creación y vida
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Un libro con calidad invita a la lectura
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Recordando a McOndo
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Grecia es la cuna del teatro
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¿Puede hablarse de orígenes científicos de la literatura?
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Luces y sombras de una rebelión popular
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LITERATURA MALA ONDA, DE ALBERTO FUGUET, CUMPLE 18 AÑOS En McOndo se planteaba una versión de lo latinoamericano que buscaba dejar atrás lo que ahí se denominaba como el lastre del realismo mágico. Una metáfora de la necesidad de explicarnos y buscar nuestros sueños. Realidad. Daniel Noemi Voionmaa* - Papel Salmón
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uando en 1996 apareció, publicada en Barcelona, la colección de cuentos McOndo, editada por los chilenos Sergio Gómez y Alberto Fuguet, se instalaba de forma definitiva una nueva literatura latinoamericana. En el prólogo -“Presentación del País McOndo”- se planteaba una versión de lo latinoamericano que buscaba dejar atrás lo que ahí se denominaba como el lastre del realismo mágico. Lo rural era reemplazado por lo urbano; el compromiso social por el egoísmo individualista -la opción entre el fusil y la máquina de escribir daba lugar a que hay entre un PC y un Mac-; lo folclórico por la hibridez de una cultura donde Julio Iglesias comparte el estrado con Borges, Julio Jaramillo y Atahualpa Yupanqui. Los nuevos cuentos presentaban, en su mayoría, a protagonistas jóvenes, adictos a la adrenalina de las drogas, el sexo, el cine y la televisión, la música rock y la cultura del país del norte; pero más que nada, se insistía en la necesidad de sacar a América Latina del sitial en el que había caído gracias a la literatura de los sesenta. Las críticas arreciaron desde todos lados: las acusaciones de literatura light o, pero aún, de ser apólogos del neoliberalismo, cayeron como granadas que no distinguían entre los diversos autores y sus variadas propuestas. Sí, la crítica había creado el fenómeno McOndo: la respuesta postmo y neoliberal a Macondo. Y si bien los antologados siguieron, como era de esperar, distintos caminos, el estigma ha quedado y aún hoy en los circuitos académicos de la literatura se suele mirar con desdén a ese tipo de subliteratura.
Un gesto de memoria
Todo el fenómeno en torno a los autores McOndo sirvió como un remezón, un temblor grado cinco, en el mundo cultural latinoamericano. Escribir pareció una empresa (en todos sus sentidos) más in. Incluso algunos de ellos fueron portadas de revistas usualmente reservadas para estrellas de la política, de la moda o del cine. Los escritores en lugar de ser malditos, borrachos y oscuros, o intelectuales comprometidos con la realidad social de sus países, se convertían en tipos que hacían de la profesión algo sexy. Pero, más allá de los debates iniciales, del desvanecimiento del impacto inicial, de las sendas varias seguidas por los mcondianos
Recordando a
McOndo
Alberto Fuguet escribió Mala onda, novela que apareció en Buenos Aires la primera semana de diciembre de 1991. Una invitación a un mundo oculto y desconocido.
y sus seguidores y detractores, ¿cuál es la importancia que este movimiento (usemos por ahora esta palabra) tuvo y tiene en y para la literatura latinoamericana? Paradójicamente, esta nueva literatura (que, claro, sabemos, nunca es tan nueva) constituye un gesto de memoria de nuestra historia. Es, mucho más que cualquier resabio del realismo mágico, radicalmente latinoamericana. En sus contradicciones, en su no querer ser literatura o su intento de romper con los moldes existentes, la idea de Mcondo nos entrega en su búsqueda del presente aquello que ya fuimos. En su gesto trasgresor hay una búsqueda del mismo pasado que se niega; y ese gesto de regresar -de mirar hacia atrás para decir que aquello nunca fuimos- es lo que ha marcado a Latinoamérica en estos ya dos siglos de vida querida independiente. Quizás, hoy, en medio de una crisis que muchos auguran terminal, valga la pena pensar que, no en menor medida, aquella literatura que se pretendía nueva y que hablaba tan simplemente del nuevo mundo que la glo-
balización y sus parafernalias nos habían permitido (el sueño del primer mundo), tenía una razón que no esperaba. Faltar el respeto, lo aprendemos a cada instante, es una de las principales formas de enseñarlo. No había apología del neoliberalismo en los cuentos y novelas de Fuguet, de Paz Soldán, de Loriga o de Gamboa. Tampoco una crítica radical, un intento de cambiar el mundo. Para qué. La bala estaba disparada hacia nosotros, críticos y lectores. Fue necesaria la indignación para darnos cuentas de lo que estaba pasando.
Una novela que sigo enseñando
Recuerdo haber leído la primera novela de Fuguet, Mala onda, cuando recién fue publicada en 1991. Recuerdo haber pensado que era basura. Yo tenía entonces la misma edad que su protagonista, Matías Vicuña, y Chile volvía a la democracia, y yo me regocijaba en el compromiso directo y duro (reconozco que aún lo sigo haciendo). Pero, poco a poco, a medida que el que no titubea ni se detiene continuaba su marcha, fui descubriendo (¿o es que siempre lo supe?) que en esas líneas que tanto había despreciado mucho más se hallaba. Hoy Mala onda cumple 18 años. Mayoría de edad. Y yo la sigo leyendo y enseñando en mis clases para chicas y chicos que continúan entusiasmados los avatares de su protagonista. Así como McOndo para todo el continente, Mala onda fue una novela de singular importancia en Chile (¡qué horror de juventud! exclamó el príncipe de los críticos de la época), una que mostraba lo que se venía, aquello en que la nueva democracia, lo quisiéramos o no, tarde o temprano, terminaría en convertirse. Al final de esa novela, el protagonista, luego de su periplo de aprendizaje, de transcurrir su Bildungsroman, dice que se ha salvado: “Me salvé”. Y agrega las palabras finales: por ahora. El presente, aprendimos en ese instante, era el tiempo predilecto de los nuevos tiempos: ahora se convertía en siempre.
