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HISTORIA DE DOS CIUDADES

Hay una analogía interesante en uno de los ensayos de Desde las entrañas. Ensayos autobiográficos de dos ciudades NYC/ CDMX, de Kurt Hollander: la Ciudad de México –como todas las megaurbes– es un sistema caótico y su diversidad semeja las bacterias y microorganismos que habitan nuestro sistema digestivo. El título de la colección de textos publicada por Editorial Turner no es gratuito: Hollander sufrió, durante su larga estancia en nuestro país, de colitis ulcerativa crónica, un padecimiento autoinmune que puede ser provocado por parásitos, pero también por otros factores. Las entrañas, necesarias para la vida, se vuelven un monstruo que te desgasta poco a poco. Así son las grandes ciudades cuya transición del siglo XX al XXI ha acelerado su expansión: aglomeraciones que ponen en jaque la sobrevivencia de sus habitantes y que, al mismo tiempo, generan una importante diversidad cultural y creativa.

Kurt Hollander –promotor cultural, cineasta, editor de revistas, entre otros oficios– llegó a Ciudad de México en los años ochenta del siglo pasado. Oriundo de Nueva York, ha tenido un trayecto diferente al de muchos autores extranjeros que escriben sobre nuestro país. En lugar de una visita turística que tiende a romantizar lo mexicano o, por otro lado, estereotiparlo, Hollander se quedó a vivir más de veinte años en la capital mexicana, hizo familia y, de muchas maneras, aprendió el vínculo tormentoso que tenemos muchos con la capital, ahora parte de una megalópolis que incluye a estados como Puebla, Morelos y el Estado de México. Gracias a la relación que Hollander tiene con su ciudad natal, Nueva York, puede establecer comparaciones con la ahora llamada CDMX. En los ensayos autobiográficos iniciales recorre parte de su infancia y la rica vida cultural de los barrios obreros neoyorquinos, llenos de migrantes que mezclaban tradiciones, lenguas y formas de asumir su identidad. En las últimas décadas del siglo XX, Nueva York –en particular el Lower East Side– sufrió un proceso que después sería bautizado como gentrifica- ción. Hollander retrata la segregación, el alza en los alquileres y, sobre todo, la uniformidad del capitalismo global que vacía de significado los lugares que habitamos. Ya no hay historias compartidas sino un desfile de cadenas comerciales gigantescas o tiendas que no pertenecen a la dinámica vital de las colonias y, por lo tanto, muchas veces son efímeras. Ese mismo proceso lo pudo comprobar en México.

Los ensayos que retratan la vida de Hollander en México son más numerosos. Siguiendo la analogía gastrointestinal, la CDMX, especialmente sus barrios populares, son mecanismos de resistencia (bacterias) ante la gentrificación que promueve una clase parasitaria que intenta acabar con su huésped. La diversidad, en todas sus acepciones, es la que crea a las ciudades y las dota de un sentido común que, muchas veces, se impone al conflicto. Por otro lado, hay una idea interesante del autor que rescata de su trabajo con el arte gráfico, la música, la literatura y la convivencia que surge de lo marginal: la imaginación. Lo popular –aquello despreciado por las clases medias y altas– es donde surge lo creativo. Lo popular es, también, donde se gesta una identidad que no sigue los dictados del mercado.

Hay una anécdota en el libro de Hollander que condensa la esencia de Ciudad de México y la de otras grandes ciudades. Después de hacer dinero por un billar que inauguró en la colonia Condesa, el escritor se convirtió en cineasta y filmó su ópera prima, Carambola. Sin embargo, no pudo completar en ese momento el proceso para llevarla a las pantallas. Un día encontró su película en uno de los innumerables puestos de piratería localizados en Tepito. Era una versión sin acabar, con algunos créditos falsos, que terminó por azares del destino junto a los estrenos de Hollywood. Ciudad de México te puede intoxicar, llevar al borde del colapso y de la locura; sin embargo, le tiene fe a sus habitantes. Después de todo, las urbes populosas son extensiones de nosotros y, por lo tanto, de nuestros sueños l

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