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creación y vida

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Muerte y resurrección de la Literatura caldense II

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Abadía Morales, investigador y divulgador del folclor

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El sino trágico de los haitianos

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Publicaciones

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Recopilación de textos de un intelectual


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LITERATURA Revisando diez años de literatura en Caldas

Muerte y resurrección de la Literatura caldense II Octavio Escobar se ha anotado muchos puntos con su escritura posmodernista. Orlando Mejía es quizá el más prolífico. Flóbert Zapata ha hecho un trabajo de divulgación que pocos le han reconocido. Antonio María Flórez deja ver a un poeta siempre nuevo. Consagrados. Juan Carlos Acevedo Ramos* - Papel Salmón

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ara completar esta primera mirada a los últimos diez años de Literatura en Caldas continuamos presentando los perfiles lúdicos y literarios de los autores que he denominado “Los consagrados”. En el número anterior iniciamos con Adalberto Agudelo Duque y Eduardo García Aguilar. Recordemos que este recorrido nos llevará por las páginas de las mujeres en Caldas, los autores que han muerto en esta década, los escritores con una obra sólida y poco conocida, hasta lo escrito por los nuevos poetas, cuentistas y novelistas del Departamento. La tarea está por hacer, en las artes en Caldas hay talento y poco a poco ganan espacio, lo que les falta son recursos. Sin duda alguna ni el teatro, ni la plástica, ni la danza, ni el cine hechos por caldenses han cosechado tantos premios y tan buen nombre en Colombia como las letras, y sabemos que van camino a consolidarse en el panorama nacional. Conozcamos entonces a cuatro autores más.

La cultura light

Octavio Escobar Giraldo (Manizales

Octavio Escobar Giraldo.

Fotos/Archivo LA PATRIA/Papel Salmón

1962) devastó de una vez y para siempre el molde de traje oscuro, zapatos brillantes y rostro lampiño de los escritores de provincia. Escribí alguna vez que tuve la fortuna de presentar la segunda edición de su libro De música ligera (Premio Nacional de Cuento del Ministerio de Cultura), cuyo eje central son temas musicales y del cual han salido tres de sus mejores narraciones: Nino Bravo que estás en el cielo, De música ligera y ¿Recuerdas Staying Alive? Y es que la apariencia siempre fresca y tranquila de este médico y escritor lo hace ganar adeptos entre los universitarios, aprendices de escritor y lectores jóvenes del país. Galardonado con premios en cuento en los concursos más destacados de Colombia y premiado como novelista en otros más, Escobar Giraldo se ha anotado muchos puntos con su escritura posmodernista según críticos y especialistas. Puntos que le han otorgado un meritorio puesto entre los mejores cuentistas del país, tan-

to que de nuevo me atrevo a decir que superó hace mucho tiempo al maestro Adel López Gómez. Premiado en Medellín, Bogotá, Neiva, Barranquilla, entre otras ciudades, ha sido traducido al italiano, alemán e inglés, y publicado en Europa y Latinoamérica. Sus novelas y libros de cuentos son estudiados en universidades, en pregrados y especializaciones en Literatura. Su novela posmoderna -de las pocas novelas serias que hay en el posmodernismo colombiano- El último diario de Tony Flowers está editada por pequeñas e independientes editoriales de varios países. Es Octavio Escobar quien mejor representa la cultura light, puede presumir de encontrar catalogados sus libros en editoriales como El Fondo de Cultura Económica de México, Periférica de España, Panamericana, Círculo de Lectores, Magisterio, Babilonia, Universidad de Antioquia y muchas otras que creen en su trabajo y en sus lectores. Próximo desde su narrativa a muchos lectores jóvenes en Colombia Escobar Giraldo no hace otra cosa que recoger el fruto de su trabajo serio y disciplinado.

El científico de celulosa

Entre papel, es decir, entre montañas de celulosa he visto desde hace no menos de diez años a Orlando Mejía Rivera (Bogotá 1961). Eran los tiempos de la Casa de Poesía Fernando Mejía y Mejía donde orientó un taller sobre Borges, un trabajo profundo y revelador sobre el Pierre Menard, ese cuento confuso para los lectores primigenios que éramos. Desde ahí cualquier asistente aprendió no solo sobre el poeta argentino sino sobre la capacidad de conocimiento que almacena Mejía Rivera.

Orlando Mejía Rivera.

Quizá el más prolífico de todos nuestros escritores, Mejía bucea entre la poesía, la novela, el ensayo, la dramaturgia, el cuento y la historia con gran capacidad. Pese a sus escasos años, su obra es vasta y profunda. Este hombre que duerme poco y lee mucho ha trabajado todos los géneros literarios con igual calidad, caso muy parecido al de Adalberto que ha recibido premios en todos los géneros. Siendo desde del ensayo, donde es reconocido dentro de los medios académicos, Mejía Rivera, el médico, investigador y escritor, logra también catalogar sus novelas con prestigiosas editoriales como es el caso de Bruguera en España donde aparece su libro El enfermo de Abisinia que le depara el esperado acercamiento a las grandes editoriales de habla hispana. Pero no sólo en España es conocida su obra recordemos que ésta ha sido traducida al italiano, francés y alemán. Disciplinado como el que más, Orlando siempre está en proceso de terminar algo. Su obra está inacabada, su capacidad de observación y de análisis y su pantagruélica forma de trabajar lo ha hecho visible en los círculos literarios. Su prosa es fresca y sencilla pese a que toca temas a veces complicados. Ese rigor seguirá sumando lectores no sólo en Caldas y en Colombia sino en el continente americano en la obra de Mejía Rivera.