Metáfora de la realidad
Tal vez dieciocho años después, mientras tambalean algunas convicciones, convenga preguntarnos de nuevo por esa salvación y volver a pensar en nuestra (nueva) literatura y saber (de nuevo) que todo tiempo es también nuestro tiempo, que McOndo, en la velocidad de nuestra época, es una metáfora de la vieja pero vigente necesidad que tenemos de explicarnos y buscar nuestros sueños, de entender nuestra realidad. Una realidad que puede ser mágica, virtual, sucia; vanguardista o realista. No lo sé. Pero que irremediablemente está siempre por construirse, que, como diría el poeta Luis Martín, existe un no-lugar y se encuentra en un porvenir PS *Ph. D. University M.A. Y M. Phil. Yale University. Profesor de literatura y cultura latinoamericana en el Departamento de Lenguas Romances de la Universidad de Repanchigan (USA). Crítico y ensayista.
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TEATRO DÍA INTERNACIONAL DEL TEATRO
GRECIA
es la cuna del teatro
La historia del teatro es la historia de la humanidad. El ballet es la primera manifestación teatral. En la mayoría de las culturas el espectáculo teatral procede de actos religiosos o “dramatizaciones rituales”. India, Japón y el antiguo Egipto. Representación.
El teatro en otras culturas
Papel Salmón*
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ratar con la historia no escrita del teatro implica remontarse a la historia misma de la humanidad ya que, en su esencia, ese conglomerado de acciones humanas que los antiguos griegos codificaron como teatro, no pertenece a ninguna raza, período o cultura en particular. Antes bien, es una forma de lenguaje por medio del cual, originalmente, el mundo fenoménico es imitado y celebrado. El teatro nace en Grecia, pero antes ya existían manifestaciones teatrales: los bailes y danzas, que constituyen las más remotas formas del arte escénico. El ballet es la primera manifestación teatral que se conoce, y la única que existe todavía en los países salvajes o de rudimentaria civilización.
Los primeros teatros en Grecia
Primero hubo un solo actor -corifeo-, y sólo necesitaba una mesa junto al altar de Dionisos para dialogar con los chorentae, mesa o carro que se colocaba en el centro de la orchestra. Cuando aumentan los actores la mesa se convierte en plataforma. Para ese entonces se levantan gradas de madera para el público, que ya no puede situarse alrededor del altar (thymele). Luego se construyó un teatro con gradas de piedra, con planos de Anaxágoras y Demócrates. Vitrubio, en su libro V, describe las tres partes principales del teatro griego: el mu-
El teatro en Roma
Los romanos establecieron sus propios “ juegos oficiales” desde el año 364 a. C. Pero la significación cultural que presidio la evolución del teatro ateniense no tuvo lugar en Roma. Por el contrario, los romanos vieron en el teatro un aspecto pragmático y político que no comprendieron los atenienses. Para los romanos el teatro era un lugar de reunión para el entrenamiento y la ostentación. En consecuencia, las primitivas estructuras de madera modeladas en el siglo V a. C. por los griegos fueron reemplazados por edificios de piedra, grandes e imponentes, erigidos como monumentos a la República. Los romanos también hicieron uso de escenografías pintadas en forma realista.
Teatro antiguo de Epidauro, una pequeña ciudad griega de la Argólida, península al noroeste del Peloponeso, construido por Policleto el Joven a finales del siglo IV a.C.
Foto/Tomada de Internet/Papel Salmón
ditorio, la orchestra y la barraca o scena. Esta última estaba enmarcada por tres muros: uno de frente y otro a cada lado. En la época de Sófocles ya existía el telón: una cortina doble que se desplegaba hacia los lados. Los decorados -invención de Agatardo- estaban colocados a guisa de forrillos, tras las puertas de enfrente. Estos decorados -prismas (periaktes) atravesados por un eje- eran giratorios y en cada una de sus caras tenían pintado un motivo diferente conforme a los tres géneros teatrales de entonces: tragedia, comedia y sátira. En el teatro de Atenas cabían 17 mil espectadores, en el de Dfero, 30 mil y alrededor de las 35 mil personas en el de Megalópolis. Estos teatros eran suntuosos y amplios, y tenían recursos escénicos y decorados que se perfeccionaron después, sobre todo desde que Apolodoro descubrió en el año 200 a. C. las leyes de perspectiva.
