ÍNDICE
Editorial...............1 Breves apuntes históricos...............2 Un fantasma recorre Europa, Rafael Alberti...............6 Memoria si, memoria ya...............8 De trabajo y reproducción social en tiempos de cuarentena..............10 Obras de Josep Renau..............12 Melancolía del 14 de abril y proyecto republicano..............16 Carta de despedida de José Luis de Cos..............20 Eurocomunismo en la Transición..............23 Pasatiempos y concurso..............26 Para saber más..............29 Puedes hacernos llegar tu opinión, contribución e insultos a:
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En Cantabria, abril 2020
EDITORIAL Quisiéramos comenzar recordando al camarada Rafael Gómez, luchador antifranquista y último superviviente de ‘La Nueve’que ha fallecido en Estrasburgo, donde residía, a los 99 años de edad a causa del coronavirus. En este primer número de La Joz podrás encontrar diversos artículos referentes a la historia del republicanismo en España, y contenido en diversos formatos más visuales que erperamos resulten de tu agrado y te ayuden a pasar un buen rato. Este fanzine surge con la idea de ser una espacio de formación y debate. Este primer número titulado ‘Especial República’, lógicamente, irá dedicado al ámbito republicano y antifranquista. En próximos números esperamos poder tratar diversas cuestiones de relevancia para el conjunto de la clase trabajadora, para que así podamos debatir y aprender para organizar las estrategias que lleven a la clase trabajadora al poder. Quizás sea un objetivo un tanto grandilocuente, pero teniendo en cuenta que escribir y pensar es gratis, por qué no serlo. En estas fechas en las que tradicionalmente hemos salido a la calle a reivindicar un nuevo Estado, con una nueva forma de Gobierno, nos vemos en la obligación de utilizar otros recursos por la crisis del COVID-19. Esperamos que llevéis bien el confinamiento y que con la lectura de nuestro fanzine se os haga más amena la situación. Ya decía Allende que volverán a abrir las grandes alamedas. Por ello, este número va dedicado a quienes persiguiendo los fines arriba mencionados os habéis acercado a esta publicación. Porque de nada sirve una defensa abstracta del proyecto republicano sino que debemos buscar por medio del aprendizaje colectivo, la organización popular, y la difusión y debate de nuestras estrategias para la consecución de dicho proyecto. ¡Obreros! ¡Campesinos! ¡Antifascistas! ¡Españoles patriotas! Frente a la sublevación militar fascista ¡todos en pie, a defender la República, a defender las libertades populares y las conquistas democráticas del pueblo!
¡NO PASARÁN!
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BREVES APUNTES HISTÓRICOS Podría parecer que en pleno 2020 el tener que explicar porque una monarquía debería ser cosa de episodios más oscuros de nuestra historia sería algo terriblemente tedioso e innecesario puesto que la población en general y la clase obrera en particular ya debería de haberse organizado en torno a la idea que ya se implantó en el siglo XVIII y XIX en gran parte de países. Lo cierto es que en España no hemos tenido una sola ocasión para acabar con la monarquía, sino que hemos tenido dos. La primera, en pleno siglo XIX, durante el Sexenio democrático, cuando se le dió boleto a Isabel II tras la Gloriosa Revolución de septiembre de 1868. Que debió ser muy gloriosa, pero cuyo resultado tras establecer las Cortes Constituyentes y redactar una nueva Constitución en 1869, fue que acabamos con otro rey -Amadeo de Saboya en este caso- por decisión de dichas Cortes. ‘Ah, per Bacco, io non capisco niente. Siamo una gabbia di pazzi’, que traducido del italiano viene a ser un ‘Por Baco, no entiendo nada. Esto es una jaula de grillos. Fue lo que dijo Amadeo tras la inestabilidad y continuas fracciones y fricciones entre los miembros de las Cortes. Poco después, es el propio Amadeo quién fue finalmente vencido por la pereza que le daban los españoles de la época y se marchó sin esperar siquiera que las Cortes aprobasen su renuncia. Es entonces cuando se proclama la Primera República en España, un 11 de febrero de 1873. Este período duraría menos de dos años, hasta diciembre de 1874. Caracterizada por un primer año -1873- de república federal absolutamente inestable y un segundo año -1874- de republica unitaria en manos del general Serrano quien ya había sido Jefe de Estado durante los años previos a la I República durante el Sexenio democrático. Resulta revelador como Benito Pérez Galdós se refiere a este período: Las sesiones de las Constituyentes me atraían, y las más de las tardes las pasaba en la tribuna de la prensa, entretenido con el espectáculo de indescriptible confusión que daban los padres de la Patria. El individualismo sin freno, el flujo y reflujo de opiniones, desde las más sesudas a las más extravagantes, y la funesta espontaneidos
