De los creadores, La Literatura del Arte.
Obra fotográfica, La ciudad del mar.
CONTENIDO
GÉNESIS 5-8 LOS MAESTROS 9 - 38 LOS CUENTISTAS 39 - 106 LOS POETAS 107 - 166 NUESTRO TEMPLO 167 - 168
De los creadores, La Literatura del Arte.
Obra fotográfica, La madre de la bondad y el poeta.
GÉNESIS
LA LITERATURA DEL ARTE Sólo empezar por los primeros pasos de la literatura en el mundo; viene a dar una buena forma de cabida al bello arte de escribir los universos propios y ajenos del ser humano. Ya entonces desde que se sabe al hombre andando al ritmo de un clarificado, uso propio de la razón, se desnuda un ser profundo, que va generando el estímulo suyo por manifestar los gratos sentimientos del alma inmortal. Trata de resolverse enseguida su conciencia interior. Ella procura manifestar las muchas formas de expresión artista; que lleva adentro de su larga estadía, bajo el tiempo sin final. Tal disposición del pensamiento, parte obviamente de los aforismos aristotélicos, sobre filosofía, allí donde la idea del alma se va construyendo más bien compleja, tras una sobrada capacidad de percepción absolutamente espiritual. Mientras tanto, sobre el propio trasegar de los años, luego el hombre, crea varios inventos y métodos de su apoyo individual y colectivo, para así, dar una buena utilización a sus manos y al resto de sus sentidos sensoriales y su cuerpo movible. De hecho, hay de la mano del hombre y en sus dedos creacionales, una intimidad de pensamiento evolutivo; que da radicación esencial a la existencia del significado, respecto a una cultura universal. Además, toda esta reunión de relaciones creadoras, va siempre enredada al ideal por resucitar las invenciones de una profundidad artística. Así que ya de pronto en la vida; surge un ideal creativo y resurge otro arte renovado; colmado de infinitudes, ante la representación exterior y debido a su movilidad temporal, avanza desde la invención abstracta con estética y luego
sale de la memoria creativa, para reposar sobre el mundo exterior, ya existente por una divinidad superior. Ya ciertamente en el sin tiempo poético, tras todo un montón de luchas humanas, dadas al fin con luz, para intentar descubrir la eterna poesía, luego se yerguen las mayores razones del mundo y la razones del hombre sobre el universo. Así que en su presente, resuena y se desboca en pura magia, la literatura del bien imaginado, la lindura del saber del amor, entre los seres sapientes del habla y la oratoria. Y entonces, tal invención del arte, muy rústica en su formación y también linda y pura en sus versos, viene siendo ella antiquísima, andando los ayeres de la vida creativa, incluso empezando antes de su principio, sobre una pintura de sobrada belleza. De hecho, ella en su génesis, antes que la pintura; fue nativa en el habla de los pensadores primitivos, luego ya entre varios gritos y tras varios susurros en los humanos peludos, brilló en los seres del amor; la idea del discurso oral y la inspiración de la literatura, expresiones de sabiduría, las cuales ellos supieron como eternas, junto a los cantos del viento y así bien entre sus vivencias, ellos para su debido tiempo en ritual, comenzaron a crear la escritura en las piedras, adentro de sus tribus ancestrales, los creadores de la literatura artística. De los creadores, La Literatura del Arte.
De los creadores, La Literatura del Arte.
Obra fotográfica, La familia fraternal.
LOS MAESTROS
MAESTRA JOHANA ALEJANDRA NIVIA CASTELLANOS ARTISTA DE COLOMBIA Psicóloga y Especialista en Talento Humano, nació en Ibagué, Tolima, para el año de 1993. Hizo satisfactoriamente estudios de Bachillerato en el Colegio Comfenalco. Realizó estudios de Psicología en la Universidad de Ibagué. Hizo la especialización en Gerencia de Talento Humano, recibiendo el alto grado, por la Universidad del Tolima. Es al mérito, una mujer profesional, dedicada al estudio de la Psicología Investigativa y Organizacional. Tiene varios estudios de Inglés, cursados en el centro especializado, My Way de Ibagué y en el English High Center de Miami Dade, Estados Unidos. Ha trabajado para varias empresas de Colombia y es una buena activista social, para el bien de Colombia.
SOBRE LA TECNOLOGÍA EDUCATIVA EN LOS TIEMPOS ACTUALES En los últimos tiempos, la tecnología ha crecido de manera exponencial, de tal manera que se han desarrollado nuevas herramientas útiles, para el aprendizaje y la educación, las cuales se han dado a conocer de manera empírica y no estructurada, como lo son programas especializados para la enseñanza en las universidades. La razón se debe a la necesidad que tiene la sociedad de buscar información y poderse conectar con el mundo. Esto ha llevado a que nos encontramos en la era digital de la información y la comunicación. Y aunque estas herramientas tecnológicas han facilitado la manera de enseñar, también han limitado el aprendizaje crítico y selectivo. Esto se debe a que la tecnología ha avanzado cien veces más rápido que la misma sociedad, lo que nos lleva como seres humanos, un paso atrás de nuestra forma de vivir. Es por ello que es importante y urgente exigir como sociedad una regulación eficiente y eficaz para las grandes compañías que las desarrollan, además han ido monopolizando el mercado, por lo tanto sus movimientos imperfectos, han afectado la calidad de la educación actual. Además de todo, el gobierno tiene la responsabilidad de brindar una educación de calidad a todos sus ciudadanos, desafortunadamente no lo cumplen con justa cabalidad. En su consecuencia, por tal defecto, ello dificulta a todas las instituciones educativas, en especial a la superior; afectando los mismos aprendices del saber, ya que hablando sobre las prácticas pedagógicas, se observa un déficit en el desarrollo de estas prácticas, donde los estudiantes salen sin rumbos fijos para su buen futuro.
De acuerdo con lo anterior, considero que una solución a esta problemática en la educación actual para fortalecer el desarrollo de las prácticas pedagógicas, principalmente es fomentar como institución el desarrollo de nuevas tecnologías, enfocando el fortalecimiento en las buenos emprendimientos multimedia con las prácticas de gestión laboral, para una educación realmente de calidad. De hecho, la sociedad actual no puede evitar el avance de la
tecnología; debe de buscar la manera de lograr que la
tecnología trabaje para nosotros y no nosotros para la tecnología. Un claro ejemplo son las redes sociales, la sociedad cree que nosotros las usamos y es al contrario, ellas nos usan con el final de lograr adquirir nuestro tiempo de atención hacia ellas, para generar dinero, pues estamos en un mundo capitalista, relativamente salvaje, en donde aún predomina el consumismo en las ciudades modernas, dentro de las cuales las personas, van sin una mayor conciencia sobre las consecuencias ambientales o sociales, que ellos llevan por lo equivocado, ya que para los capitalistas y los gestores del capitalismo, lo verdaderamente importante son las ganancias que impulsan en sus grandes compañías, que promueven la engañosa estabilidad económica a nivel global. Johana Alejandra Nivia Castellanos Maestra de Colombia
MAESTRO JOSÉ NIVIA MONTOYA ARTISTA DE COLOMBIA Licenciado y Especialista en Matemáticas, por la Universidad del Tolima. Maestro en docencia universitaria. Profesor de tiempo completo para diferentes universidades de Colombia. Ha escrito para varios periódicos y revista nacionales. Tiene dos libros científicos publicados. Es además novelista y cuentista colombiano. Ha publicado cuatro novelas; Violencia en el Paraíso, El Demonio de la Sierra, El Canciller de los Tulipanes y El Mercenario Gringo. Se encuentra en la mayoría de bibliotecas de habla hispana. Ha obtenido varios reconocimientos a nivel nacional. Creó también un libro de cuentos, llamado; Prosas de la Conciencia. Y fue finalista del concurso internacional de cuento; La Cesta de las Palabras, España.
LA MELANCOLÍA DE UN LUCERO El sol acaba de hundirse en el ocaso, tiñe el horizonte de oscuridad sombría. En el grisáceo cielo como una lágrima, débil tiembla un lucero en lontananza, es el alma de mi amor, ya muerto. En el fondo de su tenue luz, leo su tristeza, como a un fantasma le cuento mis versos. Lleva inmersa en el alma una historia triste, llena de renunciaciones y de ilusiones rotas. En el corazón, el recuerdo de amores lejanos, en su ser, del blanco gladiolo, su olor a muerte. El dolor de la madre muerta en una tarde gris, la misteriosa luz de sus apagadas pupilas, que sumieron su vida en una agónica noche. El miserere, que tal como un peregrino, la unió al dolor, un vago perfume de flores marchitas. El dejo lejano de una canción que expiró su queja, la nostalgia de los amores que abrazan y se marchan. La sombra con su denso velo al morir el día, el adiós melancólico de un piano al caer su canto, cosas que no siendo ciertas a su pobre alma, mataron. La vida que se escapa como una frágil hoja seca, arrastrada por una ráfaga de muerte.
Como un ave herida en su último vuelo, la tragedia que arrastra con sus alas al indefenso. El pecho que gime por el sepulcro de un amor, ya muerto, como se extingue la vida en un lecho fantasmal. La muerte que con sus huesudas manos toca la frente, la fragilidad humana que pide clemencia a su verdugo. Las tinieblas que penetran en el alma con la muerte, ojos sin vida en ausencia de un amigo que los cierre. Lágrimas que al rodar en el rostro labran el dolor, al macabro abrazo, donde danzan el amor y la muerte. Fantasmas que se pierden en el laberinto de la fantasía, violines que amenizan la laxitud de la parca. El gris fantasma de la pérdida opulenta de grandeza, la nostalgia de un pasado muerto, lleno de nobleza. El triste erial perdido de evocaciones y de sombras, el canto de la plañidera campana en la oscuridad. El inconsciente canto apagado de la niña ultrajada, la oscuridad de la pupila donada, para que de la eterna noche surja una luz. Son razones que me permite el lucero, sumergirme, en el éxtasis de la melancolía, para escribir los versos. José Nivia Montoya Artista de Colombia
MAESTRO ANTONIO BERNARDO PATERNINA GÓMEZ ARTISTA DE COLOMBIA CONSAGRADO Arquitecto, egresado de la Universidad Nacional de Colombia, se ha desempeñado como docente Etnoeducador en el área de Artística desde el año 2009, en la comunidad de Berrugas, municipio de San Onofre, Colombia. Realizó sus estudios de Maestría en Educación con la Universidad Internacional Iberoamericana, UNINI, de Puerto Rico. Actualmente cursa el doctorado en Educación con la Universidad Americana Europea, UNADE. Se ha desempeñado también como director de Danzas y Música Folclórica en la Universidad de Sucre. Ha integrado diferentes agrupaciones culturales de música andina y música folclórica. En el año 2012, grabó una producción discográfica que integra los ritmos andinos con los ritmos caribeños y folclóricos con la agrupación Kenatambo. En los últimos 10 años ha aportado a la ciudad de Sincelejo, un lugar de gestión de la cultura diferente, que alberga y representa a los artistas y escritores del departamento y de la región. Ha participado como coinvestigador en tres proyectos de investigación para el programa, Ondas Sucre, auspiciado por Colciencias, la gobernación de Sucre y las instituciones educativas de carácter superior del departamento, para el bien de Colombia.
CAMINOS DE LA CIUDAD Envolturas de cemento acogen los rostros del ayer senderos que llevan al cauce tus pesares la luna vacila entre las densas nubes desde tu pupila se refleja su luz. Un manto de niebla cubre las siluetas de los edificios en el borde parpadean las luces públicas huellas neumáticas borran tus pasos caminos de asfalto la habitan. Recorrí nuestros encuentros aquel brillo arrastró mi pensamiento y acarició tu sonrisa ese instante se diluye entre destellos nocturnos. Busco liberarme del ocaso de miradas inertes de aquellos que habitan la ciudad vertedero de almas iracundas. Antonio Bernardo Paternina Gómez Artista de Colombia
NOCTURNA Tu silueta emerge entre las olas, humano es sentirte buscarte en las turbulentas aguas de mi memoria creer que soy vulnerable verter tu existencia en mi soledad. Me deslizo en el horizonte el mar danza frente a mí un fuerte sonido de piedras sonoras derrumba mis alegrías. Percibo el sabor de un cosquilleo, un pez vuelve en siete saltos al mar ella permanece suspendida esperando iluminar nuestro encuentro. Antonio Bernardo Paternina Gómez Artista de Colombia
NO PRETENDO No pretendo que el silencio te convoque el azul del silicio brille como estrella en el firmamento el naranja se funde con el violeta en el atardecer el amarillo nace con el sol te deslizas en las gotas de lluvia tu esencia vive entre colores y legados difícil y costoso es invernar mis pensamientos. No pretendo acallar aquellos que me molestan vienen con otros que no quiero dejar mi madre sentada en su máquina de coser atraviesa miles de puntadas en el telar de su vida las partidas son tristes, los recuerdos poderosos. No pretendo que el mar se calme cuando los vientos me traen una deliciosa fragancia impregnada de ti cuando disfruto un aroma de café en las mañanas o calmar la sed de caricias y venturas me encuentro escalando con mis labios húmedos acantilados ocres y rocosos. Antonio Bernardo Paternina Gómez Artista de Colombia
MAESTRA BRENDA ALAZAMENDI ARTISTA DE URUGUAY CONSAGRADA La artista es una escritora y narradora poética, natal de Montevideo, Uruguay. Ha editado y publicado tres libros literarios. Uno de sus libros, fue ganador del Primer Premio, CAT, Libro Inédito, también tiene otro libro literario, que fue ganador del Segundo Premio, CAT, Libro Editado, la artista además ha ganado varios premios a nivel nacional y también internacional, para su buen reconocimiento en América Latina y el mundo.
LA CELEBRACIÓN Comenzaron a llegar las invitaciones para una gran celebración, muy especial que al parecer, estaría cargada de sorpresas. El lugar era una vieja casona, poblada tal vez con sus propios fantasmas y que en aquel tiempo, estaba siendo acondicionada para el evento. No había mobiliario en ella, los invitados estarían de pie sobre una alfombra roja y era lo único que daba al lugar, un toque de autoridad. En un recodo del salón principal, hay silencioso un gran arcón de madera negra y como la de los piratas, se presentaba como un monumento a aquellos filibusteros del pasado. Al frente, lucía ubicado un candado inmenso de hierro, forjado con su llave larga y fina como horquillas de rodetes de damas de antaño, rematada con un hermoso corazón de hierro labrado. El salón con velas iluminado, reflejaba sus luces en los cuadros colocados enfrentados, como manteniendo un dialogo entre el recinto, así tan inusual decorado le daba al lugar un toque, un poco mágico. Comenzaron a llegar los invitados, los mozos con antifaces de plumas y hermosas brillantinas, caminaban veloces por la sala como sombras de retazos de viudos, cargando bandejas con bellas copas de burbujeante champan. Llegado el último invitado, la puerta se cerró. Un tenue teclado comenzó a sonar, parecía que emanaba de las paredes, una sensación de placidez inundó el lugar y dio paso a una alegría quieta, la bella alfombra engullía el sonido de los tacones y ya no importaba el motivo de la celebración, brindis, saludos, tenues risas, era el día del reencuentro.
Al atravesar la sala, me paré frente al arcón, lo roce con la yema de los dedos hasta que tropecé con el candado, de curioso quité la llave. Me senté en el lugar más oscuro del salón, desde allí tenía el privilegio de ver el mundo que me rodeaba. Las sombras hacían posible que viera la luz de las velas en su densa intensidad. Aquel lugar cobijaba un secreto que yo quería debelar. Mi mente se entorpecía, cuando quise cruzar el camino de la bruma, en el trayecto me convertí en un fantasma que cruzaba de lado a lado la sala, sin ser visto. Pero no sólo había música y charla, comencé a escuchar los colores de la noche, el golpe de una ola en el rompiente, el graznido de gaviotas chillando libres. Mis ojos rodaban como monedas de un lugar a otro, no entendiendo bien que sucedía, espadas batientes en cruentas batallas, la paz del soldado de egreso a casa, el amor aferrado a la sinrazón. -De todo laberinto se sale. Eso me decía y me sentía simplemente un explorador, en busca de respuestas, un marinero que se aleja de la costa luego de abordar su barca, sin destino cierto. Me acerque al arcón, introduje la llave en la cerradura y la giré, al hacerlo me encontré dentro de él. Allí convivían, la música, el verso D´Arezzo, pentagramas, escalas, claves de sol, junto con Cervantes, papiros, Víctor Hugo, todos pugnando por salir a festejar, algunos hablaban un idioma que no entendía, me relataban historias sin sonidos, que podía escuchar. Yo quería ver el sol, pero estaba entreverado con la noche, quería subir al árbol, pero no tenía ramas, era un gigante asustando a los niños, no sabía si estaba llorando o si llovía.
De pronto todo ruido cesó, se apagaron las flamas de las velas, sólo la alfombra roja semejante a la nave de una iglesia y aquel arcón que había surcado siete mares y que contenía para nosotros desde la más remota antigüedad lo más bello del ser humano, sus historias, sus palabras escritas en antiguos pentagramas. Lo develó la delicada anfitriona, tenía un antifaz de color perla, pasó al frente luciendo un bello vestido creado en hojas de papel washi, bordado con algas, festoneado con bordes de nubes, abotonado con fragmentos de poesía. Y cantó con voz muy dulce, como sirena que al igual que a Ulises, nos quería arrastrar a sus confines. Las teclas del piano, mientras tanto tocaban sin manos, las claves y las escalas volaban por los aires y se posaban en el atril del piano viejo, que sostenía entre sus teclas la delicada copa, con la cual quizás un siglo atrás habría brindado. Me di vuelta, no había nadie, era el único invitado, al volver la mirada, ella también se había ido. Desconcertado cómo Diógenes con su lámpara encendida, buscando un hombre honesto en la claridad; quité la rosa roja del ojal de mi chaqueta y como gracia a tanto recibido, la dejé junto a la copa y salí. Ya amanecía, la claridad y la frescura me hicieron comprender que la casona estaba habitada por almas viejas, encantadas, que todo les pertenecía, las puertas, las persianas, sus sueños seculares, eran hijos de otros tiempos que sólo querían mostrarme lo más bello que poseían, un regalo que a veces, nosotros tememos ver. Brenda Alazamendi Artista de Uruguay
MAESTRO DIEGO ALEJANDRO CÁRDENAS GONZÁLEZ ARTISTA DE COLOMBIA CONSAGRADO Reconocido estudiante de Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana, en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Nació en la ciudad de Sogamoso, Boyacá, Colombia, el año de 2002. Escribe cuentos y demás historias en sus ratos libres, disfruta de las historias de buena calidad y tiene preferencias por las creaciones de fantasía, en sus diversas formas. Y en cuanto a su vida, prefiere dejar esa tarea a su obra artística.
EL MUNDANO Nos escondimos bajo el puente en donde la luz no llega a ninguna hora, quiero creer que El Mundano, no sabe que estamos aquí. El Mundano nos vio mientras mi hermano y yo salimos del supermercado a llevar comida y todas las demás cosas a casa, ya que mis padres estaban tan indispuestos que no querían respirar, en estos días casi todos los sitios están abandonados, si no es que están destruidos. Un Mundano no come hombres, ni ataca a nadie, sólo les produce curiosidad las personas a quienes ven como hormigas. A veces destruyen todo al caminar sin fijarse, al menos eso es lo que entiendo. Sea como sea, yo no quiero averiguar que hará con nosotros cuando nos encuentre. Precisamente en el puente, fue la primera vez que vi un Mundano, es el nombre que le puse a esa especie, aunque no sé si halla más que este. ¡Es gigantesco! Me hizo sentir diminuta al verlo arrancando un rascacielos desde lejos, lo tomó para masticarlo y luego lo escupió, yo lo miré fijamente cuando lo hacía, aunque mi hermano me dijo que no lo hiciera. Cuando eso, escupió un pedazo de rascacielos, sentí que cruzábamos miradas, quise creer que no me estaba mirando. Dio un solo salto, justo cuando entendí que si me miraba fijamente, entonces lo vi como una silueta que se encogía perdida entre el cielo. Comenzó a descender, su silueta tomaba forma opacando cada vez más la luz del cielo ante nosotros, apenas me di cuenta entre la inmensa sombra que proyectaba, que el dedo pulgar de su pie estaba solamente a dos metros de mí. Mi hermano me agarró como si fuera a taclearme y comenzó a correr hasta este puente, sus pasos se convirtieron en saltos hasta que llegamos aquí.
