquella ampolleta que como una droga no deja de hipnotizarte, nosotras lo sabemos bien. Aquella carita foto-narcotizada busca en vano una respuesta en el espejo. La ausencia de todo lo que puede ser catalogado como humano se hace evidente. Al final, solo debes obedecernos… ya eres una de nosotras.


TRACKING

Esto fue hecho para verse así, no me lo puedo imaginar de otra manera. Las imperfecciones le dan el toque, hacen de esto una obra maestra, por muy malo que sea el guión. Siempre he pensado que la suciedad de la imagen crea la atmósfera ideal. Todas aquellas cintas de VHS estaban en la parte más oscura del pasillo. En ese tiempo a nadie le importaba tu edad, perfectamente podrías retirar cualquier tipo de película, el mecanismo era simple, solo debías pagar y entregarla rebobinada. De alguna forma estabas atado al sujeto del video club, ambos actuando en una comprometedora simbiosis. Nombres sugerentes y caratulas exageradas hacían volar mi imaginación, así como cientos de títulos en los cuales primaba el sexo y la sangre. También recuerdo el sentimiento de satisfacción de ver un trabajo mediocre pero de culto, de retrocederla y ver secuencias mal actuadas junto a las gloriosas escenas de desnudo que siempre terminan en muerte. Sexo disfrazado bajo una paupérrima historia de asesinos, era el pretexto ideal para dar rienda suelta a las perversiones de un psicópata. Son cosas que no se olvidan. Cinco tipos violentan a una mujer, la someten a las más terribles humillaciones. La golpean brutalmente y luego se turnan para violarla repetidas veces. No contentos con eso, aparece un gordo vestido de carnicero, con esas máscaras que usan los sadomasoquistas y procede a descuartizarla utilizando una motosierra, todo ambientado con una tétrica música de sintetizador… si, lo sé… la historia es una mierda, de todas formas no se espera ganar un premio ni nada por el estilo, pero los clientes pagan bien. No te preocupes, ya va a terminar… debe quedar bien a la primera, no hay segundas tomas, esto no durará mucho, solo debes relajarte… la historia es simple…


IDEAS

Respiras hondo. Una bocanada de aire entra hacia tus pulmones llenándolos de vida. Tu cabeza sumergida se refresca en el agua cristalina y aclara gradualmente tus ideas; piensas en las cosas que hiciste y no hiciste, piensas en el por qué de tus actos… por qué tuvo que ser así. ¿Es lo que querías, no? Muchas imágenes bombardean tu cabeza con punzantes deja vues. ¿Puedes sentir aquellas campanas, las escuchas? Ves la pequeña iglesia de pintura descascarada, adornada en su interior con flores plásticas… y sientes ese aroma a falsedad, como a cortina de baño nueva, y eso te deprime, y lloras. No hay invitados, no hay banquete, no hay regalos... y lloras. El agua está fresca, se siente bien…. Sigues pensando, todo pasa muy rápido: los cuerpos que no acariciarás, las manos que no tocarás, los labios que no besarás. ¿Recuerdas aquel vestido azul, ese, el que estaba en aquella tienda? No había dinero para comprarlo y lloraste, lloraste como una niña estúpida…, dijiste que el maniquí era afortunado y que…. No, ahora no importa, falta poco... solo un poco más, estás atada a mí. Ante los ojos de Dios era para siempre. Buscaste otros conceptos, otras perspectivas, otros alientos, otra humedad…. Con Dios no se juega... las ideas van y vienen... ¿Sabes?


MACABRO SECRETO

“Deleitarse con el sufrimiento ajeno es más divertido que juguetear con un cadáver silencioso”.

Hace un tiempo me encontraba frente a la máquina de escribir, fumándome un cigarrillo y pensando en un nuevo relato con el cual pueda sorprender. Ahora todo da vueltas. La luz blanquecina del tubo fluorescente se vuelve epiléptica y crea a mí alrededor confusas situaciones que se reflejan delirantes en el papel, dándome una sensación de asco y vértigo. Mi situación actual no es muy favorable… dos sujetos me tienen amarrado a la silla y me golpean sistemáticamente el rostro seguido de un “Habla… hijo de puta”. La realidad se distorsiona a tal punto, que me muestra como aquellas formas toman mi cabeza y la azotan repetidas veces contra la máquina de escribir, agregando al sanguinolento menú; golpes de patadas y más insultos. ... finalmente, dejo escapar una triunfante entre flemas y sangre.

carcajada

que

se

ahoga

Pobres hijos de puta, ya están cansados... no han logrado grandes avances con el brutal interrogatorio... sus manos tiemblan, y yo… tan solo sonrío. Nunca las encontrarán. Ellas están a salvo en el sótano de aquella cabaña… ellas estarán allí por siempre..., esperando aterrorizadas mi retorno.


