La Gualdra 434

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 434 /// 1 DE JUNIO DE 2020 /// AÑO 10

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Juan Carlos Villegas. Homenaje al personal médico en los 9 años de La Gualdra. Óleo sobre tela. 2020.

En medio de la pandemia por el Covid-19, La Gualdra celebra su noveno aniversario. Con mucho agradecimiento para todos nuestros colaboradores y lectores, dedicamos la portada de este número especial a todo el personal médico que está trabajando en los hospitales todos los días por salvar la vida a quienes se han contagiado. Médicos, enfermeros, camilleros, personal de limpieza, seguridad, administrativos, cocineros, sicólogos y trabajadores sociales: ¡Nueve veces gracias!

[Especial gualdreño por su noveno aniversario]


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LA GUALDRA NO. 434 /// 1 DE JUNIO DE 2020 /// AÑO 10

La Gualdra No. 434

Editorial En medio de la pandemia por el Covid-19, La Gualdra celebra su noveno aniversario. Estamos contentos, porque la vida nos ha permitido llegar a 434 números y festejar que un primer lunes de junio de 2011, el día 6, La Gualdra apareció por primera vez impresa y encartada en La Jornada Zacatecas y su versión digital en internet. Apenas la semana pasada nos dimos cuenta de que el aniversario estaba por llegar, porque debido a la contingencia sanitaria el encierro nos ha traído como una de sus consecuencias el incremento de actividades en plataformas digitales. No todos hemos tenido la oportunidad de quedarnos en casa durante estos días a trabajar desde aquí; las actividades esenciales no han parado en estos casi 80 días de encierro en los que diariamente recibimos noticias del número de personas contagiadas, fallecidas y recuperadas. En este proceso, quienes más han estado expuestos y, sin embargo, muy comprometidos con salvar la vida a quienes se han contagiado, son todas aquellas personas que laboran en los hospitales. Con mucho agradecimiento dedicamos esta portada de aniversario a médicos, enfermeros, camilleros, personal de limpieza, seguridad, administrativos, cocineros, sicólogos y trabajadores sociales. La imagen fue realizada por Juan Carlos Villegas. A lo largo de este año nueve, han colaborado también con nosotros muchas personas con artículos, entrevistas e imágenes para nutrir este espacio editorial; los menciono para agradecerles su generosidad -y ofrezco disculpas anticipadas si acaso omito a alguien-: Armando Salgado, Fátima Sánchez, Lucía Medina Suárez del Real, David Pérez-Becerra, Francisco Javier González Quiñones, Juan Antonio Caldera Rodríguez, Javier Aranda Luna, Maliyel Beverido, Maritere Espinosa, Humberto Mayorga, Mauricio Flores, Pilar Alba, Adolfo Nuñez J., Roberto Galaviz, Alfonso Vázquez Sosa, Eduardo Campech Miranda, Fernando Cuervo, Rossalina López, Alejandra Celis Almanza, Federico Martínez, Javier Manrique, Jesús Happy Romero, Juan Carlos Basabe, Susana Salinas, Lydia Lozano, César Ramos, Katherine M. Hedeen, Víctor Rodríguez Núñez, María Vázquez Valdez, Sigifredo E. Marín, Adriana Ventura, Diego Ventura, Rita Vega Baeza, Carlos Belmonte Grey, Juan Gerardo Aguilar, Felipe Castañeda Romero, Rafael Calderón, Sergi Ramos, Jorge Arturo Aguilar Flores, Ángel Solano, Antonio Rodríguez Jiménez, Carlos Martín Briceño, Juan Gedovius, José Jaime Medina Martínez, Ariadna Molinari, Bernardo Araujo, Antonio Luquín, Juan Francisco Grima Alarcón, Ma. Cristina Morales Viramontes, Javier Acosta, Limonar Soto Salazar, Ricardo Wong, Aurora Sánchez, Carlos Flores, Antonio Bautista, Manuel Sauceverde, Willy Kautz, Eric Nava, Laura Solar Valverde,

Saúl Daniel Kuri Herrera, Samuel Iván Muñoz -Ivanko Moses Lee-, Pascual Borzelli Iglesias, Félix Reyes Matías, Elizabeth Mercado Valle, Juana Elizabeth Salas Hernández, Pedro Valtierra Ruvalcaba, Rosita Franco, Mariana Terán, Ana Corvera, René Amaro Peñaflores, Irene Ruvalcaba, Xavier Robles, Carlos Augusto Torres Pérez, Jonathan Hayashi, Fernando de Villena, Laura Durán, César Trujillo, Edgar Khonde, Juan Carlos Pinto, Magdalena Okhuysen, Alma Rosa Fernández, Danaëe Koëtsiras, Gabriel Edmundo Torres Muñoz, Verónica G. Arredondo, Alejandro Ortega Neri, Luis Felipe Castañeda Romero, Jonatan Frías, Alexander Tadéuz, Manuel Arturo Castrejón (Pixel C.R.), Julio César Leyva Ruiz, Mauricio Díaz Fernández, Joséangel Rendón, Alfonso López Monreal, José de Jesús Sampedro, Alain Derbez, Alberto Blanco, Daniel Wence, Patricia Ortiz Lozano, Ernesto Lumbreras, Elisa Díaz Castelo, Eudoro Fonseca, Gorka Lasa, Hamid Larbi, Guadalupe Aguayo, Raúl Bañuelos, Vanessa Droz, Ibán de León, Jorge Humberto Chávez, Jorge Ortega, José Domingo Ortiz, José de Jesús Flores, Samir Delgado, Violeta Orozco, Juan Manuel Gómez, Marcela Campos, Mercedes Luna Fuentes, Oscar Tagle, Rosa Chamorro, Patricia Camacho Quintos, Gabriela Suárez del Real, Omar Lemus, Imuris Ramos, Arturo Ramos, Alma Karla Sandoval, Maurice Loiseu, Lucía Rivadeneyra, Luis Ignacio Sáinz, J. Alejandro Huerta Carrillo, Luis Armenta Malpica, Iván Ávila Dueñas, Adán Echeverría, José Ángel Leyva, Manuel Sebastián Chávez Ríos, Sergio J. Monreal, Rik Camacho, Víctor del Real, Raúl García Rodríguez, Carlos Alberto Torreblanca Padilla, Federico Bonasso, Pablo Navajas, Fernanda Mauricio, Rodrigo Díaz Flores, Brenda Ríos, Zoe Ríos Ferreira, Aline Xavier Mineiro, Mario Alberto Reyna Barajas, Heber Ruvalcaba Hernández, Yessika María Rengifo Castillo, Humberto José Avilés Bermúdez, Pais Villagrana Dueñas, Jaime Castrellón, José Filadelfo García Gutiérrez, Álvaro A. Fernández, Paula Markovitch, Adriana Jiménez, Sergio Alfie, Cristina Bello, Miguel Ángel Santos, Alejandro Carnicero, Carlos Hinojosa, Álvaro Octavio Lara Huerta, Simitrio Quezada, Rebeca Mejía, Cissi Montilla, Lorena Huitrón Vázquez, Badir Jácome, Rosa Elvira Campos Álvarez, Nancy Berthier, Véronique Pugibet, Alejandro Izquierdo, J. R. Spinoza, Jorge Perera, Francisco Tomás González Cabañas, Ronnie Camacho Barrón, Dennise Alcíbar González y Miguel Ángel Díaz. Gracias a ellos, a nuestros diseñadores Carlos Castruita y Enrique Martínez, a nuestra casa editorial La Jornada Zacatecas y todos nuestros lectores. ¡Comenzamos el año 10! Que disfrute su lectura.

