CRÓNICAS DE VIAJE Publicación 3 Septiembre/2017
—por OTSI
Circuito W: mi gran aventura a los pies de las Torres del Paine
CATEDRALES DE MARMOL:
Un paraíso escondido en la Carretera Austral UN ALUCINANTE ABRIR DE OJOS EN UYUNI CUMBRES PUERTO VARAS:
La opción perfecta a orillas del Llanquihue PARQUE QUILQUICO:
Un servicio de lujo en la naturaleza de Chiloé
Dato Experto
¿¿Qué destino de Chile o Sudamérica te gustaría conocer?
Editorial Estimados amigos: La industria ha cambiado y lo sigue haciendo cada vez más. Hoy vemos como todo lo que construimos durante las últimas décadas no se mantiene si es que no refrescamos la forma en la que hacemos turismo. La realidad nos muestra que los viajeros están optando por ser ellos mismos sus propios agentes de viaje. Buscan las tarifas más económicas por internet, y a partir de eso empiezan a armar su viaje con toda la información que les llueve desde blogs, redes sociales o Google, un monstruo que parece saber más que todos los que hemos dedicado la vida a este rubro. Pero estamos convencidos de que eso no es así, y de que nosotros aún tenemos mucho más que aportar. Mucho que ofrecer. Porque quizás ahora la mayoría de la gente ya no recurra a ustedes los agentes de viaje, y por ende a nosotros, para viajar a Buenos Aires, Lima o Río de Janeiro, destinos que ya son ultra conocidos. Por lo mismo debemos no sólo ofrecer eso, lo de siempre, sino que hay que entregar cosas nuevas. Por ejemplo en Argentina tenemos Córdova, Iguazú, Calafate o Puerto Madryn. Son solo algunos de los destinos que recomendamos y que la gente no sabe que son atractivos, por lo que no viaja hacia ellos. En Perú está Chiclayo, Trujillo, Chachapoyas o la Amazonía. Lugares maravillosos, pero que los pasajeros no conocen, y que necesitan de la voz de un especialista para llegar hacia allá. Les contamos esto porque queremos que sepan que nosotros no nos estamos quedando dormidos, como muchos en la industria. Sino todo lo contrario, estamos descubriendo más lugares que nunca. Ahora no sólo nos consideramos especialistas en Chile, Argentina, Perú o Brasil, los cuales seguiremos ofreciendo. También lo somos en Costa Rica, Guatemala, México, Tahití y en muchos otros países. Los invitamos a que sigan conociendo cosas nuevas, que sigan confiando en nuestros casi 30 años de trayectoria y que juntos logremos mantenernos vigentes. Aún hay mucho del mundo por recorrer y en ese sentido tenemos una visión muy clara de hacia dónde nos lleva esta industria y de las grandes cosas que aún podemos aportar. Arturo Pérez Mandiola y Mariori Danús Laucirica Gerentes de OTSI Tour Operador
Yasna Salazar Mundo Tour “Me gustaría conocer Brasil, es un destino al que nunca he ido y siempre he soñado con estar ahí. Me gusta mucho por su clima y sus playas, pero principalmente porque me encanta que su gente sea tan alegre. Además, es un destino en que te encuentras con personas de distintos países.”
Daniela Pizarro Tije Travel "Yo soy fanática de la fotografía, y Bolivia es un destino que siempre me ha interesado. El conocer ciudades como Potosí, Sucre o Santa Cruz, y ver sus calles, su gente y su historia desde otra perspectiva me encantaría. Y sin dudas, el lugar al que muero por ir es al Salar de Uyuni. Sus paisajes y las fotografías que uno puede conseguir son de lo mejor en Sudamérica."
Tú también tienes ganas de conocer algún destino? ¡Esta es tu oportunidad! Cuéntanos cuál es ese lugar y podrás ganar una estadía en ese destino que tanto sueñas.* Para participar debes seguirnos en Facebook (OTSI Tour Operador) y contarnos a dónde quieres viajar. Lo puedes hacer en nuestra publicación en redes sociales, o por correo a comunicaciones@otsi.cl *Sorteo válido exclusivamente para agentes de viajes y para destinos dentro de Chile o Sudamérica. Incluye sólo alojamiento y traslados in/out (no incluye aéreos).
Te presentamos nuestras dos nuevas excursiones en Santiago Crónicas de Viaje Director: Arturo Pérez Danús subgerencia@otsi.cl Editor: Joaquín Pérez Danús comunicaciones@otsi.cl Redacción: Joaquín Pérez Danús Diseño: Paz Recabarren Co-produce:
Tour Operator—Wholesaler Santa Magdalena 72, Of. 308, Providencia—Santiago Teléfono: +56 2 24899200 Email: ventas@otsi.cl www.otsi.cl OTSI Tour Operador
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Tour medio día Templo Bahá'í y Cousiño Macul Comenzamos nuestro camino hacia la precordillera para visitar la histórica viña Cousiño Macul. Aquí haremos un recorrido a través de los distintos lugares en los que se procesaba el vino a comienzos del siglo XIX. Visitaremos los viñedos, la bodega centenaria y su museo, para finalizar con una degustación de su mejor vino. Más tarde seguimos la ruta para visitar el famoso Templo Bahá'í, casa de adoración única en Sudamérica. Un lugar de encuentro y oración, en la que se visita el maravilloso templo y sus jardines.
Tour medio día Ruta del Vino—Valle del Maipo Salimos desde Santiago rumbo al sur para internarnos en el hermoso valle del Maipo, dueño de una prodigiosa tierra que da vida a diferentes viñedos. Este tour de medio día contempla dos visitas. Nuestra primera parada es en la prestigiosa Viña Santa Rita, una de las más reconocidas a nivel mundial. Luego nos dirigimos hacia la encantadora Viña Haras de Pirque. En ambos viñedos realizamos un recorrido por las bodegas, conocemos la elaboración de sus mejores vinos, para terminar con una exquisita degustación.
Chile / Puerto Varas / Hotel
Cumbres Puerto Varas: la opción perfecta a orillas del Llanquihue —por Soledad Coliqueo Alojar en un lugar acogedor, con exquisita comida y un servicio impecable parece ser suficiente para estar y sentirse cómoda. Pero si a eso le agregamos una ubicación frente a un enorme lago y con la hermosa postal de un volcán nevado de fondo ya parece de ensueño. Eso y más ofrece el Hotel Cumbres en Puerto Varas, un lugar único que los invito a conocer.