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dad de tantos oradores, enloquecían al espectador e imposibilitaban las funciones históricas. Días y noches transcurrieron sin que las Cortes dilucidaran en qué forma se había de nombrar Ministerio: si los ministros debían ser elegidos separadamente por el voto de cada diputado, o si era más conveniente autorizar a Figueras o a Pi para presentar la lista del nuevo Gobierno. Acordados y desechados fueron todos los sistemas. Era un juego pueril, que causaría risa si no nos moviese a grandísima pena. Posteriormente su hijo, Alfonso XIII tras permitir la Dictadura de Primo de Rivera -la borbónica costumbre de arrimarse a dictadores no es exclusiva de Juan Carlos- y tras la ‘dictablanda’ de Berenguer, en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 ganaron 41 de las capitales de provincia -en Cantabria, por entonces provincia de Santander, el resultado fue de 15 monárquicos contra 25 antimonárquicos- la unión entre socialistas y republicanos. Dos días después Eibar es el primer ayuntamiento en proclamar la República tras las elecciones. Alfonso XIII huyó a París, y posteriormente a Roma. Tras un primer trienio gobernado por las izquierdas -izquierdas más por nombre que por actos-, la derecha toma el poder durante el bienio negro de 1934 hasta 1936, cuando el Frente Popular gana las elecciones. Y el resto, pues lo conocido. Alzamiento militar apoyado por varias potencias europeas, la Iglesia -cómo no-, y financiado por buena parte de la burguesía nacional -no olvidemos a Juan March, famoso empresario pirata, valga la redundancia, que fue quien pagó el vuelo desde Canarias a la península de Franco y cuya fundación a día de hoy pretende hacernos creer que se trataba de un humanista y filántropo dedicado al bien común- que tiró por tierra el proceso democrático y progresista llevado a cabo por el gobierno republicano durante esos meses. El patrón del Golpe de Estado durante una profundización democrática no es casual y es algo que posteriormente hemos visto en numerosas
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ocasiones en países que no se plegaban a la s exigencias del capitalismo. Chile, Nicaragua, Venezuela, Burkina Faso o Ucrania más recientemente son claros ejemplos que tener en cuenta. Porque pese a lo que la derecha se ha afanado los últimos 81 años en contarnos,la política llevada a cabo por el Frente Popular no era ni de lejos una política marxista, ni soviética. De hecho, el P.C.E.tenía 17 escaños de 263, lo que es una cantidad irrisoria. Para muestra, no hace falta más que leerse el programa electoral del Frente Popular para ver que de socialismo o comunismo no hay absolutamente nada. Ejemplos hay varios: ‘No aceptan los partidos republicanos las medidas de nacionalización de la Banca propuesta por los partidos obreros; conocen, sin embargo, que nuestro sistema bancario requiere ciertos perfeccionamientos’ respecto a la banca, ‘Los republicanos no aceptan el principio de nacionalización de la tierra y su entrega gratuita a los campesinos, solicitada por los delegados del partido socialista.’ respecto a la propiedad de la tierra. En definitiva, toda la política del Frente Popular se puede resumir en el punto VII del programa, que dice: ‘La República que conciben los partidos republicanos no es una República dirigida por motivos sociales o económicos de clase, sino un régimen de libertad democrática, impulsado por razones de interés público y progreso social.’