Contenido Nueve municipios y los sitios del Itinerario Cultural del Camino Real de Tierra Adentro en Zacatecas [Rumbo a sus 10 años como Patrimonio Mundial] Por Carlos Augusto Torres Pérez

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9: La Gualdra zacatecana Por Mariana Terán Nueve Gualdra, Uno Ollin Por Carlos Alberto Torreblanca Padilla NONO Por David Pérez-Becerra Tenía 9 años Por Armando Salgado Conjuro nono Por Eduardo Campech Miranda Nueve musas que revolotean la vida humana Por Carlos Flores La ciencia de Dante Por Jorge Ortega Presagios Por Irene Ruvalcaba El nueve está en todos lados Por Lucía Rivadeneyra El 9, un número polémico en la astronomía moderna Por Maliyel Beverido Fábula número 9 Por Edgar Khonde

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Nueve Por Mauricio Flores Desayuno en Tiffany’s, mon ku Las nueve de Julio Hernández Cordón Por Carlos Belmonte Grey Tener nueve años hoy. Ejercicio de anti-nostalgia Por Sergi Ramos

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La novena película Por Adolfo Nuñez J. Un número demasiado humano Por Javier Aranda Luna Nueve letras Por Pilar Alba

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El nueve en Velarde Por Francisco Javier González Quiñones

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Directorio

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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1 DE JUNIO DE 2020

Nueve municipios y los sitios del Itinerario Cultural del Camino Real de Tierra Adentro en Zacatecas [Rumbo a sus 10 años como Patrimonio Mundial] 6 Por Carlos Augusto

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l estado de Zacatecas, dada su privilegiada ubicación geográfica y el descubrimiento de sus ricas vetas de plata hacia 1546, representa el referente obligado en la historia de la caminería y la movilidad en la expansión del reino y la cultura hispánicas hacia el norte, a través de una serie de rutas que confluían en su territorio. De todas ellas, sin duda la más rele-

vante fue el Camino Real de Tierra Adentro que conectaba a la Ciudad de México con el pueblo de Santa Fe, Nuevo México en los Estados Unidos y en torno al cual se fundaron las poblaciones más importantes del norte durante el virreinato en sus casi 2,600 Km.; constituyéndose, durante más de 300 años, como el principal vehículo estructurante de las sociedades del septentrión novohispano, recibiendo y enviando no solo pasajeros y mercancías de todo tipo, sino influencias recíprocas, a partir de las cuales se desarrolló una gran cantidad de manifestacio-

nes culturales que hoy en día conforman la herencia cultural más importante del norte de México y sur de los Estados Unidos. En agosto de 2010, esta ruta histórica fue incluida por la UNESCO en la Lista del Patrimonio Mundial como Itinerario Cultural, por ilustrar una parte importante en la historia humana dada su condición como fecundador de culturas en el espacio y en el tiempo, manifestadas en un inagotable patrimonio tanto tangible como intangible representado por un total de 60 sitios de diversa tipología que reflejan esa riqueza cultural como ciudades, conjuntos arquitectónicos religiosos, poblados tradicionales, haciendas, presidios, infraestructura caminera e incluso sitios con pintura rupestre y paisajes naturales representativos. De los estados que comparten la ruta de este itinerario cultural, Zacatecas, es quizá, el que mejor representa esta gran herencia patrimonial, ya que en su territorio se ve reflejada esa diversidad cultural y natural que lo conforman. Nueve municipios albergan los sitios que fueron incluidos en el estado como parte del itinerario cultural. Pinos, Noria de Ángeles, Villa González Ortega, Ojocaliente, Guadalupe, Zacatecas, Fresnillo, Sombrerete y Chalchihuites, conforman un eje transversal en el territorio zacatecano

de casi 455 Km., en torno a los cuales se concentra la mayor parte de los bienes que reflejan el desarrollo cultural emanado de esta ruta caminera; recias ciudades virreinales y poblados tradicionales, espléndidos conjuntos arquitectónicos como el Antiguo Colegio apostólico de Propaganda Fide de Nta. Sra. de Guadalupe y el Santuario de Plateros; magníficos monumentos religiosos como los templos de San Nicolás de Tolentino en el Nigromante, la Purísima Concepción en Noria de Ángeles, el templo del Sr. de Santa Teresa de la ex hacienda de El Carro y el templo de Noria de San Pantaleón, en Sombrerete; vestigios de infraestructura caminera en Palmillas y dos peculiares sitios, uno de manifestaciones gráfico rupestres que registra los primeros avistamientos de las diligencias que transitaban el camino, conocido como la Cueva de Ávalos y finalmente, el único sitio natural de toda la ruta, la imponente Sierra de Órganos. Más de 9 años han transcurrido desde el reconocimiento del valor universal excepcional de esta ruta histórica y hoy nos encaminamos a conmemorar su décimo aniversario como un bien Patrimonio Mundial, revalorando este enorme legado como un elemento imprescindible en la construcción de nuestra identidad.

Nueve Gualdra, Uno Ollin 6 Por Carlos Alberto

Torreblanca Padilla*

Cuando atravieses los nueve círculos de lo mortal, hasta su presencia, todo en ti será eternidad. Él (Silva) Medardo Ángel Silva

/// César Ramos. Nueve teporingos. Esténcil. 2020.