Tragedias y comedias
Las primeras tragedias griegas ensalzaban las virtudes de los dioses. Esquilo (525-456), Sófocles (496-406) y Eurípides (480-406) se inspiraron en los poemas
homéricos, primer cantor de dioses, semidioses y héroes. En la comedia griega se puede considerar tres etapas: antigua, media y nueva. La primera era esencialmente satírica. Los autores presentaban en escena a los jefes de Estado, filósofos, poetas, magistrados y generales. Con la caída del gobierno de Atenas se impuso la censura. Sin embargo, los autores continuaron sus acres censuras a los gobernantes y hombres de Estado, poniendo nombres supuestos a los personajes. A este período pertenece la “comedia media”. Nació entonces la “comedia nueva”, o de costumbres, que adquiere en Menandro su expresión más completa. Son llevados al teatro, como medio de exposición, las corrupciones y vicios de la sociedad. En un principio, el autor y el actor eran una misma persona. Esquilo elevó a dos el número de actores que intervenían en la representación dramática. En la época de Sófocles eran tres ya los actores, e incluso más, ya que a veces sucedía que en alguna representación se precisaban más intérpretes.
En la mayoría de las culturas el espectáculo teatral procede de actos religiosos o “dramatizaciones rituales” en los que toma parte la comunidad. Según la tradición hindú el teatro fue creado por el dios Brahma el cual, tras haber construido el universo por medio de los cuatro libros sagrados o Vedas, consagra un quinto (el Nâtya-Veda) al teatro. Las representaciones en la India antigua eran lugares festivos de participación común. Más adelante se comienzan a narrar hazañas de un héroe como fue Krishna. Poco a poco se da un elemento nuevo entre la danza y la música que también cuenta una historia: es el mimo. Asimismo se comienza a hacer uso de la palabra para contar acontecimientos que no podían ser escenificados por no herir la sensibilidad de los participantes. En Japón el teatro Noh y más adelante el Kabuki nace de danzas en honor a Buda en las cuales se entonaban canciones populares sobre las que se insertaba un elemento dramático que imitaba un suceso o acción. En el antiguo Egipto se hacían ritos en torno a la muerte. Eran manifestaciones dramáticas expresadas de nuevo por danzas y canciones. Incluso en la Biblia, en el Antiguo Testamento y sobre todo en El Cantar de los Cantares, aparecen alusiones a restos de danzas rituales pre-teatrales PS *Con información tomada de las páginas web www.bambalinasteatro.com.ar www.monografias.com y www.geocities.com
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ENSAYO BREVE HISTORIA DE LA LITERATURA Y SU ROL PEDAGÓGICO
¿Puede hablarse de orígenes
científicos de la literatura? Es hasta Miguel de Cervantes Saavedra, que la literatura se convierte en objeto de su propio estudio. Con la novela realista, la literatura indaga sobre su papel histórico y es consciente de los cambios que lidera. Romanticismo. Berta Lucía Estrada E.* - Papel Salmón
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omo se ha visto la literatura ha sido desde sus orígenes un medio de pensamiento, de reflexión, una forma de responder a innumerables preguntas en torno al ser humano, a su entorno… y es además, el origen del pensamiento religioso de todas las culturas y pueblos. Diría que la literatura, aún sin proponérselo, siempre ha indagado sobre lo que no conoce y sobre lo que conoce. Es decir siempre ha sido una herramienta científica en cuanto al proceso cognitivo se refiere. Ya se ha aludido al papel que jugaron los monjes y monjas en el Medioevo, puesto que sin la labor acuciosa que emprendieron en la traducción de los clásicos y en la preservación de sus obras en las bibliotecas monacales, es muy posible que todo ese saber antiguo hubiese desaparecido por completo de la memoria de la humanidad. Pero como debe buscarse una época donde este proceso haya comenzado a ser de cierta forma deliberado, diría que no es sino hasta Miguel de Cervantes Saavedra, que la literatura comienza a dar vueltas sobre sí misma. Se convierte en objeto de su propio estudio. Con Miguel de Cervantes Saavedra y con la parodia que quiso realizar de las novelas de caballería, la literatura surge como un nuevo mecanismo de estudio, de reflexión y de recreación literaria. El mismo Rabelais, con Gargantúa y Pantagruel, insigne relato escrito 50 años antes que El Quijote, hace una parodia de las novelas que surgieron de la tradición celta, en torno a la leyenda del Rey Arturo, de Merlín y de Morgana.
La literatura cuestiona
Pero es en el siglo XIX, con la aparición de la novela realista, que la literatura comienza a indagar sobre la sociedad, se cuestiona el rol de la cerrada sociedad decimonónica, sobre el papel de la mujer en el matrimo-
Miguel de Cervantes Saavedra en un grabado de la Imprenta Real, de la Colección Luis Gasca. Foto/Tomada de www.cervantesvirtual.com
nio (Madame Bovary y la infidelidad). Con el Romanticismo, la literatura comienza a indagar sobre su papel histórico y es consciente de los cambios que lidera. Al respecto Arnold Hauser escribe: “Sin la conciencia histórica del Romanticismo, sin la constante problematización del presente, que domina el mundo mental del Renacimiento, hubiera sido inconcebible todo el historicismo del siglo XIX, y con él una de las revoluciones más profundas en la historia del espíritu. La imagen del mundo hasta el Romanticismo era fundamentalmente estática, parmenídea y ahistórica, a pesar de Heráclito y de los Sofistas, del nominalismo de la Escolástica y del Naturalismo del Renacimiento, de la dinámica de la economía capitalista y del progreso de las ciencias históricas en el siglo XVIII… Sólo a partir de la Revolución y del Romanticismo, comenzó la naturaleza del hombre y de la sociedad a ser sentida como esencialmente evolucionista y dinámica. La idea de que nosotros y nuestra cultura estamos en un eterno fluir y en una lucha interminable, la idea de que nuestra vida espiritual es un proceso y tiene un carácter vital transitorio, es un descubrimiento del Romanticismo y representa su contribución más importante a la filosofía del presente”. (HAUSER, Arnold. Historia social de la literatura y del arte. Editorial Guadarrama. 14ª edición. Tomo 2, páginas 344-345) El reconocimiento que el ser humano contemporáneo tiene actualmente, en cuanto a una especie de destino histórico, y que somos lo que somos por un determinado curso vital trazado por el pasado, es una conquista del Romanticismo.
