La Gualdra 438

Page 1

SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 438 /// 29 DE JUNIO DE 2020 /// AÑO 10

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Maritza M. Buendía. Foto de Ernesto Moreno.

Desde la publicación de su tesis de doctorado Poética del voyeur, poética del amor (2013), ganadora del Premio Bellas Artes de Ensayo Literario, era evidente que la zacatecana Maritza M. Buendía estaba por convertirse en una de las autoras más prometedoras e impresionantes de las letras mexicanas. Hoy, años después de sus también galardonados libros En el jardín de los cautivos (2005) y Tangos para Barbie y Ken (2012), Maritza nos sigue sorprendiendo con las páginas de su más reciente novela, Jugaré contigo (2018).

[Una entrevista con ella, realizada por Michelle Guzmán, en páginas centrales]


2

LA GUALDRA NO. 438 /// 29 DE JUNIO DE 2020 /// AÑO 10

La Gualdra No. 438

Editorial José de Jesús Sampedro es el nuevo integrante de la Academia Mexicana de la Lengua. El poeta zacatecano fue nombrado académico correspondiente, es decir, tendrá su lugar en la academia como representante de Zacatecas. En la AML hay dos tipo de integrantes: los numerarios y los correspondientes (aquellos integrantes que radican en los estados del país) y Sampedro es uno de ellos a partir de este mes de junio, “Elegido en una sesión plenaria celebrada este jueves, el pleno académico destacó que José de Jesús Sampedro, recientemente galardonado con el Premio Iberoamericano Ramón López Velarde, ha encaminado su quehacer literario hacia la promoción de la cultura, la docencia y la creación de talleres literarios. ‘Su lírica se concibe como una poesía visionaria en la que alude a un tiempo provisto de catástrofes, donde analiza momentos históricos y la condición humana en todas las épocas’, de acuerdo con el acta de la candidatura, presentada por Jaime Labastida, Eduardo Lizalde y Vicente Quirarte”, dice el comunicado oficial. La sesión inaugural de la AML se llevó a cabo el 11 de septiembre de 1875; desde entonces, esta academia correspondiente de la Española, ha sesionado e integrado a lo largo de la historia a personajes cuya trayectoria y experiencia en la vida cultural mexicana los hacen indispensables para trabajar en la construcción de una unidad lingüística en nuestro país. Más de 300 personas entre los que se encuentran escritores, lingüistas, filólogos, filósofos, ensayistas, poetas, narradores, dramaturgos, comunicólogos, científicos y humanistas han sido parte de la academia, que posee actualmente “36 sillas de número para sus miembros en activo; puede elegir hasta 36 individuos correspondientes y cinco honorarios y considerar en retiro a cuantos académicos de número en activo lo soliciten”1. Leyendo el documento que esboza la historia de la AML, nos encontramos con que previamente otro zacatecano formó parte de esta; se trata de Mauricio Magdaleno, quien ingresó como miembro de número en el año de 1957 y permaneció ahí hasta su muerte, en 1986. Además de ser zacatecanos a Sampedro y Magdaleno los ha unido también el interés por difundir la obra de otro poeta zacatecano: Ramón López Velarde. En este caso, ha sido Sampedro quien se ha encargado con su tra-

bajo como poeta, editor y gestor, de promover la obra del poeta zacatecano con mayor intensidad; para muestra está el festival de poesía y los premios nacional e internacional que llevan el nombre de Ramón López Velarde y que han sido fundados y mantenidos -con el apoyo de la UAZ- por Sampedro, quien recibiera el Premio Iberoamericano RLV en junio de 2018, sumándose este al Premio Aguascalientes de Poesía recibido en el año de 1975 y muchos más a lo largo de más de 50 años dedicado a la literatura y a la promoción de la cultura y las artes a través de las múltiples publicaciones y proyectos realizados en y desde Zacatecas. La Revista Dosfilos es muestra de su amor por lo que realiza y hoy por hoy es, además de la revista cultural más antigua en circulación, un fuerte y claro referente para quienes nos dedicamos a la edición de publicaciones culturales. Este año, José de Jesús Sampedro cumplirá 70 años el 2 de noviembre; pero su jovialidad y energía nos hacen pensar por momentos que el tiempo no pasa por él: incansable, tenaz, disciplinado y apasionado de lo que hace, continúa trabajando todos los días en su oficina del centro histórico de esta ciudad que hoy se llena de orgullo por el merecido reconocimiento que la AML otorga a su trayectoria profesional. La contingencia sanitaria nos impide hacer por ahora una celebración presencial como se merece, como impedirá que también se lleva a cabo el festival y el premio nacional que desde 1982 organiza el mes de diciembre, pero no ha evitado que sus muchos amigos le manifiesten su beneplácito por el logro obtenido. Nosotros, en La Gualdra, nos sumamos también a la felicitación, va con ella además nuestro agradecimiento por todo el apoyo recibido a lo largo de los años que este espacio editorial tiene en circulación. Gracias, querido Sam, por esta alegría que nos das en medio de la pandemia en la que parecen escasear las buenas noticias; gracias por tu dedicación, tu ejemplo y por llenarnos de poesía y felicidad. Que disfrute su lectura.