9: La Gualdra zacatecana

6 Por Mariana Terán

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ace unos días, mi querida Jánea me pidió unas cuantas palabras para celebrar el año número nueve de La Gualdra. En medio del coronavirus, del confinamiento y de mis compromisos en primer momento dudé, porque era jugar alrededor del número 9 y no tengo ningún compromiso con ese número para hacerlo de él un número gallardo y orgulloso. Qué tengo que decir alrededor del 9, de los años, de Las Gualdras, de su directora que se convirtió en doctora en historia con una espléndida investigación que junto con Gonzalo Lizardo, termi-

naron por titular Una bizarra melancolía, que viene muy a cuento porque en su introducción yo pensé que las tablas con las que Jánea se refería a la tradición plástica zacatecana habían surgido desde aquella experiencia doctoral, pero veo que justo La Gualdra, con nueve espléndidos años, le dio otra perspectiva para armar su Bizarra melancolía. Como ves, querida Jánea, no cumplí la tarea encomendada, pero me congratulo una vez más de tu gran disciplina y esfuerzo por seguir alimentando con la mejor de las calidades, un espacio para el diálogo abierto entre las artes para nosotros, los mortales, y para la señorial Zacatecas.

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a Gualdra llega a los nueve años de existencia, manteniéndose en el interés de un público exigente de un foro cultura y académico. Este ha sido un espacio abierto al cual todos tiene acceso, con solo buscarlo semanalmente, para enteramos de la vida cultural de Zacatecas y otras latitudes. Sin duda, es simbólico este noveno aniversario, por recordar los nueve meses de gestación humana en el vientre materno, de esta manera, La Guadra ha gestado ideas, proyectos, imágenes, y la continuidad de un suplemento cultura. A propósito de esta figura materna, podemos remitirnos a la cosmovisión mesoamericana de los nueve niveles de la madre tierra, a lugar donde Quetzalcóatl robó el fuego divino del conocimiento a los dioses del inframundo para dárselo a los hombres. Así, La Gualdra nos ofrece ese fuego de conocimiento vertido por plumas inteligentes o imágenes captadas de la imaginación. Paralelismo simbó-

lico encontramos con el viaje de Dante a los nueve infiernos para buscar al ser amado, lo que cada semana hacemos al buscar la nueva edición de La Gualdra, ya sean en el expendio de periódicos o en la internet. En estos ciclos de vida, el año pasado, para recordar los ochenta años de la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia, La Gualdra abrió un espacio denominado Ollin, memoria en movimiento para poner en movimiento la información antropológica, arqueológica, histórica y de conservación que el Centro INAH realiza en el Estado de Zacatecas. Más de 30 artículos han aparecido acompañados por una mayor cantidad de imágenes del patrimonio cultural zacatecano. Este espacio cumplió un año de su creación en febrero de 2020, continuando actualmente, para acompañar a La Gualdra en su noveno aniversario. Gracias a La Gualdra, el INAH tiene un medio masivo para llegar al público interesado en su patrimonio cultural, ciclos nuevos inician, reflexionando en el presente los acontecimientos del pasado, buscamos construir un futuro. Solo resta felicitar a La Gualdra por este aniversario y agradecer este esfuerzo conjunto entre INAH y La Gualdra. Así que, como dijera Evaristo Carriego en su poema denominado Leyendo a Dumas: Ya es hora, prima: las nueve. Empieza, pues, la lectura. *Centro INAH Zacatecas.

Noveno Aniversario Gualdreño

Torres Pérez


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LA GUALDRA NO. 434

NONO

6 Por David Pérez-Becerra

Noveno Aniversario Gualdreño

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urante setenta y seis años, nueve fue el número de planetas del sistema solar. El universo y su vacío, poblado de la infinitud y de la anomia cósmica, quedó relegado tras la frontera matemática del número más alto de un solo dígito del sistema decimal. Hasta hace pocos años y tras una reconciliación aritmética se admitió no solo que el límite de nuestro sistema solar se extendía más allá del suburbio helado de Neptuno, bautizado como el cinturón de Kuiper, sino que Plutón, el orbe nono, perdió la categoría planetaria. El duro golpe asestado contra el número que ha simbolizado el lindero de la creación, tuvo que reclasificarse para así mantener el relato. En los herméticos escritos homé-

ricos el número nueve tiene un valor ritual, pues es referente a la diosa Deméter y la búsqueda de Perséfone, al parto de Apolo y Artemisa o el número de las hijas de Mnemosine y Zeus, las musas, que además de ser quienes inspiraban a los poetas antiguos eran diestras profetizas, justo por ser nueve hermanas. El nueve mantiene la constante de ser el símbolo de lo ideal, de lo supremo. Según Dionisio Areopagita, la corte celestial se encontraba jerarquizada por nueve coros aglutinados en tres triadas que son símbolo de perfección, orden y unidad, que en simetría nocturna correspondía a los nueve círculos

infernales que Dante y el poeta Virgilio recorrieron como si peregrinaran por el pensamiento aristotélico-tomista. Sor Juana en cambio, implementó el nueve para aludir a través de la alegoría, un misterio que contempla a la mujer: la encarnación. La gestación humana es la redención sexuada en femenino cuya corporalidad durante nueve meses era sujetada por un ven-

daje, por un lazo, una baraça votiva que se ofrendaba tras la culminación de los esfuerzos a la diosa romana que presidía el nacimiento: Nona, quien retorcía el hilo de la vida en su rueca. El nueve es a fin de cuentas el límite; es la frontera que vela el fin del relato, es el epílogo que quizá simboliza en estos tiempos la necesidad de una profunda comprensión de la compasión y la verdad para poder mantener una realidad humanamente significativa, cuyo rasgo característico acaso sea justamente la esencia de lo humano: el retorno a la unidad.

Tenía 9 años 6 Por Armando Salgado Han pasado 25 años: La noche mostraba a los transeúntes su caja de festividades. Las familias quemaban cohetes y la pirotécnica se erigía como un santo. Intenté ir por debajo de un alambre que separaba el jardín del pasillo, una punta atoró mi brazo: fue una herida espectacular donde el dolor se emborrachó con la estopa de un algodón infantil entre los chorros de alcohol puro.

6 Por Eduardo Campech

Miranda

Con las manos cogidas, hermanas hechiceras, como heraldos del mar y de la tierra,

el televisor sintoniza la misma cicatriz así como el programada de Don Francisco donde son más sabios quienes ríen a la cámara: aprenderé a sonreír, es mi meta en esta cuarentena —que atora su brazo en las respuestas de la TV— (mute).