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LITERATURA Obras y autores

El cerrajero

Quien mejor manejó las llaves para qué pudiéramos entrar a través de las puertas de la poesía a finales de 1997 fue Flóbert Zapata Arias (Filadelfia 1958). Eran los tiempos en que Charly García nos introducía en la lírica del rock argentino con su hermosa metáfora Canción de invierno y Héroes del Silencio sentenciaba que todo arde si le aplicas la chispa adecuada. Flóbert dirigía uno de los talleres de poesía de la Casa Fernando Mejía, y como todo un cerrajero sostuvo las llaves que nos abrieron las puertas del surrealismo, de la poesía beatnik, de la indigenista, de la Generación del 98, del horror de Lautremont o de la magia de Cortázar. En fin, era el tiempo de la palabra y la vivíamos como si se fuera a la par con el segundo milenio. Sin embargo Zapata Arias no solo dirigió con acierto nuestras lecturas, sino que poco a poco me fui adentrando en su obra, desde su oscuro libro, Copia del insecto hasta su último trabajo publicado Coplas. Su trabajo poético está en una búsqueda perpetua. Él se quita pieles y pieles y poco a poco se transforma en un hombre simple como su poesía que ya no busca los efectos paralizantes del surrealismo sino que deja vagar sus versos por el lenguaje simple de las gentes simples. Multipremiado y con el prestigiosos Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Antioquia en su haber Flóbert ha hecho un trabajo de divulgación que muy pocos le han reconocido. Sus libros en especial Después del colegio, con el cual obtuvo el premio nacional en Antioquia, es un libro de referencia entre docentes de literatura de colegios y universidades. Ahora también su premiado libro Ataúdes tallados a mano es materia de estudio y reflexión. Antologado en casi todas las selecciones de poesía que se han hecho en los últimos diez años en Colombia, Flóbert es un autor que no se queda quieto y ha hecho visible como muy pocos a las nuevas generaciones de poetas en Caldas. A través de su página web de escritores caldenes, de su blog personal y de su plegable Musa Levis reflexiona, reseña y publica material de

OCTAVIO ESCOBAR GIRALDO El color del agua (Cuento) Las láminas más difíciles del álbum (Cuento) Hotel en Shangri-Lá (Cuento, Premio Nacional Universidad de Antioquia) Saide (Novela, Premio nacional de Crónica Negra Colombiana) El álbum de Mónica Pont (Novela, Premio Nacional José Eustacio Rivera) 1851. Folletín de cabo roto (Novela) Destinos intermedios (Novela)

Flóbert Zapata Arias.

nuevos nombres con la fe puesta siempre en nuestras letras.

ORLANDO MEJÍA RIVERA Ética y sida (Ensayo) La casa rosada (Novela, Premio Crees Centro Occidente) La muerte y sus símbolos (Ensayo) De clones, ciborgs y sirenas (Ensayos, Premio Nacional Ciudad de Bogotá) Pensamientos de guerra (Novela, Premio Nacional Ministerio de Cultura) El asunto García y otros cuentos

El dandy y la ciudad

Antonio María Flórez Rodríguez (Don Benito. España 1962) fue quien mejor aprendió la lección de eso que en los noventa denominamos en Caldas Literatura Urbana. Ya se que en el mundo se hablaba de ello desde años atrás pero en Caldas “todo nos llega tarde”. Como ciudadano del mundo en su trabajo (experimental y subversivo) ha dejado ver a un poeta siempre nuevo. Aunque ya se había hecho un nombre en Caldas desde los noventa, es en 2003, al recibir el Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá, cuando su nombre alcanza una dimensión nacional. Radicado en Barcelona desde hace algunos años, este médico y poeta, con raíces en la madre Patria, pero con su desarrollo personal y profesional en Colombia, específicamente en Marquetalia, dejó como testimonio de nuestra actual historia de violencia y destierro uno de los mejores libros que desde la poesía se ha podido escribir: Desplazados del paraíso. Ingenioso con sus “Poemas objeto”, una exposición itinerante de poemas impresos en formatos y papeles especiales, Flórez Rodríguez pretende, tal vez, acercar cada día más a los lectores. “La poesía debe estar entre nosotros como el pan en la mesa”,

Antonio María Flórez Rodríguez.

pensaba Neruda, y es que acaso ¿no es este el tiempo de volver a ella como un acto de proximidad con el otro? Antonio María siempre encontrará la forma de sumar público a cada una de sus apariciones y eso, desde su alma generosa, nos beneficiará a todos. Termina la primera década del Siglo XXI, son muchas las actividades que se

