La Gualdra 481

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SUPLEMENTO CULTURAL

NO. 481 /// 31 DE MAYO DE 2021 /// AÑO 10

DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Grabado de Pablo O’Higgins, fundador de la Sección de Artes Plásticas de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios y del Taller de Gráfica Popular.

“En consecuencia con el avance del fascismo de la época, el organismo se proponía unir a la intelectualidad del país para enfrentarlo, bajo el entendido del carácter revolucionario que debería de tener todo artista. Un pilar de organización de la LEAR fue la presencia de delegados mexicanos en las diferentes reuniones de artistas e intelectuales antifascistas que se realizaron en diferentes ciudades del mundo, destacando el efectuado en Valencia, en 1937. La defensa de la República Española fue también un eje de actuación del colectivo”. Mauricio Flores

[Última parte de “El movimiento cultural mexicano: años veinte a cuarenta”, en páginas centrales]


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LA GUALDRA NO. 481 /// 31 DE MAYO DE 2021 /// AÑO 10

La Gualdra No. 481

Editorial El mes de febrero pasado decía en este mismo espacio que el poco interés por la cultura y las artes que manifiesta la mayoría de nuestros políticos es de todos conocido, pero que en plena época electoral se hacía más que evidente. No me equivoqué. El próximo domingo 6 de junio se votará para elegir a quien será titular del ejecutivo, y a quienes serán nuestros diputados y presidentes municipales. Después de semanas y semanas de campaña, el balance en cuanto a los discursos es el imaginado hace meses, cuando la contienda electoral comenzaba: hubo muy pocas menciones a lo relacionado con el ámbito de la cultura y cuando esto sucedió, nos quedamos con la impresión de que no se decía nada nuevo -y mire que estuvimos dando seguimiento a los discursos de la mayoría de los candidatos-. Resulta preocupante, sí, pero no sorpresivo; desafortunadamente estos temas parecen interesarnos solo a quienes de alguna manera u otra estamos involucrados por ser espectadores, consumidores, investigadores, gestores o creadores. Sin embargo, como que a una gran parte de la población no le queda claro del todo que la existencia o no de las actividades culturales, de difusión, promoción y formación artística afectan a toda la población y no solo a unos cuantos. Los candidatos, todos, cumplieron con hablar esporádicamente de lo que planean hacer en caso de que resulten ganadores, como si de una cuota de buenas intenciones se tratara; me imagino a los equipos de campaña diciendo algo así como “Que no se nos olvide hablar de cultura, ya ven que hay un sector que suele hacerse muy visible cuando sus necesidades no son escuchadas. Hay que atenderlos, organizar encuentros y difundir lo acordado con ellos como un compromiso de campaña; apapachémoslos”. Lo mismo de siempre, ¿no? En este momento vienen a mi mente por lo menos las últimas 3 campañas a la gubernatura y no veo gran diferencia en cuanto a los métodos, mensajes y formas de operación. En donde sí hay grandes diferencias es en los últimos tres titulares del Instituto Zacatecano de Cultura; de eso no hay duda y cada quien deberá sacar sus conclusiones. En lo que también hay una gran di-

ferencia es en los modos de operación de los artistas y los colectivos que -en algunas ocasiones- han conformado los últimos tres sexenios. Quienes sí se han adaptado a los cambios son ellos, porque no quedaba de otra; tuvieron que aprender a organizarse de manera distinta, a trabajar de manera colaborativa, a entender que los apoyos gubernamentales además de inciertos son agotables y cada vez son menos. Los sistemáticos recortes presupuestales han obligado a algunos de los integrantes de este sector a capacitarse en la elaboración de proyectos, a idear nuevas formas de establecer contacto con los nuevos -y no tan nuevos- públicos, con los funcionarios y con los destinatarios potenciales de todo lo que hacen. Quienes más interés le han puesto a la capacitación para enfrentar esta nueva realidad son quienes menos se vieron, por ejemplo, en las publicaciones de las campañas; se dedicaron a hacer lo que saben hacer y se enfocaron en aprender más porque son conscientes de que, gane quien gane, seguirán luchando para vivir dignamente de su trabajo. Me preguntaron muchas veces durante esta temporada cuál consideraba que era la mejor opción. La respuesta fue la misma: independientemente de quién gane y de quién sea el nuevo titular de cultura en nuestro Estado, quienes nos dedicamos a esto seguiremos haciéndolo con la misma dedicación que lo hemos hecho hasta ahora. Tal vez sea tiempo de volver la mirada no a los titulares, sino a los que hacen fuerte este sector: a los artistas. La mejor opción es que se logren articular esfuerzos para trabajar juntos a favor de la mejora de sus condiciones laborales, de su profesionalización e independencia. La relación con las instituciones dependerá del diálogo y el sentido colaborativo que pueda establecerse entre los involucrados y yo confío en que esta relación será buena y saludable por el bien de Zacatecas. Por lo pronto, salgamos a votar el próximo 6 de junio, con la confianza de que nuestro voto cuenta y que la decisión de la mayoría será respetada. Que disfrute su lectura.