/// Magdalena Okhuysen. Emilia y los gnomos, el nueve según San José. El camino de piedra, el camino de agua, la barda (el calicanto, como dicen allá), uno y otro árbol, el umbral, Emilia, la madriguera de los gnomos, el tiempo, invisible y ahí.

Conjuro nono

dando vueltas, girando,

¡Silencio, que ya acabó el conjuro! Shakespeare

Que tu vida la cuente Herodoto, que no haya quien te releve, que logres ser tu propio devoto,

si pierden sentido olivos y laureles,

tres por ti, tres por mí, sean tres más, nueve así,

la mirada que premia y sanciona, el brillo de falsos oropeles.

Que tu canto sea un himno a Latona mientras cruzas infernales redondeles. Si la esperanza cae y te abandona,

que recuperes tu fuerza, tu corona. Que evites coralillos, cascabeles,

que cada día el sol te renueve, que del paraíso remoto alcances la esfera nueve.

Nueve musas que revolotean la vida humana 6 Por Carlos Flores

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a mitología griega es tan misteriosa y simbólica con todo ese contenido lleno de seres divinos que influyen, o controlan las más de las veces, la vida de los seres humanos, como es el caso del ingenioso Odiseo, quien debido a su fatal idea para poner fin a la guerra de Troya, fue objeto de la ira de Poseidón. Y si no fuera por la mediación de Atenea ante el padre de los dioses por la vida del héroe, seguramente este nunca hubiera regresado a casa y los pretendientes de Penélope la hubieran obligado a casarse y -muy probablemente- matado a su hijo.

Por ello, la cultura griega fue admirada tanto en su época como en otras posteriores, como fue el Renacimiento y el Neoclásico, donde una infinidad de artistas tomaron ideas para crear sus obras de arte, de tal manera que todo aquel que se considere mínimamente letrado ha de haber encontrado la inspiración, la admiración y, sin duda, el placer al contemplar los rastros de esta influencia en el arte. Tal es el caso de las nueve musas, seres bautizados por Hesíodo, que generan la inspiración en los creadores y, al mismo tiempo, son objeto de esa inspiración, por lo que han sido plasmadas en todas las bellas artes: San-

dro Botticelli las captura en la pintura; podemos ver esculturas de las musas en el Museo del Prado o en el Teatro Juárez; han sido invocadas por una infinidad de poetas, entre ellos, Homero; existe una banda de jazz llamada Euterpe y la música clásica les ha dedicado hermosos pasajes; cada año en diversas partes del mundo se ejecuta la danza de las musas; han sido plasmadas en innumerables obras arquitectónicas y en el cine nos encontramos con La academia de las musas, un filme español de 2015. Esas nueve musas están alrededor de la actividad humana, o al menos revolotean cuando las palabras acu-

den a la cabeza para hablar o escribir (Caliope); en los actos cívicos o conmemoraciones históricas (Clío); cuando escuchamos música en la casa, el auto o donde sea (Euterpe); al tratar de escribir una carta de amor a ese ser querido (Erató); las tragedias diarias, asesinatos, desapariciones, muertes (Melpómene); al escuchar las cada vez menos voces de autoridad (Polimnia); en las expresiones ingeniosas del pueblo frente a la tragedia (Talía); cuando necesitamos sacudir el esqueleto para hacer frente al tedio (Terpsícore); e incluso en la actividad científica de la academia (Urania). Nueve espíritus que definen la vida humana.


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1 DE JUNIO DE 2020

La ciencia de Dante

6 Por Jorge Ortega

Inferno, Purgatorio y Paradiso son escritos cada uno en treinta y tres cantos escritos en terza rima, la estrofa de tres versos gestionada ex profeso para acometer con fluidez narrativa y gracia melódica una obra imponente que contiene cualquier grado de complejidad de la condición humana. El terceto en treinta y tres estancias que animan tres grandes y vívidos paneles como un vasto tríptico de la acción y la moral de nuestra especie en un corte específico de la historia occidental circunscrita a las pugnas de una ciudad de la Toscana. La microhistoria convertida en his-

toria en virtud de la representatividad arquetípica de los personajes. Frente al río de la barbarie y la vía láctea de la beatitud, ante el caudal de los sucesos y las parvadas de la imaginación: la espuela del número y su arte sutil de fijar vértigos. En suma, los noventa y nueve cantos de los que consta la Commedia, sin considerar el correspondiente al prólogo que aparece en el pórtico del Inferno, constituyen un macrocosmos que configura y arropa con su música pitagórica la poesía que nos sostiene en la cifrada y perdurable voz del Alighieri, la fuente que no cesa.

Presagios 6 Por Irene Ruvalcaba Nueve en la base significa: Regreso al camino. ¿Cómo podría haber reproches? I Ching. El libro de los cambios

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l Andantino grazioso de la Sinfonía No. 27 de W.A. Mozart se escucha leve a la distancia. Su movimiento se desliza cada vez más cercano. Acaricia. Llega. Toca un punto de mi memoria y abre la puerta que da al jardín donde florecen los recuerdos más finos. Pedúnculos que giran. 1. Salma llora. Su corazón tiene prisa. Salma se encorva. Se constriñe. Antelación de lo que no habla. Aunque habita. Salma es la mujer que se levanta de la silla. Señora. La prueba indica positivo. Yo soy una pequeña sombra dentro de otra. La luz avanza. 2. Dos corazones en un mismo entramado de venas. Camino sombrío. Salma

inhala. Se cansa, a veces. Le duele la cabeza. Yo vibro en el color de su amanecer. Atenuación de la sonrisa. Salma es la mujer que no sabe alumbrar. Vista desde su centro, la luz enceguece. 3. Salma gira en la espiral de Arquímedes: constante y silenciosa. Su cuerpo invertido. Las entrañas se iluminan, la piel ennegrece. Salma es la mujer que las diosas prepararon para vivir en la luna. La sangre en coágulos amortiguada. El amor bifurcado y concentrado. Salma grita tan fuerte que le tiembla el destino. Maga engañada por su propio truco. Cuando todo oscurece miramos brillar los monstruos. 4. El hospital huele a pino y a ceniza. Salma cuelga de su voz. Las llantas de la camilla rechinan. El suelo es tan blanco. El cuerpo invade la conciencia. Si el cuerpo es templo, Salma es su mártir. Quién sabe si ella existe. 5. La lámpara se agota de tanta luz. Te nombro para que vengas. El recuer-

