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A. G. TEJEDA, F. MARTÍNEZ Y R. GARDUÑO
by La Jornada
López Obrador sigue “una vil estrategia para dividir”, dice Calderón en España
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL MADRID
El ex presidente de México Felipe Calderón rompió una regla no escrita en la política mexicana: que un ex mandatario del país critique abiertamente y sin filtros al gobierno en turno desde el exterior, con descalificaciones tan gruesas como la de seguir “una vil estrategia política” para dividir a la sociedad e, incluso, de tejer una supuesta alianza con el “crimen organizado”.
Calderón participó en el congreso que celebra estos días el Partido Popular (PP). Entre los invitados al “debate” también se encontraban los ex mandatarios Nicolas Sarkozy y Andrés Pastrana.
Lejos de una rectificación o una enmienda por la sorna y las burlas, en el congreso se celebró entre risas y aplausos lo que fue de alguna manera la ratificación de las tesis de Aznar sobre la Conquista y en voz de un ex presidente mexicano, en este caso Calderón, quien además lanzó graves acusaciones contra el actual gobierno, y lo hizo en un foro internacional con gran eco mediático e institucional.
Calderón, después de escuchar cómo Pablo Casado le agradecía su “cooperación con España, sobre todo la cooperación energética durante su mandato”, se lanzó contra la actual administración, a pesar de que la ponencia tenía como objetivo conocer sus experiencias de gobierno. “Hoy la política de México por ejemplo de seguridad es contraria. Y se titula desde la campaña presidencial ‘abrazos no balazos’. En la medida en la que cunden los abrazos a los capos, a los criminales y sus familiares, México está cayendo en las garras de la delincuencia que tanto trabajo nos costó liberar”.
Expresó una diatriba que se entendió como un respaldo a Aznar: “En lugar de estar enemistándonos y dividiéndonos, debemos unirnos en ideales y en valores. Y eso lo digo en México a los mexicanos y también globalmente. Yo soy orgullosamente mexicano, mi bisabuela era una indígena purépecha de la región pirinda para ser exactos. El abuelo del propio Presidente de México es cántabro y quizá le enseñó a caminar. Lo que digo es que nosotros los mexicanos, yo personalmente, no soy indígena, no soy español, soy profunda y orgullosamente mexicano y orgulloso de mis raíces, cualesquiera que sean éstas. De todas, incluyendo algunas raíces sefardíes que mis apellidos dicen. Me honran mis colores nacionales, mi bandera, mi himno, mi tierra, y también mi lengua, que es la lengua de Cervantes”.
Responsabilizó al Presidente de la polémica surgida en torno a la Conquista y al perdón: “A mis compatriotas les digo que no caigamos en la trampa porque aquí lo que se busca es provocar y dividir. No hay que caer en la trampa de quienes siembran tormentas y cosechan tempestades. No caigamos en la trampa de dividir a los mexicanos con varios propósitos, entre ellos el de tender una cortina de humo a los graves problemas que ahora tenemos, como la violencia, el nulo crecimiento económico en tres años, el terrible problema de la complicidad y la corrupción con los criminales, el pésimo manejo del Covid que ha mandado a la tumba a más de 600 mil mexicanos. Esos problemas se cubren con estas cortinas de humo. Y el otro problema también es la vil estrategia política de dividir y manipular las emociones manipulables de la gente.”
Versión más amplia en https://bit.ly/3D6jWIo
Condenan morenistas mofas y descalifi caciones de Aznar
ANDREA BECERRIL Y MARIANA CHÁVEZ REPORTERA Y CORRESPONSAL
El grupo de Morena en el Senado rechazó y condenó las expresiones de burla del ex presidente español José María Aznar y del Partido Popular (PP) en contra de Andrés Manuel López Obrador y “el pueblo de México”.
“Las mofas y descalificaciones” al Ejecutivo federal “se estrellan en un baluarte construido por un pueblo digno y orgulloso de su pasado indígena, que es el pueblo mexicano”, resaltaron los morenistas, quienes aseguraron que no les extraña la presencia de Felipe Calderón en el congreso del PP en España, donde participó también de los insultos al gobierno de México.