Directorio

Contenido Los anacrónicos [La movilización en Colombia] Por Jorge Armando Sará Marrugo

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El movimiento cultural mexicano: años veinte a cuarenta [Última parte] Por Mauricio Flores

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Ella entró por la ventana del baño Por Miguel Ángel de Ávila González

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Las agrupaciones literarias en la construcción de México [Primera parte] Por Adán Echeverría

7

Desayuno en Tiffany’s, mon ku El hijo [The son]: película iraní en el Festival de Cine de Moscú Por Carlos Belmonte Grey

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Mujer de vitrina Por Pilar Alba

Jánea Estrada Lazarín lagualdra@hotmail.com

Carmen Lira Saade Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com Roberto Castruita Diseño Editorial

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com


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Los anacrónicos [La movilización en Colombia] 6 Por Jorge Armando Sará

Marrugo*

/// Jóvenes del Colegio Mayor de Bolívar en Cartagena toman escenarios públicos para alzar su voz a través del arte y hacer valer sus derechos.

actos teatrales, expresiones artísticas y prácticas culturales en lugares representativos o de significación social para que la convocatoria provoque y genere cambios. Es en este punto que la movilización adquiere su carácter de consenso que cobija los deseos y críticas de una parte representativa de la ciudadanía.

La movilización en Colombia ha sido una oportunidad para cuestionar una diversidad de aspectos de la sociedad y la institucionalidad. Más allá de la reforma tributaria o el desconocimiento del precio de una docena de huevos por parte del exministro de hacienda, lo que hay en las calles es un conjunto de voces que al unísono piden un cambio de rumbo.

Después de veinte años de hegemonía directa o indirecta de Álvaro Uribe Vélez en el escenario político, una nueva generación levanta su voz reclamando un presente digno. Aunque no hay claridad sobre cuál será el desenvolvimiento de este descontento todo parece indicar que se aproxima un cambio. Sin embargo, no es menos cierto que este tipo de procesos ha sido utilizado en el pasado para reproducir las típicas oscilaciones entre los partidos o las élites familiares. Lo particular de esta coyuntura es que el partidismo ya no es representativo y la ciudadanía tiene un poco más de consciencia de los linajes políticos que han ocupado los poderes del estado en forma aristocrática y clientelar. El uribismo recurrió en las elecciones pasadas a un novato desconocido para vender una imagen agradable de su proyecto, pero no hay indicio más sospechoso de anacronismo en el ámbito político que la presentación de una figura “joven” para representar ideas nuevas. Hoy las calles están llenas de juventud reclamando los aspectos más elementales de una ciudadanía digna, y el gobierno no ha encontrado un modo distinto al de la represión para resolver el inconformismo. En ese sentido, lo que está en cuestión son las viejas formas de lo político, el militarismo en las relaciones del estado con la sociedad civil y la permanencia de los viejos dinosaurios del establecimiento uribista. La protesta social de la ciudadanía nos demuestra que aún quedan raíces democráticas a pesar de los 20 años del uribato. * Colombiano. Doctor en Historia por la UAZ. Profesor universitario, actualmente vive en Cartagena de Indias y labora en la Institución Tecnológica Colegio Mayor de Bolívar.

Arte y Sociedad

A

la materialidad de las necesidades sociales, el inconformismo político o algún hecho coyuntural de indignación que justifican, por lo regular, las protestas sociales, pareciera que existiera desde hace un tiempo un deseo por redefinir o por lo menos cuestionar ciertos aspectos representativos de lo nacional. Algunos monumentos históricos han sido tomados por manifestantes para dejar un mensaje o reclamo. Figuras de conquistadores, próceres de la independencia, efigies de científicos, entre otros, han sido resignificados o simplemente derribados en distintos puntos de la geografía mundial. Por ejemplo, la escenificación centenaria en nuestros países latinoamericanos que sirvió en su momento para construir una idea colectiva de pertenencia con un pasado heroico, y así fortalecer los lazos nacionales entre ciudadanos heterogéneos recién reconocidos, parece estar perdiendo vigencia cultural. Y es que a través de esa iconografía pública de las ciudades muchos reconocen los sesgos e identifican los vacíos de la memoria que dejaron aquellos consensos ideológicos y políticos. Los otros actores con colores, géneros y regiones diversas quedaron en la periferia de los escenarios y discursos públicos, sobreviviendo en ocasiones a través de fragmentos de documentos, la oralidad y prácticas locales que han trascendido. Hoy la historia oficial es discutida en la efervescencia del espacio público motivada por una nueva voluntad de poder. Tal vez esto sea una forma de expresar los inconformismos de siempre, pero constituye igualmente un mecanismo de los manifestantes para dejar sus propias huellas y contra monumentos del conflicto social contemporáneo. Las disputas postergadas en el pasado regresan en formas insospechadas y en momentos inesperados; y no hay ocasión más propicia para su emergencia que una coyuntura de hartazgo generalizado contra los anacrónicos. Las protestas sociales son una movilización de símbolos que intentan comunicar en un lenguaje emocional, racional e instintivo las distintas motivaciones de la indignación. Y eso es así debido a que el espacio público está cargado de escenarios y relatos que dan cuenta de un orden del cual muchos dicen pertenecer. Romper esa tranquilidad social que generan las representaciones de la memoria a través de la protesta, aunque sean justas sus motivaciones, no es una tarea sencilla. Por ello, el lenguaje de la misma tiende a recurrir a formas reconocidas por los demás para que el acto de comunicación sea efectivo. En ese sentido, las tomas callejeras están llenas de música, colores, danzas


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Op. Cit.