Contenido Entresijos de la batalla de Zacatecas de junio de 1914 Por Limonar Soto Salazar

3

Escribir entre muñecas Entrevista a Maritza M. Buendía Por Michelle Guzmán

4 5

Falso nueve Ahora que no hay futbol Por Mauricio Flores

6

Manuel Felguérez, la producción artística del hombre que fumaba en pipa Por Maritere Espinosa ‘The vast of night’ de Andrew Patterson: La infinita soledad Por Adolfo Nuñez J.

Desayuno en Tiffany’s, mon ku Felguérez y el cine Por Javier Ramírez Miranda Lista de objetos encontrados 4 Por Edgar Khonde

7

8

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com 1 Esbozo histórico de la Academia Mexicana de la Lengua, en: https://www.academia.org.mx/index.php/inicio/historia

Directorio

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


3

29 DE JUNIO DE 2020

Entresijos de la batalla de Zacatecas de junio de 1914 Salazar*

E

n marzo de este año de 2020 en la LXIII Legislatura del Congreso local fue presentada la iniciativa para declarar como patrimonio cultural inmaterial la Cabalgata Toma de Zacatecas con el sustento de ser un acto de rememoración del hecho bélico de importancia histórica. La iniciativa fue aprobada con lo que reconocía con ello el valor patrimonial de la conmemoración de aquella batalla que se efectúa anualmente con un desfile donde el elemento equino es la figura central. Ciertamente la División del Norte como protagonista de la batalla de Zacatecas efectuada en junio de 1914, tuvo como célebre recurso para enfrentar sus batallas el uso exitoso de hábiles y portentosas cargas de caballería, pero esto no sucedió en Zacatecas debido a la sinuosa serranía que circunda la ciudad compuesta por elevados cerros con presencia de tiros de mina y una red de fortificaciones federales concebidos para la defensa de la plaza. En este hecho de armas habrá que apuntar que la victoria revolucionaria se logró con la conjunta acción de la infantería y la artillería villista, por su parte la caballería tuvo participación pero de manera secundaria. Lo expuesto hasta aquí no busca demeritar el reconocimiento cívico que se lleva a cabo a través de una cabalgata, pero este asunto sugiere advertir que en torno a uno de los hechos más importantes de la historia moderna zacatecana existen imprecisiones u omisiones que invitan a considerar que se trata de un tema aún sin agotar para los interesados en este pasaje histórico. Habrá que considerar que la batalla del 23 de junio solo fue el ataque general y definitivo, que tuvo como antecedente el enfrentamiento de la guarnición federal con la División del Centro y fuerzas revolucionarias de Durango, cuya lucha de 5 días se decantó por el triunfo huertista, pero también tuvo como consecuencia el debilitamiento de la plaza federal por la pérdida de soldados y materiales de guerra. Solo se dio un lapso de quietud que fue interrumpido por la progresiva llegada de contingentes villistas que comenzaron a ocupar la región entre Fresnillo, Calera, Morelos y Vetagrande, efectuándose algunos enfrentamientos, que subían de intensidad según se acercaban a la ciudad de Zacatecas. Incluso algunos testimonios mencionan de un impetuoso cañoneo durante la madrugada del 23 de junio el cual concluyó antes del

/// General Felipe Ángeles y su Estado Mayor en La Bufa, Zacatecas. 1914. INAH-SINAFO. Número de inventario 6119.

/// General Francisco Villa con la comisión zapatista en Guadalupe, Zacatecas. 1914. INAH-SINAFO. Número de inventario 6067.

/// Soldado federal con su familia. Ca. 1914. INAH-SINAFO. Número de inventario 5015

amanecer. Todo este preámbulo es poco conocido, pero indagar sobre ello puede develar acerca de la pérdida de vidas, los daños materiales en el medio urbano y rural zacatecano y los menoscabos

militares de ambos bandos. Puede ser revelador conocer el contenido de varios mensajes cifrados que emitieron los bandos en pugna en los días de aquella primavera-verano de