. No obstante, no se puede negar el avance que suponían las políticas de enseñanza para la clase trabajadora, las respectivas al uso de la tierra para los campesinos, obligando a los terratenientes a cultivar todas sus tierras, y a no especular, la facilitación de la negociación colectiva con respecto a los salarios y las condiciones laborales... En definitiva, deshaciendo las políticas reaccionarias implementadas por el C.E.D.A. durante su bienio y permitiendo que la clase trabjadora por fin pudiera tener una vida mínimamente digna. Pero nada similar a un soviet, como se puede apreciar. Y es por éstos motivos por los que escribimos este fanzine. Porque no podemos dejar que la derecha nos venda su historia, en la que se dibuja al gobierno del Frente Popular como un satélite de la Unión Soviética -que ojalá-. El Frente Popular fue un avance tremendo con respecto a la condiciones materiales de la época para la clase trabajadora. Un democratización en la educación, una mejora sin parangón en las condiciones laborales, un avance en el debate político territorial, un aumento de derechos sociales nunca antes vistos en este país. Y todo ello fue truncado, como ya hemos dicho, por el Ejército, la Iglesia, la burguesía -nacional y extranjera, porque los burgueses saben muy bien cómo ser internacionalistas- y las potencias extranjeras. Y no cuatro
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me refiero únicamente a Alemania e Italia, sino a las democracias liberales de la época, como Reino Unido, Estados Unidos o Francia, que preferían a un dictador militar antes que a un gobierno que miraba por la clase trabajadora. De hecho, las tres potencias hicieron oídos sordos ante la llamada de auxilio del gobierno democrático del Frente Popular. Ésta es la demostración empírica de que la equidistancia supone un posicionamiento a favor del poderoso. En definitiva, el Gobierno del Frente Popular fue un avance importantísimo dentro del novedoso ejercicio democrático en España. Si queremos auténticos avances para la clase trabajadora, debemos crear poder popular. Generar nuestros propios debates, obtener nuestras propias conclusiones, y unirnos en la acción. No podemos confiar en que los partidos democrático-burgueses vayan a querer crear poder popular. Ni siquiera que vayan a permitir la creación de poder popular y la conquista del poder ni siquiera jugando a su democracia. Si queremos el poder, si queremos libertad y emancipación como clase, debemos trabajar todos juntos.
Diarios La Región y El Cantábrico del día 18 de febrero de 1936 LAJOZFANZINE@PM.ME
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UN FANTASMA RECORRE EUROPA
...Y las viejas familias cierran las ventanas, afianzan las puertas, y el padre corre a oscuras a los Bancos y el pulso se le para en la Bolsa y sueña por las noches con hogueras, con ganados ardiendo, que en vez de trigos tiene llamas, en vez de granos, chispas, cajas, cajas de hierro llenas de pavesas. ¿Dónde estás, dónde estás? Los campesinos pasan pisando nuestra sangre. ¿Qué es esto? -Cerremos, cerremos pronto las fronteras. Vedlo avanzar de prisa en el viento del Este, de las estepas rojas del hambre. Que su voz no la oigan los obreros, que su silbido no penetre en las fábricas, que no divisen su hoz alzada los hombres de los campos. ¡Detenedle! Porque salta los mares recorriendo toda la geografía, porque se esconde en las bodegas de los barcos y habla a los fogoneros y los saca tiznados a cubierta, y hace que el odio y la miseria se subleven y se levanten las tripulaciones. ¡Cerrad, cerrad las cárceles! Su voz se estrellará contra los muros. ¿Qué es esto?
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-Pero nosotros lo seguimos, lo hacemos descender del viento Este que lo trae, le preguntamos por las estepas rojas de la paz y del triunfo, lo sentamos a la mesa del campesino pobre, presentándolo al dueño de la fábrica, haciéndolo presidir las huelgas y manifestaciones, hablar con los soldados y los marineros, ver en las oficinas a los pequeños empleados y alzar el puño a gritos en los Parlamentos del oro y de la sangre. Un fantasma recorre Europa, el mundo. Nosotros le llamamos camarada.
RAFAEL ALBERTI LAJOZFANZINE@PM.ME
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MEMORIA SI, MEMORIA YA
En estos tiempos de pandemia es muy alto el número de personas que han fallecido a causa del COVID-19. Uno de ellos ha sido nuestro camarada Rafael Gómez Nieto, el último superviviente la mítica compañía de la segunda división blindada del ejército francés -pero formada casi íntegramente por republicanos españoles- conocida como 'La Nueve'. Esta unidad, cuya historia narró Paco Roca en sus Surcos del azar, fue la primera en entrar en París durante la Segunda Guerra Mundial. El coronavirus no ha dado tregua en el país vecino tampoco.