Puerto Varas es una de las principales ciudades turísticas de Chile. La belleza del lago Llanquihue, a los pies del volcán Osorno, se combina con una riquísima arquitectura traída por la colonia alemana durante el siglo XX, lo que hace de este pueblo un lugar con un atractivo mágico. A mi gusto, uno de los destinos más lindos y completos de nuestro país. Además, Puerto Varas tiene otro plus que es fundamental, y es que desde aquí puedes hacer miles de cosas, como visitar los saltos de Petrohué, Puyehue, Chiloé o llegar a Bariloche por medio del cruce de lagos. Muchísimas atracciones que se pueden conocer saliendo desde este increíble pueblo ubicado a unos 20 minutos del aeropuerto de Puerto Montt, al cual se llega desde Santiago en menos de 2 horas. La última vez que viajé hacia allá fue para cruzar a Argentina y conocer Bariloche. En esa ocasión me alojé dos noches en el Hotel Cumbres, para mí el mejor de todo Puerto Varas. ¿Por qué el mejor? Principalmente porque, teniendo unos altísimos estándares de calidad, no pierde ese toque hogareño que es tan difícil de encontrar en un hotel grande. Mientras estuve alojada ahí me sentí siempre muy cómoda, el personal es muy acogedor y el servicio impecable. Puntos que para mí son claves a la hora de buscar alojamiento. Su ubicación también es ideal. Para que se hagan una idea, el Cumbres Puerto Varas está ubicado más o menos a unos 15 minutos caminando desde el centro, justamente sobre una pequeña loma que da a la costanera, y desde donde se tiene una vista espectacular al lago Llanquihue y al volcán Osorno. Esta vista panorámica es verdaderamente un lujo, y lo mejor es que todas sus habitaciones dan justamente hacia ese sector. Al llegar lo primero que me encantó fue su arquitectura. Una construcción colonial típica de la zona, con piedra y madera nativa, todo especialmente decorado de una manera elegante, digno de un 5 estrellas que te invita a vivir una experiencia distinta. Al recorrer sus instalaciones sentí como que el hotel combinaba todo de una manera muy especial.
Sus paisajes, su infraestructura, el confort de sus habitaciones y un spa muy completo. Todo eso me hizo sentir en un lugar cálido y muy acogedor. El Cumbres Puerto Varas tiene 90 habitaciones y lo bueno es que son de distintas categorías. Hay habitaciones estándar, superior, luxury, suites y hasta una suite presidencial. Yo me alojé en una luxury, la cual tenía una cama enorme y todas las comodidades necesarias: televisión, wi-fi, calefacción, caja fuerte, cafetera, aire acondicionado, de todo. Pero además, una terraza perfecta para salir a leer o a tomarse un cafecito con vista al lago. Con respecto a la gastronomía, en el Cumbres siempre te vas a la segura. La cadena se destaca por tener chefs de primera línea en todos sus hoteles, y en Puerto Varas no es la excepción. Es más, ahí cené las dos noches y siempre recuerdo el asado de tira con puré de apio que me comí la última noche, una maravilla. El restaurante tiene una carta muy completa y se especializa en cocina internacional mezclada con la esencia de los productos locales. Por lo mismo, les recomiendo que si van al hotel aprovechen para comer ahí, no se van a arrepentir. Del desayuno no les voy a hablar, dejaré que se sorprendan cuando vayan. Sólo les acotaré que tiene de todo. ¿Su especialidad? los dulces de la región. Espectaculares. Un desayuno así garantiza empezar el día lleno de energía. Con todo lo anterior es imposible no enamorarse de este hotel. Realmente considero que el Cumbres Puerto Varas, para lo que yo busco, es la mejor alternativa en la zona. Ideal para ir en familia o en pareja, para estadías cortas o largas. En mi caso, no tengo dudas de que volveré.
Torremayor Providencia: servicio cálido en una inmejorable ubicación —por Macarena Rivera Hace unas semanas tuve la posibilidad de alojarme en el Hotel Torremayor Providencia, el cual no conocía, y la verdad me sorprendió mucho. Es un hotel que nosotros vendemos harto y ahora puedo entender bien por qué. Primero que todo, su ubicación es espectacular. El hotel se encuentra en la esquina de Av. Providencia con Ricardo Lyon, a solo pasos del metro Los Leones y de otras grandes
Hacienda Marchigüe: un viaje a la esencia histórica del campo chileno —por Jorge Rojas
Salimos en grupo desde Santiago rumbo a la Hacienda Marchigüe, un lugar ubicado en el valle de Colchagua, a unos 30 minutos de Santa Cruz y a menos de una hora de Pichilemu. Fuimos por la ruta que pasa por Melipilla y bordea el lago Rapel. Un camino hermoso, de mucho verde, y que ya desde el inicio nos internaba en las raíces del campo chileno. Llegamos luego de unas 2 horas y media de viaje. Ahí apenas ingresamos por el portón y cruzamos los jardines, el mundo se detuvo. Tuvimos un verdadero viaje al pasado, donde todo lo actual quedó atrás. La tecnología, televisión, autos, ruidos, todo eso que nos bombardea día a día desapareció por completo para dar paso a la residencia histórica de Marchigüe. Para ingresar al patio interior de la casona debimos hacerlo por el acceso principal, el cual atraviesa un gran marco que me hizo imaginar los antiguos carruajes que pasaban por ahí
atracciones, restaurantes y locales nocturnos. Incluso está a menos de 10 minutos a pie del Costanera Center, principal centro comercial de Santiago, lo que le da un plus. Si nos referimos directamente a las características del hotel, puedo decir que me encantó su estilo moderno. Si lo comparamos con el Torremayor Lyon, que es de una línea más bien clásica y tradicional europea, éste posee un concepto completamente distinto. El Hotel Torremayor Providencia tiene menos de tres años y por lo mismo posee comodidades de última generación y toda la tecnología. Esto me parece muy bueno porque, en un rango menor a tres cuadras, la cadena hotelera tiene dos productos muy diferenciados. Otra cosa que es primordial para mí es el buen servicio, y en ese punto tengo solo halagos para el hotel. Desde que llegamos con mi pareja nos dieron un trato muy cordial. Al hacer el check in nos entregaron un trago de bienvenida, el cual fuimos a disfrutar a una terraza muy acogedora. Con respecto al personal, me sorprendió que todos estuvieran muy preocupados por nuestra comodidad, preguntando siempre si nos faltaba algo o consultando nuestra opinión en cuanto al servicio.
para estacionar en la hacienda. ¿Por qué reviví esa película? Por la increíble historia que tiene esta residencia. Esta casona colonial fue construida en el siglo XIII, específicamente en 1740, y perteneció a una congregación de padres jesuitas. Incluso durante la gesta de la Independencia de Chile, Manuel Rodríguez solía viajar a Pumanque y se hospedaba en la hacienda. Imagínense todas las miles de
El hotel tiene 91 habitaciones, entre superiores y standard. Nos alojamos en una superior matrimonial muy cómoda. Me llamó la atención lo bonita y grande que era. El baño también era muy espacioso y tenía unos amenities que me gustaron mucho. Pasamos una muy buena noche y a la mañana siguiente lo coronamos todo con un exquisito desayuno tipo buffet muy variado. Por último quiero destacar la piscina exterior, que se ubica en la azotea del edificio con una vista increíble de Santiago. No pude disfrutarla por una cuestión de tiempo, pero me imagino que debe ser muy utilizada por los pasajeros, sobre todo para hacerle frente al calor del verano.
