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Cosas Volumen 2, Edición

Marchando en Victoria en Santidad

Abril 2014

Dustin T. Hays, Coordinador de la BLV

“Sino como aquel que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación: Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16).

“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). ¿Qué es santidad? Es muy fácil leer una escritura que nos manda a ser santos porque Dios es santo, o leer donde nos advierte que sin santidad no veremos a Dios, pero otra cosa es intentar definir la santidad Bíblica. Aunque puede ser difícil definirla, creo que es posible hacerlo, porque Dios no nos manda que hagamos algo sin antes definir sus límites a nosotros. Una forma para definir la santidad Bíblica es a través de los atributos que Dios nos manda a dejar de lado con el fin de obtener la santidad. Otro método de enfoque que se puede considerar es imitar el ejemplo de la vida de una persona que ha vivido en santidad: “Haya, pues, en vosotros este

sentir que hubo también en Cristo Jesús” (Fil. 2:5). En este artículo vamos a considerar lo primero. Algo que debemos entender sobre la santidad es que esta no es una experiencia como lo es la salvación, la santificación y recibimiento del el bautismo del Espíritu Santo; más bien es un estado de vida ante Dios. Si dos personas son salvas, una no es más salva que la otra, lo mismo ocurre con las otras experiencias mencionadas. La Biblia pare-

ce indicar que, como estado de vida y existencia, hay diferentes niveles de santidad porque somos ordenados a, “ASI

que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios” (2 Co. 7:1). Entendemos que el término "perfeccionando" significa que lo pre-

sente no está perfecto y que tomará tiempo y un proceso para alcanzar la perfección. Predicamos la perfección de la Iglesia con el mismo entendimiento. Reconocemos que la Iglesia como un todo no es perfecta, pero estamos trabajando hacia esa meta. Es nuestra esperanza que estemos más adelantados que en tiempos pasados y que continuemos avanzando todo el tiempo. No creemos que la perfección se alcanzará de una sola vez, pero se logrará en un período de tiempo que puede ser más corto de lo que algunos se imaginan pero para otros tardará. De la misma manera que una persona no llega a la santidad en un instante, sino más bien va de gloria a mayor gloria mientras es guiado por el Espíritu y la Palabra de Dios (2 Co. 3:18). También es de importancia señalar que la santidad es un estado del corazón que se revelará en las acciones de un creyente. No podemos hacernos santos por nuestra forma de vestir, ni por nuestro comportamiento, pero si podemos estar fuera de la santidad por nuestra forma de vestir y por medio de nuestra conducta. Si el trabajo de la santidad no comienza en el corazón, no es la verdadera


santidad que Dios posee y desea que usted tenga. Si no efectúa un cambio en su persona en lo exterior (las cosas que la gente ve y oye) no es la santidad que se está perfeccionando según la mente de Dios. Pablo ordenó que el pueblo de Dios debe presentarse ante el Señor santo y agradable a Dios. Después de esa advertencia, Pablo afirmó, “Y no os conforméis á este siglo…” (Ro. 12:2). Si imitamos al mundo en nuestra conducta y apariencia, entonces no podemos decir honestamente que hemos sido apartados del mundo y santificados. Dios siempre ha llamado a Su pueblo a que se separe y el mandato no es menos relevante en nuestra sociedad moderna a lo que era en los días de Noé. No puede ser santo sin que antes hayan sido perdonados sus pecados y eliminados de su corazón a través de la experiencia de la salvación. Así como Dios sacó a los hijos de Israel de Egipto para que pudiera llevarlos a la tierra prometida, primero nos debe sacar de la esclavitud del pecado para que nos pueda llevar a nuevos lugares en Él. La santidad comienza al quitar las cosas pasadas de su vida.