El movimiento cultural mexicano: años veinte a cuarenta [Ultima parte] 6 Por Mauricio Flores* Instituciones Conforme el siglo XX avanzó y la Revolución Mexicana comenzó a diluirse en el pasado y la historia, el país fue escenario del surgimiento de instituciones culturales; ya al amparo de la sociedad o desde la paternidad del Estado, y que en mucho contribuyeron a la recreación de un movimiento de creadores. Fue en septiembre de 1934 cuando el Estado mexicano dispuso la creación de un organismo, el Fondo de Cultura Económica, cuyo “objeto es propagar en México la cultura económica, publicando y vendiendo libros de autores mexicanos y extranjeros”. Una decisión en apariencia burocrática, pero que al cabo de los años signó el derrotero de buena parte de la cultura de las décadas siguientes, y hasta nuestros días. Con la casa editora, México tuvo una herramienta de excelencia para la generación del arte y la ciencia, la filosofía y el pensamiento en general, proyectándolo asimismo al mundo. En el FCE se editaron, por primera vez en castellano, obras de autores clásicos de la ciencia política, la sociología y la filosofía. Fue esta misma editorial que puso en circulación El Capital, de Karl Marx, traducido del alemán por el maestro Wenceslao Roces, proveniente del éxodo de españoles al término de la República, quien también divulgó obra de Engels y Dilthey. Nueve años después, también a instancia estatal, abrió sus puertas el Colegio Nacional, cuyo primer director fue Alejandro Gómez Arias, y donde concurrieron (lo hacen todavía) las personalidades más significativas de las ciencias y las artes. “Reunir a los hombres más destacados de mi patria es un acto de unidad que al propio tiempo dimana optimismo en medio de las tinieblas —enfatizó en la ceremonia de apertura Gómez Arias—. Parece ser como si del cuerpo augusto de la Patria surgiera la vida misma, un arranque de fe renovada y un nuevo hálito de esperanza. No todo es obscuro ni gris; existen hombres superiores a quienes México tiene gratitud por lo que a México han dado y por lo que han hecho por México; parece que el reunir a estos hombres ha sido obra de milagro. El Colegio Nacional, su obra, no podrá medirse desde ahora, por la modestia con que nace, pero se le apreciará a distancia, en la perspectiva”.1 LEAR, TGP Uno de los organismos más activos en la década de los 30 fue la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR). Sus actividades se prologaron por cinco años y a iniciativa del artista plástico Leopoldo Méndez. Se cuenta que en sus reuniones inaugurales confluyeron artistas e intelectuales de izquierda, varios pertenecientes al Partido

/// Silvestre Revueltas. Foto de @historiachiqui

Comunista Mexicano, como Juan de la Cabada, Pablo O´Higgins, Luis Arenal, Xavier Guerrero, Ermilo Abreu Gómez, Alfredo Zalce y Santos Balmori. Paulatinamente el organismo fue creciendo en organización y representatividad, recibiendo a creadores de diversas disciplinas: José Chávez Morado, Raúl Anguiano, Silvestre Revueltas, Blas Galindo, José Pablo Moncayo, José Mancisidor, Germán List Arzubide, Octavio Paz y Gabriel Figueroa… En consecuencia con el avance del fascismo de la época, el organismo se proponía unir a la intelectualidad del país para enfrentarlo, bajo el entendido del carácter revolucionario que debería de tener todo artista. Un pilar de organización de la LEAR fue la presencia de delegados mexicanos en las diferentes reuniones de artistas e intelectuales antifascistas que se realizaron en diferentes ciudades del mundo, destacando el efectuado en Valencia, en 1937. La defensa de la República Española fue también un eje de actuación del colectivo. Como una escisión de la LEAR, a principios del mismo 37 comenzó sus actividades el Taller de Gráfica Popular (TGP), encabezado por Méndez, O´Higgins y Luis Arenal. El canon artístico fue la recuperación del grabado mexicano del siglo XIX. Poblado de artistas comunistas, así como la misma LEAR, el TGP “no nació en un momento de descomposición” de la primera, sostiene Humberto Musacchio. “Por el

contrario —enfatiza—. En abril de 1937 la Liga estaba en su punto más alto en cuanto a número de miembros, proyección social y presencia nacional e internacional. Contra lo que declaró (Raúl) Anguiano, la creación del Taller tampoco se debió a que la Liga hubiera adoptado “tintes oportunistas” ni a que fuera “ligándose en cierta forma al régimen en turno”. Conforme avanzaba el sexenio de Lázaro Cárdenas, el Partido Comunista, lo mismo que las organizaciones obreras y campesinas, iban “ligándose en cierta forma” o, más precisamente, en muchas formas al gobierno. La Liga también, porque la dirigían militantes del PCM y muchos miembros de ese partido trabajaban para el gobierno. Ese era el caso del Taller de Gráfica y sus miembros no manifestaron en esos años discrepancia alguna con la línea del PC, que era entonces su partido”.2 Activo hasta la fecha, el TGP confirma la vigencia del arte “al servicio de las más diversas causas” y contradice la teoría de que el arte tiene su fin “en sí mismo”. “En medio de precariedades sin cuento, con ayuda oficial escasa, la organización ha sobrevivido pese los virulentos pleitos de sus miembros y a la petulante incomprensión del medio artístico. De crisis en crisis, pasando de uno a otro domicilio y con notorios altibajos de orden estético, el Taller de Gráfica Popular sigue en pie y es la institución de su tipo más antigua del mundo, lo que no es poca cosa, pero es también la casa