1914 y que se encuentran bajo resguardo de archivos históricos. También sería interesante que surgiera a la luz pública el documento relativo al plan de fortificaciones federal, el cual debió de elaborarse como indicaban los protocolos defensivos. Muy sugerente sería el tener conocimiento del parte de guerra de la batalla rendido por el general Luis Medina Barrón, principal mando de la guarnición huertista y que estaba obligado a dar cuenta de su derrota. Aspectos como la leva y la presencia de regimientos profesionales federales, los voluntarios revolucionarios de origen zacatecano, el armamento utilizado, las impedimentas, las pagas de la soldadesca y la economía de guerra que vivió la ciudad son susceptibles de revisiones de mayor fondo histórico. No es de extrañar que con el paso del tiempo surjan nuevas fuentes de información como fotografías, documentos oficiales, cartografía, crónicas, cartas, diarios personales, hemerografía, material filmográfico, estadísticas, recuperar testimonios orales de testigos de la tragedia, e incluso en el ámbito de la arqueología histórica los hallazgos de armamento, restos de indumentaria y demás cultura material de la época, y habrá que decirlo, el estremecedor encuentro de restos óseos como pruebas más fidedignas de la hecatombe. Muchas preguntas esperan su respuesta. Como saber en quién recae la responsabilidad de la pérdida del palacio federal, asimismo esclarecer la destrucción de La Ciudadela, de la estación del ferrocarril, las garitas, los polvorines y haciendas de minas adyacentes a la ciudad. Abordar los daños infringidos a templos como San Francisco, Mexicapan y San José, así como el edificio conocido como El Cobre, el observatorio meteorológico y el Teatro Calderón. Igual de importante es conocer más del acontecer de todos los integrantes de la sociedad zacatecana, quienes vieron trastocada su cotidianidad y vivieron múltiples riesgos, pero también con toda seguridad debió haber estado dividida entre los simpatizantes del huertismo o de la revolución. Aquí se han planteado únicamente algunas cuestiones e incógnitas que posiblemente pueden ser atendidas con el paso del tiempo por los especialistas y estudiosos. Solo así se estará en la posibilidad de considerar que se cuenta con un buen conocimiento acerca de la batalla de Zacatecas acontecida en junio de 1914, uno de los grandes y predilectos temas en la historia zacatecana. *Investigador, Sección de Historia del Centro INAH Zacatecas.

Ollin: Memoria en Movimiento

6 Por Limonar Soto


4

LA GUALDRA NO. 438

Escribir entre muñecas Entrevista a Maritza M. Buendía

Literatura

6 Por Michelle Guzmán*

Si alguien desea acercarse a un solo libro, puede hacerlo sin necesitar de los otros.

D

esde la publicación de su tesis de doctorado Poética del voyeur, poética del amor (2013), ganadora del Premio Bellas Artes de Ensayo Literario, era evidente que la zacatecana Maritza M. Buendía estaba por convertirse en una de las autoras más prometedoras e impresionantes de las letras mexicanas. Hoy, años después de sus también galardonados libros En el jardín de los cautivos (2005) y Tangos para Barbie y Ken (2012), Maritza nos sigue sorprendiendo con las páginas de su más reciente novela, Jugaré contigo (2018), una obra en la que nuevamente el amor y el erotismo son eje del descubrimiento de sus complejos personajes, que desafían los límites y tradiciones en busca de sí mismos. Indudablemente, páginas imperdibles y también sin precedentes.

MG: ¿Qué obras o autores consideras referentes fundamentales para entender tu producción?, ¿qué has retomado de ellos y qué has buscado cambiar? MMB: Tengo una serie de autores que me han ido acompañando a lo largo de los años. Una de las voces fundamentales para mí ha sido la de Marguerite Duras; esa escritura tan poética, eficaz, breve y contundente que ella tiene, ha sido para mí un ejemplo de prosa. No quiere decir que yo escriba como ella, pero sí es alguien que admiro muchísimo. También estoy acompañada de autores como Juan García Ponce e Inés Arredondo; y de filósofos, como Georges Bataille. MG: ¿Cuál consideras que es el mayor desafío de las autoras mexicanas en la actualidad? MMB: En este momento, cuando el movimiento feminista es tan importante, y es tan justo y necesario, hay que ubicarlo como la bandera de nuestros actos. Apuesto por una literatura escrita por mujeres sin miedo a las palabras, donde nos atrevamos a decir lo que tenemos qué decir con las palabras justas, sin que esto implique la ausencia del artificio literario. Ya no podemos seguir cargando con viejos tabús en la literatura, tenemos que decir las cosas como son. Como mujer escritora, estoy comprometida con eso. Probablemente uno de nuestros mayores desafíos dentro de la literatura sea el encontrar nuevas maneras de escribir el amor y el erotismo.

Michelle Guzmán: Maritza, ¿por qué has elegido el erotismo como centro de tu obra narrativa? Maritza M. Buendía: Creo que el autor debe dejarse fluir por los temas que le resultan más auténticos, los temas que le resultan más cercanos. He llegado al erotismo y al amor en la literatura un poco por eliminación, porque no me veo trabajando otros temas. Solo me he dejado fluir. MG:¿Cuáles han sido las dificultades para abrirte camino como autora en este país? MMB: La resistencia es fundamental. Abrirme camino ha sido muy difícil, sobre todo porque vivo en Zacatecas, una ciudad que, si bien es cultural, aún se encuentra en desventaja porque muchas cosas siguen centralizadas en la Ciudad de México. A estas alturas podríamos creer que no es así, pero es falso, casi todo sigue centralizado. MG: El asunto del juego y las muñecas es una constante que vertebra tu obra, ¿qué es lo que representan para ti? MMB: El juego y las muñecas son muy importantes para mí; representan un espacio lúdico, onírico, simbólico, poético. Conforman una veta que aún se puede explorar desde muchas maneras y que quizá me gustaría seguir trabajando; obviamente, busco el cambio que me permita hablar de ellas siempre de forma diferente. Creo que son símbolos que no se agotan, están ahí y permiten representar el mundo de lo femenino desde toda su carga simbólica y poética. Una muñeca te permite plantear varios juegos. Dentro de mi literatura, me interesa abordar distintos planos, tanto narrativos, como estructurales y enunciativos. Las muñecas permiten acceder a esos distintos niveles que puede llegar a te-