historias que guarda este lugar con casi 300 años. Ahí mismo se las podrán contar todas, ya que hay un recorrido histórico muy interesante para los pasajeros. La residencia por dentro es enorme. Tiene grandes corredores con ese estilo clásico de la época y habitaciones muy espaciosas. Yo me alojé en una que tenía una cama gigantesca y lo preciso para dormir completamente desconectado de todo. Cuando apagué la luz, el silencio y la oscuridad fueron eternos. Y para mejor, el despertar fue con el canto de un gallo que me hizo levantar con todas las ganas para disfrutar un hermoso día de campo. Toda la gastronomía es una delicia. Tienen un muy buen desayuno criollo con productos elaborados en la misma hacienda, huevos de campo, pan amasado, quesos, pebre. Toda una exquisitez. De almuerzo disfrutamos un charquicán con ese toque bien casero, y de postre un mote con huesillos. Espectacular. Todo siempre bien acompañado con vinos de la zona. Además hay variadas actividades que ofrece la hacienda. Destacan sus cabalgatas, paseos en bicicleta, asados al palo, visitas a viñas boutique de la zona o a una lechería tradicional que hay a pocos minutos. También, debajo de la misma casona tienen una cava de vinos que es maravillosa, en la que te dan una degustación de bienvenida con vinos de primer nivel. La hacienda también es ideal para organizar eventos sociales o corporativos. Todo acompañado de un servicio cálido y cercano, donde el personal está a disposición para lo que el huésped necesite.
Chile–Argentina / Patagonia / Expedición
Cruce Andino: navegando hacia Argentina entre hermosos lagos andinos —por Joaquín Pérez Danús
Puerto Varas y Bariloche son dos ciudades encantadoras en el sur de Chile y Argentina, respectivamente, y ambas se conectan mediante un paso fronterizo único en el mundo. Una travesía que dura el día completo y atraviesa la cordillera de los Andes por medio de bosques, lagos y volcanes. Uno de los viajes más requeridos por turistas que visitan el sur de nuestro país. Para llegar desde Chile hasta la hermosa ciudad de San Carlos de Bariloche debimos realizar el paso fronterizo más reconocido para cruzar hacia Argentina. El Cruce Andino es la única travesía que conecta ambos países sudamericano navegando la cordillera de los Andes. Nuestro viaje comenzó temprano desde nuestro hotel en Puerto Varas. Salimos a las 8:00 horas en un bus que nos llevó bordeando el Lago Llanquihue hasta Petrohué. Les recomiendo que antes de salir lleven las siguientes cosas a mano, ya que las maletas no las veremos hasta completar todo el trayecto hasta Bariloche. Deben llevar bloqueador solar, anteojos, ropa cómoda y un cortaviento, pero lo más importante es que porten siempre su documento de identidad para poder hacer la aduana sin ningún contratiempo. Ingresamos al Parque Nacional Vicente Pérez Rosales a eso de las 10 de la mañana, y ahí paramos a visitar los Saltos del Petrohué. Estas caídas de agua provenientes del Lago Todos los Santos nos enseñan una postal increíble para tomar unas fotos. Luego de esta visita nos dirigimos hacia orillas del lago para embarcarnos y comenzar nuestra ruta hacia Argentina. Aquí abordamos el catamarán Lagos Andinos, de capacidad para 300 personas. Mientras disfrutamos de un rio café, navegamos durante 2 horas por el Lago Todos los Santos, acompañados de una vista enmudecedora a los volcanes Osorno, Puntiagudo y Cerro Tronador. Un paisaje sacado de película nos
llevó hasta Peulla, una pequeña localidad aislada en la cordillera donde nos detuvimos a almorzar. Peulla tiene dos buenos hoteles en los cuales está la opción de alojarse para disfrutar algunos días de esta increíble villa enclavada en el corazón de los Andes. Aquí hay entretenidas actividades y excursiones para estar por lo menos un par de días completos. Sin embargo, nosotros seguimos nuestro viaje hacia Bariloche, y tras almorzar nos subimos a un nuevo bus que nos trasladó hasta Puerto Frías. Es durante este trayecto que realizamos los trámites aduaneros para salir de Chile e ingresar a Argentina. Una vez en Puerto Frías tomamos la segunda navegación. Ahí nos embarcamos en el catamarán Victoria del Sur, uno mucho más pequeño que el primero, con capacidad para poco más de 100 pasajeros. Navegamos por el Lago Frías durante unos 20 minutos. Esta parte del viaje fue realmente sorprendente, porque el lago es un verdadero espejo de agua que proviene directamente de los glaciares de la zona. Atravesamos una hermosa cantidad de cerros vírgenes y bosques que maravillan a cualquiera. Arribamos cerca de las 18:30 horas a Puerto Alegre, donde tomamos un bus para
un trayecto corto hasta Puerto Blest. En esta localidad nos preparamos para navegar por Río Negro y el gran Lago Nahuel Huapi, que se caracteriza por su tono color esmeralda y los hermosos bosques y paisajes que lo rodean. Aquí embarcados en el moderno catamarán Gran Victoria recorrimos en cerca de una hora el lago con postales inolvidables hasta llegar a Puerto Pañuelo. Ahí tomamos el último bus que nos llevó hasta nuestro hotel en Bariloche, ciudad que enamora por sus centros de esquí, paisajes, comercios, restaurantes y vida nocturna. Fue así como en cerca de 11 horas cruzamos desde Puerto Varas hasta Bariloche en uno de los viajes más encantadores que se pueden hacer en el sur del continente. Por lo mismo, son miles de turistas extranjeros los que llegan a esta zona para realizar este circuito y conectar ambos países por una ruta extraordinaria.
Chile / Punta Arenas / Expedición
Punta Arenas: un destino histórico que brilla por sí solo
¿Dónde alojar en Punta Arenas?