/// Juan Carlos Basabe. Nueve Guachales de Cumpleaños

do tiene que ser paracaídas de la vida y sostén de la muerte. Salma no es ni su reflejo. Desea que lo vivo en ella muera. Sangra. Un paso hacia adelante y sangra. Otro y sangra. Su rostro se abandona de la luz y sangra. Salma es un charco de sangre. 6. Salma sabe que existo y me rehúye. Yo todavía no nazco. Habitación predilecta. Salma es una mujer que ha sido abandonada. El atardecer del sexto día advierte la caída de los remolinos solares. En algún punto se ha detenido. Salma es el universo y la naturaleza. Higos

fermentados entre láminas de oro. Luna cuarto creciente. 7. Salma está muerta. Necesito regresar. Salma está muerta. El interior de su cuerpo se abre y nazco. Viene la luz y me abandono a ella. Nazco sin vida. 8. Para que viva el arte, han de morir los retoños. 9. La escritura estéril. Un charco de sangre. Incluso de este lado cae la lluvia. Es su forma de reconciliar al cielo con la tierra. Presto. El jardín comienza a desaparecer. Otra vez, amanece.

El nueve está en todos lados 6 Por Lucía Rivadeneyra

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ué me dice el número 9? Que está en todos lados, que inicia o termina ciclos, que con los otros cardinales forma números importantes y que, a veces, se entromete o redondea muchas cifras. Cuenta la Historia que José María Morelos nació el último día del noveno mes del año 1785. Casi 40 años después, se estrenó en Viena la Sinfonía número 9 de Beethoven. El compositor de El Danubio Azul, Johann Strauss, se va de este mundo en 1899. Ramón López Velarde

muere un 19 de junio. A mediados del siglo XX, en 1949, William Faulkner recibe el premio Nobel de literatura y Las palmeras salvajes casi enloquecen. Han de disculpar las intimidades, pero me permito contar que llegué a este planeta a las 19 horas de un año telúrico. Gracias a este aterrizaje, en 1957, sé que los tríos musicales estaban en su apogeo, que Juan Silveti era ya figura del toreo, que en abril y noviembre murieron Pedro Infante y Diego Rivera, respectivamente. Además, quizá mejor no debería contarlo pero… el nombre de uno de mis grandes amores posee 9 letras. El año en

que me enamoré, en el mar, tenía dos nueves. Los años en que parí atesoran dos nueves, cada uno. Mi abuelo Gaspar ganó un buen premio en la Lotería, cuando jugó al 9. Mi padre también llegó a jugar, ya no lo hace. Papá compraba en 9 y nunca obtuvo nada importante. Cuando a Jorge Luis Borges lo nombraron director de la Biblioteca Nacional de Argentina, le dijeron que había un millón de libros. El escritor relata en una conferencia: “averigüé después que eran novecientos mil, una cifra más que suficiente. (Quizá novecientos mil parezca más que un millón: novecientos mil; en

cambio, un millón de agota en seguida”). Novecientos mil, cifra casi inmensa, lleva un 9. La historia dice que el hombre pisó la luna en 1969 y que dos de los peores terremotos de la Ciudad de México han ocurrido en 19 de septiembre. El Muro de Berlín cae en 1989. Cuenta la leyenda que el 69 es un número muy importante. Existe una canción que se llama “El preso número 9”. Hubo un bar mítico, en la Zona Rosa del exDF, que se llamó El 9. “El 9 nadie se mueve” es una consigna memorable. Hay algo medular: nueve letras tiene la bellísima ciudad de Zacatecas.

Noveno Aniversario Gualdreño

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i nueve es múltiplo de tres y tres factor de nueve, todo cabe entre la raíz y el árbol, y viceversa, comenzando por el universo que anida en el imperceptible grano de sal y la estatura del individuo con la infinidad de mundos que coexisten real y potencialmente en su inteligencia como una ilimitada superposición de conjuntos. Bajo esa óptica, nada es casualidad. Los avatares del tres alcanzan en el nueve el culmen de una silenciosa y permanente conspiración. Dante avista por vez primera a su Beatriz a los nueve años de edad y luego de nueve años vuelve a encontrarla. Pero, como si se tratase de una expiación irreme-

diable para conquistar la idealización y la inmortalidad, Beatriz muere por causas naturales al consumarse la novena década del siglo trece, en junio de 1290. Citando a Tolomeo, y amparado en la “verdad cristiana”, nos dice Dante en La vita nuova, antesala de la Commedia, que “son nueve los cielos móviles” que “influyen aquí abajo según su posición”. El poeta florentino reconoce la preponderancia del nueve en el capítulo XXIX de La vita nuova y cifra en la “admirable Trinidad” el germen de su conjetura. El nueve es al tres como el tres al nueve, tres veces el tres. Se abre en la visión de Dante una puesta en abismo, vislumbrando la estructura y cima de la enorme Commedia, divinizada por su primer gran escoliasta: el libertino Boccaccio.


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LA GUALDRA NO. 434

El 9, un número polémico en la astronomía moderna 6 Por Maliyel Beverido

Noveno Aniversario Gualdreño

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l noveno planeta y el planeta nueve. Parece que fuera lo mismo, pero resulta que no. En la primaria me enseñaron que el sistema solar tenía nueve planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Nos hacían recitarlos de memoria y eso lo convertía en un hecho incontrovertible. Pero no lo era. Plutón era entonces el noveno planeta, un planeta pequeño y frío, con un radio de apenas 2370 Km., pero al fin planeta. El descubrimiento de este cuerpo celeste fue confirmado en 1930, aunque ya desde mediados del siglo XIX se había predicho su existencia mediante la mecánica newtoniana. Pero luego, en la década de 1990, empezó la

controversia que si Plutón era o no era un planeta, que si se trataba de una asteroide, etc. La cosa es que, a la luz del hallazgo de numerosos objetos del sistema solar con órbita más allá de la de Neptuno, los astrónomos crearon una nueva clasificación a los que se llamó transneptunianos, que pasó a englobar a Plutón. La Unión Astronómica Internacional tenía que zanjar la cosa y así estableció, en 2006, que para llamarse planeta el objeto tenía que girar alrededor de una estrella, su masa debía ser tal que la gravedad lo hubiera dejado redondo o casi, y su órbita no se intercalara con ninguna otra. Plutón no cumple la tercera condición porque su órbita se superpone a la de Neptuno. Se creó una nueva clasificación en la que Plutón encajaba, la de planeta enano, en la cual se podía integrar a otros objetos que anteriormente se había considerado como asteroides: Ceres, el

más grande del cinturón principal de asteroides entre Marte y Júpiter; Makemake y Haumea, que orbitan el Sol en las zonas exteriores congeladas del sistema y Eris, que está incluso más lejos. Así, Plutón fue degradado y esto fue, literalmente y simbólicamente, un acontecimiento astronómico. Los museos de ciencia retiraron la última esferita de sus modelos y se reimprimieron libros de texto para que los estudiantes del nuevo milenio no lo contaran entre los planetas a aprender. Hubo protestas por parte de la comunidad científica y también de los ciudadanos de a pie que, como yo, sintieron perder una parte de sus celestes ilusiones. Y luego apareció el usurpador: el planeta Nueve. Fue en 2015 cuando en la revista científica The Astronomical Journal se describió la presencia de un planeta con un tamaño diez veces