que bajo cualquier condición ha sabido hacerle honor a su segundo apellido y mantenerse como un centro de creadores que está orgullosa e irrenunciablemente al servicio de su pueblo”.3 Exilio español Imposible dejar del lado las aportaciones culturales y éticas que los integrantes del llamado Exilio Español dejaron en México, a partir de finales de los años treinta del siglo XX. La imposible “conservación de los esquemas republicanos”, la “desigual batalla” del pueblo español y el avance de la barbarie planetaria, tuvieron una respuesta ejemplar en nuestras tierras. Pueblo y gobierno mexicanos, encabezados ambos por el presidente Lázaro Cárdenas, abrieron las puertas a cientos de ciudadanos españoles a fin de que continuaran sus desarrollos personales y colectivos. Los transterrados españoles tuvieron aquí “una paz solo amargada en la evocación de la patria lejana sumida en una larga noche de dictadura, en la que quienes allá quedaron sufrieron encarcelamientos, condenas de muerte y múltiples atropellos”, recuerda Francisco Martínez de la Vega. “Entre nosotros trabajaron, sufrieron y gozaron. Y la tierra mexicana guarda los restos de muchos de ellos pero es, al mismo tiempo, asiento definitivo de los hijos que son ya plenamente mexicanos, miembros de nuestra comunidad y donde no pocos


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Música La nueva identidad nacional tuvo en las expresiones creativas musicales una justa correspondencia. Rompimiento y búsqueda fueron su constante, desde la creación de la Orquesta Sinfónica Nacional (1929) hasta la consolidación de un listado de autores e intérpretes reconocidos internacionalmente, y que tiene en Carlos Chávez, José Pablo Moncayo, Blas Galindo, Daniel Ayala y Silvestre Revueltas sus mejores ejemplos. (Imposible olvidar además el compromiso social emprendido por Revueltas, impulsador de instituciones y acciones dentro y fuera del país). “Brillo, color, exuberancia, imaginación caracterizan su obra escrita, en su totalidad —prácticamente—, durante los diez últimos años de su vida. Mezcla asombrosa de conocimiento, intuición y expresividad”, pondera José Antonio Alcaraz, y compara: “Situado por temperamento y naturaleza en las antípodas de Chávez, a la par de este, Revueltas edifica los fundamentos de la tarea musical creativa para México, con gozosa expansividad, mientras Chávez opta por el rigor y la disciplina. En apariencia la situación se polariza, pero la realidad resulta muy distinta pues los músicos que reciben

hasta su disolución. Ver primera, segunda y tercera parte de este artículo en: https://ljz.mx/2021/05/10/ el-movimiento-cultural-mexicano-anosveinte-a-cuarenta-primer-parte/, https://ljz. mx/2021/05/18/el-movimiento-cultural-mexicano-anos-veinte-a-cuarenta-segunda-parte/, y https://ljz.mx/2021/05/24/el-movimiento-cultural-mexicano-anos-veinte-a-cuarenta-terceraparte/

la influencia de Chávez y Revueltas —en muchos casos como producto de haber estudiado directamente con ellos— efectúan una síntesis de ambas situaciones y las tendencias que de ello derivan”.7 Ninguna pluma como la de su hermano, José, para describir la grandiosidad artística y humana de Silvestre: “Silvestre nació absuelto porque previamente ya era un ser condenado sin remedio. El era la condenación misma, su propio cuerpo del delito, la condenación en estado de gracia concebida sin pecado original, definitiva y pura, y no había nada que absolver más allá del hecho justísimo y aterrador de ser Silvestre el condenado, de estar condenado a ser Silvestre. Porque, en suma, Silvestre no es nada, sino una predestinación consumándose día con día, un compromiso adquirido desde antes, la fidelidad al pacto de autoelegirse únicamente en una sola forma, con exclusión de cualquier otra, y no ser sino aquello que era, pues de lo contrario desertaba de Silvestre, huía de su condenación de la única a través de la cual podía ejercer el oficio del espíritu, que no era el de la música, claro está, sino por el contrario, del que la música era un simple instrumento, como pudiera haberlo sido la santidad o el crimen. Es decir, porque solamente puede ejercerse el espíritu en su condición de esa voluntad libre que elige lo que le está predestinado, y que se transforma en una voluntad superior, entonces, cuando elige conscientemente solo aquello, y únicamente aquello, para lo que a su vez está elegida. En esto radica la suprema intrepidez, el dolor y la valentía, la soledad desorbitada y promisora, de este ser tan lleno de las más humanas y nobles impurezas, de este pedazo de violencia corporal, y este existir apasionado, al que damos, a falta de otras palabras, el nombre de Silvestre Revueltas”.8 Involuntario autorretrato, escribió José Emilio Pacheco,9 a partir de la mirada del hermano muerto (Yo me arrojo a los pies de Silvestre y hundo mi rostro entre ellos. Son unos pies calientes, unos pies que arden y me queman los labios como una llama, en este abrumador in-