(Cuentos) Recordando a Bosé (Novela) Entre muchos más. FLÓBERT ZAPATA ARIAS Copia del insecto (Poesía) Polvo para teñir los párpados (Poesía) La bestia danzante (Cuentos) Declaraciones (Poesía) Ataúdes tallados a mano (Poesía) Coplas (Poesía) ANTONIO MARÍA FLÓREZ RODRÍGUEZ El círculo cuadrado (Poesía) Zoo (Poemillas de amor antiecológicos) (Poesía) Antes del regreso (Poesía) La ciudad (Poesía, Premio Editorial Mainigraf) El arte de torear (poesía, Premio Concursos Departamentales de Literatura) A dos voces (Poesía) Desplazados del paraíso (Poesía. Premio internacional de Poesía Ciudad de Bogotá)

gestan y muchos los cambios tecnológicos, políticos, científicos, religiosos, económicos y artísticos que transforman nuestras vidas. Es tiempo de revisar la obra de estos seis escritores que siguen vitales y continúan produciendo una obra sólida, seria y leída. Cada vez se posicionan más en los medios literarios y académicos del país. Ellos han abierto de par en par las puertas de la literatura para nosotros, son famosos, reconocidos, estudiados, leídos, traducidos y envidiados. Este primer y somero trabajo sobre hombres y obras de nuestra literatura quiere aproximar a docentes, bibliotecarios, escritores en ciernes, animadores de lectura y lectores habituales a hondar en nuestros autores. Les aseguró que se divertirán y se sorprenderán con sus libros y con sus bien manejadas técnicas. Busquen sus libros en nuestras librerías y descubrirán escritores de raza hechos entre las calles de los municipios caldenses, incluida su capital. En una próxima entrega: Las mujeres escritoras de Caldas un sello sin abrir PS *Escritor.


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LIBROS Con la compilación de Ramiro Henao Jaramillo, hijo mayor de Félix Henao Toro, y la edición de José Jaramillo Mejía, se publicó a finales del año pasado el libro Félix Henao Toro. Humanista – Académico – Científico. Fragmento. Papel Salmón

Por Félix Henao Toro Revista ALEPH. Septiembre 1974; p. 28-34

(…) En el siglo pasado y a principios del presente, las vías de comunicación entre los distintos pueblos y ciudades de lo que hoy es el departamento de Caldas, están representadas por caminos de herradura. Las noticias y los periódicos de la capital llegaban tardíamente y se carecía de cines y otras diversiones. Estas circunstancias daban lugar a que los intelectuales del lugar se reuniesen por las tardes en la tienda de un vecino, en la farmacia o en la notaría, donde se comentaban los sucesos de actualidad, se intercambiaban ideas y se leían las producciones de los contertulios. Estas agrupaciones se convirtieron muchas veces en centros culturales que publicaron periódicos y revistas, además de que en

Recopilación de textos de un

intelectual

RESEÑA DE LA CULTURA EN CALDAS

(…) Los primeros focos culturales de Caldas se formaron por la influencia de directores de escuela o de rectores de colegio. Hablar en detalle de esta irradiación en cada una de las concentraciones urbanas, requeriría un volumen, pero como ejemplos puedo citar la obra de difusión cultural que adelantaron en Salamina, como director de la escuela primaria don Mariano Ospina Delgado y en el colegio de varones como rector, don Urbano Ruiz, que también en Manzanares hizo sentir su acción civilizadora. En Manizales don José María Restrepo Maya fue fundador de un colegio por cuyas aulas pasaron hombres que más tarde dieron lustre a la ciudad y al país. También varias comunidades religiosas establecieron en diversas ciudades del departamento escuelas y colegios que, como los mencionados antes, fueron propagadores de la Cultura. Pero tanto en los particulares como en los pertenecientes a las comunidades, rara vez tenían acceso jóvenes de escasos recursos, por lo que la Cultura a fines del siglo pasado y a principios de éste, fue un privilegio de las personas acomodadas.

Félix Henao Toro. Humanista – Académico - Científico

ellas se formaron intelectualmente muchos hombres que se distinguieron luego por los eficientes servicios que prestaron a la Cultura de su pueblo, del departamento o del país. Como ejemplo puedo citar la célebre tertulia de Salamina. Y ya que nombro a Salamina, quiero anotar que esta ciudad, quizás porque su crecimiento demográfico y su desarrollo comercial no han sido muy grandes; porque su clima es suave y su ambiente tranquilo, ha sido y es un gran centro cultural y cuna de hombres que han sobresalido en el país, en la literatura, en la política, en la jurisprudencia y en la medicina, y no sólo los hombres sino también las mujeres, que además de su belleza poseen conocimientos sobre las distintas ramas del saber, que hacen su conversación agradable y trascendente. Por eso considero a Salamina como la Popayán de Caldas.

de la Fundación, apareció el primer periódico que se llamó “El Ruiz”.Luego se publicaron otros periódicos semanales o quincenales, políticos, literarios o humorísticos, cuya vida fue breve. A fines del siglo pasado apareció “El Correo del Sur”, fundado por don Jesús María Guingue Carvalho, quien fue también rector del colegio de Santo Tomás. Esta publicación ya tenía tipo de diario moderno. Daba información imparcial sobre los sucesos ocurridos en la ciudad, en el país y en el extranjero y contaba con una lúdica nómina de colaboradores. Su aporte a la cultura es indiscutible. Durante la dictadura del general Reyes las actividades periodísticas se paralizaron por la represión oficial, pero se editó la “Revista Nueva”, en la que colaboraron literatos y sociólogos con producciones que constituyeron una contribución notoria a la cultura nacional.

