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LA GUALDRA NO. 434
El 9, un número polémico en la astronomía moderna 6 Por Maliyel Beverido
Noveno Aniversario Gualdreño
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l noveno planeta y el planeta nueve. Parece que fuera lo mismo, pero resulta que no. En la primaria me enseñaron que el sistema solar tenía nueve planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. Nos hacían recitarlos de memoria y eso lo convertía en un hecho incontrovertible. Pero no lo era. Plutón era entonces el noveno planeta, un planeta pequeño y frío, con un radio de apenas 2370 Km., pero al fin planeta. El descubrimiento de este cuerpo celeste fue confirmado en 1930, aunque ya desde mediados del siglo XIX se había predicho su existencia mediante la mecánica newtoniana. Pero luego, en la década de 1990, empezó la
controversia que si Plutón era o no era un planeta, que si se trataba de una asteroide, etc. La cosa es que, a la luz del hallazgo de numerosos objetos del sistema solar con órbita más allá de la de Neptuno, los astrónomos crearon una nueva clasificación a los que se llamó transneptunianos, que pasó a englobar a Plutón. La Unión Astronómica Internacional tenía que zanjar la cosa y así estableció, en 2006, que para llamarse planeta el objeto tenía que girar alrededor de una estrella, su masa debía ser tal que la gravedad lo hubiera dejado redondo o casi, y su órbita no se intercalara con ninguna otra. Plutón no cumple la tercera condición porque su órbita se superpone a la de Neptuno. Se creó una nueva clasificación en la que Plutón encajaba, la de planeta enano, en la cual se podía integrar a otros objetos que anteriormente se había considerado como asteroides: Ceres, el
más grande del cinturón principal de asteroides entre Marte y Júpiter; Makemake y Haumea, que orbitan el Sol en las zonas exteriores congeladas del sistema y Eris, que está incluso más lejos. Así, Plutón fue degradado y esto fue, literalmente y simbólicamente, un acontecimiento astronómico. Los museos de ciencia retiraron la última esferita de sus modelos y se reimprimieron libros de texto para que los estudiantes del nuevo milenio no lo contaran entre los planetas a aprender. Hubo protestas por parte de la comunidad científica y también de los ciudadanos de a pie que, como yo, sintieron perder una parte de sus celestes ilusiones. Y luego apareció el usurpador: el planeta Nueve. Fue en 2015 cuando en la revista científica The Astronomical Journal se describió la presencia de un planeta con un tamaño diez veces
Fábula número 9 6 Por Edgar Khonde
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a Fábula número 9 ambicionaba contener a todas las fábulas escritas y por escribir. Primero se dio a la tarea de leer todas las fábulas en todas la lenguas humanas. Se propuso hacer una recopilación, un resumen y una síntesis de lo que significaban las fábulas para así, generar una, y luego erigirse como La Fábula. Recorrió el mundo, aprendió español, inglés, chino, recurrió a grafólogos, a filólogos, a estudiantes de lenguas muertas, era tal la cantidad de fábulas localizadas, que contrató ayudantes, copistas, redactores, fundó un colegio en donde únicamente se analizaban textos parecidos a fábulas, y se descartaban las falsas fábulas, que había por millones. A pesar de toda su energía y sapiencia, tenemos que reconocer que nuestra fábula, era un tanto despistada. Varias veces confundió los anuncios clasificados de los periódicos con fábulas posmodernas, y siempre creía descubrir en la literatura de superación personal, alguna moraleja. Como es de suponerse enfermó. Fue hospitalizada. El médico le recomendó reposo absoluto. Ella decía que no, que primero
tenía que encontrar todas las fábulas escritas, e imaginar por supuesto las que estaban por escribirse. Un día se percató de que prever las fábulas que todavía estaban por escribirse, radicaba en anticiparse a los posibles escritores que tuvieran la osadía de escribirlas; tuvo una idea entonces: esparcir el rumor de que escribir fábulas era tan ruin e inútil que no merecía la pena ningún esfuerzo. Así, pensaba, nadie volvería a escribir fábulas. Supuso que en cosa de un par de meses por fin podría construir la fábula maestra, y hacerse de ella. Contrató a quien ella consideraba el mejor fabulista vivo, le explicó el trabajo, el fabulista ya no estaba dispuesto a escribir ninguna fábula más, pero aceptó cuando la fábula le extendió el cheque de pago. Escribió: Había una vez una fábula tan despistada que nunca se percató de que en su interior contenía a todas las fábulas escritas y por escribirse, un día quiso contener en su interior a todas las fábulas del mundo escritas y por escribirse, se alegró, se regocijó, hasta que comprendió que le faltaba una fábula, la que se estaba escribiendo, y se puso triste. Desde entonces las fábulas han dejado de ser tan ambiciosas, y se han conformado con lo que son, simples fábulas.
Nueve 6 Por Mauricio Flores
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ra Elizabeth, como liberada de una prisión para encontrarse con la pasión de John, en esa vieja película “Nueve semanas y media”. Ella, Kim Basinger; él, Mickey Rourke. Era también el Bar Nueve, de vanguardia incluyente, todavía en años en los que las diferencias no eran del todo bien vistas. Válgame dios, puros güilos y tortilleras. Ya me tocó su final, en plena Zona Rosa, aunque se sabe fue siempre un espacio de harta pasión y talante democrático. Eran muchos nueve más, los meses que mi madre trajo en su vientre a sus hijos, multiplicados por cuatro, en una extensión temporal de nueve años. Eran nueve los rosarios que se les rendían a los difuntos. Nueve días de rezos, aún sin repo-
nerse de la cercana, triste pérdida. Para qué le rezan tanto, recuerdo la voz de mi abuelo, ni que hubiera pecado tanto. Era nueve el número de la camiseta del mítico Kubala en el Barcelona de los 50 / 60... “La para con la cabeza, la baja con el pecho, la duerme con la izquierda, cruza el medio campo con el esférico pegado a la bota, se va del volante y entra en el área grande rifando la pelota, la esconde con el cuerpo, empuja con el culo y se sale de espuela”, cantó Serrat. “Se mea al central con un tuya-mía con dedicatoria y la toca justo para ponerla en el camino de la gloria. La para con la cabeza, la baja con el pecho…”. Bocada de gourmet, punta de ganxet, canyella fina. Eran nueve las semanas de aquel año las que transcurrimos confinados, en sana distancia, de cuando nos azotó una pandemia. Eran nueve los años de La Gualdra.
/// Javier Manrique. 9 casas. 2020
/// Lydia Lozano. Nueve hojas
mayor que la Tierra, cuya órbita tardaría entre diez y veinte mil años en completarse ya que se encuentra veinte veces más lejos del sol que Neptuno. A falta de un nombre más ingenioso, se le llamó simplemente el planeta Nueve. El problema es que ¡nadie lo ha visto todavía! La presunción de su existencia se basa en que se ha registrado en otros objetos espaciales una perturbación posiblemente causada por una gran masa. Si bien el planeta Nueve es una especulación, el descubrimiento de Plutón también fue primero un asunto de observación, análisis y cálculo. Así pues, ahora contemplamos ocho planetas en nuestro sistema solar, el noveno -o el nueve- queda entre la nostalgia y la esperanza.