cendio de su muerte), y desde la convicción de la lucha por un mundo mejor. Final Al momento de realizar un balance del movimiento cultural mexicano entre los años veinte y cuarenta, no es posible soslayar al menos los siguientes aspectos: • El impulso que el movimiento revolucionario generó en todos los aspectos de la vida de los mexicanos, y que, al mismo tiempo, • hizo posible el reconocimiento y la generación de país multilingüe, multiétnico y multicultural.10 • La recepción de manifestaciones de otras partes del mundo y su integración a lo nacional. • La promoción de la cultura desde el naciente Estado, hecho inobjetable a la fecha, y sus consiguientes políticas, entre las que destaca la educativa encabezada por la Presidencia de Lázaro Cárdenas (1934-1940), como también sus apertura y solidaridad brindadas a quienes por esos años sufrían en carne propia los horrores del avance del fascismo en el mundo. • El vínculo entre los creadores y el compromiso social, incluso al margen y a contracorriente de las organizaciones formales. • La consolidación de instituciones que, al paso de los años, no solo han mantenido su compromiso con los actores de la cultura y la difusión sino que han representado espacios de prácticas democráticas.

1 www.colegionacional.org.mx Humberto Musacchio, El Taller de Gráfica Popular, FCE, México, 2007, p. 44. 3 Ibidem, p. 39. 4 Ver: El exilio español en México (1939-1982), FCE, México, 1982, p. 11. 5 De acuerdo a Silvio Zavala, la Casa de España “era una creación mexicana para acoger a estos emigrados y muy pronto allí siente usted la presencia mexicana y los propios directivos mexicanos la transforman en Colegio de México y 2

* Periodista y promotor cultural. Egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde estudió Ciencias Políticas y Administración Pública.

la cambian. ¿Por qué? Porque ya había concluido el fenómeno inmediato de la emigración y se pensaba que debía ser un trabajo permanente y propio del país que lo sustentaba”. En: El exilio español en México…, p. 909. 6 www.colmex.mx 7 José Antonio Alcaraz, en Introducción a la cultura artística de México…, p. 41. 8 José Revueltas, “Apuntes para una semblanza de Silvestre Revueltas”, en: Las evocaciones requeridas (Memorias, diarios, correspondencias), Era, México, 1987, Tomo II, p. 287. 9 José Emilio Pacheco, “Revueltas y el árbol del oro”, En: José Revueltas, Las evocaciones requeridas…, Tomo I, p. 17. 10 “Esta nación conflictiva descubrió todos los estratos de su riquísima cultura, luchó cuerpo a cuerpo con todas las contradicciones heredadas y señaló ahora la aparición de una nueva sociedad hispanoamericana, solo moderna si primero era capaz de cobrar conciencia de sí misma, sin excluir ningún aspecto de su cultura —escribe Carlos Fuentes—. La revolución en México reveló esta realidad cultural. Pero las exigencias inmediatas y a menudo confusas de la política nacional e internacional habrían de relegarla, constantemente, a la oscuridad. La mirada de nuestra modernidad pronto fue la distancia entre nuestra fragmentación política y nuestra unidad cultural. Y la pregunta que nos dirigió el tiempo fue la de saber si podíamos identificar a ambas, política y cultura, haciéndolas cada vez más auténticas, más completas y más constantes con nuestra realidad más profunda. Las sucesivas crisis del mundo hispánico a lo largo del siglo XX serían un desafío, aproximándonos a veces, pero a veces separándonos, lamentablemente, de este

Colabora en Milenio y otros medios nacionales. Fue miembro del Partido Comunista Mexicano desde 1978 y

ideal”. Carlos Fuentes, El espejo enterrado, FCE, México, 1992, p. 202.

La cultura nacional y sus protagonistas observaría posteriormente nuevos derroteros, en muchas ocasiones encabezados por colectivos y personas vinculados a una sociedad cada vez más consciente y activa, y en la apuesta permanente por la transformación.

Op. Cit.

han alcanzado logros brillantes en la enseñanza, en el ejercicio de distintas profesiones y en las diversas expresiones artísticas a los que los llevó su vocación. Libres, dignos, esos hijos de los refugiados son ya definitivamente nuestros sin que por ello dejen de evocar la tierra de sus mayores”.4 El Ateneo Español de México y la Casa de España,5 son ejemplos de instituciones creadas ex profeso para la libre recreación del pensamiento y la creación. Al grado que la segunda, fue el antecedente del Colegio de México. Fundado el 16 de octubre de 1940, el Colegio de México ha mantenido ininterrumpidamente sus labores, “convirtiéndose en uno de los centros de investigación y docencia más destacadas en el mundo hispánico, por lo cual ha recibido numerosos reconocimientos. En 2001, el Colegio fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales, por la excelencia y prestigio adquiridos a lo largo de los años [...]. Si la figura de Lázaro Cárdenas dominó los orígenes, la gestión del proyecto cultural se debió a dos grandes hombres de letras mexicanos, que lo presidieron de manera sucesiva: Alfonso Reyes y Daniel Cosío Villegas. Ellos dirigieron La Casa y pusieron los cimientos del Colegio que hoy conocemos.6


Libros

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Ella entró por la ventana del baño