antes de ser salva, entonces es seguro que usted no es salvo. La Biblia no enseña que la gente va a cambiar solo cuando sea santificada, aunque a menudo uno pensaría que ese es el caso por la manera en que algunos hablan. La Biblia dice que si usted está en Cristo, usted es una nueva criatura. Jesús habló acerca de un nacimiento que lo haría nuevo. Usted comienza a vestirse del nuevo hombre en Cristo, cuando nace de nuevo. Entonces la santidad debe ser un estado de vida que comienza con la salvación y el despojamiento de su estilo de vida pasado. Si va a ser santo, entonces no podrá participar en los pecados del mundo o del ambiente que aún pueda sugerir la apariencia del mal. Al cierre de su segunda epístola, Pedro les recuerda a sus lectores de la llegada del fin del mundo y que se llevará acabo con fuego y calor ardiente. Después él da este consejo: “Pues como todas estas cosas han de ser deshechas,

Pedro 1:14).

creemos que todo lo que nos rodea va a llegar a un final ardiente bajo el juicio de Dios, y todos los que se aferran a este mundo al igual que las cosas del mundo llegarán a la misma terminación, ¿qué clase de personas debemos ser? ¿Que vida debemos vivir si creemos estas cosas? Pedro nos da la respuesta: debemos vivir en santidad y piedad. Debemos vivir de tal manera que podamos esperar el día del juicio que viene sobre el mundo con alegre anticipación pidiendo al Señor que regrese rápidamente. Una persona que vive en santidad no teme al día del juicio, ya sea que su juicio venga por la muerte o por el rapto de los santos. Una persona que vive en santidad puede hacer eco a lo que Juan dijo al cerrar el libro de Apocalipsis, "Amén, sea así. Ven: Señor Jesús" (22:20). Si usted tiene miedo de estar ante Dios en el juicio, tiene dos opciones: puede elegir permanecer como está y seguir con miedo, o puede entregarse totalmente a Dios y permitir que Él obre Su santidad en su vida. Sólo una de las dos opciones lo dejara "Marchar en victoria".

“Como hijos obedientes, no conformándoos con los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia” (1 “A que dejéis, cuanto á la pasada manera de vivir; el viejo hombre que está viciado conforme á los deseos de error; Y á renovarnos en el espíritu de vuestra mente, y vestir el nuevo hombre que es criado conforme á Dios en justicia y en santidad de verdad” (Ef. 4:22-24).

Teniendo en cuenta estas escrituras podemos definir la santidad, en parte, como una falta de las características y los hábitos que usted tenía antes de ser salvo. Para llegar al estado de santidad al que Dios ha llamado a todos sus hijos, usted se debe alejar de sus concupiscencias pasadaslos antiguos deseos impíos que una vez gobernaron su corazón antes de que nacieras de nuevo. También, debemos dejar nuestra conversación, estilo de vida y comportamientos anteriores. En Inglés cantamos un himno que dice: "Estoy en un mundo nuevo, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son nuevas desde aquel día feliz...estoy en un nuevo mundo desde que el Señor me salvó". Si no es una persona diferente, con hábitos y deseos diferentes, a la de

¿qué tales conviene que vosotros seáis en santas y pías conversaciones, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos siendo encendidos serán deshechos, y los elementos siendo abrasados, se fundirán?” (2 Pedro 3:11-12). Estas escrituras sirven como una gran advertencia para nosotros, "en quienes los fines de los siglos han parado" (1 Co. 10:11). Siendo que

Cosas Mayores es una revista oficial en la página interdigital de La Iglesia de Dios con Stephen E. Smith, Supervisor General, y es producida cada dos meses. Quienes deseen información o someter artículos, reportes, o testimonios para ser publicados pueden contactar al Coordinador General de la BLV: Dustin T. Hays, La Iglesia de Dios, P. O. Box 450, Charleston, TN 37310, o por correo electrónico: dhays@thechurchofgod.org.


¡La Semana de Énfasis Juvenil ya está aquí!

Abril 13-19, 2014 Ahora es el tiempo para finalizar sus planes para una semana centrada en nuestros jóvenes a medida que continuamos "Marchando en victoria." Unas ideas para este tiempo especial incluyen: estudios bíblicos, reuniones de oración, avivamientos juveniles, reuniones distritales de jóvenes, repartición de tratados, noches de confraternidad, levantar fondos, etc.

¡Asegúrese enviar testimonios, fotos y reportes de lo que haga su grupo de jóvenes durante este tiempo especial!