Un 14 de Abril más conviene volver a remarcar la casi total falta de memoria democrática de nuestro país, donde no parece existir una conciencia real sobre temas como el trabajo esclavo en el franquismo o los abusos y la opresión de los maestros republicanos. De las fosas comunes de represaliados por los falangistas y franquistas que hay por todo el territorio español -sólo en Cantabria hemos contado más de 150- ni hablamos. Sin embargo, el caso de La Nueve se nos presenta en España casi como una excepción ya que forman un grupo de republicanos españoles que han recibido honores en nuestro país -además de en Francia, donde hay muchas placas, calles y monumentos en su honor-. Por ejemplo, en Madrid existe el Jardín de los Combatientes de La Nueve en la calle de la Institución Libre de Enseñanza. El caso de La Nueve se puede entender en un cierto sentido como el ‘reflejo’ de otro grupo de soldados del bando republicano: las Brigadas Internacionales. Las Brigadas Internacionales fueron un grupo voluntario que vinieron desde sus países de origen a luchar contra el fascismo en suelo español. De esta manera tienen un nexo común con La Nueve: ambos eran soldados que luchaban por un país extranjero motivados por sus ideas. Podría decirse que, salvando muchas distancias, La Nueve eran “nuestras Brigadas Internacionales”. Al igual que La Nueve cosecha merecidos honores en España, las Brigadas Internacionales cosechan honores en países como Reino Unido o Ir-
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landa, donde hay asociaciones de antiguos voluntarios y simpatizantes que tienen multitud de archivos con material histórico -y muchos de ellos accesibles por internet-. De hecho, incluso en Estados Unidos, el país del Comité de Actividades Antiamericanas -herramienta de represión ante cualquier pensamiento o comportamiento de tinte mínimamente socialdemócrata-, hay monumentos a las Brigadas Internacionales y asociaciones memorialistas como ALBA -Abraham Lincoln Brigade Archives-. Parece entonces que es más fácil hacer memoria y rendirles honores a los luchadores antifascistas -españoles o no- cuando los conmemorados lo son por luchar en el extranjero. Así, en España no parece ser un problema, o no del mismo tamaño al menos, recordar a La Nueve y, por ejemplo, es harto difícil conseguir el mismo reconocimiento para los maquis y guerrilleros antifranquist o para los batallones de esclavos de franquismo. De nuevo, el “reflejo” de esto en cierto modo también se da en otros lugares y así, en Estados Unidos hay monumentos a las brigadas internacionales y la memoria de los panteras negras, aún siendo mucho más reciente, se intenta silenciar. Ante esto nuestra postura es clara y se resume así: PARA TODOS LOS LUCHADORES ANTIFRANQUISTAS; MEMORIA SI, MEMORIA YA.
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DE TRABAJO Y REPRODUCCIÓN SOCIAL EN TIEMPOS DE CONFINAMIENTO En este momento de confinamiento, por Ro Pe del que una parte de la humanidad espera un cambio económico, social y cultural, y otra, una vuelta a ‘la normalidad’, se nos brinda una oportunidad para revisar el concepto de trabajo humano. Revisarlo, pero desde un poco más allá de cómo lo señalaba Marx. Sin perder de vista la idea del trabajo como la fuente principal de la producción de la riqueza, como principio de acumulación, especialmente en la sociedad capitalista; pensemos sobre el trabajo de reproducción. A nadie le pasa desapercibido la relevancia de esta reproducción de la vida, aunque quizás ahora, en los términos de nuestro movimiento sísmico como “trabajadores y trabajadoras”, esta imprescindibilidad se hace más evidente. Sí, tanto la sociedad capitalista como la organización del trabajo o las formas de acumulación han cambiado sustancialmente desde la publicación de El capital. No obstante, existen varios elementos que Marx destacó en él, que aunque deben ser repensados acorde al momento histórico en el que nos situamos, siguen resultando imprescindibles a la hora de comprender los mecanismos que articulan y conectan este sistema y le permiten perpetuarse. El propio Marx, citaba al comienzo de La ideología alemana, que para entender los dispositivos de la vida social y del cambio social, es necesario partir de la reproducción de la vida cotidiana. Incluso en un capítulo del volumen I de El capital titulado Reproducción simple, apunta que nuestra capacidad de trabajar es algo que debe ser producido y que el proceso de reproducción de la fuerza laboral es parte integrante de la producción de valor y de la acumulación capitalista. No obstante, Marx piensa que esta reproducción queda cubierta desde el proceso de producción, el cobro de un salario y la adquisición de bienes y servicios que cubran las necesidades, no prestando demasiada atención al trabajo de reproducción -atención que quizás estemos poniendo, mucho más de lo habitual, las últimas semanas-. Es claro, diez