El Mundano desde lejos era idéntico a una persona, excepto que sus manos tienen dedos tan largos como la mitad de lo que miden sus brazos. -¡Cálmate!-Me gritó mi hermano, como si él pudiera dejar de temblar como yo. -¿Qué hacemos? -Sólo podemos esperar que se vaya… Mi hermano dijo que era raro que sus pisadas no hicieran temblar el suelo. Le dije que me lo imaginaba más fácil de ver de cerca. -Me pregunto si se reproducen-Me comentó después y nos reímos sin entender bien la razón. Vi la piel del Mundano, estaba hecha como de uvas gigantes y por dentro tenían una silueta que me parecía una persona acurrucada, no sé si contarle a mi hermano, es mejor no hablar de eso. -¿Algún día todo será como antes?-Le pregunto para que el silencio no me abrume, mi hermano traga saliva y me responde: -Sí, algún día vamos a dormir. Sé que es mentira, ninguno de los dos puede creer que todo volverá a ser como era, pero si no creemos en lo imposible, ya no habría razón para vivir. Me quedé dormida, abrazada a mi hermano, tuve pesadillas en que El Mundano nos destruía, en una me tomaba entre sus dedos y me estallaba los huesos, en otra nos pisaba mientras bailaba. Me desperté por el miedo. Consciente de que eso debe estar cerca, quiero seguir durmiendo y me esfuerzo en no abrir los ojos, pero ya no puedo volver a dormir. ¡Ya no siento a mi hermano! Me acabo de dar cuenta que he estado abrazando unas ropas, tengo que abrir los ojos. Mi hermano ya no está. Siento
la mano pesada, siento un chichón en la palma, tengo que salir del escondite para verlo bien. Al abandonar el escondite, ese ojo titánico que cubre todos los cimientos de este lado del puente me miró, siguió mis movimientos con su pupila, se movió un poco y dejó pasar un poco la luz del sol que estaba tapando con su inmensidad. A través del chichón en mi mano, se ve la silueta de un feto acurrucado, puedo sentir su palpitar en mi mano. -Tienes que buscar más como nosotros, para que nos convirtamos en el yo que siempre fuimos-La voz suave viene a mi cabeza como un pensamiento. -¿Quién habla?-Le digo a quien me escuche. El Mundano, cierra su parpado y luego lo abre. -No te preocupes, yo soy lo único que existe. Más bien todos son simplemente mi fantasía y yo he decidido que todos se vuelvan parte de mi ser corporal-Es una voz relajante como si me arrullase, pero no me está hablando, se transmite en mi mente. -¿Dónde está mi hermano? -Yo soy tu hermano, soy tu madre, tu padre, soy lo que llamas, Mundano. Soy tú y tú ya lo sabes. No te preocupes, es tan simple, yo soy lo único que existe, tú eres mi fantasía. No lo entiendes y no puedo evitar tu falsa existencia. No vale la pena esta conversación. -¿Por qué?-La pregunta sale de mi boca como un suspiro, luego me responde con silencio hasta cuando irrumpió con una confesión: -Te cuento un secreto, yo no lo sé, no tengo certeza de absolutamente nada, sólo tengo mi fe en que soy lo único que existe. Pero tengo una función y eso es todo lo que necesito, tú también la tienes, tal vez te creé inocentemente por mis deseos de tener con quien hablar.
-¡Devuélveme a mi hermano¡-Le digo con un grito. El silencio volvió a la vez que El Mundano, se fue después de mi grito. -Quiero a mi hermano-Lo digo con un llanto que al escucharlo es un balbuceo, sé que eso me escucha, aun así decide ignorarme. ¿Y ahora qué hago? Sólo me queda caminar por el mundo y tomar lo que me plazca, yendo sin algún rumbo, sin nada que tenga el mínimo valor. Supongo que siempre he sido sólo yo, todos mis conocidos eran fantasías, todas mis conversaciones eran monólogos, siempre he sido lo único que hay. ¡No debo permitirles existir a mis fantasías! ¡Debo dejar de vivir en esta mentira! ¡Este es mi mundo! Diego Alejandro Cárdenas González Artista de Colombia
MAESTRA ESPERANZA CASTELLANOS ARIAS ARTISTA DE COLOMBIA Maestra y gestora social, nació en el Líbano, Tolima, para el año de 1958. Realizó estudios de Bachillerato en el Instituto Nacional Isidro Parra. Es al mérito, una mujer profesional, licenciada en Biología y Química, por la Universidad del Tolima. Realizó varios estudios en el Sena, Lenguaje Profesional y sobre Ética y Desarrollo Humano. Y es una especialista en Pedagogía para el Desarrollo del Pensamiento Infantil, graduada por la Universidad del Tolima. Ha trabajado por tiempo completo como docente científica para importantes instituciones educativas de Colombia y además es una gran activista social, para el bien del mundo.
LA MADRE ESPERANZA Esperanza; ella es una mujer de gran bondad, quien da amor a la gente del pueblo, sus actos son rosarios de fieles bendiciones; ella dedica su corazón a las causas más liberadoras, inspirando en las aldeas la belleza espiritual, todos los días hace primaveras de salvación, para esparcir la tranquilidad en la vida, ella entrega a los seres desamparados el alivio, junto a varias esencias de claridad, que nos apacienta los dolores; linda es su devoción de mujer inmortal, su amor romántico llega hasta el alto cielo, ella está con la pureza de las rosas, Dios la tenga en la luz de la paz, por su vida de consagración al bien; Esperanza. Esperanza Castellanos Arias Artista de Colombia
MAESTRO RUSVELT NIVIA CASTELLANOS ARTISTA DE COLOMBIA Poeta y cuentista de la ciudad musical de Colombia. Es al mérito, Comunicador Social y Periodista, graduado por la Universidad del Tolima. Y es un especialista en Inglés, reconocido por la Universidad de Ibagué. Tiene tres poemarios, una novela supercorta, un libro de ensayos y siete libros de relatos publicados. Es creador del grupo cultural; La Literatura del Arte. Sobre otras causas, ha participado en eventos literarios, ha escrito para revistas nacionales, revistas de América Latina y de habla hispana. Ha sido finalista en varios certámenes de cuento y poesía mundiales. Ha recibido varios reconocimientos literarios tanto nacionales como internacionales. Fue segundo ganador del concurso literario, Feria del Libro de Moreno, organizado en Buenos Aires, Argentina, año 2012. A mayor crecimiento, fue premiado en el primer certamen literario, Revista Demos, España, año 2014. De otra conformidad, mereció diploma a la poesía, por la comunidad literaria, Versos Compartidos, Montevideo, Uruguay, año 2016. Tiempo después, recibió un reconocimiento internacional de literatura, para el premio intergeneracional de relatos breves, Fundación Unir, dado en Zaragoza, España, año 2016. Mereció diploma de honor por sus recitales poéticos en la Feria del Libro, Ciudad de Ibagué, año 2016. Posteriormente, por su obra artística de poemas, mereció una mención de honor en el parlamento internacional de escritores y poetas, Cartagena de Indias, año 2016. Y el poeta, recibió diploma de honor en el certamen internacional de poesía y música, Natalicio de Ermelinda Díaz, año 2017. Bien por su virtud creativa, destacado es este artista en su país.
PERDIDO EN LA CREACIÓN Hace unos años, yo conocí a este artista, recuerdo que era un hombre con ojos de luciérnagas. La última vez que lo vi en esta vida, fue junto a la ventana de su habitación modernista. Ese día, lo percibí preocupado en su personalidad. Por cierto, él manifestaba un semblante fantasmagórico. En cuanto a su ocupación; hacía de escritor existencial y por lo tanto vivía encerrado en su residencia, obrando novelas por la patria de Macombia. Demás como persona, tenía la cara regordeta en medio de su piel blanca, que lo distinguía tan propiamente. Y le gustaba fumar con pasión. Entre los atardeceres, prendía el cigarrillo, adentro en su biblioteca. Tiempo después; pasaba a la estantería y tomaba los libros de siempre. Allí bien, rememoraba las historias de Gabo y Héctor Abad, leía sus obras literarias, las imaginaba con agrado y al nuevo tiempo, pasaba a su escritorio y resuelto se sentaba de frente al computador para rehacer a la literatura artística. Allí en además su situación, pensaba en los miserables y con deseo febril, se ponía a relatar las atrocidades de sus personajes malditos. El estruendo de los hombres al morir, lo convirtió consecuentemente en un hombre revoltoso con la escritura. De hecho a solas, comenzaba a revelar unos seres monstruosos por medio de las tramas que recreaba portentosamente. A su ritmo, iba soltando las palabras suyas con ferocidad. En subida, sólo se prendía con verdades hasta irrigar su estrepitosa prosa en el lienzo. Así generaba con poder intrigante su novelística, alcanzaba a trasmitir fuertes sugestiones, concebía las figuraciones poéticas, muy bien. Ya cuando él iba menguándose, pasaba a beberse una taza de café con calidez. Más lo hacía en soledad, para así poder repensar mejor los conflictos
de los protagonistas. De modo tal que le daba uno y dos sorbos a la bebida. De a poco cavilaba, un poco elucidaba su mente. Y de repente, reanudaba su narrativa roja, recuperaba el sentir enérgico, ponía las imaginaciones rompientes. Pronto al hecho, volvía a la ficción, metiéndose profundamente hasta llegar a la ruptura dimensional, donde las masacres acababan por ser una realidad del país donde él envejecía entre los propios sacrificios. Entre tanto el escritor, según creo, se quedó entre la vida y la muerte, posiblemente fue cuando lo vi por última vez en su habitación, aquella tarde de octubre. Pues lo cierto es que nadie ha vuelto a presenciarlo en ningún lugar ni en alguna ciudad, tan siquiera utópica. Así que parece que ahora no está aquí en nuestro mundo ni allá en la fantasía. Sin más; tal es todo lo que se sabe del novelista, que está desaparecido. Rusvelt Nivia Castellanos Artista de Colombia La Obra Literaria; Merecedora de Reconocimiento Internacional, Primera Mención de Honor, Diecisiete Concurso de Cuento Hespérides, Buenos Aires, Argentina, Año 2019.
De los creadores, La Literatura del Arte.
Obra fotográfica, El padre y la hija del amor.
LOS CUENTISTAS
MOISÉS ROBERTO CÁRDENAS CHACÓN CUENTISTA DE VENEZUELA MENCIÓN DE HONOR Nació en San Cristóbal, Estado del Táchira, Venezuela, el 27 de julio de 1981. Es poeta, escritor, profesor y licenciado en Educación, Mención Castellano y Literatura. Artista egresado de la Universidad de los Andes, Táchira. Ha publicado en antologías de Venezuela, Argentina, España, Italia y Estados Unidos. Entre sus obras artísticas, destacan; Poemario, En el Jardín de tu Cuerpo, Venezuela, 2021. Novela de género testimonial, Los Ojos de un Exilio, Editorial Avant, Barcelona, España, 2020. Publicación digital, Obra poética y narrativa, Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses, volumen 208, BAT. Poemario infantil, Mis primeros poemas, Ediciones Ecoval. Poemario, Poemas a la Intemperie, Editorial Symbólicus. Poemario, Duerme Sulam y ha publicado el Poemario, El silencio en su Propio Olvido.
EL INDIO DE FUEGO Y NAVAJO NOBLE Tenían el cabello azabache y sus pieles eran trigueñas, uno era alto y flaco, el otro más bajo y algo gordito. El indio de más estatura, llevaba un escudo hecho de plumas, que al girarlo desprendía llamas, cargaba un lazo de vaquero que lo sujetaba de un cinturón campero, hecho en piel engrasada de color marrón, donde resaltaba una hebilla metálica de color oro viejo, toda su indumentaria, resaltaba con su nombre, El Indio de Fuego. En cambio su compañero, Navajo Noble, llevaba un cuchillo verijero, hecho de acero común y mango de madera, que lo colgaba sobre un lazo apretado a su cintura. Ambos hombres, vestían camisa y pantalones de algodón, unos mocasines en forma de bota hasta la rodilla, y llevaban una cinta ancha de color verde alrededor de la frente para sujetarse sus largos cabellos, ya que los dos tenían largas melenas. Estos dos indios, eran unos justicieros en una ciudad alocada por la tecnología. Los delincuentes que eran detenidos por ellos, no comprendían de donde habían salido, porque al mirarlos con atención, para ser sincero, eran una mezcla de todo. A pesar de eso, luchaban valientes contra todos aquellos maleantes que se les atravesaran, sin importar sus comportamientos o características, ya que los ladrones podían ser organizados, desorganizados, interpersonales, oportunistas, que hacían todo tipo de fechorías; desde hurtos en tiendas, establecimientos comerciales, joyerías, asaltos a transeúntes, etcétera. En una oportunidad, estos dos justicieros atraparon a unos ladrones de bancos, que estaban asediando a la Ciudad Granja. Que nada menos era una metrópolis de bastantes edificios, rodeada por algunas barreadas pobres y
ricas. Los medios de comunicación muy pocas veces los entrevistaban o daban noticias de ellos, algunas escasas reseñas en portales electrónicos mencionaban sus logros. En realidad Ciudad Granja, no era muy agradecida con la ayuda benevolente de estos dos amantes a la justicia y la libertad, que se habían dado a conocer cuando atraparon al primer ladrón, que estaba asaltando a un grupo de niños, que salían de una escuela. El Indio de Fuego, cada vez que salía a defender la ciudad, se ceñía con fuerza la cinta ancha, que sujetaba su cabello y con voz airada exclamaba: -¡Por los oprimidos, las viudas y los huérfanos! Navajo Noble, tomaba el cuchillo de una mesa de madera que estaba en su escondite, lo colgaba en su cinto, y miraba a su amigo. Pero cierto día, sucedió una nueva fechoría que tenía que resolver. Se trataba de un aviso desde la comisaría de Policía. Navajo Noble, sacó un celular de alta generación y revisó el mensaje de WhatsApp, donde leyó: “Señores justicieros, necesitamos que nos ayuden. En el barrio Sueño, hay un sujeto con un fusil que está apuntando en el balcón de un departamento a una dama de mediana edad. Los vecinos del edificio, atestiguan que el hombre amenazó en matar a la mujer. Estamos sorprendidos de este caso, porque Ciudad Granja, llevaba mucho tiempo sin ver a hombres atacando a mujeres. Por favor, requerimos de sus servicios”. El Indio de Fuego tras escuchar el mensaje, no sabía que expresar. Quedó pensando en decir la consigna: “Por los oprimidos, las viudas y los huérfanos”. Luego miró a su compañero y en silencio, salieron rápidamente de su escondrijo. Cada vez que sucedía algo, ellos corrían a gran velocidad, ya que ese era su medio de transporte, porque sus pies volaban como gacelas. El Indio de
Fuego extendía su escudo, lo giraba y este desprendía llamas, que lo empujaba más y más, hasta dejar atrás a su compinche, que intentaba alcanzarlo con la lengua por fuera. Siempre llegaba primero el indio alto, y luego su amigo gordito. En esta oportunidad ocurrió algo. Sucedió que cuando estuvieron a punto de llegar, el escudo del Indio de Fuego, empezó a apagarse, las llamas estaban perdiendo fuerza, entonces Navajo Noble, soplaba y soplaba hacia el escudo, tratando de revivirlo, pero no podía. Mientras tanto, desde el balcón, el sujeto vociferaba en matar a la mujer ante las miradas atónitas de unas chicas vecinas de la angustiada víctima. Los dos indios apresuraron el paso y como pudieron llegaron, pese a los tropiezos que tuvieron por ir muy rápido. Ya frente a ellos se encontraba un hombre muy alto y corpulento, calvo y de mirada fría. La mujer, pese a que estaba llorando, desde el balcón se notaba que era hermosa, su tez blanca resaltaba sus bellos ojos verdes, junto a la cintura de flor con sus jugosos senos turgentes. En cuanto a la situación, el Indio de Fuego, sacó rápido su lazo y le quitó al malhechor el fusil, que cayó al suelo haciendo un disparo, que hizo saltar de un susto a Navajo Noble. Enseguida el mal hombre, tiró a la mujer desde el balcón. Los gritos fueron de terror por parte de las chicas que estaban allí y de otros curiosos, que se acercaron, pero de manera valiente los dos indios corrieron para agarrar en sus brazos a la bella mujer. Luego la bajaron despacio y la sentaron en el piso, ella quedó sorprendida al mirarlos. Pero en ese momento, salió del edificio, el bravo hombre que portaba en esta oportunidad un afilado cuchillo. Así que el Indio de Fuego, le lanzó rápidamente el escudo, haciendo que este diera contra la mano del malvado, donde sujetaba el arma. El sujeto se molestó con los dos justicieros, y les dijo:
-Vamos a ver quién de los dos, puede conmigo. Entonces Navajo Noble, se plantó frente a él de forma valiente, el hombre se le aproximó con los puños cerrados en posición de ataque. A un lado, estaba el Indio de Fuego, esperando la batalla. En eso, el indio gordito, vio frente a él una gran bestia, un ser gigantesco, que se le lanzaba contra él, fue tan rápido que sintió un poderoso golpe que lo hizo volar por los aires, mientras el Indio de Fuego abría los ojos, sorprendido ante la mano fuerte del hombre. Y fue allí que se dio cuenta, que empezaba ante ellos una nueva batalla contra las nuevas bestias, que empezarían atacar a las mujeres como víctimas. En su cabeza al indio; le llegó el recuerdo de las damas de su terruño, que habitaban entre flores, pájaros y que se bañaban bajo las luces de las estrellas, que adornaban el cielo de los Dioses. Entonces, mientras se le acercaba el tipo, volvió a su realidad. Encontró que su antiguo terruño era un lugar de asfalto, de inmensos edificios, casas pobres y lujosas, donde los crimíneles andaban entre robos y hurtos. Y en su momento el indio, antes que el malvado le lanzara un puñetazo, volteó rápidamente para contemplar la mirada de la mujer que yacía sentada en el suelo, esperando que la salvara de aquel malviviente, que iniciaba una nueva era de pillajes. Moisés Roberto Cárdenas Chacón Cuentista de Venezuela
ALEJANDRO DAMIÁN LAMELA CUENTISTA DE ARGENTINA Nació el 9 de abril de 1981, en el barrio porteño de Flores, Buenos Aires, Argentina. Es Licenciado en Periodismo de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Es docente y escritor. Sus obras se han publicado en diversos sellos editoriales. Autor de los libros; A las Puertas del Anochecer, Cuentos fúnebres, Ediciones Telmo 2006; Bajo los Abismos de la Locura, cuentos ausentes, Ediciones Mis Escritos 2012 y autor del libro, Pasajero en Trance, crónicas de un viajero sufrido, Ediciones Mis Escritos, 2013.