6 Por Miguel Ángel de Ávila

González

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a novela que adopta al narcotráfico como tema ha prosperados desde que Felipe Calderón unilateralmente, para legitimarse, sin consultar a nadie, le declaró la guerra en 2006. La violencia, el olor a pólvora, la sangre, las complicidades entre el crimen a gran escala y el poder político son materiales con los que se puede montar cualquier argumento. No hay nada que inventar. La realidad provee el material necesario y suficiente. De modo que el narcotráfico ha ocupado la novela con la misma determinación con la que se ha instalado en las preferencias de los lectores México. Se diría que es un asunto ineludible para los narradores que se sienten atraídos por la historia inmediata. Anteriormente se consideraba al policiaco como un género menor, pero ahora se ha instalado como favorito, porque se trata de un género social y es un registro muy aproximado de la realidad. Indudablemente el escritor sinaloense Élmer Mendoza ha llevado este género a su máxima expresión. En su más reciente (la sexta) novela Ella entró por la ventana del baño, irrumpe de nueva cuenta el Zurdo Mendieta, encarnación del policía que se mueve con gran habilidad lo mismo en el mundo de la ley que en el del crimen organizado. En esta novela se construyen escenarios donde resulta difícil distinguir la naturaleza de los actos humanos. Habremos de recordar que en Besar al detective (2016) le salvó la vida -cargándola en sus brazos- a Samantha Valdés; es así que en esta historia nuevamente vuelve a echar mano del Cártel del Pacífico por su conducto, porque en este caso concreto coinciden en sus propósitos. Ella entró por la ventana del baño es una historia que combina la violenta caza de un Sebastián Salcido, alias el Siciliano, narcotraficante asesino, con una historia de amor, deseo y nostalgia. El empresario Ricardo Favela, de 86 años de edad, en su lecho de muerte, con una enfermedad terminal, le pide al Zurdo Mendieta que localice a una mujer enigmática con la que tuvo una intensa historia de amor hace ya veinte años y de la que no sabe ni su nombre. En paralelo, Mendieta tendrá que enfrentarse a un narcotraficante, mencionado, que nada más hubo salido de la cárcel asesina al comisario de la policía que logró encarcelarlo. La narración nos muestra los extremadamente violentos enfrentamientos y acciones que deben producirse para poder detener a alguien que no duda en acribillar a sus adversarios. La ferocidad de los enfrentamientos armados es de tal magnitud, que muchos inocentes mueren (son los inevitables daños colaterales

/// Élmer Mendoza durante la presentación de su libro en la FENALIZ, el pasado 22 de mayo.

que en el momento oportuno anticipó Felipe Calderón), incluso a los heridos les dan el tiro de gracia. Élmer Mendoza concretiza una narración en la que pasaremos del amor al odio, de la pasión a la violencia asesina, en un juego que engancha; parece imposible que en medio de una situación tan dañada, se puedan dar grandes historias de amor, entre la violencia y la muerte. Es una estupenda novela que trata del amor y la muerte en sus extremos más ardientes. El detective tendrá que navegar entre las más tormentosas pasiones humanas, para intentar que las mismas no devoren el mundo. Todo esto combinado con el horror, el amor y el humor negro.

Ella entró por la ventana del baño es una novela que puede servir para volver a preguntarnos qué tanto depende la literatura de la realidad inmediata y, sobre todo, los vínculos entre el deseo de contar historias y la fascinación por la violencia. *** Élmer Mendoza, Ella entró por la ventana del baño, primera edición, Alfaguara, México, 2021. “Élmer Mendoza (Culiacán, Sinaloa, 1949) es catedrático de literatura en la Universidad Autónoma de Sinaloa, miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua y del Colegio de Sinaloa. Actualmente pertenece al Sistema Nacional

de Creadores de Arte. Es un apasionado formador de novelistas y un comprometido promotor de la lectura. De 1978 a 1995 publicó cinco volúmenes de cuentos y dos de crónicas, y en 1999 su primera novela, Un asesino solitario (Tusquets, 1999), que de inmediato lo situó, a juicio del crítico mexicano Federico Campbell, como «el primer narrador que recoge con acierto el efecto de la cultura del narcotráfico en nuestro país». Con El amante de Janis Joplin (Tusquets, 2001) obtuvo el XVII Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares y con Efecto Tequila (Tusquets, 2004) fue finalista en 2005 del Premio Dashiell Hammett. En 2006 apareció su cuarta novela, Cóbraselo caro (Tusquets, 2005), y en 2008, Balas de plata (Tusquets, 2008), merecedora por unanimidad del III Premio Tusquets Editores de Novela, que lo consagró como escritor de primera fila en el panorama de la novela hispánica. Después La prueba del ácido, publicada en 2010, Nombre de perro, en 2012 (ambas por Tusquets), Besar al detective (Literatura Random House, 2015) y Asesinato en el parque Sinaloa fueron protagonizadas por el detective Edgar «el Zurdo» Mendieta, del cual continúa la saga. Élmer Mendoza retrata en la saga un país de la mano del singular detective que ha traspasado fronteras y es conocido ya en diez idiomas. Su novela No todos los besos son iguales, es juvenil y fue publicada en 2019 por Alfaguara”. VF AGENCIA LITERARIA https://www.vfagencialiteraria.com/ elmer-mendoza