Fábula número 9 6 Por Edgar Khonde

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a Fábula número 9 ambicionaba contener a todas las fábulas escritas y por escribir. Primero se dio a la tarea de leer todas las fábulas en todas la lenguas humanas. Se propuso hacer una recopilación, un resumen y una síntesis de lo que significaban las fábulas para así, generar una, y luego erigirse como La Fábula. Recorrió el mundo, aprendió español, inglés, chino, recurrió a grafólogos, a filólogos, a estudiantes de lenguas muertas, era tal la cantidad de fábulas localizadas, que contrató ayudantes, copistas, redactores, fundó un colegio en donde únicamente se analizaban textos parecidos a fábulas, y se descartaban las falsas fábulas, que había por millones. A pesar de toda su energía y sapiencia, tenemos que reconocer que nuestra fábula, era un tanto despistada. Varias veces confundió los anuncios clasificados de los periódicos con fábulas posmodernas, y siempre creía descubrir en la literatura de superación personal, alguna moraleja. Como es de suponerse enfermó. Fue hospitalizada. El médico le recomendó reposo absoluto. Ella decía que no, que primero

tenía que encontrar todas las fábulas escritas, e imaginar por supuesto las que estaban por escribirse. Un día se percató de que prever las fábulas que todavía estaban por escribirse, radicaba en anticiparse a los posibles escritores que tuvieran la osadía de escribirlas; tuvo una idea entonces: esparcir el rumor de que escribir fábulas era tan ruin e inútil que no merecía la pena ningún esfuerzo. Así, pensaba, nadie volvería a escribir fábulas. Supuso que en cosa de un par de meses por fin podría construir la fábula maestra, y hacerse de ella. Contrató a quien ella consideraba el mejor fabulista vivo, le explicó el trabajo, el fabulista ya no estaba dispuesto a escribir ninguna fábula más, pero aceptó cuando la fábula le extendió el cheque de pago. Escribió: Había una vez una fábula tan despistada que nunca se percató de que en su interior contenía a todas las fábulas escritas y por escribirse, un día quiso contener en su interior a todas las fábulas del mundo escritas y por escribirse, se alegró, se regocijó, hasta que comprendió que le faltaba una fábula, la que se estaba escribiendo, y se puso triste. Desde entonces las fábulas han dejado de ser tan ambiciosas, y se han conformado con lo que son, simples fábulas.

Nueve 6 Por Mauricio Flores

E

ra Elizabeth, como liberada de una prisión para encontrarse con la pasión de John, en esa vieja película “Nueve semanas y media”. Ella, Kim Basinger; él, Mickey Rourke. Era también el Bar Nueve, de vanguardia incluyente, todavía en años en los que las diferencias no eran del todo bien vistas. Válgame dios, puros güilos y tortilleras. Ya me tocó su final, en plena Zona Rosa, aunque se sabe fue siempre un espacio de harta pasión y talante democrático. Eran muchos nueve más, los meses que mi madre trajo en su vientre a sus hijos, multiplicados por cuatro, en una extensión temporal de nueve años. Eran nueve los rosarios que se les rendían a los difuntos. Nueve días de rezos, aún sin repo-

nerse de la cercana, triste pérdida. Para qué le rezan tanto, recuerdo la voz de mi abuelo, ni que hubiera pecado tanto. Era nueve el número de la camiseta del mítico Kubala en el Barcelona de los 50 / 60... “La para con la cabeza, la baja con el pecho, la duerme con la izquierda, cruza el medio campo con el esférico pegado a la bota, se va del volante y entra en el área grande rifando la pelota, la esconde con el cuerpo, empuja con el culo y se sale de espuela”, cantó Serrat. “Se mea al central con un tuya-mía con dedicatoria y la toca justo para ponerla en el camino de la gloria. La para con la cabeza, la baja con el pecho…”. Bocada de gourmet, punta de ganxet, canyella fina. Eran nueve las semanas de aquel año las que transcurrimos confinados, en sana distancia, de cuando nos azotó una pandemia. Eran nueve los años de La Gualdra.

/// Javier Manrique. 9 casas. 2020

/// Lydia Lozano. Nueve hojas

mayor que la Tierra, cuya órbita tardaría entre diez y veinte mil años en completarse ya que se encuentra veinte veces más lejos del sol que Neptuno. A falta de un nombre más ingenioso, se le llamó simplemente el planeta Nueve. El problema es que ¡nadie lo ha visto todavía! La presunción de su existencia se basa en que se ha registrado en otros objetos espaciales una perturbación posiblemente causada por una gran masa. Si bien el planeta Nueve es una especulación, el descubrimiento de Plutón también fue primero un asunto de observación, análisis y cálculo. Así pues, ahora contemplamos ocho planetas en nuestro sistema solar, el noveno -o el nueve- queda entre la nostalgia y la esperanza.


7

1 DE JUNIO DE 2020

Desayuno en Tiffany’s, mon ku

Las nueve de Julio Hernández Cordón 6 Por Carlos Belmonte

Grey

más importante y donado por las propias protagonistas -amigas de Hernández Cordón- filma en Costa Rica Atrás hay relámpagos. En 2018, se va al norte de México para realizar Cómprame un revolver, seleccionada por la Quincena de Realizadores del 71 Festival de Cannes. Y su más reciente, Se escuchan aullidos, está por empezar su circuito de difusión. Toda su obra ha sido escrita y coproducida por él mismo. Los temas, para sintetizar su cine, son las urbes, los jóvenes en grupo, la clase media sin esperanza de acenso, el ocio y la necesidad de dinero. Son historias escritas a partir de su experiencia personal con una “infancia inmersa –recuerda

Hernández Cordón- en la amenaza de la tercera guerra mundial, de la hecatombe, de las catástrofes, de estar siempre alerta y previniendo: aunque la amenaza parece haber quedado atrás, el vivir en México y Centroamérica es, y era, un lugar en donde el presente se vive día a día y el futuro es siempre incierto” (entrevista con Julio Hernández Cordón, Ciudad de México, julio 2018). De esta manera, su obra ha estado directamente decidida por su experiencia personal que ahora se extiende al entorno familiar y ha llevado a sus dos pequeñas hijas a actuar en su Cómprame un revolver, a manera de cuento pedagógico que explica el duro momento de violencia mexicano.