algo que convenga a los intereses de los Alberto Trujillo Escobar dirigió “Calcolombianos. das Contemporáneo” donde recogió escritos de todos aquellos que tenían algo A Enrique Otero D’Acosta se debe la importante que decir sobre literatura, fundación de “Archivo Historial”, revista arte y sociología. que conservó para la posteridad documentos y relaciones orales. Sin ella haY para terminar este aparte, hay que bría desaparecido material tan valioso recordar al Maestro Juan B.Jaramillo para los historiadores y sociólogos del Meza, que a más de numerosos libros presente y del futuro. creó la revista “Azul”, dirigió “La Gaceta de Occidente”, uno de los diarios más Arturo Zapata ha sido entre nosotros importante que se han publicado en Caluno de los grandes promotores de cultu- das y fundó, en compañía de su espora. Estableció una editorial, en la que pu- sa, la notable escritora Blanca Isaza, la blicó muchas obras importantes de auto- revista “Manizales”, que contra viento y res caldenses y de otros departamentos y marea todavía perdura para recordarnos en 1929 fundó la revista “Cervantes” de que las luces del espíritu priman sobre pulcra presentación y de magnífico con- los afanes materialistas. tenido. Gilberto Agudelo editó posteriormente la revista “Atalaya” (1935-1940) (…) Decía al principio de esta ya larga que hizo honor a su lema “Literatura e disertación que el desarrollo de la Culideas”. tura en el Occidente de Caldas ha sido

Al finalizar la dictadura y restablecer la normalidad democrática, surgieron muchos semanarios de pequeño formato, políticos, satíricos y humorísticos. En 1914, don Justiniano Macía fundó “El Renacimiento”, que se inició como bisemanario y más tarde llegó a ser el primer diario aparecido en Caldas. Fue apolítico. Colaboraron en él ciudadanos de todas las tendencias. Apoyó todas las iniciativas que se tomaban en pro del avance de la ciudad y el departamento y era selecto su material literario.

(…) A mediados de 1921 apareció “La Patria”, diario dirigido por Francisco José Ocampo y que ha perdurado hasta hoy. Sus orientaciones han cambiado de acuerdo con las distintas personas que lo han dirigido, entre ellas Silvio Villegas, pero siempre ha cooperado en las empresas cívicas y ha mantenido abiertas Rafael, Félix, Alberto, Luisa y Daniel Henao Toro (de izquierda a derecha). En 1874, no muchos años después sus columnas a quienes desean expresar Fotos/Cortesía Ramiro Henao Jaramillo/Papel Salmón

El Periodismo no puede olvidarse cuando se habla de cultura en Caldas. Desgraciadamente, como en los otros temas hasta aquí tratados, tendré que limitarme -por razones de espacio- a los datos más importantes.

muy distinto al de las otras regiones del departamento. En efecto, en esa provincia se fundaron durante la conquista ciudades españolas, una de las cuales, Supía, todavía existe en su emplazamiento primitivo. La gran riqueza en minas de oro y plata ya trabajadas por los indios y cuyo laboreo continuaron los españoles, determinó el establecimiento de los Reales de Minas, lo que a su vez hizo que en ellos se estableciera una burocracia, muchos de cuyos componentes habían adelantado estudios en la madre patria y poseían una regular cultura. Ya en la República, llegaron a dirigir las minas, a estudiar los yacimientos y a atender los enfermos, ingenieros, geólogos y médicos de nacionalidades inglesa, alemana y francesa, que influyeron culturalmente en el medio y muchos de ellos se asentaron en el país y dejaron descendencia, entre los cuales figuran hombres que en diversas actividades han descollado en el país. (…) También en la región persisten comunidades indígenas que aunque perdieron su lengua conservan sus tradiciones características y constituyen un rico venero folklórico. Todo esto da a la Cultura de la región un aspecto particular que sería largo analizar aquí, pero que ha originado una pléyade de escritores, estadistas, ensayistas y maestros, entre los cuales puedo señalar actualmente, como ejemplo, a Danilo Cruz Vélez y a los hermanos Morales Benítez, con Otto a la cabeza. Por falta de tiempo y espacio, apenas muy superficialmente puedo referirme al influjo que en la pintura y la escultura ejerció del año 1931 en adelante la Escuela de Bellas Artes, fundada por Gonzalo Quintero, Alberto Arango Uribe y José Manuel Cardona. Allí se formaron artistas que después han tenido renombre nacional. Entre los varios directos que después de Quintero han regentado la escuela, es justo exaltar a Jaime Botero, quien organizaba exposiciones mensuales de artistas nacionales y había reunido ya unos 30 cuadros de notables pintores colombianos para fundar un museo de arte moderno que tanta falta le hace a la ciudad; obras que por la incuria y la incapacidad de ciertas esferas o se han perdido o se han diseminado por diversas dependencias, en donde no se les presta mayor atención.

Félix Henao Toro y Emma Jaramillo de Henao.

sus altibajos, pero al menos ha servido para mantener el interés por esa rama de la cultura. Y aquí no puedo dejar de mencionar la obra que sin mayor estímulo ha venido adelantando en la Sala de Música de la Universidad de Caldas, Alberto Londoño Álvarez y celebrar que tengamos en Manizales el más alto valor en dinámica musical de Colombia. No se debe olvidar tampoco a Rogelio Escobar Ángel, prematuramente desaparecido, que además de su labor pedagógica, en conferencias y publicaciones, propugnó el estudio de la Antropología en el departamento y dio al Museo Antropológico de Caldas una organización y una orientación que lo convirtieron en elemento cultural de primer orden y que hoy desgraciadamente no desempeña la función que le corresponde. (…) Hace unos 40 años la Imprenta Departamental viene editando una “Biblioteca de Autores Caldenses”.Entre los volúmenes publicados hay algunos que tienen valor y otros que son simplemente basura y han obtenido la impresión gracias a influencias políticas, de amistad o de parentesco.