/// Maritza M. Buendía. Foto de Bien chicles.

ner una misma historia. MG:¿Cuál es la relación entre estos elementos aparentemente inocentes y el erotismo que trasmites con ellos? MMB: Lo dices muy bien; hay una relación muy evidente entre la muñeca, que es un objeto, digamos, aparentemente inocente y el erotismo. El erotismo juega a construir su significado a partir de polos opuestos; une tanto la vida como la muerte, la guerra y la paz, la inocencia y la perversidad. Se basa en estas diferencias, las pone en tensión para ir elaborándose como el artificio que es. En ese sentido, una muñeca representa esa doble, triple o quíntuple cara que puede llegar a tener el erotismo. MG: ¿De dónde proviene la inspiración para trazar personajes tan entrañables y complejos como Alondra, Susana, la Abuela y Levent? MMB: Mis personajes de Jugaré contigo surgen un poco de todos lados. Hay en ellos mucho de mí, hay rasgos autobiográficos, pero solo rasgos, porque están

ficcionalizados, trocados. En muchos sentidos yo desearía ser como Susana, pero también como Levent, como Alondra o como la abuela; me gustaría ser como cada uno de mis personajes, porque salen de mí, pero ellos se vuelven seres completamente autónomos y yo simplemente voy detrás de ellos.

MG: ¿Tienes algún consejo para las nuevas generaciones de escritores? MMB: Es difícil dar un consejo… en todo caso, solo puedo decir algo muy básico, que creo que ya todos sabemos: lo mejor es leer. Si queremos dedicarnos a la literatura, nuestra pasión debe ser la lectura y solo después la escritura.

MG: En tus obras futuras ¿seguiremos leyendo rostros conocidos?, ¿tienes la intención de construir un ciclo a través de esas apariciones recurrentes? MMB: Sí, Michelle, efectivamente; me interesa seguir desarrollando las historias de mis personajes tanto aquí como allá; es decir, la historia de un personaje que no trabajé del todo dentro de alguna novela quizá luego sea materia para desarrollar en otra. Me interesa construir una especie de genealogía, una gran novela en la que se comuniquen todas mis novelas; que mi obra pueda leerse algún día como un mapa, una red o un tejido conformado por todos mis libros. Desde luego, sin que cada uno de ellos pierda su carácter autónomo y autosuficiente.

*Universidad Autónoma Metropolitana- Iztapalapa. Michelle Guzmán es egresada de la especialidad en Teatro del CEDART Luis Spota Saavedra; fue ganadora del concurso de cuento breve “Palabras al viento”, convocado por el INBA en 2015. Actualmente cursa la licenciatura en Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana. Su área de estudio es la narrativa española del s. XIX, pero también ha incursionado en la narrativa mexicana del s. XXI. Ha participado en congresos nacionales e internacionales con trabajos sobre Benito Pérez Galdós y fue ponente en la primera mesa dedicada a la narrativa de Maritza Buendía celebrada por la UAM, su casa de estudios, en 2020.


5

29 DE JUNIO DE 2020

JUGARÉ CONTIGO [Fragmento] Maritza M. Buendía

del suéter y me envolví en la caperuza negra que dejaste en el banco. Por enfrente, la capa se abría demasiado. Por atrás, la capa era larga, ridícula. La capucha me cubría casi toda la cara. Encima del secreter un antifaz de lechuza de plumas negras y grises. Vestida así, me senté a esperar, iluminada también por una vela. De cuando en cuando, alzaba la vista para observar el círculo de la luna llena que vino a instalarse junto a mí, al otro lado de la ventana. Ningún hombre entró a la vitrina: me observaban de reojo, agachaban la cabeza y continuaban su camino. Con su voz de mujer, la luna me sugirió que no leyera mi libro y yo seguí sus órdenes, perseguí mis instintos durante no sé cuántos minutos. El tiempo se volvió eterno y pegajoso. Mi cabeza se inclinó y me quedé dormida, pero una de las plumas del antifaz cosquilleó mi frente y abrí los ojos. Entonces me vi: era yo la que estaba parada al otro lado de la vitrina o era Alondra que se había apoderado de mi cuerpo. Primero creí que era mi reflejo, que una mala jugada de la luna transformaba el cristal en un espejo. Pronto me di cuenta de mi error: Alondra llevaba puesta la falda y el suéter

que me había quitado al llegar. Paso a paso me deslicé hasta la vitrina y me detuve frente a Alondra, ante mí. Al verla, sentí que me veía a mí misma: las dos igual de altas, las cejas arqueadas y pobladas, los ojos negros y dilatados. ¿Qué hacía yo ahí a esas horas? Quise abrazarme, tomarme entre las manos. Apoyé mis dedos en el cristal y Alondra apoyó los suyos. Recargué la palma de mi otra mano y ella recargó su palma. Tocándonos, como si una sutil armonía nos sincronizara, aplasté mi cuerpo en contra del cristal. Del otro lado, Alondra hizo lo mismo. Empecé a besarla, con los labios húmedos y la boca abierta. Pegada a la vitrina, moví mi lengua, di vueltas en redondo para acariciar mis dientes y encías. Yo me besaba mientras Alondra imitaba con una imposible precisión cada uno de mis movimientos. Minutos después, sin soltarme, entreabrí los ojos y distinguí cómo me observaban algunos hombres curiosos. Estaba sola, pegada al vidrio. A lo lejos, me pareció escuchar la risa del viento. En un instante, el cielo se atestó de nubes y la luna se partió en cientos de luciérnagas que se estrellaron contra el piso. Comenzó a llover.