—por Joaquín Pérez Danús
La capital de la provincia de Magallanes es un destino recurrente para cualquier viajero que visita la Patagonia. Desde esta ciudad donde el frío y el viento son dueños de casa, se puede llegar a los principales atractivos que posee la región, como las Torres del Paine, Tierra del Fuego e incluso la Antártica chilena. Es por lo anterior que miles de turistas de diversos rincones del mundo pisan esta tierra cada año sin conocer mayores detalles. Y es que desde Punta Arenas estás a menos de cuatro horas de las Torres del Paine, y permite incluso tomar un vuelo que en dos horas lleva nada menos que hasta la Antártica. Por ejemplo, en mi caso, arribé a Punta Arenas sólo porque era la forma “regular” para llegar a Puerto Natales y a las Torres del Paine. Sin embargo, en mi corta estadía descubrí que era un destino increíble y que brilla por sí solo. Mucha gente lo desconoce y es por este motivo que surgieron mis ganas de contarles más sobre mi experiencia. Esta ciudad fundada en 1848 fue el principal puerto que conectaba los océanos Pacífico y Atlántico hasta la apertura del canal de Panamá. Por lo mismo, durante el siglo XIX fue un importante destino para inmigrantes europeos, lo que le brindó una identidad histórica y una arquitectura que hasta el día de hoy resaltan la belleza particular de la ciudad. Desde el aeropuerto hasta nuestro hotel, ubicado en el centro, no tardamos más de 20 minutos. Apenas llegar, salimos rápidamente a realizar un city tour. Aquí comenzamos visitando el cerro de la Cruz, con una vista hermosa del estrecho de Magallanes y de la isla de Tierra del Fuego. Luego tomamos rumbo hacia el norte de la ciudad para una segunda parada en el cementerio, uno de los grandes atractivos de Punta Arenas. Y es que recién al llegar ahí me enteré que éste es considerado uno de los cementerios más bellos del mundo. ¿Tú lo sabías? Bueno, después de estar ahí a uno no le sorprende que así sea. Sus avenidas rodeadas por cipreses cuidadosamente podados forman una especie de laberinto fascinante, que se combina con la preciosa arquitectura de los mausoleos y lápidas de los antiguos inmigrantes europeos. Aquí vemos nuevamente como se mantiene aquí, al otro lado del mundo, ese legado cultural del Viejo Continente. El cementerio es un imperdible de Punta Arenas.
Posteriormente fuimos al Museo Nao Victoria, atracción que les recomiendo mucho. Ahí encontrarán una réplica exacta del navío en que Hernando de Magallanes realizó la expedición que daría la primera vuelta al mundo. Realmente pareciera que uno viaja 500 años al pasado: primero te dan la opción de usar la vestimenta que usaba la tripulación, para luego ingresar al barco, donde está muy bien replicado cada detalle de la embarcación. La experiencia es muy completa, porque permite entender cómo vivió la tripulación durante los tres años que duró la travesía. Un hecho heroico que deja maravillado y con más ganas de conocer la historia que guarda este increíble destino. Además, encontrarán otras tres embarcaciones históricas que también los sorprenderán. Tras la visita al Museo Nao Victoria, el guía nos llevó por un recorrido en el que vimos los históricos monumentos al Ovejero, al Inmigrante Croata y al Petróleo, los cuales me ayudaron a entender la interesante historia de la capital de la Patagonia chilena. Tras pasear por varios puntos llegamos a la Plaza Muñoz Gameiro, el corazón de Punta Arenas, donde se encuentra el importante monumento a Hernando de Magallanes. A los pies de esta imponente figura hay otra de un indígena patagón, la cual resulta ser más llamativa para los turistas porque dicen que si le besas el dedo del pie tendrás la fortuna de volver a Punta Arenas. Claramente lo hice, por lo que espero volver pronto y así poder hacer muchas de las actividades que dejé pendientes, como la visita al Parque Pingüino Rey o la navegación a Isla Magdalena, dos tours imperdibles que salen desde esta ciudad.
El Hotel José Nogueira es todo un hito histórico en Punta Arenas. Está ubicado en una esquina de la Plaza Muñoz Gameiro, precisamente en el Palacio Sara Braun, Monumento Nacional y una de las construcciones más antiguas de la Patagonia. El hotel ofrece un concepto de elegancia y calidez, con un estilo neoclásico finamente decorado. Tiene 22 habitaciones, restaurante, bar, estacionamiento y todas las comodidades necesarias para una acogedora estadía.
Otra opción ideal es el Hotel Rey Don Felipe, situado a solo dos cuadras de la Plaza Muñoz Gameiro y cercano a diversos puntos de interés turístico. Éste es un gran 4 estrellas construido en un edificio moderno y cómodo, que ofrece 45 habitaciones, restaurante, bar, spa, centro de negocios y un servicio de primer nivel.
Chile / Torres del Paine / Expedición
Circuito W: mi gran aventura a los pies de las Torres del Paine —por Arturo Pérez Danús Cuando me invitaron a hacer el famoso trekking de la W me entusiasmé. Debo reconocer que en un principio entré en duda, ya que me pregunté si me daría el cuerpo para caminar más de 70 km. durante cinco días en las Torres del Paine. Miles de turistas cruzan literalmente el mundo entero para vivir esta experiencia en uno de nuestros parques nacionales más reconocidos a nivel mundial. Por lo mismo, yo no podía ser menos y dejar pasar esta oportunidad. Existen distintos programas: yo hice la W Estándar, de 5 días y 4 noches, con pensión completa. Un circuito muy bien demarcado, con paisajes alucinantes y durmiendo en refugios con servicios de hotel (calefacción, agua caliente, cama con sábanas, desayuno, cena y box lunch para cada día). El contacto con la naturaleza en este lugar es único. Recorrer uno de los lugares más lindos del mundo y convivir con sus bosques, lagos, glaciares y fauna salvaje lo vuelve una experiencia verdaderamente inolvidable.
Día 1: El programa comienza en Puerto Natales.
Aquí les recomiendo llegar una noche antes y visitar las oficinas de Fantástico Sur (empresa que opera el trekking), ya que se realiza una pequeña capacitación de seguridad y de cuidado del parque. No se la pierdan, porque no querrán toparse con un puma en medio del circuito y no saber qué hacer. Además, ellos te ayudan a preparar las cosas que debes llevar y a ocupar tu bolso de manera más eficiente. Y si tienes exceso de equipaje, también puedes dejar cosas en sus oficinas hasta tu regreso. Dicho lo anterior, el primer día salimos en bus rumbo a las Torres del Paine y, tras dos horas de viaje, llegamos a una recepción de bienvenida. Aquí revisan que esté todo en orden con la reserva dado que a partir de 2017 no se permite el ingreso al parque a quienes van sin ella para así controlar el número de visitas y cuidar el medio ambiente. Ya en la tarde nos acomodamos en el Refugio Torre Central para compartir nuestras primeras experiencias con el resto de los viajeros.