CONTORNOS

La entrada al galpón está ubicada al final de uno de los callejones de la sucia avenida. Mucha gente acude a ese antro para saciar sus primitivos impulsos. Nuestro hombre se dirige hacia allá, fumándose un cigarrillo y haciéndose uno con las sombras. La basura arrumada como templos erigidos a la decadencia de lo orgánico y sintético, y el olor a orina y a excrementos se realzaban cada vez más al penetrar en la decadente urbe; la humedad, la degenerada fauna, los hedores y la morbosa arquitectura poseían nuestras mentes con insanas visiones de terror, mientras que los sonidos del puerto retumbaban en nuestros oídos como criaturas provenientes de otras dimensiones. De la oscuridad, cientos de puntos rojos avanzaban hacia nosotros chillando en un diabólico crescendo... las ratas, escapaban de los callejones rozando continuamente nuestros pies y entorpeciendo nuestro andar. Mi compañero sujetaba temeroso el arma y con su mano en el bolsillo acariciaba su pequeña Biblia. Esto está mal. Esto no es normal. Todos esos malos pensamientos eran acompañados por el sonido de los pesqueros que atracaban al muelle. Las gaviotas, los gatos y los perros callejeros estaban intranquilos, al igual que el mar, que expelía su peste junto a las chimeneas de algunas fábricas. También pasan por mi mente aquellos pasajes de la Biblia con los que daba lata mi compañero... Corintios, Romanos, algo del Apocalipsis y no sé que mierda más. Pienso que este es un buen momento para empezar a creer, pero aun así no logro tranquilizarme. Al final del callejón se ve un bulto convulsionando en el suelo. Se trataba del guardia y tenía el cuello destrozado, con su cabeza doblada hacia atrás de una manera imposible. Ambos reaccionamos con repugnancia. La puerta del recinto estaba trabada. Los gritos de las personas eran desgarradores, se podía sentir como empujaban desde adentro para poder salir. A mis pies, un abundante riachuelo de sangre manaba antinatural por debajo de la puerta, escurriéndose por el camino enlozado. Mi compañero rezaba el “padre nuestro” de forma mecánica y repetitiva, mientras yo veía por las ventanas del local como las lámparas se movían de lado a lado, jugando con las siluetas de las personas y viendo como sus miembros eran separados violentamente de sus cuerpos…, esto es una verdadera masacre... esto no es normal, no tengo explicación para esto...


BUITRES

La procesión de abominaciones hambrientas de carroña aleteaba sobre el moribundo ser clavado en la madera. Aves de rapiña deseosas de divinidad arrancaban cada pedazo de la carnada, canibalizando y asumiendo esa carne como propias... danzando lujuriosos en la plenitud de los milenios de mentiras. Aquellas monstruosidades tomaban formas amables y pasivas ¡Demonios en piel de oveja! Involución de perfecta desarmonía. Algunos de ellos se veían como hinchados gusanos blancos con cálidas sonrisas, con cabezas alargadas y demoníacas, repletas de incomprensibles caracteres… todos ellos dibujados enfermizamente por morbosos monjes en noches de esporas alucinógenas, bajo el alero de una híbrida parodia divinizada. Aquellos seres rollizos y blanquecinos eran la cabeza de la hidra. Ellos, ocultos en sus torres de oro, condenaban a la humanidad a una falocracia que se expandía como un tumor por un largo pasillo en donde criaturas demoníacas tapizaban las paredes con pornográficas secuencias de martirio. Yo transité por aquellos pasillos, en donde la oscuridad cobraba un espeso tenor, palpitante y voraz. Caminé muchas distancias por la senda mortuoria que expelía ácidos aromas de flores de cementerio, y caminé por senderos estériles en donde demonios vomitaban sarcasmos de derrota y lujuria. También vi blasfemos seres largos y amorfos vestidos de buitres, con negras sotanas que reflejaban la perversa oscuridad de sus actos; abalados en pasadizos y catacumbas de antiguas abadías repletas de cadáveres de niños violentados en honor a Satán…, y luego oscuridad… la luz dorada de la cruz me había cegado. El nuevo Mesías era un variopinto de pintorescas insinuaciones recargadas con toques de ficción, manipulado con políticas vociferadas por lobos que aullaban en distintas cofradías repartidas como las costras en el cuerpo de un leproso. Muchos de estos seres defecaban en la conciencia construida por siglos y siglos, transformando todo con sucios mensajes de Apocalipsis y Terror.