Literatura

—Amanecí con los senos duros, como si estuvieran llenos de leche. Sí, fue así, tal y como te lo digo: algo en mi cuerpo cambió para siempre. Te digo que no lo sé. Al principio no lo identifiqué con exactitud, solo me dejé arrastrar por las sensaciones. ¿Qué otra cosa podía hacer? Cuando cayó la tarde, al salir del departamento y cerrar la puerta con llave, noté que algo iba a desencadenarse. Algo en el aire, algo en el ambiente era distinto. Como una tibia bofetada en mi mejilla o una suave llamada de atención, recibí de frente un aliento entrecortado. El viento aparecía y desaparecía, envolviendo mis tobillos y rodillas para esfumarse y volver, levantaba mi falda por arriba de los muslos o despeinaba mi cabello. El cielo abiertamente despejado era un desafiante mapa de constelaciones y estrellas. Era necesario abrazar ese cielo. Ni una sola nube enturbiaba el titilar de las estrellas. ¿Te das cuenta? Eso no era normal. Me detuve a contemplar lo redondo y luminoso de la luna. Ahí me quedé

por varios minutos sin saber qué hacer ni a dónde ir. No sé cómo ni por qué sentí que me unía a esa luna. Si tuviera que explicarlo diría que esa noche la luna me besó: sujetó mi cintura con sus brazos blancos y con sus manos frías, con sus labios fríos, me besó. Tú lo dirás: quizá fue el viento, una sensación dudosa ocasionada por tanto té de manzana y ginebra. No fue así. Los rayos de luna resbalaban por mi rostro, las estrellas parpadeantes. El viento susurraba, me advertía. Lo cierto es que esa noche se fue la luz en la ciudad y la gente se refugió en casa más temprano que de costumbre. Llegué hasta el puerto con el crujir de los grillos anunciando una próxima tormenta. Era ilógico: a pesar del cielo despejado, advertí una ligera humedad en el ambiente. Mi cuerpo, por sí solo, se abrió camino entre la penumbra de las calles con la luz de luna en la banqueta. Algo quería decirme el viento. Prevenirme, tal vez. Cuando entré a la vitrina alerté los oídos y la mirada. Todo continuaba en su sitio: el secreter, el libro, el agua de la llave, las otras mujeres detrás de su vitrina, iluminadas por la luz de las velas o de los celulares. Me deshice de la falda y


6

LA GUALDRA NO. 438

Falso nueve

Op. Cit.

Ahora que no hay futbol 6 Por Mauricio Flores*

A

hora que no hay futbol, así, como quien disimula un poco ante el atractivo de la frivolidad, de ser eso, algo frío y banal, cualquiera voltea a los entretenimientos más diversos y, entre ellos, ese cualquiera se reencuentra con sus libros acerca del futbol. Bibliografía acumulada que aumenta con un nuevo título, Falso nueve, del inglés Philip Kerr, antes autor de las novelas Mercado de invierno y La mano de Dios. Y pensar que todo iba tan bien, antes de Wuhan, claro, cuando con Leonardo Padura “creíamos que estábamos mal, y resulta que ahora estamos peor”. Apenas el gusto por el futbol se había renovado, ¿recuerdan? Los Pumas volvieron a jugar de noche en Ciudad Universitaria y contra el América. Partidazo de empate que presagiaba nuevos tiempos futboleros. De Champions y copa en Europa. Todo se torció entonces. Al Atalanta-Valencia, del 19 de febrero en el San Siro de Milán, 40 mil asistentes, pronto le llamaron “una bomba biológica”. Italia y España a la cabeza de confinados, contagiados, enfermos, muertos. Después, irremediablemente, la pandemia se trasladó a América, sus Norte y Sur los más golpeados, abajo Brasil, arriba Estados Unidos y abajito nosotros, México y la sana distancia. Nuevamente enfermedad, muerte, llanto, crisis… Cruenta pandemia que azota al mundo y que ha puesto en entredicho la totalidad de las actividades humanas. Confinados en nuestros hogares, los terrícolas presupuestamos ya cómo y en qué tiempo será el regreso. Sin bajar la guardia, siempre en el mejor de los casos, sorteando enfermedad y muerte, seguridad material y emocional. Que todo será diferente, escuchamos una y otra vez. Incluidas economía y relaciones sociales y cultura, entretenimiento y deportes. Futbol especialmente. Sana distancia, nueva normalidad, semáforos de colores y nada, nada de futbol. Bien haríamos en desterrar esa manera en la que hasta ahora funciona el futbol. Ligas dominadas por grandes firmas, sueldos y fichajes estratosféricos, primacía de cuestiones cada vez más alejadas al juego y futbolistas estrellas estrellados cotidianamente a una especie de doble realidad. Muchachitos de menos de veinte años que tras despuntar en los equipos de sus barrios, mayormente periféricos y colonizados, se observan de pronto en los escenarios más prestigiados no solo de frente al balón y la portería sino al glamur del neoliberalismo globalizado. Al brillo del dinero. Esto le sucede a futbolistas como al ficticio Jérôme Dumas, un francesito antillano que tras su éxito como falso nueve (jugador encargado de distraer a los contrarios) en el París SaintGermain será traspasado a las filas del Barcelona mediante una operación monetaria de varios ceros, pero impedida por su sorpresiva desaparición. Trama literario policiaca, sin duda alimentada de referentes constatables, que da cuerpo a la nueva novela del británico Philip