El “otro yo”
Otro de los grandes aciertos del Romanticismo es el haber develado la existencia del “otro yo”. Es aquí don-
de tiene lugar el desgarramiento del alma romántica: El ser humano comienza a realizar una introspección, una autoobservación metódica, se considera a sí mismo como un extraño, un forastero dentro de su propio cuerpo. Descubre que dentro de su cuerpo habitan dos almas, que dentro de él hay demonios, pero también jueces. En otras palabras, se adelanta casi un siglo a la llegada del psicoanálisis. Esa búsqueda de lo irracional será ampliamente desarrollada por los poetas malditos, herederos del Romanticismo, y posteriormente en pintura, con el expresionismo alemán. En el Romanticismo también se dio la renovación del lenguaje. En los siglos anteriores, especialmente en Francia, se había llegado a un rebuscamiento y amaneramiento total y absoluto en la utilización del lenguaje. La expresión se destacaba por ser excesivamente alambicada y poco o nada natural. Los románticos se abandonan a la fuerza y poder del lenguaje, se dejan dominar por él, lo cual es considerado como un alto signo de genio artístico. Es en esta fuente creadora del lenguaje donde se podrían encontrar los antecedentes de la escritura automática del surrealismo. Para terminar esta reflexión diría que el Romanticismo contribuyó a la creación de un hombre y una mujer nuevos, que poco o nada tenían que ver con sus antecesores. Por otra parte no hay que olvidar que el Romanticismo es el primer movimiento eminentemente burgués. Es el triunfo absoluto de la burguesía sobre la aristocracia. Incluso para Goethe el ideal de vida es el burgués PS *Escritora, crítica literaria y traductora. Nota: Próximamente: Orígenes del quehacer literario en América y en Colombia.
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HISTORIA Antes de ser arrancados al poder colonial, los pliegos de libertad eran letra muerta. José Antonio Galán le enseñó a la tribu de los guanes a defenderse. Ello le costó la libertad. Regresó a Charalá. El cerco se cierra. Lo descuartizan y las partes de su cuerpo son enviadas a varias poblaciones. Traición.
LOS COMUNEROS
Luces y sombras de una
REBELIÓN POPULAR Los mascarones de proa
Alfredo Cardona Tobón* - Papel Salmón
Francisco Berbeo, ex-general de la rebelión, andaba con bastón de mando disfrutando de un jugoso sueldo como pago de su acción soterrada para detener la toma comunera de Santa Fe. Nombraron a Salvador Plata como corregidor de El Socorro y de momento, los españoles pasaron por alto las algazaras del cacique Ambrosio Pisco. Entre esos mascarones de proa, exaltados por el populacho, el verdadero capitán fue José Antonio Galán, quien, al ver burlados los acuerdos, intentó congregar nuevamente a las comunidades expoliadas, atosigadas y exprimidas por el poder español.
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a iglesia de Zipaquirá estaba repleta. Ese día de 1781 el timbre de las campanas era más vívido y las humaradas de incienso parecían indicar nuevos días, sin estancos o alcabalas, ni el furor esclavista de los corregidores. El arzobispo Caballero y Góngora ofició misa y un Te Deum para sellar el pacto con un juramento sobre los cuatro evangelios. Mientras los comuneros agradecían a Dios un respiro a su miseria, el arzobispo se burlaba de la ingenuidad de un pueblo que creía en juramentos y en las promesas del jerarca. Antes de ser arrancados al poder colonial, los pliegos de libertad eran letra muerta, pues el alcalde de Santa Fe, Eustaquio Gálvez, los había desconocido secretamente ante un notario, argumentado que las capitulaciones fueron obra de la violencia. Eso mismo dijo el virrey Flórez en Cartagena, y también el arzobispo quien, sin escrúpulos cristianos, esperaba el momento propicio para la venganza.
La reacción de Flórez
El virrey olvidó la guerra contra Inglaterra y enfiló las tropas que tenía en la costa con rumbo al interior de la Nueva Granada, y puso a José Bernet al frente de quinientos soldados del “Batallón Fijo”. Zarparon treinta champanes con 224 bogas que remontaron el Magdalena. El río se llenó de casacas, y el sonido de pífanos y tambores sacudieron el letargo de los caimanes y congregaron a los harapientos vecinos de las riberas. ¡Traición! ¡Traición!, fue la voz que se extendió por los caminos. Pero era tarde; ya se habían desmovilizado los
El capitán comunero
José Antonio Galán, mártir comunero.