RANCIO

Por el respeto que le tengo a mi gran y querido amigo no citaré su nombre en este relato. Tan solo contaré las extrañas circunstancias que me obligaron a distanciarme de él. Para empezar diré que nos conocíamos de nuestro trabajo en la funeraria hace ya bastante tiempo (unos ocho años más menos), y cabe señalar que siempre cerrábamos nuestro local a la hora del té como una costumbre que ha perdurado hasta estos días, para disfrutar de esta aromática infusión y comentar sobre lo cotidiano y mundano, pues me señalaba que el té que yo encargaba al extranjero era único en su clase. Prácticamente éramos la única funeraria decente del pueblo y la tasa de mortalidad era aceptable para nuestras finanzas, y quizás sea en parte nuestro motivo del distanciamiento, ya que mi amigo empezó a robar mis clientes... por decirlo de alguna forma menos dolorosa, lo cual detallaré a continuación. Hace ya algún tiempo que lo notaba algo extraño. Se paraba horas observando los cadáveres que llegaban. Los miraba con ojo analítico y hacía ciertas anotaciones en una vieja libreta. Anotaciones las cuales nunca me mostró. Después, cuando la obsesión se hizo más evidente, me tuvo que confesar que desde que entró a trabajar a la funeraria supo que la “muerte” le había dado un propósito en la vida. Esa misma mañana lo sorprendí acurrucado junto al cuerpo de un recién llegado. Avergonzado, me pidió disculpas, tomó su dinero ahorrado de años y se fue. Por un tiempo no supe nada más de él. Pasaron unos cuantos meses y el negocio no andaba bien. muerte no dejaba ganancias. Incluso ya no tenía cadáveres indigentes y cuerpos sin reclamar que me compraba universidad.... Una tarde, a la hora del té, apareció en puerta del local.

La de la la

Su aspecto era desgarbado, ojeroso y de rancios aromas... eso fue lo primero que me llamó la atención, al ver semejante caricatura. Lo invité a tomar el té, para que me explicara qué había sucedido. Me dijo que se compró una pequeña cabaña con el dinero ahorrado, allá por la zona boscosa, a unos kilómetros fuera del pueblo, en donde se podía dedicar de lleno a su singular pasatiempo. Después de dialogar por una hora, me llevó a su cabaña. Debo confesar que sentí algo de


temor, pues mientras conversábamos no dejaba de analizarme de la misma forma que lo hacía con los cadáveres. Sentía como un escalofrío me recorría de pies a cabeza. En esta parte del relato me saltaré algunos detalles que no vienen al caso. Solo explicaré lo que hasta el día de hoy me tiene al borde del delirio. Mi amigo, o lo que quedaba de su persona, prácticamente poseía una “granja de cadáveres”. Él los estudiaba con morbosa fascinación. Anotaba el proceso de la corrupción, de cómo las larvas hacían su minucioso trabajo y de cómo las moscas continuaban el ciclo en otros cuerpos. Me contaba que los cuerpos pasaban de un tono pálido a un café negruzco, y de como la piel se iba resecando hasta un tono amarillento, quedando un dulce aroma a rancio. Un sujeto llamado Martínez le proveía del material. Martínez era como un perro que cumplía a cabalidad las ordenes de su amo, el cual se dedicaba a la recolección de cadáveres antes de que los encontrara la policía. Y creo que cuando el “material” escaseaba, era capaz hasta de matar. Eso me quedó claro cuando a mi costado vi un túmulo de cadáveres frescos, posiblemente de indigentes y prostitutas. La tensión aumentó aún más cuando notaba que no dejaba de mirarme con esa morbosa fascinación. Mientras me decía que la idea de meter cuerpos dentro de un ataúd era algo aberrante y que los campos santos debían ser “jardines mortuorios dedicados a la contemplación de la muerte”, cometió un acto que me hizo escapar de aquel lugar infestado de moscas y de horribles hedores. Mi amigo poco a poco empezó a meterse dentro de un cuerpo que estaba tirado en el suelo, como si fuese un saco de dormir. El cuerpo se encontraba vaciado y solo brotaban unos trozos de costillas abiertas hacia fuera, dando la idea de una enorme boca con terribles dientes que devoraban una escuálida presa. Como dije, inmediatamente abandoné el lugar. Pasaron uno días, la verdad no recuerdo cuantos, y decido volver a aquel lugar. A pesar de todo era mi amigo y no podía dejarlo en aquellas circunstancias tan especiales. Trataría de ayudarlo. Grave error. Al llegar veo a un sujeto desnudo y de espaldas. Extrañado lo increpo para preguntarle que le pasó a mi amigo, pensando que podría ser Martínez. Pero al darse vuelta noto la piel flácida y abultada en el cuello y las piernas... en realidad, era como un grotesco disfraz. Desde el cuello hasta la zona


genital estaba burdamente zurcido con un grueso hilo negro. Pero la mirada era la misma que me causó terror hace días atrás, aquella mirada analítica, como si mentalmente me estuviese midiendo, como quien escoge y compra ropa en una tienda. Hoy me encuentro prácticamente encerrado en mi funeraria. Lo paradójico es que mi propio negocio es mi ataúd. Solo salgo para comprar los víveres necesarios, pues la psicosis ha llegado al punto de desconfiar de la gran mayoría de los que pasan junto a mí. Ya no sé quien es quien, el característico olor a “rancio” lo siento en todas partes. Pero juro, que siempre a la hora del té, distintos sujetos se asoman por la ventana del local, quizás, para terminar de una vez con mi vida, o tan solo, para disfrutar de la aromática infusión y conversar de lo cotidiano y mundano.