Kerr, Falso nueve, donde logra incorporar un nuevo arquetipo detectivesco, el ex futbolista Scott Manson, a la novela del género contemporánea. Por los terrenos de Carvalho No es la primera vez que en este original y cada vez más profuso canon, el de la ficción futbolera, se explota la desaparición de un famoso jugador. Lo hizo célebremente hace muchos años Manuel Vázquez Montalbán con su El delantero centro fue asesinado al atardecer, capítulo de su prolífica serie Carvalho, donde una nota anónima y amenazante parece resumir realidad y dilema de la experiencia futbolística de nuestros días (“porque vuestro delantero centro es el instrumento que utilizáis para sentiros dioses

gestores de victorias y derrotas, desde la cómoda poltrona de césares menores: el delantero centro será asesinado al atardecer”). Contratado por el club catalán en plena fiebre independentista, el detective Manson indagará en diferentes escenarios el paradero del futbolista (¿falso, verdadero?) por empobrecidos suburbios parisinos y las Antillas francesas. Tiempo también para develar los intríngulis de su devenir personal, con los sucesos de un pasado que lo llevó a la cárcel, jugar en el futbol inglés y su frustrado paso por la conducción deportiva de clubes de mediano renombre. Puesto que Manson, alguien le dijo, bien podría convertirse si se aplicara un poco más en el Mourinho negro.

Un Manson que asegura: “El futbol es, de hecho, lo más importante del mundo. Mientras la gente no lo comprenda, no seremos capaces de entender cuál es el verdadero sentido de la vida, el universo e inclusive todo lo demás. De hecho, el futbol total es el único teorema plausible. Todo lo demás fallará antes o después”. Falso nueve, un buen y entretenido acercamiento al futbol, desde la ficción policiaca, en ausencia de futbol. *** Philip Kerr, Falso nueve, Traducción García de Isusi, RBA, Barcelona, 2020, 362 pp. * @mauflos


7

29 DE JUNIO DE 2020

Manuel Felguérez, la producción artística del hombre que fumaba en pipa 6 Por Maritere Espinosa

M

anuel Felguérez originario de Valparaíso, Zacatecas realizó estudios en las escuelas de arte de la Ciudad de México donde se trasladaría su familia en 1936. De la histórica Academia de San Carlos, su formación artística siguió en la Nacional de Artes Plásticas (1948), la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” (1951), la Academia de la Grande Chaumier en París (1954 y 1959); y en la Academia Colarossi de París, Francia, donde trabaja con el escultor Ossip Zadkine, una de las mayores influencias para el artista Felguérez. A la par de su producción artística tenía una destacada actividad académica, en 1966 fue maestro invitado de la Universidad de Cornell y en 1975 fue investigador huésped de la Universidad de Harvard. Impartía la clase de Composición de la estructura del cuadro en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y desde 1977 fue investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Su primera exposición individual fue

6 Por Adolfo Nuñez J.

E

en la Galería Antonio Souza, era 1958 y para el siguiente año ya realiza un mural para un edificio de departamentos con mosaico y mármol como materiales, obra donde se observan articulaciones geométricas combinadas, destacando los materiales, pero también la propuesta estética del artista. El arte del maestro Felguérez destaca desde la pintura abstracta, tendencia artística encabezada por el ruso Vasily Kan-

dinsky, con artistas como Kazimir Malévich, Mondrian, Delaunay, Picabia entre otros; avanzaba en la experimentación plástica, si bien al inicio su propuesta no fue bien recibida ni comprendida por el público y la crítica en tanto, los artistas abstractos se esfuerzan por ser no-objetivos y norepresentativos, permitiendo al espectador interpretar el significado de cada obra de forma abierta. El arte abstracto es una

‘The vast of night’ de Andrew Patterson: La infinita soledad

/// The vast of night, una película de Andrew Patterson.