El 14-16 de febrero de 2014 se realizó el segundo Retiro Anual Juvenil de Invierno en el Campamento Cedar Glades en Imboden, Arkansas, bajo la dirección de Byron Difani. Estuvieron presentes 46. El tema fue, “Sólo Diga Jesús”. Rob Montgomery, de Carolina del Sur, fue el evangelista. ¡El retiro transformó vidas! Una persona fue santificada y otras tres personas fueron bautizadas con el Espíritu Santo. Todos los presentes fueron bendecidos de una manera poderosa. Durante el servicio de la última noche se dia un mensaje e interpretación del Espíritu Santo, de lo que una porción decía: “Me complace este pueblo. Sigan buscándome. Sigan ganando a las almas perdidas. Estoy con vosotros. ¡No estáis solos!”. El altar se llenó cada servicio. Fue de bendición poder ver a tantos jóvenes gozándose y bajo el poder del Espíritu Santo. Vidas fueron transformadas mientras se predicaba la Palabra de Dios. Gracias a todo el personal y todos los campistas. Byron Difani, Director Regional de BLV

El tema de nuestra convención de BLV nacional este año fue: “La santificación es la perfección de la hermosura”. Se celebró la convención los días 24 al 26 de enero de 2014. Aproximadamente 164 personas estuvieron presentes el viernes por la noche, y a eso de 267 personas el sábado y domingo. Las predicaciones y enseñanzas fueron preciosas, y la presencia del Espíritu Santo estuvo con nosotros desde el principio hasta el fin. El sábado por la noche tuvimos una marcha de BLV y nos vestimos en nuestros uniformes. Aunque nos olvidamos de tomar un registro de las bendiciones especiales, al menos sabemos que uno fue santificado, cuatro fueron bautizados con el Espíritu Santo, dos personas recibieron sanidades y dos individuos se añadieron a la Iglesia. Wilson Peguero, Director Nacional de BLV


La Santidad Conviene a Tue Casa

Wilson Peguero, Coordinador Nacional de La BLV en La Republica Dominicana “Tus testimonios son muy firmes: La santidad conviene a tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para siempre” (Salmo 93:5). Cuando leo estas escrituras, me imagino a este salmista sentado debajo de la sombra de algún árbol, o sentado en alguna piedra o tronco de madera, analizando la historia del pueblo de Israel; sus numerosas caídas y restauraciones. Me lo imagino tomando en cuenta muy en serio esto: “Tus testimonios son muy firmes;” es decir, todo lo que dijiste de nosotros se ha cumplido. Tú dijiste que si diéramos oído a tu voz, y guardáramos tu pacto, seríamos tu especial tesoro sobre todos los pueblos (Éxodo 19:5); que cinco de nosotros perseguirían a un ciento de nuestros enemigos y muchas otras bendiciones y privilegios. Pero también dijiste que si desobedecíamos a tu palabra, todas nuestras bendiciones se convertirían en maldiciones, y también en esto tu palabra se ha cumplido. Es decir, tus testimonios han sido firmes cuando hemos obedecido, pero también cuando hemos desobedecido. Y analizando y mirando todas las bendiciones de las cuales hemos sido partícipes cuando hemos andado guardando tu pacto, pero también todas las adversidades que nos has traído, lo mal que nos ha ido cuando hemos desobedecido, llego a esta conclusión: “La santidad conviene a tu casa.” Sí, la santidad convenía al Israel terrenal antiguo y cuanto más convendrá al Israel espiritual de hoy (La Iglesia de Dios). Cuando me imagino al salmista analizando lo antes dicho, entonces me traslado a Hebreos 2:2,3: “Porque si la palabra dicha por los ángeles fue firme, y toda rebelión y desobediencia recibió justa paga de retribución, ¿Cómo escaparemos nosotros, si tuviéremos en poco una salud (Salvación) tan grande?”, es decir lo que entiendo que dice el salmo 93:5, lo apoyo en el libro de los Hebreos; si obedecemos a la palabra de Dios, tenemos todo el favor de ÉL, pero si no obedecemos, aunque nos amó, a nosotros y a todo el mundo, si no le obedecemos, sus testimonios seguirán siendo firmes, y Dios terminará lanzándonos al lago de fuego (Apocalipsis 20:15). Por lo tanto la santidad nos conviene a aquellos que decimos ser el Cuerpo de Cristo. Según las enseñanzas de la Iglesia, la santidad es la condición de estar libre de pecado y podemos vivir en santidad cuando hemos sido santificados. La santificación es sinónimo de consagración o separación (del pecado). ¿Por qué veo hermanos y hermanas que van a las actividades de la Iglesia y danzan y hablan en lenguas y cuando regresan a sus hogares siguen causándoles problemas a los pastores? ¿Por qué veo jóvenes que danzan y