TRICOFOBIA

Hola Bob… ¿De nuevo por estos lugares? ¿Cómo estás? ¡Ah! Ya sé a lo que vienes… quieres que te cuente lo que me sucedió hace algunos años atrás… ¿No es así? ¿Acaso no te aburres que te cuente esta historia una y otra vez? Bueno, al fin y al cabo tu eres el único que me cree… ¿No es así Bob? ¿Sabes Bob? Existen distintos tipos de miedos que anidan en la mente humana… “fobias”, como les llaman los señores entendidos en la materia, de esos que se visten de blanco y parecen saberlo todo. Algunos le temen a cosas tan absurdas como la vegetación o la mala suerte, y otros le temen a cosas más ridículas, o debiera decir “rebuscadas”, como la ingravidez e incluso los colores. Otros casos más comunes, de carácter más mundano, le temen a la oscuridad, a las alturas, las multitudes, espacios cerrados y abiertos y por supuesto… a la muerte. La historia que te contaré “mi buen Bob”, aunque ya la has escuchado miles de veces, carece de toda lógica. Esto fue algo que me sucedió hace algún tiempo atrás, cuando decidí conocer mi país a pie. Me lancé en esta pequeña empresa pues siempre fue mi gran sueño desde que era un crío. El resultado de aquel fatídico viaje fue un miedo terrible al cabello que queda acumulado en las cañerías y resumideros. He escuchado que este tipo de miedo en particular es muy conocido y sé también que recibe el nombre de “Tricofobia”. Pero esta angustia terrible que me causa el cabello va de la mano de otras menos conocidas como los mosquitos que nacen de la humedad y toda sabandija que nazca de esta, también el sarro y el moho… particularmente de los baños. En resumidas cuentas Bob, me enferma entrar a un baño desaseado, con ese desagradable y descriptivo olor a fetidez provocado por una prolongada saturación en el ambiente. Extraño ¿No es así Bob?... o quizás no tanto. Mi historia comienza en un mugriento pueblo al sur de este país, en donde la decadencia arquitectónica y la degeneración de sus habitantes hicieron de este simple viaje una experiencia traumática y con consecuencias nefastas para mi salud mental. El pueblo parecía totalmente abandonado, sus descascaradas casas con sus perecederas buhardillas, sus árboles deshojados y maltratados, daban en conjunto una apariencia amenazadora, y por lo demás, turbadora. Algo me decía desde el fondo de mi ser que debía salir corriendo cuanto antes de aquel pueblo mientras buscaba donde alojarme.


Había golpeado como cinco residenciales y en ninguna hubo respuesta, lamentablemente se estaba haciendo ya demasiado tarde y la oscuridad parecía cubrirlo todo. - Esta es la última – pensé, mientras golpeaba afanosamente la puerta de una precaria casona de dos pisos que al parecer hacía las veces de residencial. El picaporte de esta cedió, debido a mis fuertes golpes, y una arrastrada y bronquítica voz de anciana me hizo pasar. Al empujar la puerta, noto una gran oscuridad, además de un fuerte olor nauseabundo que chocó de frentón contra mi cara, contorsionando mi rostro en señal de disgusto. – Joven, disculpe la falta de electricidad, estos días el pueblo ha estado solo en velas. Una falla con el generador, algo muy terrible. – dijo la senil voz. Al frente mío se extendía una vieja alfombra que daba con la mesita de recepción y detrás de esta se encontraba la anciana, o lo que parecía ser una anciana, puesto que la difusa luminosidad, producto de una pequeña vela incrustada en una botella, imposibilitaba una total visión. Solo se veía un bulto negro, de largos cabellos. Saludé cordialmente a la viejecita y esta respondió con la arrastrada y bronquítica voz, que se hacía más desagradable ahora que me encontraba más cerca, era como un distorsionado siseo, mezclado con una acuosa garganta llena de flemas. En eso, una silueta se extendió frente a mis ojos, que inmediatamente asumí como su brazo, ya que en realidad se parecía más a una delgada y trenzada cuerda. Esta dejó una llave sobre la mesa y me dijo: – Habitación número ocho, al final del pasillo, por la escalera… ¡Ah! Al final de la escalera encontrará sobre una mesita una lámpara de petróleo y unas cuantas velas, tome las que le sean necesarias. – Seguidamente le agradecí. Al tomar la llave, me di cuenta que esta estaba humedecida y pegajosa, con una sustancia que al tacto era como jabón o detergente, además, sentía como unos bichitos se posaban en mi mano y otros zumbaban por mi oído. Asqueado por lo desagradable de la situación, subí apresurado las escaleras. Al entrar a la habitación, encendí una de las velas y coloqué el resto dispersas por todo el lugar, dejando la lámpara en una mesa al costado de la cama. Oh Bob… mi desagrado fue rotundo ¿Sabes? Todo el cuarto lo cubría una gruesa capa de polvo. Los ordinarios adornitos dispersos por doquier, además del techo y de las paredes, estaban pegoteados con telarañas y manchas de moho producidos por una constante humedad. Al parecer, la habitación no había sido ocupada en meses o