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en una lectura de los textos de Marx, su denuncia respecto a la opresión de las mujeres en la familia -burguesa- y en la fábrica, pero aún no era posible ver la opresión en lo que se constituiría posteriormente -como señala Silvia Federici-, como “familia proletaria nuclear”. Así que nos toca repensar desde ahí muchas cosas que, aún con cambios, venimos arrastrando y que en estos tiempos de virulencia e incertidumbre nos muestra que, realmente, no cambiaron tanto como pensábamos. Hablar, entonces, de la intersección entre patriarcado y capitalismo cobra especial importancia en estos tiempos de reconstrucción de la vida laboral y reproductiva. Las huellas que aún tenemos las mujeres en carne viva de la desigual organización del trabajo, de la valorización del mismo, del acceso, del cuidado, de la dependencia, de la culpa, de la responsabilidad, etc., parecen revivir cuando esta jerarquía del trabajo, aún masculina, se tambalea. Y hay que poner mucha atención para no situar en un segundo plano, o para después, como históricamente venimos experimentando, esta forma específica de explotación de las mujeres en la sociedad capitalista moderna. Tenemos herramientas, conocimientos y experiencia suficiente para no retroceder ni repetir viejas ideas y prácticas en el proceso de lucha que nos toca vivir. Ahora, ¿existe voluntad? Tenemos la oportunidad, como decía el viejo maestro, de alcanzar un cambio social a través de un intercambio social y una práctica social cambiante. Para nosotras, esta práctica tiene que ser, además indisciplinada. Cambiémosla, entonces, desde la raíz. Como señala Federici en el prólogo de su libro El patriarcado del salario, apostemos por “una recuperación del trabajo de reproducción, de las actividades de reproducción, de su revalorización, desde la óptica de la construcción de una sociedad cuyo fin, en palabras de Marx, sea la reproducción de la vida, la felicidad de la sociedad misma, y no la explotación del trabajo”. Salud.
Ni dios, ni patrón ni marido.
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Artista valenciano comunista, usó su habilidad artística para crear carteles durante la Guerra Civil para el bando republicano. Fue el encargado de salvar las obras de arte del Museo del Prado durante la Guerra Civil. Todavía son utilizados muchas de sus obras por su defensa de la democracia y el poder popular.
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Tras el conflicto, tuvo que exiliarse a México donde suigió trabajando, y acabó viviendo en la RDA, donde desarrolló su trabajo en TV colaborando en distintos programas y creando murales decorativos. Además, creó una escuela de pintura en su propia casa donde jóvenes artistas aprendieron de él.
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Melancolía del 14 de abril y proyecto republicano por Tom J. El 14 de abril, como el 25 de abril antifascista en Italia y Portugal, como el 1 de mayo para las trabajadoras y los trabajadores del mundo, forma parte del patrimonio histórico y simbólico de la democracia española, se reconozca o no por los poderes públicos. Las conmemoraciones, como los símbolos y los ritos en general, forman parte en la conformación de una sociedad, en su relación con el pasado, en su identidad, en su proyecto de futuro. Es por ello que quienes sostenemos principios republicanos hemos reivindicado y reivindicamos el 14 de abril como momento no solo de memoria de la Segunda República, de reivindicación de las luchas por la democracia y de homenaje a quienes dedicaron su esfuerzo y sacrificaron su vida en esas luchas, sino también de reafirmación y de reflexión sobre nuestro proyecto social y político, sobre la alternativa republicana en Cantabria, en España y en el mundo del siglo XXI. En un libro reciente muy recomendable -Melancolía de la izquierda-, el historiador Enzo Traverso reivindicaba la melancolía, no como mero ejercicio de nostalgia, limitado a la rememoración de algo pasado, sino como memoria y conciencia de las potenciales de las viejas batallas, como fidelidad a las promesas emancipatorias, a las luchas por la igualdad, la libertad y la justicia. En las tradiciones de lucha popular, del republicanismo al marxismo, tenemos un amplio ejemplo del recuerdo de los combates del pasado, de las batallas perdidas y de los compañeros y las compañeras que sufrieron la derrota, como elemento necesario en la afirmación de una lucha renovada, enraizada en la historia, en el ser humano que aspira a emanciparse. Es bien conocido el vibrante testimonio que nos dejó Rosa Luxemburgo, antes de ser salvajemente asesinada, sobre la fecundidad de las derrotas del pasado en el camino que conduce al socialismo -El orden reina en Berlín-. La memoria de la Segunda República Española ha quedado durante mucho tiempo sepultada y manipulada bajo la hez de la propaganda ejercida por la dictadura franquista y luego por la maquinaria mediática de la derecha española, que nunca ha sido capaz de romper del todo su cordón umbilical con el fascismo. El estallido de la guerra civil, debido al intento golpista de julio de 1936, ha favorecido una narración dieciséis
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encadenada entre la República en paz y la guerra, una confusión interesada atizada por la publicística reaccionaria y conservadora, que buscaba ocultar los grandes progresos iniciados por la primavera de la democracia en España.