BATALLAR LA OSCURIDAD Dedicado a Dave Gahan, cantante de Depeche Mode, quien el 24 de marzo de 2018 dio un magnifico recital, ante 45 mil personas en casi completa oscuridad, gracias. La oscuridad está ahí en el mundo. Envolviendo. Envolviéndote. Envolviéndonos a todos. Siempre. No puedes vencerla, porque ella es parte de ti; como un virus, que en su desenfrenada búsqueda de propagarse y sobrevivir, termina matando al huésped. A la oscuridad no le importa matarte. Sólo le importa existir dentro de ti y propagarse a otros. Yo no puedo evitar que mi propia oscuridad esté dentro de mí, pero no permitiré que se propague a los demás individuos. Aunque rompa cada partícula de mi ser en la tarea. Algo falló ahí afuera. Algo no está bien y desembocó en este terrible paisaje. En esta terrible noche. Noche en la que esa oscuridad es palpable. Y no me refiero a un sentido filosófico. No, ahí fuera, no hay nada. Es decir, hay muchos, pero nadando en la nada en la que esa maldita se siente tan a gusto. Ese mar que te hace invisible a ti, pero expone tus miedos, tus locuras y tus demonios. La única diferencia entre los que están allí afuera y yo, es que conozco perfectamente a cada uno de mis demonios. Infinidad de noches, de eventos, de desbordes hacen que te sientas hermanado con tus demonios. Son hermanos crueles, eso sí, como una manada de lobos en la cual la menor debilidad, queda expuesta y castigada por quienes te rodean; sólo que los lobos lo hacen para fortalecer la manada. Y mis demonios se sienten extasiados debilitándola. Debilitándome. Pero no puedo ser débil. No hoy en este páramo donde hace instantes han decretado la muerte de la luz. Donde la oscuridad ha preparado el terreno para su victoria. Una aplastante victoria. Normalmente no debo permitir que ella me use como catalizador. Soy una antena, un satélite, un megáfono. Comparto con otros mis soledades, mis angustias, mis esperanzas. Sí, las esperanzas. A eso debo aferrarme para que la
oscuridad no me devore hoy mismo, en esta hambrienta noche en la cual sus artilugios están potenciados, y me use como un servil esclavo de sus retorcidos anhelos. Hoy debo encontrar en lo más profundo de mi ser la fuerza, que sé que allí reside, y extrapolarla a cada una de esas almas que aguarda por un momento de magia en medio de este desastre. Aún en este caos anónimo, impenetrable, atroz, ellos buscan una gota de magia. Tal es la desesperación humana por conectar, por sentirse vivo, por tener un pequeño momento de unión. Entre ellos. Conmigo. Con el universo. Aún así lo intentaré. Elevaré mi espíritu, incendiaré mi alma, romperé mi cuerpo si es necesario, para no entregarme manso a esa noche. Y aunque mi cuerpo ya esté roto por haber sido su morada durante décadas, por haberme tentado, sucumbido, muerto y revivido en más de una ocasión, mi cuerpo es la firme expresión de que si bien ella no puede ser vencida, sí puede ser combatida encarnizadamente. Pospuesta. Por una noche más. A todos nos llegará la oscuridad. En su forma definitiva, en su formato innegable, en su aplastaste victoria. Pero no esta noche. Aquí y ahora, peleamos. Aquí y ahora bailamos, celebramos estar vivos, festejamos por un par de horas nuestra inverosímil confianza en poder llegar a la mañana, aún cuando la noche está llena de terrores que pueden derrotarnos tan sólo con el uso de su arma más simple, elemental y básica: el miedo. Tuve miedo de no estar a la altura del rol en el que me pusieron. Tuve miedo de no tener el suficiente talento, la suficiente humildad y la suficiente arrogancia que el puesto requiere. Tuve miedo de no ser fuerte para resistir al camino. Luego tuve miedo de no soportar los patéticos caminos que encontré para hacerlo: las drogas, el alcohol, los excesos. Tuve miedo de traicionar a mi familia, a mis amigos, a mis colegas. Sí, sobre todo a mis colegas que batallarán a la par de mí, esta noche. No debo olvidarme de ellos, porque ellos no me dejaron caer del todo en el momento de mi aparente derrota. Sé que ellos están ahí cerca, ya los escucho, oigo el ruido de sus armas rugir a la espera de que salga a comandarlos. De que los guíe en este valle de
sombras. Aún y después de todo lo que les hice pasar, ellos confían en mí. No puedo decepcionarlos. Tampoco a todos los demás individuos. Ni a mí mismo. Debo acallar mis monstruos internos, pero sin trampas. Debo acallarlos como se acalló todo durante esos minutos en los que formé parte de la oscuridad definitiva, antes de que me trajeran nuevamente. ¿Había paz? ¿Calma? ¿Luz? No, no había nada. Ese es su reino oscuro, su dominio ancestral. La Nada misma. Allí afuera lejos está de no haber nada. Por el contrario, hay mucho. Todo a la vez, sucediendo al unísono. Miles de gargantas, miles de palmas, miles de cuerpos, gritan ahora. Gimen. Claman. Exigen. Añoran. Esperan. Sueñan. Viven. Estamos vivos. Y es el único momento en el que podemos celebrar eso. Mientras aún lo estamos. Y cada uno de estos eventos, aún el de esta fatídica noche, es una oportunidad para festejar, para luchar contra la oscuridad reinante en este enorme templo. Y vencer. Vencer hoy para al menos poder luchar otro día. Es hora de bailar, hora de cantar, hora de hacer música. Es hora de iluminar los corazones de todos esos individuos que aguardan por su banda, en un estadio en el que todas las luces y pantallas han sucumbido ante la oscuridad, ellos nos han dejado solos, han fallado, pero aquí no fallaré, yo. Es hora de brillar. Es hora de hacer lo único, para este concierto en el fin del mundo. Es hora de batallar la oscuridad. Alejandro Damián Lamela Cuentista de Argentina
ARMANDO ARAVENA ARELLANO CUENTISTA DE CHILE El artista, nació el año de 1947, en la ciudad de Santiago de Chile, Chile. Profesor de artes y escritor. Columnista de diarios nacionales. Ha escrito más de noventa cuentos, diez novelas y doce obras de teatro. Sus obras han sido distinguidas y editadas en Argentina, España, Francia y Chile.
USTED DIRÁ, SEÑORA Sintió el vehículo desde el mismo instante en que éste se detuvo, frente a la entrada de la casa. Se acercó al ventanal sólo lo suficiente para no ser vista desde el exterior. Luego dejó que sonara dos o tres veces el citófono, antes de levantar el auricular. -Sí, pase-Dijo después de escuchar la identificación de los visitantes. Caminó lentamente para aguardarlos con la puerta entreabierta. Intercambió un breve saludo y se paró en medio del pasillo para demostrar su intención de abreviar aquella visita. -Entendemos que es algo muy doloroso y lamentable, pero por el bien de la justicia y por los requerimientos del proceso es necesario que Usted concurra al tribunal-Dijo el más maduro de los hombres. -Bueno... y si quisiera rehusar a hacerlo, ¿qué puede pasar? -Bien-Dijo el hombre exhalando un profundo suspiro-sería muy lamentable que así ocurriera, en tal caso la investigación se dificultaría enormemente y más aún la recuperación de los bienes. -Creo que sería mejor olvidarme de todo…-Dijo la mujer tras un instante. -No es tan fácil-Dijo el más joven que hasta ese instante se movía inquieto por el breve espacio y la incomodidad en que se desarrollaba la conversación-, es posible que el juez de todas formas la obligue a participar en una ronda de reconocimiento. -Sobre todo porque hay otros delitos de similares características en este mismo sector-Ratificó su compañero, cambiando la posición de su cuerpo y dejando ver el volumen de su arma de servicio a través de las ropas.
-Pasen-Dijo la mujer, avanzando hasta la sala-, tomen asiento, ¿desean un café? -No, nada. No se moleste-Respondió el mayor a nombre de los dos, instalándose en uno de los sillones. -La situación no es tan engorrosa como las que hasta este momento le han correspondido vivir. Se trata de ubicarse en una sala en donde a través de un vidrio, Usted puede examinar a un grupo de cinco o seis hombres, para determinar cuál es el que Usted reconoce como el sujeto que entró a su vivienda. La mujer dio un breve paseo por la sala y luego se detuvo, delante del ventanal. Se envolvió fuerte en su bata, apretando sus ropas hasta quedarse sin respiración, luego con voz quebrada y sin volverse dijo: -Todo esto ha sido para mí mucho más violento que el propio asalto, tal vez nunca debí haber hecho la denuncia. Es terrible verse sometida a preguntas tan íntimas como inútiles y capciosas. Y luego viene alguien y de nuevo te pregunta, ¿y por qué esto, y por qué esto otro? ¡Es algo que nadie puede soportar!, ¡Es, denigrante! -Lo entendemos perfectamente, señora, pero es así como funciona la justicia en nuestro país-Dijo el hombre luego de un rato y poniéndose de pie le extendió el documento con la convocatoria. Tras despedir a los hombres, la mujer se quedó de nuevo junto al ventanal con la vista perdida en ese punto indefinido al final de la calle, en donde los árboles parecían llegar con sus ramas desiertas hasta los faldeos cordilleranos. -¿Pero te hizo algo?-La interrogante la repetía una y mil veces. Era lo que Agustín, primero había preguntado. Claro, él primero y todo el mundo después. -No, no me violó, si es eso lo que quieres saber.
-No, me refiero a si te pegó o te hirió con algún arma-Dijo Agustín poco convincente desde Nueva York. -No, sólo algunos moretones, ¡y mucho susto!-Irrumpió ella llorando-. Ahora me regreso de inmediato; tomo en este instante los pasajes. -No lo hagas-La persuadió ella. Termina lo que debes hacer y te vienes-Le dijo sin poder controlarse. Cuatro días después, Agustín había vuelto. Ella narró una vez más todo lo ocurrido y luego recorrieron juntos los sitios de la casa por donde el joven delincuente la había llevado y luego amarrado, para que no pudiera dar cuenta de lo ocurrido. Pero Agustín tenía cada vez nuevas preguntas. Y llamó a su abogado y a su primo de la oficina de extranjería de investigaciones. Y todos llegaban preguntado cosas, detalles, pistas. Y todos parecían atar cabos, descubrir cosas nuevas y sacar conclusiones en silencio y Agustín diciendo que no importaban las cosas sino el trauma, el miedo, la psicosis de Lucía. Ella por su parte lo reconoció de inmediato. Incluso ahora, cuando luchaba por parecer más bajo, hundiendo su cuello, flectando levemente sus piernas y escondiendo sus zapatillas blancas bajo el jean descosido. -Pónganse de frente y párense bien-Ordenó el policía a través del intercomunicador. Lucía detuvo su mirada y examinó su tórax, huesudo, oscuro y musculoso bajo las ropas. Creyó sentir de nuevo su transpiración y su aliento a tabaco y licor, que obviamente Agustín jamás habría expelido. Recorrió una y otra vez su rostro. Ahora sus ojos no eran ansiosos y expresivos ni tampoco las ventanas de su nariz se abrían con fuerza buscando el oxígeno. -Mírelos a todos, uno por uno, señora-Dijo el policía. Y ella desvió su mirada para posarla sobre cada uno de los demás, hombres de la fila.
Sin embargo, casi sin querer su vista se volvió para atrapar aquellas manos enormes de dedos oscuros y de áspero tacto. Un confuso estremecimiento le recorrió todo su cuerpo cuando recordó la fuerza con que fue aplastada contra el sofá. -Piénselo bien señora y me dice-Acotó el policía alejándose unos pasos para dejarla sola en su examen. La mujer observó por última vez el rostro del joven. La dureza de aquella máscara rígida y severa la volvió a estremecer. -Usted dirá, pues señora-Dijo el policía tras unos minutos de espera. - No, definitivamente no es ninguno de ellos-Dijo ella con tono seguro. Armando Aravena Arellano Cuentista de Chile
BENITO PASTORIZA IYODO CUENTISTA DE PUERTO RICO Nació en Humacao, Puerto Rico. Ha sido ganador de varios premios en los géneros de poesía y cuento. Ha merecido varios reconocimientos nacionales y también internacionales de literatura. El Ateneo Puertorriqueño, premió su poemario Gotas Verdes para la Ciudad y el cuento, El Indiscreto Encanto. Recibió el premio en poesía del Latino Chicano Literary Prize, por su libro, Lo Coloro de lo Incoloro, publicado en la colección Cenzontle de la Universidad de California. Su poemario, Cartas a la Sombra de tu Piel, obtuvo el premio, Voces Selectas y fue publicado por Luz Bilingual Press en los Estados Unidos y Tierra Firme en México. También publicó el poemario, Elegías de septiembre con Tierra Firme, en México. El artista, Benito Pastoriza Iyodo, ha sido cofundador de varias revistas especializadas en la difusión de la nueva literatura escrita por latinos en los Estados Unidos. En 2005, obtiene premio en poesía de Terra Austral Editores. En 2006, obtiene premio en poesía y premio en cuento del certamen, Manuel Joglar Cacho, en Puerto Rico. Para el año de 2014 en Uruguay, recibe el Premio Julio Cortázar por su relato, Solfeo Habanero. Su libro de cuentos, Cuestión de Hombres, fue publicado por El Latino Press de la Universidad Estatal de Nueva York. Es además de todo, un gran artista de su país en letras, para el mundo. Y por su virtud creativa, ha dejado muy buenos libros para sus lectores.
INVIDENCIA DE MAR Antes que el sueño o el terror, tejiera mitologías y cosmogonías, antes que el tiempo se acuñara en días, el mar, el siempre mar, ya estaba y era. Jorge Luis Borges El El día que llegó el mar, tus ojos se abrieron como dos lunas llenas para tragar la inmensidad que habías presentido en los sueños. Habías vivido una existencia entera sin poder verlo. Mitos, canciones, historias y leyendas bañaban tu ideario infantil de aquella inmensidad que llamaban mediterráneo. De niño, te lo describían, pero no era lo mismo. A diario, olías el fuerte salitre que inundaba tu olfato. Era omnipotente, imponente este Dios de los tres continentes. De noche se intensificaba el olor marino con las algas muertas a la orilla. Un maestro, sabio en ciencias costeras, te había explicado que al fenómeno se le llamaba sulfuro de dimetilo. Luego estaba la increíble maravilla de escucharlo. Rugía con el viento, suspiraba con la brisa. Y bañarse en él era como entregarse a lo eterno. Te abrazaba entero envolviéndote en un líquido gelatinoso. Cuando te besaba, su beso era de sal profunda y constante. Probar el mar de las penínsulas era embriagarse en lo telúrico. Todo lo habías percibido con los cuatro sentidos a tu alcance, todo, excepto poder verlo en su magnitud. Tu padre, te había prometido que algún día lo verías. Qué la medicina avanzaba, que fueras paciente. Que ya verías este mar que definía nuestra esencia. Pero tu madre te regaló la poesía. “La poesía es como el mar, eterna,
cambiante, rica, avasallante, plena. Leeremos poesía para que conozcas y sientas el Mediterráneo”. Y con las voces maternales llegó Antonio Machado, viviendo en la añoranza lo que sería tu esperanza. “Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa y escondido tras las cañas duerme mi primer amor, llevo tu luz y tu olor por donde quiera que vaya, y amontonado en tu arena tengo amor, juegos y penas”. Y sí, la poesía te regaló el mar. Machado y tu madre te supieron regalar el juguetón Mediterráneo que se te escapaba por los filtros de la luz. Aún sin la visión, tu experiencia con el mar había sido múltiple y compleja. La imaginación y la clarividencia que poseías te permitían vivir el mar, en un centenar de transformaciones. Su olor era múltiple. La sonoridad del oleaje se alteraba. El sabor de la sal menguaba. El roce contra tu piel a veces era áspero, en ocasiones suave como la seda. El mar era heterogéneo, existiendo siempre en una inmarcesible pluralidad. Ahora te habían operado la vista y tu percepción sería otra. Este quinto sentido agudizó tu existencia. Tu padre había cumplido su promesa. La medicina ahora te regalaba aquello que parecía abrumador. Las imágenes visuales se multiplicaban con tanta rapidez que tu mente no podía captar la invasión de millones de espectros. El poder ver, también era una forma de injusticia. Nunca habías conocido la fuerza totalizadora de este mar y no te imaginabas que su pujanza te arrastraría para siempre. Con el piélago asimilaste percepción y distancia. Comprendiste la gama del color. El azul no era azul sino añil, cerúleo, índigo, garzo, lapislázuli, zafiro, turquí, cian, turquesa, aguamarina. O acaso era un verde tornado en azul. La gradación del color anunciaba cambios en la profundidad del mar.
La luz del sol y la luna contra sus aguas, te regaló la compleja noción de la cristalinidad. Con las olas aprendiste el movimiento de las masas. El retiro, el acercamiento. La lluvia agujereaba la marea perforándola con una transparencia metálica de proyectiles alterados. El intenso azul o el intenso verde, te cegaba la mirada. Era como una segunda ceguera, distinta y abrumadora. Cada gota se multiplicaba en la profundidad buscando el viaje final de los tropeles mitigados. Eras mar ibérico, itálico y balcánico. Mar múltiple de nombres. Mar Medi Terraneum, Mesogeios, al Bahr al Mutawasit, Ak Deniz y el Gran Verde para los antiguos egipcios. Lograste comprender de inmediato que el mar en medio de las tierras no era como te lo habías imaginado. La presencia visual de las aguas excedía la poesía que tu madre te había regalado. Comprendiste que la ubicuidad engañaba el deseo. Luego los versos de una poeta lejana, llamada Julia de Burgos, te ofrecían una explicación: “¿Es el mar que ha salido a mirarme o es mi alma flotando en el mar?”. La sal y el viento picoteaban tu cuerpo delicado con furia, invitándolo al suave descenso. Tenías que dejarte tragar. Dejarte poseer. Llegar hasta el fondo donde finalmente entenderías la solvencia de la vida del bello monstruo, que era el Mediterráneo. Con grandes rugidos te recordaba que la vida había comenzado en él. Siempre pensaste que las horas de amor con las aguas saladas serían pasajeras, pero la perennidad de lo imperceptible habría de ser esto. Un mar abierto, sosegado de efusiones. Ahora tu cuerpo y las solvencias marinas se habían fundido en una intención estranguladora de arenas, aguas y algas. Juntos intentaban comprender el sentir desenfrenado que les cabalgaba por las arterias rebosantes de peligros. La esencia de lo indefinible se conjugaba en el mar de los tres continentes fundadores. La poeta que tragaba ríos y océanos, ahora te susurraba al oído:
“El mar es la vida. El mar es la muerte. Déjate llevar. No construyas un rompeolas de penas”. El juicio pensante se difuminaba con las olas agigantadas que arrastraban tu cuerpo mar adentro. Y sí, bello entregarte al mar de los dioses que era el comienzo y el final de la existencia, la vida y la muerte abrazadas eternamente en una totalidad. Y el oleaje aumentaba en violencia, castigando el balance de las piernas enredadas en las piedras y el sargazo. Sentías que te ibas, que desaparecerías para siempre en la vastedad del mar. Ya lo habías presentido en los sueños de la niñez. El amor esperanzado habría de llegar hasta esa orilla. Sin rastros. Sin decepciones. Un mundo marítimo de peces, aguas y cuerpos desconocidos. Una serenidad de mar, conspirada contra el pesar. Aquel mar colmado de besos, deseos y arrebatos sería tu maestro avezado con el plan infinito de saciarte hasta el final, para que comprendieras la multiplicidad de tu existencia, para que entendieras como el inconmensurable valor de los cinco sentidos, definían el ente planetario que eras y a la vez dejabas de ser. Ahora habías descubierto la esencia de la eternidad. Tu padre ya te lo había dicho, este mar Mediterráneo, definía nuestro ser y determinaría tu vida. Benito Pastoriza Iyodo Cuentista de Puerto Rico
BERMAN JAVIER SÁNCHEZ DELGADO CUENTISTA DE NICARAGUA Nació en Masatepe, Nicaragua. Es médico y pediatra, con 26 años de experiencia en su labor. Se encuentra casado, practica el atletismo y pertenece al círculo literario de su municipio, donde ha procurado desarrollar su afición por la poesía y la narrativa corta.