quizás en años. Pero en aquel momento solo podía pensar en descansar, el viaje me había resultado más agotador de la cuenta, pero todo lo arreglaría con una buena pegada de pestañas. De seguida, sacudí las sabanas, frazadas y almohadas y me recosté, cayendo en un profundo sueño. Creo que eran como pasado las doce de la noche cuando desperté sobresaltado. Una terrible comezón en los pies imposibilitó mi dormir, ¿Acaso serian pulgas? o peor aun ¡Podrían ser chinches! Inmediatamente saqué los pies de abajo de las sábanas, tirando estas hacia atrás. Acerqué la lámpara para cerciorarme si tenía alguna picadura o algo similar, y efectivamente, mis pies se encontraban inflamados y presentaban horribles ronchas. Maldije a la dueña de la residencial por lo cochina y por lo despreocupada en asuntos de aseo y quité indignado las sábanas para ver que alimaña me había picado, pero para mi sorpresa, encontré grandes cantidades de pelo amontonados al final de la cama, posiblemente de algún arrendatario anterior ¿Puedes creerlo Bob? ¡Pelos! La repulsión fue rotunda, el sentimiento de asco recorrió todo mi cuerpo y decidí pasar el resto de la noche en el sofá. Ya de madrugada, los ruidos no me dejaron dormir. Sé que todas las casas viejas guardan ruidos de todo tipo, pero estos ruidos en si eran realmente perturbadores. ¿Acaso serían ideas mías? Pero parecía como si algo estuviese escarbando por las paredes, como si algo se abriera camino por el papel mural. Los ruidos no venían detrás de las paredes, ya que hubiese preferido mil veces que el ruido sea producto de las ratas, pero este ruido en sí, provenía del papel mural, como miles de sabandijas abriéndose paso tras de este. Pero eso no fue todo Bob… eso no fue todo, algo más había en esa habitación, algo como una presencia. Se lo que te digo Bob, y por favor no me mires con esa cara ¿Sabes? Sentía mi piel como de gallina. Un pánico terrible y profundo se hizo presente en aquella situación. La débil luz de las velas acomodadas alrededor de la habitación atrajeron a decenas de mosquitos… todos ellos pegados en la pared, haciendo vida social, burlándose de mí ¡Podría jurar que conversaban entre ellos! ¡Maldición Bob! Si me vas a seguir viendo así es mejor que te largues, además tengo cosas más importantes que hacer. ¿En qué iba? A si… los mosquitos. Gracias Bob. Los mosquitos se agrupaban cada vez más en la pared, moviendo sus alitas y moviendo sus cabecitas de izquierda a derecha, una y otra vez. Oye Bob, ¿Te ha pasado alguna vez que cuando te pones a mirar la oscuridad


detenidamente ves un punto negro aun más oscuro que la propia oscuridad, y si te fijas bien, este punto se empieza a mover y cuando prendes la luz te das cuenta que era una enorme cucaracha? Eso me pasó también en aquella madrugada en la habitación. Pero no con un punto negro, sino que eran miles y todos se movían desordenadamente en la pared, en la parte en donde la luz de las velas no llegaba. Finalmente el sueño me venció. Temprano en la mañana, los primeros rayos del sol se filtraron por el traga-luz de la puerta, pero para mi extrañeza, pude ver que detrás de esta se formaba la silueta que había visto tras la mesa de recepción. Sin lugar a dudas se traba de la anciana, pero ¿Por qué estaría espiándome? Me levanté rápidamente del sofá y me dirigí hacia la puerta. Al abrirla no encontré nada. El pasillo estaba absolutamente vacío, solo se podían ver cientos de odiosos mosquitos revoloteando por el traga-luz principal. Pero estaba totalmente seguro que era ella, pues la delgada silueta de largos cabellos y manos como cuerda la reconocería en cualquier lugar. Empecinado en encontrar una respuesta, bajé por las escaleras hasta la sala de recepción. Para mi asombro ahí estaba ella, tras la mesa, oculta en la oscuridad, puesto que las ventanas de la sala aun se encontraban cubiertas por gruesas cortinas. La anciana me dijo con su perturbadora voz si se me ofrecía algo, pero solo me limité a negar con mi cabeza ¿Bob, me puedes explicar cómo una anciana decrépita pudo bajar tan rápido las escaleras? Obviamente tendría que tener otro inquilino más hospedado en el piso de arriba, pero antes de volver a subir a mi habitación le pregunté si alguien estaba instalado en las habitaciones contiguas a la mía. La anciana me dijo que yo era el único. ¿Ah, como dices Bob? ¡Ascensor! ¿Acaso eres estúpido Bob? ¡Una casona antigua no puede tener un ascensor! Mira, si te vas a burlar de mi relato es mejor que te vayas ¡Y por favor deja de verme con esa carita de pena… me enferma! Bueno, como te iba diciendo. Una vez en la habitación, no podía entender tan anómalos hechos. Definitivamente la anciana y la residencial resultaban inquietantes. ¿Qué podía yo hacer en una situación así? ¿Y sabes lo que se me ocurrió? Una buena ducha. Eso refrescaría mi cabeza. Y luego, me iría cuanto antes de aquel hediondo lugar, y creo que ese fue mi gran error… ¿Qué cosa? ¿Qué porque no me fui de inmediato tomando en cuenta los hechos? ¿¡Que!? ¿Eres imbécil o qué? ¿¡Cómo cresta iba yo a saberlo!? No me obligues a hacerte daño Bob, y por favor no me interrumpas más.