Actualmente afrontamos un evidente retroceso cultural. La mala política ecoEl conservatorio de música ha tenido nómica de los últimos gobiernos, uni-

da con la inmoralidad administrativa, tiende a polarizar la población no sólo de Caldas, sino de todo el país, en dos grupos. Uno pequeño, compuesto por gentes que manejan los grandes negocios y la política y aumentan cada día sus haberes, explotando o favoreciendo empresas ilícitas, como el contrabando y la exportación ilegal, que está exterminando nuestros recursos naturales. Estas personas pueden visitar los centros culturales extranjeros cuando les provoca porque pueden y tienen con que hacerlo, o lo hacen a costa del fisco nacional. El otro grupo comprende aproximadamente el 90% de los habitantes y es explotado por el primero. Sus impulsos de protesta son adormecidos con promesas que no se cumplen, acontecimientos deportivos, inauguraciones sensacionalistas y entrega de humildes habitaciones a un pequeño porcentaje. Es lógico que el grupo que se halla en esas condiciones tan desfavorables no tiene sino muy pocas probabilidades de acceso a las fuentes culturales. Al descenso del nivel cultural de las clases de bajo nivel económico, entre las que incluyo hasta hoy llamada clase media, por la polarización anotada, contribuye también otra circunstancia. Hace años publiqué en “Caldas Contemporáneo” un artículo en el que emitía y explicaba el concepto de que el cine y la radio, que en otros países son instrumentos de cultura, entre nosotros lo son de desnacionalización y de barbarie. Hoy tengo que agregar otro: la televisión. Y aclaro. El encarecimiento del papel y la especulación, han hecho que el periódico, la revista y el libro, no estén como antes, al alcance de quienes tienen medios limitados para adquirirlos. También puede suceder que a muchas personas no les quede mucho tiempo para leer pero le es fácil obtener un transistor barato, que pueden escuchar cuando realizan su trabajo si éste es material; o pueden adquirir un televisor a plazos y la familia puede ver y escuchar los programas antes de entregarse al reposo. Como casi todos los programas de radio son de un nivel cultural deficiente; como hay locutores, especialmente los deportivos, que tienen pocos conocimientos generales y estropean el lenguaje, y como la televisión es propiedad del gobierno y dedica buena parte de su tiempo a transmitir inauguraciones, acompañadas por discursos engañosos, tediosos, largos y vacíos, estimo que estamos desperdiciando esos elementos culturales (…) PS


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IN MEMORIAM Falleció el pasado 19 de enero

Abadía Morales, investigador y divulgador del folclor Médico, humanista, folclorista y pedagogo. Su obra abundaba en taxonomías, folclor literario, musical, coreográfico, en artesanías, folclor demosófico y estudio de tribus indígenas. Anécdota. Octavio Hernández Jiménez* - Papel Salmón

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uando desaparece un allegado se vuelcan sobre la mente aludes de recuerdos que, durante su vida, a pocas personas les da por rebujar. Eso sucede, en parte, porque imaginamos que los seres queridos son eternos y suponemos que no sea indispensable apresurarnos con los balances de esa vida. Eso ha sucedido ante la muerte de Guillermo Abadía Morales, el martes 19 de enero, a los 98 años, en Bogotá. Corría el año de 1976 cuando llegué con el médico, humanista, folclorista y pedagogo, a San José Caldas, en donde empezaban las festividades de la patrona, Nuestra Señora del Carmen. Las fiestas completaban 50 años de celebrarse sin interrupción a pesar de circunstancias sociales de carácter nacional que, en otros pueblos, habían logrado erradicarlas por completo. Nos fuimos los dos, en la procesión de medio día, detrás del anciano cura recientemente nombrado para esa parroquia. Dos niñas de unos diez años, llevaban cada una las puntas de la capa pluvial del cura enfermo de gota. Avanzamos por la Calle de la Estrella al final de la cual se daría ‘el tope’ o sea el acto de entrega de la imagen de la Virgen a las primeras veredas que salían a celebrar su fiesta.

Al encontrarnos de frente con los que recibían, las niñas le dijeron al cura: pare aquí, hagámonos a este lado, que avancen primero las banderas y los pabellones, por favor, salude a los alféreces de las veredas, échele incienso a la imagen, cante ‘Salve’, dé la orden para que se inicie la música y la pólvora. Guillermo y yo observábamos en silencio. Al regresar a casa, por la tarde, nos sirvieron, como refresco, dos vasos de horchata. Yo le expliqué que se trataba de una chicha de arroz de castilla, canela, clavos y panela que, en el Bajo Occidente de Caldas, ofrecen como alternativa fría de sobremesa. Guillermo se sorprendió pues sabía de la horchata catalana con base en cebada. Como información le comenté que del Valle del Cauca había llegado al Valle del río Risaralda. Por la noche, después de los juegos pirotécnicos con los suntuosos castillos y la infernal vaca-loca, nos reunimos en familia, en la casa de mis abuelos. Al finalizar la cena nos sirvieron dulce de auyama lo que aprovechó el Maestro para explicar la organización del universo a partir de este comestible, entre los indígenas kogis y que, poco después, explicaría poéticamente en una de sus obras básicas: “Ellos comparan la génesis de la humanidad con el crecimiento de una mata de auyama, cuyo tronco es la divinidad suprema: la Madre. Ramificándose más y más y abarcando un territorio extenso, esta mata desarrolló ramas y frutos, es decir, linajes, familias e individuos que poblaron luego los valles de la Sierra Nevada, separándose de su antiguo lugar de origen pero siempre unidos a él”. Mis tías estaban tan contentas con la visita del amable caballero que sacaron de la alacena una botella del vino de naranja

Guillermo Abadía Morales escribió más de 25 libros sobre cultura musical, folklore e identidad, como uno escrito en Colombia para la educación universitaria en Folklorología, que se le llama cariñosamente “la Biblia del Folklore”.