Foto/Cortesía Alfredo Cardona/Papel Salmón
campesinos del Socorro, Charalá y Mogotes y de los campamentos comuneros tan sólo quedaban las cenizas. Aunque había hombres en armas en los llanos y en el Tolima, era imposible concitar un alzamiento general, pues los capitanes, libres de la presión de las masas se habían plegado a la Corona. Por los pantanales del altiplano cruzó la tropa de Bernet, los indios se agazaparon en los canales y en Santa Fe se celebró su llegada con fiestas y voladores. Los indígenas de Nemocón se aferraron a las salinas que les devolvieron los comuneros. Fue en vano: era una lucha de piedras y garrotes contra sables y fusiles. Las cabezas de cinco nativos pendieron en astas de ludibrio en las entradas de la capital.
Una estela de heroísmo precedía a José Antonio Galán. En Charalá, después de golpear a unos cazadores de indios, se unió a la tribu de los guanes para enseñarles a defenderse. Ello le costó la libertad y la remisión a Cartagena a servir en la milicia y en la construcción de las murallas. Pero fue corta su estancia en la costa pues en diciembre de 1780, regresa a Charalá a soliviantar a los campesinos contra los estanqueros y los recaudadores de impuesto, cuatro meses antes del levantamiento en El Socorro. Al estallar la rebelión, Galán, al frente de los charaleños, somete la avanzada santafereña en Puente Nacional, y en Nemocón se apodera de las arcas del gobierno, y toma el control de las salinas. La influencia de Galán crece como espuma. El charaleño quiere marchar de inmediato a la capital pero Berbeo detiene el ataque. Quizás para quitarlo del medio, Berbeo le ordena seguir tras el visitador Gutiérrez de Piñeres que preso del pánico huye a Cartagena por la vía
de Honda. El paso de los comuneros charaleños es una tromba. Galán levanta en armas a Villeta, saquea las arcas reales de Guaduas y a su voz se insurreccionaron Honda, Beltrán, Mariquita, Coello, Espinal y Purificación. Galán libera a los esclavos de Malpaso y su grito de libertad resuena por Antioquia y el Magdalena medio. El bravo capitán intenta reorganizar el movimiento comunero y busca inútilmente el apoyo en Mogotes y en Sogamoso pero sus mensajes se pierden con el viento. El marqués Jorge Tadeo Lozano, costea tropas para someter a los comuneros de los llanos y Salvador Plata financia una partida para liquidar a Galán y a doce compañeros que lo siguen. El cerco se cierra, es preciso impedir que lleguen al territorio de los guanes. La noche sorprende a los fugitivos en las montañas de Chaguanete. La partida, vencida por el cansancio y el hambre, se refugia en un rancho. Una descarga resuena en la oscuridad, la sangre inunda el suelo de la choza y Galán con un disparo en el hombro cae en poder de los secuaces de Salvador Plata. La paz parece que llega al virreinato. El virrey Flórez indulta a los cabecillas comuneros. Sin embargo el documento no sale de las gavetas del escritorio del arzobispo, que quiere a toda costa, castigar la insolencia de los rebeldes. Los verdugos ejecutan a Galán junto con Isidro Molina, Lorenzo Alcantuz y Manuel Ortiz. No basta su muerte. La cabeza de Galán se lleva a Guaduas, la mano derecha al Socorro, la izquierda a San Gil, el pie derecho se remite a Charalá y el izquierdo a Mogotes. Pensaban que en esa forma se olvidaría su nombre y se borraría su memoria PS * alcartob@gmail.com
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PUBLICACIONES
Sinfonía de la noche La oscuridad invita a la experiencia Juan Carlos Acevedo Ramos* - Papel Salmón
Un verso del cantautor y rockstar Roby Draco Rosas dice que “la oscuridad invita a la experiencia”, y creo leer en los versos de John Jairo Cañaveral una nueva experiencia basada en el silencio y en la oscura noche. Este libro de poemas de Cañaveral, que poéticamente titula Sinfonía de la Noche, es la otra cara del luminoso, diurno y cándido que antecede esta publicación. El autor nos lleva por un mundo sórdido, ajeno y próximo, siempre a punto de quemarse, que es el mundo interior del hombre. Porque si bien, en los poemas se hace explícito el tema de la noche y sus andamios como lo son la soledad, el silencio, lo espectral, el miedo y sus demonios, y por supuesto las nuevas experiencias, lo que promete Sinfonía de la Noche no es otra cosa que un viaje al interior del poeta que es John Jairo Cañaveral. En las páginas del libro notamos que el autor quiere entablar un diálogo con su lector. Cada línea es una propuesta para una conversación donde, astutamente, el poeta lo tienta para dar respuestas a sus versos. Con una poesía críptica, simbólica, oscura, como la plantea esta vez Cañaveral , el lector se encontrará acechado por las preguntas que buscan hacerlo reflexionar y pensar en la fugacidad del amor, de la vida o del hombre mismo. Aquí la asechanza constante de la muerte, una de las obsesiones que posee la mayoría de los poetas, hace presencia una y otra vez. Bien porque él quiera llamar la atención de su interlocutor, o porque como temática literaria la muerte esta próxima a todo ser viviente. Así el silencio del sepulcro
recomendado P R E C I S I Ó N
lo rodea y él quiere llenar todo de sonoridad. Pide a gritos el silencio, que paradoja, porque el bullicio de la vida le llega con los días y lo intimida. Es aquí donde uno advierte la presencia de la música, el arte que salvará al poeta. Pero siendo John Jairo un poeta que construye su obra a comienzos del siglo XXI, la música que lo salva es el rock con su estridencia, su sicodelia, su ruptura con lo establecido, con lo políticamente correcto. Sus poemas reflejan más el idioma universal de Una Oración Americana, la antología que recogió la poesía de Jim Morrison, que los Versos del Capitán, ese hermosos libro nerudiano que tanta influencia pudo tener en él al escribir su anterior libro. Por eso, ese juego de la tentación al lector para que diserte, para que abandone -sin culpas- la lectura de este libro tan personal . En mi lectura inicial encontré a un hombre que huye de su pasado, abandonándolo todo, hasta su historia personal, así para ello deba recurrir a la muerte. Pero la muerte es silenciosa y es amiga, él lo sabe y no huye, por eso emplea un truco, tal vez judeocristiano, para jugar a lo profético. “ Que la noche invite a la experiencia ” es un verso que abre todas las posibilidades. Es cierto muchos de nosotros, en especial los artistas, somos seres nocturnos y la noche nos deja frente a muchas experiencias. En el caso de John Jairo la experiencia a la que esta invitado -esta vez- es a la de la escritura y nosotros somos invitados al viaje de la lectura de Sinfonía de la Noche, un extraño libro personal y enigmático que cada uno puede interpretar como quiera y trasladarse como pasajero a la desconocida noche. *Escritor.