El baño era como me lo esperaba. Totalmente desaseado y con las paredes repletas de hongos y atisbadas de esos perturbadores mosquitos. El olor era terrible, y lo peor de todo era la tina de baño… llena de sarro y de un extraño líquido oscuro que asumí como agua estancada. Fantaseé un poco y pensé que debajo de esa turbiedad del agua se encontraba un cadáver y que posiblemente se levantara, como había visto en algunas películas, pero lo que se asomó fue mucho peor. Mientras acercaba mi rostro al agua para ver si podía distinguir una figura en ella, salió una enorme burbuja seguida de unas cuantas más pequeñas. Me asusté por la impresión y salté hacia atrás. En eso, algo viscoso empezó a salir de la tina, arrastrándose hacia fuera y cayendo de esta hacia el suelo. La verdad no podía dar crédito a lo que estaba viendo… te juro Bob que cada vez que me acuerdo la sensación de asco invade mi estomago dándome tremendas de vomitar… ¡Era pelo Bob! ¿Puedes creerlo? ¡Grandes cantidades de pelo! ¡Enormes motas grasientas con vida propia! Deslizándose repulsivamente hacia mis pies a gran velocidad. Unas saltaron y se pegaron en mis pantalones, succionando como si fuesen las ventosas de un pulpo, otras trataban de subir por mi cintura. Sin pensarlo más salí corriendo totalmente descontrolado hacia el pasillo, pero mi pesadilla no acababa aun. Frente a las escaleras se encontraba la anciana, o lo que pensé que era una anciana, puesto que se trataba de un enorme amasijo de cabellos jabonosos y serpenteantes con la silueta de esta. La repugnancia fue total. Aquella masa capilar estaba rodeada de miles y miles de mosquitos, además podía ver que entremedio de los cabellos se dejaban entrever cientos de asquerosas cucarachas y otras alimañas de todos los tamaños. De repente, el piso de linóleo empezó a moverse, y pude ver que debajo de este se demarcaban distintas formas que me recordaban mangueras, todas ondulando en grotesca sintonía, al igual que por debajo del papel mural ¿Y sabes lo que se me ocurrió Bob? Por supuesto que lo sabes, si te lo he contado infinidad de veces. Entré nuevamente a la habitación en busca de la lámpara de petróleo. Prendí el mechero de esta y una vez en el pasillo, la arrojé a los pies de la criatura. El linóleo prendió fácilmente, al igual que el papel mural. Oh Bob, si hubieras visto como se contorsionaba aquella criatura y como gritaba con su acuosa garganta, y además, como chisporroteaban aquellos bichos que parecían pequeñas lucecitas naranja corriendo y volando desordenadas por todo el lugar. El fuego alcanzó gran parte de mi pierna, torso y rostro, y en mi desesperación me lancé del segundo piso por


la ventana trasera del pasillo. Resultado: fracturada y quemaduras de gran magnitud.