por medio de largos planos secuencia, la acción toma lugar en espacios cerrados donde los únicos objetos que hay son teléfonos, tableros de control, grabadoras y carretes de cintas, todos como un homenaje a lo análogo en tiempos de digitalización masiva. Mientras la historia va tomando lugar, en ocasiones la imagen se funde a negro y, al

igual que un programa de medianoche, lo único que se escucha es la voz de un desconocido, irrumpiendo en la transmisión y tratando de develar el profundo misterio que se esconde en las sombras. Patterson logra generar una constante tensión narrativa al ubicar la cámara en distintos lugares del pueblo, cuya inmensa

soledad solo agranda la sensación de que alguien observa desde la oscuridad. Fay y Everett se pasean por todos estos espacios para buscar respuestas, ella por una curiosidad innata y él para recabar toda la información de lo que está sucediendo para su programa de radio. Puede que lo que esté ocurriendo tenga que ver con alienígenas, con experimentos del gobierno, o con el Área 51; la verdad aguarda ahí, en lo vasto de la noche. La cinta también logra funcionar como un metarrelato que hace ecos a la paranoia postGuerra Fría representada en el programa televisivo The twilight zone, así como al misterio inquietante del filme Close encounters of the third kind (1977) de Steven Spielberg. The vast of night resulta ser una original y muy efectiva cinta que observa y ejecuta diferentes elementos de un género cinematográfico, en términos de estilos, estéticas y tradiciones. Es una película con un enorme cuidado al detalle y a la técnica, una producción de pequeña escala, pero de grandes ideas en su formalidad, cuyo principal motor es la fascinación hacia lo poco ordinario y el misterio de lo desconocido.

Cine

s principio de los años 50. En un pequeño pueblo de Nuevo México conocemos a Fay (Sierra McCormick) y a Everett (Jake Horowitz). Ella es operadora en la estación de telefonía local, mientras que él es locutor de radio en la programación nocturna de la única emisora del lugar. Una noche, mientras casi todos los habitantes del poblado se encuentran disfrutando de un partido de baloncesto, Fay nota que en una de las llamadas que atiende se cuela una extraña y enigmática interferencia, compuesta únicamente de ruidos, que instantes después suena también en el programa de Everett. Estos singulares sonidos se empiezan a colar en otras llamadas, en conexiones con otras operadoras que se interrumpen y en mensajes extraños de interlocutores que aseguran que hay algo oculto en el cielo. The vast of night (2020), ópera prima de Andrew Patterson, es una película de ciencia ficción atípica y minimalista, cuya función principal es desarrollar una creciente sensación de suspenso e incertidumbre. La puesta en escena del filme está inspirada en los programas radiofónicos de antaño, en específico en la mítica narración de La guerra de los mundos, de Orson Welles, cuya efectividad en aquel entonces provocó pánico real en los radioescuchas de todo Estados Unidos. Haciendo uso de elementos mínimos y

/// Manuel Felguérez. 1969.

In Memoriam Manuel Felguérez

“De todas las artes, la pintura abstracta es la más difícil. Exige que sepas dibujar bien, que tengas una mayor sensibilidad por la composición y los colores, y que seas un verdadero poeta. Esta última es esencial”. Wassily Kandinsky

pintura o escultura que no representa a una persona, lugar o cosa en el mundo natural, el tema de la obra se basa en lo que se ve sea color, formas, pinceladas, tamaño o la escala y en algunos casos, el proceso mismo. Para el maestro Manuel Felguérez la abstracción no solo es simplificar los objetos que representa y reducir las formas tridimensionales a áreas planas de color para eliminar detalles no esenciales de la imagen. En su visión del mundo la forma y el color se convierten en el foco y tema de la pieza, en tanto que por definición el arte abstracto si bien puede iniciar con algo real, en la representación (pintura o escultura), se extrae la esencia emocional o intelectual convirtiéndose en una compleja imagen de colores que distorsionan la representación del espacio, que simplifica las formas -incluso sin tener en cuenta reglas de la perspectiva- estas obras son esfuerzos para no imitar nada fuera de sí, no ser más que lo que son, formas de la emoción y la percepción desde los abstracto. En este sentido, la producción del maestro zacatecano Manuel Felguérez es parteaguas para la historia del arte mexicano de entre siglos en tanto, con una vasta y poderosa exhibida en el museo que lleva su nombre en la ciudad de Zacatecas, esperemos pronto se realice ahí una gran retrospectiva para admirar su propuesta estética y artística, hoy legado para todos los mexicanos.


8

LA GUALDRA NO. 438 // 29 DE JUNIO DE 2020

Manuel Felguérez: In memoriam

Desayuno en Tiffany’s, mon ku

Felguérez y el cine 6 Por Javier Ramírez

Miranda*

A

finales de 1960, Manuel Felguérez regresaba de una estancia en Washington sin un medio claro de subsistencia, aunque con un nombre como artista que iba creciendo gracias a sus exposiciones de los años recientes en diferentes galerías de la Ciudad de México, donde entra en contacto con un núcleo importante de la cultura en México. En octubre de aquel año diseña la escenografía y los vestuarios para La dama de las camelias, producida y actuada por Pina Pellicer. Entre los asistentes a esas funciones se encuentra Alejandro Jodorowsky, quien, fascinado con el trabajo de Felguérez, lo invita a colaborar con él. A lo largo de los siguientes cinco años, el artista zacatecano diseña vestuarios y escenografías para diferentes proyectos del dramaturgo chileno, y lo hace con gran libertad, desarrollando una obra en torno a lo plástico y lo abstracto, antes que ilustrando las obras. Al tiempo que realiza este trabajo escénico, su obra plástica se van consolidando. Son años de gran confrontación entre los herederos del nacionalismo mexicano y una nueva generación conocida como “La ruptura”, en concursos, salones y publicaciones y que ha sido sintetizada como el enfrentamiento entre figurativos y no figurativos, siendo Felguérez uno de los principales representantes de este segundo grupo. Es también la época de una profunda crisis en el cine mexicano y ese mismo grupo, identificado también como la generación del Medio siglo, se vuelve fundamental en el intento de renovación. En 1964 Juan José Gurrola filma una adaptación de Tajimara, el cuento de Juan García Ponce, y Felguérez es invitado a participar en el diseño de la escenografía. La cinta narra la relación conflictiva entre varias parejas, una