convocatoria Periodismo Se abre la convocatoria al Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2009. Se entregarán los siguientes premios: a la vida y obra de un periodista, al periodista y al empresario del año. En los premios al trabajo periodístico están: artículo o emisión cultural, deportiva, económica, en el área de la Educación, artículo de opinión, análisis
o debate, columna de opinión, caricatura, crónica o reportaje, entrevista, fotografía periodística o reportaje gráfico e investigación, entre otros. Además se entregarán tres becas al periodismo joven. La entrega de trabajos es hasta el próximo 14 de mayo. Mayores informes en la página web www.segurosbolivar.com
C O N C E P T U A L
Hechos y lógica Luis E. García - Papel Salmón
Economía, empleo o trabajo productivo “… pero en la economía vamos mal”, sentenciaba Germán Vargas Lleras. Esta afirmación es vaga y apenas parcialmente cierta, porque estar mal o bien depende del patrón de comparación. Colombia, inmersa en una crisis mundial, destinando cuantiosos recursos a un conflicto armado interno, sin una riqueza como la de nuestros vecinos petroleros, etc. ha manejado bien su economía, a diferencia de muchos muchos países latinoamericanos que sufrieron tremendas caídas. Desde luego que aspiramos a estar mejor, y por eso esperamos de los presidenciables propuestas económicas serias y concretas. La Economía es una ciencia inexacta, compleja, flexible y en buena parte un arte adivinatorio, que conduce a dilemas críticos: cuando unos ganan, otros pierden (p. ej. al subir el dólar ganan los exportadores y pierden los importadores; al robotizar las industrias bajan los precios pero salen trabajadores, etc.). En cualquier crisis económica entran en juego demasiados factores y ahora quizás el más crucial es el problema del EMPLEO o del TRABAJO, mal llamados así porque la primera palabra alude a una dependencia laboral, y la segunda a cualquier tipo de actividad. La profunda crisis social actual proviene de la falta de oportunidades para el TRABAJO PRODUCTIVO, sea de obreros, empleados, trabajadores empresarios, comerciantes, industriales, profesionales, técnicos, negociantes, artesanos, artistas; ésta debería ser la primera consideración antes de tomarse cualquier medida política, económica o administrativa nacional o local (lo que no hace el alcalde de Bogotá). A falta de oportunidades mucha gente buena no tendrá otra opción para alimentarse que convertirse en mendigo o delincuente, para no hablar de los desmovilizados, que tienen más puntería que educación (incluso una buena educación ya no es garantía para acceder a un trabajo productivo). ¿Una consecuencia? Crecerá a límites insostenibles la fuerza pública (que ya pasa de costosos 400 mil hombres) para capturar delincuentes, y los poderes judiciales para enviarlos a cárceles donde ya no cabe otro más. Si en la anterior campaña presidencial la tesis victoriosa fue la necesidad de seguridad, en la próxima habrá de ser la mejor propuesta para salvar y generar TRABAJOS PRODUCTIVOS. La brecha social actual no es tanto entre ricos y pobres sino entre ocupados y desocupados, y a este paso más gente se despertará cada día no alegre de vivir sino angustiada por sobrevivir. Director: Nicolás Restrepo Escobar Editora: Gloria Luz Ángel Echeverri Coordinadora: Victoria Eugenia Salazar Velásquez Diseño: Virgilio López Arce Circula con LA PATRIA todos los domingos Cra 20 No.46-35. Tel 878 1700 Impresión: Editorial LA PATRIA S.A E-mail: salmon@lapatria.com Portada: Bebeteca, Santa Bernardita. Foto/Archivo LA PATRIA/Papel Salmón
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LECTURA Lo importante es que el libro tenga un mensaje para el lector. La calidad de la estructura narrativa, los textos, lenguaje, diseño, ilustraciones es primordial. Sin ilustraciones no existen libros para niños. El lenguaje no debe ser aleccionador. Los niños y jóvenes deben reconocerse en lo que leen. Valoración. Gloria Luz Ángel - Papel Salmón