hablan lenguas y son desobedientes a los padres? ¿Por qué veo ministros que danzan y hablan lenguas y no se someten a los Supervisores y al gobierno teocrático de la Iglesia? Entre otras. La voluntad del Espíritu es nuestra santificación, y él nos toca para que lo seamos, pero al final nosotros decidimos si queremos ser obedientes o no. La santificación no es danzar, no es hablar en lenguas, sino obedecer la palabra de Dios; Pero sobre todo pude comprender a Juan 17:17 “Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad.” Entonces, lo qué santifica a hombres y mujeres es la obediencia y la sumisión de todo corazón a la Palabra de Dios a través de la sangre de Cristo. Jesús mismo habló de esto. Podemos parafrasear a Juan 17:17 como sigue: “Santifícalos a través de la obediencia a tu palabra.” Dios dio testimonio de que Job era un hombre perfecto y no tenemos registrado que haya danzado o hablado en lenguas. También dio testimonio de otros muchos hombres del antiguo testamento que eran santos, justos, perfectos, pero nadie habló en lenguas hasta el día de pentecostés. Entonces ¿qué era lo que perfeccionaba, justificaba o santificaba a estos hombres? La respuesta sigue siendo Juan 17:17. Y entiéndame, Dios me libre de estar restando importancia a la tercera persona de La Trinidad, El Espíritu Santo y a su bautismo, sino más bien lo que quiero es que entendamos que el Espíritu Santo no vino a santificar a los apóstoles, sino a vivir en unos apóstoles que habían sido santificados en la verdad (palabra). Hay muchas otras escrituras que parecen sencillas pero que no dejan de ser la Palabra de Dios viva y eficaz, las cuales podríamos estar quebrantando al mismo tiempo que danzamos, hablamos lenguas y decimos que somos santificados. Y es que cuando estamos santificados de verdad en obediencia a la Palabra de Dios, el Espíritu Santo estará con nosotros y (vivirá) en nosotros. La santificación no es danzar, hablar en lenguas, decir que tenemos la doctrina y la verdad, y que conocemos la Iglesia; la santificación es temblar y someterse a la voz de la Palabra, LA SANTIFICACIÓN ES PERFECCIÓN DE HERMOSURA. EL salmista dijo: “Por heredad he tomado tus testimonios (palabra) para siempre, porque son el gozo de mi corazón” (Salmo 119:111). Iglesia de Dios ya es tiempo de buscar la verdadera santificación y perfeccionarla en temor a Dios. El mundo está cumpliendo con su rol de ser injusto y ensuciarse todavía, cumplamos nosotros con el nuestro de justificarnos y santificarnos más todavía.


La BLV de muchas partes del país de México se reunió en el estado de México a las afueras de la ciudad de Ixtlahuaca para llevar a cabo su primer evento nacional de jóvenes desde el 2009, realizando el Campamento de Jóvenes el 30-31 de enero del 2014, inmediatamente seguido por la Convención de Jóvenes el 1-2 de febrero. El Supervisor Nacional: Obispo José Bañuelos y el Coordinador General de la BLV, Dustin Hays, e intérprete Tayde Soto, se reunieron en la ciudad de México para estar presentes en estos eventos gloriosos. Hubo un gran revuelo en el aire a medida que llegaban la juventud, muchos en autobuses, el día jueves por la mañana empezaron a preparar sus tienda de campaña donde dormirían las próximas dos noches del campamento. Aunque las temperaturas bajaron mucho—bajo cero por las noches—eso no impidió el deseo de los jóvenes para recibir todas las bendiciones que Dios tenía guardadas para ellos. Se registraron 168 camperos durante las dos noches de confraternidad, adoración, diversión y aprendizaje. Se llevó a cabo una gran mixtura de clases y adoración durante los dos días culminando con los servicios por las tardes. La Directora Nacional de la BLV, hermana Elizabeth Martínez, enseñó una clase hermosa amonestando a la juventud de la necesidad de ser santificados. También enseñaron una clase a la juventud titulad, “Como Vivir Una Vida Santa En Este Mundo”. Para el último servicio los camperos se reunieron alrededor de una fogata y cantaron alabanzas al Señor, allí bajo el cielo oscuro fuimos recordados de lo grande que es nuestro Dios y retados en cuanto a lo que sería nuestra respuesta si Él demandara de nosotros lo que demandó de Job en Job 38. Continúa en la página siguiente ...