Una

pierna

Recuerdo que desperté en una ambulancia. Los sujetos que iban a mi lado decían que estaba balbuceando cosas incoherentes. En el hospital repetía una y otra vez lo que me había sucedido, pero las enfermeras no me creían y me inyectaban algo que daba mucho sueño. Ellas hablaban cosas feas de mí, pensaban que no las escuchaba, pero decían que estaba completamente chiflado y cosas más feas. ¿Tú me crees…, verdad Bob? ¡Ese es mi Bob, Mi buen Bob! El doctor me dijo que sufría un desorden mental. También ahí fue donde escuché por primera vez el termino médico; Tricofobia. También escuché algo de “esquizofrenia paranoide en un estado avanzado”. ¡Já! Le dije que el loco era él, pero solo me miró con un aire despectivo. Pero en realidad, creo que estaba perturbado por mi apariencia… sí, eso creo yo, ya que para entonces había afeitado todo el pelo de mi cuerpo; nada de cabellera, nada de cejas… nada de nada. ¿Tú te perturbas de mi apariencia Bob? Claro que no, si somos buenos amigos… casi hermanos diría yo. ¿Sabes una cosa Bob? Definitivamente el blanco no me gusta, aquí todo es de ese maldito color. Tampoco me dejan salir mucho, solo tú me vienes a visitar… por eso te quiero harto mi buen amigo. ¿Cuándo vas a hablar con los tipos de afuera para que me dejen salir un rato? Necesito fumarme un cigarro, o ir a comer un helado… te juro que será solo un momento Bob, por favor ¿Si? ¿Eh? ¿Bob? ¿¡Dónde estás Bob!? ¡Maldito hijo de perra! ¡Siempre me dejas hablando solo!..., pero ya veras, de todas formas siempre vuelves… siempre vuelves…


CREACIÓN DE UNA MENTE ASESINA

Me encontraba dentro de una caravana de rostros apagados, acerbos y espectrales. Mujeres delgadas de vestidos grises y pañuelos negros cubriendo el pelo de sus cabezas, hombres de ternos oscuros y sombreros aún más oscuros que cubrían gran parte de sus rostros… como sintiendo una gran vergüenza, y niños con pantaloncillos cortos y cabezas deformadas, avanzaban y avanzaban por un terreno de tierra grisácea. Lo desolado del paisaje me causaba una sensación que me llevaba del miedo a las nauseas. En ambos costados del desfiladero se distinguían una hilera de dunas y colinas, que en cuyas bases se podían ver unos tétricos cactus-candelabro de amenazantes e irreales formas que se fusionaban con la débil luz violeta-azulada del cielo. No sabría decir con exactitud si se trataba del amanecer o si se trataba del crepúsculo. El avanzar se me hacía cada vez más difícil, pues los deformados niños saltaban de un lado a otro entorpeciendo mi perezoso andar, sonriendo aparatosamente y riendo con obscenas muecas en perfecto rigor mortis. También me detenía un áspero viento helado que lastimaba mi blanda piel, viento que además traía el sonido de unos ritualescos tambores. Dos pesados “Tum”, seguido de tres “Tum” más cortos. Tum… Tum, Tum-Tum-Tum! Tum… Tum, Tum-Tum-Tum! El sonido de los tambores retumbaba en mi cráneo con sombríos ecos que llamaban a gritos el despertar de una conciencia embriagada de amoralidad. Llamaba a mis más impúdicos, sadistas, pornográficos, sacrílegos y aborrecibles actos de bestialidad humana, brotando como el hongo en la humedad; sucio, fétido y alucinógeno. De repente, apareció ella. Un cadáver de hermosos rasgos y hermosas formas repartidas dentro de un vestido de época, danzando entre medio de sus amados muertos, susurrándoles al oído cosas que solo ellos querían escuchar, acariciándolos obscenamente y besándolos a todos por igual. Los niños deformes de pantaloncillos cortos corrían despavoridos y se aglutinaban alrededor mío, alejándome del erótico performance post mortem. Lamentable… yo también quería algo de eso.


- ¿Sabías joven amigo que la vida es un estado de la mente?… no seas estúpido y deja de ser su prisionero - Dijo una duendesca vocecilla que asimismo agregó Además todo es ultra-físico, no vale la pena seguir luchando contra aquellos fiambres. Detente. Hazte un favor y no sigas.- ¿Quién eres tú? – Increpé mirando automáticamente a mi derecha. Lo que vi me quitó el habla por varios minutos. Una figura no más alta que yo, con una lánguida y enorme cabezota redonda chapuceada con una escasísima cabellera negra. Aquel caricaturesco ser contenía unos enormes ojos desorbitados y hundidos en oscuras ojeras cavernosas, y además, poseía una perturbadora y desdibujada sonrisa, que era una extremada zanja que dejaba entrever una accidentada cordillera de dientes amarillentos. Toda esa cabezota estaba colocada de mala gana, por un algún dios bufonesco, en un asimétrico cuerpecillo de abdomen largo y piernas cortitas, embutido a la fuerza dentro de una roñosa gabardina verde. El casposo ser, carecía de su brazo derecho y me saludaba con su malformada mano restante, moviéndola grotescamente de lado a lado. - Mi nombre es “Tahúr”… No hay tiempo que perder. Sígueme, el camino es largo. – El adefesio de piernas cortitas, que más encima cojeaba, se encaminó torpemente por encima de unas dunas. Al devolver la mirada al frente, me percaté que la fantasmal comparsa se había adelantado hasta perderse en la lejanía, al igual que los ensordecedores “Tum-Tum”. Mientras Tahúr me invitaba nuevamente a seguirlo, veía como aquella hermosa MujerCadáver se disolvía danzando en el horizonte, moviendo sus brazos en señal de adiós. - ¿Por qué estas triste? Todo es una representación de tu deteriorado y malsano Yo-Superior ¿Capisci? Frustraciones, fracasos varios, etc, etc, etc. Ese tipo de cosas. Por eso estoy aquí, por eso me llamaste… por eso me invocaste. – - ¿Qué yo te invoqué? ¿Por qué dices eso? Y más encima me bienes con toda esa mierda metafísica y me hablas como si fueses mi salvador y... - ¡Calla de una vez! Sígueme, no hay tiempo que perder, estas retrasado desde hace mucho tiempo. El gran dios carnicero, con torso de vacuno y cabeza de cerdo no tolera insurrecciones de ese tipo. Calla y sígueme. No estás en