LA DAMA -Sabes Sebastián, yo creo que el creador del ajedrez era visionario. Te voy a decir por qué, mira a la dama, se puede mover para donde quiera, para atrás, para adelante, a los lados, puede correr o sea sólo le faltó saltar, pero para que no la compararan con el equino, el inventor lo evitó, además todo eso representa poder; las mujeres al poder. -Buena hipótesis, Filiberto. O sea, el fulano ese podría ser el primer feminista de la historia-Contestó el amigo con una pequeña risa y añadió: ¿Y si fue mujer la que inventó este juego? Dicen que fue en India o China o no sé dónde, pero fue por ahí-volvió a reír-. Ponen al rey inútil, solamente puede dar un pasito para adelante y un pasito para atrás, tipo la canción y a los lados, un chachachá. -¡Sí!, el rey representa lentitud, o sea senectud, falta de vigor. Qué descubrimiento el que estamos logrando, fíjate-dijo con cierto entusiasmo el interlocutor para luego proseguir-. Clase de nota la que estamos matizando, hasta estoy impresionado conmigo mismo. -Un momento, ¿qué te pasa, Maje? Acuérdate que fuimos buenos alumnos, no me digas; pero sigamos que está bueno esto. Entonces la dama representa energía, fuerza, poder pues. -¡Ahí está! La dama es el futuro o sea las mujeres y el rey es el pasado, el hombre que pasa a segundo plano. Lo demás no cambia, fíjate, los alfiles a ambos lados del poder, ellos son los asesores que en su momento fueron el poder eclesiástico, van y vienen como grandes emisarios sacrificables en última instancia; luego la caballería, que equivale a la fuerza del ejército que se desplaza, para luego seguir con las torres. ¿Qué te parece?
-Pensé que sólo vos ibas a hablar y yo de menso, nada más oídos. Gracias por darme la palabra. -¡Ideay! ¿Te arrechaste? Dale, seguí. Era característica de ambos amigos el enojarse, sin llegar a mayores consecuencias, por la costumbre de extenderse en los comentarios a causa de la supuesta sapiencia que ellos mismos se otorgaban. -No hay falla pues, ahí voy. Y las torres que ven todo, hasta son de espionaje, chocho, deberíamos ser consultores-Rió nuevamente Sebastián-. Y para terminar los peones, pobres, los soldados de infantería, hasta de carne de cañón los ponen los que mandan. Como sucedió en el desembarco a Normandía, cuántos chavalos murieron, ni cuenta se dieron. -O como, no mejor ni lo menciono, no vaya a ser y alguien me escuche y la agarre, ojo pues, bueno, bueno le dijo la mula al freno, sigamos, el inventor o inventora del juego ciencia, miró lo del momento y lo del futuro. Guerras siempre ha habido, pero lo de la mujer y este embrollo disque feminista, que el empoderamiento, que los espacios equitativos, que los salarios y la tal dama hace centurias ya era la mera mandamás; por lo menos en el juego-Sonrió Filiberto-, clase de locura la de nosotros, van a decir que estamos drogados. -Vamos, sigamos. Traslapemos el ajedrez a la realidad actual, ve, arriba queda la mujer, no preñada como en la canción de los guaraguao, no, está arriba por lo menos en la mente de las feministas; después en medio los burócratas y tecnócratas, y los medios; la prensa comprada o manipulada. ¿Qué decís? -Ajá, y después al frente la soldadesca, los jóvenes, muy jóvenes, los peones que son las marionetas, lanzadas a provocar violencia y destrucción, como en Chile. -Espérate, cálmate que ese es otro rollo.
-Bueno, bueno, te doy otro ejemplo, las chavalas con su cantito: “El abusador eres tú; hasta vos y yo la agarramos”. ¿Qué te parece?, hemos analizado según nosotros el ajedrecito en su planteamiento de la posición de las piezas, pero no el juego en sí. -Pues claro, hombre, ¿qué acaso somos ajedrecistas? ¿Qué te parece si vamos a algún periódico para que publiquen nuestras conclusiones? -De plano que estás loco, no juegues. Lo que podríamos sacarnos es una buena garroteada-diciendo esto, Filiberto soltó una sonora carcajada la que ripostó su amigo de forma similar. -Dale, ahí dejémoslo pues, nos vemos. -Sale el barco, dijo el marino, nos vimos y nos fuimos. Los dos grandes amigos se dieron la mano para despedirse, pensando en el próximo tema al que iban a analizar de acuerdo al buen intelecto, que ellos mismos se habían auto asignado. Berman Javier Sánchez Delgado Cuentista de Nicaragua
CARLOS ALBERTO PÉREZ TRIANA CUENTISTA DE CUBA Nació en Pedro Betancourt, Matanzas, Cuba, el 21 de enero de 1967. Licenciado en Educación en la carrera de Informática. Narrador y poeta. Egresado del I Taller de Formación Literaria, Onelio Jorge Cardoso, La Habana, Cuba, 1999. Artista premiado en diferentes concursos literarios en los géneros de cuento y poesía, entre los que destacan; Ganador en múltiples ocasiones, en los géneros de poesía y narrativa, del Concurso Provincial Literario; María Villar Buceta, Pedro Betancourt, Matanzas, Cuba. Ganador del V Concurso Radial y III Concurso Televisivo de cuento breve y poesía de la Librería Mediática, Venezuela, 2008. Segunda Mención en Cuarto Certamen Literario Internacional de Cuento Breve y Poesía, Cosme Sebastián Reneiro, Argentina, 2009. Mención Especial en I Certamen de Microrrelatos Verbalina, España. 2009. Premio en poesía del II Premio Literario Internacional, Letras de Iberoamérica, convocado por la revista literaria, En sentido Figurado, México, 2018. Sus obras han sido publicadas en su localidad natal, así como en España, México, Argentina, Guatemala y Estados Unidos, como parte de antologías en diversos concursos literarios.
AVES DE CONTRABANDO Aquí y ahora, la mujer, apura el paso y piensa: “Uno más y se acabó”. Es apenas media mañana y ella casi termina. Otras veces no ha resultado nada fácil. Generalmente camina por horas bajo un sol que raja las piedras.
Por suerte, hoy con par de propuestas, tiene el negocio a punto de
liquidar. Y no es para menos. Una docena de piezas de cinco libras. Colosales, nada de engañifas. Los pollos están que hacen la boca agua. ¡Con lo que le gusta! Pero para todo en esta vida, hay que joderse. Algo así días atrás, dijo a la hija que le miraba curiosa, pelar las aves. Resultaba un fastidio la labor. A pesar del cuidado que pusiera por doquier había plumas y sanguinolencia; la cocina era un desastre. -Con este completamos para tu regalo-Le aseguró al retorcer el pescuezo del penúltimo animal. En el rostro de la niña se dibujó una sonrisa. Sabía que cada tarde, al salir de la escuela, se detenía ante la vidriera de la tienda grande del pueblo. Ensimismada contemplaba un par de zapatos de color blanco, con lazo al frente y tacón de jovencita. Si no se los compraba iba a desgastarse la punta de la nariz de tanto pegarla a los cristales. Ese sería su regalo de cumpleaños. No quería otro. En realidad, cuando Peca le habló del negocio, no creyó tener temple para ello. -La vida está dura, mi china-Le dijo él. -Si no lo sabré yo que he criado a esta niña sola. -¿Y el padre? -Ese, si te he visto ni me acuerdo.
-Bueno, sólo quiero tirarte un cabo, tú sabes, para que te defiendas. Peca es un hombre que le sabe a la calle. Siempre está en el invento. El trapicheo. Un tipo con buen billetaje. No hay más que verlo. En otras ocasiones se le acercó con pretensiones muy diferentes. Ella nunca mostró interés. No se iba dejar engatusar por su labia bonita, sus anillos, cadenas o el auto. ¡A otra con esas historias! Dejó claro que por jodida que estuviera, no sería la puta suya ni de nadie. Logró mantenerlo a raya, pero él no tiene pinta de darse por vencido. Un hombre así tiene mil mañas para conseguir lo que se le mete entre ceja y ceja. Quizás era esta una nueva estrategia. Quién sabe. Lo que si resultaba innegable era que faltaba poco para el cumpleaños y no tenía un centavo para salir del apuro. Estaba contra la pared. Aun así, le pidió unos días para pensarlo. Al final, llegó a la conclusión que la oferta era la única vía posible para obtener el dinero de inmediato, pese a los inconvenientes. En esta vida quien no arriesga nada consigue, se dijo entonces. ¡Qué diablos! Su decisión tenía un solo objetivo y ahora sería asunto resuelto no más vender el pollo que le quedaba en la bolsa. A cada paso, imaginaba la alegría de la niña al verla llegar con la caja en sus manos. Luego al abrirla, sus saltos de alegría. Seguro querría estrenarlos esa misma tarde. Salir por el vecindario a lucir los zapatos que su mamita le había comprado. Tanta emoción no podía esperar por la semana que faltaba para el aniversario. Después se las ingeniaría para comprar un cake, un puñado de caramelos y refrescos. No sería la gran fiesta, pero la fecha no pasaría como cualquier otro día con más penas que glorias. No sería la mejor madre del mundo, pero su hija era todo en su vida. Así pensaba, cuando dos policías aparecieron de la nada. No los vio
venir. Tenía que mantener la calma. Respirar profundo. Disimular. Sin embargo, lo suyo era un ataque de nervios, las piernas apenas le respondían al andar y el corazón quería salírsele por la boca. Ojalá ser invisible, deseó. Imposible. No había remedio. Iban a su encuentro. Mala suerte. Le ordenaron detenerse. Solicitaron su identificación y abrir la bolsa. -Va a tener que acompañarnos a la estación-Dijo autoritario el más joven y corpulento. -Oficial, déjeme explicarle... -Métele una buena multa y se acabó–Sugirió impaciente su compañero. -Por favor, mire, yo... Por un instante los hombres cruzaron miradas cómplices. Luego, sintió sus ojos clavarse en su cuerpo como alfileres punzantes. -Prometo que no volverá a ocurrir-Apenas logró balbucir. Los policías sonrieron, pero fue el joven quien le susurró al oído una propuesta para librar del embrollo. -¡Tú escoges!-Le advirtió el otro acariciando lascivo su bastón. Inesperadamente todo se le vino encima como si de golpe una ola gigante cayera sobre ella, que era la niña, los zapatos, la multa, los policías. Cuando caminaba junto a ellos, sólo pensaba en la niña. Carlos Alberto Pérez Triana Cuentista de Cuba
DELIO ANDRÉS VARGAS GUERRERO CUENTISTA DE COLOMBIA Nació en la ciudad de Villavicencio, Meta, Colombia, el 22 de marzo de 1990. A la temprana edad, emigró a la ciudad de Cali, donde reside desde aquel tiempo; hermosa ciudad en la cual logró hacerse profesional del Derecho. Además de todo, gusta de la literatura y es un buen creador de historias y cuentos.
LOS DOS RÍOS En un país lejano, un espíritu gigante cabalgaba sobre los valles de un pueblo bañado en gloria y en nobles herencias. Era la esencia del río que surcaba el territorio bajo los cielos del Oriente. Descendía de una altiva colina que en tiempos independentistas, acunó a los sueños libertarios de notables próceres y de guerreros audaces. Es por ello que desde muy riachuelo, sus aguas calmaron la sed romántica de mártires, poetas e idealistas, de quienes se decía, recibían inspiración para la batalla al beber las aguas cristalinas, fue nombrado por esta razón, Río Poesía. A pesar de su gran valía, el Río Poesía no era el único que ofrendaba sus riquezas a los habitantes del país, pues por el occidente se aproximaba un enorme contendor con pasos de titán que imponía presencia y garbo en frente de los ojos de su similar. Las aguas de aquel coloso provenían de la unión de varios cuerpos hídricos, menores que amalgamaban sus aguas para formar un solo espíritu imbatible, insondable, pero apacible. Debido a que en el gran río del Occidente confluían historias, experiencias y culturas de sus pequeños hermanos, los pobladores de las diferentes comarcas lo bautizaron Aguas de Sophia o solo Sophia. Poesía y Sophia, dos ríos de álveos cercanos, siempre se observaban sin mediar palabra, sintiendo una curiosidad cauta, el uno por el otro. Desde prudente distancia, se miraban de arriba abajo, se comparaban y se ignoraban como dos vecinos chismosos. La aparente paz se rompió cuando un día, el cielo que se encontraba en mejor posición para contemplar a los dos gigantes orgullosos, decidió intervenir. Para ello, precipitó la más grande tormenta que jamás se haya podido presenciar en el remoto país, las sílfides fueron cómplices en aquel caos sin precedentes, pues se les vio marchar con galope fiero sobre las ráfagas que agitaban el paisaje; los árboles que nada sabían, eran presa de los fuertes vientos y se rumora que muchos de ellos desprendieron sus raíces del
suelo para huir despavoridos, pero que terminaron muertos a manos de la tierra que los cazaba en deslizamientos. Poesía y Sophia, que en el principio de la lluvia impetuosa se tornaron alegres, empezaron a mostrar preocupación, pues la crecida de sus aguas se salía de control y temían dañar a los pobladores a los que tanto amaban. El cielo continuaba golpeando con fuerza hasta que una porción de las aguas de Sophia, en descontrolado curso, terminaron derramándose sobre el cuerpo de Poesía, fue entonces cuando desde lo alto se dio la orden de invocar al sol, quien alejó a las nubes e hizo cesar el diluvio. Los ríos no podían creer lo sucedido, estaban asustados pero también avergonzados, habían pasado muchos abriles sabiendo que el otro existía, pero aparentando que no era así y de repente terminaba uno encima del otro. No obstante, pronto los egos salieron a relucir y como era Sophia el que en últimas, no había podido contener su cauce, en defensa no pedida expresó: -Buen vecino, he de ser discreto y respetuoso de la vida ajena, por ello preferí guardar silencio estos años, pero dado a que es inevitable la usurpación y el bochorno nos atañe a los dos, quiero disculparme, pues mis aguas, siendo las más diversas y preciadas de todo el panorama, a veces se desbordan como la rica miel del panal o como la ciencia que rebasa al libro. -¿Así que tienes voz?-Replico Poesía-. He pasado bajo incontables rayos de luna, esperando que la rebeldía de alguna estrella llevase mi deseo de dotar de sonido a las aguas trémulas, que junto a mí se posaban y que me contemplaban sin emitir verso alguno. Veo que no era discapacidad sino incapacidad para entonar cantos a la estética mística y pura que otorga magia a la vida y a la creación. -No hay discapacidad alguna que lamentar-Contestó Sophia-. La profundidad que es intrínseca a mi caudal, permite al hombre sumergirse de forma serena para buscar preciados tesoros que escapan a su limitada contemplación inicial. Yo me integro de la sabiduría y de los métodos de comprensión y de entendimiento de otros ríos subordinados, por eso son mis
disertaciones verdadera ambrosía para beber; no necesito cantar, el canto en nada aporta a la búsqueda de la verdad. Oído esto, Poesía agregó: -El canto lleva la gallardía de las almas que enseñan a los niños a pescar, pero aquel no viaja solo, las musas componen rimas que acompañan con notas de lira y murmuran con el poema misterios de planos superiores, infinitos y muy incomprensibles hasta por la reunión de todas las gotas del más grande de los ríos de una nación. Pero con tono burlesco, Sophia no dudó en contradecir lo dicho y replicó: -La incomprensión a que se refiere, deriva del hecho de que el mensaje emitido en transe no es recipiente de conocimiento objetivo, el delirio es condición de su canto, Respetada Poesía, ello dista de la reunión de saberes en aguas apaciguadas por la reflexión en donde sí es posible pescar. En medio de la apretada discusión, Poesía y Sophía, sellaron una apuesta fatalista para poder llegar a una conclusión. El plan consistía en seguirse el uno al otro hasta el final de sus cauces para ver qué aguas prevalecían sobre las otras, pero un silencio inquietante embargó sus corrientes cuando vislumbraron que sus preciadas ondinas eran devoradas por algo más grande que ellos dos juntos. Los dos ríos vieron que sus tesoros, sus cantos, sus disertaciones, sus verdades, sus musas, sus peces, su arena y su mismo ser, se perdían en la inmensidad de un todo al que los habitantes del mundo entero, llamaban mar. Delio Andrés Vargas Guerrero Cuentista de Colombia
ELVIRA SÁNCHEZ BLAKE CUENTISTA DE COLOMBIA Comunicadora, periodista y escritora colombiana. Ha sido profesora de literatura latinoamericana en varias universidades de Colombia, México y Estados Unidos. Es autora de novelas, ensayos y artículos literarios. Los temas de sus escritos se enfocan en los derechos humanos, ambientales y sociales. Las culturas prehispánicas son parte de su pasión. Además es una buena creadora de cuentos. Y por su virtud en letras, ella es una artista reconocida en su país, Colombia.
ENCUENTRO EN DZIBILCHALTÚN Aquel 21 de septiembre, me levanté antes de las cuatro. Tenía que llegar al Templo de las Siete Muñecas para observar el equinoccio de otoño. No podía perderme dicho fenómeno que se repite inexorable, ante los ojos de turistas, estudiosos y arqueólogos, para el asombro de quienes no cesan de admirar la extraordinaria capacidad de Los Mayas en su cálculo astral. No bien llegué al sitio arqueológico de Dzibilchaltún al norte de Mérida, me sentí un poco obnubilada por la modorra del brusco despertar. Me llamó la atención no encontrar el lugar lleno de turistas ni estudiosos del citado fenómeno astronómico. ¿Me habría equivocado de fecha? No, yo sí lo tenía bien presente. Mi iphone me lo había recordado con su obsesivo timbre: “Cita en Dzibilchaltún: Equinoccio solar”. Al entrar al sitio arqueológico, me apresuré a revisar el mapa para orientarme. Hacia el norte por el Sak Bé principal está el templo de las muñecas. No obstante, me falló la orientación. No encontré el Sak Bé o camino maya, en cambio observé una sucesión de palapas a lo largo del sendero. Los habitantes que iniciaban las faenas del día, me miraron extrañados. Traté de preguntar algo, pero no comprendieron lo que dije. Sin decir una palabra volvieron a sus labores y yo continué mi camino. El sol se perfilaba en el horizonte, pero ya ni siquiera me importaba observar el fenómeno solar, sino encontrar algún camino de regreso. Avancé hacia el sur y descubrí la plaza central. Allí reconocí la capilla en medio de la explanada. Siempre me había asombrado la particularidad de su fachada, un arco de templo católico, empotrado en una plataforma maya. Al acercarme se hizo evidente que algo estaba mal, pues el templo se cernía majestuoso ante mí, sin rasgos de ruina ni desgaste. Al frente se veía una construcción de palapa que hacía las veces de nave central de la capilla. -¿Quién sois?-Preguntó una voz. Entre las sombras del guano que cubría el cobertizo, distinguí una figura que semejaba un fraile franciscano ataviado con sotana de color grisoso y una capucha que ocultaba su rostro. El miedo me paralizó.