Haga clic aquí para mirar la BLV de México cantar la canción de la BLV http://media.thechurchofgod.org/video/ministries/ vlb/2014/mexico-youth-convention.m4v


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El día siguiente los camperos empacaron sus tiendas de campaña, sus pertenencias y se prepararon para la Convención de Jóvenes que empezaba a las 10:00 en la iglesia local que está en el pueblo. El día empezó con la entrada de los jóvenes que marchaban hacia adentro, vestidos en sus uniformes y cantando el canto de la BLV en Español, la cual cantaron muchas veces durante el fin de semana. Dios bendijo ricamente durante la Convención mientras los diferentes estados y regiones entraban marchando y daban sus informes, los diferentes Directores de la BLV predicaron mensajes y compartieron devociones y la juventud respondía a la Palabra cuando era presentada llenando los altares con corazones preparados para buscar al Señor hasta recibir la victoria. El Supervisor Nacional predicó un mensaje poderoso y estimulante a los jóvenes durante la Convención como también el Director Nacional de la BLV predicó un mensaje hermoso para cerrar la Convención. A petición del Director Nacional de la BLV se enseñó una clase el domingo cubriendo la historia del Departamento de la BLV en La Iglesia de Dios que terminó con un reto para la juventud, que ellos actualmente están escribiendo la historia para que las futuras generaciones la lean. Se registraron 314 personas en la Convención de Jóvenes, pero sobre todo el precioso Espíritu Santo estuvo presente para bendecir a todo aquel que le diera la libertad en sus vidas. La BLV de México está entusiasmada acerca del trabajo del Señor y están haciendo el trabajo para que sus iglesias crezcan. El hermano Bañuelos nos informó que una de sus iglesias que empezó hace tres años ha crecido de 9 miembros a 36 miembros, mucho del crecimiento es por los esfuerzos de los jóvenes en esa iglesia. Diez personas testificaron de haber sido salvas durante el campamento, pero se ve por la diligencia de la juventud que buscaba al Señor en el altar que solamente el cuelo tiene un registro preciso de todo lo que se logró


“Santidad” Alaena Wright, TN Muchas personas tratan de obtener la atención de la multitud al ser "diferentes " y yendo en contra de la norma, pero lo más llamativo es la santidad vivida en la vida de un hijo de Dios. El mundo no puede comprender la santidad, pero Dios diseñó el alma humana para que la desee en el interior. La santidad es el resultado de vivir una vida santificada. La santificación es el acto instantáneo, y la santidad es un estado continuo del corazón. Dios puede mirar ese corazón santificado, sin encontrar ninguna mancha en él. Simplemente, es vivir sin rebelión contra la Palabra o el silbo apacible y delicado del Señor. La Palabra dice que la santidad es un espíritu (Ro. 1:4); aun más, el espíritu mismo que Jesús mostraba. La Palabra también explicó que el espíritu de santidad se puede ver en nuestra "conversación" diaria (acciones y comportamiento). 2 Pedro 3:11 dice: “Pues como todas estas cosas han de ser deshechas, ¿qué tales conviene que vosotros seáis en santas y pías conversaciones?”. El mundo denominacional tampoco puede entender