Día 2: Salimos temprano para nuestra primera
prueba de resistencia: llegar al Mirador Base Torres, la postal más típica del parque. La primera misión es caminar 5,5 km. en subida hasta un pequeño refugio llamado El Chileno. Ahí pasaremos la segunda noche, por lo que podemos dejar nuestras pertenencias para continuar sólo con lo necesario hacia la base de las Torres. Desde El Chileno comenzamos a subir a través de un bosque de lengas, un camino liviano y agradable, por cerca de una hora y media hasta llegar a una morrena (pendiente de muchas rocas y piedras generadas por un glaciar). Esta parte implica un mayor esfuerzo, pero recompensado con la llegada a un lugar único en el mundo. Ahí justo frente a nuestros ojos vemos las tres gigantescas torres de granito que dejan sin palabras a cualquiera. Tras pasar un buen rato sacando fotos y contemplando estas verdaderas maravillas de la naturaleza, comenzamos el descenso hasta El Chileno para cenar y dormir.
internarnos en el macizo Paine por medio de un camino complejo, de muchas piedras y ramas. Tras unas tres horas llegamos a la primera gran parada, el mirador que da al glaciar Francés, donde se aprecian increíbles vistas de glaciares que cuelgan desde las quebradas del macizo y que se desmoronan frente a nuestros ojos, toda una maravilla de la naturaleza. En este punto está la opción de devolverse para tomar el camino hacia el refugio Paine Grande, pero los más aventureros pueden optar por continuar el ascenso hasta el Mirador Británico, donde la vista es aún más espectacular. Esto demanda por lo menos unas tres horas más de camino y ya requiere de una resistencia física mayor. Luego de cumplir el gran objetivo, retornamos para llegar hasta el refugio. Sin duda éste fue el día de mayor exigencia, en el cual caminamos más de 12 horas, una verdadera prueba tanto física como mental, de la cual después nos sentimos orgullosos.
Día 5: Costó levantarse pero era nuestro examen
final. El objetivo era acercarse lo más posible al glaciar Grey, que hasta ese día no habíamos tenido la oportunidad de ver. La caminata duró poco más de dos horas hasta un primer mirador, donde se puede apreciar toda la zona frontal del glaciar, justo sobre el lago Grey. Luego, los que aún teníamos algo de energía, seguimos hasta el siguiente mirador que prácticamente nos llevó a estar sobre el glaciar. Aquí la vista es asombrosa y me dejó literalmente helado al dimensionar la inmensidad de esa increíble masa de hielo. Ya en la tarde debimos regresar al refugio para comenzar a despedir nuestra aventura. A las 18 hs. tomamos un catamarán que navega el lago Pehoé, y es recién en esta parte donde dimensionamos todo los lugares que recorrimos, ya que desde esta navegación se puede apreciar todo el trayecto desde una perspectiva más alejada. Al llegar a nuestro destino un bus nos esperaba para retornar a Puerto Natales. Así se dio fin a una de las aventuras más emocionantes y locas que me ha tocado vivir.
Día 3: Despertamos temprano, con una buena
ducha y un desayuno contundente para comenzar el segundo tramo. Este día fue el más liviano, ya que la mayor parte de los 11 km. que recorremos es en un terreno plano donde bordeamos el lago Nordenskjold a los pies del macizo Paine. Durante este tramo tuvimos mayor tiempo para disfrutar de los paisajes, tomar buenas fotos e incluso mojarnos los pies a orillas del lago, en aguas completamente naturales. Este día llegamos al Refugio Cuernos a la hora de almuerzo, donde aprovechamos para descansar y recuperar energías para el que sería el día más largo en las Torres del Paine.
Día 4: Salimos desde el Refugio Cuernos para
recorrer alrededor de 20 km. Nuestro objetivo era llegar al Mirador Británico, para el cual teníamos que
Desde este año, Fantástico Sur empezó a operar también el Circuito W en invierno, una aventura inédita que muestra a las Torres del Paine y sus paisajes de una manera nunca antes vista. Esta alternativa, además de ser más económica y de representar un mayor desafío por las adversidades del clima, permite conectarse de una forma más íntima con las maravillas del parque dado que éste se encuentra casi vacío. La W invernal consiste en 6 días de aventura entre los meses de mayo y agosto, y aplica para grupos de 4 a 8 personas, los cuales deben ir sí o sí acompañados por un guía. Una travesía exclusiva para valientes amantes de la naturaleza.
Río Serrano: conectado con la esencia de Torres del Paine —por Mariori Danús
Despertar en tu habitación, abrir los ojos y ver de lleno el macizo de las Torres del Paine es una verdadera maravilla. Una vista así es realmente única en Chile y el Hotel Río Serrano la acompaña con un servicio de primer nivel. He tenido la oportunidad de conocer muchísimos lugares increíbles alrededor del mundo, y el Parque Nacional Torres del Paine –el cual he visitado por lo menos unas 10 veces– es quizás el destino más lindo que conozco. La última vez que fui a las Torres me alojé justamente en el Río Serrano, un hotel que no había tenido la suerte de visitar, y que realmente
Kaweskar: la fantástica ruta de Skorpios por los canales patagónicos —por Mariori Danús
Cruceros Skorpios lleva casi 40 años navegando los canales del sur y actualmente posee dos rutas para los turistas. Una es la Chonos, que zarpa desde Puerto Montt llegando hasta la laguna San Rafael; y la otra es la Kaweskar, la cual comienza en Puerto Natales y recorre los principales atractivos del Campo de Hielo Sur. Yo he realizado ambas, pero les contaré acerca de esta última que personalmente me dejó maravillada. Esta entretenida aventura duró tres noches y para embarcarnos debimos llegar cerca de las 16 al muelle de Skorpios, que está en el sector de Puerto Bories, a minutos del centro de Puerto Natales. Al embarcarnos en la Motonave III ingresamos a una cabina muy cómoda con grandes ventanas que nos aseguran una linda vista del seno Última Esperanza. Al poco rato nos llamaron a uno de los salones para una charla de seguridad antes de comenzar el viaje.
me encantó. Al ingresar me llamó la atención lo cómodos que son sus espacios comunes, decorados con madera y textiles característicos de la Patagonia. Estos espacios son ideales para descansar después de una larga excursión o para sentarse una tarde a leer. Como el viaje había sido largo, lo primero que hicimos fue sentarnos en la terraza exterior a disfrutar del paisaje junto a un rico pisco sour. Ahí viendo la imponente vista entendí que por muchas veces que haya visitado las Torres del Paine, nunca me van a dejar de sorprender las increíbles postales que ofrece este destino. El hotel tiene habitaciones standard y superiores. Yo me alojé en una superior con vista directa al macizo Paine, algo que
realmente le da un plus a la habitación. La decoración también me encantó porque era muy cálida y acorde con las raíces de la Patagonia. No hay televisión, lo que me parece bien porque permite desconectarse de una manera total. Igualmente hay wi-fi para los pasajeros que lo necesiten. Con respecto a su gastronomía, el restaurante Kaienk es de una muy alta calidad. Sus platos gourmet poseen una fuerte identidad de la zona, ya que son exquisitamente preparados con productos locales, cosa que también me fascinó del hotel. En mi estadía no tuve la suerte de poder tomar las excursiones del Río Serrano, pero sí he tenido muy buenas referencias de ellas, tanto por su variedad como por su servicio de excelencia. También es de destacar que se trata de un hotel ideal para eventos corporativos, el más grande de Torres del Paine, con un salón moderno con capacidad para 200 personas e infraestructura que no se encuentra en otro hotel de la zona. Por lo mismo, un grupo corporativo puede acomodarse muy bien en el Río Serrano. Por último, si algo le faltaba a este producto cuando lo visité era un spa. Ahora, en el hotel han hecho grandes esfuerzos y han construido uno con piscina temperada que da directamente al macizo Paine, entregando a sus huéspedes una nueva experiencia de relajación, bienestar y conexión con la naturaleza. Éste estará a disposición de los huéspedes a partir de enero de 2018.