-Vine a observar el fenómeno del sol. -¿Qué fenómeno?-El fraile se acercó y me observó de pies a cabeza. Era evidente su extrañeza. -¿A qué fenómeno os referís?-Exclamó alterado y yo alcancé a vislumbrar unas piras inquisoriales, autos de fe y otros exabruptos. El fenómeno era yo. En ese momento distinguí a otros franciscanos y personajes de rasgos mayas que me auscultaban con recelo y extrañeza. Yo los miraba con horror y ellos me devolvían la mirada con paroxismo. El fraile ordenó mi captura. Intenté huir, pero me apresaron en cuestión de segundos. Después no supe lo que ocurrió. Me sentí acarreada por senderos y alboradas. Alcancé a divisar unas argollas incrustadas en lo alto de un muro; El Juego de Pelota. Edificaciones de los períodos clásico y preclásico se cimbraban majestuosas. Algunas se mantenían enteras, ajenas al desgaste del tiempo. Hasta las estelas mostraban las inscripciones en la roca lisa, casi perfectas. Qué joya para un arqueólogo descubrir la nitidez de los glifos y petroglifos en su esencia primigenia. Perdí el miedo y me concentré en detallar el espectáculo que se ofrecía ante mis ojos. Pese a la oscuridad, era posible apreciar esta riqueza gracias a la luz que proyectaban los mecheros de mis captores. Observé las cornisas de las plataformas, donde se cimbraba imponente el Dios Chaac en las esquinas de los cuadrángulos; los colmillos de la serpiente Kukulkan sobresalían en cada friso y pude apreciar cómo se entrelazaban los cuerpos de los anfibios, en forma de equis a través de la plataforma rectangular. Pasamos por el Cenote Xlacah, donde sobresalían los lirios que flotan en la superficie cristalina. Su nombre en maya tenía un timbre melódico: “Nic Te Ha”. De pronto me invadió el vértigo ante un abismo que se abría ante mis pies. No estaba ante el Cenote Xlacah, sino al borde del profundo Cenote Sagrado de Chichén Itzá. Me asediaron remembranzas de núbiles doncellas, ofrendadas a los dioses del inframundo. Por fortuna, yo, ni núbil ni doncella. Mis verdugos se retractaron cuando emergió una serpiente. ¿Sería la Tsukán, veladora del cenote, que rechazaba su ofrenda?
Continuamos el recorrido por entre pirámides y edificios fabulosos en cuyos muros sobresalían bajorrelieves de jaguares y calaveras coronadas por águilas y serpientes emplumadas. Traté de escudriñar a mis captores. Ahora me conducían seres enigmáticos en trajes rudimentarios de algodón. Hablaban una lengua desconocida plagada de Xchs y Chss. Los observé preparando un ritual con bálsamos al fuego entre cánticos y danzas. Un sacerdote daba órdenes a diestra y siniestra desde una silla de piedra. Me situaron al frente del Chac Mol, mi figura maya preferida. No me emocionó advertir sus manos abiertas sobre un pecho plano esperando la ofrenda. La cabeza vuelta hacia mí, esbozaba una risa maléfica con una suerte de complacencia. Comprendí que me hallaba ante el Templo de las Siete Muñecas. Me cegó el resplandor del sol que se asomaba poderoso en el centro del marco de piedra. Todo lo demás se desvaneció en la oscuridad. Cerré los ojos y me perdí en la inconciencia de saberme portadora de un secreto milenario. El ritual continuaba y hasta mis oídos, crecía el rumor de cánticos en rítmicos monosílabos articulados: Xcs, Gis, Pucs, Kah, Gee, Wizz. Cuando abrí los ojos, me encontré en medio de la algarabía de unos turistas gringos y europeos que murmuraban en sus regurgurantes lenguas, exclamaciones de asombro y perplejidad. -¡Ohh, Woo, Gee, Wizz! Ya sus cámaras con lentes portentosos intentaban capturar el instante en que el Dios Kiin, ostentaba su máximo poderío. Mis captores habían desaparecido. Me quedé alelada frente al Templo del Sol, observando cómo el astro se elevaba en el firmamento hasta perderse en un cortejo de nubes. Yo me sumé a la muchedumbre de curiosos que observaban el fenómeno equinoccial, aquella mañana del 21 de septiembre. Elvira Sánchez Blake Cuentista de Colombia
GUSTAVO EDUARDO GREEN SINIGAGLA CUENTISTA DE ARGENTINA Nació en Buenos Aires, Argentina, el 16 de Diciembre de 1954. Reside en San Antonio de Areco, Argentina. Realizador cinematográfico, egresado del Instituto Nacional de Cinematografía. Obtuvo premios en cine, fotografía, diseño gráfico y teatro. Desde el año 1999 al 2003 y del 2009 al 2011, fue Director de Cultura del Municipio de San Antonio de Areco. Comenzó a escribir cuentos y poesías a fines del año 2003, recibiendo hasta el momento, 450 premios literarios, nacionales y también internacionales, otorgados por los países de Argentina, España, México, Israel, Perú, Venezuela, Checoslovaquia, Puerto Rico, Estados Unidos de Norteamérica, Cuba, Colombia, Ecuador, Chile, Uruguay, Alemania. Sus obras integran más de 140 Antologías Literarias. En el año 2009, se editó su cuento infantil, Instrucciones para Doblar una Jirafa, en versión bilingüe, español y portugués. Y bien, fue distinguido por el Honorable Concejo Deliberante de San Antonio de Areco, por su labor literaria.
RUTA 41 La gente vivía en los pozos de la Ruta 41. Comenzaron siendo pequeñas grietas sobre el asfalto, pero debido a la ausencia de mantenimiento se fueron transformando en baches cada vez más hondos. Así fue que aquella desastrosa carretera se convirtió en un paliativo para el gran déficit de viviendas. Decenas de familias sin hogar pasaron a ocupar los profundos cráteres, sólo debían tener cuidado al asomarse. Ramaro Ramillo, fue el pionero, habitaba el pozo a la altura del kilómetro 193, un cómodo agujero de tres ambientes, baño y cocina. Lo siguieron los vecinos que hacía diez años esperaban la edificación del Barrio Presidente Perpetuo, cuyos fondos asignados fueron a parar, dicen algunos comentarios maliciosos, para la cirugía estética de la mujer del Intendente. En el incipiente desarrollo habitacional se emplazaron comercios. En el pozo más grande, Chichí Pastora instaló un almacén, en el de la banquina abrió una agencia de lotería y a cien metros comenzó su actividad la peluquería de Pochito Magaldi. Pasó a llamarse: “Barrio La 41”. En las noches de verano los pobladores del vecindario sacaban sillas para sentarse a la orilla de los pozos, se turnaban para alertar sobre el advenimiento de algún auto o camión. Después de un tiempo la correspondencia comenzó a llegar a sus domicilios, donde cada hueco tenía la numeración correlativa correspondiente. Como la manutención seguía siendo inexistente, pozos nuevos se abrían a diario, y así construyeron la Iglesia Evangélica Cristo Sálvanos de la Oscuridad. Era emocionante escuchar los cantos litúrgicos emergiendo desde las profundidades de la tierra, el Nuevo Hotel Las Grutas, con río subterráneo climatizado. Y era grande el Sub Center Mall, moderno Shopping que abarcaba del kilómetro, 212 al 214. Debido al gran crecimiento del predio, muchos habitantes del centro se mudaron a las cavidades.
Este desarrollo suburbano no impidió que los accidentes automovilísticos continuaran sucediendo. Al menos la instalación del Hospital Modelo en el medio de la ruta, ayudó para una más pronta atención de los accidentados. En época de vacaciones el camino se volvía muy transitado y las cabezas subían y bajaban, más rápido de lo que subían, tratando de ver en que momento podían salir. El que se asomaba de día se arriesgaba, la mayoría esperaba las horas nocturnas más calmas. Con el pasar del tiempo se organizaron y en este período dormían de día y desarrollaban la actividad por la noche. El antiguo suburbio, erigido sobre la superficie, con el tiempo se convirtió en un pueblo fantasma, todos sus habitantes se habían instalado bajo la Ruta. Los primeros se radicaron por necesidad, los siguieron los que descubrieron un clima más benigno, tierra adentro, otros lo hicieron para estar cerca de familiares y amigos, muchos tomaron la decisión al mudar sus instalaciones, la única escuela del lugar. Las dependencias gubernamentales no tuvieron más remedio que hacerlo para evitar el aislamiento de sus funcionarios. Doce años después de promesas, iniciaron las obras con treinta y dos máquinas y sesenta y cuatro camiones, que aparecieron un mediodía de verano en el kilómetro 12, pegado al pozo del señor Vergara. Los habitantes del Barrio La 41, dormían pesadamente. Al caer la tarde, una nueva capa de asfalto cubría toda la extensión de la ruta. Los forasteros que transitan por la impecable carretera se sorprenden al pasar junto al viejo pueblo fantasma, algunos los más perceptivos, dicen escuchar destempladas voces que provienen de la tierra profunda. Gustavo Eduardo Green Sinigagla Cuentista de Argentina
JENNY VERÓNICA VALENCIA QUINCHIA CUENTISTA DE COLOMBIA Nació en El Peñol, Antioquia, Colombia, el 27 de diciembre de 1996. Licenciada en Educación y Lengua Castellana, por la Universidad de Antioquia. Ha recibido varios reconocimientos nacionales en el campo de la literatura. Artista en letras, creadora de muy buenos cuentos y poesías. Así bien, por su virtud creativa, la dama es destacada en las letras de su país, Colombia.
ARRÁNCAME LA VIDA Ella movió su mano con delicadeza y la posó en mi mejilla. No me atreví a mirarla a los ojos porque si lo hacía no hubiera podido irme. Rosé con mis dedos su cuello y olí su cabello por última vez. Tuve sed de agua de coco y de quedarme allí para siempre. Me esperaban en la plaza principal con una fila de costales y cientos de rollos de cabuya amarilla. Aunque sabía que no iba a volver, no llevé más que un par de camisas en una bolsa de plástico. No tenía nada de valor, sólo algunas fotos que le dejé a Ángela para que algún día, mi hijo me conociera. Intenté no llorar, pero un aire gris me envolvió y caló en mis huesos hasta quebrarme; el pueblo se estaba despidiendo de mí. Al llegar, me echaron al hombro tantas armas que sentí sobre mí, las vidas que estaba a punto de apagar y un silencio me gritaba, no des un paso más. Fredy también había dejado a su familia mientras la finca se les venía encima; él decía que la divina providencia actuaba en honor de la gente buena y yo no dejaba de pensar en qué momento tanta gente se había equivocado. Comenzamos juntos la marcha, yo a la derecha y él a la izquierda, cuidando los frentes y siendo escudos de los mortales. Me vi inmerso en una danza agresiva con la música y con los pies, rebotando dentro de mi cabeza, sonidos graves y un bajo que no quería abandonar su lugar en medio del estruendo. Mientras salía del pueblo, iba contando las estatuas de la Virgen y las decenas de santos y cruces enterradas en todas partes, y pensé que ya eran muchos los muertos sin dejar rastro, pero la tierra y una madre que reza todos los días, jamás olvida. Ella se fue quedando atrás, junto a la historia que construí con Ángela. Y las canciones que le dediqué, fueron siendo solo líneas
agudas y débiles, que espero algún día desaparezcan. Al salir del pueblo el pantano fue más y más espeso. Mis pies se atascaban en el lodo y algo dentro de mí, me decía que me quedara ahí, quieto, que del polvo venía y al polvo tenía que volver. Fredy se ahogaba con cada paso, nadie le daba agua y la lluvia sabía a vinagre caliente. La humedad no me dejaba respirar y la ropa la tenía adherida a las tripas, yo también estaba cansado. Llegamos a la primera base y ya habíamos usado la mitad de los costales. A veces, gotas de sangre dibujaban el camino por donde estábamos pasando. Nos sentamos a orillas de la autopista y nos entregaron uniformes de color amarillo con manchas negras. Me lo puse y el reflejo en los charcos, ya no era el mío. Pero es que yo me olvidé de mí desde hace mucho. Ángela ya no besaba a su esposo y mi aroma se había borrado en toda la casa. No había rastros de mí ni cuando me esforzaba en buscarme por ahí en algún rinconcito donde escuchaba mi canción favorita. Reiniciamos la marcha y parecíamos águilas echando vuelo de cara al sol, como el ave fénix que se empeña en seguir muriendo y regresa a ver cómo sigue la vida. Y nada, todo igual, una alborada hacía frente a la oscuridad del camino, rayos de luces intervinieron en medio del humo que lanzaban los helicópteros sobre nosotros. Éramos hormigas y un gigante arribaba con toda la fuerza de quien odia mucho. ¿Cómo harán las hormigas para salir a caminar? No quiero volver a usar zapatos y dejar a las hormigas, libres de avalanchas. Todo es ensordecedor y no hablo de las bombas que ya nos encontraron; sino de esto, de lo que ahora estoy viendo; los gritos y la gente desmembrada y ese señor que no volverá a ver algún cielo.
En cuanto a Fredy, ya no está, debió perderse en medio de algún estallido, ojalá siga con vida y encuentre esa providencia y me regale un poquito de su fe. No resisto más y suelto una risotada y de repente, todo se paraliza. Estoy tendido en el suelo, viendo todo al revés. Pienso en el pueblo y sus casas, el color azul que Ángela había escogido para pintar la fachada y el árbol que sembramos juntos en navidad. Y pienso en nuestro fruto de vida en camino, un durazno dulce que nunca voy a probar ni al que voy a escucharlo decirme, papá. Pienso además en ella y quiero gritarle: -Ángela, arráncame la vida, porque el dolor ya me arrancó la memoria, amor. Jenny Verónica Valencia Quinchia Cuentista de Colombia
JOSÉ COSMER SÁNCHEZ TRONCOS CUENTISTA DEL PERÚ Nació en Ayabaca, Piura, Perú, el 21 de noviembre del 1974. Sus primeros estudios los hizo en su tierra natal. Ya los estudios de primaria y secundaria, los hizo en Piura. Sus estudios superiores los realizó en el Instituto de Educación Superior Pedagógico Público Piura, en la especialidad de Educación Primaria. Es Magister en Administración de la Educación. Ha participado en varios programas de acompañamiento pedagógico. Actualmente es especialista en educación básica, designado en la UGEL, La Unión. Ha escrito para varias revistas de América Latina. Ha publicado los libros; Frías de Antaño, Herencia y Tradiciones, Duelo de Guapos, Cuentos y leyendas de Piura, Noche de Terror y el libro La Chepa de Santos, una leyenda perdida en el tiempo. Y es ganador del concurso nacional de literatura, Mis Lecturas Favoritas, organizado por la Unidad de Medición de la Calidad Educativa, MINIEDU, año 2018.
¡YO SOY AYPA ATIP! Yo soy Aypa Atip, ser cósmico y dueño del mundo entero. Amo de los manantiales cristalinos. Soy hijo y señor de las montañas y de los bosques virginales. Único patrón del tiempo y del espacio, ser a quien el hombre redime para habitar esta tierra. Soy fiel guardián de extraños tesoros, escondidos entre mis entrañas y que el hombre codicioso, ofrenda su vida por ellos. Vivo con el trueno, el relámpago y las lluvias tormentosas, y que al final de todo, dan vida a los extensos valles. Mis hermanas Huamba, Canli y Prieta, son las sagradas lagunas, que guardan mi triste llanto. Mis hermanos: La Huaca, Balcón y Olleros, Apus, sobrenaturales y hacedores de vida sideral, acérrimo defensor del mundo de la destrucción del hombre. Aypa Atip, me llaman desde ancestrales tiempos, experto cazador pacífico, amigo de los animales y protector de la naturaleza. En mi frente llevo el símbolo del arco iris, colores de las hermosas orquídeas, que ofrendo a los bosques exuberantes. Soy padre de auténticas generaciones de guerreros que lucharon raudamente contra el Imperio del Sol. Me auto proclamo hermano del medio ambiente; soy amigo de todos, pero no todos son mis amigos. Mi madre es la Pacha Mama y mi padre es el sol y mis hermanos los luceros. Por mi cuerpo corre sangre valiente. Mis ancestros, los aguerridos Bracamoros, con su espíritu bravío, domaron los agrestes territorios. Con sapiencia y humildad, dominé las tribus errantes. Enseñé a cultivar la tierra, hacer magnifica cerámica con la piel de la madre tierra, diseñamos vistosa indumentaria con la lana de auquénido. Me convertí en gran jefe y enfrenté hábilmente al opositor. Mis enemigos se inclinaron ante mi poder; mi convencimiento pacifico, nos hizo vivir en comunidad. Los dioses me heredaron sus poderes para gobernar; tengo la rapidez y el arte del mimetismo de la serpiente, la visión nocturna y sagacidad de los felinos, la osadía de las
aves de caza, la rapidez del venado y la humildad de los pájaros silvestres, soy alma, soy cuerpo y soy vida. En tiempos antiquísimos, nos invadieron hombres que se hacían llamar, Hijos del Sol, pero no caímos con facilidad. Con hachas de piedra, lanzas, flechas y guaracas, peleamos contra el vil invasor. Con alma Ayawaka luchamos hasta más no poder. Con espíritu salvaje, nos enfrentamos a la gran opresión; generales y jefes Guayas, lucharon incansablemente, derramando sagrado valor; peleamos con honor y gloria, dejando nuestra vida en los campos de batalla. Al final de todo, no resistimos más, aceptando una digna derrota. Los Hijos del Sol, permitieron que adoremos a nuestros dioses: La luna, la tierra, las huacas y felinos. Así, nuestros jefes guerreros conservaron sus cargos; los que se negaron, fueron llevados como mitimaes, muy lejos de aquí, evitando insurrecciones. El sufrimiento y lucha perenne, fue mi reencarnación. Seguí vivo en mi propio territorio y resplandecí ante el mundo con mi fama de gran guerrero. Los Incas, con sapiencia y habilidad, reconstruyeron parte de mí y edificaron una gran fortaleza; piedra, tras piedra levantaron una gran muralla. Me convertí en imponente muralla, que avizoraba el peligro y advertía la invasión. Sobre mis entrañas sentaron las bases de un gran imperio y resaltó como rayos del sol, su gran poderío. El Quechua fue nuestra mayor herencia y su habilidad de luchar, la supimos adquirir. La piel de mi territorio fue tatuada con las huellas del imponente, Qhapaq Ñan. Por los caminos sagrados, deambulan las almas solitarias de los belicosos guerreros que se negaron a ser mancillados y donde crecen arboles silvestres, que hacen apacible el transitar. Los ramales del camino sagrado conducen a mi gran morada, la majestuosa atalaya; los túneles y pucaras conectan a Caxas y Cajamarca. Todavía se escucha el triste cantar de las quenas y zampoñas, junto al triste canto de la pava barbada. Las huellas de los sacrificios al Dios Inti, yacen inertes en aquel pozo sagrado. Las voces y gritos de los guerreros retumban con eco en los sagrados Apus. Las voces y cantares de las Acllas vagan entre el retumbar de las lagunas prodigiosas que
me rodean. La brisa fresca del amanecer, refresca los anhelos de un nuevo destino. Dicen que he muerto, pero eso no es verdad. Yo sigo vivo; en cada animal silvestre, que evita extinguirse; en silvestre bosque, que aspira nunca secarse; en cada tesoro escondido, que apaga la codicia del humano; en el alma de los cerros que cuida a su pueblo; en el trueno y el rayo, que jamás perece; en la lluvia del páramo, que calma la sed del desierto; en cada espíritu lejano, que da fuerza al ser humano. Yo sigo vivo, en el manantial fresco, en la brisa extinta, en las lagunas curativas, en el suave canto del viento del atardecer, en cada deseo del hombre que aspira un mejor destino, en el sueño de la mujer humilde, que no quiere ser oprimida; en el hombre que emigra en busca de bienestar. Yo me siento vivo, cuando un hijo mío se educa y es un gran profesional que jamás se olvida a pueblo natal. Yo sigo vivo, soy el Apu sagrado, dueño del mundo Andino. Soy el vejo Curaca, consejero de las nuevas generaciones. Soy el mensajero del pasado y del futuro. Estaré aquí y allá, arriba y abajo, en el día y en la noche, en la alegría y también en la tristeza, en compañía y la orfandad. Soy la música y el canto que te acompaña, soy la prosa y también el verso, soy letra y también voz, soy música y también danza. Me visto de lírica Ayabaquina. Auguro una nueva tierra y un nuevo porvenir. Sólo le pido a mis hermanos, que aprendan a convivir con libertad. Soy la vida, soy la muerte y el infinito renacer, soy Aypa Atip. José Cosmer Sánchez Troncos Cuentista del Perú
MARCOS ALEXANDRE MACHADO CUENTISTA DEL BRASIL Artista del Brasil. En septiembre del año 2020, el escritor ganó el concurso, Libro Literario Internacional, Poesía solidaria. Este certamen, fue realizado por gestores cultural del país, para la organización, São Tomé y Príncipe. En marzo del año 2021, el escritor fue finalista del Festival de Cine Cristiano, en la categoría, Mejor guion no producido. Es además un buen creador de cuento. Y por su virtud creativa, el artista es destacado en las letras de su país, Brasil.