Foto/Cortesía Ministerio de Cultura/Papel Salmón

que siempre fabricaron, en la casa, para atender visitas especiales y de confianza. Como estábamos en compañía de un folclorólogo me atreví a iniciar la primera tanda de vino, con estos versos: “Ignoro si esto es esencia/ o vino del paraíso/ bendigo la inteligencia/ del hombre que lo inventó/ brindo por la concurrencia/ pero me lo tomo yo”. Guillermo Abadía no se quedó atrás. Para eso había recorrido el país, en innumerables oportunidades y, en cuanto a coplas y salidas ingeniosas, era una biblia. Respondió con un juego de palabras que le escuché en otras ocasiones: “Brindemos. El trago es malo para la… ¡Salud!”. El tema de aquella noche, mientras varios músicos campesinos zurrunguiaban con tiples y guitarras, fue el de la revisión de una teoría o por lo menos la ocasión para demostrar que también en la Ciencia de la Cultura existen leyes que tienen su excepción. La oportunidad de pensar en eso se había presentado de súbito cuando las dos niñas de diez años indicaban al cura la forma de comportarse para salvar el rito ancestral. No siempre los viejos transmiten la cultura a los jóvenes. Puede repetirse el caso de niños que trans-

miten a las personas mayores los puntos básicos de una tradición popular, como sucedió, esa tarde, en aquel conglomerado caldense. Después de esa ocasión el profesor de la Universidad Nacional, fundador de la Radiodifusora Nacional de Colombia, en compañía de Germán Arciniegas, León y Otto de Greiff, en 1940; autor de más de treinta libros, iniciador de Colcultura y condecorado con el Premio Vida y Obra, en 2002, dejó de ser para mí un insigne profesor de tiempos universitarios para convertirse en guía, maestro y amigo. Yo, de alumno, pasé a ser discípulo. Iniciaba mi labor docente en la Universidad de Caldas y fue con Guillermo Abadía Morales con quien tracé rumbos y esquematicé mi labor investigativa. Me dedicaría al rico y despreciado folclor caldense en el que estaban empeñados dos amigos ilustres: Octavio Marulanda y Javier Ocampo López. En Caldas los esfuerzos investigativos habían sido parciales o habían resultado truncos, fuera de que Guillermo Abadía Morales no había incursionado en nuestro territorio en forma sistemática. La obra del Maestro, en cuanto a folclor, superabundaba en taxonomías, en el folclor literario, en el musical, en el coreográfico, en las artesanías de las distintas regiones, en el folclor demosófico como la medicina empírica, en el estudio de tribus indígenas, pero era más restringido en lo relacionado con la culinaria típica y popular. El Maestro se puso feliz cuando la obra El paladar de los caldenses (2000) fue galardonada, publicada y luego vuelta a editar. Igual sucedió con otras obras y otros galardones. En ese 1976, al regreso de las fiestas patronales de San José Caldas, lo invité a almorzar en la plaza de mercado de Manizales, invitación que repetí, años después, cuando el escocés Kendon Macdonald Smith anhelaba saborear los platos más auténticos del folclor culinario de los caldenses. Los dos estudiosos de nuestra sabiduría popular quedaron fascinados PS Los del complejo de inferioridad somos nosotros. Gloria al Maestro. *Escritor e historiador.


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HISTORIA Violencia, ignorancia y destrucción

El sino trágico de los El tratado de Ryswick, firmado entre España y Francia legalizó la ocupación del territorio que los galos llamaron Saint Domingue. La población fue una masa anónima de esclavos sometidos al bárbaro régimen francés. Invasiones. Alfredo Cardona Tobón* - Papel Salmón

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a isla de la Hispaniola fue el centro de la ocupación española en América; allí fundó Colón la primera aldea de la conquista y en su territorio empezó igualmente la resistencia indígena contra los invasores. El trabajo esclavo y las enfermedades traídas por los europeos extinguieron a los nativos, ante lo cual el rey Carlos I autorizó en 1517 la introducción de africanos para atender los cultivos de caña y las dehesas que surtían a las Antillas. Las incursiones de corsarios, piratas y filibusteros asolaron la Hispaniola, cuya población, víctima de los frecuentes ataques, abandonó la parte occidental y se concentró al lado oriental del territorio. Ante la indiferencia de los españoles que buscaban oro en otras partes del continente, desde la isla de La Tortuga los corsarios franceses fueron ocupando la zona despoblada. El tratado de Ryswick, firmado en 1697 entre España y Francia legalizó la ocupación del territorio que los galos empezaron a llamar Saint Domingue. Al finalizar el siglo XVIII Saint Domingue era la colonia más rica del imperio francés, pues producía el 60% del café y el 40% del azúcar que consumía el Viejo Continente. Pasados dos siglos esa próspera región se convirtió en la zona más deprimida de América. ¿Qué sucedió? Se han sumado todos los factores: la violencia endémica, la ignorancia de sus habitantes, las fuerzas destructivas de la naturaleza y la garra inmisericorde de las grandes potencias que, aislaron “esa peste de negros independistas y abolicionistas” -como los calificó el presidente Roosvelt- que se atrevieron a desafiar el poder de los blancos.