Tener nueve años hoy. Ejercicio de anti-nostalgia 6 Por Sergi Ramos

N

ueve años es una edad muy particular. Uno ya ha salido del mundo plenamente infantil, en el que la imaginación (la ficción) y la realidad se mezclan en proporciones indistinguibles. Pero todavía no ha entrado en lo que ahora llaman la preadolescencia (una categoría que probablemente corresponda más a un estudio de mercado que a otra cosa), a partir de la cual, poco a poco, uno se va deslizando por la agridulce pendiente del también llamado principio de realidad, con la esperanza de que a cambio alcanzará, de un modo u otro, algo de libertad. Yo entré en esa edad en la primera mitad de los ochenta, en algún lugar entre ET el extraterrestre y los Goonies. En aquel momento, todavía se llenaban los cines y sobrevivían las programaciones de las dobles sesiones, verdadero rito colectivo

6 Por Adolfo Nuñez J.

C

uando un director de cine llega a hacer una novena película, es un evento importante en su carrera. Se debe entender que antes de esa obra, hubo otras ocho producciones en las cuales definió un estilo particular, un sello característico con el cual fue plasmando su manera de ver el mundo; al mismo tiempo que fue exponiendo las cuestiones y temáticas que más le obsesionan. Pero ¿por qué es significativa la novena película y no la décima? Quentin Tarantino ha sido enfático en su

frente al entonces amenazante auge del videoclub y del placer solitario (o con amigos). A pesar de que no me solían llevar al cine, fui a ver dos veces al extraterrestre de la bicicleta voladora. Steven Spielberg, responsable de las dos películas anteriormente mencionadas, se contaba inicialmente entre las filas de los cineastas disidentes del llamado “Nuevo Hollywood” (como George Lucas), pero había echado abajo la puerta de los grandes estudios e impuesto su visión del entretenimiento, marcando a toda una generación y estableciendo un entretenido pero férreo canon en el cine mainstream. Mis nueve años estaban pues en algún lugar entre el ñoño beso de la niña Drew Barrymore al arrugado extraterrestre (al que más tarde Spielberg retocaría digitalmente), y el más apasionado que el niño Mickey, protagonista de los Goonies, le robaba involuntariamente a la amiga ado-

/// Miguel Ángel Díaz. Nueve miradas, para hacer bailar los árboles del bosque, V. Huidrobo. Fumage sobre papel. 35x35cm. 2020

lescente de su hermano mayor. La Gualdra cumple nueve años. Quien manda hoy es Disney, que ha ido devorando con apetito a sus potenciales competidores (Pixar, Marvel y hasta al polvoriento Lucasfilms). Bajo el presunto empoderamiento de las protagonistas femeninas en sus últimas películas de animación, su producción crea imaginarios estereotipados y diferenciados para los niños y las niñas, guetos de género. Ha absorbido y

La novena película decisión de solo hacer diez cintas antes de retirarse de hacer cine, ya que, según ha contado, este número representa una sucesión hacia un cierre coherente, el final concreto de un todo; en ese sentido, la película número nueve es el crepúsculo del trayecto, el momento previo al final. El año pasado, Tarantino lanzó Once upon a time in Hollywood, la novena producción de su autoría, un filme que hace

uso de todos los elementos característicos del realizador y también representa el ocaso de una industria fílmica de antaño, cuyos mitos y realidades ya no existen. El resultado final es un relato que dignifica y homenajea las principales fuentes de inspiración del director, en el que se puede catalogar como su trabajo más maduro, así como el más nostálgico. Para entender el noveno filme de Ta-

reciclado aquel cine de Spielberg y Lucas, limando las pocas asperezas que habían dejado (recordemos el reciente episodio de las nalgas de la sirena Daryl Hannah en Splash) y han aprovechado la cuarentena para extender su plataforma de streaming, Disney+, ahora que el cine en salas está peor que nunca. La suerte, cuando se tiene nueve años hoy, es que a pesar de todo todavía quedan nichos de resistencia. Póngale a Miyazaki o a Ocelot.

rantino, también es necesario que como espectadores conozcamos el sello de autor que lo define. En ese sentido, comprender la novena película de un cineasta simboliza la relación profunda que tenemos como público con su trabajo. No es solo que el realizador haya logrado llegar hasta su novena película, es que lo hizo gracias a que el público decidió verla. El filme número nueve es importante para un director, por todo lo que representa en su carrera, así como para el espectador al momento de definir el tipo de cine que quiere seguir viendo.

Noveno Aniversario Gualdreño

J

ulio Hernández Cordón es un director de cine que en quince años ha realizado ya nueve películas (8 largometrajes y 1 corto). Entre los más sonados por su difusión internacional y tamaño de producción son Te prometo anarquía (2015) y su más reciente Cómprame un revolver (2018). Sus filmes han contado historias mexicanas, guatemaltecas, costarricenses y nicaragüenses. Él forma parte de los cineastas que han echado andar la industria centroamericana en la última década. De los países de la región cabe subrayar el caso de Guatemala porque ha sido punta, impulsor y organizador del Festival Internacional de Cine Ícaro (1998). Por eso no es de extrañar que fue en Guatemala en donde filmó su primer corto y largometraje, Si hubo genocidio y Gasolina. Gasolina fue seleccionada por el taller de Cine en Construcción de 2007 y un año

más tarde ganó en el Festival de San Sebastián el premio Horizonte. Le siguió su primera docu-ficción en 2010, Las marimbas del infierno, filme que ganó el Gran Premio del Festival de Cine de Miami en 2011; y el año 2018 se convirtió en la inspiración y modelo para el mismo premio. Un año más tarde realizó Polvo y Hasta el sol tiene manchas, ambas en Guatemala. Hasta aquí todas sus cintas fueron de bajo presupuesto y las últimas tres dentro del experimento del docu-ficción aunque de diferentes pretensiones: las dos realizaciones del 2012 fueron una denuncia política, Polvo contra las desapariciones de la guerrilla y el racismo; y Hasta el sol tiene manchas, contra la manipulación de las elecciones presidenciales; mientras que Las marimbas… se centró en trágicas historias de los hombres de la urbe. Ya con mayor presupuesto y recursos técnicos regresó a México para filmar Te prometo Anarquía (2015) nominada a los premios Ariel. Dos años más tarde, con 25 mil dólares, su segundo presupuesto


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LA GUALDRA NO. 434 // 1 DE JUNIO DE 2020

Un número demasiado humano Noveno Aniversario Gualdreño

6 Por Javier Aranda Luna

S

i todo es información, todo es número. Los acordes de una canción de Charlie Monttana, los puntos de la divina proporción implementados por Leonardo en sus pinturas, los pixeles de una fotografía, los cuadros de una película, los capítulos de una serie (hasta La Biblia tiene un libro que se llama Números).