Cerca de las 18 zarpamos desde Puerto Natales acompañados de un hermoso y colorido atardecer mientras nos internábamos por los canales patagónicos. Al caer la noche nos instalamos en uno de los dos bares que tiene la nave, donde nos sentamos a disfrutar de un trago y a conversar con otros pasajeros de distintas nacionalidades en un ambiente muy agradable y acogedor. Más tarde llegó la hora de la cena. Ya sabíamos que en Skorpios se comía muy bien, y así fue. La verdad es que la comida era excelente, muy bien servida, y la atención de todos fue increíble. Al día siguiente, un sonido de pajaritos fue la alarma que nos despertó para avisarnos que el desayuno estaba listo. Al asomarnos por la ventana comenzamos a ver el glaciar Amalia, donde tuvimos nuestro primer desembarco. Luego del desayuno, nos llamaron para descender en una pequeña playa por la que caminamos entre arena, vegetación y rocas hasta llegar a un mirador desde donde pudimos
apreciar el hermoso glaciar y sacar algunas fotos. Más tarde visitamos el glaciar El Brujo y luego llegamos al espectacular fiordo Calvo, donde realizamos una excursión en un pequeño barco que nos permitió navegar entre los bloques de hielo, los cuales me dejaron maravillada por sus colores y formas. Por supuesto, en ese momento nos ofrecieron el tradicional whisky con hielos milenarios, servido en un vaso que después nos quedaría como recuerdo de este increíble paseo. Nuestro tercer y último día en Skorpios comenzó con un desayuno contundente, mientras íbamos ingresando al fiordo de las Montañas. Bosques, caídas de agua, lobos de mar, aves de la zona y glaciares adornaban un increíble paisaje que cada vez me cautivaba más. Ese día desembarcamos otras tres veces, primero en los glaciares Alsina y Bernal, para terminar descendiendo en Angostura White, esta vez sólo en los botes de exploración para navegar entre islas y roqueríos disfrutando parte de la flora y fauna del lugar. Nuestra aventura terminó de una manera perfecta, con la tradicional cena del capitán, en la cual nos deleitamos con la mejor gastronomía de mariscos, centolla, carnes y vinos. Para cerrar la jornada hicimos un gran brindis y dimos paso a una fiesta de despedida. Esa misma noche llegamos a Puerto Natales y desembarcamos a primera hora del día siguiente.
Chile / Carretera Austral / Expedición
Catedrales de Mármol: un paraíso escondido en la Carretera Austral —por Soledad Coliqueo
Uno de los grandes atractivos que tiene la Carretera Austral son las reconocidas Catedrales de Mármol, un conjunto de extraordinarias formaciones minerales ubicadas en el lago General Carrera que resaltan por su belleza. Durante nuestra estadía en el Hotel Loberías del Sur pudimos tomar esta excursión de día completo que ofrece el hotel, la cual nos llevó a uno de los lugares más lindos de Chile.
La excursión comenzaba a las 8 de la mañana, pero eran las 7 y ya estábamos listos para nuestra aventura. Como sabíamos que el día sería largo, bajamos a la cafetería del hotel para tomar un buen desayuno y recargarnos de energía. Ahí disfrutamos de un rico buffet con pan casero, deliciosas mermeladas, variedad de jamones y huevo revuelto, ¡una delicia! Minutos antes de la hora de salida nos reunimos en el lobby con el resto de los pasajeros y con los dos guías que nos acompañarían durante nuestro viaje. Luego de que nos contaran un poco sobre la excursión, nos subimos a la van de Loberías del Sur, muy cómoda, con almohadas, mantas y hasta con un cargador USB. Todo pensado para hacer de nuestro viaje una experiencia inolvidable. Salimos de Puerto Chacabuco y en casi una hora llegamos a la zona de Coyhaique, donde tomamos el desvío hacia la misteriosa Carretera Austral, por la Ruta 7, rumbo al sur. Antes de nuestra primera parada atravesamos expectantes la Reserva Nacional Cerro Castillo, donde los guías nos comentaban que con algo de suerte podríamos avistar algo de la maravillosa fauna local. Para nuestra sorpresa, de pronto nuestro conductor gritó: ¡huemul! Y ahí estaban, frente a nuestras ventanas, dos majestuosos huemules. Allí nos detuvimos por un momento para contemplar y sacar fotos de este regalo que nos brindaba la naturaleza. Seguimos nuestro recorrido hacia el sur, y a casi tres horas de haber comenzado, la Patagonia ya nos había regalado postales y momentos maravillosos. Con un poco de lluvia, entre bosques milenarios, ríos, cascadas, pampa soleada, lagunas y montañas escarpadas, estábamos recorriendo al fin los lejanos caminos australes del sur de Chile. Más adelante nos detuvimos en un mirador llamado Cuesta del Diablo, desde donde pudimos apreciar una perspectiva panorámica del valle del río Ibáñez y deleitarnos con la majestuosidad del cerro Castillo, una montaña que realmente le hace gran honor a su nombre. Aquí disfrutamos de un coffee break preparado por nuestros guías, con un delicioso chocolate caliente que le hizo frente a las bajas temperaturas que se registran a más de 1.000 msnm entre las montañas. Estuvimos una media hora disfrutando de esta primera parada con el resto de los viajeros, para luego emprender nuevamente rumbo hacia nuestro destino. No fue hasta que llegamos a Villa Cerro Castillo cuando comenzó la real aventura: viajar por la Carretera Austral en caminos de tierra. Nos faltaban poco más de 120 km. y para nuestra sorpresa el paisaje había cambiado de manera drástica. Ahora andábamos entre bosques
de lengas y ñires, de pronto aparecían lagunas y más hacia el sur nos comenzaba a acompañar una recta de eternos mallines, que con su tono amarillento agregaban un colorido único a nuestro paisaje. El viaje era largo, pero muy grato. Hay que destacar que los guías nos mantuvieron siempre expectantes con las historias de estas tierras, sus primeros habitantes, de los acontecimientos naturales provocados por volcanes y avalanchas. Sin duda nos transmitieron la sensación de estar viajando por lugares remotos. Luego de un par de horas más de viaje nos detuvimos nuevamente, esta vez para apreciar parte de lo que tanto anhelábamos conocer, el lago más grande de Chile: el General Carrera. Aquí nos bajamos a disfrutar de la hermosa vista de este espejo de agua color turquesa envolvente. Luego, cruzaríamos Puerto Tranquilo hasta llegar a Bahía Mansa, lugar donde nos embarcamos para finalmente conocer las Catedrales de Mármol. Apenas llegamos nos estaban esperando los botes. Nos pusimos nuestros chalecos salvavidas y, acompañados por uno de los guías, partimos rumbo al lago. Además, iba con nosotros uno de los boteros dueños del lugar, quien nos fue contando cómo se habían generado estas formaciones