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i los niños y jóvenes de hoy leen o no, qué tipo de lectura hacen, cuál es el criterio con el que profesores y padres de familia escogen los libros que leerán sus alumnos y sus hijos, son algunos de los interrogantes que se presentan cuando se habla de literatura infantil o juvenil, si es que existe esta categorización. María Cristina Rincón Rivera, coordinadora editorial y de los programas internacionales de la Fundación para el Fomento de la lectura -Fundalectura-, dice: “la experiencia nos indica que los niños sí leen y necesitan más tiempo alrededor de los libros. Mucha parte del trabajo de la Fundación pretende que cada vez existan más momentos en los que padres, maestros y bibliotecarios lean con los niños y les ofrezcan libros.” Pero lo importante en un libro es la calidad en el tratamiento de los temas, del lenguaje, la estructura narrativa o la ilustración. Que tenga algo para decir, que le entregue un mensaje al lector. “Debe haber calidad en las historias, ilustraciones, en la información que se presenta. Que sean libros estructurados que no menosprecien la capacidad de los lectores. Cuando hablamos de libros de calidad entramos a desplegar todos esos criterios que van desde lo muy general hasta lo muy puntual como es el tamaño de la letra. Cómo se configuran las historias, cómo es la estructura narrativa, todos los elementos que hacen parte de una buena historia. Lo esencial son los libros de calidad para todos los públicos, desde los bebés hasta los jóvenes”, dice Janeth Chaparro Puentes, coordinadora del Centro de documentación de la Fundación. Para Andrea Victorino Ramírez, coordinadora del área de comunicación y medios de Fundalectura, se debe incentivar la idea de las salas infantiles en las bibliotecas para que los niños tengan una oferta que vaya más allá de los libros comprados por sus padres o los textos escolares. “En el Estudio de hábitos de lectura que salió
publicado en 2005 o en la publicación sobre consumos culturales del Ministerio de Cultura con el DANE (2007), la cifra que llamaba la atención era el índice de lectura en los niños y la asistencia a bibliotecas como parte de sus prácticas culturales.”
En el mundo de la imagen
La imagen también es importante en los libros para niños. Para la coordinadora editorial de Fundalectura, sin ilustración no hay libros para niños. “La ilustración le habla a los niños de una manera inmediata y por eso cuando valoramos la imagen tenemos en cuenta cómo ésta le habla a los niños, si establece un nexo con ellos, qué mundo les muestra, de qué manera se expresan los personajes, cómo los han
Según la española Gemma Lluch los niños en Colombia están leyendo libros muy buenos, “es mi experiencia cuando he visitado las bibliotecas en este país”.
DÍA MUNDIAL DEL LIBRO INFANTIL, 2 DE ABRIL
UN LIBRO
con calidad invita a la lectura construido. En los libros para los más grandes miramos qué otras propuestas hace la ilustración, cómo invita a explorar la página, a ir un poco más allá y hacer las reflexiones que sugiere el texto.” En cuanto a la competencia que se presenta con la imagen en el computador. Rincón Rivera comenta que los libros educan la mirada de los niños. “Los buenos libros vuelven a los niños exigentes, buscadores de detalles, de mensajes que no son tan explícitos. Los convierten en una especie de buceadores en el conocimiento y en la cultura. En esa medida no hay competencia con la internet y la televisión sino que los niños saben que están en un mundo diverso, en el que cada vez quieren más y lo mejor.” La española Gemma Lluch, docente de la Universidad de Valencia (España) e investigadora en la formación literaria, reafirma que no existe competencia entre los libros y el internet. Esto lo demuestran las encuestas que arrojan los mismos resultados en la mayoría de los países: “los niños que más leen son los que más entran en Internet.”
las capacidades de los lectores. En el caso de los libros informativos, el autor puede hablar de conceptos complejos, pero debe ser en un lenguaje sencillo y veraz. En la literatura, el lenguaje puede ser igual de conmovedor para un niño de tres años como para un adolescente. No hay fórmulas para el lenguaje de los libros.” En cuanto al formato, María Cristina Rincón asegura que en un libro para bebés se buscaría más resistencia, “que tenga páginas que ellos puedan pasar sin que se dañen fácilmente, llenas de texturas. Lo interesante es sacarle el mejor partido al formato, como en los libros ilustrados, que le permitan a los más pequeñitos jugar e interactuar con ellos. Lo que esperamos es que los niños los traten con la misma familiaridad que lo hacen con sus juguetes. Que se acostumbren a ellos, que pidan una lectura cada noche. Lo que perseguimos es que los bebés busquen el encuentro con el libro porque cuando un adulto comparte un libro o un juguete con un bebé, está compartiendo tiempo y afecto. Eso es lo que buscamos.”