En tanto, interrogado en Querétaro al respecto, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, sólo indicó que dichas expresiones “no representan nada”.
También al salir de la toma de protesta del nuevo gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, la presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero, fue escueta y dijo únicamente que “no le gustaron nada” los comentarios de Aznar, quien se burló del presidente López Obrador y rechazó que España deba pedir perdón por los excesos cometidos durante la Conquista.
Sin embargo, los senadores de Morena firmaron un pronunciamiento en el que señalan que los dichos de Aznar “deben tirarse a la basura, porque además de reprobables, son la expresión más pura del racismo y la xenofobia”.
Las burlas de Aznar, consideraron, “solamente muestran a un político en decadencia. ¿Quién le dijo a él que debería pedir perdón? ¿Todavía se cree presidente de España?”
En lugar de burlarse y descalificar al gobierno democrático del presidente López Obrador, Aznar, “que representa el sector más ultra del PP, debiera lavar la vergüenza histórica de haber apoyado la segunda guerra de Irak, basándose en informes falsos. Ya se le olvidó que hace años lo sacaron de la presidencia por incompetente”, insistieron los morenistas.
“José María Aznar debería tomar el gran ejemplo de humildad del papa Francisco, quien hace unos días emitió un pronunciamiento en relación con la evangelización, en el que se pronunció por sanar las heridas, cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias y construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común por encima de intereses particulares, las tensiones y los conflictos”.
Los senadores de Morena aclararon que pese a las inaceptables y reprobables expresiones del conservador Aznar, ninguna ofensa en contra del Presidente logrará modificar la profunda cercanía y hermandad que tienen México y España.
Debería lavar la vergüenza de haber apoyado la guerra en Irak con informe falso
Amor y paz, responde el Presidente a burlas
FABIOLA MARTÍNEZ Y ROBERTO GARDUÑO
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no le afecta en nada y no polarizará, menos con insultos, ante la burla expresada hacia su persona por el ex presidente del gobierno español José María Aznar (1996-2004).
También lamentó la falta de respuesta a la carta que envió al rey de España para que se disculparan con los pueblos indígenas y se iniciara una etapa de reconciliación; en cambio “se desató una campaña de insultos”, con el argumento de que los españoles vinieron a civilizarnos y “cosas de ese tipo”.
En la conferencia matutina realizada ayer en Cuernavaca, Morelos, se le preguntó sobre los comentarios de Aznar, emitidos durante el congreso del Partido Popular, donde se mofó del nombre del Presidente y de la disculpa pública ofrecida por el papa Francisco por los excesos durante la evangelización.
López Obrador respondió: “Pues también amor y paz, entender que debemos perdonar, no olvidar, pero perdonar, y es un acto de humildad ofrecer perdón, es un acto que dignifica tanto al que lo ofrece como al que recibe el perdón. Entonces, no nos afecta en nada, no voy a polemizar”.
Destacó la posición del Papa, quien sí respondió dos misivas con el mismo tema, a partir de lo cual reconoce los abusos cometidos durante la colonización, sobre todo en contra de los indígenas. Él también habla de que no hay que tener posturas maniqueas, porque en ese episodio hubo luces y sombras, y considerar las aportaciones de la Iglesia católica, acotó.
“El Papa es muy cuidadoso y no tiene la intención de polarizar o manifestarse en contra de la decisión que tomaron en España las autoridades monárquicas; nosotros las respetamos y sobre estas declaraciones (de Aznar), pues no vamos a responder en lo personal, menos con insultos”. Reiteró su respeto por el pueblo español y, anotó, si hay diferencias, son con las autoridades, no con el pueblo.
El Presidente fue extenso en cuanto a los conceptos que comparte relacionados con el perdón como vía liberadora, sublime, para quien lo ofrece y para quien lo da; significa humildad y dignifica a ambas partes, consideró. Sin embargo, dejó en claro que el perdón no es olvido.
Señaló la resistencia natural de las personas a disculparse –incluso consigo mismas– porque el que lo hace considera que se rebaja, se humilla o se rinde, “y por ello no alcanza a vislumbrar la enorme potencia liberadora del perdón”.