6 Por Edgar Khonde

N

os detuvimos y teníamos ante sí un enorme pájaro ataviado de colores retratado en un muro que no tenía razón: estaba en medio del terreno, un campo largo verde y amarillo. Podría cantar, si quisiera, le dije. Lo sé, respondió. Sacó su Canon Eos Rebel T2. Antes de tirar la toma, oteó hacia ambos lados, como si temiera ser descubierta. Disparó 3 o 4 veces más. Lo tengo, dijo mientras guardaba la Canon. Continuamos pedaleando y nos encontramos con otro muro, que tenía una mano de aproximadamente dos metros pintada al estilo de la anterior. Hubo un par de disparos. Antes de continuar el trayecto le dije que eran pistas, pero que quizá estaban dirigidas a alguien más. Pensé eso porque no era posible que hubieran sido pintadas ayer

/// Obra de Manuel Felguérez en la película La montaña sagrada, de Jodorowsky

de ellas de pintores que viven en un pueblo imaginario llamado Tajimara, la casa de los pintores es un espacio clave, entre cuadros, bastidores y pinceles, suceden algunas de las escenas más importantes del filme, al lado de caballetes y mesas de trabajo, se desarrolla una gran fiesta, crucial en el argumento. Los cuadros en las paredes son obras abstractas seguramente de la autoría de Fernando García Ponce, Lilia Carrillo y él mismo. La pintura aparece así misma en una escena filmada en el recientemente inaugurado Museo de Arte

Moderno en Chapultepec. El trabajo del pintor, quien aparece a cuadro en la película, resultó muy importante en esta cinta emblemática para su generación. En 1972, Felguérez vuelve a colaborar con Jodorowsky, esta vez en el cine. Para La montaña sagrada, el pintor diseñó una serie de objetos escultóricos que ayudaban a narrar una historia fuertemente poética, que funcionaba como una suerte de laberinto, y que le sirvió de pretexto para desarrollar con libertad su trabajo en una forma que desborda al propio relato.

Este trabajo le dejó piezas que siguió desarrollando en los siguientes años en la serie “La máquina estética”. Como en el teatro, en sus experiencias fílmicas, Felguérez pudo ampliar los límites expresivos de su trabajo plástico y enriqueció las películas en las que participó, pero también enriqueció su obra plástica y escultórica mientras experimentaba a través del cine. *Profesor de tiempo completo en la ENES Morelia-UNAM.

Lista de objetos encontrados 4 o esa misma mañana. Para ella fue más sencilla la solución: son mías porque yo las encontré. No era que precisamente las hubiera encontrado, en dado caso las estaba robando, aunque carecieran de propietario, porque si habían sido dispuestas anónimamente al azar, resultaba claro que de ninguna forma reclamaban la propiedad de nadie. Hubo más grafitis a lo largo de la ruta, más disparos y más misterios. Para cuando regresamos a casa la curiosidad me ganaba, quería ver todas las imágenes juntas, podían ser un códice al estilo de Nazca; aunque era poco probable ello, prefería pensar en las imposibilidades. Pero Sarah dijo que si había algún mensaje

lo descubriría ella misma. No insistí porque supe que hablaba en serio, ni me volteó a ver cuando se negó. En la noche soñé con el pájaro. El ave me hablaba y me decía que la ruta marcaba el mapa de un tesoro enterrado durante la Revolución. Me explicaba, pero no alcancé a entender la manera en que debería ser resuelto el enigma. Apenas desperté, la desperté a ella, relaté el sueño y le insistí en ver la Canon. Me tomó por la cara, me besó, se levantó al baño, regresó y dijo que no había entendido nada, pero que ni me esperanzara, no iba a ver las tomas. Bueno, me dije, puedo ir a verlas en directo. Lo que pasó fue que nunca las volví a encontrar; fui uno, dos, tres

días, los muros habían desaparecido y Sarah se negaba a enseñarme las imágenes. Un día cogí la Canon para hacerle una toma a un ratón que se había escabullido dentro de la casa, disparé y no pasó nada. Revisé la cámara y me di cuenta que no funcionaba. Por la noche le pregunté cuándo se había descompuesto, ella respondió que nunca había servido, que era un objeto decorativo. Traté de recordar si yo alguna vez había visto una imagen de ese artefacto y concluí que nunca. Le pregunté entonces si los muros existieron y dijo que sí, que para ella y para mí habían existido, pero que para nadie más. No entendí nada, pero aun así la abracé.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.