Horizontes de libertad

En las colonias españolas los criollos y mestizos tuvieron la posibilidad de asistir a colegios y universidades y abrir sus mentes al progreso y a las luces de la Ilustración; en cambio en Saint Domingue la población fue una masa anónima de esclavos sometidos al bárbaro régimen francés, al margen de la educación, de la civilización y de todo contacto intelectual con el resto del mundo.

haitianos

El espíritu de libertad de los africanos afloró en los palenques granadinos y en los quilombos brasileños sin ir más allá del territorio que ocuparon, a diferencia de los criollos y mestizos de las colonias españolas, que como Miranda, o el cubano Caro, o Gual o Nariño anhelaban una Patria allende las fronteras parroquiales. El sueño de libertad se extendió más allá de los palenques de Saint Domingue cuando los franceses enviaron contingentes negros a luchar al lado de los rebeldes norteamericanos, y con la revolución francesa que proclamó la igualdad de los hombres, aunque excluyó a los negros y mulatos de Saint Domingue.

La independencia de Haití

La rebelión de esclavos dirigida por Bouckman prendió la chispa libertadora. Fue un salvaje ataque racial que marcó la senda de la guerra contra los europeos. Toussaint Loverture continuó la lucha que culminó en 1803 con el triunfo de Dessalines sobre los veteranos de Napoleón, en la batalla de Vertiers. En el resto de América no se sufrieron los horrores de la guerra haitiana: genocidios, masacres, traiciones ... Ninguno de nuestros pueblos tuvo el coraje de sacudir no sólo el yugo francés sino también las pretensiones de ingleses y españoles que quisieron dominarlo. Hasta 1821, los haitianos controlaron toda la isla, incluyendo la actual República Dominicana, que quedó nuevamente bajo la bandera española. Las grandes potencias no reconocieron la independencia haitiana: Estados Unidos cerró todo trato con la nueva nación y se sumó al bloqueo de Francia y España que arruinaron totalmente su comercio. Para salir del aislamiento Haití tuvo que pagar a Francia una indemnización que equivalía a 44 presupuestos anuales y que la empobrecida nación, sumergida en un espiral de deudas, apenas pudo pagar en 1938.

Las invasiones gringas

El 17 de diciembre de 1914 los marines atacaron a Puerto Príncipe y se robaron 500 mil dólares que había en el Banco estatal para atender compromisos con empresarios norteamericanos radicados en la isla. Un año más tarde los gringos invadieron el país, impusieron un presidente, se hicieron cargo de las aduanas y allí se quedaron hasta 1934. En la época de la guerra fría USA sostuvo las sangrientas y corruptas dictaduras de los Duvalier; y en años recientes apoyaron a la no menos corrupta administración de Aristide. Treinta y cuatro dictadores han manejado los hilos de Haití, saqueando e imponiendo el terror. Las ocupaciones gringas no han servido para frenar la violencia ni para elevar el nivel de vida ni para industrializar un territorio que se vuelve

Escudo de Haití

Foto/Tomada de internet/Papel Salmón

desierto, pues el 98% de los bosques han desaparecido por la demanda de leña en un país que no tiene petróleo y cuenta con muy poca electricidad. El caos reinante en Haití forzó a la ONU a intervenir y desde 2004 mantiene un gran contingente para garantizar el orden y sostener el gobierno.

Deuda de gratitud

Tras el asesinato de Dessalines, se establecieron dos estados en la antigua Hispaniola. Uno al norte controlado por Christophe y otro al sur y el este dirigido por el mulato Alexandre Petion, que Bolívar llamó “primer bienhechor de la tierra a quien un día la América proclamará su libertador”. Petion fue un gran auxiliador de nuestra independencia. En 1806 suministró recursos para la expedición de Miranda a las costas de Ocumare, y en 1816 acogió a Bolívar, le dio seis mil fusiles, pertrechos y dinero para sus dos expediciones a territorio venezolano. Petión apoyó a Pedro Labatut en su campaña contra los realistas de Cartagena y abrió sus puertos a Padilla y a otros corsarios patriotas. Pese a lo anterior, Colombia no reconoció la libertad haitiana y Bolívar no invitó a la nación caribeña al proyectado Congreso de Panamá. Parece que todo se ha confabulado para acabar con Haití. Dos terremotos han destruido su capital y Agué, el dios vudú de los océanos, no se cansa de agitar el mar para descargar la furia de los huracanes contra el antiguo Saint Domingue. En las condiciones actuales no está equivocado quien dijo que en el país más pobre del continente se llora cuando nace un niño y se canta cuando alguien muere PS *alcartob@gmail.com


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enero 31 31 de de 2010 2010 enero

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P R E C I S I Ó N

Este martes anuncian los candidatos a los Oscar 2010 Por un premio más que merecido Santiago Mejía Orejarena* - Papel Salmón

ción en la categoría Mejor actriz de comedia o musical por esos dos papeles, y finalmente se ganó el premio por Julie & Julia. En esa película la actriz de 60 años interpreta a la chef Julia Child en los primeros años de su carrera culinaria y muestra su afición por la cocina, su vida en París y el proceso de elaboración de su consagrado libro sobre cocina francesa. La otra cinta con la que esta reconocida celebridad pacifista y opositora a la Guerra en Irak encara la carrera por el Oscar este año es Enamorándome de mi ex, una divertida comedia romántica, mucho más para las mamás, en la que personifica a Jane, una mujer divorciada hace 10 años, madre de tres hijos que ya no viven con ella, quien lleva una vida tranquila en su inmensa casa y tiene un próspero negocio de repostería. Luego del grado de su hijo menor, en el que se reencuentra con su ex marido -interpretado por un obeso Alec Baldwin- y que ahora está casado con una mujer muchísimo más joven, Jane termina en un nuevo romance con él e, irónicamente, pasa a ser “la otra”. Estas dos películas que parecen diseñadas para que las protagonizara Meryl Streep y que no son ni mucho menos sus mejores interpretaciones, la tienen en boga para llevarse, por fin, un premio Oscar que sería más que todo un reconocimiento a casi 30 años de actuaciones memorables.