Es cierto que no ha faltado tampoco una cierta mitificación de la Segunda República por parte de la izquierda, que ha tendido a olvidar o a pasar de puntillas sobre sus grandes problemas y sus límites, propios de un régimen democrático en sus inicios, en una sociedad tan desigual, injusta y convulsa como eran las sociedades europeas de los años treinta. Con todo, frente a las ofensivas neofranquistas y revisionistas, conviene recordar una vez más que la República de 1931 constituyó la primera democracia española. Un enorme esfuerzo de inclusión que buscó la participación política, en igualdad de condiciones, de las mujeres, de la clase obrera, del campesinado. Una democracia protagonizada por la mayoría social, por unas clases populares que vieron a la República como el régimen del pueblo, por mineros, modistas, ferroviarios, cigarreras, jornaleros, mozos de almacén, dependientas de comercio, empleados, maestras…, que se movilizaron como nunca antes, que participaron en sindicatos y partidos, mítines y manifestaciones. La República, con las limitaciones que se quiera, contestó poniendo en marcha el mayor esfuerzo de modernización y reforma social que se había visto en la historia española, con los avances en la legislación laboral y la igualdad de la mujer, con la reforma agraria, con el reconocimiento a la pluralidad territorial, con la secularización y con el decidido impulso de la educación. La educación fue, como es sabido, uno de los grandes objetivos de los republicanos y de las fuerzas obreras, que vieron en LAJOZFANZINE@PM.ME
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ella un elemento decisivo para crear ciudadanía, para favorecer el desarrollo de personas conscientes y libres. Ese esfuerzo es el que recordamos y el que ponemos en valor en nuestro proyecto, en nuestra esperanza en un mundo mejor, en un país de ciudadanos y ciudadanas libres, iguales y fraternos. Un proyecto de construcción democrática, puesto que la democracia no es algo que adviene un día, la democracia es algo que se construye, que se defiende y se practica. Decía Marcelino Camacho que los derechos se consiguen ejerciéndose, que solo la acción de las masas puede imponerlos. Del mismo modo, la democracia solo será tal a través de la participación consciente y activa de la ciudadanía. Y, en primer lugar, como siempre, de las clases trabajadoras. Frente a la renovada amenaza de la reacción y del neofranquismo, de los discursos del odio, la antipolítica y la xenofobia, es imprescindible un movimiento popular consciente y decidido. Hoy, por ello, el compromiso republicano es el compromiso en la defensa de los principios democráticos, de la participación popular, de la justicia social y los servicios públicos, de la educación y la generación de ciudadanía consciente, de la defensa de las libertades y los derechos que se han conquistado con largas luchas. La crisis del coronavirus ha puesto sobre la mesa con crueldad y urgencia las preocupaciones y las necesidades siempre postergadas de la mayoría social, como la sanidad pública de calidad, el empleo digno y estable, la capacidad productiva, el desarrollo sostenible, la paz y la solidaridad. Para responder a estos retos es imprescindible un avance democrático que supere los límites de una democracia -moderadamente-representativa, limitada por el asfixiante poder de los lobbies dieciocho
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económicos y mediáticos. El gobierno del pueblo exige la participación de todas y todos en los debates sobre cómo organizar nuestra sociedad, sobre cómo promover un mundo fundado en los principios de la paz y la solidaridad internacionalista, sobre la construcción democrática de una economía al servicio de la mayoría social. Una economía que permita responder a los retos del siglo XXI, que no deje a las sociedades al albur de las grandes corporaciones, de la especulación financiera, de estrechas elites alejadas del pueblo, de las catástrofes sanitarias y medioambientales. Este 14 de abril muchas y muchos sentiremos también la murria de salir con nuestra bandera tricolor a llenar las calles, de confraternizar, de conmemorar en las plazas y los parques las luchas del pasado. Que la melancolía nos ayude a imaginar el futuro. Compañeras y compañeros.
¡MUCHA SALUD Y VIVA LA REPÚBLICA!