posición de hablar. Hablarás solo si el gran dios carnicero te lo pide, y punto. Juntos caminamos por interminables dunas y cactus-candelabro hasta llegar a una pampa rodeada de colinas. El olor a pestilencia era atroz. Enormes gusanos blancos se revolcaban unos contra otros en turbios charcos de agua puerca, como una resbalosa orgía invertebrada. Nubes de moscas negras súperdesarrolladas, del tamaño de una pelota de ping-pong, succionaban los fluidos de la carne descompuesta, apilada en pequeños túmulos orgánicos. Todo era corrupción. Al final de la pampa, frente a mí, se encontraba un enorme trono formado de excremento. Postrado en el, estaba aquella aberración llamada “El gran dios carnicero”, con torso de vacuno, raquíticas extremidades de hombre, cabeza de cerdo y unos retorcidos cuernos, además, de poseer atrofiados e informes genitales. El gran dios carnicero le hace un agraciado ademán a Tahúr. Este, me toma con su deformada mano y me hace inclinar a la fuerza frente a su pornográfico dios. Y con un horrible bufido, desciende de la butaca de excreciones la ciclópea criatura, avanzando tambaleada y perezosamente hacia mí, hasta posar su divina pestilencia a menos de un metro de distancia. Su mano derecha sostenía un gran machete oxidado, el cual colocó en mi frente, mientras que Tahúr daba saltitos y aullaba de alegría: “¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!”. El horrendo dios bramó con un ensordecedor y putrefacto tufo, alzando el machete hacia el nublado cielo. Su magnífica corrupción, está todo listo.Dijo zalameramente Tahúr, mientras que el gran dios carnicero, con torso de vacuno y cabeza de cerdo daba la vuelta, moviéndose tambaleado y perezosamente como al principio, hasta zambullirse al fin, en su fermentado trono de excremento. Mientras tanto, Tahúr me hace una seña y me indica una tosca casita de madera posada sobre unos palafitos. Una vez dentro de ella, Tahúr empieza con un paupérrimo monólogo. -Listo. Ya fuiste bendecido por mi señor: “El gran dios carnicero, con torso de vacuno y cabeza de cerdo”. No cualquiera es consagrado por su sagrado machete. No, no señor. Eres afortunado. ¿Sabes? Muchos han sentido su llamado y han matado en su nombre. Muchos, si... muchos. Pero pocos son bautizados por Él. Pocos, si... pocos. ¿Me entiendes?


¿Ahora sabes porque estás aquí? ¿Ahora sabes porque me invocaste? ¿Por qué llamaste tan desesperadamente al pobre de Tahúr? ¿Ah? ¿Qué dices? “¿Qué en parte?” ¡Asqueroso gusano! Me invocaste y ya no hay vuelta atrás. Está todo hecho. Y ahora mira. Mira aquel cajoncito que esta encima de la mesa. Míralo y ábrelo. ¿Vez? Ahora ese será tu nuevo dios. Tu nuevo dios adoptará muchas formas. Si... muchas. Tu nuevo dios puede ser canalizado por un magnifico cuchillo, o si lo prefieres, en una humeante motosierra. Si lo quieres, también puede ser una formidable hacha, incluso, hasta un tosco martillo podría ser utilizado con gran sabiduría, lo importante, es el resultado final... y ese, mi estimado feligrés, ese es tu dios.Y ahora... vuelve y reemplaza mi brazo derecho. La sábana estaba pegada a mi espalda húmeda. El reloj marcaba las 3:47 AM. Aquella mujer roncando en mi cama no era de mucho aporte, me desagradaba. De hecho, sabía que de hace mucho tiempo que se la estaba “cogiendo” su jefe. Al menos, ya sabría por dónde empezar mi evangelización, y así, glorificar a mi nuevo dios.




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