Estos días alterados por la pandemia del Covid, nos han recordado como pocas veces, el peso de los números: contamos a nuestros muertos cada día, nuestras semanas de confinamiento, nuestros ingresos y nuestras raciones, la temperatura de nuestros cuerpos y los inexistentes días en que todo vuelva a una normalidad distinta. Número es muchedumbre, nos dicen los textos medievales. Como sea, numeroso es lo que ya no podemos contar; la puerta

Nueve letras

*

6 Por Pilar Alba

M

e aferro a las nueve letras de tu nombre. Me refugio en cada una de ellas. Me levantan, me impulsan, me llenan de vida. Mueven las estructuras sobre las que estaba ferozmente aferrada. Su “R” me arrastra, me saca del letargo en el que a veces tan cómodamente me sumerjo. Mientras que, por el contrario, tus dos E’s me detienen cuando me desboco, cuando las fantasías me despegan los pies de la tierra. Se transforman y se vuelven onomatopeya: Eh, eh… me susurran para traerme otra vez al mundo. En las tres C’s viene la creencia que define tu nombre por completo. Entonces a pesar de lo adverso puedo construir otras realidades; creo en ti tres veces como en ellas. La “N” me acompaña en las horas de negatividad y angustia. La “I” de repente se me olvida, se me esconde, pero me gusta creer que se convierte en griega la que antes era latina, permitiéndose ser la pregunta por lo que continuará. Pero, sin duda, de las nueve para mí la “O” es la mejor de todas, porque en su circularidad me promete la idea de que lo nuestro puede llegar a ser infinito. Saboreo a cada momento las letras de tu nombre, las deletreo, las uno en sus tres sílabas de tres letras cada una. Indago en el diccionario el significado

de ellas convertidas en palabra: nombre propio masculino de origen latino en

de lo infinito. El nueve también lo es. Después de él las posibles combinaciones de los primeros números no tienen término. El nueve es el límite de lo mesurable, de lo que podemos contar sin dificultad. También es, al parecer, el número de los conocimientos humanos, pues nueve fueron las musas concebidas por Zeus. No parece casual de igual forma que nueve sean los círculos del Infierno descritos por Dante. Fueron nueve los planetas y, por la ve-

su variante en español. Proviene del latín Crescentius, derivado de crescens (creciente), sobrenombre que daban los romanos a Júpiter niño y a Diana como personificación de la luna. Entonces me da por creer que podermos ser el sol y la

leidad humana, tal vez vuelvan a serlo. A diferencia de otros animales, se gesta durante nueve meses en el vientre acuoso de la mujer, ese germen de vida que, cuando nazca, y solo entonces, se convertirá en persona, no antes. El nueve, al parecer, es el número de lo humano; la cifra de quienes ahora vivimos atenazados por la numeralia que nos impone el Covid y que no podemos imaginar siquiera lo que se acerca, lo que vendrá.

luna. Me aferro a tu nombre, a sus nueve letras, porque en este mundo de conspiraciones, pandemias e incertidumbre tú eres mi clavo ardiendo. * Para Chencho.

/// Susana Salinas. Un respiro en la memoria. Óleo sobre masonite. 22.5x30cm. 2020

El nueve en Velarde

6 Por Francisco Javier

González Quiñones

E

l 15 de junio de 1888, después de una espera de nueve meses y tal como lo marca el péndulo de la vida, el primogénito de los nueve hijos de José Guadalupe López Velarde y María de la Trinidad Berumen Llamas llegó a este mundo. El recién nacido recibió el nombre de Ramón Modesto. Nueve años después nació el poeta Carlos Pellicer, con quien Ramón López Velarde establecería una fraternal relación desde que se conocieron en el año de 1916. Entonces Ramón era maestro en

la Escuela Nacional Preparatoria y acumulaba una gran experiencia literaria, verbigracia, la adquirida en 1906 durante la edición de la revista literaria Bohemio, de la cual se publicaron nueve números. En su estancia en Venado, San Luis Potosí, a finales de 1911, López Velarde humedecía su cotidianidad entre dos habituales citas; la primera a la una de la tarde en la tienda La Favorita y la segunda “a las nueve de la noche en la cantina y los billares de don Miguel Mendoza, masonete impulsivo y boquiflojo”. En 1912 Ramón se traslada a la Ciudad de México, considera que la capital y los tiempos son propicios

para sus aspiraciones en el ejercicio público y la vida literaria. Así inicia nueve años de vicisitudes, pero también de crecimiento al lado de amigos y poetas como Xavier Villaurrutia y Carlos Pellicer, quienes lo acompañan hasta sus últimos momentos de vida. Ese periplo de nueve años ha sido trazado por el poeta y ensayista Ernesto Lumbreras, en su libro Un acueducto infinitesimal. Ramón López Velarde en la Ciudad de México, 1912-1921. Otro poeta, Juan Gelman, alguna vez confesó que tenía ocho o nueve años cuando escuchó por primera vez poemas de López Velarde. Poemas que han sido fuente de inspiración de varios artistas,

como Fermín Revueltas, quien realizó nueve dibujos a tinta para la primera edición de El son del corazón, libro publicado en 1932 como homenaje póstumo a nuestro poeta, por el Bloque de Obreros Intelectuales. La vida de Ramón López Velarde está cifrada en su obra, uno de sus estudiosos, Guillermo Sheridan, revela que en la novena estrofa del poema Ánima adoratriz, el más hermético de los poemas de Zozobra, el propio Velarde ofrece una clave sobre la enfermedad que probablemente lo llevó a su muerte. Fuensanta, esencia velardeana, es un jeroglífico de nueve letras.


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