la santidad, ya que no acepta la verdadera santificación bíblica. El título del canto popular, "¿Qué sé yo de Santidad?" ilustra perfectamente esa perplejidad. Se enseña que es imposible ser santo, pero escuchemos la Palabra: “Sino como aquel que os ha llamado es santo, sed también vosotros santos en toda conversación: Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15, 16). Esta es la razón por la cual la santidad es tan importante en la Iglesia de Dios. La santidad de los miembros es un reflejo de Jesús, la Luz del mundo. La santidad no se puede poner como una prenda de vestir, sino que es un estado del corazón. Esta condición del corazón se muestra en las acciones y el comportamiento (Mt. 12:34). El corazón santificado mostrará palabras de amor, acciones de piedad, y un comportamiento que armonizará con su Salvador. Logremos que Su pueblo viva vidas que lo adoren en la "hermosura de la santidad" (Sal. 29:2) para que traiga la multitud de anhelantes a Su trono.

Disciplinas en la Mesa Allene Cox Coordinadora general del MBA

¿Codos sobre la mesa? ¿Estirando el brazo sobre la mesa? ¿Quejándose de lo que hay sobre la mesa? ¿Hablando con la boca llena? ¿Qué más? ¿Cuáles son las disciplinas de la mesa de tu casa? ¿Y qué cuando tienen visita? Algunas personas no tienen modales de mesa porque nunca fueron enseñadas. Algunas fueron ensenándoos y se resintieron, por lo tanto no se adhieren al entrenamiento. A veces son las personas con quién andamos que determina si fuimos enseñados modales de mesa buenos o no. La gente con quien comemos tiende ayudar a formarnos. Conozco a una dama que fue una mujer del sur muy apropiada según todos lo que he escuchado de sus hijos, esposo y hermanos. A ella le gustaba citar 1 Corintios 15:33, “No erréis, las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. Ella disfrutaba un ambiente adecuado CADA vez que comía y demandaba cortesía y modales apropiados en la mesa. Ella obligaba a sus hijos a recitar este versículo después de empezar la escuela y llegaban a casa “comiendo como

animales en el comedero” como ella solía decir. Yo estaba pensando acerca de esto en relación a cómo nos juntamos a la mesa de Dios—Su Palabra, esto puede ser cuando estemos solos en nuestro tiempo devocional, culto familiar de oración o incluso en la iglesia cuando la Palabra se nos esté predicando ya sea por lección o mensaje o una devoción. A menudo no nos acercamos a la mesa del Señor con reverencia y respeto. Cuando nos acercamos de manera equivocada, a menudo un espíritu perezoso entra—comenzamos a recibir la comida por hechas, comenzamos a ser quisquillosos y puntillosos y difíciles de complacer, incluso comenzamos a sugerir otra fuente de comida. ¿Cómo recibimos la comida del Señor? ¿La recibimos bien? ¿Somos tan agradecidos como antes lo éramos? Podemos aprender lecciones de los hijos de Israel en Éxodo 16 quienes necesitaban comida. Se les suministró una comida perfecta y no se les requirió que hiciesen alguna cosa sino solamente juntar y comérsela. No se necesitó preservatiContinúa en la página siguiente ...


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vos ni tampoco cocinarla—simplemente debían comérsela. Pero, comenzaron a desear otra cosa. Miremos a 1ra de Corintios 11:20-34, “Cuando pues os juntáis en uno, esto no es comer la cena del Señor. Porque cada uno toma antes para comer su propia cena; y el uno tiene hambre, y el otro está embriagado. Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿ó menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis á los que no tienen? ¿Qué os diré? ¿os alabaré? En esto no os alabo. Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fué entregado, tomó pan; Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mí. Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga. De manera que, cualquiera que comiere este pan ó bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno á sí mismo, y coma así de aquel pan, y beba de aquella copa. Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen. Que si nos examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados. Mas siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo. Así, que, hermanos míos, cuando os juntáis á comer, esperaos unos á otros. Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, porque no os juntéis para juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegare”. Sabemos que esto hace referencia a la Santa Cena, pero si pudiésemos acercarnos a la Palabra de Dios con la misma reverencia como cuando participamos de la Santa Cena, ciertamente sería más aplicable en nuestras vidas. Ya ve que el participar de la Palabra en una actitud de indiferencia es ser casual en nuestra relación con el Autor. El Señor tuvo cuidado al usar cada palabra que Él quiso compartir y Su expectativa no era que solamente un erudito hebreo o griego pudiese entenderla. Esta es el medio principal a través de la cual Él le habla a Su pueblo. Su método principal no son mensajes e interpretaciones regularmente. No tenemos el Arca del Pacto. No se ve una nube de día o un fuego de noche. Los profetas ya no están aquí para indagar acerca de Su voluntad para nosotros y lo que Él quiere decirnos. No dependemos totalmente del ministerio, pero tenemos en nuestra posesión la mejor comida que jamás podríamos recibir. Hay gente en todo el mundo que muere por su protección—no solamente las cartas en papel, sino las palabras en sus corazones la cual ellos han recibido y aplicado. Para ellos no son simplemente palabras regadas en un servicio o unos esfuerzos semientusiastas en los momentos de la devoción personal. En algunas partes del mundo ellos están muriendo o son mutilados por el hambre que tienen por participar de Su Palabra. En Corea del Norte, donde la biblia es prohibida, los