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Las agrupaciones literarias en la construcción de México Historia

[Primera parte]

6 Por Adán Echeverría

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ara hablar de la literatura creada en México, no solamente importan los autores y sus obras, sino también será necesario situarlos en las relaciones existentes con otros personajes de la época que les tocó vivir. En un México cuya lucha por la Independencia de la corona española duró un período de 11 años (16 de septiembre de 1810 a 27 de septiembre de 1821), el ser y sentirnos mexicanos sigue siendo un tema de discusión derivado de la amplia diversidad de los pueblos originarios, sus civilizaciones, su cultura, y el mestizaje imperante que se produjo de la mezcla con la sangre europea, africana, y asiática de multiplicidad de sincretismos que derivaron de ella, sin dejar de reconocer la influencia neocristiana mayormente de índole católico. Para este 2021 apenas vamos a cumplir los primeros 200 años de fundación como país. Somos un país joven con respecto a Europa, India, Asia. En estos 200 años de vida independiente nuestro país estuvo sitiado por varios conflictos bélicos en los que luchaba por ser reconocido como un país libre e independiente, y por entender el significado de ser mexicano que le brindara cohesión cultural al país. No fue sino hasta el final del Segundo Imperio Mexicano que el presidente Juárez recapacitó en la necesidad de que fuera la lengua española (el castellano) la que debiera servir para brindarnos parte de nuestra unión como pueblo. Nuestros escritores nacidos o radicados en México han surgido de ese encuentro de culturas, han copiado las formas europeas, han intentado en sus letras reconocer los mexicanismos imperantes producto del apropio de algunas lenguas mexicanas distintas al español, así como narrar muchas de las costumbres en sus regiones, ciudades, pueblos y villas, representando la urbanidad tanto como la vida del campo. En ese tratar de reconocernos como mexicanos debemos enmarcar algunos de los conflictos bélicos más importantes que se fueron sucediendo a lo largo de nuestra historia como país: recordemos que de 1821 a 1829 se dieron intentos españoles de reconquista en México. También se dieron tremendos conflictos con los pueblos originarios del norte del país: contra el pueblo Comanche y el pueblo Navajo (1821-1848), contra los apaches (1821-1915), contra el pueblo Yaqui (1821-1929). Entre 1822 y 1823 ocurre

la Revolución del Plan de Casa Mata para terminar con el primer imperio de Agustín de Iturbide. En 1823 Guadalajara, Oaxaca y Puebla declaran su independencia y son combatidos por las fuerzas mexicanas. De 1835-1836 ocurre la Guerra de Independencia de Texas, separándose de México. De 1838 a 1839 se da la Guerra de los Pasteles con Francia. Entre 1842 y 1843 fue la invasión a Yucatán, que también había declarado su independencia de México. Existió un Conflicto México-Guatemala (1842-1882) sobre la posición de la frontera entre ambos países. De 1846 a 1848 ocurre la Intervención estadounidense en México con el fin de anexarse la República independiente de Texas, lo que consigue. En el sureste de México de 1847 a 1901 se da la terrible Guerra de Castas entre el pueblo maya y los blancos yucatecos que los mantenían como esclavos en sus “encomiendas”. De 1857 a 1861 nos afectó la Guerra de Reforma que inicia con la proclamación del Plan de Tacubaya, desconociendo a la Constitución de 1857, y concluye con el derrocamiento del gobierno conservador, y la continuidad del liberal. De 1862 a 1867 ocurre la Segunda Intervención Francesa con la intención de grupos conservadores mexicanos de instaurar una monarquía en el país. Concluye con el fusilamiento en Querétaro de Maximiliano de Habsburgo (segundo emperador de México) y de Miguel Miramón.

Luego vivimos una relativa calma conocida como Porfiriato (entre 1876 y 1911), que concluye con la Revolución Mexicana (1910-1920). Inicia con el Plan de San Luis y concluye con la creación de la Constitución de 1917. En 1911 anarquistas mexicanos, bajo la influencia de Ricardo Flores Magón, intentan independizar Baja California. De 1926 a 1929 ocurre la sangrienta Guerra Cristera. En 1974 se da el ataque de la guerrilla del maestro rural Lucio Cabañas. También vimos persecuciones y matanzas por conflictos electorales: después de las elecciones presidenciales de 1929 contra los seguidores de José Vasconcelos que acusaron fraude electoral. En 1940 contra los seguidores de Juan Andreu Almazán. Y la matanza en León, Guanajuato, el 2 de enero de 1945, ante una protesta de fraude electoral (30 muertos y 300 heridos). La Guerra contra las Guerrillas ocurrió entre 1950 y 1985, empezó contra el gobierno de Miguel Alemán y fue cambiando de forma para concluir en el gobierno de Miguel de la Madrid, cuando dio inicio el Salinato (1982) que continúa como parte del gobierno de Andrés López (período que igual se conoce en México como Partidocracia, el gobierno repartido y heredado entre Partidos Políticos, sus líderes y familiares que lo conforman). En este período se pueden reconocer varios puntos de importancia de or-