rocosas. Debemos haber estado navegando alrededor de 45 minutos entre las cavernas de mármol, y fue realmente increíble. El bajo nivel del agua nos permitió introducirnos en este espectacular Monumento Natural. La verdad es que fue un paseo que cumplió con todas mis expectativas, donde pude conocer lugares mágicos y fotografiarme en las típicas postales de la Catedral y la Capilla. Pero sin duda lo que más me emocionó fue ver la enorme pared rocosa del acantilado que bordeaba la península, labrada en mármol hace casi 300 millones de años. Al terminar el recorrido en bote nos esperaba una exquisita sorpresa. Un plato de comida caliente montado en dos mesas con manteles a cuadros a los pies del lago. ¡Qué manera de terminar el día! Un rico almuerzo tipo picnic con una vista impagable del lago General Carrera. Allí, pisco sour en mano, brindamos por estar en este maravilloso lugar. Las Catedrales de Mármol son un espectáculo que hay que conocer, sobre todo por el entorno natural en que se encuentran: un lago de tonos azulados y verdes intensos, rodeado por la cordillera completamente nevada. Una experiencia inolvidable que sólo la Patagonia nos puede brindar.
Su ubicación es ideal para pasajeros que viajan por trabajo, ya que se encuentra en la zona que concentra gran parte de las principales empresas del país. Pero también es adecuado para el viajero que busca relajo y entretención en un sector exclusivo de Santiago. Se localiza a pasos del metro, a pocas cuadras del Costanera Center y cercano a la zona que reúne los mejores restaurantes de la capital. El hotel enseguida llama la atención por su decoración netamente clásica. Desde el ingreso a su lobby, el cual destaca por sus terminaciones de madera, mármol y piedra, uno se empapa de ese lujo tan característico que ofrece la reconocida cadena The Ritz Carlton. Cuando visité el hotel también me sorprendió lo preparado que está el personal para atender a los huéspedes. Sin dejar de lado la formalidad, tienen un trato muy amable y de gran recepción
The Ritz Carlton: toda la elegancia en un clásico 5 estrellas —por María Eugenia Gutiérrez
En Chile no son muchos los hoteles que combinen el lujo con un servicio de primer nivel, pero The Ritz Carlton Santiago lo consigue de una manera perfecta. Ubicado en pleno barrio comercial de El Golf, este hotel es para mí la alternativa ideal para pasajeros que busquen un alojamiento de excelencia.
Parque Quilquico: El lujo está en el servicio y en la naturaleza de Chiloé —por Juan Vera
El hotel Parque Quilquico, inaugurado en 2011, concentra lo más bello de Chiloé en un solo lugar. Está emplazado en la península de Rilán, a 16 kilómetros de Castro, en un parque de 10 hectáreas de puro bosque nativo y sobre una meseta que brinda una increíble vista al canal de Dalcahue. Para llegar a Quilquico no demoré más de 25 minutos desde el Aeropuerto Mocopulli, y al
ingresar al parque enseguida me cautivó todo lo que rodea el hotel. Me impresionó lo integrado que está con su entorno, como se mezcla con la naturaleza, y principalmente su construcción, la que representa fielmente un pequeño pueblo chilote. Esta fue realizada por el reconocido arquitecto Edward Rojas, premio nacional de arquitectura en 2016. También cabe destacar que el hotel fue premiado el año pasado como la empresa turística más sustentable de Chile. Parque Quilquico está abierto durante todo el año y tiene un total de 21 habitaciones muy cómodas y bien decoradas, de las cuales 13 son standard y el resto son 4 palafitos familiares ideales para quienes viajan con niños, porque se conforman de 2 habitaciones y un living con televisión, servicio que el resto de habitaciones no tienen porque invitan a que el pasajero se relaje y se conecte completamente con el entorno natural. Durante mi estadía de 3 noches, todo estuvo a la altura de lo que esperaba, creo que por lo mismo el hotel es hace un año el número uno de Chiloé según los comentarios de TripAdvisor. Por sobre todo, rescato la atención del personal, que fue muy amable y cercano a nosotros. Lo que más me encantó es que casi todos los trabajadores eran de la zona, lo que da un plus porque transmiten todo el cariño y la hospitalidad que brinda el chilote, siempre con la preocupación de hacernos sentir como en casa. En cuanto a sus instalaciones, Parque Quilquico ofrece servicios de primer nivel. Cuenta con piscina temperada, salas de masaje, sauna y unas
con los pasajeros. Se preocupan de saludarte por tu nombre y de estar siempre a disposición para lo que necesites. En cuanto a las instalaciones, tiene todo lo que necesita un 5 estrellas de primer nivel. Posee un spa de lujo ubicado en la azotea con vistas increíbles a las montañas y a la ciudad, un gimnasio, una piscina climatizada y un jacuzzi que cautivan a cualquiera. Me gusta mucho que el hotel tenga distintos espacios comunes para sentarse a compartir, leer o a tomarse unos tragos en un lugar cómodo. The Ritz Carlton cuenta con un bar, un lounge y un café ideales para compartir durante la estadía. Otro punto altísimo es la gastronomía. El restaurante Estró invita a deleitarse con platos de alta cocina acompañados de una carta de muy buenos vinos. Una delicia de restaurante donde te reemplazan el pan de la mesa por unos exquisitos muffins salados, y una atención impecable. Cabe destacar que The Ritz Carlton está en un proceso de remodelación, lo que le dará una cara más moderna y minimalista a la propiedad de Santiago. Se están rejuveneciendo sus 205 habitaciones, pasillos y algunas de los espacios comunes con el fin de darle aires más nuevos al hotel, que actualmente es pionero en lujo y excelencia en Chile.
fascinantes tinas de madera ubicadas en la terraza. Aquí el aroma de la madera, el calor del agua y el aire puro nos relajaron como nunca. Todo perfecto para ver el atardecer con una vista increíble antes de ir a cenar en el restaurant El Mirador. Otra cosa que me gustó mucho del hotel es su gastronomía. El restaurant (abierto para todo público) se caracteriza por tener una cocina de autor que rescata la comida chilote y la combina con un toque gourmet. Sus platos tienen una fuerte presencia de productos locales, incluso algunos sacados directamente de la huerta que tiene el hotel, lo que le da una frescura extra a los platos. Por último, me parece que Parque Quilquico también es un destino ideal para pequeños grupos o incentivos, ya que tiene un salón para 50 personas y un tradicional quincho chilote para 60 pasajeros, en el que se pueden preparar curantos, asados al palo u otras opciones gastronómicas emblemáticas de la cultura local del sur de Chile.