jóvenes masculinos se meten ilegalmente a Corea del Sur para memorizar la Palabra y después puedan entrar de nuevo a su propio país y simplemente recitar a sus familias hambrientas la biblia que se memorizaron. Eso se llama hambre y cumplimiento. ¿Cuánta hambre tiene usted? ¿Cuánta hambre tengo yo? Cuando no atesoramos las cosas de la Palabra que el Señor ha preparado como comida para nosotros, comenzaremos a añadirle a la olla nosotros mismos o comeremos cualquier cosa y será un peligro para nuestras almas. “Y Eliseo se volvió á Gilgal. Había entonces grande hambre en la tierra. Y los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo á su criado: Pon una grande olla, y haz potaje para los hijos de los profetas. Y salió uno al campo á coger hierbas, y halló una como parra montés, y cogió de ella una faldada de calabazas silvestres: y volvió, y cortólas en la olla del potaje: porque no sabía lo que era. Echóse después para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, dieron voces, diciendo: ¡Varón de Dios, la muerte en la olla! Y no lo pudieron comer. El entonces dijo: Traed harina. Y esparcióla en la olla, y dijo: Echa de comer á la gente. Y no hubo más mal en la olla. Vino entonces un hombre de Baal-salisa, el cual trajo al varón de Dios panes de primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espiga. Y él dijo: Da á la gente para que coman. Y respondió su sirviente: ¿Cómo he de poner esto delante de cien hombres? Mas él tornó á decir: Da á la gente para que coman, porque así ha dicho Jehová: Comerán, y sobrará. Entonces él lo puso delante de ellos, y comieron, y sobróles, conforme á la palabra de Jehová” (2 Reyes 4:38-44). Este es muy peligroso. Si no tenemos cuidado acerca de nuestros modales que usamos en la mesa de Dios seremos contribuidores de la comida corrupta, y comenzaremos a tomar decisiones, añadiremos al mensaje o le quitaremos lo esencial para el crecimiento y la nutrición del alma humana. Podemos creer que estamos por encima de esto, pero es más fácil caer en ellos que lo que uno cree. Nosotros estamos en La Iglesia de Dios y el gobierno está allí para ayudarnos a comer y para preparar bien la comida para aquellos que la necesitan. Tengamos cuidado y mantengamos modales de mesa buenos en la mesa del Señor para que continuemos comiendo allí y recibamos fuerza para la obra en Su campo. Si usted desea ser usado de Dios de alguna manera, primeramente usted deberá comer bien y conocer lo que está comiendo. “Y DIJOME: Hijo del hombre, come lo que hallares; come este rollo, y ve y habla á la casa de Israel. Y abrí mi boca, é hízome comer aquel rollo. Y díjome: Hijo del hombre, haz á tu vientre que coma, é hinche tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y comílo, y fué en mi boca dulce como miel” (Ezequiel 3:1-3). Coma bien y deje que la nutrición que absorba entre hasta adentro y espiritualmente lo haga fuerte y saludable. Será de bendición para usted y de bendición para todo aquel al cual usted trate de alcanzar. ¡buen provecho!


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