LA RUBIA DE LA CARRETERA En 1975; en la ciudad de Curitiba, Brasil, Jorge que vive en una finca, le dice a su esposa a las 10 de la noche: -Amor, voy a tener que ir a la ciudad a comprar alguna medicina, voy a volver pronto. Marilda le responde: -Cuídate y vete con Dios. Jorge dice: -Amén. Jorge, sale con su auto y en la carretera ve a una rubia toda de blanco de lejos, dando la señal, duda si ayudar a la mujer o si continuar derecho, por temor a un intento de robo, después de pensar rápido termina, parando el coche y dice: -¿Necesitas que te lleven? La rubia dice: -Sí, necesito ir a la ciudad, por la calle Almeida Machado, ¿Sabe dónde queda? Jorge: -Ya sé, es la calle del cementerio, puede entrar. La rubia entra y los dos siguen caminando, él comienza a sentir escalofríos y el rubio comienza a acercarse a él, hasta que dice: -Chica, estoy casada, te voy a llevar a la ciudad, pero no lo hago. No quiero nada contigo. La rubia luego dice: -¿Quién dijo que quiero estar contigo?
-Quiero matarte. Jorge: -¿Matar?, Jesús, sálvame. Luego de decir eso, detiene el auto y la rubia desaparece. Jorge sale del auto y no ve a nadie, entonces dice: -¿Era un demonio? -¡Gracias, Jesús! Después de comprar la medicina en la farmacia y subirse a su carro, Jorge reza: - Jesús, mantenme vivo en este viaje y líbrame de todo mal. Marcos Alexandre Machado Cuentista del Brasil
MAURICIO FRANCISCO JARUFFE CABALLERO CUENTISTA DEL PERÚ Nació en Cayma, Arequipa, Perú. Estudiante de Antropología en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Campeón mundial de debate en español, año 2020. Representante estudiantil ante la asamblea universitaria. Redactor de cine en Anselmi, Letras al Mango. Antiguo redactor en La Anábasis. Ganador de más de 20 reconocimientos literarios, tanto en categoría juvenil como en categoría general, siendo galardonado en Perú, Chile, España, México, Uruguay. Y bien, por su virtud en las letras, el artista es un buen creador de cuentos.
TURNO DE NOCHE Hay unas letras rojas sobre el fondo blanco del lugar. Una luz profunda, cegadora, que destella de forma constante. Neón. El ruido chirriante que produce el aparato de signos vitales; un sonido único frente a la parsimonia del recinto, único anuncio de vida frente al silencio sepulcral de la habitación. Silencio que en ocasiones es quebrantado por ágiles pasos sobre la mayólica, cada que sucede una emergencia. Por ahora, nada más que extrañeza, un silencio lastimero, forzoso, que sólo persiste en la cercanía con la muerte. Ella lo sabe. Se le ha hecho rutina. Sigue observando el letrero con ojos cansados y alicaídos, esforzándose para no quedarse dormida. Se aprieta el cinturón de tela de la bata y posa las uñas, pintadas de rojo carmesí, sobre la mesa de plástico. Hace cualquier ruido para distraerse. Espera pacientemente que alguien venga y le diga que hacer. Cualquier orden por obedecer. Vuelve a fijarse en el reloj de pared. Al parecer, todavía no es tan tarde. Podrían venir en cualquier momento, debería estar atenta. En su cabeza para animarse, invoca algunos recuerdos, revisa lo acontecido esa misma noche. Fractura en el fémur izquierdo, accidente de coche. Shock post traumático y pérdida del habla, episodio de violencia doméstica. Intervención urgente sobre la base del cráneo, y sutura para controlar la hemorragia, pelea callejera cerca de un bar. Imágenes algo inquietantes, pero dentro de la expectativa. Nada nuevo que reportar; tan solo, rutina. Las imágenes violentas, como de película gore, se pierden en su cabeza, se mimetizan con la vista empañada de la ventana. Oculta un bostezo y empieza a toser. El olor a humedad se entremezcla con el aroma artificial a desinfectante y pomada, un intento por esconder la pestilencia del lugar. No entiende por qué se esmeran en ocultar lo evidente, más cuando se les ha hecho costumbre. Acostumbrarse a la carne suturada, pútrida, cercenada y dispuesta en un contenedor; acostumbrarse al llanto en los pasillos y las voces
quebradas. No le importa tanto. Al final, así como la tragedia, ella se acostumbra a ese olor fatal, aroma a muerto, detergente Sapolio y VickVaporub. Vuelve a toser. Suelta un suspiro mientras sigue golpeteando la madera con los dedos. Espera al alba a que finalice su turno de una vez. Podrá salir, tomar una ducha caliente y así, mojada y desnuda, dormir una siesta antes de su regreso. Era su único placer, sentir su húmeda piel empapando las sábanas, su piel sola y calurosa, en paz. Pasan lo minutos; el ruido de la máquina de hielo le despierta. Una sirena suena a lo lejos. Ya vienen de vuelta. Por fin algo con lo que entretenerse. Se le hace curioso, la tragedia de unos es su única fuente de distracción; el dolor ajeno, la razón de su estancia nocturna. Se pregunta qué debió haber salido mal. Evade la pregunta, no va a gustarle la respuesta. Entre dudas, se siguen sucediendo los minutos, la ambulancia se tarda y parece haberse desviado. No hay ruido, sigue sola junto al mostrador, expectante. Un nuevo pensamiento se cruza en su mente. Marina no vino a trabajar esta noche. Por supuesto, le resulta inusual y se sorprende por no haberse fijado en eso antes. Eso no es algo propio de la muchacha. Debería aparecerse por aquí y cumplir con su turno. Debería animar la noche; lucir su sonrisa teñida de fucsia, su pelo rubio y las anchas caderas apretadas por el uniforme celeste. Ella tenía todo en su lugar. Los senos redondos y firmes, el torso recto, las piernas delgadas. Andaba siempre con su mirada arrogante, ingenua y jovial. Una sonrisa que al verla fijamente, le hacía sentir más sola que nunca. Sabía que a Marina le deseaban; doctores huyendo de sus mujeres; paramédicos buscando alivio, pacientes que convalecientes, se quedaban prendidos de su mirada. Todos ellos por supuesto, irían tras la joven; jamás irían por ella. Al lado de Marina, ella se sentía anciana, repugnante. Al verla, inevitablemente se enfocaba en su rostro, se fijaba en los excesos de piel colgando en sus brazos, el bigotito que recorría sus labios, la voz ronca y
desdeñada con la que atendía a los pacientes. Evidentemente, se despreciaba. Marina no se lo decía, pero seguro que la despreciaba también. Se le notaba en la actitud. Rompía con el ideal lúgubre del lugar. Con su paz, forzaba todo, la falsa amabilidad, el recelo. Luego un Silencio. Allí frente a la nada, puede aceptarlo, recordar a Marina le produce asco. Le duele. Ahora, más que nunca, se asusta; le asusta enfrentarse a Marina cada noche. Verse humillada y sola. No poder decírselo a nadie por vergüenza. Seguir mirándola de reojo, con interés, con rabia. Soportarla y soportarse a sí misma. Empieza a toser violentamente. El mal rato parece trasladarse a su cuerpo. Se arrastra por un vaso de agua, intentando pensar en otra cosa, apartando sus pensamientos de una vez por todas. La madrugada sigue su curso. Empieza a creer que la ambulancia ha desistido de venir. La imagen de Marina se mantiene; le interpela, le jode, hiere sin saberlo. Ella no aguanta, desea no hacerlo más. Quiere sentirse libre. Se regocija ante ese deseo. Implora un hecho fortuito, algo que impidiese verla pasearse por allí, algo para evitar esa displicente sonrisa, cualquier cosa. Así pasan los minutos, la madrugada, casi alba. La ambulancia aparece. Al verla, se acongoja. Marina, sumida en el lecho metálico de la camilla, tiesa, desnuda, cubierta con una manta, sobre la carne quemada, un rostro partido, pálido, unos labios sellados de por vida. Los ojos fijos, inyectados de sangre. La piel inerte y humedecida por desinfectante. Sobre su pecho, un número clavado, rotulado con marcador de color. Marina, sin belleza, sin tacto ni rubor, sin sonrisa. Ella sola, se estremece. Abre los ojos. Ese sueño la tenía distraída. Y se dice: -Mierda, este turno me está volviendo loca. Ahora se lava las manos con alcohol y se pasa un paño humedecido sobre el rostro. Afuera, el neón se mantiene, quedan horas por cumplir. Mauricio Francisco Jarufe Caballero Cuentista del Perú
MAURICIO CARMONA CUENTISTA DE COLOMBIA Poeta de Medellín, Antioquia, Colombia. Estudió Comunicación Social y Periodismo; en la Universidad Pontificia Bolivariana. Premio Nacional de Cultura, Sin Formato, Modalidad Cine y Video. Mejor Realizador del País, menor de veinticinco años, Cortometraje, Indecisión. Finalista, Premios Visión Facultad de Comunicación y Periodismo, UPB. Asistente al Seminario de Iniciación Musical, Universidad de Antioquia, Taller de Iniciación Musical, Bellas Arte, Medellín, Colombia. Seminario de Dirección de Arte para Cine y Televisión, Centro Colombo Americano, Medellín, Colombia. Selección, Finalista y Publicación, Cuentos Cabeza de Perro y Carta de un Loco Desesperado, Poetas y Narradores Contemporáneos, Editorial de Los Cuatro Vientos, Buenos Aires, Argentina. Selección y Publicación del Poema, Nacimiento. Primer Concurso de Prosa Poética, Editorial de Los Ojos Verdes, Alicante, España. Ha publicado en Colombia los libros; Antes del Sol, La Sangre es Vidrio y Elogio a un Crítico. Así bien, por su dedicación al cine y la literatura, el artista es destacado en el campo cultural de su país, Colombia.
LA PRINCESA Ella estaba subsumida en el mar. El oleaje prendaba su cabello. Soñaba renacer a la tierra, y emerger desde su reino a las comarcas de los hombres. Siguió siendo marina, sólo habitaba las profundidades abisales, y era juguete de lo incomprendido. Su belleza era enceguecedora. De sólo mirarla podía hechizar. Era la princesa de las mareas, todos los océanos estaban rendidos a sus pies, sublevaba todos los astros, rendía todas las estrellas. Era la preferida de Venus, porque era la belleza, en el mar, y escondida. Siempre, como se ha expresado, soñaba darse a conocer en la tierra. Pero todo tiene su tiempo bajo los astros. Mientras tanto, incubaba en su seno una belleza temible, casi demoníaca. Asaltaba de noche la mar, y el oleaje, tempestuoso, crecía y crecía hasta rozar los cielos del delirio. Tal era su poder de maga. Tal era su dominio. Era reina de todo lo viviente en las mareas. Los peces hacían círculos de asombro a su alrededor para festejar su magia. Era maga y era princesa. Pertenecía a la cohorte de todo lo fantástico en el reino de todo lo inimaginable. Y era virgen, incorruptiblemente virgen, sólo acariciada por el agua de la misteriosa mar, que hasta los días cuando empezó a soñar con salir a la tierra, había sido su amante. Su alimento era la noche. La luna la fecundaba, y conjuraba en sus ojos el verde marino, que era el don, todo el don, del poder de sus ojos que de sólo rozarlos, provocaban todos los sortilegios posibles. Ella era hija legítima de las bodas del mar, con Venus, la luna y la noche. Había sido dada a luz en una noche constelada donde innumerables cometas de fuego, rasgaron la marea y atravesaron el agua para descender por su tez de mujer, indómita y salvaje. Tenía añoranzas y tenía sueños que eran arrullados
por los más hermosos peces marinos, en las noches de luna llena, en la oquedad del misterio. Tiempo después, llegó el día. Decidió salir a su encuentro con los hombres. Como era la noche su reino de noche, tenía que ser el ritual. La mar, en su sabiduría suprema, la engalanó con collares deslumbrantes, y la vistió con trajes de seda. Cabe decir que no era una sirena, era la princesa del mar, la dueña eterna del reino del misterio. Era la noche y una cálida corriente, la arrojó a la playa. La luna brillaba de tal forma que todo era de un resplandor eterno. Los astros titilaban como alfileres de plata. Cometas y estrellas fugaces hacían su juego por el cielo. Ella en la playa, arropada con el misterio, se incorporó desde la orilla y emprendió su ruta. Caminó todo la noche por una playa ignota, se sintió parte del universo constelado. Todo brillaba a su alrededor. Llegó a una desembocadura, donde corrientes dulces, se entremezclaban con la mar salada. Se agachó y bebió del agua. Al levantar su mirada, vio a un hombre completamente desnudo, de ojos oscuros como la noche, que la miró fijamente a los ojos. Sintió escalofríos y corrió en dirección contraria. En cuanto al hombre detrás, emprendió el camino en dirección a la princesa que huía, sin querer. Sintió una mano en su espalda, una suave mano que la detuvo. Fue abrazada por la espalda, en un abrazo dulce. Un olor sobrehumano se desprendió de la tierra, un olor a frutas, a noche, a algo inexplicable que la atrapaba. Todo era silencio. La noche mágica. Las estrellas en su sitio. La luna que los conjuraba. El nuevo reino de la tierra. Las bodas de la naturaleza salvaje y la eterna mar, que una noche constelada, salía de su reino, para entregarse a los brazos de la tierra, que la encontraba en su carruaje de misterio, en la tibia playa de la primera noche, cierta del mundo donde un
hombre en silencio se enamoró de la mar, para engendrar el nuevo reinado de lo verdadero, donde morará lo fantástico. Ahora se dice en el mundo, que la noche fue testiga, que los amantes regresaron esa noche al mar. Su amor era tan puro que sería insoportable a los ojos de los humanos. Y desde allí, en las profundidades abisales, cuando la marea está alta y cuando la luna quiere devorar al orbe gigante, ambos emiten un gemido eterno que es el vaivén de la cópula sagrada, entre las bodas del oleaje y la playa que no cesa. Mauricio Carmona Cuentista de Colombia
NATALI GROSS CUENTISTA DE ARGENTINA Nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, el año de 1986. Cursó estudios en la Escuela Nacional de Danzas, donde se recibió de Maestra de Danzas Clásicas y continuó sus estudios en la Universidad Nacional de Artes, UNA, donde se licenció en Composición Coreográfica, el año 2012. Ha sido participante del ciclo de Varietes de mujeres, Bombachas Poderosas, donde desarrolla su escritura de manera profesional en poemas, ensayos y canciones. En el año 2018, publica su primer libro de poemas; Para Encender Palabras, editorial Araña Caracol. Y en el año 2020, publica el poemario, En la Hoguera. Ha participado varias veces en la Feria del Libro Autogestiva, FLIA. Fue premiada con el Primer Premio del Festival Internacional de Poesía, Santiago de Chile, año 2020. Actualmente, la artista se encuentra cursando estudios de Canto lirico, en el Conservatorio Superior de Música, Luis Gianneo, en la ciudad de Cruz del Eje, Argentina.
ENCRUCIJADA -He perdido el camino-Dijo ella en voz alta, con sus pies sumergidos en el agua fresca. Acaso esperaba respuesta o alguna guía que la iluminara con su sabiduría. Sólo estaba el murmullo del cauce rebotando en las piedritas del río y el trino de los pájaros en la caída de la tarde. La garganta de la mujer comenzó a atenazarse, cerrándose y exprimiendo la angustia, surgió la primera lágrima. Pasó su mano una y otra vez, por el rostro para secarse el llanto, como si todavía esperara encontrarse con alguien y le avergonzara la idea de ser vista con el rostro, bañado por su incertidumbre. Vagó por el paisaje, mientras observaba el desprendimiento del otoño en sus hojas cobrizas, en la luz apaisada del sol. Y seguía hablándole en cada momento a todo el atardecer. Le contó la lejanía de sus pasos, como era el mundo de donde venía, la larga travesía que había entramado para encontrarse, allí hoy. Debajo de una morera añosa, relató cómo había perdido sus certezas y algunas de sus creencias, y siguió confiándole a esta arboleda sus extravíos. Los amigos que ya no sabía dónde encontrar. El que alguna vez fue su hogar, se había mudado. Le contó de la pérdida de un amor profundo, del tener que soltar un hijo. Oyéndose, huecas le parecían sus palabras. Viejas ropas que en otro tiempo fueron indispensables para la existencia. El monte seguía prestándole oídos y respondía con una ofrenda de hojas que iban cubriendo sus cabellos.
Con la primera oscuridad se divisó en el poniente la finísima sonrisa de la luna creciente. La mujer se emocionó al verla, estaba ahí volviendo a nacer después de tanta negrura. Querida luna, le confesó, no he planeado la ruta de vida que me trajo hasta aquí, simplemente en el andar fui obrando los pasos; y la tierra siempre firme, me cobijó dándome confianza. Hoy pareciera que cada huella que dejó, se borra fácilmente en una arena movediza, no hay retorno ni lugar a donde correr. Selene, la Diosa Lunar, siguió su viaje al horizonte hasta dejar en silencio y penumbra toda la noche. La mujer, al ver irse a su compañera, cerró los ojos hondamente; como si buscase hundirse un poco más en la cerrazón. Bajo sus plantas desnudas sintió la humedad del suelo barroso, la brisa traía el rumor del río. Comenzó a percibir en sus pies, un suave mecer, como el movimiento que antes le produjera incertidumbre y desasosiego. En ese instante se percató que su cabellera estaba recubierta por un manto de follaje, que la morera le había otorgado. Sus manos palpaban la melena de hojarasca, mientras permitía que el oscilar de la tierra continuase recorriendo su cuerpo, su piel era habitada por una escucha inmensa y atenta. Un ave nocturna, voló rasante hasta posarse en una rama cercana, sumó a la escena su ulular que acompasaba del balanceo a la mujer. La cadencia que adquiría su cuerpo, le obligó a dejar el punto de apoyo de sus caderas y sin darse cuenta estaba bailando un ritmo nunca antes marcado. Su voz, se confundía en sonidos, junto a las aves que se habían acercado. Era un canto, un grito, una invocación y la reivindicación de todas las voces anidadas en la mujer, brotaban visceralmente. Si un extraño se hubiera asomado a la imagen de loca, hereje o extraviada, la hubiesen tildado a aquella mujer danzante de las estrellas.
