LA NIÑA DE LA NUBE (Por Fernando Isaac Arias Luna) Una mañana, una niña se levantó y observó que frente a su ventana había una nube redonda y blanca. Más tarde se percató de que la nube siempre la iba siguiendo de un lado a otro. Era sábado y el domingo domingo había un mercadillo en la plaza, a la niña se le ocurrió ir a intentar vender la nube, para ayudar a sus padres (que eran muy pobres). La niña fue al mercadillo, se acercó al puesto de un artesano y le preguntó: -¿Señor por favor, podría ponerme ponerme a su lado para vender una nube? El señor sorprendido le responde: -Sí niña, si no la vendes por los menos me haces compañía. De vez en cuando las personas se acercaban a preguntar lo que vendía. Y ella siempre les respondía: -Yo no vendo figuritas como mi amigo, yo vendo mi nube. La gente extrañada le decía: -¿Qué nube niña? -La que tengo encima, esa redondita de arriba. Una señora le dice: -Niña eres muy graciosa, pero las nubes no se venden, no tienen dueño. La niña le responde: -Ésta sí, ésta es mía, ya que ella me acompaña a todas partes. La señora y el coro de gente que allí se había formado se ríen, burlándose de ella. En esos momentos la nube baja y se coloca a los pies de la niña y a continuación, se se eleva con ella, por encima de las cabezas de la gente. Las gentes asombradas se quedan mudas. La niña, al principio se asusta, pero pronto se da cuenta de que la nube se mueve hacia donde ella desea y solo con pensar, la nube le obedece. Al poco rato a la niña se le ocurre una idea genial. -¿Quién desea dar un paseo conmigo en la nube por cinco euros? Toda la multitud le responde. -Yo, yo, yo… Pronto la niña recauda mucho dinero dando paseos a la gente del mercadillo, durante toda la mañana. mañana. Por la tarde la niña, radiante de felicidad regresa con su nube a casa.
LA NIÑA DE LA NUBE (Por Hadasa Alonso-Villaverde García)
Una vez me contaron una historia algo extraña. No la recuerdo muy bien, cuando me la contaron era muy pequeña. Este cuento se llamaba “La Niña de la Nube” o algo así. Trataba de una niña (como bien dice el título) pequeña, creo que de unos ocho años, me acuerdo de que tenía los ojos azules y grandes y el pelo con un moñito moreno. Siempre llevaba la misma ropa, una camisola y pantalones a juego, una chaqueta y unas sandalias bastante desgastadas por el uso. Por desgracia no me acuerdo de su nombre. Esto es lo que ocurrió: ¿Sabéis por qué la llamaban “la Niña de la Nube”? Porque era invisible, y no me refiero a invisibilidad física, era invisible para las personas de su alrededor, nadie le prestaba atención ni se fijaba en ella. Como es de suponer, la pequeña estaba muy triste. Ella siempre soñaba con ser el centro de atención de todas las miradas, pero eso nunca sería posible. Si hasta ahora nadie la miraba, ¿por qué debería eso cambiar? Además ella era demasiado tímida como para atreverse a hacer algo que llamara la atención de la gente. Un día en el parque, “la Niña de la Nube”, sentada en un banco observaba a todos los niños jugando y riendo. Había una niñita rubia y muy pequeñita que llevaba una pelota mientras corría, la pobre perdió el equilibrio y se cayó al suelo. La pequeña empezó a llorar, pero nadie la escuchó excepto nuestra protagonista que fue corriendo a pedirle ayuda a un hombre que estaba sentado dos bancos a la derecha. Cuando este hombre de puso al corriente de la situación no dudó en ir a ayudar a aquella niña, ésta le dio las gracias a “la Niña de la Nube” y se marchó. La niña “invisible” era una heroína y todo el mundo supo apreciarlo. Ahora ya no existía la “Niña de la Nube”, ahora era mmm… ¡Blanca!
LA NIÑA DE LA NUBE (Por Andrea Fernández Cavaría) Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Fresón, una niña de unos once años llamada Luci. A Luci le apodaron como “la Niña de la Nube” porque en clase, en la calle e incluso en casa siempre estaba en las nubes. Sus amigas estaban muy preocupadas al igual que sus padres y profesores, porque esta rara actitud no siempre la tuvo, empezó a tenerla cuando James (el chico más guapo de todo el colegio) le acompañó en una excursión en quinto.
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Luci nunca le había gustado ningún chico hasta que le conoció a él, nunca había estado desatenta en clase hasta que le conoció a él y nunca había pasado de sus amigas hasta que le conoció a él. Ella siempre había sido la mejor de la clase y de repente, suspenso que le cayó, empezó a sacar ceros en todos los exámenes, pero, no parecía importarle. Un día James le preguntó que si quería ir con él al cine y evidentemente ella contestó que sí. Luci se lo pasó genial y sintió que cuando estaba con James no estaba en las nubes, sino en el cielo. Ani ( su mejor amiga) estaba contenta por ella pero se sentía reemplazada (eso sí, hay que admitir que Ani era la mar de celosa). Dos días después de su cita con Luci, James tuvo una cita con Noemí, por desgracia para él, Ani lo vio y corrió a contárselo a su amiga pero ella no la creyó. Unos días más tarde se enteró de que era verdad y como era de esperar rompió con él. Luego fue a ver a Ani y le dijo que lo sentía, que había sido una tonta por no creerla. Por muy celosa que fuera Ani, también era buena amiga y la perdonó de inmediato. Desde entonces, Luci bajó de las nubes y se dio cuenta de que no hay nada mejor que una amiga, porque los novios vienen y van y las amigas, si son de verdad, siempre están ahí, para lo bueno y para lo malo.
LA NIÑA DE LA NUBE (Carmen Acebal Gutiérrez)
Conocí a una niña llamada Ruth con pelo castaño, Que soñaba con las nubes de año en año. La gente le preguntaba: -¿por qué te gustan las nubes tanto?-No sé –respondía- yo, solo canto. -Me encanta ver una nube, Que tiene forma de uve. Me encanta verla muy grande Por donde la gente pasee y ande. Me encanta que el sol ilumine su color, Pues aunque solo sea gris o blanca Reluce, da esplendor. Un día Ruth vio un rascacielos, Pensó: ¡qué guay! Si me tiro desde allí vuelo, Y surcó los cielos. Entonces ocurrió, La nube más grande del mundo la niña vio. Intenta cogerla, pero no llega -¡no miraré al sol! – pensó- ¡o me quedaré ciega! Calló la noche, Y encima de la nube Se hizo un broche, Sí, sí la nube con forma de uve. La niña no regresó a la Tierra, De ella nadie supo nuca más nada Porque flotando en su nube, Se sentía como un hada.