den armamentista y de conflicto: 1. El levantamiento armado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (enero de 1994). 2. La primera aparición pública del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en el estado de Guerrero el 28 de junio de 1996, aniversario de la matanza de campesinos en el vado de Aguas Blancas, ordenada por el gobernador Rubén Figueroa Alcocer. Las autoridades mexicanas han relacionado a estos guerrilleros con los remanentes del Partido de los Pobres fundado por Lucio Cabañas, y la lucha contra el avance del comunismo en Latinoamérica. 3. La Guerra contra los Carteles del Narcotráfico (2006-actualidad) decretada por Felipe Calderón Hinojosa y que continúa vigente hasta nuestros días, en este mismo sexenio presidencial que comenzara en diciembre de 2018, en la que los ataques se han recrudecido: Desde la masacre ocurrida en Minatitlán la noche del 19 de abril de 2019 donde 14 personas fueron asesinadas mientras celebraban una fiesta de cumpleaños, pasando por la masacre de la familia LeBarón el 4 de noviembre de 2019; hasta el asesinato en Sonora del candidato Abel Murrieta mientras hacía proselitismo la tarde del 13 de mayo de 2021 para las elecciones, llamadas las más grandes de la historia moderna de México, a llevarse a cabo el 6 de junio de 2021. [Continuará...]


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Cine

LA GUALDRA NO. 481 // 31 DE MAYO DE 2021

Desayuno en Tiffany’s, mon ku

El hijo [The son]: película iraní en el Festival de Cine de Moscú

6 Por Carlos Belmonte

Grey

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Río de Palabras

n el 43 Festival Internacional de Moscú tuvimos la oportunidad de ver una selección de películas que no siempre aparecen en las selecciones festivaleras más clásicas (Cannes, Berlín, Róterdam, Venecia, Locarno). Entre las sorpresas agradables vimos la cinta iraní The son, de Noushin Meraji. Una especie de huis-clos en un lujoso departamento. Un encierro que solo se rompe en las salidas de la casa en búsqueda de compañía con algún paseante, una mujer de la calle o una drogadicta.

Soheil Ghanadan y Donya Heidari dan vida a un hijo y madre, respectivamente, que acaban de llegar a la ciudad tras la venta de la casa familiar. Él cuarentón, ella lo cuida, y ambos esperan poder hablar con el hijo pródigo ido a los Estados Unidos desde hace 20 años. El hijo pegado a la madre y dependiente de ella, sin experiencia de nada, ni mujeres, ni novias, ni trabajo, ni gastos, ni manutención de un departamento, solo sabe tomar fotografías y espiar a la vecina; que repite el estereotipo del hijo chiqueado, regordete, peludo, “mal vestido”; y un hermano alto y delgado, vestido de chaqueta y jeans, más seguro de sí mismo.

La vida le cambiará con la muerte de la madre y el rechazo del entierro. Meraji hace una historia que versa entre lo trash de la narración sin lo visual, lo psicológico y edípico tan de moda en el cine freudiano de los 1950-60 y las rupturas del teatro de absurdo. Un hijo que parece vivir en la “normalidad” del cuidado de su madre hasta su muerte y el “entierro” en el refrigerador de la casa. Meraji no juzga la actitud del hijo. La vecina y el portero del edificio tampoco, solo viven ahí, todos en el edificio. El hermano, al volver y comprender la situación, tampoco llora por la muerte y la actitud del hermano. Simplemente la asumen y recuerdan un juego de ni-

ñez. La directora no buscaba, y aquí nos adelantamos a los peligrosos juicios de motivaciones, crear el suspenso ni el terror, simplemente presentar una forma de vivir un duelo. Soheil Ghanadan se llevó el premio a Mejor Actor del festival ruso y la cinta obtuvo la nominación al Premio San Jorge de la Competición Oficial de Mejor Película. Un tipo de cine, del llamado “pausado o lento, pero no tanto”, que raramente se distribuye en México. Quizás este año, con el retraso de exhibiciones en salas, los festivales latinoamericanos y cineclubes mexicanos tengan una oportunidad de incluir la masa de cine que está rezagado.

la envolvían, la atrapaban y sacudían; pero eso era en la intimidad, cuando nadie la veía, cuando rompía en llan-

to, cuando el pelo se le desaliñaba, cuando el maquillaje se corría, cuando se decidía por fin y rompía el silencio.

Mujer de vitrina

6 Por Pilar Alba

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lla era una mujer de vitrina, sí de vitrina; de esas que se dejan admirar y parece que por ellas no pasa el tiempo. Que tienen todo perfectamente, fríamente (tal vez demasiado) calculado. El plato, tenedor, cuchara, vaso, servilleta y si lo amerita, copa. La ropa perfectamente combinada, zapatos, bolso, accesorios. Una mujer de vitrina de esas que en las páginas de las revistas tienen la realidad aumentada, pero no por las curvas o

los cuerpos, sino por el porte y la elegancia. De esos objetos del deseo que no se asumen como posibles, que no puedas soñar que duerman o caminen algún día a tu lado. Así era, una perfecta mujer de vitrina. Sujeta a las reglas, ceñida por los cánones, sumida por los convencionalismos. Envuelta en el mutismo dejaba que la vida pasara, haciendo lo posible porque los años se disimularan. No bostezaba, no tosía, no reía. Las mujeres de aparador no hacen eso, pensaba… porque sí, muchas veces pensaba, sus pensamientos


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