Hay películas que son de esas típicas que les gustan a las mamás, y hay actrices de esas que también les gustan. Meryl Streep es una actriz y mamá de esas típicas que hace esa clase de películas. Este martes, febrero 2, se anunciarán las candidaturas para los premios Oscar 2010, y, a falta de una, la recordada protagonista de Los puentes de Madison (1995), El diablo viste de Prada (2006) y Mamma mia! (2008) llega con dos películas para reclamar un más que merecido premio Oscar que la Academia le ha negado en sus últimas once postulaciones consecutivas. Y es que Streep, que es la actriz más nominada en la historia de los premios Oscar con 15 candidaturas en total, recibió sus dos únicas estatuillas en 1979 por Kramer vs. Kramer, y en 1982 por La decisión de Sophie. Julie & Julia y Enamorándome de mi ex son dos comedias románticas, de esas que les gustan a las mamás, con las que la experimentada actriz tiene casi una nominación y a su vez muy seguramente su tercer premio Oscar. En la reciente entrega de los premios Globo de Oro, galardones que otorga la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, y que son considerados una antesala e indicador de lo que ocurre en los *Diseñador visual/Comunicador social y perioOscar, Meryl Streep obtuvo una doble nomina- dista.

C O N C E P T U A L

Hechos y lógica Luis E. García* - Papel Salmón

Solidaridad y pantalla En sentido amplio, el vocablo SOLIDARIDAD indica comunidad de intereses, sentimientos y aspiraciones; en sentido más restringido significa la adhesión circunstancial a la causa o la empresa de otros (DRAE); y en una tercera acepción describe el interés sincero hacia las necesidades de los demás. En este último sentido, la solidaridad es una de las características que más enaltecen al Homo Sapiens, y hasta hace poco nuestra paisana Isabelita Mejía de Vélez fue un testimonio viviente de este valor humano. Vale añadir que la solidaridad no es un valor exclusivo de nosotros; conmovedoras conductas solidarias las observamos en otros animales, como cuando un búfalo salvaje arriesga su vida enfrentando a un depredador que ataca a un congénere indefenso. En la tragedia del pueblo haitiano ha aflorado la solidaridad activa en todo el resto del mundo, aunque conviene distinguir en esos actos de ayuda humanitaria la SOLIDARIDAD (inspirada en valores humanos), la CARIDAD (inspirada en valores cristianos), la FILANTROPÍA (derivada de la solidaridad y el exceso de recursos) y la SOLIDARIDAD PANTALLERA, que consiste en pegarse de una tragedia ampliamente divulgada, ofrecer alguna ayudita y, de paso, darse amplia vitrina aprovechando los medios de comunicación presentes. Por eso me extrañó la noticia según la cual nuestro presidente hubiera planeado aparecerse allá, pues su presencia habría contribuido más a estorbar que a resolver problemas, como la de tantos patos y marines armados con fusiles M16 que no necesitan en esas dolorosas circunstancias. Más aún, para expresar solidaridad no tenemos que esperar tragedias como la de Haití, donde, según cuentan, colapsan los medios de distribución. No señores. En nuestro vecino departamento del Chocó -para no mencionar otros sectores del país que no conozco- existen pueblos cuyos habitantes viven como si cada noche anterior sufrieran terremotos: carecen de agua potable, víveres, ropa y viviendas capaces de resistir los aguaceros (porque en invierno, el agua no cae en gotas sino en poncheradas, contrario a la ayuda oficial). La solidaridad empieza por casa, y tantos conspicuos organismos no debieran esperar la presencia de los medios para hacer presencia. Aprovecho el par de líneas restantes para un acto de SOLIDARIDAD MUSICAL: recomendarles a los amigos de J. S. Bach una página donde pueden escuchar toda la obra completa de órgano mientras trabajan: http://www.blockmrecords.org/bach/catalog *precision_conceptual@yahoo.com

convocatoria Historia colonial El Instituto Colombiano de Antropología e Historia –ICANH- abrió las convocatorias 2010. La de selección de trabajos inéditos, de tesis de pregrado o maestría, en el Área de Historia Colonial, para su publicación en la serie Cuadernos Coloniales. La recepción de documentos se

hará hasta el próximo 15 de febrero. Informes en la página Web del Instituto, www.icanh. gov.co, a través de los teléfonos 5619400 – 5619500- 5619600 y directamente en la sede del ICANH, ubicada en la calle 12 No. 2 - 41, Bogotá D.C.

Director: Nicolás Restrepo Escobar Editora: Gloria Luz Ángel Echeverri Diseño: Virgilio López Arce Circula con LA PATRIA todos los domingos Cra 20 No.46-35. Tel 878 1700 Impresión: Editorial LA PATRIA S.A E-mail: salmon@lapatria.com Portada: Félix Henao Toro, dibujo de José Manuel Cardona Foto/Cortesía Ramiro Henao Jaramillo/Papel Salmón


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