Transcurrió toda la noche, quizá también el día y algunas noches más, imposible sería medir en el tiempo el ritual que celebró consigo misma aquella mujer. Abrió los ojos y sus pupilas se dilataron para absorber la luz de cada estrella. No había retorno posible al sendero del que se había alejado. Y ante ella, como cada haz de luz, estaban todas las posibilidades y cada senda, llevaba sus encrucijadas. Un ancho suspiro le recordó su inmanencia, hoy estaba viva en aquel preciso lugar, rodeada del despojo, del inevitable desencuentro. Se recordó lunar, cíclica, niña anciana, amante, guerrera, universal, se recordó el valor de cada ofrenda, que sin saberlo había otorgado, creyendo que eran pérdidas. Y sin más compañía que el renacer de ese acto, comenzó a urdir un nuevo camino. Natali Gross Cuentista de Argentina
De los creadores, La Literatura del Arte.
Obra fotográfica, Las damas del buen amor.
LOS POETAS
JORGE LUIS GONZÁLEZ POETA DE MÉXICO MENCIÓN DE HONOR Artista de Guadalajara, Jalisco, México. Cuenta con dos maestrías en Ciencias de la Información. Ha participado en varias revistas nacionales y también internacionales. Ha escrito para varios libros de antologías literarias. Obtuvo el diploma de creación literaria en la Escuela de Escritores de Guadalajara. En 2013, fue finalista del II Premio de Poesía, Un Café con Literatos Madrid. En 2014, recibió la cuarta mención honorífica en el I Premio de Poesía Roberto Juarroz, Mendoza, Argentina. Fue finalista del IV Certamen de Poesía Leopoldo Guzmán Álvarez. En 2017, recibió el reconocimiento de concursante destacado en poesía y cuento corto del III Certamen Literario de la Fundación Somos, Miami, Estados Unidos. En 2019, fue semifinalista en la categoría de poesía del XVI Concurso Literario, Gonzalo Rojas Pizarro, Chile, aparte de tener otros premios literarios. Así bien, el artista por su virtud en las letras, destacado es en su país, México.
CÁRCEL DE TU CUERPO Aquí he vivido siempre y no lo sabía, desacostumbrado veo lo que es en verdad. Reconozco este sitio y me acongoja; he dejado de ser quien fui, ahora soy nadie. La vista de los otros me delata, es mejor llegar a casa en donde respiro el vacío. Regreso al encierro que soy donde vivo la soledad; vieja herida que duele cuando hay humedad, aunque la humedad se da todo el tiempo. ¿Saber dónde estás es un privilegio? Es terrible por dentro y por fuera, la casa que se habita. Construcción carente de ventanas, vivimos en una casa que no sabemos nombrar. Sin coincidencia; te abandonan encarcelado en tu cuerpo, tristeza, un yo enfrentado a uno mismo. Jorge Luis González Poeta de México
PANDEMIA Caigo presa de la ventisca de una noche, el temor se desdobla, prende en la garganta, me ahoga el alma, diminutos invasores me invaden, el paisaje ensombrece con trazos de tortura, el sinsentido corre y contamina con prejuicios, donde la muerte salva con su antídoto. Corceles de ira irrumpen el camino, el estruendo de pezuñas ensordece la conciencia, el polvo castiga los ojos del aliento, lágrimas de frustración ruedan en avalancha, reconstruyen del infierno un camposanto. Mientras avanzo, el pesimismo ocupa el lugar de la cordura, donde la pandemia se estaciona en mi espíritu, brota acantilados de existencia. Jamás se irá, una nueva normalidad nace, no piensa someterse a la voluntad del mañana. Jorge Luis González Poeta de México
CONFINAMIENTO Las suelas de una nueva realidad, se me encajan de lleno en la noche que agiganta mis huellas, las conduce al encuentro de la pena. Tropiezo con increpaciones en tono de reclamo, sus pesquisas me señalan con el dedo de la culpa. ¿¡Cómo pude contagiar a la familia!? Yo creí, la mascarilla como algo suficiente, para protegerme de los otros, de la conciencia. Ahora, la resignación irrumpe la desnudez del recuerdo, sin salida para escapar de la circunstancia propia. Querella in crescendo, demuele el interior con aspas de inquietud profunda, mientras la desolación cercena la piel de mi alma, tras el fulgor de la epifanía. Retrocedo, la tragedia circunda hasta la orilla de la sombra donde el confinamiento se estaciona en mi espíritu, roe la soledad en parajes de miseria. Jamás se irá, es claro, el daño está hecho y en el sufrir, el tiempo descubre los olvidos, no piensa ceder sin el pago de la deuda. Jorge Luis González Poeta de México
YO, ISABEL Hay momentos en los que la realidad te azota y lloras con la luz apagada de cara a la pared. Záyin Villavicencio Soy morena, de ojos y cabellos castaños, este año cumpliré sesenta y tres años. Tengo una nieta de diez que se muerde las uñas desde que lo supo; supo que no estaría más con ella. Dice que extraña las historias que le contaba, que mi voz no la acompañará en sueños para evitar las pesadillas; pues desde ahora, las pesadillas suele encontrarlas estando despierta. De pronto, me vi sola de noche en un hospital, rodeada de doctores, y en la distancia escuchaba el grito, la gente clamando por sus deudos. Estaba allí, tendida en una cama sin saber de nadie, sin saber si la mañana llegaría otra vez a mí. Nunca imaginé mi muerte, ni siquiera a modo de una película de terror. Y es que nunca piensas que lo dicho por los noticieros, pueda sucederte; pueda la realidad tocar tu puerta o entrar por una ventana. Siempre fui una mujer que no se doblegó ante la adversidad, pero llegó hasta mí, invisible y lo peor de todo es que una vez contagiado, lo invisible puedes serlo tú para los demás. Jorge Luis González Poeta de México
ALBERTO PERAZA CEBALLOS POETA DE CUBA Nació en Pinar del Río, Cuba, el año 1961. Licenciado en Educación, Especialidad Lengua Inglesa. Poeta, escritor para niños, editor, traductor y promotor cultural. Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, del Movimiento de Poetas del Mundo, de la Sociedad Cultural José Martí y de la Asociación de Pedagogos de Cuba. Premio Nacional de Poesía, Nicolás Guillén, año 2019, Instituto Cubano del Libro, Editorial Letras Cubanas y Fundación Nicolás Guillén. Premio La Edad de Oro, de la Editorial Gente Nueva, del Instituto Cubano del Libro. Premio de la Crítica de Literatura Infantil y Juvenil, que otorga la UNEAC. Tiene alrededor de treinta libros publicados en Cuba y México, traducidos al inglés, portugués, chino, alemán, vietnamita, húngaro, publicados en China, Estados Unidos, Ecuador, México, Puerto Rico, Uruguay. Así bien, por su virtud creativa, el artista es destacado en su país, Cuba para el mundo.
AIRE DIVIDIDO Una lágrima brota del ojo de mi madre, recorre su mejilla y se adentra en su cuerpo mientras escucha en la radio las noticias. Yo renegué del hogar, abandoné las paredes que fueron mías; me llevé el sobresalto de quienes a escondidas, parten el verano de las aguas. Mi madre llora el desamparo, mi rebeldía, el abrazo último; las gaviotas anuncian la otra orilla, acostumbradas al divertimento de quienes avivan la llama y se tragan las voces de los arrepentidos, los que nunca llegaron. Mi madre no sabe si en diciembre tendrá un árbol de navidad con muchas luces para alegrarle los sentidos o si después de esperar no puede conformarse y se aferra a la radio con la rabia de los que lo han perdido todo. Alberto Peraza Ceballos Poeta de Cuba
ALICIA ANTONIA MUÑOZ VERRI POETISA DE ARGENTINA La artista es poetisa, escritora, declamadora y actriz. Residenciada en Buenos Aires, Argentina. Dama gestora de la cultura, fundadora del Fondo Editorial, Nos Une la Poesía. Conductora del programa radial, Albores de poesía, Arte, música y algo más, Radio Satélite, Visión, Chile. Además es voz poética institucional del proyecto cultural y solidario de la Escuela Villaguay de la Ciudad de Thomassique, República de Haití. Así bien, por su virtud creativa, la artista es destacada en las letras de su país y para América Latina.
TU CUERPO EN EL ESPEJO Llegó tu cuerpo al espejo cubierto sólo de piel transformado en poema en música plena imponiendo su belleza. Al mirarlo la luz irradió el aire dejando sin espacio al universo. El suelo contenedor de huesos transformado en colchón de plumas y desechos detuvo mi estampida contra el cielo.
Tu cuerpo en el espejo todo él mostrado sin recelo dejó un temblor en el mío transformando su estado sin volumen y sin peso sintiendo correr la savia inusitada de la codicia de tus besos. Alicia Antonia Muñoz Verri Artista de Argentina
ANAIS DEL CARMEN HURTADO GÓMEZ POETISA DE VENEZUELA Nació en la ciudad de Barcelona, Simón Bolívar, Venezuela. Es una artista de la poesía. Actualmente se encuentra residenciada en Cali, Valle del Cauca, Colombia. En personal inspiración, su obra literaria es muy hermosa. Y bien, por su virtud creativa, la artista es destacada en las letras del país, Colombia, para la luz poética de América Latina.
SI MI VIDA FUERA UNA PINTURA Si tuviera la agilidad de la pintura, sería como Frida Kahlo, dibujaría mi cuerpo en evolución, desnudaría mi alma y mi esencia ella, sería un desnudo, unido a la naturaleza, llevándola a una interpretación de como es mi ser cuando cierro los ojos. Dejaría al descubierto lo que logro ver en mi interior, no habría tabú, Mi cerebro y mi conciencia los dibujaría; un jardín con los más radiantes colores del acuarela. A donde suelo ir en muchas ocasiones, hay compuesto un hermoso árbol, donde sus hermosas ramas, habitan muchas aves que van y vienen, serían sesenta mil, por días. Pensamientos que tengo al día de sus robustas ramas, cuelga un gran columpio. Desde allí logro ver una ladera dónde todo es verde, la hiedra ya he limpiado, hizo sangrar mis manos cuando limpiaba una por una, sigo esforzándome para no dejar rastro de ella. Y que podría decirte de mi pecho, estaría representado por enorme cascada, con estridente caída vibrante de perfecta armonía, que forma hermosas notas. Yo las describiría como la misma música de Vivaldi, para luego convertirse en un riachuelo de agua clara, de ahí parte, mi corazón,
que es un amar cristalino, un mar cálido. Desde ahí siento a mis seres amados y a los que han logrado tocar mi corazón, mis riñones son una galaxia desconocida, que no he podido descifrar todavía, desconocida para mí. Mi columna sería una enorme fuerte y rocosa montaña empinada, dónde costaría mucho llegar de los dolores y la falta de aliento te impedirían el andar. Mis piernas serían dos robles fuertes, pero con sus raíces superficiales, que representarían mis pies, que si los tocas causarían daño a los imponentes robles, ese sería mi autorretrato. Anais del Carmen Hurtado Gómez Poetisa de Venezuela
ARMANDO DEL PUERTO PUERCHAMBUD POETA DE COLOMBIA Nació en la ciudad de Ipiales, Nariño, Colombia. Es polígloto, docente universitario, escritor, comunicador social, presentador y realizador de televisión; investigador de las áreas de las Ciencias de la Comunicación y ha sido estudioso permanente de filología, exégesis, lenguas modernas y autor de letras, para los himnos de instituciones educativas. Ha merecido varios reconocimientos de varias revistas especializadas. Ha tenido a su cargo funciones de corrector de estilo del Diario del Otún de Pereira. Ha sido corresponsal del Diario La Hora, Quito y reportero del Diario del Sur. Ha sido presentador de Noticias del canal, CNC. Ha escrito varios libros, entre los cuales destacan; El Tribunal del Idioma, Hijos del Infinito, Ilusiones Lejanas y Odas al Viento. Actualmente forma parte del Foro de Cervantes, el cual lo integran destacados lingüistas hispanoamericanos.
ANDES SENILES Majestuosos los Andes Seniles ataviados de verdes ropajes tus virtuosos pasados abriles nos pintaron eternos paisajes. Centinelas de estirpes reales protectores curtidos del sol su presencia es crisol de ideales que legaron caudales de honor. Adalides de días ancestrales y de excelsas canteras feraces altiplanos que nutren los mares nacidos de fecundos follajes. Luna gris que entre el verde esperanza nos cobija de efluvios plateados y nos nutre de noble templanza a los pueblos al sol consagrados. Aquí el cóndor planea soberano su surcar de arco iris tan fastuoso que presagia diluvios y veranos y profusos labrantíos prodigiosos. Armando del Puerto Puerchambud Poeta de Colombia
BOHEMIO He transitado mil veces estas calles sendas luctuosas de angustia y soledad en cuyas sombras de intrépidos detalles hallo aliados de inefable oscuridad. No encuentro amigos allende de mis pasos y los remiendos curtidos del sufrir enmarañados igual que mis andrajos cuentan en coro su trágico gemir. Este pelambre de greñas desquiciadas da testimonio de mi eterna locura y el menosprecio que infringen las miradas de los autores de tan feroz censura. Y los casuales entornos rutilantes son la esperanza que miro hacia el final del horizonte lejano y vigilante soy presa del cruel martirio designal.
Mi lucidez fenece hoy entre la bruma y el transitar desprovisto de su brillo avanza triste y sin esperanza alguna cual arrasado y subyugado castillo. Esta merluza que siempre me acompaña no la ocasionan el gozo o la pasión tampoco es fruto del néctar de la caña es el extracto del sorbo incomprensión. Armando del Puerto Puerchambud Poeta de Colombia
CELIANA ESTHER RODRÍGUEZ CASTILLA POETISA DE COLOMBIA Vivo en el corregimiento; Las Piedras, Bolívar, jurisdicción del municipio de San Estanislao de Kostka, Colombia. Soy cristiana evangélica de la iglesia pentecostal unida de Colombia, soy fiel creyente de Jesucristo, el verdadero Dios y la vida eterna, el todo poderoso, el cual hizo los cielos y la tierra. Actualmente estudio derecho en la fundación universitaria colombo internacional, ciudad de Cartagena. En cuanto a lo personal, desde niña he sido una gran soñadora que nació para ser libre y expresar por medio de las letras, las más sinceras razones para vivir en el mundo exterior y el universo interior que en parte nos aqueja, pero el cual también nos da mucha felicidad. Además, siento la gran dicha de tener a Dios en nuestros corazones, junto a la familia para que nos acompañe y podamos compartir bellos momentos, mientras aprendemos a vivir la academia de la vida.
SILENCIO EN LA SOLEDAD El silencio en la soledad, atrapó mi ventana cuando no te hallaba en la cama, que triste es recordar como me hacías reír en medio de tantas nostalgias. Llamabas mi atención cada mañana con el sonido rimbombante de tu dulce boca, sabor a café, dulce y amargo a la vez era perfecto tu sabor. No había otra que supiera a ti, tú me generabas placer, al saborearte en las mañanas lluviosas y en las que no lo eran, porque constantemente bebo café, constantemente quiero beber de ti. El silencio en la soledad no aparecía en ningún lugar de ese sitio, lleno de luz por ti, mi amada, pero aun no entiendo por qué te marchaste sin darme una explicación. Ahora sólo me queda la sombra de tu recuerdo en mi habitación y esa sombra calla, esa sombra sólo ha querido esparcir torrentes de soledad en silencio, los recuerdos azotan mi alma y todo porque aprendí a amarte y ahora que no estás, no encuentro la calma, que gran tristeza ha quedado impregnada en todo mi cuerpo. Me pregunto cuál es tu morada para buscarte y poder preguntar en qué fallé, por qué de forma repentina y sin avisar te marchaste lejos de mí, pero si regresas aún estaré aquí, dispuesto a recibirte, si tú eres una de esas plumas que el viento lleva por doquier, sea este benevolente, para que cese muy cerca de mi morada y pueda poseerte, si tú eres de esas aves libres, ten piedad de mí y asómate en mi ventana y canta bellos cánticos para alegrar mis mañanas. Celina Esther Rodríguez Castilla Poetisa de Colombia
GERMÁN DARÍO CRUZ GALLEGO POETA DE COLOMBIA Nació el 12 de febrero de 1983 en Bogotá, Colombia. Es Ingeniero Electrónico y Especialista en Docencia Universitaria de la Universidad Libre de Colombia. Se desempeña como docente de Plataformas virtuales en Bogotá. Le gusta leer, escribir y enseñar.
ESQUIVA Y FRÁGIL LIBERTAD Surco los océanos más oscuros, asciendo las más escabrosas cumbres, soporto los helajes más duros, por ti todo, eres mi vida, mi lumbre. Escalo las mortales paredes, cruzo los más áridos desiertos, rompo una por una las redes, que me esclavizan en destinos inciertos. Un milagro, un prodigio, un portento, perfecta y hermosa, inconmensurable, cabalgas rauda sobre los vientos, que llevan esperanza a los miserables. No hay celdas ni barrotes que te superen, cuando soplas sobre el laberinto de la mente, acudes fiel tarde o temprano a quien te espere, entre las sombras, cuando de ti está carente.
Te extiendes tanto como el sol ardiente, eres etérea y volátil, eres la dicha de los dementes, y por momentos, esquiva y frágil. Llenas de alegría al vagabundo, al poeta, al rapsoda y al errante, a mujeres y hombres que recorren el mundo, a exploradores, aventureros y navegantes. Acompañas a la noche y a las estrellas, asimismo a los lagos, ríos y mares, susurras notas de las canciones más bellas, que entonan ebrios en tabernas y bares. Que inquieta la vida con sus giros, que dulce la voz de las libertades, que cálidos, su aliento y los suspiros, la más divina de las verdades. Germán Darío Cruz Gallego Poeta de Colombia
GRACIELA DIONISIA MITRE POETISA DE ARGENTINA Poeta y narradora de Argentina. Nació en la ciudad de Rosario, Argentina. Se formó en distinto talleres literarios de la misma ciudad. Es además maestra de piano. Ha realizado seminario y talleres sobre Técnicas para Leer Cuentos y Dramaturgia y Guion de Cine y Televisión. Ha publicado cuentos y poemas en varios diarios y revistas. Junto a otras narradoras, presentó el libro de cuentos y relatos, Canon a Nueve Voces, año 2000. Ha publicado tres libros de poemas; Línea de Fuga, año 2010, Lo Imperdonable, año 2017 y Trapitos al Sol, libro inédito año 2020. Obtuvo el primer premio en narrativa, en el concurso literario Miguel Hernández, organizado por el Profesorado de Lengua y Literatura del Instituto, Olga Cossettini, de la ciudad del Rosario. Así bien, por su dedicación a las letras, la artista es reconocida en su país, Argentina.