El lenguaje y el formato también cuentan
Un buen libro acompaña
Otro elemento que hay que tener en cuenta a la hora de escoger un libro es el lenguaje. Chaparro Puentes dice que el lenguaje de los libros para niños y jóvenes “conmueve, puede ser explícito o enviar otro tipo de señales, de símbolos. Lo que no es aceptable es que sea un lenguaje aleccionador, que menosprecie
Rincón Rivera agrega que no todos los libros son recomendables para cualquier momento de la vida, ni todos los temas son convenientes en cualquier instante. “Tenemos que tener en cuenta cómo es la persona a la que le vamos a ofrecer un libro, si es un gran lector, qué nivel de desarrollo tiene, si lee independientemente. Existe una serie de clasificaciones que atienden
al nivel de desarrollo de los niños como lectores y lo que decimos en Fundalectura es qué libros se les pueden recomendar a partir de cierto momento de sus vidas. Hay libros que uno lee a los tres años y los vuelve a disfrutar siendo adulto. Los libros tienen momentos.” Andrea Victorino comenta que a partir de la experiencia de trabajo en otros proyectos de la Fundación “hemos encontrado que libros que la gente piensa que son para niños, también enganchan a los adultos que no tienen una historia como lectores. Estos libros les permiten un acercamiento a nuevos retos de lectura. Un libro bueno es para todas las edades. Un adulto
Los niños muchas veces se enfrentan a una gran variedad de libros, por eso los padres de familia y los docentes deben tener el criterio necesario para ayudarlos a seleccionar el mejor. Fotos/Archivo LA PATRIA/Papel Salmón
puede encontrar un álbum o una historia fascinante y disfrutarla a los seis o a los quince años y darle significados diferentes.” En Colombia se hacen buenos libros para niños, pero hay que publicar más, comenta María Cristina Rincón. “Los ni-
ños se reconocen en los libros. Es necesario que lean historias que transcurren en un entorno como el suyo porque, a través de los libros, encuentran maneras de comunicar lo que pasa con su mundo interior y establecer un nexo con los adultos que los rodean.”
Janeth Chaparro comenta que uno de los objetivos del trabajo de valoración de libros que se hace en Fundalectura es justamente la mejor oferta de libros. “Una prioridad son los libros que se hacen en Colombia y también los que se importan y circulan en el mercado colombiano. Tenemos listas de recomendados y una página web donde lo primordial es destacar las propuestas que vale la pena que los mediadores conozcan.” Por eso la labor de valoración es tan importante para Gemma Lluch, porque los niños deben leer libros “que les ayuden a pensar, a sentir, a relacionarse, a ponerse en lugar del otro, a conocer otros mundos sin necesidad de viajar, a tener mayores conocimientos de lo que les pueda interesar.” Definitivamente, un libro de calidad no pretende enseñar sino compartir. “En esa medida, tener un acercamiento mayor y claro con el libro. Nosotros recomendamos obras donde hayan mitos, leyendas, pero también cuentos de cómo vive cotidianamente un niño de cinco años o más. También historias para jóvenes donde se hable de las realidades del país como el secuestro, la violencia”, acota María Cristina Rincón. Gemma Lluch recomienda que los padres de familia o el docente acompañen al niño a la librería o a la biblioteca, para resolverle al niño sus inquietudes y guiarlo si no sabe encontrar lo que busca. “La mejor manera de inducir un niño a la lectura es dándole el libro que el niño espera encontrar.” PS
CÓMO RECONOCER LOS BUENOS LIBROS PARA NIÑOS Y JÓVENES Fundalectura acaba de lanzar el libro Cómo reconocer los buenos libros para niños y jóvenes, destinado a mediadores, docentes, padres de familia, maestros y bibliotecarios. La edición del libro fue un trabajo en conjunto. En él participaron Gemma Lluch, docente de la Universidad de Valencia (España) e investigadora de la formación literaria sobre todo de los adolescentes, quien trabaja en un comité de valoración de libros en el país ibérico. De Fundalectura están Janeth Chaparro Puentes, coordinadora del Centro de documentación ; María Cristina Rincón Rivera, coordinadora editorial y de los programas internacionales; Andrea Victorino Ramírez, coordinadora del área de comunicación y medios, y Claudia Rodríguez Rodríguez, filósofa especializada en diseño y gestión
de programas de lectura y escritura. Según Janeth Chaparro este libro es la recopilación, durante 18 años, de los criterios que tienen en cuenta para valorar libros de literatura para niños y jóvenes que incluyen desde el álbum, libros ilustrados, cuento, novela, poesía y otros géneros de la literatura. Además de libros informativos y para bebés. “Son muchos los detalles que se tienen en cuenta a la hora de valorar un libro. Entre ellos están la estructura narrativa, el lenguaje, la ilustración, el diseño. En cuanto a los
libros informativos los criterios están centrados en la veracidad y el tratamiento de la información.” Andrea Victorino dice que el objetivo del libro es darle una serie de pautas a los docentes y padres de familia para que puedan recomendarles a sus alumnos e hijos la lectura que más les convenga, la que tenga algo qué decirle a niños y jóvenes. “Si un libro le gusta al adulto como lector, si siente que le dice cosas y que puede compartirlo con su hijo, ya es
un buen libro.” La valoración de los libros se hacen en varios comités a los que pertenecen personas que tienen trayectoria como lectores. Son docentes, bibliotecarios, promotores de lectura, profesionales en literatura, filosofía, antropología u otras disciplinas dependiendo si los libros que van a juzgar son de literatura o informativos. “Es en el intercambio de qué dicen los libros y por qué se recomiendan donde hemos aprendido”, asegura María Cristina Rincón. Sin el aporte de Gemma Lluch el libro Cómo reconocer los buenos libros para niños y jóvenes no se hubiera publicado. “Ella nos ayudó a mirar en retrospectiva lo que estábamos haciendo y nos ayudó a poner en blanco y negro”, comenta Janeth Chaparro.