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CARTA DE DESPEDIDA DE JOSÉ LUIS COS A SUS COMPAÑEROS DE LA SOCIEDAD DE DEPENDIENTES DE BEBIDAS DE SANTANDER Mis estimados compañeros: por la presente os hago saber que dentro de pocas horas seré asesinado por los verdugos del mil veces traidor Franco, pero marcho sereno y firme pues tengo la convicción que sin tardar mucho tiempo ha de ondear en toda la nación nuestra bandera, la de la República, pues os digo de todo corazón que yo si posible fuera daría mil vidas porque volviese a ondear. Os aconsejo que sigáis con ardor la marcha del Sindicato hasta la completa emancipación de los explotados. Os hago saber que una de las principales causas de mi asesinato es por los informes que dio mi patrón Benito Pedraja, el dueño de la Mezquita pues me tildó de rojo peligroso y de haber ido voluntario al frente. Asi que espero que hagáis justicia. Con un abrazo para todos y un viva la República se despide para siempre vuestro antiguo secretario José Luis de Cos La evidente lucha de clases que motivó el fallido Golpe de Estado del 18 de julio se representa con una claridad meridiana en esta carta de despedidda del camarada José Luis de Cos a sus compañeros del sindicato. La denuncia de su patrón por ser un ‘rojo peligroso’ es en realidad cuanto hacce falta para confirmar que el detonante para la Guerra Civil no fue librar a España del marxismo, pues no había marxismo que abandonar, sino el miedo de las burguesía y los estamentos eclesiásticos de perder sus privilegios como clase. Así comenzó una caza de brujas y represión que afectó a todas las capas populares, sin importar condición. Posteriormente vendrán los esfuerzos del franquismo por matar y encarcelar las ideas revolucionarias de gente como José Luis. Es evidente, -puesto que aquí estamos escribiendo y leyendo este fanzineque no lo consiguieron. Pero si consiguieron hacerse con la hegemonía cultural de la historia del sXX de España. Todos tenemos a ese padre, madre, tío, abuelo, amigo o compañero de trabajo que habla de lucha entre iguales, y que pretende rebajar los crímenes franquistas y su alzamiento armado contra un Gobierno legítimo para hacerlos concordar con las acciones propias de una guerra realizadas por dicho Gobierno. ‘Es que los republicanos tampoco eran santos’. Obvio. La diferencia radica en quién defendió la democracia -por muy liberal que fuera- y quién utilizó al Ejército y el capital para imponerse ante la Constitución, el Gobierno, y las ideas progresistas que por fin habían alcanzado el poder en España. LAJOZFANZINE@PM.ME
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Pero esto tampoco es algo nuevo. Ahí están los casos de O’Donnell en 1856, de Pavia en 1874 y el que ya decimos de Franco. Todo intento de realizar una Constitución que no atienda a los pretéritos intereses de las clases dominantes es atacada con las armas en nombre de España y la tradición. Y de hecho, el comienzo de la Transición -transición de los poderosos de franquistas a demócratas, queremos decir- Juan Carlos jura su cargo prometiendo defender el Movimiento Nacional y recordando a Franco. Esto está así recogido en el Diario de Sesiones del Congreso. No es algo que nos hayamos inventado los rojos para desprestigiar a una institución medieval como la monarquía. Es que la monarquía fue impuesta por el aparato franquista y se cuidó mucho de educar a Juan Carlos I en sus principios para asegurarse el control del país tras la muerte de Paquito el Ranas. Si queremos un país para todos, que honre la memoria de quienes dieron su vida por la libertad, la democracia y la igualdad de todos, no podemos sino seguir luchando por una Tercera República. Una Tercera República laica, feminista, antifascista, y de clase. En definitiva, una TERCERA REPÚBLICA, esta vez sí, SOCIALISTA.