A LA INTEMPERIE Paralizados ante los escombros sin alternativas para una evacuación removimos las piedras. En algún lugar en estado de apnea la caja negra resiste los embates del tiempo almacén de datos olvidados testigos incuestionables calando nuestra memoria lo que fuimos ayer lo que pudimos después antes de hoy. Graciela Dionisia Mitre Poetisa de Argentina
LA LLUVIA Única capaz de menguar tanta quietud este congelamiento del tiempo de sacudirlo. Un sonido quebrando las ausencias la niebla de aquí y del más allá estremeciendo sequedades suelo crujiente y olvidado incitando a su vez al río que nos circunda. Vendrá el agua y será un hilo en la boca en la lengua salitrosa de los sedientos. Graciela Dionisia Mitre Poetisa de Argentina
ME QUEDO CON ESTA TARJETA Y tu dedicatoria cuando todavía me querías y no había rencor en tus ojos. Perdí la magia la hechicera que fui es ahora quien barre las hebras. De esta trama irreparable y desmadejada puntos que fueron cayendo como soldaditos a punto de muerte. Graciela Dionisia Mitre Poetisa de Argentina
JUAN ANDRÉS GUTIÉRREZ POETA DE COLOMBIA Docente de artes plásticas, licenciado en artes, profesional en psicología, especialista en gerencia de instituciones educativas, gestor cultural. Director de la revista y medio de difusión literario, Hoja Negra. Autor de los poemarios; Bilis Negra, año 2014 y El Destierro de la Vida, año 2018, lanzado en la Feria del Libro de Bogotá, año 2019. Invitado al V Festival de Literatura de Bogotá, año 2014. Artista también invitado a la Feria del Libro, año 2019, por parte de Casa De Poesía Silva, director de tribus urbanas para el concurso de cuento y poesía pacifista, adscrito a la marcha mundial por la paz, Nueva Zelanda, año 2009. Ganador de la cuarta mención literaria, editoriales Cean, Argentina. Así bien, por su dedicación a las letras, el artista es reconocido en su país, Colombia.
INVITACIÓN A LA LOCURA Hay días en que tu rostro es blanco y suele perderse en laberintos y pasillos en muros levantados con adoquines de mármol. Hoy tus ojos se abren al mundo pero el mundo es una bola de harina suspendida en un gran caldo negro. Hoy cerramos los restaurantes de la avenida principal sellamos las licoreras las tabernas y los moteles abrimos la puerta del viejo sanatorio para que la juventud ingrese. Conocerán las drogas los electroshocks y los cuartos de aislamiento los pabellones de mujeres las alucinaciones y las profecías. Entonces tus ojos engendrarán a un poeta. Juan Andrés Gutiérrez Poeta de Colombia
LAURA MARÍA GIL OCHOA POETISA DE COLOMBIA Natural de Copacabana, domiciliada en Barbosa, Antioquia, Colombia. Es Abogada, Juez de la República de Colombia. Gestora Social de Barbosa, desde el 2020 hasta el 2023. Cofundadora del Colectivo Literario Desertores; Integrante del taller, Letra Silente, Coordinadora para Barbosa del Parlamento Internacional de Escritores, Cartagena de Indias. Ha participado en eventos literarios a nivel local y también internacional, ha publicado el libro; Canto Visceral, año 2020. En cuanto a sus premios obtenidos, fue primer puesto, Cuarto Concurso de Poesía Inédita en Derechos Humanos, Barbosa, 2008. Primer puesto, Séptimo Concurso de Poesía Inédita en Derechos Humanos, Barbosa, 2011. Primer puesto, Segundo Concurso Municipal de Poetas Barboseños, Corporación Cultural Pascuala Muñoz, 2015. Premio Excelencia al Servicio Social y Cultural, otorgado por el Círculo de Periodistas de Envigado 2021. Así bien, por su virtud creativa, la artista es destacada en las letras de su país, Colombia.
LETANÍA A LA PAZ Quisieron marchar, marcharon por su patria, unidos izaron su bandera, exigían la paz en voces de color, la muerte entre el costado encontraron. Quisieron gritar, gritaron por sus hijos, las madres entonaron su rosario, pedían la entereza en pliegos de equidad; una mordaza entre los labios les ataron. Quisieron cantar, cantaron con su escudo los marchantes, querían la libertad en espadas de justicia; la garganta de un tajo les segaron. Ahora vienen a decirnos que son de la historia las cenizas, pero la verdad se abre ante el silencio, la dignidad en la resistencia de la fe les prometieron. Laura María Gil Ochoa Poetisa de Colombia
MARÍA YAMILE CHAPARRO GONZÁLEZ POETISA DE COLOMBIA Soy colombiana, vivo en la ciudad de Villavicencio, Meta. Tengo cincuenta y dos años de vida. Soy profesora, Licenciada en Educación Básica con Énfasis en Lengua Castellana y Humanidades, con una especialización en Didáctica. Me gusta escribir sobre los sentimientos y las emociones de diferentes contextos y expresar mi sentir a través de las letras. Todos los días escribo muy juiciosamente poesías, cuentos, reflexiones, etcétera. Es así como hoy tengo la oportunidad de inspirar buenas obras literarias.
CALMANDO MIS TORMENTAS A la deriva he vivido muchas tempestades, a la deriva he naufragado bajo la tormenta, enfrentando el mar bravío he sobrevivido, buscando hallar tierra firme a mis angustias. Tormentas de la vida me han seguido, rayos y centellas han caído sobre mí, temeroso y angustiado he remado, buscando soluciones para salir a flote. Me abandonó la tormenta en el camino, y descubrí un sol maravilloso, resplandeció en mi rostro y en mi cuerpo, bañándome con fulgores divinos. María Yamile Chaparro González Poetisa de Colombia
SUS CARICIAS Y me erizó la piel con sus caricias, me recorrió con sus labios lentamente, descubriendo un bello árbol frondoso, que esperaba ansiosamente en llamarada. Se elevó hasta las copas de mi árbol, mi tronco recorrió muy suavemente, buscando el movimiento de mis ramas, con tallos, que presurosos lo abrazaban. Nuestros troncos se fundieron desbordantes, entonando melodías de placer, disfrutando nuestro idilio apasionado, embriagados en las mieles del amor. María Yamile Chaparro González Poetisa de Colombia
RAINER CASTELLÁ MARTÍNEZ POETA DE CUBA Escritor, narrador, ensayista, guionista, articulista, poeta, crítico literario, dramaturgo, editor, docente, conferencista. Fue premiado en el concurso de poesía, año 2002, Poets the Rainbow, New Jersey. Premio Internacional de novela, años 2019. Ganador de la convocatoria, Revista Ladoberlin, Alemania, 2019. Miembro del Consejo Editorial de la revista Zur, Chile. Finalista en la categoría de cuento en el certamen literario, Rotary Cid Campeador, auspiciado por la editorial Argenta, Buenos Aires, Argentina. Ganador a la Distinción Literaria en el Primer Concurso Literario Internacional de Poesía, Doctor Julio Argentino Aguirre Céliz de La Biblioteca Popular Municipal, Domingo Faustino Sarmiento. Tercer ganador del Primer Certamen Literario, Agustín Sánchez Rodríguez. Ha publicado los libros galardonados; Plática de Invertebrados, Trazos Oscuros, Reflejo y Nosotros los de Entonces. Y claro en vida, por su virtud creativa, el artista es destacado en las letras de su país, Cuba, para el bien de América latina.
SOBRE EL ABISMO He cometido el peor pecado que uno puede cometer, no he sido feliz. Jorge Luis Borges I Veo las líneas que se cruzan y dividen el umbral donde recojo el áspero silencio. Las grietas en el tiempo parecen asunto de otro espacio; ese sitio que anhelan mis alas; sin que mis pies desprendan del polvo sus miserias, la porción de ellas claudica en esa inherencia dormida de cuescos rabiosos, cuyos párpados tiemblan ante la sublime visión de la luz. ¡Sus destellos reclamo! ¿¡Cómo no habría de hacerlo!? Pienso en tantos adioses funestos que la trampa erige el resguardo, incrédulo de sus santas vehemencias y me coloca justo encima del abismo, la sensación no es peor que la condena de esta absurda realidad.
¿Qué podré decir sobre mí al final de la existencia? Las palabras no son frutos magros, ni cortejan la nada o como anzuelos a la rutina se adosan. ¡No! ¡De ningún modo! Las palabras diseñan ese espacio ajeno y singular para quienes enlutan el discurso que el poeta asigna a su entorno señorial. ¡Sí!, el poeta es un señor, que desanda con su barba acicalada, sombrero y cayado, los parajes de inútiles reflejos. La utilidad consiste en su endeble transparencia, me limito al abrigo de sus nobles deidades. ¡Qué podría edificar desde la virtud de mis entrañas! Asumo el descenso como si no importarse el desasosiego, la muerte del prójimo, germen de una miseria peor.
¿Acaso el umbral teje esta perpetua vaciedad, donde he dejado de ver las líneas que se cruzan y dividen? Renuncio a ellas como el silencio. ¡Grito! Grito de espanto. Se quiebra mi garganta en la fúnebre indulgencia de la mano que se tiende y me sonríe, como si pactase con el rastro de la huella infértil. Arroja el cadáver en la ingenua ofrenda de esa nada, que sobre el abismo aguarda.
II Veo callejuelas que se visten del polvo, adosado a mis huellas, veo a ese hombre que nunca pretendió ser hombre, transformarse en una hoja escudriñada por el viento. Veo el silencio, ¡puedo verlo!, llenarse de gritos que anudan esperanzas, la muerte de mi padre en el rebaño fiel de su agonía. Veo la miseria eterna de los que reclaman, cornisas que se tienden en el telón de la ciudad como un sepulcro, el festín de perros en las esquinas. Veo el tiempo pasar y detenerse, la sombra de mi sombra dispersa en el vacío, la añoranza de la carne tejida en la memoria, como una ofrenda que sacude mis entrañas. Veo el dócil armisticio de mis huesos pretendiendo el verosímil resuello de sus nimiedades agitarse en el pizarrón escolar y creernos una pecaminosa lluvia de esperanzas.
¡Veo senderos sin trazo! La plegaria del infortunado que bendice a un Cristo ajeno, inciensos, velas y cánticos, sonrisas, abrazos seductores del cinismo. Veo manos carentes de puñal y puñales rendidos a la ausencia de las manos, nubes que pican el cielo, lúgubre desvarío que suscita en el azar como un escándalo de luz que se abandona. ¡Veo en sus ojos las ansias de no ver! Y sobre mis hombros el funesto aliento del silencio, mis memorias no son rastro de este tiempo, sino de aquel más adverso, enerva en el juicio de la madrugada y me cobra el insomnio. ¡No quiero ver! Renuncio a plasmar mis memorias en un papel que será ignorado, como toda esa verdad que hemos decidido ver con otros ojos.
¡¿El resto, dónde se oculta?! Veo millones de ovejas que cavan en la fosa, sobre el abismo sufro la condena de ver lo que jamás será posible desde mi memoria. Veo las líneas que se cruzan y dividen el umbral donde recojo el áspero silencio. Las grietas en el tiempo parecen asunto de otro espacio; ese sitio que anhelan mis alas; sin que mis pies desprendan del polvo sus miserias, la porción de ellas claudica en esa inherencia dormida de cuescos rabiosos, cuyos párpados tiemblan ante la sublime visión de la luz. ¡Sus destellos reclamo! ¿¡Cómo no habría de hacerlo!? Pienso en tantos adioses que la trampa erige el resguardo incrédulo de sus santas vehemencias y me coloca justo encima del abismo, la sensación no es peor que la condena de esta absurda realidad.
¿Qué podré decir sobre mí al final de la existencia? Las palabras no son frutos magros, ni cortejan la nada o como anzuelos a la rutina se adosan. ¡No! ¡De ningún modo! Las palabras diseñan ese espacio ajeno y singular para quienes enlutan el discurso que el poeta asigna a su entorno señorial. ¡Sí!, el poeta es un señor, que desanda con su barba acicalada, sombrero y cayado, los parajes de inútiles reflejos, la utilidad consiste en su endeble transparencia, me limito al abrigo de sus nobles deidades. ¡Qué podría edificar desde la virtud de mis entrañas! Asumo el descenso como si no importase el desasosiego.
¿Acaso el umbral teje esta perpetua vaciedad, donde he dejado de ver las líneas que se cruzan y dividen? Renuncio a ellas como al silencio. ¡Grito! Grito de espanto. Se quiebra mi garganta en la fúnebre indulgencia de la mano que se tiende y me sonríe, como si pactase con el rastro de la huella infértil. Arroja el cadáver en la ingenua ofrenda de esa nada, que sobre el abismo aguarda. Rainer Castellá Martínez Poeta de Colombia
ROBINSON JESÚS QUINTERO RUIZ POETA DE COLOMBIA Nació en Barranquilla, Atlántico, Colombia, 4 de enero 1.969. Poeta, narrador, docente y gestor cultural. Dirige la gaceta literaria digital, Hojalata. Ha publicado los siguientes libros; Tren de Largo Recorrido, prosa poética, año 2007. El Lado Oscuro del Trópico, Crónicas Urbanas, año 2012. El Mejor de los Venenos, novela, año 2018. A Todos nos Ocurre el Mundo, poesía, año 2020. Ganador del Concurso Nacional de Poesía, Universidad Metropolitana en el año 2008. Mención de honor en el Concurso Nacional de Poesía, Ciro Mendía, año 2008. Mención de Honor en el Concurso Nacional de Poesía Casa de Poesía Silva en el año 2008. Sus textos aparecen en diferentes antologías nacionales y también internacionales. Así bien, por su virtud creativa, el artista es destacado en las letras de su país, Colombia.
SÓLO UN INSTANTE Imágenes que se desprenden de los recuerdos, de ti en mí, sólo un instante, algo tenue, una expresión pequeña, la voz entre luces pasajeras, todo es igual, parece, quizás de un modo menos inexacto y el pasado queda tan cerca, es una estación de trenes abandonada, mientras el silencio coloca la nostalgia en tu boca, no habrá adiós que te contemple mía, mucho menos ajena al mundo y con todos sus tropiezos. Robinson Jesús Quintero Ruiz Poeta de Colombia
WEIMAR TORO RAMÍREZ POETA DE COLOMBIA Nació en la ciudad de Medellín, Antioquia, Colombia, el 31 de diciembre del año 1985. Es Maestro en Composición Musical, egresado de la Universidad de Antioquia. Desde el año 2018 es Filólogo Hispanista en formación, actuales estudios, los cuales oficialmente cursa en la misma universidad. Ha publicado para la revista; Filología, Gacetilla Académica y Cultural, de la Facultad de Filología y Comunicaciones. También ha escrito para la Revista Universidad de Antioquia y en el Anuario de Estudios Celianos de la Universidad Camilo José Cela, España. Así bien, por su dedicación a las letras, el maestro es reconocido en su país, Colombia.
LA SED DE LA LUNA Iba un poeta solo arrastrando sus pasos por la periferia del mundo cuando oyó que la luna se lamentaba y lloraba cerca de su pecho. La abrazó para quitarle el frío la arrulló hasta que desapareció el gemido y el amargor de su ronca garganta la besó con el silencio inequívoco de sus labios de ultramar y la arropó con las tibias caricias de su piel noctámbula y trasnochada. El poeta continuó su camino empujando a la vez con sus pasos a la luna ahogada en llanto él no lo advertía pero la luna tenía sed. Weimar Toro Ramírez Poeta de Colombia
INSOMNIO INTERRUMPIDO La noche del poeta fue arrojada al mar. Y sobre las curvas, entre las olas, el infinito naranja del sol saludaba a la arena fría. El insomnio del poeta, marchitado y triste, agonizaba. Weimar Toro Ramírez Poeta de Colombia
YULEISY CRUZ LEZCANO POETISA DE CUBA Nació en la isla de Cuba, el 13 de marzo de 1973. En la actualidad, vive en la ciudad de Marzabotto, Bolonia, Italia. Estudió en la Universidad de Bolonia y obtuvo el título profesional en Ciencias Enfermeristicas y Obstetricia. Tiene además el título profesional de Ciencias Bilógicas. Trabaja en la salud pública. En su tiempo libre ama dedicarse a la escritura de poemas, poesías, relatos, a la pintura y a la escultura. Ha merecido varios reconocientos literarios, tanto nacionales como internacionales. De su obra literaria, se destacan los libros; Tristano e Isotta. La storia si ripete, 2018. Demamah: Inventario delle cose perdute, 2018. Así bien, por su virtud creativa, la artista es destacada en las letras de su país y América Latina.
MARAVILLA Hice el amor con un punto de exclamación, maravilla de geométricas olas, baile de canto de amapolas, gracia para sueños de magos. Tus ojos brillan como lagos, iluminados al mediodía del sol. En el alma el girasol de tu belleza se abre y el día se hace poesía para aves insoñadas. Pones sonrisa a la mirada para vestir la mañana en un sueño de nidos. Jazmín de fuego; ¿tú de dónde has venido? Yuleisy Cruz Lezcano Poetisa de Cuba
EL RUIDO DEL RECUERDO Hace ruido al pie del silencio el recuerdo que llega del cercano pasado, crujido plateado, entre los frondosos abedules, cortavientos que levantan, un mar rítmico en el pecho, aguas que llevan lejos el confín, de una lágrima en equilibrio, entre la nostalgia y el dolor. Hace ruido, el recuerdo de un amor, hecho hierba, con raíces desgarradas, frágiles auroras desmenuzadas, sobre la almohada que huele a palabras entregadas, las sombras de utopías. Yuleisy Cruz Lezcano Poetisa de Cuba
ALABANZA Alabanza a la vida retirada; sumergidos a veces, en el oleaje de lo civil, sin entrar en el ojo del huracán, para evitar salir empapados de la tempestad, para evitar de tener que colgar, en el templo más cercano, las ropas mojadas. Es mejor retirarse en el momento presente, amando y encontrando a la gente, sólo lo necesario. Los soles se repiten, pero con la vida sucede el contrario, no podemos regresar para atrás. El tiempo que se va es una balanza, donde todo se calibra, en los ayeres, sólo se ve la semilla sembrada y el remordimiento es un bulto en el camino. A veces llamamos destino, al rastro de luz de la pisada. Yuleisy Cruz Lezcano Poetisa de Cuba
De los creadores, La Literatura del Arte.
Obra pictórica, La dama de la esperanza.
NUESTRO TEMPLO
NUESTRO TEMPLO Amigos y artistas, nos pueden encontrar en este portal web. Aquí estamos presentes, entre los escritos y las lecturas. lazlibreriazlibrez.blogspot.com la-libreria-libre55.webnode.com.co También estamos en Facebook, allá tenemos nuestra página, para tener mejor tertulia con ustedes y por una mayor difusión literaria, nos encontramos en los espacios virtuales de Issu y Calameo. http://issuu.com/laliteraturadelarte https://es.calameo.com/accounts/4986432 https://www.facebook.com/laliteratura.delarte Y claro; aquí están nuestros correos electrónicos para que nos escriban, conforme a cualquier solicitud o colaboración. laliteraturadelarte@hotmail.com laliteraturadelarte@gmail.com
GRATITUDES PARA NUESTROS ESCRITORES Y POETAS, DEDICAMOS ESTA ROSA DE LA ESPERANZA, QUE BRILLA JUNTO A USTEDES EN ARTE, MAESTROS DE LAS LETRAS MÁGICAS, CUENTISTAS GENIALES Y POETAS DEL AMOR, SEA PARA SUS VIDAS LA BELLA ESPIRITUALIDAD, DEBIDO A SUS OBRAS LITERARIAS, QUE HAN INSPIRADO CON SUS ALMAS, PARA USTEDES LO MEJOR DEL CORAZÓN, VIVAN SUS FANTASÍAS EN NUESTRA IMAGINACIÓN, JUNTO A LOS PUEBLOS DE AMÉRICA LATINA, AMIGOS DE LA LIBERTAD, ARTISTAS DEL BIEN.
creadores de la revista JOSÉ NIVIA MONTOYA RUSVELT NIVIA CASTELLANOS
NUESTROS COLABORADORES ESPERANZA CASTELLANOS ARIAS JOHANA ALEJANDRA NIVIA CASTELLANOS JAIRO ANCÍZAR MOSQUERA RUBÉN CAMPOS ARIAS AUGUSTO HERNÁNDEZ VARGAS
TEOBERTO FORERO MARCO PEÑA AYA HUGO SHIEBLE
diseñador de la portada y editor gráfico RUSVELT NIVIA CASTELLANOS issn: 2357 - 5085 . décima edición. LA LITERATURA DEL ARTE. año 2021.