Bolivia / Uyuni / Expedición
Un alucinante abrir de ojos en Uyuni —por Arturo Pérez Danús
Llegamos sin poder ver nada, con los ojos completamente tapados. Pasaron cerca de 10 minutos y ahí nuestro guía nos dijo: “Por favor, abran los ojos”. Es difícil explicarles lo que sentí en ese momento: ni en mis sueños había imaginado un paisaje así. Nunca olvidaré esa primera imagen mientras estaba de pie en uno de los lugares más increíbles del mundo. El Salar de Uyuni, el más extenso del mundo, es quizás uno de los destinos más exóticos y que está más de moda en el último tiempo. Por lo mismo NatGeo eligió a Uyuni, junto con Atacama, como uno de los lugares más románticos que nos ofrece la naturaleza. Llegar no es sencillo, ni tampoco económico (al menos que estés dispuesto a dormir en hostales sin agua, ni calefacción o viajar en vehículos de estándares bastante bajos). Pero nuestra forma de hacer el tour fue con un servicio privado de primer nivel y en hoteles cómodos, acogedores y únicos. Iniciamos la travesía desde San Pedro de Atacama, por paso fronterizo Hito Cajón, para emprender la aventura de recorrer durante 3 días las maravillas que esconde el peculiar altiplano boliviano. A unos 40 minutos de San Pedo está Hito Cajón. Una vez en territorio boliviano nos cambiamos de vehículo a un jeep 4x4 full equipo con chofer y guía,
Isaac y Rubén, quienes nos acompañarían en toda esta travesía. La camioneta estaba acondicionada con todo lo necesario para la ruta que íbamos a hacer. Tenía GPS, teléfono satelital, equipo de primeros auxilios y una bolsita con la infaltable hoja de coca para aminorar los efectos de la altura. A pocos metros de la aduana boliviana entramos a la Reserva Nacional Eduardo Avaroa (REA), hasta ese momento absolutamente desconocida para mí, lo que sin dudas fue mejor, ya que sin expectativas todo puede ser mejor. Primero visitamos Laguna Blanca y Laguna Verde, dos atracciones que se ubican a los pies del volcán Licancabúr (sí, el mismo que se ve desde San Pedro). Después de varias fotos seguimos hasta el desierto de Dalí, una zona con extrañas formaciones rocosas que recuerdan a algunas de las obras surrealistas del pintor español. Un bonito lugar en el que nos detuvimos para las fotos de rigor. Seguimos subiendo por el altiplano, pasando por pequeños caseríos y zonas con aguas termales. Ya en ese momento masticar coca con plátano y lejía pasó de ser una mera curiosidad a un hábito agradable. A los 4.800 msnm llegamos a los géiseres Sol de Mañana, un campo geotérmico muy poco visitado, pero que te permite pasear entre fumarolas, pozos de agua y lodos hirviendo a 1.000 grados que forman una espectacular postal para más fotos. Pero lo mejor vendría después. Pese al cansancio por el sol y la altura, aguantamos hasta llegar a Laguna Colorada, un sitio simplemente enmudecedor. Son 10 km. de aguas color rojo intenso y en donde viven más de 30 mil flamencos. Todos ahí parados frente a uno sin inmutarse, como si fuéramos cualquier otro animal que se acerca a beber algo de agua. Aquí fue necesario y obligatorio sentarse a observar este espectáculo que nos regalaba la naturaleza. Una curiosa mezcla entre el desolador desierto y los colores de estas aves llenas de vida. Esa noche llegamos a Villamar, específicamente a Jardines de Mallku Cueva, un hotel rústico pero muy lindo, acogedor y cómodo. Perfecto para recuperar fuerzas. A la mañana siguiente retomamos el camino junto a nuestros guías –a esa altura ya compañeros de viaje– con la misión de llegar a Uyuni. Tras recorrer varios paisajes y de una parada de 30 minutos en el valle de las Rocas, comenzamos a acercarnos a nuestro
destino. Se nos fue pasando el rato mientras Isaac nos contaba más acerca de las tradiciones, gastronomía y la gente boliviana. Hasta que en un minuto, y sin detalles previos, nos pidió que cerremos los ojos mientras atravesamos un cordón de cerros. Estuvimos sin ver nada durante unos 10 minutos hasta que el jeep se detuvo. Mis ganas de abrir los ojos eran tremendas, pero Isaac nos pidió que conserváramos la calma y nos invitó a bajar. Luego vendría lo mejor de todo el viaje. Tras contar hasta tres, abrimos los ojos y un poco encandilados comenzamos a ver una postal de ensueño. No podía creer lo que veía, el cielo se mezclaba con la tierra en un eterno espejo de miles de kilómetros cuadrados, y yo ahí en el medio, absolutamente emocionado. Caminamos un largo rato sobre las nubes disfrutando del increíble paisaje. No nos queríamos mover, pero debíamos seguir a Isla Incahuasi, un pequeño cerro en el centro del salar y de donde se puede apreciar la magnitud de este increíble desierto de sal. Almorzamos ahí en medio del salar gracias a la perfecta organización de nuestros guías y luego tuvimos tiempo para sacarnos algunas de las entretenidas fotos que te permite este lugar, en el cual se puede jugar con las distancias y la perspectiva, ya que no existen puntos de referencia. El resultado son fotos para atesorar y reírse de esta mágica experiencia. Más tarde volvimos al borde del salar para hacer nuestro check in en el Palacio de Sal, un hotel con todas las comodidades pero hecho en su mayoría con bloques de sal. Sus pilares, mesas, techos y decoración, todo era de sal, increíble. Como broche de oro salimos a ver el atardecer en una zona que aún mantenía agua. Ahí el sol caía en el horizonte y las nubes se teñían de naranjo. Todo eso lo veíamos reflejado en el gran salar, acompañado de un rico picoteo y una botella de vino. Al caer la noche, Uyuni nos regaló un cielo estrellado de película, un cierre ideal para un viaje inolvidable.
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