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EUROCOMUNISMO EN LA TRANSICIÓN
Pongo por delante el hecho de que yo no soy un experto en historia ni en teoría marxista-leninista. Y pongo por delante que soy militante del P.C.E., y que comprendo que la política en las instituciones burguesas es muy importante. Pero, como el eurocomunismo ya dejó muy claro en la práctica, no se puede confiar en los partidos burgueses a la hora de mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora. Escribía Carrillo en su libro Eurocomunismo y Estado:
[…] Para las vías que nos proponemos –la conquista de un socialismo que mantenga y enriquezca, dándoles además una nueva dimensión económica y social, las libertades democráticas políticas y los derechos humanos, que son un logro histórico irrenunciable del progreso humano, no basta con que nos desembaracemos de algunas fórmulas acuñadas por nuestros teóricos –como la dictadura del proletariado- ni que afirmemos nuestro respeto al juego democrático […]. Como vemos, ese nuevo planteamiento que abrazó el P.C.E. en esa época –quizás la más relevante de toda su historia-, abandonó la lucha por la democracia desde el marxismo-leninismo, tirando más en concreto el leninismo a la basura para adoptar ese ‘marxismo revolucionario’ que a nada llegó más que a destrozar un Partido Comunista que fue fundamental durante la lucha antifranquista. ‘Dictadura, ni la del proletariado’ se jactaba Carrillo en la época. Y fue bajo ese nuevo marxismo revolucionario que el P.C.E. dijo sí a todo a cambio de la legalización. Ante dicho planteamiento debemos recordar las palabras del Che en un artículo de 1961: Y cuando se habla de poder por vía electoral nuestra pregunta es siempre la misma: si un movimiento popular ocupa el gobierno de un país por amplia votación popular y resuelve, consecuentemente, iniciar las grandes transformaciones sociales que constituyen el programa por el cual triunfó, ¿no entraría en conflicto inmediatamente con las clases reaccionarias de ese país?, ¿no ha sido siempre el ejército el instrumento de opresión de esa clase? Si es así, es lógico razonar que ese ejército tomará el partido por su clase y entrará en conflicto con el gobierno constituido. Puede ser derribado ese gobierno mediante un golpe de estado más o menos incruento y volver a empezar el juego de nunca acabar; puede a su vez, el ejército opresor ser derrotado mediante la acción popular armada en apoyo a su gobierLAJOZFANZINE@PM.ME
veintitres
no; lo que nos parece difícil es que las fuerzas armadas acepten de buen grado reformas sociales profundas y se resignen, mansamente a su liquidación como casta. La utilización de los conceptos democracia y libertad democrática extraídos del ‘diccionario burgués’ provocó lo que hoy todos conocemos. Escisiones, fracasos en muchos frentes, falta de confianza de la clase trabajadora en el Partido y el dominio de una socialdemocracia financiada por la banca Alemana que termino arrasando con las empresas públicas en la década de los 80. Pasaron muchos años hasta el XX Congreso que tuvo lugar en 2017 cuando el P.C.E. decidió volver al marxismo-leninismo. Es algo que creo que el conjunto de la militancia comunista de distintas organizaciones en todo el Estado recibió con escepticismo –y como siempre ocurre, con mucha chanza también-. Y creo que es lógico. Como militante del P.C.E. creo que es buena hora de hacer las preguntas correctas para tratar de encontrar las respuestas correctas. Empezando por ¿quién dispone de libertad hoy en día? ¿a quién sirve esta democracia que se construyó hace tantas décadas? ¿qué podemos hacer para la construcción del socialismo en España? Creo que el P.C.E. como partido comunista debe dejar de recibir sus argumentos políticos de la socialdemocracia que él mismo creó años ha para presentarse a las elecciones burguesas con una cara que diera ‘menos miedo’ al electorado. Porque hace tiempo que las tesis políticas se realizan de arriba -las instituciones- hacia abajo -la militancia- y no al revés. Una reforma, un parche al sistema en un momento puntual, durante una crisis, es lo que debe hacerse en una democracia burguesa, faltaría más. Pero creo que olvidamos en ocasiones que las democracias burguesas son lo que son, democracias para aquellos que ostentan el poder. Los/as trabajadores/as seguiremos siendo la moneda de cambio de un sistema que nos deshumaniza y nos convierte en simples números para el beneficio de quien dirige ese diario, ese banco, esa empresa energética y cuyos intereses disponen de un asiento privilegiado en el Congreso de los Diputados. Y quizás -esto es una opinión personal- sea hora de comenzar a establecer contacto con la miríada de Partidos Comunistas del Estado. O al menos en Cantabria. Se me hace difícil imaginar una Revolución de corte socialista o siquiera ‘popular’ en la que haya 3, 4 ó 5 Partidos autodenominándose ‘vanguardia del proletariado’. Si de verdad queremos dejar atrás tiempos más oscuros, el conjunto de militancia comunista del Estado debemos empezar a dar forma a alguna clase de frente donde podamos trabajar desde el marxismo-leninismo. veinticuatro
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PARA SABER MÁS ESPAÑA POPULAR, n9 (11 de abril de 1940) disponible en descarga gratuita em la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes LA HISTORIA DE ESPAÑA, Pierre Vilar (1978) editorial Austral (antes en Grijalbo) ENSAYO MARXISTA DE LA HISTORIA DE ESPAÑA, Fedor Ganz (1934) Editorial Grijalbo. Disponible en Biblioteca Libre Omegalfa (internet) FEDERALISMO Y REPÚBLICA, Francisco Pi y Margal (2006). Editorial El Viejo Topo
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